Amor De Padres Quotes

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¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: "amor, amor", y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: "¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!". Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: "Cultura". Cultura porque sólo a través de ella se puede resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. Medio pan e un libro. Locución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada)
Federico García Lorca
Mi padre decía que la primera vez que te enamoras te cambia la vida para siempre, y por más que lo intentes, jamás lograrás borrar ese sentimiento tan profundo. Esa chica fue tu primer amor, y hagas lo que hagas, siempre estará presente en tu corazón.
Nicholas Sparks (The Notebook (The Notebook, #1))
Mis padres bailaron juntos; mi madre con la cabeza apoyada en el pecho de mi padre. Ambos tenían los ojos cerrados y parecían perfectamente satisfechos. Si encuentras a una persona así, alguien a quien puedas abrazar y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demás, puedes considerarte muy afortunado. Aunque solo dure un minuto, o un día. Después de tantos años, esa imagen de mis padres meciéndose suavemente al son de la música es, para mí, la imagen del amor.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Eres un idiota, Maxon Schreave. Tus padres te sabotearon por completo. Podrías tener cientos de chicas delante de ti, y eso no importaría. Eres demasiado estúpido para reconocer el amor aun cuando se encuentra delante de ti.
Kiera Cass (The Prince (The Selection, #0.5))
—¿Qué acabó de pasar? —Tu padre invitó al antiguo amor de tu vida a comer pastel. —Sí. Eso es lo que pensé.
Stephanie Perkins (Lola and the Boy Next Door (Anna and the French Kiss, #2))
Instrúyase a la mujer; que no hay nada en ella que le haga ser colocada en un lugar más bajo que el del hombre. Que lleve una dignidad más al corazón por la vida: la dignidad de la ilustración. Que algo más que la virtud le haga acreedora al respeto, a la admiración, al amor. Tendréis en el bello sexo instruido, menos miserables, menos fanáticas y menos mujeres nulas… Que pueda llegar a valerse por sí sola y deje de ser aquella creatura que agoniza y miseria si el padre, el esposo o el hijo no la amparan.
Gabriela Mistral
icen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos, esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella. Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y te impedirá, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarás de intentarlo. Te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando. Pero te aseguro que no pasarás una sola noche sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más. Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estabais leyendo esto os ha venido su nombre a la cabeza. Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (le sustituirás por la calma), pero te aseguro que no pasará un día en que desees que estuviera aquí para perturbarte… Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.
Paulo Coelho (The Zahir)
Acontece tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y las cuenta a sus amigos por agudezas y donaires.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)
Las amistades y los amores son temporales; el amor de un padre hacia su hijo, y viceversa, es eterno porque se manifiesta mucho después de la muerte de ambos, en lo que han puesto en marcha mientras vivían y cuyo eco resuena en el tiempo.
Javier Moro (A prueba de fuego (ESPASA NARRATIVA) (Spanish Edition))
He llegado a la conclusión de que no hay reglas fijas en la vida. Haz lo que tengas que hacer para sobrevivir. Si eso significa huir del amor de tu vida para preservar tu salud mental, hazlo. Si eso significa romper el corazón de alguien para no romper el tuyo; hazlo. La vida es complicada, demasiado para que haya absolutos. Estamos todos tan rotos. Escoge una persona, sacúdelos y escucharás el ruido de sus pedazos rotos. Piezas que nuestros padres rompieron, o nuestras madres o nuestros amigos, desconocidos, o nuestros amores. Olivia ha dejado de sonar tanto como solía hacerlo. El amor es una herramienta dada por Dios, me dice. Atornilla las cosas en el lugar que están sueltas, y realizas limpieza de todas las piezas rotas que no necesitas más.
Tarryn Fisher (Thief (Love Me with Lies, #3))
¿Cuántas personas podrán decir que tuvieron el padre que quisieran tener si volvieran a nacer? Yo lo podría decir. Ahora pienso que la única receta para poder soportar lo dura que es la vida al cabo de los años, es haber recibido mucho amor de los padres. Sin ese amor exagerado que me dio mi papá, yo hubiera sido alguien mucho menos feliz
Héctor Abad Faciolince (El olvido que seremos)
Atados a las responsabilidades de ser hijos, hermanos y padres, los hombres no eran libres.
Christopher Nicole (Amor y honor (Los Borodin I))
Lo que los padres dan a su hijo cuando juegan no son conocimientos ni técnicas de estudio, sino la maravillosa sensación de sentirse amado, respetado, importante.
Carlos González (Bésame mucho: Cómo criar a tus hijos con amor)
Mi manera de definir el amor entre dos amigos, el amor entre dos hermanos, el amor entre padres e hijos, el amor en una pareja, el amor: Quiero que me oigas sin juzgarme. Quiero que opines sin aconsejarme. Quiero que confíes en mí sin exigirme. Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí. Quiero que me cuides sin anularme. Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí. Quiero que me abraces sin asfixiarme. Quiero que me animes sin empujarme. Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí. Quiero que me protejas sin mentiras. Quiero que te acerques sin invadirme. Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten. Quiero que las aceptes y no pretendas cambiarlas. Quiero que sepas que hoy contás conmigo... Sin condiciones.
Jorge Bucay (Cartas para Claudia)
Mi cuerpo es un regalo de mis padres. El templo de mi alma, mi mente, mi corazón. Mi cuerpo es orgullo, un retrato de mi tierra, una canción de amor. Mi cuerpo no es tuyo para juzgar. No es tuyo para decidir. Ni tuyo para criticar. Es mío, solo mío, y de nadie más.
Mayra Cuevas (Does My Body Offend You?)
Que nadie pueda olvidar lo hermoso que sería si, para cada mar que nos espera, hubiera un río para nosotros. Y alguien - un padre, un amor, alguien- capaz de cogernos de la mano y de encontrar ese río imaginarlo, inventarlo- y de depositarnos sobre su corriente, con la ligereza de una sola palabra, adiós.
Alessandro Baricco (Ocean Sea)
Así, cuando asistieres a un festín en que abunden los dones de Baco, si una muchacha que te atrae se coloca cerca de ti en el lecho, ruega a este padre de la alegría, cuyos misterios se celebran por la noche, que los vapores del vino no lleguen a trastornar tu cabeza. Allí te será permitido dirigir a tu bella insinuantes discursos con palabras veladas que no escaparán a su perspicacia y se los aplicará a sí misma; escribe en la mesa con gotas de vino dulcísimas ternuras, en las que tu amiga adivine tu pasión avasalladora, y clava en los suyos tus ojos respirando fuego: un semblante mudo habla a las veces con singular elocuencia.
Ovid (Arte de amar / Remedios de Amor)
La relación entre el padre y el hijo es curiosa. El coronel, eso se nota de inmediato, ama a su hijo por encima de sus deberes como militar, un amor que naturalmente no es correspondido, aún le falta mucho al hijo para comprender al padre, para comprender la soledad, el triste destino al que todos los seres están abocados.
Roberto Bolaño (El secreto del mal)
Cuando pienso en la gratitud que se expande y se reproduce a sí misma en forma de cuidados, se me ocurre que cuidar a otros en la espiral de la gratitud es en realidad, el amor.
Alma Delia Murillo
A volte l'amore di un padre può fare danni involontariamente. Bisogna sapere distinguere le cose positive da quelle negative.
Vittorio De Agrò (Essere Melvin: Tra finzione e realtà)
Tendemos a postergarnos por los hijos, los compañeros, los padres y por casi todos los demás. Nos sometemos y sacrificamos por amor, eso nos parece el colmo de la nobleza.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
«Sin embargo», dijo Delaura, «creo que los que nos parece demoníaco son las costumbres de los negros, que la niña a aprendido por el abandono en que la tuvieron sus padres»
Gabriel García Márquez (Del amor y otros demonios)
Toda la Biblia no era otra cosa sino una carta de amor del Padre hacia sus criaturas.
Jorge Sáez Criado (Apocalipsis: El día del Señor)
15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
No se pueden fabricar coches sin acero; y no se pueden crear tragedias sin inestabilidad social. Actualmente el mundo es estable. La gente es feliz; tiene lo que desea, y nunca desea lo que no puede obtener. Está a gusto; está a salvo; nunca está enferma; no teme la muerte; ignora la pasión y la vejez; no hay padres ni madres que estorben; no hay esposas, ni hijos, ni amores excesivamente fuertes. Nuestros hombres están condicionados de modo que apenas pueden obrar de otro modo que como deben obrar. Y si algo marcha mal, siempre queda el soma.
Aldous Huxley (Brave New World)
Soy uno/a con la vida, y toda la vida me ama y apoya. Por eso tengo derecho a tener un corazón lleno de amor que esta abierto a los demás. Todos actuamos lo mejor posible en cualquier momento, incluso yo. El pasado a quedado atrás y ya no volverá. Yo no soy mis padres ni manifiesto sus patrones de resentimiento. Tengo mi propio y único ser, y elijo abrir mi corazón para que se llene de amor, compasión y compresión, y expulsar de el todos los recuerdos dolorosos del pasado.Tengo la libertad para ser todo cuanto puedo ser. Esta es la verdad de mi ser, y la acepto tal como es. En mi vida todo va bien.
Louise L. Hay (Tu felicidad empieza ahora : alcanza la plenitud aprendiendo a utilizar las afirmaciones)
Lo comprobó con la compasión de los hijos a quienes la vida ha ido convirtiendo poco a poco en padres de sus padres, y por primera vez se dolió de no haber estado con el suyo en la soledad de sus errores.
Gabriel García Márquez (El amor en los tiempos del cólera)
―El arte es como una declaración de amor, la conciencia de que dependemos unos de otros. Una confesión. Un acto inconsciente que, sin embargo, refleja el verdadero significado de la vida: amor y sacrificio.
Michael D. O'Brien (El Padre Elías en Jerusalén (Spanish Edition))
Nadie debería olvidar a sus padres, es una de las cosas más tristes que te pueden suceder en esta vida. Todos deberíamos recordar la sonrisa de una madre o la mirada orgullosa de un padre hasta el fin de nuestros días, porque esa memoria es parte fundamental de nuestra dignidad. Cuando nos sentimos mezquinos, nos recuerda que un día fuimos inocentes; cuando sólo queda el odio, nos dice que también hemos sido dignos de amor.
David B. Gil (El guerrero a la sombra del cerezo)
Aceptamos alegremente que podemos amar a más de un niño, padre, hermano, profesor, amigo o mascota. Cuando pensamos en esto de esta forma, ¿no es positivamete extraña la total exclusividad que esperamos del amor conyugal?.
Richard Dawkins (The God Delusion)
¡Oh, Vida! ¡Nada deseo, porque te tengo! ¡Soy Vida! Contigo siempre, siempre... Lo que Tú no eres no es; ¡el deseador es imbécil! ¡Imbécil, que posee un tesoro y se angustia por un centavo falso! ¡Hideputas ideólogos, conferenciantes, escritores, filósofos, teólogos! ¡Sólo Tú, sólo existes Tú y todo eres Tú, amor mío, que eres yo mismo! ¡Te tengo tan cerca! ¡Aquí te tengo! ¡Estoy reposando en Ti, sobre Ti, dentro de Ti! ¡Eres yo mismo, amor mío!...
Fernando González (Tragicomedia del padre Elías y Martina la velera)
Toda la diferencia consiste en que, en una familia, el amor paternal recompensa al padre de los cuidados que prodiga a sus hijos, en tanto que en el Estado el placer de mandar suple el amor que el jefe no siente por sus gobernados.
Jean-Jacques Rousseau (The Social Contract)
Se felicitaba de morir sin hijos; pues mis hijos se hubieran parecido a mí y ella les hubiera mostrado la misma aversión que a su padre. Aquella frase en la que supura tanto rencor fue la única prueba de amor que me haya dado Sabina.
Marguerite Yourcenar (Memoirs of Hadrian)
Y quizás algún día encuentre a alguien a quien quiere como Evelyn quiso a Celia. O tal vez encuentre a alguien a quien ame como se amaron mis padres. Por ahora, me basta con saber que puedo buscarlo, que hay distintas clases de amor.
Taylor Jenkins Reid (The Seven Husbands of Evelyn Hugo)
A felicidade sempre foi um negócio e uma obsessão. Os filósofos, desde que que existem, tentam mostrar-nos o caminho. Assim como os padres. E os monges. E os ditadores. E os samanas. E os gimnosofistas. E os cientistas. E os nossos pais. Toda a gente quer encontrar a felicidade e, não sendo eles próprios felizes, pretendem enfiar a beatitude que não conquistaram pela goela dos outros. Quer um copo de água para empurrar? Pegam em discursos, em actos, em ramos de flores, em educação, em dinheiro, em poemas e canções e servem-nos o caminho para a felicidade. Educam-nos com histórias que terminam com o singelo "foram felizes para sempre". E não me refiro só à Bíblia, mas também aos contos de fadas e de príncipes e princesas. E a obsessão é tão grande que até aos aleijados como eu lhes é servida a esperança: o fantasma da ópera, o corcunda de Notre-Dame, Cyrano de Bergerac, a Bela e o Monstro, Pinóquio, o sapo. Haja esperança para todos, incluindo batráquios que se tornam proeminentes membros da monarquia e se casam e, como quem se constipa, ficam com aquela doença do peito, o amor eterno. Nesse processo, há dor e alegria, mas não o estado de euforia permanente. As pessoas felizes não são as pessoas que vivem a abanar a cauda. As pessoas felizes choram e temem e caem e magoam-se e gritam e esfolam os joelhos, porque a sua felicidade independe da roda da fortuna, do acaso, das circunstâncias.
Afonso Cruz (Princípio de Karenina (Geografias, #1))
El miedo se acepta como una necesidad para la supervivencia. Se cree, de manera generalizada, que para proteger a las niñas y los niños negros estos deben temer la autoridad de los padres. Infundir miedo se considera una prueba de amor.
Will Smith (Will (Autoayuda y superación) (Spanish Edition))
—El Amor no necesita de templos o legiones. Un hombre saca el bien o el mal de su propio corazón. Un solo mandamiento os he dado y tú sabes cuál es… El día que mis discípulos hagan saber a toda la humanidad que el Padre existe, su misión habrá concluido.
J.J. Benítez (Jerusalén (Caballo de Troya, #1))
Quizás el amor sobre el que mi padre escribía se camuflaba un poco mejor en la vida real. Quizás no había que esperar a que ninguna flecha te atravesara el corazón. Quizás el amor se colaba entre dos pieles que se rozaban y dos miradas que duraban más de la cuenta.
Beatriz Esteban (Donde no haya niebla)
«No tienes que honrar a tu padre. Las personas que te han hecho daño no necesitan ni tu amor ni tu respeto, aunque sean tus padres. Has pagado el tributo de este respeto con el tremendo suplicio de tu cuerpo. Si dejas de someterte al Cuarto mandamiento, podrás liberarte». 30 A
Erika Irusta (Diario de un Cuerpo: La menstruación, el úlitmo tabú (Libros digitales) (Spanish Edition))
Se lo había pedido. Le había suplicado que le dejara retenerme con él contra su cuerpo, le había dicho que debía comprenderle, que también él debía haber vivido al menos una vez una pasión como ésa en el transcurso de su larga vida, que era imposible que hubiera sido de otro modo, le había rogado que le permitiera vivir, a su vez, una vez, una pasión semejante, esa locura, ese amor loco de la chiquilla blanca, le había pedido que le dejara el tiempo de seguir amándola antes de volver a mandarlo a Francia, de dejársela aún, aún un año quizá, porque no le era posible dejar ya ese amor, era demasiado nuevo, demasiado fuerte todavía,todavía demasiado en su violencia naciente, que todavía era demasiado terrible separarse de su cuerpo, y más teniendo en cuenta, el padre lo sabía perfectamente, que eso nunca más volvería a producirse
Marguerite Duras (The Lover)
Debemos interesarnos por nuestro país como si fuera nuestro padre y si en algún momento nos negamos a honrarle con nuestro amor o nuestro esfuerzo, debemos, sin embargo, respetarle y educar al alma en cuestiones de conciencia y religión, y no en deseos de poder ni de beneficio propio.
Henry David Thoreau (Desobediencia Civil)
No creo en absoluto que puedas sentir amor por alguien que no seas tú. Aunque confío en mi padre ciegamente y si dice que “me amas”, le creeré. No te has ganado mi desprecio. Solo se odia a quien se ama en verdad, así que puedes prescindir de mi odio. Feliz eternidad en el infierno, malnacido”.
Mariela Villegas Rivero ("Luna Llena")
Hija mía, tus problemas y tentaciones no han hecho más que empezar y pueden ser muchos, pero lograrás superarlos y vencerlos si aprendes a sentir la fuerza y el amor de tu Padre Celestial como sientes los de tu padre terrenal. Cuanto más le ames y confíes en Él, más unida te sentirás a Él y menos dependerás del poder y la sabiduría humanos. Él nunca se cansa de amarnos y cuidarnos, nada le aleja de nosotros y nos proporciona la paz, la felicidad y la fuerza que necesitamos en nuestra vida. Has de creer en esto y confiar a Dios todas tus cuitas y esperanzas, tus errores y penas, del mismo modo que los compartes con tu madre.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
De todos modos, hay algo que has dicho que no tiene ningún sentido. Esa mierda de que el amor viene y va, ¿de dónde te la has sacado? […] Que no lo haya puesto en práctica no significa que no conozca la teoría. He visto a mis abuelos, a mis padres, ahora incluso a mis hermanos. Sé reconocer el amor verdadero y… y ese no se va
Abril Camino (Mark y Alice: el futuro perfecto (Hermanos Sullivan, #4))
Por sí mismo no tenía valor, naturalmente. El dinero era un medio. Pero cuando se trataba de llegar a fin de mes nadie lo desestimaba rápidamente como algo que «no preocupaba». Comida, vivienda, ropa. Seguridad, en la medida en que tal cosa existiera, y por tanto también la capacidad de salvarse. Eficacia, poder, influencia. Desahogo, libertad, elección. Generosidad, caridad, si no amor, por sus hijos, por su mujer, por su padre, la evidencia palpable del amor. Educación, si no sabiduría, el requisito previo de información precisa. Si no felicidad, confort, que, de ser necesario, podía hacer las veces de felicidad. Billetes de avión: experiencias, belleza y la posibilidad de escapar.
Lionel Shriver (So Much for That)
Dios sabe cómo describirse a sí mismo mucho mejor de lo que nosotros sabemos describirlo. Él sabe que Padre e Hijo se parece más a la relación entre la Primera y la Segunda Persona que ninguna otra cosa en la que podamos pensar. Lo más importante que debemos saber es que es una relación de amor. El Padre se deleita en el Hijo; el Hijo venera al Padre.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
La vida es mala con todo lo bueno. Los tiburones mortales con las hermosas estrellas de mar. Las olas gigantes con los castillos de arena. La ruidosa letra con el ritmo de la música. La enfermedad hepática con el amor de un padre e hijo. El regaliz con el limón y la lima. Es la vida. Dulce, hermosa, viento en tu cara, aire en tus pulmones, besos en tus labios vida.
Lisa Schroeder
hombre de perversa doctrina, a un réprobo de un predestinado, es que el hereje y réprobo no tienen sino desprecio o indiferencia para con la Santísima Virgen, cuyo culto y amor procuran disminuir con sus palabras y ejemplos, abierta u ocultamente y, a veces, con pretextos aparentemente válidos[25] . ¡Ay! Dios Padre no ha dicho a María que establezca en ellos su morada, porque son los Esaús.
Luis María Grignion de Montfort (Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen)
Se podrían contar hermosas, delicadas y amables de mi infancia, de mi seguridad junto a los padres, del amor filial y de la vida apacible, caprichosa en aquel ambiente suave y diáfano. Pero sólo me interesan los pasos que di en la vida para llegar a mí mismo. Todos los bellos momentos de reposo, los islotes de felicidad y los paraísos cuyo encanto conocí quedan en la lejanía resplandeciente y no deseo volver a pisarlos.
Hermann Hesse (Demian)
Porque mi padre nunca llegaría a acabarse ese libro, nunca llegaría a empezar o acabar ningún libro más, nunca me vería graduarme de la universidad, nunca conocería al amor de mi vida, nunca me llevaría de la mano al altar, nunca me esperaría con un cigarro en el porche, nunca volvería a teclear sobre su vieja máquina de escribir, no dejaría los zapatos llenos de polvo y hollín en el recibidor, nunca volvería a reírse de mis cactus, nunca más dejaría las tazas de café acumuladas en la pila, nunca volveríamos a compartir esas historias de buenas noches que me contaba cuando era niña en cada viaje en coche, nunca cambiaría la emisora de la radio, nunca volvería a darme un beso demasiado sonoro delante de demasiada gente, nunca volvería a oírle decir «estoy orgulloso de ti», nunca volvería a escuchar mi nombre de de sus labios. Nunca volvería. Nunca.
Beatriz Esteban (Las voces del lago)
—¿Puedo ayudarle en algo más, padre? —preguntó solícita con los ojos bañados en lágrimas. —Sí, hija, sí. Descansa durante la tarde. No puedes permitirte el lujo de llorar por un difunto. —Lo haré, padre —respondió con media sonrisa y, a continuación, arqueó con suavidad las puntas de los pies sobre sus talones para avanzar con los libros hacia la habitación del general. Luego, en soledad, dejó de sonreír. Y lloró. Lloró por su difunto.
Jordi Balaguer (La maldición de Gryal (El amante de la luna, #1-2))
[...] un mantra del mundo poliamoroso dice que «hay que aprender a estar sola». Yo no quiero aprender a estar sola, quiero aprender a vivir en relación, en relaciones. Estar sola no significa vivir sin pareja: estar sola es ser esa niña que espera aterrorizada la llegada de su padre, consciente de que, si tiene un mal día, nadie la salvará. Estar sola es enfrentar la certeza de que tu padre te va a matar mientras el entorno mira hacia otro lado, mientras murmura que dos no se pelean si uno no quiere. Esa indefensión es estar sola. Y esa yo ya la aprendí. Por eso sigo viva, porque aprendí a vivir con ella y a salvarme. No quiero aprenderla más: quiero desaprenderla, quiero quitármela de encima, quiero arrancarme a jirones la piel impregnada de esa soledad. Creo que toda mi vida poliamorosa ha girado alrededor de eso: de crear un mundo en el que ya no estoy indefensa ni amenazada, de saber que ni el deseo hacia otra persona me dejará en la soledad de las palizas, rodeada de gente que no sabe ni quiere pararlas. Y saber que incluso si alguien no quiere seguir a mi lado, no me traicionará. Me dejará queriéndome con la misma ternura que sentía por mí el día anterior a dejarme. Pero claro, crear el mundo imaginario no basta. El mundo hay que habitar y una de sus habitantes soy yo y son todas las demás. Y todas somos esas grietas también.
Brigitte Vasallo (Pensamiento monógamo, terror poliamoroso)
Cada pareja funciona de distinta manera, así que la importación de fórmulas y modelos ajenos, aun tomados de la feliz relación de tus padres, serían más bien una especie de contrabando o competencia desleal. A lo sumo te orientarán, pero en general no es buena idea imitar. Ni tú ni tu pareja pueden competir con realidades fantaseadas, no suyas; la materia prima para forjar su relación son Ustedes y entre Ustedes desarrollar modelos propios de convivencia
Mario Guerra (Los claroscuros del amor. Descubre el tono real del amor, el desamor y las relaciones de pareja)
«Es usted demasiado joven para pensar en tener hijos –me dijo el padre de Rodney cuando nos despedíamos, y no lo he olvidado–. No los tenga, porque se arrepentirá; aunque si no los tiene también se arrepentirá. Así es la vida: haga lo que haga, se arrepentirá. Pero déjeme que le diga una cosa: todas las historias de amor son insensatas, porque el amor es una enfermedad; pero tener un hijo es arriesgarse a una historia de amor tan insensata que sólo la muerte es capaz de interrumpirla.»
Javier Cercas (La velocidad de la luz)
En realidad Jesús era un jovencito y es probable que no supier amucho de la vida. Es posible que todas sus enseñanzas puedan explicarse sólo a partir de su juventud y su inexperiencia. De su ingenuidad, si usted quiere. Y sin embargo decía la verdad. —¿La verdad? ¿Quién ha demostrado que fuera verdad? —preguntó belicosamente Jakub. —Nadie —dijo Bertlef—. Nadie lo demostró y nadie lo demostrará. Jesús amaba tanto a su padre que no podía admitir que su obra fuera mala. Lo impulsaba el amor y no la razón.
Milan Kundera
Llegará el día en que los barcos carecerán de tripulación, los aiones no tendrán pilotos, las fábricas serán gestionadas por robots, y los ordenadores contestarán el teléfono. ¿Qué será entonces de la gente? - Si los barcos no hubieran tenido tripulación cuando tu padre llegó a puerto, tu madre no habría sido una deshonra - Y yo no habría nacido - Y no habrías sido huérfana - Si no hubiera sido huérfana, nunca habría conocido a Pew - ¿Y eso habría supuesto algún cambio? - El cambio que establece el amor
Jeanette Winterson (Lighthousekeeping)
Mientras que el amor de un buen padre siente por sus hijos es tan puro que no desea obtener nada de ellos y no quiere poseerlos de otro modo que como lo hace, ni unirse a ellas más estrechamente de lo que lo está ya; si no que, considerándolos como otros él mismo, procura el bien de ellos como el suyo propio, o incluso con más celo, porque, pareciéndole que el y ellos constituyen un todo del cual no es él la mejor partes, prefiere a menudo los intereses de ellos antes que los suyos y no teme perderse por salvarlos.
René Descartes (The Passions of the Soul)
Pero ¿Dónde estaban mis amigos y familiares? No había tenido un padre que cuidase de mi infancia, ni una madre que me bendijese con sus sonrisas y caricias; y si los tuve, toda mi vida pasada no era sino tiniebla, un ciego vacío que no distinguía nada. Desde el principio de mis recuerdos, había sido como era entonces en estatura y proporción. Hasta ahora, nunca había visto a un ser que se pareciese a mí ni pretendiese contacto alguno conmigo. ¿ Qué era yo? La pregunta me surgía una y otra vez, sólo para contestarla con gemidos
Mary Wollstonecraft Shelley (Frankenstein)
Y aquí llega otra vez el rey del cinismo… - Mi novio, mi mujer, la quiero (para mí), le deseo (solo yo)… el amor es posesivo, territorial, como toda la naturaleza que envuelve al ser humano. Somos animales, marcamos nuestro terreno y delimitamos nuestras posesiones. Ansiamos el poder y la riqueza, coleccionamos todo lo que podemos, anhelamos poseer, reunir cosas y personas a las que llamar “nuestras”, y si crees que todo eso no se aplica a los sentimientos, al amor, bueno, tus padres debieron pasarse con los cuentos de hadas cuando eras pequeño.
Angel Lopez (Vivir Es Para Cobardes (Spanish Edition))
Quero lhe dizer o seguinte—disse o padre Sanchez. — Lembre-se de parar quantas vezes for preciso para se religar em sua energia. Permaneça cheio, permaneça em estado de amor. Não esqueça que uma vez atingido esse estado de amor, nada, nem ninguém, pode retirar mais energia de você do que a que você pode recuperar. Na verdade, a energia que flui de você cria uma corrente que puxa energia para dentro de você na mesma proporção. Você não pode ficar vazio. Mas deve estar consciente desse processo para que ele funcione. Isso é sobretudo importante quando você interage com pessoas.
James Redfield (The Celestine Prophecy: A Pocket Guide to the Nine Insights)
Las comunidades y familias humanas siempre se han basado en la creencia en cosas «que no tienen precio», como el honor, la lealtad, la moralidad y el amor. Estas cosas quedan fuera del ámbito del mercado, y no deberían comprarse ni venderse por dinero. Incluso si el mercado ofrece un buen precio, hay ciertas cosas que, sencillamente, no se hacen. Los padres no deben vender a sus hijos como esclavos; un cristiano devoto no debe cometer un pecado mortal; un caballero leal no debe nunca traicionar a su señor, y las tierras tribales ancestrales no deben venderse nunca a extranjeros. El
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Harper se acercó a mí con un propósito en la mirada, y con un último vistazo hacia Art, cruzó. No vi el dolor y el miedo que había sufrido durante todos esos años. No la vi aterrorizada, y tampoco vi la pesadilla que había sido su estancia en el hospital psiquiátrico. Lo que vi fue cómo su padre la cogía y se la subía a los hombros mientras ella le señalaba la ruta a seguir a través de los árboles que había en la parte trasera de la propiedad. Vi a su perro, un golden retriever llamado Sport, que le lamió los dedos hasta que ella no pudo soportar las cosquillas. Y vi el primer beso que le dio Art. Ella estaba en el instituto, viendo uno de los partidos de baloncesto en los que él participaba. Art se había lesionado y estaba en el vestuario. Harper corrió a ver cómo estaba. Estuvo a punto de desmayarse al ver el enorme bulto del brazo que tenía sujeto al costado, donde el hueso casi atravesaba la piel. Art se había tapado los ojos con el otro brazo para ocultar su angustia. Harper se acercó y, antes de que se diera cuenta de lo que ocurría, él le rodeó la cabeza con la mano y tiró de ella hasta que sus labios se unieron. Y luego cruzó. Ese toque romántico, la agonía del amor perdido, fue mi perdición.
Darynda Jones (Fourth Grave Beneath My Feet (Charley Davidson, #4))
Si pensáis en el Padre como en alguien que está «ahí fuera», delante de vosotros, y en el Hijo como en alguien que está a vuestro lado, ayudándoos a orar, intentando convertiros en otro hijo, entonces tenéis que pensar en la Persona como en alguien que está dentro de vosotros, o detrás de vosotros. Tal vez algunos encuentren más fácil empezar con la Tercera Persona y proceder hacia atrás. Dios es Amor, y ese Amor se difunde a través de los hombres, y especialmente a través de toda la comunidad cristiana. Pero este Espíritu de Amor es, desde toda la eternidad, un Amor que se da entre el Padre y el Hijo. Y
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
nuestras historias sonaban sorprendentemente familiares. Todos nos habíamos topado con ultimátums que no existían para otras personas, condiciones que no suelen imponerse en el amor entre padres e hijos. En un momento dado, nos habíamos tenido que enfrentar a un «o cambias esto o si no…»: si no, nos quedaríamos sin hogar, sin dinero, excomulgados, exiliados. Todos habíamos tenido miedo de caer en el olvido; a todos nos habían contado historias para advertirnos de los adictos a las drogas o al sexo, de personas que terminaban muriendo sumidas en la agonía del sida en los bajos fondos de alguna ciudad de la Costa Oeste
Garrard Conley (Boy Erased: A Memoir of Identity, Faith, and Family)
- Recuerdo el año pasado, cuando Adam vino a casa en Nochebuena. Ya entonces le dije a tu padre que te habías enamorado demasiado pronto. + Lo sé, lo sé. ¿Qué sabe una adolescente tonta sobre el amor? Mamá dejó de secar una sartén. - No es eso, sino todo lo contrario. Lo tuyo con Adam nunca me pareció el típico rollete de instituto -explicó-. Nada que ver con el rollo beber y darse el lote en el Chevy de algún tío, que era lo que pasaba por relación en mi época de instituto. Vosotros parecíais, y seguís pareciendo, profundamente enamorados. - Suspiró-. Pero a los diecisiete es una edad muy inadecuada para enamorarse de verdad.
Gayle Forman (If I Stay (If I Stay, #1))
—El día que conocí a tu madre, sabía que estaría en mi vida para siempre. Había algo sobre ella y supe que me estaba enamorando ese primer día. Te hacía querer ser mejor, tratar de ser digno de su amor. Lamentablemente, tu padre pensaba lo mismo, nadie entendía por qué cambió drásticamente, excepto yo. A pesar de que ella estaba conmigo, dejó de beber, dejó de dormir con otras chicas, es como si lo hubiera hecho madurar al instante y convertido en el tipo que finalmente quería ser para que pudiera tener una oportunidad con ella. Siempre tuve miedo de perderla por él algún día, es como si me diera cuenta de que era una cuestión de cuándo, no de sí. Pero tu madre era diferente, yo había salido con muchas chicas, pero realmente no me importaba si estaban allí o no. Eran sólo alguien para tratar de llenar el dolor de perder a mi padre. Así que cuando me reuní con ella y se dio cuenta de mis sentimientos, luché por mantenerla tanto tiempo como pude. No se lo digas a tu mamá, pero Chase y yo constantemente peleábamos por ella cuando no estaba cerca. Infierno, incluso peleábamos por ella cuando estaba cerca. Sabíamos que cualquiera de nosotros podría tener a cualquier chica que quisiéramos, pero sólo queríamos a Harper. Así que, por supuesto, siendo nosotros, las palabras se utilizaron en puños y volaban cuando nos quedábamos solos. No le dije esto, pero ya sabía lo que había pasado con tu padre antes de que ella me lo dijera. Cuando llegué a casa de la rotura, y Chase no me molestó de nuevo, sabía que algo había pasado. Sólo no sabía qué todavía. Pero ¿sabes qué pequeño hombrecito? No puedo ni siquiera estar loco sobre eso más, porque si no hubiera pasado, no estarías aquí ahora. Besó suavemente a nuestro hijo de tres meses quien estaba completamente cautivado en sus historias y señaló la última foto en el libro. —Y él te amaba y a tu mamá, muchísimo. Siempre voy a recordarte eso, pero desearía que hubieras podido reunirte con él.
Molly McAdams (Taking Chances (Taking Chances, #1))
a actos que violan la castidad; es igualmente probable que se trate de actos contra la justicia, o faltas de caridad contra el mundo de los demás. A ellos les parecerán muestras de fervor y piedad hacia el eros. La pareja puede decirse—el uno al otro—casi con el tono de quien ofrece un sacrificio: «Es por causa del amor que he descuidado a mis padres… que he dejado a mis hijos… engañado a mi socio… fallado a mi amigo en su mayor necesidad». Estas razones en la ley del amor pasan por buenas. Sus fieles hasta pueden llegar a sentir que hay un mérito especial en estos sacrificios, porque ¿qué ofrenda más costosa puede dejarse en el altar del amor que la propia conciencia?
C.S. Lewis (Los Cuatro Amores (Spanish Edition))
Las palabras «Dios es Amor» no tienen un significado real a menos que Dios contenga al menos a dos Personas. El amor es algo que una persona siente por otra persona. Si Dios fuera una sola persona entonces, antes de que el mundo fuese creado, Dios no era amor. Y esa es, de paso, tal vez la diferencia más importante entre el cristianismo y todas las demás religiones: que en el cristianismo Dios no es una Cosa -ni siquiera una Persona- estática, sino una actividad dinámica y pulsante, una vida, casi una especie de drama. Casi, si no me tomáis por irreverente, una suerte de danza. La unión entre el Padre y el Hijo es algo tan vivo y concreto que esta unión misma es en sí una Persona.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
A Igreja tem o dever primário de se aproximar dessas pessoas com amor e delicadeza, com solicitude e atenção materna, para anunciar a proximidade misericordiosa de Deus em Jesus Cristo. De facto é Ele, como ensinam os Padres, o verdadeiro Bom Samaritano, que Se fez nosso próximo, que derrama o óleo e o vinho sobre as nossas chagas e que nos conduz à estalagem, a Igreja, na qual nos faz curar, confiando-nos aos seus ministros e pagando pessoal e antecipadamente a nossa cura. Sim, o evangelho do amor e da vida é também sempre evangelho da misericórdia, que se dirige ao homem concreto e pecador que somos nós, para o levantar depois de qualquer queda, para o restabelecer de qualquer ferida.
Bento XVI
-Lo quiero. -¿Cómo puedes decir eso?- Meneó la cabeza-. Ni siquiera conoces el significado de esa palabra. El amor no es avergonzarse de que te vean con la persona a la que quieres. No es castigarlo ni hacerle daño.-Compadeciéndose de la diosa, la soltó-. El amor es lo que te da la fuerza para enfrentarte a cualquier cosa, sin importar lo brutal o aterradora que sea. Es lo que le dio fuerzas a Ash para dejarse dar una paliza en vez de contarle a su padre la verdad sobre vuestra relación. Es lo que le dio fuerzas para dejar que lo destriparan en el suelo a tus pies antes de avergonzarte en público. Y tú le escupiste a la cara por ese amor y lo destrozaste. Para ser una diosa das pena. (Tory)
Sherrilyn Kenyon (Acheron (Dark-Hunter, #14))
todos estamos recibiendo caridad. Hay algo en cada uno de nosotros que, de modo natural, no puede ser amado; no es culpa de nadie que eso no sea amado, porque sólo lo que es amable puede ser amado naturalmente; pretender lo contrario sería lo mismo que pedirle a la gente que le guste el sabor a pan rancio o el ruido de un taladro mecánico. Podemos ser perdonados, compadecidos y amados a pesar de todo, con caridad; pero no de otra manera. Todos los que tienen buenos padres, esposas, maridos o hijos pueden estar seguros de que a veces—y quizá siempre, respecto a algún rasgo o hábito en concreto—están recibiendo caridad, que no son amados porque son amables, sino porque el Amor en sí mismo está en quienes los aman.
C.S. Lewis (Los Cuatro Amores (Spanish Edition))
Las grandes palabras, le parecía a Connie, habían perdido valor para su generación: amor, alegría, felicidad, casa, madre, padre, esposo, todas aquellas palabras grandes y dinámicas se habían medio muerto y agonizaban de día en día. Casa era un sitio donde se vivía, amor era una cosa sobre la que no había que hacerse ilusiones, alegría era una palabra que se aplicaba a un buen charlestón, felicidad era una expresión de hipocresía utilizada para engañar a otros, un padre era un individuo que disfrutaba de su propia existencia, un marido era un hombre con el que se vivía y al que se mantenía de buen humor. En cuanto al sexo, la última de las grandes palabras, era una ensalada de expresión utilizada para una sensación que te daba ánimos un momento y luego te dejaba más hecha cisco que nunca. ¡Gastado! Era como si el paño de que uno está hecho fuera del más barato y se fuera deshilachando hasta desaparecer.
D.H. Lawrence (Lady Chatterley's Lover)
que no conmovieran, especialmente entre las enviadas a casa de los padres. En esta carta se decía poco de las molestias sufridas, de los peligros afrontados o de la nostalgia a la cual había que sobreponerse; era una carta alegre, llena de descripciones de la vida del soldado, de las marchas y de noticias militares; y sólo hacia el final el autor de la carta dejó brotar el amor paternal de su corazón y su deseo de ver a las niñas que había dejado en casa. "Mi cariño y un beso a cada una. Diles que pienso en ellas durante el día, y por la noche oro por ellas, y siempre encuentro en su cariño el mejor consuelo. Un año de espera para verlas parece interminable, pero recuérdales que, mientras esperamos, podemos todos trabajar, de manera que estos días tan duros no se desperdicien. Sé que ellas recordarán todo lo que les dije, que serán niñas cariñosas para ti, que cuando vuelva podré enorgullecerme de mis mujercitas más que nunca.” Todas se conmovían algo al llegar a esta parte, Jo no se avergonzó de la gruesa lágrima que caía sobre el papel blanco, y Amy no se preocupó de que iba a desarreglar sus bucles al esconder la cara en el seno de su madre y dijo sollozando: -¡Soy egoísta! Pero trataré de ser mejor para que no se lleve un chasco conmigo. - ¡Trataremos todas! -exclamó Meg -. Pienso demasiado en mi apariencia y detesto trabajar, pero no lo haré más si puedo remediarlo. -Trataré de ser lo que le gusta a él llamarme "una mujercita", y no ser brusca y atolondrada; cumpliré aquí con mi deber en vez de desear estar en otra parte -dijo Jo, pensando que dominarse a sí misma era obra más difícil que hacer frente a unos rebeldes. Beth no dijo nada, pero secó sus lágrimas con el calcetín del ejército y se puso a trabajar con todas sus fuerzas, no perdiendo tiempo en hacer lo que tenía más cerca de ella, mientras decidía en su corazón ser como su padre lo deseaba cuando al cabo de un
Louisa May Alcott (Mujercitas / Buenas esposas / Hombrecitos / Los muchachos de Joe)
«La tristeza que causa un arrepentimiento saludable es propia del hombre obediente, afable, humilde, dulce, suave y paciente, porque deriva del amor de Dios. Sufre infatigable el dolor físico y la contrición del espíritu, gracias al vivo deseo que le anima de perfección. Es también alegre y en cierto modo se siente como robustecido por la esperanza de su aprovechamiento; conserva de continuo el hechizo y el encanto de la afabilidad y de la longanimidad, y posee en sí todos los frutos del Espíritu Santo... La tristeza diabólica es diametralmente opuesta. Es áspera, impaciente, dura, llena de amargor y disgusto, y le caracteriza también una especie de penosa desesperación. Cuando se apodera de un alma, la priva y aparta de cualquier trabajo y dolor saludable. Ello obedece a que es una pasión irracional, y no sólo impide y frustra por completo la eficacia de la oración, sino que malogra los frutos espirituales que dijimos causaba la tristeza santa o de Dios» (Juan Casiano, Inst. cenob. IX, 11).
Fernando Rivas Rebaque (Terapia de las enfermedades espirituales en los padres de la Iglesia (colección Betel) (Spanish Edition))
Desde la parte de Dios que hay en mí, Yo te bendigo mi casa querida, bendigo cada átomo de cal y arena que te componen, bendigo el techo con me amparas y a mis seres queridos a partir de este momento no cruzará por esta puerta nada que sea diferente a la armonía y perfección de Dios manifestada en Amor puro, no entraran personas ni comidas desagradables, pido humilde y reverentemente a los ángeles de la llama Rosa, a todos los ángeles de la llama azul del Arcángel Miguel que vengan, vengan, vengan y envuelvan ésta mi casa querida, cada puerta y ventana para que cualquier espíritu encarnado o desencarnado que rose con éste manto de protección sagrada, sienta latir en su corazón el amor de Dios y pierda cualquier deseo de dañar la propiedad ajena, invito a todos los seres celestiales a entrar y formar parte de esta casa. A partir de ahora solo entrará el bien, el éxito y la opulencia, Gracias amados Ángeles gracias Padre que así es”. Con esto das por hecho que has colocado un sello de protección
Sandra Castellanos (Ángeles : Tu dulce Compañía)
«¡Oh Padre nuestro que estás en los cielos, aunque no circunscripto a ellos, sino por el mayor amor que arriba sientes hacia los primeros efectos! Alabados sean tu nombre y tu poder por todas las criaturas, así como se deben dar gracias a todas las emanaciones de tu bondad. Venga a nos la paz de tu reino, a la que no podemos llegar por nosotros mismos, a pesar de toda nuestra inteligencia, si ella no se dirige hacia nosotros. Así como los ángeles te sacrifican su voluntad entonando “¡Hosanna!”, deben sacrificarte la suya los hombres. Dadnos hoy el pan cotidiano, sin el cual retrocede por este áspero desierto aquel que más se afana por avanzar. Y así como nosotros perdonamos a cada cual el mal que nos ha hecho padecer, perdónanos tú, benigno, sin mirar a nuestros méritos. No pongas a prueba nuestra virtud, sino líbranos de quien la instiga de tantos modos. No hacemos, ¡oh Señor amado!, esta última súplica por nosotros, pues ya no tenemos necesidad de ella, sino por los que tras de nosotros quedan».
Dante Alighieri (Divina Comedia)
Había escuchado tantas teorías para explicarlo todo. Porque sí, porque no había nada para hacer, porque estaban aburridos, porque no se llevaban bien con sus padres, porque no tenían padres o porque tenían demasiados, porque les pegaban, porque los hacían abortar, porque tomaban tanto alcohol y tantas drogas, porque les habían hecho un daño, porque salían de noche, porque robaban, porque salían con mujeres, porque salían con mujeres de la noche, porque tenían traumas de infancia, traumas de adolescencia, traumas de primera juventud, porque hubieran querido nacer en otro lado, porque no los dejaban ver al padre, porque la madre los había abandonado, porque hubieran preferido que la madre los hubiera abandonado, porque los habían violado, porque eran solteros, porque tenían amores pero desgraciados, porque habían dejado de ir a misa, porque eran católicos, satánicos, evangelistas, aficionados al dibujo, punks, sentimentales, raros, estudiosos, coquetos, vagos, petroleros, porque tenían problemas, porque no los tenían en absoluto. Teorías. Y las cosas, que se empeñaban en no tener respuesta.
Leila Guerriero (Los suicidas del fin del mundo: Crónica de un pueblo patagónico)
—Yo me reí con él, al principio, pero acabé pensando igual que tu madre, presentí que eras una pequeña viciosa, una perdida potencial. La imagen se me quedó grabada en la cabeza, tú, desnuda, oliendo el camisón y repitiendo en voz baja, me ha cambiado el olor, aquella noche me masturbé con eso, fui construyendo una fantasía sólida, enloquecida, alrededor de esa imagen, una noche detrás de otra, me quedaba colgado de aquella imagen, tú escondiéndote por los rincones, despistando a todos tus hermanos y hermanas, para desnudarte y olerte, barriendo con la nariz la cama de tus padres para tocarte después, eras encantadora, claro que te imaginaba más mayor, cuando salí y te volví a ver, me asombré de que fueras todavía tan pequeña, pero ya había decidido que merecía la pena esperar, para intervenir en tu perdición, y esperé... Los ojos se me habían llenado de lágrimas. Como no quería que me viera, me di media vuelta, me arrebujé debajo de las sábanas y procuré no hacer ningún ruido. Fue inútil. Él se dio cuenta de todo, se acercó a mí, me abrazó, me besó en la frente y apagó la luz, para que pudiera llorar a gusto.
Almudena Grandes (Las edades de Lulú)
quiero que este sea el primer recuerdo de tu padre, fíjate bien, grábalo en tu memoria, prométemelo, el primer recuerdo del salvaje, del poderoso, del terrible, del venturoso, del dichoso, del incondicional amor que te tengo y te tendré siempre porque siempre te amaré, pase lo que pase en tu futuro, seas lo que seas, siempre seré tu padre, siempre estaré dispuesto a darlo todo por ti sin que tú me des nada nunca, porque si tú me dieras algo alguna vez, solo ha de ser un beso diminuto, ni siquiera un beso grande, solo un pequeño beso, porque yo transformaré ese pequeño beso en la fortaleza más grande del universo, superior a las galaxias, superior a millones de estrellas, más grande que el mismo Dios, así te amo yo, Bra, así, no lo olvides nunca, díselo a tus hijos, y que los hijos de tus hijos lo digan a los suyos, así hasta que caiga el sol sobre la raza de los hombres y se extinga la vida, y aun cuando se extinga la vida, yo volveré a ti, te lo juro, volveré a tu sangre porque soy tu padre, y antes que tu padre fui el hijo del hombre más maravilloso de la historia de los hombres, porque mi padre fue el hombre más honesto, más bondadoso, más elegante y limpio de cuantos han existido, ese fue tu abuelo».
Manuel Vilas (Alegría (volumen independiente))
—Dejadme en paz —vocifera, pero su energía se evapora y se siente débil y hambriento—. Dejadme en paz —dice de nuevo, pero sus palabras son flojas e inútiles, tan inútiles como sus brazos y sus piernas, y enseguida deja de intentarlo. —Jude, mi pobre Jude —susurra Harold—. Cariño. Y al oír esa palabra él se echa a llorar, porque nadie lo ha llamado nunca «cariño», no desde el hermano Luke. Willem lo intentaba a veces —«cariño», lo llamaba, o «mi amor»— y él lo detenía; esas expresiones de afecto son palabras degradantes, depravadas, para él. —Cariño dice de nuevo Harold, y él quiere que pare y no pare nunca—. Hijo mío. Y él llora, llora por todo lo que ha sido, por lo que podría haber sido, por todas las viejas heridas, por las viejas dichas, llora por la vergüenza y la alegría de acabar siendo un niño, con todos los caprichos, las necesidades y las inseguridades de un niño, por el privilegio de portarse tan mal y ser perdonado, por el lujo de recibir ternura, de recibir afecto, de que le sirvan una comida y le obliguen a comérsela, por ser capaz, ¡por fin!, de creer en las palabras de consuelo de un padre, de creer que es especial para alguien, pese a todos sus errores y su odio, por culpa de todos sus errores y su odio.
Hanya Yanagihara (A Little Life)
ASIGNATURAS OBLIGATORIAS: Astronomia: Centrado en planetas o derivados: El principito. El principito sale de su planeta huyendo de su Rosa, descubriendo y aprendiendo de los demas planetas. Historia de la magia: Sombra y Hueso. Alina Starkov no espera mucho de la vid hasta que un dìa descubre que es una grisha y su mundo cambia completamente. Defensa contra las artes oscuras: Wolfsong. Ox es un chico timido e introvertido que pierde a su padre pero crea un lazo particular con sus nuevos vecinos, los Bennet pero no todo es lo que parece y con ello vienen los problemas. Herbologìa: El dìa que el oceano te mire a los ojos. Aurora tenìa la vida perfecta junto al mar, hasta que descubre que su marido le es infiel y ella tiene una enfermedad que va a acabar con su vida en poco tiempo. Vuelo: De la tierra a la luna. Despues de que el gun-club se quedara sin guerras belicas en el horizonte, se someten al aburrimiento absoluto; por eso, un dia se les ocurre la maravillosa idea de crear un cohete a la luna. Pociones: Y el mundo gira. La amistad de dos amigos se complica cuando el amor y la muerte se cruza en el medio. transformaciones: ravensong. Nos encontramos con la continuacion de la manada Bennet. Encantamientos: looking for Alaska. Miles decide ir a un internado para buscar su Gran Quiza.
John Green (Looking for Alaska)
-Querida, no te enfades por esto y deja que te cuente cómo ocurrió todo. John me acompañó a petición del señor Laurence y se mostró tan atento con tu pobre padre que no pudimos evitar tomarle cariño. Fue totalmente sincero y honrado con respecto a sus sentimientos hacia Meg, nos dijo que la quería pero que trabajaría para poder darle un hogar confortable antes de pedir su mano. Solo pretendía contar con nuestro consentimiento para quererla y luchar por ella, y nuestro permiso para intentar conquistar su corazón. Es un hombre extraordinario y no podíamos negarnos a escucharle, pero no permitiré que que Meg se comprometa siendo tan joven. -Claro que no, ¡sería una estupidez! Sabía que tramaba algo, lo sentía. ¡Pero es peor de lo que imaginaba! Cómo me gustaría poder casarme con Meg yo misma para mantenerla sana y salva dentro de la familia. Tan curiosa ocurrencia hizo sonreír a la señora March, que sin embargo añadió muy seria: -Jo, confío en ti. No le digas nada a Meg. Cuando John vuelva, los veré juntos y entonces conoceré mejor los sentimientos de tu hermana hacía él. -Ella verá los de él en la forma en que la mirará con esos hermosos ojos de los que tanto me habla y, entonces, estará perdida. Tiene el corazón blando y se derretirá como mantequilla bajo el sol si alguien la mira con amor.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
No puedo soportar más en silencio. Debo hablar con usted por cualquier medio a mi alcance. Me desgarra usted el alma. Estoy entre la agonía y la esperanza. No me diga que es demasiado tarde, que tan preciosos sentimientos han desaparecido para siempre. Me ofrezco a usted nuevamente con un corazón que es aún más suyo que cuando casi lo destrozó hace ocho años y medio. No se atreva a decir que el hombre olvida más prontamente que la mujer, que su amor muere antes. No he amado a nadie más que a usted. Puedo haber sido injusto, débil y rencoroso, pero jamás inconsciente. Sólo por usted he venido a Bath; sólo por usted pienso y proyecto. ¿No se ha dado cuenta? ¿No ha interpretado mis deseos? No hubiera esperado estos diez días de haber podido leer sus sentimientos como debe usted haber leído los míos. Apenas puedo escribir. A cada instante escucho algo que me domina. Baja usted la voz, pero puedo percibir los tonos de esa voz cuando se pierde entre otras. ¡Buenísima, excelente criatura! No nos hace usted en verdad justicia. Crea que también hay verdadero afecto y constancia entre los hombres. Crea usted que estas dos cosas tienen todo el fervor de “F. W. “Debo irme, es verdad. Pero volveré o me reuniré con su grupo en cuanto pueda. Una palabra, una mirada me bastarán para comprender si debo ir a casa de su padre esta noche o nunca”.
Jane Austen (Persuasion (Spanish Edition))
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
 Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
 Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo,
me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto,
no solamente mi cuerpo, sino mi alma. 
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. 
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él sólo aprendiese a volar. 
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombre. He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo. Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes. Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré. El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “lo siento,” “perdóname”, “por favor,” “gracias” y todas las palabras de amor que conoces. Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.
Gabriel García Márquez
No pudo seguir hablando. Sacudió la cabeza y siguió caminando, alejándose de todos. Necesitaba ir a su casa, comprobar por sí mismo que aquello no era una maldita pesadilla, y después buscar un rincón lo suficientemente oscuro para hacerse un ovillo y llorar como un niño. Pasó varios días completamente hundido. Comía porque su madre se preocupaba de llevarle una bandeja, y se quedaba allí hasta que él terminaba. No salía para nada. Se pasaba las horas sentado, con la espalda apoyada contra la pared, con la cadena que Rura había llevado alrededor de su cuello asida con fuerza entre sus manos. Era lo único que le quedaba de ella. A veces, cuando el sueño lo vencía y se hundía en ese estado de duermevela en que uno no está ni dormido ni despierto, le parecía oír su voz, fustigándolo con algún comentario mordaz. Entonces se levantaba como un resorte y apartaba la cortina de un manotazo, con el corazón latiéndole como timbal desenfrenado y el estómago burbujeando de ansiedad. Pero la otra habitación seguía estando tan vacía como cuando llegó, y volvía a su rincón, hundido y desesperado. Otras veces, cuando sucumbía al cansancio y acababa durmiendo profundamente, soñaba con ella. La veía tumbada y sonriente, con los brazos extendidos, invitándolo a unirse con ella. En esos sueños le hacía el amor con una ternura que lo hacía llorar, y siempre le susurraba al oído aquellas palabras que nunca se había atrevido a decir en voz alta. ¡Cómo la echaba de menos! Nunca hubiese creído posible que algo así le sucediera. Ahora comprendía cuando su padre le decía a veces, medio en broma medio en serio, que no era nada sin su madre. Porque él no era nada sin Rura.
Alaine Scott (La princesa sometida (Cuentos eróticos de Kargul #3))
Cada día progresa el delirio con mayor profusión, se desborda. Un día le digo al niño: ¿Y si formamos una gran familia con mi marido y mi mujer, contigo también? Río con mi travesura. Me emociona vivir con un arado en una mano y una antorcha en la otra. Hago experimentos imaginarios con combinaciones peligrosas. Construyo una pequeña bomba. Le propongo jugar, entrar al poliamor, pero lo hago incumpliendo todas sus reglas. Y estos días a su lado se convierten en una sucesión de breves reflexiones sobre todo lo que no seremos, nuestra diferencia de edad, los límites de la distancia geográfica, lo sexy de la imposibilidad. Él es un recién llegado, mientras yo juego a qué sucedería si dejara por él todo lo que me ha costado años poner en pie. Como estar casado y pedirle matrimonio a alguien, que fue exactamente lo que hizo mi padre. Sé que no lo haré nunca. Que solo estoy esperando que sea real para él para quitarme la máscara y enseñarle la cámara escondida. Y aun así, sin convicción, tejo el vínculo defectuoso entre nosotros, tiro de la lana del ovillo, de la seda pegajosa, el mismo puente que suelo construir “entre mi subjetividad y el resto del mundo, para hacerlo lidiar también a él con mis inseguridades. Pobre, lo hago responsable de mí. Me paso horas mostrando incredulidad ante sus sentimientos imberbes, que no son exagerados y dolientes como los míos, y por eso me saben a poco. No cae en mi trampa. Peleamos mucho y eso me hace sentir más cerca, más comprometida. Jugamos a la fidelidad dentro de la infidelidad, como mi papá con su amante: «Si al volver lo haces con otro que no sea Jaime te jodes». Otra vez descubro cómo me enganchan del amor sus formas reconocibles, tóxicas. Juego a que es verdad, pero en realidad hay en este ejercicio más verdad sobre mí que juego. Una constatación aún más terrible. Y como en toda relación inesperada, hay un gran componente de narcisismo.
Gabriela Wiener (Huaco retrato)
Es indudable y evidente que no son cristianos si creemos lo que ha dicho el Señor: los cristianos viven en santidad, ellos viven en iniquidad; los cristianos aman a Dios, ellos aman al mundo; los cristianos son humildes, ellos son orgullosos; los cristianos son amables, ellos son impulsivos; los cristianos tienen el sentir que hubo también en Cristo Jesús,19 ellos están muy lejos de alcanzarlo. Por lo tanto son tan cristianos como son arcángeles. Sin embargo, creen que lo son y pueden presentar numerosas razones para probarlo. En primer lugar, durante toda su vida los han llamado así, y fueron bautizados hace muchos años; han adoptado «las ideas cristianas», comúnmente llamadas fe cristiana o católica; usan «formas de culto cristianas», como lo hicieron sus padres antes que ellos, y, finalmente, viven una «buena vida cristiana» al igual que el resto de sus vecinos. ¿Quién, entonces, se atreverá a pensar o decir que estas personas no son cristianas? Sin embargo, no tienen un ápice de auténtica fe en Cristo o de verdadera santidad interior. ¡Jamás han experimentado el amor de Dios o fueron hechos partícipes del Espíritu Santo!20 17. ¡Pobre gente! No hacen otra cosa que engañarse a sí mismos. Ustedes no son cristianos; son entusiastas en grado sumo. Me podrán decir: «Médico, cúrate a ti mismo».21 De acuerdo, pero primero deben conocer qué enfermedad tienen. Toda su vida se reduce al entusiasmo, en el sentido de que viven imaginando que recibieron la gracia de Dios cuando no es así. Como consecuencia de este tremendo error, continúan equivocándose día tras día, hablando y actuando bajo una apariencia que en verdad no les pertenece. De aquí surge esa incoherencia tan palpable y visible que atraviesa todas sus acciones, y que es una extraña mezcla de paganismo real y cristianismo imaginario. Sin embargo, como tienen a la gran mayoría de su lado, guiándose por los números siempre podrán argumentar que son las únicas personas en su sano juicio, y que son dementes quienes no compartan sus ideas. Pero esto no altera la verdadera naturaleza de las cosas. Ante los ojos de Dios y de sus ángeles, y aun ante los hijos de Dios en la tierra, ustedes no son otra cosa que dementes, entusiastas nada más.
Justo L. González (Obras de Wesley, Tomo I-II)
Creo que debería empezar a trabajar un poco, ahora que aprendo a ver. Tengo veintiocho años y no me ha ocurrido prácticamente nada. Recapitulemos: he escrito un estudio malo sobre Carpaccio, una obra de teatro que se titula Matrimonio y trata de demostrar una tesis falsa con medios ambiguos, y algunos versos. Ay, pero los versos valen tan poco, cuando se los escribe de joven. Uno debería esperar y dedicar toda una vida a atesorar sentido y dulzura, una vida larga, a ser posible, y entonces, al término de la misma, quizá fuera capaz de escribir diez versos que merecieran la pena. Y es que, contrariamente a lo que cree la gente, los versos no son sentimientos (éstos se tienen ya en la primera juventud): son vivencias. Para dar a luz un solo verso hay que haber visto muchas ciudades, hombres y cosas, hay que conocer los animales, hay que sentir cómo vuelan las aves y saber con qué ademán se abren las flores pequeñas al amanecer. Hay que ser capaz de recordar caminos de regiones desconocidas, encuentros inesperados y separaciones que se veían venir de lejos; días de infancia aún por aclarar, a los padres a los que no podíamos evitar ofender cuando nos traían una alegría que nosotros no entendíamos (era una alegría destinada a otro); las enfermedades infantiles que aparecían de un modo tan extraño y experimentaban tantas transformaciones profundas y graves, días pasados en estancias tranquilas y recogidas, y mañanas junto al mar, el mar en general, los mares, las noches de viaje que pasaban altas y como una exhalación y volaban con todas las estrellas; y ni siquiera basta con ser capaz de pensar en todo esto. Hay que haber conservado el recuerdo de muchas noches de amor, ninguna de las cuales se parece a la otra, de gritos de parturientas y de mujeres que acaban de dar a luz y, aligeradas, blancas y durmientes, se cierran. Pero también hay que haber asistido a moribundos, estado con muertos en habitaciones con la ventana abierta y ruidos esporádicos. Y tampoco basta con tener recuerdos. Hay que saber olvidarlos, si son muchos, y tener la enorme paciencia de esperar a que regresen. Porque los recuerdos en sí todavía no existen. Solo cuando se tornan sangre en nosotros, cuando se convierten en mirada y gesto, cuando se hacen indecibles y no pueden distinguirse ya de nosotros, solo entonces puede suceder que, en un momento rarísimo, brote en su centro y emane de ellos la primera palabra de un verso.
Rainer Maria Rilke (Los apuntes de Malte Laurids Brigge (Alba Clásica) (Spanish Edition))
Las letanías de Satán Oh, tú, el más sabio y bello de los ángeles, Dios traicionado por el destino y de alabanzas privado, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Oh, Príncipe del exilio, a quien se ha agraviado, y que, vencido, siempre más poderoso vuelves a levantarte, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que todo lo sabes, gran Rey de las cosas subterráneas, tú, familiar sanador de las angustias humanas, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que, hasta a los leprosos y los parias malditos, enseñas mediante el amor el sabor del Paraíso, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Oh tú que de la Muerte, esa amante vieja y poderosa, engendras la Esperanza, esa adorable loca, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que das al condenado esa mirada en torno al cadalso que, arrogante y serena, a todo un pueblo condena, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que sabes en qué rincón de las tierras ansiosas el celosos Dios ocultó sus piedras preciosas, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú cuya clara mirada conoce los profundos arsenales en donde duerme amortajado el pueblo de los metales, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú cuya extendida mano oculta los precipicios al sonámbulo que vaga al borde de los edificios, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que, mágicamente, haces flexibles los viejos huesos del borracho rezagado al que los caballos atropellaron, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que, para consolar al frágil que sufre, nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que pones tu marca, oh cómplice sutil, en la frente del Creso despiadado y vil, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que pones en el corazón de las muchachas el culto a las heridas y el amor a los harapos, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Báculo del desterrado, lámpara del inventor, confesor del ahorcado y del conspirador, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Padre adoptivo de aquellos a quienes, en su negra cólera, Dios padre del Paraíso terrenal expulsó, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Oración ¡Gloria y alabanza a ti, Satán, en las alturas del Cielo, donde reinas, y en las profundidades del Infierno, donde, vencido, en silencio sueñas! ¡Haz que mi alma un día, bajo el árbol de la Ciencia, cerca de ti descanse, en la hora en que sobre tu frente como un Templo nuevo sus ramas se extiendan!
Charles Baudelaire (Les Fleurs du Mal)
La tradición del islam místico comparte esta misma convicción. Me gustaría relatarle algo tomado de la leyenda dorada de los santos musulmanes. Un día, Suturá, una buena mujer, fue a visitar a Tierno Bokar, el sabio de Bandiagara: esta aldea de Mali está situada en la meseta del mismo nombre, rodeada de altos acantilados al pie de los cuales viven los dogon, pueblo famoso por su arte austero, su compleja cosmogonía y su hondo sentido de la trascendencia. «Tierno –le dijo Suturá–, estoy muy irritable. Me molesta hasta lo más insignificante. Querría recibir de ti una bendición o una oración que me haga dulce, amable y paciente». No había acabado de hablar cuando su hijo, un niño de tres años que estaba esperándola en el patio, agarró una tabla y le dio un golpe en la espalda. Ella miró al niño, sonrió y, atrayéndolo hacia ella, dijo dándole un cachete cariñoso: «¡Qué niño más malo! Mira cómo trata a su madre…». «Si tan irritable estás, ¿por qué no te enfadas con tu hijo?», le preguntó Tierno Bokar. «Si no es más que un niño –contestó Suturá–. No sabe lo que hace. Con un niño de esta edad no hay quien se enfade». «Vete a casa, querida Suturá –le dijo Tierno– y, cuando alguien te irrite, acuérdate de la tabla y piensa: “Tenga los años que tenga, esta persona está actuando como un niño de tres años”. Sé indulgente: puedes hacerlo, ya que acabas de serlo con tu hijo cuando te ha dado ese golpe. Obra así y no volverás a enfadarte. Vivirás feliz y te sentirás mejor. Las bendiciones que desciendan sobre ti serán mucho mayores que las que puedas recibir de mí: serán las bendiciones de Dios y del propio Profeta. Quien soporta y perdona una ofensa –continuó– se parece a una de esas grandes ceibas que ensucian los buitres al posarse en sus ramas. El aspecto repugnante del árbol solo dura una parte del año. Todos los inviernos Dios envía unos cuantos chaparrones que lo limpian de la copa a las raíces y lo revisten de un nuevo follaje. Procura prodigar el amor que sientes por tu hijo a todas las criaturas de Dios. Porque Dios quiere a sus criaturas como un padre a sus hijos. Entonces llegarás a lo más alto de la escala, allí donde, gracias al amor y la caridad, el alma solo ve y valora la ofensa para perdonarla mejor». Las palabras de Tierno supusieron tanto para Suturá que, a partir de ese día, consideró hijos suyos a todos los que la ofendían y no les respondió más que con dulzura, amor y una paciencia silenciosa y sonriente. Tanto cambió que, al final de su vida, la gente decía: «Paciente como Suturá». Nunca más hubo nada capaz de enfadarla. Cuando murió, se la consideraba prácticamente una santa.
Robert Sarah (La fuerza del silencio)
Que no se objete que el cristianismo ordena a los niños a amar a sus padres, a los padres a amar a sus hijos, a los esposos a feccionarse mutuamente. Sí, les manda eso, pero no les permite amarlo inmediata, naturalmente y por sí mismos, sino sólo en dios y por dios; no admite todas esas relaciones actuales más que a condición de que dios se encuentre como tercero, y ese terrible tercero mata las uniones. El amor divino aniquila el amor humano. El cristianismo ordena, es verdad, amar a nuestro prójimo tanto como a nosotros mismos, pero nos ordena al mismo tiempo amar a dios más que a nosotros mismos y por consiguiente también más que al prójimo, es decir sacrificarle el prójimo por nuestra salvación, porque al fin de cuentas el cristiano no adora a dios más que por la salvación de su alma. Aceptando a dios, todo eso es rigurosamente consecuente: dios es lo infinito, lo absoluto, lo eterno, lo omnipotente; el hombre es lo finito, lo impotente. En comparación con dios, bajo todos los aspectos, no es nada. Sólo lo divino es justo, verdadero, dichoso y bueno, y todo lo que es humano en el hombre debe ser por eso mismo declarado falso, inicuo, detestable y miserable. El contacto de la divinidad con esa pobre humanidad debe devorar, pues, necesariamente, consumir, aniquilar todo lo que queda de humano en los hombres. La intervención divina en los asuntos humanos no ha dejado nunca de producir efectos excesivamente desastrosos. Pervierte todas las relaciones de los hombres entre sí y reemplaza su solidaridad natural por la práctica hipócrita y malsana de las comunidades religiosas, en las que bajo las apariencias de la caridad, cada cual piensa sólo en la salvación de su alma, haciendo así, bajo el pretexto del amor divino, egoísmo humano excesivamente refinado, lleno de ternura para sí y de indiferencia, de malevolencia y hasta de crueldad para el prójimo. Eso explica la alianza íntima que ha existido siempre entre el verdugo y el sacerdote, alianza francamente confesada por el célebre campeón del ultramontanismo, Joseph de Maistre, cuya pluma elocuente, después de haber divinizado al papa, no dejó de rehabilitar al verdugo; uno era en efecto el complemento del otro.
Mikhail Bakunin (God and the State)
Cuando el Hijo del Padre bajó a la tierra, trajo el Amor. Pero como la Humanidad sólo podía entender el Amor con sufrimiento y sacrificios, terminaron por crucificarlo. De no haber sido así, nadie creería en su amor.
Paulo Coelho (The Pilgrimage)
«Ideale se calló. Miró al hermano, y finalmente entendió que su mirada, en aquella tarde, durante sus conversaciones no estaba, como había creído, lleno de la pasión por la política y los argumentos que debatían. Lo miró y vio en sus ojos la misma luz de amor que había visto en los ojos del padre, y pensó en cómo dan vuelta las cosas y vuelven a ser iguales y diferentes, ya que el tiempo nos las restituye con su proceder en espiral.» p. 166 [edición italiana].
Ugo Riccarelli (Il dolore perfetto)
Durante los primeros días no había quien la consolase. No quería mirar a Carson ni tenerlo en brazos. Robert la acunaba por las noches y besaba su eterno mar de lágrimas mientras el bebé dormía. "Te quiero, Willie", susurraba, y a veces ese amor también dolía y la hacía llorar aún más, porque le costaba creer que aún quedasen cosas buenas en el mundo cuando sus padres ya no estaban en él.
Yaa Gyasi (Homegoing)
La mayor herencia que un padre puede dejarle a un niño es el recuerdo de su amor. El resto de los regalos palidecen frente al vestigio de la huella indeleble de un profundo afecto.
Ignacio Novo
Queridos hermanos y hermanas, al leer esta narración, cada uno de nosotros está llamado a comprender que en la oración de petición al Señor no debemos esperar una realización inmediata de aquello que pedimos, de nuestra voluntad, sino más bien encomendarnos a la voluntad del Padre, leyendo cada acontecimiento en la perspectiva de su gloria, de su designio de amor, con frecuencia misterioso a nuestros ojos. Por ello, en nuestra oración, petición, alabanza y acción de gracias deberían ir juntas, incluso cuando nos parece que Dios no responde a nuestras expectativas concretas. Abandonarse al amor de Dios, que nos precede y nos
Pope Benedict XVI (La oración de Jesús (Documentos MC) (Spanish Edition))
Ayuno Nuestra Señora casi siempre menciona la oración cuando habla del ayuno. Ambos están vinculados. El ayuno debe siempre ir acompañado de la oración. «Es importante saber que cuando rezamos y ayunamos, es para abrirnos a Dios y a lo que Dios nos da», decía el padre Slavko. «Con frecuencia, cuando la gente reza y ayuna, se convierte en un intercambio. Rezamos y ayunamos, así que esperamos obtener algo a cambio. Cuando no obtenemos aquello por lo que rezamos y ayunamos, dejamos de rezar. Es importante seguir abiertos a recibir lo que Dios quiere darnos. Las gracias llegan cuando nos mantenemos abiertos por medio de la oración y el ayuno». El ayuno al que nos invita Nuestra Señora es para abrir nuestro corazón. Cuando ayuno, me demuestro a mí misma que soy dueña de mi propio cuerpo. Aunque parece un sacrificio pequeño, le estoy demostrando a Dios que haré cualquier cosa por Él. También el ayuno fortalece mi oración. «El amor inmenso de Dios me envía para conduciros a la salvación. Dadme vuestros corazones sencillos, purificados por la oración y el ayuno. Solo en la simplicidad de vuestros corazones está vuestra salvación» (2 de septiembre de 2007). «Hoy os llamo con la oración y el ayuno a despejar el camino por el cual mi Hijo entrará en vuestros corazones» (2 de junio de 2010). «No os resistáis a la esperanza ni a la paz. Con vuestra oración y vuestro ayuno, por medio de Su cruz, mi Hijo desbaratará la oscuridad que quiere rodearos y dirigiros. Él os dará la fuerza para una nueva vida» (2 de marzo de 2013). «Hijos míos, rezad y ayunad para que podáis entender todo lo que estoy pidiendo de vosotros» (2 de diciembre de 2013). «Deseo que ayunando y rezando obtengáis del Padre celestial el conocimiento de lo que es natural y santo, divino» (2 de febrero de 2014). Nuestra Señora nos pide ayunar los miércoles y los viernes. La mejor forma de ayunar, dice, es a pan y agua. De esta forma, renunciamos al placer de comer y beber sin privar de sustento a nuestros cuerpos. El padre Stanko Ćosić, joven sacerdote que ejerce su ministerio en Medjugorje, dice: «Solo en el desierto puedes saborear el pan y el agua».
Mirjana Soldo (Mi Corazón Triunfará (Spanish Edition))
Las personas con alta autoestima –afirma Epstein– llevan, en efecto, en su interior un padre orgulloso de los éxitos de su hijo y tolerante con sus fracasos. Esta clase de individuos tiende a tener una visión optimista de la vida y es capaz de tolerar el estrés sin llegar a sentirse excesivamente ansiosa. Y aunque pueden desilusionarse y deprimirse ante experiencias puntuales, las personas con una adecuada autoestima se recuperan rápidamente, del mismo modo que lo hacen los niños que están seguros del amor de su madre.
Daniel Goleman (El punto ciego: Psicología del autoengaño)
¿Te das cuenta de lo que está enseñando Jesús? Ninguno de los dos hijos amaba al padre. Ambos querían usarle para sus propios fines egoístas y no amarle, ni disfrutar de él ni servirle por amor a él. Esto muestra que puedes rebelarte en contra de Dios y estar lejos de él por romper las reglas o bien por cumplirlas todas con esmero. Es un mensaje impactante: una obediencia cuidadosa a la ley de Dios puede convertirse en una estrategia de rebelarse contra Dios.
Timothy J. Keller (El dios pródigo: El redescubrimiento de la esencia de la fe cristiana)