Besos Y Abrazos Quotes

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Te abrazo y corren las mandarinas; te beso y todas las uvas sueltan el vino oculto de su corazón sobre mi boca.
Gioconda Belli
El hombre del amor calcinante, de los inventos eróticos, de la risa, las bromas y los juegos entre las sábanas, de la urgencia y la voracidad y la alegría, de las confidencias susurradas en la pausa entre dos abrazos, de los besos interminables y la intimidad más delirante, ese hombre sólo existía para ella.
Isabel Allende (El amante japonés)
- Pero…¡Eres un ángel! - …del amor. Y el amor no son solo besos y abrazos. Es también pasión, caricias, acción y fuego interno.
Alan D.D. (Crónicas Lujuriosas)
Aquel abrazo que duró menos de lo que suele durar un beso, logró llenar cada espacio de mi inhabitado y exigente corazón.
Ricardo Sandoval Celi (El fantasma de mis sueños)
Cierro mis ojos con fuerza y trago sus palabras, enviándolas directamente a mi corazón. Lleva sus labios a mi cabello y me besa por primera vez, o veinteava o millonésima vez, pero ¿quién lleva la cuenta? Lo abrazo con más fuerza y exhalo. —Gracias. —Levanto mi cabeza y descanso mi barbilla sobre su pecho, mirándolo mientras me regresa la sonrisa —. Y no es por lo que acabas de decir que te doy las gracias, Holder. Necesito darte las gracias por todo. Gracias por darme el coraje de hacer siempre las preguntas, incluso cuando no quiero las respuestas. Gracias por amarme como lo haces. Gracias por enseñarme que no siempre tenemos que ser fuertes para estar allí unos a otros, que está bien ser débil, mientras estamos allí. Y gracias por encontrarme finalmente después de todos estos años. —Muevo mis dedos en su pecho hasta llegar a su brazo. Recorriendo cada letra de su tatuaje, entonces me inclino hacia adelante y presiono mis labios sobre los suyos y lo beso—. Pero sobre todo, gracias por perderme hace tantos años... porque mi vida no sería lo mismo si nunca te hubieras marchado.
Colleen Hoover (Hopeless (Hopeless, #1))
¡Ve... sé feliz! Si me extrañas o te extraño tal vez volvamos a estar juntos. Si por el contrario esto se acerca al final, gracias por tus sonrisas, tus abrazos y tus besos. No hace falta decir que todo esto me llenó de vida, al menos durante un tiempo.
Manuel Gonzalezpico (Historias y poemas de un corazón roto (Spanish Edition))
¿Cuándo se consuma una trición urdida entre un hombre y una mujer? ¿A partir del primer cruce de miradas? ¿Durante el imperceptible estremecimiento que sacude las certezas más firmes como un sismo cuyo epicentro se origina en las entrañas? ¿En el momento en que surge el pensamiento que, con premeditación y alevosía, abre las puertas de la imaginación hacia el abismo de un futuro diferente? ¿Con el primer contacto, un mero roce de manos o, menos aún, con el aire de un susurro que acaricia la piel tras el lóbulo de la oreja? ¿A partir del primer abrazo? ¿Desde el primer beso? ¿Cuando la mano percibe las formas por encima de la ropa? ¿Con el entrelazamiento animal de los cuerpos desnudos? ¿Acaso es la aparición de la palabra que pone nombre a los hechos y a los sentimientos? ¿O la traición se consuma con la sola enunciación de un plan secreto?
Federico Andahazi (Los amantes bajo el Danubio)
Sabe que su padre lo arreglará todo, porque tiene dinero y al final todo se arregla con dinero, al menos eso le han enseñado en casa. En una casa en la que apenas hay cariño, ni abrazos, ni besos, ni elogios, ni palabras de ánimo… pero en la que sí que hay dinero y todas las comodidades que eso conlleva. ¿Quién quiere un abrazo cuando puedo llevar la ropa más cara? ¿Quién quiere un beso cuando puede comprarse todo lo que quiera? ¿Quién necesita esas tonterías?, se pregunta un chico que recuerda que no siempre fue así,
Eloy Moreno (Invisible (Spanish Edition))
Cierro por un instantes los ojos y recuerdo con nitidez la primera vez que dormimos juntos, el primer beso, el primer abrazo, el descubrimiento asombroso de un amor surgido cuando menos lo buscábamos, de la ternura que nos tomó por asalto cuando nos creíamos a salvo en una aventura de una sola noche, de la profunda intimidad creada desde el comienzo, como si durante todas nuestras vidas nos hubiéramos preparado para este encuentro, de la facilidad, la calma y la confianza con que nos amamos, como las de una vieja pareja que ha compartido mil y una noches.
Isabel Allende (Paula)
Me encuentro sola. Ya no distingo si es hoy o mañana, porque todos los días me parecen iguales. Nadie me pregunta cómo estoy o qué es lo que siento. Ni siquiera mi madre o mi padre, que se han cansado ya de intentar animarme. Soy un caso perdido. Una pieza más de un puzle que nadie va a terminar. Nunca he encontrado un amigo de verdad. Alguien que se esfuerce por hacerme reír o que llore conmigo cuando estoy triste. Si me caigo, me levanto yo sola. A mis diecisiete años, tampoco he tenido novio; un chico que quiera descubrir cómo beso o cómo abrazo. O simplemente, averiguar cómo sonrío si lograra hacerme feliz. He llegado a la conclusión de que alguien ha tenido que exprimir y convertir en zumo a la media naranja que me correspondía. Ésa soy yo. Una tonta adolescente que no busca su sitio en el mundo porque ya lo ha encontrado junto a un papel en blanco y una historia sin contar. Una historia de pocas líneas. Líneas aburridas, tristes y desordenadas. Incomprendidas. Como yo. No me entienden. Y lo más crudo es que nadie intentará comprenderme.
Anonymous
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
 Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
 Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo,
me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto,
no solamente mi cuerpo, sino mi alma. 
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. 
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él sólo aprendiese a volar. 
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombre. He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo. Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes. Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré. El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “lo siento,” “perdóname”, “por favor,” “gracias” y todas las palabras de amor que conoces. Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.
Gabriel García Márquez
Cuando a una le atraviesan el corazón con una rama pero no la matan. Una quiere dejar de vivir. Pero entonces la obligan a vivir. Los niños gritan y la obligan a vivir. El viejo tiene hambre y reclama. Los del pueblo le llevan judías y calabacines solo para obligarla a vivir. Y una deja de ser mujer y se convierte en viuda, en madre. Una deja de ser el centro de su vida, deja de ser la savia y la sangre, porque la han obligado a renunciar a cuanto quería. Tíralas aquí, tira las cosas que deseabas,aquí, en medio del camino, en esta cuneta, todo lo que pensabas. Las cosas que amabas. Ya ves, con lo poquita cosa que eran. Le hacen a una desear una vida pequeña. Este hombre y esta montaña. Una vida raquítica como una piedrecilla bonita. Una vida que quepa en un bolstillo. Una vida como un anillo, como una avellana. A una no le dicen que se pueden elegir cosas que no sean pequeñas. No le dicen que las piedras pequeñas se pierden. Se escapan por el agujero de un bolsillo. Ni que si se pierden ya no se puede elegir otra, que piedra perdida, perdida está. Tira el corazón también aquí, en medio del camino, entre el barro y las zarzas. Tira la alegría. Tira el alma y los abrazos, los besos y la cama de matrimonio. A la fuerza. Y ahora levántate y mira esta mañana tan delgada y tan azul. Y baja a la cocina, métete la comida en la boca y después métela en la boca de los niños, y luego del viejo, y luego en la boca de las vacas y de los terneros, en la de la cerda, en la de las gallinas y en la de la perra. A la fuerza, a la fuerza. Hasta que se olvida una de todo, con tanta fuerza bruta.
Irene Solà (Canto jo i la muntanya balla)
El beso daba camino a otro beso, y en los ojos cerrados, todo el mundo consumido de su abrazo, Karou tuvo la sensación de que cada beso abarcaba el último. Era alucinante: beso dentro de un beso dentro de un beso, yendo más y más profundo y más dulce y más cálido y más embriagador, y esperaba que el equilibrio de Akiva los es tuviera guiando porque ella estaba perdida en sus sentidos. (Sueños de dioses y monstruos, #3).
Laini Taylor
A veces los días nacen prometiendo besos y abrazos. A veces estos besos y abrazos llegan, y no puedes reprocharle nada al día, pero no son de ningún modo como tú los esperabas. A esos días solo puedes pedirles un poco más, y por suerte ese deseo es siempre concedido: que mueran cuanto antes y que llegue un nuevo día.
Eva García Sáenz (La vieja familia (La saga de los longevos #1))
Aunque yo estuviera a tu lado, tomaras mi mano, me dieras un beso y un abrazo y me dijeras 'Mucho gusto' y yo te contestara 'igualmente', tampoco te causaría ningún daño
Valéria Piassa Polizzi (¿Por qué a mí?)
Los celosos son los que más fácilmente perdonan, bien lo saben las mujeres. Son capaces de perdonar (tras una escena violenta, cierto) la traición casi flagrante, los abrazos y los besos que han visto por sus propios ojos, con tal que sea la última vez, que el rival desaparezca, yéndose al fin del mundo, o que ellos puedan irse con la mujer amada a un lugar donde el otro no pueda encontrarlos. Naturalmente,
Fyodor Dostoevsky (Los hermanos Karamazov)
La empatía no solo se refleja con las palabras. Una mirada de comprensión, una caricia, un beso o un abrazo pueden ayudar a entender mucho más que una palabra. No tengas ningún miedo de acompañar a tu hijo en sus sentimientos con una muestra física de afecto. Cogerlo en brazos y darle un beso o un buen abrazo lo ayudará a sentirse comprendido y a calmarse.
Álvaro Bilbao (El cerebro del niño explicado a los padres)
La clase tenía setenta y cinco estudiantes, que se dividieron en grupos de dos, tres y cuatro personas. En las siguientes diez semanas habían conseguido dieciséis millones de usuarios. La aplicación de Joachim De Lombaert, Alex Onsager y Ed Baker para mandar puntos de atractivo a otros usuarios de Facebook consiguió cinco millones de usuarios y ganó tres mil dólares diarios en publicidad. La vendieron por una cifra de seis dígitos, antes de montar la red social Friend.ly. Dan Greenberg y Rob Fan ganaron cien mil dólares al mes con una app que mandaba abrazos virtuales, y que después se amplió a besos, peleas de almohadas y otras sesenta y siete interacciones distintas. Dave Koslow, Jennifer Gee y Jason Prado lanzaron una herramienta de encuestas que consiguió seis mil usuarios en menos de tres días. El curso levantó tanta expectación que la presentación final de proyectos estaba llena de inversores. Muchos de los alumnos dejaron la universidad. La mayor parte trabajan ahora en grandes empresas de tecnología.
Marta Peirano (El enemigo conoce el sistema)
CAVALO MORTO Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Un poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda perdida es una golondrina de espaldas posada sobre la luz de un pararrayos. Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en medio del corazón el ruido de un manojo de llaves. Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Lèdo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. En Cavalo Morto los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Otro mundo es el fondo de un vaso, un lugar donde lo recto tiene forma de herradura y hay una sola calle forrada con tela de gabardina. Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo es un río que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas, pequeñas mentiras de lluvia heridas por una púa de acacia. En Cavalo Morto los aviones atan con cintas de vapor el cielo como si las nubes fuesen un regalo de Navidad y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos eternos por laescalerilla del anillador de gaviotas. Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Un poema de Lèdo Ivo es el amante de un reloj de sol que abandona de puntillas los hostales de la mañana siguiente. La mañana siguiente es lo que iban a decirse aquellos que nunca llegaron a encontrarse, los que aun así se amaron y salen del brazo con la brisa del anochecer a celebrar el cumpleaños de los árboles y escriben partituras para el timbre de las bicicletas. Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. Lèdo Ivo es una escuela llena de pinzones y un timonel que canta en el platillo de leche. Lèdo Ivo es un enfermero que venda las olas y enciende con su beso las bombillas de los barcos. En Cavalo Morto todas las cosas perfectas pertenecen a otro, como pertenece la tuerca de las estrellas marinas al saqueador de las cabezas sonámbulas y el cartero de las rosas del domingo a la coronita de luz de las empleadas domésticas. Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo. En Cavalo Morto cuando muere un caballo se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere un evangelista se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, Háganme caso, los recuerdos hermosos son fugaces como las ardillas, cada amor que termina es un cementerio de abrazos y Cavalo Morto es un lugar que no existe.
Juan Carlos Mestre
En la mayoría de las ocasiones, el hogar se halla en un abrazo, en un beso o una simple mirada. El hogar es amor, cariño y comprensión y se construye en el lugar donde tus sentimientos viven.
Raquel Silva ((Relato) El vuelo de las Perseidas)
cultiva la expresión del afecto dándoles un beso y un abrazo cada vez que los dejes en la escuela o salgas de casa para ir al trabajo. Piensa que esos pequeños gestos son los ladrillos que construirán el palacio de vuestra relación en el futuro.
Álvaro Bilbao (El cerebro del niño explicado a los padres)
No lo hago, claro: porque no puedo cargar con mi propio peso y el peso de mi madre. Supongo que me fui de aquí para no tener que cargar con el peso de nadie que no fuera yo misma. Me he desensibilizado por completo de los asuntos de mi propia casa: la última vez que lloré aquí fue algunas horas antes de irme a París, mientras cenaba, cuando se me formó un nudo en la garganta y era incapaz de tragar. No estaba triste por irme: quería irme; lo necesitaba, más bien. Era otra cosa. Yo siempre estoy bien, mamá. Todo está bien en París, como siempre lo ha estado. No te preocupes. Pregunto, claro, qué tal le va todo, como si fuera ella a contarme algo nuevo. Como no puedo decirle que vaya al psicólogo o que amplíe sus círculos, sé que acabaremos resolviendo la cuestión con un abrazo o dos besos. Claro que no me falta de nada, mamá; fíjate, ya ni siquiera hace frío: el sol empieza a salir, de vez en cuando, y los días son más largos, y te quiero, y no querría nunca volver a casa, y menos aún tener que explicarte por qué esas dos afirmaciones se basan en exactamente lo mismo. Dejemos el tema de la familia.
Elizabeth Duval (Reina)
La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que: Tenemos edificios más altos pero temperamentos más cortos, 
autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, 
compramos más, pero gozamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas, 
más conveniencias, pero menos tiempo. Tenemos más grados pero menos sentido, 
más conocimiento, pero menos juicio, 
más expertos, sin embargo más problemas,
más medicina, pero menos bienestar. Bebemos demasiado, fumamos demasiado, gastamos muy imprudentemente, reímos muy poco, 
manejamos demasiado rápido, nos ponemos demasiado irritados, nos estamos hasta muy tarde en la noche, nos levantamos demasiado cansados, 
leemos muy poco, miramos demasiada TV, y rezamos muy rara vez. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos muy rara vez, y odiamos muy a menudo. Hemos aprendido cómo ganarnos la vida, pero no cómo hacer una vida. Hemos adicionado años a la vida pero no vida a los años. Hemos ido todo el camino a la luna y de regreso, pero tenemos problema para cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Hemos conquistado el espacio exterior pero no el espacio interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no mejores cosas. Hemos limpiado el aire, pero contaminado el alma. Hemos conquistado el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más, pero aprendemos menos. Planeamos más, pero logramos menos. Hemos aprendido a ir de prisa, pero no a esperar. Construimos más computadores para tener información, para producir más copias que siempre, pero comunicamos menos y menos. Hay los tiempos de comidas rápidas y de baja digestión, de hombrotes y mujerzotas pero de carácter pequeño, ganancias empinadas y relaciones superficiales. Éstos son los días de dos ingresos pero más divorcios, 
casas más extravagantes, pero hogares rotos. Éstos son los días de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad desechable, 
encuentros amorosos de una sola noche, cuerpos con sobrepeso, y pastillas que hacen de todo, desde animar, a aquietar, a matar. Es un tiempo cuando hay mucho en la vidriera del mostrador y nada en el almacén. Un tiempo cuando la tecnología puede traer esta carta a ustedes, y un tiempo cuando ustedes puede escoger ya sea compartir este entendimiento, o sólo pulsar borrar. Recuerden, gasten algún tiempo con sus seres queridos, porque ellos no van a estar ahí por siempre. Recuerden decir una palabra amable a alguien quien los mira maravillado,
porque esa personita crecerá y dejará de estar a su lado. Recuerden dar un caluroso abrazo a alguien cercano a ustedes, porque es ése el único tesoro que pueden dar con el corazón y no cuesta un centavo. Recuerden decir “te amo” a su pareja y a sus seres queridos, pero principalmente, háganlo con intención. Un beso y un abrazo repararán heridas cuando viene de muy adentro de ustedes. Recuerden cogerse de las manos y compartan el momento porque algún día esa persona no estará allí de nuevo. ¡Dense tiempo para amar, dense tiempo para hablar! Y dense tiempo para compartir los preciosos pensamientos de su mente. Y siempre recuerden: “La vida no es medida por el número de alientos que tomamos, sino por los momentos que nos quitan el aliento.
George Carlin
Los padres de Tom son docentes e intelectuales. Su padre dio clases de Literatura en el Connecticut College durante treinta años. Su madre trabajaba en la secretaría de exalumnos. Vivían y respiraban universidad, y se ufanaban de ser cultos, cosa que se reflejaba en todo lo que hacían y eran. En gran parte era inofensivo, y hasta beneficioso, para Tom y su hermana pequeña, Kathy. Las vacaciones eran siempre de acampada familiar. No les dejaban ver la tele sin supervisión, y solo los fines de semana. Imaginaos lo insulso que era el contenido autorizado. Tenían que leer diez libros por verano, y a colonias nunca iban. Nada de quedarse a dormir en casa de un amigo. Toque de queda estricto, y cada domingo a la iglesia, aunque de religión se hablaba más en términos de teoría y sociología que de pasión y fe. Lo evaluaban y lo analizaban todo, despojándolo de las influencias emocionales que pudieran llevar a creer en una mentira o a actuar de modo erróneo. Seguro que conocéis a gente de este tipo. A los no tan disciplinados les despiertan ganas de zarandearlos hasta que se desprenda alguna emoción, aunque se queden inconscientes. No parecen humanos, a pesar de su tan buen comportamiento. ¿En qué se traducía todo esto para Tom? Si llegaba a casa con sobresalientes, no había euforia, abrazos, besos ni llamadas por teléfono a los abuelos. Nada de monedas para la hucha, ni de postre especial, ni de saltarse una práctica de piano. No pegaban las notas a la nevera, no; las evaluaban y las comentaban, y a Tom le recordaban que sus notas eran un reflejo de lo mucho que había trabajado, y que no se pensara que era mejor o más listo que los otros. Y cuando cantaba en la obra de fin de curso, o anotaba una carrera en el partido de béisbol, o traía un animal de barro pintado de la asignatura de arte, con un vago parecido a una jirafa… Todo lo que hacía Tom era objeto de valoración sincera y desapasionada. En el segundo estribillo has desafinado un poco, Tom. A la primera base has llegado más que nada por suerte, Tom. No te creas que te volverá a pasar. Tienes que practicar más. Hombre, se nota que te has divertido haciéndolo. Sí, ¿verdad? Exacto. Un poco adelantados a su tiempo, precursores de los consejos educativos que nos han endosado durante la pasada década. No hay que estar orgulloso de los hijos. Son ellos los que tienen que enorgullecerse. Tampoco hay que hacer falsos elogios, porque entonces dejan de fiarse de nuestras opiniones. No hay que dejarlos por el mundo creyéndose mejores de lo que son, porque solo servirá para que se lleven una decepción. La verdadera autoestima es la que viene de tener unos padres sinceros. Yo estos disparates los rechazo desde siempre. En eso soy un caso aparte. Somos seres pequeños e insignificantes. Lo único que nos llena, lo que nos da un horizonte, orgullo, sentido del yo, es el lugar que ocupamos en los corazones de la gente. Necesitamos que nos quieran nuestros padres sin condicionantes, sin lógica ni racionalidad. Necesitamos que nos vean a través de un cristal distorsionado por su amor y que nos digan de todas las maneras posibles que los llena de felicidad el mero hecho de que estemos en el mundo. De acuerdo, algún día nos daremos cuenta de que nuestras jirafas de barro no eran magistrales, pero es necesario que nos hagan llorar siempre que las bajemos de nuestros desvanes, sabiendo que cuando nuestros padres veían estos trozos de yeso tan feos sentían un orgullo absurdo y ganas de abrazarnos hasta que nos dolieran los huesos. Es lo que necesitamos de los padres, más que la verdad sobre lo pequeños que somos. Ya habrá gente de sobra que nos lo recuerde y nos ofrezca evaluaciones desapasionadas de nuestra mediocridad.
Wendy Walker (All Is Not Forgotten)
In the kitchen, Alex was mixing up a round of pisco sours. “South American classic,” he said. “Personally I’d rather drink beer but I like them every now and again.” He handed Jav a glass. “Con mucho abrazos, amor y besos.” “Pero no pesos.” They clinked and drank. “Not bad,” Jav said. “Not too sour.” “Peruvians add bitters,” Alex said. “And a big froth of egg white on top. It’s pretty gross.” He hitched up to sit on the countertop.
Suanne Laqueur (An Exaltation of Larks (Venery #1))
Siempre he sido más amigo de cometer errores y luego arrepentirme que de pasarme la eternidad preguntándome cómo sabrían sus besos, a qué olería su pelo de madrugada, o cuál sería la presión exacta de sus abrazos.
Eva García Sáenz (La vieja familia / Los hijos de Adán (La saga de los longevos #1-2))
Sintió una tristeza inmensa al darse cuenta de que no le hacía falta a nadie, ninguna persona la extrañaba, ningún ser humano necesitaba verla o escuchar su voz. Estaba completamente sola en un mundo que le daba la impresión de no ser el suyo, una especie de planeta por el que tenía que caminar, y dormir, y comer solo para guardar las apariencias y fingía que era como ellos. Pero no, ella en verdad sentía que era una alienígena, un bicho raro que había llegado a la Tierra proveniente de otra dimensión. Por eso le habían sido prohibidos los abrazos, los besos, las caricias, la ternura física, el contacto con otro cuerpo, con otro ser que le diera cariño y algo de comprensión. No, lo suyo era el aislamiento, el silencio y ese continuo monólogo que no desaparecía nunca de su cabeza
Mario Mendoza (Akelarre)
—Yo recorro la curva de tu cuello con las yemas de mis dedos, hasta tu cara. Tu barba me hace cosquillas en las palmas. Te separo de mí, no mucho, un poco, lo suficiente para mirarte de nuevo. Me encantan cómo te brillan los ojos cuando estás feliz. —Y a mí los tuyos. —Mi sonrisa favorita. —Escucho cómo escapa de sus labios una suave carcajada. —Te beso. —Porque me debes muchos besos, recuérdalo. —Muchos. Una deuda de diez mil.
Silvia Ferrasse (Mil primaveras a la orilla de tus abrazos (Mil Estaciones, #2))
Por eso, el día que puedas dividir tu tiempo para mantener un balance entre tu salud, tu trabajo, tu familia y tu Dios, ese día vas a dejar de ser esclavo—. Y su última frase antes de darme un beso y un abrazo fue: Ojalá algún día lo entiendas y lo apliques.
Jorge A. Sánchez (Un viaje con proposito y sin equipaje: Una historia mágica que te ayudará a encontrar el camino hacia la felicidad y a descubrir tu plan de vida.)
Habíamos pasado meses juntos. Eran horas y horas de conversaciones, besos, abrazos y algo más. Tanto, que su cuerpo me parecía una extensión del mío.
Nla Contreras (Deidad)
De qué me voy a disfrazar cuando ya no pueda decir que estoy mal, que es la causa, y mis amigas me pregunten cómo estoy; qué voy a decir cada vez que quiera justificar un abandono o una tristeza, un capricho; qué voy a inventar ahora cuando no quiera coger, recibir besos o abrazos; cuando no quiera levantarme de la cama y ya no tenga que ir a declarar, ¿qué voy a decir? Qué voy a decir cuando me pregunten qué te pasa, cuando me digan, ¿qué hiciste de tu vida? No sé, qué se yo, yo estudié, escribí, trabajé, y nada, eso, o también la causa, sí, también denuncié a mi abusador, (…), y otra vez lo mismo, otra vez ser la más poronga, otra vez empezar de cero, y ahora delante de mí no hay más que cielo celeste y pasto verde para ir y andar y yo que no sé qué hacer con todo eso, con esa inmensidad y tengo miedo y mejor no, mejor me quedo acá.
Belén López Peiró (Donde no hago pie)
Ana Rosa, no sé si el arte pueda dar cuenta de tanta muerte, tanto olvido, tanta desidia, tanta desigualdad, tanta acción criminal. Pienso que nuestras prácticas artísticas no pueden omitir la denuncia. Pienso en la resistencia conjugada con el rito: hay personas que aún no encuentran a sus muertxs por la negligencia estatal y siguen buscándolos cada día. Pienso en la inoperancia administrativa, en la falta de políticas públicas que ha agravado la crisis sanitaria/humanitaria en Guayaquil. Pienso que en los 80s otro virus acabó con la vida de millones que murieron solxs, sin abrazos, ni besos de despedida.
Andrea Alejandro Freire (Camino de letras que desaparece en un sobre)
A los dos pequeños hijos de la familia Ugarte, les gustaban los juguetes, pero más que eso preferían que sus padres, al levantarse y al acostarse, se acercarán a cada uno de ellos y les dijeran: Te quiero mucho, con un fuerte abrazo y beso en las mejillas. Cuento: El Cariño Autor: David Cotos Publicado 29 de Agosto de 2012 en Fan Page de Observando Cine
David Cotos
Aún conservo doce libretas de espiral, donde guardo viejas cartas que Peter me escribía a diario. En todas empezaba con un «Querida Princesa», ponía X para los besos y O para los abrazos. Y al final añadía «PETAMYTAS», abreviación de «Pienso en ti a menudo y te amo siempre». Tengo siete cintas de vídeo, todas ellas fechadas, con títulos como Margaux en patines; Margaux con Zarpas; Margaux en la moto de paquete, saludando. Cada día, ya hacia el final de su existencia, Peter miraba esas cintas: Margaux rebozándose con Zarpas en la tierra, Margaux jugando a polis y cacos en el sofá, Margaux saludando con la mano desde lo alto de un árbol, Margaux lanzando un beso. Ahora nadie mira a Margaux. Incluso la propia Margaux está aburrida de ver a Margaux con cintas en el pelo, Margaux en vaqueros cortos, Margaux con el pelo mojado, Margaux junto al ailanto del que solía colgar la hamaca blanca. Yo era la religión de Peter.
Margaux Fragoso (Tiger, Tiger)
De ahora en adelante solo iría a ver películas de amor, como las llamaban los grandes. Con muchos besos, muchos abrazos y donde todo el mundo se quisiera. Ya que solamente servía para recibir golpes, por lo menos podría ver a otros quererse.
José Mauro de Vasconcelos (O meu pé de laranja lima & Doidão)
BELLEZA POR TODOS LADOS Esperando en nuestro umbral, meramente necesitamos abrir la puerta. Salir para abrirnos al nuevo dentro de mí y de ti. La belleza deja entrar la luz mientras nos abre al Amor, amor, amor – amando dentro y tan afuera. El sol entibia nuestros corazones mientras embellece nuestra Alma Los cielos abiertos son brazos abiertos cuando nos rendimos a su abrazo. Mente abierta, abrazo de sol Las hojas caen y nos nutren a todos mientras el suelo se enriquece con el arraigo de Todo. Cada ciclo nos espera con un beso. Suculento y lujoso es cada momento, “Recíbeme”, dice el espíritu del aliento.
Ulonda Faye