Camino Winds Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Camino Winds. Here they are! All 32 of them:

Pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esconden un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano –no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos–, vamos a regresar.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
Si te parece que me voy por las ramas, si te parece que divago, recuerda que las historias reales pocas veces toman el camino más recto.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
You’re thinking somebody came over here, in the middle of a Category 4 hurricane, caught Nelson in the den, whacked him in the head, dragged his body outside, tried to clean up the blood, and then ran off? Seriously?
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
Me llamo Kvothe, que se pronuncia «cuouz». Los nombres son importantes porque dicen mucho sobre la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece. Los Adem me llaman Maedre. Que, según como se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno o el Árbol Partido Mi primer mentor me llamaba E’lir porque yo era listo y lo sabía. Mi primera amante me llamaba Dulator porque le gustaba cómo sonaba. Me han llamado Kvothe el Sin Sangre, Kvothe el Arcano y Kvothe el Asesino de Reyes. Todos esos nombres me los he ganado. Los he comprado y he pagado por ellos. Pero crecí siendo Kvothe. Una vez mi padre me dijo que significaba «saber». He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Quizá hayas oído hablar de mí.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Los nombres dan forma al mundo, y un hombre que puede pronunciarlos va camino del poder.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
En una ocasión oí comentar a un cliente habitual en la librería de mi padre que pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano--no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos--, vamos a regresar.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
Reed will pull a Trump, file for bankruptcy and hide behind the courts for protection
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
Pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
Bruce said, “Well, dear, you’re not sticking me in one of those places. I’ve always said that when it’s time for the diapers it’s time for the black pill.” “Let’s talk about something else,” Mercer said.
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
Recuerdo que aquel alba de junio me desperté gritando. El corazón me batía en el pecho como si el alma quisiera abrirse camino y echar a correr escaleras abajo. Mi padre acudió azorado a mi habitación y me sostuvo en sus brazos, intentando calmarme. —No puedo acordarme de su cara. No puedo acordarme de la cara de mamá —murmuré sin aliento. Mi padre me abrazó con fuerza. —No te preocupes, Daniel. Yo me acordaré por los dos.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
Eché un vistazo a la taberna, y me pareció diferente ahora que ya no atraía tantas miradas hostiles. La chimenea de piedra con el hervidor negro hirviendo; los olores, ligeramente acres, a madera barnizada y a cerveza derramada; el débil murmullo de las conversaciones… Siempre me han gustado las tabernas. Creo que eso se debe a que crecí en los caminos. Una taberna es un lugar seguro, una especie de refugio. Entonces me sentí muy cómodo, y pensé que no estaría mal regentar un sitio como aquel.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Me llamo Kvothe, que se pronuncia «cuouz». Los nombres son importantes porque dicen mucho sobre la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece. Los Adem me llaman Maedre. Que, según cómo se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno o el Árbol Partido. La Llama es obvio para todo el que me haya visto. Tengo el pelo de color rojo intenso. Si hubiera nacido hace un par de siglos, seguramente me habrían quemado por demonio. Lo llevo corto, pero aun así me cuesta dominarlo. Si lo dejo a su antojo, se me pone de punta y parece que me hayan prendido fuego. El Trueno lo atribuyo a mi potente voz de barítono y a la instrucción teatral que recibí a temprana edad. El Árbol Partido nunca lo he considerado muy importante. Aunque pensándolo bien, supongo que podríamos considerarlo al menos parcialmente profético. Mi primer mentor me llamaba E’lir porque yo era listo y lo sabía. Mi primera amante me llamaba Dulator porque le gustaba cómo sonaba. También me han llamado Shadicar, Dedo de Luz y Seis Cuerdas. Me han llamado Kvothe el Sin Sangre, Kvothe el Arcano y Kvothe el Asesino de Reyes. Todos esos nombres me los he ganado. Los he comprado y he pagado por ellos. Pero crecí siendo Kvothe. Una vez mi padre me dijo que significaba «saber». Me han llamado de muchas otras maneras, por supuesto. La mayoría eran nombres burdos, aunque muy pocos eran inmerecidos. He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Quizá hayas oído hablar de mí.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
—Nunca he contado esta historia, y dudo mucho que vuelva a contarla. —Se inclinó hacia delante—. Antes de empezar, debes recordar que soy del Edena Ruh. Nosotros ya contábamos historias antes de que ardiera Caluptena. Antes de que hubiera libros donde escribir. Antes de que hubiera música que tocar. Cuando prendió el primer fuego, nosotros, los Ruh, estábamos allí contando historias en el círculo de su parpadeante luz. Kvothe miró al escribano, asintió y prosiguió: —Conozco tu reputación de gran coleccionista de historias y cronista de sucesos. —La mirada de Kvothe se endureció, se volvió dura como el pedernal y afilada como un trozo de cristal roto—. Ahora bien, ni se te ocurra cambiar ni una sola palabra de lo que voy a decir. Si te parece que me voy por las ramas, si te parece que divago, recuerda que las historias reales pocas veces toman el camino más recto.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
And love, who can say the way it winds like a serpent in the garden of our untroubled minds (Y el amor, quién sabe qué camino tomará, como una serpiente en el jardín de nuestras mentes calmadas)
Alice Salleford
Las historias reales pocas veces toman el camino más recto.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano - no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos -, vamos a regresar.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
Okay, I talked to my lieutenant and he said don’t touch the body. He’s trying to find our homicide guy.” “I didn’t know we had a homicide guy,” Bruce said. “I can’t remember the last murder on Camino Island.” Nat said, “It’s Hoppy Durden. He also does bank robberies.” “I can’t remember the last bank robbery.” “He’s not very busy.
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
Reed will pull a Trump,
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
It's far cheaper to pay bribes than to provide quality care.
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
But old playboys don’t exactly fade away. As a general rule, they go down swinging.
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
poisoning himself. With that project complete, they decided that the next priority was returning Nelson’s car. Bruce checked the doors and locked the house, set the alarm with his remote, and left in his Chevy Tahoe. Bob and Nick followed in Nelson’s BMW, and it took an hour to wind their way around the devastation. Not surprisingly, there was no one at the condo—no homicide team sifting for clues, no neighbors picking up debris. No one had touched the yellow crime scene tape. Bruce lifted it and Bob returned the BMW to its spot. The three met in the garage and stared at the golf clubs, but said nothing. They closed the overhead door, walked into the kitchen, and discussed Nelson’s keys. If they left them behind, there was the chance that someone
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
If the wind were a woman, I'd fall in love every day, from "Chivalry
Luis Omar Salinas (Elegy for Desire (Camino del Sol))
He ordered another glass of rosé, and the second one proved as ineffective as the first.
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
His wife and kids would stick by him, weather the embarrassment and move on. It was, after all, Texas, a land where pasts were easily forgotten if one picked up the pieces and made more money. There was also a certain admiration for outlaws.
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
Over its twenty-three-plus years, the bookstore had become the center of downtown Santa Rosa.
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))
Pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente abre camino hasta su corazón
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
A plaque at the top of Alto de Perdon has the inscription, Donde se cruza el camino del vieto con el de las estrellas, (Where the way of the wind crosses the way of the stars).
Terence Callery (Slow Camino: My Adventure on the Camino de Santiago)
identified
John Grisham (Camino Winds: The Ultimate Murder Mystery from the Greatest Thriller Writer Alive)
No podía oír su voz o sentir su tacto, pero su luz y su calor ardían en cada rincón de aquella casa y yo, con la fe de los que todavía pueden contar sus años con los dedos de las manos, creía que si cerraba los ojos y le hablaba, ella podría oírme desde donde estuviese. A veces, mi padre me escuchaba desde el comedor y lloraba a escondida. Recuerdo que aquel alba de junio me desperté gritando. El corazón me batía en el pecho como si el alma quisiera abrirse camino y echar a correr escaleras abajo. Mi padre acudió azorado a mi habitación y me sostuvo en sus brazos, intentando calmarme. –No puedo acordarme de su cara. No puedo acordarme de la cara de mamá– murmuré sin aliento. Mi padre me abrazó con fuerza. –No te preocupes, Daniel. Yo me acordaré por los dos.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
—Vino la muerte a buscarme —suspira Villa—, pero se equivocó de hora. Los dos resucitados van a parar a una misma celda en la prisión de Tlatelolco. Conversando pasan los días y los meses. Magaña habla de Zapata y de su plan de reforma agraria y del presidente Madero, que se hace el sordo porque quiere quedar bien con los campesinos y con los terratenientes, montado en dos caballos a la vez. Un pequeño pizarrón y un par de libros llegan a la celda. Pancho Villa sabe leer personas, pero no letras. Magaña le enseña; y juntos van entrando, palabra por palabra, estocada tras estocada, en los castillos de Los tres mosqueteros. Después emprenden viaje por Don Quijote de La Mancha, locos caminos de la vieja España; y Pancho Villa, el feroz guerrero del desierto, acaricia las páginas con mano de amante. Magaña le cuenta: —Este libro… ¿Sabes? Lo escribió un preso. Uno como nosotros.
Eduardo Galeano (Memory of Fire: III: Century of the Wind: Part Three of a Trilogy)
—Vino la muerte a buscarme —suspira Villa—, pero se equivocó de hora. Los dos resucitados van a parar a una misma celda en la prisión de Tlatelolco. Conversando pasan los días y los meses. Magaña habla de Zapata y de su plan de reforma agraria y del presidente Madero, que se hace el sordo porque quiere quedar bien con los campesinos y con los terratenientes, montado en dos caballos a la vez. Un pequeño pizarrón y un par de libros llegan a la celda. Pancho Villa sabe leer personas, pero no letras. Magaña le enseña; y juntos van entrando, palabra por palabra, estocada tras estocada, en los castillos de Los tres mosqueteros. Después emprenden viaje por Don Quijote de La Mancha, locos caminos de la vieja España; y Pancho Villa, el feroz guerrero del desierto, acaricia las páginas con mano de amante. Magaña le cuenta: —Este libro… ¿Sabes? Lo escribió un preso. Uno como nosotros.
Eduardo Galeano (Memory of Fire: III: Century of the Wind: Part Three of a Trilogy)
difference
John Grisham (Camino Winds (Camino Island, #2))