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Para escuchar a Dios, se necesita más oración, meditar la vida de Jesús, buscando el silencio, la celda interior como Santa Catalina de Siena.
San Padre Pio nos aconseja a orar en todo momento, a buscar la Presencia de Dios. Buscar dar mejores frutos.
“Jesús te conceda escucharlo cada vez más en tu corazón, al igual que a todas las almas que lo aman con sinceridad y pureza de corazón, su invitación tres veces amorosísima: «Mi yugo es suave y mi carga ligera». Esta dulcísima invitación del divino Maestro te consuele en tu nueva prueba, o, mejor, en ese crecimiento de los favores divinos en ti. Y se puede decir muy bien que este nuevo estado tuyo es un favor singularísimo del Señor, favor que el Señor no suele otorgar sino a aquellas almas fuertes, que su misericordia las hace más gratas a Él.” Padre Pio
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