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Los GE trabajan de muchas maneras, nuestra tarea más común era identifi car países que tenían recursos codiciados por nuestras empresas. Luego, seducíamos, sobornábamos y extorsionábamos a sus dirigentes para que explotasen a su propia gente, aceptando préstamos que esos países nunca podrían devolver, privatizando sus activos nacionales y por último vendiendo a precios de saldo a nuestras empresas esos ansiados recursos. Cuando los dirigentes se resisten, son derrocados o asesinados por chacales de la CIA. Tuvimos tanto éxito en el Tercer Mundo que nuestros jefes nos mandaron aplicar las mismas estrategias en Estados Unidos y el resto del planeta. El resultado es una forma insostenible de capitalismo que ha desatado la actual crisis económica […]. La fi losofía que rige este tipo particular de capitalismo es una absoluta creencia en la privatización de recursos, la concesión de poderes sin trabas a los ejecutivos de las empresas, y el fomento de una deuda tan extrema que tiene como resultado las modernas formas de esclavitud, tanto para los países como para los individuos. Por lo general, nuestras empresas identifi caban un país que poseía algo que ellas codiciaban –recursos que consideraban vitales o porciones estratégicas de bienes inmuebles–. Luego llegaban los GE para convencer a los dirigentes de ese país de que lo que necesitaban eran préstamos ingentes del Banco Mundial y sus organizaciones hermanas; sin embargo, el dinero, se informaba a los dirigentes, no sería distribuido directamente a su país, sino que sería entregado a las grandes empresas estadounidenses para que construyeran proyectos de infraestructura, tales como centrales eléctricas, puertos y parques industriales. “Todo eso les benefi ciará a ustedes –les decían a los dirigentes – y sus ‘amigos’”, las pocas familias poderosas locales que poseían negocios que prosperaban con electricidad, exportación y artículos manufacturados. Lo que no les decíamos era que los principales benefi ciarios serían nuestras propias compañías, las que construían los proyectos. Al cabo de pocos años, los GE regresaban al país. […] “Parece que están a punto de retrasarse en el pago de esos enormes préstamos que aceptaron.” […] “No se preocupen. Lo que tienen que hacer es vender su petróleo, o cualquier otro recurso, barato a nuestras empresas; anular las leyes laborales y medioambientales que nos plantean problemas; aceptar no imponer nunca aranceles a las mercancías de Estados Unidos; aceptar las barreras arancelarias que queremos aplicar a nuestros productos; privatizar sus servicios públicos, escuelas y otras instituciones públicas y venderlas a nuestras empresas” […]. Es un sistema que funcionó bajo el subterfugio y la astucia económica de personas que se mueven entre las corporaciones y el gobierno de los Estados Unidos […]. Al más alto nivel, no hay separación entre las personas que dirigen nuestras grandes empresas y quienes se encargan de gobernarnos
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