Azul Quotes

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¿Qué es poesía? --dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.
Gustavo Adolfo Bécquer
Anyone who lives in her own world is crazy. Like schizophrenics, psychopaths, maniacs. I mean people who are different from others.' Like you?' On the other hand,' Zedka continued, pretending not to have heard the remark, 'you have Einstein, saying that there was no time or space, just a combination of the two. Or Columbus, insisting that on the other side of the world lay not an abyss but a continent. Or Edmund Hillary, convinced that a man could reach the top of Everest. Or the Beatles, who created an entirely different sort of music and dressed like people from another time. Those people--and thousands of others--all lived in their own world.
Paulo Coelho (Veronika Decide Morir - Tapa Azul (Spanish Edition))
Míralo. El rostro de un ángel malicioso y los ojos como el cielo nocturno en el Infierno. Es muy hermoso, y a los vampiros les gusta eso. Y no puedo decir que a mí me moleste. -Magnus sonrió de medio lado-. Cabello negro y ojos azules son mi combinación favorita.
Cassandra Clare (Clockwork Prince (The Infernal Devices, #2))
They think they're normal, because they all do the same thing. Well, I'm going to pretend that I have drunk from the same well as them.
Paulo Coelho (Veronika Decide Morir - Tapa Azul (Spanish Edition))
Creo que siempre es preferible la neurosis a la imbecilidad.
Rubén Darío (Azul...)
Don't open that door," she said. "The hallway is full of difficult dreams." And I asked her: "How do you know?" And she told me: "Because I was there a moment ago and I had to come back when I discovered I was sleeping on my heart.
Gabriel García Márquez (Ojos de perro azul)
Victoria se inclinó sobre el bebé. -Christian. Vamos a ver a Christian. El bebé abrió mucho sus ojos azules, como si lo hubiese comprendido.
Laura Gallego (Panteón (Memorias de Idhún, #3))
Él es el responsable de que mi número favorito sea el azul marino y de que mi color de la suerte sea el seis.
Chris Pueyo (El chico de las estrellas)
La lectura es aventura, escape, entretenimiento, infinito. La realidad es dura, cruda, asfixiante, cerrada y limitada. ¿Para qué buscar realidad en un libro si ya lidiamos todos los días con ella? Está ahí, dictando que algo azul solo debe ser azul, exigiendo que algo redondo solo sea redondo. ¿Qué pasa si yo quiero que el color sea verde o la forma sea triangular? ¿O qué pasa si yo no quiero que haya color alguno ni forma alguna? No, no hay nada interesante en lo real. Si leo es porque quiero olvidarme durante un rato de esta aburrida y cuadrada humanidad.
Alex Mírez (Perfectos mentirosos (Perfectos mentirosos, #1))
Hay aire y sol, hay nubes. Allá arriba un cielo azul y detrás de él tal vez haya canciones; tal vez mejores voces...Hay esperanza, en suma. Hay esperanza para nosotros, contra nuestro pesar.
Juan Rulfo (Pedro Páramo)
… El azul de tu mirada y el azul de tus cabellos que hechizaron las noches de mi adolescencia todo el tiempo en que te amé sin atreverme a vivir ese amor.
Jul Maroh (Le bleu est une couleur chaude)
Arriba, más arriba que ninguna, en la blanca columna del puente, una inscripción resalta sobre todas las demás, imborrable. Está allí, sobre el frío mármol, azul como sus ojos, bella como siempre la ha deseado. Su corazón empieza a latir feroz. Por un instante le parece que todos pueden oírla, todos pueden leer esa frase, precisamente como está haciendo ella en ese momento. Está allí, en lo alto, inalcanzable. Allí donde sólo los enamorados llegan: <>
Federico Moccia (Tre metri sopra il cielo)
Creo que lo más difícil de vivir es mantener el complicado empeño por ser feliz".
Eduardo Sánchez Rugeles (Blue Label/ Etiqueta Azul)
El caos es aquello que te hace diferente, aquello que la gente no comprende de ti y que desea que cambies. Pero uno es su caos. Por ello, cuando alguien no te entienda, dile: AMA MI CAOS.
Albert Espinosa (El mundo azul: Ama tu caos)
Siempre he creído que los problemas no existen, se crean pensando. Un problema es tan solo la diferencia entre lo esperado y lo obtenido de las personas o de la vida.
Albert Espinosa (El mundo azul: Ama tu caos)
Amor, piedad, gratitud a la vida, a los libros y al mundo me galvanizaban el nervio azul del alma.
Roberto Arlt (El juguete rabioso (Spanish Edition))
-No hice esto para atraparte -dije nerviosamente. Él se echó a reír y puso los ojos en blanco. -Me atrapaste cuando tenías cuatro años de edad. Estabas usando un vestido azul oscuro con un lazo en la espalda, y pequeñas medias blancas. La primera vez que te vi estuve atrapado.
Kirsty Moseley (The Boy Who Sneaks in My Bedroom Window (The Boy Who Sneaks in My Bedroom Window, #1))
Hay quienes dicen que, de ser rubia, podría hacer de Bridges Jones sin problemas. Deben estar bromeando, porque nunca he preparado una sopa azul
Miriam Meza (Miss Fatality)
¿Quién es este terrible muchacho azul, extraño y brillante, como caído de una estrella?
Sylvia Plath (Drei Frauen: Ein Gedicht für drei Stimmen)
—Siempre que te acercas a una respuesta, el Universo juega contigo para que olvides la pregunta.
Albert Espinosa (El mundo azul. Ama tu caos (Spanish Edition))
Nunca perseguí la gloria ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón. Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse.
Antonio Machado (Proverbios y cantares)
Yo sueño un país donde tantos talentosos artistas, músicos y danzantes, actores y poetas, pintores y contadores de historias, dejen de ser figuras pintorescas y marginales, y se conviertan en voceros orgullosos de una nación, en los creadores de sus tradiciones. Todo eso sólo requiere la apasionada y festiva construcción de vínculos sinceros y valerosos. Y hay una pregunta que nos está haciendo la historia: ahora que el rojo y el azul han dejado de ser un camino, ¿dónde está la franja amarilla?...
William Ospina (¿Dónde está la franja amarilla?)
Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un <>. [pp. 16]
Jack Kerouac (On the Road)
- Clara, tú has abierto un claro luminoso en mi bosque sombrío. Has despertado mi corazón. - ¿Cuánto tiempo llevaba dormido? -pregunté vacilante. Sus ojos azules sostuvieron mi mirada antes de contestar. - Más de cien años.
Esther Sanz (El bosque de los corazones dormidos (El bosque, #1))
El protagonista es el Poeta, siempre el Poeta, solo, desconocido, abandonado, hambriento, casi un mendigo, y, sin embargo, como Colón lleva un mundo a la cabeza.
Rubén Darío (Azul...)
«Sí, arriésgate». Esa debería ser siempre la respuesta a cualquier pregunta.
Albert Espinosa (El mundo azul. Ama tu caos (Spanish Edition))
…esa América que tiembla de huracanes y que vive de amor, hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive. Y sueña. Y ama, y vibra, y es la hija del Sol.
Rubén Darío (Azul... / Cantos de vida y esperanza)
—De que la vida no es el maravilloso cuento de hadas que yo creía... porque los príncipes azules también destiñen.
Megan Maxwell (Los príncipes azules también destiñen)
Estos días azules y este sol de infancia
Antonio Machado
—Enzo no es un príncipe azul, sino un lobo feroz, de los que te ve mejor, te oye mejor y te come mejor.
María José Tirado (Diario de Kat)
Y está triste como una silla abandonada en la mitad del patio azul Los pájaros la rodean Cae una aguja Las hojas resbalan sin tocarla Y está triste en mitad del patio con la mirada baja los pechos alicaídos dos palomas tardas Y un collar sin perro en la mano Como una silla ya vacía.
Cristina Peri Rossi (Poemas De Amor Y Desamor (Asi Fue) (Spanish Edition))
Mi amigo Óscar es uno de estos príncipes sin reino que corren por ahí esperando que los beses para transformarse en sapo. Lo entiende todo al revés y por eso me gusta tanto. La gente que piensa que lo entiende todo a derechas hace las cosas a izquierdas,y eso, viniendo de una zurda,lo dice todo. Me mira y se cree que no lo veo. Imagina que me evaporaré si me toca y que,si no lo hace,se va a evaporar él. Me tiene en un pedestal tan alto que no sabe cómo subirse. Piensa que mis labios son la puerta del paraíso,pero no sabe que están envenenados. Yo soy tan cobarde que,por no perderle,no se lo digo. Finjo que no le veo y que sí,que me voy a evaporar... Mi amigo Óscar es uno de estos príncipes que harían bien manteniéndose alejados de los cuentos y de las princesas que lo habitan. No sabe que es el príncipe azul quien tiene que besar a la bella durmiente para que despierte de su sueño eterno,pero eso es porque Óscar ignora que todos los cuentos son mentiras,aunque no todas las mentiras son cuentos.Los príncipes no son azules y las durmientes, aunque sean bellas, nunca despiertan de su sueño. Es el mejor amigo que nunca he tenido y, si algún día me tropiezo con Merlín,le daré las gracias por haberlo cruzado en mi camino.
Carlos Ruiz Zafón
Por favor, Ojos azules. Sálvame. Sé mi príncipe azul. Mi caballero con brillante armadura. 10 Rescátame de esta torre ardiente de depresión, tristeza y miseria. No lo hace. No lo hará. No puede.
Lauren Hammond (Insanity (Asylum, #1))
Y aunque no había niños jugando, ni palomas, ni tejados azules, sentí que el pueblo vivía. Y que si yo escuchaba solamente el silencio, era porque aún no estaba acostumbrado al silencio; tal vez porque mi cabeza venía llena de ruidos y de voces.
Juan Rulfo (Pedro Páramo)
Y el amor, para que sea del bonito y verdadero, tiene que tener pasión y locura.
Megan Maxwell (Los príncipes azules también destiñen)
Las dudas no resueltas son los miedos no aceptados.
Albert Espinosa (El mundo azul: Ama tu caos)
«Cuarto, educado». Yo soy muy educado, casi nunca digo tacos, solamente cuando me irrito si algo me saca de mis casillas, y respecto a lo del «cerdo del vecino», yo no tengo ningún cerdo.
Silvia García Ruiz (Mi perfecto sapo azul (Los hermanos Lowell #1))
from the short story, Cielo Azul “Harry, get an ambulance.” I stood up and stepped back from the scene. I felt my chest growing tight, a clarity of thought coming over me. In all my years I had spoken for the dead many times. I had avenged the dead. I was at home with the dead. But I had never so clearly had a part in pulling someone away from the outstretched hands of death. And in that moment I knew we had done just that. And I knew that whatever happened afterward and wherever my life took me, I would always have this moment, that it would be a light that could lead me out of the darkest of tunnels.
Michael Connelly (Suicide Run: Three Harry Bosch Stories (Harry Bosch, #14.6; Harry Bosch Universe, #23.1))
Hermano chico no solo tiene los ojos azulísimos, sino que encuentra que son los más bellos de este mundo. Eso lo hace pensar que tiene muy altas posibilidades de ser secuestrado. De los ocho a los diez años, es casi lo único que piensa. Será secuestrado porque baila bien y tiene los ojos azules.
Camila Gutiérrez
Creo que la verdad está bien en las matemáticas, en la química, en la filosofía. No en la vida. En la vida es más importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza. Además, ¿sabemos acaso lo que es la verdad? Si yo lo digo que aquel trozo de ventana azul, digo una verdad. Pero es una verdad parcial, y por lo tanto una especie de mentira. Porque el trozo de ventana no está solo, está en una casa, en una cuidad, en un paisaje. Está rodeado del gris de ese muro de cemento, del azul claro del cielo, de aquellas nubes alargadas, de infinitas cosas más. Y si no digo todo absolutamente todo, estoy mintiendo. Pero decir todo es imposible, aun en este caso de la ventana, de un siempre trozo de la realidad física. La realidad es infinita y además infinitamente matizada, y si me olvido de un solo matiz, ya estoy mintiendo. Ahora imagínese lo que es la realidad de los seres humano con sus complicaciones y recovecos, contradicciones y además cambiantes. Porque cambia a cada instante que pasa, y lo que éramos hace un momento no lo somos más. ¿Somos, acaso, siempre la misma persona? ¿Tenemos acaso siempre los mismos sentimientos? Se puede querer a alguien y de pronto desestimarlo y hasta detestarlo. Y si cuando lo desestimamos cometemos el error de decírselo, eso es una verdad, pero una verdad momentánea, que no será más verdad dentro de una hora o al otro día, o en otras circunstancias. Y en cambio el ser a quien se la decimos creerá que ésa es la verdad, la verdad para siempre y desde siempre. Y se hundirá en la desesperación.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
Mi corazón es más grande que el de una ballena azul, necesita su propio lugar de estacionamiento.
Jandy Nelson (I'll Give You the Sun)
Duermo en una cama un poco más azul que el mar.
Alfonsina Storni
Um pouco mais de sol - eu era brasa, Um pouco mais de azul - eu era além. Para atingir, faltou-me um golpe de asa... Se ao menos eu permanecesse aquém...
Mário de Sá-Carneiro (Verso e Prosa)
Alcácer do Sal A sombra azul da palavra moira O branco vivo da palavra sal
Sophia de Mello Breyner Andresen (Obra Poética)
Tengo que decirte algo.” Oh-oh. Aquí viene el discurso de los amigos. “Oh, ¿sí?” Sus ojos azul claro miraron a los míos. “Feliz cumpleaños, Jackson.
Julie Cross (Tempest (Tempest, #1))
pero cuando llegó el momento de hacerlo, la piel de mi muñeca parecía tan blanca e indefensa que no pude. era como si lo que yo quería matar no estuviera en esa piel ni en el ligero pulso azul que saltaba bajo mi pulgar, sino en alguna parte, más profunda, más secreta y mucho más difícil de alcanzar.
Sylvia Plath
-—No puedo... -susurró. Y miró a Christian, y vio que él seguía observándola, y por primera vez vio con claridad que sus ojos azules, habitualmente fríos como cristales de hielo, estaban llenos de ternura. —No... -dijo. Pero, cuando Christian se inclinó para besarla, Victoria le echó los brazos al cuello y se acercó más a él, y cerró los ojos, y se dejó llevar; y, cuando los labios de él rozaron los suyos, fue como una especie de descarga que la hizo estremecerse de arriba abajo. Se abandonó a aquel beso, sintiendo que se derretía y, cuando finalizó, los dos se abrazaron, temblando, bajo la luna llena.
Laura Gallego
Cuando veo todas esas camisas negras, pardas, rojas o azules, exigiendo que te afilies a esto o aquello, pienso que antes el mundo era de los ricos y ahora va a ser de los resentidos.
Arturo Pérez-Reverte (El tango de la Guardia Vieja)
Había creído amar al amor. Había abrazado la idea de enamorarme y ser feliz con mi príncipe azul, pero como no lo había encontrado, yo misma me encargué de creer a aquel que se había disfrazado de él.
Nerea Nieto (Detrás de un espejismo)
Pero eso de que una persona te deje de hablar porque ya se enteró de que te gusta, o que tengas que esperarte tres meses para dar un beso que los dos quieren porque si no te van a acusar de fácil, es horrible. De hecho, creo que las femmes fatales son tan tradicionales y aburridas como las que cocinan pastelitos y esperan al príncipe azul, porque a fin de cuentas también se dedican a ser un cliché del tamaño del mundo y a reprimirse solitas para ser lo que los fulanos esperan de ellas.
Raquel Castro (Ojos llenos de sombra)
¿Y si te dijese que te he querido de todas las maneras que existen? Te he querido de forma platónica y te he querido con dudas, te he querido como se quiere cuando eres demasiado joven para plantearte que eso no lo es todo y te he querido antes y después de ser padre. Te he querido solo como amigo y te he querido pensando en ti cada noche. En ocasiones ni si quiere he sido consciente de quererte y otras veces lo he hecho con tanta intensidad que me dolía el pecho al pensar en ti. Pero lo peor de todo es que casi nunca te he dicho que te quiero porque me parecía tan cotidiano como que el cielo sea azul o que exista la puta gravedad.
Alice Kellen (Donde todo brilla)
¿Cuándo llegaría el momento soberano en que alumbraría una celeste mirada el fondo de mi ser, y aquel en que se rasgaría el velo del enigma atrayente?
Rubén Darío (Azul...)
Y es que uno tiene una vida que lo arrastra, que lo lleva, que lo mueve, como una marea que es imposible de controlar.
Albert Espinosa (El mundo azul. Ama tu caos (Spanish Edition))
La vida es locura. Locura por vivir, por amar, por sonreír.
Megan Maxwell (Los príncipes azules también destiñen)
los sueños no caducan.
Megan Maxwell (Los príncipes azules también destiñen)
A veces, pensó, dentro de aquella casa en medio de un mar cerúleo, podías elegir la vida que querías vivir. Y, si eras una persona con suerte, a veces esa vida te elegía a ti.
T.J. Klune (The House in the Cerulean Sea (The House in the Cerulean Sea, #1))
Es curioso cómo funciona eso, ¿no? Descubrimos las cosas más insospechadas cuando ni siquiera las estamos buscando.
T.J. Klune (The House in the Cerulean Sea (The House in the Cerulean Sea, #1))
Para mentiras las de la realidad promete todo pero nada te da, yo nunca de mentí más que por verte reir. Menos piadosas que las del corazón son las mentiras de la diosa razón, yo solo te conté media verdad al revés (que no es igual que media mentira). Mejor que yo miente la necesidad; sabe de sobra como hacerte llorar; mi crimen fue vestir de azul al príncipe gris.
Joaquín Sabina
Si al mecer las azules campanillas de tu balcón, crees que suspirando pasa el viento murmurador, sabe que, oculto entre las verdes hojas, suspiro yo. Si al resonar confuso a tus espaldas vago rumor, crees que por tu nombre te ha llamado lejana voz, sabe que, entre las sombras que te cercan, te llamo yo. Si se turba medroso en la alta noche tu corazón, al sentir en tus labios un aliento abrasador, sabe que, aunque invisible, al lado tuyo, respiro yo.
Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas y leyendas)
Vio el mar por primera vez. En la distancia el mar era azul. Incuestionablemente azul. Sintió la felicidad de comprobar. Corrió desnudo por la arena de una playa sin turistas hasta que las olas le salpicaron la cara. Se detuvo, sospechando algo terrible, tomó entre sus manos un poco de mar. Y lo temido ocurrió. En el hueco de sus manos, el mar dejaba de ser azul, era sólo agua transparente. Acortar la distancia para destruir el encanto.
José Sbarra (Plástico cruel)
La elegancia no consiste en el exceso de adornos, ni en la profusión de alhajas.
Rubén Darío (Azul...)
—¿Qué es eso? —preguntó. —Señor, es un poeta.
Rubén Darío (Azul...)
El amor -ese día lo entendí- no es más que un profundo sentimiento de derrota
Eduardo Sánchez Rugeles (Blue Label/ Etiqueta Azul)
Se ha de latir fuerte para que el mundo sepa que existes.
Albert Espinosa (El mundo azul: Ama tu caos)
la vida al final siempre pasa factura y algo que en un momento creías controlado se descontrola y...
Megan Maxwell (Los príncipes azules también destiñen)
Baltasar Mateus, o Sete-Sóis, está calado, apenas olha fixamente Blimunda, e de cada vez que ela o olha a ele sente um aperto na boca do estômago, porque olhos como estes nunca se viram, claros de cinzento, ou verde, ou azul, que com a luz de fora variam ou o pensamento de dentro, e às vezes tornam-se negros noturnos ou brancos brilhantes como lasca de carvão de pedra.
José Saramago (Baltasar and Blimunda)
Happy New Year Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Julio Cortázar
¿Puedes vender cielo, el cielo azul a veces, o gris también a veces, una parcela de tu cielo, el que compraste, piensas tú, con los árboles] de tu huerto, como quien compra el techo con la casa?] ¿Puedes venderme un dólar de cielo, dos kilómetros de cielo, un trozo, el que tú piensas, de tu cielo?
Nicolás Guillén
Já não há histórias de amor. No entanto, as mulheres desejam-nas e os homens também, quando não se envergonham de ser ternos e tristes como as mulheres. Uns e outros têm pressa de ganhar e de morrer. Apanham aviões, comboios suburbanos, rápidos de alta velocidade, ligações. Não têm tempo para olhar para aquela acácia cor-de-rosa que estende os ramos para as nuvens intervaladas de seda azul ensolarada (…) Bem se vê que não há tempo sem amor. O tempo é amor pelas pequenas coisas, pelos sonhos, pelos desejos. Não temos tempo porque não temos amor suficiente. Perdemos o nosso tempo quando não amamos. Esquecemos o tempo passado quando nada temos a dizer a ninguém. Ou então estamos prisioneiros de um tempo falso que não passa.
Julia Kristeva (Os samurais)
Teresita Pisano era de un inquebrantable optimismo: se le moría el marido y decía: "Me quedan mis hijos"; se le morían los hijos y decía: "Me quedan mis nietos" se le morían los nietos y decía: "Me queda el televisor".
Fernando Vallejo (Los días azules)
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda (Veinte poemas de amor y una canción desesperada)
Las letras, como las flores, como las frutas, como los pueblos, suelen sufrir epidemias que las devastan y desfiguran.
Rubén Darío (Azul...)
Aquel día, un harapiento, por las trazas un mendigo, tal vez un peregrino, quizás un poeta...
Rubén Darío (Azul...)
«Aunque anhelo el contacto real de la luz del sol entre nosotros, te añoro como se añora el hogar. Brilla otra vez, amor, y piensa en mí».
Casey McQuiston (Rojo, blanco y sangre azul)
The beauty and mystery of the ocean, fills our lives with wonders, vast beyond our imagination.
M. L. Borges (Azul: A Book of Poetry & Paintings)
el amor, para que sea del bonito y verdadero, tiene que tener pasión y locura.
Megan Maxwell (Los príncipes azules también destiñen)
«AQUEL QUE TIENE POR QUÉ VIVIR, PUEDE ENFRENTARSE A CUALQUIER CÓMO».
Albert Espinosa (El mundo azul. Ama tu caos (Spanish Edition))
—La felicidad es una utopía que solo unos pocos logran conservar.
Megan Maxwell (Los príncipes azules también destiñen)
SAUDADE SAUDADE...-Que será...yo no sé...lo he buscado en unos diccionarios empolvados y antiguos y en otros libros que no han dado el significado de esta dulce palabra de perfiles ambiguos. Dicen que azules son las montañas como ella, que en ella se obscurecen los amores lejanos, y un nobre y buen amigo mío(y de las estrellas) la nombra en un temblor de trenzas y de manos. Y hoy en Eça de Queiroz sin mirar la adivino, su secreto se evade, su dulzura me obsede como una mariposa de cuerpo extraño y fino siempre lejos - tan lejos! - de mis tranquilas redes. Saudade...Oiga, vencido, sabe el significado de esta palabra blanca que como un pez se evade? No...Y me tiembla en la boca su temblor delicado... Saudade...
Pablo Neruda (Crepusculario)
(...)sentou-se para descansar e em breve fazia de conta que ela era uma mulher azul porque o crepúsculo mais tarde talvez fosse azul, faz de conta que fiava com fios de ouro as sensações. faz de conta que a infância era hoje e prateada de brinquedos, faz de conta que uma veia não se abrira e faz de conta que dela não estava em silêncio alvíssimo escorrendo sangue escarlate, e que ela não estivesse pálida de morte mas isso fazia de conta que estava mesmo de verdade, precisava no meio do faz de conta falar a verdade de pedra opaca para que contrastasse com o faz de conta verde-cintilante, faz de conta que amava e era amada, faz de conta que não precisava morrer de saudade, faz de conta que estava deitada na palma transparente de Deus, não Lóri mas o seu nome secreto que ela por enquanto ainda não podia usufruir, faz de conta que vivia e não que estivesse morrendo pois viver afinal não passava de se aproximar cada vez mais da morte, faz de conta que ela não ficava de braços caídos de perplexidade quando os fios de ouro que fiava se embaraçavam e ela não sabia desfazer o fino fio frio, faz de conta que ela era sábia bastante para desfazer os nós de corda de marinheiro que lhe atavam os pulsos, faz de conta que tinha um cesto de pérolas só para olhar a cor da lua pois ela era lunar, faz de conta que ela fechasse os olhos e seres amados surgissem quando abrisse os olhos úmidos de gratidão, faz de conta que tudo o que tinha não era faz de conta, faz de conta que se descontraía o peito e uma luz douradíssima e leve guiava por uma floresta de açudes mudos e de tranqüilas mortalidades, faz de conta que ela não era lunar, faz de conta que ela não estava chorando por dentro.
Clarice Lispector
La hermosa casa de mi abuela no está, ni va a volver, y mi abuela, con sus ojos de agua, tampoco, porque está muerta. Pero yo guardo sus cosas. Su ropa —sus faldas, sus abrigos con olor a butaca de cine—, envuelta en papel azul, en cajas de cartón, con bolsitas repletas de lavanda. ¿Para qué? No sé. O sí. Para algo horrible: para decir —¿decirle?— que yo —su nieta, su atea, su blasfema atroz— tenía razón, y que después no hay nada, pero que igual lo guardé todo. Para decir —¿decirle?—: "Aquí está lo que alguna vez fue tuyo: tus cosas, yo".
Leila Guerriero (Teoría de la gravedad)
¿Sois poetas? ¿amáis el arte?— Dónde hallaréis mejor modelo ni mejor maestro que en esa santa y buena y sabia naturaleza, siempre bella, siempre riente, siempre productora, siempre virgen y madre, de cuyo seno nace el arte griego como Venus de las espumas, como Minerva del cerebro de Jove.
Rubén Darío (Azul...)
—¿Qué me has traído? —me preguntó, emocionada. Sonreí. —¿Y tú? ¿Qué me has traído? —bromeé. Auri sonrió y alargó la mano. Vi brillar algo en su palma a la luz de la luna. —Una llave —contestó con orgullo, y me la puso en la mano. La cogí y noté su agradable peso. —Es muy bonita —dije—. ¿Qué abre? —La luna —respondió ella, muy seria. —Ah, podría serme muy útil —dije examinándola. —Eso mismo pensé yo. Así, si hay una puerta en la luna, podrás abrirla. —Se sentó en el tejado con las piernas cruzadas y me miró con una amplia sonrisa en los labios—. Aunque yo no fomentaría esa clase de comportamiento insensato. [...] —Te he traído un poco de pan. [...]. Y una botella de agua. —Eso también es muy bonito —dijo ella con gentileza. [...]—. ¿Qué hay en el agua? [...]. —Flores —respondí—. Y el trozo de luna que no está en el cielo esta noche. Lo he metido también. [...] —Yo ya mencioné la luna —dijo con un deje de reproche. —Entonces, solo flores. Y el brillo del cuerpo de una libélula. Yo quería un trozo de luna, pero solo conseguí el brillo azul de una libélula. Auri inclinó la botella y dio un sorbo de agua. —Es maravillosa.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Honor miró por la ventana... y vio la sobrecogedora imagen de un ángel con alas de color azul plateado aterrizando en la zona verde del césped. -Es... -Se quedó sin aliento. Había visto fotos, incluso imágenes de televisión, que mostraban a aquel ángel de alas azules, pero ninguna de ellas le hacía justicia. Nada podría hacérsela. Resultaba mucho más impactante de cerca. No le quitó la vista de encima mientras se reunían con él junto al coche. Tenía los ojos del color del oro veneciano, el cabello negro con matices azules, y un rostro de una belleza tan pura que resultaba casi demasiado hermoso. Casi. Era, sencillamente, la criatura más hermosa que había visto en su vida. -Soy Illium -dijo el ángel mirándola a los ojos. Honor estuvo a punto de esbozar una sonrisa al ver la curiosidad pintada en sus iris dorados. -Yo soy Honor.
Nalini Singh (Archangel's Blade (Guild Hunter, #4))
—La chica cabreada compartía con su novio la pasión por el ajedrez. Ellos siempre decían que el amor era como el ajedrez. Que hay gente que ama con movimientos rápidos, como los alfiles o las torres. Otros quieren de forma extraña, como los caballos. Y finalmente hay otros que son como peones, que no saben amar, sólo saben dar un paso corto, pero esos pueden llegar al final del tablero y conseguir encontrar otra forma de querer.
Albert Espinosa (El mundo azul. Ama tu caos (Spanish Edition))
Buscad en la naturaleza el secreto de la poesía. Ella os dará los elementos inertes y los elementos vivos de los afectos. Ella es cielo, aire y tierra: ella es hombre y mujer, luz y amor, ciencia y virtud, color y armonía… escala misteriosa que remata en Dios.
Rubén Darío (Azul...)
Su piel blanca, que no me digan que el blanco es la falta de color, porque es el color más hermoso y es el color de la pureza, y por supuesto que el blanco no es la falta de color: los profesores de física han descubierto a todo el mundo que en un copo de nieve, alineados en un blanco inmaculado están ocultos sin embargo el violeta de los lirios, o sea la tristeza, la melancolía, pero también está presente el azul que significa la calma de contemplar reflejado en un charco de la calle el cielo que nos espera, porque el azul está al lado del verde que es la límpida esperanza, y después viene el amarillo de las margaritas del campo, que florecen sin que nadie las plante y se presentan sin buscarlas, como buenas noticias cuando menos se las espera, y el color de las naranjas que ya están maduras por el verano se llama muy apropiadamente anaranjado, el azahar dio un fruto que el verano madura a causa del calor, qué goce saber que germinó la semilla, creció la planta que es la adolescencia y se va a entrar en la juventud del fruto que da el goce anaranjado, el fruto jugoso y refrescante de las tardes calurosas. El rojo también está oculto en el blanco, también está en ella, en Carla, que es tan blanca.
Manuel Puig (Betrayed by Rita Hayworth)
(...) Eu consegui variar a existência - mas variá-la quotidianamente. Eu não tenho só tudo quanto existe - percebe? - ; eu tenho também tudo quanto não existe. (Aliás, apenas o que não existe é belo.) Eu vivo horas que nunca ninguém viveu, horas feitas por mim, sentimentos criados por mim, voluptuosidades só minhas - e viajo em países longínquos, em nações misteriosas que existem para mim, não porque as descobrisse, mas porque as edifiquei. Porque eu edifico tudo. Um dia hei-de mesmo erguer o ideal - não obtê-lo, muito mais: construí-lo. E já o entrevejo fantástico... e todo esguio... todo esguio... a extinguir-se em altura azul... (...) De resto, é evidente, faltam-me as palavras para lhe exprimir as coisas maravilhosas que não existem... Ah! O ideal... o ideal... Vou sonhá-lo este noite... Porque é sonhando que eu vivo tudo. Compreende? Eu dominei os sonhos. Sonho o que quero. Vivo o que quero.
Mário de Sá-Carneiro (Céu Em Fogo)
Sólo muy de vez en cuando se puede estar seguro de que se va a vivir para siempre jamás, y ésa es una de las curiosidades de la vida. A veces sucede cuando uno se levanta al amanecer, ese momento de meliflua solemnidad, y se sale al jardín y se queda uno allí quieto y solo; y se levanta mucho la mirada, más y más arriba, y se observa cómo muda de color el pálido cielo azul, sonrojándose, cómo va sucediendo lo insólito y maravilloso, hasta que el Oriente casi le hace a uno clamar, y el corazón parece que cesara de latir ante la inexplicable, imperturbable majestad del sol naciente. Desde hace miles y miles de años, esto es lo que acontece cada mañana, y es entonces cuando durante un instante se sabe que uno va a vivir siempre. Y también se sabe a veces cuando uno está solo en un bosque, a la hora del crepúsculo; y la misteriosa quietud de oro intenso que desciende inclinándose entre las ramas, y bajo ellas, parece que nos dijera muy despacio, una y otra vez, algo que no se termina de entender, por más que se escuche. Y luego a veces nos lo confirma el inmenso sosiego de la oscuridad azul de la noche, en la que nos aguardan y observan millones de estrellas; y a veces nos lo dice una música lejana, y otras, está escrito en unos ojos que nos miran. Y esto mismo le sucedió a Colin cuando, por vez primera, vio y escuchó y sintió la primavera entre los muros de un jardín oculto.
Frances Hodgson Burnett (The Secret Garden)
Ryan le pregunta a Avery acerca del pelo rosa. ㅡSí, es un color raro, ¿verdad? Para un chico que nació con aspecto de mujer y que quiere que lo vean como a un varón. Pero piénsalo un momento, solo muestra lo arbitrario que es el género. El rosa es femenino... pero ¿por qué? ¿Acaso las chicas son más rosas que los chicos? ¿Los chicos son más azules que las chicas? Es algo que nos enseñaron, principalmente para poder enseñarnos también otras cosas. Mi pelo puede ser rosa porque soy un chico. El tuyo puede ser azul porque eres una chica. Si te desprendes de toda esa mierda arbitraria con que nos controla la sociedad, te sientes más libre y, si te sientes más libre, puedes ser más feliz. ㅡMi pelo es azul porque me gusta el azul ㅡseñala Ryan. ㅡY el mío es rosa porque me gusta el rosa.
David Levithan (Two Boys Kissing)
Con esta boca, en este mundo... No te pronunciaré jamás, verbo sagrado, aunque me tiña las encías de color azul, aunque ponga debajo de mi lengua una pepita de oro, aunque derrame sobre mi corazón un caldero de estrellas y pase por mi frente la corriente secreta de los grandes ríos. Tal vez hayas huido hacia el costado de la noche del alma, ese al que no es posible llegar desde ninguna lámpara, y no hay sombra que guíe mi vuelo en el umbral, ni memoria que venga de otro cielo para encarnar en esta dura nieve donde sólo se inscribe el roce de la rama y el quejido del viento. Y ni un solo temblor que haga sobresaltar las mudas piedras. Hemos hablado demasiado del silencio, lo hemos condecorado lo mismo que a un vigía en el arco final, como si en él yaciera el esplendor después de la caída, el triunfo del vocablo con la lengua cortada. ¡Ah, no se trata de la canción, tampoco del sollozo! He dicho ya lo amado y lo perdido, trabé con cada sílaba los bienes que más temí perder. A lo largo del corredor suena, resuena la tenaz melodía, retumban, se propagan como el trueno unas pocas monedas caídas de visiones o arrebatadas a la oscuridad. Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía. Hemos ganado. Hemos perdido, porque ¿cómo nombrar con esa boca, cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca? Olga Orozco
Olga Orozco
- Usted no es lo que se dice discreto, lord Ralston -escupió su nombre-. Para ser alguien que se preocupa tanto por la reputación de su hermana, debería tener más cuidado -le clavó el dedo enguantado en el hombro-. ¡He leído la nota! Sé que va a encontrarse con su... su... - ¿Mi...? -la presionó. - ¡Su... amante! -con cada sílaba le clavó el dedo con más fuerza. Él le cogió el dedo al llegar al final de la palabra y se lo apartó. sus ojos azules brillaron de una manera peligrosa. - ¿Se atreve a reprenderme? ¿está cuestionando mi comportamienro? ¿Quién se cree que es? - Soy la mujer que eligió para guiar a su hermana en la sociedad. Y no le permitiré que arruine sus posibilidades por una noche de... - ¿No me permitirá qué? ¿ No era usted la que coqueteaba desvergonzadamente con un dandi borracho ante los ojos de todo el que quisiera ver?
Sarah MacLean (Nine Rules to Break When Romancing a Rake (Love By Numbers, #1))
Pienso cuando maduraban los limones. En el viento de febrero que rompía los tallos de los helechos, antes que el abandono los secara; los limones maduros que llenaban con su olor el viejo patio. El viento bajaba de las montañas en las mañanas de febrero. Y las nubes se quedaban allá arriba en espera de que el tiempo bueno las hiciera bajar al valle; mientras tanto dejaban vacío el cielo azul, dejaban que la luz cayera en el juego del viento haciendo círculos sobre la tierra, removiendo el polvo y batiendo las ramas de los naranjos. Y los gorriones reían; picoteaban las hojas que el aire hacía caer, y reían; dejaban sus plumas entre las espinas de las ramas y perseguían a las mariposas y reían. Era esa época. En febrero, cuando las mañanas estaban llenas de viento, de gorriones y de luz azul. Me acuerdo. Mi madre murió entonces. Que yo debía haber gritado: que mis manos tenían que haberse hecho pedazos estrujando su desesperación. Así hubieras tú querido que fuera. ¿Pero acaso no era alegre aquella mañana? Por la puerta abierta entraba el aire, quebrando las guías de la yedra. En mis piernas comenzaba a crecer el vello entre las venas, y mis manos temblaban tibias al tocar mis senos. Los gorriones jugaban. En las lomas se mecían las espigas. Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines; que cerrara sus ojos a la luz de los días. ¿Pero por qué iba a llorar?
Juan Rulfo (Pedro Páramo)
- Quando foi da sementeira, o patrão Arnaldo disse-me: «Ó Bailote, tu já não tens a mesma mão para semear.» Porque eu, senhor doutor, tive sempre uma mão funda, assim grande, como um cocho de cortiça. Eu metia a mão ao saco e vinha cheia de semente. Atirava-a à terra e semeava uma jeira num ar. Conta, bom homem, conta o teu sonho perdido. Tinhas, pois, uma boa mão de semeador bíblico. Atiravas a semente e a vida nascia a teus pés. Eras senhor da criação e o universo cumpria-se no teu gesto. E, enquanto o homem falava, eu olhava-lhe a face escurecida dos séculos, os olhos doridos da sua divindade morta. Imaginava-o outrora dominando a planície com a sua mão poderosa. A terra abria-se à sua passagem como à passagem de um deus. A terra conhecia-o seu irmão como à chuva e ao sol […]. E mostrava a sua desgraçada mão, envelhecida, carbonizada de anos e soalheira. […] - Olhe. Faça ginástica aos dedos. Assim. E exemplificava. De olhos escorraçados, o homem lamentou-se: - Tenho feito, senhor doutor. Mas o patrão Arnaldo diz que eu já não tenho mão. Veja, senhor doutor, então isto não será ainda uma mão de homem? […] - Então que quer que eu lhe faça? - Dê-me um remédio, senhor doutor. Um remédio que me ponha a mão como a tinha. Assim grande, assim funda, assim… E moldava no ar a capacidade de uma mão de Jeová. Fios de sol escorriam de uma azinheira perto da estrada. Os campos repousavam no grande e plácido Outono. E pelo vasto céu azul, sem a mancha de uma nuvem, ecoava levemente a memória de Verão. Moura pôs o motor a trabalhar. - Então passe muito bem – disse ao semeador. E o carro arrancou, erguendo o pó do caminho. Mas a visita à doente foi breve. […] Regressámos enfim pelo mesmo caminho. Quando, porém, chegámos ao monte do semeador, saltou-nos à frente um grupo de pessoas […]. Moura saiu do carro e o magote de gente seguiu-o. Fiquei só. Mas o médico regressava daí a pouco, pálido, transtornado. - Que aconteceu? Ele não respondeu logo, conduzindo o carro aos tropeções. E só quando o monte se não via já me declarou: - O homem enforcou-se.
Vergílio Ferreira (Aparición)
Si la lectura del libro, —o la contemplación del lienzo y del mármol— os produce una sensación de agrado, o de alegría; si involuntariamente exclamáis, ¡qué lindo! Tened por seguro que la obra es bella y, por tanto, poética. Si no podéis abandonar el drama o la novela, y vuestros dedos de marfil y rosa vuelven y vuelven una página tras otra para que las devoren los ojos hechizados, ¡ah! entonces, el autor acertó a ser interesante, lo que es un gran mérito y un triunfo. Si el corazón os late más deprisa, si un suspiro se os escapa, si una lágrima rueda sobre el libro, si lo cerráis y os quedáis pensativa, ¡ah! entonces, bella lectora, no os quepa duda, por allí ha pasado un alma poética derramando el nardo penetrante de su sentimiento.
Rubén Darío (Azul...)
Mi querida prima de ojos azules: Hoy amanecí loca, y como todas las personas fastidiosas y tontas, he decidido obsequiarte con mi locura y mis disparates; yo sé que será una lata horrible, pero ya no se puede remediar nada porque ya empecé la carta y te la pienso mandar. Ante todo, siento ganas de hablar contigo sobre versos y poemas, pero no aquí, en la ciudad llena de bullicio, entre las calles plenas de algarabía, sino allá, en Los Teques, en el pueblo dulce y bueno con su iglesia blanca y tibia, con su plaza festiva. ¿Cómo estás? ¿Cómo tienes el pelo? ¿Muy rubio? ¿El pelo de oro y diamantes como el de las princesas encantadas y las ninfas del día? Di que lo tienes rubio porque el sol te regaló uno de sus más claros destellos y los crisantemos decidieron perfumártelo y engalanártelo con el mejor de sus perfumes. ¿Te fijas? ¡No puedo hablar sin salir a buscar frases tontas y barbaridades! Reciban besos y abrasos de la poetisa: Ida y Vuelta
Gabriela Kizer (Ida Gramcko)
Todos los seres humanos, desde la más tierna infancia, vamos generando mecanismos de defensa frente a las agresiones del entorno. La vida es un regalo maravilloso, pero no es un camino de rosas. Seguramente sería demasiado aburrido si no tuviésemos que enfrentarnos a momentos duros, a varios reveses y a circunstancias adversas. Seguramente, también, si no fuera por esos instantes dolorosos seríamos incapaces de apreciar las situaciones extraordinarias y fascinantes, cargadas de alegría, que por suerte nos obsequia la existencia.
Enrique Laso (Los crímenes azules (Ethan Bush, #1))
Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)
Alejandra Pizarnik (Diarios: edición definitiva)
Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire. ¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música. Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana. En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor. En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes. En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco. Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.
Charles Baudelaire (Paris Spleen)
—Ella no significa nada para mí. —La voz de Dank envió un hormigueo por mi cuello y en mi pecho—. Nunca te mentiría, Pagan. —dijo, con urgencia, contra mi oreja. Abrí los ojos para mirar hacia él, con ganas de ver el azul de sus ojos. Sus labios rozaron la punta de mi oreja e hizo un sendero hasta mi cara. Ambas manos se apoderaron de mi cintura tirando de mí con fuerza, contra su cuerpo—. Tú me tientas. No puedo caer en la tentación.No estoy hecho para ser tentado pero, Pagan Moore, me tientas. Desde el momento en que vine por ti me atrajiste. Todo acerca de ti... —Una de sus manos que se posaba en la parte izquierda de mi cintura, se trasladó hasta acariciar suavemente mi brazo—. Tú me vuelves loco de necesidad. De deseo. No lo entendía al principio. Pero ahora lo sé. Es tu alma llamándome. Las almas no significan nada para mí. No se supone que deban. Pero la tuya se ha convertido en mi obsesión. —Bajó la cabeza a mi hombro y me besó en la curva de mi cuello. Su mano se movió por debajo de mi camisa y el calor de la palma de su mano descansaba sobre mi vientre desnudo. Un pulso de calor se apoderó de mí y me apretó fuertemente contra él para que no me cayera—. Quiero matar a ese chico cada vez que veo sus manos sobre ti. —Besó el camino hasta mi cuello y arqueé mi cuello en respuesta a darle un mejor acceso. Nada se había sentido así. Su tacto era como una droga—. Quiero arrancar los brazos de su cuerpo para que no te pueda tocar de nuevo. —Un gruñido bajo, familiar vibraba en mi espalda—. Pero no puedo tenerte, Pagan. No estás hecha para mí. —Su voz sonaba torturada. Quería consolarlo. Él me reclamó también. De alguna manera, había entrado en mi mundo y se había convertido en el centro del mismo.
Abbi Glines (Existence (Existence, #1))