Esencia De Mujer Quotes

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Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda la vida es por esencia dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre... La vida del hombre no es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido...
Arthur Schopenhauer (El amor, las mujeres y la muerte)
No era sólo su aspecto lo que la hacía hermosa. La belleza no era una representación estética: era la esencia, el espíritu que la animaba. Se expresaba mejor a través del movimiento, de la conducta y del talento. Una mujer hermosa era una mujer dinámica y completa.
Jean M. Auel (The Mammoth Hunters (Earth's Children, #3))
–¡Dayan! No se molestó en contestar mientras la acomodaba hasta sentarla sobre su boca. El aroma de su esencia lo rodeó, aumentando su necesidad de probarla. La sangre le hirvió en las venas cuando la sujetó por las caderas y levantó la cabeza, deslizando la lengua por los empapados pliegues de su sexo, buscando el clítoris. Cuando lo succionó entre los labios ella dejó ir un agudo gemido, y tuvo que agarrarse del cabecero de la cama para no caerse. Dayan sonrió y pasó la lengua otra vez por el nudo de terminaciones nerviosas. –¡Oh, dioses! ¡Dayan! ¡Yo no..! –jadeó–. ¡Sí! ¡Oh, sí! Le rozó el clítoris con los dientes con suavidad y ella alcanzó el éxtasis al instante. Erinni gritó de placer y fue el sonido más maravilloso que Dayan hubiera oído nunca. La liberación de la sanadora provocó en él una satisfacción completamente diferente a cualquiera que hubiera experimentado antes. Siempre le había gustado dejar bien satisfechas a sus mujeres, pero ahora era tan gratificante como frustrante. Increíble pero insuficiente. Dayan saboreó los jugos que brotaban del cuerpo de Erinni. Manteniéndola inmóvil con una mano, deslizó la otra por el interior del muslo hasta introducir dos dedos en su vagina. El calor de Erinni lo rodeó de inmediato, con los músculos internos palpitando aún por el clímax. Unos segundos después, encontró aquel suave y sensible lugar que dicen las malas lenguas que no existe, y lo frotó sin misericordia mientras buscaba de nuevo el clítoris con la boca. Erinni se quedó sin respiración, apretó los dedos aún más fuerte en el cabecero, y se arqueó intentando atenuar las increíbles sensaciones que la abrumaban, comenzando a jadear y gemir. –¡Dayan! Oh, Dayan… por favor… es demasiado… yo no… ¡Ooooh! Quería proporcionarle el tipo de placer que la devastaría y la arruinaría para cualquier otro hombre que no fuera él. Capturó el clítoris con la lengua y lo hizo rodar de un lado hacia otro. Ella tenía los músculos tensos y cerró los puños en el cabecero, inmersa en el frenesí mientras sus pliegues se hinchaban más y más. Dayan apartó la boca un momento para mirarle el sexo; la carne palpitaba con un inflamado color carmesí que suplicaba satisfacción. Erinni inspiró durante el momento de tregua, hasta que aquella estremecedora sensación la rodeó, exigiendo su liberación. Gritó. –¡Dayan! –¿Quieres que pare? –¡No! Sonriendo ampliamente, volvió a succionar el clítoris con los labios. La estimuló con dientes y lengua, hasta que el cuerpo de Erinni se tensó por completo y comenzó a correrse de una manera salvaje mientras gritaba. Lleno de satisfacción masculina, no le dio respiro y la deslizó sobre su cuerpo hasta las caderas. Le separó las piernas con la rodilla y se sujetó la anhelante polla con la mano. Penetrarla fue fácil. Estaba tan lubricada que no encontró ningún impedimento. La fricción de su carne le hizo soltar un gemido desgarrador. Cuando Erinni le tiró del pelo, Dayan tensó la mandíbula y apretó los dientes para controlarse y no explotar. Alejar aquella frenética sensación fue aún más difícil cuando ella empezó a contonearse encima de él. El placer le hizo hervir la sangre. La deseaba de una forma aterradora, insaciable, abrumadora. Quería que Erinni volviera a correrse otra vez. Comenzó a embestirla, con dureza y con profundidad, enterrándose completamente, ardiendo, sintiendo que su polla latía de dolor. Un empuje tras otro, cada vez más duro y rápido, intenso e increíble. Contenerse se hizo imposible cuando ella palpitó alrededor de su miembro mientras jadeaba y gemía. –¡Sí! ¡Sí! ¡Dayan, dioses! (Dayan y Erinni. Capítulo 7, parte B.)
Alaine Scott (La hechicera rebelde (Cuentos eróticos de Kargul #2))
MUJERES Creo firmemente que la salvación de la India depende del sacrificio y de la lucidez de sus mujeres. Según mi opinión, de la misma manera en que hombre y mujer son fundamentalmente uno, en esencia también sus problemas deben ser uno. En ambos el espíritu es el mismo. Ambos viven la misma vida, tienen idénticos sentimientos. Cada uno es complemento del otro. Ninguno de los dos puede vivir sin la activa ayuda del otro. Pero de múltiples maneras el hombre ha dominado a la mujer desde épocas remotas y así se ha creado en la mujer un complejo de inferioridad. Ha creído en la validez de la interesada prédica del hombre según la cual es inferior a él. Pero los profetas de la humanidad la han reconocido su igual. Si yo hubiera nacido mujer, me habría rebelado contra cualquier pretensión del hombre de que la mujer ha nacido para ser su juguete. Mentalmente me he transformado en mujer para penetrar en su corazón. No pude penetrar en el corazón de mi mujer hasta que no me decidí a tratarla de manera diferente de la que acostumbraba, y de ese modo le devolví todos sus derechos despojándome de todos los supuestos derechos que me concedía mi condición de marido. La mujer debe dejar de considerarse a sí misma el objeto de la lujuria masculina. La solución está más en sus manos que en las del hombre... Si la no violencia es la ley de nuestro existir el futuro pertenece a la mujer
Anonymous
El amor, la luz, la sabiduría, la felicidad, la plenitud están a tu disposición «a raudales» cada instante, porque son lo que tú eres en esencia.
Rebecca Campbell (Mujeres de luz)
Mientras la destrucción del varón no lleva aparejada planes que dicen ayudarle, en el caso de la mujer, las leyes y normas que hipotéticamente le amparan, los colectivos que le representan, los organismos creados para beneficiarle, las partidas económicas que se invierten en presuntas ayudas, todo cuanto se presenta como una defensa de la mujer real es lo que, salvo en contadas situaciones, está actuando a favor de la destrucción de la mujer, negando su biología, impidiéndole ser ella misma, llevándola a despreciar su esencia y creándole absurdas situaciones de discriminación e infelicidad.
Alicia V. Rubio (Cuando nos prohibieron ser mujeres ...y os persiguieron por ser hombres: Para entender cómo nos afecta la ideología de género (Spanish Edition))
aún así, hay una esencia que Dios le ha dado a cada mujer.
John Eldredge (Cautivante: Revelando el misterio del alma de una mujer)
Era la luz anhelada. Convenció a los soldados y luego a los habitantes de las ciudades. Su personalidad era como un imán. Confiaba en ella misma. Así, cuatro mil hombres marcharon con esta mujer hacia Orleans.
Alejandra Llamas (Esencia de líder: Un encuentro con tu grandeza (Spanish Edition))
Todo el que espera evitar las consecuencias de comer del «fruto prohibido» no debería acercarse al «árbol» que lo produce.
Yesenia Then (Mujer Reposicionate: Revela tu diseño y no dejes que nada te robe la esencia (Spanish Edition))
El jardín era una prolongación de su ser, parte de su propia esencia, como si ella misma hubiera surgido de una semilla enterrada en sus entrañas.
Carla Montero (El jardín de las mujeres Verelli)
La esencia de la vida humana es su capacidad de relación.
Miguel Ángel Núñez (Amor sin fronteras: La relación del varón y la mujer en su diseño original. Un estudio exegético-teológico a la luz de Génesis 1 y 2 (Teología) (Spanish Edition))
Lo masculino y lo femenino es una forma de la imagen de Dios, constituye una manifestación de la divinidad y aunque podamos descubrir aspectos característicos de su esencia, nunca nuestros descubrimientos lo agotan totalmente.
Miguel Ángel Núñez (Amor sin fronteras: La relación del varón y la mujer en su diseño original. Un estudio exegético-teológico a la luz de Génesis 1 y 2 (Teología) (Spanish Edition))
Es curioso que el machismo sea tan universal con respecto al tema: las mujeres somos malas por naturaleza, llevamos el veneno de la serpiente en nuestro ADN, y solo una educación escrupulosamente represiva consigue domesticar nuestra esencia malvada. En este punto, las tres religiones monoteístas, no sabemos si plagiándose las unas a las otras, siempre han coincidido
Najat El Hachmi (Siempre han hablado por nosotras)
AGOSTO 14 NINGÚN OTRO LO HARÁ «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno». SALMOS 16.2, NVI En el corazón de todo hombre y mujer hay un lugar que solo Dios es capaz de llenar. Nosotros podemos tratar de satisfacer nuestros anhelos con diferentes cosas, pero mientras no lleguemos al punto de rendirnos por completo a Él, seguiremos siendo vulnerables a los pensamientos de temor, el descontento, los deseos egoístas, así como al orgullo y la lujuria. No obstante, cuando usted tiene comunión con Dios, Él empieza a transformar la misma esencia de su ser, cambiando su enfoque de sí mismo a Cristo. Él ocupa el trono de su corazón, conformándole a su carácter, libertándole de sus fortalezas de pecado, y rodeándole de su cuidado eterno. Hablando pragmáticamente, usted no puede experimentar esto a menos que busque de forma activa andar en los caminos de Dios y se rinda a Él. Mientras que lo mantenga alejado, no podrá conocerlo. Esto se debe a que las relaciones personales permanentes, incluyendo la suya con el Señor, solo pueden existir y crecer mediante la intimidad mutua. La única relación personal que puede saciar sus anhelos, sostenerle en las dificultades y darle paz es la relación personal que tiene con Dios. No lo aleje de ninguna manera. Padre, ocupa el trono de mi corazón y hazme un instrumento para tu gloria. Amén. En su presencia… permanezca por completo en su amor.
Charles F. Stanley (Cada día en su presencia: 365 Devocionales (Spanish Edition))
Aquí la ciencia proporciona un hallazgo fundamental. Los escáneres revelan que la respuesta neuronal de los centros cerebrales del dolor al observar sufrir a alguien es reflejar el sufrimiento de la persona. Y esta sensibilidad ante el sufrimiento ajeno –la esencia de la compasión– sucede con más intensidad en las mujeres que en los hombres.158 La ciencia también ha hallado que las mujeres son más precisas que los hombres159 a la hora de interpretar las emociones. El Dalai Lama ve en esos datos una indicación de que las mujeres están más preparadas de manera natural para la compasión, «porque son más sensibles ante el dolor ajeno, más empáticas. Así que, biológicamente, las mujeres disponen de más potencial para la compasión». «En la actualidad, las enfermeras y otras personas que se preocupan y atienden a la gente son, en su mayoría, mujeres», dijo el Dalai Lama; añadiendo, con picardía: «La mayoría de los carniceros son hombres».
Daniel Goleman (LA FUERZA DE LA COMPASIÓN)
Cerré los ojos como me dijo y lentamente me giró hacia él. Puso sus manos en mi cara y me acercó a la suya, por alguna razón no podía reaccionar y me estaba dejando llevar. Inconscientemente puse mis manos en su pecho y al sentirlo tan firme y tan fuerte una reacción extraña y placentera se activó en mi cuerpo. Poco a poco sentí su cálido aliento y su nariz tocando la mía y sin darme cuenta, sus labios se posesionaron de los míos con fuerza, sujetándome de la nuca para evitar que lo rechazara, asaltando mi boca, explorando con su lengua, bebiendo mi esencia, dejándome sin aliento y amenazando con arrancarme los labios y ahogarme. Jadeaba intentando respirar y él gemía a la vez que succionaba todo de mí, mi cuerpo se excitó respondiendo a él de manera exagerada al sentir su fuerza, mis instintos de mujer me habían traicionado.
Itxamany Bustillo (El Príncipe de Bórdovar 1)
Este es el verdadero hombre, la verdadera mujer, y no lo que hoy conocemos: islas humanas prisioneras en las paredes de raza, posición social, nacionalidad, roles, creencias, ideales, razones o religión.
Ajahn Levi (La Esencia del Silencio: Tu Ser, más allá del ruido del ego (Spanish Edition))
... los veintiocho días del ciclo femenino se corresponden con los veintiocho días lunares, y los antiguos sabían eso, que ellas eran lunares, aéreas, siderales. De la misma manera que es otoño, invierno, primavera, verano. Y el ciclo vuelve y se reinicia; del mismo modo que el día y la noche se repiten interminablemente; de la misma forma que el universo y la naturaleza son circulares, las mujeres en sus propios cuerpos también son cíclicas. La curvatura espacio-temporal es parte constitutiva de la esencia femenina. Nosotros, en cambio, no. Hemos sido excluidos de esa sabiduría y nos cuesta mucho entenderla y asimilarla. El machismo no es más que un complejo de inferioridad disfrazado de fuerza y prepotencia.
Mario Mendoza (Paranormal Colombia)
Pero era imprescindible. Es imprescindible comprobar quiénes somos sin los demás. Quiénes, en esencia. Y no tener que aprenderlo a la fuerza cuando nos dejan solos de verdad. Esto me lo repito como un mantra. Pero también es una reflexión de Olivia. Y ahora pienso, ¿sabes lo que pienso?, que ojalá hubiera descubierto quién era yo cuando aún estábamos juntos. ¿Y tú? ¿Quién eras? Puede que la yo que era en realidad y el tú que eras de verdad no hubieran seguido juntos. Me quedan ocho días de viaje para terminar de averiguarlo.
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores (Spanish Edition))
Es imprescindible comprobar quiénes somos sin los demás. Quiénes, en esencia. Y no tener que aprenderlo a la fuerza cuando nos dejan solos de verdad
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)
Está ronco el cuervo que anuncia con graznidos la fatal llegada de Duncan a mi castillo. ¡Espíritus, venid ¡Venid a mí, puesto que presidís los pensamientos de una muerte! ¡Arrancadme mi sexo y llenadme del todo, de pies a la cabeza, con la más espantosa crueldad! ¡Que se dense mi sangre, que se bloqueen todas las puertas al remordimiento! ¡Que no vengan a mí contritos sentimientos naturales a perturbar mi propósito cruel, o a poner tregua a su realización! ¡Venid hasta mis pechos de mujer y transformad mi leche en hiel, espíritus de muerte que por doquiera estáis -esencias invisibles- al acecho de que Naturaleza se destruya! ¡Ven, noche espesa, ven, y ponte el humo lóbrego de los infiernos para que mi ávido cuchillo no vea sus heridas, ni por el manto de tinieblas pueda el cielo asomarse gritando «basta, basta»!
Shakespeare (MACBETH -29- -D-)
Recuerdas cada poema no escrito cada metáfora imposible para nombrar la inasible esencia de cuando adyacentes yacieron Y el mundo aciago rodó.
Mónica Morales Rocha (Los últimos tiempos: Textos varios 2010-2022 (Spanish Edition))