Una Persona Especial Quotes

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El olvido es una especie de animal pequeñísimo que te va royendo lentamente los recuerdos hasta que desaparecen. Hoy, por eso me fijo mucho más en todo, para no olvidar absolutamente nada.
Benito Taibo (Persona normal)
Pues...-se hizo la indiferente-,porque aún no he encontrado a mi chico, porque soy muy especial, porque soy muy difícil, porque no quiero tener novio por tenerlo, como si estar sola fuese malo, y por un montón de razones más, todas por el estilo. También es cierto que espero algo muy diferente, una persona que me entienda y me siga, que me acepte.
Jordi Sierra i Fabra (Rabia)
Creo que la verdad está bien en las matemáticas, en la química, en la filosofía. No en la vida. En la vida es más importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza. Además, ¿sabemos acaso lo que es la verdad? Si yo lo digo que aquel trozo de ventana azul, digo una verdad. Pero es una verdad parcial, y por lo tanto una especie de mentira. Porque el trozo de ventana no está solo, está en una casa, en una cuidad, en un paisaje. Está rodeado del gris de ese muro de cemento, del azul claro del cielo, de aquellas nubes alargadas, de infinitas cosas más. Y si no digo todo absolutamente todo, estoy mintiendo. Pero decir todo es imposible, aun en este caso de la ventana, de un siempre trozo de la realidad física. La realidad es infinita y además infinitamente matizada, y si me olvido de un solo matiz, ya estoy mintiendo. Ahora imagínese lo que es la realidad de los seres humano con sus complicaciones y recovecos, contradicciones y además cambiantes. Porque cambia a cada instante que pasa, y lo que éramos hace un momento no lo somos más. ¿Somos, acaso, siempre la misma persona? ¿Tenemos acaso siempre los mismos sentimientos? Se puede querer a alguien y de pronto desestimarlo y hasta detestarlo. Y si cuando lo desestimamos cometemos el error de decírselo, eso es una verdad, pero una verdad momentánea, que no será más verdad dentro de una hora o al otro día, o en otras circunstancias. Y en cambio el ser a quien se la decimos creerá que ésa es la verdad, la verdad para siempre y desde siempre. Y se hundirá en la desesperación.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
Al igual que el tiempo, el espacio trae consigo el olvido; aunque lo hace desprendiendo a la persona humana de sus contingencias para transportarla a un estado de libertad originaria; incluso del pedante y el burgués hace, de un solo golpe, una especie de vagabundo. El tiempo, según dicen, es Lete, el olvido; pero también el aire de la distancia es un bebedizo semejante, y si bien su efecto es menos radical, cierto es que es mucho más rápido.
Thomas Mann (The Magic Mountain)
—El combarradh es el símbolo que hace que nunca vayas desnudo. El amor de tu pareja, el respeto y la fidelidad de tu mitad harán que te sientas siempre protegido. En ella encontrarás un alma que siempre te acompañará, un cuerpo que te proveerá de lo que necesites, y un amor que nunca perecerá, aunque encuentres dificultades en el camino. No se trata de un amor perfecto, no lo es. Pero es especial. ¿Crees que en la actualidad es obsoleto? Propónselo a los humanos y serían capaces de darte lo que les pidieras a cambio de una entrega incondicional de ese tipo. Y lo firmarían a ciegas porque es algo que no encuentran. En su mundo nada es para siempre: las personas vienen y van, no permanecen, no se mantienen al lado de uno hasta que la muerte los separe. Juran unos votos ante su dios y al cabo de unos años, los rompen con mentiras, malos comportamientos, falta de respeto por sus familias y muchas cosas más… Algunos ni siquiera juran esos votos por miedo a romperlos y se excusan diciendo que no creen en ellos. Nada tiene valor aquí. Cuando algo se complica, en vez de luchar por ello, abandonan. Y no entienden que comportándose así dejan de darle valor a las cosas, incluso a sí mismos. Ya se han olvidado de cumplir sus promesas. Kenshin la escuchaba con tanta atención que bebía de ella. Sus palabras estaban llenas de coherencia y también de una pasión digna de envidiar. —El Comharradah te enseña a amar no porque esa persona sea perfecta. El nudo perenne te marca el camino a seguir para creer en la perfección de esa persona imperfecta que hay exclusivamente para ti —resumió él.
Lena Valenti (El libro de Miya (Saga Vanir, #5))
¡Dios mío!, no quiero ser de esas personas que se sientan y hablan de lo que van a hacer. Simplemente voy a hacerlo. Imaginar el futuro es una especie de nostalgia. ¿Qué? pregunté. Te pasas toda la vida encerrado en el laberinto pensando en cómo escapar de ahí y lo fabuloso que será; imaginar ese futuro te mantiene con vida, pero nunca escapas. Solo utilizas el futuro para huir del presente.
John Green (Looking for Alaska)
Cuanto más la miro y pienso en la persona fascinante que una vez fue, más me cuesta comprender que se haya convertido en esta especie de campesina regordeta de manos rudas.
Lucía Etxebarria (Beatriz y los cuerpos celestes)
¿Y quién sabe medir el atractivo de una persona? Algunas veces las personas son un millón de veces más atractivas para ti en tu mente. Es como si tú los vieras por un lente especial, pero quizá es así como tu realmente los ves.
Jenny Han (The Summer I Turned Pretty (Summer, #1))
¿Se ha dado cuenta de que cuando conoces a alguien nuevo, el nombre de esa persona te viene la cabeza de repente a todas partes donde vas? Mi amiga Sophie lo llama conciencia, y el reverendo Simpless lo llama voluntad divina. Él cree que si nos importa mucho alguien o algo nuevo, proyectamos una especie de energía al mundo y con ella llegan cosas positivas.
Mary Ann Shaffer (The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society)
En Harvard y otras universidades, estudiaron la importancia de la actitud en el éxito de las personas. Se descubrió que la actitud era mucho más importante que la inteligencia, la educación, el talento especial o la suerte. De hecho, se llegó a la conclusión de que hasta un 85% del éxito en la vida se debe a tener una actitud positiva y educable, mientras que sólo un 15% se debe a la capacidad.
John C. Maxwell (Sometimes You Win--Sometimes You Learn: Life's Greatest Lessons Are Gained from Our Losses)
A veces es difícil para las personas ajustarse a nuevas ideas, en especial si vienen de una cultura muy diferente.
Erika L. Sánchez (Yo no soy tu perfecta hija mexicana)
A él le parecía que Gertrudis se había convertido con los años en una especie de mueble, que había dejado de ser una persona viviente.
Mario Vargas Llosa (El héroe discreto)
La verdad es como una especie de droga. Te dan un poco y quieres más y más y más.
Benito Taibo (Persona normal)
El falso apoyo es una especie de hurto: roba tiempo, energía y motivación a una persona que podría dedicarlos a algún otro fin.
Sam Harris (Mentir)
En la vida de las personas hay una cosa especial que sólo puede tenerse en una época especial.
Haruki Murakami (Sputnik Sweetheart)
No advertía la falsedad de su proceder; era una experta en aquella especie de falacia con la que las personas se persuaden a sí mismas de que aquello que quieren hacer es lo justo.
Elizabeth Gaskell (Ruth)
El olvido es una especie de animal pequeñísimo que te va royendo lentamente los recuerdos hasta que desparecen.
Benito Taibo (Persona normal)
sentimiento de culpa suele obrar como una forma de autocastigo que apunta directo al corazón, una especie de harakiri psicológico autodestructivo, donde se ataca a la persona y no la conducta específica:
Walter Riso (Sabiduría emocional: Un reencuentro con las fuentes naturales del bienestar y la salud emocional (Biblioteca Walter Riso) (Spanish Edition))
... recuerdo que lo que hace especial a una ciudad no son solo su topografía ni las apariencias concretas de edificios y personas, la mayor parte de las veces creadas a partir de casualidades, sino los recuerdos que ha ido reuniendo la gente que, como yo, ha vivido cincuenta años en las mismas calles, las letras, los colores, las imágenes y la consistencia de las casualidades ocultas o expresas, que es lo que mantiene todo unido.
Orhan Pamuk
Es un secreto a voces que los intelectuales de biblioteca y los hombres que se pasan la vida rodeados de palabras, de textos, pueden experimentar con especial intensidad las seducciones de las propuestas políticas violentas, particularmente cuando tal violencia no toca a su propia persona. En la sensibilidad y la visión del maestro carismático, del absolutista de la filosofía, puede haber más que un simple toque de sadismo vicario (La lección, de Ionesco, es una macabra parábola de esto).
George Steiner (Heidegger (Fontana Modern Masters))
Aunque para la mayoría de nosotros esta posibilidad parece remota, puede ser más real de lo que creemos. La idea de que no se puede persuadir a ninguna persona inocente a confesar un crimen, en especial uno de gravedad, es errónea. Y, de hecho, ocurre con una frecuencia perturbadora.
Robert B. Cialdini (Pre-suasión: Un método revolucionario para influir y persuadir)
La familia que existe en la cabeza de las personas es más importante que la que se registra en su libreta de tomador del censo...La experiencia de la inmigración proporciona una visión especial sobre cómo las personas aprenden a prescindir de aquello a que estaban acostumbradas para poder adoptar lo nuevo.
Pauline G. Boss (Ambiguous Loss: Learning to Live with Unresolved Grief)
Quizá si hubiera más personas conscientes de las extinciones de la primera y la segunda oleada, se mostrarían menos indiferentes acerca de la tercera oleada, de la que forman parte. Si supiéramos cuántas especies ya hemos erradicado, podríamos estar más motivados para proteger a las que todavía sobreviven.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Respiro profundo otra vez y ya van tantas... La cama es un mal lugar para estos pensamientos. Me siendo agobiado. Ya no aguanto más. El #mundo "desquició" sin darnos tiempo. Enjaulados en nuestras propias casas rogando que el #monstruo no entre a aniquilarnos. Nunca nos sentí tan frágiles e indefensos. El #virus no conoce de fronteras, ni de etnias, ni mucho menos, de religiones... iBasta de noticias, por favor! El Gobierno de turno nos indica hasta en qué momentos podemos respirar. ¿Hoy me tocaba ir al baño? Ya ni sé que día es hoy... Suspiro profundo. #Extraño a demasiada gente. Extraño demasiadas cosas. Extraño tener otro tipo de problemas. Mis pensamientos que se van enredando y diluyendo. La cama que se hace demasiado ancha y fría. Todo esto parece una película de Ciencia Ficción, una de terror, una conspiración mundial... Ya ni me doy cuenta si respiro. Sí, sí: ¡es una conspiración mundial! Es parte de un Plan #macabro de los "dueños del mundo". Inventaron una #Pandemia para que entremos en #pánico y nos encerremos como pichoncitos mojados. Las economías caen estrepitosamente. Los países que se debilitan hasta límites impensados. #Crisis, #muerte y #pobreza por doquier. Las necesidades obligan a las personas enjauladas a ser más adictas que nunca a la realidad virtual. Eso es lo que querían, eso es lo que buscaban... ¿Aún existe la realidad real? Es un Plan que viene desde muy lejos. Y esta, es la antesala del Plan Maestro. Ahora nos instalarán chips para controlarnos del todo e iremos perdiendo, una a una, las #libertades individuales que tanta sangre nos costó conseguir. "Es por nuestra seguridad", nos dirán con tono paternal. Nos quieren débiles, asustados, divididos, denunciándonos, enojados, indefinidos y adictos. La tecnología nos hace más manipulables que un ratón... Cuando suene el timbre, todos iremos tras el queso, reclamando -al unísono- por un poderoso #Gobierno Único, de un Nuevo #Orden Mundial, que cuidará el remanente de la especie... Por fin, mis pensamientos, exhaustos, terminan flanqueando y me quedo dormido... Por suerte, ahora, puedo tener otras pesadillas, algo distintas a nuestra angustiante realidad...
Gonzalo Guma
Hay días en que pienso que ser de izquierdas es una especie de facultad, como la memoria. Todos la tenemos en estado de latencia. Si no la usas nunca, te mueres sin enterarte de que la tenías. La prueba de que está ahí, sin embargo, es que en determinadas situaciones aparece. Muchas veces se confunde con el orgullo. Pero hay dos clases de orgullo. Para mí, cuando esa facultad no está involucrada el orgullo es puro amor propio. Y cuando el orgullo es amor propio, lo que sale es la pataleta, el sofocón, se pone la cara roja y falta el aire. En cambio, si esa facultad interviene el orgullo se generaliza. La persona comprende que la ofensa, el abuso, lo que sea, no se lo están haciendo sólo a ella; y se le llenan los pulmones de aire; dice «no puede ser» y las tres palabras vienen de muy lejos, de muchos compañeros caídos y compañeras, de muchas personas aplastadas, humilladas; y aflora en ella un valor, una determinación con los que no soñaba.
Belén Gopegui
Cuando estaba con ella sentía que valía la pena hacer todas esas cosas normales que hacen las personas normales. Mattia pensó que nada bueno había en tener una cabeza como la suya, que con ganas se la habría arrancado y sustituido por otra, incluso por una caja de galletas siempre que estuviera vacía y fuera ligera. Quiso contestar que sentirse especial era una jaula, lo peor que podía pasarle a uno, pero se abstuvo. Estaban unidos por un hilo invisible, oculto entre mil cosas de poca importancia, que sólo podía existir entre dos personas como ellos: dos soledades que se reconocían. No lo había elegido entre nadie; no había pensado en nadie más.
Paolo Giordano (The Solitude of Prime Numbers)
gran parte de nuestra conciencia está llena de lenguaje, como una especie de murmulleo detrás de la oreja, un continuo blablablá que en realidad nos impide respirar hacia lo más hondo y sentir con más sutileza y dulzura los sentimientos que realmente albergamos como personas, los unos por los otros, más que como máquinas parlantes.
Allen Ginsberg (Testimonio en Chicago: Documento histórico (Narrativas nº 12) (Spanish Edition))
En comparación con lo que deberíamos ser -decía el famoso profesor William James, de la Universidad de Harvard-, sólo estamos despiertos a medias. Sólo empleamos una pequeña parte de nuestros recursos físicos y mentales. En términos generales, el individuo vive así muy dentro de sus límites Posee cualidades de diversas especies que habitualmente no usa.
Dale Carnegie (Cómo ganar amigos e influir sobre las personas: Versión completa)
Cuando dos personas se casan jóvenes, Jeffers, todo nace de la raíz compartida de su juventud y es imposible decir qué parte es de uno y cuál de la otra persona. Por eso, cuando esas dos personas intentan separarse, el corte afecta desde la raíz hasta la punta de las ramas, y el proceso se convierte en una carnicería que parece dejar a la persona reducida a la mitad de lo que era antes. Pero cuando uno se casa más tarde, la relación es más parecida al encuentro de dos cosas distintas ya formadas, a una especie de choque de la una con la otra, parecido a dos masas de tierra que chocan y se fusionan la una con la otra a o largo del tiempo geológico, dejando la dramática costura de las cordilleras como prueba de su fusión.
Rachel Cusk (Second Place)
El racismo científico vivió su apogeo en el siglo XIX gracias a los avances en varias ramas del conocimiento ilustrado que ayudaron a crear las bases de una concepción racista de las sociedades. Biólogos y antropólogos se aplicaron en dividir la especie humana en clases a partir de su color de piel y otros rasgos físicos, estableciendo una jerarquía entre personas y otorgándole a la raza blanca la supremacía.
Gabriela Wiener (Huaco retrato)
Hace ya mucho que no le escribo, señora Milena, y también hoy le escribo por una casualidad. En realidad no tengo que disculparme de mi silencio, usted ya sabe cómo odio las cartas. Toda la desdicha de mi vida – no quiero con esto quejarme, sino hacer una observación de interés general- proviene por así decir de las cartas o de la posibilidad de escribirlas. Las personas casi nunca me han traicionado, pero las cartas siempre, y en verdad no las ajenas, sino justamente las mías. En mi caso es una desgracia muy especial, de la que no quiero seguir hablando, pero al mismo tiempo es una desgracia también general. La sencilla posibilidad de escribir cartas debe de haber provocado -desde un punto de vista meramente teórico- una terrible desintegración de almas en el mundo. Es en efecto una conversación con fantasmas ( y para peor no sólo con el fantasma del destinatario, sino también con el del remitente) que se desarrolla entre líneas en la carta que uno escribe, o aun en una serie de cartas, donde cada una corrobora la otra y puede referirse a ella como testigo. ¿De dónde habrá surgido la idea de que las personas podían comunicarse mediante cartas? Se puede pensar en una persona distante, se puede aferrar a una persona cercana, todo lo demás queda más allá de las fuerzas humanas. Escribir cartas, sin embargo, significa desnudarse ante los fantasmas, que lo esperan ávidamente. Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas. Con este abundante alimento se multiplican, en efecto, enormemente. La humanidad lo percibe y lucha por evitarlo; y para eliminar en lo posible lo fantasmal entre las personas y lograr una comunicación natural, que es la paz de las almas, ha inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano, pero ya no sirven, son evidentemente descubrimientos hechos en el momento del desastre, el bando opuesto es tanto más calmo y poderoso, después del correo inventó el telégrafo, el teléfono, la telegrafía sin hilos. Los fantasmas no se morirán de hambre, y nosotros en cambio pereceremos.
Franz Kafka (Letters to Milena)
En la vida de las personas hay una cosa especial que sólo puede tenerse en una época especial. Es como una pequeña llama. Las personas precavidas y con suerte la preservan con todo cuidado, la hacen crecer, la llevan como una antorcha que ilumine sus vidas. Pero, una vez se pierde, esa llama no puede volver a recuperarse jamás. Yo no sólo he perdido a Sumire. Junto con ella también he perdido esa preciada llama.
Haruki Murakami (Sputnik Sweetheart)
agua fluye de arriba abajo. Eso ocurre gracias a la gravedad pero, en el corazón de las personas, también existe una especie de ley equivalente. Cuando conoces bien a quien tienes delante y confías en ella, no puedes mentir. Tu verdadero yo confiesa, en especial si tratas de esconder que estás triste o débil. Sin embargo, en esos momentos, cuando tienes delante a una persona en la que no confías tanto, mentir es más fácil.
Toshikazu Kawaguchi (Antes de que se enfríe el café)
Las personas que me encontraba y las anécdotas que me ocurrían conduciendo por aquella carretera eran tan normales y corrientes como las que podía encontrar cualquier persona en cualquier calle. Ni tenían nada de especial ni tampoco vale la pena dejar constancia de ellas. Ahora bien, Buda dijo en una ocasión que «Dos personas tienen que vivir cien vidas para coincidir en un mismo barco; y tienen que vivir mil vidas para acabar convirtiéndose en marido y mujer». De manera que no podía olvidar así como así la mano que había dado, la sonrisa que había intercambiado, la conversación que había mantenido... No podía dejar marchar volando todo aquello, a merced del viento, como mi falda. Aprendí, incluso, a querer cada grano de arena del desierto. No puedo olvidar cada amanecer ni cada puesta de sol, y mucho menos puedo borrar los rostros de mis recuerdos.
Sanmao
Siempre me he preguntado que debe de sentirse al ser la primera y la única opción de alguien. Como seria estar con una persona que me quiera con mis defectos y mis virtudes. Alguien que sonría al verme, que piense que soy la chica mas guapa que ha conocido jamas, que se muera de ganas de estar conmigo. Alguien que sienta que su corazón rebota cada vez que estamos juntos. Alguien que piense que soy especial. Que mire a sus amigos y diga . Quiero encontrar el amor. Quiero vivirlo, saborearlo, sentirlo, entregarme a el a pesar del miedo; quiero experimentar todo lo que nunca he experimentado y sentir todo lo que nunca he sentido. Quiero dejar de conformarme con menos de lo que debería. Quiero conocer a la persona idónea para mi, este donde este, sea quien sea. Quiero permitirme pensar en ello. Quiero tener esperanza. No la tengo. No soy capaz de imaginarme en una situación semejante.
Inma Rubiales (El arte de ser nosotros)
¿Donde residen los recuerdos de las personas? ¿En los patrones de conexiones sinápticas del cerebro? ¿Tienen también los globos oculares o las yemas de los dedos capacidad para recordar? ¿O quizás existe en algún lugar una especie de masa espiritual, incorpórea e invisible como la bruma, que los hospeda? Algo así como a lo que la gente llama corazón, espíritu o alma. Como una tarjeta de memoria metida en el sistema operativo. ¿Y qué pasaría si la quitáramos?
Makoto Shinkai (Your name.)
Desde los tiempos en que los hombres se acostumbraron a creer en la posesión de verdades absolutas, se ha derivado un profundo malestar en todas las actitudes escépticas y relativas, tomadas en relación a cualquier problema del conocimiento: se prefiere mucho más a menudo consagrarse, con los pies y manos atados, a una convicción que sea la de las personas que tienen autoridad (padres, amigos, maestros, príncipes), y se siente, al no hacerlo, una especie de remordimiento.
Friedrich Nietzsche (HUMANO, DEMASIADO HUMANO)
para sobrevivir en la lucha por la existencia; la pretensión de dirigir los instintos depredadores del hombre, que normalmente sólo apuntan contra el mundo animal, contra miembros de su propia especie y de «azuzar» a toda una nación contra determinadas personas, como si fuera una manada de perros. Una vez despierto el instinto básico y perpetuo para asesinar al prójimo y transformado incluso en obligación, el hecho de cambiar de objeto se reduce a un detalle sin importancia.
Sebastian Haffner (Historia de un alemán (Áncora & Delfín) (Spanish Edition))
Mi hermano adoraba hacer cosas conmigo y a mí me encantaba que los dos estuviésemos juntos. Él me hacía sentir especial. Importante. Listo. Invencible. Todo el mundo debería tener a alguien en su vida que le pegue un empujón de ánimo para ascender al menos dos escalones más de la propia consideración que tiene de sí mismo. Pocas personas lo saben, pero a veces solo hace falta que una persona crea que eres único para que tú también te veas así. El efecto contagioso de la opinión ajena.
Alexandra Roma (El club de los eternos 27)
Aquí empieza el instinto fetichista; sobre el cuerpo de la persona elegida porque sí, se forja otro más hermoso y se le adorna y se le embellece, y se convence uno de que el ídolo forjado por la imaginación es la misma verdad. Un hombre que ama a una mujer la ve en su interior deformada, y la mujer que quiere al hombre le pasa lo mismo, lo deforma. A través de una nube brillante y falsa, se ven los amantes el uno al otro, y en la oscuridad ríe el antiguo diablo, que no es más que la especie.
Pío Baroja (El árbol de la ciencia)
¿Qué fue primero: la música o la tristeza? ¿Me dio por escuchar música porque estaba triste? ¿O es que estaba triste porque escuchaba música? ¿No te convierten todos esos discos en una persona de tendencia melancólica? Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que los adolescentes vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que esa esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida. Las personas más desgraciadas que yo he conocido, románticamente hablando, son las que tienen un desarrollado gusto por la música pop. Y no sé si la música pop es la causante de esta infelicidad, pero sí tengo muy claro que han escuchado esas canciones infelices desde hace más tiempo del que llevan viviendo una vida más o menos infeliz. Así de claro.
Nick Hornby (High Fidelity)
-Ya veo... ¿Jim está contigo en este momento? -Sí. Nos lo estamos montando a lo bestia y nos has interrumpido. Colgué. (...) Volvía a sumergirme en el mundo de los sueños, con la almohada eh la cabeza para bloquear el persistente y molesto haz de luz, cuando oí que una llave giraba en la cerradura. La puerta se abrió. La única persona que tenía llave de mi apartamento era el encargado, y nunca entraría sin avisar. Me levanté rápidamente y lancé una patada directa. Mi pie golpeó al intruso en el abdomen, lo que provocó un gemido claramente masculino, y este cayó al suelo. (...) Una mano de acero me agarró el tobillo. Me apoyé sobre la espalda y le propiné una patada en el hombro con toda la fuerza que pude reunir. Volvió a gemir y entonces vi su cara. -¡Curran! -Hubiera preferido a un homicida lunático. Oh, espera... (...) Me envolvió como si fuera un paquete. No podía moverme ni un milímetro. -¡Pensé que eras una especie de maníaco! -gruñí. -Lo soy. -¿Qué estás haciendo aquí? -Busco a Jim en tu cama. -No está aquí. -Ya lo veo.
Ilona Andrews (Magic Strikes (Kate Daniels, #3))
—El corazón es un mapa del mundo. ¿Lo sabías? —preguntó Maria. —Ni siquiera sé lo que significa —contestó él. —Una vez vi un mapa medieval. Representaba la Tierra como un disco plano, con Jerusalén en el centro. Roma era más grande que África, y América ni siquiera aparecía, claro. El corazón es una especie de mapa. Uno está en el centro y todo lo demás es desproporcionado. Dibujas grandes a los amigos de la juventud, y después es imposible reajustar su tamaño cuando quieres añadir a personas más importantes. Aquellos que te han hecho daño ocupan demasiado espacio, como aquellos a quienes has amado.
Ken Follett (Trilogía The Century: La caída de los gigantes / El invierno del mundo / El umbral de la eternidad)
Verence no tuvo miedo (...) Eso se debía en parte a que no tenía imaginación, y en gran medida a que era uno de esos escasos individuos centrados en el momento. La mayoría de la gente no lo es. Viven sus vidas como una especie de borrón en torno al punto donde se encuentra su cuerpo, anticipándose al futuro o aferrándose al pasado. Suelen estar tan preocupados con lo que les sucederá que solo averiguan lo que les sucede cuando ya ha sucedido. Así son la mayor parte de las personas. Aprenden a tener miedo porque no saben lo que va a suceder. Y ya les está sucediendo. Pero Verence había vivido siempre el presente. Al menos hasta ahora, claro.
Terry Pratchett (Wyrd Sisters (Discworld, #6; Witches, #2))
Las palabras «Dios es Amor» no tienen un significado real a menos que Dios contenga al menos a dos Personas. El amor es algo que una persona siente por otra persona. Si Dios fuera una sola persona entonces, antes de que el mundo fuese creado, Dios no era amor. Y esa es, de paso, tal vez la diferencia más importante entre el cristianismo y todas las demás religiones: que en el cristianismo Dios no es una Cosa -ni siquiera una Persona- estática, sino una actividad dinámica y pulsante, una vida, casi una especie de drama. Casi, si no me tomáis por irreverente, una suerte de danza. La unión entre el Padre y el Hijo es algo tan vivo y concreto que esta unión misma es en sí una Persona.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
El rostro que ponemos especial empeño en recordar al principio es muy nítido y omnipresente, pero a medida que pasa el tiempo —y seguramente por ese ahínco, que lo desgasta y lo desvirtúa y deforma— empieza a difuminársenos, y acaba por resultar casi imposible que los ojos de la mente lo convoquen y se lo representen con fidelidad. De pronto nos sorprendemos mirando una fotografía para conseguirlo, y aun así: la foto quieta va suplantando a la cara real, con sus gestos y su movimiento, las facciones se congelan y ya sólo existen las de la instantánea, que de tanto mirarla sustituye a la persona y la borra o la destierra o expulsa, por eso cuesta tanto recordar de veras a los muertos que se nos alejan.
Javier Marías (Berta Isla)
Pero supongo que ni el juez ni Dolly tenían muchas cosas de naturaleza privada que contarse; se aceptaban entre sí sin excitación, como personas que han asentado firmemente sus afectos. En otros aspectos el juez era un hombre desencantado, aunque no a causa de Dolly, pues creo que ella se había convertido en lo que él deseaba: la persona única en el mundo a la que, como nos había descrito, se le podía contar todo. Pero cuando todo puede decirse, quizá no queda nada que decir. El juez se sentaba junto a la cama de la enferma, contento de estar allí y sin esperar especial atención. Frecuentemente, fatigada por la fiebre, Dolly se dormía, y si mientras lo hacía se agitaba o gemía, la despertaba y la recibía con la bienvenida de una sonrisa luminosa como el día.
Truman Capote (The Grass Harp)
Creo que la verdad está bien en las matemáticas, en la química, en la filosofía. No en la vida. En la vida es más importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza. Además, ¿sabemos acaso lo que es la verdad? Si yo lo digo que aquel trozo de ventana azul, digo una verdad. Pero es una verdad parcial, y por lo tanto una especie de mentira. Porque el trozo de ventana no está solo, está en una casa, en una cuidad, en un paisaje. Está rodeado del gris de ese muro de cemento, del azul claro del cielo, de aquellas nubes alargadas, de infinitas cosas más. Y si no digo todo absolutamente todo, estoy mintiendo. Pero decir todo es imposible, aun en este caso de la ventana, de un siempre trozo de la realidad física. La realidad es infinita y además infinitamente matizada, y si me olvido de un solo matiz, ya estoy mintiendo. Ahora imagínese lo que es la realidad de los seres humanos con sus complicaciones y recovecos, contradicciones y además cambiantes. Porque cambia a cada instante que pasa, y lo que éramos hace un momento no lo somos más. ¿Somos, acaso, siempre la misma persona? ¿Tenemos acaso siempre los mismos sentimientos? Se puede querer a alguien y de pronto desestimarlo y hasta detestarlo. Y si cuando lo desestimamos cometemos el error de decírselo, eso es una verdad, pero una verdad momentánea, que no será más verdad dentro de una hora o al otro día, o en otras circunstancias. Y en cambio el ser a quien se la decimos creerá que ésa es la verdad, la verdad para siempre y desde siempre. Y se hundirá en la desesperación.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
Una vez que todas las personas habían entrado en la cámara de gas, las puertas se cerraban (eran herméticas) y se lanzaba, a través de las válvulas del techo, un compuesto químico en forma de polvo grueso, de color gris azulado, contenido en envases de hojalata; estos llevaban una etiqueta con la inscripción "Zyklon B - para la destrucción de todos los parásitos animales " y la marca de una fábrica de Hamburgo. Se trataba de un compuesto de cianuro, que se evapora a determinada temperatura. Al cabo de pocos minutos, todas las personas encerradas en la cámara de gas morían; a continuación, puertas y ventanas se abrían de par en par y los componentes del comando especial, equipados con máscaras, entraban en acción para transportar los cuerpos a los hornos crematorios.
Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
de los ojos expresivos de Basil Ransom. Amaba, estaba enamorada… lo sentía en cada partícula de su cuerpo. En vez de haber sido constituida por la naturaleza para abrigar ese sentimiento en un grado excesivamente pequeño (cosa que estaba implicada en el meollo de su cruzada, y por eso había ofrecido su renunciación hacía tiempo a Olive) se daba cuenta de que por el contrario había sido creada para amar con la mayor intensidad posible. Se trataba en realidad siempre de la misma pasión; pero el objeto se había vuelto otro. Había creído hasta entonces que en su espíritu había una especie de doble llama, la mitad de la cual se dirigía hacia una amistad íntima con una persona verdaderamente extraordinaria y la otra se dirigía hacia los sufrimientos de las mujeres en general.
Henry James (Las bostonianas)
Una vez le preguntaron a una madre a cuál de sus hijos amaba más. Con sencillez, la madre respondió: «Al que está más lejos, hasta que regrese; al más triste, hasta que sonría; al más pequeño, hasta que crezca: al que se encuentra más enfermo, hasta que se recupere». Este proverbio oriental tiene que ver no solo con el amor maternal, sino también con la misericordia de Dios. Es decir, el amor se extiende a todos y a todas, pero dedica un cariño y una especial atención a aquellos que, por las más diversas circunstancias, se encuentran frágiles y vulnerables. El amor de Dios, en el nivel general, se centra en la vida en todas sus formas (biodiversidad) y, de manera particular, en la dignidad de la persona humana. De ahí su presencia amorosa donde la vida esté más amenazada.
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
La teología es como un mapa. El solo hecho de aprender y pensar acerca de las doctrinas cristianas, si os detenéis ahí, es menos real y menos excitante que la experiencia religiosa que mi amigo tuvo en el desierto. Las doctrinas no son Dios: sólo son una especie de mapa. Pero ese mapa está basado en la experiencia de cientos de personas que realmente estuvieron en contacto con Dios…, experiencias comparadas con las cuales cualquier excitante sensación o sentimiento piadoso que vosotros o yo tengamos la posibilidad de encontrar por nosotros mismos son muy elementales y muy confusos. Y en segundo lugar, si queréis llegar más lejos, tendréis que utilizar el mapa. Lo que le ocurrió a ese hombre en el desierto puede haber sido real, y ciertamente habrá sido emocionante, pero de ello no saldrá nada. No lleva a ninguna parte. No hay nada que hacer con ello.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
En el momento en el que uno dice, sintiéndolo de verdad, que pese a no ser «mi tipo» es alguien muy bueno «a su modo», se da una especie de liberación. Ese «a su modo» quiere decir que estamos saliendo de nuestro propio modo de ser, que estamos aprendiendo a valorar la bondad o la inteligencia en sí mismas, y no la bondad e inteligencia preparadas y servidas para gustar solamente a nuestro propio paladar. Y el afecto ensancha nuestra mente; de entre todos los amores naturales, ese es el más católico, el menos afectado, el más abierto. El afecto nos enseña primero a saber observar a las personas que «están ahí», luego a soportarlas, después a sonreírles, luego a que nos sean gratas, y al fin a apreciarlas. ¿Que están hechas para nosotros? ¡Gracias a Dios, no! No son más que ellas mismas, más raras de lo que uno hubiera creído, y mucho más valiosas de lo que suponíamos.
C.S. Lewis (The Four Loves)
Jueves 31 de Octubre. Tengo unas cuantas cosas que decir sobre el matrimonio, de cómo lo veo. Primero, ¿cuál es el punto? ¿Hay alguna razón para pasar por la tortura ―o para torturar a los de tu alrededor― sólo para decir que estás casada? ¿Dónde está la retribución? Y segundo, si te casas sólo para tener hijos, olvídalo. Ellos lo sabrán y realmente te joderán. Así que, otra vez, ¿cuál es el punto? El sexo no puede ser la razón, porque si me preguntas, tienes mejores oportunidad de echar un polvo si tienes disponible a toda la población de la Tierra para ti, que a UNA sola persona. Y por cierto, ¿qué tan aburrido será tener sexo con la misma persona por cincuenta años? Para mí, el matrimonio parece una institución arcaica que quedó de las eras donde lo importante era la supervivencia de las especies, y la gente no pasaba los treinta y cinco años de vida. Es tiempo que el matrimonio siga el camino del dodo: apenas recordado, peron definitivamente extinto.
Kristin Walker (A Match Made in High School)
¿Qué me motivaba? Creo que la mayoría de las personas creativas quieren expresar su agradecimiento por ser capaces de aprovechar el trabajo que otros han llevado a cabo antes que ellos. Yo no inventé el lenguaje ni las matemáticas que utilizo. Produzco solo una pequeña parte de mis alimentos, y ninguna de mis prendas de ropa está hecha por mí. Todo lo que hago depende de otros miembros de nuestra especie y de los hombros a los que nos subimos. Y muchos de nosotros queremos contribuir con algo para devolverle el favor a nuestra especie y para añadir algo nuevo al flujo de la humanidad. Es algo que tiene que ver con el intento de expresar una idea de la única forma en que muchos sabemos, porque no podemos escribir canciones como Bob Dylan u obras como Tom Stoppard. Tratamos de utilizar el talento que sí tenemos para expresar nuestros sentimientos más profundos, para mostrar nuestro aprecio por todas las aportaciones que vinieron antes que nosotros y para añadir algo a toda esa corriente. Eso es lo que me ha motivado. C
Walter Isaacson (Steve Jobs La biografía)
Miré a Claudia Romero Viscasillas intentando saber si era subnormal. A veces me pasa que no los distingo y eso termina creando muchísimos problemas. El curso anterior llegaron dos hermanos nuevos a nuestra clase, y la profesora nos dijo que uno era un poco especial porque tenía “Síndrome de Down”. Yo al acabar la clase le pregunté a una profesora qué era el síndrome de Down. Me enseñó unas fotos, porque la profe Marina nos trataba como a monos enseñándonos imágenes todo el rato, y a mí me parecía más el que no era, Raúl, que el que sí, Antonio. Así que me pasé el curso explicándole a Raúl cómo se abrían y cerraban las persianas y cómo se jugaba a polis y cacos. Él me escuchaba con mucha atención y me hacía siempre caso, y luego me pasaba la mano por el pelo como también hacía con su hermano. Raúl Fernández Calige y Antonio Fernández Calige. Solo estuvieron un año con nosotros, porque su padre era militar y lo destinaron a otra parte, pero en ese curso Raúl y yo fuimos inseparables de la manera en que sólo pueden serlo dos personas que creen que el listo es él.
Manuel Jabois (Malaherba)
Hay bastantes personas de índole parecida a como era Harry; muchos artistas principalmente pertenecen a esta especie. Estos hombres tienen todos dentro de sí dos almas, dos naturalezas; en ellos existe lo divino y lo demoníaco, la sangre materna y la paterna, la capacidad de ventura y la capacidad de sufrimiento, tan hostiles y confusos lo uno junto y dentro de lo otro, como estaban en Harry el lobo y el hombre. Y estas personas, cuya existencia es muy agitada, viven a veces en sus raros momentos de felicidad algo tan fuerte y tan indeciblemente hermoso, la espuma de la dicha momentánea salta con frecuencia tan alta y deslumbrante por encima del mar del sufrimiento, que este breve relámpago de ventura alcanza y encanta radiante a otras personas. Así se producen, como preciosa y fugitiva espuma de felicidad sobre el mar de sufrimiento, todas aquellas obras de arte, en las cuales un solo hombre atormentado se eleva por un momento tan alto sobre su propio destino, que su dicha luce como una estrella, y a todos aquellos que la ven, les parece algo eterno y como su propio sueño de felicidad.
Hermann Hesse (Steppenwolf)
Vaciló en mencionar el otro gran tema que ocupaba su mente, pero supuso que no había demasiadas personas en su vida con las que pudiera hablar al respecto–. Y también… conocí a un chico. Roja la miró dos veces y se quitó las gafas. Sus enormes ojos azules se agrandaron aún más y una sonrisa torcida se expandió por su rostro. –¡Un chico! –exclamó en voz alta; era evidente que el tema le resultaba tan emocionante que no podía molestarse en seguir preocupada por ocultar su identidad–. ¡Cuéntame todo! ¿Dónde lo conociste? ¿Cuántos años tiene? ¿Es alto? ¿De qué clase es? ¿De qué raza? ¿De qué especie? A Alex le resultó difícil recordar todas las preguntas. –Es el hijo de un granjero del Reino del Este. Es más grande y más alto que yo. Y hasta donde sé, es humano. –Por ahora –dijo Roja–. Créeme, involucrarte con alguien que ha estado maldito para vivir como una criatura grotesca puede dificultar la relación. Pero ¡él suena muy prometedor! Me encanta un buen hombre de clase media. ¿Cómo se llama? –Rook Robins –respondió Alex, y no pudo evitar sonreír al mencionar su nombre. –Noto que te gusta mucho este chico –
Chris Colfer (La Tierra de las Historias: La advertencia de los hermanos Grimm)
Díjele que entre nosotros existía una sociedad de hombres educados desde su juventud en el arte de probar con palabras multiplicadas al efecto que lo blanco es negro y lo negro es blanco, según para lo que se les paga. El resto de las gentes son esclavas de esta sociedad. Por ejemplo: si mi vecino quiere mi vaca, asalaria un abogado que pruebe que debe quitarme la vaca. Entonces yo tengo que asalariar otro para que defienda mi derecho, pues va contra todas las reglas de la ley que se permita a nadie hablar por si mismo. Ahora bien; en este caso, yo, que soy el propietario legítimo, tengo dos desventajas. La primera es que, como mi abogado se ha ejercitado casi desde su cuna en defender la falsedad, cuando quiere abogar por la justicia -oficio que no le es natural- lo hace siempre con gran torpeza, si no con mala fe. La segunda desventaja es que mi abogado debe proceder con gran precaución, pues de otro modo le reprenderán los jueces y le aborrecerán sus colegas, como a quien degrada el ejercicio de la ley. No tengo, pues, sino dos medios para defender mi vaca. El primero es ganarme al abogado de mi adversario con un estipendio doble, que le haga traicionar a su cliente insinuando que la justicia está de su parte. El segundo procedimiento es que mi abogado dé a mi causa tanta apariencia de injusticia como le sea posible, reconociendo que la vaca pertenece a mi adversario; y esto, si se hace diestramente, conquistará sin duda, el favor del tribunal. Ahora debe saber su señoría que estos jueces son las personas designadas para decidir en todos los litigios sobre propiedad, así como para entender en todas las acusaciones contra criminales, y que se los saca de entre los abogados más hábiles cuando se han hecho viejos o perezosos; y como durante toda su vida se han inclinado en contra de la verdad y de la equidad, es para ellos tan necesario favorecer el fraude, el perjurio y la vejación, que yo he sabido de varios que prefirieron rechazar un pingüe soborno de la parte a que asistía la justicia a injuriar a la Facultad haciendo cosa impropia de la naturaleza de su oficio. Es máxima entre estos abogados que cualquier cosa que se haya hecho ya antes puede volver a hacerse legalmente, y, por lo tanto, tienen cuidado especial en guardar memoria de todas las determinaciones anteriormente tomadas contra la justicia común y contra la razón corriente de la Humanidad. Las exhiben, bajo el nombre de precedentes, como autoridades para justificar las opiniones más inicuas, y los jueces no dejan nunca de fallar de conformidad con ellas. Cuando defienden una causa evitan diligentemente todo lo que sea entrar en los fundamentos de ella; pero se detienen, alborotadores, violentos y fatigosos, sobre todas las circunstancias que no hacen al caso. En el antes mencionado, por ejemplo, no procurarán nunca averiguar qué derechos o títulos tiene mi adversario sobre mi vaca; pero discutirán si dicha vaca es colorada o negra, si tiene los cuernos largos o cortos, si el campo donde la llevo a pastar es redondo o cuadrado, si se la ordeña dentro o fuera de casa, a qué enfermedades está sujeta y otros puntos análogos. Después de lo cual consultarán precedentes, aplazarán la causa una vez y otra, y a los diez, o los veinte, o los treinta años, se llegará a la conclusión. Asimismo debe consignarse que esta sociedad tiene una jerigonza y jerga particular para su uso, que ninguno de los demás mortales puede entender, y en la cual están escritas todas las leyes, que los abogados se cuidan muy especialmente de multiplicar. Con lo que han conseguido confundir totalmente la esencia misma de la verdad y la mentira, la razón y la sinrazón, de tal modo que se tardará treinta años en decidir si el campo que me han dejado mis antecesores de seis generaciones me pertenece a mí o pertenece a un extraño que está a trescientas millas de distancia.
Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver)
Entre las cosas más importantes que se van preparando dentro de uno se cuentan los encuentros aplazados. Puede tratarse tanto de lugares como de personas, tanto de cuadros como de libros. Hay ciudades que ansío tanto ver, que es como si estuviese predestinado a pasar en ellas una vida entera, desde el comienzo. Con cien ardides evito ir a esas ciudades, y cada nueva ocasión de visitarlas que dejo pasar acrecienta tanto su importancia en mí, que cabría pensar que estoy en el mundo únicamente en razón de ellas, y que si dichas ciudades, que me siguen aguardando, no existiesen, hace ya mucho tiempo que habría yo perecido. Hay personas sobre las cuales oigo hablar con gusto, y es tanto lo que oigo, y tal la avidez con que lo oigo, que podría pensarse que sé yo más sobre ellas que ellas mismas, pero evito ver alguna foto o cualquier representación visual suya, como si hubiera una prohibición especial y justificada de conocer su rostro. También hay personas con las que durante años me he venido encontrando en un mismo camino, personas sobre las cuales reflexiono, parecidas a enigmas que me hubieran encargado de resolver a mí, y no les dirijo, sin embargo, una sola palabra, paso mudo a su lado como mudas ellas pasan junto a mí, y nos miramos con una mirada que es una pregunta y mantenemos bien cerrados los labios; me imagino nuestra primera conversación, y me emociono al pensar cuántas cosas inesperadas llegaría a conocer. Y hay, finalmente, personas a las que desde hace años vengo amando sin que ellas puedan llegar a barruntarlo; yo me voy haciendo cada vez más viejo, y sin duda tiene que parecer una ilusión absurda el que alguna vez vaya a decirles que las amo, aunque siempre vivo pensando en ese instante magnífico. Sería incapaz de existir sin estos prolijos preparativos de lo futuro; y cuando me examino a mí mismo con detalle, veo que no son para mí menos importantes que las sorpresas súbitas que llegan como si no llegasen de ningún sitio y subyugan en el acto. No me gustaría mencionar los libros para los que todavía me estoy preparando; entre ellos se cuentan algunas de las obras más famosas de la literatura universal, obras de cuya importancia no me permitirá dudar, pues sobre ellas están de acuerdo todos aquellos autores del pasado cuyas opiniones han sido determinantes para mí. Es evidente que, tras haber estado aguardando veinte años, una colisión con esas obras se convierte en algo de enorme importancia; tal vez sólo así resulte posible acceder a esos renacimientos espirituales que nos preserven de las consecuencias de la rutina y la decadencia.
Elias Canetti (Masa y poder (Spanish Edition))
Creo que mucha gente no sabe lo que dice cuando dice «emparamado». Esa palabra solo existe en los lugares en los que hay páramo, porque si uno no tiene el páramo como referente no tiene cómo saber cómo queda uno cuando va allá. «Páramo» es una palabra que muchas personas no entienden, porque es un ecosistema raro y escaso que esas muchas personas nunca han visto, del que no han oído nada y que, por eso, son incapaces de imaginar. El diccionario de la rae, por ejemplo, dice que el páramo es un «terreno yermo, raso y desabrigado». Yermo, o sea, inhabitado, que es mentira porque allá vive muchísima gente de muchísimas especies diferentes. Raso, o sea, plano, que es mentira porque allá hay terrenos ondulados y riscos y montañas. Y lo de desabrigado es lo más incompresible, porque si existe un lugar bien abrigado ese lugar es el páramo: los animales son peludos, las hojas y los pétalos de las flores son peludos, las rocas llenas de musgos y líquenes parecen peludas también, y hasta la neblina, a pesar de que es fría, se siente a veces como un abrigo, como una cobija que cubre la montaña. Seguramente la rae se refiere a otro lugar, pero si a ese lugar al que se refiere es realmente inhabitado, plano y desabrigado pues entonces tiene más merecido el lugar en el diccionario este páramo, el que está lleno de plantas con pelos y abrigos de nubes y deja emparamada a la gente que va allá y se inventa palabras.
Mariana Matija (Niñapájaroglaciar)
«Cuarenta años», dijo, inclinando el cuerpo hacia el micrófono que lo miraba como el ojo de una mosca. «Cuarenta años y más de diez mil caricaturas. Y déjenme que les confiese una cosa: todavía no entiendo nada. O quizás es que las cosas no han cambiado tanto. En estos cuarenta años, se me ocurre ahora, hay por lo menos dos cosas que no han cambiado: primero, lo que nos preocupa; segundo, lo que nos hace reír. Eso sigue igual, sigue igual que hace cuarenta años, y mucho me temo que seguirá igual dentro de cuarenta años más. Las buenas caricaturas tienen una relación especial con el tiempo, con nuestro tiempo. Las buenas caricaturas buscan y encuentran la constante de una persona: aquello que nunca cambia, aquello que permanece y nos permite reconocer a quien no hemos visto en mil años. Aunque pasaran mil años, Tony Blair seguiría teniendo orejas grandes y Turbay un corbatín. Son rasgos que uno agradece. Cuando un político nuevo tiene uno de esos rasgos, uno inmediatamente piensa: que haga algo, por favor, que haga algo para que pueda usarlo, que no se pierda ese rasgo en la memoria del mundo. Uno piensa: por favor, que no sea honesto, que no sea prudente, que no sea buen político, porque entonces no lo podría utilizar con tanta frecuencia.» Se oyó un susurro de risas, delgado como el rumor previo al escándalo. «Claro, hay políticos que no tienen rasgos: son caras ausentes. Ellos son los más difíciles, porque hay que inventarlos, y entonces uno les hace un favor: no tienen personalidad, y yo les doy una. Deberían estarme agradecidos. No sé por qué, pero casi nunca lo están.» Una brusca carcajada burbujeó en el teatro.
Juan Gabriel Vásquez (Las reputaciones)
Había el Fun Club. Fun es, como caut, y como hummour, una palabra especial intraducible. El fun es a la farsa lo que la pimienta a la sal. Penetrar en una casa y romper un espejo de valor, rasgar los retratos de familia, envenenar al perro o meter un gato en un palomar, se le llama "realizar un acto de fun". Dar una mala noticia falsa que obliga a las personas a ponerse de luto equivocadamente, es un fun. El fun es el que ha hecho un agujero cuadrado en un Holbein en Hampton-Court. El fun se sentiría orgulloso si hubiera sido él quien rompió los brazos de la Venus de Milo. Bajo Jacobo I, un joven Lord millonario, que una noche prendió fuego a una cabaña, hizo reir a carcajadas a Londres y fue proclamado "rey del fun". Los pobres diablos de la choza, habían escapado en camisa. Los miembros del Fun Club, todos de la más alta aristocracia, corrían por Londres a la hora en que los burgueses dormían, arrancaban los goznes de los postigos, cortaban las tuberías de las bombas, desfondaban las cisternas, descolgaban las insignias, devastaban los cultivos, apagaban los faroles, serraban las vigas maestras de las casa, rompían los cristales de las ventanas, sobre todo, en los barrios indigentes. Eran los ricos quienes hacían esto a los miserables. Por eso no era posible ninguna queja. Además, era pura comedia. Estas costumbres no han desaparecido completamente, En diversos puntos de Inglaterra o de las posesiones inglesas, en Guernesey, por ejemplo, de vez en cuando, devastan vuestra casa durante la noche, destrozan una verja, arrancan el aldabón de vuestra puerta, etcétera. Si fueran unos pobres se les mandaría a presidio pero son jovenes ricos.
Victor Hugo (The Man Who Laughs)
Tu insulto me ha ofendido. Si estuviéramos en los Picos, habríamos tenido que librar un duelo a la forma tradicional alil’tiki’i. —¿Y eso cómo es? —preguntó Teft—. ¿Con lanzas? Roca se echó a reír. —No, no. En los Picos no somos bárbaros como vosotros aquí abajo. —¿Cómo entonces? —preguntó Kaladin, sintiendo verdadera curiosidad. —Bueno —dijo Roca, soltando el verdín y sacudiéndose las manos—. Implica cerveza y cantar. —¿Y eso es un duelo? —El que puede cantar después de beber más cerveza es el ganador. Además, todo el mundo se emborracha tanto y tan pronto que probablemente olvidan de qué iba la discusión. Teft se echó a reír. [...] —Dunny —le dijo al joven—. Es un nombre extraño. ¿Qué significa? —¿Qué significa? —preguntó Dunny—. No lo sé. Los nombres no siempre tienen significado. Roca sacudió la cabeza, disconforme. […] -¿Entonces tu nombre significa algo? —preguntó Teft—. Nu…, ma…, nu… —Numuhukumakiaki​’aialunamor —dijo Roca. El comecuernos nativo sonaba fácil en sus labios—. Naturalmente. Describe la roca especial que descubrió mi padre el día antes de mi nacimiento. —¿Entonces tu nombre es una frase entera? —preguntó Dunny, inseguro, como si no estuviera seguro de encajar en el grupo. —Es un poema —dijo Roca—. En los Picos, todos los nombres son poemas. —¿Y eso? —dijo Teft, rascándose la cabeza—. Llamar a la familia a comer debe ser como escuchar a un coro. Roca se echó a reír. —Cierto, cierto. También provoca discusiones interesantes. Normalmente, los mejores insultos en los Picos son en forma de poemas, similares al nombre de la persona en composición y rima. —Kelek, parece un montón de trabajo. —Quizá por eso la mayoría de las discusiones terminan bebiendo —dijo Roca.” Pasaje de El camino de los reyes Brandon Sanderson
Brandon Sanderson (The Stormlight Archive, Books 1-3: The Way of Kings, Words of Radiance, Oathbringer)
Joan era dura en el exterior, pero tenía una verdadera vulnerabilidad cuando llegabas a conocerla. Casi desde el momento en que me uní a The Runaways, había habido un lazo especial entre nosotras. La gente nos había comenzado a llamar “Sal y Pimienta”, no sólo por los contrastantes colores de cabello, sino porque siempre parecíamos estar juntas. En Joan, encontré una amistad mucho más intensa, y mucho más profunda, de lo que había conocido hasta ese punto en mi vida. Éramos niñas: Joan sólo era un año mayor que yo, y me aferraba más a ella que a cualquiera en la banda, y ella hacía lo mismo conmigo. Cuando pienso en Joan y nuestra relación, todavía puedo sentir un distante temblor por dentro. Nuestra amistad fue un regalo de Dios para mí. Era profunda, y por momentos ella era la única que me mantenía cuerda. Joan era perceptiva. Casi como si pudiera leer mi mente. Dios, cómo necesitaba esa clase de conexión. Especialmente cuando me sentía tan desconectada. Creía en ella, y en el sueño que la había conducido tan lejos. Me sentía segura cuando me quedaba cerca de ella, como si fuera arrastrada por la red de seguridad de su resuelta visión de lo que estábamos haciendo. A veces nos mirábamos y yo sentía un cosquilleo en mi estómago. Su sonrisa era tibia y su actitud de amor a la diversión me hacía olvidar cuán extraño y bizarro este mundo nuevo y loco realmente era. Ella era mi ancla. ¿Cómo explico a una persona que era mi mejor amiga, alguien en quien podía confiar como una hermana, alguien que para mí se volvió una fuerte atracción sexual? Bueno, es fácil. Tan fácil como era estar con ella. Podría dejarlo en que tuve momentos con una amiga que aún hoy me hacen temblar. Y fueron algunos de los momentos más satisfactorios de mi joven vida.
Cherie Currie (Neon Angel: A Memoir of a Runaway)
Estas cosas son fáciles de decir, pues las palabras no sienten vergüenza y nunca se sorprenden (14) Imágenes del pasado remoto se agolpan en mi cabeza, y la mitad de las veces soy incapaz de distinguir si son recuerdos o invenciones. Tampoco es que haya mucha diferencia, si es que hay alguna (14) Hay quien afirma, que sin darnos cuenta, nos lo vamos inventando todo, adornándolo y embelleciéndolo, y me inclino a creerlo, pues Madame Memoria es una gran y sutil fingidora (14) Me la debo de estar inventando (14) En mi opinión, los nombres de las mujeres casadas nunca suenan bien. ¿Es porque todas se casan con los nombres equivocados, o, en cualquier caso, con los apellidos equivocados? (17) …y en mi oído resonaban los tins y los plofs de sus tripas en su incesante labor de transubstanciación (18) Ahora me pregunto si ella también estaba enamorada de mí, y esas muestras de gracioso desdén eran una manera de ocultarlo ¿O todo esto no es más que vanidad por mi parte? (25) …y al presenciar todas aquellas cosas sentí el dolor dulce y agudo de la nostalgia, sin objeto pero definida, como el dolor fantasma de un miembro amputado (27) …permanecimos echados boca arriba durante mucho tiempo, como si practicáramos para ser los cadáveres que seríamos algún día (34) …y yo me quedé en medio de la sala, sin ser gran cosa, a duras penas yo mismo. Había momentos como ése, en los que uno estaba en punto muerto, por así decir, sin preocuparse de nada, a menudo sin fijarse en nada, a menudo sin ser realmente en ningún sentido vital (42) El Tiempo y la Memoria son una quisquillosa empresa de decoradores de interiores, siempre cambiando los muebles y rediseñando y reasignando habitaciones (43) En lugar de los tonos de color rosa y melocotón que había esperado –Rubens es en gran parte responsable de ello-, su cuerpo, de manera desconcertante, mostraba una variedad de tonos apagados que iban del blanco magnesio al plata y al estaño, un matiz mate de amarillo, ocre pálido, e incluso una especie de verde en algunos lugares y, en los recovecos, una sombra de malva musgoso (45) ¿Era eso estar enamorado, me pregunté, ese repentino y plañidero viento que te atravesaba el corazón? (62) …no estaba acostumbrado todavía al abismo que se abre entre la comisión de un hecho y el recuerdo de lo cometido (65) …la noche del último día ella ya me había dejado para siempre (75) No todo significa algo (100) Cómo anhelábamos en aquellos años, pasar aunque sólo fuera un día normal, un día en el que pudiéramos levantarnos por la mañana y desayunar sin preocuparnos por nada, leernos fragmentos del periódico el uno al otro y planear hacer cosas, y luego dar un paseo, y contemplar las vistas con una mirada inocente, y luego compartir un vaso de vino y por la noche irnos juntos a la cama (102) Debe de ser difícil acostumbrarse a que no haya nada que hacer (107) A lo largo de los años, los vagabundos, los auténticos vagabundos, han disminuido constantemente en calidad y cantidad (107) Qué frágil resulta este absurdo oficio en el que me he pasado la vida fingiendo ser otras personas, y sobre todo fingiendo no ser yo mismo (119) …tan sólo vulgarmente humana (123) El quinto de los seis cigarrillos que según ella son su ración diaria (143) …participar en una película es algo extraño, y al mismo tiempo no lo es en absoluto; se trata de una intensificación, una diversificación de lo conocido, una concentración en el yo ramificado; y todo eso es interesante, y confuso, y emocionante y perturbador (143) El hecho es que me echó a perder a otras (157) Era, como ya he dicho, todo un género en sí misma (158) Los cisnes, con su belleza estrafalaria y sucia, siempre me dan la impresión de mantener una fachada de indiferencia tras la cual realmente viven una tortura de timidez y duda (173)
John Banville
 Así, pues, la injusticia se nos muestra con un poder especial de tal índole que a aquello en que se introduce, sea una ciudad o un linaje o un ejército a otro ser cual­quiera, lo deja impotente para conseguir nada en concor­dia consigo mismo a causa de la reyerta y disensión y además lo hace tan enemigo de sí mismo como de su con­trario el justo; ¿no es así?  Bien de cierto.  E igualmente creo que, cuando se asienta en una sola persona, produce todo aquello que por su naturaleza ha de producir: lo deja impotente para obrar, en reyerta y discordia consigo mismo, y lo hace luego tan enemigo de sí mismo como de los justos; ¿no es esto?  ¿Y no son justos, oh, amigo, también los dioses?  Conforme  replicó.  Por lo tanto, ¡oh, Trasímaco!, para los dioses el injus­to será odioso; y el justo, amigo.  Goza sin miedo  dijo  del banquete de lo argumen­tación; yo no he de contradecirte para no indisponerme con éstos.  Ea, pues  dije yo , complétame el resto del banquete contestándome como lo hacías ahora; porque los justos se nos muestran como más discretos, mejores y más do­tados para obrar, y los injustos, como incapaces para toda acción en común, y así, cuando decimos que siendo injustos hacen algo eficazmente en compañía, no deci­mos la verdad. En efecto, si fueran totalmente injustos no se perdonarían unos a otros; evidentemente, hay en ellos cierta justicia que les impide hacerse injuria recíprocamente al mismo tiempo que van a hacerla a los demás, y por esta justicia consiguen lo que consiguen, y se lanzan a sus atropellos corrompidos sólo a medias por la injusti­cia, ya que los totalmente malvados y completamente in­justos son también completamente impotentes para obrar. Así entiendo que es esto y no como tú en primer término sentaste. Y en cuanto a aquello de si los justos vi­ven mejor que los injustos y son más felices que ellos, cosas que nos propusimos examinar después, habrá que probarlo. Tales se nos muestran ya desde ahora, me pare­ce, en virtud de lo que llevamos dicho; no obstante, habrá que examinarlo mejor, porque la discusión no es sobre un asunto cualquiera, sino sobre el modo como se debe vivir.
Plato (La República)
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RDF (your personal fragment of world history [22 pages])
A veces me pregunto cómo es posible sentirse solo en este dichoso planeta que alberga millones de especies, tan lleno de vida, de animales y plantas, insectos y personas. Y en cambio es así, todos seguimos en busca de alguien que nos acompañe en nuestro camino, empujados por el deseo de encontrar el amor eterno, bien sea el de un hijo, una pareja o una madre; y ni siquiera nos damos cuenta de que, a veces, basta con un amigo que te tenga puesta la mesa, un mensaje en la puerta de casa o los ojos brillantes de tu perro que te miran sin un porqué.
Lorenzo Marone (Magari domani resto)
Hace poco sobrepasamos las siete mil millones de personas. Dos individuos nacen cada segundo. En pocos años hemos triplicado la población mundial. Y en dos o tres décadas más alcanzaremos los nueve mil millones, una cifra escandalosa, salida de toda medida razonable. Lo que la gente se empeña en no entender es que el agua no crece exponencialmente, ni la comida, ni los demás recursos. El dinero, menos. ¿Qué significa eso? Que si en este momento hay más de mil millones de personas con problemas para tener acceso al agua, en pocos años esa cifra será mucho mayor. Cada vez la gente estará más pobre, más hambrienta y más sedienta. He ahí el futuro. El exceso de vida nos está matando y está aniquilando también a las otras especies. Traer más vida mata. Es todo lo contrario de épocas pasadas. Si antiguamente la moral era reproducirse para asegurar la supervivencia de la especie, hemos llegado al punto en el que todo se dio la vuelta: la única posibilidad de que la especie sobreviva es no reproducirse más. Se trata de una nueva moral por medio de la cual debemos entender que la multiplicación de nosotros mismos es la causa de nuestra extinción y de la extinción de las demás especies.
Mario Mendoza (Akelarre (Fuera de colección) (Spanish Edition))
Yo nunca me había acostado antes con una mujer, aunque me había pasado la mayor parte de la adolescencia y de la universidad obsesionada con una u otra. Todas tenían novio, o novia, o evidentemente eran personas a las que yo no les habría gustado en la vida. Cuando se lo conté a Edith, me preguntó si no pensaba que había ido a por gente no disponible porque sabía que así nunca tendría que enfrentarme a la realidad de que estar con esas personas no resolvería todos mis problemas. Le respondí que no tenía derecho a decir algo tan perspicaz. —A todo el mundo le pasa, Ava. Siempre te estás describiendo como una persona con un sufrimiento único, cuando buena parte de todo ese sufrimiento es completamente normal. Creo que quieres sentirte especial (y quién no, es muy lícito), pero no consientes sentirte especial en el buen sentido, así que te dices a ti misma que eres especialmente mala.
Naoise Dolan (Exciting Times)
El agua fluye de arriba abajo. Eso ocurre gracias a la gravedad pero, en el corazón de las personas, también existe una especie de ley equivalente. Cuando conoces bien a quien tienes delante y confías en ella, no puedes mentir. Tu verdadero yo confiesa, en especial si tratas de esconder que estás triste o débil.
Toshikazu Kawaguchi (Antes de que se enfríe el café)
No son solo nuestros padres los responsables de que casi todo el mundo tenga una programación limitada en su mente y que la aplique durante las mejores horas de sus valiosos días. Como ya he apuntado, muchos profesores, bien intencionados pero poco conscientes, refuerzan la idea de que la expresión del genio en las artes, las ciencias, los deportes o las humanidades está reservada a gente «especial» y que tenemos que aceptar que nosotros somos personas «corrientes», incapaces de llevar a cabo ese trabajo imponente que deja sin aliento a los demás por su excelencia y que da lugar a una vida inimitable. Y, asimismo, escuchamos los comentarios de nuestros amigos y los incesantes mensajes de los medios de comunicación que refuerzan la misma idea. En resumen, este proceso deriva en una hipnosis sistemática y, sin que nos demos cuenta, lo que una vez fue una centelleante expresión de genialidad en nuestro interior va atenuándose. Y las que fueran apasionadas voces que llamaban a aprovechar las oportunidades van languideciendo. Tendemos a minimizar nuestras potencialidades y entramos en un proceso en el que renegamos de obrar a lo grande y tendemos a construir prisiones para nuestras capacidades. Y es un proceso que durará toda la vida. Dejamos así de actuar como líderes y generadores de creatividad y posibilidades. Y empezamos a actuar como víctimas.
Robin Sharma (El club de las 5 de la mañana: Controla tus mañanas, impulsa tu vida)
La pregunta es: ¿por qué gastar cientos de miles de millones de dólares en una misión casi imposible, que enviará a personas a otro planeta sin expectativas de retorno? La razón, que nunca será explicada en el sitio web oficial de la NASA ni en ningún otro lugar, es solo una: la única garantía de supervivencia de la especie humana es abandonar el planeta Tierra y encontrar otro lugar donde vivir.
Renato Cardoso (La Tierra va a prenderse fuego: ¿Usted estará aquí para el Apocalipisis?)
Muchos de los libros que tratan la Ley de Atracción se obcecan en la visualización de objetivos, focalizándose en los deseos y se saltan precisamente ese aspecto al que el maestro que cité al inicio me hizo referencia: echarse a un lado y desarrollar una actitud de humildad, paciencia y confianza en la Fuente. Tampoco tienes porqué dar una especie de salto cuántico, ni experimentar una gran transformación, ni es necesario viajar a la selva peruana en busca de un chamán (aunque obviamente puedes hacer todo ello si es tu deseo). Ni se trata de cambiar tus pensamientos, sobre los cuales tienes muy poco control (más bien ninguno), ni de escribir afirmaciones positivas cada día por la mañana (a la mayoría no nos funcionan ni tenemos la voluntad para ello). De hecho, no es tanto el qué, sino el cómo.
Badmaash Guru (CONECTA CON LA FUENTE: La Ley de Atracción para personas que no saben utilizar la Ley de Atracción (Spanish Edition))
Mientras el papa Juan Pablo II afirma que no es suficiente la lucha por la justicia en contra de las estructuras injustas y que es necesario que dicha lucha esté al servicio de la caridad y condicionada por esta, el padre Arrupe, con una posición que me permito señalar más matizada, subraya en primer lugar que no toda caridad es de por sí auténtica. Esta caridad puede ser falsa y no es más que aparente, es decir, viene a ser una injusticia camuflada cuando más allá de la ley se concede a una persona por benevolencia aquello que le es debido en justicia. En concreto, la limosna no puede ser una especie de subterfugio último para no cumplir con una persona la justicia a la que tiene derecho[62]
Pedro Miguel Lamet (ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas) (Spanish Edition))
No midas las proporciones de mi cuerpo. No te fijes en mi forma de hablar. Si descubres todo y me comparas, siempre pierdo. Siempre soy la foto en negativo. Por eso siempre me mantengo alejada de los grupos de personas. Siento que si me comparan yo soy la peor, una deforme criatura monstruosa. Siempre es pelos más o pelos menos. Calculo la musculatura y la grasa corporal. Nunca aprendí lo que el resto aprendió. Si ahora mismo me muriera, ni los gusanos se atreverían a comerme. Mido mi cuerpo, centímetros de más y centímetros de menos. Nunca es como los demás. Mido los colores de mi cuerpo, mi piel, mi cabello, mis lunares. Sé de memoria todas las líneas que dibujan mi cuerpo, sé donde hay borrones donde tuvo que haber trazo y no hubo nada. Cuento y veo la forma de mis dientes, la forma, el color y la textura de mis labios, la forma de mi cara y la dificultad de mis ojos. Entre comparar y comparar descubro mi rara resistencia corporal y mi tolerancia al dolor irregular. No quiero que te fijes en mí y en mi extravagancia, porque sé que no vale nada, no es nada especial, no vale la pena ni el esfuerzo. No quiero que compares mi movimientos y gestos con los de los demás, ya sé que nunca serán los mismos. No me pidas que toque tu cuerpo, no puedo, no sé, y si lo hago, al comparar descubrirás que lo hago todo mal. No lo puedo hacer como los demás, como a ti te gusta, lo haría de un modo equivocado y diferente, como todo lo que hago. No me dirijas la palabra, no sé cómo contestar a un saludo. Nunca sé qué contestar a las preguntas. No puedo ordenar mi propia historia para contarla, hasta se me confunde y olvido que en algún momento tuve que nacer. Siempre que me comparan, soy la peor opción, ese errar que da vergüenza. Siempre recuerdo que moriré sola y espero hacerlo bien. Estar junto a mí es pérdida segura sin posibilidad de recobrar ninguna cosa. Conmigo no es nada seguro y todo es riesgo. No puedo hacer grandes cosas. No puedo con mis manos derribar árboles ni construir edificios. No puedo hacer grandes cosas. No puedo resolver ecuaciones complicadas ni tengo un pensamiento innovador que ilumine el camino al resto. No soy un ejemplo a seguir. Nadie se atreve a mirarme, a hablarme, a tocarme, a nombrarme. Los entiendo totalmente. Comparo las ventajas que todos tienen sobre mí por tener un sexo definido. Todo ese error, todo ese desvío, toda esa fatalidad, toda esa toxicidad, soy yo. Valiente de existir y pedir tu cariño sin esperar nada, sin ofrecer nada. No tengo miedo. Sé que mi presencia es la falta, el abismo tremendo. Mi existencia es deconstrucción, potencia corrosiva; la multiplicación cero soy yo. Valiente al mirar tu cara y pedir que te quedes un momento más junto a mí, sabiendo que si me comparas pierdo siempre. Pienso en esas ventajas insuperables, como la genética, el dinero, la salud, el acceso al conocimiento, la política y la justicia. Ventajas tan grandes como la suerte que no tengo y nunca tendré. No puedo hacer grandes cosas. No puedo con mis piernas correr muy rápido ni muy lejos y con mis ojos no tengo buena puntería. No puedo hacer grandes cosas. No puedo salvar al mundo de una bomba atómica ni mucho menos de la contaminación. Todo ese error, todo ese desvío, toda esa fatalidad, toda esa toxicidad soy yo. Valiente de existir y pedir tu cariño sin esperar nada, sin ofrecer nada. No tengo miedo. Sé que mi presencia es la falta, el abismo tremendo. Mi existencia es deconstrucción, potencia corrosiva; la multiplicación cero soy yo. Valiente al mirar tu cara y pedir que te quedes un momento más junto a mí, sabiendo que si me comparas pierdo siempre. Sé que te arrepentirás, pero tengo que intentarlo, entiéndeme, lo sé: perderé.
Mara Rita (Me Arde)
Creyó ver el mundo entero asolado por una epidemia espantosa y sin precedentes, que se había declarado en el fondo de Asia y se había abatido sobre Europa. Todos habían de perecer, excepto algunos elegidos. Triquinas microscópicas de una especie desconocida se introducían en el organismo humano. Pero estos corpúsculos eran espíritus dotados de inteligencia y de voluntad. Las personas afectadas perdían la razón al punto. Sin embargo —cosa extraña—, jamás los hombres se habían creído tan inteligentes, tan seguros de estar en posesión de la verdad; nunca habían demostrado tal confianza en la infalibilidad de sus juicios, de sus teorías científicas, de sus principios morales. Aldeas, ciudades, naciones enteras se contaminaban y perdían el juicio. De todos se apoderaba una mortal desazón y todos se sentían incapaces de comprenderse unos a otros. Cada uno creía ser el único poseedor de la verdad y miraban con piadoso desdén a sus semejantes. Todos, al contemplar a sus semejantes, se golpeaban el pecho, se retorcían las manos, lloraban… No se ponían de acuerdo sobre las sanciones que había que imponer, sobre el bien y el mal, sobre a quién había que condenar y a quién absolver. Se reunían y formaban enormes ejércitos para lanzarse unos contra otros, pero, apenas llegaban al campo de batalla, las tropas se dividían, se rompían las formaciones y los hombres se estrangulaban y devoraban unos a otros. En las ciudades, las trompetas resonaban durante todo el día. Todos los hombres eran llamados a las armas, pero ¿por quién y para qué? Nadie podía decirlo y el pánico se extendía por todas partes. Se abandonaban los oficios más sencillos, pues cada trabajador proponía sus ideas, sus reformas, y no era posible entenderse. Nadie trabajaba la tierra. Aquí y allá, los hombres formaban grupos y se comprometían a no disolverse, pero poco después olvidaban su compromiso y empezaban a acusarse entre sí, a contender, a matarse. Los incendios y el hambre se extendían por toda la tierra. Los hombres y las cosas desaparecían. La epidemia seguía extendiéndose, devastando. En todo el mundo sólo tenían que salvarse algunos elegidos, unos cuantos hombres puros, destinados a formar una nueva raza humana, a renovar y purificar la vida humana. Pero nadie había visto a estos hombres, nadie había oído sus palabras, ni siquiera el sonido de su voz.
Fedor Dostoyevski (CRIMEN Y CASTIGO)
Pese a que muchas personas tienden a confundir al liberalismo económico con una especie de marco institucional construido para privilegiar a las grandes corporaciones empresariales, el liberalismo, como ya expusimos en el capítulo 9, nació como doctrina económica de la mano de Adam Smith para luchar precisamente contra el mercantilismo.
Juan Ramón Rallo (Liberalismo: Los 10 principios básicos del orden político liberal)
El pacto patriarcal tiene este rasgo especial: una sola persona puede desafiarlo en su vida personal. Una sola persona no puede cambia la estructura de poder, pero sí renunciar a los privilegios que le conceden su posición en ella.
Ana de Miguel (Ética para Celia)
A menudo es la ausencia de bendición — la ausencia de la afirmación de la identidad y el destino — lo que deja a la persona abierta a la esclavitud de los espíritus malignos. Por lo tanto, llenar el vacío puede requerir palabras inspiradas de afirmación, aceptación y confianza de que ella cumplirá el plan especial de Dios para su vida. Alguien que no ha sido afirmado en su identidad puede necesitar mucho tiempo en la comunidad de creyentes para dejar lo viejo y abrazar su nueva identidad en Cristo. Es posible que una persona no esté lista para asumir la responsabilidad de su vida antes de la liberación.
Neal Lozano (Unbound: A Practical Guide to Deliverance (from Evil Spirits))
Las obras de personas que poseen un don desprenden una cualidad especial. Todo el mundo puede copiar un objeto y conseguir que el dibujo se le parezca, pero hace falta algo más para infundir vida a una escena o unas figuras.
C.J. Tudor
Todos los fuera de serie que hemos visto hasta ahora son beneficiarios de alguna especie de oportunidad insólita.
Malcolm Gladwell (Fuera de serie: Por qué unas personas tienen éxito y otras no)
Todos los fuera de serie que hemos visto hasta ahora son beneficiarios de alguna especie de oportunidad insólita. Las rachas de suerte no parecen ser excepcionales entre los millonarios del software, los ídolos del deporte y los conjuntos de rock. Parecen ser la norma.
Malcolm Gladwell (Fuera de serie: Por qué unas personas tienen éxito y otras no)
«No dejes escapar a quienes hacen bonito tu mundo. A esas personas que permanecen, te sacan una sonrisa y te sosiegan. Las que te reconfortan siempre que lo necesitas y te mantienen fuerte ante la vida. Con ellas tendrás una relación sólida, consistente, leal. Especial. Su sola presencia emociona porque no juzgan, respetan. Te dan la mano y, cuando te miran, se instalan en tu corazón.
Lorena Franco (El club de medianoche)
A veces tengo la impresión de que concluir lo emprendido se ha convertido en una especie de fin en sí mismo. Pienso en los objetivos con los que empecé, en la confianza con la que quería hacer algo verdadero. Mientras lo hacía, el mundo se fue cargando de una destrucción mil veces mayor. Es una destrucción contenida, pero ¿cuál es la diferencia? ¿Y qué es esta obsesión que me impulsa a atacar cualquier destrucción, como si me hubieran nombrado protector del mundo? ¿Qué soy yo mismo, un ser indefenso al que se le van muriendo, una tras otra, las personas más cercanas, un ser que ni siquiera puede mantener con vida aquello que más le pertenece? ¡Un naufragio por todos lados y un grito lastimero! ¿A quién le soy útil? ¿A quién sirvo con este empecinamiento inquebrantable? No ha quedado nada, salvo este empecinamiento. Las personas nuevas se alejan escurriéndose de mi lado, las palabras y conversaciones nuevas se me escapan, el pasado aún sigue vivo. ¿Cuándo lo atacará también la destrucción? No quedará nada y, no obstante, yo continuaré en pie, un niño que por vez primera se yergue sobre sus piernas, y gritaré a voz en cuello: ¡No!
Elias Canetti (Il libro contro la morte)
Por ejemplo, en contra del argumento vegetariano habitual, no es tan fácil calcular cuántos animales sufren y mueren cuando se adopta una dieta vegetariana, porque el cultivo a gran escala de plantas para el consumo humano altera radicalmente el medio ambiente del planeta, privando a una serie de especies animales salvajes de su espacio ecológico vital. Si cree que comer alimentos orgánicos y locales es sostenible, quedará sorprendido al hojear la literatura relevante o realizar algunos cálculos generales. Incluso el activista-periodista Michael Pollan, autor del best seller The omnivore’s dilemma: A natural history of four meals,[*] está de acuerdo en que no podemos alimentar a miles de millones de personas con el tipo de dietas que él y yo nos podemos permitir y encontrar con facilidad en la tienda de comestibles local. Pero aun así, argumentar que tenemos el derecho de comer todo lo que nos venga en gana, a pesar de los inmensos niveles de sufrimiento demostrables y los daños ecológicos que infligimos en el proceso, parece un poco cruel.
Massimo Pigliucci (Cómo ser un estoico: Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna)
Lo más sorprendente del Movimiento Terrícola-trisolariano era la cantidad de personas que habían dejado de albergar la más mínima esperanza en la civilización humana; odiaban a su propia raza hasta el extremo de estar dispuestas a traicionarla, y, además, aspiraban a su completo exterminio, lo cual las incluía tanto a ellas mismas como a sus descendientes. Solía decirse que era una organización de espíritus nobles. La mayoría de sus miembros provenían de familias de tradición intelectual, aunque también de las esferas política o financiera. Se había intentado reclutar a las clases más populares, pero, ante el fracaso, la Organización concluyó que la gente común carecía de la cultura y los conocimientos necesarios para desenmascarar la cara oscura de la humanidad. Asimismo (y esto era de vital importancia), al no estar sus ideas suficientemente influidas por la ciencia y la filosofía modernas, se sentían tan instintiva y poderosamente identificados con su especie que, para ellos, era impensable traicionar a la raza humana en su conjunto. Las élites intelectuales, en cambio, eran distintas, y muchos de sus integrantes habían empezado a concebir el mundo desde una perspectiva alejada del hombre. La humanidad había terminado alumbrando una gran fuerza que, aun habiendo nacido en su mismo seno, abanderaba la desafección hacia sí misma.
Liu Cixin (El problema de los tres cuerpos (Trilogía de los tres cuerpos, #1))
El reparteaños, un benefactor Los propios años, como reintegro para los demás. Alguien regala a otras personas, cuyo valor intuye, algunos años de su vida para que prolonguen las suyas. Le han vaticinado una larga vida, sabe que llegará a cumplir cien años. Entonces decide enterarse, viajando e informándose a fondo, de quiénes necesitan sus años. Los reparte con mucha cautela y parsimonia, nunca muchos ni demasiado pocos; es una profesión agotadora. Durante el tiempo que se reserva para vivir, tiene que decidir cuál es la mejor forma de utilizar lo que sacrifica. Pronto se propaga la noticia de su extraña dedicación. Él mismo cae en manos de especuladores que quieren hacer dinero a costa de sus años. Intentan persuadirlo del valor de la vida de sus clientes, de su importancia y de su utilidad para los demás; pero en realidad se trata de mujercitas viejísimas y ridículas, que tienen mucho dinero y están ávidas de vivir unos cuantos añitos más. Los especuladores producen, pues, personas importantes, ya que al benefactor, un personaje puro, lo último que le interesa es el dinero. El limitado número de sus años hace que éstos sean cada vez más valiosos; cuanto menos le quedan, tanta más gente se afana por disfrutar de ellos. Surgen una especie de acciones o títulos secretos que circulan de mano en mano y alcanzan cotizaciones absurdas. Los que habían recibido años antes de que los especuladores interviniesen son ahora buscados y presionados de todas las maneras para que cedan sus derechos. Los años se dividen en meses y en semanas. Aquellos que han adquirido venalmente sus derechos fundan una asociación, con presidencia y elecciones, cuyo cometido principal es vigilar el momento en que al benefactor se le acabe el plazo de vida que le fijaron mucho tiempo atrás. A partir de entonces, les pertenecerá a ellos.
Elias Canetti (The Book Against Death)
La unidad interior no es solo integración. Es también orientación unificada. El que una persona tenga en su vida una dirección, una opción neta y firme que de alguna manera la trascienda y el que las demás dimensiones, sin perder su relativa autonomía, estén orientadas a potenciar esta opción es un componente nuclear de la madurez. G. W. Allport, A. Maslow, A. Vergote y V. Frankl atribuyen a la religión una especial aptitud orientadora y unificadora[41].
Juan María Uriarte (El celibato. Apuntes antropológicos, espirituales y pedagógicos)
Este amor, inverosímil como la vida que asciende por el camino de la evolución, comporta también inconvenientes cuando el célibe no ha accedido a su debida madurez: una cierta desvitalización de nuestro afecto, que no tiene vigor para compromisos firmes y estables, o un ansia de posesión que le induzca a «cobrar en especie» controlando a las personas, exigiendo ser admirado, aceptado acríticamente, preferido, consultado como un oráculo. Son realizaciones inauténticas o deficitarias del amor oblativo del célibe.
Juan María Uriarte (El celibato. Apuntes antropológicos, espirituales y pedagógicos)
—El corazón es un mapa del mundo. ¿Lo sabías? —preguntó Maria. —Ni siquiera sé lo que significa —contestó él. —Una vez vi un mapa medieval. Representaba la Tierra como un disco plano, con Jerusalén en el centro. Roma era más grande que África, y América ni siquiera aparecía, claro. El corazón es una especie de mapa. Uno está en el centro y todo lo demás es desproporcionado. Dibujas grandes a los amigos de la juventud, y después es imposible reajustar su tamaño cuando quieres añadir a personas más importantes. Aquellos que te han hecho daño ocupan demasiado espacio, como aquellos a quienes has amado.
Ken Follett (El umbral de la eternidad)
El agua fluye de arriba abajo. Eso ocurre gracias a la gravedad pero, en el corazón de las personas, también existe una especie de ley equivalente. Cuando conoces bien a quien tienes delante y confías en ella, no puedes mentir. Tu verdadero yo confiesa, en especial si tratas de esconder que estás triste o débil. Sin embargo, en esos momentos, cuando tienes delante a una persona en la que no confías tanto, mentir es más fácil.
Toshikazu Kawaguchi (Antes de que se enfríe el café)
El segundo factor que motiva, asociado con el sexo ilícito, es la satisfacción del ego. La atención de una bella mujer puede provocar de modo veloz el interés de casi cualquier hombre. También las mujeres con frecuencia son vulnerables a esta tentación. El hombre que visita los prostíbulos es a menudo embaucado por este truco del diablo. No considera el hecho de que las prostitutas solo ponen en escena un acto para conseguir su dinero. En su subconsciente él lo sabe, pero no le importa. Quiere que se fijen en él. Le gusta sentirse necesitado. Desea sentirse como un verdadero hombre. Así que ella es un instrumento para adular su ego, haciéndolo sentir bien y viril, todo al mismo tiempo… por supuesto que por un pequeño precio. Aunque sea solo una representación, siempre está dispuesto a pagar, sencillamente por la forma en que ella lo hace sentirse. Para este adicto sexual la prostituta refuerza su pensamiento de grandiosidad, de «ser alguien especial que la gente no comprende». En realidad, muy dentro de sí, él se siente inferior y se compensa por esto aparentando ser más de lo que es. Las palabras serviles de una prostituta tranquilizan por un tiempo su frágil ego. Se siente mejor acerca de sí mismo por un rato. Sin embargo, eso dura poco, porque no cambia los profundos sentimientos de inferioridad que tiene con respecto a su persona. Para un hombre que se siente poco apetecible, una cita con una prostituta de hablar acaramelado es como una salida rápida que eleva su autoestima. El tipo «don Juan», en alguna parte de su pasado, ha llegado a creer de modo erróneo que el seducir mujeres lo hará sentirse mejor con relación a sí mismo. Se imagina que «conquistar» a una mujer convencerá a los demás de cuán deseable debe ser él. Puedo recordar innumerables veces cuando me despertaba con una mujer nueva y me sentía como si estuviese en la cima del mundo. El acto sexual en sí pudo haber sido simplemente mediocre, pero yo había logrado poseer su cuerpo con mis encantos. El mujeriego piensa que es un gran seductor.
Anonymous (En el altar de la idolatría sexual (Spanish Edition))
(Fregmento de El socialismo triunfante, o lo que sera de mi país dentro de 200 años, Francisco Piria, 1898) Durante el día, las calles centrales sólo están destinadas al movimiento de personas con sus respectivos carruajes, si así puede llamarse a una especie de canastos de alambre, niquelados uno y dorados otros, forrados de fina seda, sostenidos por un eje de aluminio que descansa sobre dos ruedas del mismo metal, con llantas de goma, movidos eléctricamente algunos, mientras los más eran impulsados por el aire comprimido, que tantos beneficios ha reportado en la vida actual, según el invento hecho por el célebre Oscar Rossini á mediados de este siglo. Gracias al invento de Rossini se ha podido resolver fácilmente la vialidad aérea,y últimamente,basado en el mismo invento,el ingeniero Roberto Ascasio,de la facultad de Bahía Blanca, ha inventado el volador, osea un pequeño carruaje aéreo, que remontándose a la altura que uno quiere, recorre el espacio con la velocidad de tres kilómetros por minuto.
Ezequiel de Rosso (Relatos de Montevideo)
Sostuvo que no había forma de que alguien pudiera ser persa debido a que el concepto estilizado, el particular esencialista, era una inven- ción de! arrogante observador occidental. Sin em- bargo, se rehusó a sustituir el orientalismo por el occidentalismo, y se sintió consternado por el em- pleo que hicieron de sus análisis algunas personas que lo utilizaban como referencia. El propio Said hizo un uso explícito del con- cepto de discurso de Foucault, y su conexión ín- tima con las estructuras de poder y su reflejo de ellas. Nos dijo que el discurso esencialista de los orientalistas estaba muy alejado de la realidad de las regiones acerca de fas que escribían, especial- mente de la forma en que esta realidad era vista y vivida por los subalternos estudiados y catalogados por los poderosos del mundo.
Anonymous
Me ha parecido que la exhibición de las máscaras estaba destinada a una sola persona, mi suegra, no porque ella frecuente el teatro Noh o porque sea capaz de apreciar la calidad artística de las máscaras, sino por esa expresión de absoluta serenidad que tienen, esa especie de mirada dirigida hacia dentro. Creo que ella debe de ser una de las últimas mujeres japonesas que todavían viven así, dirigiendo hacia dentro sus energías más profundas.
Fumiko Enchi (Máscaras femeninas)
Cuando la vida te da a una persona especial, no te preguntes cuánto tiempo estará a tu lado. Disfruta de ella sin pensar en ningún plazo.
Ignacio Novo
Como todas las personas que viven mimadas por los dioses sin ninguna razón, también sentía una especie de angustia en el fondo de tanta felicidad. Todo era demasiado hermoso, demasiado redondo, demasiado perfecto. Uno siempre teme tanta felicidad ordenada.
Sándor Márai (El último encuentro (Narrativa) (Spanish Edition))
lo que la convivencia prolongada entre dos personas sobre todo segrega es una relación de dependencia entre ellas. Me digo también que muy pocas veces esa relación está basada en el amor, un sentimiento que, en el mejor de los casos, dura lo que dura una aparición (lo dijo La Rochefoucauld y lo repite Marcelo y es verdad: el amor es como los fantasmas: todo el mundo habla de él pero nadie lo ha visto); tampoco está basada, contra lo que suele pensarse, en el miedo a la soledad, porque la verdad es que casi siempre estamos solos. No: lo más probable es que esa relación de dependencia se funde en una serie de vínculos de apariencia insignificante pero de enorme poder, un sistema de signos que no está sujeto a nuestra voluntad ni a ninguna ley previsible sino a la química azarosa de dos idiosincrasias dispares, y que (como el acuario para el pez que vive en él) constituye una especie de ecosistema o de mundo en miniatura, un ecosistema que posee sus reglas, dimensiones y seguridades, regido por apelativos que sólo en la intimidad compartida no resultan ridículos y palabras de secreto significado y erizado de cotidianas incomodidades y obligaciones que también son ritos, ceremonias y gestos, hábitos y formas ocultas de complicidad. Lo curioso es que, mientras la convivencia dura, el desagrado pequeño pero permanente de estos vínculos parece el peaje que hay que pagar para instalarse en el matrimonio como en una casa a medida, razonablemente confortable y acogedora, pero, una vez que la convivencia se rompe, una nostalgia embrutecida por el desamparo suele convertirlos en condición sine qua non del matrimonio, de manera que abandonan su ingrata categoría de peajes para convertirse en los lugares preferidos de la casa y en la fuente de todas las felicidades que depara. Por eso, tal vez más difícil que prescindir de la persona amada es prescindir de esos vínculos, de ese sistema de signos, de ese mundo en miniatura sin sentir el mismo vértigo de orfandad, de intemperie y de asfixia que siente el pez cuando lo sacan del acuario.
Javier Cercas (El vientre de la ballena (Spanish Edition))