Cuando Muera Quotes

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TESTAMENTO: Cuando muera, donen mi miseria a los má​s ricos.
Rafael Lechowski (Larga brevedad)
Me muera cuando me muera quiero que mi tumba huela como tu cuerpo ahorita.
Ángeles Mastretta (Arráncame la vida)
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: "amor, amor", y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: "¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!". Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: "Cultura". Cultura porque sólo a través de ella se puede resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. Medio pan e un libro. Locución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada)
Federico García Lorca
Lo que yo quiero, es ser admirado de los demás, elogiado de los demás [...]. Pero esta vida mediocre... ser olvidado cuando muera, eso sí que es horrible [...] sin embargo, algún día me moriré, y los trenes seguirán caminando, y la gente irá al teatro como siempre, y yo estaré muerto, bien muerto... muerto para toda la vida.
Roberto Arlt (El juguete rabioso)
Lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí. Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres porque el amor cuando no muere mata porque amores que matan nunca mueren.
Joaquín Sabina
yo no soy yo soy este que va a mi lado sin yo verlo; que, a veces, voy a ver, y que, a veces, olvido. El que calla, sereno, cuando hablo, el que perdona, dulce, cuando odio, el que pasea por donde no estoy, el que quedará en pié cuando yo muera.
Juan Ramón Jiménez
Ven, noche gentil, noche tierna y sombría, dame a mi Romeo y, cuando yo muera, córtalo en mil estrellas menudas: lucirá tan hermoso el firmamento que el mundo, enamorado de la noche, dejará de adorar al sol hiriente.
William Shakespeare (Romeo and Juliet)
El Frente intentó protegerse cruzando las manos sobre la cara como si con ellas tapara un molesto rayo de sol.
Cristian Alarcón (Cuando me muera, quiero que me toquen cumbia: Vidas de pibes chorros)
Ya me sobrará tiempo para descansar cuando me muera, pero esta eventualidad no está todavía en mis proyecto
Gabriel García Márquez (Love in the Time of Cholera)
Ya me sobrará tiempo para descansar cuando me muera, pero esta eventualidad no está todavía en mis proyectos.
Gabriel García Márquez (Love in the Time of Cholera)
Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas -decía-, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos.
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
-Tienes el don de hacer reír a los hombres- dijo la septa Lemore a Tyrion mientras secaba los dedos de sus pies. -Deberías estar agradecido al Padre de arriba. Otorga dones a sus hijos. -Es cierto- asintió gratamente. "Y cuando muera, por favor que entierren conmigo una ballesta, así podré agradecer al Padre de arriba por sus dones de la misma manera que agradecí al padre de abajo".
George R.R. Martin (A Dance with Dragons (A Song of Ice and Fire, #5))
Espero que cuando me muera alguien tenga sentido común suficiente como para tirarme al río o algo así. Cualquier cosa menos meterme en un maldito cementerio. Eso de que venga la gente los domingos a ponerte ramos de flores en el estómago y todo ese rollo. ¿Quién quiere flores cuando ya se ha muerto? Nadie.
J.D. Salinger (The Catcher in the Rye)
Ven, gentil noche, ven amorosa noche de negro ceño, dame a mi Romeo y, cuando muera, tómalo, redúcelo a polvo de estrellas y embellecerá la faz del cielo hasta el punto de que todo el mundo se enamorará de la noche y abandonará su culto al deslumbrante sol.
William Shakespeare (Romeo & Juliet)
¿Sabe lo que es saber que, cuando muera, pueden pasar días o semanas sin que se descubra mi cuerpo, antes de que el olor fétido atraiga a algún extraño? Intento consolarme. A veces, cuando me siento más solo, hablo conmigo mismo.No demasiado alto, porque temo mi propio eco vacío.
Irvin D. Yalom (When Nietzsche Wept)
Sin embargo, todavía sostiene el cuerno de Roland, el utilizado por Arthur Eld, o eso contaban las historias. No iba a devolverlo. «Porque lo toco mejor de lo que tú nunca lo hiciste —le dice a Roland, riendo—. Puedes volver a quedártelo cuando me muera. No te descuides de quitármelo, Roland, pues te pertenece.»
Stephen King (Wolves of the Calla (The Dark Tower, #5))
Cuando muera, quiero estar completamente agotado. Pues cuanto más duramente trabajo, más vivo. Gozo de la vida por la vida misma. Para mí la vida no es una pequeña vela. Es una especie de antorcha espléndida que por el momento sostengo, con fuerza, y quiero que arda con el mayor brillo posible antes de entregarla a las futuras generaciones.
George Bernard Shaw
Cuando el círculo de la sangre se completa la eternidad fragua la piedra filosofal. Vestida de juventud surge una nueva fuerza que al elegido otorga un poder inmortal Mas cuando ascienda la duodécima estrella, reanudará el destino su curso fatal. Perderá su lozanía el roble con ella, sometido al yugo del tiempo terrenal. Hasta que el lucero palidezca y muera, no tendrá el águila su nido eternal. Y solo por amor se extingue una estrella, si ha elegido libremente su final. De los Escritos secretos del conde de Saint Germain
Kerstin Gier (Smaragdgrün (Edelstein-Trilogie, #3))
Acuérdate del trato que hicimos. Cuando yo muera, todo lo que es mío será tuyo…-menos los sueños.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
Que un protestante se muera en domingo lo entiendo, siendo Lutero el diablo. ¿Pero un católico?. Tampoco entiendo que los terremotos tumben iglesias, y con gentecita devota adentro.¡Qué! ¿No estamos los católicos seguros ni en las iglesias, a salvo de la ira de Dios? Está uno tranquilo en una iglesia escampándose del aguacero o de la música disco cuando ¡pum! le da al Otro por temblar, por tirarle a uno el techo encima, las torres y los candiles, el pararrayos y el reloj. Vivir en sí es un peligro y en las iglesias ni se diga con la protección de arriba.
Fernando Vallejo
Si se sigue adelante, la desaparición de la primera emoción será compensada por un interés más sosegado y duradero. Lo que es más (y apenas encuentro palabras para deciros lo importante que considero esto); es justamente la gente que está dispuesta a someterse a la pérdida de esa primera intensa emoción y amoldarse al interés más sobrio la que tiene más probabilidad de encontrar nuevas emociones en otras direcciones diferentes. El hombre que ha aprendido a volar y se convierte en un buen piloto descubrirá de pronto la música; el hombre que se ha establecido en ese lugar encantador descubrirá la jardinería. Esto es, en mi opinión, una pequeña parte de aquello a lo que Cristo se refería cuando dijo que una cosa no vivirá verdaderamente a menos que muera primero. Es sencillamente inútil intentar conservar las emociones fuertes: eso es lo peor que se puede hacer. Dejad que esas sensaciones desaparezcan —dejad que mueran—, seguid adelante a través de ese período de muerte hacia el interés más sosegado y la felicidad que lo suceden, y descubriréis que estáis viviendo en un mundo que os proporciona nuevas emociones todo el tiempo.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Ven noche, ven, Romeo, ven tú, día en la noche, descansando en las alas de la noche, más blanco que nieve nueva sobre los lomos de los grajos. Ven, dulce noche, rostro negro de los amores, y tráeme a mi Romeo. Cuando me muera, tómalo y córtalo en estrellas, en fragmentos pequeñitos. Hará tan deliciosa la cara de los cielos que estará el mundo entero prendado de la noche y ya no adorará al sol extravagante.
William Shakespeare (Romeo and Juliet)
Cuando tienes un gran amor, debes cuidarlo como si fuera una planta. Debes abonarlo y protegerlo de la nieve. Es muy importante tratarlo con esmero. Si el amor es pequeño, deja que se marchite hasta que muera.
Hiromi Kawakami
Memento Cuando yo me muera enterradme con mi guitarra bajo la arena. Cuando yo me muera, entre los naranjos y la hierbabuena. Cuando yo me muera, enterradme, si queréis, en una veleta. ¡Cuando yo me muera! * * * * *
Federico García Lorca (Obras de Federico García Lorca: Biblioteca de Grandes Escritores (Spanish Edition))
Cuando me muera y me tengan que enterrar Quiero que sea con una de tus fotografaas Para que no me de miedo estar abajo Para que no se me olvide como es tu cara Para imaginar que estoy contigo Y sentirme un poquito vivo...
Saúl Hernández
¿Quieres que te diga la verdad? ¿Quieres que te diga algo real? Te quiero. Estoy enamorado de ti desde la noche en que la nieve te caía en el pelo y me besaste por primera vez. Doy las gracias por que mi vida esté atada a la tuya, porque así no tendré que pasar ni un solo día sin ti. Mi corazón latirá mientras lata el tuyo, y cuando mueras, nos postraremos ante Malek juntos. Menos mal que tú también me quieres, porque vas a tener que aguantarme en esta vida y en todas las siguientes.
Rebecca Yarros (Iron Flame (The Empyrean, #2))
Nunca he visto las estrellas. No de la manera en que lo hace Elian. Hay muchas cosas que no he hecho. Experiencias que él ha vivido que nadie más, especialmente yo, podría soñar. Las estrellas son una de ellas. Son de Elian de una manera que no pertenecen a nadie más. Él no sólo mira las estrellas, sino que también las imagina. Las dibuja en su mente, creando historias sobre dioses y guerras y almas de los exploradores. Piensa a dónde irá su alma cuando muera y si se convertirá en parte de la noche.
Alexandra Christo (To Kill a Kingdom (Hundred Kingdoms, #1))
Que se muera el olvido, que se escondan las llaves de los juzgados, que se acuerde Cupido de los maridos abandonados. Cuando llegue por fin mi mensaje a tus manos, en la gasolinera vieja esperaré; y tomaremos juntos al abordaje la carretera que te conté.
Joaquín Sabina
Esto ha reforzado mi decisión de seguir activa para siempre, de consumir hasta la última célula del cerebro y chispa del alma de modo que no quede nada cuando muera. No me voy a retirar, me voy a renovar. Y no pienso optar por la prudencia. Según Julia Child, la célebre chef, su secreto de longevidad era carne roja y ginebra. Mis excesos son de otra índole y, como Julia, no renunciaré a ellos. Mi madre decía que de lo único que uno se arrepiente en la vejez es de los pecados que no cometió y las cosas que no compró.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
No trato de distraerte. - Alzó la mano y agitó los dedos-. Hay cien billones de células en el cuerpo humano - explicó -. Y cada una de esas células de mi cuerpo te ama. Las células se mueren y nacen otras nuevas, y mis células nuevas te aman te aman más que las antiguas, y por eso te amo cada día más que el anterior. Es pura ciencia. Y cuando muera y me incineren, y me convierta en cenizas que se mezclen con el aire, y sea parte del suelo, de los árboles y las estrellas, cualquiera que respire el aire o vea las flores que crecen en la tierra o mire las estrellas, te recordará y te amará, porque así es como te amo yo. - Sonrió -. ¿Qué tal el discurso?
Cassandra Clare (City of Heavenly Fire (The Mortal Instruments, #6))
Todos los idiotas van por la vida pensando que son especiales, haciendo suyo ese engreimiento solipsista según el cual piensas que todo gira alrededor de ti, únicamente de ti. ¿Se nace con esta idea? Probablemente. Cuando descubres la empatía, se supone que abandonas lo anterior, pero tengo mis dudas de que sea posible hacerlo. Los monjes zen se pasan toda la vida intentándolo, pero es difícil. Siempre existe la posibilidad, por muy remota que pueda parecer, de que lo único verdaderamente importante es lo que está en tu mente, que tú eres la estrella de espectáculo, que todos los demás son simples personajes secundarios y que después de que tú mueras, todo dejará de existir.
Nick Sagan (Idlewild (Idlewild, #1))
Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas ―decía ―, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ello tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre».
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
Eso es lo malo. Que no hay forma de dar con un sitio tranquilo porque no existe. Cuando tu crees que por fin lo has encontrado, te encuentras con que alguien ha escrito un "joder" en la pared. De verdad les digo que cuando me muera y me entierren en un cementerio y me pongan encima una lápida que diga Holden Caufield y los años de mi nacimiento y de mi muerte, debajo alguien escribirá la dichosa palabrita.
J.D. Salinger (The Catcher in the Rye)
Por eso precisamente se les dice a los cristianos que no juzguen. Sólo vemos los resultados que las elecciones de un hombre extraen de su material en bruto. Pero Dios no juzga en absoluto a ese hombre por su material en bruto, sino por lo que ha hecho con él. La mayor parte de la estructura psicológica de un hombre se debe probablemente a su cuerpo: cuando su cuerpo muera todo eso se desprenderá de él, y el hombre central auténtico, aquello que eligió, el mejor o el peor partido que sacó de ese material, se quedará desnudo. Toda clase de cosas buenas que creíamos eran nuestras, pero que en realidad se debían a una buena digestión, se desprenderán de nosotros, y toda clase de cosas malas que se debían a los complejos o a la mala salud de los demás se desprenderán de ellos. Y entonces, por primerísima vez, veremos a todos tal como son.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda, ni llores sacudiéndote como quien estornuda, ni sufras «pataletas» que al vecindario alarmen, ni para prevenirlas compres gotas del Carmen. No te sientes al lado de mi cajón mortuorio usando a tus cuñadas como reclinatorio; y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame, no te le abras de brazos en actitud de ¡bésame! Hazte, amada, la sorda cuando algún güelefrito dictamine, observándome, que he quedado igualito. Y hazte la que no oye ni comprende ni mira cuando alguno comente que parece mentira. Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda: Yo quiero ser un muerto como los de Neruda; y por lo tanto, amada, no te enlutes ni llores: ¡Eso es para los muertos esülo Julio Florez! No se te ocurra, amada, formar la gran «llorona» cada vez que te anuncien que llegó una corona; pero tampoco vayas a salir de indiscreta a curiosear el nombre que üene la tarjeta. No grites, amada, que te lleve conmigo y que sin mí te quedas como en «Tomo y obligo», ni vayas a ponerte, con la voz desgarrada, a divulgar detalles de mi vida privada. Amor, cuando yo muera no hagas lo que hacen todas; no copies sus estilos, no repitas sus modas: Que aunque en nieblas de olvido quede mi nombre extinto, ¡sepa al menos el mundo que fui un muerto distinto!
Aquiles Nazoa (Humor y Amor)
Después me imaginé a toda la panda dejándome en un maldito cementerio con i nombre escrito en una lápida y todo eso. Rodeado de tíos muertos. Jo, buena te la hacen cuando te mueres. Espero que cuando me muera alguien tenga sentido común suficiente como para tirarme al río o algo así. Cualquier cosa menos meterme en un maldito cementerio. Eso de que venga la gente los domingos a ponerte ramos de flores en el estómago y todo ese rollo. ¿Quién quiere flores cuando ya se ha muerto? Nadie.
J.D. Salinger (The Catcher in the Rye)
Apareció entonces un hombre delgado de chaleco pulido tocando el violín en la esquina. Debo explicar que a este hombre lo vi una vez al anochecer cuando yo era niño en Recife y el sonido extenuado y agudo subrayaba con una línea dorada el misterio de la calle oscura. Junto al hombre escuálido había una latita de zinc donde hacían un ruido seco las monedas de los que oían con gratitud porque él les sollozaba la vida. Sólo ahora entiendo y sólo ahora brotó en mí el sentido secreto: el violín es un aviso. Sé que cuando yo muera voy a oír el violín del hombre y pediré música, música, música.
Clarice Lispector (The Hour of the Star)
Hay personas que coleccionan sellos; otras impresos antiguos. El señor Povondra [...] buscó durante largos años un complemento a su vida; [...] pero una tarde, cuando menos lo esperaba, se presentó en su vida lo que le faltaba para hacerla completa. Las grandes cosas, por lo general, ocurren de repente (p.111). - Préstame las tijeras [...]. Voy a recortar todo lo que publican los periódicos sobre esas salamandras, para dejar cuando muera algún recuerdo mío. Y así fue como el señor Povondra empezó a recoger los recortes que hablaban sobre las salamandras. [...] No ocultaremos que, después de cierto nerviosismo sufrido en los primeros días, aprendió en su café preferido a recortar de los periódicos que allí tenían a disposición de la clientela todos los artículos que trataban sobre las salamandras, y eso, en las mismas narices del camarero, sin que éste se diese cuenta y con la habilidad de un prestidigitador. Como se sabe, todos los coleccionistas estarían dispuestos a robar o asesinar con tal de conseguir algo nuevo para su colección. Pero esto no rebaja, de ninguna manera, su carácter moral. Ahora tenía ya un sentido su vida, porque era la vida de un coleccionista (p.113).
Karel Čapek (War with the Newts)
Cuando yo muera quiero tus manos en mi ojos: quiero la luz y el trigo de tus manos amadas pasar una vez más sobre mí su frescura: sentir la suavidad que cambió mi destino. Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero, quiero que tus oídos sigan oyendo el viento, que huelas el aroma del mar que amamos juntos y que sigas pisando la arena que pisamos. Quiero que lo que amo siga vivo y a ti te amé y canté sobre todas las cosas, por eso sigue tú floreciendo, florida, para que alcances todo lo que mi amor te ordena, para que se pasee mi sombra por tu pelo, para que así conozcan la razón de mi canto.
Pablo Neruda (100 Love Sonnets)
Se ha puesto pálido como un papel —observó Talia cuando alzó los ojos entornados hacia él—. Y se está tambaleando. ¿Se encuentra mal? En ese caso, creo que deberíamos volver al jardín para que se muera ahí. No quiero tener que llevarlo a rastras. Tiene pinta de pesar un quintal. —Levantó el brazo y le picó la barriga con el dedo—. Está blandito. Por algún motivo extraño, este simple gesto bastó para despejarle la vista. —No me encuentro mal —espetó—. Solo estoy... procesando información. —Ah. Lástima. Si empieza a dolerle la parte de arriba del brazo izquierdo, ¿me avisará? —¿Por qué iba a...? Eso es un síntoma de infarto, ¿no? La gnoma asintió. —¡Te exijo que me lleves con el señor Parnassus ahora mismo!
T.J. Klune (The House in the Cerulean Sea (Cerulean Chronicles, #1))
Cuando yo muera No quiero verte triste por mi ausencia. No quiero escuchar palabras de tristeza. Ni de tu rostro ver caer lágrima alguna.   Cuando yo muera Respeta mi silencio Que solo caí dormido y despertaré Cuando grites mi nombre y esté en tu recuerdo   Cuando yo muera Búscame en esos lugares, donde fuimos felices  En aquella banca del parque, o en el viento de tu calle Que yo estaré ahí, cuando escuche mi nombre    Cuando yo muera No llores por mi ausencia, ni pienses que he muerto Toma esta carta, que te dejo como recuerdo  En ellas recordaras mi alegría, y mi sonrisa que dejo grabada  Cuando yo muera Y tapen mi cuerpo con sábana blanca No llores, cuando ya me vaya  Vete y corre hacia donde puedas gritar mi nombre Que yo estaré ahí contigo, cuando el aire toque tu cuerpo    Cuando yo muera No intentes nunca extrañarme Búscame en aquellos lugares, o en tu corazón Que yo estaré ahí, para nunca más dejarte    Cuando yo muera No lleves flores a mi tumba tan fría Por que no estoy ahí y se marchitaran como un corazón olvidado No pronuncies nunca la palabra muerte  Porque mientras tú me recuerdes Yo estaré siempre a tu lado .
YIDER ARAQUE (ME LLAMO DALILA: HISTORIA DE LA VIDA REAL (Spanish Edition))
Bingo Junio-Julio-Agosto  Lord Voldemort (un libro que trate sobre la muerte): Un mosntruo viene a verme de Patrick Ness. Conor tiene que lidiar con el temor constante de que su madre muera a causa del cancer y es ahí cuando aparece el monstruo que le hace ver la realidad  Regulus Black (libro que el protagonista tenga un familia rara/malvada/numerosa): La tempestad de Shakespeare. Prospero es traicionado por su hermano y es mandando a una isla en el medio de la nada; Prospero jura venganza mediante sus poderes mágicos.  Barty Crouch Jr (libro que el/la protagonista participe en una secta o investigue sobre las mismas): Las chicas de Emma Cline. Evie se ve envuelta en una secta cuando es abandonada por su mejor amiga y su unica amiga en el mundo.  Fenrir Breyback (libro que tenga licántropos): Luna Nueva de Stephenie Meyer. Bella es abandonada por Edward, se acerca mas a jacob y descubre que el es un hombre lobo  Bellatrix Lestrange (libro en el que el romance tóxico sea lo principal) La selección de Kiera Cass. America Singer se ve envuelta en un triangulo amoroso entre el principe de Íllea, Maxon, y su amor de la ciudad, Aspen.  Draco Malfoy (libro que el/la protagonista sea desertor): Tres espejos; espada de Sebastián Vargas. Jian era un campesino que perdió al amor de su vida y se convierte en un pirata perseguido por el pueblo por ser desertor y huir de luchar en la guerra.  Lucius Malfoy (libro con puterio de ricos) Mansfield Park de Jane Auste. Fanny es adoptada por sus tios ricos y la llevan a vivir a Mansfield Park, ella se ve envuelta en todos los lios, complicaciones y preocupaciones de los ricos, donde cada acción tiene que ser friamente calculada  Petter Pettigrew (libro con animales como protagonistas): El principito de Antoine de Saint-Exupéry. El principito, un hombrecito de traje azul y pelo rubio se hace amigo de un zorro que lo aconseja sobre la vida.  Marietta (libro en que el/la protagonista tenga una doble vida/vida oculta): Heartsong de T.J Klune. Robbie se encuentra en otra manada, con sueño recurrente sobre unos lobos corriendo... Con el paso del tiempo, descubre que la vida que esta viviendo no era su vida.
Patrick Ness (A Monster Calls)
¿Dónde se guarda la música cuando no suena?, se preguntaba. Y, rendida, contestaba: que hagan un arpa de mis nervios cuando muera.
Clarice Lispector (Near to the Wild Heart)
Bienaventurado el que busca, aunque muera creyendo que jamás encontró. Y dichoso aquel que, a fuerza de buscar, encuentre. Cuando encuentre se turbará. Y habiéndose turbado, se maravillará y reinará sobre todo.
J.J. Benítez (Jerusalén (Caballo de Troya, #1))
Uno de los mejores hábitos que podés desarrollar es una actitud de perdón permanente porque, te guste o no, te van a lastimar u ofender muchas veces a lo largo de la vida. El término “ofensa” proviene del griego y significa “trampa”. Es decir que, cuando a vos te ofenden, te están poniendo una trampa. Cada palabra o acción que hiere tu estima es una trampa para que caigas. Tal vez, si caés en una trampa, no mueras, pero quedes desangrado. Si no aprendés a perdonar, a desatar el perdón, a sacar a la gente que se metió en tu casa sin permiso, quedás entrampado, atascado en esa ofensa que te atrapó. ¡No muerdas la trampa!
Bernardo Stamateas (Soluciones prácticas: 30 estrategias para potenciar mis fortalezas y resolver los conflictos (Spanish Edition))
Yo soy tu, querida madre, y mientras yo viva, tu también lo harás. Cuando muera, tu seguiras viviendo en este libro que te he dedicado y cuyo destino esta estrechamente atado a tu destino
Vasily Grossman
Honra a tu madre y no le des un disgusto en todos los días de su vida; haz lo que le agrade y no le causes tristeza por ningún motivo. 4 Acuérdate, hijo, de que ella pasó muchos trabajos por ti cuando te llevaba en su seno. Y cuando ella muera, entiérrala junto a mí, en el mismo sepulcro.
Anonymous (Biblia de Jerusalén (Spanish Edition))
En cierta ocasión, mientras jugaba al croquet con su hermana, ella le golpeó la sien con un mazo sin querer. Instantes antes de caer al suelo, Lincoln pensó «Puede que muera. Este podría ser el fin». Así se sintió cuando Sam le dijo que estaba enamorada de Marlon.
Rainbow Rowell (Attachments)
—Cuando muera, lo único que quiero es que me sepulten aquí y siembren una ceiba encima. Ah, y no quiero que vengan a visitarme nunca, porque el cuerpo es una herramienta que nos dan para estar en la tierra.
Juan Pablo Escobar (Pablo Escobar, mi padre (Edición española): Radiografía íntima del narco más famoso de todos los tiempos (PENINSULA) (Spanish Edition))
Apenas la leí, me dije que todos sus deseos se realizarían. Cuando el starets Zósimo muera, tendré que dejar el monasterio. Luego acabaré mis estudios, me examinaré y, cuando tengamos la edad que señala la ley, nos casaremos. La querré mucho. Aunque no he tenido tiempo de pensar en ello, he comprendido que nunca hallaré una esposa mejor que usted.
Fyodor Dostoevsky (Los Hermanos Karamazov (Spanish Edition))
Ahora mismo tienes tanta influencia sobre la gente como el Elector; puede que más. Si manejamos tu prestigio con habilidad, cuando el Elector muera, el Senado será incapaz de detener la revolución. –¿Y
Marie Lu (Prodigy (Legend, #2))
Cuando se muere en la calle se acaba formando un estruendo horroroso alrededor. No es verdad que se muera solo. Se acaba con caras que no se conocen delante de las narices, personas que tocan piernas y brazos para averiguar si el cuerpo es ya cadáver o vale la pena pedir que vaya una ambulancia.
Roberto Saviano (Gomorrah)
El que calla, sereno, cuando hablo, El que perdona, dulce, cuando odio, El que pasea por donde no estoy, El que quedará en pie cuando yo muera.
José Ramón Ayllón (¿Qué es la verdad? (dBolsillo nº 877) (Spanish Edition))
Al abordar la atención me doy cuenta de que he esc rito mucho sobre el dolor. No es por coincidencia. Puede que en otras personas no funcione así, pero el dolor es el precio que tuve que pagar para aprender a prestar atención. En tiempos de dolor, cuando aterra contemplar el futuro y escuece demasiado recordar el pasado, he aprendido a prestar atención al aquí y al ahora. El momento preciso en el que estaba era siempre el único lugar seguro para mí. Cada momento tomado en soledad era siempre soportable. En el aquí y el ahora exactos todos estamos siempre bien. Ayer puede que el matrimonio se rompiera. Mañana puede que el gato se muera. La llamada del amante, por mucho que la espere, puede que no llegue nunca, pero justo en este momento, justo ahora, no pasa nada. Estoy respirando, inhalando y exhalando. Cuando me di cuenta de esto empecé a entender que no hay momento que no tenga su propia belleza.
Julia Cameron (The Artist's Way: A Spiritual Path to Higher Creativity)
Y pensar que después que yo me muera, aún surgirán mañanas luminosas, que bajo un cielo azul, la primavera, indiferente a mi mansión postrera, se encarnará en la seda de las rosas Y pensar que, desnuda, azul, lasciva, sobre mis huesos danzará la vida, y que habrá nuevos cielos de escarlata, bañados por la luz del sol poniente y noches llenas de esa luz de plata, que inundaban mi vieja serenata, cuando aún cantaba Dios, bajo mi frente. Y pensar que no puedo en mi egoísmo llevarme al sol ni al cielo en mi mortaja; que he de marchar yo solo hacia el abismo, y que la luna brillará lo mismo y ya no la veré desde mi caja
Agustín de Foxá
Yo te saludo Fénix vigoroso y te nombro Presidente de la Verdadera República de los Pájaros y te regalo por adelantado la colilla de mi vida para que tú renazcas cuando yo muera de las cenizas del que fue tu amigo.
Jacques Prévert
Bienaventurado el que busca, aunque muera creyendo que jamás encontró. Y dichoso aquel que, a fuerza de buscar, encuentre. Cuando encuentre, se turbará. Y habiéndose turbado, se maravillará y reinará sobre todo.
J.J. Benítez (Jerusalén (Caballo de Troya, #1))
—Yo sé que mi vida no ha sido nada del otro mundo, hijo —dijo la vieja después de un rato—. Lo mismo todos los días: que la cocina, que el telar, que la preocupación por el viejo que iba a volver curado y tenía que levantarse temprano, y luego por usted que no llamaba nunca del norte. Todos los días lo mismo. Pero esta ha sido mi vida y ha tenido cosas bonitas. Un día fui madre: usted me hizo madre. Y ese día tuve en mis brazos a una cosita que había salido de mí misma y que tenía un corazón que latía. Y cuando pequeña escuché historias de mis abuelos acurrucada cerca del brasero, y aprendí el oficio de tejedora de mi propia madre. Y ahora de vieja salgo todavía a caminar y a mirar el mar, y a veces me hago una agüita de boldo con harta azúcar. Y los sábados me levanto a preparar un almuerzo rico porque viene usted, y cuando le oigo los pasos el corazón se me acelera de la emoción. Y es verdad: ya tengo más de ochenta años y sé que me voy a morir en un tiempito más. Y cuando estos viejos de la caleta se mueran también, y cuando se muera usted, nadie se va a acordar de mí, así como poco a poco a mí misma me va siendo cada vez más difícil recordar la cara de Florencio, y la de Rubén, y también la del padre Jerónimo, y hasta me olvido de cómo era mi pobre vecina Jimena, que en paz descanse, tan joven que partió. Pero a mí eso no me preocupa, no me preocupa que cuando yo muera a usted mismo le cueste recordar mi cara y mi voz. ¿Sabe por qué? Porque lo tuve a usted en mis brazos, y porque aprendí a tejer con mi madre, y porque me he tomado miles de agüitas mirando el mar. Eso nadie lo sabe y a nadie le importa y por lo mismo está claro que nadie lo va a recordar, pero yo lo tengo acá adentro, y cuando venga la muerte la podré mirar y preguntarle cuántos hijos tuvo ella, cuántas cucharadas de azúcar le puso a sus tecitos, cuántas veces vio una gaviota lanzarse en picada al mar y salir de vuelta hacia el cielo con un pescado. Y la muerte no me va a poder decir nada, porque la muerte es eso: la muerte. La muerte es la envidiosa de los que tuvimos una vida. Y no sabe la envidia que le da cuando ve que otra gente va a despedirse del que se está llevando, cuando escucha a esa gente hablar y decir cosas bonitas del muerto; no sabe usted, Martín, toda la rabia que siente la muerte por cada lágrima que se derrama por un finado, porque nunca nadie va a derramar una lágrima por ella.
Andrés Montero (LA MUERTE VIENE ESTILANDO)
Es absolutamente imposible que vosotros, tan poca gente, logréis remover montañas tan grandes.» El Viejo Tonto respondió: «Después que yo muera, seguirán mis hijos; cuando ellos mueran, quedarán mis nietos, y luego sus hijos y los hijos de sus hijos, y así indefinidamente. Aunque son muy altas, estas montañas no crecen y cada pedazo que les sacamos las hace más pequeñas. ¿Por qué no vamos a poder removerlas?» Después de refutar la idea errónea del Viejo Sabio, siguió cavando día tras día, sin cejar en su decisión. Dios, conmovido ante esto, envió a la tierra dos ángeles, que se llevaron a cuestas ambas montañas. Hoy, sobre el pueblo chino pesan dos grandes montañas, una se llama imperialismo y la otra, feudalismo. El Partido Comunista de China hace tiempo que decidió eliminarlas. Debemos perseverar en nuestra decisión y trabajar sin cesar; también nosotros conmoveremos a Dios. Nuestro Dios no es otro que las masas populares de China. Si ellas se alzan y cavan junto con nosotros, ¿por qué no vamos a poder eliminar esas montañas? «El Viejo Tonto que removió las montañas» (11 de junio
Mao Zedong (El libro rojo)
A partir de ese instante nada tendrá nunca más sentido ninguno para mí. Y no solo hablo de lo que pase después de que yo muera, sino también a lo de antes. Cuando yo muera, todo morirá conmigo.
Matthew Dicks (Memoirs of an Imaginary Friend)
Y cuando muera yo, tomalo a el y cortalo en estrellitas, pues daran al firmamento tan hermosa faz que el mundo entero se rendira de amor a la noche y no adorara al deslumbrante sol
William Shakespeare
Biblia nos relata varias historias reales de amistades entrañables. Cuando Rut y Noemí quedan viudas, Noemí –extranjera en el país de Moab– decide volver a su tierra y se despide de su nuera. Pero cuenta el Libro Sagrado que Rut se echó en brazos de su suegra y le dijo: No insistas más en que te deje, alejándome de ti. Donde tú vayas, iré yo. Donde tú habites, habitaré yo. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras, moriré yo también, y allí seré enterrada. Y que Dios me castigue si algo que no sea la muerte me separa de ti.
José Ramón Ayllón (Antropología filosófica (Spanish Edition))
(...) tú sólo, tú, has suspendido la pasión a mis enojos, la suspensión a mis ojos, la admiración al oído. Con cada vez que te veo nueva admiración me das, y cuando te miro más, aún más mirarte deseo. Ojos hidrópicos creo que mis ojos deben ser, pues cuando es muerte el beber beben más, y desta suerte, viendo que el ver me da muerte estoy muriendo por ver. Pero véate yo y muera, que no sé, rendido ya, si el verte muerte me da el no verte qué me diera. Fuera más que muerte fiera, ira, rabia y dolor fuerte; fuera muerte, desta suerte su rigor he ponderado, pues dar vida a un desdichado es dar a un dichoso muerte.
Pedro Calderón de la Barca
Por favor, no me preguntes si ya pasó. Nunca se me pasará. Por favor, no me digas que está en un mejor lugar. Ella no está aquí conmigo. Por favor, no me digas que al menos no está sufriendo. Todavía no entiendo por qué tenía que sufrir. Por favor, no me digas que entiendes lo que siento. A menos que también hayas perdido un hijo. Por favor, no me preguntes si ya me siento mejor. La desgracia no es una condición que se mejora. Por favor, no me digas que al menos la tuve por muchos años. ¿Qué año escogerías para que muera tu hijo? Por favor, no me digas que Dios nunca nos envía más de lo que podemos soportar. Por favor, sólo di que lo sientes. Por favor, sólo di que recuerdas a mi hija, si es que lo haces. Por favor, déjame hablar de ella. Por favor, menciona el nombre de mi hija. Por favor, sólo déjame llorar.
Marcelo Rittner (Aprendiendo a decir adiós (edición de aniversario): Cuando la muerte lastima tu corazón (Spanish Edition))
—No son sueños, José, son los horrores de la guerra que me persiguen. Sé que hasta que no muera no descansaré en paz. [...] Solo los que lo vivimos comprendemos los demonios que nos persiguen. En la guerra no hay honor, solo crueldad. Los instintos más bajos aparecen y no te imaginas lo que un hombre es capaz de hacer cuando está cegado por el odio o la locura. (p. 43)
Manuel Ramos Ramos (Tres cipreses: Novela)
...que carajo, si al fin y al cabo cuando yo me muera volverán los políticos a repartirse esta vaina como en los tiempos de los godos, ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los curas, los gringos y los ricos, y nada para los pobres, por supuesto, porque ésos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo...
Gabriel García Márquez (The Autumn of the Patriarch)
¿Quieres que te diga la verdad, algo real? Te amo. Estoy enamorado de ti. Lo he estado desde la noche que la nieve cayó sobre tu cabello y me besaste por primera vez. Estoy agradecido de que mi vida esté unida a la tuya porque significa que no tendré que pasar ni un solo día sin ti. Mi corazón latirá mientras lata el tuyo y, cuando mueras, nos postraremos ante Malek juntos. Y qué suerte que tú también me amas porque me tendrás a tu lado en esta vida y en cualquier otra que venga después.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
«Si mueres antes de morir, no morirás cuando mueras».
Brian C. Muraresku (La llave de la inmortalidad (Crítica/Historia) (Spanish Edition))
DESPERTARSE POR LA MAÑANA ANTES DE SALTAR DE LA CAMA Al despertarnos por la mañana y antes de levantarnos: coloca tu cuerpo boca arriba, las piernas ligeramente separadas, los brazos a lo largo de cuerpo. Percibe tu cuerpo con señal de agradecimiento, dale las gracias por todo el servicio que te ha dado hasta este momento. Él es el asiento de tu conciencia, y el que te ha llevado a mil lugares. Simplemente percibe que todas sus partes están ahí, y relájate por un instante. A continuación, coloca tus manos sobre el abdomen y realiza varias respiraciones profundas, preguntándote al respirar:       ¿Quién soy yo? ¿Qué hago aquí? ¿Hacia dónde voy? Formulas estas preguntas con sinceridad, con total atención e intención. Plántalas en tu jardín interior, sin buscar una respuesta. Deja que el subconsciente las reciba, y que perciba tu interés genuino en recibir luz y guía. Cada persona tiene su propio jardín, que se nos dio al nacer y que debemos cultivar. Una vez hecho esto, salta de la cama. Esta actividad ha de practicarse a diario. Reflexión: Yo no soy yo. Soy este que va a mi lado sin yo verlo; que, a veces, voy a ver, y que, a veces, olvido. El que calla, sereno, cuando hablo, el que perdona, dulce, cuando odio, el que pasea por donde no estoy, el que quedará en pie cuando yo muera. Juan Ramón Jiménez
Fernando Torrijos (La sabiduría de la edad: …Caminante son tus huellas el camino y nada más… (Mindfulness, meditación, budismo, yoga y otras tradiciones contemplativas) (Spanish Edition))
—Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas —decía—, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre.»
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
Cuando muera todo lo que es mío será tuyo, menos mis sueños
Carlos Ruiz Zafón (La Sombra del Viento (El cementerio de los libros olvidados nº 1) (Spanish Edition))
No hubo respuesta. Mi hermano y yo comprendimos. No era el momento. Como Él acababa de afirmar, no había llegado su hora. Jesús de Nazaret eligió el silencio. —¡Un Dios nuevo! —exclamó el jovencito, no menos desconcertado—. ¿Y tú eres judío? ¿Qué pasará con Yavé? —Te lo he dicho: deja que llegue mi hora… Entonces te hablaré de ese nuevo Padre. —¡No! —bramó el impetuoso adolescente—. ¡Háblame ahora! El jefe de los Tiglat reprendió al muchacho. Pero Jesús, solicitando calma, accedió. —Está bien, mi querido e impulsivo amigo… Lo haré porque es tu corazón el que lo reclama. »Yavé está bien donde está. Y ahí quedará para los que no comprendan la nueva revelación. Porque de eso se trata: de entregar al hombre un concepto más exacto de Dios… Sí, hijo mío, un Dios nuevo y viejo al mismo tiempo. Un Dios Padre. Un Dios que no precisa nombre. Un Dios sin leyes escritas. Un Dios que no castiga, que no lleva las cuentas de tus obras. Un Dios que no necesita perdonar…, porque no hay nada que perdonar. Un Dios al que puedes y debes hablar de tú a tú. Un Dios que te ha creado inmortal. Que te llevará de la mano cuando mueras. Que te invita a conocerlo, a poseerlo y, sobre todo, a amarlo. Un Dios, como tú haces con tu padre, en el que confiar. Un Dios que te cuida sin tú saberlo. Que te da antes de que aciertes a abrir los labios. Un Dios tan inmenso que es capaz de instalarse en lo más pequeño: ¡tú! La mágica voz de aquel Hombre, sonora, segura, armada de esperanza, nos rindió a todos. Tiglat padre sostuvo la penetrante y cálida mirada del «extraño galileo». No había duda. Sus palabras lo hechizaron. Y balbuceó: —¿Dónde está ese Dios? ¿Dónde podemos encontrarlo? Jesús tocó su propio pecho con el índice izquierdo y aclaró: —Te lo he dicho: aquí mismo… dentro de ti.
J.J. Benítez (Hermón. Caballo de Troya 6 (Spanish Edition))
Mira –dijo–, yo pertenezco al Legado Científico. El Partido. ¿Entiendes? Fue decisión mía; es el bando que he escogido. El dolor y la enfermedad son algo que debe ser erradicado, no comprendido. No hay otra vida y Dios no existe, salvo quizá bajo la forma de una extraña perturbación de la ionosfera que está jodiendo mi equipo en esta montañita de mierda. Si cuando muera descubro que me he equivocado, alegaré como circunstancias atenuantes mi ignorancia y el hecho de que me educaron mal. Mientras tanto, me interesa mucho más proteger mis cables y eliminar la interferencia que no mantener largas conversaciones con ese tal Yah.
Philip K. Dick (La invasión divina (VALIS Trilogy, #2))
ISABEL: Entonces ¿de verdad crees que el arte vale más que la vida? MAURICIO: Siempre. Mira esa jacarandá del jardín: hoy vale porque da flor y sombra, pero mañana, cuando se muera como mueren los árboles, en silencio y de pie, nadie volverá a acordarse de él. En cambio si lo hubiera pintado un gran artista, viviría eternamente.
Alejandro Casona (Los árboles mueren de pie)
¡Cuando pienso que puede ocurrir que no me muera, que venga usted, que vuelva a ver la primavera, que me ame todavía y que volvamos a empezar nuestra vida del año pasado! ¡Qué loca estoy! Apenas si puedo sostener la pluma con que le escribo este insensato sueño de mi corazón. Pase lo que pase, yo lo quería de verdad, Armand, y habría muerto ya hace mucho tiempo si no me asistiera el recuerdo de ese amor y una especie de vaga esperanza de volver a verlo a mi lado.
Alejandro Dumas (hijo) (La Dama De Las Camelias)
Después me imaginé a toda la panda dejándome en un maldito cementerio con mi nombre escrito en una lápida y todo eso. Rodeado de tíos muertos. Jo, buena te la hacen cuando te mueres. Espero que cuando me muera alguien tenga sentido común suficiente como para tirarme al río o algo así. Cualquier cosa menos meterme en un maldito cementerio. Eso de que venga la gente los domingos a ponerme ramos de flores en el estómago y todo ese rollo. ¿Quién quiere flores cuando ya se ha muerto? Nadie.
Holden Caulfield
Cuando muera, quiero estar completamente agotado, pues cuanto más duramente trabajo, más vivo. Gozo de la vida por la vida misma. Para mí la vida no es una «pequeña velita». Es una antorcha espléndida que sostengo con fuerza, y quiero que arda con el mayor brillo posible antes de entregarla a las futuras generaciones
Robin S. Sharma (El club de las 5 de la mañana: Controla tus mañanas, impulsa tu vida)
Cuando se muera España para siempre quedará un ademán en la luz y en el aire…
León Felipe
–Las religiones se basan en el miedo que los hombres tenemos de la muerte. No sabemos qué hay en el más allá. ¿Cómo podemos saberlo si ni siquiera sabemos bien qué hay en el más acá? Así, desde el tiempo de los egipcios, los profesionales de la religión empezaron a atemorizar a los humanos: «Cuando mueras, llegarás al tribunal del dios, y podrás ser condenado por él a un castigo eterno. Pero aquí estamos nosotros, dueños de ritos mágicos para la salvación. Te los podemos dar. Claro, a cambio de un estipendio». Así, se hizo de la religión una venta de esperanza.
Armando Fuentes Aguirre (Teologías para ateos (Ensayo y sociedad) (Spanish Edition))
Las religiones se basan en el miedo que los hombres tenemos de la muerte. No sabemos qué hay en el más allá. ¿Cómo podemos saberlo si ni siquiera sabemos bien qué hay en el más acá? Así, desde el tiempo de los egipcios, los profesionales de la religión empezaron a atemorizar a los humanos: «Cuando mueras, llegarás al tribunal del dios, y podrás ser condenado por él a un castigo eterno. Pero aquí estamos nosotros, dueños de ritos mágicos para la salvación. Te los podemos dar. Claro, a cambio de un estipendio». Así, se hizo de la religión una venta de esperanza. –»Nos han enseñado a pensar en Dios –siguió diciendo Jean Cusset– como en un juez severo que acecha nuestra muerte para someternos al tremendo rigor de su justicia. No lo vemos como amoroso padre universal que nos aguarda para inspirarnos nueva vida. Hermosa religión sería aquella que se fincara en el amor a la vida, no en el miedo a la muerte. Amables hombres de religión serían aquellos que basaran su quehacer en el amor de Dios, no en el temor a un dios.
Armando Fuentes Aguirre (Teologías para ateos (Ensayo y sociedad) (Spanish Edition))
- ...y cuando la gente no te muestre respeto. Que sea una maldición sonora, que sea complicada, que sea larga, que sea como te apetezca, el caso es que funcionará. Al día siguiente, cuando se den un martillazo en el pulgar, o cuando se caigan de la escalera, o cuando se les muera el perro, te recordarán. Y en la siguiente ocasión se comportarán mejor. - Pues me sigue pareciendo que no es magia-dijo Esk.
Terry Pratchett (Equal Rites (Discworld, #3; Witches, #1))
Haz aquello que quisieras haber hecho cuando mueras
Fernando Sánchez Dragó
Sé que ahora te resulta imposible creerlo cuando todo está oscuro y roto, pero sobrevivirás a este dolor pequeña. El dolor es un recuerdo. Vivirás, lucharás y encontrarás la alegría. Y recordarás a tu familia desde este mismo aliento hasta el día en que mueras, porque el amor no se desvanece. El amor son las estrellas y su luz continua mucho despues de la muerte.
Pierce Brown (Iron Gold (Red Rising Saga, #4))
El budismo pone importancia en vivir y morir noblemente y agraciado, con autenticidad y dignidad. Alguien que ha vivido bien no luchará cuando muera, sino que morirá con un corazón pacífico libre de lamentaciones.
Tai Morello (Budismo para Principiantes: Una Guía Práctica para la Iluminación Espiritual)
Cuando muera, Nemisa, te ruego no me llores, porque siento que soy inmortal como esa estrella que brilla, como ese sol, y como ese río que va corriendo silencioso bajo las frondas. Sé que Eustófena ha de volver algún día, cuando no existas ni tú ni yo, y empezará una nueva ruta, tal vez cuando no queden rastros de estas ciudades, y otros hombres vivan sobre la tierra. Para entonces, Nemisa, yo estaré en ti, y tú en mí.
Beatriz Ofelia (Eufeba y Nemisa)
mente, sonríale. ¿El pasado toma gran parte de su atención? ¿Habla de él, piensa frecuentemente en él, ya sea positiva o negativamente? ¿Las grandes cosas que ha logrado, sus aventuras o experiencias, o su historia de víctima y las cosas horribles que le han hecho, o quizá lo que usted le hizo a otra persona? ¿Sus procesos de pensamiento están creando culpa, orgullo, resentimiento, ira, remordimiento o autocompasión? Entonces usted no sólo está reforzando un sentido falso de identidad sino también ayudando a acelerar el proceso de envejecimiento de su cuerpo al producir una acumulación de pasado en su psique. Verifique esto por sí mismo observando a los que lo rodean que tienen una fuerte tendencia a aferrarse al pasado. Muera al pasado en cada momento. Usted no lo necesita. Refiérase a él sólo cuando sea absolutamente relevante para el presente. Sienta el poder de este momento y la plenitud de Ser. Sienta su presencia.
Eckhart Tolle (El poder del ahora)
Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar. Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar. Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro. Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros. Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros. Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana. Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices. Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, sentirás bien por nada. Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol. Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: «Esto es mío», sólo para que quede claro quién es el dueño de quien. Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable. Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar. Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte. VICTOR HUGO
Álex Rovira Celma (Las Palabras Que Curan: Selección comentada de las mejores frases sobre el amor, la sabiduría y la realización)
¿Ha muerto tu mujer? –Sí –respondió el zapatero. –¿Y qué has hecho por ella? –He enterrado su cuerpo y he encomendado su alma a Dios. –¿Pero has hecho decir una misa por el descanso de su alma? –No, por cierto, porque sería inútil, pues ella entró en el cielo en el instante que murió. –¿Cómo sabes eso? –He aquí la prueba; y al decir esto sacó la bula del bolsillo; y el juez, en presencia del cura, leyó en ella: «La mujer que la ha comprado, no irá al purgatorio cuando muera, sino que entrará derechamente en el cielo...» –Si el señor cura pretende todavía que es necesaria una misa –añadió–, mi mujer ha sido engañada por nuestro santísimo padre, el papa; y si no, el señor cura me engaña a mí.
Federico Fliedner (Martín Lutero: Su vida y su obra (Biografias historicas))
Pero cuando Miralles muera —pensé—, sus amigos también morirán del todo, porque no habría nadie que se acuerde de ellos para que no mueran.
Javier Cercas (Soldados de Salamina)
Algún día encontraré una palabra que penetre en tu vientre y lo fecunde, que se pare en tu seno como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo. Hallaré una palabra que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta, que contenga tu cuerpo y abra tus ojos como un dios sin nubes y te use tu saliva y te doble las piernas. Tú tal vez no la escuches o tal vez no la comprendas. No será necesario. Irá por tu interior como una rueda recorriéndote al fin de punta a punta, mujer mía y no mía, y no se detendrá ni cuando mueras.
Anonymous
—Venga cuando quiera, a ver si se cumplen mis deseos de que se muera en mi casa.
Gabriel García Márquez (La mala hora)
Todas esas estatuas están creadas por moldeado de almas, por cierto. Son los sirvientes favoritos de la casa, convertidos en tormentosa piedra. —Es una señal de honor y respeto entre los ojos claros. —Es una aberración —dijo Vathah—. Cuando muera, quema mi cadáver bien quemado. No me dejes ahí mirando para toda la eternidad mientras tus descendientes toman el té.
Brandon Sanderson (Juramentada (El archivo de las tormentas, #3))