“
Soy una jarra llena de agua viva y agua muerta., basta que me incline un poco para que me rebosen los más bellos pensamientos, soy culto a pesar de mĂ mismo y ya no sĂ© quĂ© ideas son mĂas, surgidas propiamente de mĂ, y cuáles he adquirido leyendo, y es que durante estos treinta y cinco años me he amalgamado con el mundo que me rodea porque yo, cuando leo, de hecho no leo, sino que tomo una frase bella en el pico y la chupo como un caramelo, la sorbo como una copita de licor, la saboreo hasta que, como el alcohol, se disuelve en mĂ, la saboreo durate tanto tiempo que acaba no solo penetrando mi cerebro y mi corazĂłn, sino que circula por mis venas hasta las raices mismas de los vasos sanguĂneos.
”
”