“
Otro concepto importante a la hora de establecer tus expectativas es, frente a los diferentes desafĂos que se te presentan, focalizar en las soluciones. Focalizar en el problema te lleva al pasado, a tratar de cambiar aquello que no pudiste cambiar, a culpar, responsabilizar, justificarte o buscar excusas. Si querĂ©s analizar o cambiar algĂşn proceso, por ejemplo, cĂłmo funciona el motor de un auto o por quĂ© dejĂł de funcionar, el mĂ©todo de “foco en el problema” puede ser muy Ăştil, pero cuando se trata de cambiar, necesitás focalizar en soluciones. En efecto, cuando focalizás en soluciones inmediatamente se crea energĂa en tu mente. Te abrĂs a posibilidades e ideas. Esto no significa que no haya que ocuparse de los problemas, pero podĂ©s tratar de pensarlos hacia adelante, en lugar de quĂ© los causĂł. Por ejemplo, en lugar de preguntarte “¿Por quĂ© no cumplĂ con mis objetivos?”, podĂ©s preguntarte: “¿QuĂ© necesito hacer la prĂłxima vez para lograrlos?”. En lugar de “¿Por quĂ© hice eso?”, preguntate “¿QuĂ© es lo que quiero hacer ahora?”, o reemplazá “¿Por quĂ© sucediĂł?” por “¿QuĂ© es lo que quiero lograr con esto?”. El solo hecho de remover el “por qué” de las preguntas te hará focalizarte más en las soluciones. Esto Ăşltimo es un primer paso en la creaciĂłn de nuevos cables, mapas y circuitos cerebrales que cambian tu verdadera forma de pensar. Te cuento un ejemplo personal: era un sábado de Semana Santa en Nueva York. Yo esperaba un taxi en una concurrida esquina para que me llevara al aeropuerto JFK para volver a Buenos Aires. Al dĂa siguiente, era el primer cumpleaños de mi hijo ValentĂn. Luego de veinte minutos, seguĂa en la misma situaciĂłn. EmpecĂ© a rumiar, a hablarme con mis pensamientos. (Veremos a continuaciĂłn cĂłmo se relacionan estas explicaciones que te das a vos mismo sobre lo que te sucede con las posibilidades reales de cambio.) “CĂłmo no me di cuenta de que era Sábado Santo, deberĂa haber salido una hora antes, deberĂa haber pedido un taxi la noche anterior en el hotel. Ahora ya estoy lejos para volver, no voy a llegar al aeropuerto, ni loco llego con la cantidad de gente que debe de haber en la ruta, por quĂ© no me avivĂ© antes”, etcĂ©tera, etcĂ©tera, etcĂ©tera. SeguĂa haciendo foco en el pasado. El problema ya habĂa acontecido, eso no podĂa cambiarlo. Entonces, apretĂ© pausa: puse mi espalda derecha, respirĂ© profundo, cerrĂ© los ojos —quizá al cerrarlos haya pasado un taxi vacĂo…— y recordĂ© que yo enseñaba a la gente
”
”
Estanislao Bachrach (EnCambio: Aprendé a modificar tu cerebro para cambiar tu vida y sentirte mejor (Spanish Edition))