Seguir Adelante Quotes

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-¿Por qué todo empieza y acaba con tanta facilidad? ¿Por qué no hay ganas de construir, de seguir adelante, de renunciar, de ser fuertes? ¿Por qué no se prefiere lo bonito, el amor limpio, el amor honesto...? ¿Por qué...?
Federico Moccia (Esta noche dime que me quieres)
Estamos hechos para vivir. Incluso deseando morir, el instinto te impulsa a seguir adelante un día más.
Alice Kellen (El día que dejó de nevar en Alaska)
Al final, la gente que sufre tiene que ‘querer’ seguir adelante, que el primer paso, esa chispa de motivación, tiene que salir de ellos. Y cuando lo hace, abre la puerta a lo inesperado
Nicholas Sparks (Safe Haven)
Las personas rotas dan amor roto. Y todos estamos algo rotos. Sólo tienes que perdonar y coser las heridas que deja el amor, y seguir adelante
Tarryn Fisher (Thief (Love Me with Lies, #3))
Seguir adelante, como decía madre, es la única dirección permitida. De no ser así, Dios nos habría puesto los ojos a los lados. Como los peces.
Marco Balzano (Resto qui)
Todo lo que puedo hacer es esperar, dejar pasar los días. El tiempo no lo cura todo, esa es una mentira que se repiten los que están desesperados por olvidar, pero sí consigue poner en espera los sentimientos y las emociones. Apartas los recuerdos y los recluyes en una zona de tu mente a la que, con suerte, solo accedes en esas noches en las que te cuesta conciliar el sueño. Al final, logras vivir y seguir adelante aunque sepas que hay una parte de ti que malvive como puede. Haces balance y llegas a la conclusión de que eres más o menos feliz, y procuras no mirar atrás.
Victoria Vilchez (No me quieres, no te quiero (Quiéreme, #1))
Lo cotidiano, lo ordinario, lo mundano es lo que mantiene el motor en marcha. Qué extraordinario es lo ordinario en realidad, una herramienta que todos usamos para seguir adelante, una pauta para la cordura.
Cecelia Ahern (Thanks for the Memories)
No siempre podemos ver solo lo malo. Recuerda que lo que no te mata te hace más fuerte, lo dicen infinitas canciones y puedo dar fe de ello. No eres la primera mujer en sufrir y no serás la última, pero tienes que decidirte a seguir adelante, demostrar que esto no te va a doblegar. Eres fuerte.
Darlis Stefany (El deseo prohibido de Doug (BG.5 #2))
Las personas rotas dan amor roto. Pero todos estamos algo rotos. Sólo tienes que perdonar y coser las heridas que deja el amor, y seguir adelante.
Tarryn Fisher (Thief (Love Me with Lies, #3))
No sé cuánto tiempo más puedo seguir adelante sin un amigo. Solía ser capaz de hacerlo muy fácilmente, pero eso fue antes de que supiera lo que significa tener un amigo.
Stephen Chbosky (The Perks of Being a Wallflower)
Me ayudas a seguir adelante, Lara Jean.
Jenny Han (To All the Boys I've Loved Before (To All the Boys I've Loved Before, #1))
Hay un momento para el duelo y un momento para seguir adelante.
Shelby Mahurin (Serpent & Dove (Serpent & Dove, #1))
Todo es efímero. Nada es eterno. No hemos llegado para quedarnos y, precisamente por eso, no vale la pena hundirse y quedarse atrás en el camino, reviviendo lo que nos ha hecho daño. Seguir adelante es la única opción que debemos plantearnos.
Javier Martínez (Aquí y ahora)
Una mañana te levantas y tienes todo lo que deseas en la palma de tu mano y al día siguiente no eres capaz de encontrar una miserable razón para seguir adelante. Una mañana eres feliz y otra no.
Alice Kellen (Sigue lloviendo)
Entonces, dice—. ¿Haces eso a menudo? ¿Seguir adelante? —Quizás. Pero sólo porque viajo mucho. Golpetea con ritmo en el volante, audible sólo para ella. —O quizás viajas mucho porque te permite seguir adelante.
Gayle Forman (Just One Year (Just One Day, #2))
Usted ha perdido las ganas de vivir, es decir , lo ha perdido todo, porque la vida es lo único que tenemos y que en verdad nos pertenece. Usted está presente sólo para sufrir y hacernos sufrir a los que lo queremos-me tomó de los hombros.;mire, Panchito: el vivir realmente la vida, el tomar en serio la responsabilidad de vivir, nos exige mucho más que respirar y comer. Es nuestro deber superar los obstáculos y seguir adelante.
Claudia Celis (Donde Habitan Los Angeles)
En esta vida siempre van a existir personas que nos van a criticar negativamente, van a buscar nuestros defectos hasta hacernos sentir mal. Lo que debemos hacer es ponernos una coraza mental para poder resistir todos esos ataques, censuras y luego poder seguir adelante.
David Cotos (El amor es como un pan con mantequilla)
Ser valiente es no rendirte, seguir adelante aunque estés muerto de miedo.
Mónica Gutiérrez Artero (La librería del señor Livingstone)
¿Cómo que necesito la aprobación de alguien? Yo soy alguien. Yo lo apruebo. ¡Así que me doy permiso a mí mismo para seguir adelante con todo mi apoyo!
Richelle E. Goodrich (Smile Anyway: Quotes, Verse, and Grumblings for Every Day of the Year)
A veces la vida te pone a prueba para ver si eres lo suficientemente fuerte para seguir adelante.
Federico Moccia (A tres metros sobre el cielo + Tengo ganas de ti)
La vida es para los valientes. Y los valientes no somos los que no sentimos miedo, somos los que, aun estando aterrados, encontramos las fuerzas para seguir adelante y enfrentarnos a aquello que nos da pavor.
Lena Valenti (El desafío de Becca (El diván de Becca 2))
Estoy cansada de sentirme mal, cansada de defenderlo o justiciar su comportamiento porque su madre lo abandonó, cansada de necesitar un chico para ser feliz, cansada de este estúpido apodo de Sabbie, simplemente cansada. Quiero ser feliz sola. Quiero divertirme. Quiero ser segura de nuevo y superarlo. Seguir adelante.
Laura Bowers (Just Flirt)
Me dije que si estaba viva iba a seguir adelante, me olvidaría, sería feliz de nuevo. Intenté decirme a mí mismo que era lo que quería para ella. Sabía que nunca volvería a verla. Pero la esperanza llegó, no importa cuán duro y rápido traté de sacarla fuera. Al igual que estas hormigas coloradas diminutas que solíamos tener en Portland. No importaba lo rápido que las mataran, siempre había más, un flujo constante de ellas, resistentes, siempre multiplicándose. Tal vez , la esperanza, dijo. Tal vez
Lauren Oliver
Cada vez que intentaba pensar en ello, su pensamiento quedaba obturado. No podía seguir adelante. Y ello la obligaba a mentir cuando la preguntaban cosas que no entendía. Y más tarde, a creer, o a creer que creía, que sus mentiras eran verdad. Y a pedir que cesaran todas las investigaciones, porque prefería "no saber" a saber lo que temía.
Torcuato Luca de Tena (Los renglones torcidos de Dios)
Me asombra lo aleatorio, lo cómico y la fe que nos une a todos y nos hace seguir adelante.
David Levithan (Boy Meets Boy)
Pero empéñate en salir adelante. Ésa es tu misión en este mundo difícil, mantener vivo tu amor y seguir adelante, no importa lo que pase. Rehacerse y seguir, nada más, eso es todo.
Stephen King (El resplandor)
En aquel momento el retroceder significaría la perdición de su hermana y de las otras secuestradas, por lo que decidió seguir adelante.
Miguel Tarazona (Anabel: La Princesa Valiente (Cuento para niños) (Spanish Edition))
El éxito es la capacidad de seguir adelante, de fracaso en fracaso, sin perder el entusiasmo.
Dan Brown (Origen (Robert Langdon, #5))
Ser valiente es no rendirte, seguir adelante aunque estés muerto de miedo
Mónica Gutiérrez Artero (La librería del señor Livingstone)
-Entonces simplemente tendrás que aceptarlo, olvidarlo y seguir adelante con tu vida. Ojalá fuese tan fácil.
Chevy Stevens (Never Knowing)
Podrías hacer lo mismo que hacemos el resto. Seguir adelante.
Marie Rutkoski (The Winner's Kiss (The Winner's Trilogy, #3))
Eventualmente todos tenemos que decidir lo que queremos más: querer de vuelta lo que teníamos o querer lo que podríamos tener. Quedarse o arriesgar todo para seguir adelante.
Penelope Douglas
Eventualmente todos tenemos que decidir lo que queremos más: querer de vuelta lo que teníamos o querer lo que podríamos tener. Quedarse o arriesgar todo para seguir adelante.
Penelope Douglas, Punk 57
Todos lo hacemos, todos guardamos retazos del pasado en lugares recónditos, los conservamos aunque les demos la espalda para seguir adelante.
Alice Kellen (Donde todo brilla)
En medio de aquel fuerte vendaval que soplaba de frente, lo más que pude hacer fue abrir los ojos, tomar aliento y seguir adelante.
Haruki Murakami (Hombres sin mujeres)
Esto iba a doler, pensó Saxton. Pero esto no iba a romperlo. Finalmente lo superaría. Sanar, seguir adelante. Los corazones se rompen todo el tiempo... ¿No había una canción sobre esto?
J.R. Ward (Lover at Last (Black Dagger Brotherhood, #11))
-Te equivocas, Enrico, yo amo el amor. La belleza del amor. La libertad del amor. Amo la idea de que nada es obligado, que el amor de los demás, su tiempo, su atención, son regalos que se deben merecer y no sólo pretender. También cuando somos una pareja. Se está juntos por elección, no por obligación. Y sí, me hubiese gustado tener a Elena para siempre. Pero e ha ido. Ha elegido marcharse. Y ahora podría estar incluso con otro. ¿Qué otra cosa puedo hacer sino seguir adelante? ¿Seguir amándola por lo que me dio y me dejó probar y que ahora ya no existe?
Federico Moccia
Porque vivir es como escalar una montaña: no tienes que mirar hacia atrás, si no, puede darte vértigo. Tienes que seguir adelante, adelante, adelante... sin añorar lo que dejas atrás, porque, si ha quedado atrás, significa que no quería acompañarte en tu viaje. Pero ese trozo de roca que ya no puedes ver también te ha servido, te ha hecho comprender, te ha dado impulso.
Giulia Carcasi (Ma le stelle quante sono)
Se arrebujó en su abrigo para protegerse del aire gélido. Tan solo seguir adelante. Una vez elegido un rumbo, había que seguirlo. Y tener la esperanza de encontrar el camino de vuelta a casa.
Leigh Bardugo (Rule of Wolves (King of Scars, #2))
Viajar es en realidad tan simple como vivir. Si en cualquier momento de nuestra existencia nos detenemos a mirar hacia atrás y hacer un balance - un balance en verdad honesto -, la mayor parte de las veces no deberíamos sentirnos satisfechos de lo que esa vida nos ha deparado; pero si nos limitamos a aceptar lo que nuestra memoria quiere ofrecernos, entonces merece la pena seguir adelante.
Alberto Vázquez-Figueroa (Anaconda)
Vaughn, escucha. Tienes razón, te amé. Amé es la palabra clave aquí. Estoy enamorado de Lake. Nunca haría nada para lastimarla. Y tú estando aquí, eso la lastimaría. Por eso quiero que te vayas. Lo siento. Sé que esto no es lo que quieres escuchar. Pero tú tomaste tu decisión, y yo seguí adelante después de esa decisión. Ahora, tú necesitas seguir adelante. Por favor, haznos un favor a los dos y vete.
Colleen Hoover (Point of Retreat (Slammed, #2))
Vivimos con suposiciones muy fáciles, ¿no? Por ejemplo, que la memoria es igual a sucesos más tiempo. Pero es algo mucho más extraño. ¿Quién dijo que la memoria es lo que creíamos que habíamos olvidado? Y debería ser obvio que el tiempo no actúa como un fijador, sino más bien como un disolvente. Pero no conviene —no es útil— creer esto; no nos ayuda a seguir adelante; por lo tanto, lo pasamos por alto.
Julian Barnes (The Sense of an Ending)
Todas las personas somos una posibilidad. Los románticos empedernidos son quienes más cuenta se dan de ello; pero incluso para los demás, la única manera de seguir adelante es ver a cada persona como una posibilidad
David Levithan (Every Day (Every Day, #1))
En nuestro pasado reside nuestro futuro. Nuestras decisiones y nuestros actos condicionan ese futuro y nos traen alegría o la desgracia, Hagan lo que hagan, esfuércense por conseguir sus metas. Tal vez nunca logren su objetivo, incluso puede que este sea un espejismo, pero a lo largo del camino encontrarán gente que se convertirá en piezas importantes de sus vidas y crearán recuerdos que les ayudarán a seguir adelante en los tiempos difíciles. (Tory)
Sherrilyn Kenyon (Acheron (Dark-Hunter, #14))
Es tan contradictorio que carece de lógica; que la naturaleza haga que algo nazca y que ese algo quiera eliminarse a sí mismo. Estamos hechos para vivir. Incluso deseando morir, el instinto te impulsa a seguir adelante un día más.
Alice Kellen (El día que dejó de nevar en Alaska)
Hizo llamar también a su prometido y le dijo que no se preocupara, que tenía intención de seguir adelante con la boda aunque él fuera sólo un príncipe y ella una reina, y, tras darle unos tironcillos bajo la hermosa barbilla, lo besó hasta lograr que sonriera.
Neil Gaiman (The Sleeper and the Spindle)
¿Por qué una amistad entrañaba más codependencia que una relación sentimental? ¿Por qué era admirable cuando tenías veintisiete años pero espeluznante a los treinta y siete? ¿Por qué la amistad no era tan buena como una relación sentimental? ¿Por qué no era incluso mejor? Eran dos personas que permanecían juntas, día tras día, a quienes no las unía el sexo ni la atracción física ni el dinero ni los hijos ni una propiedad, solo el compromiso de seguir adelante y la dedicación mutua a una unión que nunca podría ser codificada. La amistad era ser testigo del lento goteo de tristezas del otro, de sus largas rachas de aburrimiento y de algún que otro triunfo. Era sentirse honrado por el privilegio de estar presente en sus momentos más duros y saber que a cambio podía permitirse estar triste en su presencia.
Hanya Yanagihara (A Little Life)
Guardarle rencor al destino no conduce a nada; las cosas suceden sin razón ni ritmo alguno, no se puede decir nada más. Ir en contra de ese destino es como censurar el humo del fuego o el mismo viento, excepto cargar con aquello que te ha tocado en suerte y seguir adelante.
Robert James Waller (A Thousand Country Roads)
Creo que el mundo se acabará en blanco y negro, como una película antigua. (El cabello negro como ala de cuervo, cielo, la piel tan blanca como la nieve.) Es posible que mientras tengamos colores podamos seguir adelante. (Labios tan rojos como la sangre, sigo recordándomelo.)
Neil Gaiman (Objetos frágiles (Spanish Edition))
—¿Para qué tener sueños? Muchos suelen romperse, un sueño es algo que es inventado para tener alguna meta con la cual seguir adelante y darle sentido a tu patética vida, ¿de qué sirve vivir a base de mentiras? Lo sueños fueron creados para ocultar la realidad de uno. Los humanos somos imbéciles y crédulos.
Flor M. Salvador (Boulevard)
¿No sería extraño que un ser vivo sin capacidad para sentir tristeza o desolación se suicidase? Es tan contradictorio que carece de lógica; que la naturaleza haga que algo nazca y que ese algo quiera eliminarse a sí mismo. Estamos hechos para vivir. Incluso deseando morir, el instinto te impulsa a seguir adelante un día más.
Alice Kellen (El día que dejó de nevar en Alaska)
«Esto es lo que te hace el amor». En los cuentos, el amor sanaba las heridas, arreglaba lo que estaba roto y te permitía seguir adelante. Pero el amor no era un hechizo, una bendición, un bálsamo ni una panacea. Era un hilo solitario y frágil que se fortalecía con la conexión, con las penurias compartidas, con el respeto y la confianza.
Leigh Bardugo (Rule of Wolves (King of Scars, #2))
La habilidad para revivir estados emocionales del pasado es un talento a la vez que una maldición. Es una maldición porque no te permite seguir adelante con tu vida. Cada corte, cada moretón, cada rechazo produce una cosecha que luego se almacena. El dolor se guarda congelado y conserva el mismo sabor que tuvo el día que nos lo hicieron”.
Elliot Perlman (Seven Types of Ambiguity)
«Alguien tiene que empezar, hijo. Alguien tiene que dar un paso adelante y hacer lo que hay que hacer, porque es lo justo. Si nadie lo hace, los demás no pueden seguir.»
Brandon Sanderson (El camino de los reyes (El archivo de las tormentas, #1))
Sólo ahora me doy cuenta de hasta qué punto llegamos a vivir de los recuerdos. Tal vez sean ellos los que nos impulsan a seguir adelante. Unos recuerdos que seguramente no son tal como los recordamos. Seguramente serán apenas un reflejo de lo que en realidad fueron. Estamos condenados a vivir en un cementerio de reflejos. Tal vez sea mejor así, quizá, deba, ser así.
Silvia Ibáñez Cambra (El Cementerio de los Reflejos)
A la gente no le ocurren cosas malas porque lo merezca. Sencillamente, la vida no funciona así. Simplemente es… eso…, la vida. Y no importa lo que seamos, tenemos que aceptar lo que nos ha tocado, a pesar de que sea malo, y hacer todo lo posible para seguir adelante, para seguir amando. Tener esperanza en que cambiará…, tener fe en que existe un propósito para el camino que estamos siguiendo.
Mia Sheridan (La voz de Archer)
El hombre actual está preso en esa red desde la que cree navegar, pero la verdadera navegación necesita de días de calma en el mar, en los que nada pase, en los que se vida solo para esperar y contemplar, alimentando el anhelo de lo extraordinario con algo extraño ya hoy, la paciencia. Navegar trae también tempestades que amenazan con hundirnos, pero que no destensan la voluntad de seguir adelante.
Stefan Zweig (Momentos estelares de la humanidad (Opera Magna) (Spanish Edition))
La mejor pradera es la que siempre se encuentra al otro lado del horizonte. El agua más dulce, la del siguiente río. El cielo más azul, el que siempre ves encima de otra colina. Y antes de que te des cuenta, una mañana te castañetean las articulaciones y no puedes dormir dos horas seguidas sin levantarte a orinar, y sólo entonces comprendes que el mejor lugar quedó atrás, y que no lo viste porque estabas obsesionado en seguir adelante.
Joe Abercrombie (Red Country)
Era una buena sensación para seguir adelante, así que me alejé de ellos tratando de hacer caso del viejo consejo: no mires atrás, nunca mires atrás. ¿Con cuánta frecuencia se dice eso mismo después de una experiencia excepcionalmente buena (o excepcionalmente mala)? Muy a menudo, supongo. Y, por lo general, no hacen caso del consejo. Los humanos fuimos construidos para mirar atrás, por eso poseemos una articulación giratoria en el cuello.
Stephen King (11/22/63)
¿Lo ves? Has abandonado tu antiguo refugio. Has dejado atrás todo convencionalismo. Ahora te exhorto a mirar a tu alrededor. (...) ¿Qué ves? Lo siento. Allí están las otras, adormiladas, hasta que sus alas se pudran y mueran antes de haber existido. Quise avisarte. (...) Como podrás comprobar, la mayoría de ellas no ha querido salir. Casi todas han temido (...) volar por sí solas, aceptar la lluvia, crear su propio camino. A algunas les falló la voluntad estrepitosamente, o no encontraron el valor suficiente para dejar la comunidad de seres que siempre duermen, y que confunden semejante acto con vivir. (...) Míralas. Todas son y serán, para siempre, crisálidas, proyectos. Cobardes. Abstraídas en su estado larvario. Con excusas permanentes. En el agridulce sueño del que se sueña, y nunca ES. Ya no puedes volver atrás. Estás en el vacío, en el aire. A partir de ahora, sólo podrás hacer una única cosa. Desplegar tus alas. Seguir adelante. Y ser.
Santi Balmes (La doble vida de las hadas)
Últimamente se preguntaba si ser codependiente era tan malo. Se lo pasaba bien con sus amistades y no hacía daño a nadie; ¿qué importaba si eso era codependencia o no? Además, ¿por qué una amistad entrañaba más codependencia que una relación sentimental? ¿Por qué era admirable cuando tenías veintisiete años pero espeluznante a los treinta y siete? ¿Por qué la amistad no era tan buena como una relación sentimental? ¿Por qué no era incluso mejor? Eran dos personas que permanecían juntas, día tras día, a quienes no las unía el sexo ni la atracción física ni el dinero ni los hijos ni una propiedad, solo el compromiso de seguir adelante y la dedicación mutua a una unión que nunca podría ser codificada. La amistad era ser testigo del lento goteo de tristezas del otro, de sus largas rachas de aburrimiento y de algún que otro triunfo. Era sentirse honrado por el privilegio de estar presente en sus momentos más duros y saber que a cambio podía permitirse estar triste en su presencia.
Hanya Yanagihara (Tan poca vida)
El problema principal aquí es que cuando creemos que "deberíamos" obtener los resultados porque sentimos que los merecemos. La realidad de la vida es que las cosas pueden o no suceder. De tal modo, las expectativas son una guía. Cuando las cosas no suceden de la forma en que pensamos, debemos tomar nota de ello, seguir adelante y buscar una manera diferente de alcanzar el objetivo. En un "mundo saludable" hacemos ajustes porque las cosas no sucedieron; simplemente tenemos que cambiar nuestra estrategia.
John Burke (El Problema es USTED: Cómo Dejar de Estorbar Su Propio Camino y Conquistar el Comportamiento Derrotista (Spanish Edition))
Se necesitan políticas para un crecimiento sostenible, equitativo y democrático. Esta es la razón del desarrollo. El desarrollo no consiste en ayudar a unos pocos individuos a enriquecerse o en crear un puñado de absurdas industrias protegidas que solo benefician a la elite del país; no consiste en traer a Prada y Benetton, Ralph Lauren o Louis Vuitton para los ricos de las ciudades, abandonando a los pobres del campo de su miseria. El que se pudieran comprar bolsos de Gucci en los grandes almacenes de Moscú no significo que el país se había vuelto una economía de mercado. El desarrollo consiste en transformar las sociedades, mejorar las vidas de los pobres, permitir que todos tengan la oportunidad de salir adelante y acceder a la salud y a la educación. Este tipo de desarrollo no tendrá lugar si sólo unos pocos dictan las políticas que deberá seguir un país. Conseguir que se tomen decisiones democráticas quiere decir garantizar que un abanico de economistas, funcionarios y expertos de los países en desarrollo estén activamente involucrados en el debate. También implica una amplia participación que va bastante más allá de los expertos y los políticos. Los países en desarrollo deben tomar las riendas de su propio porvenir. Pero nosotros en occidente no podemos eludir nuestras responsabilidades
Joseph E. Stiglitz
—Te equivocas, Enrico, yo amo el amor. La belleza del amor. La libertad del amor. Amo la idea de que nada es obligado, que el amor de los demás, su tiempo, su atención, son regalos que se deben merecer y no sólo pretender. También cuando somos una pareja. Se está juntos por elección, no por obligación. Y sí, me hubiese gustado tener a Elena para siempre. Pero se ha ido. Ha elegido marcharse. Y ahora podría estar incluso con otro. ¿Qué otra cosa puedo hacer sino seguir adelante? ¿Seguir amándola por lo que me dio y me dejó probar y que ahora ya no existe?
Federico Moccia (Perdona si te llamo amor + Perdona pero quiero casarme contigo (Planeta Internacional) (Spanish Edition))
—Mi nombre es Ashallyn’darkmyr Tallyn, tercer hijo de la Corte Tenebrosa—Que se sepa que de hoy en adelante juro proteger a Meghan Chase, hija del Rey de Verano, con mi espada, con mi honor y mi vida. Sus deseos son los míos. Si el mundo se alzara alguna vez contra ella, mi espada estará de su lado. Y si fracasara en mi deber de protegerla, pierda yo el derecho a seguir viviendo. Esto lo juro sobre mi honor, con mi Verdadero Nombre y con mi vida. De hoy en adelante… —su voz se hizo más suave y, como si me lo hubiera susurrado al oído, le escuché decir—: Soy tuyo
Julie Kagawa (The Iron Queen (The Iron Fey, #3))
- Y yo ... ¿qué tengo yo, entonces? - Tu tienes mi corazón. Siempre lo has tenido. Incluso cuando te odiaba, cuando pensaba que tú eras el responsable de la muerte de mi hermano, lo ocupabas por entero. Solo podía pensar en ti, llenabas mi mundo y, de alguna manera, me diste fuerzas para seguir adelante. Contigo tenía una meta, algo en lo que volcar mis energías y mis ganas de vivir. Es cierto que, al principio, eras una obsesión malsana. Después, no sé cómo ha ocurrido, poco a poco la balanza se ha inclinado al lado contrario. Y mi odio se ha evaporado, dejando solo este otro sentimiento dentro ...
Kate Danon (La joya de Meggernie (Hermanos MacGregor #1))
Yuki mira hacia otro lado, como si lo asimilara. Después de un momento, dice: —Sabes, no creo que puedas dejar ir a Sam. Incluso si realmente quisieras. —¿Qué quieres decir? —Supongo que lo que quiero decir es que Sam sigue formando parte de tu vida, ¿verdad? —dice—. Puede que se haya ido físicamente, pero siempre llevarás un trozo de él contigo. Sé que tu tiempo con Sam fue mucho más corto de lo que querías, pero ese tiempo juntos no es algo que puedas devolver. Dejar ir no es olvidar. Es equilibrar el seguir adelante con la vida, y mirar atrás de vez en cuando, recordando a las personas que hay en ella.
Dustin Thao (You've Reached Sam (You've Reached Sam, #1))
Tengo treinta años y todavía me siento como una niña pequeña. Todavía miro alrededor para ver qué hacen los demás y así asegurarme de que no soy completamente distinta; todavía miro alrededor en busca de ayuda, de un codazo amistoso y un consejo dicho en voz baja. Pero al parecer no atraigo la atención de nadie. Nadie más parece estar mirando alrededor preguntándose qué hacer. ¿Por qué será que me siento como si fuese la única persona que está confundida y preocupada por las decisiones que he tomado y el futuro que me aguarda? Mire donde mire, sólo veo personas que tiran adelante. Quizá tendría que seguir su ejemplo.
Cecelia Ahern (Love, Rosie)
Una red efectiva es aquello que, cuando andas por la cuerda floja y caes, evita que te mates. Literalmente. Es aquel lugar esponjoso que amortigua la caída al vacío, que se come el golpe contigo, que atenúa el derrumbe haciendo de las piedras, plumas. Que te permite resoplar, levantarte, sacudirte el polvo enganchado a la ropa, y seguir. Sin sangre irrecuperable, sin fracturas inviables, sin vísceras deterioradas para siempre. En esta parte del libro quiero dar cuenta de los nudos que he aprendido a hacer para tejer una red afectiva. Ningún nudo es un invento así salido de la nada, sino casi una sorpresa que hemos ido encontrando por el camino, a partir de intuiciones, de no fliparnos con ideas marcianas sino de aterrizar las cosas, respirar hondo, meterle mucho humor y mucha ironía al asunto, e ir haciendo entre todas. Ir andando. Y de seguir el consejo que le daba Lola Flores a su hija Lolita: «tira para adelante, pero cuando estés al borde del precipicio mira hacia abajo y retrocede tres pasos». Tira para adelante, pero antes de caerse o de tirar a alguien por el precipicio, tres pasitos para atrás. Desde ahí hablo. Por si en alguna playa, en algún puerto, alguien recoge esta botella y le es de utilidad, aunque solo sea para llenarla de ron.
Brigitte Vasallo (Pensamiento monógamo, terror poliamoroso)
¿Por qué la amistad no era tan buena como una relación sentimental? ¿Por qué no era incluso mejor? Eran dos personas que permanecían juntas, día tras día, a quienes no las unía el sexo ni la atracción física ni el dinero ni los hijos ni una propiedad, solo el compromiso de seguir adelante y la dedicación mutua a una unión que nunca podría ser codificada. La amistad era ser testigo del lento goteo de tristezas del otro, de sus largas rachas de aburrimiento y de algún que otro triunfo. Era sentirse honrado por el privilegio de estar presente en sus momentos más duros y saber que a cambio podía permitirse estar triste en su presencia.
Hanya Yanagihara (Tan poca vida)
Si me detuviera a recordar cómo te sientes cuando te agazapas bajo el fuego de las ametralladoras, sin nada que se interponga frente a las balas salvo tu casco y tus manos entrelazadas en la nuca; si me detuviera a recordar la cantidad de kilómetros que recorrimos penosamente sólo para ver cómo los chicos de delante pisaban una mina; si me detuviera a recordar cómo me agachaba en la oscuridad, sin saber si el silbido de la siguiente bomba llevaría mi nombre; si me detuviera a recordar los comentarios en voz baja de los muchachos de alrededor, que no sabían que yo había estado allí arriba, haciendo mi trabajo…, la verdad es que no conseguiría seguir adelante. Tengo que repetirme a mí mismo que volveré a estar contigo en un abrir y cerrar de ojos. No puedo hacer más.
Jessica Brockmole (Letters from Skye)
Para ser malo, debe existir y poseer inteligencia y voluntad. Pero la existencia, la inteligencia y la voluntad son en sí mismas buenas. Por lo tanto debe estar obteniéndolas de un Poder Bueno: incluso para ser malo debe pedir prestado o robar a su oponente. ¿Empezáis a comprender por qué el cristianismo ha dicho siempre que el demonio es un ángel caído? Eso no es un mero cuento infantil. Es un reconocimiento real de que el mal es un parásito, no la cosa original. Los poderes que le permiten al mal seguir adelante son poderes que le ha otorgado la bondad. Todas las cosas que le permiten a un mal hombre ser eficazmente malo son buenas en sí mismas: la resolución, la inteligencia, la belleza, la existencia misma. Por eso, el dualismo, en un sentido estricto, no funcionará.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Dudé mucho antes de convencerme a mí misma de que debía seguir con aquel cometido. Reflexioné, sopesé opciones y valoré alternativas. Sabía que la decisión estaba en mi mano: sólo yo tenía la capacidad de elegir entre seguir adelante con aquella vida turbia o dejarlo todo de lado y volver a la normalidad (…) Dejarlo todo y volver a la normalidad: sí, aquélla sin duda era la mejor opción. El problema era que ya no sabía dónde encontrarla. ¿Estaba la normalidad en la calle de la Redondilla de mi juventud, entre las muchachas con las que crecí y que aún se peleaban por salir a flote tras perder la guerra? ¿Se la llevó Ignacio Montes el día en que se fue de mi plaza con una máquina de escribir a rastras y el corazón partido en dos, o quizás me la robó Ramiro Arribas cuando me dejó sola, embarazada y en la ruina entre las paredes del Continental? ¿Se encontraría la normalidad en Tetuán de los primeros meses, entre los huéspedes tristes de la pensión de Candelaria, o se disipó en los sórdidos trapicheos con los que ambas logramos salir adelante? ¿Me la dejé en la casa de Sidi Mandri, colgada de los hilos del taller que con tanto esfuerzo levanté? ¿Se la apropió tal vez Félix Aranda alguna noche de lluvia o se la llevó Rosalinda Fox cuando se marchó del almacén del Dean’s Bar para perderse como una sombra sigilosa por las calles de Tánger? ¿Estaría la normalidad junto a mi madre, en le trabajo callado de las tardes africanas? ¿Acabó con ella un ministro depuesto y arrestado, o la arrastró quizás consigo un periodista a quien no me atreví a querer por pura cobardía? ¿Dónde estaba, cuándo la perdí, qué fue de ella? La busqué por todas partes: en los bolsillos, por los armarios y en los cajones; entre los pliegues y las costuras. Aquella noche me dormí sin hallarla. Al día siguiente desperté con una lucidez distinta y apenas entreabrí los ojos, la percibí: cercana, conmigo, pegada a la piel. La normalidad no estaba en los días que quedaron atrás: tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana. En Marruecos, en España o Portugal, al mando de un taller de costura o al servicio de la inteligencia británica: en el lugar hacia el que yo quisiera dirigir el rumbo o clavar los puntales de mi vida, allí estaría ella, mi normalidad. Entre las sombras, bajo las palmeras de una plaza con olor a hierbabuena, en el fulgor de los salones iluminados por lámparas de araña o en las aguas revueltas de la guerra. La normalidad no era más que lo que mi propia voluntad, mi compromiso y mi palabra aceptaran que fuera y, por eso, siempre estaría conmigo. Buscarla en otro sitio o quererla recuperar del ayer no tenía el menor sentido.
María Dueñas (The Time in Between)
Últimamente se preguntaba si ser codependiente era tan malo. Se lo pasaba bien con sus amistades y no hacía daño a nadie; ¿qué importaba si eso era codependencia o no? Además, ¿por qué una amistad entrañaba más codependencia que una relación sentimental? ¿Por qué era tan admirable cuando tenías veintisiete años pero espeluznante a los treinta y siete? ¿Por qué la amistad no era tan buena como una relación sentimental? ¿Por qué no era incluso mejor? Eran dos personas que permanecían juntas, día tras día, a quienes no las unía el sexo ni la atracción física ni el dinero ni los hijos ni una propiedad, solo el compromiso de seguir adelante y la dedicación mutua a una unión que nunca podría ser codificada. La amistad era ser testigo del lento goteo de tristezas del otro, de sus largas rachas de aburrimiento y de algún que otro triunfo. Era sentirse honrado por el privilegio de estar presente en sus momentos más duros y saber que a cambio podía permitirse estar triste en su presencia.
Hanya Yanagihara (A Little Life)
Supongo que si a uno le gustaban las perras frígidas que escondían corazones atados con oro, se podría decir razonablemente que el Gran Príncipe Justin de Verania era un hombre atractivo. Claro, a menudo parecía que había mordido el más amargo de los limones (algo de lo que había intentado curarlo, pero que parecía empeorar), pero hombres y mujeres amaban su piel de porcelana, alabando poéticamente sus rizos marrón chocolate. Qué majestuoso es, exclamaban. Qué hermoso. Era como si los dioses mismos tuvieran algo que ver. Incluso después de que esencialmente lo había reencarnado, se veía bien constituido. Era escultural, de hombros anchos y cintura estrecha. Tenía dedos elegantes y palmas encallecidas, un testimonio de lo bien versado que estaba como espadachín. Su lujosa túnica bordada se estiraba ajustando sus brazos y pecho. Sus pantalones tenían la cantidad justa de tiro entre sus muslos y... —Santa mierda —respiré—. Eres de ensueño. Él dijo: —¿Qué? —Sin inflexión alguna. —Me gustas, no, solo... dame un momento. Mi visión del mundo ha cambiado y estoy luchando para seguir adelante. Y qué... más o menos es un día normal para ti, ¿no? —¿Cuándo te volviste atractivo? —Exigí. —¿Estás seduciéndome? —preguntó con incredulidad. —¡Qué! ¡No! Por supuesto no. Al menos, creo que no. ¿Soy yo? Realmente necesito sentarme y pensar en esto. ¿Qué estoy haciendo? ¿Con esto? ¿Con mi vida? Oh, dioses míos, ¿qué estoy haciendo con mi...
T.J. Klune
A sus ojos yo siempre sería una criatura dependiente. Huberto pensaba así desde que tuvo uso de razón, era improbable que la revolución cambiara esos sentimientos. Comprendí que nuestros problemas no tenían relación con las vicisitudes de la guerrilla; aunque él lograra sacar adelante su sueño, la igualdad no alcanzaría para mí. Para Naranjo y otros como él, el pueblo parecía compuesto sólo de hombres; nosotras debíamos contribuir a la lucha, pero estábamos excluidas de las decisiones y del poder. Su revolución no cambiaría en esencia mi suerte, en cualquier circunstancia yo tendría que seguir abriéndome paso por mí misma hasta el último de mis días. Tal vez en ese momento me di cuenta de que la mía es una guerra cuyo final no se vislumbra.
Isabel Allende (Eva Luna)
En realidad nadie sabe que está viviendo el momento más feliz de su vida mientras lo vive. Puede que haya quienes piensen o digan sinceramente (y a menudo) en ciertos momentos de entusiasmo que están viviendo «ahora» ese instante dorado de sus vidas, pero, a pesar de todo, con parte de su alma creen que más adelante vivirán momentos más hermosos y más felices. Porque, especialmente en la juventud, de la misma forma que nadie puede seguir viviendo si piensa en que a partir de ese momento todo va a ir a peor, si uno es tan dichoso como para imaginarse que vive el momento más feliz de su vida, es lo bastante optimista como para pensar que el futuro también será hermoso. Pero en los días en que sentimos que nuestra vida, como si fuera una novela, ha adquirido por fin su forma definitiva, podemos percibir y seleccionar, como hago yo ahora, cuál ha sido nuestro momento más feliz.
Orhan Pamuk (El museo de la inocencia)
Aquel gentío, aquellos gritos, 《¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!》, aquellas banderas españolas... Nadie trabajaba esa tarde. Las empresas habían dado permiso a sus empleados para ir a recibir al 《salvador》de la patria. Y la gente, como una alfombra extendida sobre las calles, lo llenaba todo, hasta el último rincón. ¿La misma gente que había luchado por la República? ¿La misma cuyos padres, maridos o hijos habían caído en el frente? ¿La misma que soportó los atroces bombardeos que buscaban crear el máximo miedo en la población civil? ¿La misma que pasó hambre y frío? Aquella mañana del 26 de enero de 1939, viendo a las tropas victoriosas entrando por la Diagonal, se preguntó de dónde sacaban los supervivientes las banderas, y si el entusiasmo y la alegría eran reales o un simple alivio por el fin de la guerra. Habían pasado poco más de diez años y todo seguía igual o... Banderas, saludos fascistas, gritos de adhesión al vencedor. ¿Tan rápido el olvido? ¿Tanta necesidad de paz a cualquier precio? ¿Tanto miedo que masticar y tragar con tal de seguir adelante? ¿Y los más de cien mil cadáveres enterrados en cunetas y montañas, fosas comunes y cementerios, a la espera de un tiempo mejor en el que volver a merecer un respeto y recuperar su dignidad, mientras el régimen seguía fusilando y aumentando la cuenta? El dictador volvía por tercera vez a Barcelona y allí estaba la ciudad rendida a sus pies. Tal vez los que permanecían en sus casas fueran más numerosos, mucho más, pero ellos callaban. También lo hacían algunos de los presentes, obligados a presenciar toda aquella parafernalia porque si no podían ser represaliados por sus empresas, que en caso de estar lejos habían puesto autocares para la movilidad de sus empleados. Era un día sin excusas. Hasta los enfermos debían curarse milagrosamente.
Jordi Sierra i Fabra
«Divorciarme, eso es lo que debo hacer», mascullaba para mis adentros, pero debo haberlo dicho más de una vez en voz alta, porque Willie paró la oreja ante la palabra divorcio. Había pasado por dos anteriores y estaba decidido a evitar untercero; entonces me presionó para que consultáramos a un psicólogo. Yo me había burlado sin piedad del terapeuta de Tabra, un alcohólico despelucado que le aconsejaba las mismas perogrulladas que yo podía ofrecerle gratis. En mi opinión, la terapia era una manía de los estadounidenses, gente muy consentida y sin tolerancia para las dificultades normales de la existencia. Mi abuelo me inculcó en la infancia la noción estoica de que la vida es dura y ante los problemas no cabe sino apretar los dientes y seguir adelante. La felicidad es una cursilería; al mundo se viene a sufrir y aprender. Menos mal que el hedonismo de Venezuela suavizó unpoco aquellos preceptos medievales de mi abuelo y me dio permiso para pasarlo bien sin culpa. En Chile, en tiempos de mi juventud, nadie iba a terapia, excepto los locos de atar y los turistas argentinos, así es que me resistí bastante a la propuesta de Willie, pero él insistió tanto que por fin lo acompañé. Mejor dicho, él me llevó de un ala. El psicólogo resultó tener aspecto de monje, llevaba el cráneo afeitado, bebía téverde y permanecía la mayor parte de la sesión con los ojos cerrados. En el condado de Marin se ve a cualquier hora hombres en bicicleta, trotando enpantalones cortos o saboreando su capuchino en mesitas de las veredas. «¿Esta gente no trabaja?», le pregunté una vez a Willie. «Son todos terapeutas», me contestó. Tal vez por eso sentí un gran escepticismo frente al calvo, pero pronto éste se reveló como un sabio. Su oficina era un cuarto desnudo pintado de color arveja, decorado con una tela -mandala, creo que se llama- colgada en la pared. Nos sentamos con las piernas cruzadassobre unos cojines en el suelo, mientras el monje sorbía como un pajarito su té japonés. Empezamos a hablar y pronto se desencadenó una avalancha. Willie y yo nos arrebatábamos la palabra para contarle lo que había pasado contigo, la existencia de espanto que llevaba Jennifer, la fragilidad de Sabrina, mil otros problemas, y mi deseo de mandar todo al diablo y desaparecer. El hombre nos escuchó sin interrumpir y cuando faltaban pocos minutos para que terminara la sesión, levantó sus párpados capotudos y nos miró con una expresión de genuina lástima.«¡Qué tristeza hay en sus vidas!», murmuró. ¿Tristeza? Eso no se nos habíaocurrido a ninguno de los dos. Se nos desinfló la rabia en un instante y sentimos hasta los huesos una pena vasta como el Pacífico, que no habíamos querido admitir por pura y simple soberbia. Willie me tomó la mano, me atrajo a su cojín y nos abrazamos. Por primera vez admitimos que teníamos el corazón muy adolorido. Fue el comienzo de la reconciliación.-Voy a aconsejarles que no mencionen la palabra divorcio durante una semana. ¿Pueden hacerlo? -preguntó el terapeuta. -Sí -respondimos a una sola voz.
Isabel Allende (La suma de los días)
lo que nos hace interesantes no son sólo nuestras experiencias sino aquello que aún no hemos vivido. Lo mismo es verdad cuando creas: debes adoptar tus limitantes y seguir adelante.
Austin Kleon (Roba como un artista: Las 10 cosas que nadie te ha dicho acerca de ser creativo (Spanish Edition))
La memoria es la capacidad de seguir adelante arrastrando ciertos aspectos de la experiencia. Incluso los músculos tienen memoria, algo que puede apreciarse con los cambios que se producen en ellos como resultado del ejercicio. No obstante, y más importante aún, la memoria es lo que el cerebro hace, el modo en que nos forma, y permite que nuestro pasado ayude a determinar nuestro futuro. En gran medida, el cerebro nos convierte en quienes somos(...).
Bruce D. Perry (A Child's Loss: Helping Children Exposed to Traumatic Death (The ChildTrauma Academy Press Caregiver Series Book 1))
En India se enseñan cuatro leyes de la espiritualidad. La primera dice: “La persona que llega es la persona correcta”, es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación, ya sea para bien o para mal. La segunda dice: “Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”. Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa… hubiese sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo... La tercera dice: “En cualquier momento que comience es el momento correcto”. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará. Y la cuarta y última dice así: “Cuando algo termina, termina”. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, soltarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Fabian Ciarlotti (Ayurveda y las 9 emociones (Alternativa) (Spanish Edition))
Nada me obliga a seguir adelante, nada que no sea mi propio deseo de hacerlo.
Jorge Bucay (El camino del encuentro (Spanish Edition))
Las temporadas pasarán Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas. (Salmos 34:19) Dios ha prometido no dejarle ni abandonarle nunca. ¡Él siempre está con usted! Habrá momentos en su jornada en los que tendrá que seguir adelante, solo usted y Dios. Esos son tiempos difíciles, pero si se esfuerza por superar el desánimo, saldrá
Joyce Meyer (Momentos de quietud con Dios: 365 inspiraciones diarias (Spanish Edition))
al otro lado más arraigado y cimentado en Dios. Desarrollará un profundo caminar con Él que será asombroso. Sin embargo, si se rinde, se quedará atascado en la desesperación. La Biblia nos dice que muchas son las dificultades que vienen contra el justo, pero Dios nos rescata de todas ellas. Cuando pase por tiempos difíciles, solo recuerde que no durarán para siempre. Vienen en temporadas, y las temporadas pasarán. En su momento de quietud con Dios, pídale la fuerza para seguir adelante, y recuerde que nunca está solo.
Joyce Meyer (Momentos de quietud con Dios: 365 inspiraciones diarias (Spanish Edition))
Tarde o temprano todas las tragedias acaban bien - dijo mamá. Entonces no lo entendí, ahora tampoco lo entiendo, pero pocas palabras me han ayudado tanto en mi vida. Algunas veces se necesita un enigma para poder seguir adelante.
Theodor Kallifatides (Lo pasado no es un sueño)
estamos rodeados de enemigos, entonces seguir adelante es tan seguro como retroceder o desviarse. No obstante, aunque retroceder o desviarse fuera diez veces más seguro seguiría adelante.
Robert Jordan (Encrucijada en el crepúsculo (The Wheel of Time, #10))
Tal vez la felicidad sea algo para lo que no todos estamos preparados. A algunos, cuando ella acecha, cuando la sentimos cerca, nos da pánico. Y hacemos lo que sea para encontrar la manera de evitarla, para lograr que se desvíe de nuestro camino justo un instante antes de que nos toque. Porque el asunto es no saber qué hacer con esa felicidad, cómo meterla dentro del cuerpo y seguir hacia adelante. Para alguno de nosotros es el malestar y no la felicidad el hábitat donde podemos vivir.
Claudia Piñeiro (Uma Pequena Sorte (Portuguese Edition))
El miedo es la emoción predominante de nuestro tiempo. Es una parte de nuestra existencia diaria que tendemos a no observar. Transportado desde cientos de encarnaciones previas, el miedo que no ha sido sanado está profundamente instalado en la conciencia individual y colectiva. Para sanar el miedo y seguir adelante sin él necesitamos experimentarlo (la resistencia a cualquier energía sólo la hace más fuerte). Los desafíos de la vida nos presentan una oportunidad para sanar los miedos, tanto conscientes como inconscientes.
Robert Schwartz (El plan de tu alma)
La motivación debe estar siempre presente en todo lo que hagas en la vida, porque es lo que te dará impulso para empezar, pero también para seguir adelante en momentos de extrema dificultad.
Jesús Calleja (Si no te gusta tu vida, cámbiala)
—¿Y de qué estás escapando? —pregunté. Se mantuvo impasible por unos segundos y pensé que quizás no me había escuchado. Me tomó un rato darme cuenta que la pregunta la había sumergido en pensamiento. —Estoy tratando de seguir adelante.
Jean Paul Vizuete (Nombres en el Silencio)
Intento seguir. Joder, lo intento. Lo prometo. Pero es duro, acostumbrada al caos salir adelante.
Ela Rotariu (Perdida entre las sombras)
La humildad significa eso: aprender a aceptar el desánimo e incluso la derrota como enviados por Dios; aprender a perseverar y seguir adelante con el corazón en paz y confiando en Dios, seguros de que lo que suceda merece la pena, por el mero hecho de que en nuestra vida está actuando la voluntad de Dios y nosotros procuramos aceptarla y seguirla.
Walter J. Ciszek (He Leadeth Me)
Nuestra Señora dijo una vez que para perdonar a los otros, debemos ante todo perdonarnos a nosotros mismos. El secreto de este misterio es, sencillamente, el amor. Si amas, entonces sabrás cómo perdonar y seguir adelante. Sin amor no hay nada; estás vacío y no puedes realmente perdonar. Sólo cuando amas al que te persigue, puedes decir que estás en el camino justo. Ésta es la verdadera misericordia.
Mirjana Soldo (My Heart Will Triumph)
Todo es efímero. Nada es eterno. No hemos llegado para quedarnos y, precisamente por eso, no vale la pena hundirse y quedarse atrás en el camino, reviviendo lo que nos ha hecho daño. Seguir adelante es la única opción que debemos plantearnos. Ser fuertes y no volver la vista atrás. Bueno sí. De vez en cuando hay que hacerlo, porque sólo así podemos comprobar cuánto hemos avanzado y es también la única forma de recordar nuestros errores y no repetirlos.
Javier Martínez (Aquí y ahora)
HONRA LA FLOR DEL ALMA Decide completamente ahora Hónrate honrando tu sendero el Alma, junto con el apoyo y la colaboración Universal, dirigirá y guiará completamente el sendero. Completamente apoyado, el camino será pavimentado en Oro, cuando decidas seguir tus anhelos más profundos en alineación con el bien para todos. Sigue lo que te trae alegría, es allí donde está la magia, y es allí donde cobras vida. ¿Qué has anhelado hacer y ser? Decide eso ahora, es el momento de obsequiar al mundo con tu magnificencia. No hay vuelta atrás Tú eres un movimiento hacia adelante rayo de luz una Estrella.
Ulonda Faye
Nunca puede saberse todo —respondió quedamente Lan—, y parte de lo que se sabe siempre es erróneo. Quizás hasta las cosas más importantes. Una parte de sabiduría es ser consciente de eso. Una parte del valor radica en seguir adelante a pesar de ello.
Robert Jordan (El corazón del invierno (La rueda del tiempo, #9))
Cuando ya apenas poseía nada, por fin podía sentarme en paz a observar las estrelles en el oscuro firmamento. Me había alejada tanto de mí misma como es humanamente possible, y sabia que aquel estado no debía durar si prentendía seguir con vida. De vez en cuando intuïa que, más adelante, no entendería qué me había pasado en la pradera. Allí comprendí que todo cuanto había pensado y hecho hasta entonces, o casi todo, solo era una mala copia. Otras personas lo habían pensado y hecho antes que yo. Sin embargo, las hores en el banco ante la cabaña eran reales, una experiencia puramente individual; y aun así, imperfecta. Los pensamientos eran casi simepre más rápidos que los ojos y falseaban la verdadera imagen.
Marlen Haushofer (The Wall)
Así que lo hacía. Ojalá pudiera protegerlos mejor, pero lo único que podría hacer sería cargar con ese peso. Al final había resultado que el secreto no estaba en endurecerse hasta casi quebrarse. No estaba en volverse insensible, sino en seguir adelante aguantando el sufrimiento, igual que con las heridas que tenía en el costado, y aceptar el dolor como una parte de sí mismo.
Robert Jordan (Un Recuerdo de Luz (La Rueda del Tiempo, #14))
Para los japoneses, el Kintsugi es una forma de sanar después de haber sido quebrantados, aprendiendo a apreciar la belleza que queda después de la restauración como parte de nuestra esencia, dándote el impulso para seguir adelante después de una caída.
Andrea Rodríguez (9 hábitos japoneses que cambiarán tu vida)