Papa Y Hija Quotes

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La parentela. Somos familia de todo lo que brota, crece, madura, se cansa, muere y renace. Cada niño tiene muchos padres, tíos, hermanos, abuelos. Abuelos son los muertos y los cerros. Hijos de la tierra y del sol, regados por las lluvias hembras y las lluvias machos, somos todos parientes de las semillas, de los maíces, de los ríos y de los zorros que aúllan anunciando como viene el año. Las piedras son parientes de las culebras y de las lagartijas. El maíz y el frijol, hermanos entre sí, crecen juntos sin pegarse. Las papas son hijas y madres de quien las planta, porque quien crea es creado. Todo es sagrado, y nosotros también. A veces nosotros somos dioses y los dioses son, a veces, personitas nomás. Así dicen, así saben, los indígenas de los Andes.
Eduardo Galeano
–Ten cuidado, quienes optan por cobrar ventaja en su propio interés mediante el engaño y la mentira se destruyen a menudo a sí mismos y pierden credibilidad ante los que les llevan en el corazón.
Dario Fo (Lucrecia Borgia, la hija del Papa (Nuevos Tiempos nº 292) (Spanish Edition))
«Todo lo que es alegre proviene de Dios y nunca es pecado, es la exaltación de la propia naturaleza».
Dario Fo (Lucrecia Borgia, la hija del Papa (Nuevos Tiempos nº 292) (Spanish Edition))
Desde la época del pontífice Sergio III, hasta la muerte del papa Juan XII, transcurre un periodo triste y muy convulso. Un periodo donde había dos rameras, por ejemplo, que influyeron en las decisiones substanciales de los papas. Sus nombres eran Teodora y Marozia, madre e hija respectivamente. Este periodo se le llegó a denominar con el patronímico de pornocracia. Un término que fue acuñado en el siglo XVI por el cardenal Caesar Baronius.
Emanuel Tomas (El burdel del papa)
Vivieron un poco al margen de la farándula mundana pero no se angustiaron por ello. Más tarde, las familias provincianas despertaron de su letargo. Fueron primero las representantes suntuosas de Rosario las que pudieron permitirse el lujo de alternar con las porteñas y rivalizar con ellas en gracia y buen gusto. Eran, además, muy poderosas; el cereal había reemplazado en fuerza efectiva a la ganadería. Y de esta suerte, la esposa o la hija de un fuerte cerealista de Santa Fe lucían en el cuello un collar más valioso y un vestido más regio. Luego, los “fils-a-papa” miraron con ojos tiernos a las ricas herederas y fue así como se fueron enlazando la tradición y el “gringuerío”. El tiempo hizo lo demás; el núcleo fundador de Mar del Plata construyó en La Loma sus residencias, los hoteles se abrieron a las nuevas corrientes y ya no fue necesario averiguar “el pedigree” del cliente para darle alojamiento. Más tarde, ya familiarizados con el medio, también levantaron sus palacios en La Loma los que llegaron después. Entre tanto los grupos fundadores se alejaron hacia los hermosos campos del Golf Club. Hicieron “rancho aparte”, “lejos del mundanal ruido”, y quedaron en calidad de huéspedes de su propia casa. Como una lámpara votiva, el Ocean Club es en plena rambla la única realidad de la antigua opulencia dominante (...) (“Mar del Plata en 1928”, por Juan Carlos Martínez Anchorena, El Hogar, n° 1000) En un capítulo anterior hicimos referencia al fallido plan de urbanización de tierras próximas a Playa Grande, promovido en 1912 por un consorcio formado por Pedro O. Luro, Ernesto
Elisa Pastoriza (Mar del Plata. Un sueño de los argentinos (Spanish Edition))
Amado papá: Eres muy importante. Tu influencia es poderosa. Tus hijos necesitan tu participación en sus vidas. Tu ausencia causa un daño indefinido en tus hijos y en los hijos de tus hijos. Tu hija espera a ver cómo eres, para saber qué tipo de hombre va a escoger como pareja. Tu hijo te observa para decidir la clase de hombre en quien se va a convertir. No naciste sabiendo ser padre. Quizás no tuviste un padre que te enseñara. Todo eso es lamentable, pero éste es tu momento y ésta es tu vida. Éstos son tus hijos.
Ofelia Perez (¡Necesito a papa!: El grito de una sociedad sin padre (Spanish Edition))