Ocioso Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Ocioso. Here they are! All 50 of them:

Terminé por encontrar sagrado el desorden de mi espíritu. Permanecía ocioso, presa de pesada fiebre: envidiaba la felicidad de las bestias —las orugas, que representan la inocencia de los limbos, los topos ¡el sueño de la virginidad!
Arthur Rimbaud (A Season in Hell)
Se conhecessem o ser humano, saberiam que o gaguejar envergonhado de um rapaz conta uma história mais verdadeira que nossa ousada eloquência.
Jerome K. Jerome (Devaneios ociosos de um desocupado)
Huye de la ciudad... Pobres maldades, misérrimas virtudes y quehaceres de chulos aburridos, y ruindades de ociosos mercaderes.
Antonio Machado (Poesía completa (Spanish Edition))
Tenso e ocioso desfrutando tamanha declaração de amor, morte e timbre não titubeio ao convidar vossa mão e também corpo inteiro para um seduzente passeio.
Filipe Russo (Caro Jovem Adulto)
Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso, que eran los más del año, se daba a leer.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha I)
Esto es Singapur y los ricos ociosos pasan todo el tiempo chismorreando sobre el dinero de la gente. Quién tiene cuánto, quién ha heredado tanto, quién ha vendido su casa por cuánto.
Kevin Kwan (Crazy Rich Asians (Crazy Rich Asians, #1))
He optado por una vida simple, con menos cosas materiales y más tiempo ocioso, menos preocupaciones y más diversión, menos compromisos sociales y más amistad verdadera, menos bochinche y más silencio.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
I no em vull referir a aquesta intel·ligència superficial, ornament balder dels esperits ociosos, ans a aquesta intel·ligència profunda i modera que s'aplica, per damunt de tot, a la consecució de coses útils.
Gustave Flaubert (Madame Bovary)
Las tardes muertas, con la perspectiva que da el tiempo, resultaron ser las más vivas de mi existencia. Ellas, para bien o para mal, me hicieron; de aquellas tardes por las que deambulé ocioso, como un fantasma, nací.
Juan José Millás (El mundo)
A masmorra escura. É o teu futuro. A preguiça, o prazer, que precipícios! Não fazer nada, é um lúgubre partido a tomar, sabes? Viver ocioso da substância social! Ser inútil, ou seja, nocivo! Isso conduz directamente ao fundo da miséria.
Victor Hugo (Les Misérables)
¿Por qué ha de distraerte tanto lo que ocurre en el exterior? Dedícate a aprender y deja de vagar y de errar de un lado al otro. Ten cuidado con otras distracciones; son ociosos quienes trabajan y no tienen un objetivo seguro al que dirigir sus deseos.
Marco Aurelio (MEDITACIONES (Spanish Edition))
En el aire transparente parecía que la imaginación se llenara de vida, escapara de las riendas de la razón, y mirar no era poder dejar de verse cayendo al vacío, mientras el cielo y las montañas cambiaban de lugar en un girar lento, mientras el rito le salía a uno de la boca como un globo ocioso, mientras el pelo y las faldas flotaban al viento.
Stephen King (The Shining (The Shining, #1))
ací jau j f va morir com va viure sense ganes
Joan Fuster (Diccionari per a ociosos)
La màxima difusió d'una idea o d'una moda coincideix amb el moment de la seva extinció.
Joan Fuster (Diccionari per a ociosos)
Ser pobre é detalhe sem importância. Ser conhecido por ser pobre é que dói.
Jerome K. Jerome (Devaneios ociosos de um desocupado)
Melhor trabalhar e fracassar do que passar a vida dormindo.
Jerome K. Jerome (Devaneios ociosos de um desocupado)
O amor é como o sarampo, todos sofremos com ele um dia.
Jerome K. Jerome (Devaneios ociosos de um desocupado)
o mundo não é mais uma mera oficina imunda, mas um templo majestoso onde o homem pode orar e onde, às vezes, na meia-luz, suas mãos tateantes tocam as de Deus.
Jerome K. Jerome (Devaneios ociosos de um desocupado)
O inglês típico, sabemos pelo velho cronista Froissart, aprecia seus prazeres com angústia; já a mulher inglesa vai um passo além: é na própria angústia que busca o prazer.
Jerome K. Jerome (Devaneios ociosos de um desocupado)
Aquello que hacemos por placer es más benéfico que lo que hacemos por obligación.
Robert Louis Stevenson (Apología de los ociosos y otras ociosidades)
é preciso um grande homem, alguém que se elevou muito acima das fraquezas humanas para não permitir que nada de seu tempo lhe seja roubado, e segue-se que a vida de tal homem é muito longa porque ele dedicou inteiramente a si mesmo todo o tempo que teve. Não negligenciou seu tempo, tampouco ficou ocioso. Em nenhum momento esteve sob o controle de outro, pois, guardião cioso, não encontrou nada que valesse a pena ser trocado por seu tempo.
Seneca (Sobre a Brevidade da Vida: Edição especial com prefácio de Lúcia Helena Galvão Maya (Portuguese Edition))
Tal vez no sea ocioso recordar que siempre había tratado de ser un buen perro. Había tratado de hacer todas las cosas que su HOMBRE, su MUJER y, sobre todo, su NIÑO le habían pedido o habían esperado de él. Hubiera muerto por ellos, en caso necesario. Jamás había querido matar a nadie. Había sido atacado por algo, posiblemente el destino o la fatalidad o simplemente una enfermedad nerviosa de carácter degenerativo llamada «rabia». El libre albedrío no había intervenido en esto.
Stephen King (Cujo)
é preciso um grande homem, alguém que se elevou muito acima das fraquezas humanas para não permitir que nada de seu tempo lhe seja roubado, e segue-se que a vida de tal homem é muito longa porque ele dedicou inteiramente a si mesmo todo o tempo que teve. Não negligenciou seu tempo, tampouco ficou ocioso. Em nenhum momento esteve sob o controle de outro, pois, guardião cioso, não encontrou nada que valesse a pena ser trocado por seu tempo. Assim, esse homem teve tempo suficiente, mas aqueles cujas vidas foram roubadas pelos negócios com o público, necessariamente tiveram muito pouco.
Seneca (Sobre a Brevidade da Vida: Edição especial com prefácio de Lúcia Helena Galvão Maya (Portuguese Edition))
La mayoría de las redes de cooperación humana se han organizado para la opresión y la explotación. Los campesinos pagaban las redes de cooperación iniciales con sus preciosos excedentes de alimentos, y se desesperaban cuando el recaudador de impuestos eliminaba todo un año de arduo trabajo con un simple movimiento de su pluma imperial. Los famosos anfiteatros romanos solían ser construidos por esclavos, para que los romanos ricos y ociosos pudieran contemplar a otros esclavos enzarzarse en terribles combates de gladiadores. Incluso las prisiones y los campos de concentración son redes de cooperación, y pueden funcionar únicamente porque miles de extraños consiguen coordinar de alguna manera sus acciones.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Defecte, originàriament, deuria voler dir tant com dèficit i només això: una mena o altra de dèficit. La idea de defecte és oposada i simètrica a la 1a idea d’excés: “pecar per defecte o per excés”. Resulta curiós, tanmateix, que, de tota manera, també la majoria dels excessos acostumin a rebre, en el llenguatge usual, la qualificació de defectes. Mancança i sobreabundància són, de vegades, i en termes contradictoris, equivalents.
Joan Fuster (Diccionari per a ociosos)
(...) Lo que este tipo de autores pretende es un capitalismo funcionante, pletórico, en su mejor momento, acumulando a todo gas, sometiendo a nuevos sectores y quehaceres humanos bajo su férula y destruyéndolo todo, desde la naturaleza hasta la condición humana misma, sin olvidar el bien más preciado, la libertad (de conciencia, política y civil). Con él logran un máximo de consumo. Por el contrario, el capitalismo declinante, en crisis y decreciente, les indigna y subleva. Ese es su "anticapitalismo": constituir un orden neo-burgués tan perfeccionado que jamás conozca la crisis, que nunca deje de proporcionar a sus neo-esclavos más y más recursos consumibles, más y más goces del tubo digestivo, más y más barbarie hedonista, más renuncia a ser lo que son, o deberían ser y les gustaría ser, humanos. No es ocioso recordar que una revolución anticapitalista y antiestatal es necesaria también para poner fin a la sociedad de consumo, para reducir de manera drástica el derroche ilimitado, nihilismo consumista y destructividad patológica del actual orden económico y sistema de dominación. Esta es una diferencia sustantiva con los "anticapitalistas" pro-consumo, que se proponen construir "otro" capitalismo que permita consumir aún más, si ello es posible. Con hiper-consumo o con escasez extrema, el capitalismo ha de ser desarticulado y eliminado al completo.
Félix Rodrigo Mora (El giro estatolátrico: Repudio experiencial del Estado de bienestar)
mantienen41 Así pues, un príncipe que tenga una ciudad así de reforzada y que no se haga odiar, no puede ser atacado, y si hubiera alguien que lo atacara, se tendría que replegar avergonzado, porque las cosas del mundo son tan cambiantes que es casi imposible que alguien con sus ejércitos pueda permanecer un año entero, ocioso, en un asedio. Y a quien replique que si el pueblo tiene sus posesiones fuera y las ve arder, no tendrá paciencia, que el largo asedio y la caridad para consigo mismo le harán olvidar al príncipe, le respondo que un príncipe prudente y animoso superará siempre todas esas dificultades, ora dando esperanzas a los súbditos de que el mal no será largo, ora atemorizándolos con la crueldad del enemigo, ora protegiéndose con destreza de los que le parezcan demasiado atrevidos. Además, lógicamente el enemigo incendiará y destruirá el país nada más llegar, cuando los ánimos de los hombres todavía están enardecidos y dispuestos a la defensa; y por eso mismo el príncipe no debe temer nada, porque después de algunos días, con los ánimos enfriados, el daño ya está hecho, son asumidos los males y ya no hay remedio. Y entonces es cuando más se une el pueblo a su príncipe, pareciéndole que éste le está más obligado al haber sido incendiadas sus casas y destruidas sus posesiones por defenderle a él. Es propio de la naturaleza de los hombres el contraer obligaciones tanto por los beneficios que se hacen como por los que se reciben. De aquí que, si se considera bien todo, no le será difícil a un príncipe prudente mantener firmes los ánimos de sus ciudadanos de principio a fin del asedio, siempre y cuando no les falten los medios de subsistencia y de defensa.
Niccolò Machiavelli (EL PRÍNCIPE (Clásicos del pensamiento nº 31) (Spanish Edition))
Porque sabedlo, cristianos, el Corazón de Jesús no está en el Sagrario ni callado ni ocioso
Anonymous
Un ocioso y un gandul son tan diferentes como un gourmet y un glotón.
Anonymous
Estar ocioso es algo que no se comprende en un varón con alma de apóstol
Josemaría Escrivá
És en aquest punt que entra en joc el sistema de preferències al·ludir per fer la distinció inicial. Perquè, donat que la lectura és un solaç [...], cada lector l'orientarà segons les seves necessitats morals o psicològiques. Els uns [...] tractaran de trobar en la literatura un suplement de somn; els altres, un suplement de vida,
Joan Fuster (Diccionari per a ociosos)
És en aquest punt que entra en joc el sistema de preferències al·ludir per fer la distinció inicial. Perquè, donat que la lectura és un solaç [...], cada lector l'orientarà segons les seves necessitats morals o psicològiques. Els uns [...] tractaran de trobar en la literatura un suplement de somn; els altres, un suplement de vida.
Joan Fuster (Diccionari per a ociosos)
«Esta juventud está malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura» (inscripción babilónica de hace más de 4.000 años).
Rosa Jové (Ni rabietas, ni conflictos)
Parece que les debiéramos gratitud a las fuerzas que construyen nuestro patíbulo. Parece que debiéramos gritar “Bienvenido el progreso”, cada vez que surge una nueva tontería o una nueva atrocidad. Si el vértigo de la moda encadena a las juventudes del planeta a una frenética servidumbre; si las ciudades crecen sin control y sin previsión, deslumbrando a los inmigrantes con promesas cada vez más irreales; si para salvar los rendimientos del capital los pesticidas envenenan los campos; si las industrias militares trabajan día y noche para producir cada vez más sofisticados instrumentos de muerte; si transformamos sin reflexión la materia del mundo en sustancias inertes incapaces de volver al ciclo de la naturaleza; si multiplicamos los monstruosos escombros no biodegradables, bienvenido el progreso. Si la técnica y la industria nos imponen un ritmo cada vez más desaforado y urgente en la vida, en el trabajo, en los viajes, en el placer, en la música, un ritmo que excluyó lo divino y que pronto excluirá lo humano, bienvenido al progreso. Si el universo imperativo de los mensajes comerciales invade sin tregua el espacio y la mente; si la escuela sustituye cada vez más la relación viva con el mundo por un discurso autoritario y fósil que usurpa el lugar del conocimiento; si los ociosos inventos de la tecnología nos hacen cada vez más pasivos, más sedentarios y más inmóviles; si la manía de la especialización nos arroja cada vez más inermes en manos de técnicos cada vez más obtusos; si la ciencia explora las entrañas de la realidad y manipula amenazadoramente el universo de los dioses sin respeto y sin escrúpulos, bienvenido al progreso.
William Ospina (Es tarde para el hombre (Literatura y ensayo) (Spanish Edition))
UN LOCO Es una tarde mustia y desabrida de un otoño sin frutos, en la tierra estéril y raída donde la sombra de un centauro yerra. Por un camino en la árida llanura, entre álamos marchitos, a solas con su sombra y su locura va el loco, hablando a gritos. Lejos se ven sombríos estepares, colinas con malezas y cambrones, y ruinas de viejos encinares, coronando los agrios serrijones. El loco vocifera a solas con su sombra y su quimera. Es horrible y grotesca su figura; flaco, sucio, maltrecho y mal rapado, ojos de calentura iluminan su rostro demacrado. Huye de la ciudad... Pobres maldades, misérrimas virtudes y quehaceres de chulos aburridos, y ruindades de ociosos mercaderes. Por los campos de Dios el loco avanza. Tras la tierra esquelética y sequiza —rojo de herrumbre y pardo de ceniza— hay un sueño de lirio en lontananza. Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano! —¡carne triste y espíritu villano!—. No fue por una trágica amargura esta alma errante desgajada y rota; purga un pecado ajeno: la cordura, la terrible cordura del idiota.
Antonio Machado (Campos de Castilla)
El triunfo de AMLO es una respuesta al fracaso de estas reformas estructurales. La derrota política de ese modelo económico en la elección del 2018 es indudable. Es ocioso discutir ahora si fue porque el modelo no funcionó o porque no se implementó bien. Lo que sí sabemos es que la corrupta administración saliente no fue ni siquiera tan económicamente eficaz como prometió. No es que la corrupción fuera el precio a pagar por un alto crecimiento. Fue una alta corrupción con un crecimiento mediocre. El peor de los mundos. Bueno, casi el peor. Ahora la economía está en caída libre, aunque sí, con mucha retórica contra la corrupción.
Carlos Elizondo Mayer-Serra (Y mi palabra es la ley (Spanish Edition))
que una raza progresista entre en posesión de un territorio que haya dormido por largo tiempo en manos de un pueblo ocioso y afeminado”.
Carmen Mc Evoy (La guerra del Pacífico (1879-1883) (Spanish Edition))
La idea de la nada no es la apropiada para la humanidad laboriosa: los atareados no tienen ni tiempo ni ganas de sopesar su polvo; se resignan a las durezas o a las estupideces de la suerte; esperan: la esperanza es una virtud de esclavos. Son los vanidosos, los presumidos y las coquetas, quienes, temiendo las canas, las arrugas y los estertores, llenan su ocio cotidiano con la imagen de su carroña: se miman y se desesperan; sus pensamientos revolotean entre el espejo y el cementerio, y descubren en los rasgos amenazados de su rostro verdades tan graves como las de las religiones. Toda metafísica comienza con una angustia del cuerpo, que llega a ser después universal; de tal suerte que los inquietos por frivolidad prefiguran los espíritus auténticamente atormentados. El ocioso superficial, obseso por el espectro de la vejez, está más cerca de Pascal, de Bossuet o de Chateaubriand que el sabio que no se inquieta por sí mismo
CIORAN E.M.
Hubo un momento hacia el final de la tarde, cuando ya todo el mundo estaba yéndose a la Plaza de Bolívar, que un par de imbéciles de mejor familia le gritaron «¡no tengo plata, amigo!», «¡vaya pues a trabajar!», «¡subversivo de mierda!», «¡agradezca más bien que su ejército lo cuida!». Nunca los había visto por allí. Iba a olvidarlos, por la gracia del Señor, en un par de horas. Y, sin embargo, perdió el control por unos cuantos minutos porque conocía de memoria aquella raza de ciegos a la desgracia de los vecinos, de petulantes, de ociosos, de caritativos, de rateros de cuello blanco, de rezanderos que llegan a misa de siete armados hasta los dientes, de muchachitos repletos de amor propio comprado con tarjeta de crédito por sus papás, de negacionistas de una guerra que según ellos es una fantasía de izquierda, de malparidos que pasan de afán junto a los harapos porque el mundo es así, de alérgicos a las primeras planas de los periódicos nacionales, de convencidos desde muy niñitos de que el pobre es pobre porque quiere, de defensores de la sinvergüencería de los comandantes que ordenan bombardeos y ráfagas caiga quien caiga, de babosos, de traidores bilingües que cambian de acera cuando ven venir a un desmoralizado, de buhoneros de cosas inútiles e invisibles que pueden buscarse en las redes sociales, de silbadores del himno que levantan el pulgar cuando se cruzan con alguna cuadrilla de soldados que algún día serán traicionados por sus superiores, de repugnados que están convencidos de que las víctimas quieren vivir gratis de la gente que ha luchado tanto para salir adelante, de verdaderos profesionales en relativizar el horror que están viviendo en las tierras calientes del país, de vengadores de la clase media convencidos hasta la médula de que decirles verdades e insultar a los poderosos son actos terroristas, de herederos de una victoria por los siglos de los siglos que habrá de convertirse en derrota a la vuelta de la esquina, de señoritos perfumados desde la cabeza hasta los pies no vaya y sea que se les pegue la miseria.
Ricardo Silva Romero (El libro del duelo (Spanish Edition))
La evidencia de la inutilidad de todo esfuerzo, y esa sensación de cadáver futuro erigiéndose ya en el presente y llenando el horizonte del tiempo, acaban por embotar nuestras ideas, nuestras esperanzas y nuestros músculos, de tal suerte que el aumento de impulso suscitado por la recentísima obsesión se convierte, una vez implantada irrevocablemente en el espíritu, en un estancamiento de nuestra vitalidad. Así esta obsesión nos incita a llegar a serlo todo y nada. Normalmente, debería ponernos ante la única elección posible: el convento o el cabaret. Pero cuando no podemos huir de ella ni por la eternidad ni por los placeres, cuando, hostigados en medio de la vida, estamos igualmente lejanos del cielo y de la vulgaridad, nos transforma en esa especie de héroes descompuestos que lo prometen todo y no cumplen nada: ociosos desriñonándose en el Vacío; carroñas verticales, cuya única actividad se reduce a pensar que dejarán de ser...)
CIORAN E.M.
Y pareciera que todos andamos esperando la primera lluvia para relajarnos, para decirle adiós al eterno verano y por fin asumir el año que recién comienza en marzo, cuando el país retoma su agenda de burócrata planificado, cuando de un dos por tres se pasa del febrero ocioso a las carreras por las tiendas buscando el uniforme escolar, porque los niños ahora crecen de pronto. Uno no se da ni cuenta y los pitufos te miran desde arriba, alegando por la ingeniosa ley que acorta las vacaciones y los mete de sopetón en el odiado primer día de clases. Ese latero reencuentro con la institución educadora, con esos profesores almidonados que les dan la bienvenida con la sonrisa chueca. Los profes que ahora son jóvenes, recién egresados de las universidades, que fuman pitos e igual odian dejar el carrete, los jeans y las zapatillas para entrar en su doble vida de impecables reformadores. Y quizás, ese es el único punto en que alumnos y profesores se encuentran realmente, planchando la ropa, ordenando papeles y cuadernos para comparecer en el bostezo ritual de la primera mañana escolar. Allí, alineados en el patio, separados por curso y género (porque se fomenta la fornicación adolescente, dicen los educadores). A esa hora de la mañana, tener que escuchar los interminables discursos de la directora, que con los ojos blancos, cacarea su oración por la santa patria, por el puro Chile que te educa para ser chileno (qué novedad), por las buenas costumbres, que por lo general son para los estudiantes chupamedias, que escuchan en primera fila con cara de santurrones el discurso de la señora. Mientras atrás, a puro pellizcón, los inspectores mantienen a raya a los desordenados, a los pailones de la última fila, los que no se cansan de joder con sus bromas y chistes picantes. Los que se tiran peos e inundan el ordenado aire de la mañana escolar con ese olor rebelde. Tal vez son los únicos que escuchan el discurso de la directora, los únicos que le ponen atención para imitarla, para remedarle su curso y mentirosa acogida. Y la escuchan porque la odian, porque saben que ella no los pasa, detesta su música, su ropa y sus peinados y su desfachatez de pararse en el mundo así. Y llega cada año con nuevos reglamentos e ideas y talleres lateros para que sus niños ocupen mejor el tiempo. Los estudiantes de la última fila saben que la directora nunca los pierde de vista. Y por cualquiera anotación pasarán por su oficina cabizbajos, escuchando el mismo sermoneo, la misma citación de apoderados, el mismo: «Hasta cuándo González. Hasta cuándo, Loyola. Hasta cuándo, Santibáñez. ¿Nunca se va a aburrir de hacer tanto desorden?». Y la verdad, los alumnos de la última fila seguirán con sus manotazos y pifias mientras la sagrada educación nacional no los represente. Mientras les alarguen la tortura de las clases hasta las cuatro de la tarde, ellos seguirán riéndose del tiempo extra que gasta el estado para domarlos. Si nadie les pregunto, si nadie les dijo a ellos, que son los únicos afectados. Y por eso los chicos andan a patadas con los bancos, escupiendo con rabia a espaldas del inspector que los manda a cortarse el pelo. Ese largo pelo que durante las vacaciones se lo lavaron y cuidaron como seda. Esa hermosa cascada de cabello que los péndex se sueltan femeninos cuando van a la disco. Tal vez lo único ganado de todas las revoluciones y muchas juveniles. Esa larga bandera de pelo que los chicos desatan clandestinamente y la educación se las arrebata de un zarpazo.
Pedro Lemebel (Zanjón de la Aguada)
Conocí entonces, como usted supondrá, lo que verdaderamente valían las ordenes religiosas en México; comprendí con dolor, que habían acabado ya los bellos tiempos en que el convento era el plantel de heroicos misioneros que a riesgo de su vida se lanzaban regiones remotas a llevar con la palabra cristiana la luz de la civilización, y en que el fraile era, no el sacerdote ocioso que veía transcurrir alegremente sus días en las comodidades de una vida sedentaria y regalada
Ignacio Manuel Altamirano (La Navidad en las montañas y El Zarco)
A mulher japonesa e os seus mil encantos Como mãe, o sentimento da maternidade absorve-a inteira; não se compreende maior dedicação, maiores desvelos; é um instinto de ave, de rola passando os dias imóvel, dando calor à prole. O bebé é rei neste país. Ocupando-se metade do povo na indústria das quinquilharias, dos bonecos, dos bolos, do completo tesouro das crianças, e a outra metade, pelo menos na tarefa de fazê-las, parece indiscutível que a grande preocupação japonesa seja o bebé; o ar despótico do pequenino pimpão , todo em galas de sedas e enfeites, mesmo entre a gente pobre fala por si. Nunca vi uma mamã bater no filho, ralhar com ele; os dedos finos só se estendem em afagos; e as bocas, junto das boquinhas, deliciam-se no beijo indígena, sorvendo os hálitos; é ele que ralha, que exige, que ordena, e que é obedecido. Os peitos brancos, ligeiramente pendentes, de cabra criadeira, oferecem-se solícitos, não sei por quantos anos; por fim, o leite deixa de ser um alimento, é uma carícia, um doce hábito, um tributo humildoso, que o garoto vem reclamar em grandes berros, indo depois saciar-se em frutos e pastéis. Numa carruagem de caminho-de- ferro, onde melhor se apanha em flagrante o viver íntimo, não é ocioso observar como a mãe vai julgando seu o espaço: aqui senta-se ela, defronte o seu menino, sobre fofas colchas e almofadas trazidas para o caso: segue-se o estendal dos embrulhos com bolos, com maçãs, com cavalos de pau, com cornetas de latão; e é um nunca acabar de passeios ora dando o peito sem recatos, ora conchegando as roupinhas, ora inventando diversões; e que os vizinhos se arranjem como possam, uns de encontro aos outros, conquanto que sobre campo para o rei, a quem todos devem obediência, o rei que além se vai rojando pelos bancos e molhando as fraldas...
Wenceslau de Moraes (Antologia)
En el aire transparente parecía que la imaginación se llenara de vida, escapara de las riendas de la razón, y mirar no era poder dejar de verse cayendo al vacío, mientras el cielo y las montañas cambiaban de lugar en un girar lento, mientras el grito le salía a uno de la boca como un globo ocioso, mientras el pelo y las faldas flotaban al viento.
Stephen King
IV Não vou recordar o Olimpo grandioso, Nem seus deuses por ele já invocados; Não pretendo esqueçam quão maravilhoso nos foi, por ele, outrora cantado… Tão-somente, e sem ser pretensioso, … quero acordar do sonho inacabado, Despertar minha Pátria do ocioso, Deixar algo mais de quanto me foi dado.
José Braz Pereira da Cruz (Esta é a Ditosa Pátria Minha Amada (Portuguese Edition))
Que a vida é só uma, e é esta, e que não se pode confiar na sorte, em que as coisas aconteçam por si sós e que os obstáculos e resistências se afastem como que por feitiço. Temos de nos atirar à nossa tarefa. O mundo está cheio de preguiçosos e de pessimistas que nada conseguem porque não se empenham em nada, e depois permitem-se queixar-se e sentem-se frustrados e alimentam o seu ressentimento para com o exterior: são assim a maioria dos indivíduos, ociosos idiotas, antecipadamente derrotados pela sua instalação na vida e por si mesmos.
Javier Marías (Los enamoramientos)
Una de esas ideas, de las primeras en ser asimilada hasta convertirse en propia, consistió en la asimilación, romántica primero, y moderna después, de las caminatas. Algo habrá fallado en mí, ya que cuando debí elegir una vida para el futuro ninguna me convención. Desde un temprano momento me he sentido inepto para albergar cualquier entusiasmo: incapaz de creer en casi nada, o en nada directamente; decepcionado de la política con anticipación; incrédulo ante la cultura juvenilista pese a ser entonces joven; espectador ocioso de la carrera colectiva hacia el dinero y el llamado éxito material; reticente frente a las bondades de la conducta caritativa o de la autosuperación; ajeno también a la idea de procrear y a las posibilidades de continuidad biológica; ajeno también a la idea de estar pendiente de los deportes o de alguna variante del espectáculo; incapaz de entusiasmarme ante alguna impracticable vocación profesional o científica; inepto para las artes o las artesanías; también para el trabajo físico o manual; inútil en síntesis para el trabajo en general; imposibilitado de soñar; descreído de cualquier opción religiosa pero anhelante de pasar por la primera experiencia de este tipo; demasiado tímido o incompetente para una entusiasta vida sexual; en fin, carente de todo esto no me quedó más opción que caminar, lo más parecido a la mente disponible y en blanco.
Sergio Chejfec (My Two Worlds)
Empezó primero por llevarme a las cárceles, en donde aprendí en seguida a conocer cuán grande es la malicia y la miseria de los hombres. Me horroricé al contemplar cantidad de muchachos, de doce a dieciocho años, sanos y robustos, de ingenio despierto, que estaban allí ociosos, roídos por los insectos y faltos en absoluto del alimento espiritual y material. En estos infelices estaban personificados el oprobio de la patria, el deshonor de la familia y su propia infamia. Pero ¡cuál no fue mi asombro y mi sorpresa cuando me di cuenta de que muchos de ellos salían con propósito firme de una vida mejor y que luego volvían a ser conducidos al lugar de castigo de donde habían salido pocos días antes!
Juan Bosco (Autobiografía de San Juan Bosco)
No es ocioso recordar que los tafures son ebionitas bastante estrictos, hechos a vestir como única vestimenta la tela de saco, aunque tanto ellos como sus precedentes odian ante todo al rico eclesiástico
Antonio Escohotado (Los enemigos del comercio (pack): Una historia moral de la propiedad I, II y III (ESPASA FORUM) (Spanish Edition))
Às quatro da tarde, os dias ociosos parecem intermináveis. É no meio da tarde que percebemos o tempo desperdiçado, que nos preocupamos com a noite que vai chegar. Nessa hora, temos vergonha de não servir para nada.
Leïla Slimani