Tres Amigos Quotes

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No sois en absoluto parecidas a mi rosa, no sois nada aún —les dijo—. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo… Y las rosas se sintieron bien molestas. —Sois bellas, pero estáis vacías —les dijo todavía—. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa. Y volvió hacia el zorro: —Adiós —dijo. —Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. —Lo esencial es invisible a los ojos —repitió el principito, al fin de acordarse. —El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. —El tiempo que perdí por mi rosa… —dijo el principito, a fin de acordarse. —Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa… —Soy responsable de mi rosa… —repitió el principito, a fin de acordarse.
Antoine de Saint-Exupéry
La televisión amigo Daniel, es el Anticristo y le digo yo que bastarán tres o cuatro generaciones para que la gente ya no sepa tirarse pedos por su cuenta y el ser humano vuelva a la caverna, a la barbarie medieval, y a estados de imbecilidad que ya superó la babosa allá por el pleistoceno. Este mundo no se morirá de una bomba atómica como dicen los diarios, se morirá de risa, de banalidad, haciendo un chiste de todo, y además un chiste malo" -Fermin Romero de Torres
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
¡Cómo me lamenté de haber perdido tres años vagando cuando salí de la preparatoria! Un joven nunca valora el tiempo que malgasta al dejar el estudio por amigos y fiestas, pero la vida es como un enorme restaurante de autoservicio en el que tenemos absoluta libertad para tomar lo que nos plazca y comerlo: todo, se va anotando en nuestra cuenta y tarde o temprano, tendremos que pagarlo... a un precio muy alto.
Carlos Cuauhtémoc Sánchez (Juventud en éxtasis)
-Amigo mío -dije en tono algo burlón-, ¡sois muy ingenioso! Pero ¿no sería más sencillo escribirle unas palabras? -Esa es una excelente observación, señor Balfour de Shaws -repuso Alan también con chanza-; sería sin duda mucho más sencillo para mí escribirle, pero para John Breck resultaría muy penoso tener que leerlo. Tendría que ir a la escuela durante dos o tres años, y es posible que nos cansásemos de esperarle.
Robert Louis Stevenson (Kidnapped (David Balfour, #1))
—La televisión, amigo Daniel, es el Anticristo y le digo yo que bastarán tres o cuatro generaciones para que la gente ya no sepa ni tirarse pedos por su cuenta y el ser humano vuelva a la caverna, a la barbarie medieval, y a estados de imbecilidad que ya superó la babosa allá por el pleistoceno. Este mundo no se morirá de una bomba atómica como dicen los diarios, se morirá de risa, de banalidad, haciendo un chiste de todo, y además un chiste malo.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida. Vivid, pues, y sed dichosos, hijos queridos de mi corazón, y no olvidéis nunca que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir al hombre, toda la sabiduría humana estará resumida en dos palabras: ¡Confiar y esperar!
Alexandre Dumas (El conde de Montecristo / Los tres mosqueteros)
Consideremos el sermón que Cristo nuestro Señor hace a todos sus siervos y amigos, encomendándoles que a todos quieran ayudar en traerlos, primero a suma pobreza espiritual y, si su divina majestad fuere servida y los quisiere eligir no menos a la pobreza actual; segundo, a deseo de oprobios y menosprecios, porque destas dos cosas se sigue la humildad. De manera que sean tres escalones: el primero, pobreza contra riqueza; el segundo, oprobio o menosprecio contra el honor mundano; el tercero, humildad contra la soberbia; y destos tres escalones induzgan a todas las otras virtudes.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
¡FELICES FIESTAS!!! Durante mucho tiempo y a pesar de mi esfuerzo intelectual no podía encontrar mejor deseo para las Fiestas que “SALUD, AMOR y DINERO” (en conjunto y en ese orden). Daba vueltas y vueltas y terminaba siempre cayendo en ese trío perfecto. Tener Dinero sin amor, ni salud, no se lo deseo a nadie, es casi un castigo divino. Tener Amor, sin salud, ni dinero, es complicado. Y tener Salud, sin amor, ni dinero, es la nada misma (la salud solo se valora cuando no se tiene). Tener los tres, era ¡la gloria! Sin embargo, en los últimos años, le puse más foco a la FELICIDAD. Si uno logra ser feliz, no importa mucho con qué y cómo se consigue. Al final de cuentas, también se puede ser un infeliz teniendo salud, dinero y amor. Y si uno se siente infeliz, casi nada tiene sentido. Este año, me gustaría aprovechar MI DESEO contra un feroz virus que está esta haciendo estragos en nuestra Sociedad: LA INTOLERANCIA HACIA EL QUE PIENSA DIFERENTE. La vida en blanco o negro no es real, es solo un ardid ficticio de los inseguros. No creo que sea un buen negocio impostar seguridad a cambio de que pierdas el sublime disfrute de la diversidad de tu entorno. ¿Sientes que destrozaste al “enemigo” en la discusión y que impusiste por knok out “tu” incuestionable verdad? Lamento informarte que si con ello dañaste la relación que tenias... ¡perdiste! Poquísimas discusiones justifican dañar una relación. Recuerda siempre: muchas veces se pierde más ganando y viceversa. La intolerancia es una agresión que destruye. El problema de “ser el dueño de la verdad” es que esa “verdad” solo existe dentro de tu mente. Deja las verdades absolutas para las religiones y anímate a navegar conmigo en los desafiantes mares de los colores. POR TODO ESTO, QUERIDOS AMIGOS, NOS DESEO UN MUNDO MÁS TOLERANTE, EN DONDE LA DIFERENCIA NO SEA GENERADORA DE ENEMIGOS, SINO DE FUENTES INAGOTABLES DE OPORTUNIDADES. SI ENTRE TODOS LO LOGRAMOS, SIN DUDAS HABRÁ MAS FELICIDAD, MÁS SALUD, MÁS AMOR Y MÁS RIQUEZA. ¡FELICES FIESTAS! POR UN 2018 REPLETO DE REALIZACIONES PERSONALES. GONZALO
Gonzalo Guma
Sólo tengo tres cosas que enseñar: simplicidad, paciencia, compasión. Estas tres son tus mayores tesoros. Simple en el pensamiento y la acción, retornas a la fuente del ser. Paciente con tus amigos y enemigos, armonizas con el modo de ser de las cosas. Compasivo contigo mismo, reconcilias a todos los seres del mundo.
Lao Tzu
Por ella, en recuerdo de sus cuentos de brujas que tan feliz me hicieron, puse a mi perra bruja. ... Me la regalo un amigo, Miguel Ángel, y me jodió la vida porque lo que tenía que ser para siempre resultó efímero. Buda ya lo dijo: el que tiene tres amores, tendrá tres dolores; el que tiene dos, dos; y el que tiene uno, uno. Mejor no tener ninguno.
Fernando Vallejo
Ben no deja de mover las piernas -¿Quieres parar? -Hace tres horas que me meo. -Ya lo dijiste. -El pis me subió hasta las costillas-dice- de verdad que estoy repleto. Amigos, ahora el setenta por ciento de mi peso es pis. -Bueno- dijo esbozando a pensas una sonrisa. Tiene gracia, no digo que no, pero estoy cansado. -Creo que si me pongo a llorar, lloraré pis.
John Green (Paper Towns)
tres o cuatro reglas fundamentales: no beber alcohol si conduces, no llamar la atención en tu manera de vestir o comportarte cuando no estás en tu casa o en casa de algún amigo, mantener la educación en todo momento y huir de cualquier tipo de confrontación, especialmente si se trata de locales, que no hay que olvidar en ningún momento (y ellos te aseguro que no lo hacen) que este es su país.
Asunta López (Cartas desde Dubai)
Haz estos dos ejercicios durante tres semanas y déjame saber cómo te han ido y que han hecho para ti: 1) Escribe tres cosas por las que estás agradecido todos los días. Siente la gratitud con todo tu cuerpo y alma. 2) Haz una lista de todas las cosas por las que estás agradecido en tu vida. Mi lista incluye lugares que visité, amigos, experiencias, incluso malas experiencias con personas, porque me dieron la oportunidad de aprender.
Marc Reklau (Quiérete ¡y mucho!: 30 días para aumentar tu autoestima)
¡Nos hemos desviado, ésa es la cosa! ¡A dónde vamos? ¡No me importa! Ya lo veremos. ¡Qué diablo! Puesto que vamos atravesando el espacio, acabaremos por caer en un centro cualquiera de atracción. Esa indiferencia de Miguel Ardán no podía satisfacer a Barbicane; y no porque le inquietara lo porvenir, sino porque a toda costa quería saber por qué se había desviado el proyectil. Entretanto, éste seguía marchando en sentido lateral a la Luna, y con él todos los objetos arrojados al exterior. Barbicane, tomando puntos de mira en la Luna, cuya distancia era inferior a dos mil leguas, pudo cerciorarse de que su velocidad era uniforme. Nueva prueba de que no habría caída. Los tres amigos, no teniendo otra cosa que hacer, continuaron sus observaciones. Pero aún no podían determinar las disposiciones topográficas satélite. Todas las desigualdades se nivelaban bajo la protección de los rayos
Jules Verne (Alrededor de la luna (Spanish Edition))
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo: —No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles: —Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin. Y volvió con el zorro. —Adiós —le dijo. —Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito (Spanish Edition))
La educación -decía el Dr. John G. Hibben, ex presidente de la Universidad de Princeton- es la capacidad para afrontar las situaciones que plantea la vida." Si para cuando el lector haya terminado de leer los tres primeros capítulos de este libro no se encuentra algo mejor equipado para afrontar las situaciones que plantea la vida, consideraré que este libro es un fracaso completo, por cuanto atañe al lector. Porque "el gran objetivo de la educación -dijo Herbert Spencer no es el conocimiento, sino la acción". Y éste es un libro de acción. DALE CARNEGIE 1936
Dale Carnegie (Cómo ganar amigos e influir sobre las personas: Versión completa)
No le fue fácil meter en la maleta el dia en que hicieron su primera cumunión las tres juntas.La vela, el libro y la foto afuera de la iglesia cupieron muy bien, pero no así el sabor de los tamales y del atole que nacha les había preparado y que habían comido después en compañia de sus amigos y familiares. Cupieron los huesitos de chabacano de colores, pero no así las risas cuando jugaban con ellos en el patio de la escuela, ni la maestra Jovita, ni el columpio, ni el olor de su recámara, ni el del chocolate recién batido. Lo bueno es que tampoco cupieron las palizas, los regaños de Mamá Elena, pues Tita cerró muy fuerte la maleta antes de que se fueran a colar.
Laura Esquivel (Like Water for Chocolate)
Me indica usted la miserable situación pecuniaria de esa Legación [la de Londres], que obliga al amigo y digno Bello a salir de ella a fuerza de hambre. Yo no sé cómo es esto. Últimamente se le han mandado tres mil pesos a Bello para que pase a Francia; y yo ruego a usted encarecidamente que no deje perder a ese ilustrado amigo en el país de la anarquía [Chile]. Persuada usted a Bello que lo menos malo que tiene la América es Colombia, y que si quiere ser empleado en este país que lo diga y se le dará un buen destino. Yo conozco la superioridad de este caraqueño contemporáneo mío: fue mi maestro cuando teníamos la misma edad, y yo le amaba con respeto. Su esquivez nos ha tenido separados en cierto modo y, por lo mismo, deseo reconciliarme: es decir, ganarlo para Colombia.
Alfonso Rumazo González (Simón Rodríguez, Maestro de América (Spanish Edition))
deben entregar sus bicicletas; no les está permitido viajar en tranvía; no les está permitido viajar en coche, tampoco en coches particulares; los judíos solo pueden hacer la compra desde las tres hasta las cinco de la tarde; solo pueden ir a una peluquería judía; no pueden salir a la calle desde las ocho de la noche hasta las seis de la madrugada; no les está permitida la entrada en los teatros, cines y otros lugares de esparcimiento público; no les está permitida la entrada en las piscinas ni en las pistas de tenis, de hockey ni de ningún otro deporte; no les está permitido practicar remo; no les está permitido practicar ningún deporte en público; no les está permitido estar sentados en sus jardines después de las ocho de la noche, tampoco en los jardines de sus amigos; los judíos no pueden entrar en casa de cristianos; tienen que ir a colegios judíos, y otras cosas por el estilo.
Anne Frank (Diario de Anne Frank (Spanish Edition))
De todas las criaturas que tienen mente y alma no hay especie más mísera que la de las mujeres. Primero han de acopiar dinero con que compren un marido que en amo se torne de sus cuerpos, lo cual es ya la cosa más dolorosa que hay. Y en ello es capital el hecho de que sea buena o mala la compra, porque honroso el divorcio no es para las mujeres ni el rehuir al cónyuge. Llega una, pues, a nuevas leyes y usos y debe trocarse en adivina, pues nada de soltera aprendió sobre cómo con su esposo portarse. Si, tras tantos esfuerzos, se aviene el hombre y no protesta contra el yugo, vida envidiable es ésta; pero, si tal no ocurre, morirse vale más. El varón, si se aburre de estar con la familia, en la calle al hastío de su humor pone fin; nosotras nadie más a quien mirar tenemos. Y dicen que vivimos en casa una existencia segura mientras ellos con la lanza combaten, mas sin razón: tres veces formar con el escudo preferiría yo antes que parir una sola. Pero el mismo lenguaje no me cuadra que a ti: tienes esta ciudad, la casa de tus padres, los goces de la vida, trato con los amigos, y en cambio yo el ultraje padezco de mi esposo, que de mi tierra bárbara me raptó, abandonada, sin patria, madre, hermanos, parientes en los cuales pudiera echar el ancla frente a tal infortunio.
Euripides (Medea)
— Anda, hijo —replicó don Quijote—, y no te turbes cuando te vieres ante la luz del sol de hermosura que vas a buscar. ¡Dichoso tú sobre todos los escuderos del mundo! Ten memoria, y no se te pase della cómo te recibe: si muda las colores el tiempo que la estuvieres dando mi embajada; si se desasosiega y turba oyendo mi nombre; si no cabe en la almohada, si acaso la hallas sentada en el estrado rico de su autoridad; y si está en pie, mírala si se pone ahora sobre el uno, ahora sobre el otro pie; si te repite la respuesta que te diere dos o tres veces; si la muda de blanda en áspera, de aceda en amorosa; si levanta la mano al cabello para componerle, aunque no esté desordenado; finalmente, hijo, mira todas sus acciones y movimientos; porque si tú me los relatares como ellos fueron, sacaré yo lo que ella tiene escondido en lo secreto de su corazón acerca de lo que al fecho de mis amores toca; que has de saber, Sancho, si no lo sabes, que entre los amantes, las acciones y movimientos exteriores que muestran, cuando de sus amores se trata, son certísimos correos que traen las nuevas de lo que allá en lo interior del alma pasa. Ve, amigo, y guíete otra mejor ventura que la mía, y vuélvate otro mejor suceso del que yo quedo temiendo y esperando en esta amarga soledad en que me dejas.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
Yo no busco en las personas ni la bondad ni la buena educación siqiera... aunqe creo qe esto último es imprescindible para vivir con ellas. Me gustan las gentes qe ven la vida con ojos distintos qe los demás, qe consideran las cosas de otro modo qe la mayoría... Qizá me ocurra esto pqe he vivido siempre con seres demasiado normales y satisfechos de ellos mismos...Estoy segura de qe mis hermanos o mi padre tienen la certeza de su utilidad indiscutible en este mundo, qe saben en todo momento lo qe qieren, lo qe les parece mal y lo qe les parece bien… Y qe hansufrido muy poca angustia ante ningún hecho. (…) Toda mi vida he estado huyendo de mis simples y respetables parientes… Simples pero inteligentes a la vez en su género, qe es lo qe les hace tan insoportables… Me gusta la gente con ese átomo de locura qe hace qe la existencia no sea monótona, aunqe sean personas desgraciadas y estén siempre en las nubes, como tú… Personas qe, según mi familia, son calamidades indeseables… (…) ¿qé crees qe dirían mi padre o mi abuelo de ti misma si supieran tu modo real de ser? Si supieran, como yo sé, qe te qedas sin comer y qe no te compras la ropa qe necesitas por el placer de tener con tus amigos delicadezas de millonaria durante tres días… Si supieran qe te gusta vagabundear sola por la noche. Qe nunca has sabido lo qe qieres y qe siempre estás qeriendo algo…
Carmen Laforet (Nada)
—Claro que decidimos — [...] —. Mira, Sócrates, claro que decidimos, pero eso no quiere decir que hayamos podido tomar decisiones diferentes. ¿Qué determina nuestro modo de actuar, si no la persona que somos en el momento previo a actuar, en el momento en que decidimos lo que hacer? La pregunta no es si tomamos decisiones, sino si tenemos control sobre quiénes somos cuando tomamos esas decisiones. Y la verdad es que no creo. La persona que soy ahora está determinada por la persona que era hace un segundo, lo que digo ahora está determinado por lo que estaba pensando hace un segundo, y lo que estaba pensando hace un segundo está determinado por lo que estaba pensando el segundo anterior. Y si sigues retrocediendo segundos, al final… al final, todo, desde Tommy metiéndose en el ejército hasta el hecho de que yo no tenga muchos amigos, pasando por mi hermano, que no llegó a nacer, y, coño, si retrocedes todavía más, mi madre poniéndome a Bob Dylan cuando solo tenía tres años… todo eso conforma y determina quién soy, y por lo tanto lo que hago. Todo lo que me ha conformado determina lo que hago. Lo que hacemos y cómo actuamos no es más que la respuesta a cómo se nos ha conformado a lo largo de nuestras vidas. Nos limitamos a responder al impulso. El resultado de todas esas fuerzas causales que no controlamos actuando sobre nosotros. Eso representan las parcas. Las fuerzas causales.
Emil Ostrovski (The Paradox of Vertical Flight)
Cuando juzgo una teoría —le diría a su amigo Banesh Hoffmann—, me pregunto si, en el caso de que yo fuera Dios, habría dispuesto el mundo de esa manera.» Cuando planteaba esa cuestión, había una posibilidad que sencillamente no podía creer, que el buen Dios hubiera creado hermosas y sutiles reglas que determinaban la mayor parte de lo que ocurría en el universo, mientras que dejaba unas cuantas cosas completamente al azar. Esa idea le parecía un error. «Si el Señor hubiera querido hacer eso, lo habría hecho del todo, y no ajustándose a una pauta ... Lo habría llevado hasta el final. Y en ese caso no tendríamos que buscar leyes en absoluto.»[69] Esto daría lugar a una de las frases más citadas de Einstein, escrita en una carta a Max Born, el amigo y físico con el que discutiría este tema a lo largo de más de tres décadas: «La mecánica cuántica sin duda resulta imponente —diría Einstein—. Pero una voz interior me dice que eso no es todavía lo real. La teoría dice mucho, pero en realidad no nos acerca en absoluto a los secretos del Viejo. Sea como fuere, yo estoy convencido de que Dios no juega a los dados».[70] Fue así como Einstein acabó decidiendo que la mecánica cuántica, aunque podía no ser errónea, sí era cuando menos incompleta. Debía de haber una explicación más plena de cómo funciona el universo; una que incorporara tanto la teoría de la relatividad como la mecánica cuántica, y, al hacerlo, no dejara cosas al azar.
Walter Isaacson
He aquí algo sobre el honor de los poetas. Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba, pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil, ésas son las claves para llegar a donde uno se proponga. Disciplina: escribir cada mañana no menos de seis horas. Escribir cada mañana y corregir por las tardes y leer como un poseso por las noches. Encanto, o encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarlos en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber en qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que no uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. Los amigos del maestro son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es preceptivo abominar y despacharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí). Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. Si es por esto último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?
Roberto Bolaño (The Savage Detectives)
Bingo Junio-Julio-Agosto  Lord Voldemort (un libro que trate sobre la muerte): Un mosntruo viene a verme de Patrick Ness. Conor tiene que lidiar con el temor constante de que su madre muera a causa del cancer y es ahí cuando aparece el monstruo que le hace ver la realidad  Regulus Black (libro que el protagonista tenga un familia rara/malvada/numerosa): La tempestad de Shakespeare. Prospero es traicionado por su hermano y es mandando a una isla en el medio de la nada; Prospero jura venganza mediante sus poderes mágicos.  Barty Crouch Jr (libro que el/la protagonista participe en una secta o investigue sobre las mismas): Las chicas de Emma Cline. Evie se ve envuelta en una secta cuando es abandonada por su mejor amiga y su unica amiga en el mundo.  Fenrir Breyback (libro que tenga licántropos): Luna Nueva de Stephenie Meyer. Bella es abandonada por Edward, se acerca mas a jacob y descubre que el es un hombre lobo  Bellatrix Lestrange (libro en el que el romance tóxico sea lo principal) La selección de Kiera Cass. America Singer se ve envuelta en un triangulo amoroso entre el principe de Íllea, Maxon, y su amor de la ciudad, Aspen.  Draco Malfoy (libro que el/la protagonista sea desertor): Tres espejos; espada de Sebastián Vargas. Jian era un campesino que perdió al amor de su vida y se convierte en un pirata perseguido por el pueblo por ser desertor y huir de luchar en la guerra.  Lucius Malfoy (libro con puterio de ricos) Mansfield Park de Jane Auste. Fanny es adoptada por sus tios ricos y la llevan a vivir a Mansfield Park, ella se ve envuelta en todos los lios, complicaciones y preocupaciones de los ricos, donde cada acción tiene que ser friamente calculada  Petter Pettigrew (libro con animales como protagonistas): El principito de Antoine de Saint-Exupéry. El principito, un hombrecito de traje azul y pelo rubio se hace amigo de un zorro que lo aconseja sobre la vida.  Marietta (libro en que el/la protagonista tenga una doble vida/vida oculta): Heartsong de T.J Klune. Robbie se encuentra en otra manada, con sueño recurrente sobre unos lobos corriendo... Con el paso del tiempo, descubre que la vida que esta viviendo no era su vida.
Patrick Ness (A Monster Calls)
Se vieron el sábado siguiente y todos los demás sábados de otoño, con Ferguson desplazándose en autobús desde Nueva Jersey hasta la terminal de Port Authority y cogiendo luego la línea IRT del metro hasta la calle Setenta y dos Oeste, donde se apeaba para luego caminar tres manzanas en dirección norte y otras dos en dirección oeste hasta el piso de los Schneiderman en Riverside Drive esquina con la Setenta y cinco, apartamento 4B, que se había convertido en la dirección más importante de la ciudad de Nueva York. Salidas a diversos sitios, casi siempre los dos solos, de vez en cuando con amigos de Amy, cine extranjero en el Thalia de Broadway esquina con la calle Noventa y cinco, Godard, Kurosawa, Fellini, visitas al Met, al Frick, al Museo de Arte Moderno, los Knicks en el Garden, Bach en el Carnegie Hall, Beckett, Pinter y Ionesco en pequeños teatros del Village, todo muy cerca y a mano, y Amy siempre sabía adónde ir y qué hacer, la princesa guerrera de Manhattan le enseñaba cómo orientarse por la ciudad, que rápidamente llegó a convertirse en su ciudad también. No obstante, pese a todas las cosas que hacían y todo lo que veían, lo mejor de aquellos sábados era sentarse a charlar en las cafeterías, la primera serie de incesantes diálogos que continuarían durante años, conversaciones que a veces se convertían en feroces discusiones cuando sus puntos de vista diferían, la buena o mala película que acababan de ver, la acertada o desacertada idea política que uno de ellos acababa de expresar, pero a Ferguson no le importaba discutir con ella, no le interesaban las chicas facilonas, las pánfilas llenas de mohínes que sólo perseguían imaginarios ritos amorosos, eso era amor de verdad, complejo, hondo y lo bastante flexible para albergar la discordia apasionada, y cómo no podría amar a aquella chica, con su implacable y penetrante mirada y su risa inmensa, retumbante, la excitable e intrépida Amy Schneiderman, que un día iba a ser corresponsal de guerra, revolucionaria o doctora entregada a los pobres. Tenía dieciséis años, casi diecisiete. La pizarra vacía ya no lo estaba tanto, pero aún era lo bastante joven para saber que podía borrar las palabras ya escritas, suprimirlas y empezar de nuevo siempre que su espíritu la impulsara a ello.
Paul Auster (4 3 2 1)
Vitruvio describió con todo detalle las proporciones de este «cuerpo de un hombre bien formado» que debía determinar la composición de los templos. La distancia de la barbilla a la parte superior de la frente tenía que ser la décima parte de su altura total, comenzaba, y seguía con numerosas precisiones más: «Si nos referimos al pie, equivale a una sexta parte de la altura del cuerpo; el codo, una cuarta parte, y el pecho equivale igualmente a una cuarta parte. Los restantes miembros guardan también una proporción de simetría, de la que se sirvieron los antiguos pintores y escultores famosos, alcanzando una extraordinaria consideración y fama». Las descripciones de Vitruvio de las proporciones humanas llevarían a Leonardo, como parte de los estudios de anatomía que acababa de comenzar en 1489, a compilar un conjunto similar de medidas. En términos más generales, la convicción de Vitruvio de que las proporciones del hombre resultan análogas a las de un templo bien concebido —y al macrocosmos del mundo— se convirtió en el centro de la cosmovisión de Leonardo. Después de detallar las proporciones humanas, Vitruvio pasaba a describir, en una célebre representación, la forma de inscribir a un hombre en un círculo y un cuadrado para determinar la proporción ideal de un templo: Exactamente de igual manera, las partes de los templos deben guardar una proporción de simetría perfectamente apropiada de cada una de ellas respecto al conjunto total en su completa dimensión. El ombligo es el punto central natural del cuerpo humano. En efecto, si se coloca un hombre boca arriba, con sus manos y sus pies estirados, situando el centro del compás en su ombligo y trazando una circunferencia, esta tocaría la punta de ambas manos y los dedos de los pies. La figura circular trazada sobre el cuerpo humano nos posibilita el lograr también un cuadrado: si se mide desde la planta de los pies hasta la coronilla, la medida resultante será la misma que la que se da entre las puntas de los dedos con los brazos extendidos; exactamente su anchura mide lo mismo que su altura, como los cuadrados que trazamos con la escuadra.[18] Era una imagen muy potente. Sin embargo, hasta donde sabemos, nadie relevante había hecho un dibujo serio y preciso a partir de esta en los quince siglos transcurridos desde que Vitruvio redactara su descripción hasta que, de pronto, alrededor de 1490, Leonardo y sus amigos procedieron a abordar esta figura del hombre abierto de brazos y piernas en el centro de una iglesia y del universo. Francesco dibujó por lo menos tres versiones para acompañar su tratado y su traducción de Vitruvio. Una de ellas es una imagen agradable y risueña de un hombre inserto en un círculo y un cuadrado (figura 43). Constituye un dibujo más sugerente que exacto. El círculo, el cuadrado y el cuerpo no pretenden indicar las proporciones, sino que se muestran con cierta despreocupación. En otros dos dibujos de Francesco (figuras 44 y 45) se ve a un hombre de proporciones más cuidadas dentro de un trazado de círculos y cuadrados en forma de planta de iglesia. De ninguno de estos dibujos puede decirse que sea una obra de arte imperecedera, pero demuestran que tanto Francesco como Leonardo, en el momento de su viaje a Pavía en 1490, se hallaban hechizados con la imagen que Vitruvio había concebido.
Walter Isaacson (Leonardo da Vinci: La biografía (Spanish Edition))
Sus amigos le acompañaban, naturalmente, los tres idiotas sin personalidad que siempre reían sus gracias, que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa que Eloy les pidiera.
Fernando Trujillo Sanz (Sal de mis sueños)
Sólo quiero que recuerdes cómo era antes de Justin. ¿Recuerdas lo feliz que eras? A tu manera, claro. Dos o tres sonrisas diarias ya eran bastante. Sé que Justin no tiene la culpa y tú tampoco, pero es él quién no te deja avanzar, Isa. Estás atascada esperando que él te dé algo que sólo puedes darte tú misma: confianza.
Carolina Pineda (El pasillo)
Su estado de ánimo ante la Mica era un caso especial, diferente del estado de ánimo de sus amigos. Y si no, ¿por qué Roque, el Moñigo, o Germán, el Tiñoso, no adelgazaban tres kilos si la Mica marchaba a América, o un par de ellos si solo se desplazaba a la ciudad, o engordaban lo perdido y un kilo más cuando la Mica retornaba al valle por una larga temporada?
Miguel Delibes (El camino)
Soñé que en un cementerio olvidado de áfrica encontraba la tumba de un amigo cuyo rostro ya no podía recordar.
Roberto Bolaño (Tres)
42. Aplausos       El aplauso es por lo general una recompensa de lo ignoto. Puede sonar aislado o como un coro imponente de palmas. Sobreviene como el ámbar y a veces tiene color de profecía. Puede ser una peligrosa tentación o también un azoro de la humildad. Cuando provoca jaqueca o dolor de garganta, es porque no estamos preparados para el rito. Si el aplauso es un alrededor, vale la pena alzar el vuelo. No para siempre, por un rato, medir de lejos la eclosión, sin repentina vanidad y sin falsa modestia. Como el aplauso viene de las sombras hay que pensar por qué. De todos modos uno los colecciona: cuelga algunos en el corazón y otros en el perchero. El aplauso puede ser un mensaje, un empeño, un galardón, pero también una lástima, un golpe de ironía. Puede venir de tres amigos generosos o de un estadio repleto. De todos modos, hay que aprender a vivir sin aplausos, o sólo con el aplauso de la conciencia espontánea y veraz.
Mario Benedetti (Vivir adrede)
una fiesta, hace tiempo, en la Vela de Santa Ana, ya el verano pasado. A él y a su novia, Nuria. Y nos hicimos amigos, los tres. Con Nuria fenomenal, me he
Cristina Padín Barca (Aventuras y desventuras de una estúpida (Spanish Edition))
«Hay tres motivos —decía el filósofo griego— por los que los hombres se quieren y se hacen amigos: la utilidad, la atracción física y la simpatía, se entiende la simpatía espiritual.
Santiago Posteguillo (Africanus: El hijo del cónsul)
Un pequeño de cinco años, Florencio “Floro” Madero, fue testigo del cómico primer ensayo fotográfico en el Río de la Plata. El hecho tuvo lugar en Montevideo, en junio de 1845, en la casa de su padre, Juan Nepomuceno Madero. En realidad, el experimento se llevó a cabo en el jardín; adonde, por la necesidad de luz, llevaron el sofá y los dos sillones de caoba, tapizados en forro negro de crin de la sala. A cargo del aparato para tomar fotos —el daguerrotipo— estaba Florencio Varela, tío del niño. Entre los modelos que posaron también había otros dos tíos de Floro: Toribio y Jacobo Varela. Completaban el cuadro un hijo y un yerno de Mariquita, Juan Thompson y Juan Antonio Tresserra. Toribio Varela y Juan Madero se ubicaron en los sillones de los costados. Jacobo Varela (en el centro), Juan Thompson (a la derecha) y Juan Tresserra (a la izquierda) ocuparon las tres plazas del sofá. Las mujeres no fueron invitadas a la actividad (tampoco Floro por ser pequeño), pero cuando los señores se mantenían quietos, muy quietos, petrificados, para que no se tomara una imagen movida y se arruinara la placa fotográfica —era necesario permanecer inmóvil durante varios minutos— llegaron las hermanas Artigas. Al cruzar por el patio rumbo al interior de la casa, disimularon la sorpresa que les causaba ver los muebles en el jardín y los hombres inmóviles. Pero, como correspondía, saludaron: —Muy buenas tardes, señores. Las estatuas vivientes, temerosas de arruinar la foto, no respondieron. —Buenas tardes, señores —repitieron las chicas. Tampoco hubo respuesta. Indignada, Rosalía Artigas le clavó la vista al correctísimo hijo de Mariquita y, casi en tono de reprimenda, le lanzó: —¡Buenas tardes, señor Thompson! Y Juan Thompson, atrapado entre el dilema de ser un descortés, por un lado, y de arruinar la foto, por el otro, buscó una solución salomónica: intentó responder como un ventrílocuo. Tan mal le salió, que provocó la carcajada de sus compañeros. La foto se arruinó. Floro recordaría en su adultez de qué manera los caballeros se lanzaron sobre las mujeres para ofrecerles sus sentidas disculpas. Un par de décadas más tarde, Floro —hermano de Eduardo, quien ideó Puerto Madero— se convertiría en uno de los favoritos de las reuniones sociales con las ocurrencias y el ingenio para atrapar a todos. Era muy amigo de Emilio Castro, quien poseía terrenos en Almagro, una zona que comenzaba a poblarse por la llegada del ferrocarril. Antes era descampado, pero la irrupción del medio de transporte permitió que mucha gente se mudara del centro. Ya no hacía falta vivir a pocas cuadras del lugar de trabajo. Era el tiempo ideal para lotear la tierra y venderla. Castro le pidió a Madero que se encargara del remate. Floro inventó un sistema de promoción nunca antes visto. Pactó con panaderías para que, en la semana del remate, quienes desayunaran con pan encontraran adentro del mismo una tarjeta. Sí, una tarjeta adentro del pan que anunciaba: “Gratis, Tranway del señor Lacroze para el gran remate de 200 lotes en el nuevo pueblo de Almagro, el domingo próximo, por Florencio Madero”. La convocatoria fue un éxito, pero el gobernador porteño le dijo que lo multaría “por haber atentado contra la salud del vecindario”. El gobernador era el mismísimo Emilio Castro. En 1867, Daniel María Cazón reunió a los amigos en su quinta del Partido de Tigre (ubicada en la avenida Liniers al 2100) y les ofreció un picnic. ¿Qué se entendía por picnic en aquellos años? Se trataba de una comida ligera, informal y al aire libre. Además, los comensales no eran atendidos por el personal de la casa, sino que cada uno se las arreglaba por su cuenta. ¿Qué celebraba Cazón? Su reciente nombramiento como Venerable Maestro de la Logia Confraternidad Argentina. ¿Quiénes eran los invitados? Floro Madero, por empezar. Vicente Fidel López, bromista como Madero. Bernardo de Irigoyen, playboy y
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La televisión, amigo Daniel, es el Anticristo y le digo yo que bastarán tres o cuatro generaciones para que la gente ya no sepa ni tirarse pedos por su cuenta y el ser humano vuelva a la caverna, a la barbarie medieval, y a estados de imbecilidad que ya superó la babosa allá por el pleistoceno. Este mundo no se morirá de una bomba atomica como dicen los diarios, se morirá de risa, de banalidad, haciendo un chiste de todo, y además un chiste malo.
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Zampa, nena, haz caso a tu amigo Richard. Si eres capaz de mover ese culo blanco como la leche y plantarlo en la cueva de meditación todos los días durante los siguientes tres meses, te prometo que vas a ver cosas tan bonitas que te van a dar ganas de tirar piedras al Taj Mahal.
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No hace mucho una madre, preocupada, me preguntaba cuándo dejaría su hija de año y medio de ser tan egoísta; cuándo aprendería a compartir. ¿Por qué el aprender a compartir obsesiona tanto a algunos padres y educado- res? ¿De qué les va a servir a los niños aprender una cosa así? Los adultos no compartimos casi nada. Un ejemplo. Isabel, no llega a dos añitos, juega en el parque con su cubo, su palita y su pelota, bajo la atenta y cariñosa mirada de mamá. Claro, como le faltan manos, en ese momento solo la pala está bajo su posesión directa, y el cubo y la pelota yacen a cierta distancia. Se acerca un niño desconocido, más o menos del mismo tamaño, se sienta al lado de Isabel y sin mediar palabra agarra la pelota. Isabel llevaba diez minutos sin hacer ningún caso de la pelota, y en un principio sigue tan tranquila dando golpes en el suelo con su pala. ¿Tan tranquila? Un observador atento habrá notado que los golpes son un poco más fuertes, y que Isabel vigila la pelota por el rabillo del ojo. El recién llegado, por su parte, parece plenamente consciente de que pisa terreno resbaladizo; apar- ta la pelota, observa el efecto, la vuelve a acercar... Para que no haya lugar a malentendidos, Isabel advierte: «¡É mía!»; y al poco se cree obligada a especi- ficar: «¡Pelota é mía!». El intruso, que aparentemente todavía no domina las frases de tres palabras (o tal vez, simplemente, prefiere no comprometerse), se limita a repetir: «¡Pelota, peloooota, pota!». Temerosa sin duda de que estas palabras equivalgan a una reclamación de propiedad, Isabel decide recuperar la plena posesión de su pelotita verde. El intruso no ofrece demasiada resis- tencia, pero en un descuido logra hacerse con el cubo. Isabel juega unos minu- tos, satisfecha con la pelota recién recuperada, pero de pronto parece inquieta. ¿Y el cubo? ¡Pero adónde vamos a llegar! Y así podemos pasar media tarde. Unas veces, Isabel cederá de buen grado, durante unos minutos, el disfrute de alguna de sus posesiones. Otras veces lo tolerará de mal grado. Otras no lo tolerará en absoluto. En ocasiones, ella misma ofrecerá al otro niño su propia pala a cambio de su propio cubo. Puede haber algunos llantos y gritos por ambas partes; pero, en todo caso, es proba- ble que su nuevo «amigo» consiga bastantes minutos de juego relativamente pacífico. Es muy posible también que ambas madres intervengan. Y aquí se produce un hecho que nunca deja de sorprenderme: en vez de defender como una leona a su cría, cada madre se pone de parte del otro niño. «Venga, Isabel, déjale la pala a este niño.» «Vamos, Pedrito, devuélvele a esta niña su pala.» En el me- jor de los casos, la cosa quedará en suaves exhortaciones; pero no pocas ve- ces las madres compiten en una loca carrera de generosidad (¡qué fácil es ser generoso con la pala de otro!): «¡Ya está bien, Isabel, si te vas a portar así, mamá se enfada!». «¡Pedrito, pide perdón ahora mismo, o nos vamos!» «¡Dé- jelo, señora, que juegue, que juegue con la pala! Es que esta niña es una egoísta...» «¡Huy, pues el mío es tremendo! Tengo que estar todo el día detrás, porque siempre está chinchando a otros niños y quitándoles las cosas...» Y así acaban los dos castigados, como pequeños países en conflicto que podrían haber llegado fácilmente a un acuerdo amistoso si no hubieran intervenido las dos superpotencias. Escenas como esta, mil veces repetidas, hacen que a veces consideremos egoístas a nuestros hijos. Nosotros compartiríamos sin dudarlo una pala de plástico y una pelota de goma. Pero ¿realmente somos más generosos que ellos, o es que los juguetes nos traen sin cuidado? Es preciso poner las cosas en perspectiva. Imagine que es usted la que está sentada en un banco del parque escuchando música. A su lado, sobre el ban- co, su bolso sobre un periódico doblado. En esto se acerca un desconocido, se sienta a su lado y sin mediar palabra se pone a
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Como ve, participar en un debate abierto es un poco como enamorarse. —Hablaba con voz serena; sus gestos eran enfáticos, suaves y opulentos—. Se es otra persona cuando se acaba. Por tanto, amigos míos, si no están dispuestos a cambiar, no se embarquen en discusiones filosóficas. Esto es lo que dije en el pasado y lo que digo ahora.
Elif Shafak (Las tres pasiones)
Cuando, mucho tiempo más tarde, en su exilio itinerante, su memoria pasaba revista a esos escasos tres años y medio que estuvo en el poder, Jacobo Árbenz Guzmán recordaría como la experiencia más importante de su gobierno aquellas semanas de abril y mayo de 1952 en que presentó su anteproyecto de Reforma Agraria al Consejo de Ministros, para luego someterlo al Congreso de la República. Él sabía muy bien lo importante —lo trascendental— que era para el futuro de Guatemala y quiso, antes de cerrar este proceso, que fuera analizada por sus partidarios y adversarios en audiencias públicas. La prensa informó sobre ellas con lujo de detalles. Se celebraron en el Palacio de Gobierno y aquellas discusiones fueron seguidas por la radio en todos los confines del país. El tema apasionaba a amigos y enemigos y, sin duda, más que a nadie, a él mismo. Fue el asunto en el que más se concentró, el que estudió más y el que más se esforzó en concretar —así lo dijo— «en una ley redonda, sin aristas, perfecta e indiscutible». ¡Cómo hubiera podido imaginar que por esa ley caería su gobierno, morirían centenares de guatemaltecos y otros sufrirían prisión y destierro, y que él mismo y su familia tendrían que malvivir desde entonces en el exilio!
Mario Vargas Llosa (Tiempos recios)
Un decreto de indulto permite a Obando regresar a Bogotá (1849); se le hace gobernador de Cartagena, luego presidente de la Cámara de Diputados; sirve de ejecutor en la orden del presidente José Hilario López, su amigo, de expulsión de los jesuitas (1850). ¡Y tres años más tarde llega a Presidente de la República!
Alfonso Rumazo González (Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho (Spanish Edition))
Sabe usted, querido amigo, que en nuestra sociedad existen tres hombres, el Sacerdote, el Médico y el Hombre de justicia, que no pueden estimar el mundo? Tienen vestimentas negras, quizá porque llevan el duelo de todas las virtudes, de todas las ilusiones. El más desgraciado de los tres es el abogado’. Cuando la gente acude al sacerdote, le explica, lo hace con remordimiento, con arrepentimiento, con creencias que la engrandecen y le confieren interés, y que en cierto modo consuelan el alma del mediador. ‘Pero nosotros los abogados’ —y aquí Díaz-Varela me leyó en español de la última página de la novela, traduciendo sobre la marcha sin duda, no es que se hubiera preparado una versión—, ‘nosotros vemos repetirse los mismos sentimientos malvados, nada los corrige, nuestros bufetes son cloacas que no se pueden limpiar. ¡De cuántas cosas no me he enterado al desempeñar mi cargo! ¡He visto morir a un padre en un granero, sin blanca, abandonado por dos hijas a las que había donado cuarenta mil libras de renta! He visto arder testamentos; he visto a madres despojar a sus hijos, a maridos robar a sus mujeres, a mujeres matar a sus maridos valiéndose del amor que les inspiraban para volverlos locos o imbéciles, a fin de vivir en paz con un amante. He visto a mujeres darle al niño de un primer lecho gotas que debían traerle la muerte, a fin de enriquecer al hijo del amor. No puedo decirle todo lo que he visto, porque he visto crímenes contra los que la justicia es impotente. En fin, todos los horrores que los novelistas creen inventar se quedan siempre por debajo de la verdad. Va usted a conocer todas estas cosas tan bonitas, a usted se las dejo; yo me voy a vivir al campo con mi mujer, París me produce horror.
Javier Marías (Los enamoramientos)
¡Amigos, romanos, compatriotas, prestadme atención! ¡Vengo a inhumar a César, no a ensalzarle! ¡El mal que hacen los hombres les sobrevive! ¡El bien queda frecuentemente sepultado con sus huesos! ¡Sea así con César! El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso. Si lo fue, era la suya una falta, y gravemente lo ha pagado. Con la venía de Bruto y los demás —pues Bruto es un hombre honrado, como son todos ellos, hombres todos honrados— vengo a hablar en el funeral de César. Era mi amigo, para mí leal y sincero, pero Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Infinitos cautivos trajo a Roma, cuyos rescates llenaron el tesoro público. ¿Parecía esto ambición en César? Siempre que los pobres dejaran oír su voz lastimera, César lloraba. ¡La ambición debería ser de una sustancia más dura! No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Todos visteis que en las Lupercales le presenté tres veces una corona real, y la rechazó tres veces. ¿Era esto ambición? No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y, ciertamente, es un hombre honrado. ¡No hablo para desaprobar lo que Bruto habló! ¡Pero estoy aquí para decir lo que sé! Todos le amasteis alguna vez, y no sin causa. ¿Qué razón, entonces, os detiene ahora para no llevarle luto?
William Shakespeare (Julio César, Otelo, Macbeth, Romeo y Julieta, Hamlet, El rey Lear (Las Tragedias de William Shakespeare))
Miranda es el venezolano más célebre de esos tiempos y el primero que tuvo una conciencia exacta de los destinos de una América hispana libre. Caraqueño, mayor que Simón Bolívar con treinta y tres años, de noble cuna y muy apuesto, ha hecho de su vida el más ardiente y constante apostolado en pro de la independencia americana. Ingresa a los veintiún años al ejército español en España, y se destaca predominantemente en Marruecos y en Cuba. Toma parte, luego, en la guerra libertaria de los Estados Unidos y alcanza el grado de teniente coronel en la acción de Pensacola, convirtiéndose en singular amigo de Washington y de sus generales. Ante ellos –según testimonio de John Adams, presidente norteamericano más tarde– "adquirió la reputación de hombre que había hecho estudios clásicos, que poseía conocimientos universales y era consumado en el arte de la guerra; pasaba por ser muy sagaz, de imaginación inquieta y de una curiosidad insaciable; su tema constante era la independencia de la América del Sur".
Alfonso Rumazo González (Simón Bolívar (Spanish Edition))
Sí, pero ¿a qué parte de mi distribución del tiempo quitar esa hora de lectura diaria? ¿A los amigos? ¿A la tele? ¿A los desplazamientos? ¿A las veladas familiares? ¿A los deberes? ¿De dónde sacar tiempo para leer? Grave problema. Que no lo es. Desde el momento en que se plantea el problema del tiempo para leer, es que no se tiene ganas. Pues, visto con detenimiento, nadie tiene jamás tiempo para leer. Ni los pequeños ni los mayores. La vida es un obstáculo permanente para la lectura. -¿Leer? Ya me gustaría, pero el curro, los niños, la casa, no tengo tiempo... -¡Cómo le envidio que tenga tiempo para leer! ¿Y por qué ella, que trabaja, hace la compra, educa a los niños, conduce su coche, ama a tres hombres, visita al dentista, se muda la semana próxima, encuentra tiempo para leer, y ese casto rentista soltero no? El tiempo para leer siempre es tiempo robado. (Al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar.) ¿Robado a qué? Digamos que al deber de vivir. Ésta es, sin duda, la razón de que el maestro -símbolo arraigado de dicho saber- resulte ser la mayor biblioteca del mundo. El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir. Si tuviéramos que considerar el amor desde el punto de vista de nuestra distribución del tiempo, ¿qué arriesgaríamos? ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? ¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, qué un enamorado no encontrara tiempo para amar? Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acabara una novela que amaba. La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser. El problema no está en saber si tengo tiempo de leer o no (tiempo que nadie, además, me dará), sino en si me regalo o no la dicha de ser lector.
Daniel Pennac
De las tiranías todas, la más odiosa me es, amigo Maeztu, la de las ideas; no hay cracia que aborrezca más que la ideocracia, que trae consigo, cual obligada secuela, la ideofobia, la persecución, en nombre de unas ideas, de otras, tan ideas, es decir, tan respetables ó tan irrespetables como aquéllas. Aborrezco toda etiqueta; pero si alguna me habría de ser más llevadera es la de ideoclasta, rompe-ideas. ¿Que cómo quiero romperlas? Como las botas, haciéndolas mías y usándolas.
Miguel de Unamuno (Tres ensayos (Spanish Edition))
Yo le preguntaba qué haría él como Presidente de la República y como líder del movimiento popular. Y Salvador me respondía siempre, imperturbable, que él no abandonaría jamás La Moneda, y que si llegara a hacerlo, sería metido en un sarcófago. Lo decía así. Y lo repitió así, tres o cuatro veces. Naturalmente, yo me oponía a eso. Nuestra amistad, sin embargo, quedaba inalterada. Salvador era un hombre leal y constante en sus sentimientos de amistad y camaradería, aunque no con todos sus amigos o conocidos llegaba a un nivel profundo de relación. Por
Gabriel Salazar (Conversaciones Con Carlos Altamirano)
Martin Seligman, un líder experto en psicología positiva, distingue entre tres estados de felicidad: la vida placentera (hedonista, superficial), la buena vida (familia y amigos) y la vida con sentido (encontrar un propósito, trascender el ego, trabajar por un bien mayor). Las investigaciones muestran que la generación del Milenio —la de los nacidos entre 1984 y 2002— muestra cierta orientación a buscar significado y propósito en sus vidas.4 A lo largo y ancho del mundo, sus aspiraciones son cada vez mayores y, de tal modo, se sienten atraídos como clientes, empleados e inversores a organizaciones con iguales aspiraciones
Salim Ismail (Organizaciones Exponenciales (Spanish Edition))
Rehv se inclinó hacia abajo, ofreciendo la mano de la daga. - Todo lo que tengo es tuyo. Tres tuvo que parpadear fuerte y, a continuación, pasar la mano por sus ojos. - Tu amistad es todo lo que necesito, mi amigo, pues es malditamente invaluable.
J.R. Ward (The Shadows (Black Dagger Brotherhood, #13))
¿Crees que me siento extraño entre esta gente? Lucho por mis ideas, amigo, y hoy soy tan español como tú. (p. 128)
Manuel Ramos Ramos (Tres cipreses: Novela)
Para preservar un amigo tres cosas son necesarias: honrarlo cuando esté presente, valorarlo cuando esté ausente, y asistirlo cuando lo necesite. Ser amigo es un trabajo a tiempo completo.
Ignacio Novo
Distinción entre lo masculino y lo femenino Lo femenino parece más orientado hacia la calidad; la mujer tiene un número limitado de óvulos; en cierto modo no los puede desperdiciar, de modo que se pondrá a buscar un macho, algo masculino que tenga cualidades tales como la fuerza, el valor, el trabajo, los músculos. Del mismo modo, cuando escoja casa, coche o lo que sea, escogerá en función de criterios de calidad, y cuando, entre amigas, se sincere, hablará de su hombre explayándose sobre sus múltiples cualidades. Mientras que lo masculino, el hombre, parece orientarse más hacia la cantidad; así, entre amigos, hablará de su última conquista, con cifras concretas, tales como “tardé unos minutos en seducirla, de contorno de pecho tiene un metro cuarenta, y treinta centímetros de cintura, y tuvimos tres relaciones sexuales en veinticuatro horas, y que duraron entre una hora y una hora y veinte minutos”. Cuando se exprese respecto a un coche o cuando pida información al vendedor, preguntará cuánto consume cada cien kilómetros, por ejemplo, porque el hombre, lo masculino, no tiene problemas en la cantidad de sus espermatozoides, puede desperdiciar todos lo que quiera porque los fabrica sin cesar, desde la pubertad hasta la andropausia, así que estará orgulloso de su cantidad, de su fabulosa panoplia de caza; y, al volver de vacaciones, les dirá a sus compañeros: “¡He hecho un montón de cosas! He tardado cinco horas en hacer el trayecto”, mientras que una mujer dirá “He encontrado al hombre de mi vida”. La mujer, en general, es más TINTERO, El hombre, GOMA.
Christian Flèche (Sentir para Sanar: Tus síntonas revelan tus engranajes secretos (Spanish Edition))
Bastaría con que alguien se pusiera en su lugar: una preadolescente que ha salido a divertirse y, en el camino de regreso a casa, se encuentra con el novio de su hermana. Le da confianza. No imagina lo que ese hombre y sus dos amigos van a hacerle. Violarla repetidas veces, quebrar para siempre una vida. Embarazo, ruptura familiar, entrega en adopción de su bebé, culpabilización. Y mientras la herida horadaba más y más a Chesca, los tres monstruos que la asaltaron aquella noche siguen con sus vidas.
Carmen Mola (La Nena (Inspectora Elena Blanco #3))
We believe that a great salsa can be more of a complement over just a condiment.
John Kresl
La televisión, amigo Daniel, es el Anticristo y le digo yo que bastarán tres o cuatro generaciones para que la gente ya no sepa ni tirarse pedos por su cuenta y el ser humano vuelva a la caverna, a la barbarie medieval, y a estados de imbecilidad que ya superó la babosa allá por el pleistoceno. Este mundo no se morirá de una bomba atómica como dicen los diarios, se morirá de risa, de banalidad, haciendo un chiste de todo, y además un chiste malo.
Carlos Ruiz Zafón (La sombra del viento (El cementerio de los libros olvidados, #1))
Los términos budistas en este ámbito no se corresponden siempre con los que utilizamos en Occidente, porque no reflejan el mismo punto de vista. En realidad, no hay una palabra específica para designar las emociones positivas. Se habla de pensamientos o de estados mentales beneficiosos como el amor o la compasión. También hay otros estados mentales como la calma mental o el discernimiento que aquí no llamaríamos «emociones». En cuanto a la palabra que se suele traducir por «emoción negativa», tiene también un sentido más amplio, ya que designa no solo la ira, la envidia, etc., sino también la ignorancia o la confusión mental que están en su origen. En su aspecto negativo, las emociones están ligadas a una visión falsa de la realidad, provocada por una disfunción de la mente. El término tibetano evoca la idea de suplicio y agotamiento. Basta con observar el momento en que la codicia, la ira, el odio o la envidia nos invaden para darnos cuenta de que provocan en nosotros un profundo malestar y consumen toda nuestra energía. Los actos y las palabras que suscitan estas emociones suelen hacer daño a los otros. Las emociones negativas abren un abismo entre el individuo y los demás. Nos incitan a idealizar lo que apreciamos y a demonizar lo que detestamos. Nos hacen creer que la belleza o la fealdad son inherentes a los seres y a las cosas, lo que causa un desfase creciente entre lo que son en realidad y la manera en que los percibimos. Por este motivo, como decía Christophe, cuantas más emociones negativas sintamos, más fabricaciones mentales superpondremos a la realidad. La psicología positiva, las terapias cognitivas y el budismo se encuentran en este punto.
Matthieu Ricard (Tres amigos en busca de la sabiduría: Un monje, un filósofo y un psiquiatra reflexionan sobre el oficio de vivir (Crecimiento personal) (Spanish Edition))
With a meticulous attention to each ingredient, an honoring to every step of our detailed process, and a commitment to ensure the quality at every stage from preparation to presentation, Tres Amigos is creating, grilling and serving with honor, authenticity and love.
John Kresl
Embrace the taco.
John Kresl
We keep the home in homemade from the produce to the process and from preparation to presentation.
John Kresl
Durante tres o cuatro años, Musk sufrió un acoso incesante por parte de aquellos matones. Llegaron al punto de golpear a un muchacho al que Musk consideraba su mejor amigo, hasta que el niño accedió a dejar de hablarle. «Peor aún, lograron que mi puto mejor amigo me animara a salir de mi escondite para que pudieran darme una paliza —recuerda Musk—. Eso duele, joder.» Mientras me contaba aquella parte de la historia, los ojos de Musk se humedecieron y le temblaba la voz. «Por alguna razón me eligieron a mí y me hicieron la vida imposible. Eso fue lo más difícil de todo. Durante unos años, no hubo tregua. Las pandillas me buscaban en la escuela para molerme a palos, y, cuando volvía a casa, era igual de horrible. El espanto no acababa nunca.»
Ashlee Vance (Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the Quest for a Fantastic Future)
No le fue fácil meter en la maleta el día en que hicieron su primera comunión las tres juntas. La vela, el libro y la foto afuera de la iglesia cupieron muy bien, pero no así el sabor de los tamales y del atole que Nacha les había preparado y que habían comido después en compañía de sus amigos y familiares.
Laura Esquivel
Por primera vez tenía amigos, tres estupendos amigos: Sirius Black, Peter Pettigrew y tu padre, Harry, James Potter.
J.K. Rowling (Harry Potter y el prisionero de Azkaban (Spanish Edition))
Devocional 29 Tolera Es un hecho que en ocasiones nos cuesta mucho aceptar y comprender a los demás cuando no estamos de acuerdo con su manera de pensar o de ser. De hecho, muchas relaciones se ven afectadas porque no somos capaces de ser empáticos, de ponernos en el lugar del otro y tratar de entender sus razones, o al menos los sentimientos que se ocultan detrás de su comportamiento. Es un hecho que todos somos diferentes, por eso necesitamos aprender a escucharnos para así entender el punto de vista de los demás, antes de juzgarlos de forma apresurada y dañarlos. Por esta razón, la Biblia nos da un sabio consejo: «Acéptense unos a otros, así como Cristo los ha aceptado. Acéptense para honrar a Dios» (Romanos 15:7). Esto quiere decir que Dios quiere que tengamos relaciones saludables con los demás, y por eso nos dice que una manera de honrarlo es aceptándonos mutuamente. Además, Dios dice a través de su palabra que no debemos enojarnos, ni amargarnos unos con otros (Colosenses 3:13). Y necesitamos aplicar esto, porque los desacuerdos, nos gusten o no, son parte del día a día de las relaciones de pareja, familiares, con nuestros amigos e incluso las laborales. Pero el problema no son los desacuerdos. Los conflictos se presentan cuando no estamos en la capacidad de escuchar y manejamos la situación gobernados por la ira, el orgullo y la prepotencia. Ninguna de estas tres son buenas consejeras ya que siempre nos llevarán a buscar tener la razón a como dé lugar, sin importar si pasamos por encima de los sentimientos del otro. En cuanto a esto, la epístola a los Colosenses nos enseña lo siguiente: «… más bien, perdónense unos a otros. Cuando alguien haga algo malo, perdónenlo». ¿Sabes por qué?, porque precisamente así es como Dios ha demostrado su amor para con nosotros: soportándonos, tolerándonos, perdonándonos y aceptándonos a pesar de nuestras equivocaciones. ¿Recuerdas el relato bíblico que narra aquel momento cuando los fariseos llegaron ante Jesús con la mujer adúltera? Ellos estaban esperando a que Él diera una orden para apedrearla. Pero cuando Jesús les dijo: «El que esté sin pecado que tire la primera piedra», sin duda cambiaron sus planes. Ahora me gustaría saber, si hubieras estado en el lugar de Jesús, ¿cuál habría sido tu respuesta? Dios quiere que manifestemos su amor siendo respetuosos y tolerantes con los demás. Es más, el amarnos los unos a los otros es un mandamiento dado directamente por Jesús, así que no podemos decir que amamos a Dios si no lo hacemos con el prójimo (1 Juan 4:21). Así que no juzgues a otros sin conocer sus intenciones, porque si no, serás juzgado de la misma manera (Mateo 7:2). No hemos sido llamados para descalificar a otros, sino a amar y a restaurar. En Hebreos 12:14 dice que debemos procurar la paz con todos. Pero es necesario aclarar que cuando hablamos de tolerancia no quiere decir que debamos aprobar un acto indebido. Según el Diccionario de la lengua española, la palabra tolerar significa «llevar con paciencia». En ningún sentido quiere decir aprobar o participar en aquello que ofende a Dios. Esto lo podemos ver en la actitud que Él tiene hacia nosotros: el Señor tiene las puertas abiertas para todos y si nos acercamos a su presencia, no nos echa afuera. Pero Él desea restaurarnos porque nos ama. Fíjate en el caso de la mujer adúltera. Jesús no permitió que la apedrearan y confrontó a los fariseos; pero de ningún modo aprobó el acto de adulterio, por eso le dijo: «¡Vete y no peques más!». Jesús nunca juzgó a los demás, buscó restaurar al otro desde su amor. Acepta y tolera a los demás como Dios lo ha hecho contigo. Recuerda que también Él te perdonó y te restauró a pesar de tus errores.
Rodrigo Riaño del Castillo (Diario de un vencedor: Un plan de acción para conectar con Dios y su propósito (Spanish Edition))
En el proceso de decisión de compra hay tres factores esenciales que influyen en los consumidores: en primer lugar, la comunicación de marketing de las empresas en diversos medios, como los anuncios de televisión, la publicidad impresa o las relaciones públicas; en segundo lugar, las opiniones de sus amigos y familiares, y en tercer lugar, su conocimiento previo y su actitud personal hacia ciertas marcas por sus experiencias pasadas.
Philip Kotler (Marketing 4.0 (Versión México): Transforma tu estrategia para atraer al consumidor digital)
Entrevista, escritor Rodrigo Oyarzun G" Editorial Adarve... Háblanos un poco de ti. Soy un soñador, idealista, gozador de los silencios, el mar y todo aquello diferente que expanda el contexto estrecho en el cual, la mayor parte de las personas, nos movemos. Hijo, hermano, padre, amigo y amante. Me apasiona escribir y crear, este ya es mi quinto libro (segunda novela y tres libros de relatos), el primero en colaboración con una editorial. Me incentiva y mueve el poder entregar por medio de lo que escribo alguna excusa para poder entretener y por medio de eso incentivar el sano ejercicio del cuestionamiento, la reflexión y la imaginación. Hace algún tiempo ya que me encuentro en este eterno camino de conocerme. En dicho trance he comenzado a explorar en el mundo del coaching, a través del cual aspiro a crecer y a colaborar con el crecimiento de otros, de esta forma, (en algún punto del proceso) vincular todo esto con aquello que escribo, ya que todo lo que se lleva a cabo en la vida en algún punto emerge con el fin de unir y complementar nuestros fragmentos diseminados en el tiempo. «Nada es al azar, todo ocurre con un propósito». Si quieres terminar de leer la entrevista, te espero en mi blog
Rodrigo Oyarzun G
Pensaba si en verdad lo esperaría para casarse con él, si alguna vez lograría besarla, en cómo haría para ubicarla el próximo año cuando ella deje el colegio, pensó tanto que sin darse cuenta ya estaba con sus compañeros en la formación. Aún allí, seguía pensando; no escuchaba a sus amigos que le preguntaban por qué siempre se iban al otro patio. Pensaba y pensaba, hasta que de pronto dejó de pensar. Las imágenes en su mente desaparecieron tan rápido como vinieron. Las cavilaciones profundas de hasta hace unos segundos se convirtieron en nada. Más bien se fueron para dar lugar a otras, por ahora, mucho más importantes. Ella se encontraba a solo tres metros de él y de unos ocho años menos que el sueño anterior. Formaba fila como todos, pero en la otra sección. Natalia Ocampo, como siempre, estaba bien bañadita, con el pelo negro, húmedo y amarrado hacia atrás. Ahí estaba ella, tan blanca, tan linda, tan espigada y tenía unas piernas delgadas, tan largas… aunque era algo seria; no sonreía mucho. Brunito
Javier Rivera Novoa (Pisando hojas secas (Spanish Edition))
El dilema, la contingencia, la lógica, la intersección. Opuesto a la esperanza, la promesa, el ego, la fantasía. Qué hubiese pasado si. Existe una realidad paralela donde el instinto de Miriam se pronunció: me quedo con Jordan. Seis meses antes, dos meses antes, dos semanas, tres días, quién sabe, entonces hubiese dicho: sí, me quedo, me quedo con Jordan y con mis amigos. O quizás si él hubiese insistido con más voluntad: no vayas. Si se hubiese mostrado menos ambiguo. Si le hubiese sacado de dentro las mismas preguntas que ella marea desde hace ya varias noches.
Cristina Araújo Gámir (Mira a esa chica)
RESUMEN DEL CAPÍTULO ◆ El ambiente dentro del que vivimos determina cuáles conductas son atractivas para nosotros. ◆ Tendemos a adoptar hábitos que son elogiados y aprobados por el ambiente en el que vivimos porque sentimos un natural deseo de integrarnos y pertenecer a una tribu. ◆ Tendemos a imitar los hábitos de tres grupos sociales: el cercano (familia y amigos), el amplio (la tribu) y el poderoso (aquellos que cuentan con un estatus elevado y prestigio). ◆ Una de las estrategias más efectivas que puedes seguir para construir mejores hábitos consiste en unirte a un ambiente donde 1) tu conducta deseada sea un comportamiento normal y donde 2) tengas algo en común con el grupo. ◆ El comportamiento normal de la tribu con frecuencia prevalece sobre el comportamiento deseado del individuo. Muchas veces preferimos pertenecer aunque estemos equivocados, que estar solos y en lo correcto. ◆ Si cierta conducta puede proporcionarnos aprobación, respeto y elogios, la encontramos atractiva.
James Clear (Hábitos atómicos (Latino neutro): Atomic Habits: An Easy & Proven Way to Build Good Habits & Break Bad Ones (Spanish Edition))
La vida es maravillosa y ellos ofrecen una fiesta para que todos sus amigos conozcan su nueva casa, su nuevo automóvil, sus nuevos muebles y sus nuevos juguetes. Ahora se encuentran endeudados para el resto de sus vidas. Y entonces llega el primer hijo. La pareja promedio, bien educada y trabajadora, tras dejar al hijo en la guardería, deberán ahora trabajar con ahínco. Han quedado atrapados por la necesidad de tener un trabajo seguro simplemente porque, en promedio, se encuentran a sólo tres meses de la bancarrota financiera. Usted puede escuchar a esas personas que a menudo dicen: “No puedo renunciar. Tengo cuentas que pagar”, o una variante de la canción de Blanca Nieves y los siete enanos: “Debo, debo, así que al trabajo me marcho.
Robert T. Kiyosaki (El cuadrante del flujo del dinero: Guía del Padre Rico hacia la libertad financiera)
aquí y ahora —sacad el reloj— a las tres, con el pico rojinegro del gallo: Oíd, amigos, la revolución ha fracasado. Subid las campanas de nuevo al campanario, devolvedle la sotana al cura y al capataz el látigo, clavad esas bisagras y quitadle el orín a los candados… que venga el cristalero y que componga los cristales rotos de los balcones de Palacio…
León Felipe (Nueva Antología Rota)
Every step, every stage and every layer of every ingredient matters to us at Tres Amigos Grill.
John Kresl
Tacos are not only for Tuesdays.
John Kresl
Consider living every day like it’s Taco Tuesday.
John Kresl
Cómo vas a saber lo que es el amor, si nunca te hiciste hincha de un club. Cómo vas a saber lo que es el dolor, si jamás el zaguero te rompió la tibia y el peroné y estuviste en un barrera y la pelota te pego justo ahí. Cómo vas a saber lo que es el placer, si nunca diste una vuelta olímpica de visitante. Cómo vas a saber lo que es el cariño, si nunca la acariciaste de chanfle entrándole con el revés del pie para dejarla jadeando bajo la red. Escuchame… cómo vas a saber lo que es la solidaridad, si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado desde atrás. Cómo vas a saber lo que es la poesía, si jamás tiraste una gambeta. Cómo vas a saber lo que es la humillación, si jamás te metieron un caño. Cómo vas a saber lo que es la amistad, si nunca devolviste una pared. Cómo vas a saber lo que es el pánico, si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe. Cómo vas a saber lo que es morir un poco, si jamás fuiste a buscar la pelota adentro del arco. Decime viejo, cómo vas a saber lo que es la soledad, si jamás te paraste bajo los tres palos a 12 pasos de uno que te quería fusilar y terminar con tus esperanzas. Cómo vas a saber lo que es el barro, si nunca te tiraste a los pies de nadie para mandar una pelota sobre un lateral. Cómo vas a saber lo que es el egoísmo, si nunca hiciste una de mas cuando tenias que dársela al 9 que estaba solo. Como vas a saber lo que es el arte, si nunca, pero nunca inventaste una rabona. Como vas a saber lo que es la música, si jamás cantaste en la popular. Como vas a saber lo que es la injusticia, si nunca te saco tarjeta roja una referí localista. Decime, cómo vas a saber lo que es el insomnio, si jamás te fuiste al descenso. Cómo vas a saber lo que es el odio, si nunca hiciste un gol en contra. Cómo, pero como vas a saber lo que es llorar, sí, llorar, si jamás perdiste una final en un mundial, sobre la hora con un penal dudoso. Cómo vas a saber, querido amigo, cómo vas a saber lo que es la vida, si nunca jamás, jugaste al fútbol
Quique Wolff
[…] José Antonio Primo de Rivera, que siempre andaba rodeado de poetas, había dicho que «a los pueblos no los han movido nunca más que los poetas». La primera afirmación es una estupidez; la segunda no: es verdad que las guerras se hacen por dinero, que es poder, pero los jóvenes parten al frente y matan y se hacen matar por palabras, que son poesía, y por eso son los poetas los que siempre ganan las guerras, y por eso Sánchez Mazas, que estuvo siempre al lado de José Antonio y desde ese lugar de privilegio supo urdir una violenta poesía patriótica de sacrificio y yugos y flechas y gritos de rigor que inflamó la imaginación de centenares de miles de jóvenes y acabó mandándolos al matadero, es más responsable de la victoria de las armas franquistas que todas las ineptas maniobras militares de aquel general decimonónico que fue Francisco Franco. Yo había sabido —pero no había entendido y me intrigaba— que, al terminar la guerra que había contribuido como casi nadie a encender, Franco nombró a Sánchez Mazas ministro del primer gobierno de la Victoria, pero al cabo de muy poco tiempo le destituyó porque, según se contaba, ni siquiera asistía a las reuniones del consejo, y a partir de aquel momento abandonó casi por completo la política activa y, como si se sintiera satisfecho del régimen de pesadumbre que había ayudado a implantar en España y considerara que su trabajo había concluido, consagró sus últimos veinte años de vida a escribir, a dilapidar la herencia familiar y a entretener sus dilatados ocios con aficiones un poco extravagantes. Me intrigaba esa época final de retiro y displicencia, pero sobre todo los tres años de guerra, con su peripecia inextricable, su asombroso fusilamiento, su miliciano salvador y sus amigos del bosque […]
Javier Cercas (Soldados de Salamina)
Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia. –¡Un momento! –lo interrumpió el filósofo–. ¿Ya pasaste por los tres filtros lo que vas a contarme? –¿Los tres filtros…? –Sí. El primer filtro es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? –No… Lo oí comentar a unos vecinos. –Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo filtro, que es el de la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien? –No, en realidad no, al contrario… –¡Ahá! Por lo menos lo habrás pasado por el tercero, ¿no? El filtro de la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que te inquieta? –Para ser sincero, no. Necesario no es. –Entonces –dijo sonriendo el sabio–, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… sepultémoslo en el olvido. ¿Tienes algo que decir a otra persona? Recuerda pasarlo por los filtros de la verdad, la bondad y la necesidad antes de decirlo.
Sergio Fernández (Vivir con abundancia)
«Tomas un rasgo de esta persona, otro de aquélla, coges algo prestado de un amigo de toda la vida, o de alguien a quien apenas has visto en el andén de una estación esperando el tren. A veces, incluso aprovechas una frase o una idea de la crónica de sucesos del periódico. Así es como se escribe una novela. No hay otra forma.»
Pierre Lemaitre (Tres días y una vida)
Estoy seguro de que has oído las mismas historias de horror que yo: el remozamiento de la cocina que supuestamente llevaría dos semanas y terminó tardando seis, obligando así a la familia a consumir comida rápida durante más de un mes; la reparación eléctrica que se prolongó tres veces más de lo previsto; la minucia que acabó resultando interminable. Pues bien, hace un par de años mi amigo Eelco Rustenburg, también adepto a Agile, me contó en una cena que había decidido remodelar su casa de cabo a rabo. Acometería todas las habitaciones, haciendo una nueva instalación eléctrica, incorporando nuevos aparatos y dando a todo una nueva capa de pintura. Planeaba tardar únicamente seis semanas. Todos reímos y empezamos a obsequiar a Eelco nuestras trágicas historias de remodelación.
Jeff Sutherland (Scrum: El arte de hacer el doble de trabajo en la mitad de tiempo)
Por un momento todos se quedaron en silencio. Ramón sintió los ojos de sus tres amigos sobre él. Tomó aire, se paró y comenzó a caminar en círculos por la habitación. —Por favor, más allá de mi cara o mi voz, tengan claro que esto no es más que una teoría. No hay prueba alguna que demuestre que sea verdad.
J.Y. Zafira F. (Ascensión - blanco (Ascensión, #1))
Ateísmo burgués del siglo XIX, llamó Hugo Hiriart a la religiosidad en la que imagino vivir. No sé cómo apareció esta terminante descripción en el espléndido discurso en torno a la Ilíada, con el que entró a formar parte de la Academia Mexicana de la Lengua. Pero me sentí cómoda arropándome en semejante categoría. Hasta cuando me creo moderna soy anticuada. Esto de ser ateo viene del siglo XIX. Hasta del tardío XVIII. Mi bisabuelo liberal ya era obsoleto. Con todo, yo tengo mi fe. Creo en la madre naturaleza y en los seres humanos que son generosos y buenos. Ahí está el dios de esta atea. Creo en Elizabeth Bennet, en Úrsula Iguarán, en Isaac Dinesen. Creo en la Maga y en la valentía de Leonor. Creo que tiene razón Mateo cuando lo aflige que haya guerra en Ucrania, cuando dilucida que si aletea una mariposa en África, tiembla en México. Creo en Verónica cuando se niega a heredarles a nuestros hijos la mugre del río Atoyac. Creo en los trabajadores obsesivos, como Roberto, Kathya, Héctor y Catalina. Creo en los misterios del fondo del mar, en el cine, en la poesía del Siglo de Oro y en la del siglo XX. Creo en la memoria, en la escuela primaria, en el amor de los quince años y en el sexo de los cincuenta. Creo en las comedias musicales, las jacarandas y los rascacielos. Creo en el caldo de frijoles y el arroz blanco, creo en el horizonte y en que un día tendré más nietos. Creo en la música de Rosario, en las películas de Catalina, en el libro que me cuenta Mateo. Creo en las historias que Virginia trae del Metro, creo que tenemos remedio, creo en los lápices del número tres, en la punta de las plumas Mont Blanc, en la ciencia del doctor Goldberg, en la incredulidad del doctor Estañol, en los barcos con que soñaba una mujer frente a la bahía de Cozumel, en el perro volando que vió doña Emma en un ciclón, en la frente lúcida y la nariz perfecta de la antropóloga Guzmán, en la Sierra Negra cuando la recorre Daniela, en las mujeres que han llamado a su grupo “Los varitas de nardo” y son diez gordas reunidas para cambiar sus hornos de leña por unos que contaminen menos. Creo en el hipo con que mi perro anuncia que está soñando un vuelo alrededor del mundo, creo en el diccionario de la RAE y en las cartas que mandan mis amigos. Creo que aún camina bien mi camioneta vieja y que mis hermanos hicieron una empresa en donde había un sueño. Creo, ingenua yo, en que les irá mal a los malos. Creo en la luz de mi iPhone, en la cocina de mi abuela, en la esperanza de quienes, a pesar del miedo, siguen viviendo en Michoacán. Bendigo el correo electrónico, las orquídeas y los zapatos cómodos. Les rezo a las puestas de sol, a la vitamina B12, a mis rodillas y a las fotos de mis antepasados. Comulgo con quienes saben conversar, oigo misa en las sobremesas de mi casa. Soy una atea con varios dioses. Tantos y de tan buen grado que ahora, presa de la aflicción que es la desmemoria, voy a acudir al único dios de la trilogía de mi madre que me sigue pareciendo confiable: Espíritu Santo, fuente de luz: ilumíname. ¿A qué horas tiré el trébol y cómo es que olvidé tan memorable catástrofe?
Ángeles Mastretta (El viento de las horas)
Añoraba los bares de Barcelona o de México D. F. y al mismo tiempo sabía que aquellos locales, aquellos hoyos inmaculados, se habían esfumado para siempre. Tal vez por eso, un par de veces, estuve en el camping buscando a Gasparín. Nunca lo encontré. La segunda vez que estuve allí la recepcionista me informó, sin que nadie se lo pidiera, que mi amigo era un chico extraño (¡un chico!) y que según sus cálculos debía llevar un par de semanas sin dormir. Ella personalmente lo había ido a buscar más de una vez para que echara una mano, durante el turno de día no iban sobrados de personal. Pero la canadiense siempre estaba vacía. Sólo lo había visto unas tres veces desde que empezó a trabajar y eso no era normal. La tranquilicé explicándole que el mexicano era un poeta y la recepcionista contestó que su novio, el peruano, también lo era y no se comportaba así. Como un zombie. No quise contradecirla. Menos aún cuando dijo, mirándose las uñas, que la poesía no daba nada. Tenía razón, en el planeta de los eunucos felices y los zombies, la poesía no daba nada.
Roberto Bolaño (The Skating Rink)
No importa si el líder ya ha pasado por 20 empresas diferentes, si todavía tiene deudas en el banco y le quitaron la casa hace tres meses. Eso no sabe tu amigo y no lo tienes que mencionar;
Frank Luetticke (Cómo convertirse en Networker Profesional y alcanzar la Libertad Financiera (Spanish Edition))
Progresivamente me aficioné a las películas, me convertí en espectador asiduo y ahora pienso que la sala de un cinematógrafo es el lugar que yo elegiría para esperar el fin del mundo. Me enamoré, simultánea o sucesivamente, de las actrices de cine Louise Brooks, Marie Prévost, Dorothy Mackay, Marion Davis, Evelyn Brent y Anna May Wong. De estos amores imposibles, el que tuve por Louise Brooks fue el más v ivo, el mas desdichado. ¡Me disgustaba tanto creer que nunca la conoscería! Peor aún, que nunca volvería a verla. Esto, precisamente, fue lo que sucedió. Despuesde tres o cuatros películas, en que la vi embeselado, Louise Brooks desapareció de las pantallas de Buenos Aires. Sentí esa desaparición, primero, como un desgarriamento; después, como una derrota personal. Debía admitir que si Louise Brooks hubiera gustado al público, no hubiera desaparecido. La verdad (o lo que yo sentía) es que no sólo pasó inadvertida por el gran público, sino también por las personas que yo conocía. Si concedían que era linda – más bien ‘bonitilla’ – , lamentaban que fuera mala actriz; si encontraban que era una actriz inteligente, lamentaban que no fuera más bella. Como ante la derrota de Firpo, comprobé que la realidad y yo no estábamos de acuerdo. Muchos años despés, en París, vi una película (creo que de Jessua) en que el héroe, como yo (cuando estaba por escribir Corazón de payaso, uno de mis primeros intentos literarios), inconteniblemente echaba todo a la broma y, de ese modo, se hacía odiar por la mujer querida. El personaje tenía otro parecido conmigo: admiraba a Louise Brooks. Desde entonces, en mi país y en otros, encuentro continuas pruebas de esa admiración, y también pruebas que la actriz la merecía. En el New Yorker y en los Cahiers du cinéma leí articulos sobre ella, admirativos e inteligentes. Leí, asimismo, Lulú en Hollywood, un divertido libro de recuerdos, escrito por Louise Brooks. En el 73 o en el 75, mi amigo Edgardo Cozarinsky me cito una tarde en un cafe de la Place de L’Alma, en Paris, para que conociera a una muchacha que haria el papel de Louise Brooks en un filme en preparacion. Yo era el experto que debia decirle si la muchacha era aceptable o no para el papel. Le dije que si, no solamente para ayudar a la posible actriz. Es claro que si me huberian hecho la pregunta en tiempos de mi angustiosa pasion, quiza la respuesta hubiera sido distinta. Para me, entonces, nadie se parecia a Louise Brooks.
Adolfo Bioy Casares
No deja de ser significativo que, con este apego a lo humano, el propio Hesíodo, diera una de las definiciones de la amistad más perfectas y que, casi tres milenios más tarde, no ha perdido ni un ápice de su valor: “un amigo es aquel que sabe todo de ti, y, a pesar de ello, te quiere”.
David García Hernán (Historia Universal. XXI capítulos fundamentales (Spanish Edition))
En abril de 2003, fue El Saik quien provocó un estado de sitio alrededor del penal cuando, junto con otros dos reos —todos identificados como amigos de El Dream—, secuestró a un custodio, tomó una torre de vigilancia y se apoderó de tres armas largas, un revólver y un lanzagranadas. Todo fue cuestión de ofrecerle un vaso con camarones al custodio, que en ese momento observaba un partido de softbol entre los reos. Al tomar el vaso a través de la malla que dividía el campo deportivo, el guardia fue derribado por uno de los internos, que lo sujetó de los pies, y por otro más que le apuntó con un arma hechiza.
Sandra Rodriguez (La fábrica del crimen (Spanish Edition))
Por ejemplo, si un estudio indica que no comer otra cosa que tarta de chocolate es una manera estupenda de perder peso, pero tiene un amigo que prueba esa dieta y no hace más que engordar, tiene dos dimensiones que no encajan. (Y si cuenta el sentido común, tres.) Eso es una falta de coherencia.
Scott Adams (Cómo fracasar en casi todo y aun así triunfar: Algo así como la historia de mi vida (Gestion Del Conocimiento) (Spanish Edition))