Walker Hayes Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Walker Hayes. Here they are! All 30 of them:

Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar. (Walker, there is no road. The road is made as you walk.)
Antonio Machado
La experiencia. Más tarde o más temprano, todos acabamos por tenerla. Para eso, lo único que hay que hacer es ir viviendo.
Alice Walker (The Color Purple)
Pero si hablamos de amor, ahí no valen opiniones. Porque yo sé lo que es. Yo he amado y he sido amado. Y bendigo a Dios por haberme dado suficientes luces para saber que al amor no hay quien lo pare, por más que algunos gruñen y protesten.
Alice Walker (The Color Purple)
Te veo a ti ahí donde hay belleza. Tuyo: Peter
Megan Walker (Lakeshire Park)
No hay día que no recuerde con gozo y ternura aquel único y breve tiempo de mi vida en que fui plenamente yo, sin mezcla y sin traba, y en que puedo realmente decir que he vivido.
Jean-Jacques Rousseau (Reveries of the Solitary Walker)
Mientras pueda decir D-i-o-s, sabré que hay alguien conmigo.
Alice Walker (The Color Purple)
¡LA RESISTENCIA ES EL SECRETO DE LA ALEGRÍA!, dice en grandes letras de molde. Hay un estruendo como si el mundo se quebrara y abriera. Vuelvo adentro. Ya no soy más. Y estoy satisfecha.
Alice Walker (Possessing the Secret of Joy)
Cuando hay mariposas en el estómago, uno es capaz de hacer y decir cualquier cosa. Enamorarse aflora en los humanos una sensación muy difícil de explicar. Y, al final, ¿quién no querría sentirse así en algún momento de su vida? ¿Qué sería de nosotros sin un poco de amor?
Santiago L. Speranza (La inexistencia de Logan Walker)
Cuando hay que hacer lo contrario de mi voluntad, no lo hago, ocurra lo que ocurra; tampoco hago mi voluntad, porque soy débil. Me abstengo de actuar: dado que toda mi debilidad es para la acción, toda mi fuerza es negativa, y todos mis pecados son de omisión, raramente de comisión.
Jean-Jacques Rousseau (Reveries of the Solitary Walker)
Todo en la tierra está en un continuo flujo: nada conserva una forma constante y quieta, y los afectos nuestros, que se vinculan a las cosas exteriores, pasan y cambian necesariamente como ellas. Siempre delante o detrás de nosotros, recuerdan el pasado que ya no es o previenen el porvenir que por lo común no será: no hay ahí nada sólido a lo que el corazón pueda agarrarse.
Jean-Jacques Rousseau (Reveries of the Solitary Walker)
Pero entre los artefactos que probablemente no descubran nunca —entre los objetos que probablemente se desintegren mucho antes de que llegue nadie de ninguna parte— hay cierto fragmento de acera en una calle de California, donde una vez, en una tarde oscura de verano, casi un año después de iniciarse la ralentización, dos niños se arrodillaron sobre el suelo frío. Metimos los dedos en el cemento húmedo y escribimos la más sincera y sencilla de las verdades que conocíamos: nuestros nombres, la fecha y estas palabras: «Estuvimos aquí».
Karen Thompson Walker (The Age of Miracles)
Hay quien dice que la ralentización nos afectó de mil maneras imperceptibles, desde la esperanza de vida de las bombillas hasta el tiempo que tardaba en fundirse el hielo y en hervir el agua o la tasa en que se multiplican y mueren las células humanas. Unos afirman que nuestro cuerpo envejecía más despacio en los días inmediatamente posteriores al inicio de la ralentización, que los muertos morían de muerte más lenta y que los bebés tardaban más en nacer. Hay algunas pruebas de que los ciclos menstruales se alargaron levemente en esas primeras dos semanas.
Karen Thompson Walker (The Age of Miracles)
Jueves 31 de Octubre. Tengo unas cuantas cosas que decir sobre el matrimonio, de cómo lo veo. Primero, ¿cuál es el punto? ¿Hay alguna razón para pasar por la tortura ―o para torturar a los de tu alrededor― sólo para decir que estás casada? ¿Dónde está la retribución? Y segundo, si te casas sólo para tener hijos, olvídalo. Ellos lo sabrán y realmente te joderán. Así que, otra vez, ¿cuál es el punto? El sexo no puede ser la razón, porque si me preguntas, tienes mejores oportunidad de echar un polvo si tienes disponible a toda la población de la Tierra para ti, que a UNA sola persona. Y por cierto, ¿qué tan aburrido será tener sexo con la misma persona por cincuenta años? Para mí, el matrimonio parece una institución arcaica que quedó de las eras donde lo importante era la supervivencia de las especies, y la gente no pasaba los treinta y cinco años de vida. Es tiempo que el matrimonio siga el camino del dodo: apenas recordado, peron definitivamente extinto.
Kristin Walker (A Match Made in High School)
Pero si hay un estado en el que el alma encuentra un acomodo lo bastante sólido como para descansar en él por entero y congregar todo su ser, sin tener necesidad de recordar el pasado ni exceder del porvenir; donde el tiempo no exista para ella, donde el presente dure siempre sin señalar, no obstante, su duración y si huella alguna de secuencia, sin ninguno otro sentimiento de privación o de goce, de placer o de dolor, de deseo o de temor que el de nuestra existencia, y que este sentimiento único pueda colmarla por entero; en tanto dura tal estado, quien se encuentre en él puede llamarse dichoso, no de una dicha imperfecta, pobre y relativa, tal cual se halla en los placeres de la vida, sino de una dicha suficiente, perfecta y plena que no deja en el alma ningún vacío que ésta sienta la necesidad de llenar. Tal es el estado en que me encontré con frecuencia en la isla de Saint-Pierre en mis ensoñaciones solitarias, ora tumbado en mi barca que dejaba derivar a merced del agua, ora sentado en las riberas del lago agitado, ora en otra parte, a orillas de un hermoso río o de un arroyo murmurando por entre el guijarral.
Jean-Jacques Rousseau (Reveries of the Solitary Walker)
La batalla por la toma de la misión de El Álamo que se nos ha contado como auténtica es, como dice Potter, «una en que las tradiciones populares se han basado en conjeturas», dicho menos elegantemente, en fabulaciones. Las acciones de unos y otros de los defensores, con nombres y apellidos, se cuentan por testigos que no pudieron haberlas visto, se fabrican heroicidades, que seguro debe haber habido, pero hay otras cuya verosimilitud es dudosa, se omiten flaquezas. Del otro lado, los partes y testimonios mexicanos ofrecen poquísimos datos y casi todos ellos insisten en el caos que significó el combate. Es difícil moverse en este terreno harto pantanoso para narrar con rigor. Walker, en una de sus poco afortunadas reflexiones sobre el enfrentamiento, diría que «no fue una batalla sino una melé y una carnicer
Paco Ignacio Taibo II (El Álamo (Spanish Edition))
easily
Walker Hayes (Glad You're Here: Two Unlikely Friends Breaking Bread and Fences)
Convencerse a sí mismo sobre algo que no puedes hacer es odio propio enmascarado con miedo y no hay nada más nocivo que eso.
Marcia D.M. (El color del anhelo (Walker segunda generación #1))
«La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza, difiriendo sólo en grado»; «los opuestos son idénticos en realidad, diferenciándose en su gradación»; «los pares de opuestos pueden conciliarse, los extremos se tocan»; «todo es y no es al mismo tiempo», «toda verdad no es sino media verdad»; «toda verdad es medio falsa», etc. Este principio explica que en cada cosa hay dos polos, dos aspectos, y que los «opuestos» no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma cosa.
William Walker Atkinson (Kybalion: A Study of the Hermetic Philosophy of Ancient Egypt and Greece)
La ley del ritmo está en constante operación; no hay realidades, nada firme, nada duradero, fijo o substancial, nada permanente, todo es cambio.
William Walker Atkinson (Kybalion - Die 7 hermetischen Gesetze: Das Original)
La ley del ritmo está en constante operación; no hay realidades, nada firme, nada duradero, fijo o substancial, nada permanente, todo es cambio. Todas las cosas surgen y evolucionan de otras cosas.
William Walker Atkinson
Cuando uno está enamorado no hay un por qué, ni un cuándo, las razones dejan de existir y las respuestas son impalpables. Ese es el sentimiento al que debes enfocarte, cuando no tienes una respuesta, pero el frenesí te inunda cuando tu pareja entra a la habitación y te sonríe. Ahí es cuando sabéis que os amáis realmente.
Marcia D.M. (San Francisco Inesperado (Hermanos Walker #4))
of wrongs, that it always trusts, always hopes, always perseveres, that love never fails (1 Cor. 13:4–8).
Walker Hayes (Glad You're Here: Two Unlikely Friends Breaking Bread and Fences)
If mutual decimation of the McLaughlins and the McLeans marked the end of Charlestown’s “gangster era,” a host of gangs endured in the Town. These were less criminal bands than expressions of territorial allegiance. Every street and alley, every park and pier had its own ragged troop which hung on the corner, played football, baseball, and street hockey, and defended its turf against all comers. The Wildcats hung at the corner of Frothingham and Lincoln streets, the Bearcats at Walker and Russell streets, the Falcons outside the Edwards School, the Cobras on Elm Street, the Jokers in Hayes Square, the Highlanders on High Street, the Crusaders at the Training Field. Each had its distinctive football jersey (on which members wore their street addresses), its own legends and traditions. The Highlanders, for example, took their identity from the Bunker Hill Monument, which towered over their hangout at the top of Monument Avenue. On weekends and summer afternoons, they gathered there to wait for out-of-town tourists visiting the revolutionary battleground. When one approached, an eager boy would step forward and launch his spiel, learned by rote from other Highlanders: “The Monument is 221 feet high, has 294 winding stairs and no elevators. They say the quickest way up is to walk, the quickest way down is to fall. The Monument is fifteen feet square. Its cornerstone was laid in 1825 by Daniel Webster. The statue you see in the foreground is that of Colonel William Prescott standing in the same position as when he gave that brave and famous command, ‘Don’t fire till you see the whites of their eyes.’ The British made three attempts to gain the hill …” And so forth. An engaging raconteur could parlay this patter into a fifty-cent tip.
J. Anthony Lukas (Common Ground: A Turbulent Decade in the Lives of Three American Families (Pulitzer Prize Winner))
If honesty is an aspect of humility (which I believe it is), and God gives grace to the humble (which I believe He does) (James 4:6), perhaps Walker’s honesty with his struggles was a big part of what would set him up to receive great grace in the days to come.
Walker Hayes (Glad You're Here: Two Unlikely Friends Breaking Bread and Fences)
«El espacio que hay entre tus dedos está hecho para que yo ponga los míos»,
Marcia D.M. (El Color del Pecado (Walker Segunda Generación #2))
The most beautiful woman in the room is in my arms. They’re not looking at me. They’re looking at you. And then, they’re thinking, How on earth did Walker Collins get Jane Hayes?
Kortney Keisel (Summer Ever After (Falling for Summer))
—Porque fuiste la mujer con la que me quise casar, a la que le entregué mi maldito corazón y lo masticó hasta escupirlo. Fuiste mi gran amor, mi único amor y no hay leguas de tiempo que lo puedan hacer olvidar. Eras Emma Green, la chica que me hacía reír, que me hacía sentir… ¿Sabes qué tan difícil era y es para mí sentir algo?, ¿algo que haga saltar mi corazón? Es imposible y no ocurre desde que me dejaste plantado en el altar ese día.
Marcia D.M. (Segunda Oportunidad en Miami (Hermanos Walker #2))
Los padres de Tom son docentes e intelectuales. Su padre dio clases de Literatura en el Connecticut College durante treinta años. Su madre trabajaba en la secretaría de exalumnos. Vivían y respiraban universidad, y se ufanaban de ser cultos, cosa que se reflejaba en todo lo que hacían y eran. En gran parte era inofensivo, y hasta beneficioso, para Tom y su hermana pequeña, Kathy. Las vacaciones eran siempre de acampada familiar. No les dejaban ver la tele sin supervisión, y solo los fines de semana. Imaginaos lo insulso que era el contenido autorizado. Tenían que leer diez libros por verano, y a colonias nunca iban. Nada de quedarse a dormir en casa de un amigo. Toque de queda estricto, y cada domingo a la iglesia, aunque de religión se hablaba más en términos de teoría y sociología que de pasión y fe. Lo evaluaban y lo analizaban todo, despojándolo de las influencias emocionales que pudieran llevar a creer en una mentira o a actuar de modo erróneo. Seguro que conocéis a gente de este tipo. A los no tan disciplinados les despiertan ganas de zarandearlos hasta que se desprenda alguna emoción, aunque se queden inconscientes. No parecen humanos, a pesar de su tan buen comportamiento. ¿En qué se traducía todo esto para Tom? Si llegaba a casa con sobresalientes, no había euforia, abrazos, besos ni llamadas por teléfono a los abuelos. Nada de monedas para la hucha, ni de postre especial, ni de saltarse una práctica de piano. No pegaban las notas a la nevera, no; las evaluaban y las comentaban, y a Tom le recordaban que sus notas eran un reflejo de lo mucho que había trabajado, y que no se pensara que era mejor o más listo que los otros. Y cuando cantaba en la obra de fin de curso, o anotaba una carrera en el partido de béisbol, o traía un animal de barro pintado de la asignatura de arte, con un vago parecido a una jirafa… Todo lo que hacía Tom era objeto de valoración sincera y desapasionada. En el segundo estribillo has desafinado un poco, Tom. A la primera base has llegado más que nada por suerte, Tom. No te creas que te volverá a pasar. Tienes que practicar más. Hombre, se nota que te has divertido haciéndolo. Sí, ¿verdad? Exacto. Un poco adelantados a su tiempo, precursores de los consejos educativos que nos han endosado durante la pasada década. No hay que estar orgulloso de los hijos. Son ellos los que tienen que enorgullecerse. Tampoco hay que hacer falsos elogios, porque entonces dejan de fiarse de nuestras opiniones. No hay que dejarlos por el mundo creyéndose mejores de lo que son, porque solo servirá para que se lleven una decepción. La verdadera autoestima es la que viene de tener unos padres sinceros. Yo estos disparates los rechazo desde siempre. En eso soy un caso aparte. Somos seres pequeños e insignificantes. Lo único que nos llena, lo que nos da un horizonte, orgullo, sentido del yo, es el lugar que ocupamos en los corazones de la gente. Necesitamos que nos quieran nuestros padres sin condicionantes, sin lógica ni racionalidad. Necesitamos que nos vean a través de un cristal distorsionado por su amor y que nos digan de todas las maneras posibles que los llena de felicidad el mero hecho de que estemos en el mundo. De acuerdo, algún día nos daremos cuenta de que nuestras jirafas de barro no eran magistrales, pero es necesario que nos hagan llorar siempre que las bajemos de nuestros desvanes, sabiendo que cuando nuestros padres veían estos trozos de yeso tan feos sentían un orgullo absurdo y ganas de abrazarnos hasta que nos dolieran los huesos. Es lo que necesitamos de los padres, más que la verdad sobre lo pequeños que somos. Ya habrá gente de sobra que nos lo recuerde y nos ofrezca evaluaciones desapasionadas de nuestra mediocridad.
Wendy Walker (All Is Not Forgotten)
world; my brilliant, insightful and lovely UK editors Selina Walker and Georgina Hawtrey-Woore for believing and making things even better; Dan Balado for seeing things I couldn’t; Richard Ogle for a beautiful UK cover; Jen Doyle and Philippa Cotton for getting me “out there”; and the entire team at Century and Arrow, from publicity to marketing to sales and beyond—I am so very grateful for all your hard work. Big thanks also to my wonderful publishing team at Crown in the USA for also believing in this book so wholeheartedly—especially
Samantha Hayes (Until You're Mine)
Creo que hay dos clases de personas. Las que tienen un grito dentro y las que no lo tienen. La gente que tiene un grito está demasiado furiosa o demasiado triste o ríe con demasiada fuerza, maldice mucho, toma drogas o nunca se está quieta. A veces, esas personas cantan con toda la fuerza de sus pulmones con las ventanillas abiertas. No creo que la gente nazca así. Creo que son otras personas las que nos ponen el grito dentro con las cosas que nos hacen y nos dicen, o por culpa de las cosas que les vemos hacer o decir a otras personas. Y no creo que podamos librarnos de eso. Quien no tiene un grito dentro, no lo puede entender.
Wendy Walker (Emma in the Night)