Vista De Nada Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Vista De Nada. Here they are! All 100 of them:

Wanderer, your footsteps are the road, and nothing more; wanderer, there is no road, the road is made by walking. By walking one makes the road, and upon glancing behind one sees the path that never will be trod again. Wanderer, there is no road-- Only wakes upon the sea. Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.
Antonio Machado (Campos de Castilla)
—Tienes un instinto especial, Sophie —continuó Howl—. Contigo nada está a salvo. Si decidiera cortejar a una doncella que viviera en un iceberg en el medio del océano, antes o después, probablemente antes, levantaría la vista y te vería volando por allí en una escoba. De hecho, me llevaría una decepción si no fuera así.
Diana Wynne Jones (Howl’s Moving Castle (Howl’s Moving Castle, #1))
-Cada quien se va haciendo a sí mismo y encontrando nuevas afinidades, nuevos gustos, nuevas maneras de ver el mundo. Cada canción, cada sueño, cada encuentro fortuito o premeditado, cada película vista, cada libro leído te hacen una persona diferente, te determinan. Eso es lo que se llama <>. - ¿Cómo? ¿Cuál es la diferencia entre una educación y la otra? ¿La que dan en la escuela y la que tú dices? - En la escuela te enseñan cómo ser ingeniero, médico, historiador, abogado, arqueólogo. La educación sentimental te hace ser persona. No sirve de nada tener buenos historiadores o arquitectos, si antes no son buenas personas. Hay que encontrar el equilibrio, entre una y la otra.
Benito Taibo (Persona normal)
Me haré a la idea de que te soñé –dijo-. Porque la verdad es que te conozco de vista desde hace mucho tiempo, pero me gustas más cuando te sueño. Entonces hago de ti lo que quiero. No como ahora que, como tú ves, no hemos podido hacer nada.
Juan Rulfo (Un pedazo de noche)
Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace "Camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.
Antonio Machado
Nada é eterno nem adquirido, tudo é fugaz e passageiro. A ilusão - seja a de felicidade ou a de tristeza - é acreditar num horizonte fechado, ao alcance da vista, que ignora ou finge ignorar os horizontes sucessivos que estão para além do imediato.
Miguel Sousa Tavares (Não Te Deixarei Morrer, David Crockett)
Eso es porque Aki se ha ido. Porque la he perdido. Ya no hay nada que desee ver. Ni en Australia, ni en Alaska, ni en el Mediterráneo, ni en la Antártida. En este mundo, vaya a dónde vaya, siempre me sucederá lo mismo. Por más maravilloso que sea el paisaje que tenga ante los ojos, nunca me emocionaré; la más hermosa de las vistas no me gustará. Ha desaparecido la persona que me hacía desear ver, saber y sentir…, incluso vivir. Ella ya no volverá a estar jamás a mi lado.
Kyōichi Katayama (Socrates In Love)
-¡Cómo le envidio que tenga tiempo para leer! ¿ Y por qué ella, que trabaja, hace la compra, educa a los niños, conduce su coche, ama a tres hombres, visita al dentista, se muda la semana próxima, encuentra tiempo para leer, y ese casto rentista soltero no? El tiempo para leer siempre es tiempo robado. (Al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar.) ¿Robado a qué? Digamos que al deber de vivir. Ésta es, sin duda, la razón de que el metro -símbolo arraigado de dicho deber- resulte ser la mayor biblioteca del mundo. El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir. Si tuviéramos que considerar el amor desde el punto de vista de nuestra distribución del tiempo, ¿qué arriesgaríamos? ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? ¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrara tiempo para amar? Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acabara una novela que amaba. La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser.
Daniel Pennac
DESPEDIDA DE UN PAISAJE No le reprocho a la primavera que llegue de nuevo. No me quejo de que cumpla como todos los años con sus obligaciones. Comprendo que mi tristeza no frenara la hierba. Si los tallos vacilan será sólo por el viento. No me causa dolor que los sotos de alisos recuperen su murmullo. Me doy por enterada de que, como si vivieras, la orilla de cierto lago es tan bella como era. No le guardo rencor a la vista por la vista de una bahía deslumbrante. Puedo incluso imaginarme que otros, no nosotros, están sentados ahora mismo sobre el abedul derribado. Respeto su derecho a reír, a susurrar y a quedarse felices en silencio. Supongo incluso que los une el amor y que él la abraza a ella con brazos llenos de vida. Algo nuevo, como un trino, comienza a gorgotear entre los juncos. De veras los deseo que lo oigan. No exijo ningún cambio de las olas a la orilla, ligeras o perezosas, pero no obedientes. Nada le pido a las aguas junto al bosque, a veces esmeralda, a veces zafiro, a veces negras. Una cosa no acepto. Volver a ese lugar. Renuncio al privilegio de la presencia.
Wisława Szymborska (El gran número, Fin y principio y otros poemas)
Atingi a maturidade com a impressão de estar acumulando experiência para organizar minha vida com vistas a ser feliz. Na verdade, consegui o feito nada comum de resolver cada problema na minha cabeça muito antes de ele se apresentar na vida, ficando perplexo e derrotado assim mesmo.
F. Scott Fitzgerald (The Beautiful and Damned)
Ele não ficou satisfeito com a ideia de Arada de um 'eu' sendo limpo e purificado para o céu. Ele não viu 'eu' na matéria. Nada a ser purificado. E viu a cobiça pelo céu como nada além de atividade em um sonho. Ele soube que, quando observadas do ponto de vista da mente verdadeira, todas as coisas eram como castelos mágicos no ar.
Jack Kerouac (Wake Up: A Life of the Buddha)
Honor miró por la ventana... y vio la sobrecogedora imagen de un ángel con alas de color azul plateado aterrizando en la zona verde del césped. -Es... -Se quedó sin aliento. Había visto fotos, incluso imágenes de televisión, que mostraban a aquel ángel de alas azules, pero ninguna de ellas le hacía justicia. Nada podría hacérsela. Resultaba mucho más impactante de cerca. No le quitó la vista de encima mientras se reunían con él junto al coche. Tenía los ojos del color del oro veneciano, el cabello negro con matices azules, y un rostro de una belleza tan pura que resultaba casi demasiado hermoso. Casi. Era, sencillamente, la criatura más hermosa que había visto en su vida. -Soy Illium -dijo el ángel mirándola a los ojos. Honor estuvo a punto de esbozar una sonrisa al ver la curiosidad pintada en sus iris dorados. -Yo soy Honor.
Nalini Singh (Archangel's Blade (Guild Hunter, #4))
Nada fica de nada. Nada somos. Um pouco ao sol e ao ar nos atrasamos Da irrespirável treva que nos pese Da húmida terra imposta, Cadáveres adiados que procriam. Leis feitas, 'státuas vistas, odes findas - Tudo tem cova sua. Se nós, carnes A que um íntimo sol dá sangue, temos Poente, porque não elas? Somos contos contando contos, nada.
Fernando Pessoa (Texto Crítico das Odes de Fernando Pessoa – Ricardo Reis: Tradição Impressa Revista e Inéditos (Biblioteca de Autores Portugueses))
Has creado esta personalidad alternativa, una mujer tan dura que no le importa la opinión de los demás. Tan dura que se enorgullece de proclamar sus defectos a los cuatro vientos, sólo que estos defectos (no te lo pierdas, ésta es tu auténtica genialidad), estas taras que exhibes a la vista pública, nada tienen que ver con tu verdadera personalidad.
Susan Elizabeth Phillips (Ain't She Sweet?)
...cuando alguien muere, pensamos que ya se ha hecho tarde para cualquier cosa, para todo —más aún para esperarlo—, y nos limitamos a darlo de baja. También a nuestros allegados, aunque nos cueste mucho más y los lloremos, y su imagen nos acompañe en la mente cuando caminamos por las calles y en casa, y creamos durante mucho tiempo que no vamos a acostumbrarnos. Pero desde el principio sabemos —desde que se nos mueren— que ya no debemos contar con ellos, ni siquiera para lo más nimio, para una llamada trivial o una pregunta tonta ('¿Me he dejado ahí las llaves del coche?', ¿A qué hora salían hoy los niños?'), para nada. Nada es nada. En realidad es incomprensible, porque supone tener certidumbres y eso está reñido con nuestra naturaleza: la de que alguien no va a venir más, ni a decir más, ni a dar un paso ya nunca —para acercarse ni para apartarse—, ni a mirarnos, ni a desviar la vista. No sé cómo lo resistimos, ni cómo nos recuperamos. No sé cómo nos olvidamos a ratos, cuando el tiempo ya ha pasado y nos ha alejado de ellos, que se quedaron quietos.
Javier Marías (Los enamoramientos)
- No quiero que te mueras - levantó la vista -. No quiero que hagas nada que te pueda quitar de mi vida.
Gabriela Montilla (Nada)
Tenía una risa ruidosa y grave. Bastante sexy. Ay, Dios. Tuve que apartar la vista. Seguro que era de ese tipo de chico que iba rompiendo corazones por ahí. Tenía mucho peligro. Y no de ese peligro que es divertido, porque además era un imbécil. Y a mí los imbéciles no me van. No quiero tener nada con ellos. En realidad, no es que yo tenga nada con nadie, pero…
Jennifer L. Armentrout (Obsidian (Lux, #1))
Pasaban las tardes con la boca abierta y la vista fija esperando alguna revelación que cambiara el curso de sus vidas, pero nada ocurría, sólo el cuadrado, el círculo y la misma majadera melodía
Isabel Allende (Paula)
A única coisa de que dispomos, para acreditar, são os nossos sentidos, as ferramentas que utilizamos para apreender o mundo: a nossa vista, o nosso tacto, a nossa memória. Se os nossos sentidos nos mentirem, então não podemos confiar em nada. E mesmo que não acreditemos, ainda assim não podemos seguir por nenhum outro caminho além daquele que os nossos sentidos nos mostram; e esse caminho, temos de o percorrer até o fim.
Neil Gaiman (American Gods (American Gods, #1))
Ésta es mi <>: aunque te separen, aunque a simple vista seas un ser independiente de los demás, con movimientos y decisiones, en apariencia diferentes; aunque nos odiemos o nos matemos, aunque miremos al otro lado para no ayudar a quien nos necesita; aunque lloremos a nuestros supuestos muertos y no podamos verlos, somos, inevitablemente, un solo ser. Y hagamos lo que hagamos, nunca nada ni nadie será capaz de separarnos.
Alejandro Corchs (El regreso de los hijos de la tierra)
O existencialismo não é tanto um ateísmo no sentido em que se esforçaria por demonstrar que Deus não existe. Ele declara, mais exatamente: mesmo que Deus existisse, nada mudaria; eis o nosso ponto de vista. Não que acreditemos que deus exista, mas pensamos que o problema não é o da sua existência; é preciso que o homem se reencontre e se convença de que nada pode salvá-lo dele próprio, nem mesmo uma prova válida da existência de Deus.
Jean-Paul Sartre (Existentialism is a Humanism)
El primer plano hace que el cuerpo aparezca en su conjunto de forma pornográfica. Lo despoja del lenguaje. Lo pornográfico es que al cuerpo lo despojen de su lenguaje. Las partes del cuerpo filmadas en primer plano surten el efecto de parecer órganos sexuales: "El primer plano de una cara es tan obsceno como el de un sexo. Es un sexo. Cualquier imagen, cualquier forma, cualquier parte del cuerpo vista de cerca es un sexo." En el primer plano del rostro se difumina por completo el trasfondo. Conduce a una pérdida del mundo. La estética del primer plano refleja una sociedad que se ha convertido ella misma en una sociedad del primer plano. El rostro da la impresión de haber quedado atrapado en sí mismo, volviéndose autorreferencial. Ya no es un rostro que contenga mundo, es decir, ya no es expresivo. El selfie es, exactamente, este rostro vacío e inexpresivo. La adicción al selfie remite al vacío interior del yo.  Hoy, el yo es muy pobre en cuanto a formas de expresión estables con las que pudiera identificarse y que le otorgaran una identidad firme. Hoy nada tiene consistencia. Esta inconsistencia repercute también en el yo, desestabilizándolo y volviéndolo inseguro. Precisamente esta inseguridad, este miedo por sí mismo, conduce a la adicción al selfie, a una marcha en vacío del yo, que nunca encuentra sosiego. En vista del vacío interior, el sujeto del selfie trata en vano de producirse a sí mismo. El selfie es el sí mismo en formas vacías. Estas reproducen el vacío. Lo que genera la adicción al selfie no es un autoenamoramiento o una vanidad narcisistas, sino un vacío interior.
Byung-Chul Han (La salvación de lo bello)
XXIX Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.   Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Antonio Machado (Poesía completa (Spanish Edition))
El chico se miró los zapatos. Levantó la vista. No es que pareciera cualquiera. Quiero decir que no tenía nada de especial. Pero no era alguien con quien te gustaría tener tratos. Cuando decía algo tú escuchabas y punto. Le asomaba el hueso del brazo y el tipo ni se enteraba.
Cormac McCarthy (No es país para viejos)
Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino sino estelas en la mar.” Traveler, your footprints are the only road, nothing else. Traveler, there is no road; you make your own path as you walk. As you walk, you make your own road, and when you look back you see the path you will never travel again. Traveler, there is no road; only a ship's wake on the sea. Translated by Mary G. Berg and Dennis Maloney
Antonio Machado
Nada hay más extraño ni más delicado que la relación de las personas que sólo se conocen de vista, que se encuentran y se observan cada día, a todas horas, y, no obstante, se ven obligadas, ya sea por convencionalismo social o por capricho propio, a fingir una indiferente extrañeza y a no intercambiar saludo ni palabra alguna.
Thomas Mann (Death in Venice)
Por eso no tenía paciencia para con la descabellada distinción entre arte y artesanía que ponía a esta última en situación de desventaja desde un punto de vista comercial. Una jarra de barro para agua no valía prácticamente nada, pero si tenía un agujero en el fondo y era «arte», se podía pedir por ella un ojo de la cara. ¿No era una putada?
Lionel Shriver (So Much for That)
Las cosas más importantes de la vida pasan de puntillas. Algunas cuesta verlas incluso años después. Nunca estamos mirando lo que toca en cuanto a la vida se refiere, solemos estar preocupados por otras cosas y cuando queremos darnos cuenta, ha pasado. El amor no se busca, llega. Pero cuando llega no lo arrasa todo a su paso ni te deja sin nada.
Elísabet Benavent (Martina con vistas al mar (Martina, #1))
As retretes das casas de banho modernas erguem-se do chão como uma flor branca de nenúfar. Os arquitectos fazem os impossíveis para que o corpo esqueça a sua miséria e para que o homem não saiba o que acontece às dejecções das suas vísceras quando a água do autoclismo, a gorgolejar, as expulsa da vista. Embora os seus tentáculos se prolonguem até nossas casas, os canos de esgoto estão cuidadosamente disfarçados e por isso não sabemos absolutamente nada a respeito das invisíveis Venezas de merda sobre as quais se encontram construídas as nossas casas de banho, os nossos quartos, os nossos salões de baile e os nossos parlamentos. As casas de banho daquele velho prédio de um bairro operário dos subúrbios de Praga eram menos hipócritas; do chão de ladrilho cinzentos, erguia-se, órfã e miserável, a retrete. não fazia lembrar uma flor de nenúfar, mas, pelo contrário, evocava o que, na realidade, era: o sítio onde o cano terminava e o seu diâmetro se alargava. Nem sequer tinha tampo de madeira e Tereza teve de sentar-se directamente na lioça esmaltada, sentiu um arrepio de frio.(…)
Milan Kundera (The Unbearable Lightness of Being)
A veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga, que nunca crees que podrás acabarla. Miró un rato en silencio a su alrededor; entonces siguió: - Y entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta. Y te esfuerzas más todavía, empiezas a tener miedo, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer. Pensó durante un rato. Entonces siguió hablando: - Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en el siguiente. Volvió a callar y reflexionar, antes de añadir: - Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser. Después de una nueva y larga interrupción, siguió: - De repente se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta cómo ha sido, y no se está sin aliento. Asintió en silencio y dijo, poniendo punto final: - Eso es importante.
Michael Ende (Momo)
Es probable que mi pesadilla no hubiera asustado a nadie más. No había nada que saltara y gritase «¡buuu!». No había zombis ni fantasmas ni psicópatas. En realidad, no había nada, sólo un vacío, un interminable laberinto de árboles cubiertos de musgo, tan calmo, que el silencio se convertía en una presión incómoda sobre mis oídos. Estaba oscuro, como en el crepúsculo de un día nublado, con la luz justa para distinguir que no había nada a la vista. Siempre estoy corriendo a través de la penumbra sin una dirección definida, busca que te busca. Me pongo más y más frenética a medida que pasa el tiempo e intento moverme más deprisa. Parezco torpe a pesar de la velocidad. .. Entonces, llegaba a aquel punto de mi sueño. Sabía con antelación que iba a llegar a él, pero, a pesar de ello, no era capaz de despertarme antes. Era ese momento en el que me daba cuenta de que no había nada que buscar, nada que encontrar, que nunca había habido otra cosa que no fuera ese bosque vacío y lóbrego y que nunca habría ninguna otra cosa para mí... nada de nada. Por lo general, empezaba a gritar en ese momento.
Stephenie Meyer (New Moon (The Twilight Saga, #2))
Ese era yo. No había nada de que enorgullecerse. Un tipo con una vida mediocre y sin una salida a la vista. Recuerdo que justo por esos meses uno de mis pacientes bipolares me dijo: - ¿Sabe una cosa doc? Yo lo veo a usted con esa bata blanca, caminando por los pasillos o sentado en su oficina escribiendo informes sobre nosotros, y la verdad es que no lo envidio para nada
Mario Mendoza (La melancolía de los feos)
Durante mucho tiempo te desprendes del pasado con facilidad y de una forma que parece automática y adecuada. Las escenas del pasado, más que desvanecerse, dejan de tener importancia. Y entonces se produce una brusca vuelta atrás, lo que está acabado y bien acabado resurge de repente, requiere tu atención, incluso que hagas algo al respecto, aunque salte a la vista que no se puede hacer nada.
Alice Munro (Too Much Happiness: Stories)
Aquí dentro no morirías, nada muere nunca aquí dentro, pero, si te quedaras demasiado, pasado un tiempo solo existirían pequeñas partes de ti repartidas por todos lados, diseminadas. Y eso no está bien. Nunca habría suficiente de ti en un único sitio, así que no quedaría nada que pudiera considerarse un yo. Desaparecería el punto de vista, porque serías una secuencia infinita de vistas y de puntos…
Neil Gaiman (El océano al final del camino)
Sin quitarme los ojos de encima, acercó aún más su pupitre. - ¿Sabes una cosa? - ¿Qué? - Que he entrado en tu blog. Ay, Dios. ¿Cómo lo había encontrado? Un momento; la pregunta que debía hacerme era la siguiente: ¿por qué lo había encontrado? Mi blog no podía buscarse a través de Google...Estaba flipando en colores. - Ya estás acosándome otra vez, ¿no? ¿Tengo que llamar a la poli para que te ponga una orden de alejamiento? - Ni en sueños, gatita - Sonrió - Ah, espera, que ya salgo en ellos, ¿verdad? Puse los ojos en blanco. - Más bien apareces en mis pesadillas, Daemon. (pág.154) - ¿Me estás preguntando si me atraen las humanas? - dijo. El pelo le caía hacia delante en ondas. Unas gotitas de agua le recorrían los mechones y acababan salpicándome la mejilla - ¿O si eres tú la que me atrae? Con las manos apoyadas en la roca, fue acercándose a mí lentamente. Muy pronto nos separaban sólo unos milímetros...Sentía su respiración como si fuera la mía, y cuando movió las caderas abrí los ojos y ahogué un grito. Vaya que si funcionaba la cosa...Me despejó la duda de un plumazo. (pág. 240) - Sí que es importante el helado - dije. - Es mi vida entera.- Dee tiró el monedero a Daemon, pero erró el objetivo - ¡Y tú me lo has quitado! (pág. 258 NUNCA TE METAS ENTRE DEE Y SU COMIDA, Y MENOS SI SE TRATA DE HELADO) - ¿Lo estás pasando bien con...Ash? - ¿Y tú con tu amiguito el pulpo? Me mordí el larbio. - Qué simpático eres, como siempre. ... - Estás...muy guapa, por cierto. Demasiado guapa para estar con ese idiota. Me sonrojé y bajé la vista. - ¿Te has tomado algo? - Pues no, la verdad. ¿Por qué me lo preguntas, si puede saberse? - Porque nunca me dices nada agradable. - Touché. (pág. 303) - Recuérdame...que no te haga enfadar nunca más ¡La leche! ¿Eres agente secreto en tus ratos libres? ... Me recorrió la espalda con sus brazos y hundió una mano en los rizos que se me habían soltado del moño. - No me has hecho caso - susurró contra mi hombro. - Nunca te hago caso. (pág. 327) Daemon murmuró algo en un idioma desconocido. Era una lengua dulce y bonita. Mágica. De otro planeta. Podría haberlo despertado, pero no lo hice sin saber demasiado bien por qué. La emoción que sentía por el contacto con su piel era más fuerte que todo lo demás. Daemon tenía una mano en el borde de mi camiseta, y los dedos encima del pedazo de piel que había entre el borde de la camiseta y la cinturilla de los pantalones de pijama. La mano empezaba a abrirse paso por debajo de la camiseta, a través de mi estómago, en la parte en que este empieza a descender. El pulso se me desbocó. Me rozó las costillas con la punta de los dedos. Su cuerpo se movió y sentí su rodilla contra mí. (pág. 338) O.O o_O OMG - Gatita - Ni aunque fueras el último ser con aspecto humano sobre la faz de la Tierra ¿Ahora lo entiendes? ¿Capiche? ... - Ademñas, no me atraes nada - Mentira podrida - Pero vamos, nada de nada. Eres... De repente Daemon estaba delante de mí, a apenas un centímetro de mi rostro. - ¿Qué soy? - Ignorante -¿Y qué más? - Prepotente, controlador...-...- Y un...cretino. - Venga ya, gatita, seguro que puedes hacerlo mejor - ... - Todavía no me creo que no te sientas atraída por mí. (pág. 360) - Seguro que hasta sueñas conmigo - Bajó la vista hacia mis labios y sentí que se despegaban - Seguro que escribes mi nombre en tus libretas, una y otra vez, rodeado por un corazoncito. Me reí. - En tus sueños, Daemon. Eres la última persona a la que... Daemon me besó (pág.361) Una sonrisa pícara se le asomó a los labios. - ¿Te das cuenta de que me encantan los retos? Me reí entre dientes y me volví hacia la puerta mientras le dedicaba un gesto grosero con el dedo corazón. - Y a mí, Daemon; y a mí. (pág. 414)
Jennifer L. Armentrout (Obsidian (Lux, #1))
Los ojos no pueden cerrarse. Cerrarlos no soluciona nada. Por más que los cierres, no desaparecerá el problema. Al contrario, cuando vuelvas a abrirlos, las cosas habrán empeorado aún más. Así es el mundo en el que vivimos, Nakata. Tú mantén los ojos bien abiertos. Cerrarlos es de pusilánimes. Sólo los cobardes apartan la vista de la realidad. Y mientras tú cierras los ojos y te tapas los oídos el tiempo va transcurriendo
Haruki Murakami (Kafka on the Shore)
A veces, desde que he estado en el jardín, alzo la vista y miro el cielo entre los árboles y he tenido ese extraño sentimiento de estar feliz, como si algo estuviera empujándome el pecho, tirándome y haciéndome respirar de prisa. La magia siempre está empujando, tirando y haciendo cosas de la nada. Todo está hecho de magia, las hojas y los árboles, las flores y los pájaros, los tejones y las zorras y las ardillas y la gente.
Frances Hodgson Burnett
—Entiendo por qué no has dicho nada, pero ahora me siento un poco egoísta. —Kai apretó la mandíbula y en su rostro se dibujó un ceño cargado de culpabilidad—. Sé que debería haberlo imaginado, después de decirme que estaba enferma, pero entre la coronación, la visita de la reina Levana y el baile… Supongo que lo olvidé. Ya sé que eso me convierte en el mayor imbécil del mundo, que tendría que haberme figurado que tu hermana había… y que por eso ignorabas mis coms. Ahora todo tiene sentido. —La atrajo hacia sí, tan cerca que Cinder hubiera podido reposar la cabeza en su hombro, aunque no lo hizo. El cuerpo de la joven había recuperado su rigidez anterior y parecía haber olvidado los pasos de baile—. En cualquier caso, me habría gustado que me lo hubieras dicho. Cinder bajó la vista hacia el hombro de Kai, con la mirada perdida. —Lo sé —murmuró—. Tendría que habértelo dicho.
Marissa Meyer (Cinder (The Lunar Chronicles, #1))
La mentira consiste en pretender que todo acto sexual al que te sientes tentado es ipso facto saludable y normal. Pues bien; esto, desde cualquier punto de vista, y sin ninguna relación con el cristianismo, tiene que ser una insensatez. Ceder a todos nuestros deseos evidentemente conduce a la impotencia, la enfermedad, los celos, la mentira, la ocultación y todo aquello que es lo opuesto a la felicidad, la franqueza y el buen humor. Para cualquier tipo de felicidad, incluso en este mundo, se necesitará una gran dosis de control, de modo que lo que pretende cualquier clase de deseo fuerte, ser sano y razonable, no cuenta para nada. Todo hombre cuerdo y civilizado debe tener un conjunto de principios según los cuales elija rechazar algunos de sus deseos y permitir otros. Un hombre hace esto basándose en los principios cristianos; otro, en principios de higiene; otro, en principios sociológicos.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Sua vista turva-se em dúvida, pois nenhum dos órgãos e dos sentidos que você possui lhe informa sobre o espaço... Andamos, andamos adiante... desde quando? E até onde? Tudo incerto. Nada se modifica, por mais que avancemos. Ali é igual a aqui, e antes é igual a agora e depois; o tempo afoga-se na monotonia imensa do espaço, e onde reina a uniformidade o movimento de um ponto a outro já não é mais movimento. E onde movimento já não é mais movimento, não existe o tempo.
Thomas Mann (The Magic Mountain)
Nuestro punto de vista lo pasan completamente por alto: nunca hemos sentido de veras la presión de una sola ley, nuestras pasiones y desesperaciones nada tienen que ver con el comercio, nuestros vicios y virtudes florecen por igual, e imparcialmente, al margen del gobierno que está en el poder. La maquinaria que describen... logran hasta cierto punto llevarnos a creer en todo ello, pero el meollo de la cuestión lo dejan sin tocar siquiera. ¿Será acaso porque no está en su mano entenderlo?
Virginia Woolf (Horas en una biblioteca)
no hay cuchillo Que pueda rivalizar con esa aguzada vista que adivina que la vanidad Acecha a las muchachas sencillas, devotas de la iglesia, Y que el horno del corazón Anhela más que nada cocer una masa ... Por eso lo legan todo al rey de la negrura. La peor de las cerdas Rivaliza con la mejor de las reinas Sobre el derecho a proclamarse la esposa de Satán; Alojados en la tierra, esos millones de novias acaban dando alaridos. Algunas arden rápido, otras, más despacio, Atadas a la estaca del aquelarre del orgullo.
Sylvia Plath
Tanto de meu estado me acho incerto, que em vivo ardor tremendo estou de frio; sem causa, juntamente choro e rio, o mundo todo abarco e nada aperto. É tudo quanto sinto, um desconcerto; da alma um fogo me sai, da vista um rio; agora espero, agora desconfio, agora desvario, agora acerto. Estando em terra, chego ao Céu voando, num'hora acho mil anos, e é de jeito que em mil anos não posso achar um' hora. Se me pergunta alguém porque assim ando, respondo que não sei; porém suspeito que só porque vos vi, minha Senhora.
Luís de Camões
Mestre, meu mestre querido! Coração do meu corpo intelectual e inteiro! Vida da origem da minha inspiração! Mestre, que é feito de ti nesta forma de vida? Não cuidaste se morrerias, se viverias, nem de ti nem de nada, Alma abstrata e visual até aos ossos, Atenção maravilhosa ao mundo exterior sempre múltiplo, Refúgio das saudades de todos os deuses antigos, Espírito humano da terra materna, Flor acima do dilúvio da inteligência subjetiva... Mestre, meu mestre! Na angústia sensacionista de todos os dias sentidos, Na mágoa quotidiana das matemáticas de ser, Eu, escravo de tudo como um pó de todos os ventos, Ergo as mãos para ti, que estás longe, tão longe de mim! Meu mestre e meu guia! A quem nenhuma coisa feriu, nem doeu, nem perturbou, Seguro como um sol fazendo o seu dia involuntariamente, Natural como um dia mostrando tudo, Meu mestre, meu coração não aprendeu a tua serenidade. Meu coração não aprendeu nada. Meu coração não é nada, Meu coração está perdido. Mestre, só seria como tu se tivesse sido tu. Que triste a grande hora alegre em que primeiro te ouvi! Depois tudo é cansaço neste mundo subjetivado, Tudo é esforço neste mundo onde se querem coisas, Tudo é mentira neste mundo onde se pensam coisas, Tudo é outra coisa neste mundo onde tudo se sente. Depois, tenho sido como um mendigo deixado ao relento Pela indiferença de toda a vila. Depois, tenho sido como as ervas arrancadas, Deixadas aos molhos em alinhamentos sem sentido. Depois, tenho sido eu, sim eu, por minha desgraça, E eu, por minha desgraça, não sou eu nem outro nem ninguém. Depois, mas por que é que ensinaste a clareza da vista, Se não me podias ensinar a ter a alma com que a ver clara? Por que é que me chamaste para o alto dos montes Se eu, criança das cidades do vale, não sabia respirar? Por que é que me deste a tua alma se eu não sabia que fazer dela Como quem está carregado de ouro num deserto, Ou canta com voz divina entre ruínas? Por que é que me acordaste para a sensação e a nova alma, Se eu não saberei sentir, se a minha alma é de sempre a minha? Prouvera ao Deus ignoto que eu ficasse sempre aquele Poeta decadente, estupidamente pretensioso, Que poderia ao menos vir a agradar, E não surgisse em mim a pavorosa ciência de ver. Para que me tornaste eu? Deixasses-me ser humano! Feliz o homem marçano Que tem a sua tarefa quotidiana normal, tão leve ainda que pesada, Que tem a sua vida usual, Para quem o prazer é prazer e o recreio é recreio, Que dorme sono, Que come comida, Que bebe bebida, e por isso tem alegria. A calma que tinhas, deste-ma, e foi-me inquietação. Libertaste-me, mas o destino humano é ser escravo. Acordaste-me, mas o sentido de ser humano é dormir.
Fernando Pessoa (Poemas de Álvaro de Campos (Obra Poética IV))
Nada hay más extraño ni delicado que la relación entre personas que sólo se conocen de vista, que se encuentran y se observan cada día, a todas horas, y, no obstante, se ven obligadas, ya sea por convencionalismo social o por capricho propio, a fingir una indiferente extrañeza y a no intercambiar saludo ni palabra alguna. Entre ellas va surgiendo una curiosidad sobreexcitada e inquieta, la histeria resultante de una necesidad de conocimiento y comunicación insatisfecha y anormalmente reprimida, y, sobre todo,una especia de tenso respeto.
Thomas Mann (La muerte en Venecia / Mario y el mago)
De um ponto de vista geral, [...] a natureza fala da seguinte forma: "O indivíduo é nada e menos de nada. Diariamente, destruo milhões de indivíduos por diversão e passatempo: abandono seu destino nas mãos do mais temperamental e caprichoso dos meus filhos, o acaso, que faz dele sua presa ao seu bel-prazer. Dou vida a milhões de novos indivíduos todos os dias, sem diminuir em nada minha força criativa, do mesmo modo como a força de um espelho não se esgota pelo número de imagens do sol que, uma após a outra, ele reflecte na parede. O indivíduo é nada.
Arthur Schopenhauer
Quem não se satisfaz com um quinhão normal de vida e deseja um maior, parece-me em verdade um insensato. Dias sem número nunca reservam a ninguém nada mais que dissabores mais próximos da dor que da alegria. Quanto aos prazeres, não os discernimos e nossa vista os buscará em vão logo que para nossa desventura chegamos ao limite prefixado. E desde então o nosso alívio único será aquele que dará a todos o mesmo fim, na hora de chegar de súbito o destino procedente do tenebroso reino onde não há cantos nem liras, onde não há danças — ou seja, a Morte, epílogo de tudo.
Sophocles (Oedipus at Colonus (The Theban Plays, #2))
—¿Sabes qué es lo peor de ser padre? Que siempre te juzgan por tus peores momentos. Puedes hacer bien un millón de cosas, y cometer un solo fallo; a partir de ahí serás para siempre aquel padre que estaba mirando el celular en el parque cuando al niño lo golpeó un columpio en la cabeza. No les quitamos la vista de encima durante varios días seguidos, pero leemos un solo mensaje de texto y todos nuestros mejores momentos no valen nada. Nadie va al psicólogo para hablar de todas las veces que, de niños, no se golpearon la cabeza con un columpio. Los padres se definen por sus fracasos.
Fredrik Backman (Anxious People)
La experiencia me enseñó que cuanto ocurre frecuentemente en la vida ordinaria es vano y fútil; veía que todo lo que para mí era causa u objeto de temor no contenía en sí nada bueno ni malo, fuera del efecto que excitaba en mi alma: resolví finalmente investigar si no habría algo que fuera un bien verdadero, posible de alcanzar y el único capaz de afectar el alma una vez rechazadas todas las demás cosas; un bien cuyo descubrimiento y posesión tuvieran por resultado una eternidad de goce continuo y soberano. Digo resolví finalmente, porque a primera vista parecía insensato renunciar a algo seguro por algo inseguro.
Baruch Spinoza (Tratado de la reforma del entendimiento (Spanish Edition))
—Vi a mi madre en su ataúd—dijo por fin—. Las mujeres le habían trenzado el pelo para que tuviera un aspecto decoroso, pero mi padre no lo permitió. Quería verla por última vez tal como era para él. Fue personalmente al ataúd, le deshizo las trenzas y extendió la cabellera con las manos, cubriendo la almohada. Hizo una pausa; su pulgar quedó inmóvil. —Yo estaba allí, quieto en el rincón. Cuando todos salieron para recibir al cura me acerqué sigilosamente. Era la primera vez que veía a una persona muerta.—Dejé que mis dedos se cerraran sobre su antebrazo.— Una mañana mi madre me dio un beso en la frente; luego volvió a colocarme la horquilla que se me había desprendido de mi pelo ensortijado y salió. Jamás volví a verla. La velaron con el ataúd cerrado. —¿Era…ella? —No.—Contemplaba el fuego con los ojos entornados—. No del todo. Se le parecía, pero nada más. Como si alguien la hubiera tallado en madera de abedul. Pero su pelo… eso aún tenía vida. Eso todavía era…ella. Lo oí tragar saliva y carraspear un poco. —La cabellera le cruzaba el pecho, cubriendo al niño que yacía con ella. Pensé que a él no le gustaría sofocarse de ese modo. Y retiré las guedejas rojas para dejarlo a la vista. Mi hermanito, acurrucado en sus brazos, con la cabeza en su seno, abrigado y en sombras bajo la cortina de pelo. Y enseguida pensé que no, que estaría más contento si lo dejaba así. Y volví a alisar la cabellera de mi madre para cubrirle la cabeza. Su pecho se elevó bajo mi mejilla. Deslizó lentamente las manos por mi pelo. —No tenía una sola cana, Sassenach. Ni una. Ellen Fraser había muerto de parto a los treinta y ocho años. Mi madre, a los treinta y dos. Y yo… yo tenía la riqueza de todos esos años largos que ellas habían perdido. Y más aún. —Para mí es un gozo ver cómo te tocan los años, Sassenach—susurró—, pues significa que vives.
Diana Gabaldon (The Fiery Cross (Outlander, #5))
Nada.., que a tuga até num vale a pena…! Mambo que às vezes penso – epá, vais rir, eu sei, mas é o rabo das tugas… Meu, tábua d’engomar, a xoetice toda? Rabo foi aonde então, Nzambi lhes castigou assim porquê?, nossa observação que nós fazíamos, antigas missões na tuga e noutras europas mais, comissão disto e daquilo que dava é pra tirarmos comissões no nosso bolso, e nós ali no bar, fim de tarde, sem as palavras – os olhares só: uma tuga, duas tugas, muitas tugas, mas agora pra encontrar inda um rabo de acender mesmo as vistas? Passas mal. Uí, falo isso por causa da maka das culturas, diferenças só, que eu fico mesmo a pensar que a cultura está mesmo até nos nossos olhos de pessoas, tás a rir?, gala só então: um gajo é daqui, fica a pôr riso na dança dos tugas e outros europeus, ancas desarranjadas e não dão semba, tão a falar é malcriado, mambos dos brasileiros, carnaval só. Afinal? Mas depois, considera só: eles também a nos verem dançar e vestir e pôr cu duro, num vão falar dança dos bêbados?, a dar bungula puramente e pôr açúcar e as kabetulas todas, num vão dizer estamos a ficar parecidos com os macacos?, xinguilamentos musicais? Olhos deles, muadiê, tou ta pôr, e os nossos olhos todos de cada um: culturas!, num enormes plural e final das contas.
Ondjaki (Quantas Madrugadas Tem a Noite)
Nada resultaba más extraño ni más irritante que las relaciones que se establecen entre hombres que sólo se conocen de vista, que diariamente, a todas horas, se tropiezan, se observan, viéndose obligados, por la etiqueta o por capricho a no saludarse ni cruzar palabra, manteniendo el engaño de una indiferencia perfecta. Se produce entre ellos inquietud e irritada curiosidad. Es la historia de un deseo de conocerse y tratarse insatisfecho, artificiosamente contenido, y, en especial, de una especie de estimación exaltada. Pues el hombre ama y honra al hombre mientras no puede juzgarle. Y el deseo se engendra por el conocimiento defectuoso.
Thomas Mann (Death in Venice)
Es muy fácil pensar que somos importantes y que lo que ocurre a nuestro alrededor es importante…, pero la verdad es que somos muy pequeños, insignificantes incluso en nuestro sistema solar, que a su vez es insignificante desde el punto de vista del universo. La verdad es que nada importa realmente si no decidimos que importe. Podríamos arrojar todas las bombas nucleares que hemos fabricado y matar toda la vida del planeta y el universo se limitaría a encogerse de hombros y a bostezar, porque durante los cinco mil millones de años que el sol seguirá brillando aparecerá alguna nueva clase de vida que hablará de nosotros como nosotros hablamos de los dinosaurios.
Wendy Walker (Emma in the Night)
Como é que se esquece alguém que se ama? Como é que se esquece alguém que nos faz falta e que nos custa mais lembrar que viver? Quando alguém se vai embora de repente como é que se faz para ficar? Quando alguém morre, quando alguém se separa - como é que se faz quando a pessoa de quem se precisa já lá não está? As pessoas têm de morrer; os amores de acabar. As pessoas têm de partir, os sítios têm de ficar longe uns dos outros, os tempos têm de mudar Sim, mas como se faz? Como se esquece? Devagar. É preciso esquecer devagar. Se uma pessoa tenta esquecer-se de repente, a outra pode ficar-lhe para sempre. Podem pôr-se processos e ações de despejo a quem se tem no coração, fazer os maiores escarcéus, entrar nas maiores peixeiradas, mas não se podem despejar de repente. Elas não saem de lá. Estúpidas! É preciso aguentar. Já ninguém está para isso, mas é preciso aguentar. A primeira parte de qualquer cura é aceitar-se que se está doente. É preciso paciência. O pior é que vivemos tempos imediatos em que já ninguém aguenta nada. Ninguém aguenta a dor. De cabeça ou do coração. Ninguém aguenta estar triste. Ninguém aguenta estar sozinho. Tomam-se conselhos e comprimidos. Procuram-se escapes e alternativas. Mas a tristeza só há-de passar entristecendo-se. Não se pode esquecer alguém antes de terminar de lembrá-lo. Quem procura evitar o luto, prolonga-o no tempo e desonra-o na alma. A saudade é uma dor que pode passar depois de devidamente doída, devidamente honrada. É uma dor que é preciso aceitar, primeiro, aceitar. É preciso aceitar esta mágoa esta moinha, que nos despedaça o coração e que nos mói mesmo e que nos dá cabo do juízo. É preciso aceitar o amor e a morte, a separação e a tristeza, a falta de lógica, a falta de justiça, a falta de solução. Quantos problemas do mundo seriam menos pesados se tivessem apenas o peso que têm em si , isto é, se os livrássemos da carga que lhes damos, aceitando que não têm solução. Não adianta fugir com o rabo à seringa. Muitas vezes nem há seringa. Nem injeção. Nem remédio. Nem conhecimento certo da doença de que se padece. Muitas vezes só existe a agulha. Dizem-nos, para esquecer, para ocupar a cabeça, para trabalhar mais, para distrair a vista, para nos divertirmos mais, mas quanto mais conseguimos fugir, mais temos mais tarde de enfrentar. Fica tudo à nossa espera. Acumula-se-nos tudo na alma, fica tudo desarrumado. O esquecimento não tem arte. Os momentos de esquecimento, conseguidos com grande custo, com comprimidos e amigos e livros e copos, pagam-se depois em condoídas lembranças a dobrar. Para esquecer é preciso deixar correr o coração, de lembrança em lembrança, na esperança de ele se cansar. Miguel Esteves Cardoso, in 'Último Volume
Miguel Esteves Cardoso
Perché la minestra si fredda, escribe: Porque la sopa se enfría. Constituye el último texto que tenemos escrito por el propio Leonardo, la última escena en que lo vemos trabajar. Imaginémoslo en su estudio del piso superior de su casa solariega, con el techo de vigas y su chimenea y la vista del castillo de Amboise, la residencia de su regio mecenas. Mathurine, la cocinera, se encuentra en la cocina. Quizá Melzi y otros residentes de la casa ya estuvieran a la mesa. Han pasado tantos años y aún sigue devanándose los sesos con problemas de geometría que no han aportado casi nada al mundo, pero que a él le han permitido entender mucho mejor las pautas y los patrones de la naturaleza. Ahora, sin embargo, la sopa se enfría.
Walter Isaacson
Negar a vontade do infinito, que dizer, negar Deus, só é possível se negarmos o infinito, como já demonstrámos. A negação do infinitivo leva diretamente ao niilismo. Tudo se torna em «uma conceção do espírito». Com o niilismo não há discussão possível, porque o niilismo lógico tem dúvidas quanto à existência do seu interlocutor, e não está seguro da sua própria existência. Do seu ponto de vista, é possível que ele mesmo não seja para si mesmo senão uma «conceção do seu espírito». Em suma, não existe nenhuma via aberta ao pensamento por uma filosofia que leva tudo para o monossílabo «Não». Para o Não só há uma resposta: Sim. O niilismo não tem alcance. O nada não existe. O zero não existe. Tudo é algo. Nada é absolutamente nada.
Victor Hugo (Les Misérables)
Estamos diseñados para huir cuando creemos que las cosas se ponen difíciles. ¿Cuándo perdimos de vista que lo que costaba pero nos hacía felices era aquello por lo que merecía la pena luchar? ¿Dónde estaban nuestras ganas? Tenemos diecinueve, veinticuatro, treinta y cinco años y parece que estamos a un paso de la tumba. ¿De dónde viene este cansancio? ¿Este agotamiento vital? ¿Esta falta de sorpresa ante lo que descansa en nuestras manos? ¿Por qué seguimos dormidos y dejamos que las cosas sucedan delante de nosotros sin darnos cuenta, sin hacer nada para que cambien? ¿Quién nos ha quitado la ilusión? ¿Por qué nos conformamos con lo que viene en vez de salir a buscar aquello que nos mueve de verdad? ¿De dónde procede tanto miedo? ¿En qué momento hemos dejado de ser jóvenes?
Elvira Sastre (Días sin ti)
Cuando el que viaja por el norte de la región central de Massachusetts se equivoca de dirección al llegar al cruce de la carretera de Aylesbury nada más pasar Dean’s Corners, verá que se adentra en una extraña y apenas poblada comarca. El terreno se hace más escarpado y las paredes de piedra cubiertas de maleza van encajonando cada vez más el sinuoso camino de tierra. Los árboles de los bosques son allí de unas dimensiones excesivamente grandes, y la maleza, las zarzas y la hierba alcanzan una frondosidad rara vez vista en las regiones habitadas. Por el contrario, los campos cultivados son muy escasos y áridos, mientras que las pocas casas diseminadas a lo largo del camino presentan un sorprendente aspecto uniforme de decrepitud, suciedad y ruina. Sin saber exactamente por qué, uno no se atreve a preguntar nada a las arrugadas y solitarias figuras que, de cuando en cuando, se ve escrutar desde puertas medio derruidas o desde pendientes y rocosos prados. Esas gentes son tan silenciosas y hurañas que uno tiene la impresión de verse frente a un recóndito enigma del que más vale no intentar averiguar nada. Y ese sentimiento de extraño desasosiego se recrudece cuando, desde un alto del camino, se divisan las montañas que se alzan por encima de los tupidos bosques que cubren la comarca. Las cumbres tienen una forma demasiado ovalada y simétrica como para pensar en una naturaleza apacible y normal, y a veces pueden verse recortados con singular nitidez contra el cielo unos extraños círculos formados por altas columnas de piedra que coronan la mayoría de las cimas montañosas.
H.P. Lovecraft (The Dunwich Horror and Others)
Con estas cartas he iniciado mi aproximación a Rilke. No cabe duda de que el checo respiraba y exhalaba poesía. Para ilustrarlo, unas breves citas que no necesitan mayor explicación, sólo hay que gozarlas. “Y aun permaneciendo en mi tristeza, soy feliz sintiendo que es usted, Bella; soy feliz por haberme entregado sin miedo a su belleza como un pájaro se entrega al espacio; feliz, Querida, por haber caminado como un verdadero creyente sobre las aguas de nuestra incertidumbre hasta la isla de su corazón donde florecen dolores. En fin: feliz.” "El trabajo del artista debe ser como la muerte; hay que entrar por entero en él, sin reserva alguna, solo, sin poseer nada salvo esta moneda que se ponía en la boca de los muertos para asegurarles el trayecto de ese río trágico que les separaba para siempre de sus amigos. ¿Sentirá usted, al menos, mi alma que volteará a menudo a su alrededor y al de nuestros queridos recuerdos?" "Estará usted aquí, se lo digo a mi habitación, sobre todo al gran sillón al que le gusta hacerse más vasto a su alrededor y que está infinitamente orgulloso de ser casi tocado por un Alma; pues sabe que sólo un poco de delicioso cuerpo lo separa de la suya. Hasta la vista, Querida, has muy pronto." "Mi estado, tal como lo vio, seguía empeorando; no he escrito ni una sola línea durante esos largos meses y ni siquiera la primavera ha sabido, esta vez, aliviarme; aumentaba, pero yo estaba separado de ella por todos mis sentidos que permanecían cerrados y opacos. Ése debe de ser (cuántas veces lo habré pensado) el estado de un tallo roto que una brizna de corteza sujeta todavía a su árbol, pero que, interiormente, no corresponde ya a la feliz savia con la que se embriagan todas las ramas a su alrededor.
Rainer Maria Rilke
Porque si una lleva una falda o un escote de un tiempo a esta parte lo lleva para sí misma o en nombre del em­­poderamiento, una de dos, y que no me mire nadie porque machete al machote y madre mía qué fuerte e inde­­pen­­diente con mi falda, que era a lo que me reducían antes, a ser dos piernas y poca tela y me quejaba y con razón y ahora como por arte de magia resulta que eso es signo de empoderamiento, pero no puede mirarlo nadie. Nos he­­mos encerrado tanto en nosotros mismos, nos hemos individuado tanto y hemos hecho tantos esfuerzos por acabar con lo de las dinámicas de poder —y, nos guste o no, la belleza siempre ha implicado y siempre implicará poder— que hemos terminado creyendo que no pro­­vocamos ningún efecto, ninguna reacción en el otro y que lo contrario sería inaceptable, aunque las mujeres nos lo hemos creído a medias, como todas las mentiras que nos contamos a nosotras mismas. Por eso rara vez nos ponemos escote y los labios rojos para estar solas en casa, de la misma forma que el pavo real no desplegaría su cola si no hubiera una pava a la vista, porque gilipollas no es y por lo del ahorro energético, y negar que un escote bonito es enseñado de cuando en cuando para ser visto, solo cuando quiere ser visto, cuando quiere ser mirado, además de ridículo niega parte de nuestro poder como mujeres, un poder que no se reduce a lo bello y a lo sexual pero del que lo bello y lo sexual forman parte y no pasa nada y por eso toda mujer ama a un fascista: porque todo el que mira nuestros escotes lo es, a no ser que sea un trapero en un videoclip, entonces es un trapero al uso, entonces se le permite. Y porque mal que bien y según el nuevo canon, nuestros abuelos lo fueron y nuestros padres lo son. No solo porque se les fueran los ojos con las mujeres bonitas que cruzaban los pasos de cebra cuando pensaban, inocentes, que no nos dábamos cuenta.
Ana Iris Simón (Feria)
Una especie de pérdida Usados en común: estaciones del año, libros y una música. Las llaves, los boles de té, la panera, sabanas y una cama. Un ajuar de palabras, de gestos, traídos, empleados, gastados. Un reglamento de casa observado. Dicho. Hecho. Y siempre alargada la mano. De inviernos, de un septeto vienés y de vernos me he enamorado. De mapas, de un poblacho de montañas, de una paya y de una cama. Con fechas he hecho un culto, promesas he declarado irrevocables, he adorado un algo y he sido devota delante de una nada, (-de un periódico he doblado, de las cenizas frías, del papel con un apunte) impávida ante la religión, porque la iglesia era esta cama. De la vista de un lago surgió mi pintura inagotable. Desde el balcón había que saludar a los pueblos, mis vecinos. Junto al fuego de la chimenea, en la seguridad, mi cabello tenía su color más intenso. La llamada a la puerta era alarma para mi alegría. No te he perdido a ti, sino al mundo.
Ingeborg Bachmann (Últimos poemas)
Yo voy, lobo estepario, trotando por el mundo de nieve cubierto; del abedul sale un cuervo volando, y no cruzan ni liebres ni corzas el campo desierto. Me enamora una corza ligera, en el mundo no hay nada tan lindo y hermoso; con mis dientes y zarpas de fiera destrozara su cuerpo sabroso. Y volviera mi afán a mi amada, en sus muslos mordiendo la carne blanquísima y saciando mi sed en su sangre por mí derramada, para aullar luego solo en la noche tristísima. Una liebre bastara también a mi anhelo; dulce sabe su carne en la noche callada y oscura. ¡Ay! ¿Por qué me abandona en letal desconsuelo de la vida la parte más noble y más pura? Vetas grises adquiere mi rabo peludo; voy perdiendo la vista, me atacan las fiebres; hace tiempo que ya estoy sin hogar y viudo y que troto y que sueño con corzas y liebres que mi triste destino me ahuyenta y espanta. Oigo al aire soplar en la noche de invierno, hundo en nieve mi ardiente garganta, y así voy llevando mi mísera alma al infierno.
Hermann Hesse (Steppenwolf)
Terrível alternância da pergunta: o que há de novo?e da resposta: nada a assinalar! Se o remorso, segundo Baudelaire, é impotência para desfazer, pelo contrário, a banalidade é a incapacidade para fazer, para inaugurar o novo, para abrir uma brecha na massa dos instantes todos iguais. A este mundo caseiro não falta no entanto sedução para quem deseje deixar-se viver, ser levado como uma barca por um rio abaixo, delegar nas datas do calendário, à passagem das estações, o cuidado de nos dirigir. Fruicção sedativa desta rotina: com ela tudo é evidente, reveste de necessidade o que à primeira vista era gratuito. Nela funciona-se em regime quase automático. A agonia que a alguns provocam os domingos ou as férias - esse grande vazio que é necessário preencher - nasce dessa ruptura momentânea de uma regra que enfada mais do que tranquiliza. Para a maioria, portanto, a maldição do quotidiano é de nos acompanhar 24 sobre 24 horas quando gostaríamos de o desmontar a nosso bel-prazer, de lhe dedicar algumas migalhas, enfim, de o colocar numa posição crítica. «Oh vida, amo-te mas não todos os dias» (Cerroli), admirável frase que tudo resume.
Pascal Bruckner (Perpetual Euphoria: On the Duty to Be Happy)
Estas cosas son fáciles de decir, pues las palabras no sienten vergüenza y nunca se sorprenden (14) Imágenes del pasado remoto se agolpan en mi cabeza, y la mitad de las veces soy incapaz de distinguir si son recuerdos o invenciones. Tampoco es que haya mucha diferencia, si es que hay alguna (14) Hay quien afirma, que sin darnos cuenta, nos lo vamos inventando todo, adornándolo y embelleciéndolo, y me inclino a creerlo, pues Madame Memoria es una gran y sutil fingidora (14) Me la debo de estar inventando (14) En mi opinión, los nombres de las mujeres casadas nunca suenan bien. ¿Es porque todas se casan con los nombres equivocados, o, en cualquier caso, con los apellidos equivocados? (17) …y en mi oído resonaban los tins y los plofs de sus tripas en su incesante labor de transubstanciación (18) Ahora me pregunto si ella también estaba enamorada de mí, y esas muestras de gracioso desdén eran una manera de ocultarlo ¿O todo esto no es más que vanidad por mi parte? (25) …y al presenciar todas aquellas cosas sentí el dolor dulce y agudo de la nostalgia, sin objeto pero definida, como el dolor fantasma de un miembro amputado (27) …permanecimos echados boca arriba durante mucho tiempo, como si practicáramos para ser los cadáveres que seríamos algún día (34) …y yo me quedé en medio de la sala, sin ser gran cosa, a duras penas yo mismo. Había momentos como ése, en los que uno estaba en punto muerto, por así decir, sin preocuparse de nada, a menudo sin fijarse en nada, a menudo sin ser realmente en ningún sentido vital (42) El Tiempo y la Memoria son una quisquillosa empresa de decoradores de interiores, siempre cambiando los muebles y rediseñando y reasignando habitaciones (43) En lugar de los tonos de color rosa y melocotón que había esperado –Rubens es en gran parte responsable de ello-, su cuerpo, de manera desconcertante, mostraba una variedad de tonos apagados que iban del blanco magnesio al plata y al estaño, un matiz mate de amarillo, ocre pálido, e incluso una especie de verde en algunos lugares y, en los recovecos, una sombra de malva musgoso (45) ¿Era eso estar enamorado, me pregunté, ese repentino y plañidero viento que te atravesaba el corazón? (62) …no estaba acostumbrado todavía al abismo que se abre entre la comisión de un hecho y el recuerdo de lo cometido (65) …la noche del último día ella ya me había dejado para siempre (75) No todo significa algo (100) Cómo anhelábamos en aquellos años, pasar aunque sólo fuera un día normal, un día en el que pudiéramos levantarnos por la mañana y desayunar sin preocuparnos por nada, leernos fragmentos del periódico el uno al otro y planear hacer cosas, y luego dar un paseo, y contemplar las vistas con una mirada inocente, y luego compartir un vaso de vino y por la noche irnos juntos a la cama (102) Debe de ser difícil acostumbrarse a que no haya nada que hacer (107) A lo largo de los años, los vagabundos, los auténticos vagabundos, han disminuido constantemente en calidad y cantidad (107) Qué frágil resulta este absurdo oficio en el que me he pasado la vida fingiendo ser otras personas, y sobre todo fingiendo no ser yo mismo (119) …tan sólo vulgarmente humana (123) El quinto de los seis cigarrillos que según ella son su ración diaria (143) …participar en una película es algo extraño, y al mismo tiempo no lo es en absoluto; se trata de una intensificación, una diversificación de lo conocido, una concentración en el yo ramificado; y todo eso es interesante, y confuso, y emocionante y perturbador (143) El hecho es que me echó a perder a otras (157) Era, como ya he dicho, todo un género en sí misma (158) Los cisnes, con su belleza estrafalaria y sucia, siempre me dan la impresión de mantener una fachada de indiferencia tras la cual realmente viven una tortura de timidez y duda (173)
John Banville
Um imenso animal leiteiro aproximou-se da mesa de Zaphod Beeblebrox. Era um enorme e gordo quadrúpede do tipo bovino, com olhos grandes e protuberantes, chifres pequenos e um sorriso nos lábios que era quase simpático. – Boa noite – abaixou-se e sentou-se pesadamente sobre suas ancas –, sou o Prato do Dia. Posso sugerir-lhes algumas partes do meu corpo? – Grunhiu um pouco, remexeu seus quartos traseiros buscando uma posição mais confortável e olhou pacificamente para eles. Seu olhar se deparou com olhares de total perplexidade de Arthur e Trillian, uma certa indiferença de Ford Prefect e a fome desesperada de Zaphod Beeblebrox. – Alguma parte do meu ombro, talvez? – sugeriu o animal. – Um guisado com molho de vinho branco? – Ahn, do seu ombro? – disse Arthur, sussurrando horrorizado. – Naturalmente que é do meu ombro, senhor – mugiu o animal, satisfeito –, só tenho o meu para oferecer. Zaphod levantou-se de um salto e pôs-se a apalpar e sentir os ombros do animal, apreciando. – Ou a alcatra, que também é muito boa – murmurou o animal. – Tenho feito exercícios e comido cereais, de forma que há bastante carne boa ali. – Deu um grunhido brando e começou a ruminar. Engoliu mais uma vez o bolo alimentar. – Ou um ensopado de mim, quem sabe? – acrescentou. – Você quer dizer que este animal realmente quer que a gente o coma? – cochichou Trillian para Ford. – Eu? – disse Ford com um olhar vidrado. – Eu não quero dizer nada. – Isso é absolutamente horrível – exclamou Arthur -, a coisa mais repugnante que já ouvi. – Qual é o problema, terráqueo? – disse Zaphod, que agora observava atentamente o enorme traseiro do animal. – Eu simplesmente não quero comer um animal que está na minha frente se oferecendo para ser morto – disse Arthur. – É cruel! – Melhor do que comer um animal que não deseja ser comido – disse Zaphod. – Não é essa a questão – protestou Arthur. Depois pensou um pouco mais a respeito. – Está bem – disse –, talvez essa seja a questão. Não me importa, não vou pensar nisso agora. Eu só... ahn... O Universo enfurecia-se em espasmos mortais. – Acho que vou pedir uma salada – murmurou. – Posso sugerir que o senhor pense na hipótese de comer meu fígado? Deve estar saboroso e macio agora, eu mesmo tenho me mantido em alimentação forçada há meses. – Uma salada verde – disse Arthur, decididamente. – Uma salada? – disse o animal, lançando um olhar de recriminação para ele. – Você vai me dizer – disse Arthur – que eu não deveria comer uma salada? – Bem – disse o animal –, conheço muitos legumes que têm um ponto de vista muito forte a esse respeito. E é por isso, aliás, que por fim decidiram resolver de uma vez por todas essa questão complexa e criaram um animal que realmente quisesse ser comido e que fosse capaz de dizê-lo em alto e bom tom. Aqui estou eu! Conseguiu inclinar-se ligeiramente, fazendo uma leve saudação. – Um copo d’água, por favor – disse Arthur. – Olha – disse Zaphod –, nós queremos comer, não queremos uma discussão. Quatro filés malpassados, e depressa. Faz 576 bilhões de anos que não comemos. O animal levantou-se. Deu um grunhido brando. – Uma escolha muito acertada, senhor, se me permite. Muito bem – disse –, agora é só eu sair e me matar. Voltou-se para Arthur e deu uma piscadela amigável. – Não se preocupe, senhor, farei isso com bastante humanidade.
Douglas Adams (The Restaurant at the End of the Universe (The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, #2))
Dios es dueño de todo De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. SALMOS 24.1 Dios es el único propietario de todo lo que usted tiene. Su ropa, su casa, su auto, sus hijos, su computadora, su iPod, sus inversiones, su equipo de deportes, el césped y el jardín de su casa, y todo lo demás imaginable, son de Dios. El rey David afirmó esta verdad varias veces: «Todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas… Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo» (1 Crónicas 29.11, 12). «De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan» (Salmos 24.1). Puesto que Dios es dueño de todo, usted nunca puede adquirir nada nuevo porque ya es de Él. Aceptar este hecho es crucial para lograr una actitud bíblica de contentamiento. Ya sea desde su propio punto de vista o desde el de Dios, usted tiene que lidiar con sus posesiones. En la medida en que acepte que le pertenecen a Él, usted dejará de preocuparse y permitirá que Dios se encargue de ellas. Esa es la manera en que Juan Wesley reaccionó un día en que recibió la noticia que el fuego había destruido su casa. Él simplemente dijo: «La casa del Señor se quemó. Una responsabilidad menos para mí». El enfoque de Wesley era el correcto, pero no es como el mundo nos enseña a responder. La acumulación egoísta de propiedades es el legado del mundo para nosotros, pero tenemos que cambiar esa perspectiva. No somos dueños de nada. Por lo tanto, si alguna vez pierde algo, usted realmente no lo perdió, porque nunca lo tuvo. Si alguien necesita algo de lo que usted tiene, quizá tenga tanto derecho a ese algo como lo tiene usted, porque usted no es el dueño, Dios es el dueño. ¿Cómo ha demostrado que tiene la actitud bíblica de contentamiento?
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Dentro de las mentalidades más retorcidas que yo he conocido moviéndose en el legalismo o puritanismo religioso, llegué a encontrarme con las afirmaciones de alguien muy tradicionalista [...] que aseguraba que el renacentista David, la archiconocida obra maestra de Miguel Ángel Bounarroti que se alza gigantesco y completamente desnudo en la Galería de la Academia de Florencia, imita el clasicismo grecorromano que antaño se consintió desde la propia Iglesia Católica porque en aquellas fechas, la masonería ya comenzaba a infiltrarse entre los recovecos eclesiásticos para contaminar la moral cristiana. Dicho de otra manera: el comentario de esta persona insinuaba que cualquier clase de desnudez humana que no fuese sacada textualmente de la Biblia, por muy elegante que fuese, era una suciedad inspirada por la corrupción del Diablo [...]. Tampoco era infrecuente chocarse con esa rigidez mental en torno al arte dentro del universo protestante: en Escocia, país que visité muy poco antes de redactar estas líneas, el tremendo peso de la moral puritana fue ostentado por la consolidación de la Iglesia Presbiteriana como religión mayoritaria de esta nación. En contraposición al catolicismo del Renacimiento, el cual no dejó de efectuar una magnífica labor de recuperación y promoción del arte clásico a través de un método bastante sincrético, el presbiterianismo escocés encabezó la censura de los desnudos artísticos por calificarlos como una perversión de la pureza espiritual. En un caso muy popular de Edimburgo, ubicado en lo que ahora se conoce como el sector de su Ciudad Nueva, durante muchos años se ocultó de la vista pública una famosa fuente con esculturas de diosas y ninfas griegas sin ropa o enseñando los pechos, la cual en nuestros días se sitúa justo enfrente de un templo presbiteriano. En su época, se consideraba que esta obra era pornográfica y corruptora de las almas que se cruzaban con semejante pieza nada más salir del culto dominical, mandando al traste la instrucción cristiana que se había proclamado minutos antes.
Irene Maciá (Arte y ética al desnudo: La desnudez artística desde la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II (Spanish Edition))
Ante la Ley hay un guardián. Hasta ese guardián llega un campesino y le ruega que le permita entrar a la Ley. Pero el guardián responde que en ese momento no le puede franquear el acceso. El hombre reflexiona y luego pregunta si es que podrá entrar más tarde. —Es posible —dice el guardián—, pero ahora, no. Las puertas de la Ley están abiertas, como siempre, y el guardián se ha hecho a un lado, de modo que el hombre se inclina para atisbar el interior. Cuando el guardián lo advierte, ríe y dice: —Si tanto te atrae, intenta entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda esto: yo soy poderoso. Y yo soy sólo el último de los guardianes. De sala en sala irás encontrando guardianes cada vez más poderosos. Ni siquiera yo puedo soportar la sola vista del tercero. El campesino no había previsto semejantes dificultades. Después de todo, la Ley debería ser accesible a todos y en todo momento, piensa. Pero cuando mira con más detenimiento al guardián, con su largo abrigo de pieles, su gran nariz puntiaguda, la larga y negra barba de tártaro, se decide a esperar hasta que él le conceda el permiso para entrar. El guardián le da un banquillo y le permite sentarse al lado de la puerta. Allí permanece el hombre días y años. Muchas veces intenta entrar e importuna al guardián con sus ruegos. El guardián le formula, con frecuencia, pequeños interrogatorios. Le pregunta acerca de su terruño y de muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y al final le repite siempre que aún no lo puede dejar entrar. El hombre, que estaba bien provisto para el viaje, invierte todo —hasta lo más valioso— en sobornar al guardián. Este acepta todo, pero siempre repite lo mismo: —Lo acepto para que no creas que has omitido algún esfuerzo. Durante todos esos años, el hombre observa ininterrumpidamente al guardián. Olvida a todos los demás guardianes y aquél le parece ser el único obstáculo que se opone a su acceso a la Ley. Durante los primeros años maldice su suerte en voz alta, sin reparar en nada; cuando envejece, ya sólo murmura como para sí. Se vuelve pueril, y como en esos años que ha consagrado al estudio del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de pieles, también suplica a las pulgas que lo ayuden a persuadir al guardián. Finalmente su vista se debilita y ya no sabe si en la realidad está oscureciendo a su alrededor o si lo engañan los ojos. Pero en aquellas penumbras descubre un resplandor inextinguible que emerge de las puertas de la Ley. Ya no le resta mucha vida. Antes de morir resume todas las experiencias de aquellos años en una pregunta, que nunca había formulado al guardián. Le hace una seña para que se aproxime, pues su cuerpo rígido ya no le permite incorporarse. El guardián se ve obligado a inclinarse mucho, porque las diferencias de estatura se han acentuado señaladamente con el tiempo, en desmedro del campesino. —¿Qué quieres saber ahora? –pregunta el guardián—. Eres insaciable. —Todos buscan la Ley –dice el hombre—. ¿Y cómo es que en todos los años que llevo aquí, nadie más que yo ha solicitado permiso para llegar a ella? El guardián comprende que el hombre está a punto de expirar y le grita, para que sus oídos debilitados perciban las palabras. —Nadie más podía entrar por aquí, porque esta entrada estaba destinada a ti solamente. Ahora cerraré.
Franz Kafka (Ante la ley)
de nada sirve decir que creemos en las promesas del Señor si no tenemos el valor para enfrentar las situaciones y provocar que Sus planes se cumplan.
Cash Luna (No es por vista: Solo la fe abre tus ojos (Spanish Edition))
En la cúspide, la verdadera política y la verdadera estrategia se confunden. La maniobra que atrae un aliado al campo de batalla es tan eficiente como la que gana una gran batalla. La maniobra que conquista un punto estratégico importante puede ser de menos valor que la que aplaca o intimida a un país neutral peligroso. Al principio de la guerra padecimos la carencia de una cámara de compensación común donde estos diferentes valores relativos pudieran ser establecidos e intercambiados. Una simple conferencia prolongada, entre los jefes aliados, civiles y militares, en enero de 1915, podría habernos evitado desgracias incalculables. No todo puede ser tratado por correspondencia. Las personas dirigentes debían haber llegado a reunirse para concertar planes en común, en vez de que los aliados siguieran cada uno su propia marcha de la que informaban más o menos a los otros; los ejércitos y las marinas de cada país vivían un ambiente separado. El problema de la guerra, que es común, se enfocaba desde puntos de vista distintos, desconectados entre sí. La guerra, que no sabía nada de las rígidas divisiones entre los aliados franceses, británicos y rusos, entre tierra, mar y aire, entre las victorias y las alianzas, entre los aprovisionamientos y los combatientes, entre la propaganda y el maquinismo, la guerra, repetimos, que no es más que la suma de todas las fuerzas y acciones operantes en un determinado período, fue hecha pedazos. Y fueron necesarios años de enseñanza cruel antes de que se acordaran unificaciones, aunque imperfectas, de estudio, doctrina, mando y acción.
Winston S. Churchill (La crisis mundial. Su historia definitiva de la Primera Guerra mundial 1911-1918)
Não aceita o seu gesto porque não está disposto a comportar-se como ele. Defende a posição de Jesus porque na realidade pretende defender a própria. A reação de Jesus é cortante: “Se eu não te lavar, não terás parte comigo” (Jo 13,8). Quem não aceita o serviço não tem nada em comum com um Deus a serviço dos homens. Quem aceita ser submetido não compreendeu quem é Jesus, e não tem nada em comum com o Cristo, que torna as pessoas livres. Esperto como sempre, Simão tenta evitar a condição que Jesus lhe impôs e, colocado contra a parede, tenta uma última cartada, a cartada do rito. Não aceita o gesto de Jesus como expressão de serviço, mas, contornando o obstáculo, o interpreta como rito purificador: “Senhor, não somente os pés, mas também as mãos e a cabeça!” (Jo 13,9). Simão quer um rito purificador em vista da Páscoa, como faziam os peregrinos que “iam a Jerusalém antes da Páscoa para se purificar” (Jo 11,55). Simão não compreendeu que não é um rito de purificação que permite acolher o amor de Deus, mas, pelo contrário, é acolhida do amor de Deus aquilo que torna puros. Pelo fato de terem aceito Jesus, os discípulos já estão puros (“Estais puros por causa da palavra que eu vos disse”, Jo 15,3), mas precisam acolher a lavagem dos pés para compreender o serviço de Deus para com eles e o serviço deles para com os irmãos.
Alberto Maggi (A loucura de Deus: O Cristo de João (Biblioteca de estudos bíblicos) (Portuguese Edition))
La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que: Tenemos edificios más altos pero temperamentos más cortos, 
autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, 
compramos más, pero gozamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas, 
más conveniencias, pero menos tiempo. Tenemos más grados pero menos sentido, 
más conocimiento, pero menos juicio, 
más expertos, sin embargo más problemas,
más medicina, pero menos bienestar. Bebemos demasiado, fumamos demasiado, gastamos muy imprudentemente, reímos muy poco, 
manejamos demasiado rápido, nos ponemos demasiado irritados, nos estamos hasta muy tarde en la noche, nos levantamos demasiado cansados, 
leemos muy poco, miramos demasiada TV, y rezamos muy rara vez. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos muy rara vez, y odiamos muy a menudo. Hemos aprendido cómo ganarnos la vida, pero no cómo hacer una vida. Hemos adicionado años a la vida pero no vida a los años. Hemos ido todo el camino a la luna y de regreso, pero tenemos problema para cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Hemos conquistado el espacio exterior pero no el espacio interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no mejores cosas. Hemos limpiado el aire, pero contaminado el alma. Hemos conquistado el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más, pero aprendemos menos. Planeamos más, pero logramos menos. Hemos aprendido a ir de prisa, pero no a esperar. Construimos más computadores para tener información, para producir más copias que siempre, pero comunicamos menos y menos. Hay los tiempos de comidas rápidas y de baja digestión, de hombrotes y mujerzotas pero de carácter pequeño, ganancias empinadas y relaciones superficiales. Éstos son los días de dos ingresos pero más divorcios, 
casas más extravagantes, pero hogares rotos. Éstos son los días de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad desechable, 
encuentros amorosos de una sola noche, cuerpos con sobrepeso, y pastillas que hacen de todo, desde animar, a aquietar, a matar. Es un tiempo cuando hay mucho en la vidriera del mostrador y nada en el almacén. Un tiempo cuando la tecnología puede traer esta carta a ustedes, y un tiempo cuando ustedes puede escoger ya sea compartir este entendimiento, o sólo pulsar borrar. Recuerden, gasten algún tiempo con sus seres queridos, porque ellos no van a estar ahí por siempre. Recuerden decir una palabra amable a alguien quien los mira maravillado,
porque esa personita crecerá y dejará de estar a su lado. Recuerden dar un caluroso abrazo a alguien cercano a ustedes, porque es ése el único tesoro que pueden dar con el corazón y no cuesta un centavo. Recuerden decir “te amo” a su pareja y a sus seres queridos, pero principalmente, háganlo con intención. Un beso y un abrazo repararán heridas cuando viene de muy adentro de ustedes. Recuerden cogerse de las manos y compartan el momento porque algún día esa persona no estará allí de nuevo. ¡Dense tiempo para amar, dense tiempo para hablar! Y dense tiempo para compartir los preciosos pensamientos de su mente. Y siempre recuerden: “La vida no es medida por el número de alientos que tomamos, sino por los momentos que nos quitan el aliento.
George Carlin
Parece paradoxal, apenas à primeira vista, que o papa Bórgia quisesse colocar o envenenamento do cardeal Michiel em conformidade com o seu papel de bom cristão. No fim das contas, com a atitude certa, é possível justificar qualquer coisa. Nada é tão ilimitado como a capacidade humana de se enganar.
Volker Reinhardt (Alexandre VI: Bórgia, o papa sinistro (Portuguese Edition))
Podemos muito bem, se for esse o nosso desejo, vaguear sem destino pelo vasto mundo do acaso. Que é como quem diz, sem raízes, exatamente da mesma maneira que a semente alada de certas plantas esvoaça ao sabor da brisa primaveril. E, contudo, não faltará ao mesmo tempo quem negue a existência daquilo a que se convencionou chamar o destino. O que está feito, feito está, o que tem se ser tem muita força e por aí fora. Por outras palavras, quer queiramos quer não, a nossa existência resume-se a uma sucessão de instantes passageiros aprisionados entre o «tudo» que ficou para trás e o «nada» que temos pela frente. Decididamente, neste mundo não há lugar para as coincidências nem para as probabilidades. Na verdade, porém, não se pode dizer que entre esses dois pontos de vista exista uma grande diferença. O que se passa - como, de resto, em qualquer confronto de opiniões - é o mesmo que sucede com certos pratos culinários: são conhecidos por nomes diferentes mas, na prática, o resultado não varia.
Haruki Murakami (Shibata Motoyuki To 9 Nin No Sakkatachi: Nain Intabyūzu)
Escribir ha sido, más que nada, explicarme a mí misma las cosas que no entiendo. Cosas que, a primera vista, son confusas o difícilmente comprensibles. Como los personajes indígenas eran, de acuerdo con los datos históricos, enigmáticos, traté de conocerlos en profundidad. Me pregunté por qué actuaban de esa manera, qué circunstancias los condujeron a ser de ese modo. Así, comencé a desentrañarlos y a elaborarlos. Un acto me llevaba al inmediato anterior y, por ese método, llegué a conocerlos íntegramente […]
Rosario Castellanos (Oficio de tinieblas (Obras reunidas nº 1))
La imagen de artista trágico que prefiere dejar la pluma antes que alcanzar sus impecables ideales no tiene nada de romántica. Elegir este camino no me parece heroico. Creo que es mucho más honesto seguir en el juego —incluso si salta a la vista que estás perdiendo— que dejar de participar debido a lo delicado de tu sensibilidad. Pero, para seguir en el juego, tienes que renunciar a tus ansias de perfección.
Elizabeth Gilbert (Libera tu magia: Una vida creativa más allá del miedo)
Quiero encontrar respuestas. Me encuentro con una amiga que la quiso mucho. Charlamos “¿Por qué no te conté antes?”, dice. Me angustio. Yo no me quiero callar. Pienso que el par dicotómico víctima-agresor opera como un mecanismo de silenciamiento. Cubre bajo un manto de lo indecible ¿Por qué nos atrapan esos vínculos? ¿O qué hacemos cuando vemos a otres atrapades? Es muy difícil pensar desde la víctima, y es muy difícil compartir experiencias complicadas cuando quienes te oyen, solo oyen a una víctima. A veces callarse es una estrategia. Callarse el tiempo suficiente hasta mandar a la mierda a quien te contiene por víctima y no tiene más escucha que una que te anula. Es callarse el tiempo necesario para poder tener un cuerpo que pueda correrse álgidamente de esa categoría política que anula nuestra voz y presencia. A veces callarse por un rato es el lugarcito que nos queda cuando nos conocemos entre todas pero nadie se quiere embarrar y nosotros estamos cubiertos de mugre. A veces es una buena idea que los demás no se embarren con nosotres. Desarmar colectivamente ese par dicotómico urge y creo que es importante tener el ojo hábil para reconocer que en ese par no hay nada pensable para nuestras formas de vida. Quedamos muertes todes, quienes ofrecen maltrato y quienes lo reciben también. Hay quienes no queremos mandar a la siberia de la heterosexualidad a nadie por no poder habitar nuestros espacios después de llevar a cabo prácticas dañinas, pero no perdamos de vista que tampoco queremos callar a nadie para evitar el lugar de víctima. Para terminar el cóctel de esta incomodidad que es el maltrato entre nosotres, también vale resaltar que esas personas con prácticas dañinas dedican su tiempo a sofisticarlas. Una advertencia, esto es complejo, requiere escucha, reflexión, silencio y cautela y esas son cosas que en estos tiempos del apremio y la urgencia ante todo nos sobran y muchos menos cuando parece que el escrache a un agresor redunda en reconocimiento político. A veces las víctimas que escrachan devienen mártires de la causa, y acceden a lugares de representatividad desde esa herida, lo cual es una terrible manera de reforzar el paro. Cuando en las manifestaciones nos cruzábamos con esa amiga que la quiso tanto, a mí me saludaba y a ella no. Me abrazaba a escondidas. Creo que cada uno de esos abrazos dejó en mi cuerpo una memoria sensorial. Hay cosas que no se pudieron decir, pero que ahí estaban, esperando a ser escuchadas. Hay un chat en el que leo “¿De quién sos cómplice con tu silencio?” Hubo muchos meses en que habité vínculos en común con ella y no dije ni una palabra a la espera de que quien quisiera saber, se acercara. La invisibilidad del maltrato no necesariamente se combate con lógicas del espectáculo. Escrachar a una violenta. Esa estrategia de impacto activa los nervios más sucios de la moral, el punitivismo y la victimización para abrir otros canales de nuestra sensibilidad colectiva. Las estrategias son otras, por eso hace falta tiempo para que bajen las aguas y salir de la inundación interna. Yo quise esperar a que las aguas encontrarán otros cauces en el tiempo de la confianza, que es un tiempo corporal. Esos fueron meses de un tortuoso silencio, cómplice del daño, y a la vez cuidadoso del afecto.
VIto Balski (Cortar cebollas)
Se ha constatado que las personas que han sufrido una depresión y han sido tratadas con éxito recuperan el tamaño de su bulbo olfativo, es decir, se restaura el papel de dique de contención de la expresión emocional, regulada por la amígdala. Por ello, algunos autores de diferentes países están desarrollando protocolos clínicos que permitan diseñar medidas basadas en el olfato para diagnosticar o para predecir el desarrollo de alteraciones. Precisamente, la enfermedad de Alzheimer suele conllevar la pérdida del olfato en las primeras etapas de desarrollo de esta forma de demencia. Dada la gran evidencia científica que vincula ya el olfato a la cognición y su deterioro con la edad, el Centro de Investigación de Dresden, en Alemania, hizo un estudio para testar el papel terapéutico del entrenamiento del olfato. El grupo del doctor Thomas entrenó a un grupo de casi 100 personas de entre 50 y 84 años para reconocer 4 tipos de aromas: citronela, eugenol, eucalyptus, y fenylethyl alcohol. Por la mañana y por la noche, los voluntarios debían oler y aprender a identificar el olor de la lima, el clavo, el eucalipto y la rosa. Un entrenamiento y entretenimiento nada despreciables. Después de 5 meses no solo su sistema olfativo había mejorado, también su estado de ánimo, según mostraron los análisis estadísticos de los correspondientes cuestionarios psicológicos. Pero el objetivo de este estudio era testar el papel protector del olfato en la cognición. El entrenamiento olfativo produjo una mejora en sus niveles de memoria y capacidad lingüística, estadísticamente mejor que realizar sudokus. El estudio hecho en Dresden concluía que entrenar el olfato mejora la edad cognitiva. La historiadora y antropóloga Annick Le Guérer, una de las mayores expertas del mundo en el estudio de los aromas, define el olfato como el sentido de la memoria. No le faltan razones, al menos científicas. En el año 2021 se publicó un estudio que constataba por primera vez esta afirmación, desde el punto de vista anatómico. Un consorcio de universidades americanas y chinas llevaron a cabo unos complejos experimentos en los que midieron la actividad neuronal para averiguar cuál de los sentidos de la exterocepción está más conectado al hipocampo, el área cerebral más involucrada en la memoria. Descubrieron que era el olfato.
Nazareth Castellanos (Neurociencia del cuerpo)
Eu me perguntava, e se eu fingir que nada aconteceu? Se eu me convencer de que nada aconteceu? Aí nada terá acontecido. Vou parar de tomar o coquetel, porque não houve nada, foi só um pesadelo, um equívoco, uma vírgula mal colocada, que eu agora vou desviar da minha história.
Tatiana Salem Levy (Vista Chinesa)
PROVERBIOS Y CANTARES XXIX Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.
Antonio Machado (Campos de Castilla)
Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.
Antonio Machado (He andado muchos caminos y otros poemas (Spanish Edition))
E de novo dei toda a minha atenção ao burro. Nem se mexera. Mas já não era, na realidade, o mesmo burro, pois que por entre as patas traseiras, e airado para a frente, via-se-lhe agora, o sexo enorme e mais forte do que a vara que, na véspera, o ameaçara! Percebi que no curtíssimo espaço de tempo em que o perdera de vista, uma profunda alteração se dera nele. Não sei o que vira, o que ouvira ou o que cheirara! Não sei o que se teria passado no animal! Mas aquela miserável, velha e fraca criatura, usada apenas para caricatos diálogos sem pés nem cabeça, aquele ser mais maltratado do que qualquer burro de Marraquexe, aquele pobre animal que valia menos que nada, sem carne, sem forças, sem pêlo, ainda tinha em si tanta virilidade, que vê-la revelar-se assim me libertou de toda a miséria que nele se me deparara! Penso muito nesse burro! Aquela imagem ficou para sempre gravada em mim. E desejo a todos os atormentados, a todos os diminuídos, que encontrem, no meio do seu sofrimento, uma forma de ressurgirem!
Elias Canetti (The Voices of Marrakesh)
Treinta años más tarde, se veía obligado una vez más a llegar a la misma conclusión: no cabía duda de que las mujeres eran mejores que los hombres. Eran más dulces, más amables, más cariñosas, más compasivas; menos inclinadas a la violencia, al egoísmo, a la autoafirmación, a la crueldad. Además eran más razonables, más inteligentes y más trabajadoras. En el fondo, se preguntaba Michel observando los movimientos del sol sobre las cortinas, ¿para qué servían los hombres? Puede que en épocas anteriores, cuando había muchos osos, la virilidad desempeñada un papel específico e insustituible; pero hacía siglos a los hombres, evidentemente, ya no servían para casi nada. A veces mataban el aburrimiento jugando partidos de tenis, cosa que era un mal menor; pero a veces les parecía útil “hacer avanzar la historia”, es decir, provocar revoluciones y guerras, esencialmente. Además del absurdo sufrimiento que causaban, las revoluciones y las guerras destruían lo mejor del pasado, obligando siempre a hacer tabla rasa para volver a edificar. Si no se inscribía en el curso regular de un avance progresivo, la evolución humana cobraba un cariz caótico, desestructurado, irregular y violento. Los hombres, con su amor por el riesgo y el juego, su grotesca vanidad, su irresponsabilidad, su violencia innata, eran directamente responsables de todo eso. Desde todos los puntos de vista, un mundo compuesto sólo de mujeres sería infinitamente superior; evolucionaría más despacio pero con regularidad, sin retrocesos ni nefastas reincriminaciones, hacia un estado de felicidad común
Michel Houellebecq (The Elementary Particles)
El helicóptero seguía sobrevolándolos: de eso estaban seguros, aunque no lo vieran. Si trataban de encontrarlo en el cielo, nada veían del otro lado del dosel verde, salvo espasmos azulados y acaso la silueta de un mico tití cambiando de rama, pero oían el revoloteo demencial de las aspas, y no sólo eso bastaba, sino que aun cuando dejaban de oírlo les parecía que seguían oyéndolo. «Ahí sigue ese hijueputa», decía Ernesto. «Llevamos un día caminando y ahí sigue, como si nos viera. Y quién quita, de pronto nos ve. Saben que aquí estamos, compañero.» Y Raúl: «Yo no lo oigo». Y Ernesto: «Cómo que no. Ahí está el ruido. Ahí sigue». Y Raúl aguzaba el oído, separaba el ruido de sus pasos del resto del mundo y le parecía que sí, que ahí estaba el ruido, que ahí seguía el helicóptero como un abejorro del infierno,
Juan Gabriel Vásquez (Volver la vista atrás (Spanish Edition))
Todo es efímero. Nada es eterno. No hemos llegado para quedarnos y, precisamente por eso, no vale la pena hundirse y quedarse atrás en el camino, reviviendo lo que nos ha hecho daño. Seguir adelante es la única opción que debemos plantearnos. Ser fuertes y no volver la vista atrás. Bueno sí. De vez en cuando hay que hacerlo, porque sólo así podemos comprobar cuánto hemos avanzado y es también la única forma de recordar nuestros errores y no repetirlos.
Javier Martínez (Aquí y ahora)
¿Por qué no? Nada me divierte tanto como el exceso a que los hombres han podido llegar en materia de religión; el fanatismo y la imbecilidad son extravíos tan prodigiosos que su espectáculo, desde mi punto de vista, pese a ser horroroso es siempre interesante. Responde ahora con franqueza y sobre todo desecha tu egoísmo. Si fuera yo lo suficientemente débil como para dejarme sorprender por tus ridículos sistemas sobre la existencia fabulosa del ser que hace necesaria la religión, ¿bajo qué forma me aconsejarías que le rindiera culto? ¿Preferirías que adoptase los ensueños de Confucio antes que las extravagancias de Brahma? ¿Debo adorar la gran serpiente de los negros, el astro de los peruvianos o el dios de los ejércitos de Moisés? ¿A cuál de las sectas de Mahoma quisieras que me convirtiese? ¿O cuál de las herejías cristianas sería preferible para ti? Ten cuidado con tu respuesta.
Marqués de Sade
PAPÁ OLVIDA W. Livingston Larned Escucha, hijo: voy a decirte esto mientras duermes, una manecita metida bajo la mejilla y los rubios rizos pegados a tu frente humedecida. He entrado solo a tu cuarto. Hace unos minutos, mientras leía mi diario en la biblioteca, sentí una ola de remordimiento que me ahogaba. Culpable, vine junto a tu cama. Esto es lo que pensaba, hijo: me enojé contigo. Te regañé cuando te vestías para ir a la escuela, porque apenas te mojaste la cara con una toalla. Te regañé porque no te limpiaste los zapatos. Te grité porque dejaste caer algo al suelo. Durante el desayuno te regañé también. Volcaste las cosas. Tragaste la comida sin cuidado. Pusiste los codos sobre la mesa. Untaste demasiado el pan con mantequilla. Y cuando te ibas a jugar y yo salía a tomar el tren, te volviste y me saludaste con la mano y dijiste: " ¡Adiós, papito!" y yo fruncí el entrecejo y te respondí: "¡Ten erguidos los hombros!" Al caer la tarde todo empezó de nuevo. Al acercarme a casa te vi, de rodillas, jugando en la calle. Tenías agujeros en las medias. Te humillé ante tus amiguitos al hacerte marchar a casa delante de mí. Las medias son caras, y si tuvieras que comprarlas tú, serías más cuidadoso. Pensar, hijo, que un padre diga eso. ¿Recuerdas, más tarde, cuando yo leía en la biblioteca y entraste tímidamente, con una mirada de perseguido? Cuando levanté la vista del diario, impaciente por la interrupción, vacilaste en la puerta. "¿Qué quieres ahora?" te dije bruscamente. Nada respondiste, pero te lanzaste en tempestuosa carrera y me echaste los brazos al cuello y me besaste, y tus bracitos me apretaron con un cariño que Dios había hecho florecer en tu corazón y que ni aun el descuido ajeno puede agotar. Y luego te fuiste a dormir, con breves pasitos ruidosos por la escalera. Bien, hijo; poco después fue cuando se me cayó el diario de las manos y entró en mí un terrible temor. ¿Qué estaba haciendo de mí la costumbre? La costumbre de encontrar defectos, de reprender; esta era mi recompensa a ti por ser un niño. No era que yo no te amara; era que esperaba demasiado de ti. Y medía según la vara de mis años maduros. Y hay tanto de bueno y de bello y de recto en tu carácter. Ese corazoncito tuyo es grande como el sol que nace entre las colinas. Así lo demostraste con tu espontáneo impulso de correr a besarme esta noche. Nada más que eso importa esta noche, hijo. He llegado hasta tu camita en la oscuridad, y me he arrodillado, lleno de vergüenza. Es una pobre explicación; sé que no comprenderías estas cosas si te las dijera cuando estás despierto. Pero mañana seré un verdadero papito. Seré tu compañero, y sufriré cuando sufras, y reiré cuando rías. Me morderé la lengua cuando esté por pronunciar palabras impacientes. No haré más que decirme, como si fuera un ritual: "No es más que un niño, un niño pequeñito". Temo haberte imaginado hombre. Pero al verte ahora, hijo, acurrucado, fatigado en tu camita, veo que eres un bebé todavía. Ayer estabas en los brazos de tu madre, con la cabeza en su hombro. He pedido demasiado, demasiado.
Dale Carnegie (Cómo ganar amigos e influir sobre las personas: Versión completa)
Não tenho nada contra a sua religião, e menos ainda com seu posicionamento político. Você é livre para acreditar no que quiser, desde papai noel até políticos honestos. Contudo, não me veia esbravejando suas ideias distorcidas, perdendo a paciência quando me recurso a aceitar suas ideias sem pé nem cabeça. O mundo não se importa com suas ideias, as leis da física foram aprovadas muito antes mesmo dos seus berros, e ela não se assusta. Seus berros somente existem porque existem as leis da física, sua voz somente alcança seus seguidores porque temos as leis da física. Quando passa a multidão, eufórica, o terreno vira esterco, e nova vida surge. Sua religião não implica em impor nos demais seu Deus, seu posicionalmente político não implica em alinhamento de todos. Não me venha dizer que é tudo relativo, que não. Nosso universo possui leis, que não são relativas. Não me venha dizer que é tudo ponto de vista individual, que não. Fatos não dependem da sua opinião. Proponho uma reflexão, proponho um espaço entre uma esbravejada, e sua opinião sobre algo. ” O choro da razão
Jorge Guerra Pires (Ciência para não cientistas: como ser mais racional em um mundo cada vez mais irracional, vol. 1 (Bolsonarismo) (Inteligência Artificial, Democracia, e Pensamento Crítico) (Portuguese Edition))
En la era moderna de la familia nuclear, la retribución que los padres esperan de sus hijos es el afecto. Parsons confiaba seriamente en la función afectiva. La familia nuclear moderna no es una unidad de producción. El gasto, la abnegación y los sacrificios que implica la mantención y crianza de los hijos no se retribuye económicamente, sino afectivamente. El adulto es recompensado con el afecto de su hijo en el mismo ejercicio de la tutela que ejerce sobre él, en el lento proceso de adquisición de la autonomía y la responsabilidad que, en un escenario ideal, caracteriza a la mayoría de edad. Al mismo tiempo, el hijo descansa afectivamente en sus padres. Pero cuando el padre ya no es el que acompaña y forma al hijo en este proceso, cuando ya no interviene en él ni le interesa siquiera intervenir, cuando ya no tiene una visión del mundo que transmitir o un conjunto de valores que legar, el afecto propiamente filial se torna imposible porque no hay identificación posible. De aquí resulta que el sacrificio y la abnegación parentales queden sin la retribución que les es propia. Pierden, por lo tanto, su sentido. La relación padre-hijo queda totalmente absorbida por una racionalidad instrumental, en la que el afecto filial se vuelve cálculo. El afecto se compra y se vende. La negociación sucede a la lógica de la disciplina. El hijo no ve que tenga nada que aprender de su padre (pues este no ve que tenga nada que enseñarle), no lo necesita en su proceso de socialización, pero lo continúa necesitando para obtener recursos materiales y servicios (ganados en el mercado u obtenidos del Estado). Pero la instrumentalización de la relación padre-hijo tiene también un efecto nefasto en el padre. Al quedar sustraída la relación de cualquier función que no sea la de la mera provisión, el padre deja de encontrar en el afecto filial una buena razón para la abnegación y el sacrificio que su paternidad le impone. Esto es así porque el afecto filial ha devenido cálculo instrumental. El padre-sacrificado, tan respetado y admirado en otros tiempos, se convierte hoy en una vergüenza pública. Nadie debería dejar de «ser feliz» por causa de un hijo. Y el hijo es precisamente una obstrucción para la felicidad del adulto. Quita tiempo, cuesta dinero, clausura proyectos y deseos personales. No tener hijos se convierte en una decisión óptima. Abortarlos, si vienen en camino, es la opción que debe estar abierta a todos; sobre todo, si uno es pobre. Si ya han nacido, abandonarlos o, al menos, apartarlos de la vista la mayor parte del día, entregándolos a agentes externos de socialización y crianza, es todavía una salida al infierno de una paternidad cuyo sentido está a la deriva. La enorme caída de la natalidad que vive occidente tiene en cierta medida que ver con todo esto.
Agustín Laje (Generación idiota: Una crítica al adolescentrismo)
vez, todo estaba allí, en mi interior, todo hasta los mínimos detalles, todos los recuerdos, absolutamente todo. Sí: desde cierto punto de vista, allá la vida había sido más simple, más inequívoca. Me acordé de todo y de todos, repasando hasta a los que no me habían interesado para nada, y también a los que ya sólo existían en mis recuerdos, a todos: a Bandi Citrom, a Pietka, a Bohús, al médico y a todos los demás. Por primera vez pensé en ellos con un ligero sentimiento de reproche, de resentimiento, pero también de amor.
Imre Kertész (Sin destino)
El espíritu se debe examinar a diario. Era la costumbre de Sextio cuando el día había acabado y se había dispuesto para descansar, preguntar a su espíritu: «¿Cuáles de tus malas costumbres has curado hoy? ¿Qué vicio has controlado? ¿En qué aspecto eres mejor?». La ira cesará y se volverá más amable, si sabe que cada día tendrá que comparecer ante el tribunal. ¿Qué puede ser más admirable que esta manera de analizar la totalidad de los acontecimientos del día? ¿Qué dulce es el sueño que sigue a este autoexamen? ¿Qué calma, qué tranquilidad y despreocupación cuando nuestro espíritu ha recibido el elogio o la reprimenda, y cuando nuestro inquisidor y censor secreto ha informado sobre nuestra moral? Yo utilizo este privilegio y diariamente defiendo mi causa delante de mí mismo: cuando la lámpara desaparece de mi vista y mi esposa, que conoce mi costumbre, ha dejado de hablar, repaso todo el día delante de mí y repito todo lo que he dicho y hecho: no me escondo nada y no omito nada: ¿por qué voy a tener miedo de cualquiera de mis defectos, cuando está en mi poder decir: «Te perdono esta vez: procura no volver a hacerlo nunca más»? [...] Un buen hombre se complace en recibir consejo: todos los hombres malos son los más impacientes cuando reciben una guía.
Massimo Pigliucci (Cómo ser un estoico: Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna)
Por supuesto, resulta espantosa e insoportablemente aburrida esta inactividad tan absoluta, este quedarse sentado sin hacer nada en un estado de postración mental, pero, por otro lado, ¿acaso no pasan el tiempo de esa manera tan pasiva y apática millones y millones de gentes del planeta? Y además, ¿no lo hacen así desde hace años, desde haces siglos, independientemente de la religión, de la cultura, de la raza? Basta con que, en América del Sur, vayamos a los Andes o nos paseemos en coche por las polvorientas calles de Piura o naveguemos por el Orinoco: en todas partes encontramos aldeas de barro, poblados y villas pobres y veremos cuánta gente permanece sentada en la puerta de su casa, sobre piedras o en bancos, inmóvil, sin hacer nada. Vayamos de América del Sur a África, visitemos los solitarios oasis del Sáhara o los poblados de pescadores negros que se extienden a lo largo del Golfo de Guinea, visitemos a los misteriosos pigmeos en la jungla del Congo, la diminuta ciudad de Mwenzo en Zambia, la hermosa y dotada tribu Dinka en Sudán: en todas partes veremos gentes sentadas que de vez en cuando articularán alguna palabra, que por la noche se calentarán alrededor de un fuego, pero que en realidad, aparte de permanecer sentadas, inmóviles e inactivas, no hacen nada en absoluto y se encuentran (podemos suponer) en un estado de postración mental. ¿Acaso Asia es diferente? ¿Acaso, yendo de Karachi a Lahore o de Bombay a Madrás o de Yakarta a Malangu, no nos chocará ver que miles, qué digo, millones de paquistaníes, hindúes, indonesios y otros asiáticos están sentados inmóviles con la vista fija en no se sabe qué? Cojamos un vuelo a las Filipinas o a Samoa, visitemos las inconmensurables extensiones del Yukón o la exótica Jamaica: en todas partes veremos el mismo panorama de gentes sentadas que permanecen inmóviles durante horas enteras en unas sillas viejas, en unos tablones de madera, en unas cajas de plástico, a la sombra de olmos y mangos, apoyadas contras las paredes de las chabolas, las vallas y los marcos de las ventanas, independientemente de la hora del día y de la estación del año, de si hace solo o llueve, gentes aturdidas e indefinidas, gentes en un estado de somnolencia crónica, que no hacen nada excepto permanecer allí sin necesidad y sin objetivo, y también sumidas (podemos suponer) en una postración mental.
Ryszard Kapuściński (Imperium)
Se eu mostrar esse copo para vocês, alguns vão achar que está meio cheio e outros, meio vazio. Mas isso não muda o que ele é: um copo com água. O resto é apenas ponto de vista. Para o qual você deve cagar, aliás. Não importa o que os outros falem, nada pode mudar quem nós somos. Lembre-se sempre disso!
Lola Salgado (Sol em Jupiter)
Los faros iluminan el asfalto de la carretera. A ambos lados la tierra se pierde de vista, dándole la sensación de que conduce por la nada. Delante solo está la carretera; encima, solo el cielo. «Donde se juntan la tierra y el cielo.»
Elly Griffiths (Los ecos del pantano (Ruth Galloway, #1))
Lo que hemos de comprender por encima de todo es que nada en el mundo «simplemente existe», sino que existir es precisamente interactuar con otras cosas —lo que finalmente incluye observadores—. El mundo, por tanto, no ha de concebirse como una mera yuxtaposición de numerosas entidades individuales o autoexistentes —ya sean res extensae, «átomos», o lo que se quiera—, sino que se ha de ver como una unidad orgánica, en la que cada elemento existe en relación con los demás y así pues en relación con la totalidad, que incluye también necesariamente un polo consciente o subjetivo. Además, este descubrimiento fundamental, que muchos en nuestros días asocian a los recientes hallazgos en el dominio de la física cuántica —o ya que estamos, al misticismo oriental—, se puede hacer fácilmente «a simple vista», por así decirlo, pues pertenece tanto al mundo corpóreo percibido con los sentidos como al recientemente descubierto dominio cuántico; lo que sucede es que durante varios siglos se nos ha impedido ver el primero sin los prejuicios y distorsiones producidos por los prejuicios de tipo cartesiano.
Wolfgang Smith (El enigma cuántico (Spanish Edition))
TRASCIENDE Escapa del sueño que has creado para soñar uno nuevo Los sueños y los deseos, se vuelven realidad Cuando no hay nada que hacer Sueña Abre tu corazón Y abre tus ojos Al nuevo modo de ser Sueña Aunque sea por un ratito Siente Todo lo que se supone que debes ser Ve El sueño soñado Oh, tal placer Oh, tal delicia Pues nada está fuera de la vista Sueña Abre tus ojos Pues ello aparecerá, No hay nada que temer Sueña No seas soñado. Sé el soñador. Despierta.
Ulonda Faye
Há pessoas cujos móbiles não merecem a indagação, ainda que as tenham levado a cometer actos terríveis ou precisamente por isso. Isto, bem sei, vai totalmente contra a tendência actual. Hoje em dia toda a gente se interroga sobre o que leva um assassino reiterado ou maciço a assassinar maciça ou reiteradamente, um coleccionador de violações a aumentar continuamente a sua colecção, um terrorista a desprezar todas as vidas em nome de uma primitiva causa e acabar com o maior número possível delas, um tirano a tiranizar sem limites, um torturador a torturar sem limites, quer o faça burocrática, quer sadicamente. Há uma obsessão por compreender o odioso, no fundo há uma malsã fascinação por isso, e com isto faz-se um imenso favor aos odiosos. Eu não partilho essa curiosidade infinita do nosso tempo pelo que em nenhum caso tem justificação, ainda que se lhe encontrassem mil explicações diferentes, psicológicas, sociológicas, biográficas, religiosas, históricas, culturais, patrióticas, políticas, idiossincráticas, económicas, antropológicas, vem a dar no mesmo. Eu não posso perder o meu tempo a indagar sobre o que é mau e pernicioso, o seu interesse é sempre mediano no melhor dos casos e amiúde nulo, garanto-te, vi muita coisa. O mal costuma ser simples, embora às vezes não tão simples, se fores capaz de apreciar o cambiante. Mas há indagações que mancham, e até as há que contagiam sem dar nada de valioso em troca. Hoje existe um gosto de se expor ao mais baixo e vil, ao monstruoso e ao aberrante, por assomar a contemplar o infra-humano e por o roçar como se tivesse prestígio ou graça e maior importância que os cem mil conflitos que nos assediam sem cair nisso. Também há nesta atitude um elemento de soberba, mais um: mergulha na anomalia, no repugnante e mesquinho como se a nossa norma fosse a do respeito e da generosidade e da rectidão e houvesse que analisar microscopicamente tudo quanto sai desta: como se a má-fé e a traição, a malquerença e a vontade de fazer mal não fizessem parte dessa norma e fossem coisas excepcionais, e merecessem por isso todos os nossos desvelos e a nossa maior atenção. E não é assim. Tudo isso faz parte da norma e não tem mistério por aí além, não maior que a boa-fé. Mas esta época está devotada à tolice, ao óbvio e ao supérfluo, a assim nos corre a vida. As coisas deviam ser antes ao contrário: há acções tão abomináveis ou tão desprezíveis que a sua mera comissão devia anular qualquer curiosidade possível pelos que as cometem, e não criá-la nem suscitá-la, como tão imbecilmente sucede hoje. E assim foi no meu caso, apesar de ser o meu caso, a minha vida. O que aquele velho amigo fez comigo era tão injustificável, e tão inadmissível e grave do ponto de vista da amizade, que todo ele deixou de me interessar de imediato: o seu presente, o seu futuro e também o seu passado, embora nele estivesse eu. Já não precisava de saber mais, nem tão-pouco estava disposto a isso.
Javier Marías (Tu rostro mañana)
Desde el punto de vista de la mente dualista y condicionada, el cuerpo no es nada más que una maquinaria extraordinariamente compleja que está a sus órdenes. Es como si la cabeza pensara que el cuerpo está para pasearla de un sitio a otro, de aquí para allá. Por eso, la frase «la mente sobre la materia» tiene tanta aceptación, porque está muy alineada con nuestra manera condicionada de pensar.
Mario Alonso Puig (¡Tómate un respiro! Mindfulness: El arte de mantener la calma en medio de la tempestad (Biblioteca Dr. Mario Alonso Puig) (Spanish Edition))
Sólo unos cuantos niños se quedaron a observar con ávido interés, mientras ellos descargaban los fardos. A Ayla no le molestaban. Llevaba años enteros sin ver un niño, desde que se separara del Clan, y sentía tanta curiosidad como ellos. Liberó a Corredor del arnés y de la brida; luego dio a los dos animales unas palmaditas a modo de caricias. Después de rascar con ganas al potrillo y abrazarlo afectuosamente, levantó la vista. Latie miraba con avidez el potro. — ¿Tú quieres tocar caballo? —preguntó Ayla hablando con dificultad el idioma de los Mamutoi. — ¿Podría? —Ven. Dame mano. Yo muestro. Cogió la mano de Latie y la sostuvo contra el apelmazado pelo de invierno del potro. Corredor giró la cabeza para olfatear a la niña y la tocó con el hocico. La sonrisa de gratitud de Latie era todo un regalo. — ¡Le gusto! —Él gusta que rasquen, también. Así —observó Ayla, indicando a la criatura los lugares donde mayor comezón sentía el potrillo. Corredor estaba encantado con aquellos mimos y no dejó de demostrarlo; Latie no cabía en sí de alegría. El potrillo la había atraído desde un principio; Ayla les volvió la espalda para ayudar a Jondalar; no vio, pues, que se aproximaba otro niño. Cuando giró en redondo, ahogó una exclamación: sintió que su rostro se demudaba. — ¿No importa si Rydag toca el caballo? —preguntó la niña—. No sabe hablar, pero yo sé que lo desea. Rydag siempre provocaba sorpresa en la gente, y ella lo sabía. — ¡Jondalar! —llamó Ayla, con un susurro ronco—. Esa criatura. ¡Podría ser mi hijo! ¡Parece Durc! Él, al volverse, abrió los ojos con atónita sorpresa. Era un niño de espíritus mezclados. Los cabezas chatas (aquellos a los que Ayla siempre llamaba “el Clan”) eran, para casi todos, animales; los niños como aquél eran considerados por la mayoría como “abominaciones”, mitad animales, mitad humanos. Para él había sido un desagradable golpe enterarse de que Ayla había dado a luz a un hijo híbrido. Por lo común, la madre de semejante criatura era una paria, descastada por miedo a que atrajera otra vez al maligno espíritu animal, haciendo que otras mujeres alumbraran nuevas abominaciones. Algunos ni siquiera querían admitir que existían; descubrir a uno viviendo allí, con la gente, era algo más que inesperado: era asombroso. ¿De dónde había salido aquel niño? Ayla y el pequeño se miraban mutuamente, sin prestar atención a nada más. «Es delgado para ser medio Clan —pensó Ayla—. Por lo común son de huesos grandes y musculosos. Ni siquiera Durc era tan delgado. Está enfermo». Su mirada de mujer adiestrada en la medicina le reveló que era un problema de nacimiento, algo que afectaba a ese músculo fuerte que latía dentro del pecho, haciendo mover la sangre, supuso. Pero archivó esos datos sin pensar en prestarles mayor atención. Estaba observando con mayor interés el rostro y la cabeza, en busca de las similitudes y las diferencias entre aquella criatura y su propio hijo. Los ojos pardos, grandes e inteligentes, eran como los de Durc, incluso en la expresión de antigua sabiduría, muy superior a la edad. Sintió una punzada de nostalgia y un nudo en la garganta. Pero había también dolor y sufrimiento, no siempre físico, jamás experimentados por Durc. Se sintió llena de compasión. Las cejas del niño no eran tan pronunciadas, apostilló tras un estudio detallado. Durc tenía las protuberancias supraorbitales bien desarrolladas incluso a los tres años, al marcharse ella; sus ojos y su ceño saliente eran del Clan, pero la frente era como la de aquel niño: no echada hacia atrás y achatada, como la del Clan, sino alta y curvada como la suya. Sus pensamientos comenzaron a divagar. Durc ya tendría seis años, edad suficiente para ir con los hombres cuando practicaran con las armas de caza. Pero sería Brun quien le enseñara a cazar, no Broud. Al recordar a Broud sintió un arrebato de ira. Jamás o
Anonymous
Verse obligado a convenir (o a disentir, que para el caso es lo mismo) sobre temas desprovistos de la menor entidad, cuestiones generadas por la gran máquina de aniquilar que envenena a las sociedades actuales, es un asunto de una infamia insuperable, de una cobardía enraizada en la claudicación del espíritu. Jornadas de agotadoras reuniones en las que todos mienten o improvisan tonterías para salvar el pellejo, con vistas a la única divinidad probadamente milagrosa del dinero, aunque sea fino negarla, temblando detrás del espejismo de la seguridad y otras piadosas anestesias. Esos orgullos que se exhiben en los televisores, después de cuarenta años de ejercer esto o aquello, de vilezas comprobables, de cobardías y traiciones y complicidades a la vista de quienes quieran ver (que son tan pocos), mientras los pueblos ignaros, vulgares, malolientes, arrastran sus hambres, sus súplicas, sus furias desdentadas, sus vergonzosas miserias por las mismas pantallas de los mismos televisores, demuestran que vivimos en un medioevo electrónico, en un mundo sin salida para la condición humana. Ese es el juego en el que todos pierden, el juego que jugamos. Abstenerse de él tal vez no sea posible. La salvación individual es una loca fantasía. Y el pañuelo febril de la denuncia tampoco sirve de nada, porque no existe la instancia ante quien denunciar. Porque nada es nada. Porque nadie es nadie. Sólo resta la resignación, esa virtud sin honra del hombre degradado. Parafraseando a Valéry, nosotras las civilizaciones, sabemos ahora que hemos fracasado. Muy poco hemos apostado al ser. Todo ha sido ofrendado dócilmente en el sagrario del estar, en los altares del poder. Y hemos dejado morir al ser de inanición. Hemos llegado al fin. Tal vez tengamos que empezar de nuevo, no ya desde el fuego como elemento de la naturaleza, sino desde el fuego del hombre como elemento del alma, como milagro de Dios o, acaso, de la Nada.
Anonymous