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Nuevo silencio a lo largo del libro. En el ínterin, don Quijote de la Mancha, sin abandonar este nombre, adopta el de “Caballero de la Triste Figura” (I, 19, pp. 205-206) que le ha puesto Sancho Panza y que, en la segunda parte, cambiará por el de “Caballero de los Leones” (II, 17, p. 768), para caer, cerca del final, en el grotesco “pastor Quijótiz
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Margit Frenk (Cuatro ensayos sobre el Quijote (Lengua Y Estudios Literarios) (Spanish Edition))