Amiga Del Alma Quotes

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parecer no me falta nada, salvo la amiga del alma. Con
Anne Frank (Diario de Anne Frank (Spanish Edition))
Tengo a mis parientes, a mis tías, que son muy buenas, y un buen hogar. Al parecer no me falta nada, salgo la amiga del alma.
Anne Frank (Anne Frank Diario)
¿Por qué habríamos de ser más severos que Cristo? ¿Por qué, ateniéndonos obstinadamente a las opiniones de este mundo que se cree duro para que lo crean fuerte, rechazaríamos con él a las almas que sangran a veces por heridas de las cuales, como la sangre mala de un enfermo, sale el mal de su pasado, y que solo esperan que una mano amiga las cuide y les devuelva la convalecencia del corazón?
Alexandre Dumas fils (La dame aux camélias)
Siempre quise a Paulina. En uno de mis primeros recuerdos, Paulina y yo estamos ocultos en una oscura glorieta de laureles, en un jardín con dos leones de piedra. Paulina me dijo: Me gusta el azul, me gustan las uvas, me gusta el hielo, me gustan las rosas, me gustan los caballos blancos. Yo comprendí que mi felicidad había empezado, porque en esas preferencias podía identificarme con Paulina. Nos parecimos tan milagrosamente que en un libro sobre la final reunión de las almas en el alma del mundo, mi amiga escribió en el margen: Las nuestras ya se reunieron. ''Nuestra'' en aquel tiempo, significaba la de ella y la mía.
Adolfo Bioy Casares (La trama celeste)
Eres mi corazón, mi alma, mi igual. Ves la luz en mí cuando estoy perdido en la oscuridad. Cuando tengo frío y estoy distante, eres tan cálido como el sol del otoño y me bañas en tu resplandor. Si yo soy la noche, entonces ustedes son las estrellas que iluminan mi oscuridad infinita. Mi mejor amiga, el amor absoluto de mi vida, ahora hasta siempre, te llamo mi esposa.
Kerri Maniscalco (Capturing the Devil (Stalking Jack the Ripper, #4))
«El que adora se asoma a Dios.» O lo que es lo mismo: el que adora se asoma a la nitzutz. Adorar es descubrir que «viajamos» juntos. Se trata de la máxima expresión de la inteligencia humana. Sólo adoran los sabios; es decir, los que han «despertado», los que no dudan en empezar de nuevo, constantemente. Sólo adoran los que empiezan a saber algo de sí mismos… Y comprendí: yo jamás había adorado a Dios. Confundí al Padre con la religión. Adorar, en realidad, es un simple y bellísimo gesto de gratitud. Es lo menos que se debe ofrecer al que nos ha imaginado. Entonces, al arrodillar el alma, Él te levanta a la altura de sus ojos. Jamás, como criatura humana, podrás estar tan próxima al poder y a la fuerza. Es el instante sagrado que bauticé, acertadamente, como «principio Omega». Al adorar, al abandonarse a la voluntad del Padre, el alma entra en la edad de oro. Y repitió: la creación se enciende a nuestro favor. Ya nada es lo mismo. La primitiva criatura humana se ha declarado amiga del Número Uno. ¿A qué más puede aspirar un Dios?
J.J. Benítez (Jordán. Caballo de Troya 8 (Spanish Edition))
Ya es la hora, Jani Mun, me decía. Esto significa amiga del alma en persa,
Malala Yousafzai
Cual de todas soy…! Soy una mujer, una niña interna, una abuela sabionda. El mar embravecido pidiendo amor a gritos. La lengua que no tiene descanso en su andar diario guiando a sus hijos. Aquella que con el tiempo aprendió que la prudencia es necesaria para sobrevivir en estos campos. Soy esa mujer que no deja de soñar, ni de sentir. Soy el Tocororo enamorado que aunque pasen muchos años sigue allí sin perder su raíz. Soy una mujer que se equivoca. Que se ha caído mil veces y aun alza su frente con orgullo. Haciendo más fuerte su andar. Sirviendo de ejemplo a los hijos que supo engendrar. Soy una mujer que ha llorado hasta derramar su alma en un canto. Que ha perdido su nido en un torbellino y lo ha vuelto a armar porque ha tenido fuerzas para luchar. Soy un vientre de mujer, soy el ovulo fecundado. El esperma que ha llegado para engendrar lo más bello que existe y que se crea dentro de mí. Soy un pujo en el ocaso dando al mundo un nuevo ser. Soy una mujer, un papalote de sueños. El mes de marzo lleno de amor. Una barca en alta mar luchando con las olas en su vaivén peculiar. Hasta podría ser una princesa, un hada encantada, una gaviota extraviada. Soy una mujer en un beso una luciérnaga que vuela sobre mares y montañas buscando el amor entre tanta soledad. Y me preguntas tú, cual de todas soy….? Soy una mujer, una niña interna, una abuela sabionda. Soy la mujer, la amiga, la hermana, la madre, una fragancia empedernida. Unos pechos que amantan el sabor del nuevo día.
Melba Merced Almeida
¿Cómo se mata a una niña? Estos días pienso en ti. Imagino que eres la reencarnación de Dolores Cacuango o una poeta de pelo largo y canoso que canta punk junto a una banda y recita «Holy» de Allen Ginsberg con los brazos extendidos. ¡Santa la sobrenatural extrabrillante inteligente bondad del alma! No imagino tu muerte, ni la del resto de personas bondadosas a las que amo. Son demasiadas pérdidas acumuladas. Tampoco pienso mucho en la mía, pero la posibilidad real ha surgido. ¿Qué se hace con la muerte de una misma cuando todavía se está terriblemente viva, querida amiga?
Mafe Moscoso (La santita)
Tiempo, enigmático concepto. En su infinito recorrido lleva a cuestas cada suceso que el mundo ha podido entregarle. Le atribuyen el apelativo de «la cura del alma» para cuando la tristeza ansía convertirse en tu mejor amiga. Se adueñó del reloj para que podamos tener algo tangible con lo que seamos capaces de entender su importancia.
Jean Gómez Ramirez (Las lunas de Júpiter (Las lunas de Alyntux nº 1))
Lo cierto es que, aunque discrepaban a menudo, eran amigas del alma. Ambas tenían mucho en común, compartían corazón y valores importantes. Se permitían ese espacio para la diferencia de opiniones y la discrepancia por la confianza absoluta que tenían la una en la otra. Es más, su relación era auténtica y ninguna de las dos se escondía o fingía ser quien no era. Por consiguiente, una opinión discrepante no era motivo de enfado sino de más acercamiento. Cada vez que discutían se sentían más próximas la una a la otra, era como si más hebras se hubiesen entretejido en el mantón que conformaba su amistad.
Rosetta Forner (La danza del amor de las hadas (NO FICCIÓN) (Spanish Edition))
Los diez secretos del Amor abundante: Cómo crear amor en tu vida. Elige pensamientos llenos de amor. Aprende a respetar a los demás y a ti mismo. Céntrate en lo que puedes dar en vez de en lo que puedes tomar. Para hallar amor, primero encuentra un amigo. Abraza a la gente. Abre tus brazos y tu corazón. Deja ir los temores, los prejuicios y los enjuiciamientos. Expresa tus sentimientos. Muestra capacidad de compromiso: haz que el amor sea tu prioridad número uno. Vive con pasión. Confía en los demás; confía en ti mismo y en la vida. Los diez secretos del Amor abundante: Cómo reconocer a tu alma gemela ¿Tiene las características físicas, emocionales, intelectuales y espirituales que precisas en una pareja? ¿La respetas? ¿Qué puedes ofrecerle tú para satisfacer sus necesidades? ¿Es tu mejor amigo o amiga? ¿Tenéis las mismas metas y objetivos, compartís un mismo sistema de valores y creencias? Cuando os abrazáis, ¿sientes que pertenecéis el uno al otro? ¿Os dais espacio y libertad para seguir creciendo y aprendiendo? ¿Podéis hablar el uno con el otro abiertamente y con toda sinceridad? ¿Estás realmente comprometido o comprometida con la relación? ¿Sientes pasión por él o por ella y por vuestra relación? ¿Es ella o él lo más importante de tu vida? ¿Confiáis plenamente el uno en el otro? Los diez secretos del Amor abundante: Cómo volver a poner amor en tus relaciones Piensa en las necesidades de tu pareja tanto como en las tuyas propias. Aprende a respetar a tu pareja y respétate tú. Pregúntate: «¿Qué respeto de mí?» y «¿qué respeto de mi pareja?». Céntrate en lo que puedes aportar a la relación en vez de en lo que crees que puedes sacar de ella. Haz de tu pareja tu amigo o amiga. Compartid intereses y buscad aficiones comunes. Abraza y toca a tu pareja con cariño. Ábrele tus brazos. Olvida el pasado y perdona. Empieza de nuevo. Expresa tus sentimientos abiertamente y con sinceridad. Comprométete en la relación. Sitúa a tu pareja en el número uno dentro de tu lista de prioridades. Recrea la pasión en tus relaciones. Aprende a confiar en tu pareja y en tu relación. Actúa como si fuese a durar para siempre.
Adam J. Jackson (LOS DIEZ SECRETOS DEL AMOR ABUNDANTE (2012) (Spanish Edition))
«¿Y a mí qué me importa que se casen o se dejen de casar o que ella sea como Dios quiere?». Su alma se inundaba de tolerancia; pero no quería dar su brazo a torcer ni manifestarse vencida, por lo cual esperaba que su marido cediera antes para hacerlo después ella afectando obediencia y resignación. El gran Thiers, en tanto, después de pesar en su mente las ventajas del viaje, miraba a su esposa como deseando que de ella partiese la iniciativa de conciliación. Era como cuando dos están enojados y ninguno quiere ser el primero en romper el hielo y hablar de paces. Rosalía se acostó, segura de que Bringas, a la mañana siguiente, se mostraría inclinado a aceptar la invitación de su primo. Ya sabía ella lo que tenía que decir. Primero, mucha ira, mucha protesta de dignidad, mucha palabrería contra Amparo y Agustín, después una serie de modulaciones de transición. Ella (Rosalía) acostumbraba no hacer caso de sí propia y sacrificar su gusto al gusto de los demás… Por sus hijos estaba dispuesta a hacer todo género de sacrificios y a pasar sonrojos y humillaciones. Era evidente que Isabelita necesitaba baños de mar y Alfonsito también… Ante esta necesidad, los gustos de ella, sus escrúpulos, no tenían ningún valor. En una palabra, si Bringas opinaba que debían ir, ella cerraría los ojos y… Pero contra lo que esperaba, el cominero no habló una palabra de viaje a la mañana siguiente. Levantose tarareando y parecía olvidado del asunto. En vano Rosalía le pinchaba, echando pestes contra los baños de los Jerónimos y quejándose de un calor mortífero. Él no decía más sino: «Para lo que queda ya… Desde el 15 empezará a refrescar». Con esto se desesperaba Rosalía. Aguardó hasta la tarde, impaciente y llena de ansiedad, y viendo que el ratoncito Pérez no mentaba para nada al tal Arcachón, aventurose a decir: —Pero en fin, ¿qué contestas a Agustín? Yo te diré que por mi parte, aunque me repugna vivir con esa gente… ya ves, por los niños… —¡Qué niños ni qué ocho cuartos! Están muy buenos… —exclamó Bringas agitando el sombrero de paja, como si fuera a dar un viva—. Si los baños del Manzanares son los mejores del mundo… Mira qué colores ha echado la niña. Alfonsito parece un roble… Cada vez me río más de los tontos que se van fuera… Y no creas, anoche he estado pensando en eso… Digan lo que quieran, siempre hay gastos. Tendríamos billetes gratis hasta la frontera; ¿pero de la frontera para allá? —Si no son más que doscientos treinta kilómetros —dijo con gran espontaneidad Rosalía, que había alimentado su ilusión leyendo la Guía de ferrocarriles. —Sean pocos o muchos, esos kilómetros nos habrían de salir caros. Además, ¿cómo ir sin llevarles un regalo? ¿Te parece bien entrar en su casa con las manos vacías?… Luego, otros gastos… Resueltamente no vamos. Desde el 15 ya refresca. Observa cómo van achicando los días. Anoche ya la temperatura fue más suave… No nos movamos, hija, que bien nos va en Madrid. Oyó esto Rosalía con vivo enojo; pero su misma soberbia le vedaba contradecirlo. Callose; y en el pecho le hacían revoltijos las culebrillas de su ilusión desvanecida. Ya se había acostumbrado a la idea de encontrar a las amigas en la estación de San Sebastián y darles con Arcachón en los hocicos, de poner en sus cartas la data de Arcachón, y por fin, de Arcachonizarse para todo el otoño e invierno próximos.
Benito Pérez Galdós (La de Bringas)