“
Y es entonces que escribo. Escribo desde el vacío, desde la carencia, desde la resignación, desde la furia por la renuncia, desde la desesperante abstinencia. Es decir que escribo desde la más atormentadora de las apetencias, de aquélla que sólo puedo saciar después de que me he devorado a mí misma desde la punta hirsuta del cabello hasta el último dedo de mis sucios pies de anacoreta.
”
”