Sobre Viajar Quotes

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Ya lo dijo Teccam: no hay hombre valiente que nunca haya caminado cien kilómetros. Si quieres saber quién eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección." - Kvothe
Patrick Rothfuss (The Wise Man’s Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))
Si quieres saber quién eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre tí mismo que cien años de silenciosa introspección.
El Temor de un Hombre Sabio (pag. 1017) - Patrick Rothfuss
-¿Te gusta la soledad? -Apoyó la mejilla sobre la palma de su mano-. ¿Te gusta viajar solo, comer solo, sentarte en las clases solo, apartado de la gente? -A nadie le gusta la soledad. Pero no me interesa hacer amigos a cualquier precio. No estoy dispuesto a desilusionarme. -aclaré.
Haruki Murakami (Norwegian Wood)
... apenas había cumplido doce años cuando me adentré por las regiones inhóspitas del mundo de los exámenes, por las que estaba destinado a viajar durante los siete años siguientes. Aquellos exámenes eran una dura prueba para mí. Los temas más apreciados por parte de los examinadores eran, casi invariablemente, los que menos me interesaban a mí. A mí me habría gustado que me examinaran de historia, de poesía y del arte de escribir redacciones. Los examinadores, por su parte, eran partidarios del latín y de las matemáticas. Y su voluntad se imponía. Además, las preguntas que hacían sobre estas dos materias eran casi siempre aquellas para las que yo era incapaz de proponer una respuesta satisfactoria. Me habría gustado que me pidiesen que dijera lo que sabía. Pero siempre intentaban preguntarme lo que no sabía. Cuando yo estaba dispuesto a exhibir mis conocimientos, ellos intentaban poner de manifiesto mi ignorancia. Este tratamiento tuvo una única consecuencia: no obtuve buenos resultados en los exámenes. (Winston S. Churchill, Mis primeros años.)
Glenn Doman (COMO MULTIPLICAR LA INTELIGENCIA DE SU BEBÉ (Tu hijo y tú))
La verdad y el poder pueden viajar juntos solo durante un trecho. Más tarde o más temprano, seguirán por sendas separadas. Si queremos poder, en algún momento tendremos que difundir ficciones. Si queremos saber la verdad sobre el mundo, en algún punto tendremos que renunciar al poder.
Yuval Noah Harari (21 lecciones para el siglo XXI (Spanish Edition))
Cuentan que a principios del siglo pasado una dama inglesa que debía viajar a un pueblo indio mandó una carta al maestro de la escuela local para preguntarle si el lugar disponía de un WC. Las autoridades locales no conocían esa palabra y debatieron; tras muchas dudas, decidieron que la dama debía querer decir wayside chapel —una capilla cercana— y le encargaron al maestro que respondiera con toda la amabilidad del vasallo colonial: "Querida señora, tengo el placer de informarle que el WC se encuentra a nueve millas de la casa, en medio de un delicioso bosque de pinos. El WC puede recibir 229 personas sentadas y funciona los domingos y los jueves. Le sugeriría que acudiese temprano, sobre todo en verano, cuando la concurrencia es grande. Puede también quedarse de pie pero sería incómodo, sobre todo si va usted con frecuencia. Sepa usted que mi hija se casó allí, porque fue donde conoció a su futuro esposo (...). Le recomendaría que fuera un jueves, día en que podrá disfrutar del acompañamiento de un órgano. La acústica es excelente y los sonidos más delicados pueden ser apreciados en todos los rincones. Hace poco se instaló una campana, que suena cada vez que entra alguien. Un pequeño comercio ofrece almohadones, muy apreciados por el público. Será un placer acompañarla personalmente y ubicarla en lugar bien visible...
Martín Caparrós (El hambre)
Él era, después de todo, antari. Y los antari podían hablarle a la sangre. A la vida. A la magia misma. El elemento primero y final, el que vivía en todo y era de ninguno. Pudo sentir la magia agitándose contra la palma de su mano, la pared de ladrillos se calentó y enfrió al mismo tiempo con ella. Kell dudó, esperando a ver si respondía al llamado sin que se lo pidiera. Pero esta se contuvo, esperando a que él le diera voz a su comando. La magia básica podía hablar cualquier lengua, pero la magia antari —la verdadera magia, la magia de sangre— hablaba una y solo una. Kell flexionó los dedos sobre la pared. —As Travars —dijo. Viajar. Esta vez, la magia escuchó y obedeció. El mundo osciló y Kell dio un paso adelante.
V.E. Schwab (A Darker Shade of Magic (Shades of Magic, #1))
Clark observa a actividade nocturna na pista, os aviões que estão parados à vinte anos, o reflexo da sua vela bruxuleante no vidro. Não tem esperança de ver um avião levantar voo novamente no seu tempo de vida, mas será possível que nalgum lugar haja navios a partirem? Se houver cidades com iluminação pública, se existem sinfonias e jornais, que mais pode conter este mundo que agora desperta? Talvez haja navios a içar velas neste preciso momento, a viajar em direcção a ele ou para longe dele, tripulados por marinheiro armados com mapas e conhecimento das estrelas, impulsionados pela necessidade, ou talvez simplesmente pela curiosidade: o que foi feito dos países do outro lado? É, pelo menos, agradável considerar essa possibilidade. Agrada-lhe a ideia de haver navios que se deslocam sobre as águas, em direcção a outro mundo fora do alcance da vista.
Emily St. John Mandel (Station Eleven)
Las bibliotecas son fascinantes: a veces parece que uno está bajo la marquesina de una estación ferroviaria y, al consultar libros sobre tierras exóticas, tiene la impresión de viajar hacia mares lejanos.
Anonymous
No hay mejor cura contra el nacionalismo que viajar, y no hay mejor cura contra el ego que escribir sin parar sobre uno mismo.
Manuel Astur (Seré un anciano hermoso en un gran país)
A Tomatis lo preocupaba saber de qué manera llevaría la conversación con sus excolegas hasta llegar al centro, pero a las dos cuadras el conductor y los dos de atrás ya habían reanudado la discusión sobre el partido del domingo, analizando la composición de los dos equipos, el hecho de que jugaran en tal o cual cancha, la historia reciente —cambios, partidos ganados o perdidos, estado físico de ciertos jugadores, etcétera— de los res-pectivos cuadros. En la época en que recién había entrado a trabajar en el diario, a los veinte años, como los periodistas de deportes se burlaban de él a causa de su inclinación por la literatura, Tomatis se vengaba de ellos ridiculizando el deporte y proclamando sin mentir que nunca había entrado en una cancha de fútbol, y oyéndolos discutir con tanta pasión durante el viaje en auto, pensaba que hasta ese día podía hacer la misma afirmación, pero que la situación en la que estaba no se lo permitía —lo que cuando tenía veinte años consideraban una provocación, hoy lo tomarían como una ofensa aunque no se abstenían de efectuar con el partido del domingo todo el gasto de la conversación, sin preguntarse si la persona que habían invitado a viajar con ellos se interesaba o no por el tema. «Ni ellos ni yo hemos cambiado nada en todos estos años, y no cambiaremos tampoco en los que nos quedan por vivir», pensaba Tomatis cuando bajó del coche
Juan José Saer (La Grande)
Se ha hecho poco hincapié en la curiosa y radical transformación que experimentan nuestros prohombres y «promujeres» de izquierda cuando viajan a Francia, como si se contagiaran o se curaran de una rara enfermedad, un verdadero «virus francés». Entonces olvidan todos sus apoyos a las reivindicaciones nacionalistas y regionalistas, se instalan contentos a vivir en París o en la campiña y se deshacen en halagos hacia el modelo francés, pasando por alto su carácter claramente centralista; el propio Picasso podría ser un buen ejemplo de ello. Sólo cuando están en España consideran fascista o de extrema derecha defender a la nación o sentir el himno nacional. Pasan la frontera, el aire les cambia y empiezan a entonar la Marsellesa, aunque no sea su himno; un pequeño detalle… sin importancia. Entonces no les importa incluso que dictadores como Napoleón también la hubieran cantado. Antes al contrario, muestran una extraordinaria habilidad en olvidar pasados errores de éstas y otras figuras del pasado, quedándose sólo con lo que interesa a la mayor grandeur de Francia. Vuelven a viajar al sur de los Pirineos y entonces se pasan los días dándose golpes de pecho sobre lo malos que son «los españolistas». África no empieza en los Pirineos pero ciertas contradicciones tal vez sí. Aquí, aliado del nacionalismo, amante de la diferencia y de los privilegios para los territorios más ricos (impuestos por cupo=privilegios por cupo), acomplejado de sentirse español, contrario a cualquier actividad de la policía que suene mínimamente a represora aunque sea contra terroristas, muy preocupado de los derechos de los delincuentes y poco de los de las víctimas, contrario a cualquier limitación de la inmigración, amante de la multiculturalidad y de la inmersión
Alberto Gil Ibáñez (La leyenda negra: Historia del odio a España (Spanish Edition))
Se ha hecho poco hincapié en la curiosa y radical transformación que experimentan nuestros prohombres y «promujeres» de izquierda cuando viajan a Francia, como si se contagiaran o se curaran de una rara enfermedad, un verdadero «virus francés». Entonces olvidan todos sus apoyos a las reivindicaciones nacionalistas y regionalistas, se instalan contentos a vivir en París o en la campiña y se deshacen en halagos hacia el modelo francés, pasando por alto su carácter claramente centralista; el propio Picasso podría ser un buen ejemplo de ello. Sólo cuando están en España consideran fascista o de extrema derecha defender a la nación o sentir el himno nacional. Pasan la frontera, el aire les cambia y empiezan a entonar la Marsellesa, aunque no sea su himno; un pequeño detalle… sin importancia. Entonces no les importa incluso que dictadores como Napoleón también la hubieran cantado. Antes al contrario, muestran una extraordinaria habilidad en olvidar pasados errores de éstas y otras figuras del pasado, quedándose sólo con lo que interesa a la mayor grandeur de Francia. Vuelven a viajar al sur de los Pirineos y entonces se pasan los días dándose golpes de pecho sobre lo malos que son «los españolistas».
Alberto Gil Ibáñez (La leyenda negra: Historia del odio a España (Spanish Edition))
Los casos de Voltaire, Montesquieu y Dumas, tres de los grandes difamadores antiespañoles, resultan paradigmáticos. Ignorantes de la realidad española, escribían despectivamente sobre ella sin conocerla de primera mano ni haberla visitado nunca. Voltaire se atrevió incluso a mofarse de la victoria de Lepanto considerando que no había servido para nada. Y Montesquieu se dedicó gratuitamente a criticarnos sin molestarse a viajar más acá de los Pirineos para comprobar in situ si sus juicios se correspondían con la realidad ni mantener apenas correspondencia con españoles. Mucho menos sabía de las Indias, y lo que conocía de ellas procedía de fuentes indirectas y por tanto sesgadas. Montesquieu fue también uno de los primeros en atribuir al clima una función determinante en la creación de la cultura nacional y en utilizar, de paso, este criterio para desprestigiar a España.
Alberto Gil Ibáñez (La leyenda negra: Historia del odio a España (Spanish Edition))
Tiempo atrás Norton había llegado a la convicción de que a algunas mujeres no debería permitírseles viajar en las naves espaciales; la ingravidez tenía efectos sobre sus senos que resultaban demasiado perturbadores.Ya era
Arthur C. Clarke (Cita con Rama)
No te corresponde a ti cargar en tus hombros la responsabilidad de todo en esta vida, aprende a soltar y sobre todo a confiar.
Gaby Pérez Islas (Viajar por la vida (Fuera de colección))
Escribir es jugar, sin miedo, a ser Dios, a dominar el mundo, mi mundo; es gobernar el territorio de mis ideas, es transformarme en el dictador de mis fantasías, es darles vida a mis protagonistas y decidir sobre su destino. Escribir es viajar al universo que imaginé, al que quise crear; es liberar del encierro a las personalidades que no ejerzo, las virtudes que no poseo y consumar los desenfrenos que escondo. Escribir es disponer de la generosidad de las letras, es descansar sobre la majestad de las palabras, es usufructuar de la nobleza del idioma.
Peter Bjerre (Los Órganos del Poder (Spanish Edition))
Muchos de los libros que tratan la Ley de Atracción se obcecan en la visualización de objetivos, focalizándose en los deseos y se saltan precisamente ese aspecto al que el maestro que cité al inicio me hizo referencia: echarse a un lado y desarrollar una actitud de humildad, paciencia y confianza en la Fuente. Tampoco tienes porqué dar una especie de salto cuántico, ni experimentar una gran transformación, ni es necesario viajar a la selva peruana en busca de un chamán (aunque obviamente puedes hacer todo ello si es tu deseo). Ni se trata de cambiar tus pensamientos, sobre los cuales tienes muy poco control (más bien ninguno), ni de escribir afirmaciones positivas cada día por la mañana (a la mayoría no nos funcionan ni tenemos la voluntad para ello). De hecho, no es tanto el qué, sino el cómo.
Badmaash Guru (CONECTA CON LA FUENTE: La Ley de Atracción para personas que no saben utilizar la Ley de Atracción (Spanish Edition))
—Ya lo dijo Teccam: no hay hombre valiente que nunca haya caminado cien kilómetros. Si quieres saber quién eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección.
Patrick Rothfuss (The Wise Man’s Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))
Cada uno de nosotros, es un ser diminuto al que se le permite viajar, sobre la piel más externa de un pequeño planeta durante unas pocas docenas de viajes alrededor de una estrella.
Alejandro Mos Riera (El laberinto de la realidad)
Todo es más emocionante, incluso observar los edificios, los árboles y las tiendas normales. Dado que nos encontramos en una situación nueva, la información sensorial es más intensa. Ahí radica buena parte del placer de viajar. Lo mismo sucede al revés, también. Sentir una estimulación sensorial aquí y ahora, sobre todo en un entorno complejo (llamado a veces un entorno enriquecido), conlleva que los recursos cognitivos dopaminérgicos del cerebro
Daniel Z. Lieberman (Dopamina: Cómo una molécula condiciona de quién nos enamoramos, con quién nos acostamos, a quién votamos y qué nos depara el futuro (PENINSULA) (Spanish Edition))
La semana pasada un amigo de John me habló de un filósofo coreano que emigró a Alemania en los años ochenta. En Seúl era un obrero metalúrgico. Después de haberse graduado en Friburgo con una tesis sobre Heidegger, se convirtió en menos de veinte años en un pensador importante, o más bien en lo que ahora se conoce como una estrella de la filosofía. Se espera que suceda en el trono del pensamiento alemán a Peter Sloterdik. Su nombre es Han Byung-Chul. Según lo que entendí al amigo de John —su inglés es casi imposible, a pesar de haberse graduado en filosofía en Londres—, en sus libros Han habla de la sociedad del cansancio, de la cual Corea del Sur vendría a representar la última estación. No es para menos , una billetera con cinco tarjetas de crédito debe pesar mucho. Han afirma que el capitalismo nos ha llevado a que todos estemos exhaustos y deprimidos. Ya no hay agentes explotadores externo, a lo Marx. Somos nosotros mismos quienes nos explotamos hasta quedar rendidos. Nosotros con nuestro apetito desbordado, con las ganas de tenerlo todo —zapatos y libros de fotografía y mechones de pelo—, de estar enterados de todo, de querer viajar a todos lados, de hablar sobre todo, de escribir sobre todo, de querer tocarlo todo, fornicarlo todo, devorarlo todo: cuerpos, pedazos de cuerpos, mentes, almas, muertos, máquinas, fantasmas.
Andrés Felipe Solano (Corea: apuntes desde la cuerda floja)
Ler é viajar no espaço tempo dentro da mente de outro alguém.
Claudio Roberto de Oliveira Filho (Contos sobre a morte. (Portuguese Edition))
«Las ondas no pueden viajar en el vacío, necesitan viajar sobre algo».
Rafael Palacios (Extraterrestres - el secreto mejor Guardado (Spanish Edition))
Si quieres saber quién eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección.
Patrick Rothfuss (El temor de un hombre sabio (Crónica del asesino de reyes, #2))