Viva La Vida Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Viva La Vida. Here they are! All 100 of them:

You might be a big fish in a little pond, Doesn't mean you've won 'Coz along may come a bigger one.
Coldplay (Coldplay - Viva La Vida)
I am not sick. I am broken. But I am happy to be alive.
Carmen T. Bernier-Grand (Frida: ¡Viva La Vida! Long Live Life!)
Mi madre era eterna como la luna. Viva o muerta, la madre o la ausencia de la madre siempre determina la vida de una persona".
Alice Sebold (The Almost Moon)
El que vive de espaldas a la filosofía se arriesga a vivir la vida que otros quieren que viva, y serán los aciertos y errores ajenos, no los propios.
Paloma Sánchez-Garnica (La sospecha de Sofía)
Antes de saber leer, los libros eran para mí como bosques misteriosos. Me acuciaba una pregunta: ¿cómo era posible que de aquellas páginas de papel, de aquellas hormiguitas negras que la surcaban se levantara un mundo ante mis ojos, mis oídos y mi corazón de niña? ¿Qué clase de magia, de sortilegio era aquel que sobrepasaba cuanto yo vivía y cuanto vivía a mi alrededor? Después, cuando ya había aprendido a descifrar esos signos misteriosos, la primera vez que leí la palabra "bosque" en un libro de cuentos, supe que siempre me movería dentro de ese ámbito. Toda la vida de un bosque -misterioso, atractivo, terrorífico, lejano y próximo, oscuro y transparente- encontraba su lugar sobre el papel, en el arte combinatoria de las palabras. Jamás había experimentado, ni volvería a experimentar en toda mi vida, una realidad más cercana, más viva y que me revelara la existencia de otras realidades tan vivas y tan cercanas como aquella que me reveló el bosque, el real y el creado por las palabras.
Ana María Matute
las oraciones diarias, las lecturas religiosas y el acudir a la iglesia son partes necesarias de la vida cristiana. Se nos tiene que recordar continuamente aquello en lo que creemos. Ni esta creencia ni ninguna otra permanecerá automáticamente viva en la mente.
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
viva la vida loca(live the crazy life)
Luiz J. Rodriguez
Hay más en la vida que no morir, –dijo. –Mira la forma en que vives, Will. Brillas tanto como una estrella. Había estado tomando solo la droga necesaria para mantenerme con vida pero no suficiente como para mantenerme bien. Un poco más de ella antes de las batallas, tal vez, me da energía, sin embargo, una media vida, el gris crepúsculo de una vida. –¿Pero has cambiado tu dosis ahora? ¿Ha sido desde el compro- miso? –Demandó Will. –¿O es por Tessa? –No puedes culparla por esto. Fue mi decisión. Ella no sabe sobre esto. –Ella quiere que vivas, James.
Cassandra Clare
Por mais que uma vida seja longa, não vejo sentido em experimentá-la sem a sensação de estar viva.
Haruki Murakami (Sleep)
A poco que vivas, la vida les quita la letra mayúscula a palabras que antes escribías con ella: Honor, Patria, Bandera... La
Arturo Pérez-Reverte (Falcó (Falcó, #1))
Gigantesca luna y un viento de las montañas, profundo, acompaño la comprensión del momento: que todo en esta vida son letras.
Andrés Caicedo (¡Que viva la música!)
Elijo la Torre. Tengo que hacerlo. Que ella viva una larga y venturosa vida con otro; lo hará con el tiempo. En cuanto a mí, yo elijo la Torre.
Stephen King (Wizard and Glass (The Dark Tower, #4))
vida aquí estoy mi vida mi sola y aterida sangre percute en el mundo pero quiero saberme viva pero no quiero hablar de la muerte ni de sus extrañas manos.
Alejandra Pizarnik (Poesía completa)
Viva donde viva, viva como viva, viva cuando viva, cada persona contiene a muchas personas posibles, y es el sistema de poder, que nada tiene de eterno, quien cada día invita a salir a escena a nuestros habitantes más jodidos, mientras impide que los otros crezcan y les prohíbe aparecer. Aunque estamos mal hechos, no estamos terminados; y es la aventura de cambiar y de cambiarnos la que hace que valga la pena este parpadeo en la historia del universo, este fugaz calorcito entre dos hielos, que somos nosotros.
Eduardo Galeano
El amor ansía ser correspondido; buscan las lágrimas lágrimas que les respondan. Y cuando el alma de un gran pueblo sufre, su vida entera acusa el dolor; tiembla toda alma viva y los de corazón puro van al sacrificio
Leonid Andreyev (Sascha Yegulev. La Historia de Un Asesino)
—[...] Estoy más que harta de esta vida, quiero vivir, quiero sentirme viva, quiero vestir así todos los días, ya no quiero seguir siendo una rancia que va a misa todas las mañanas y se queda en casa el resto del día. No puedo más...
Christophe Paul (La confesión de Constanza)
Porque posee usted la más maravillosa juventud, y la juventud es lo más precioso que se puede poseer. –No lo siento yo así, lord Henry. –No; no lo siente ahora. Pero algún día, cuando sea viejo y feo y esté lleno de arrugas, cuando los pensamientos le hayan marcado la frente con sus pliegues y la pasión le haya quemado los labios con sus odiosas brasas, lo sentirá, y lo sentirá terriblemente. Ahora, dondequiera que vaya, seduce a todo el mundo. ¿Será siempre así?… Posee usted un rostro extraordinariamente agraciado, señor Gray. No frunza el ceño. Es cierto. Y la belleza es una manifestación de genio; está incluso por encima del genio, puesto que no necesita explicación. Es uno de los grandes dones de la naturaleza, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en aguas oscuras de esa concha de plata a la que llamamos luna. No admite discusión. Tiene un derecho divino de soberanía. Convierte en príncipes a quienes la poseen. ¿Se sonríe? ¡Ah! Cuando la haya perdido no sonreirá… La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted. Pero lo que los dioses dan, también lo quitan, y muy pronto. Sólo dispone de unos pocos años en los que vivir de verdad, perfectamente y con plenitud. Cuando se le acabe la juventud desaparecerá la belleza, y entonces descubrirá de repente que ya no le quedan más triunfos, o habrá de contentarse con unos triunfos insignificantes que el recuerdo de su pasado esplendor hará más amargos que las derrotas. Cada mes que expira lo acerca un poco más a algo terrible. El tiempo tiene celos de usted, y lucha contra sus lirios y sus rosas. Se volverá cetrino, se le hundirán las mejillas y sus ojos perderán el brillo. Sufrirá horriblemente… ¡Ah! Disfrute plenamente de la juventud mientras la posee. No despilfarre el oro de sus días escuchando a gente aburrida, tratando de redimir a los fracasados sin esperanza, ni entregando su vida a los ignorantes, los anodinos y los vulgares. Ésos son los objetivos enfermizos, las falsas ideas de nuestra época. ¡Viva! ¡Viva la vida maravillosa que le pertenece! No deje que nada se pierda. Esté siempre a la busca de nuevas sensaciones. No tenga miedo de nada… Un nuevo hedonismo: eso es lo que nuestro siglo necesita. Usted puede ser su símbolo visible. Dada su personalidad, no hay nada que no pueda hacer. El mundo le pertenece durante una temporada… En el momento en que lo he visto he comprendido que no se daba usted cuenta en absoluto de lo que realmente es, de lo que realmente puede ser. Había en usted tantas cosas que me encantaban que he sentido la necesidad de hablarle un poco de usted. He pensado en la tragedia que sería malgastar lo que posee. Porque su juventud no durará mucho, demasiado poco, a decir verdad. Las flores sencillas del campo se marchitan, pero florecen de nuevo. Las flores del codeso serán tan amarillas el próximo junio como ahora. Dentro de un mes habrá estrellas moradas en las clemátides y, año tras año, la verde noche de sus hojas sostendrá sus flores moradas. Pero nosotros nunca recuperamos nuestra juventud. El pulso alegre que late en nosotros cuando tenemos veinte años se vuelve perezoso con el paso del tiempo. Nos fallan las extremidades, nuestros sentidos se deterioran. Nos convertimos en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de las pasiones que nos asustaron en demasía, y el de las exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el valor de sucumbir. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo excepto la juventud!
Oscar Wilde (The Picture of Dorian Gray)
—¿Por qué estaba deprimido? —preguntó ella. —No podría explicarlo —frunció las cejas—. No hay unos motivos concretos, excepto que para mí la vida carece de sentido, a menos de que la viva para otra persona. He estado viviendo para usted desde septiembre... aunque no la conocía.
Patricia Highsmith (The Cry of the Owl)
«Tienes que ser vida para mí hasta el final», según escribe. «Esa es la única forma de sostener mi idea de ti. Porque, como puedes ver, has quedado ligado a mí con algo tan vital, que no creo que pueda desembarazarme de ti. Ni tampoco lo deseo. Quiero que vivas cada día más vivamente, puesto que yo estoy muerto. Por eso es por lo que, cuando hablo de ti con otros, me siento un poco avergonzado. Es difícil hablar de un mismo tan íntimamente. »
Henry Miller (Tropic of Cancer (Tropic, #1))
Ei! Sorria... Mas não se esconda atrás desse sorriso... Mostre aquilo que você é, sem medo. Existem pessoas que sonham com o seu sorriso, assim como eu. Viva! Tente! A vida não passa de uma tentativa. Ei! Ame acima de tudo, ame a tudo e a todos. Não feche os olhos para a sujeira do mundo, não ignore a fome! Esqueça a bomba, mas antes, faça algo para combatê-la, mesmo que se sinta incapaz. Procure o que há de bom em tudo e em todos. Não faça dos defeitos uma distancia, e sim, uma aproximação. Aceite! A vida, as pessoas, faça delas a sua razão de viver. Entenda! Entenda as pessoas que pensam diferente de você, não as reprove. Ei! Olhe... Olhe a sua volta, quantos amigos... Você já tornou alguém feliz hoje? Ou fez alguém sofrer com o seu egoísmo? Ei! Não corra. Para que tanta pressa? Corra apenas para dentro de você. Sonhe! Mas não prejudique ninguém e não transforme seu sonho em fuga. Acredite! Espere! Sempre haverá uma saída, sempre brilhará uma estrela. Chore! Lute! Faça aquilo que gosta, sinta o que há dentro de você. Ei! Ouça... Escute o que as outras pessoas têm a dizer, é importante. Suba... faça dos obstáculos degraus para aquilo que você acha supremo, Mas não esqueça daqueles que não conseguem subir a escada da vida. Ei! Descubra! Descubra aquilo que há de bom dentro de você. Procure acima de tudo ser gente, eu também vou tentar. Ei! Você... não vá embora. Eu preciso dizer-lhe que... te adoro, simplesmente porque você existe.
Charlie Chaplin
En tu abrazo yo abrazo lo que existe, la arena, el tiempo, el árbol de la lluvia, y todo vive para que yo viva: sin ir tan lejos puedo verlo todo: veo en tu vida todo lo viviente.
Pablo Neruda (100 Love Sonnets)
Una vida impulsada por pasiones es como cabalgar a lomos de un dragón.
Suzy Kassem (Rise Up and Salute the Sun: The Writings of Suzy Kassem)
«No están muertas, Lenny. Están más vivas ahora que nunca. Eso pasa con la edad: las historias del pasado cobran vida y se nos pegan a la piel».
Isabel Allende (The Japanese Lover)
Viva. Pero viva a la manera en que está viva la muerte.
John Fowles (The Collector)
Vive la vida y no dejes que la vida te viva
Susy Diaz
-Dejadme que viva en paz mi vida ideal. Vuestras intrigas, vuestros detalles sobre la vida real, me arrancarían del cielo en que vivo.
Stendhal (Rojo y Negro)
Reírse de ellos, ridiculizarlos, hacerlos sentir desamparados; sólo así podría cambiar algo. Una labor de Sísifo, sí, pero vale la pena emprenderla y, además, reduce la monotonía de la vida. Si resulta imposible humanizar esos rostros de hormigón armado que los políticos aspiran a adquirir desde su primer pinche puestecito, al menos se podría logra hacer visibles algunas craqueladuras. Los jóvenes están hasta la madre de tanta tontería, ya ni siquiera se asoman al Museo de Antropología para no ver reproducidos en la Coatlicue los hieráticos gestos de sus dirigentes. Es necesario que todo el mundo aprenda a reírse de esos monigotes ridículos y siniestros que dirigen a la nación como si por su boca se expresara la historia, no la viva, eso nunca, sino la que ellos han embalsamado. Cualquier novedad los amedrenta.
Sergio Pitol (El arte de la fuga)
En realidad los dos sabían la razón por la que seguían yendo a esas fiestas: porque se habían convertido en una de las pocas ocasiones en que estaban los cuatro juntos y eran la única oportunidad para forjar nuevos recuerdos que los cuatro pudieran compartir, para mantener viva la amistad al dejar caer puñados de leña menuda sobre un fuego que apenas ardía. Era la forma que tenían de fingir que todo seguía como siempre.
Hanya Yanagihara (Tan poca vida (Spanish Edition))
Y la belleza es una forma de genio más elevada, en verdad, que el genio; no tiene necesidad de explicación. La belleza es la maravilla de las maravillas, únicamente la gente limitada no juzga por las apariencias, el verdadero misterio del mundo es el visible, no el invisible. Viva la vida maravillosa que tiene en usted, busque siempre nuevas sensaciones, que no lo asuste nada… Todos nos convertimos en horrorosos polichinelas alucinados por el recuerdo de las pasiones que nos atemorizan y de las tentaciones a las que no tuvimos el valor de ceder. A usted el mundo le pertenece, no hay nada que no pueda hacer con su personalidad y su gracia. No hemos sido enviados al mundo para pregonar nuestros prejuicios morales, yo, por ejemplo, no hago nunca el menor caso de lo que dice la gente vulgar, ni intervengo jamás en lo que hace la gente encantadora
Oscar Wilde
Quizá no viva dentro de una historia importante, quizá sea tan solo un personaje secundario pero, para un hombre que afronta el final de su vida, cualquier perspectiva es preferible a la de desaparecer para siempre
Mircea Cărtărescu (El Ruletista)
Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de si misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad.
Kahlil Gibran
¿Por qué tanta gente dice que el tiempo todo lo cura? No es cierto, no todo se cura. Cuando pierdes un brazo, cada día de tu vida recuerdas que te falta. Da igual que vivas unas pocas décadas o unos cuantos milenios. Te falta. No está.
Eva García Sáenz (La vieja familia / Los hijos de Adán (La saga de los longevos #1-2))
-¿Estáis listas? ¿Empiezo? Había una vez cuatro chicas. Una era guapa. Otra era lista. Otra encantadora y la cuarta... [...] misteriosa. Pero estaban heridas. Había algo en ellas que les faltaba. Algo en la sangre. Grandes sueños. Ah, lo olvidaba. Lo siento, tenía que haberlo dicho antes: eran todas soñadoras, las cuatro [...]. Noche tras noche, las chicas se reunían. Y pecaban [...] Su pecado consistía en que creían. Creían que podían ser diferentes. Especiales. Creían que podían cambiar lo que eran: chicas heridas a quienes nadie quería. Marginadas. Estarían vivas, las adorarían, las necesitarían. Serían necesarias. Pero se equivocaban. [...] Fueron por mal camino. Las traicionaron sus propias esperanzas estúpidas. Las cosas no podían cambiar para ellas, porque en realidad no tenían nada de especial. Así que la vida las arrastró, las condujo y ellas se dejaron llevar, ¿entendéis? Se fueron apagando hasta quedar reducidas a fantasmas vivientes, persiguiéndose entre sí.
Libba Bray (A Great and Terrible Beauty (Gemma Doyle, #1))
Agora, o pintor dissertava longamente acerca da composição: o que há de mais bonito nos sonhos, dizia, é o encontro improvável de seres e de coisas que não poderiam encontrar-se na vida corrente; num sonhos, um barco pode entrar por uma janela num quarto de dormir, uma mulher que já não está viva há vinte anos pode aparecer deitada numa cama e, contudo, ei-la a subir para o barco que se transforma acto contínuo em caixão e o caixão põe-se a flutuar por entre as margens floridas de um rio.
Milan Kundera (Life is Elsewhere)
Si, como hombre adulto, debió usted sufrir el infierno del campo de concentración, o, como dice la Biblia, apurar hasta las heces el cáliz del dolor, y fue capaz de superar todo esto sin odio y con amor a la humanidad, es usted una prueba viva de Dios.
Viktor E. Frankl (Búsqueda de Dios y sentido de la vida: Diálogo entre un teólogo y un psicólogo)
Mientras que las personas tienen el derecho de vivir con libertad, tienen también el derecho de morir en el momento que lo deseen; pero, cuando la madre está viva, hay que renunciar a este derecho porque, al ejercerlo, al mismo tiempo que quitarse la propia vida se llevarían la de la madre.
Osamu Dazai (The Setting Sun (New Directions Book))
Tengo miedo de morir de ese modo. La sombra de la muerte va invadiendo despacio, muy despacio, el territorio de la vida y, antes de qe te des cuenta todo está oscuro y no se ve nada, y l agente que te rodea piensa que estás más muerta que viva... Es eso. Yo eso lo lo quiero. No podría soportarlo.
Haruki Murakami
Esta historia comienza, como casi todas las cosas, con una canción. Al principio sólo existían las palabras, y llegaron acompañadas de una melodía. Así es como se creó el mundo, como la nada fue dividida, como la tierra y el firmamento y los sueños, los dioses menores y los animales, todos ellos, tomaron forma corpórea. Fueron cantados. Los grandes animales cobraron vida también al ser cantados, una vez que el Cantante hubo creado los planetas, los montes, los árboles, los océanos y los animales más pequeños. Fueron cantados los abismos en los confines del mundo, y los paraísos, y también las tinieblas. Las canciones permanecen. Perduran. Una canción puede convertir en bufón a un emperador o derrocar dinastías. Seguirá viva mucho tiempo después de que los hechos que narra y sus protagonistas se hayan transformado en polvo y sueños, condenados al olvido. Tal es el poder de una canción.
Neil Gaiman (Anansi Boys)
No vivas imaginando problemas que no han ocurrido ni van a suceder; disfruta del presente, la vida hay que aprovecharla, elige siempre poner en tu mente lo agradable en lugar de lo desagradable. Cuando aparezca un problema real, entonces simplemente ocúpate de el, pero no te pre-ocupes cuando todo está bien .
Enrique Barrios (Ami, el niño de las estrellas (Ami, #1))
Para acalmar essa garota e fazê-la ouvir, conto a ela a história do meu peixinho. Esse é o peixinho número 641 em uma vida repleta de peixinhos dourados. Meus pais me deram o primeiro para me ensinar como amar e cuidar de outra criaturinha viva de Deus. Seiscentos e quarenta peixinhos depois, a única coisa que sei é que tudo que você ama vai morrer.
Chuck Palahniuk (Survivor)
Su muerte me salvó de la locura. El dolor humano, puro y simple, llenó mi vida tan completamente que no había lugar para ninguna otra emoción. Pero el tiempo pasa, y su imagen se vuelve cada vez más perfecta dentro de mí, cada vez menos viva. Los detalles del pasado, los pequeños recuerdos vitales, se van desvaneciendo imperceptiblemente, desaparecen uno a uno, o de dos en dos, de la misma forma que se van apagando las luces, ahora aquí, ahora allá, en las ventanas de una casa cuyos habitantes se van quedando dormidos. Y sé que mi cerebro está condenado, que el terror que experimente en una ocasión, el impotente miedo a la existencia, se apoderará de mí una vez más, y que entonces ya no habrá salvación.
Vladimir Nabokov (The Stories of Vladimir Nabokov)
La sabiduría no es solo un conocimiento intelectual de Dios. Es un profundo anhelo por Dios. Más que un deseo de conocer el mundo como Dios lo conoce, la sabiduría es el deseo de conocer el mundo con Dios. Es una búsqueda incesante de la presencia de Dios. Es un hambre y una sed desesperadas de Dios, el pan de vida y el agua viva. La sabiduría es adoración.
Brett McCracken (La Pirámide de la Sabiduría: Cómo alimentar tu alma en un mundo posverdad (Spanish Edition))
Déjele todo a Dios, viva una vida de perdón y no se la viva intentando vengarse con todos, pagándoles por lo que le hicieron. Dios ve cada injusticia que se le ha hecho, cada persona que le ha lastimado. Él tiene el archivo, y la Escritura dice que si usted no se venga, Dios le recompensará, le pagará. Y amigo, no sólo le pagará, Él le pagará abundantemente.
Joel Osteen (Su mejor vida ahora: Siete pasos para vivir a su máximo potencial)
Y si de pronto una polilla se para al borde de un lápiz y late como un fuego ceniciento, mírala, yo la estoy mirando, estoy palpando su corazón pequeñísimo, y la oigo, esa polilla resuena en la pasta de cristal congelado, no todo está perdido. Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente; la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina.
Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)
Señor, que el hombre se dedique a la oración en alma y vida. ¿Cómo podría yo vivir sin Dios en las profundas galerías de las minas? Rakitine miente. Si echan a Dios de la tierra, nosotros lo encontraremos bajo tierra. El hombre libre no puede pasar sin Dios; el forzado, menos aún. Los hombres subterráneos elevaremos un himno trágico a Dios y a su alegría. ¡Viva Dios y la alegría divina! ¡Amo a Dios!
Fyodor Dostoevsky (Los Hermanos Karamazov (Spanish Edition))
¡Cuán extraño es que en esos principios de la vida donde se nos concede un poco de felicidad, ninguna voz nos advierta: «Por muchos años que vivas, no tendrás otra alegría en el mundo que la de aquellas horas. Saboréalas hasta las heces, porque después de esto no quedará nada para ti. Esta primera fuente que has hallado es también la última. Calma tu sed de una vez para siempre; no beberás nunca más»!
François Mauriac (Vipers' Tangle)
No se puede eliminar fácilmente a una persona viva. La persona que ama tiene una visión clara y no se deja engañar por los políticos. Y a la persona que sabe ser juguetona no se la encontrará en una iglesia, un templo, una mezquita o una sinagoga. A esos sitios van los que han muerto antes de la muerte, los que defienden un punto de vista contrario a la vida, el amor, el juego, la alegría, contrario al universo entero.
Osho (La pasión por lo imposible: La búsqueda de la verdad, la bondad y la belleza en el camino del autoconocimiento)
El arte es vida potenciada. Procura un goce más intenso, pero consume más deprisa. Imprime en el rostro de sus servidores las huellas de aventuras espirituales e imaginarias y, a la larga, engendra en el artista, por más que éste viva exteriormente inmerso en una paz conventual, cierta hipersensibilidad refinada un cansancio y una curiosidad nerviosa que una vida colmada de gozos y pasiones turbulentas apenas conseguiría despertar.
Thomas Mann (La muerte en Venecia / Mario y el mago)
Pero esto no es más que un pequeño ejemplo. Las personas se engañan unas a otras del modo más natural y, sorprendentemente, sin resultar lastimadas. Parecen no darse ni cuenta de la superchería. Creo que su vida está llena de ejemplos nítidos, puros y claros de desconfianza. No obstante, a nadie parece preocuparle este intercambio de falsedades. Yo mismo engaño a los demás desde la mañana a la noche con mis bufonerías. No tengo el menor interés en eso que los libros de texto llaman moral. Me cuesta entender que el ser humano viva o quiera vivir con pureza, claridad y felicidad en medio de toda esta mentira mutua. Nunca me han explicado la razón de esta habilidad. Si lo hicieran, quizás me librarían del terror que siento por ellos o de mis representaciones desesperadas. O quizá también de mi enfrentamiento con ellos y del infierno que experimentaba todas las noches.
Osamu Dazai
–Señora, su niño tiene una enfermedad grave: está muerto. Sin embargo –prosiguió–, haremos todo lo posible por conservarle la vida más allá de su muerte. Lograremos que continúen sus funciones orgánicas por un complejo sistema de autonutrición. Sólo variarán las funciones motrices, los movimientos espontáneos. Sabremos de su vida por el crecimiento que continuará también normalmente. Es simplemente “una muerte viva”. Una real y verdadera muerte...
Gabriel García Márquez (Collected Stories)
[...] un mantra del mundo poliamoroso dice que «hay que aprender a estar sola». Yo no quiero aprender a estar sola, quiero aprender a vivir en relación, en relaciones. Estar sola no significa vivir sin pareja: estar sola es ser esa niña que espera aterrorizada la llegada de su padre, consciente de que, si tiene un mal día, nadie la salvará. Estar sola es enfrentar la certeza de que tu padre te va a matar mientras el entorno mira hacia otro lado, mientras murmura que dos no se pelean si uno no quiere. Esa indefensión es estar sola. Y esa yo ya la aprendí. Por eso sigo viva, porque aprendí a vivir con ella y a salvarme. No quiero aprenderla más: quiero desaprenderla, quiero quitármela de encima, quiero arrancarme a jirones la piel impregnada de esa soledad. Creo que toda mi vida poliamorosa ha girado alrededor de eso: de crear un mundo en el que ya no estoy indefensa ni amenazada, de saber que ni el deseo hacia otra persona me dejará en la soledad de las palizas, rodeada de gente que no sabe ni quiere pararlas. Y saber que incluso si alguien no quiere seguir a mi lado, no me traicionará. Me dejará queriéndome con la misma ternura que sentía por mí el día anterior a dejarme. Pero claro, crear el mundo imaginario no basta. El mundo hay que habitar y una de sus habitantes soy yo y son todas las demás. Y todas somos esas grietas también.
Brigitte Vasallo (Pensamiento monógamo, terror poliamoroso)
Así el enamorado de la vida universal entra en la multitud como en una inmensa reserva de electricidad. También se lo puede comparar con un espejo tan grande como esa multitud; con un caleidoscopio dotado de conciencia que, con cada movimiento, representa la vida múltiple y la gracia cambiante de los elementos de la vida. Es un yo insaciable de no-yo que, a cada instante, lo capta y lo expresa en imágenes más vivas que la vida misma, siempre inestable y fugaz.
Charles Baudelaire (El pintor de la vida moderna (Serie Great Ideas 28))
Creo que era el ser más triste que he conocido en mi vida, y aún así la palabra tristeza me parece demasiado suave; más bien debería decir que había en él algo destruido, completamente arrasado. Siempre tuve la impresión de que la vida era una carga para él, que ya no sentía el menor vínculo con ninguna cosa viva. Creo que resistió justo el tiempo necesario para acabar sus trabajos, y que ninguno de nosotros puede siquiera imaginar el esfuerzo que eso le constó
Michel Houellebecq (The Elementary Particles)
Mirá, Aurora, estoy jodido. Y sé que vos, estés en donde estés, también estás jodida. Pero yo estoy muerto y vos en cambio estás viva. Aguanto todo, todo, todo menos una cosa: no tener tu mano. Es lo que más extraño: tu mano suave, larga, tus dedos finos y sensibles. Creo que es lo único que todavía me vincula a la vida. Si antes de irme del todo me concedieran una sola merced, pediría eso: tener tu mano durante tres, cinco, ocho minutos. Lo pasamos bien, Aurora...
Mario Benedetti (Pedro y el Capitán)
«Más allá de toda la veneración que merezca como hombre, y de todo el respeto que pueda sentirse por su contribución humana y científica, Frankl no debe ser eximido de la discusión crítica. Debe ser inteligible para nosotros, comprensible, tangible, y también debe poder llegar a ser piedra de escándalo y de contradicción. De este modo, su vida y su obra seguirán vivas entre nosotros y no estarán en las alturas de un pedestal, ajenas a la vida cotidiana, inalcanzables, expuestas solo al polvo de la historia».
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
Por esta floristería pasan hombres y mujeres que necesitan comunicar una emoción o enviar un mensaje para el que no encuentran las palabras: respeto, agradecimiento, admiración, desamor, pérdida, amor, celebración... Unos compran flores para un nacimiento y otros por una muerte. Unos las encargan para restar sobriedad a sus despachos, otros para dar vida a sus casas. Algunos las prefieren vivas, aún prendidas de la tierra, otros muertas o disecadas. En unos casos las prefieren a punto de abrirse para que duren más, a otros en cambio les gustan perecederas como las margaritas que empiezan a deshojarse. De una en una o de cien en cien... a veces las enviamos al camerino del teatro español, otras forman coronas en la iglesia de San Sebastián, las compras madres a sus madres, infieles a sus mujeres, amantes a sus amantes, el Palace para su retretes, las ancianas para sus balcones... Yo tengo la teoría de que a cada persona le corresponde una flor. Y a cada etapa de su vida, también. Hay mujeres que compran flores y otras que no. Eso es todo
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)
pero los que nacen del espíritu demuestran los frutos inmediatamente, a través del servicio a sus semejantes. Éstos son esos frutos: servicio amoroso, abnegación desinteresada, fidelidad, equilibrio, honradez, permanente esperanza, confianza sin reservas, misericordia, bondad continua, piadosa clemencia y paz sin fin. Si los creyentes no aportan estos frutos en su vida diaria…, ¡están muertos! El espíritu de la Verdad —no os engañéis— no reside en ellos. Son sarmientos inútiles de una viña viva y, a no tardar, serán podados.
J.J. Benítez (Hermón. Caballo de Troya 6 (Spanish Edition))
La edad adulta trae consigo la ilusión perniciosa del control, y acaso depende de ella. Quiero decir que es ese espejismo de dominio sobre nuestra propia vida lo que nos permite sentirnos adultos, pues asociamos la adultez con la autonomía, el soberano derecho a determinar lo que va a sucedernos enseguida. El desengaño viene más pronto o más tarde, pero viene siempre, no falta a la cita, nunca lo ha hecho. Cuando llega lo recibimos sin demasiada sorpresa, pues nadie que viva lo suficiente puede sorprenderse de que su biografía haya sido moldeada por eventos lejanos, por voluntades ajenas, con poca o ninguna participación de sus propias decisiones. Esos largos procesos que acabarán por toparse con nuestra vida -a veces para darle el empujón que necesitaba, a veces para hacer estallar en pedazos nuestros planes más espléndidos- suelen estar ocultos como corrientes subterráneas, como meticulosos desplazamientos de las capas tectónicas, y cuando por fin se da el terremoto invocamos las palabras que hemos aprendido a usar para tranquilizarnos, ACCIDENTE, CASUALIDAD, a veces DESTINO.
Juan Gabriel Vásquez (The Sound of Things Falling)
muchos años tardé en descubrirlo, ahora estoy seguro de que la magia de La Habana brota de su olor. Quien conozca la ciudad debe admitir que posee una luz propia, densa y leve al mismo tiempo, y un colorido exultante, que la distinguen entre mil ciudades del mundo. Pero sólo su olor resulta capaz de otorgarle ese espíritu inconfundible que la hace permanecer viva en el recuerdo. Porque el olor de La Habana no es mejor ni peor, no es perfume ni es fetidez, y, sobre todo, no es puro: germina de la mezcla febril rezumada por una ciudad caótica y alucinante.
Leonardo Padura (La novela de mi vida (Andanzas) (Spanish Edition))
Lo que Dios engendra es Dios, del mismo modo que lo que engendra un hombre es un hombre. Lo que Dios crea no es Dios, del mismo modo que lo que el hombre crea no es un hombre. Por eso los hombres no son Hijos de Dios en el sentido en que lo es Cristo. Pueden parecerse a Dios en algunos aspectos, pero no son cosas de la misma clase. Son más como estatuas o cuadros de Dios. Una estatua tiene la forma de un hombre pero no está viva. Del mismo modo, el hombre tiene (en un sentido que voy a explicar ahora) la «forma» de Dios, pero no tiene la misma clase de vida que tiene Dios.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
El universo danzaba hacia la vida. La vida era un recurso notablemente común. Cualquier cosa lo bastante complicada parecía invitada a apuntarse al negocio, de la misma manera en que cualquier cosa lo bastante enorme recibía una generosa porción de gravedad. El universo mostraba una clara propensión hacia la consciencia. Lo cual sugería una cierta crueldad muy sutil, entretejida en la misma textura del espacio-tiempo. Quizá incluso una música podía estar viva, si era lo bastante vieja. La vida es un hábito. La gente decía: «No puedo quitarme de la cabeza esa dichosa canción...». No un mero ritmo, sino el latido de un corazón. Y cualquier cosa viva quiere reproducirse.
Terry Pratchett (Soul Music (Discworld, #16; Death, #3))
La misma lógica evolutiva modela la vida de cerdos, cerdas y cochinillos en las granjas controladas por los humanos. Para sobrevivir y reproducirse en la naturaleza, los antiguos jabalíes necesitaban recorrer extensos territorios, familiarizarse con su ambiente y cuidarse de trampas y depredadores. Además, necesitaban comunicarse con otros jabalíes y formar grupos complejos dominados por matriarcas viejas y experimentadas. En consecuencia, las presiones evolutivas hicieron de los cerdos salvajes (y aún más de las cerdas salvajes) animales sociales muy inteligentes, caracterizados por una viva curiosidad y por fuertes necesidades de socializar, jugar, desplazarse y explorar el entorno.
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
Outside The Museum (The Sonnet) Enough with, patria o muerte*! Enough with, god save the queen! Enough with, heil hitler! Enough with, o say can you see! Bronze age beings yell about national glory, Stone age beings yell about religious glory. Electric beings got no time for such make-believe, On their shoulders walks the present of humanity. There is no earth till all roots combine, Till we crave for each other all roots are chains. Museums add perspective on the direction of life, But to spend a life in museum is life lost in vain. Enough with vande mataram**, it's time for vasudhaiva kutumbakam***. To hell with nation, culture and tradition, civilization awaits outside the museum. (*homeland or death, *hail the motherland, ***world is family)
Abhijit Naskar (Amantes Assemble: 100 Sonnets of Servant Sultans)
No cabe duda de que el contraataque más exuberante lanzado por escritor alguno contra la reducción del lenguaje es el de James Joyce. Después de Shakespeare y de Burton, la literatura no había conocido semejante goloso de las palabras. Como si se hubiera dado cuenta de que la ciecnia había arrebatado al lenguaje muchas de sus antiguas posesiones, de sus colonias periféricas, Joyce quiso anexionarle una nuevo reino subterráneo. El Ulises pesca en su red luminosa la confusión viva de la vida inconsciente; Finnegan´s Wake destruye los bastiones del sueño, Joyce, como nadie había después de Milton, devuelve al oído inglés la vasta magnificiencia de su ancestro. Comanda grandes batallones de palabras, recluta nuevas palabras hace tiempo olvidadas u oxidadas, llama a filas otras palabras nuevas convocadas por las necesidades de la imaginación.
George Steiner
En Nueva grandeza mexicana (1946), uno de los ensayos más ingeniosos sobre la ciudad de México, Salvador Novo considera que toda ciudad moderna debe elegir uno de dos destinos posibles: o extinguirse y mantener intacta su arquitectura (como la ciudad maya de Chichen Itzá); o pertenecer viva, transformándose y renovándose constantemente. Las ciudades y sus habitantes, escribe Novo, “se enfrentan por inescapable determinismo a un incómodo dilema: o la cripta honorable o la vida imprevisible: o la momia o el hombre: o el museo o la urbe”. Hasta ahora la ciudad de México ha logrado mantenerse viva y evitar el destino de tantos otros centros urbanos menos afortunados, que se han convertido en museos al aire libre o en meras atracciones turísticas sin vida propia. “A diferencia de Teotihuacán” escribe Novo, “ha sido el destino de México sobrevivir a costa de transformarse
Rubén Gallo (México D.F.: Lecturas para paseantes)
Se descobrir em mim um desejo que nenhuma experiência deste mundo pode satisfazer, a explicação mais provável é que fui criado para um outro mundo. Se nenhum dos prazeres terrenos satisfaz esse desejo, isso não prova que o universo é uma tremenda enganação. Provavelmente, esses prazeres não existem para satisfazer esse desejo, mas só para despertar e sugerir a verdadeira satisfação. Se assim for, tenho de tomar cuidado, por um lado, para nunca desprezar as bênçãos terrenas nem deixar de ser grato por elas; por outro, para nunca tomá-las pelo 'algo a mais' do qual são apenas a cópia, o eco ou a miragem. Tenho de manter viva em mim a chama do desejo pela minha verdadeira terra natal, a qual só encontrarei depois da morte; e jamais permitir que ela seja arrasada ou caia no esquecimento. Tenho de fazer com que o principal objetivo de minha vida seja buscar essa terra e ajudar outras pessoas a busca-la também.
C.S. Lewis (Cristianismo Puro e Simples)
La mayoría de las personas afirman que su jerarquía social es natural y justa, mientras que las de otras sociedades se basan en criterios falsos y ridículos. A los occidentales modernos se les enseña a mofarse de la idea de jerarquía racial. Les sorprende que haya leyes que prohíban a los negros vivir en barrios de blancos, o estudiar en escuelas para blancos, o ser tratados en hospitales para blancos. Sin embargo, la jerarquía de ricos y pobres, que ordena que la gente rica viva en barrios separados y más lujosos, que estudien en escuelas separadas y más prestigiosas y que reciban tratamiento médico en instalaciones separadas y mejor equipadas, les parece perfectamente sensata a muchos norteamericanos y europeos. No obstante, es un hecho comprobado que la mayoría de las personas ricas lo son por el simple hecho de haber nacido en el seno de una familia rica, mientras que la mayoría de las personas pobres seguirán siéndolo durante toda su vida simplemente por haber nacido en el seno de una familia pobre.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Esta rebelión de vuestros estados de ánimo contra vuestro auténtico yo ocurrirá de todas maneras. Precisamente por eso la fe es una virtud tan necesaria: a menos que les enseñéis a vuestros estados de ánimo «a ponerse en su lugar» nunca podréis ser cristianos cabales, o ni siquiera ateos cabales, sino criaturas que oscilan de un lado a otro, y cuyas creencias realmente dependen del tiempo o del estado de vuestra digestión. En consecuencia es necesario fortalecer el hábito de la fe. El primer paso es reconocer el hecho de que vuestros estados de ánimo cambian. El siguiente es asegurarse de que, si habéis aceptado el cristianismo, algunas de sus principales doctrinas serán deliberadamente expuestas a vuestra mente todos los días. De ahí que las oraciones diarias, las lecturas religiosas y el acudir a la iglesia son partes necesarias de la vida cristiana. Se nos tiene que recordar continuamente aquello en lo que creemos. Ni esta creencia ni ninguna otra permanecerá automáticamente viva en la mente. Debe ser alimentada.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
La muerte podía estar en una bolsa de cacahuetes, en un trozo de carne que se te atravesara, en el siguiente paquete de cigarrillos. Siempre te andaba rondando, de guardia en todas las estaciones de control entre lo mortal y lo eterno. Agujas infectadas, insectos venenosos, cables mal aislados, incendios forestales. Patines que lanzaban a intrépidos chiquillos a cruces muy transitados. Cada vez que te metes en la bañera para darte una ducha, Oz te acompaña: ducha para dos. Cada vez que subes a un avión, Oz lleva tu misma tarjeta de embarque. Está en el agua que bebes y en la comida que comes. «¿Quién anda ahí?», gritas en la oscuridad cuando estás solo y asustado, y es él quien te responde: Tranquilo, soy yo. Eh, ¿cómo va eso? Tienes un cáncer en el vientre, qué lata, chico, sí que lo siento. ¡Cólera! ¡Septicemia! ¡Leucemia! ¡Arteriosclerosis! ¡Trombosis coronaria! ¡Encefalitis! ¡Osteomielitis! ¡Ajajá, vamos allá! Un chorizo en un portal, con una navaja en la mano. Una llamada telefónica a medianoche. Sangre que hierve con ácido de la batería en una rampa de salida de una autopista de Carolina del Norte. Puñados de píldoras: anda, traga. Ese tono azulado de las uñas que sigue a la muerte por asfixia; en su último esfuerzo por aferrarse a la vida, el cerebro absorbe todo el oxígeno que queda en el cuerpo, incluso el de las células vivas que están debajo de las uñas. Hola, chicos, me llamo Oz el Ggande y Teggible, pero podéis llamarme Oz a secas. Al fin y al cabo, somos viejos amigos. Pasaba por aquí y he entrado un momento para traerte este pequeño infarto, este derrame cerebral, etcétera; lo siento, no puedo quedarme, tengo un parto con hemorragia y, luego, inhalación de humo tóxico en Omaha. Y la vocecita sigue gritando: «¡Te quiero, Tigger, te quiero! ¡Creo en ti, Tigger! ¡Siempre te querré y creeré en ti, y seguiré siendo niña, y el único Oz que habitará en mi corazón será ese simpático impostor de Nebraska! Te quiero…». Vamos patrullando, mi hijo y yo…, porque lo que importa no es el sexo ni la guerra, sino la noble y terrible batalla sin esperanza contra Oz, el Ggande y Teggible.
Stephen King (Pet Sematary)
En todos esos años, Pedro Tercero nunca llegó a acostumbrarse a su vida de soltero, a pesar de su éxito con las mujeres, especialmente las adolescentes esplendorosas a quienes los quejidos de su guitarra encendían de amor. Algunas se introducían a viva fuerza en su vida. Él necesitaba la frescura de esos amores. Procuraba hacerlas felices un tiempo brevísimo, pero desde el primer instante de ilusión, comenzaba a despedirse, hasta que, por último, las abandonaba con delicadeza. A menudo, cuando tenía a una de ellas en la cama suspirando dormida a su lado, cerraba los ojos y pensaba en Blanca, en su amplio cuerpo maduro, en sus pechos abundantes y tibios, en las finas arrugas de su boca, en las sombras de sus ojos árabes y sentía un grito oprimiéndole el pecho. Intentó permanecer junto a otras mujeres, recorrió muchos caminos y muchos cuerpos alejándose de ella, pero en el momento más íntimo, en el punto preciso de la soledad y del presagio de la muerte, siempre era Blanca la única. A la mañana siguiente comenzaba el suave proceso de desprenderse de la nueva enamorada y apenas se encontraba libre, regresaba donde Blanca, más delgado, más ojeroso, más culpable, con una nueva canción en la guitarra y otras inagotables caricias para ella.
Isabel Allende (The House of the Spirits)
les dije que la vida humana nunca, bajo ninguna circunstancia, deja de tener sentido, y que este sentido infinito de la vida incluye también el sufrimiento y la agonía, las privaciones y la muerte. Rogué a aquellas pobres criaturas que escuchaban en la oscuridad del barracón que encararan con entereza la gravedad de nuestra situación. No debían dejarse abatir por el desánimo, sino conservar la confianza y el coraje, conscientes de que ni siquiera la falta de perspectivas de nuestra desesperada lucha podía arrebatarles su sentido y su dignidad. Les aseguré que en las horas difíciles siempre había alguien —un amigo, una esposa, una persona viva o muerta, o un Dios— que observaba nuestro comportamiento ante el destino; y ese alguien deseaba que no lo decepcionáramos, al contrario, esperaba que sufriéramos con orgullo —y no miserablemente— y que muriéramos con dignidad. Finalmente mencioné nuestro sacrificio de aquel momento, que para cada uno tenía su propio significado. Les expliqué que ese sacrificio parecería absurdo en el mundo normal, donde impera el éxito material. Pero en realidad nuestro sacrificio sí tenía un sentido. Los que profesan una fe religiosa, dije con franqueza, no tendrán dificultad en entenderlo. Les hablé de un compañero que, al ingresar en el campo, se había ofrecido al cielo para que su sufrimiento y su muerte liberaran de un doloroso final al ser que amaba. Para ese hombre el sufrimiento y la muerte tenían un sentido, su sacrificio poseía el significado más profundo. No quería morir en vano, ninguno de nosotros lo queríamos
Viktor E. Frankl (El Hombre en Busca de Sentido)
»Tú eres la meridiana refulgente de caridad aquí, y allá en el suelo de esperanza mortal la viva fuente. »Señora, es tan valioso tu consuelo, que quien pide merced, si a ti no corre, es cual volar sin alas, vano anhelo. »No sólo tu bondad pía socorre a quien demanda; a veces generosa, al que no pide con amor acorre. »En ti misericordia y luz piadosa; en ti magnificencia; en ti se aduna cuanto hay en la criatura bondadosa. »Ora este ser, que de ínfima laguna la vida espiritual ha recorrido, por sus gradas subiendo, una por una, »ruega le sea en gracia concedido poder mirar con ojo levantado a la final salud, fortalecido. »Y yo, que en contemplarte me he abrasado, pido por él, con voto más ferviente, que no en vano su gracia haya implorado; »y disipes las nubes de la mente de su mortalidad, y esplendorosa pueda ver la ventura claramente. »También te ruego, ¡reina poderosa!, quieras que guarde sus afectos sanos, después de una visión tan portentosa. »¡Y le guardes de caer cual los humanos! Mira a Beatriz, con todos los electos, que a par de mí suplican con las manos.» Y los ojos que a Dios son tan dilectos, fijos en el que oraba, demostraron que acogía, en sus preces, sus afectos; y hacia la eterna luz se enderezaron; que ojos mortales, según creen y creo, nunca tan claramente penetraron. Y yo, que el fin de mis anhelos veo tan próximo de mí, como debía, apago en mí las llamas del deseo. Bernardo me apuntaba y sonreía porque mirase arriba, pero ya era yo por mí mismo, lo que en mí quería; pues mi vista, más fija y más sincera, más y más se extendía penetrante en la alta luz eterna y verdadera.
Dante Alighieri (La Divina Comedia : el infierno, el purgatorio y el paraíso (Spanish Edition))
Sin duda (el adolescente) no lo sabe todo, pero es cierto que esa edad ociosa, sin oficio ni beneficio, es una época privilegiada para pensar en el todo. ¿Cuándo se manifiesta esa totalidad en el caso de la vida humana? No hemos de reputar feliz a nadie, dice Solón, mientras viva, sino que debemos esperar al final de su existencia. Al morir, el sujeto entrega su esencia, que es el ejemplo que ha ido cincelando durante todos los años anteriores en la materia del tiempo. Durante todo su habitar sobre la tierra el hombre incuba en su seno la promesa de un ejemplo que va creciendo y solo se detiene y asume su forma definitiva cuando aquel muere. Es difícil que un sujeto conozca de verdad a otro —un padre, un amigo— mientras ambos, el conocedor y el conocido, todavía vivan, ya que no solo la esencia de este es incompleta, sino que además apenas puede percibirse con claridad: el ritmo de las obligaciones ordinarias, la vulgaridad de las situaciones, el norte del egoísmo humano, la inseguridad de las apreciaciones en la experiencia diaria impiden una disposición apta para dicha percepción. Pero, tras la muerte, resplandece ese ejemplo, ya completo “y despojado de sus accidentes. Con frecuencia se ha notado que el término griego para «verdad» —aletheia— significa no-olvido (a-lethos), esto es, recuerdo. Conocer la verdad de un hombre, en sentido estricto, es recordar su ejemplo cuando ya ha dejado de existir, momento en el que adquiere un relieve y una nitidez extraordinarios. De ahí que nos conmovamos hasta la desesperación cuando “desaparece un ser querido: al morir, contemplamos por primera vez su ser verdadero, lo amamos definitivamente y desearíamos por encima de todo poder decírselo, pero entonces ya es demasiado tarde. Todo conocimiento es póstumo.
Javier Gomá Lanzón (Aquiles en el gineceo o Aprender a ser mortal)
—No hay un solo pueblo que haya organizado su vida según los principios de la razón y la ciencia. No ha habido nunca un ejemplo de ello, o quizá sólo durante un momento y eso por estupidez. El socialismo, por su índole misma, tiene que ser ateísmo, puesto que proclama desde el primer momento que es una institución atea y que trata de organizarse exclusivamente según los principios de la ciencia y la razón. Ahora bien, en la vida de los pueblos, la ciencia y la razón han cumplido un menester tan secundario como auxiliar; y lo seguirán cumpliendo por los siglos de los siglos. Los pueblos se forman y mueven por otro género de fuerza que los conduce y rige, cuyo origen es desconocido e inexplicable. Esa fuerza es la del anhelo infatigable de llegar hasta el fin, al mismo tiempo que niegan que haya un fin. Es el espíritu de la vida, o, como dice la Escritura, «los ríos de agua viva» con cuya posibilidad de secarse nos intimida el Apocalipsis. Es un principio estético, como dicen los filósofos, un principio ético con el cual lo identifican. La «búsqueda de Dios», como yo lo llamo de modo más sencillo. La meta de todo movimiento popular, en cualquier pueblo y momento de su existencia, es únicamente la búsqueda de Dios, de su Dios, del suyo propio, y de la fe en él como único verdadero. Dios es la personalidad sintética de todo un pueblo, considerada desde el principio hasta el fin. Nunca se ha dado el caso de que todos los pueblos, o muchos de ellos, tengan un solo Dios común, sino que siempre ha tenido cada uno el suyo. Cuando los dioses comienzan a ser comunes, ocurre la primera señal de descomposición de la nacionalidad. Cuanto más poderoso es un pueblo, más individual debe ser su dios. No hay pueblo sin religión, es decir, sin noción del bien y del mal. Ahora, cuando entre muchos pueblos surgen nociones comunes del bien y del mal, esos pueblos mueren, y hasta la misma diferencia entre el bien y el mal comienza a desdibujarse y termina desapareciendo. Nunca ha podido la razón definir el bien y el mal, ni distinguir siquiera aproximadamente el bien del mal; al contrario, los ha mezclado de manera vergonzosa y lamentable. La ciencia sin embargo no ha dado sino soluciones basadas en la fuerza bruta. En ello ha descollado en particular la semiciencia, el más terrible azote de la humanidad, peor que cualquier peste, peor que el hambre y la guerra. La semiciencia es un déspota de una fauna jamás vista hasta ahora, un déspota que tiene sus sacerdotes y sus esclavos, un déspota ante quien todos hincan la frente con amor y temor supersticioso inconcebibles hasta ahora, y ante quien tiembla y se rinde vergonzosamente la ciencia misma. Éstas son las mismísimas palabras de usted, Stavrogin, salvo las referentes a la semiciencia. Ésas son mías, porque yo no tengo más que semiciencia y, por lo tanto, le tengo un odio especial. Además, no he cambiado ni una sola de sus palabras y tampoco ni una sola de sus ideas.
Fyodor Dostoevsky (Demons)
latinos conservados. El verdadero éxito de la palabra llegó cuando la rescataron varios humanistas a partir de 1496 y cuando más tarde se extendió por todas las lenguas romances. Durante siglos, ha seguido viva y su uso se ha extrapolado a otros ámbitos. Ya no se aplica solo a la literatura; ni siquiera solo a la creación; para mucha gente, un clásico no es más que vocabulario futbolístico. Es cierto que hablar de «clásicos» implica utilizar una terminología de origen clasista, como su propio nombre indica. El concepto nos llega desde una época que lanzaba una mirada jerárquica sobre el mundo, imbuida por arrogantes nociones de privilegio, como casi todas las épocas, por otra parte. Sin embargo, hay algo conmovedor en el hecho de considerar las palabras una forma —aunque sea metafórica— de riqueza, frente a la siempre avasalladora soberanía de la propiedad inmobiliaria y del dinero. De la misma manera que las estirpes de los ricos, los clásicos no son libros aislados, sino mapas y constelaciones. Italo Calvino escribió que un clásico es un libro que está antes que otros clásicos; pero quien haya leído primero los otros y después lea aquel reconoce enseguida su lugar en la genealogía. Gracias a ellos descubrimos orígenes, relaciones, dependencias. Se esconden unos en los pliegues de otros: Homero forma parte de la genética de Joyce y Eugenides; el mito platónico de la caverna regresa en Alicia en el País de las Maravillas y Matrix; el doctor Frankenstein de Mary Shelley fue imaginado como un moderno Prometeo; el viejo Edipo se reencarna en el desgraciado rey Lear; el cuento de Eros y Psique, en La Bella y la Bestia; Heráclito en Borges; Safo en Leopardi; Gilgamesh en Supermán; Luciano en Cervantes y en La guerra de las galaxias; Séneca en Montaigne; las Metamorfosis de Ovidio en el Orlando, de Virginia Woolf; Lucrecio en Giordano Bruno y Marx; y Heródoto en La ciudad de cristal, de Paul Auster. Píndaro canta: «Sueño de una sombra es el ser humano». Shakespeare lo reformula: «Somos de la misma materia de la que están hechos los sueños, y nuestra breve vida está circundada por el sueño». Calderón escribe La vida es sueño. Schopenhauer entra en el diálogo: «La vida y los sueños son páginas del mismo libro». El hilo de las palabras y las metáforas atraviesa el tiempo, ovillando las épocas. El problema, para algunos, es la llegada a los clásicos. Incrustados en los programas escolares y universitarios, se han convertido en lecturas obligatorias. Corremos el riesgo de percibirlos como imposiciones que nos ahuyentan. En La desaparición de la literatura, Mark Twain proponía una definición irónica: «Clásico es un libro que todo el mundo quiere haber leído pero nadie quiere leer». Pierre Bayard toma prestada esa veta de humor para su ensayo Cómo hablar de los libros que no se han leído. Allí analiza los resortes que nos impulsan a la hipocresía lectora. Por el miedo infantil a defraudar, para no quedar excluidos de una conversación, jugando de farol en un examen, decimos que sí, casi sin
Irene Vallejo (El infinito en un junco)
La edad adulta trae consigo la ilusión perniciosa del control, y acaso depende de ella. Quiero decir que es ese espejismo de dominio sobre nuestra propia vida lo que nos permite sentirnos adultos, pues asociamos la adultez con la autonomía, el soberano derecho a determinar lo que va a sucedernos enseguida. El desengaño viene más pronto o más tarde, pero viene siempre, no falta a la cita, nunca lo ha hecho. Cuando llega lo recibimos sin demasiada sorpresa, pues nadie que viva lo suficiente puede sorprenderse de que su biografía haya sido moldeada por eventos lejanos, por voluntades ajenas, con poca o ninguna participación de sus propias decisiones. Esos largos procesos que acabarán por toparse con nuestra vida -a veces para darle el empujón que necesitaba, a veces para hacer estallar en pedazos nuestros planes más espléndidos- suelen estar ocultos como corrientes subterráneas, como meticulosos desplazamientos de las capas tectónicas, y cuando por fin se da el terremoto invocamos las palabras que hemos aprendido a usar para tranquilizarnos, accidente, casualidad, a veces destino.
Juan Gabriel Vásquez (The Sound of Things Falling)
Catecismo es palabra griega que significa enseñar en voz alta, o desde lo alto, dijo. Es la enseñanza a viva voz de la religión. Pero se trata de una enseñanza especial: no la instrucción de la mente sino la educación de la vida: no busca meter en la cabeza algunas nociones, sino transmitir sólidas convicciones, conducir a la obra buena, al ejercicio de la virtud.
Evelio Rosero (Plegaria por un papa envenenado (Spanish Edition))
La niña de mi cuento soñaba con encontrar su estrella. Pasaba mucho tiempo observando el cielo y estudiando las estrellas, hasta que, un buen día, supo que la había localizado. Su estrella era el sol. ¿Cómo podría haber estado tan ciega? El sol que siempre estaba ahí cuando le necesitaba, que le enseñaba el mundo en todo su esplendor. El sol era una parte de ella. Claro que la niña sabía que el sol nunca podría pertenecer a nadie. Tan cegada estaba que no vio venir a su estrella. Sí, sabía que era hermosa y que su luz brillaba con mucho más vehemencia que el resto, pero no era el sol y ella creía ciegamente en él. Su estrella no se rendía, intentaba atraer su atención bailando a su alrededor, brillando con la luz más hermosa que se haya visto nunca y cantándole sus mejores canciones. La niña estaba impresionada, tanto que poco a poco se fue enamorando de su estrella. Un amor limpio, eterno, uno de esos amores que se te meten dentro y sabes que te destrozarán cuando decidan partir. Las nubes del invierno habían ocultado a su precioso sol y la niña empezaba olvidarse de su magnificencia, de la creencia del que sabe cuál es su destino. El invierno llegó y, de repente, el sol ya no le parecía tan imprescindible como antes. O al menos eso pensó, hasta que se sucedieron las estaciones y volvió la primavera. Él sol volvió a brillar de nuevo con fuerza y, a pesar de que su luz no iba dirigida a la niña, ella, tan ingenua como era, estaba segura de que sí lo era. Y se equivocó. Sabía que su estrella sufriría, pero pensaba que su hermosa luz jamás se apagaría, que aceptaría sus sentimientos por el sol. No fue así. La estrella se marchó y dejó de cantar para ella y, cuando lo hizo, se dio cuenta de que el sol siempre era silencioso. Era ella quien daba vida al sol y no al revés. Pero ya era tarde, demasiado tarde. La niña se quedó sola, escuchando el eco de su estrella sollozando. Al final aceptó que había perdido una estrella única y viva, por el sol que era mudo e incapaz de amar a nadie, que solo podía recibir y nunca dar. Así que le dio todo lo que tenía; su tiempo, su vida y su alma. No podía arrebatarle nada que ella no hubiera arrojado ya al vacío. Perdió a su estrella y el lamento del sol fue su único refugio.
W.Davies
El cuerpo nunca está enfermo ni sano ya que en él sólo se manifiestan las informaciones de la mente. El cuerpo no hace nada por sí mismo. Para comprobarlo, basta ver un cadáver. El cuerpo de una persona viva debe su funcionamiento precisamente a estas dos instancias inmateriales que solemos llamar conciencia (alma) y vida (espíritu). La conciencia emite la información que se manifiesta y se hace visible en el cuerpo. La conciencia es al cuerpo lo 3 que un programa de radio al receptor.
Anonymous
-Mereces mucho más que caridad -dice, con el pecho agitado-. Mereces vivir. Mereces estar viva -Me mira sin parpadear-. Vuelve a la vida, amor. Estaré aquí cuando despiertes.
Tahereh Mafi
Claude Chabrol: “No soy paranoico, pero en la sociedad hay una conspiración para que la gente viva una vida idiota”.
Ivonne Bordelois (El país que nos habla (Spanish Edition))
¿Qué clase de hombres son, pues, estos aviadores? Proceden de ese ejército gigantesco que, allá delante en las trincheras, está sometido a un fuego permanente, y constituyen una selección a la que ha congregado el afán de entregarse a formas de combate cada vez más audaces. También hay entre ellos soldados de caballería, figuras delgadas como yóqueis, de rostros afilados y monóculos brillantes. Se han cansado de estar inactivos en las aldeas y en las mansiones señoriales de la retaguardia y de esperar, sin hacer nada, a que se reanude el avance. Se les nota que pertenecen a familias que desde hace siglos llevan en la sangre el espíritu de los combates ecuestres y que miran con desdén, como poco adecuado a su rango, ese modo de luchar que consiste en situarse detrás de máquinas y de fusiles automáticos. Por ello se les acusa de que entienden más de cazar y disparar que de manejar los motores. Pero entre los aviadores hay también otros hombres que han nacido y crecido en las zonas llenas de humo de las grandes industrias y que desde su infancia han estado cerca de los medios y poderes propios de nuestra época. Ellos se han adentrado un poco más en este mundo nuestro que, por debajo de su superficie fría, hierve de misterios y prodigios incandescentes; estos hombres barruntan ese espíritu elemental que comienza a dar señales de vida en los átomos del acero y de los materiales explosivos y en las crepitantes chispas del encendido de una máquina. Y, sin embargo, sus pasos se orientan hacia lo sencillo; los aviadores dominan su avión como el australiano domina su bumerán. Hay, en fin, entre ellos, otros hombres en los que parecen haber resucitado, haber re-nacido de una manera extraña, los antiguos vikingos; apenas representa diferencia ninguna el que éstos de ahora suban a pájaros artificiales y los vikingos de otros tiempos subieran a naves piratas adornadas con escudos multicolores. Es cierto que han cambiado los tiempos y los medios, pero ha permanecido viva la audacia con que se enfrentan a la Muerte.
Ernst Jünger (Copse 125: A Chronicle from the Trench Warfare of 1918)
Cuando reviven en mi recuerdo estas abominaciones, pe-sadas como plomo, de la vida incivil de Rusia, me pregunto a veces si vale la pena hablar de estas cosas. Y con toda convicción me respondo: Sí, vale la pena, porque lo que des-cribo es aún una realidad viva y triste, una realidad que sigue existiendo hoy mismo en toda su barbarie y que es preciso conocer hasta en sus raíces, para poder extirparla de la conciencia, del alma del pueblo, de nuestra vida entera estúpida e ignominiosa.
Maxim Gorky (Dias de Infancia)
Las imágenes no viven. Sin embargo, me parece que teniendo este aparato, conviene inventar otro, que permita averiguar si las imágenes sienten y piensan (o, por lo menos, si tienen los pensamientos y las sensaciones que pasaron por los originales durante la exposición; es claro que la relación de sus conciencias (?) con estos pensamientos y sensaciones no podrá averiguarse). [...]. Lo pensado y lo sentido en la vida —o en los ratos de exposición— será como un alfabeto, con el cual la imagen seguirá comprendiendo todo (como nosotros, con las letras de un alfabeto podemos entender y componer todas las palabras). La vida será, pues, un deposito de la muerte. Pero aun entonces la imagen no estará viva; objetos esencialmente nuevos no existirán para ella. Conocerá todo lo que ha sentido o pensado, o las combinaciones ulteriores de lo que ha sentido o pensado.
Adolfo Bioy Casares (La invención de Morel)
I am not sick. I am broken. But I am happy to be alive.
Carmen T. Bernier-Grand (Frida: ¡Viva La Vida! Long Live Life!)
I drink to drown my pain, but the damned pain learns to swim.
Carmen T. Bernier-Grand (Frida: ¡Viva La Vida! Long Live Life!)
Hay cosas en la vida que son mejor no saberlas.
Dafne Aline (Sentirse Viva (Sentirse Viva, #1))
Creo que el único modo de que prospere el cristianismo consiste en mantener viva una cultura cristiana vigorosa, segura de sí y llena de vida, pero en interacción dinámica con la cultura contemporánea.
Timothy Radcliffe (Ser cristianos en el siglo XXI. Una espiritualidad para nuestro tiempo (Servidores y Testigos nº 128) (Spanish Edition))
Aparecida ha sido un despertador animoso que ha puesto de nuevo entusiasmo y esperanza en nuestros espíritus. La llegada de Francisco a la sede de Roma es un aliciente más para mantener viva esta esperanza. Es un momento de la historia que no podemos desperdiciar o desaprovechar. Como el vigía de Isaías, los discípulos y misioneros que surgen de Aparecida nos damos cuenta de algo muy importante: ya amanece. Tenemos por delante un desafío arduo pero apasionante, un desafío que nos renueva y vitaliza. Gracias a nuestra labor evangelizadora podemos aportar mucho, cooperando con otros, a los procesos de paz, justicia y cuidado de la creación. Con Aparecida sabemos que «la evangelización ha ido unida siempre a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana»; sabemos que «conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo» (DAp 29). Felices nosotros que nos toca asistir a un momento tan importante de renovación. Aparece un obispo de Roma que pide la bendición a su pueblo, que se baja de tronos y se olvida de pompas, que nos pide orar por él porque es consciente de su fragilidad y de que su tarea es difícil. De todos nosotros depende aprovechar este tiempo de gracia, este kairós que nos abre ventanas a la esperanza.
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
Mi querida: Tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo apunto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza -y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra. Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo. Julio
Julio Cortázar
JURO POR MI VIDA Y MI AMOR A LA MISMA QUE JAMÁS VIVIRÉ PARA NADIE NI EXIGIRÉ DE NADIE QUE VIVA PARA MÍ
Ayn Rand (Atlas Shrugged)
Una esperanza viva Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. 1 PEDRO 1.3 Según 1 Pedro 1.3–4, cada cristiano nace de nuevo para una esperanza viva, es decir, una esperanza que es perpetuamente viva, una esperanza que no puede morir. Pedro parece estar haciendo un contraste con la mera esperanza humana, que es siempre una esperanza muerta. Las esperanzas y sueños humanos inevitablemente se desvanecen y decepcionan en última instancia. Es por esto que Pablo dijo a los corintios: «Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres» (1 Corintios 15.19). Esta esperanza viva en Cristo no puede morir. Dios garantiza que finalmente llegará a una completa y total realización, plena y gloriosa. Esta esperanza la «tenemos como segura y firme ancla del alma» (Hebreos 6.19). Además, se nos garantiza «una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos» (1 Pedro 1.4). A diferencia de cualquier cosa en esta vida, que puede ser dañado, decaer, envejecer, oxidarse, corroerse, ser robado o perder su valor, nuestra herencia celestial es reservada para nosotros incorruptible, incontaminada e inmarcesible. Nuestra herencia completa un día será la culminación de nuestra esperanza viva. Ella está «reservada en los cielos». ¿Se da cuenta de que ya hemos recibido parte de esa herencia? De acuerdo con Efesios 1.13–14, cuando una persona cree, el Espíritu Santo habita en el corazón de esa persona. Él es el depósito de garantía de nuestra salvación eterna. Él es un anticipo de la herencia del cristiano. Él es la garantía de que Dios terminará la obra que Él ha comenzado. ¿Cómo cambia su perspectiva tener esta esperanza viva de una herencia incorruptible?
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
JURO POR MI VIDA Y MI AMOR POR ELLA, QUE JAMÁS VIVIRÉ PARA NADIE, NI EXIGIRÉ QUE NADIE VIVA PARA MÍ.
Ayn Rand (La Rebelión de Atlas)
Hemos perdido la costumbre de la vida hasta tal punto que a veces sentimos una suerte de asco por la vida verdadera, y por eso nos sienta mal el que nos la recuerden. Hemos llegado a considerar la vida viva como un trabajo, casi como un empleo, y todos somos en nuestro interior del parecer que es mejor vivir como en los libros.
Fyodor Dostoevsky (Notes from Underground, White Nights, The Dream of a Ridiculous Man, and Selections from The House of the Dead)
La verdad es que no creo que haya mucha gente que corra a fin de vivir más. Más bien tengo la impresión de que son más numerosos los que corren pensando: «No importa si no vivo mucho, pero, mientras viva, quiero al menos que esa vida sea plena». Por supuesto, es muchísimo mejor vivir diez años de vida con intensidad y perseverando en un firme objetivo, que vivir esos diez años de un modo vacuo y disperso
Haruki Murakami
Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente: la calle, la viva magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario de la esquina
Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)
Siéntete y obsérvate a ti misma, pregúntate cómo te encuentras a nivel interno y externo. Siente la calma de esa parada. Sé consciente varias veces de que estás viva y respiras, y que puedes estar mirando y oyendo lo que te rodea.
Lorena Rami (La FIV que cambiará tu vida: Guía con estrategias personales y psicológicas para enfrentarte a tu fecundación in vitro)
Quien vive «para» la política hace «de ello su vida» en un sentido íntimo; o goza simplemente con el ejercicio del poder que posee, o alimenta su equilibrio y su tranquilidad con la conciencia de haberle dado un sentido a su vida, poniéndola al servicio de «algo». En este sentido profundo, todo hombre serio que vive para algo vive también de ese algo. La diferencia entre el vivir para y el vivir de se sitúa, pues, en un nivel mucho más grosero, en el nivel económico. Vive «de» la política como profesión quien trata de hacer' de ella una fuente duradera de ingresos y vive «para» la política quien no se halla en este caso. Para que alguien pueda vivir «para» la política en este sentido económico, y siempre que se trate de un régimen basado en la propiedad privada, tienen que darse ciertos supuestos, muy triviales, si ustedes quieren: en condiciones normales, quien así viva ha de ser económicamente independiente de los ingresos que la política pueda proporcionarle. Dicho de la manera más simple: tiene que tener un patrimonio o una situación privada que le proporcione entradas suficientes. Esto es al menos lo que sucede en circunstancias normales. Ni el séquito de los príncipes guerreros ni el de los héroes revolucionarios se preocupan para nada de las condiciones de una economía normal. Unos y otros viven del botín, el robo, las confiscaciones, las contribuciones, o imponiendo el uso forzoso de medios de pago carentes de valor, procedimientos todos esencialmente idénticos. Sin embargo, estos son, necesariamente, fenómenos excepcionales; en la economía cotidiana sólo el patrimonio propio posibilita la independencia.
Max Weber (La política como vocación)
LI LORD No sé si tú, Platero, sabrás ver una fotografía. Yo se las he enseñado a algunos hombres del campo y no veían nada en ella. Pues éste es Lord, Platero, el perrillo foxterrier de que a veces te he hablado. Míralo. Está ¿lo ves? en un cojín de los del patio de mármol, tomando, entre las macetas de geranios, el sol de invierno. ¡Pobre Lord! Vino de Sevilla cuando yo estaba allí pintando. Era blanco, casi incoloro de tanta luz, pleno como un muslo de dama, redondo e impetuoso como el agua en la boca de la caño. Aquí y allá, mariposas posadas, unos toques negros. Sus ojos brillantes eran dos breves inmensidades de sentimientos de nobleza. Tenían vena de loco. A veces, sin razón, se ponía a dar vueltas vertiginosas entre las azucenas del patio de mármol, que en mayo lo adornan todo, hojas, azules, amarillas de los cristales traspasados del sol de la montera, como los palomos que pinta don Camilo... Otras se subía a los tejados y promovía un alboroto piador en los nidos de los aviones... La Macaria lo enjabonaba cada mañana y estaba tan radiante siempre como las almenas de la azotea sobre el cielo azul, Platero. Cuando se murió mi padre, pasó toda la noche velándolo junto a la caja. Una vez que mi madre se puso mala, se echó a los pies de su cama y allí se pasó un mes sin comer ni beber... Vinieron a decir un día mi casa que un perro rabioso lo había mordido... Hubo que llevarlo a la bodega del Castillo y atarlo allí al naranjo, fuera de la gente. La mirada que dejó atrás por la callejilla cuando se lo llevaban sigue agujereando mi corazón como entonces, Platero, igual que la luz de una estrella muerta, viva siempre, sobre pasando su nada con la exaltada intensidad de su doloroso sentimiento... Cada vez que un sufrimiento material me punza el corazón, surge ante mí, larga como la vereda de la vida a la eternidad, digo, del arroyo al pino de la Corona, la mirada que Lord dejó en él para siempre cual una huella macerada.
Juan Ramón Jiménez (Platero y yo: Elegía Andaluza (Spanish Edition))
¡yo me quiero! Si no me ama, tengo quien me ame, ¡yo enamoraré a mi vida! Tú me sumas, pero no me sustituyes, pues si me sustituyes estaré muerta, aun estando viva.
Augusto Cury (Ansiedad 3: Celos. Cuando el miedo a la pérdida acelera la pérdida (Biblioteca Augusto Cury) (Spanish Edition))