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quieres ver o hacer? ¿Qué te apetece comer? ¿Y beber? ¿Qué tipo de ropa te vas a llevar? ¿Qué comprarás? Ya has captado la idea. Incluye todo lujo de detalles; cuanto más real sea la imagen, mejor, porque vas a asignar una letra como símbolo de posibilidad a todas esas circunstancias. Como te decía en el capítulo anterior, esos pensamientos, que conforman tu intención, son la energía eléctrica que envías al campo unificado. Ahora debes combinar esa intención con una emoción elevada: amor, gratitud, inspiración, alegría, ilusión, asombro, fascinación, por citar únicamente algunos ejemplos. Tienes que sintonizar con el sentimiento que esperas experimentar cuando tu deseo se materialice y sentir la emoción antes de vivir la experiencia. La emoción superior (que acarrea una energía más poderosa) es la carga magnética que envías al campo. Y como acabas de leer, cuando combinas la carga eléctrica (tu intención) con la carga magnética (la emoción superior), creas una impronta electromagnética equivalente al estado de tu ser. También podríamos describir esas emociones elevadas como emociones sentidas. Por lo general, cuando nos embargan emociones como las que acabo de mencionar tenemos la sensación de que se nos agranda el corazón. Sucede así porque la energía se desplaza a esa zona y, a resultas de ese movimiento,
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Joe Dispenza (Sobrenatural: Gente corriente haciendo cosas extraordinarias (Crecimiento personal))