Arte Marcial Quotes

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Practica las artes marciales, calcula la fuerza de tus adversarios, haz que pierdan su ánimo y dirección, de manera que aunque el ejército enemigo esté intacto sea inservible: esto es ganar sin violencia.
Sun Tzu (The Art of War)
Así pues, la ciencia de las artes marciales implica la presencia del espíritu para actuar como el mar, cuando el enemigo es como una montaña, y actuar como una montaña, cuando el enemigo es como el mar. Esto exige una atenta reflexión.
Miyamoto Musashi (El Libro de los cinco anillos)
enseña en las unidades de fuerzas especiales.(6) Personalmente me siento afortunado el haber tenido siempre instructores que podríamos definir lo mejor de lo mejor en el mundo. En Guatemala por ya casi 25 años he entrenado Karate Goju-Ryu y Kobudo, artes marciales del clásico karate originario de Okinawa con el que yo considero el mejor maestro en todo el planeta, Sensei Víctor Rodolfo Martinez Ferman, guatemalteco de origen judío, emigró a los Estados Unidos donde se convirtió en discípulo de Toshio Tamano, heredero de la escuela de Sensei Miyagi, y del fundador de la escuela Shorei-Kan, Seikichi Toguchi. Sensei Martinez con una mezcla de fuerza, carácter férreo, una gran cortesía y una manera de enseñar que pocos maestros logran tener en su vida, es definitivamente el representante y heredero del espíritu Bushido de los antiguos samurai. El Goju-Ryu fue declarado como el segundo arte marcial más efectivo y letal en todo el mundo y que mejor que haberlo aprendido de un Maestro-Discípulo
Sergio Ralon (Voluntarios en el Desierto (Spanish Edition))
Los toros son el arte marcial de los españoles
Fernando Sánchez Dragó
Cuando regresó, el hijo del posadero le entregó las ropas del guerrero, limpias y dobladas. Mikhon Tiq las subió al sobrado y las colocó en orden junto a sus armas. Eran ropas de estilo Ainari, aunque mezclado con algunos detalles bárbaros del Norte. Las botas, que el propio rapaz había encerado, estaban arrugadas en los tobillos, casi cuarteadas; botas de espadachín acostumbrado a doblar las piernas y girar los pies en la danza del combate. Las mangas de la casaca eran amplias. Sin duda su dueño las utilizaba para guardar en ellas las manos y ocultar así las emociones, según la costumbre de Áinar. Pero tenían corchetes de latón para que, llegado el momento de la pelea, pudieran ceñirse a las muñecas y no estorbar los movimientos. El talabarte, ya descolorido, tenía una pequeña vaina a la derecha para el colmillo de diente de sable que sólo los Tahedoranes podían llevar. A la izquierda había dos trabillas de piel con sendas hebillas para colgar la funda de la espada. Éste era otro detalle que lo delataba. Los guerreros normales llevan una sola hebilla, de forma que la espada cuelgue junto al muslo. Los maestros de la espada, sean Ibtahanes o Tahedoranes, necesitan dos para que la espada se mantenga horizontal; de esta manera pueden sujetar la vaina con la mano izquierda y extraer el arma a una velocidad fulgurante, en el movimiento letal conocido como Yagartéi que es en sí mismo un arte marcial. Pero lo que más llamaba la atención de Mikhon Tiq era la propia espada. Hacía años que no veía una auténtica arma de Tahedorán. La funda era de cuero repujado, reforzada con guarnición y punta de metal, y con dos pequeños bolsillos a ambos lados. Uno de ellos contenía una navaja con un pequeño gavilán en forma de gancho; de este modo servía de arma y a la vez de herramienta para desmontar la empuñadura de su hermana mayor. En la otra abertura había papel de esmeril para sacar filo a la hoja; aunque un Tahedorán sólo haría esto en una emergencia, pues los aceros dignos de tal nombre deben ser bruñidos y afilados por maestros pulidores. En torno a la empuñadura de la espada corría una fina tira de piel, enrollada y apretada con fuerza para evitar que la mano resbalara al aferrarla. Mikhon Tiq miró de reojo a Linar. Tenía el ojo cerrado; o dormía o estaba encerrado en su mundo interior. En cuanto al guerrero, su respiración bajo la manta era profunda y pausada. Mikhon Tiq sintió la tentación de desenvainar la espada para examinar la hoja. Pero aquello habría sido una afrenta, como desnudar a una doncella dormida, así que apartó las manos del arma y procuró pensar en otras cosas.
Javier Negrete (La Espada de Fuego (Saga de Tramórea, #1))
Personalmente me siento afortunado el haber tenido siempre instructores que podríamos defnir lo mejor de lo mejor en el mundo. En Guatemala por ya casi 25 años he entrenado Karate Goju-Ryu y Kobudo, artes marciales del clásico karate originario de Okinawa con el que yo considero el mejor maestro en todo el planeta, Sensei Víctor Rodolfo Martinez Ferman, guatemalteco de origen judío, emigró a los Estados Unidos donde se convirtió en discípulo de Toshio Tamano, heredero de la escuela de Sensei Miyagi, y del fundador de la escuela Shorei-Kan, Seikichi Toguchi. Sensei Martinez con una mezcla de fuerza, carácter férreo, una gran cortesía y una manera de enseñar que pocos maestros logran tener en su vida, es defnitivamente el representante y heredero del espíritu Bushido de los antiguos samurai. El Goju-Ryu fue declarado como el segundo arte marcial más efectivo y letal en todo el mundo y que mejor que haberlo aprendido de un Maestro-Discípulo
Sergio Ralon (Voluntarios en el Desierto (Spanish Edition))
Utilidad deportiva Es muy difícil impedir que un deportista beba café habitualmente, ya que en invierno reconforta rápidamente y en situaciones normales es un estimulante bastante eficaz, aunque de efecto muy pasajero. Tomando en pequeñas dosis no parece aportar ningún problema, salvo en aquellos deportes en los cuales la serenidad y el pulso sean algo esencial e incluso vital (escaladores, acróbatas, trapecistas, lanzadores de jabalina, etc.) Puede ser útil cuando se necesite una explosión de fuerza en poco tiempo: en el sprint, en las artes marciales de no contacto o en el eslalon. Está desaconsejado en los deportes aeróbicos como el maratón, el boxeo, la lucha, el aeróbic, el baile o el fútbol.
Adolfo Pérez Agustí (Nutrición deportiva)
La palabra carpintero se escribe con caracteres que significan «gran pericia» o «gran maestro». Puesto que la ciencia de las artes marciales implica una gran habilidad y una planificación con maestría, la describo en términos comparativos a la carpintería.
Miyamoto Musashi (El Libro de los Cinco Anillos: El Arte de la Guerra del Samurai (Spanish Edition))
Shin también es similar al término “shoshin”, el cual puede ser traducido como “mente de principiante”, y se refiere precisamente a esta paradoja: cuanto más sabes sobre un tema, más probabilidades hay de que seas consciente de lo mucho que todavía tienes por aprender. “Shoshin” procede de la tradición budista y las artes marciales, y fue popularizado por el monje zen Shunryu Suzuki, en su libro Zen Mind. Begginner’s Mind publicado en 1970. Una frase que puede resumir esta visión es: “La mente del principiante está abierta a muchas posibilidades, pero en la mente del experto, hay muy pocas”.
José Luis Bueno Shin (SHINTERGY: LA PUERTA DE ATRÁS (Spanish Edition))
No hay límite para el mar, pero ¿hay algún límite para las artes marciales?
Meng Xi Shi (千秋 [Qian Qiu])
El secreto de las Artes Marciales, No es estilo sino entrenamiento. Elija cualquier forma que le atraiga, Y entrenar regularmente sin fallar. Practica cien movimientos cinco veces, No sirve para nada. Pero practica un movimiento todos los días, Y será tu protector de por vida.
Abhijit Naskar (Gente Mente Adelante: Prejudice Conquered is World Conquered)
Las artes marciales transformaron su vida al ofrecerle los medios para reafirmarse frente a niños más grandes o rudos. «Fue una herramienta para reafirmarme entre la manada», diría.
Steven Lee Myers (El nuevo zar: Ascenso y reinado de Vladímir Putin)
«La sucesión del verano y el invierno se convierte en una bendición en el momento en que renunciamos a la fantasía de la primavera eterna»
Ediciones puentesdeluz (BRUCE LEE: SÉ COMO EL AGUA MI AMIGO: El Tao del Jeet Kune Do - Una filosofía de vida (El mundo de Bruce Lee y las artes marciales) (Spanish Edition))