Corporate Mundo Quotes

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La historia no ha cambiado. Hace mil anos ellos eran los duenos del mundo. Hoy en dia lo siguen siendo. Claro, lo tienen que compartir con los grandes magnates de la tierra, esos que controlan el petroleo, las drogas, la tecnologia y por supuesto la television y la radio. La Iglesia domina los miedos y la promesa de la salvacion; las grandes empresas tambien manipulan los miedos y los paliativos para estos: la satisfaccion de las necesidades basicas - y las no tan basicas que hoy en dia parecen primordiales: carro, casa, belleza y entretenimiento - , una via directa al consimismo. Ambos en busca de lo mismo, la minipulacion del pueblo que los lleva a la gallina de los huevos de oro: el dinero de las masas. No es causalidad que la gente no quiera pensar. La Iglesia se encargo por siglos de esto, evitando la lectura de cualquier cosa que no fuese su religion. Desde Aristoteles, Ovidio, Pitagoras, Platon, Socrates, Antistenes, Heraclito, hasta Voltaire, Huxley, Hesse, Sade, Maquiavelo, Rousseau, Nietzsche, Dumas, entre otros, fueron censurados.
Antonio Guadarrama Collado (Cóatl: el misterio de la serpiente)
Pero, incluso desde el punto de vista de las cosas más insignificantes de la vida, no somos un todo materialmente construido, idéntico para todo el mundo y sobre el que cada cual pueda informarse como sobre un pliego de condiciones o sobre un testamento; nuestra personalidad social es una creación del pensamiento de los demás. Incluso el acto tan sencillo que denominamos «ver a una persona conocida» es en parte un acto intelectual. Colmamos la apariencia física de la persona que vemos con todas las ideas que tenemos sobre ella y, en el aspecto total que nos imaginamos, dichas ideas ocupan, desde luego, la mayor parte. Acaban hinchando tan perfectamente las mejillas, siguiendo en una adherencia tan exacta la línea de la nariz, matizando la sonoridad de la voz como si no fuera ésta sino una funda transparente, que, siempre que vemos ese rostro y oímos esa voz, recobramos, escuchamos, dichas ideas. Seguramente, en el Swann que habían concebido, mis padres habían omitido, por ignorancia, infinidad de peculiaridades de su vida mundana gracias a las cuales otras personas, cuando estaban delante de él, veían las elegancias reinar en su rostro y detenerse en su aguileña nariz como en su frontera natural, pero también habían podido acumular en ese rostro desprovisto de su prestigio, vacío y espacioso, en el fondo de sus desdeñados ojos, el vago y grato residuo —recuerdo a medias y a medias olvido— de las horas ociosas pasadas juntos, después de nuestras cenas semanales, en torno a la mesa de juegos o en el jardín, durante nuestra vida de buena vecindad campestre. La apariencia corporal de nuestro amigo había quedado tan colmada con
Marcel Proust (Por la parte de Swann (En busca del tiempo perdido, #1))
Disminuir nuestro ritmo mental también nos permitirá absorber aquellos pequeños detalles del entorno que omitimos, donde reside la magia de la vida, apreciando más la naturaleza y entrando en mayor contacto con ella. Cuando
Sophie Romero (Mindfulness: Técnicas de Meditación mindfulness en español: Viviendo en un Mundo de LOCOS (Ansiedad, estres, lenguaje corporal y salud mental) (Spanish Edition))
Allí radica la base del coaching ontológico: tener distinciones del dominio lingüístico, emocional y corporal que nos den acceso a aprender a vivir, danzando ante los constantes cambios y desafíos del mundo.
Zagal (Transformarse para transformar: Fundamentos del coaching ontológico (Spanish Edition))
incluir en el aprendizaje modelos que faciliten el «cómo vivir la vida», tomar consciencia y explorar quiénes somos. No estamos hablando de un tema interesante o una moda: es una necesidad vital. Lo que estamos viendo en la humanidad es crítico. Urge priorizar el cambio propio, instalándolo como punto de partida al momento de desear cambios en el mundo.
Rodrigo Pacheco (Viviendo en gerundio: Principios fundacionales del coaching ontológico corporal (Spanish Edition))
Soñaba despierta con un mundo en donde, despojados de toda materialidad corporal, los corazones y las conciencias se encontraban de forma verdadera y absoluta.
Carla Guelfenbein (Contigo en la distancia)
Aun cuando la aceptación de todas las orientaciones (retornar a un pasado previo, prolongar la situación actual, o acelerar la llegada del futuro) parezca implicar cierto cinismo o resignación hacia el mundo, la realidad es diferente.
Russell L. Ackoff (Creating the Corporate Future: Plan or be Planned For)
La dispersión y las largas cadenas de pensamiento que podemos llegar a acarrear a veces pueden cegarnos para ver todos los atributos positivos que tenemos dentro nuestro.
Sophie Romero (Mindfulness: Técnicas de Meditación mindfulness en español: Viviendo en un Mundo de LOCOS (Ansiedad, estres, lenguaje corporal y salud mental) (Spanish Edition))
El arsenal conceptual platónico no permite pensar el vino ni lo que da sabor al mundo. Demasiadas ideas, demasiados conceptos y poca carne; demasiada razón pura, insuficiente razón corporal, razón impura; demasiado intelecto, escasa participación de los sentidos; demasiado apolíneo, muy poco dionisíaco.
Michel Onfray (Cosmos (Espacios del Saber) (Spanish Edition))
El arte es la máxima expresión del alma, que ofrece su fruto. Nunca olvides esto: la expresión de un artista es su alma manifestada, su aprendizaje y su ego enfrentados. En cada pincelada, cada estrofa, cada nota, cada movimiento corporal, la música de su alma se hace tangible al mundo.
Pablo Andrés Wunderlich Padilla (La Guerra de los Dioses: Vol. 1-3)
Su clara distinción entre lo físico y lo corporal, que es uno de los principales aportes del libro, acoge el ámbito ontológico que trata la física moderna dentro de la jerarquía universal del ser. Asimismo, libera al mundo corporal y sus ciencias cualitativas asociadas del dominante yugo estrangulador de una ciencia puramente cuantitativa, y destruye de una vez por todas el reduccionismo cientificista, que es uno de los pilares de las visiones del mundo moderna y posmoderna.
Wolfgang Smith (El enigma cuántico (Spanish Edition))
As três fases às quais se referem respectivamente as três partes da «Divina Comédia» podem ainda explicar-se pela teoria hindu dos três gunas, que são as qualidades, ou melhor, as tendências fundamentais de que procede todo o ser manifestado; conforme uma ou outra destas tendências predomina neles, assim os seres se repartem hierarquicamente no conjunto dos três mundos, isto é, de todos os graus da existência universal. Os três gunas são: sattva, a conformidade com a essência pura do Ser, que é idêntica à luz do conhecimento, simbolizada nela pela luminosidade das esferas celestes que representam estados superiores; rajas, a impulsão que provoca a expansão do ser num estado determinado, como o estado humano, ou, se quiser, o desenvolvimento desse ser num certo nível de existência; e finalmente tamas, a obscuridade, assimilada à ignorância, raiz tenebrosa do ser considerado nos seus estados inferiores. Assim, sattva que é uma tendência ascendente, refere-se aos estados superiores e luminosos, isto é, aos Céus, e tamas, que é uma tendência descendente, aos Infernos; rajas, que se poderia representar por uma extensão no sentido horizontal, refere-se ao mundo intermediário, que é aqui o «mundo dos homens», visto que é nosso grau de existência que tomamos como termo de comparação, e que deve ser encarado como compreendendo a terra como purgatório, isto é, o conjunto do mundo corporal e do mundo psíquico
René Guénon, O Esoterismo de Dante
No midas las proporciones de mi cuerpo. No te fijes en mi forma de hablar. Si descubres todo y me comparas, siempre pierdo. Siempre soy la foto en negativo. Por eso siempre me mantengo alejada de los grupos de personas. Siento que si me comparan yo soy la peor, una deforme criatura monstruosa. Siempre es pelos más o pelos menos. Calculo la musculatura y la grasa corporal. Nunca aprendí lo que el resto aprendió. Si ahora mismo me muriera, ni los gusanos se atreverían a comerme. Mido mi cuerpo, centímetros de más y centímetros de menos. Nunca es como los demás. Mido los colores de mi cuerpo, mi piel, mi cabello, mis lunares. Sé de memoria todas las líneas que dibujan mi cuerpo, sé donde hay borrones donde tuvo que haber trazo y no hubo nada. Cuento y veo la forma de mis dientes, la forma, el color y la textura de mis labios, la forma de mi cara y la dificultad de mis ojos. Entre comparar y comparar descubro mi rara resistencia corporal y mi tolerancia al dolor irregular. No quiero que te fijes en mí y en mi extravagancia, porque sé que no vale nada, no es nada especial, no vale la pena ni el esfuerzo. No quiero que compares mi movimientos y gestos con los de los demás, ya sé que nunca serán los mismos. No me pidas que toque tu cuerpo, no puedo, no sé, y si lo hago, al comparar descubrirás que lo hago todo mal. No lo puedo hacer como los demás, como a ti te gusta, lo haría de un modo equivocado y diferente, como todo lo que hago. No me dirijas la palabra, no sé cómo contestar a un saludo. Nunca sé qué contestar a las preguntas. No puedo ordenar mi propia historia para contarla, hasta se me confunde y olvido que en algún momento tuve que nacer. Siempre que me comparan, soy la peor opción, ese errar que da vergüenza. Siempre recuerdo que moriré sola y espero hacerlo bien. Estar junto a mí es pérdida segura sin posibilidad de recobrar ninguna cosa. Conmigo no es nada seguro y todo es riesgo. No puedo hacer grandes cosas. No puedo con mis manos derribar árboles ni construir edificios. No puedo hacer grandes cosas. No puedo resolver ecuaciones complicadas ni tengo un pensamiento innovador que ilumine el camino al resto. No soy un ejemplo a seguir. Nadie se atreve a mirarme, a hablarme, a tocarme, a nombrarme. Los entiendo totalmente. Comparo las ventajas que todos tienen sobre mí por tener un sexo definido. Todo ese error, todo ese desvío, toda esa fatalidad, toda esa toxicidad, soy yo. Valiente de existir y pedir tu cariño sin esperar nada, sin ofrecer nada. No tengo miedo. Sé que mi presencia es la falta, el abismo tremendo. Mi existencia es deconstrucción, potencia corrosiva; la multiplicación cero soy yo. Valiente al mirar tu cara y pedir que te quedes un momento más junto a mí, sabiendo que si me comparas pierdo siempre. Pienso en esas ventajas insuperables, como la genética, el dinero, la salud, el acceso al conocimiento, la política y la justicia. Ventajas tan grandes como la suerte que no tengo y nunca tendré. No puedo hacer grandes cosas. No puedo con mis piernas correr muy rápido ni muy lejos y con mis ojos no tengo buena puntería. No puedo hacer grandes cosas. No puedo salvar al mundo de una bomba atómica ni mucho menos de la contaminación. Todo ese error, todo ese desvío, toda esa fatalidad, toda esa toxicidad soy yo. Valiente de existir y pedir tu cariño sin esperar nada, sin ofrecer nada. No tengo miedo. Sé que mi presencia es la falta, el abismo tremendo. Mi existencia es deconstrucción, potencia corrosiva; la multiplicación cero soy yo. Valiente al mirar tu cara y pedir que te quedes un momento más junto a mí, sabiendo que si me comparas pierdo siempre. Sé que te arrepentirás, pero tengo que intentarlo, entiéndeme, lo sé: perderé.
Mara Rita (Me Arde)
Pues bien, en una primera aproximación, podríamos decir que la teoría de la reencarnación afirma lo siguiente: El ser humano es esencialmente un ser espiritual, un alma que preexiste a su vida físico-corporal, siendo de naturaleza puramente espiritual y residente en ámbitos, dimensiones o planos suprafísicos de la realidad. El cuerpo físico, al igual que otros cuerpos más sutiles que forman parte de su personalidad integral, realiza la función de «vestidura», «vehículo», «instrumento» y órgano de expresión en este mundo. Esto nos sitúa en la cosmología multidimensional propia tanto del hinduismo como de la mayor parte de las tradiciones religiosas y de las distintas enseñanzas esotéricas contemporáneas. El plano físico es solo uno de los niveles existentes dentro de la escalera jerarquizada de planos de existencia. Es por esos planos por los que transita el alma y en ellos reside entre dos encarnaciones. Esas regiones están habitadas por diversos tipos de seres y su existencia permite comprender mejor una amplia serie de fenómenos que van desde el culto a los antepasados hasta las comunicaciones espiritistas, o el reciente movimiento del chanelling. El proceso de la reencarnación forma parte de un inmenso plan cósmico, regido por leyes que escapan todavía al conocimiento de las ciencias actuales. De ahí que en el hinduismo se haya asociado siempre a la ley del karma. Esto significa que nos hallamos en un cosmos regulado éticamente, regido por una justicia suprahumana, por medio de la cual todas las acciones (karma) realizadas, incluidos los pensamientos, los sentimientos y las palabras, como modos de acción sutil, producen unos efectos bien determinados. Tales efectos repercuten no solo en una misma vida, sino también en vidas posteriores. Esto hace que las condiciones en que nos hallamos en cada vida estén directamente relacionadas con nuestro comportamiento ético en existencias anteriores. Existen Jerarquías espirituales encargadas de regular el karma de cada individuo. En todas las tradiciones religiosas hay noticias de ellas. Los «señores del karma», los «ángeles del destino», etc., representan esos «servidores de Dios» que colaboran en el funcionamiento cósmico-ético de nuestro universo. La teoría del karma y la reencarnación, lejos de suponer un determinismo absoluto, según el cual todo lo que nos sucede estaría determinado por acciones anteriores, suele ir unida a una concepción en la que la libertad del ser humano desempeña un papel central. Solo así cobra todo su sentido moral.
Vicente Merlo (La reencarnación: Un viaje a través del tiempo: desde la antigüedad hasta nuestros días (Spanish Edition))
Si consideramos que en el hombre terrenal vive el celestial, educando aquél en la debida forma, colaboramos a la evolución de éste durante el período que media entre el nacimiento y la muerte, único período en el cual pueden tener lugar determinadas experiencias. De este modo, se hace justicia a una concepción adecuadamente orientada hacia un conocimiento del mundo, conocimiento según el cual el hombre debe cooperar en la construcción del gran edificio cósmico espiritual que luego también se manifiesta en el mundo sensible. Una buena educación debe reconocer al hombre como cooperador en la obra del progreso de la humanidad. Esto es lo que ayer quise dar a entender al aludir a una concepción del mundo y de la vida que debe latir en la enseñanza y la educación. De ahí es obvio que el contenido unilateral del cerebro no nos permite concebir el mundo tal como es. Es un error decir que el mundo puede ser concebido en ideas, conceptos y representaciones, como también sería falso afirmar que ha de concebirse con la sensibilidad. El mundo ha de aprehenderse con ideas y sentimientos; pero también con la voluntad. En efecto, sólo si lo divinoespiritual penetra la voluntad, nos apropiamos del mundo y, por consiguiente, también del hombre, no ya únicamente con una parte de nuestro ser, sino con toda nuestra entidad. Necesitamos una concepción del mundo, no sólo para el entendimiento y el intelecto, sino para el hombre integral, el que piensa, siente y quiere; una concepción que, a través del hombre integrado de cuerpo, alma y espíritu, vuelva a descubrir el mundo. Sólo aquel que de este modo redescubra el mundo en el hombre, que contemple el mundo en el hombre, puede tener una verdadera concepción del mundo, puesto que así como en el ojo se refleja el mundo visible, así también el hombre entero es un ojo corporal-anímico-espiritual en el que se refleja el mundo en su totalidad. Esta imagen refleja no se puede contemplar desde fuera: hay que vivirla desde lo interior para que deje de ser apariencia y se convierta en realidad. Entonces, por el proceso educativo, el mundo se convierte en hombre y el hombre descubre en sí el mundo. Educando de esta forma llegamos a darnos cuenta de que, supeditándonos a la materia, es decir, entregándole a ella toda vivencia humana, la humanidad se resquebraja, puesto que, al negarse las almas a sí mismas, no se ganan, sino que se pierden en presencia de otras. Si nos elevamos hasta el espíritu, gracias a él encontramos al prójimo. La vida social, en su verdadera acepción, debe encontarse con sujeción al espíritu. La entidad humana debe encontrarse a sí misma en espíritu, único medio para que se realice la unión entre hombre y hombre. Y para que puedan edificarse mundos sobre la base de actos humanos, el mundo habrá de descubrirse en el hombre. Por esta razón, permítanme que termine estas reflexiones con lo que he tenido en mente mientras les he estado hablando. Lo que quería decirles a ustedes llevaba por título "Estudio del Significado de la Educación en la Vida Personal y Cultural de Nuestra Época". Ahora, al terminar, voy a metamorfosear este título para que abarque lo que he querido decir realmente, y que condenso en las siguientes palabras: Venderse a la materia Es triturar el alma. Encontrarse en espíritu Es vincular a los hombres. Descubrirse en el hombre Es edificar mundos.
Anonymous