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Quienes gustan de contar la historia como una sucesiĂłn de conspiraciones pasan por alto que la Internacional Socialista tardĂł un año y medio en decidirse por uno de los dos PSOE, y que sĂłlo dio el paso cuando las circunstancias polĂticas españolas la obligaron. Hay en España mucha gente, incluso historiadores, convencida de que Felipe González sĂłlo fue un tĂtere de la socialdemocracia alemana. SegĂşn esta versiĂłn, Willy Brandt, ayudado por Olof Palme y Bruno Kreisky, utilizĂł a Felipe como agente para derribar a Llopis. Las teorĂas más divertidas dicen que el dinero no lo pusieron los alemanes, sino que llegĂł en pesetas desde los servicios secretos del franquismo, en una maniobra lampedusiana para cambiarlo todo sin cambiar nada, erigiendo a Felipe como el lĂder que permitirĂa a la oligarquĂa de la dictadura sobrevivir en una democracia presunta.
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