Primer Beso Quotes

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Es el primer beso del que ambos estamos plenamente conscientes. Ninguno está debilitado por la enfermedad o el dolor, tampoco desmayado; no nos arden los labios de fiebre ni de frío. Es el primer beso que de verdad hace que se me agite algo en el pecho, algo cálido y curioso. Es el primer beso que me hace desear un segundo. [pp. 319]
Suzanne Collins (The Hunger Games (The Hunger Games, #1))
—Déjeme informarte de algo —dice en voz baja—. En el momento en que mis labios toquen los tuyos, será tu primer beso. Porque si nunca has sentido nada cuando alguien te dio un beso, entonces nunca nadie realmente te besó. No en la forma en que planeo besarte.
Colleen Hoover (Hopeless (Hopeless, #1))
Hay algunas experiencias en tu vida que nunca olvidarías por más que quieras, como tu primer beso, tu primer amor, tu primer novio, tu primera vez, tu primer corazón roto. En fin...muchas otras cosas pero, entonces ¿cómo hacemos para olvidar esas pruebas que nos han hecho daño o nos han marcado para siempre?
Christopher Rosas (Porque nunca se olvida)
-¿Cuál es el problema, Ángel? -¡Ese imbécil se robó mi primer beso! -. Liam se echó a reír y me sentí aún peor. -¡No es gracioso, Liam! El primer beso de una chica es importante para ella. Sólo porque seas una clase de súper puta a la que no le importa, y probablemente no recuerda su primer beso, no significa que las pequeñas cosas no son importantes. -Ángel, cálmate. Él no te robó tu primer beso.
Kirsty Moseley (The Boy Who Sneaks in My Bedroom Window (The Boy Who Sneaks in My Bedroom Window, #1))
El corazón Que tenía en la escuela Donde estuvo pintada La cartilla primera ¿Está en ti Noche negra Frío frío Como el agua Del río. El primer beso Que supo a beso y fue Para mis labios niños Como la lluvia fresca ¿Está en ti Noche negra
Federico García Lorca
En el instante en que mis labios toquen los tuyos, será tu primer beso. Porque si nunca has sentido nada cuando te han besado, es que nadie te ha besado de verdad. No de la manera en la que yo pienso besarte
Colleen Hoover (Hopeless (Hopeless, #1))
—Sky, no te voy a besar esta noche, pero créeme cuando te digo, nunca he querido besar más a una chica. Así que deja de pensar que no me siento atraído por ti porque no tienes ni idea de cuánto lo estoy. Puedes sostener mi mano, puedes correr tus dedos a través de mi cabello, puedes sentarte a horcajadas sobre mí mientras te doy de comer espagueti, pero no vas a conseguir ser besada esta noche. Y probablemente mañana, tampoco. Necesito esto. Necesito saber con seguridad que estas sintiendo cada una de las cosas que estoy sintiendo en el momento en que mis labios toquen los tuyos. Porque quiero que tu primer beso sea el mejor primer beso en la historia de los primeros besos.
Colleen Hoover (Hopeless (Hopeless, #1))
Fue cocaína el primer beso y cloroformo el segundo.
Alexandre Alphonse (Cien sonetos de rencor)
—La primera vez que me besas ¡y en la frente! Qué primer beso más patético
Olivia Ardey (Regálame París)
Querida America: He estado pensando en nuestro primer beso. Supongo que debería decir nuestros primeros besos, pero al que me refiero es al segundo, el que me permitiste darte de verdad. ¿Alguna vez te he contado cómo me sentí esa noche? No solo iba a dar mi primer beso; iba a darte el primer beso a ti. He visto mucho en mi vida, America, he podido llegar a todos los rincones del mundo. Pero nunca me he encontrado con nada tan doloroso y precioso a la vez como aquel beso. Ojalá fuera algo que pudiera atrapar en una red o guardar entre las páginas de un libro. Ojalá fuera algo que pudiera conservar y compartir con el mundo para poder decirle al universo entero: así es, esto es lo que se siente cuando te enamoras. Estas cartas resultan muy embarazosas. Voy a tener que quemarlas antes de que vuelvas.
Kiera Cass (The One (The Selection, #3))
—Sí, él se limitó a darte un beso, pero ese no fue el primero. Tu primer beso lo obtuve hace mucho tiempo —explicó, con una media sonrisa que hizo que su rostro se viese hermoso. ¿De qué diablos estaba hablando? Nunca me había besado. Fruncí el ceño, pensando, tratando de recordar. —¿Recuerdas la vez que me hice daño cuándo me caí de ese árbol en mi jardín delantero? Tenía trece años y mi maldita pierna dolía tanto, y me preguntaste qué podías hacer para que el dolor desapareciese. —Cerró los ojos y negó con la cabeza al recuerdo, con una pequeña sonrisa en las comisuras de sus labios.
Kirsty Moseley
Solo él sospechaba que ya era suya, y había sucedido desde aquel primer tímido lametón. Igual que Marian fue suya desde el primer beso.
Stephen King (Laurie)
Es el primer beso que de verdad hace que se me agite algo en el pecho, algo cálido y curioso. Es el primer beso que me hace desear un segundo.
Suzanne Collins (Los juegos del hambre)
...quiero que tu primer beso sea el mejor primer beso de la historia de los primeros besos
Colleen Hoover (Hopeless (Hopeless, #1))
El primer beso, por pequeño que sea, nunca se borra, tal vez porque traza la primera línea del amor en una página que está en blanco.
Antonio Iturbe (La bibliotecaria de Auschwitz)
Cuando suena Mr. Tambourine Man, Diana llora. Busco su mano y la beso con un amor tan intenso que siento que va a matarme. Ella se agacha, me acuna, busca mi boca y así, escuchando a Bob Dylan y con lágrimas, doy, me dan, mi primer beso.
María Fernanda Ampuero (Pelea de gallos)
Nunca pensamos en lo excepcional que es lo ordinario para las personas diferentes: el primer beso en los labios; la primera mirada sincera, esa que llega sin restos de compasión; el abrazo real, ese que no juzga; el te quiero sin peros...
Eloy Moreno (Diferente (Spanish Edition))
¿Cuándo se consuma una trición urdida entre un hombre y una mujer? ¿A partir del primer cruce de miradas? ¿Durante el imperceptible estremecimiento que sacude las certezas más firmes como un sismo cuyo epicentro se origina en las entrañas? ¿En el momento en que surge el pensamiento que, con premeditación y alevosía, abre las puertas de la imaginación hacia el abismo de un futuro diferente? ¿Con el primer contacto, un mero roce de manos o, menos aún, con el aire de un susurro que acaricia la piel tras el lóbulo de la oreja? ¿A partir del primer abrazo? ¿Desde el primer beso? ¿Cuando la mano percibe las formas por encima de la ropa? ¿Con el entrelazamiento animal de los cuerpos desnudos? ¿Acaso es la aparición de la palabra que pone nombre a los hechos y a los sentimientos? ¿O la traición se consuma con la sola enunciación de un plan secreto?
Federico Andahazi (Los amantes bajo el Danubio)
—¿Entonces confundo el final con el principio, el primer beso con el último? —Los besos no se cuentan, costado mío, ése no era el beso uno, tal vez el milésimo de los esperados. Ningún beso es el primero, todos son los segundos. El primero te lo di detrás de los cristales el día de la escalada al balcón. Por mí subías el precipicio. Te concedí entonces mi primera vez.
Erri De Luca (Il giorno prima della felicità)
Cierro por un instantes los ojos y recuerdo con nitidez la primera vez que dormimos juntos, el primer beso, el primer abrazo, el descubrimiento asombroso de un amor surgido cuando menos lo buscábamos, de la ternura que nos tomó por asalto cuando nos creíamos a salvo en una aventura de una sola noche, de la profunda intimidad creada desde el comienzo, como si durante todas nuestras vidas nos hubiéramos preparado para este encuentro, de la facilidad, la calma y la confianza con que nos amamos, como las de una vieja pareja que ha compartido mil y una noches.
Isabel Allende (Paula)
Harper se acercó a mí con un propósito en la mirada, y con un último vistazo hacia Art, cruzó. No vi el dolor y el miedo que había sufrido durante todos esos años. No la vi aterrorizada, y tampoco vi la pesadilla que había sido su estancia en el hospital psiquiátrico. Lo que vi fue cómo su padre la cogía y se la subía a los hombros mientras ella le señalaba la ruta a seguir a través de los árboles que había en la parte trasera de la propiedad. Vi a su perro, un golden retriever llamado Sport, que le lamió los dedos hasta que ella no pudo soportar las cosquillas. Y vi el primer beso que le dio Art. Ella estaba en el instituto, viendo uno de los partidos de baloncesto en los que él participaba. Art se había lesionado y estaba en el vestuario. Harper corrió a ver cómo estaba. Estuvo a punto de desmayarse al ver el enorme bulto del brazo que tenía sujeto al costado, donde el hueso casi atravesaba la piel. Art se había tapado los ojos con el otro brazo para ocultar su angustia. Harper se acercó y, antes de que se diera cuenta de lo que ocurría, él le rodeó la cabeza con la mano y tiró de ella hasta que sus labios se unieron. Y luego cruzó. Ese toque romántico, la agonía del amor perdido, fue mi perdición.
Darynda Jones (Fourth Grave Beneath My Feet (Charley Davidson, #4))
Se dice que la persona de la que te enamoras es con la que pasarás toda la vida; la persona que sabrá tus secretos más ocultos y oscuros, y que aun así te amará, la persona que sabe exactamente qué decir para hacerte reír o sonreír o sentirte mejor. Ésa será la persona sin la que, pase lo que pase, no podrás vivir.
Beth Reekles (Mi Primer Beso)
Dos cosas lo rondan, sin embargo: una, la imagen de los dedos de ella abriéndose paso por entre los rulos de su mejor amigo, el contoneo de esa patrulla de soldaditos voluptuosos que exploran cada recodo de esa selva oscura y de pronto, lánguidos, se abandonan al roce de los mechones espiralados, ceden a la resistencia que le oponen las matas espesas y por fin, exhaustos, se quedan quietos, como camuflados en la maraña de pelo, a la espera de la próxima batalla; dos, la intensidad, la energía con que se besan, y sobre todo la duración de los besos, tan dilatada que a veces él, que desde ese primer día de clases ya no puede dar un paso en el colegio sin encontrárselos, sin sorprenderlos uno en brazos del otro, trenzados en una de esas ceremonias de succión mutua que los raptan del mundo, tiene la impresión de que van dejando de moverse, aplacan la respiración, se dejan mecer por el ritmo de lo único que sigue vivo en ellos, la danza muda de sus lenguas, y terminan por dormirse.
Alan Pauls
¿SABES QUÉ ES UN "HOT BUTTON"? TEN CUIDADO QUE SABER UTILIZARLOS PUEDE DARTE UN PODER PELIGROSAMENTE PODEROSO... ESTO NO ES FICCIÓN... son generalmente palabras, pero pueden ser también imágenes e incluso aromas o situaciones, que se encuentran asociados con sentimientos y recuerdos muy profundos y fuertes, ya sean buenos o malos. Al activarse el Hot Button, la persona evoca casi involuntariamente estos sentimientos, provocando muchas veces una desestabilización emocional o cambios abruptos de actitud –explicó Augustus mientras Nicolás lo escuchaba atentamente. Todos tenemos en nuestro interior Hot Buttons, algunos evidentes, otros, ocultos en la profundidad de nuestro inconsciente. Al ser “presionados”, disparan automáticamente fuertes emociones. Como dije anteriormente, los Hot Buttons pueden ser a veces positivos y en otras, negativos. Por ejemplo, en el amor solemos encontrar abundantemente de los dos tipos. Un lugar, una foto, un perfume, una canción, una persona, una palabra, un texto, hasta cosas aparentemente insignificantes, a veces te hacen transportar casi inevitablemente a fuertes recuerdos y sensaciones. Uno va caminando por la calle, concentrado en temas laborales y justo escucha sin querer “aquella” canción del primer beso de un GRAN AMOR. Si esta canción te hace acordar a un amor frustrado, posiblemente estemos hablando de un Hot Button negativo; si -en cambio- te recuerda al actual amor, probablemente sea positivo. En ambos casos, es muy probable que a causa del mismo nos cambie el humor del momento, la concentración y hasta incluso actuemos diferente respecto a si no hubiésemos escuchado “esa” canción. Más de uno en estos casos, habrá llegado casi desesperado a su trabajo, y rastreado ese viejo número telefónico que estaba guardado en algún lugar recóndito… Negativos, hay miles también. Muchos se relacionan con complejos y malas experiencias sufridas. El que se quema con leche, ve una vaca y llora, dicen con sabiduría. Los complejos de inferioridad, en todas sus variantes, contienen muchísimos Hot Buttons. Ni que hablar de aquellas personas que tienen problemas con su ego y autoestima. ¡Qué tema el EGO!… Muchas veces, en peleas entre personas cercanas, se suelen decir “verdades” espantosas y crueles, ya que embargadas por su ira, no se contienen, no filtran y no miden entonces sus palabras, ni sus consecuencias. En estas ocasiones, se suele meter el dedo en la llaga y esto suele provocar un aumento estrepitoso de la riña, que muchas veces incluso deriva en secuelas no deseadas… Meter el dedo en la llaga, es sin duda haber apretado un Hot Buttons muy concreto... La cuestión es que si alguien logra identificar tus Hot Buttons, se imaginan lo que pueden provocar en vos si sabe utilizarlos… qué miedo… ¿no?... ¿Vos tenes identificados cuáles son tus Hot Buttons? Contanos… Gonzalo GUMA
Gonzalo Guma (Equinoccio. Susurros del destino)
No era el primer cop No era el primer cop, no serà l'últim cop en la nostra batalla sorda i obstinada: al principi, com sempre, has renegat de mi, demà ho sé prou, tornaràs a mi, submisa. Més, per això, no t'estranyis, hostil amic, rival meu, aferrat a aquest amor obscur, si els gemecs de l'amor després són de suplici, els besos es pinten de color de la sang.
Nikolay Gumilyov (Poesia russa contemporània. Antologia)
8 de octubre - Cuando me he despertado, el primer pensamiento que me ha venido ha sido: "Es el cumpleaños de Madre, tengo que ser muy buena". He ido corriendo a desearle un feliz cumpleaños y le he dado un beso. Después del desayuno, cada uno le ha dado su regalo. Yo le he hecho una cruz de musgo y una poesía. No teníamos que ir a la escuela y he estado jugando en el bosque y he recogido hojas rojas.
Louisa May Alcott
Sus besos recorrían mi cuello y su boca buscó mis pechos, nuestra piel ardía de placer como el primer momento y yo, no deseaba que terminara, él era intensa y solamente mío y yo, era suya a su antojo y en el momento que lo quisiera. —¿A la cama? —preguntó jadeando. —A la cama —le contesté ansiosa. Me sujetó con fuerza para no perder nuestra posición y mientras nuestros labios no deseaban separarse, caímos a la cama en donde la fuerza de nuestro encuentro se hizo más intensa.
Itxamany Bustillo (Nieblas del Pasado (primera parte))
¡A mi me gusta que mientan! Mentir es el único privilegio del hombre frente a las instituciones. ¡Quien miente llega a la verdad! Por eso soy hombre, porque miento. No se ha llegado a ninguna verdad sin haber mentido antes unas catorce veces, y quién sabe si ciento catorce, y eso es honroso a su modo. ¡Pero nosotros ni siquiera sabemos mentir por inspiración propia! Miente todo lo que quieras, pero miente por ti mismo, y entonces te cubriré de besos. Mentir según dicta el ingenio propio es casi mejor que decir la verdad de otro. En el primer caso, se es persona; ¡en el segundo, un loro! La verdad no se pierde; en cambio es posible machacar una vida; ha habido ejemplos. Y todos nosotros, ¿qué somos ahora? En lo que toca a la ciencia , al desarrollo, al pensar, a los inventos, a los ideales, a los deseos, al liberalismo, a la razón, a la experiencia y a todo, todo, todo, todo, todo, nos encontramos aún en la primera clase de párvulos. ¡Nos gusta nutrirnos de inteligencia ajena y nos hemos dado un atracón! ¿No es cierto? ¿No es como digo?
Fyodor Dostoevsky
Siempre he estado convencido de que el primer mordisco de la enfermedad de mi madre se llevó lo que yo más quería: el beso de buenas noches. Yo pensé que, como el rezo juntos antes de dormir, era otra pérdida de la edad. Una más de las catástrofes de hacerte mayor. Como que dejara de ordenarme la ropa, de removerme el Cola-Cao o de preguntarme al volver del colegio si tenía muchos deberes. Un día las madres dejan de darte el beso de buenas noches, se fue el beso de buenas noches y vinieron la hipoteca del piso y las letras del coche, en mi caso una noche no llegó el beso y aguardé silencioso. La oscuridad se transformó en hostil, lúgubre, inhóspita. Puede que otras noches yo mismo la llamara, pero llega la noche en que no te sientes autorizado para gritarle mamá, ¿vienes? Y no viene nadie. Puede que cuando despiertas a la mañana siguiente seas más adulto, más independiente, pero esa noche tan sólo eres más infeliz. La segunda noche consecutiva sin beso, lloré en silencio. Sentí algo amputado adentro. Si te arrancan un brazo, dudo que duela como perder ese beso.
David Trueba (Tierra de campos)
-¿Cuál es el problema, Ángel? -¡Ese imbécil se robó mi primer beso! -. Liam se echó a reír y me sentí aún peor. -¡No es gracioso, Liam! El primer beso de una chica es importante para ella. Sólo porque seas una clase de súper puta a la que no le importa, y probablemente no recuerda su primer beso, no significa que las pequeñas cosas no son importantes. -Ángel, cálmate. Él no te robó tu primer beso. -¿De qué estás hablando? ¡Él lo hizo! Él sólo me besó y me lo robó. -Sí, él sólo te besó, pero ese no fue tu primer beso. Yo lo fui hace mucho tiempo -¿Recuerdas cuando me lastimé al caer de ese árbol en mi jardín? Tenía trece años y mi pierna me dolía demasiado, y me preguntaste que podías hacer para que el dolor se fuera. Di un grito ahogado. Oh, dios mío. ¡Eso es verdad! Él me pidió que lo besara y eso hice. -Ese también fue mi primer beso, y aún lo recuerdo -dijo en voz baja, guiñando un ojo en broma. -Bueno, has tenido muchos desde entonces, y algo más. -Sí, pero ese es todavía el primero y el mejor -susurró, besando la parte superior de mi cabeza y tirando de sus brazos a mí alrededor.
Kirsty Moseley
quiero que este sea el primer recuerdo de tu padre, fíjate bien, grábalo en tu memoria, prométemelo, el primer recuerdo del salvaje, del poderoso, del terrible, del venturoso, del dichoso, del incondicional amor que te tengo y te tendré siempre porque siempre te amaré, pase lo que pase en tu futuro, seas lo que seas, siempre seré tu padre, siempre estaré dispuesto a darlo todo por ti sin que tú me des nada nunca, porque si tú me dieras algo alguna vez, solo ha de ser un beso diminuto, ni siquiera un beso grande, solo un pequeño beso, porque yo transformaré ese pequeño beso en la fortaleza más grande del universo, superior a las galaxias, superior a millones de estrellas, más grande que el mismo Dios, así te amo yo, Bra, así, no lo olvides nunca, díselo a tus hijos, y que los hijos de tus hijos lo digan a los suyos, así hasta que caiga el sol sobre la raza de los hombres y se extinga la vida, y aun cuando se extinga la vida, yo volveré a ti, te lo juro, volveré a tu sangre porque soy tu padre, y antes que tu padre fui el hijo del hombre más maravilloso de la historia de los hombres, porque mi padre fue el hombre más honesto, más bondadoso, más elegante y limpio de cuantos han existido, ese fue tu abuelo».
Manuel Vilas (Alegría (volumen independiente))
Dejar la tierra. La tierra de uno. Los árboles y avenidas. El olor del cardamomo y los keftes de espinada. Los sonidos de la infancia que todavía se alojan debajo de la cama y en algunas esquinas; los rincones consentidos de casa. La alberca en la que aprendí a nadar. La reja que imaginó mi primer beso. Las calles de mi barrio, tan bien trazadas.
Beatriz Rivas (Dios se fue de viaje)
Cómo sonaba la primera canción. Cómo fue ver la primera fotografía. Quién dio el primer beso, y si estuvo bien.
Isaac Marion (Warm Bodies (Warm Bodies, #1))
Mientras ocurrÍa, esa alegría estaba siendo ya recordada por la memoria y soñada por el sueño. Ella no iba a terminar nunca, y nosotros tampoco, porque somos todos mortales hasta el primer beso y el segundo vaso, y eso lo sabe cualquiera, por poco que sepa.
Eduardo Galeano (The Book of Embraces)
No importa cuál fue nuestro primer beso real -dice-. Este es el que quiero recordar.
Colleen Hoover
—El alcohol es como el amor —expresó—. El primer beso es magia; el segundo, intimidad; el tercero, rutina. Después de eso lo que hacemos es descestir a la muchacha.
Raymond Chandler (The Long Goodbye (Philip Marlowe, #6))
—El alcohol es como el amor —expresó—. El primer beso es magia; el segundo, intimidad; el tercero, rutina. Después de eso lo que hacemos es desvestir a la muchacha.
Raymond Chandler (The Long Goodbye (Philip Marlowe, #6))
A diferencia de aquel primer beso que recibí en mi adolescencia en Central Park, no sabía a manzanas y a inexperiencia. Es más, no sabía a ningún alimento, sino a hambre, una deliciosa y tortuosa mezcla de deseo contenido y desesperación.
Erika Fiorucci (Un libro para Cash)
Nuestra baba es el primer paso de la digestión y el segundo de un beso.
Julieta Fierro
Dayan se despertó sintiendo un cuerpo blando y delicioso pegado a su costado. Erinni. Ella le deslizaba los labios por el cuello y susurró su nombre. Dayan se estremeció. ¿Qué le hacía esta mujer? Cuando estaba con ella perdía el norte. O todavía peor, el corazón. Erinni se puso de rodillas a su lado, apartó la sábana que lo cubría y se colocó encima de él, dejando un camino de besos sobre su pecho. Cuando le deslizó una mano por el abdomen y le rodeó la polla con los dedos, él soltó un grito. –¡Oh! ¡Lo siento! –exclamó ella apartándose rápidamente, pero él la alcanzó y la devolvió al lugar en el que estaba. –Me has sorprendido, eso es todo. –Creí que te había hecho daño. –¿Daño? –La risa reverberó en su pecho–. No, me estaba gustando mucho. Sigue. Ella volvió a rodear la polla con la mano y pasó el pulgar por el glande. Erinni le estaba dando un nuevo significado a la palabra “placer”. Estaba seguro que cada gota de sangre de su cuerpo se estaba acumulando entre sus piernas. La presión era violenta, y cada roce depositaba otra sensación más sobre las que ya tenía. Entonces ella se deslizó hacia abajo. Dayan le enredó los dedos en el pelo y la guio hacia su pene. Con el primer contacto de su boca el deseo se descontroló y apretó los dientes. Levantó la cabeza porque tenía que mirarla, no podía perderse ni un momento mientras sentía su boca sobre él. Ella pestañeó, y sus calientes ojos lo golpearon directamente en el corazón. Aquella dulce boca abierta para él, con unos labios golosos perfectos para introducir su polla. La vio sacar la lengua para lamerlo como si fuera un caramelo. Ella gimió, y él perdió la razón. –Chúpamela –le ordenó–. Métela en la boca y chúpala. Erinni se limitó a arquear una ceja y a lamerle los testículos, deslizando el pulgar de arriba hacia abajo por toda la dura longitud. –No me gusta que me den órdenes. Dayan le dio un suave tirón en el pelo. Erinni se estaba burlando de él y eso era una mala idea. Se tensó y apretó la mandíbula mientras intentaba dominarse, pero ella deslizó la lengua una vez más y le rozó el sensible glande con los dientes. Gimió de placer. Jamás había sentido un deseo tan doloroso y al mismo tiempo tan… ¿perfecto? Se agarró la polla y la guio hacia la boca de Erinni. –Chúpamela ahora mismo –ordenó con voz tensa. No estaba bien, pero ya le pediría perdón después. Ahora mismo necesitaba sentir la húmeda y ardiente boca calentando su polla. En el momento en que ella enroscó la lengua allí, Dayan contuvo el aliento. El deseo lo consumió mientras Erinni movía la cabeza. Lo introdujo hasta el fondo de la garganta antes de empezar a chupar con fuerza. Dayan casi perdió la razón. Después ella le lamió el glande y le clavó las uñas en los muslos. El deseo creció con rapidez y lo llevó hasta los límites de su control. Dayan comenzó a jadear. Le tiró del pelo intentando detenerla. Las sensaciones ardientes y abrasadoras iban en su contra. Por todos los dioses, no iba a durar mucho tiempo. Pero se negó a correrse en su boca. Lo haría en su coño porque aquél se había convertido en su lugar favorito. A pesar de lo mucho que le gustaba su boca, necesitaba estar dentro de su parte más íntima, haciéndola llegar al orgasmo una y otra vez antes de dejarse llevar también por la locura. Pero primero tenía que emborracharse con su sabor, sentir su jugosa miel en los labios y la lengua. La apartó de su polla y ella gimió de frustración. La sorprendió cuando la rodeó con los brazos y la alzó sobre su propio cuerpo, colocando los muslos de Erinni a ambos lados de su cabeza. (Dayan y Erinni. Capítulo 7, parte A.)
Alaine Scott (La hechicera rebelde (Cuentos eróticos de Kargul #2))
La primera pareja humana, creada en un jardín el sexto día, tuvo por encima de ella la primera noche inconmensurable. Sin saberlo elllos, despuntó en sus cuerpos el apetito, la sed, el entusiasmo y el soeño. (...) no sabian si regresaría el sol, de modo que se abrazaron. Las bocas se vieron juntas e inventaron el beso, el primer fruto del conocimiento.
Erri De Luca (I pesci non chiudono gli occhi)
Teme siempre el primer beso, pues si empiezas, ya verás que es igual que las cerezas: el primero pide más, otros le siguen detrás, y no cuentes, porque pierdes la cabeza.
Francisco Pérez de Antón (Callejón de Dolores (Spanish Edition))
El que todavía estaba avergonzado por sostener mi mano dos días antes de entrar a segundo grado. El que todavía era demasiado tímido para decir mucho más que hola. El que todavía estaba caminando por ahí con mi primer beso.
Wendelin Van Draanen (Flipped)
- ¿Cuánto durara esta vez? -le pregunte sin saber si me refería al olvido, a la esperanza o a nosotros. -Lo que duremos nosotros Maca. Esto es de por vida. Como un tatuaje. Como una cicatriz. Como el primer beso. Leo y yo éramos de por vida, pero ni siquiera en nuestra despedida supimos que éramos. Ni que seriamos.
Elísabet Benavent (Seremos recuerdos (Canciones y recuerdos, #2))
Sonrío, reconociendo mis propias descripciones plagiadas en mi boca. Sabemos exactamente cómo le gusta al otro que lo toquen. Hemos leído cada beso, estudiado cada caricia. El resultado es la sensación de un primer beso con alguien a quien has besado cien veces.
Emily Wibberley (The Roughest Draft)
Amor a primer oído, solía decir su padre. Después, su madre le daba un beso en la mejilla y añadía: Para mí, fue simplemente amor desde el principio.
Stephanie Garber (Once Upon a Broken Heart (Once Upon a Broken Heart, #1))
Yo ardía de deseo y expectación, y sus besos me enardecían más aún. Cuando por fin me penetró, arqueé la espalda. El primer clímax fue rápido e intenso, más veloz de lo que había esperado, pero le dije que siguiera. A veces estaba él sobre mí, a veces yo sobre él. Me gustaba cabalgarlo, y él disfrutaba volviéndome loca con sus movimientos lentos. Cuando ambos alcanzamos el orgasmo, nos abrazamos con fuerza, como si estuviéramos a punto de caer al vacío.
Corina Bomann (The Inheritance of Lion Hall (Inheritance Saga #1))
las noches que siguieron a nuestro primer encuentro junto a la antorcha, sentí por él un deseo tan intenso que me sorprendió. Echaba de menos los momentos que nunca habíamos pasado juntos, los recuerdos que no teníamos, las conversaciones que no habíamos mantenido, los besos que no nos habíamos dado. Una extraña nostalgia del futuro.
Patricia Engel (It's Not Love, It's Just Paris)
A pesar de las maravillas que hablaba Marie de los besos, yo no concebía que estar tan cerca de un chico pudiese traer nada bueno. Carmen había besado a Giovanni y él se había transformado en un necio de inmediato. No podía menos que concluir que nos habían contado el cuento al revés, y que los apuestos príncipes se transformaban en sapos con el primer beso de amor.
Carolina Andújar (Vampyr Revamped)
El más difícil no es el primer beso, sino el último.
Lorena Franco (Quédate conmigo)
Si ello no basta para refrenarte, te prometo que haré que maldigas el primer beso que intercambiaron tu padre y tu madre.
Robert Jordan (The Great Hunt (The Wheel of Time #2))
El primer beso se graba en tu mente no solo como una sensación, sino por ser un momento que marca un antes y un después. Todos cambiamos tras el primer beso: puede indicar el inicio del amor o la confirmación de algo que nunca se le acercará
Elena Castillo Castro (Soundtrack: La banda sonora de nuestra vida)
Nunca pensamos que tenemos que ver con la soledad de los otros, sólo lo pensamos cuando los otros se mueren. Será porque aceptamos que alguna vez también vamos a sentir esa soledad, ese vacío tétrico, indolente, cuando la muerte devolviéndonos la ironía, nos dé un beso en la frente antes de mandarnos de una patada al primer hueco disponible.
Alejandro Hosne (Todo lo demás es mentira)
-No he conocido a alguien que haya tenido un primer beso memorable. Él tardó un segundo en contestar. -Yo tampoco. Tal vez los primeros besos no son tan especiales. Tal vez los que son especiales son los últimos.
Kiera Cass (The Crown (The Selection, #5))
En el instante en que mis labios toquen los tuyos, será tu primer beso. Porque si nunca has sentido nada cuando te han besado, es que nadie te ha besado de verdad. No de la manera en la que yo pienso besarte.
Colleen Hoover (Hopeless (Hopeless, #1))
Por alguna razón desconocida, no hemos cedido al exquisito vértigo que acompaña los pocos centímetros que hay que recorrer hasta el rostro del otro en el primer beso. Hemos pasado al lado de algo, hemos pasado tan cerca de algo que una parte permanece.
Antoine Laurain (The Red Notebook)
—¿Por qué te recuerdo al pino? —dije entre risas —Porque ese era el olor de nuestro primer beso.
Laura Huro (Cuando el destino quiera)
¿Por qué estoy llorando? ¿Por qué huelo el dulce perfume de su piel? ¿Por qué siento contra mi pecho su jersey negro, lleno de abrazos? ¿Por qué sus manos suaves me acarician, entrelazándose sus largas falanges a mis sueños? ¿Por qué se me acelera el corazón al revivir el primer beso, al observar los primeros ojos que me hicieron suspirar? ¿Qué fuiste siquiera para mí? ¿Mi amor? ¿Mi confidente? ¿Mi mejor amiga? ¿Mi amante? ¿Mi todo? ¿Mi vida?
Raúl Blank
Al vernos, nos sumergimos en los profundos ojos del otro. Nuestra respiración se mezcló, la cercanía entre ambos se volvió tangible y, sin que lo esperase, le robé su primer beso. El roce inicial fue suave, tímido, como una caricia sobre la piel. Poco a poco, el contacto se volvió más profundo. Mis manos buscaron el apoyo en su rostro; las suyas, indecisas, acariciaron mis hombros. Nuestros cuerpos, enamorados, se entrelazaron y, lo que al principio fue sutil, se convirtió en urgente, en un mar desbordante de amor
Raúl Blank