Buena Actitud Quotes

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Contra el vicio de pedir está la buena actitud de no dar
Elísabet Benavent (Persiguiendo a Silvia (Silvia, #1))
Aunque sea cierto que la buena y la mala suerte existen, depender de ellas es una actitud muy cómoda.
Banana Yoshimoto (Kitchen)
Cagar es la opinión más contundente. En general opinamos matizado: esto me gusta con reservas y aquello me interesa aunque me resultó un poco aburrido y esa mujer me atrae bastante pero no quiero volver a complicarme con casadas y el gobierno empezó tomando medidas muy correctas hasta que de pronto perdió el rumbo y qué buena sería esta novela si no estuviera escrita en jeringozo formoseño: pienso pero. La cultura contemporánea está llena de matices, de pudores, de correcciones varias, de considerados y consideraciones que le impiden decir que tantas cosas -personas, actitudes, libros, películas, sistemas sociales, una filosofía, un negocio, más personas- son absolutamente inútiles. El cuerpo en cambio no se corta: cagar es opinar rotundo, sin matices. El cuerpo recibe su materia, la procesa, usa lo que le sirve -todo lo que le sirve, de formas tan distintas- y cuando, pese a sus esfuerzos, topa con material que realmente no sabe aprovechar, lo vuelve mierda y lo devuelve al mundo. El cuerpo, animal incorrecto, es implacable, inmune a las ñoñeces de la tolerancia: establece una jerarquía sin fisuras entre lo que sirve y lo que no sirve -y actúa en consecuencia. Caga, defeca, excreta, se deshace, expulsa: produce categorías terminantes.
Martín Caparrós (Comí)
Hay aspectos ajenos a nosotros que no podemos cambiar. No podemos elegir gran parte de lo que nos sucederá en la vida, pero somos absolutamente libres, todos y cada uno de nosotros, de elegir la actitud con la que afrontarlo. Nos reparten unas cartas, mejores o peores, pero son las que tenemos y hay que jugarlas lo mejor posible.
Marian Rojas Estapé (Cómo hacer que te pasen cosas buenas)
Vivir es asumir la responsabilidad de decidir, y en el ejercicio de esa responsabilidad reside la libertad
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
al hombre se le puede arrebatar absolutamente todo, exceptuando la última de sus libertades humanas: la elección de su actitud ante la vida.
Marian Rojas Estapé (Cómo hacer que te pasen cosas buenas)
Más hace el que quiere que el que puede
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
«Más que vencer tus miedos, mejor escúchalos y convéncelos. Siempre tendrán algo importante que decirte, pues te hablarán de tus anhelos más profundos».
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
«Si renuncio a mi responsabilidad, renuncio a mi libertad para crear y cambiar las circunstancias que me rodean».
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
La buena música exige una forma y una actitud determinada para escucharla.
Haruki Murakami (La muerte del comendador, Libro 2 (Kishidancho Goroshi, #2))
Cuando Hewan regresó a buscarla, Bahana se había ido y ella ya se había vestido con el lindo modelito que le había dejado. El saco le llegaba hasta las rodillas. Tenía dos agujeros por los que había metido los brazos, y estaba cortado por la mitad, como un chaleco. Se lo había atado a la cintura con una cuerda para evitar que se abriera. La miró desde la entrada de los baños, repasándola descaradamente de arriba a abajo, con una sonrisa irónica serpenteando en sus labios. —¿Te gusta tu ropa nueva? —le preguntó, burlándose. Rura alzó la cabeza, mirándolo directamente a los ojos, y un destello de ira cruzó sus hermosos ojos. —Seguiré siendo una princesa sin importar la ropa que me obligues a vestir —dijo con orgullo. —Lo que quieres decir —replicó—, es que seguirás siendo una mujer malcriada y caprichosa, y que nada de lo que haga cambiará eso. Rura casi se echó a reír. La idea que Hewan tenía de ella estaba tan equivocada… Toda su actitud no era más que una fachada con la que se obligó a vestirse para conseguir la aceptación de su padre, el maldito príncipe Nikui; pero estaba tan arraigada que ahora era incapaz de deshacerse de ella. Una máscara tras la que esconderse, y una armadura con la que protegerse. No era así de niña. Recordaba reír a menudo, excepto cuando su padre estaba cerca; disfrutaba de las cosas pequeñas de la vida, y no necesitaba mucho para sentirse feliz: un vestido desechado, un plato de sopa caliente, una manta con que abrigarse, y una muñeca rota a la que abrazarse. Pero su padre lo cambió todo, obligándola a ser cruel, a odiar en lugar de amar, a despreciarse a sí misma pensando que no era suficientemente buena, hasta que lo único que quedó fue la amargura y el resentimiento. —Jamás me ha importado lo que los demás pensaran de mí. —Mentira, a pesar de todo el esfuerzo que había puesto en hacer que se convirtiera en verdad—. ¿De veras crees que me interesa lo que tú pienses? Hewan se acercó a ella, remoloneando, caminando a su alrededor. —Tsk. Es una pena que un envoltorio tan hermoso no guarde nada dentro. —Mejor estar vacía que tener a un monstruo escondido tras unos ojos bonitos.
Alaine Scott (La princesa sometida (Cuentos eróticos de Kargul #3))
Todavía hoy perduran en Latinoamérica y lastran su desarrollo económico actitudes y situaciones que obstruyen la actividad económica privada conducida de buena fe, y a la vez estimulan y premian a los negociantes inescrupolosos, a los traficantes de influencias, a los sobornadores de funcionarios públicos y defraudadores del fisco. Y frente a esto, la reacción espontánea del gobernante heredero de la tradición hispánica será aumentar los controles, las restricciones, las fiscalizaciones, sin advertir que no hay ninguna razón para que haya menor proporción de gente sobornable entre los controladores que entre los controlados, de manera que con cada nuevo trámite, con cada nueva restricción, crecen las probabilidades de corrupción y disminuyen las posibilidades de desenvolverse los ciudadanos sin recurrir a expedientes extraordiarios, aun para las gestiones más corrientemente necesarias [...]. Estas obstrucciones van a ser, cada una, la ocasión de una ofera o una solicitud de soborno. Y el funcionario honesto tendrá tendencia a la vacilación, cuando no a la parálisis, por temor a que su buena disposición hacia tal o cual proyecto sea interpretada como producto de alguna oscura transacción.
Carlos Rangel (Del buen salvaje al buen revolucionario: Mitos y realidades de América Latina)
Control de la mente. Vaya estupidez. Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos. Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador <>, el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos. Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano. Control de la mente. ¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable. Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas. Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente! ¿Qué era mejor, control o caos?
Michael Crichton (The Terminal Man)
Control de la mente. Vaya estupidez. Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos. Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador "Ponte los zapatos y los calcetines", el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos. Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano. Control de la mente. ¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable. Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas. Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente! ¿Qué era mejor, control o caos?
Michael Crichton (The Terminal Man)
CONTROLAR EL DESEO DE DEMOCRACIA Todo eso ocurrió hace ciento cincuenta años; en Inglaterra, antes. Se han dedicado esfuerzos enormes a inculcar el Nuevo Espíritu de la Época y hay industrias fundamentales consagradas a la labor: relaciones públicas, publicidad y márketing en general, todo lo cual suma una parte enorme del producto interior bruto. Esas industrias se aplican en lo que el gran economista político Thorstein Veblen llamó «fabricación de deseos».14 En palabras de los propios empresarios, la labor consiste en dirigir a la gente hacia «cosas superficiales» de la vida, como el «consumo en moda». De esa forma la gente puede atomizarse, se pueden separar unos de otros, ya que solo se busca el beneficio personal, y se aleja a las personas del peligroso esfuerzo de pensar por sí mismas y enfrentarse a la autoridad. Edward Bernays, uno de los fundadores de la industria moderna de las relaciones públicas, denominó «ingeniería del consentimiento» al proceso de modelar opiniones, actitudes y percepciones. Bernays era un respetado progresista, al estilo de Wilson, Roosevelt y Kennedy, igual que su coetáneo, el periodista Walter Lippmann, el intelectual público más destacado de Estados Unidos en el siglo XX y alabó «la ingeniería del consentimiento» como «un nuevo arte» en la práctica de la democracia. Ambos reconocieron que la ciudadanía debe ser «puesta en su lugar», marginada y controlada; por su propio interés, por supuesto. La gente era demasiado «estúpida e ignorante» para que se le permita gobernar sus propios asuntos. Esa tarea tenía que dejarse a una «minoría inteligente», a la que hay que proteger «de las trampas y el rugido [del] rebaño desorientado» los «independientes ignorantes y entrometidos»; la «multitud traviesa», como la llaman sus predecesores del siglo XVII. El papel de la población general en una sociedad democrática que funcionara como es debido consistía en ser «espectadores» no «participantes en la acción».15 Y a los espectadores no se les debe permitir ver demasiado. El presidente Obama ha impuesto nuevos criterios para salvaguardar este principio. De hecho, Obama ha castigado a más gente que tira de la manta que todos los presidentes anteriores juntos, todo un éxito para un gobierno que llegó al poder prometiendo transparencia. Entre los muchos temas que no son asunto del rebaño desorientado están las relaciones exteriores. Cualquiera que haya estudiado documentos secretos desclasificados habrá descubierto que, en gran medida, su clasificación se concibió para proteger a las autoridades del escrutinio público. A escala nacional, la plebe no tenía que oír el consejo de los tribunales a grandes empresas: que deberían consagrar algunos esfuerzos muy visibles a buenas obras, de manera que una «opinión pública excitada» no descubriera los enormes beneficios que el Estado niñera les proporcionaba.16
Noam Chomsky (¿Quién domina el mundo? (Spanish Edition))
Vale la pena reflexionar sobre este tema, y comenzar a rodearse de mejores ejemplos a los que nuestras neuronas puedan modelar. Tanto la buena como la mala actitud se contagian. De ti depende elegir a que bando quieres modelar.
José María Vicedo (Ahora Sí : 101 dosis de inspiración y superación personal (Spanish Edition))
El famoso escritor francés convertido, André Frossard escribió: “El sufrimiento tiene un valor enorme. Si Cristo ha querido pasar por el sufrimiento, ha tenido buenas razones para ello... El sufrimiento nos abre al infinito, al mundo y a los otros. Es una acción positiva y no negativa... Es una actitud normal rechazar el sufrimiento. Cristo mismo en el huerto de los olivos, dice: Padre, si es posible, aparta de mí este cáliz. Pero, cuando el sufrimiento está ahí, hay que aceptarlo... El que sufre engendra la caridad y la compasión a su alrededor. Él es creador de amor y, en este sentido, es semejante a Dios. Es capaz de mejorar su entorno. El enfermo es Cristo. Jesús dice: Yo estaba enfermo y me visitasteis. El sufrimiento nos abre a Dios y a su amor”.
Anonymous
La compasión puede definirse como un estado mental que no es violento, no causa daño y no es agresivo. Se trata de una actitud mental basada en el deseo de que los demás se liberen de su sufrimiento, y está asociada con un sentido del compromiso, la responsabilidad y el respeto a los demás. »En la definición de compasión, la palabra tibetana Tse-wa denota también un estado mental que implica el deseo de cosas buenas para uno mismo. Para desarrollar el sentimiento de compasión, puede empezarse por el deseo de liberarse uno mismo del sufrimiento, para luego cultivarlo, incrementarlo y dirigirlo hacia los demás.
Dalai Lama XIV
Las buenas interacciones se basan en factores inefables como el amor y la compañía, y podemos añadir: «el tinte de determinada actitud».
Rafael Santandreu (Nada es tan terrible: La filosofía de los más fuertes y felices (Spanish Edition))
Cuando hay una discusión, cuando se cometen errores, cuando alguien hace algo inadecuado, cuando se está enojado, en todos esos casos, y en otros, conviene callar y escoger el mejor momento y esperar a tener otra actitud para decir algo. Hablar por hablar no es señal de una buena comunicación. Como en una partitura musical, los silencios, también son música.
Miguel Ángel Núñez (111 Sugerencias para novios y recién casados)
el optimismo en un líder, sobre todo en tiempos difíciles, es absolutamente vital. El pesimismo provoca paranoia, que produce una actitud defensiva y, a su vez, aversión al riesgo. El optimismo, en cambio, pone en marcha una maquinaria distinta. En particular en los momentos difíciles, las personas a las que lideras deben sentir confianza en tu capacidad para centrarte en lo que importa, y no para actuar a la defensiva y por afán de conservación. No se trata de decir que las cosas son buenas cuando no lo son, ni de transmitir una fe innata en que «todo saldrá bien». Se trata de creer que tú y las personas que te rodean podéis encauzar la situación para obtener el mejor resultado posible, y no de transmitir la sensación de que todo está perdido si las cosas no salen a tu manera. La pauta que marcas como líder tiene un efecto enorme en las personas que te rodean. Nadie quiere seguir a un pesimista.
Robert Iger (Lecciones de liderazgo creativo: Mi gran aventura al frente de la empresa que ha convertido la magia en realidad (Spanish Edition))
«La última de las libertades humanas, la libertad esencial, aquella que nadie nos puede arrebatar, es la de elegir nuestra actitud sean cuales sean las circunstancias que nos rodean, por difíciles, dolorosas o complejas que sean tales circunstancias».
Álex Rovira Celma (La buena vida)
Cambiar nuestra forma de vivir, atraer cosas buenas, y crear milagros es un proceso que involucra todo lo que hacemos, y como nos comportamos con las personas que nos rodean. Trabajar con un diario de manifestación involucra: ü Cambio de pensamientos y creencias limitantes. ü El poder de nuestras palabra escrita o hablada. ü Cambio de actitud ante la vida.
Roxana Rangel V. (Diario de Manifestación: Guía de 7 días para crear milagros. (Spanish Edition))
Las personas con buenas actitudes tienden a hacer que quienes están a su alrededor se sientan más positivos.
John C. Maxwell (Las 21 leyes irrefutables del liderazgo: Siga estas leyes, y la gente lo seguirá a usted)
Wrap up del Bingo Mortifagos para Ravenclaw Lord Voldemort: Nature of Witches de Rachel Griffin - 2* Clara tiene el poder más grande que cualquier bruja ha tenido en décadas, pero está muy asustada de usarlo porque ha ocasionado no sola la muerte de sus padres sino también de su mejor amiga. El libro nos cuenta como Clara, con bastante ayuda, logra superar sus miedos para poder ayudar al mundo con su magia. Regulus Black: Six of Crows de Leigh Bardugo - 4* Una familia rara es la familia que se elige, como pasó con los Dreggs y la banda que conforma Kaz para hacer el atraco más ambicioso que han ejecutado hasta ahora. Al final del libro, los lazos que los unen son mucho más fuertes que la amistad. Barty Crouch Jr: Berserk de Kentaro Miura - 3* El manga más oscuro que he leído. Es un poco spoiler, pero Guts el protagonista busca la venganza de la secta de La Mano de Dios. Tratos con seres de la oscuridad que dejan villanos inhumanos y repugnantes que nuestro protagonista masacra uno a uno. Fenrir Greyback: Magic Bites de Ilona Andrews - 4* Una mercenaria re badass intentando resolver un crimen casi queda en medio de una batalla entre necromancers y shapeshifters de todo tipo, incluyendo hombres lobos. Bellatrix Lestrange: Tabú, el juego prohibido de Nicolás Manzur - 3* Un profesor y un alumno terminan enamorados, pero la historia hacia ese final feliz es una colección de drama y las actitudes más tóxicas que se puedan ver. Draco Malfoy: El hobbit de JRRTolkien - 5* Si alguien ha abandonado una causa con buena razón fue Bilbo en la Montaña Solitaria cuando los enanos parecían no entrar en razón. Y aún así no le falló a sus amigos, sino que fue el acto más sensato y valiente que podría haber hecho. Lucius Malfoy: Parachutes de Kelly Yang - 3* Los chinos ricos que tienen mucho dinero mandan a sus hijos a estudiar al extranjero, esos son los Parachutes. Pero claro un adolescente viviendo casi solo con muchísimo dinero a su disposición y en un cultura completamente extraña… muchas cosas pueden salir mal. Peter Pettigrew: Animal Farm de George Orwell - 5* Una rebelión protagonizada por animales de granja. Pareciera gracioso pero es una alegoría demasiado real y dolorosa de lo que pasa en muchos gobiernos aún hoy después de muchos años de publicada. Severus Snape: El castillo ambulante de Diana Wynne Jones - 4* Howl tiene muchísimos secretos. Uno de los primeros que conocemos es las múltiples personalidades que mantiene en distintos pueblos y para distintas personas (incluido el rey). Otro del que nos enteramos recién al final termina siendo confirmando que es un dulce y merecedor del amor de Sophie.
Rachel Griffin
Una mala actitud en los éxitos es el peor de los fracasos, pero una buena actitud en los fracasos es el mayor de los éxitos.
Daniel Habif (Inquebrantables (Unbreakable))
Se ha visto una correlación entre la creencia en el mundo justo y el autoritarismo de derechas, la religiosidad, una mayor tendencia a castigar (y una mayor creencia en el libre albedrío) y a actitudes más negativas hacia grupos menos privilegiados. Y también se ha asociado a una mayor satisfacción con la vida y a una menor depresión. Es fácil comprender que la creencia en un mundo justo es buena o incluso necesaria para la salud mental. Es una ilusión positiva que nos ayuda a vivir. Sería muy difícil vivir en un mundo en el que no creyéramos que nuestras acciones van a tener recompensa y que podemos influir en nuestro futuro.
Pablo Malo Ocejo (Los peligros de la moralidad: Por qué la moral es una amenaza para las sociedades del siglo XXI (Deusto) (Spanish Edition))
El perdón es un acto de amor, una actitud superior ante los demás y ante la vida. perdonar es dar un bien tras recibir un daño. Es una forma especial de entrega y eleva al ser humano.
Marian Rojas Estapé (Cómo hacer que te pasen cosas buenas)
Devocional 29 Tolera Es un hecho que en ocasiones nos cuesta mucho aceptar y comprender a los demás cuando no estamos de acuerdo con su manera de pensar o de ser. De hecho, muchas relaciones se ven afectadas porque no somos capaces de ser empáticos, de ponernos en el lugar del otro y tratar de entender sus razones, o al menos los sentimientos que se ocultan detrás de su comportamiento. Es un hecho que todos somos diferentes, por eso necesitamos aprender a escucharnos para así entender el punto de vista de los demás, antes de juzgarlos de forma apresurada y dañarlos. Por esta razón, la Biblia nos da un sabio consejo: «Acéptense unos a otros, así como Cristo los ha aceptado. Acéptense para honrar a Dios» (Romanos 15:7). Esto quiere decir que Dios quiere que tengamos relaciones saludables con los demás, y por eso nos dice que una manera de honrarlo es aceptándonos mutuamente. Además, Dios dice a través de su palabra que no debemos enojarnos, ni amargarnos unos con otros (Colosenses 3:13). Y necesitamos aplicar esto, porque los desacuerdos, nos gusten o no, son parte del día a día de las relaciones de pareja, familiares, con nuestros amigos e incluso las laborales. Pero el problema no son los desacuerdos. Los conflictos se presentan cuando no estamos en la capacidad de escuchar y manejamos la situación gobernados por la ira, el orgullo y la prepotencia. Ninguna de estas tres son buenas consejeras ya que siempre nos llevarán a buscar tener la razón a como dé lugar, sin importar si pasamos por encima de los sentimientos del otro. En cuanto a esto, la epístola a los Colosenses nos enseña lo siguiente: «… más bien, perdónense unos a otros. Cuando alguien haga algo malo, perdónenlo». ¿Sabes por qué?, porque precisamente así es como Dios ha demostrado su amor para con nosotros: soportándonos, tolerándonos, perdonándonos y aceptándonos a pesar de nuestras equivocaciones. ¿Recuerdas el relato bíblico que narra aquel momento cuando los fariseos llegaron ante Jesús con la mujer adúltera? Ellos estaban esperando a que Él diera una orden para apedrearla. Pero cuando Jesús les dijo: «El que esté sin pecado que tire la primera piedra», sin duda cambiaron sus planes. Ahora me gustaría saber, si hubieras estado en el lugar de Jesús, ¿cuál habría sido tu respuesta? Dios quiere que manifestemos su amor siendo respetuosos y tolerantes con los demás. Es más, el amarnos los unos a los otros es un mandamiento dado directamente por Jesús, así que no podemos decir que amamos a Dios si no lo hacemos con el prójimo (1 Juan 4:21). Así que no juzgues a otros sin conocer sus intenciones, porque si no, serás juzgado de la misma manera (Mateo 7:2). No hemos sido llamados para descalificar a otros, sino a amar y a restaurar. En Hebreos 12:14 dice que debemos procurar la paz con todos. Pero es necesario aclarar que cuando hablamos de tolerancia no quiere decir que debamos aprobar un acto indebido. Según el Diccionario de la lengua española, la palabra tolerar significa «llevar con paciencia». En ningún sentido quiere decir aprobar o participar en aquello que ofende a Dios. Esto lo podemos ver en la actitud que Él tiene hacia nosotros: el Señor tiene las puertas abiertas para todos y si nos acercamos a su presencia, no nos echa afuera. Pero Él desea restaurarnos porque nos ama. Fíjate en el caso de la mujer adúltera. Jesús no permitió que la apedrearan y confrontó a los fariseos; pero de ningún modo aprobó el acto de adulterio, por eso le dijo: «¡Vete y no peques más!». Jesús nunca juzgó a los demás, buscó restaurar al otro desde su amor. Acepta y tolera a los demás como Dios lo ha hecho contigo. Recuerda que también Él te perdonó y te restauró a pesar de tus errores.
Rodrigo Riaño del Castillo (Diario de un vencedor: Un plan de acción para conectar con Dios y su propósito (Spanish Edition))
1.​Nuestra actitud determina nuestra perspectiva de la vida. 2.​Nuestra actitud determina nuestras relaciones con las personas. 3.​Nuestra actitud es muchas veces la única diferencia entre el éxito y el fracaso. 4.​Nuestra actitud al empezar una tarea afectará su resultado más que cualquier otra cosa. 5.​Nuestra actitud puede convertir los problemas en bendiciones. 6.​Nuestra actitud no se hace buena automáticamente sólo porque le pertenecemos a Dios.
John C. Maxwell (Liderazgo, promesas para cada día: Un devocionario diario (Spanish Edition))
27 de febrero Cultiva la indiferencia donde los demás CULTIVAN la pasión De lo existente, unas cosas son buenas, otras malas y otras indiferentes. Buenas son las virtudes y lo que participa de ellas; malas, las maldades y lo que participa de la maldad; indiferente, lo que está entre ambas: la riqueza, la salud, la vida, la muerte, el placer, el dolor. Epicteto, Disertaciones por Arriano, 2.19.13 Imagina el poder que tendrías en tu vida y en tus relaciones personales si todas las cosas que preocupan a los demás (cuánto pesan, cuánto dinero tienen, cuántos años les quedan de vida, cómo van a morir) no te importaran tanto. ¿Qué pasaría si, en vez de estar molesto o emocionado, y ser envidioso, posesivo o codicioso como el resto, fueras objetivo, sereno y lúcido? ¿Te lo imaginas? Imagina qué efecto tendría en tus relaciones laborales y sentimentales. Séneca era un hombre increíblemente adinerado, incluso famoso; sin embargo, era un estoico. Tenía muchos bienes materiales; pero, como dicen los estoicos, también los trataba con indiferencia. Aunque los disfrutaba, también aceptaba que podían desaparecer algún día. Esa actitud es más provechosa que el deseo de poseer más o el miedo a perder incluso un centavo. La indiferencia es un terreno neutral sólido. No se trata de eludir ni rechazar las cosas o sus consecuencias, más bien de no otorgarles más poder o preferencia de la debida. Sin duda, no es fácil, pero si lo lograras, ¿no estarías mucho más relajado?
Ryan Holiday (Diario para estoicos: 366 reflexiones sobre la sabiduría, la perseverancia y el arte de vivir)
Tuyo es el reto; tuya debe ser la elección. Nadie puede decidir por ti, como nadie puede pensar, aprender ni buscar por ti. ¡Nadie puede hacer lo que sólo tú puedes y debes hacer!
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Ser humilde es saber renunciar a lo accesorio para concentrarse en lo que realmente genera prosperidad. En definitiva, ser humilde es ser generoso.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
¡Fracasaréis si seguís donde estáis! ¡Sin arriesgaros no avanzaréis en la vida!
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
verdadero poder surge de lo más profundo del alma de cada ser humano: es aquella fuerza que nos hace afrontar los retos, levantarnos después de caer una y mil veces, luchar por una causa justa o necesaria, no perder nunca la esperanza, perseverar, ver de manera constructiva todo cuanto nos sucede, saber que eso que llamamos “yo” es en realidad un “nosotros” y actuar en consecuencia, celebrar y agradecer cada instante de la vida, poner al mal tiempo buena cara, trabajar con el corazón por un futuro mejor para todos, avanzar sin miedo, entregarse a cada desafío de la vida con coraje, responsabilidad, humildad, confianza… En definitiva, poder es desarrollar la capacidad para cambiar la realidad gracias a la fuerza de nuestras actitudes
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Porque si no os arriesgáis para conseguir algo nuevo o diferente, difícilmente conseguiréis nunca nada nuevo o diferente.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
más importante que el lugar al que te lleve este viaje que ahora inicias es el modo en el que decidas moverte por él.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
hará crecer y te darás cuenta de que, despejado el temor, el reto se convertirá en una extraordinaria oportunidad.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Los que lo logran, pueden porque creen que pueden, porque saben que pueden, porque conocen sus capacidades y sus límites y trabajan para superarlos. ¡Grábate al rojo vivo el mensaje del dragón! «El miedo a perder te hace perder.»
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
el verdadero éxito, no es posible a menos que tengas la libertad de fracasar. Sólo quien se atreve a fracasar estrepitosamente es capaz de hacer realidad sueños que en apariencia son imposibles.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
sólo cuando uno asume su responsabilidad ante lo que le ocurre en la vida puede crear las circunstancias que generan el cambio.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Confiad también en los que jamás pierden la esperanza, porque serán ellos los que construyan un futuro mejor.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Si los tratáis como son, seguirán siendo como son. Pero si los tratáis como pueden llegar a ser, se convertirán en aquello que pueden llegar a ser.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
errores, la cerramos también a la verdad y a la posibilidad de cambio.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
«Para llegar, hay que empezar».
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
—No nos atrevemos a hacer muchas cosas no porque sean difíciles. Más bien son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Cualquiera puede comenzar, pero solamente alguien de buena estirpe puede terminar.
John C. Maxwell (Actitud de vencedor (Spanish Edition))
¡No dejes que tu pasado, sea el que sea, oscurezca tu visión de un futuro brillante!
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
¡Piensa que puedes y podrás! La mayor derrota no consiste en no superar un reto, sino ni siquiera intentarlo. La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte, el más ágil o el más rápido, sino aquel que cree que podrá hacerlo.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Por difíciles que sean las circunstancias que te rodeen, adopta siempre una actitud positiva. Tus circunstancias cambiarán y siempre irán a mejor en la medida en que no te resignes ni te entregues al pesimismo.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Cuando temo algo, lo que hago es mirar ese algo de una manera diferente y siempre descubro nuevas maneras de superar el miedo
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Allí, alineados en el patio, separados por curso y género (porque se fomenta la fornicación adolescente, dicen los educadores). A esa hora de la mañana, tener que escuchar los interminables discursos de la directora, que con los ojos blancos, cacarea su oración por la santa patria, por el puro Chile que te educa para ser chileno (qué novedad), por las buenas costumbres, que por lo general son para los estudiantes chupamedias, que escuchan en primera fila con cara de santurrones el discurso de la señora. Mientras atrás, a puro pellizcón, los inspectores mantienen a raya a los desordenados, a los pailones de la última fila, los que no se cansan de joder con sus bromas y chistes picantes. Los que de tiran pesos e inundan el ordenado aire de la mañana escolar con ese olor rebelde. Tal vez son los únicos que escuchan el discurso de la directora, los únicos que le ponen atención para imitarla, para remedarle su curso y mentirosa acogida. Y la escuchan porque la odian, porque saben que ella no los pasa, detesta su música, su ropa y sus peinados y su desfachatez de pararse en el mundo así. Y llega cada año con nuevos reglamentos e ideas y talleres lateros para que sus niños ocupen mejor el tiempo. Los estudiantes de la última fila saben que la directora nunca los pierde de vista. Y por cualquiera anotación pasarán por su oficina cabizbajos, escuchando el mismo sermoneo, la misma citación de apoderados, el mismo: «Hasta cuándo González. Hasta cuándo, Loyola. Hasta cuándo, Santibáñez. ¿Nunca se va a aburrir de hacer tanto desorden?». Y la verdad, los alumnos de la última fila seguirán con sus manotazos y pifias mientras la sagrada educación nacional no los represente. Mientras les alarguen las torturan de las clases hasta las cuatro de la tarde, ellos seguirán riéndose del tiempo extra que gasta el estado para domarlos. Si nadie les pregunto, si nadie les dijo a ellos, que son los únicos afectados. Y por eso los chicos andan a patadas con los bancos, escupiendo con rabia a espaldas del inspector que los manda a cortarse el pelo. Ese largo pelo que durante las vacaciones se lo lavaron y cuidaron como seda. Esa hermosa cascada de cabello que los péndex se sueltan femeninos cuando van a la disco. Tal vez lo único ganado de todas las revoluciones y luchas juveniles. Esa larga bandera de pelo que los chicos desatan clandestinamente y la educación se las arrebata de un zarpazo. ¿Entonces cómo esperan que ellos tengan otras actitud frente a esta agresión oficial que les quita lo que más quieren? Cómo pretender que en la última fila no vuelve una mosca, si todos los ojos del primer día de clases están puestos en ellos, entretenidos en reírse de las amorosas palabras de la directora, tirándose fotos cuando ella presenta al alcalde
Pedro Lemebel (Zanjón de la Aguada)
Allí, alineados en el patio, separados por curso y género (porque se fomenta la fornicación adolescente, dicen los educadores). A esa hora de la mañana, tener que escuchar los interminables discursos de la directora, que con los ojos blancos, cacarea su oración por la santa patria, por el puro Chile que te educa para ser chileno (qué novedad), por las buenas costumbres, que por lo general son para los estudiantes chupamedias, que escuchan en primera fila con cara de santurrones el discurso de la señora. Mientras atrás, a puro pellizcón, los inspectores mantienen a raya a los desordenados, a los pailones de la última fila, los que no se cansan de joder con sus bromas y chistes picantes. Los que de tiran peos e inundan el ordenado aire de la mañana escolar con ese olor rebelde. Tal vez son los únicos que escuchan el discurso de la directora, los únicos que le ponen atención para imitarla, para remedarle su curso y mentirosa acogida. Y la escuchan porque la odian, porque saben que ella no los pasa, detesta su música, su ropa y sus peinados y su desfachatez de pararse en el mundo así. Y llega cada año con nuevos reglamentos e ideas y talleres lateros para que sus niños ocupen mejor el tiempo. Los estudiantes de la última fila saben que la directora nunca los pierde de vista. Y por cualquiera anotación pasarán por su oficina cabizbajos, escuchando el mismo sermoneo, la misma citación de apoderados, el mismo: «Hasta cuándo González. Hasta cuándo, Loyola. Hasta cuándo, Santibáñez. ¿Nunca se va a aburrir de hacer tanto desorden?». Y la verdad, los alumnos de la última fila seguirán con sus manotazos y pifias mientras la sagrada educación nacional no los represente. Mientras les alarguen las torturan de las clases hasta las cuatro de la tarde, ellos seguirán riéndose del tiempo extra que gasta el estado para domarlos. Si nadie les pregunto, si nadie les dijo a ellos, que son los únicos afectados. Y por eso los chicos andan a patadas con los bancos, escupiendo con rabia a espaldas del inspector que los manda a cortarse el pelo. Ese largo pelo que durante las vacaciones se lo lavaron y cuidaron como seda. Esa hermosa cascada de cabello que los péndex se sueltan femeninos cuando van a la disco. Tal vez lo único ganado de todas las revoluciones y luchas juveniles. Esa larga bandera de pelo que los chicos desatan clandestinamente y la educación se las arrebata de un zarpazo. ¿Entonces cómo esperan que ellos tengan otras actitud frente a esta agresión oficial que les quita lo que más quieren? Cómo pretender que en la última fila no vuelve una mosca, si todos los ojos del primer día de clases están puestos en ellos, entretenidos en reírse de las amorosas palabras de la directora, tirándose fotos cuando ella presenta al alcalde
Pedro Lemebel (Zanjón de la Aguada)
Los investigadores pidieron a los voluntarios que pensaran acerca de mantener una buena salud física. Luego se les pidió a la mitad de ellos que describieran cómo lo harían (concreto) y a la otra mitad que describieran por qué es importante (abstracto). Describir el cómo no afectaba a las actitudes, pero describir el porqué acrecentaba en los voluntarios conservadores la sensación de agrado y simpatía por los grupos desconocidos, hasta el punto de que no había una diferencia significativa entre sus actitudes y las de los liberales.
Daniel Z. Lieberman (Dopamina: Cómo una molécula condiciona de quién nos enamoramos, con quién nos acostamos, a quién votamos y qué nos depara el futuro (PENINSULA) (Spanish Edition))
La predisposición, la actitud previa ante cualquier situación determina cómo respondemos a ella.
Marian Rojas Estapé (Cómo hacer que te pasen cosas buenas)
Una actitud adecuada y sana puede ser la medicina natural más poderosa a nuestro alcance, y quizá la menos tenida en cuenta.
Marian Rojas Estapé (Cómo hacer que te pasen cosas buenas)
Como señala Morgan McCall en su libro Voladores de altura: «Desgraciadamente, a la gente le gustan a menudo las cosas que van en contra de su crecimiento [...] A la gente le gusta utilizar sus puntos fuertes [...] para conseguir resultados espectaculares y rápidos, incluso si[...] no desarrolla las habilidades nuevas que necesitará más adelante. A la gente le gusta creer que es tan buena en algo como todos dicen [...] y no toma sus debilidades tan en serio como debiera. A la gente no le gusta oír malas noticias, ni recibir críticas... Existe un riesgo tremendo [...] al abandonar lo que uno hace bien para intentar dominar algo nuevo». 39 Y la mentalidad fija hace que eso parezca aún más arriesgado.
Carol S. Dweck (Mindset: La actitud del éxito)
En una dirección espiritual o en un camino psicológico de crecimiento, por ejemplo, existen momentos, antes o después, en los que aquel que es acompañado o dirigido advierte la dificultad de la relación; en efecto, si esta procede en la dirección adecuada, debería llegar a ser exigente, poner al otro frente a los propios demonios e incoherencias, pedirle un cambio de actitud en varias áreas de la personalidad. Por consiguiente, percibir ese malestar es paradójicamente una buena señal, lo contrario sería un problema, pues expresa la calidad de la relación. No tendría ningún sentido interrumpirla por el malestar percibido. En todo caso, es su ausencia o una sensación solo y demasiado positiva lo que debería hacernos reflexionar sobre la calidad psicológica y evangélica del camino propuesto, que no es un mero encuentro entre amigos o compañeros, preocupados sobre todo de agradarse recíprocamente
Amedeo Cencini (DESDE LA AURORA TE BUSCO. Evangelizar la sensibilidad para aprender a discernir (Servidores y Testigos nº 165) (Spanish Edition))
No podemos elegir gran parte de lo que nos sucederá en la vida, pero somos absolutamente libres, todos y cada uno de nosotros, de elegir la actitud con la que afrontarlo. Nos reparten unas cartas, mejores o peores, pero son las que tenemos y hay que jugarlas lo mejor posible.
Marian Rojas Estapé (Cómo hacer que te pasen cosas buenas)
No podemos elegir gran parte de lo que nos sucederá en la vida, pero somos absolutamente libres, todos y cada uno de nosotros, de elegir la actitud con la que afrontarlo.
Marian Rojas Estapé (Cómo hacer que te pasen cosas buenas)
Escoja estar feliz, escoja tener una buena actitud. Recuerde que estar contento es una decisión que usted tiene que tomar, y aun cuando no lo entienda, sepa que Dios está haciendo una obra en y a través de usted. Decida que desde ahora en adelante, usted florecerá donde esté plantado y disfrutará de cada día de su vida.
Joel Osteen (Su mejor vida ahora: Siete pasos para vivir a su máximo potencial)
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. EFESIOS 2.10 No se puede dejar de subrayar que las obras no juegan ningún papel en la obtención de la salvación. Sin embargo, las buenas obras tienen que ver con vivir la salvación. Ninguna obra buena puede ganar la salvación, pero las buenas obras son el resultado de la salvación genuina. Las buenas obras no son necesarias para llegar a ser un discípulo, pero las buenas obras son necesarias como las marcas de todos los verdaderos discípulos. Dios, después de todo, nos ordenó que anduviésemos en ellas. Tenga en cuenta que antes de que podamos hacer alguna buena obra para el Señor, Él hace su buena obra en nosotros. Por la gracia de Dios, llegamos a ser «hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras». La misma gracia que nos dio vida juntamente con Cristo y nos resucitó con Él, nos capacita para hacer las buenas obras para las que Él nos ha salvado. Advierta también que es Dios quien preparó estas buenas obras. No obtenemos ningún mérito por ellas. Incluso nuestras buenas obras son obras de su gracia. Sería apropiado llamarlas «obras de gracia». Son la evidencia corroborante de la verdadera salvación. Estas obras, al igual que todos los demás aspectos de la salvación divina, son el producto de la gracia soberana de Dios. Las buenas acciones y actitudes virtuosas son intrínsecas a lo que somos cristianos. Proceden de la naturaleza misma de quien vive en el reino de los cielos. Al igual que los inconversos son pecadores por naturaleza, los redimidos son justos por naturaleza.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Al pasar por tiempos difíciles, asegúrese de que pase la prueba. No sea testarudo y obstinado, reconozca que Dios le está refinando, quitando algunos de sus lados ásperos. Manténgase firme y pelee la buena batalla de la fe porque Dios nos ha llamado a ser campeones; está destinado a ganar. Si coopera con Dios y mantiene una buena actitud, entonces no importará lo que venga en contra de usted, la Biblia dice que todas las cosas—no sólo las cosas buenas de la vida, sino todas las cosas—le ayudarán a bien.5
Joel Osteen (Su mejor vida ahora: Siete pasos para vivir a su máximo potencial)
La memoria nos relaciona con nuestro pasado, informa de nuestra relación con el presente y determina nuestra actitud hacia el futuro. Tal vez encontremos que existe un sano balance entre recordar y olvidar, y Alicia tiene claramente una buena ocurrencia al decir: «no vale la pena retroceder hasta ayer, porque entonces era yo una persona muy distinta».43 Vivimos en la memoria y por la memoria, pero Alicia nos dice que pensar que la persona que recordamos ser ayer pueda ser diferente de la persona que somos ahora, o de la que estamos por ser, no debe resultarnos tan preocupante.
Richard Brian Davis (La filosofía de Alicia en el País de las maravillas: Curiosismo y curiosismo (Spanish Edition))
«Las personas verdaderamente poderosas tienen una gran humildad. No tratan de impresionar; sus principios no son objeto de exhibición gratuita y permanente, su presencia es inspiradora y eleva el espíritu. Invitan, indican y ofrecen, pero no manipulan ni hacen uso de la coacción, la amenaza o la agresividad para lograr sus fines. Saben definir una dirección y un sentido. Son íntegros y coherentes. Predican con el ejemplo. Conocen y reconocen al otro. Y, por encima de todo, escuchan».
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
La buena vida no comienza cuando cambian las circunstancias, sino cuando cambia tu actitud hacia ellas.
Max Lucado (Ansiosos por nada: Menos preopupación, más paz (Spanish Edition))
Qué hermosas son las personas que no tienen ninguna razón para ser buenas personas y sin embargo lo son. Ellos son la prueba palpable de que una vida infeliz o llena de dificultades no tiene porque cambiar el carácter o la actitud de quien es una persona de bien.
Ignacio Novo
Un sentimiento de política folk se ha hecho presente tanto en el horizontalismo radical como en movimientos localistas más moderados, aunque algunas intuiciones parecidas apuntalan un vasto abanico de la izquierda contemporánea. En todos esos grupos se acepta ampliamente una serie de juicios: lo pequeño es bello, lo local es ético, lo simple es mejor, la permanencia es opresiva, el progreso se ha terminado. Se prefiere este tipo de ideas por encima de un proyecto contrahegemónico: una política capaz de competir con el poder capitalista en escalas más grandes. En su núcleo, gran parte de la política folk contemporánea expresa, por ende, un «profundo pesimismo: asume que no podemos llevar a cabo un cambio de gran escala, colectivo y social».91 Esta actitud derrotista de la izquierda corre fuera de control y, considerando los continuados fracasos de los últimos treinta años, quizá haya ocurrido por buenas razones. Para los partidos políticos de centro izquierda, la nostalgia de un pasado perdido es todo lo que se puede esperar. El contenido más radical que puede encontrarse entre ellos está hecho de sueños de una socialdemocracia y de la así llamada «edad de oro» del capitalismo.92 Sin embargo, las condiciones mismas que hicieron posible la socialdemocracia ya no existen. La «edad de oro» capitalista fue predicada sobre el paradigma productivo de un entorno fabril disciplinado, donde los trabajadores (blancos, varones) recibían seguridad y un estándar de vida básico a cambio de toda una vida de aburrimiento atrofiante y represión social. Dicho sistema dependía de una jerarquía internacional de imperios, colonias y una periferia subdesarrollada; una jerarquía nacional de racismo y sexismo y una jerarquía familiar rígida de subyugación femenina. Además, la socialdemocracia se apoyaba en un equilibrio particular de fuerzas entre las clases (y una disposición de éstas a transigir) y todo esto sólo fue posible tras la destrucción sin precedentes ocasionada por la Gran Depresión y por la Segunda Guerra Mundial y de cara a las amenazas externas del comunismo y el fascismo. Pese a toda esa nostalgia que muchos sienten, este régimen es indeseable y también imposible de recuperar. Empero, el punto más pertinente es que, incluso si pudiéramos dar marcha atrás hacia la socialdemocracia, no deberíamos hacerlo. Podemos hacer cosas mejores, y la fidelidad socialdemócrata a los empleos y el crecimiento significa que siempre actuará de manera afín al capitalismo y que lo hará a expensas de la gente. Más que modelar nuestro futuro sobre un pasado nostálgico, deberíamos apuntar a crear un futuro para nosotros mismos. El paso más allá de los obstáculos del presente no se logrará mediante el retorno a un capitalismo más humanizado, reconstruido desde una remembranza del pasado con ojos llorosos. Si bien la nostalgia de un pasado perdido claramente no es una respuesta adecuada, tampoco lo es la glorificación actual de la resistencia. La resistencia siempre significa resistencia contra otra fuerza activa. En otras palabras, más que un movimiento activo, es un gesto defensivo y reactivo: no resistimos para traer a la existencia un mundo nuevo, resistimos en nombre de un mundo viejo. El énfasis contemporáneo en la resistencia oculta, por ende, una postura defensiva contra la intrusión del capitalismo expansionista
Nick Srnicek (Inventar el futuro: Postcapitalismo y un mundo sin trabajo (Ensayo general) (Spanish Edition))
No hay compensación para una actitud o modo de pensar rebelde. Ninguna cantidad de buenas obras o entrega económica puede compensar la realidad de que usted esté en desobediencia. Lo que cosecha de esta actitud es una continua agitación interior. No hay paz para el corazón rebelde.
Charles F. Stanley (En busca de paz: Promesas de Dios para una vida libre de remordimiento, preocupación y temor (Spanish Edition))
—Vaya, pero si es la chica al’Vere. ¿La mandaron a ella al Puerto del Norte? Buena te espera con Elaida por el trabajo de esta noche, vaya que sí. Pero miradla, fijaos en su actitud. Cualquiera pensaría que sois un par de guardias de honor que le dan escolta. Esperaba verla llorando y pidiendo clemencia.
Robert Jordan (La Rueda del Tiempo nº 11/14 Cuchillo de sueños (Spanish Edition))