El Santo Quotes

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Los buenos recuerdos que una persona deja en la vida de otra son el mejor regalo que pueden hacernos.
Care Santos (Bel: Amor más allá de la muerte)
Pienso que sólo debemos leer libros de los que muerden y pinchan. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un puñetazo en la cara, ¿para qué molestarnos en leerlo? ¿Para que nos haga felices, como dice tu carta? Cielo santo, ¡seríamos igualmente felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hagan felices podríamos escribirlos nosotros mismos, si no nos quedara otro remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a los bosques más remotos, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo”.
Franz Kafka
Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia
Care Santos (Esta noche no hay luna llena)
Aquello era un verdadero milagro: Dios había sacado del infierno a un adorador del diablo y había hecho que se bautizara en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Realmente era un milagro. Sólo Dios podía hacer algo así.
John Ramirez (FUERA DEL CALDERO DEL DIABLO (Spanish Edition))
El amor es, en muchas cosas, como la música: llega allí donde las palabras sobran
Care Santos (Esta noche no hay luna llena)
Me gustaría que pensaras en algo: Si hoy fuera tu último día en la tierra, ¿dónde pasarías la eternidad? No hay manera de escapar del tribunal del cielo. Si rechazas al Santo, quien derramó Su sangre al morir en la cruz y sobre el cual Dios derramó Su ira contra todo pecado, tendrás que rendir cuentas en el juicio final.
John Ramirez (FUERA DEL CALDERO DEL DIABLO (Spanish Edition))
penitenziagite! watch out for the draco who cometh in futurum to gnaw your anima! death is super nos! pray the santo pater come to liberar nos a malo and all our sin! ha ha, you like this negromanzia de domini nostri jesu christi! et anco jois m'es dols e plazer m'es dolors...cave el diabolo! semper lying in wait for me in some angulum to snap at my heels. but salvatore is not stupidus! bonum monsasterium, and aqui refectorium and pray to dominum nostrum. and the resto is not worth merda. amen. no?
Umberto Eco (The Name of the Rose)
Por el amor de Dios, de la virgen, de las estrellas y de todos los santos mundiales
Megan Maxwell (Sígueme la corriente (Adivina quién soy, #3))
Por el amor de Dios, la virgen y todos los santos habidos y por haber
Megan Maxwell (Sígueme la corriente (Adivina quién soy, #3))
En su cerrada mollera no entraban ni podían entrar otras luces sobre el santo ejercicio de la caridad; no comprendía que una palabra cariñosa, un halago, un trato delicado y amante que hicieran olvidar al pequeño su pequeñez, al miserable su miseria, son heroísmos de más precio que el bodrio sobrante de una mala comida.
Benito Pérez Galdós (Marianela)
-[...]-Geralt -dijo Stregobor-, cuando escuchábamos a Eltibaldo muchos de nosotros teníamos dudas. Pero decidimos escoger el mal menor. Ahora soy yo el que te pide una elección similar. -El mal es el mal, Stregobor- afirmó serio el brujo mientras se levantaba-. Menor, mayor, mediano, es igual, las proporciones son convenidas y las fronteras son borrosas. No soy un santo ermitaño, no siempre he obrado bien. Pero si tengo que elegir entre un mal y otro, prefiero no elegir en absoluto.[...]
Andrzej Sapkowski (The Last Wish (The Witcher, #0.5))
La puta, la gran puta, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala; la del Santo Oficio y el Índice de Libros Prohibidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqueó Constantinopla y bañó de sangre Jerusalén; la que exterminó a albigenses y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas...
Fernando Vallejo (La puta de Babilonia)
Mimicque—zombies—can only be killed with an iron or obsidian blade, so don't think you can just act like the wrestler El Santo in the 1970s film El Santo Versus the Mummies of Guanajuato. If a walking undead is after you, run. Let the experts take care of the zombies.
David Bowles (Mexican Bestiary)
nos explican que el corazón es el órgano más importante del cuerpo, pero no nos enseñan a cuidarlo.
Marianela Dos Santos (Lo que nunca quise escribir)
El amor a primera vista es real. Es el santo grial de las historias de amor. Las miradas de la pareja conectan y en ese mismo instante compartes cada secreto y vulnerabilidad, cada esperanza y cada miedo, y todo eso pasa en meros segundos, pero son mágicos.
Anyta Sunday (Piscis pesca a Tauro (Signos de amor, #4))
¡Aparta, piedra fingida! Suelta, suéltame esa mano, que aún queda el último grano en el reloj de mi vida. Suéltala, que si es verdad que un punto de contrición da a un alma la salvación de toda una eternidad, yo, santo Dios, creo en ti; si es mi maldad inaudita, tu piedad es infinita… ¡Señor, ten piedad de mí!
José Zorrilla (Don Juan Tenorio)
El cristiano cree en el Dios monoteísta, pero también en el Diablo dualista, en santos politeístas y en espíritus animistas.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Sin el Espíritu Santo, el sermón más elocuente no es más que pura palabrería, ruido
John F. MacArthur Jr. (Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa (Spanish Edition))
La Biblia es un libro sobrenatural que proporciona beneficios sobrenaturales. Se
John F. MacArthur Jr. (Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa (Spanish Edition))
En sólo unos pocos años, cuando todo lo que perdurara de mí en esta tierra no fuera más que recuerdo y polvo, del monasterio no habría de quedar piedra sobre piedra.
Care Santos (El dueño de las sombras (Eblus, #1))
My story is going to make you fucking hate me
M. Robinson (El Santo (Saint-Sinner, #1))
Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí.
Friedrich Nietzsche (Así habló Zaratustra : Un libro para todos y para ninguno)
No soy un santo, ni un mártir, ni un terrorista, ni un loco, ni un asesino. Los nombres por los que creen conocerme están equivocados. Soy un padre
Juan Gómez-Jurado (El paciente)
El saber fue, por mucho tiempo, nuestra mayor y más compartida pasión.
Mayra Santos-Febres (Fe en disfraz)
Que la oscuridad sepa mi nombre y se desespere. Si arde, seré la llama. Si sangra, seré la espada. Si peca, seré el santo. Y la plata.
Jay Kristoff (Empire of the Vampire (Empire of the Vampire, #1))
El experimento del profesor Kugelmass Entretanto, quiero un trabajo o tomar clases, porque mirar la tele todo el santo día es morirse.
Woody Allen (Without Feathers)
Las plantas y las Flores murmuraban frente a él como si el ritmo al que bailaban tuviese la meca de la eternidad, cuando al fin y al cabo eran tan efímeras como la brisa que las agitaba.
José Rodrigues dos Santos
No solo hemos de ser cristianos de nombre y tener conocimiento, tenemos que tener también carácter cristiano. Tenemos que ser santos en la tierra, si es que tenemos la intención de ser santos en el cielo
J.C. Ryle
El mantra mexicano ¡A la Chingada! es también llamado el Santo Mantra del Perdón, porque, con su sonido contundente, nos ayuda a andar más allá de uno de los sentimentos que más atrapa a los seres humanos en las garras del pasado: la culpa.
Prem Dayal (¡Me vale madres!: Mantras mexicanos para la liberación del espíritu)
¡Cielo santo! ¡Qué loco estaba al quererte! ¡Qué imbécil he sido! Ya no significas nada para mí. Nunca volveré a verte. Nunca pensaré en ti. Nunca mencionaré tu nombre. No te das cuenta de lo que representabas para mí. Pensarlo me resulta intolerable. ¡Quisiera no haberte visto nunca! Has destruido la poesía de mi vida.
Oscar Wilde (El retrato de Dorian Grey)
Pero ¿por qué hemos de empeñarnos en pensar que el universo fue hecho para nosotros? ¿Por qué resulta tan atractiva esa idea? ¿Por qué seguimos alimentándola? ¿Es tan precaria nuestra autoestima que no podemos conformarnos con nada inferior a un universo hecho a nuestra medida? Naturalmente, la cuestión apela a nuestra vanidad. "Lo que un hombre desea, también lo imagina como cierto", dijo Demóstenes. "La luz de la fe nos hace ver lo que creemos", admitió alegremente santo Tomás de Aquino.
Carl Sagan (Pale Blue Dot: A Vision of the Human Future in Space)
Las obras de amor al prójimo son la manifestación externa más perfecta de la gracia interior del Espíritu: «La principalidad de la ley nueva está en la gracia del Espíritu Santo, que se manifiesta en la fe que obra por el amor»[40]. Por ello explica que, en cuanto al obrar exterior, la misericordia es la mayor de todas las virtudes:
Pope Francis (Evangelii gaudium. Exhortación apostólica La alegría del Evangelio)
El libro en manos santas, es objeto santo; pero el libro santo en manos profanas, en profano se convierte.
Federico Andahazi (El libro de los placeres prohibidos)
El sufrimiento es parte del crecimiento
sergio cruz santos
Silencio, silencio y más silencio. Me gusta el silencio. El silencio no hace daño. Las palabras, sí.
Care Santos (Mentira (Mentira, #1))
Nuestra pasión ardería con más brillo que todas las estrellas del cielo. Que los santos me arrastraran al infierno.
Kerri Maniscalco (Hunting Prince Dracula (Stalking Jack the Ripper, #2))
Ser testigo de aquellos momentos enseñó a Jo más que el sermón más sabio, el himno más santo y la oración más fervorosa jamás pronunciada
Louisa May Alcott (Mujercitas)
11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Anonymous (La Biblia - Reina Valera 1960 - [Con nuevo índice por libro] (Spanish Edition))
Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.
Anonymous (La Biblia - Reina Valera 1960 - [Con nuevo índice por libro] (Spanish Edition))
El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová.
Anonymous (La Biblia - Reina Valera 1960 - [Con nuevo índice por libro] (Spanish Edition))
Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león.
Friedrich Nietzsche (Así habló Zaratustra (Spanish Edition))
el papel principal del Espíritu Santo es exaltar a Cristo, sobre todo para lograr que Cristo sea alabado por su pueblo.
John F. MacArthur Jr. (Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa (Spanish Edition))
Dicho del Profeta Lucha El guerrero santo es aquél que lucha consigo mismo.
Idries Shah (Caravan of Dreams)
Tenemos que desarrollar una mejor valoración de los dones en nuestra vida. Y si sabemos apreciar lo bueno que hay en nuestra vida, eso bueno va a crecer.
Robin S. Sharma (El santo, el surfista y el ejecutivo)
Me gustaría volar en una escoba y danzar con otras brujas paganas en el bosque a la luz de la luna, invocando las fuerzas de la tierra y ahuyentando demonios, quiero convertirme en una vieja sabia, aprender antiguos encantamientos y secretos de curandero. No es poco lo que pretendo. Las hechiceras, como los santos, son estrellas solitarias que brillan con luz propia, no dependen de nada ni de nadie, por eso carecen de miedo y pueden lanzarse ciegas al abismo con la certeza de que en vez de estrellarse saldrán volando. Pueden convertirse en pájaros para ver el mundo desde arriba o en gusanos para verlo por dentro, pueden habitar otras dimensiones y viajar a otras galaxias, son navegantes en un océano infinito de conciencia y conocimiento.
Isabel Allende (Paula)
11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Esto de planear en la oscuridad es más fácil de lo que la mayoría de la gente supone. Basta con cerrar los ojos, extender los brazos y dejarse llevar. Hay quien lo llama imaginación. Allá ellos.
Care Santos (El dueño de las sombras (Eblus, #1))
No ambiciono el poder o el dinero. Tal vez sea un egoísta, pero es increíble lo poco que me interesan. En eso parezco un santo. Es más que nada curiosidad. Quiero medir mis fuerzas en el mundo cruel.
Haruki Murakami (Norwegian Wood)
Y luego a enfrentarse a la rata cruel! —Si no llega un día, fatuo, un fuego loco, igual que un disparo, cuando el día calla… —¡Oh Santos Espectros blancos de Belén, entre vuestro hechizo por su azul ventana!
Arthur Rimbaud
Somos cobardes y heroicos, santos y pecadores, buenos y malos. Todo depende de esa lucha de fuerzas ¿No cree usted? No existe el bien y el mal separados, cada uno por su lado, sino unidos, pegados. Y aveces se confunden.
Mario Mendoza (Satanás)
El mundo siempre había amado al Santo como lo más cercano posible a la perfección de Dios. Cristo, por un divino instinto que había en él, parece haber amado siempre al pecador como lo más cercano posible a la perfección del hombre.
Oscar Wilde (De Profundis)
¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales
Pope Francis (Gaudete et exsultate. Exhortación apostólica sobre la llamada a la santidad en el mundo actual (Documentos MC) (Spanish Edition))
Mi corazón se regocija en Jehová, Mi poder se exalta en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, Por cuanto me alegré en tu salvación. 2 No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Durante unos pocos segundos, creo que me olvidé de respirar. A veces la vida se detiene. Solo unos segundos, sin ningún movimiento. Es como si el mundo enmudeciera para subrayar lo que es importante de verdad. Después, todo vuelve a sonar con más fuerza.
Care Santos (Mentira (Mentira, #1))
Benny Hinn hizo una serie de declaraciones proféticas célebres en diciembre de 1989, ninguna de las cuales se hizo realidad. Él con toda confianza le dijo a su congregación en el Centro Cristiano de Orlando que Dios le había revelado que Fidel Castro iba a morir en algún momento de la década de 1990, que la comunidad homosexual en Estados Unidos sería destruida por el fuego antes de 1995 y que un gran terremoto podría causar estragos en la costa este antes de el año 2000. Se equivocó en todos los aspectos,
John F. MacArthur Jr. (Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa (Spanish Edition))
perseverancia y súplica por todos los santos; 19y orad por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio, 20por el cual soy embajador en cadenas; que al proclamarlo hable con denuedo, como debo hablar.
Anonymous (La Biblia de las Américas (LBLA))
Solo aquí, qué bien, me parece que estoy encima de todo. No me puede pasar nada. Yo soy el que paso. Vivo. Vivo. Fuera de tantas preocupaciones, fuera del dinero que tenía que ganar, fuera de la mujer con la que me tenía que casar, fuera de la clientela que tenía que conquistar, fuera de los amigos que me tenían que estimar, fuera del placer que tenía que perseguir, fuera del alcohol que tenía que beber. Si estuvieras así. Manténte ahí. Ahí tienes que estar. Tengo que estar aquí, en esta altura, viendo cómo estoy solo, pero así, en lo alto, mejor que antes, más tranquilo, mucho más tranquilo. No caigas. No tengo que caer. Estoy así bien, tranquilo, no me puede pasar nada, porque lo más que me puede para es seguir así, estando donde quiero estar, tranquilo, viendo todo, tranquilo, estoy bien, estoy bien, estoy muy bien así, no tengo nada que desear. Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir.
Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio)
...Sólo que Judas, Platero, es el diputado, o la maestra, o el forense, o el recaudador, o el alcalde, o la comadrona; y cada hombre descarga su escopeta cobarde, hecho niño esta mañana de Sábado Santo, contra el que tiene su odio, en una superposición de vagos y absurdos simulacros primaverales.
Juan Ramón Jiménez (Platero y yo)
Sabes, al cerrar de nuevo el folio, que por eso vive Aura en esta casa: para perpetuar la ilusion de juventud y belleza de la pobre anciana enloquecida. Aura, encerrada como un espejo, como un icono mas de ese muro religioso, cuajado de milagros, corazones preservados, demonios y santos imaginados.
Carlos Fuentes (Aura)
el monoteísmo, tal como se ha desarrollado en la historia, es un caleidoscopio de herencias monoteístas, dualistas, politeístas y animistas, mezcladas en un revoltillo bajo un único paraguas divino. El cristiano cree en el Dios monoteísta, pero también en el Diablo dualista, en santos politeístas y en espíritus animistas. Los estudiosos de la religión tienen un nombre para esta admisión simultánea de ideas distintas e incluso contradictorias y la combinación de rituales y prácticas tomadas de fuentes distintas. Se llama sincretismo. El sincretismo, en realidad, podría ser la gran y única religión del mundo.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Vi nítidamente a las madres de familia del barrio viejo. Eran nerviosas, eran condescendientes. Callaban con los labios apretados y los hombros caídos o proferían insultos terribles a los hijos que las atormentaban. Se arrastraban flaquísimas, con ojos y mejillas hundidas, o traseros anchos, tobillos hinchados, pechos pesados, las bolsas de la compra, los niños pequeños aferrados a sus faldas pidiendo que los auparan. Santo Dios, tenían diez, como mucho veinte años más que yo. Sin embargo, parecían haber perdido los rasgos femeninos que tanto nos importaban a nosotras, las muchachas, y a los que sacábamos partido con la ropa, el maquillaje. Habían sido devoradas por el cuerpo de sus maridos, de sus padres, de sus hermanos, a quienes terminaban por parecerse cada vez más, a causa de las fatigas o la llegada de la vejez, de la enfermedad. ¿Cuándo empezaba esa transformación? ¿Con las tareas domésticas? ¿Con los embarazos? ¿Con las palizas?
Elena Ferrante (The Story of a New Name (Neapolitan Novels, #2))
No obstante, cuando se trata de la vida de pareja, hay que competir al revés: con pared o sin pared, tres pasos atrás. Y hay que hacerlo aun cuando no entiendas el motivo, aun cuando estés íntimamente convencida de tener razón. En ese momento, haz un acto de confianza en tu marido. Sal de la lógica del mundo, "yo quiero tener la razón", y entra en la de Dios, que te ha puesto al lado de tu marido, ese santo que te soporta a pesar de todo y que, dicho sea de paso, también es un buen tipo. Y si algo que él hace no te parece bien, con quien tienes que vértelas es con Dios: puedes comenzar poniéndote de rodillas, y la mayoría de las veces todo se resuelve.
Costanza Miriano (Cásate y sé sumisa. Experiencia radical para mujeres sin miedo)
Así opinaba el "Libertador" sobre Quito: "...hombres tan malvados e ingratos. Yo creo que le he dicho a Vd., antes de ahora, que los quiteños son los peores colombianos. El hecho es que siempre lo he pensado, y que se necesita un rigor triple que el que se emplearía en otra parte. Los venezolanos son unos santos en comparación de esos malvados. Los quiteños y los peruanos son la misma cosa: viciosos hasta la infamia y bajos hasta el extremo. Los blancos tienen el carácter de los indios, y los indios son todos truchimanes, todos ladrones, todos embusteros, todos falsos, sin ningún principio de moral que los guíe." Bolívar a Santander, Pativilca, 7 de enero de 1824
Francisco Núñez Proaño (Quito fue España)
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Que tu lengua no pregone tu vergüenza. Sé dulce, habla cortésmente, ten gracia en la infidelidad; viste al vicio de mensajero de la virtud. Ten una presencia amable aunque tu corazón esté manchado: enseña el pecado comportándote como un santo. Sé infiel en secreto. ¿Qué falta le hace a ella enterarse? ¿Qué ladrón es tan ingenuo para jactarse de su infamia?
William Shakespeare (The Comedy of Errors)
Desengáñese usted; el ladrón, por valiente que sea, al tiempo de robar siempre tiene miedo. El valor viene unido, dice Santo Tomás, con la justicia de la causa, y esto le explica a usted el valor de los mártires que desafiaban la cólera de los emperadores romanos; pero volviendo a los ladrones, repito que tienen miedo, y por miedo matan al que trata de conocerlos.
Manuel Payno (Los bandidos de Río Frío)
Como si se tratara de un pez fuera del agua, un pez de grandes dimensiones, claro, el bailarín corpulento permanece con el pecho pegado a la tierra, moviendo una imaginaria aleta en la que se han transformado sus piernas. Dos compases, cuatro compases, deja de agitarse. Alza la cara, pone rígida la espalda. Hay una mutación. ahora es de madera, de fibra de vidrio. Su compañero avanza con la máscara puesta. Pasos suaves, porque puede que la tabla todavía sienta. La siniestra por delante. La diestra en el área donde solía terminar el rosario de vértebras. El de la máscara del santo flexiona las rodillas, mantiene el equilibrio doblando los codos a la altura de las costillas. Ya despegan. Frente a ellos la mar. La mar de gente. Aquí viene la ola. Se deslizan por el túnel de su imaginación
Julio Martinez Ríos (¡Arde la calle! (Spanish Edition))
Porque cristianismo auténtico es seguir a Cristo y sus enseñanzas. Seguir lo que la Palabra de Dios nos dice. Y cuando la leemos de verdad, descubrimos que Dios no busca personas que tengan ambiciones personales para correr detrás de ellas y satisfacerlas, como si Él fuera el gran Papá Noel de los cielos, cumpliendo deseos de todo el mundo y regalando a todos el último capricho. Todo lo contrario. Él busca personas que estén dispuestas a deponer sus sueños y renunciar a ellos, para abrazar los sueños de Dios y vivir para Él, cueste lo que cueste. Gente que se ponga en la brecha como en Ezequiel 22.30, como los santos del Antiguo y del Nuevo Testamento, como los héroes de la fe, aquellos que hicieron proezas y aquellos «otros» que murieron como mártires sin haber alcanzado aquello por lo cual vivieron, pero aún creyendo.
Marcos Vidal (Con permiso: Cómo vivir un cristianismo real de todos los días (Spanish Edition))
Amigo, el Señor conoce tus palabras cuando aún no están en tu boca. Conoce tu corazón y cada detalle de tu ser, sin embargo, su mano está sobre ti y ha decidido rodearte con su presencia. ¿Acaso no es maravilloso e incomprensible tal conocimiento? Él no espera que seas perfecto para rodearte, más bien te rodea para que puedas mejorar. No debes ser santo para recibirle, sino que la presencia de Dios te ayuda a ser santo como él.
Cash Luna (En Honor Al Espiritu Santo)
Esta noche, nuestra oración no puede ser diferente. Pues, como recordaba el Metropolita Ignacio IV Hazim, sin el Espíritu Santo Dios resulta lejano, Cristo permanece en el pasado, la Iglesia se convierte en una simple organización, la autoridad se transforma en dominio, la misión en propaganda, el culto en evocación y el actuar de los cristianos en una moral de esclavos (cf. Discurso en la Conferencia Ecuménica de Uppsala, 1968).
Pope Francis (LA ALEGRÍA DEL AMOR. Edición de trabajo de la Exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia: Edición de trabajo de la exhoratación aposólica postsinodal ... laetitia (Familia nº 2) (Spanish Edition))
Él guardó silencio, manoseando el papel entre los dedos, ella suspiró, irritada. - De acuedo. Es una lista. -alargó el brazo con la palma hacia arriba, esperando que él pusiera allí la nota. - ¿Qué clase de lista? -preguntó Gabriel con una mirada inquisitiva. - Una lista personal. -Respondió ella, tratando de imprimir en su voz un tono de femenino desdén, esperando que así se sintiera poco caballeroso y renunciara a aquella batalla en particular. - ¿Una lista de compras? ¿Una lista de libros impropios que te gustaría leer? ¿una lista de hombres...? -ella se puso colorada antes esa última preguta y él hizo una pausa al tiempo que agrandaba los ojos- Santo Dios, Callie, ¿es una lista de hombres? Callie golpeó el suelo con el pie, en un gesto repleto de irritación. - ¡Santo cielo, no! Da igual lo que contenga la lista, Ralston. Lo único que cuenta es que me pertenece. - Esa no es una buena respuesta, emperatriz -señaló él, y comenzó a abrir la nota.
Sarah MacLean (Nine Rules to Break When Romancing a Rake (Love By Numbers, #1))
15 de agosto de 1343 Misa solemne de campaña El ejercito entero, concentrado en la playa, rendia culto a la Virgen de la Mar. Pedro III habia cedido a las presiones del Santo Padre y pactado una tregua con Jaime de Mallorca. El rumor corrio entre el ejercito. Arnau no escuchaba al sacerdote; pocos lo hacian, la mayoria tenia el rostro contrito. La Virgen no consolaba a Arnau. Habia matado. Habia talado arboles. Habia arrasado vinas y campos de cultivo ante los asustados ojos de los campesinos y de sus hijos. Habia destruido villas enteras y con ellas los hogares de gentes de bien. El rey Jaime habia conseguido su tregua y el rey Pedro habia cedido.Arnau recordo las arengas de Santa Maria de la Mar: "Cataluna os necesita! El rey Pedro os necesita! Partid a la guerra!". Que guerra? Solo habian sido matanzas. Escaramuzas en las que los unicos que perdieron fueron las gentes humildes, los soldados leales… y los ninos, que pasarian hambre el proximo invierno por falta de grano. Que guerra? La que habian librado obispos y cardenales, correveidiles de reyes arteros? El sacerdote proseguia con su homilia pero Arnau no escuchaba sus palabras. Para que habia tenido que matar? De que servian sus muertos? La misa finalizo. Los soldados se disolvieron formando pequenos grupos. - Y el botin prometido? - Perpiñan es rica, muy rica -oyo Arnau. - Como pagara el rey a sus soldados si ya antes no podia hacerlo? Arnau deambulaba entre los grupos de soldados. Que le importaba a el el botin? Era la mirada de los niños lo que le importaba; la de aquel pequeño que, agarrado a la mano de su hermana, presencio como Arnau y un grupo de soldados arrasaban su huerto y esparcian el grano que debia sustentarles durante el invierno. Por que?, le preguntaron sus ojos inocentes. Que mal os hemos hecho nosotros? Probablemente los niños fueran los encargados del huerto, y permanecieron alli, con las lagrimas cayendo por sus mejillas, hasta que el gran ejercito catalan termino de destruir sus escasas posesiones. Cuando terminaron, Arnau ni siquiera fue capaz de volver la mirada hacia ellos.
Ildefonso Falcones (La catedral del mar (La catedral del mar, #1))
entonces fuiste notando poco a poco que el mundo no exigía de ti hechos ningunos, ni sacrificios, ni nada de eso, que la vida no es una epopeya con figuras de héroes y cosas por el estilo, sino una buena habitación burguesa, en donde uno está perfectamente satisfecho con la comida y la bebida, con el café y la calceta, con el juego de tarot y la música de la radio. Y el que ama y lleva dentro de silo otro, lo heroico y bello, la veneración de los grandes poetas o la veneración de los santos, ése es un necio y un quijote.
Hermann Hesse (El lobo estepario)
Lo que surge de la vida conjunta del Padre y el Hijo es una auténtica Persona; es, de hecho, la Tercera de las tres Personas que son Dios. Esta Tercera Persona se llama, en lenguaje técnico, el Espíritu Santo o el Espíritu de Dios. No os preocupéis ni os sorprendáis si lo encontráis bastante más vago y difuminado en vuestra mente que a los otros dos. Creo que hay una razón por la que esto debe ser así. En la vida cristiana no se suele estar mirándolo a El: Él está siempre actuando en vosotros. Si pensáis en el Padre como en alguien que está «ahí fuera», delante de vosotros, y en el Hijo como en alguien que está a vuestro lado, ayudándoos a orar, intentando convertiros en otro hijo, entonces tenéis que pensar en la Persona como en alguien que está dentro de vosotros, o detrás de vosotros. Son una gran fuente de energía y belleza que mana desde el centro mismo de la realidad. Si estáis cerca de esa fuente, su salpicadura os mojará; si no lo estáis, permaneceréis secos. Una vez que un hombre está unido a Dios, ¿cómo no iba a vivir para siempre?
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Cincuenta años dormiste siempre en tu santo lecho, el nuestro. Hoy, este olor a corona de flores rompe por fin con ese yermo ritual de sociedad onírica; hoy, este luto proclama airoso el hasta que la muerte los separe. Esta noche me zafo de tu cama dura y fría para yacer –libre por fin– en este estrecho cajón, del que tampoco te quieres separar, porque encorvado y oloroso a mentol te me sientas al lado en una incómoda silla de madera, para hasta el último momento echarme en cara que yo me marché primero. Antes de lograr que te fueras.
María Pérez-Talavera (Umbrales líquidos)
Lo que Weirdo detesta de Abel: su docilidad, su fragilidad, su miedo, su incapacidad para enfrentarse a sus propias circunstancias y su cobardía. Sobre todo, su cobardía. Le odia cada vez que baja la cabeza y dice: "sí, madre". Cada vez que permite que le traten como si aún fuera un bebé. Cada vez que cumple órdenes que no entiende, que no comparte, que hace algo que él jamás haría. Por las venas de Weirdo bulle el deseo de rebelarse. Arrebatarle al otro, al dócil, al sumiso, al conformista, las riendas de su vida y, por una vez, hacer lo que le dé la gana. Por una vez...
Care Santos (Esta noche no hay luna llena)
En palabras de Benny Hinn: «Él [Jesús] que es justo por elección, dijo: “La única manera en que puedo detener el pecado es volviéndome pecado. No puedo pararlo solo por dejar que me toque; el pecado y yo debemos convertirnos en una sola cosa”. ¡Escuchen esto! Él, que es de la naturaleza de Dios, se hizo de la naturaleza de Satanás cuando se volvió pecado» (Benny Hinn, This Is Your Day, TBN, 1 diciembre 1990). De manera similar, Kenneth Copeland enseñó: «La justicia de Dios se hizo pecado. Él aceptó la naturaleza de pecado de Satanás en su propio espíritu. Y en el momento en que lo hizo, clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Usted no sabe lo que pasó en la cruz. ¿Por qué cree que Moisés, instruido por Dios, levantó la serpiente en ese palo en lugar de un cordero? Eso solía molestarme. Le pregunté: “¿Por qué querrías poner allí una serpiente, la señal de Satanás? ¿Por qué no pusiste un cordero en ese palo?” Y el Señor me dijo: “Debido a que era una señal de Satanás que estaba colgada en la cruz”. Y agregó: “Yo acepté, en mi propio espíritu, la muerte espiritual; y la luz se apagó”» (Kenneth Copeland, «What Happened from the Cross
John F. MacArthur Jr. (Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa (Spanish Edition))
no hay para qué andéis mendigando sentencias de filósofos, consejos de la Divina Escritura, fábulas de poetas, oraciones de retóricos, milagros de santos, sino procurar que a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas, salga vuestra oración y período sonoro y festivo; pintando, en todo lo que alcanzáredes y fuere posible, vuestra intención, dando a entender vuestros conceptos sin intricarlos y escurecerlos. Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
Hay un viejo dicho que reza: «Ten cuidado con lo que deseas, porque igual se hace realidad». El Santo Grial de la nanotecnología es crear el ensamblador molecular, o replicante, pero, una vez que esté inventado, podría alterar los cimientos de la propia sociedad. Todas las filosofías y todos los sistemas sociales se basan en última instancia en la escasez y la pobreza. A lo largo de la historia del género humano, este ha sido el tema dominante que ha preocupado a la sociedad, configurando nuestra cultura, nuestra filosofía y nuestra religión. En algunas religiones se considera la prosperidad como una recompensa divina y la pobreza, como un castigo. Por el contrario, el budismo se basa en la naturaleza universal del sufrimiento y en el modo de enfrentarse a él. En el cristianismo, el Nuevo Testamento dice: «Es más fácil que un camello pase a través del ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de los cielos». La distribución de la riqueza define también a la propia sociedad. El feudalismo se basaba en preservar la riqueza de un reducido número de aristócratas frente a la pobreza de los campesinos. El capitalismo se fundamenta en la idea de que las personas enérgicas y productivas obtienen la recompensa por sus esfuerzos cuando fundan empresas y se hacen ricas. Pero, si los individuos perezosos e improductivos pudieran conseguir todo lo
Michio Kaku (La física del futuro)
Los amores naturales pueden aspirar a la eternidad sólo en la medida en que se hayan dejado llevar a la eternidad por la caridad, en la medida en que hayan por lo menos permitido que ese proceso comience aquí en la tierra, antes de que llegue la noche, cuando ningún hombre puede trabajar. Y ese proceso siempre supone una especie de muerte. No hay escapatoria. En mi amor por la esposa o por el amigo, el único elemento eterno es la presencia transformadora del Amor en sí mismo; si en alguna medida todos los otros elementos pueden esperar—como nuestros cuerpos físicos también lo esperan—a ser resucitados de la muerte, es sólo por esta presencia. Porque en ellos sólo esto es santo, sólo esto es el Señor.
C.S. Lewis (Los Cuatro Amores (Spanish Edition))
Extraño como un pato en el Manzanares, torpe como un suicida sin vocación, absurdo como un belga por soleares, vacío como una isla sin Robinson, oscuro como un túnel sin tren expreso, negro como los ángeles de Machín, febril como la carta de amor de un preso…, Así estoy yo, así estoy yo, sin ti. Perdido como un quinto en día de permiso, como un santo sin paraíso, como el ojo del maniquí, huraño como un dandy con lamparones, como un barco sin polizones…, así estoy yo, así estoy yo, sin ti. Más triste que un torero al otro lado del telón de acero. Así estoy yo, así estoy yo, sin ti. Vencido como un viejo que pierde al tute, lascivo como el beso del coronel, furtivo como el Lute cuando era el Lute, inquieto como un párroco en un burdel, errante como un taxi por el desierto, quemado como el cielo de Chernovil, solo como un poeta en el aeropuerto…, así estoy yo, así estoy yo, sin ti. Inútil como un sello por triplicado, como el semen de los ahorcados, como el libro del porvenir, violento como un niño sin cumpleaños, como el perfume del desengaño…, así estoy yo, así estoy yo, sin ti. Más triste que un torero al otro lado del telón de acero. Así estoy yo, así estoy yo, sin ti. Amargo como el vino del exiliado, como el domingo del jubilado, como una boda por lo civil, macabro como el vientre de los misiles, como un pájaro en un desfile…, así estoy yo, así estoy yo, sin ti. Más triste que un torero al otro lado del telón de acero. Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Joaquín Sabina
El afecto, ya lo dije, no se da importancia. La caridad —decía san Pablo— no es engreída. El afecto puede amar lo que no es atractivo: Dios y sus santos aman lo que no es amable. El afecto «no espera demasiado», hace la vista gorda ante los errores ajenos, se rehace fácilmente después de una pelea, como la caridad sufre pacientemente, y es bondadoso y perdona. El afecto nos descubre el bien que podríamos no haber visto o que, sin él, podríamos no haber apreciado. Lo mismo hace la santa humildad. Pero si nos detuviéramos sólo en estas semejanzas, podríamos llegar a creer que este afecto no es simplemente uno de los amores naturales sino el Amor en sí mismo, obrando en nuestros corazones humanos y cumpliendo su ley. ¿Tendrían razón entonces los novelistas ingleses de la época victoriana, al decir que es suficiente este tipo de amor? ¿Son «los afectos caseros», cuando están en su mejor momento y en su desarrollo más pleno, lo mismo que la vida cristiana? La respuesta a estas preguntas, lo sé con seguridad, es decididamente No. No digo solamente que esos novelistas escribieron a veces como si nunca hubieran conocido ese texto evangélico sobre el «odiar» a la esposa y a la madre y aun la propia vida —aunque, por supuesto, sea así—, sino que la enemistad entre los amores naturales y el amor de Dios es algo que un cristiano procura no olvidar. Dios es el gran Rival, que en cualquier momento me puede robar —al menos a mí me parece un robo— el corazón de mi esposa, de mi marido o de mi hija.
C.S. Lewis (The Four Loves)
Otro día [el padre Valverde] nos habló del Limbo, que es un sitio muy aburrido, lleno de niños sentados en fila, sin moverse, porque no están bautizados. Y luego del Purgatorio, que también es feo y hace mucho calor, y un barullo terrible, porque todos hablan a un tiempo... Al fin nos contó cómo era el cielo. Fue el último día. ¡Qué bonito debe de ser! Nos dijo que había que subir primero siete escalones de plata... Y allí en el descansillo están las almas que van a entrar, vestidas de blanco, esperando que las llamen. Luego hay que subir otros siete escalones de oro y otros siete de diamantes, y siete rayos de luna y siete rayos de sol..., y no sé, porque es tan bonito, que lo confundo con el palacio de Aladino y tengo miedo de contarlo mal. Allí arriba hay coros de ángeles cantando, y santos (...) Y, claro, he decidido irme al cielo, porque me gusta más que el colegio
Elena Fortún (Celia en el colegio (Celia, #2))
Al final, la carne se convierte en nuestro peor enemigo si desconocemos su naturaleza de pecado. Asumiendo esto como conocimiento real, podremos comenzar a educar el cuerpo material como quien educa un caballo. El espíritu es el jinete y el cuerpo, el caballo. Cuando conocemos plenamente la naturaleza animal de ese caballo podremos tenerlo bajo nuestra obediencia, disciplina y cuidado. Un caballo con jinete sobre sus lomos es un animal útil, un elemento que labora, un vehículo que facilita el movimiento de innumerables tareas materiales de quien lo utiliza. En esos momentos sí estamos facilitando la gracia de Dios para que habite en nuestro cuerpo, porque ya es un verdadero templo de su Espíritu.   Cuando el cuerpo es educado bajo la estricta obediencia del Espíritu, encontraremos que es el Espíritu Santo quien finalmente cabalgará ese instrumento. El Señor vivirá en nosotros y nosotros en Él.
Marino Restrepo (De la Oscuridad a la Luz (Spanish Edition))
Y que me gana la risa. Empecé a reír poshombre con risa muy mía muy interna porque cuando no se entienden las cosas no queda otra cosa y además el lugar es santo y siempre hay que tener respeto ¿no? pero no podía parar y empecé a carcajearme. Lleno de miedo oí como los gallos contestaban y la bruta risa se repitió por los corrales cercanos, alzándose en las cuestas y caracoleando por las calles. Comprendí que algo había que hacer pacalmarla y me aticé un chingadazo en la boca con tamaña piedra. Pior. Más risa me dio al escupir tanto miedo ¡Es una enfermedá! Alhora que subió el sol y las gentes llegaban a rezarle a sus ánimas y a limpiar las sepulturas, a dejarles flores, Jaimias, hijo de Alquimias y Gameta, se estaba orinando de la risa. Mismito arriba de su propio nombre. ¡Véanme! Yo Jaimias Más Omenos. Jaimias Más Omenos. Mjt. Dijeron don Lobo y don Crepúsculo sin hacerme caso al pasar por ahí. Irreverente siempre fue ¡Cállense por diositosanto! no digan pendejadas que me voy a morir desta risa ¿no ven las lágrimas? ya ni respirar puedo.
Mario de Lille Fuentes (Primero la voz : antología de narrativa contemporánea de Tabasco)
   ¿Qué tenían en común todos esos individuos? «No se distinguían por ningún rango u oficio.» Desempeñaban las más variadas ocupaciones. No eran partidarios fanáticos del régimen. Era la gente que, cuando me sentía perdido y desesperado, hacía que volviera a recuperar la fe en la Unión Soviética. Creaban a su alrededor pequeñas islas de orden y dignidad en medio de un océano de caos y absurdidad. Fuera cual fuese el ámbito en el que trabajaban, su influencia se transmitía a su entorno. Y es el conjunto de esas islas humanas, diseminadas por todo el Imperio soviético, lo que mantiene la coherencia de su estructura e impide que se desintegre.    Esos hombres, sean o no comunistas, son «patriotas soviéticos» en el sentido con que esa palabra se usó al principio en la Revolución francesa. No son ni héroes ni santos, y todas sus virtudes cívicas van siempre en contra del régimen al que sirven. Están motivados por un grave sentido de responsabilidad en un país donde todo el mundo teme y elude la responsabilidad; tienen iniciativa y criterio independiente donde la obediencia ciega es la norma; son leales y entregados a sus semejantes en un mundo donde se espera lealtad solo hacia los superiores y entrega solo al Estado. Tienen honor personal y una dignidad de comportamiento inconsciente donde estas palabras son objeto de escarnio.    Aunque hay miles de ellos, constituyen una pequeña minoría, y son siempre las primeras víctimas de cada nueva purga. Aun así, no desaparecen. Los que conocí en Rusia tenían en su mayoría treinta y poco años, y pertenecían a la generación posrevolucionaria. Actualmente vuelvo a encontrar el mismo tipo de personas entre los emigrados rusos de la posguerra, que pertenecen a una generación posterior. Esos hombres rectos, entregados, enérgicos y audaces fueron y son la columna vertebral de un régimen que niega todos los valores que representan. Como comunista, daba su existencia por sentado, ya que creía que eran el producto de la educación revolucionaria, ese «nuevo tipo de hombre» cuyo advenimiento había predicho Marx. Hoy día me doy cuenta de que su existencia es prácticamente un milagro, de que han llegado a ser lo que son no a causa de, sino a pesar de su educación: un triunfo de la indestructible sustancia humana sobre el entorno deshumanizador.
Arthur Koestler
En Occidente, cultivamos la manía de la «objetividad», la actitud ascética del científico o del corredor de bolsa que sacrifican la belleza y universalidad de la existencia en aras de una meta más o menos ideal. En Oriente, las cultivadas son la sabiduría, la paz, el desprendimiento y la inmutabilidad de aquella psique que ha conseguido retornar a su origen oscuro, dejando por fin atrás todas las penas y alegrías que normalmente jalonan —y que muy probablemente deberían jalonar— el transcurso de nuestra vida. Nada tiene de extraño, por tanto, que esta unilateralidad haya dado origen en ambos casos a formas muy similares de monaquismo. En ambos casos esa parcialidad garantiza al eremita, al hombre santo, al monje o al científico, una concentración sin fisuras en su objetivo. No tengo nada en contra de la unilateralidad en cuanto tal. El hombre, el gran experimento de la naturaleza o su propio gran experimento, está sin duda autorizado a acometer empresas semejantes —siempre y cuando pueda soportarlas—. De lo contrario, los frutos de la evolución del espíritu humano serían siempre los mismos. Pero no veo qué puede tener de malo hacer un esfuerzo por comprender a las dos partes.
C.G. Jung (Psicología de la religión oriental (Pliegos de Oriente) (Spanish Edition))
Tengo que ser yo mismo. No puedo quebrantarme más por ti. Si podéis amarme por lo que soy, seremos más felices. Si no podéis, trataré sin embargo de merecer que me améis. No ocultaré mis gustos y mis aversiones. Confío tanto en que todo lo que es profundo es santo, que ejecutaré sin vacilar cuanto me alegra íntimamente, y el corazón me manda. Si sois nobles, os amaré; si no lo sois, no os deshonraré ni me deshonraré a mí mismo con hipócritas atenciones. Si sois sinceros, pero no interpretáis la verdad como yo, uníos a vuestros compañeros; yo buscaré los míos; no obro de este modo por egoísmo, sino humilde y sinceramente. Es vuestro interés y el mío y el de todos los hombres vivir en la verdad, aunque hayamos sido mucho tiempo esclavos de la mentira. ¿Os suena esto duramente hoy? Pronto amaréis lo que prescribe vuestra naturaleza, lo mismo que la mía, y si seguimos a la verdad, ella nos llevara a lugar seguro. Pero de ese modo podéis causar dolor a estos amigos. Sí; pero yo no puedo vender mi libertad y mi poder para ahorrarles ese dolor. Además, todas las personas tienen horas de lucidez cuando se elevan a la región de la verdad absoluta; entonces me darán la razón y me imitarán.
Ralph Waldo Emerson (Self Reliance)
Hoy atravesaremos el éter, las transparentes rutas celestes, volando en derechura al occidente, al lejano país, al lejano y ubérrimo país que se extiende allende la Mar Océana, que se extiende y florece y rebosa de oro y plata y metales preciosos, el lejano país donde se alzan altas torres, las más altas de la tierra, altas y puntiagudas, desafiando al cielo, horadándolo soberbias. Torres habitadas por gentes libertinas, desvergonzadas, impías, corrompidas gentes, sin temor alguno del Supremo Hacedor, hordas impúdicas, ruines, que chapotean en su iniquidad, y en placeres pecaminosos se revuelcan, y se burlan de lo santo. Se burlan y ríen al amparo de Satán, escupiendo sus miasmas a la Santa Rusia, a la Santa y Ortodoxa Rusia, pasando entre burlas los Días de la Verdad ofendiendo a la Verdad, ensuciando el nombre divino. (...) Adivinábamos, veíamos en medio de la Mar Océana el enorme buque de seis puentes que navegaba implacable hacia el Este procedente del país infame y felón, cargado de mercancías envilecedoras, cargado de propaganda subversiva, cargado de gente impía, podridas meretrices, palomas sucias. Rezumante de jolgorios demoníacos, rezumante de placeres satánicos, rezumante de perfumes de lupanar.
Vladimir Sorokin (Day of the Oprichnik)
Hay ciudades tan descabaladas, tan faltas de sustancia histórica, tan traídas y llevadas por gobernantes arbitrarios, tan caprichosamente edificadas en desiertos, tan parcamente pobladas por una continuidad aprehensible de familias, tan lejanas de un mar o de un río, tan ostentosas en el reparto de su menguada pobreza, tan favorecidas por un cielo espléndido que hace olvidar casi todos sus defectos, tan ingenuamente contentas de sí mismas al modo de las mozas quinceañeras, tan globalmente adquiridas para el prestigio de una dinastía, tan dotadas de tesoros -por otra parte- que puedan ser olvidados los no realizados a su tiempo, tan proyectadas sin pasión pero con concupiscencia hacia el futuro, tan desasidas de una auténtica nobleza, tan pobladas de un pueblo achulapado, tan heroicas en ocasiones sin que se sepa a ciencia cierta por qué sino de un modo elemental y físico como el del campesino joven que de un salto cruza el río, tan abigarradas de sí mismas aunque en verdad el licor de que están ahítas no tenga nada de embriagador, tan insospechadamente en otro tiempo prepotentes sobre capitales extranjeras dotadas de dos catedrales y de varias colegiatas y de varios palacios encantados -un palacio encantado al menos para cada siglo-, tan incapaces para hablar su idioma con la recta entonación llana que le dan los pueblos situados hacia el norte a doscientos kilómetros de ella, tan sorprendidas por la llegada de un oro que puede convertirse en piedra, pero que tal vez se convierta en carrozas y troncos de caballos con gualdrapas doradas sobre fondo negro, tan carentes de una auténtica judería, tan llenas de hombres serios cuando son importantes y simpáticos cuando no son importantes, tan vueltas de espaldas a toda naturaleza -por lo menos hasta que en otro sitio se inventaron el tren eléctrico y la telesilla-, tan agitadas por tribunales eclesiásticos con relajación al brazo secular, tan poco visitadas por individuos auténticos de la raza nórdica, tan abundante de torpes teólogos y faltas de excelentes místicos, tan llenas de tonadilleras y de autores de comedias de costumbres, de comedias de enredo, de comedias de capa y espada, de comedias de café, de comedias de punto de honor, de comedias de linda tapada, de comedias de bajo coturno, de comedias de salón francés, de comedias del café no de comedia dell'arte, tan abufaradas de autobuses de dos pisos que echan humo cuanto más negro mejor sobre aceras donde va la gente con gabardina los días de sol frío, que no tienen catedral.
Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio)
La tradición del islam místico comparte esta misma convicción. Me gustaría relatarle algo tomado de la leyenda dorada de los santos musulmanes. Un día, Suturá, una buena mujer, fue a visitar a Tierno Bokar, el sabio de Bandiagara: esta aldea de Mali está situada en la meseta del mismo nombre, rodeada de altos acantilados al pie de los cuales viven los dogon, pueblo famoso por su arte austero, su compleja cosmogonía y su hondo sentido de la trascendencia. «Tierno –le dijo Suturá–, estoy muy irritable. Me molesta hasta lo más insignificante. Querría recibir de ti una bendición o una oración que me haga dulce, amable y paciente». No había acabado de hablar cuando su hijo, un niño de tres años que estaba esperándola en el patio, agarró una tabla y le dio un golpe en la espalda. Ella miró al niño, sonrió y, atrayéndolo hacia ella, dijo dándole un cachete cariñoso: «¡Qué niño más malo! Mira cómo trata a su madre…». «Si tan irritable estás, ¿por qué no te enfadas con tu hijo?», le preguntó Tierno Bokar. «Si no es más que un niño –contestó Suturá–. No sabe lo que hace. Con un niño de esta edad no hay quien se enfade». «Vete a casa, querida Suturá –le dijo Tierno– y, cuando alguien te irrite, acuérdate de la tabla y piensa: “Tenga los años que tenga, esta persona está actuando como un niño de tres años”. Sé indulgente: puedes hacerlo, ya que acabas de serlo con tu hijo cuando te ha dado ese golpe. Obra así y no volverás a enfadarte. Vivirás feliz y te sentirás mejor. Las bendiciones que desciendan sobre ti serán mucho mayores que las que puedas recibir de mí: serán las bendiciones de Dios y del propio Profeta. Quien soporta y perdona una ofensa –continuó– se parece a una de esas grandes ceibas que ensucian los buitres al posarse en sus ramas. El aspecto repugnante del árbol solo dura una parte del año. Todos los inviernos Dios envía unos cuantos chaparrones que lo limpian de la copa a las raíces y lo revisten de un nuevo follaje. Procura prodigar el amor que sientes por tu hijo a todas las criaturas de Dios. Porque Dios quiere a sus criaturas como un padre a sus hijos. Entonces llegarás a lo más alto de la escala, allí donde, gracias al amor y la caridad, el alma solo ve y valora la ofensa para perdonarla mejor». Las palabras de Tierno supusieron tanto para Suturá que, a partir de ese día, consideró hijos suyos a todos los que la ofendían y no les respondió más que con dulzura, amor y una paciencia silenciosa y sonriente. Tanto cambió que, al final de su vida, la gente decía: «Paciente como Suturá». Nunca más hubo nada capaz de enfadarla. Cuando murió, se la consideraba prácticamente una santa.
Robert Sarah (La fuerza del silencio)
El Espíritu Santo es una persona. Igual que tú, Él puede sentir, percibir y responder. Él se duele. Él tiene la habilidad de amar y la habilidad de odiar. Él habla, y tiene Su propia voluntad. Pero exactamente, ¿quién es Él? El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios el Padre y el Espíritu de Dios el Hijo. Él es el poder de la Deidad—el poder de la Trinidad. ¿Cuál es Su obra? La obra del Espíritu es traer el mandamiento del Padre y la ejecución del Hijo. Para entender la obra del Espíritu Santo necesitamos entender la obra del Padre y del Hijo. Dios el Padre es el que da el mandamiento. Él es el que siempre ha dicho: «Sea hecho». Desde el principio, ha sido Dios, quién da las órdenes. Por otro lado, es Dios el Hijo quien ejecuta el mandamiento del Padre. Cuando Dios el Padre dijo: «Sea la luz», Dios el Hijo vino y lo hizo. Luego, Dios el Espíritu Santo trajo la luz. Permíteme ilustrarlo en esta forma. Si yo te pido: «Por favor, enciende la luz», tres fuerzas estarían envueltas. Primero, yo sería el que daría la orden. Segundo, tú serías el que iría al interruptor y lo enciendes. En otras palabras, tú eres el ejecutor de la orden. Pero finalmente, ¿quién trae la luz? No soy yo, ni tú. Es el poder—la electricidad—lo que produce la luz. El Espíritu Santo es el poder de Dios. Él es el poder del Padre y del Hijo. Él es quien ejecuta la obra del Hijo.
Benny Hinn (Buenos días, Espíritu Santo (Spanish Edition))
Lo había conocido años atrás cuando asistió a una de mis cruzadas, donde lloró arrepentido y oró pidiendo ser salvo. Aquella noche salió de la sala de oración con verdadero gozo en su corazón. Pero ahora se veía completamente desolado; nunca en mi vida había visto un rostro joven tan triste. Me dijo: —Señor Wilkerson, no sé hacia dónde encaminarme. No tengo gozo, y Dios parece estar muy lejos. Me siento tentado, y temo que voy a caer en el pecado y perder mi contacto con Dios. ¡No siento nada más que temor y temblor! Le puse la mano en el hombro y le dije: — Hijo, esta es tu hora de prueba. Dios te está probando para ver qué hay en tu corazón. ¿Estás dispuesto a arrepentirte, aceptar su perdón y seguir acercándote a la Luz? Dios no te ha abandonado. De repente empezaron a correrle lágrimas por las mejillas: — ¿Quiere decir que en realidad Dios no está enojado conmigo? — No — respondí. — Y este desasosiego y desesperanza que tengo, ¿será resultado de algún hábito terrible en mi vida? — me preguntó. Le dije que eso sólo él podía contestarlo. — Pues no, no lo creo — replicó él. Entonces, de pronto, comenzó a ver la luz: ¡después de todo no era culpa de Dios! Era su descuido de la oración y del hambre por la Palabra, durante su temporada de sufrimiento, lo que le había hecho temer y tropezar. En ese momento el Espíritu del Señor comenzó a dispensarle esperanza; levantó sus manos y alabó al Señor: “Ayúdame a salir de esto, Señor. ¡Restaura mi fe!” Cuando me despedí de él, le estaba dando gracias a Dios por hacerlo retornar a un compromiso sólido. El Espíritu Santo estaba comenzando a resplandecer de nuevo en él.
David Wilkerson (Tenemos hambre de Cristo: Experimentando su presciencia en tiempos difíciles)
Es indudable y evidente que no son cristianos si creemos lo que ha dicho el Señor: los cristianos viven en santidad, ellos viven en iniquidad; los cristianos aman a Dios, ellos aman al mundo; los cristianos son humildes, ellos son orgullosos; los cristianos son amables, ellos son impulsivos; los cristianos tienen el sentir que hubo también en Cristo Jesús,19 ellos están muy lejos de alcanzarlo. Por lo tanto son tan cristianos como son arcángeles. Sin embargo, creen que lo son y pueden presentar numerosas razones para probarlo. En primer lugar, durante toda su vida los han llamado así, y fueron bautizados hace muchos años; han adoptado «las ideas cristianas», comúnmente llamadas fe cristiana o católica; usan «formas de culto cristianas», como lo hicieron sus padres antes que ellos, y, finalmente, viven una «buena vida cristiana» al igual que el resto de sus vecinos. ¿Quién, entonces, se atreverá a pensar o decir que estas personas no son cristianas? Sin embargo, no tienen un ápice de auténtica fe en Cristo o de verdadera santidad interior. ¡Jamás han experimentado el amor de Dios o fueron hechos partícipes del Espíritu Santo!20 17. ¡Pobre gente! No hacen otra cosa que engañarse a sí mismos. Ustedes no son cristianos; son entusiastas en grado sumo. Me podrán decir: «Médico, cúrate a ti mismo».21 De acuerdo, pero primero deben conocer qué enfermedad tienen. Toda su vida se reduce al entusiasmo, en el sentido de que viven imaginando que recibieron la gracia de Dios cuando no es así. Como consecuencia de este tremendo error, continúan equivocándose día tras día, hablando y actuando bajo una apariencia que en verdad no les pertenece. De aquí surge esa incoherencia tan palpable y visible que atraviesa todas sus acciones, y que es una extraña mezcla de paganismo real y cristianismo imaginario. Sin embargo, como tienen a la gran mayoría de su lado, guiándose por los números siempre podrán argumentar que son las únicas personas en su sano juicio, y que son dementes quienes no compartan sus ideas. Pero esto no altera la verdadera naturaleza de las cosas. Ante los ojos de Dios y de sus ángeles, y aun ante los hijos de Dios en la tierra, ustedes no son otra cosa que dementes, entusiastas nada más.
Justo L. González (Obras de Wesley, Tomo I-II)
Consideremos nuevamente este punto. Eso es aquí, Es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él están todos los que amamos, todo los que conoces, todos de quiénes haz oído hablar, y todos los seres humanos, quiens fueran que han vivido sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja de enamorados, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí: en una mota de polvo suspendida en un rayo de Sol. La Tierra es un muy pequeño escalón en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre derramados por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueles visitas que los habitantes de una esquina de ese pixel hicieron contra los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; la frecuencia de sus malentendidos, la impaciencia por matarse unos a otros, la generación de fervientes odios. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la falsa ilusión de tener una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este pálido punto de luz. Nuestro planeta es una mota solitaria en la inmensa oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro cercano, al cual nuestra especie pudiera migrar. ¿Visitar?, Sí. Establecerse, ¿aún no?. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de la soberbia humana que ésta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar y cuidar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido
Carl Sagan
El conflicto no tiene solución sino cuando Pío XI -este gran papa tan inflexible como conciliador según era menester- se avino a convenir con Mussolini, en 1929, los Acuerdos de Letrán, por los cuales, a cambio de la soberanía pontificia sobre un territorio minúsculo (44 hectáreas tiene en números redondos el Estado de la Ciudad del Vaticano) reconoce la Santa Sede la existencia del Reino de Italia con el territorio que le compete y con Roma como capital. (p. 15) Lo que no depende de la poca o mucha virtud del conquistador, sino de la naturaleza de lo conquistado. (p. 7) … Porque el vulgo se deja llevar siempre del éxito y de las apariencias, y en el mundo no hay sino vulgo (nel mondo non è se non vulgo). (p. 37) .. el dicho de Renan: Después de Atenas, ninguna ciudad ha contribuido tanto como Florencia en la promoción del espíritu humano. (p. 9) Con lo cual queda despachada la cuestión del fin y los medios, los cuales, si son malos, no pueden jamás ponerse por obra, así sea en la consecución del más santo de los fines. (p. 47) Nicolás Maquiavelo fue un escritor extraordinariamente fecundo, y en todos los muchos y variados géneros que cultivó -con la sola excepción de sus poesías, decididamente mediocres-, de suprema excelencia. (p. 11) Sin embargo, el que menos ha confiado en el azar es siempre el que más tiempo se ha conservado en su conquista. También facilita enormemente las cosas el que un príncipe, al no poseer otros Estados, se vea obligado a establecerse en el que ha adquirido. Pero quiero referirme a aquellos que no se convirtieron en príncipes por el azar, sino por sus virtudes. Y digo entonces que, entre ellos, los más ilustres han sido Moisés, Ciro, Rómulo, Teseo y otros no menos grandes. Y aunque Moisés sólo fue un simple agente de la voluntad de Dios, merece, sin embargo, nuestra admiración, siquiera sea por la gracia que lo hacía digno de hablar con Dios. Pero también son admirables Ciro, y todos los demás que han adquirido o fundado reinos; y si juzgamos sus hechos y su gobierno, hallaremos que no deslucen ante los de Moisés, que tuvo tan gran preceptor. Y si nos detenemos a estudiar su vida y sus obras, descubriremos que no deben a la fortuna sino el haberles proporcionado la ocasión propicia, que fue el material al que ellos dieron la forma conveniente. Verdad es que, sin esa ocasión, sus méritos de nada hubieran valido; pero también es cierto que, sin sus méritos, era inútil que la ocasión se presentará. (pp. 9-10) Pero volvamos a nuestro asunto. Cualquiera que meditase este discurso hallaría que la causa de la ruina de los emperadores citados ha sido el odio o el desprecio, y descubriría a qué se debe que, mientras parte de ellos procedieron de un modo y parte de otro, en ambos hubo dichosos y desgraciados. (p. 36) porque el que vence no quiere amigos sospechosos y que no lo ayuden en la adversidad, y el que pierde no puede ofrecer ayuda a quien no quiso empuñar las armas y arriesgarse en su favor. (p. 40)
Niccolò Machiavelli (The Prince)
No obstante, la marea creciente del monoteísmo no barrió realmente el dualismo. El monoteísmo judío, cristiano y musulmán asimiló numerosas creencias y prácticas dualistas, y algunas de las ideas más básicas de lo que denominamos «monoteísmo» son, de hecho, dualistas en origen y espíritu. Incontables cristianos, musulmanes y judíos creen en una poderosa fuerza maligna (semejante a la que los cristianos denominan el Diablo o Satanás) que puede actuar independientemente, luchar contra el Dios bueno y causar estragos sin el permiso de Dios. ¿Cómo puede un monoteísta ser partidario de una creencia dualista de este tipo (que, por otro lado, no puede encontrarse en parte alguna del Antiguo Testamento)? Lógicamente, es imposible. O bien uno cree en un Dios único y omnipotente o bien cree en dos poderes opuestos, ninguno de ellos omnipotente. Aun así, los humanos poseen una maravillosa capacidad para creer en contradicciones. De manera que no debería ser ninguna sorpresa que millones de piadosos cristianos, musulmanes y judíos consigan creer a la vez en un Dios omnipotente y en un Diablo independiente. Incontables cristianos, musulmanes y judíos han ido más lejos y han llegado a imaginar que el buen Dios necesita incluso nuestra ayuda en su lucha contra el Diablo, lo que, entre otras cosas, inspiró la convocatoria de yihads y cruzadas. Otro concepto dualista clave, en particular en el gnosticismo y el maniqueísmo, era la distinción clara entre cuerpo y alma, entre materia y espíritu. Los gnósticos y maniqueos argumentaban que el dios bueno creó el espíritu y el alma, mientras que la materia y los cuerpos son la creación del dios malo. El hombre, según esta concepción, sirve de campo de batalla entre el alma buena y el cuerpo malo. Desde una perspectiva monoteísta, esto es un disparate: ¿por qué distinguir de manera tan tajante entre cuerpo y alma, o entre materia y espíritu? ¿Y por qué aducir que el cuerpo y la materia son malignos? Al fin y al cabo, todo fue creado por el mismo Dios bueno. Pero los monoteístas no pudieron dejar de sentirse cautivados por las dicotomías dualistas, precisamente porque les ayudaban a afrontar el problema del mal. De manera que dichas oposiciones acabaron siendo piedras angulares del pensamiento cristiano y musulmán. La creencia en el Cielo (el reino del dios bueno) y el Infierno (el reino del dios malo) fue también dualista en su origen. No hay rastro de tal creencia en el Antiguo Testamento, que tampoco afirma que el alma de la gente continúe viviendo después de la muerte. De hecho, el monoteísmo, tal como se ha desarrollado en la historia, es un caleidoscopio de herencias monoteístas, dualistas, politeístas y animistas, mezcladas en un revoltillo bajo un único paraguas divino. El cristiano cree en el Dios monoteísta, pero también en el Diablo dualista, en santos politeístas y en espíritus animistas. Los estudiosos de la religión tienen un nombre para esta admisión simultánea de ideas distintas e incluso contradictorias y la combinación de rituales y prácticas tomadas de fuentes distintas. Se llama sincretismo. El sincretismo, en realidad, podría ser la gran y única religión del mundo.     L
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)