Trash Of The Count's Family Quotes

Amaba tanto el dinero que daba miedo.

- Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo. - Cale respondió tranquilamente. - Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas. - Choi Han recordó la cita de la Tierra.- ¿Cale-nim va a decir eso? - Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, puedes crear un lío aún mayor. - Cale continuó hablando - Y también puedes robar cosas sin que ellos lo sepan y puedes prepararte para el futuro.

No hay ninguna razón por la que no podamos vengarnos solo porque somos pobres.

Necesitaba sobrevivir. Era una cuestión de vida o muerte en lugar de ganar y perder. El enemigo tuvo que morir para que él sobreviviera.

Los humanos son los más crueles de todas las razas

El pasado no necesariamente continúa hasta el presente.

Era una mala pero buena persona. Aunque sus habilidades eran regulares, era alguien con conciencia y un sentido de culpa y responsabilidad. Era alguien que sabía cómo arrepentirse. Era alguien con su propio sentido de la moral.

- Somos suficientes para la torre sur. - Comandante Cale, entiendo cómo se puede sentir, pero debemos asegurarnos de que nadie resulte herido. Me ocuparé adecuadamente de los problemas de hoy ... - No saldrán heridos. - No saldrá lastimado. ¿Por qué? - El Reino de Roan trajo héroes con nosotros. ¿Alguna vez has sentido tanto dolor que quisiste morir? - Que-! - Llamamos 'héroes' a las personas que se sobrepusieron a ese dolor. Las personas detrás de mí son personas que se sobrepusieron a tanto dolor. Son personas en las que puedo confiar para respaldarme. ¿Calificaciones para ser curado? No necesito esas tonterías.

Era extraño ver a un humano llevarse bien con tantas razas diferentes. Archie escuchó la conversación de Choi Han y Rosalyn en ese momento. "Como se esperaba de Cale-nim." "¿No crees que dices, 'como se esperaba de Cale-nim', demasiado?" "¿Me equivoco?" "No, tienes razón. El joven maestro Cale es único. Muy único". Choi Han y Rosalyn sonaban muy casuales, lo que hacía que pareciera que estaban acostumbrados a llamar a Cale único. Archie continuó mirando hacia ellos hasta que hizo contacto visual con Rosalyn. Los ojos de Rosalyn se abrieron de par en par antes de darse cuenta de lo que debía estar pasando por la mente de la Ballena y empezar a hablar. "¿No es asombroso lo bien que se lleva el joven maestro Cale con todos?" "Sí." Archie respondió de inmediato. "¿Pero no es obvio ese trato después de pensar en todo lo que el joven maestro Cale ha hecho hasta ahora en todo el continente?" Paseton, que había estado escuchando a Rosalyn, dejó escapar un grito ahogado. Las cosas que Cale había hecho hasta ahora. Rosalyn continuó hablando. "El joven maestro Cale ha hecho todo eso, pero nunca pidió un título ni nada de influencia. Aunque ha recibido algunas recompensas monetarias, no creo que valgan más que su vida". Rosalyn sabía que Cale era más estratégico que brillante. Sin embargo, había una razón por la que ella seguía creyendo que él era una buena persona. No era codicioso. ¿Le gusta el dinero? La codicia por la fama y el poder era peor que la codicia por el dinero. ¿Por qué los comerciantes intentan comprar títulos para sí mismos una vez que están desbordados de dinero? ¿Y por qué los reyes de la historia que tenían suficiente dinero y poder inician guerras inútiles? Había muchos tipos de codicia que eran peores que la codicia por el dinero. Pero Cale no mostró ninguna codicia hacia estas cosas. De hecho, trató de evitarlos. "Él tampoco usa el dinero para sus propias razones egoístas". Rosalyn sabía que las mejoras al territorio de Henituse y todas sus otras acciones habían requerido una gran cantidad de la propia riqueza de Cale. Hubo momentos en que Cale usó su dinero para sí mismo. Pero esos tiempos eran para alimentarse a sí mismo o para proporcionar comida y alojamiento a su grupo. "Este es el tipo de persona que debería tener dinero". Pensó que alguien como Cale, que sabía cuándo usar el dinero para el bien común mientras se sentía satisfecho con comer frutas simples para sí mismo, merecía tener dinero. Rosalyn pensó que estaría bien que Cale ganara más dinero, no, creía que Cale debería ganar más dinero.

The next day, I went into my dad’s shop, where he was boring barrels for duck calls. “Hey, you want to hear my duck call?” I asked him. I was a little bit nervous because I’d never blown a call in front of him before. “Yeah, let me hear it,” he said. I blew on the duck call. “You sound like a gadwall,” he said. A gadwall hen sounds like a mallard hen, except her cadence is a little shorter and sounds scratchier. But they’re pretty close. I didn’t know if he was complimenting me or criticizing me! “Hey, look on the bright side,” he said. “If the sperm count had been lower, you might have come out as a shoveler.” Shovelers are pretty much trash ducks and aren’t very good to eat. But after Phil told me I sounded like a gadwall, I’ve always had a special place for them in my heart.

A mover started in on a girl’s bedroom, painted pink with a sign on the door announcing THE PRINCESS SLEEPS HERE. Another took on the disheveled office, packing Resumes for Dummies into a box with a chalkboard counting down the remaining days of school. The eldest child, a seventh-grade boy, tried to help by taking out the trash. His younger sister, the princess, held her two-year-old sister’s hand on the porch. Upstairs, the movers were trying not to step on the toddler’s toys, which when kicked would protest with beeping sounds and flashing lights. As the move went on, the woman slowed down. At first, she had borne down on the emergency with focus and energy, almost running through the house with one hand grabbing something and the other holding up the phone. Now she was wandering through the halls aimlessly, almost drunkenly. Her face had that look. The movers and the deputies knew it well. It was the look of someone realizing that her family would be homeless in a matter of hours. It was something like denial giving way to the surrealism of the scene: the speed and violence of it all; sheriffs leaning against your wall, hands resting on holsters; all these strangers, these sweating men, piling your things outside, drinking water from your sink poured into your cups, using your bathroom. It was the look of being undone by a wave of questions. What do I need for tonight, for this week? Who should I call? Where is the medication? Where will we go? It was the face of a mother who climbs out of the cellar to find the tornado has leveled the house.

The next day, I went into my dad’s shop, where he was boring barrels for duck calls. “Hey, you want to hear my duck call?” I asked him. I was a little bit nervous because I’d never blown a call in front of him before. “Yeah, let me hear it,” he said. I blew on the duck call. “You sound like a gadwall,” he said. A gadwall hen sounds like a mallard hen, except her cadence is a little shorter and sounds scratchier. But they’re pretty close. I didn’t know if he was complimenting me or criticizing me! “Hey, look on the bright side,” he said. “If the sperm count had been lower, you might have come out as a shoveler.” Shovelers are pretty much trash ducks and aren’t very good to eat. But after Phil told me I sounded like a gadwall, I’ve always had a special place for them in my heart. Several years later, I actually invented the first gadwall drake call. Gadwalls are unique in that the hen very rarely makes a sound. One day, we were working the ducks, and I had a mallard hen call in one hand and our six-in-one whistle in the other because we were working pintails. I blew the hen call and then the whistle. One time, I blew them at the same time and stopped. That sounds like a gadwall drake, I thought to myself. I started blowing them simultaneously so my dad could hear them. “Hey, you might be onto something,” he said. “Why don’t we try that? We’ll get the gadwall decoys and try it on ’em. If it gets them into the decoys, we’ll figure out a way to build them.” It was amazing how many gadwalls responded to my drake call. We ended up building the call, and no one has successfully duplicated it. It isn’t the prettiest of duck calls, but it’s effective.

There is no reason to be recorded in history. Live for peace and happiness.

When James Garner called Howard Stern “the epitome of trailer trash,” Stern responded, in his typically scatological fashion, “I can’t believe this guy wants a war with me. He should be busy worrying if he’s gonna have a solid bowel movement.” We know, of course, from Stern’s now two best-selling memoirs that neither his parents nor his own Long Island suburban family live in a trailer. His non-trash origin goes to show that you do not have to be white trash to use white trash sensibilities as a weapon of cultural war, although the fact that white trash’s rocket scientist, Roseanne, grew up so solidly trashy, reinforces the argument that early training counts.