Soy Como Soy Quotes

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Te amo sin saber como, ni cuando, ni de donde. te amo directamente sin problemas ni orgullo: asi te amo porque no se amar de otra manera, sino asi de este modo en que no soy ni eres...
Pablo Neruda
No soy tan bueno como parezco. Nadie lo es. Todo el mundo guarda algún secreto que lo atormenta.
Benito Taibo (Persona normal)
...el amor debe ser como el café. A veces fuerte, otras dulces, a veces solo, otras acompañado, pero nunca frío
Megan Maxwell (Adivina quién soy esta noche (Adivina quién soy, #2))
—Deberíamos recoger nuestras cosas —dijo Gideon finalmente—. Y deberías hacer algo urgente con tus cabellos; parece como si algún idiota se hubiera puesto a revolver en ellos con las dos manos y luego te hubiera tirado sobre un sofá… Sea quien sea el que nos espere sabrá que dos y dos son cuatro… Oh, por Dios, no me mires así. —¿Cómo? —Como si ya no pudieras moverte. —Es que no puedo —dije en serio—. Soy un pudin. Me has transformado en un pudin.
Kerstin Gier (Saphirblau (Edelstein-Trilogie, #2))
Ya no soy más que yo para siempre y tú Ya no serás para mí más que tú. Ya no estás en un día futuro no sabré dónde vives, con quién ni si te acuerdas. No me abrazarás nunca como esa noche, nunca. No volveré a tocarte. No te veré morir.
Idea Vilariño (Poesía completa)
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio o flecha de claveles que propagan el fuego: te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma. Te amo como la planta que no florece y lleva dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo el apretado aroma que ascendió de la tierra. Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, te amo directamente sin problemas ni orgullo: así te amo porque no sé amar de otra manera, sino así de este modo en que no soy ni eres, tan cerca que tu mano sobre mi pecha es mía, tan cerca que cierran tus ojos con mi sueño.
Pablo Neruda (100 Love Sonnets)
Soy como. Como. Soy como una granada, mamá. Soy una granada y en algún momento voy a estallar y me gustaría reducir al mínimo las víctimas, ¿de acuerdo?" Mi padre ladeó un poco la cabeza hacia un lado, como un perrito regañado. "Soy una granada," le dije de nuevo. "Sólo quiero mantenerme alejada de la gente y leer libros, pensar y estar con ustedes porque no hay nada que yo pueda hacer sobre dañarlos; están demasiado involucrados, así que por favor, déjenme hacer eso, ¿está bien? No estoy deprimida. No necesito salir más. Y no puedo ser una adolescente normal, porque soy un granada.
John Green (The Fault in Our Stars)
Tal vez soy más de otros lugares en los que no he estado nunca y que a pesar de ello, anidan en mi corazón y en mi cabeza y son tan parte de mí como yo mismo.
Benito Taibo (Persona normal)
Eres como yo. Dices las cosas que pienso pero nunca digo en voz alta. Lees los libros que leo. Amas la poesía que yo amo. Me haces reír con tus canciones ridículas y la forma en que lo ves todo. Siento como si pudieras mirar dentro de mí y ver todos los lugares en los que soy extraña o inusual y adaptas tu corazón alrededor de ellos porque eres extraño e inusual de la misma forma. Somos lo mismo.
Cassandra Clare (The Infernal Devices: Clockwork Princess (The Infernal Devices: Manga, #3))
No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de sorportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Oliverio Girondo (Espantapájaros)
—Al menos, tenías razón en algo. Tengo sentimientos que no quiero tener. Porque sigo queriendote. Y no te lo mereces. Nunca te has merecido que te quisiera, Jennifer. Nunca te lo merecerás. Pero soy lo suficientemente idiota como para seguir haciendolo toda la vida.
Joana Marcús (Después de diciembre (Meses a tu lado, #2))
Los ingleses tienen 3 cosas de las que mostrarse orgullosos: El té, el whisky y un escritor como yo. Pero resulta que el té es chino; el whisky, escocés; y yo soy irlandés.
Oscar Wilde
Yo no soy ninguna experta, pero creo que estar enamorado es algo más. Es sentir un cosquilleo en la tripa cuando la ves. Y no poder dejar de mirarla. Echarla de menos incluso teniéndola delante. Desear tocarla a todas horas, hablar de cualquier cosa, de todo y de nada. Sentir que pierdes la noción del tiempo cuando estás a su lado. Fijarte en los detalles. Querer saber cualquier cosa sobre ella, aunque sea una tontería. ¿Sabes Rhys? En realidad, creo que es como estar permanentemente colgado de la luna. Boca abajo. Con una sonrisa inmensa. Sin Miedo.
Alice Kellen (Nosotros en la Luna)
Sé que estamos jodidos, ¿De acuerdo? Soy impulsivo y tengo mal genio, y te metiste bajo mi piel como nadie más. Actúas como si me odiaras un minuto, y luego como si me necesitaras al siguiente. Nunca acierto en nada, y no te merezco... pero estoy malditamente enamorado de ti, Abby. Te amo más de lo que he querido a nadie ni nada, nunca. Cuando estás cerca, no necesito alcohol, ni dinero, ni lucha, o algo de una sola noche... todo lo que necesito es a ti. Tú eres en todo lo que pienso. Eres todo lo que soñé. Eres todo lo que quiero." - Travis
Jamie McGuire (Beautiful Disaster (Beautiful, #1))
Para mí eres como el treinta de febrero. ¡No existes!
Megan Maxwell (Sígueme la corriente (Adivina quién soy, #3))
Y si, estás lejos. No es que no te tenga porque nada es realmente mío. Yo soy de apreciar las cosas, de encontrarle sentido o dárselo si no lo tienen. Ahora que estás lejos, sólo me queda contemplarte. Verte ser feliz con quién quieras, con lo que quieras. Agradecer que alguna vez esa sonrisa fue para mí, que esas manos han tocado las mías y que esos labios una vez hicieron el amor conmigo. Así sea en palabras. Y si, estás lejos, ¿qué importa si lo estás? De esa manera, rodeas también mi vida, a una órbita mayor por supuesto, ¿pero qué importa? Pues de esa manera te conviertes en mi paisaje. Y es así como llego amar a tu ausencia.
J. Porcupine (La vuelta al mundo para abrazarte por la espalda)
Simplemente no soy de este mundo... Yo habito con frenesí la luna. No tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva... No puedo pensar en cosas concretas; no me interesan. Yo no sé hablar como todos. Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie... ¿Qué haré cuando me sumerja en mis fantásticos sueños y no pueda ascender? Porque alguna vez va a tener que suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, nos sabré siquiera que hay un "saber volver". No lo querré acaso.
Alejandra Pizarnik
Tienes que comprenderlo: Yo no soy nadie especial. Soy solo una chica normal. Mido uno sesenta y soy del montón en muchas cosas. Pero tengo un secreto. Aunque construyan murallas que lleguen hasta el cielo, yo encontraré la forma de volar sobre ellas. Aunque intenten atraparme con cientos de armas, yo encontraré un modo de resistir. Y hay muchos como yo ahí fuera, más de los que crees. Gente que se niega a dejar de creer. Gente que se niega a volver a tierra. Gente que ama en un mundo sin murallas, gente que ama frente al odio, frente al rechazo, sin miedo y contra toda esperanza.Te amo. Recuerda. Eso no pueden quitártelo.
Lauren Oliver (Delirium (Delirium, #1))
El amor debe ser como el café. A veces fuerte, otras dulces, a veces solo, otras acompañado, pero nunca frío
Megan Maxwell (Adivina quién soy esta noche (Adivina quién soy, #2))
Soy como un remolino en medio de un mar agitado, una vez que estás en mi camino no tengo elección, te agarraré de la pierna y te hundiré.
Lauren Hammond (Insanity (Asylum, #1))
«Soy un soñador. Hay en mí tan poca vida real, los momentos como este, como el de ahora, son para mí tan raros que me es imposible no repetirlos en mis sueños. Voy a soñar con usted toda la noche, toda la semana, todo el año.»
Fyodor Dostoevsky (Nietoschka Nezvanova / Noches Blancas)
No sé adonde voy, pero sé con quién voy. No sé dónde estoy, pero sé que estoy en mi. No sé qué es Dios, pero Dios sabe lo que soy. No sé lo que es el mundo, pero sé que es mio. No sé lo que valgo, pero sé no compararme. No sé lo que es el amor, pero sé que gozo tu existencia. No puedo evitar los golpes, pero sé como resistirlos. No puedo negar la violencia, pero puedo negar la crueldad. No puedo cambiar al mundo, pero puedo cambiarme a mi mismo. No sé lo que hago, pero sé que lo que hago me hace. No sé quién soy, pero sé que soy el que no sabe.
Alejandro Jodorowsky (La danza de la realidad)
Lo que me dijiste no cambió mi manera de pensar y te repito que me encantaría ser el compañero de toda tu vida, pero quiero que pienses muy bien si ese hombre soy yo o no. Si tu respuesta es afirmativa, celebraremos la boda dentro de unos días. Si no, yo seré el primero en felicitar a Pedro y pedirle que te dé el lugar que te mereces
Laura Esquivel (Como agua para chocolate)
Me quiere, pero también sé que a veces me odia y le duelen ciertas partes de quién soy tanto como le fascinan otras.
Catalina Aguilar Mastretta (Todos los días son nuestros)
Yo creo que las relaciones entre seres humanos son como el arte: primero tienen que emocionar y después pararse a entenderlas. Siempre y cuando sean emociones positivas. Ya sabes, que sumen. Nunca que resten
Elísabet Benavent (Alguien que no soy (Mi elección #1))
—No me gustas, Park —dijo ella, sonando por un segundo como si lo dijera realmente en serio—. Yo… —Su voz casi desapareció—, a veces creo que vivo por ti. Él cerró los ojos y arqueó la cabeza en su almohada. —No creo que siquiera pueda respirar si no estamos juntos —susurró—. Lo que quiere decir, que cuando te vea el lunes a la mañana, habrán pasado como sesenta horas desde que he respirado. Esa es probablemente la razón por la que estoy tan gruñona, y por qué te grito. Todo lo que hago cuando estamos separados es pensar en ti, y todo lo que hago cuando estamos juntos es entrar en pánico. Porque cada segundo se siente tan importante. Y porque estoy tan fuera de control, no puedo evitarlo. Ni siquiera me pertenezco, soy tuya, ¿y qué si decides que no me quieres? ¿Cómo podrías quererme como te quiero?
Rainbow Rowell (Eleanor & Park)
Nadie es alguien, un solo hombre inmortal es todos los hombres. Como Cornelio Agrippa, soy dios, soy héroe, soy filósofo, soy demonio y soy mundo, lo cual es una fatigosa manera de decir que no soy.
Jorge Luis Borges (Fiktsioonid / Aleph)
La lectura es la mejor manera de escapar de las preocupaciones del día a día, de poder vivir cientos, incluso miles de vidas distintas. Lo que no es ficción no tiene ese poder, no te cambia del mismo modo que la ficción. —¿La ficción te cambia? —Sí, te cambia. Si no te afecta, aunque sólo sea un poco, es que no estás leyendo el libro adecuado.—...—. Me gusta pensar que todas las novelas que he leído hasta ahora ya forman parte de mí, que me han hecho como soy, en cierto sentido.
Anna Todd (After We Collided (After, #2))
No soy una persona que deja que las cosas intrascendentes, como los chicos y las experiencias cercanas a la muerte la detengan.
Veronica Roth (Divergent (Divergent, #1))
—Jane, quédese todavía. No se revuelva como un pájaro huraño que pierde sus plumas contra los alambres de la jaula. —Yo no soy pájaro, ni se me enjaula; soy un ser humano, con una voluntad libre, que ahora ejerzo para separarme de usted.
Charlotte Brontë (Jane Eyre)
Descubrí que mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza. Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuan poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodíaco.
Gabriel García Márquez (Memories of My Melancholy Whores)
Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi inteligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cual poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodiaco.
Gabriel García Márquez
Pues...-se hizo la indiferente-,porque aún no he encontrado a mi chico, porque soy muy especial, porque soy muy difícil, porque no quiero tener novio por tenerlo, como si estar sola fuese malo, y por un montón de razones más, todas por el estilo. También es cierto que espero algo muy diferente, una persona que me entienda y me siga, que me acepte.
Jordi Sierra i Fabra (Rabia)
—Créame que no soy ateo, coronel. Lo que sucede es que me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como pensar que no existe. Entonces prefiero no pensar en eso.
Gabriel García Márquez (La hojarasca)
La beso, a ella la beso, y no soy hipócrita. La beso como podría morderla, y a veces la muerdo, o comérmela y masticarla y digerirla. Porque hay una desesperada necesidad, casi diría una obligación, de marcar al otro, a la otra, aunque sea con los dientes, y aunque alguno de estos sea postizo. Dejar una marca propia es cosa de vida o muerte, o de muerte solamente, porque la intención subterránea es pasar la muerte, es seguir existiendo después del fin. Y a esos efectos tanto sirve la existencia de un hijo como la de una cicatriz. Después de todo, también el hijo es una cicatriz. Buena definición para proponer a la Academia. Hijo: cicatriz de amor.
Mario Benedetti (Gracias por el fuego)
No soy hombre de muchas palabras, Emma. Si te amara menos, sería capaz de hablar más de ello. Pero sabes como soy. De mí no escucharás más que verdades. Te he hecho reproches y te he reprendido y lo has soportado como ninguna otra mujer en toda Inglaterra lo hubiera hecho. Soporta todas las verdades que ahora te voy a decir, mi queridísima Emma, tan bien como soportaste aquellas
Jane Austen
¿Por qué será tan difícil la vida? ¿Por qué no podemos ser como somos y que nos acepten como tales? ¿Por qué no puedo ser yo, sencillamente, tal como soy ahora, sin necesidad de concentrarme, de mortificarme sobre mi pasado y sobre mi futuro?
Beatrice Sparks (Go Ask Alice)
Es mucho más fácil no saber las cosas algunas veces. Las cosas cambian. Los amigos se van. Y la vida no se detiene por nadie. Quería reírme. O quizás enojarme. O quizás sentir indiferencia por lo extraño que todos eran, especialmente yo. Creo que la idea es que cada persona tiene que vivir su propia vida y después decidir compartirla con otras personas. No puedes sentarte ahí y poner la vida de todos por encima de la tuya y creer que eso cuenta como amor. No puedes. Tienes que hacer cosas. Voy a hacer lo que quiera hacer. Voy a ser quien realmente soy. Y voy a saber quién es ese. Y todos podríamos sentarnos y preguntarnos y sentirnos mal unos por otros y culpar a muchas personas por lo que hicieron o por lo que no hicieron o por lo que no sabían. No lo sé. Supongo que siempre hay alguien a quien culpar. Es diferente. Quizás es bueno poner las cosas en perspectiva, pero algunas veces, creo que la única perspectiva es realmente estar ahí. Porque está bien sentir. Yo estaba realmente allí. Y eso era suficiente para hacerme sentir infinito. Me siento infinito.
Stephen Chbosky (The Perks of Being a Wallflower)
Si gano, soy un genio. Si pierdo, estoy loco. Así es como se escribe la historia.
Eoin Colfer (Artemis Fowl (Artemis Fowl, #1))
¡Me amustio como una margarita pasada!
Megan Maxwell (Adivina quién soy esta noche (Adivina quién soy, #2))
— Jem es la mejor parte de mí. No espero que lo entiendas. Le debo esto. –Entonces, ¿qué soy yo? –preguntó Cecily. Will exhaló, demasiado irritado consigo mismo para comprobarlo. –Eres mi debilidad. –Y Tessa es tu corazón – dijo ella, no con enojo sino pensativamente. –No soy una tonta, como te dije – agregó por su expresión de sorpresa. –Sé que la amas.
Cassandra Clare (Clockwork Princess (The Infernal Devices, #3))
– Andate mi amor. Dejame. Yo no puedo irme pero vos sí, podés escapar de mí, de ellos. No hay nada, Rosario, son campos de muerte y locura, no hay nada y yo soy la puerta de esa nada y no voy a poder cerrarla. No hay nada que hacer, nada que entender. – Nunca voy a dejarte. Pedime otra cosa. – Si no vas a irte, no me dejes solo. Ni aunque te mueras. Perseguime como un fantasma, haunt me. – Por supuesto –le contesté–. Haría cualquier cosa por vos.
Mariana Enríquez (Nuestra parte de noche)
— No puedes tener suficiente de mí, ¿verdad? —Preguntó Wesley, se extendió sobre la espalda de nuevo con una sonrisa—. Eso suena muy bien para mí, pero si soy tan fantástico, deberías correr la voz con tus amigas. Dices que las adoras, por lo que deberías permitirles experimentar el mismo placer alucinante... tal vez al mismo tiempo. Es lo correcto. Le fruncí el ceño—. Cuando pienso que tal vez tienes alma, dices mierdas como esa.
Kody Keplinger (The DUFF: Designated Ugly Fat Friend (Hamilton High, #1))
-En mis ojos, fuiste mía desde el momento en el que te vi en el Starbucks con tu amiga. En mi mente, eres mía desde que trabajas en las cocinas y te vi sonreír. En mi cabeza, eres mía desde que probé la nata que tenías en la boca aquel día que te caíste. En mi corazón, eres mía desde que, como una leona, me hiciste el amor en el almacén. Y en mi vida, eres mía desde que hoy te he tenido para mí y me he dado cuenta de que eres mi mujer.
Megan Maxwell
¿Cómo llegué aquí? ¿Dónde habían ido los últimos diez años de mi vida? Me sentía como un pedazo de papel, tomado por el viento y soplado en todas direcciones. Soy una vencedora de cierta manera… una sobreviviente. Porque peleé contra el monstruo que había en mí, y gané. Pero, ¿qué había perdido en el proceso?
Tarryn Fisher (The Opportunist (Love Me with Lies, #1))
Como soy una idiota, me quedo junto al teléfono toda la noche esperando que 'pronto' signifique 'pronto'. Pero no es así.
Stephanie Perkins
La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar
Carl Rogers
Si no les gusta como soy, cambien ustedes.
Bernardo Stamateas
—Prométeme que siempre recordarás este momento —le susurró Gemma. —¿Qué? —preguntó Álex, confundido. —Que siempre te acordarás de mí, tal como soy ahora. De la Gemma real. —¿Cómo podría olvidarte?
Amanda Hocking (Wake (Watersong, #1))
Piensa en cuánto me quieres - había susurrado-. No te voy a pedir que me quieras siempre como ahora, pero sí te pido que lo recuerdes. Pase lo que pase, siempre quedará en mí algo de lo que soy esta noche
F. Scott Fitzgerald
—Espera. Juro que no te acose. Te lo dije, soy observador. Piensa en mi como Sherlock Holmes, solo que sin las malas habilidades sociales y el uso de cocaína. — ¿Holmes consumía cocaína? — ¿Si no como hacía para quedarse despierto toda la noche resolviendo crímenes?
Chelsea M. Cameron (My Favorite Mistake (My Favorite Mistake, #1))
Conozco un planeta en el que hay un señor coloradote. Nunca ha olido una flor. Nunca ha mirado una estrella. Nunca ha querido a nadie. Nunca ha hecho más que sumas. Y todo el día anda repitiendo como tú: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”. Y con eso se hincha de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!…
Antoine de Saint-Exupéry
Incluso con mis amigas no soy realmente yo misma. En parte soy otra; tratando de encajar, de decir cosas apropiadas, de hacer las cosas requeridas, de estar en el lugar más indicado, de vestir como visten todos. A veces pienso que cada uno trata de ser la sombra de otro; compramos los mismos discos y hacemos como los demás, aunque no nos guste. Los muchachos son como robots, piezas en línea para el montaje, y yo no quiero ser un robot.
Beatrice Sparks (Go Ask Alice)
Deoch, mi corazón es más duro que el cristal. Cuando ella lo golpee, comprobará que es fuerte como el latón al hierro, o como una mezcla de oro y adamante. No creas que no soy consciente, que soy como un ciervo asustado que se queda paralizado al oír las cornetas de los cazadores. Es ella quien debería andarse con cuidado, porque cuando lo golpee, mi corazón producirá un sonido tan hermoso y tan claro que la hará venir hacia mí volando.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Nada que temer, nada que cambiar Por ti me olvide de quien yo era en realidad Contigo me quede, como un diamante sin brillar No quiero ser así, espejo de tu vanidad Prefiero ser de mí Sin nada que temer, nada que cambiar Na na na Yo me siento así Bella y auténtica Na na na No seré por ti Una fuerte mental, no no [Chorus] Dices, que soy imperfecta, Que tu eres mi dueño, Quien no te madura todo el tiempo. Dices que hablo cosas tontas, Que no te merezco, Quien te crees que eres, dime quien. Te pido por favor, Que no me quieras controlar, Entregame tu amor, Sin condiciones nada mas. Permíteme vivir, soñando ésta realidad No ves que soy asi, distinta sin igual Na na na Yo me siento así Bella y auténtica Na na na No seré por ti Una fuerte mental, no no [Chorus] Dices, que soy imperfecta, Que tu eres mi dueño, Quien no te madura todo el tiempo. Dices que hablo cosas tontas, Que no te merezco, Quien te crees que eres, dime quien. [Bridge] Dices que soy una niña, Que me tienen consentida. Dices que soy diferente, Ciertamente, ciertamente. Soy lo que me gusta ser, No me intentes detener. Mírame bien, no estoy hecha de papel. Dices! [Chorus] Dices, que soy imperfecta, Que tu eres mi dueño, Quien no te madura todo el tiempo. Dices que hablo cosas tontas, Que no te merezco, Quien te crees que eres, dime quien. Eue soy imperfecta, Que tu eres mi dueño, Quien no te madura todo el tiempo. Dices que hablo cosas tontas, Que no te merezco, Quien te crees que eres, dime quien.
Selena Gómez
Oh, no lo se princesa. Tal vez fue porque soy lo suficientemente estúpido como para cuidar de ti. Tal vez lo soy pues pensé que había una oportunidad. Tonto de mi, pensar que un pequeño beso significaba algo para ti. -Puck
Julie Kagawa (The Iron Queen (The Iron Fey, #3))
—Primero de todo, estás loco. Soy mucho más caliente que tú. Y segundo, estoy siendo serio, hombre. Somos como, Batman y Robin. Scooby y Shaggy. En realidad, ninguno de esos dúos tiene nada que hacer con nosotros. Somos Sebastian y Jaden. ¿A quién voy a conseguir para que me ayude a ver a las chicas? Quiero decir, ¿quién más podría lograr ese baile de “I’m Sexy and I Know it”, sino nosotros?
Nyrae Dawn (What a Boy Needs (What a Boy Wants, #2))
Aun cuando mi destino externo se haya desenvuelto como sucede para todos, inevitablemente y según lo decretado por los dioses, mi vida íntima es obra propiamente mía, con sus gozos y amarguras, y soy yo, en lo personal, el responsable de la misma.
Hermann Hesse (Gertrude)
—Y hay más. Tan pronto no van a cortar tu planta de naranja-lima. Cuando la corten estarás lejos y no sentirás nada. Sollozando me abracé a sus rodillas. —Ya no me interesa, papá. No me interesa… Y mirando su rostro, que también se encontraba lleno de lágrimas, murmuré como un muerto: —Ya la cortaron, papá, hace más de una semana que cortaron mi planta de naranja-lima. Los años pasaron, mi querido Manuel Valadares. Hoy tengo cuarenta y ocho años y, a veces, en mi nostalgia, siento la impresión de que continúo siendo una criatura. Que en cualquier momento vas a aparecer trayéndome fotos de artistas de cine o más bolitas. Tú fuiste quien me enseñó la ternura de la vida, mi Portuga querido. Hoy soy yo el que tiene que distribuir las bolitas y las figuritas, porque la vida sin ternura no vale gran cosa. A veces soy feliz en mi ternura, a veces me engaño, lo que es más común. En aquel tiempo… En el tiempo de nuestro tiempo no sabía que muchos años antes un Príncipe Idiota, arrodillado frente a un altar, preguntaba a los iconos, con los ojos llenos de lágrimas: “¿POR QUÉ LES CUENTAN LAS COSAS A LAS CRIATURITAS?” Y la verdad es, mi querido Portuga, que a mí me contaron las cosas demasiado pronto. ¡Adiós!
José Mauro de Vasconcelos (Mi planta de naranja-lima)
Y ahora me quedo aquí, con todas las cosas que nunca te llegué a contar. Pensando en todos los lugares que no te toqué. En cómo pude haber llegado por tu espalda, taparte los ojos, preguntarte quién soy y besarte el cuello para delatarme. Ahora estoy aquí, en el lugar donde se durmió todo, por no decir otra cosa. Justo aquí suena cuando me acuesto a dormir el eco de nuestras conversaciones. Ahora sólo hay viento y una verdad que duele reconocer. Y es verdad, yo una vez me sentí así, mucho antes de que llegaras tú, pero justo cuando llegaste tú yo me dije: ¡Nunca voy a volver a sentirme así! Pero ahora estoy aquí, en el mismo lugar, como no quería estar y sintiéndome como no me quería sentir más nunca. Rodeado de gente conocida y que me conoce y va diciendo mi nombre, pero soy indiferente porque me importa más que me rodees tú. Porque quiero escuchar de ti mi nombre, el tono de tu voz hace que suene perfecto. Es como si mi nombre lo llevara por ti. Y quizá si.
J. Porcupine
No soy más que un papel —dijo—. Fino y frágil. Si me sujetan a contraluz, el sol brilla a través de mí. Si escriben en mí, ya no pueden volver a utilizarme. Estos arañazos componen una historia. Un relato. Cuentan cosas que otros pueden leer, pero ellos solo ven las palabras, y no el soporte en el que están escritas. No soy más que un papel y, aunque hay muchos otros como yo, ninguno es idéntico a mí. Soy pergamino reseco. Tengo pliegues, tengo agujeros. Si me mojan, me deshago. Si me prenden fuego, ardo. Si me cogen unas manos curtidas, me arrugo. Me desgarro. No soy más que un papel. Fino y frágil.
T.J. Klune (The House in the Cerulean Sea (Cerulean Chronicles, #1))
Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero que si tú estás por ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú
Frida Kahlo
Vlasta me reprocha que soy un soñador. Parece que no veo las cosas tal como son. No, veo las cosas tal como son, pero además de las cosas visibles veo también las invisibles. Las ideas inventadas no son algo inútil. Son precisamente ellas las que hacen de nuestras casas hogares
Milan Kundera (The Joke)
—¿Por qué estás intentando con tanta fuerza el hacerme pensar que eres una mala persona? —pregunté. —Porque sería mejor para ti tener un sano temor hacia mí de modo que no puedas decir que no fuiste advertida. No soy como los chicos de tu escuela. Piensa en la atracción que sientes hacia las drogas. Así me siento respecto al sexo. Oh. —¿Comienzas a comprenderlo ya? Déjame ser aún más claro. —Su voz bajó mientras me guiaba a través de su trabajo—. Puedo entender a alguien en solo cinco minutos de conversación para saber qué tendría que decir o hacer para atraerlas a la cama. Eso te incluye, aunque admito que estaba fuera de juego anoche. Con alguna personas basta con simple adulación y atención. Con otras toma más tiempo y energía. Hago lo que se necesite para quitarles la ropa, y luego intento hacerlo de modo que nunca estén con otra persona sin pensar en mí. Sé secretos del cuerpo humano que la mayoría de las personas ni siquiera sabe de ellos mismos. Y cuando me voy, sé que están arruinadas cuando comienzan a suplicarme que me quede.
Wendy Higgins (Sweet Evil (Sweet, #1))
—Hay tres preguntas que toda mujer debe ser capaz de responder afirmativamente antes de comprometerse con un hombre. Si tu respuesta es no a alguna de las tres preguntas, corre como el infierno. —Es sólo una cita —me río—. Dudo que vayamos a hacer algún compromiso. —Sé que no lo harás, Lake. Hablo en serio. Si no puedes responder sí a estas tres preguntas, ni siquiera pierdas el tiempo en una relación. Cuando abro mi boca, siento como que estoy reforzando el hecho de que soy su niña. No la interrumpo de nuevo. —¿Él te trata con respeto en todo momento? Esa es la primera pregunta. La segunda pregunta es, si es exactamente la misma persona dentro de veinte años que es hoy, ¿todavía querrías casarte con él? Y por último, ¿hace que quieras ser una mejor persona? Si encuentras a alguien que te haga responder afirmativamente a las tres, entonces has encontrado un buen hombre.
Colleen Hoover (Slammed (Slammed, #1))
La camilla siguió avanzando a través de un pasillo lleno de gente en silencio. La gente me miraba con esos ojos que decían, pobre chico, tan joven, tan sano, tan blanco y yo desde la camilla les dije tranquila gente, no soy tan sano, ni tan limpio, ni tan creyente, no me lavo los dientes todas las mañanas como ustedes, no leo tantos libros, no hago deporte, ni rindo tanto en el trabajo como ustedes, tranquila gente.
Rafael Chaparro Madiedo (Opio en las nubes)
Uno de los motivos porque quiero tanto a este perro es por sus ojos. Desde que estoy enfermo la gente me mira de distintas maneras. En los ojos de algunos veo temor, en los de otros intolerancia. En los de la abuela veo lástima. En los de papá enojo y vergüenza. En los de mamá miedo y reproche. En tus ojos curiosidad y misterio, a menos que creas que mi enfermedad no tiene nada que ver con que estemos juntos en este momento. Los únicos ojos que me miran igual, en los únicos ojos que me veo como soy, no importa si estoy sano o enfermo, es en los ojos de mi perro. En los ojos de Sacha.
Antonio Santa Ana (Los ojos del perro siberiano)
—No creo que siquiera pueda respirar si no estamos juntos —susurró—. Lo que quiere decir, que cuando te vea el lunes a la mañana, habrán pasado como sesenta horas desde que he respirado. Esa es probablemente la razón por la que estoy tan gruñona, y por qué te grito. Todo lo que hago cuando estamos separados es pensar en ti, y todo lo que hago cuando estamos juntos es entrar en pánico. Porque cada segundo se siente tan importante. Y porque estoy tan fuera de control, no puedo evitarlo. Ni siquiera me pertenezco, soy tuya, ¿y qué si decides que no me quieres? ¿Cómo podrías quererme como te quiero?
Rainbow Rowell (Eleanor & Park)
Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Sólo mi memoria sabe lo que encierra. La veo y me recuerdo, y como el agua va al agua, así yo, melancólico, vengo a encontrarme en su imagen cubierta por el polvo, rodeada por las hierbas, encerrada en sí misma y condenada a la memoria y a su variado espejo. La veo, me veo y me transfiguro en multitud de colores y de tiempos. Estoy y estuve en muchos ojos. Yo sólo soy memoria y la memoria que de mí se tenga. ('Los recuerdos del porvenir', 1963)
Elena Garro (Los recuerdos del porvenir)
DEBES SALIR DE TU ZONA DE CONFORT”, nos adoctrina la Modernidad. A esta altura, ya saben que soy como un salmón que me encanta ir en contra de la corriente y de los eslogans imperativos de turno. ¿Por qué ese ensañamiento tan feroz con la comodidad? Como si fuera algo menor y hasta malo sentirse seguro y a gusto… ¿Acaso lo escribió algún enemigo envidioso? Es más, lograr ese confort quizá sea una de las cosas más difíciles de la vida. Y por supuesto, no hablo precisamente de lujos materiales. Pero si uno se siente bien en donde está ¿para qué salir de ese lugar tan privilegiado y arriesgar el tesoro? Si uno está mal, y no se siente confortable, es más lógico que uno intente cambiar esa situación y se lance a ciegas a cualquier otra cosa. Pero lo opuesto, suena más a un masoquismo histérico e inconformista que a un buen consejo. Por supuesto que entiendo la arenga que hay detrás de este eslogan tan popular en los coaching de época y no digo que no haya que arriesgarse, ni incluso aventurarse. Creo que no hay nada más estimulante que los desafíos difíciles e inciertos. Algunos, hasta arman su zona de confort personal con pinceladas de pura adrenalina. Lo incierto, para ellos, es puro confort. En fin, ustedes también ya se habrán dado cuenta: la vida es una eterna contradicción y lo que sirve para algunos, es nefasto para otros… Les dejo una frase que escribí para mi #libro Observados que nos habla también de estas contradicciones tan humanas. “La insatisfacción es una fuente inagotable, tanto de infelicidad como de progreso. Ironías de la Humanidad.
Gonzalo Guma (OBSERVADOS: Más allá de Equinoccio)
Quizá tampoco pueda decirse que soy un tipo corriente, pero raro no soy. Soy una persona extremadamente cabal, a mi manera. Muy directa. Directa como una flecha. Soy yo mismo de un modo sumamente natural e inevitable. Dado que es un hecho evidente, no me importa demasiado lo que los demás piensen de mí. La manera en que los demás me ven no me atañe. Más bien, eso es algo que sólo les atañe a ellos
Haruki Murakami (Dance Dance Dance)
¿Estás segura? —Absolutamalditamente. Confirmado. Estaba como un cencerro. Se volvió en redondo, enfadado, con ese gruñido gutural que solía provocarme un placentero estremecimiento a lo largo de la columna vertebral. —Eres la persona más tozuda… —¡¿Yo?! —exclamé, incrédula—. Que ¿yo soy tozuda? Ya lo creo. Lo mejor era encerrarme y tirar la llave. De pronto, se plantó delante de mí. —Como una mula. —¿Porque no quiero que te suicides? ¿Por eso soy tozuda? Bajó la cabeza hasta detenerla a escasos centímetros de la mía, aunque no le veía el rostro. —Absolutamalditamente. ¡Plagiador! Apreté los dientes.
Darynda Jones (Second Grave on the Left (Charley Davidson, #2))
Sin embargo, como chica por la que los hombres se interesan poco estoy rabiosa, mientras todos me explican que ni siquiera debería estar ahí. Pero siempre hemos existido. Aunque nunca se habla de nosotras en las novelas de hombres, que sólo imaginan mujeres con las que querrían acostarse. Siempre hemos existido, pero nunca hemos hablado. Incluso hoy que las mujeres publican muchas novelas, raramente encontramos personajes femeninos cuyo aspecto físico sea desagradable o mediocre, incapaces de amar a los hombres o de ser amadas. Por el contrario, a las heroínas de la literatura contemporánea les gustan los hombres, los encuentran fácilmente, se acuestan con ellos en dos capítulos, se corren en cuatro líneas y a todas les gusta el sexo. La figura de la pringada de la feminidad me resulta más que simpática: es esencial. Del mismo modo que la figura del perdedor social, económico o político. Prefiero los que no consiguen lo que quieren, por la buena y simple razón de que yo misma tampoco lo logro. Y porque, en general, el humor y la invención están de nuestro lado. Cuando no se tiene lo que hay que tener para chulearse, se es a menudo más creativo. Yo, como chica, soy más bien King Kong que Kate Moss.
Virginie Despentes
...yo no soy partidario de la guerra civil como sistema, pero en el momento presente Venezuela no tiene otra salida sino echar plomo. El civilismo de los estudiantes termino en la cárcel. Los hombres dignos que han osado escribir, protestar, pensar, también están en la cárcel, o en el destierro, o en el cementerio. Se tortura, se roba, se mata, se exprime hasta la última gota de sangre del país. Esto es peor que la guerra civil. Y es también una guerra civil en la cual uno solo pega, mientras el otro, que somos casi todos los venezolanos, recibe los golpes.
Miguel Otero Silva (Casas muertas (Casas muertas #1))
No sois en absoluto parecidas a mi rosa, no sois nada aún —les dijo—. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo… Y las rosas se sintieron bien molestas. —Sois bellas, pero estáis vacías —les dijo todavía—. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa. Y volvió hacia el zorro: —Adiós —dijo. —Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. —Lo esencial es invisible a los ojos —repitió el principito, al fin de acordarse. —El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. —El tiempo que perdí por mi rosa… —dijo el principito, a fin de acordarse. —Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa… —Soy responsable de mi rosa… —repitió el principito, a fin de acordarse.
Antoine de Saint-Exupéry
El tiempo se va. A veces pienso que tendría que ir apurado, que sacarle el máximo partido a estos años que quedan. Hoy en día, cualquiera puede decirme, después de escudriñar mis arrugas: Pero si usted todavía es un hombre joven. Todavía. ¿Cuántos años me quedan de todavía? Lo pienso y me entra el apuro, tengo la angustiante sensación de que la vida se me está escapando, como si mis venas se hubieran abierto y yo no pudiera detener mi sangre. Porque la vida es muchas cosas (trabajo, dinero, suerte, amistad, salud, complicaciones), pero nadie va a negarme que cuando pensamos en esa palabra Vida, cuando decimos, por ejemplo, que nos aferramos a la vida, la estamos asimilando a otra palabra más concreta, más atractiva, más seguramente importante: la estamos asimilando al Placer. Pienso en el placer (cualquier forma de placer) y estoy seguro de que eso es vida. De ahí el apuro, el trágico apuro de estos cincuenta años que me pisan los talones. Aún me quedan, así lo espero, unos cuantos años de amistad, de pasable salud, de rutinarios afanes, de expectativa ante la suerte, pero ¿cuántos me quedan de placer? Tenía veinte años y era joven; tenía treinta y era joven; tenía cuarenta y era joven. Ahora tengo cincuenta años y soy todavía joven. Todavía quiere decir: se termina.
Mario Benedetti (La tregua)
Yo soy mi adivinanza. Señor, no pretende usted bondadosamente aliviar ni secuestrar mi soledad. Es una cosa que a las mujeres se nos enseña a temer: oh la torre terrible, oh las zarzas que las circundan; no un nido sociable, sino un calabazo. Pero nos han mentido, sabe usted, en esto como en otras tantas cosas. El calabozo podrá ser severo y amenazador, pero dentro de él estamos muy seguras, dentro de sus confines somos libres de una manera que ustedes, que tienen libertad para correr el mundo, no necesitan imaginar. Ni yo recomiendo imaginarla; pero hágame la justicia de creer que mi soledad es mi tesoro, lo mejor que poseo. No me decido a salir. Si abriera usted la puertecilla, no escaparía; pero ay, cómo canto en mi jaula de oro...
A.S. Byatt (Possession)
¿Qué significaba esto? ¡Qué forma tan extraña de proceder conmigo, como si yo fuese el más insignificante de los seres! «Tal vez todos los de la Casa Antigua no sean más que de mi imaginación mientras escribo – estuve pensando -, pues yo soy el que les ha dado la vida al permitirles anidar en esta faceta donde antes solamente había unos desiertos blancos y rectangulares de papel. Si no estuviera yo, todos aquellos que andan a través de los cauces estrechos de mis líneas, jamás serían conocidos por nadie». Desde luego, nada de todo esto le dije a la vieja, pues sé por experiencia que para un ser humano es la mayor de las afrentas el poner en duda su propia realidad, el dudar de su realidad tridimensional.
Yevgeny Zamyatin (We)
Soy todo el hombre El hombre herido por quién sabe quién Por una flecha perdida del caos Humano terreno desmesurado Sí desmesurado y lo proclamo sin miedo Desmesurado porque no soy burgués ni raza fatigada Soy bárbaro tal vez Desmesurado enfermo Bárbaro limpio de rutinas y caminos marcados No acepto vuestras sillas de seguridades cómodas Soy el ángel salvaje que cayó una mañana En vuestras plantaciones de preceptor Poeta Antipoeta Culto Anticulto Animal metafísico cargado de congojas Animal espontáneo directo sangrando sus problemas Solitario como una paradoja Paradoja fatal Flor de contradicciones bailando un fox-trot Sobre el sepulcro de Dios Sobre el bien y el mal Soy un pecho que grita y un cerebro que sangra Soy un temblor de tierra Los sismógrafos señalan mi paso por el mundo.
Vicente Huidobro (Altazor)
[...] Pero luego el silencio cubrió las cabezas, como una manta pesada. Todos volvieron hacia Neville unos rostros pálidos. Neville los observó serenamente. Y de pronto comprendió. Yo soy el anormal ahora. La normalidad es un concepto mayoritario. Norma de muchos, no de un sólo hombre. Y comprendió, también, la expresión de aquellos rostros: angustia, miedo, horror. Tenían miedo, sí. Era para ellos un monstruo terrible y desconocido, una malignidad más espantosa aún que la plaga. Un espectro invisible que había dejado como prueba de su existencia los cadáveres desangrados de sus seres queridos. Y Neville los comprendió, y dejó de odiarlos.
Richard Matheson (I Am Legend and Other Stories)
-No voy a dejar que hagas esto –dije. -No me vas a detener.-Su voz era baja, ahora. Indescriptiblemente sexy. Mis ojos revolotearon cerrándose. –Como el infierno que no lo haré –le susurre-.Podría matarte. - Entonces moriría feliz. - No es gracioso. - No estoy bromeando. Abrí los ojos y me centre en los suyos. –Sería más feliz sin ti –le mentí tan convincentemente como pude. -Es una lastima. –La boca de Noah se curvó en la media sonrisa que yo amaba y odiaba tanto, a pocos centímetros de mi ombligo. Mi cabeza estaba nublada. –Se supone que debes decir. “Todo lo que quiero es tu felicidad. Voy a hacer lo que sea, incluso si eso significa estar sin ti.” - Lo siento –dijo Noah-. No soy tan buena persona. –Sus manos subieron por el costado de los vaqueros, a mi cintura. Las yemas de sus dedos razonaron la piel justo debajo de la tela de mi camisa. Traté de calmar mi pulso y fallé. - Me quieres –dijo Noah simplemente, en definitiva-. No me mientas. Lo puedo escuchar. - Irrelevante –suspiré.
Michelle Hodkin (The Unbecoming of Mara Dyer (Mara Dyer, #1))
—En París, es común reconocer a alguien atractivo. El francés no desvía la mirada como otras culturas lo hacen. ¿No te habías dado cuenta? St. Clair piensa que soy atractiva. Me llamó hermosa. —Créeme, no quieres dormir en mi cama. Me estoy tele transportando a Atlanta. Te estoy recogiendo, e iremos a algún lugar donde nuestras familias no nos encuentren. Nos llevaremos a Seany. Y le dejaremos correr todo lo que quiera hasta que se canse, y luego tú y yo tomaremos una larga caminata. Como Acción de Gracias. ¿Recuerdas? Y hablaremos sobre todo EXCEPTO sobre nuestros padres… O tal vez ni siquiera hablaremos. Simplemente caminaremos. Y seguiremos caminando hasta que el resto del mundo deje de existir. —Anna. —Etienne habla lentamente—. No me hiciste hacer algo que no quería hacer. Mi cara se calienta mientras el conocimiento estalla dentro de mí como dinamita. Le gusto. En verdad le gusto a Etienne. —Si me pides que te bese, lo haré. —Dice. Sus dedos aprietan mis muñecas, y me enciendo en llamas. —Bésame. —Digo. Lo hace. —La engañaba todos los días. En mi mente, pensaba en ti en formas que no podía, una y otra vez. Ella no era nada comparada contigo. Nunca antes me he sentido de esta forma por nadie. —Eres la chica más increíble que he conocido. Eres hermosa e inteligente, y me haces reír como nadie más puede. Y puedo hablar contigo. Y sé que después de todo esto no te merezco, pero lo que estoy tratando de decir es que te amo, Anna. Mucho. —¿Por favor dirías que me amas? Me estoy muriendo aquí.
Stephanie Perkins (Anna and the French Kiss (Anna and the French Kiss, #1))
-Escúchame, Chuck -contestó, haciendo una pausa para calmarse y que no se le quebrara la voz-.No me cabe la menor duda de que tienes padres. Lo sé. Suena horrible, pero estoy seguro de que tu mamá está sentada ahora en tu cuarto, sosteniendo tu almohada, observando por la ventana ese mundo que te arrebató de ella. Y te apuesto a que está llorando. Con fuerza. Los ojos hinchados, los mocos en la nariz: un llanto como debe ser. No dijo nada, pero Thomas escuchó unos ligerísimos gemidos. -No debes rendirte, Chuck. Vamos a solucionar todo y a salir de aquí. Ya soy un Corredor, y prometo por mi vida que te voy a llevar de vuelta a tu habitación. Y tu mamá dejará de llorar. Lo decía en serio. Esa promesa le quemaba el corazón. -Espero que tengas razón -dijo Chuck con voz temblorosa. Hizo el gesto del pulgar hacia arriba en la ventana y se alejó. Thomas se levantó y caminó por el pequeño recinto, ardiendo en deseos de poder cumplir su palabra. -Créeme, Chuck -susurró al aire-.Te juro que te llevaré de vuelta a tu casa.
James Dashner (The Maze Runner (The Maze Runner, #1))
Ayer unas personas me preguntaron cuál era, para mí, el gran problema de la literatura chilena. Ya es bastante absurdo que en una conversación de pasillo pueda darse una pregunta como esa. Las conversaciones de pasillo, por lo demás, siempre fracasan, o al menos así se me presentan la mayoría de las veces: como simples promesas de dispersión. Pero respondí, con seguridad, que el problema de la literatura chilena era la costumbre de escribir cigarrillo en lugar de cigarro. En Chile nadie dice cigarrillo, decimos cigarro, argumenté, como golpeando una mesa imaginaria, pero los escritores chilenos escriben cigarrillo, y al final agregué esta frase absolutamente demagógica: Yo soy de los que escriben cigarro.
Alejandro Zambra (My Documents)
Las palabras son mi ausencia particular. Como la famosa «muerte propia» (famosa para los demás), en mí hay una ausencia autónoma hecha de lenguaje. No comprendo el lenguaje y es lo único que tengo. Lo tengo sí, pero no lo soy. Es como poseer una enfermedad o ser poseída por ella sin que se produzca ningún encuentro porque la enferma lucha por su lado —sola— con la enfermedad que hace lo mismo. Yo escribo a falta de una mano en mi mano, a falta de dos ojos frente a los míos, a falta de un cuerpo exterior a mí sobre el cual apoyarme —un minuto siquiera— y llorar. (Lágrimas visibles, que se puedan secar, que la mano deseada pueda enjugar.) Este silencio de las palabras que me invaden, de las que digo y escribo, es el horror, el vértigo, el dolor en su estado más puro. ¿En dónde hallar una presencia humana que me calme? Nunca nadie lo pudo; ni amigos ni amantes. Sólo cuerpos vacíos que apenas diferencio de las cosas y sólo fantasmas que he amado hasta pulverizar mi conciencia y mi memoria.
Alejandra Pizarnik (Diarios (nueva edición de Ana Becciu))
Como lector y espectador que soy, he aprendido a desconfiar del mientras. Aunque lea un libro en vilo o esté encantado durante la visión de una película, ya no juzgo hasta el día siguiente a haberlos terminado. Las más de las veces, lo confieso -es difícil sustraerse a la educación o a la programación de la sociedad en que uno vive-, al día siguiente no dedico ni una evocación ni un pensamiento a aquello que disfruté en el mientras, y descubro que se me ha disipado hasta su atmósfera. De tarde en tarde, en cambio, me doy cuenta de que la música, la pintura, la novela o la película me llaman aún y me rondan, que mi cabeza no es capaz de zafarse de ese mundo en el que estuve inmerso con la involuntaria previsión de salir de él al instante, en cuanto cerrase el volumen o abandonara el museo o el cine.
Javier Marías
-¿Es verdad.., que no lo olvidaré? Estaba arrodillado a su lado y esperó un momento antes de responder. -Sí, es verdad -dijo suavemente-, Pero también es verdad que con el tiempo no te importará. -¿No? -Estaba demasiado cansada para seguir preguntándole. Se sentía extrañamente lejana-. ¿Aunque no sea lo bastante fuerte para matarlo? -Eres una mujer muy fuerte. -No lo soy. Me lo acabas de demostrar, no soy... Una mano en el hombro la detuvo. -No es eso lo que quería decirte -dijo pensativo-, Jenny tenía diez años cuando murió nuestra madre. -Y al día siguiente del funeral la encontré con el delantal de mi madre. Había estado llorando como yo. Pero me dijo: «Ve a lavarte, Jamie, voy a hacer la comida para ti y para papá». Cerró los ojos y tragó con fuerza. -Sé lo fuertes que pueden llegar a ser las mujeres. Y tú eres muy fuerte, créeme.
Diana Gabaldon (Drums of Autumn (Outlander, #4))
Parábola de la inconstante Antes cuando me hablaba de mí misma, decía: Si yo soy lo que soy Y dejo que en mi cuerpo, que en mis años Suceda ese proceso Que la semilla le permite al árbol Y la piedra a la estatua, seré la plenitud. Y acaso era verdad. Una verdad. Pero ay, amanecía dócil como la hiedra A asirme a una pared como el enamorado Se ase del otro con sus juramentos. Y luego yo esparcía a mi alrededor, erguida En solidez de roble, La rumorosa soledad, la sombra Hospitalaria y daba al caminante -A su cuchillo agudo de memoria- El testimonio fiel de mi corteza. Mi actitud era a veces el reposo Y otras el arrebato, La gracia o el furor, siempre los dos contrarios Prontos a aniquilarse Y a emerger de las ruinas del vencido. Cada hora suplantaba a alguno; cada hora Me iba de algún mesón desmantelado En el que no encontré ni una mala bujía Y en el que no me fue posible dejar nada. Usurpaba los nombres, me coronaba de ellos Para arrojar después, lejos de mi, el despojo. Heme aquí, ya al final, y todavía No sé qué cara le daré a la muerte.
Rosario Castellanos
Cuando la luna me ciega con su fulgor eterno, tu luz tenue apacigua mi espíritu. Que no seas eterno inspira más poemas en mi piel que las mil historias que relato, puesto que al saber que prescindo de tu amor, le atesoro más que las más valiosas joyas. Nada en mi constante existencia ha significado más que tú, mi maravilloso compañero. Ningún extremo más que el ardor de tu mirada, suaviza el fruncir de mi ceño. Eres implacable certeza, exquisita quietud, divina fuente de paz. Eres todo y calmas a la nada que desea disiparme con impasividad. Mi deseo, mi lucero, mi luna extrañamente cercana a mi planeta. Te veo soñar y anhelo ser el rostro que se entremeta en tus convalecientes quimeras, para en un rato abrir esas ventanas fulgurosas de alma transparente y desear... desear que jamás nos separe un suspiro más, porque años han sido nuestros verdugos infinitos. Quien merece amor como el nuestro lo obtiene, mi dulce espíritu ambivalente. Quien desea de corazón meterse en los labios de una musa errante, obtiene lo que has tenido, un sabor de mil sabores que no se comparte. Una boca de mil bocas que cuentan historias de mil historias, pero cuya principal promesa eres tú, mi exquisito ángel caído del paraíso. Y si adorarte se vuelve mi mayor testigo, culpable del crimen soy al que me han sometido, puesto que en mi vida, mayor serenidad que en ti no hay, ni mayor anhelo que busque mi psique desazonada y sazonada por tu bello rostro. Todo y nada vale la pena de entremeterme entre tus labios. Todo y nada, mi dulce ángel de sueños entrelazados.
Mariela Villegas Rivero (Mujer de Fuego)
…que hay dos maneras de hermosura: una del alma y otra del cuerpo; la del alma campea y se muestra en el entendimiento, en la honestidad, en el buen proceder, en la liberalidad y en la buena crianza, y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo; y cuando se pone la mira en esta hermosura, y no en la del cuerpo, suele nacer el amor con ímpetu y con ventajas. Cervantes, Don Quioxte, Parte II, Capítulo LVIII ... y que tu posees a ambos, que quieren decir que mi amor por tu es doblado... Yo, Sancho, bien veo que no soy hermoso, pero también conozco que no soy disforme; y bástale a un hombre de bien no ser monstruo para ser bien querido, como tenga los dotes del alma que te he dicho." ..."that there are two kinds of beauty, the one of the soul, and the other of the body; that of the soul is revealed fully through understanding, in virtue and honesty, in good living, in generosity and good breeding, all such qualities can be found to be in a homely man; and when such beauty, not the physical one, becomes the object of desire, then love only bears more impetus, focus, and exactitude of purpose.
Miguel de Cervantes Saavedra (The Trials of Persiles and Sigismunda: A Northern Story)
-No me di cuenta que eras tan bueno, Grayson. El cálido sonido de la risa de Grayson retumbó gratamente contra el costado de mi cara que descansaba en su pecho. - Las damiselas en apuros siempre han sido mi talón de Aquiles, pero no dejes que eso te engañe. Realmente no soy tan bueno. - Si, lo eres. - No, no lo soy. Si yo fuera honesto, no estaría teniendo un momento tan difícil para no agarrarte el culo ahora mismo. (Avery y Grayson) -Pero miraté - dije -. Siempre pensaste que era como una hermana también. Si puedes cambiar de opinión, entonces el también puede. El sólo necesita un llamado de atención .-Oye ahora, no puedes ir saltando en la ducha con cada chico, sabes. Eso es completamente nuestra cosa. (Avery y Grayson) Escuché que mi amiga Avery te pisó tan fuerte en una partida de billas el pasado fin de semana que Grayson tuvo que tener piedad de ti antes de que cada estudiante de primer año universitario en UVU viera cuán pequeña es tu basura. (Libby a Owen) - ¿Realmente fallaste en un examen de sobre Las leyes de Newton? Está bien. Así que todos me miraban porque pensaban que yo era un idiota. - ¿Qué? - le pregunté un poco a la defensiva -. ¿Parece ser fácil? "No robar" le entiendo. "Rojo significa detenerse" tiene sentido. El chico Newton estaba fumando algo serio cuando debió haber hecho sus leyes. ¿Cuándo demonios vamos a usarlas de todos modos? (Brandon y Grayson)
Kelly Oram (The Avery Shaw Experiment (Science Squad, #1))
-Creo que otorgas demasiado crédito a nuestra relación. -Hice cuanto pude para cambiar de tema-. Yo lo irrito hasta sacar lo peor de él y Curran ha encontrado el modo de darme la lata. Eso es todo. -Quizás tengas razón. -De todos modos, Su Majestad necesita una chica- puedo. Y yo no lo soy. -¿Una chica-puedo? -Andrea enarcó las cejas y yo me incliné sobre el respaldo. -¿Puedo traerle la comida, Su Majestad? ¿Puedo decirle lo fuerte y valiente que es Su Majestad? ¿Puedo quitarle las pulgas, Su Majestad? ¿Puedo besarle el culo, Su Majestad? ¿Puedo... ? -Caí en la cuenta de que Rafael estaba sentado rígidamente, inmóvil como una estatua, con la mirada fija en algún punto sobre mi cabeza-. Está detrás de mí, ¿verdad? Andrea asintió lentamente. - Técnicamente, debería ser podría -dijo Curran, con una voz más grave de lo que recordaba-, ya que estás pidiendo permiso. (...) -Para responder a tu pregunta, sí, puedes besarme el culo. Normalmente, prefiero conservar mi espacio personal, pero tú eres una amiga de la Manada y tus servicios han demostrado ser de utilidad en una o dos ocasiones. Mi única pregunta es, ¿me besarías el culo por obediencia, por acicalamiento o como un preliminar del acto sexual?
Ilona Andrews (Magic Strikes (Kate Daniels, #3))
-Simplemente pensé… no lo se. Pensé que me odiarías. La diversión desapareció de su rostro. Se acerco a mí y apoyo las manos en mis hombros, sus ojos color verde oscuro estaban serios. ―Rose, nada en este mundo podría hacer que te odiara. ―¿Ni siquiera intentar traer a mi exnovio de vuelta de la muerte? Adrian me acerco, y incluso en sueños, pude oler su piel y su colonia. ―Si soy honesto. Si Belikov volviera aquí en este momento, ¿vivo como solía estar? Habría algunos problemas. No quiero pensar que pasaría entre nosotros si… bien, no vale la pena perder el tiempo. Él no esta aquí. ―Yo todavía… todavía querría intentarlo - le dije humildemente. ―Todavía lo intentaría, incluso si estuviera de vuelta. Simplemente estoy teniendo un tiempo difícil para dejar ir a alguien que me importa. ―Lo se. Hiciste lo que hiciste por amor. No puedo estar enfadado contigo por esto. Fue una estupidez, pero por amor. ¿Tienes alguna idea de lo que haría por ti? ¿Por mantenerte a salvo?
Richelle Mead (Spirit Bound (Vampire Academy, #5))
—Huélame, señor Furia. Sé que es algo de mí que le gusta. Huélame hasta “saciarse. Soy toda suya, señor Furia, con mis aromas y con todo lo que hay en mí. Ante esas palabras, Artemio la tomó por los brazos y la apartó para mirarla con esa expresión inescrutable que le resultaba familiar, aunque turbadora. —¡Dios mío, Rafaela! —exclamó, y Rafaela quedó perpleja porque sabía que él jamás usaba el nombre de Dios en vano, no tanto por respeto como por resentimiento y orgullo—. Usté, Rafaela, es l’único que no me hace perder por completo la fe en este mundo. Por usté sería capá de vivir otra vé tuito lo que he vivió. Por usté, “Rafaela. Sólo por usté, mi Rafaela. —Y yo, por usted, señor Furia, daría mi vida. Lo amo, señor Furia, como jamás he amado a nadie. Como nunca amaré a nadie. Lo sé. Sé que usted está grabado a fuego en mi corazón y que ya nadie podrá borrarlo de allí. —Que naides me borre de su corazón —suplicó él, con feroz ansiedad—. Que naides se atreva a borrarme de su corazón.
Florencia Bonelli (Me llaman Artemio Furia)
Al final la vida nos da la oportunidad de mirarnos en el espejo y vernos de verdad. Sucede pocas veces. En algunos casos se trata de situaciones grandilocuentes en las que uno supera la adversidad. Otras, solamente nos vemos, como me vi yo en aquel momento. Era una persona fuerte; mis padres me habían educado para serlo. «Sé independiente», «sé tú misma». Y lo era, con las cosas buenas y las cosas malas, pero incluso en las malas había aprendido. El último año me había servido para quitarme del todo ese cascarón que me impedía llegar a ser quien realmente soy. Ni mejor ni peor. Menos autoexigente porque, ¿qué problema había en no ser perfecta? Nadie puede serlo y correr detrás de ese objetivo la hace a una sumamente infeliz. A pesar de ello, me empeñaba en verme a mí misma a través de un cristal distorsionado, porque creo que era mucho más fácil creerme a pies juntillas que necesitaba desesperadamente ciertas cosas para regir mi vida que ver que a nuestro alrededor (por norma general) solo tenemos lo que elegimos. Y hay que elegir siempre por uno mismo.
Elísabet Benavent (Alguien como yo (Mi elección #3))
Querido Lector, Soy una escritora y las letras son mi arma. Quiero lastimarte. Quiero que mis letras sean sal y quiero tirarlas en tu herida abierta. Quiero que mis palabras sean piezas irregulares de espejos en el que te puedas ver reflejado. Soy una sadica también conocida como una artista. Mis libros son un llamado para las mujeres que se han doblado por angustia, obligadas por el fastidio, cautivas de un pasado que nos las deja ir, vencedoras de un pasado que trató de matarlas. Verás, tengo una enfermedad, se llama naturaleza humana y estoy fascinada por ella. Así que, si decides leer Mud Vein, recuerda eso sobre mí. No estoy escribiendo para entretenerte, o para ganar dinero, o para tener mi libro apoyado cuidadosamente en un estante en Target. Escribo para explorar las oscuras esquinas de mí ser, y quiero que vengas conmigo. Soy un poco como tú. Creo que te verás en las páginas de Mud Vein. No te he dicho mucho sobre él a propósito. Quiero que vayas a ciegas. Quiero que te tropieces con un pensamiento, un sonido, una herida que creías especial para ti. Y darte cuenta de que yo también las he sentido, alguien que nunca has conocido. Si decides leer Mud Vein, por favor no te preguntes qué dice, pregúntate que significa. Y una vez que leas mis negras letras sobre una página blanca, envíame un email y dime tu interpretación. No puedo esperar para saber tus pensamientos.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
Solo aquí, qué bien, me parece que estoy encima de todo. No me puede pasar nada. Yo soy el que paso. Vivo. Vivo. Fuera de tantas preocupaciones, fuera del dinero que tenía que ganar, fuera de la mujer con la que me tenía que casar, fuera de la clientela que tenía que conquistar, fuera de los amigos que me tenían que estimar, fuera del placer que tenía que perseguir, fuera del alcohol que tenía que beber. Si estuvieras así. Manténte ahí. Ahí tienes que estar. Tengo que estar aquí, en esta altura, viendo cómo estoy solo, pero así, en lo alto, mejor que antes, más tranquilo, mucho más tranquilo. No caigas. No tengo que caer. Estoy así bien, tranquilo, no me puede pasar nada, porque lo más que me puede para es seguir así, estando donde quiero estar, tranquilo, viendo todo, tranquilo, estoy bien, estoy bien, estoy muy bien así, no tengo nada que desear. Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir.
Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio)
Sin quitarme los ojos de encima, acercó aún más su pupitre. - ¿Sabes una cosa? - ¿Qué? - Que he entrado en tu blog. Ay, Dios. ¿Cómo lo había encontrado? Un momento; la pregunta que debía hacerme era la siguiente: ¿por qué lo había encontrado? Mi blog no podía buscarse a través de Google...Estaba flipando en colores. - Ya estás acosándome otra vez, ¿no? ¿Tengo que llamar a la poli para que te ponga una orden de alejamiento? - Ni en sueños, gatita - Sonrió - Ah, espera, que ya salgo en ellos, ¿verdad? Puse los ojos en blanco. - Más bien apareces en mis pesadillas, Daemon. (pág.154) - ¿Me estás preguntando si me atraen las humanas? - dijo. El pelo le caía hacia delante en ondas. Unas gotitas de agua le recorrían los mechones y acababan salpicándome la mejilla - ¿O si eres tú la que me atrae? Con las manos apoyadas en la roca, fue acercándose a mí lentamente. Muy pronto nos separaban sólo unos milímetros...Sentía su respiración como si fuera la mía, y cuando movió las caderas abrí los ojos y ahogué un grito. Vaya que si funcionaba la cosa...Me despejó la duda de un plumazo. (pág. 240) - Sí que es importante el helado - dije. - Es mi vida entera.- Dee tiró el monedero a Daemon, pero erró el objetivo - ¡Y tú me lo has quitado! (pág. 258 NUNCA TE METAS ENTRE DEE Y SU COMIDA, Y MENOS SI SE TRATA DE HELADO) - ¿Lo estás pasando bien con...Ash? - ¿Y tú con tu amiguito el pulpo? Me mordí el larbio. - Qué simpático eres, como siempre. ... - Estás...muy guapa, por cierto. Demasiado guapa para estar con ese idiota. Me sonrojé y bajé la vista. - ¿Te has tomado algo? - Pues no, la verdad. ¿Por qué me lo preguntas, si puede saberse? - Porque nunca me dices nada agradable. - Touché. (pág. 303) - Recuérdame...que no te haga enfadar nunca más ¡La leche! ¿Eres agente secreto en tus ratos libres? ... Me recorrió la espalda con sus brazos y hundió una mano en los rizos que se me habían soltado del moño. - No me has hecho caso - susurró contra mi hombro. - Nunca te hago caso. (pág. 327) Daemon murmuró algo en un idioma desconocido. Era una lengua dulce y bonita. Mágica. De otro planeta. Podría haberlo despertado, pero no lo hice sin saber demasiado bien por qué. La emoción que sentía por el contacto con su piel era más fuerte que todo lo demás. Daemon tenía una mano en el borde de mi camiseta, y los dedos encima del pedazo de piel que había entre el borde de la camiseta y la cinturilla de los pantalones de pijama. La mano empezaba a abrirse paso por debajo de la camiseta, a través de mi estómago, en la parte en que este empieza a descender. El pulso se me desbocó. Me rozó las costillas con la punta de los dedos. Su cuerpo se movió y sentí su rodilla contra mí. (pág. 338) O.O o_O OMG - Gatita - Ni aunque fueras el último ser con aspecto humano sobre la faz de la Tierra ¿Ahora lo entiendes? ¿Capiche? ... - Ademñas, no me atraes nada - Mentira podrida - Pero vamos, nada de nada. Eres... De repente Daemon estaba delante de mí, a apenas un centímetro de mi rostro. - ¿Qué soy? - Ignorante -¿Y qué más? - Prepotente, controlador...-...- Y un...cretino. - Venga ya, gatita, seguro que puedes hacerlo mejor - ... - Todavía no me creo que no te sientas atraída por mí. (pág. 360) - Seguro que hasta sueñas conmigo - Bajó la vista hacia mis labios y sentí que se despegaban - Seguro que escribes mi nombre en tus libretas, una y otra vez, rodeado por un corazoncito. Me reí. - En tus sueños, Daemon. Eres la última persona a la que... Daemon me besó (pág.361) Una sonrisa pícara se le asomó a los labios. - ¿Te das cuenta de que me encantan los retos? Me reí entre dientes y me volví hacia la puerta mientras le dedicaba un gesto grosero con el dedo corazón. - Y a mí, Daemon; y a mí. (pág. 414)
Jennifer L. Armentrout (Obsidian (Lux, #1))
Jamás te hubiese hecho daño, no podría te quiero" "No puedes obligarle a amarte si ha elegido a otra. Debes dejarle ir. No debes confundir el deseo de dominar y proteger con el amor" "Quise ser lo q no soy y ahora no consigo ser lo que debería. Soy un monstruo" "Se quien soy, como se atreve a decir que no lo sé. Me encanta ser licantropa. Adoro la dulce transformacion y la belleza que me da en medio de la noche. Cuando salgo a cazar, cazo animales salvajes,según las leyes de la diosa. No mato animales domésticos solo para divertirme" "Según la historia de los humanos estamos malditos" "Soy una loup garou, una volkodlak una metamórfica. No me convierto exactamente en una loba sino en algo parecido" "Cuando un lider muere por el diente de un lobo, el vencedor liderea la manada. Cuando un lider muere por el diente del destino, se convoca la Ordalía, porque solo puede liderear lo más ágiles y fuertes" "Ya no hay tierras salvajes donde escondernos. No podemos correr en manadas por las montañas donde los viajeros desaparecen durante meses, no hay selvas negras que lleve días sin recorrer y hace muchos siglos desde que reinábamos en pequeños reinos en el centro oscuro de Europa donde nos veneraban como dioses. Hay homo sapiens por todas partes, son más numerosos que nosotros, y el homo lupus debe convivir con ellos" "Aunque no puedan transformarse, son la bestia de sus propias pesadillas. Es una bendicion para nosotros poder exorcizar estos demonios. A veces es nuestra maldicion" "Que dice la leyenda? El hombre lobo puede morir por la bala de plata que dispara quien le ha amado..." "Cuando amamos a alguien queremos que sea nuestra pareja en forma humana y de lobo
Annette Curtis Klause (Blood and Chocolate)
¿PARADOJAS DEL DESTINO? Sentí un silencio frío y absoluto. ¡Dani! ¡Hijito! ¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Te hiciste daño?¡¿Daniiiii?! ¿Por qué no me contestás hijo? Qué oscuro y frío está todo. No puedo ver nada. Qué silencio. ¿Dani? ¿Me escuchás? ¿Estás bien hijito? No tendría que haber mirado ese mensaje mientras manejaba. ¡Qué estúpido que soy a veces! Hijito, ¿estás bien? ¡Volcamos y nos hicimos pelota! No veo ni escucho nada, no sé dónde estoy. ¿Estaré internado? ¿Estaré muerto? ¿Dani? Me mata tu silencio. ¡¿Estás bien?! Pará, ya puedo ver un leve resplandor. Me siento atrapado. Dani, ¿estás ahí? Carajo, no puedo moverme. Estoy como envuelto en un plástico. Tengo que salir de acá. Hay una luz ¿la ves Dani? Es cada vez más intensa. A ver, sí, creo que puedo romper esta envoltura. Ya estoy casi afuera. La luz me enceguece. Qué lugar más extraño. Nunca había visto algo así ¿y vos? No se parece a la Tierra. ¿Estaré muerto? ¿En otro planeta? ¡Uy, por Dios, y esos monstruos espantosos! ¡Qué asquerosos y espeluznantes que son! Parecen extraterrestres. ¡Son Aliens! ¡Estoy en otro planeta, claramente! No puedo creerlo. Necesito escapar urgente o estos monstruos seguro que me devoran. Tengo que alejarme. Tengo mucho miedo. ¿Estoy flotando? ¿Estoy volando? Sí, vuelo. ¿A ver? Voy a subir más alto para tratar de escapar. Ya no veo a los Aliens y el paisaje parece menos aterrador. Creo que lo logré. Hay mucho viento. ¿Es eso una carretera? Se ven como unos vehículos allá abajo. ¿Serán los transportes de los extraterrestres? Voy a descender un poco. ¡Veo personas! ¿Estoy en la Tierra? ¿Será esto un universo paralelo? ¿Dónde estará Dani? ¡Daniiiiii! No tendría que haber mirado ese mensaje mientras manejaba. Esa torre que está allá abajo se parece mucho al tanque de agua de mi pueblo. Es idéntica; pero la torre de mi pueblo no tiene ese inmenso edificio al lado. Todo esto es muy semejante a mi barrio, pero no es exactamente igual: hay muchos más edificios acá. Ahí está el río. Ah, y la fábrica. Definitivamente es mi barrio, pero luce algo diferente. Debo estar en un universo paralelo nomás. Es increíble que pueda flotar. La gente parece no advertir mi presencia. ¿Seré un fantasma? Tengo que volver a mi casa para ver si está Dani. Dios quiera que esté sano y salvo. Gabriela debe estar preocupadísima por el choque. ¡Ahí está mi casa! ¿Y esos autos de quiénes serán? La fachada está pintada de otro color. ¡Qué extraño todo! Hay alguien en el jardín. ¡Qué crecidos están los árboles que planté en primavera! Es…es… ¡¿Dani?! Sí, ¡sí! ¡Es Dani! Pero qué cambiado está, parece más grande, parece… ¡todo un muchacho! Lo importante es que está bien por suerte. Necesito abrazarlo bien fuerte y decirle cuánto lo quiero. ¿Podrá verme si soy un fantasma? Me voy a acercar despacito para no asustarlo. Necesito tocarlo, acariciarlo. ¿No me ve? Me voy a acercar más. Ahora sí, al menos movió la cabeza, creo que ya notó mi presencia. ¡Qué hambre me agarró de golpe! ¡No puedo detenerme! ¡¿Qué haces hijito?! ¡Soy yo! ¡Tu papá! ¿Hijito querido? ¡No puedo frenarme! ¡Tengo demasiada hambre! ¡Ahhhh qué ricoooo! ¡Qué placeeeer! ¡Nooo Daniii! ¡Noooooo!... ¡Soy tu papá!... ¡Pafffff! –Mamá, trae repelente que está lleno de mosquitos en el jardín –gruñó Daniel, mientras limpiaba en su pantalón la sangre que tenía en la palma de su mano derecha. Gabriela, que justo salía, frenó con brusquedad su marcha, se dio vuelta hacia la casa, y gritó: -¡Querido, trae por favor el repelente que está arriba de la chimenea! De nuevo el silencio frío y absoluto. FIN
Gonzalo Guma (Equinoccio. Susurros del destino)