Norte Quotes

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Escribir es como besar, pero sin labios. Escribir es besar con la mente.
Daniel Glattauer (Gut gegen Nordwind (Gut gegen Nordwind, #1))
As raparigas do Norte têm belezas perigosas, olhos impossíveis. Têm o ar de quem pertence a si própria. Olham de frente. Pensam em tudo e dizem tudo o que pensam. Confiam, mas não dão confiança. Acho-as verdadeiras. Acredito nelas. Gosto da vergonha delas, da maneira como coram quando se lhes fala e da maneira como podem puxar de um estalo ou de uma panela, quando se lhes falta ao respeito. São mulheres que possuem; são mulheres que pertencem. As mulheres do Norte deveriam mandar neste país. Têm o ar de que sabem o que estão a fazer.
Miguel Esteves Cardoso
Eres como una segunda voz dentro de mí, que me acompaña día a día. Has convertido mi monólogo interior en un diálogo. Enriqueces mi vida interior. Indagas, insistes, parodias, entras en conflicto conmigo.
Daniel Glattauer
Pienso mucho en ti, temprano por la mañana, al mediodía, por la tarde, por la noche, en los intervalos, un rato antes y un rato después de cada intervalo. Y también durante.
Daniel Glattauer (Contra el viento del norte (Contra el viento del norte, #1))
Los viejos tiempos no pueden repetirse. Como su nombre indica, son viejos. Los nuevos tiempos nunca pueden ser como los viejos. Cuando lo intentan, parecen viejos y agotados, como quienes los echan de menos. Nunca deberían añorarse los viejos tiempos. El que añora los viejos tiempos es un viejo añorante.
Daniel Glattauer (Gut gegen Nordwind (Gut gegen Nordwind, #1))
La memoria es como libro en el cual se escribe toda nuestra vida. Algunas veces deseamos cerrarlo y olvidarlo para no recordar todos los escabrosos detalles, y otras veces deseamos abrirlo y observarlo detenidamente, queriendo volver a sentir lo mismo que sentimos en aquel momento.
Audrey Dry (Sin mirar atrás)
Con dos ojos puedes verme la cara. Con tres podrías verme el corazón. Con dos puedes ver aquel roble. Con tres podrías ver la bellota de la que nació y el tocón seco en que se convertirá algún día. Con dos no ves más allá de tus paredes. Con tres podrías ver el mar del Verano, al sur, y el norte más allá del Muro
George R.R. Martin (A Clash of Kings (A Song of Ice and Fire, #2))
(sobre la diferencia entre el Sur y el Norte) "La diferencia entre uno y otro no es tanto de carácter como de oportunidades
Juan Goytisolo
Ter pena de alguém que lá no Sudão foi atingido pelo ebola, ficar triste porque alguém na Nigéria foi assassinado pelo Boko Haram, se entristecer porque alguém no norte do Iraque foi executado pelo Estado Islâmico, é moleza. Duro é amar o próximo, que é o que está na tua cidade, na tua casa, na tua praça.
Mario Sergio Cortella
Es cosa de tiempo, ojo y corazón
Isabel Allende (Cuentos de Eva Luna)
Las heridas no duelen menos cuando te obsesionas con repartirlas entre sus posibles causantes.
Daniel Glattauer (Cada siete olas (Contra el viento del norte, #2))
He was a man of dust who served men of silver: it was impossible not to know his place in the world.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
She sticks her hand through the fence and wiggles her fingers on the other side. Her fingers are in el norte. She spits through the fence. Only to leave a piece of herself there on American dirt.
Jeanine Cummins (American Dirt)
His voice was like coming home. It loosened the unease that had curled in her chest all week.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
Como la aguja de una brújula apunta siempre al norte, así el dedo acusador de un hombre apunta siempre a una mujer
Isabel Allende (The Japanese Lover)
lugar más desolado del mundo es la cara norte del corazón humano.
Dolores Redondo (La cara norte del corazón)
Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor, la tabla que procuro, si no es tu voz, el norte que pretendo.
Miguel Hernández (El rayo que no cesa)
He pressed his lips to hers. When he pulled away, her eyes were open, her gaze liquid and intense. A new understanding cracked open in his chest: they both knew that was not practice.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
En ocasiones, cuando se embriagaba, Sikrosio decía cosas extrañas. Señalaba al Norte, y murmuraba: «De la Selva, llega el misterio». Indicaba después hacia el Este: «De la Estepa, la destrucción, el fuego, la muerte...». Luego, volvíase hacia el Sur: «Del otro lado de las Lisias, el sueño, lo imposible..., y la mentira». Por fin, con voz donde latía una misteriosa tristeza, señalaba a Occidente: «Y de más allá de las tundras, el olvido».
Ana María Matute (Olvidado rey Gudú)
Nadie rezará un kaddish por Weinstein -Harriet, ¿Cuál ha sido nuestro error? -Jamás nos enfrentamos a la realidad. -No fue mía la culpa. Dijiste que estaba al norte. -La realidad está al norte, Ike. -No, Harriet. Los sueños están al norte. La realidad está al oeste. Las falsas esperanzas, al este, y creo que Luisiana está al sur.
Woody Allen (Without Feathers)
She was there. She was with him, as real as she had been in life. He wanted to see her. He wanted to see her face more than he wanted water on a hot afternoon, more than he wanted rest after weeks in the saddle.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
La lealtad y la obediencia a la sabiduría y la justicia están bien; pero es aún mejor desafiar el poder arbitrario ejercido de forma injusta y cruel, no en nuestra propia defensa sino en la de otros más desvalidos.
Elizabeth Gaskell (Norte y Sur)
Y, entonces, en ese instante que tan solo dura un segundo, el cerebro se encarga de abrir la cerradura del cofre en el cual guardas todo lo que aprecias. Cede de tal manera que la tapa se abre y todo lo que hay en el interior sale de forma tan rápida y tan fugaz que no puedes detenerlo.
Audrey Dry (Sin mirar atrás)
It all made her want to shed her skin like the witch in Abuela’s story, let everything that made her a woman fall to the ground to be salted and ruined as she flew into the night, her bones bare and cold in the starlight.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
—¿Cómo una persona puede sentirse sola cuando está rodeada de gente? —le pregunté. —Supongo que en eso consiste la soledad —me respondió—. En aislarte cuando se supone que tienes que sentirte rodeada.
Audrey Dry (Sin mirar atrás)
Em Londres, um jovem artista me disse: 'Como deve ser maravilhoso para um norte-americano viajar para a Europa pela primeira vez; vocês não fazem parte disso, portanto nada sentem da dor, jamais terão de suportá-la. Para vocês, na Europa, só existe a beleza'.
Truman Capote (The Dogs Bark)
Después de cinco años de presente sin futuro, por fin me he resignado al pretérito imperfecto.
Daniel Glattauer (Contra el viento del norte (Contra el viento del norte, #1))
Leo, te estimo mucho, mucho. Eres bueno contra el viento del norte.
Daniel Glattauer (Gut gegen Nordwind (Gut gegen Nordwind, #1))
Margaret la Anglicana, su padre el Disidente y Higgins el Infiel se arrodillaron juntos. No les hizo daño.
Elizabeth Gaskell (Norte y Sur)
could survive on the scraps from her table—had he not spent the last nine years starving? Anything she gave him now was a bounty. It would be fine.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
Descubrí que las balas no son tan aterradoras, que el temor a la muerte no es una cosa tan grande y que los mexicanos son maravillosamente simpáticos
John Reed
appears the Human Rights legislation will remain on the statute books. The PM won’t entertain its repeal.” “Typical,” huffed Nortly, “I only voted Leave to get rid of it.
Stephen P. Smith (The Unsound Convictions of Judge Stephen Mentall: A laugh out loud satire on the police and judiciary)
Acaso porque vengo del norte, acaso, es allí la luna cien veces más grande. El Schiraz es bello, aunque no alcance a ser del Riazán el más señero espacio. Será acaso porque vengo del norte, será acaso...
Sergei Yesenin
En muchas de tus lecturas se aseguraba que en Estados Unidos recibían cordialmente a os inmigrantes que perseguían el "sueño americano". Era algo que pregonaban con la Estatua de la Libertad de fondo. No decían que eso era cierto sólo si los inmigrantes eran caucásicos y provenían de Europa occidental o del norte. De preferencia con dinero.
F.G. Haghenbeck (El código nazi)
La democracia es un lujo del norte. Al sur se le permite el espectáculo, que eso no se le niega a nadie. Y a nadie molesta mucho, al fin y al cabo, que la política sea democrática, siempre y cuando la economía no lo sea. Cuando cae el telón, una vez depositados los votos en las urnas, la realidad impone la ley del más fuerte, que es la ley del dinero. Así lo quiere el orden natural de las cosas. En el sur del mundo, enseña el sistema, la violencia y el hambre no pertenecen a la historia, sino a la naturaleza, y la justicia y la libertad han sido condenadas a odiarse entre sí.
Eduardo Galeano
If other men were charcoal sketches, he was drawn in fine ink.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
He was rich with magic she couldn't understand, a key to a part of herself that had been dead for a long, long time. To her, he was worth more than he knew.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
She became more and more tightly bound by the ropes of womanhood; he roamed free, unburdened by responsibilities.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
Losing you,” she said, her dark eyes searching his face. “To you, Nena died. To her, you left. Those are two very different griefs.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
Hope cannot survive the poison of her recent proof: the world is a terrible place. San Pedro Sula was terrible, Mexico is terrible, el norte will be terrible. Even her gold-dappled memories of the cloud forest are beginning to rot and decay.
Jeanine Cummins (American Dirt)
Lydia's English is a help, but there are many different languages in el norte. There are codes Lydia hasn't yet learned to decipher, subtle differences between words that mean almost, but not quite the same thing: migrant, immigrant, illegal alien. She learns that there are flags that people use here, and those flags may be a warning or a welcome. She is learning.
Jeanine Cummins (American Dirt)
As Rebeca reveals what scraps of story she does have to Luca, he starts to understand that this is the one thing all migrants have in common, this is the solidarity that exists among them, though they all come from different places and different circumstances, some urban, some rural, some middle-class, some poor, some well educated, some illiterate, Salvadoran, Honduran, Guatemalan, Mexican, Indian, each of them carries some story of suffering on top of that train and into el norte beyond.
Jeanine Cummins (American Dirt)
«Aguja era Robb, Bran, Rickon, su madre y su padre, hasta Sansa. Aguja era los muros grises de Invernalia y las risas de sus habitantes. Aguja era las nieves del verano, los cuentos de la Vieja Tata, el árbol corazón con sus hojas rojas y su rostro aterrador, el cálido olor a tierra de los jardines de cristal, el sonido del viento del norte contra los postigos de su habitación. Aguja era la sonrisa de Jon Nieve»
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
As Rebeca reveals what scraps of story she does have to Luca, he starts to understand that this is the one thing all migrants have in common, this is the solidarity that exists among them, though they all come from different places and different circumstances, some urban, some rural, some middle-class, some poor, some well educated, some illiterate, Salvadoran, Honduran, Guatemalan, Mexican, Indian, each of them carries some story of suffering on top of that train and into el norte beyond. Some, like Rebeca, share their stories carefully, selectively, finding a faithful ear and then chanting their words like prayers. Other migrants are like blown-open grenades, telling their anguish compulsively to everyone they meet, dispensing their pain like shrapnel so they might one day wake to find their burdens have grown lighter. Luca wonders what it would feel like to blow up like that. But for now he remains undetonated, his horrors sealed tightly inside, his pin fixed snugly in place.
Jeanine Cummins (American Dirt)
Três e vinte e oito. A Torre Norte desapareceu. Imagens da empoeirada superfície lunar onde outrora havia uma avenida de pessoas com cafés na mão, a sorrir, a dirigirem-se apressadamente para o trabalho, talvez a pensar no almoço ou no que iam fazer mais tarde, porque àquela hora da manhã o mais tarde ainda existia.
Sarah Winman
Dos gruesos gerontes de las heladas tierras del norte sostienen sus cartas de vinos desde una de las atiborradas terrazas del Sinatra. Están inquietos porque piensan que, como comensales europeos, tienen derecho a decir lo que les dé la gana o bien a guardar silencio. Porque saben que todo lo que coman puede ser cargado en su cuenta y que tienen derecho a una sangría y a un plato de calamares, y que, de no poder pagarla, el hormiguero común pangeico de los soldados de Cristo puede proporcionarles una paella de oficio
Martín Zeke Ochoa (Pídele papeles a Santa Simpa)
Nena waited. After nine years apart, she still knew the rhythm of his speaking. She knew he had more to say, that he was searching for words or untangling a difficult thought. He was one of the few men she knew who spent time with his thoughts before speaking, even in the midst of an argument or excitement. It was one of the reasons she loved him.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
He said that the light of the world was in men’s eyes only for the world itself moved in eternal darkness and darkness was its true nature and true condition and that in this darkness it turned with perfect cohesion in all its parts but that there was naught there to see. He said that the world was sentient to its core and secret and black beyond men’s imagining and that its nature did not reside in what could be seen or not seen. He said that he could stare down the sun and what use was that? These words seemed to silence his friend. They sat side by side on the bridge. The sun shone upon them. Finally the man asked him how he had come by such views and he answered that they were things he’d long suspected and that the blind have much to contemplate. They rose to go. The blind man asked his friend which way he was going. The man hesitated. He asked the blind man which way he. The blind man pointed with his stave. Al norte, he said. Al sur, said the other. He nodded. He offered his hand into the darkness and they said their farewell.
Cormac McCarthy (The Crossing (The Border Trilogy, #2))
Madrid es la mas española de todas las ciudades de España.Cuando uno ha podido tener el Prado y al mismo tiempo El Escorial situado a dos horas al norte y Toledo al sur y un hermoso camino a Avila y otro bello camino a Segovia, que no esta lejos de la Granja, se siente dominado por la desesperacion al pensar que un dia habrá de morir y dejar todo aquello.
Ernest Hemingway
Duérmete, niño, Duérmete ya, Que viene el Coco Y te comerá
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
A Highlander spoke softly: “Aye, laddie. We’ll nort let ye doone.
David Mitchell (Cloud Atlas)
Se busca un país que nos contenga a todos. Que sea norte y futuro, no fractura y violencia. Un país que contenga 28 millones de abonados para el mismo juego.
Leonardo Padrón (Se busca un país (Spanish Edition))
He llegado al convencimiento de que las simples instituciones, por mucha sabiduría y mucha reflexión que haya requerido organizarlas y concertarlas, no pueden unir a las clases como debería hacerse, a menos que el desarrollo de dichas instituciones pusiese en contacto personal realmente a individuos de diferentes clases. Esa relación es el auténtico aliento vital.
Elizabeth Gaskell (Norte y Sur)
So we’re leaving today, Papi. We are already gone. And you must be very careful and look after yourself, please. We are taking you with us in our hearts, and we will call you when we get to el norte, Papi. And we’ll send for you when we have jobs, and you can come to us, and you can bring Mami and Abuela, too, and we will all be together again as it is meant to be.
Jeanine Cummins (American Dirt)
She thought that here in el norte, she’d have to worry more about Border Patrol, about the possibility of Luca being taken from her, and less about random men with guns enforcing their own decrees.
Jeanine Cummins (American Dirt)
2 km hacia el sur caminaron los osos, haciendo ruidos con sus garras.  Después fueron 2 km hacia el este, luego 2 km hacia el norte,  volviendo así a su posición inicial. ¿De qué color eran los osos?
Vorgan Haze (Matando Elefantes (Spanish Edition))
Para asegurar el tránsito expedito al Perú, Valdivia mandó fundar una ciudad al norte, La Serena, y un puerto cerca de Santiago, Valparaíso, y luego volvió los ojos hacia el río Bío-Bío con ánimo de domar a los mapuche.
Isabel Allende (Inés del alma mía)
— Não quero ser rude, mãezinha, mas acho completamente absurdo se preocupar com isso. A senhora falou em crueldade mental. Olha aí a crueldade máxima, a mãe ficar se preocupando se o filho ou a filha é homossexual. Entendo que se aflija com droga e etecetera mas com o sexo do próximo? Cuide do próprio e já faz muito, me desculpe, mas fico uma vara com qualquer intromissão na zona sul do outro. Lorena chama de zona sul. A norte já é tão atingida, tão bombardeada, mas por que as pessoas não se libertam e deixam as outras livres? Um preconceito tão odiento quanto o racial ou religioso. A gente tem que amar o próximo como ele é e não como gostaríamos que ele fosse.
Lygia Fagundes Telles (As Meninas)
What’s that, you ask? Why are we alone in the chaparral, looking very much worse for the wear and clearly running from something? Well, for that I have a perfectly reasonable answer. Vampires, señor. We are running from vampires.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
Mi corazón se va, hace dedo para salir de mi cuerpo, pone rumbo al norte, toma un transbordador para cruzar el estrecho de Bering y se queda en Siberia, rodeado de osos polares, íbices y machos cabríos hasta convertirse en un miniglaciar.
Jandy Nelson (I'll Give You the Sun)
This path is only for people who have no choice, no other option, only violence and misery behind you. And your journey will grow even more treacherous from here. Everything is working against you, to thwart you. Some of you will fall from the trains. Many will be maimed or injured. Many will die. Many, many of you will be kidnapped, tortured, trafficked, or ransomed. Some will be lucky enough to survive all of that and make it as far as Estados Unidos only to experience the privilege of dying alone in the desert beneath the sun, abandoned by a corrupt coyote, or shot by a narco who doesn’t like the look of you. Every single one of you will be robbed. Every one. If you make it to el norte, you will arrive penniless, that’s a guarantee.
Jeanine Cummins (American Dirt)
Juntei-me um dia à flor da mocidade partindo para Angola no Niassa a defender eu já não sei se a raça se as roças de café da cristandade a minha geração tinha a idade das grandes ilusões sempre fatais que não chegam aos anos principais por defeito da própria ingenuidade a guerra era uma coisa mais a Norte de onde ela voltaria havendo sorte à mesma e ancestral tranquilidade azar de uns quantos se pagaram porte esses a que atirou a dura morte diz-se que estão na terra da verdade Lisboa 28-IV-94
Fernando Assis Pacheco (Respiração Assistida)
This is the magical realism of NAFTA - Mexico, the birthplace of corn, is now importing surplus corn from el Norte - millions of tons driving the price down so campesinos can't afford to grow it. Exporting people and importing corn. It is backwards, no?
John Vaillant (The Jaguar's Children)
la única manera de sentirnos mejor es intentar que otros se sientan mejor, y eso sucede, en parte, porque cuando ayudamos a los demás no pensamos tanto en nosotros mismos. Pues a uno mismo siempre le va bastante bien si no le prestamos demasiada atención.
George MacDonald (Más allá del viento del norte (Ático Clásicos nº 2))
Mi corazón se larga con viento fresco. Pide aventón para salir de mi cuerpo, pone rumbo al norte, coge un transbordador para cruzar el estrecho de Bering y se queda en Siberia, rodeado de osos polares, íbices y machos cabríos hasta convertirse en un miniglaciar.
Jandy Nelson (I'll Give You the Sun)
Por ella dejé la casa de mi padre,[24] y por ella me puse en este traje, para seguirla dondequiera que fuese, como la saeta al blanco o como el marinero al norte. Ella no sabe de mis deseos más de lo que ha podido entender de algunas veces que desde lejos ha visto llorar mis ojos.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha: Edición anotada (Spanish Edition))
EL AMENAZADO Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir. Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño? Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz. Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitología, con sus pequeñas magias inútiles. Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos me cercan, las hordas. (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.) El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Jorge Luis Borges (The Gold of the Tigers: Selected Later Poems)
UNA VISTA AÉREA Desde arriba Insurgentes es sólo una amplia avenida que corta la ciudad de México de Norte a Sur repleta de pequeños autos. Se dice que es la vía más grande del mudo porque de un lado desemboca en Acapulco y del otro en Nuevo Laredo pero, en realidad, si uniéramos en línea recta todas las calles llamadas Insurgentes en todo el país, la avenida continuaría hasta llegar a las costas de Hawaii. Insurgentes está enrollada por todo el país como un laberinto. Todos los años, alguien le pone ese nombre a alguna calle de una ciudad en construcción y se siente original. Ni siquiera la ciudad de México ha evitado esa repetición: entre 1985 y 1995, aparecieron veintitrés calles, bulevares, callejones, privadas, prolongaciones y retornos llamados Insurgentes. En el futuro todas las rutas de México terminarán por llamarse así. Caminaremos sin rumbo, doblando a la izquierda y derecha sobre Insurgentes, preguntándonos ¿Dónde estoy?
Fabrizio Mejía Madrid
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas [...], las galerías de la Biblioteca [...], las cosas comunes, los hábitos [...], la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Jorge Luis Borges
algo que ambos pueden darle o negarle libremente. ¿Se volverán, o no se volverán, hacia Él y cumplirán así con el único fin para el que fueron creados? Su libre albedrío está temblando dentro de ellos como la aguja de una brújula. Pero esta es una aguja que puede elegir. Puede apuntar a su verdadero Norte, pero no necesita hacerlo.
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
Everything is working against you, to thwart you. Some of you will fall from the trains. Many will be maimed or injured. Many will die. Many, many of you will be kidnapped, tortured, trafficked, or ransomed. Some will be lucky enough to survive all of that and make it as far as Estados Unidos only to experience the privilege of dying alone in the desert beneath the sun, abandoned by a corrupt coyote, or shot by a narco who doesn’t like the look of you. Every single one of you will be robbed. Every one. If you make it to el norte, you will arrive penniless, that’s a guarantee. Look around you. Go ahead—look at each other. Only one out of three will make it to your destination alive. Will it be you?
Jeanine Cummins (American Dirt)
Porque así fue la suerte.
Isabel Cañas (Vampires of El Norte)
Bogotá era entonces una ciudad de cien mil habitantes, con no más de cinco barrios y un área de quince kilómetros cuadrados. El centro era la joya arquitectónica de la capital y hacia el norte, por las vegas de un pueblo llamado Chapinero, habían sido construidos los barrios de la clase alta. Los pobres, menesterosos y campesinos desplazados vivían en los cerros y en las zonas del sur y el occidente de la capital. Había una Calle Real que comenzaba en la avenida trece y llegaba hasta el ángulo nororiental de la plaza de Bolívar, a lo largo de la cual bullía un activo comercio y se desplegaban elegantes tiendas de telas, vajillas, farmacias yjoyas, la mayoría de las cuales estaban en manos de judíos, libaneses y alemanes.
Ecchehomo Cetina (El hombre que fue un pueblo (Spanish Edition))
Parem todos os relógios, desliguem o telefone, Evitem o latido do cachorro com seu osso suculento, Silenciem os pianos e com tambores lentos Tragam o caixão, deixem que o luto chore. Deixem que os aviões voem em círculos altos Riscando no céu a mensagem: Ele Está Morto, Ponham gravatas beges no pescoço dos pombos brancos do chão, Deixem que os guardas de trânsito usem luvas pretas de algodão. Ele era meu Norte, meu Sul, meu Leste e Oeste, Minha semana útil e meu domingo inerte, Meu meio-dia, minha meia-noite, minha canção, minha fala, Achei que o amor fosse para sempre: Eu estava errado. As estrelas não são necessárias: retirem cada uma delas; Empacotem a lua e façam o sol desmanchar; Esvaziem o oceano e varram as florestas; Pois nada no momento pode algum bem causar.
W.H. Auden
Al norte de la ciudad se alza una espectacular construcción, Sacsayhuamán, la fortaleza sagrada, con sus tres hileras de altas murallas zigzagueantes, el Templo del Sol, su laberinto de calles, torreones, andenes, escaleras, terrazas, sótanos y habitaciones, donde vivían con holgura cincuenta o sesenta mil personas. Su nombre significa «halcón satisfecho», y como un halcón vigila el Cuzco.
Isabel Allende (Inés del alma mía)
Aqueles demónios com aspecto humano, os escravocratas e comerciantes de escravos nos estados livres da América do Norte (que deveriam ser chamados de estados escravistas), são, em regra, anglicanos ortodoxos e devotos, que considerariam um grave pecado trabalhar aos domingos e que, contando com a sua obediência e com a sua ida assídua à igreja, entre outras coisas, esperam a salvação eterna.
Arthur Schopenhauer
Además, quiero verte a ti. Realmente es absurdo, pero no puedo vivir sin ti. ¡Eres tan deseable, tan maravilloso! Pienso en ti durante todo el día y echo de menos tu encanto, tu adolescente belleza, la brillante espada de tu ingenio, la delicada fantasía de tu talento, tan sorprendente siempre en tus repentinos vuelos, cual golondrina, hacia el norte o el sur, hacia el sol o la luna -y sobre todo, a ti mismo.
Oscar Wilde (The Complete Letters of Oscar Wilde)
As Rebeca reveals what scraps of story she does have to Luca, he starts to understand that this is the one thing all migrants have in common, this is the solidarity that exists among them, though they all come from different places and different circumstances, some urban, some rural, some middle-class, some poor, some well educated, some illiterate, Salvadoran, Honduran, Guatemalan, Mexican, Indian, each of them carries some story of suffering on top of that train and into el norte beyond. Some, like Rebeca, share their stories carefully, selectively, finding a faithful ear and then chanting their words like prayers. Other migrants are like blown-open grenades, telling their anguish compulsively to everyone they meet, dispensing their pain like shrapnel so they might one day wake to find their burdens have grown lighter.
Jeanine Cummins (American Dirt)
Las trece colonias del norte tuvieron, bien pudera decirse, la dicha de la desgracia. Su experiencia histórica mostró la tremenda importancia de no nacer importante. Porque al norte de América no había oro ni había plata, ni civilizaciones indígenas con densas concentraciones de población ya organizada para el trabajo, ni suelos troicales de fertilidad fabulosa en la franja costera que los peregrinos ingleses colonizaron.
Eduardo Galeano
Tú eres un granjero, imagínatelo, viviendo solo en la tundra siberiana. Día tras día trabajas la tierra. Hasta donde tus ojos pueden ver, nada. Al norte el horizonte, al sur el horizonte, al este igual, al oeste, más de lo mismo. Cada día cuando el sol sale por el este sales a trabajar la tierra, a medio día descansas y cuando se pone en el otro lado vuelves a casa para dormir. Tu eres un grangero, imagínate. Y un día algo se muere dentro de tí. Día tras día ves el sol salir , atravesar el cielo y meterse en el horizonte y un día algo se rompe y se muere dentro de ti. Tú tirás tu azada y con tu cabeza completamente vacía de pensamientos empiezas a caminar hacia el oeste, hacia la tierra que está detras del sol. Como poseído caminas día y noche sin parar, sin comer ni beber, hasta que exhausto caes derrotado y mueres. Esa esa la Histeria Siberiana.
Haruki Murakami (South of the Border, West of the Sun)
uno con visión de futuro que bendijese la prosperidad, la cultura, el trabajo y el comercio —cosa que hicieron los países del norte, y ahí los tienen hoy—, los españoles optamos por otro Dios con olor a sacristía, fanático, oscuro y reaccionario, al que, en ciertos aspectos, sufrimos todavía. El que, imponiendo sumisión desde púlpitos y confesonarios, nos hundió en el atraso, la barbarie y la pereza. El que para los cuatro siglos siguientes concedió pretextos y agua bendita a quienes, a menudo bajo palio, machacaron la inteligencia, cebaron los patíbulos, llenaron de tumbas las cunetas y cementerios e hicieron imposible la libertad.
Arturo Pérez-Reverte (Una historia de España (Spanish Edition))
Vivo en los Estados Unidos y soy chilena, sangre, voluntad y memoria. Al llegar a este país me obligaron a llenar un formulario en el cual había una casilla referente a la raza: la primera alternativa era blanca, la cual iba a automáticamente yo a marcar, cuando leí más abajo la palabra “Hispanic”. Me pareció una enorme incultura por parte de los funcionarios gringos ya que lo hispano no se refiere a una raza, pero abismada comprendí que por primera vez en mi vida me expulsaban de mi propio nicho, de lo que creía mi identidad natural y objetiva, aunque entre una norteamericana y yo no mediase la más mínima diferencia física ( más aún en este caso específico: soy pelirroja, hasta me parezco a ellos ). Ni que decirlo, marqué con saña el segundo cuadrado y cada día transcurrido de estos seis años me he ido apegando más y más a él. Cuando camino por las calles de la ciudad, a veces me da la impresión de que todos mis antepasados están allí, en la pulcra e impersonal boca del metro, con la esperanza de llegar a alguna parte. Todo chicano o salvadoreño despreciable es mi tío, el hondureño que retira la basura es mi novio. Cuando Reina se declara a sí misma una desclasada, sé exactamente a que se refiere. Toda mi vida ha corrido por este lado del mundo. Mi cuna real y ficticia, el lugar donde nací y el otro que fui adquiriendo, lucen oropeles muy americanos ( ¡ no acepto que ese adjetivo se lo atribuyan los del norte! América es tanto la de arriba como la de abajo, norte y sur tan americanos uno como el otro). Trazo los dos puntos del continente para señalar los míos y agrego un tercero, éste. Dos de ellos resultan razonablemente cercanos, y luego, inevitable, la línea larga baja y baja hasta llegar al sur, hasta lo que, a mi pesar, debo reconocer como el fin del mundo. Sólo los hielos eternos más allá de esa tierra. Allí nací. Mapuches o españoles, fluidas, impredecibles, vigorosas, allí están mis raíces.
Marcela Serrano (Lo que está en mi corazón)
Villoviado es un pequeño pueblo a pocos kilómetros de Lerma, en la provincia de Burgos, en el norte de España, tranquilo, con buena gente dedicada al pastoreo y a la agricultura. Las gallinas que correteaban por el empedrado, las voces de las mujeres llamando a sus hijos desde las ventanas de sus casas, sencillos campesinos que se limpiaban el sudor con orgullo, tejados rojos con chimeneas en forma de cono, vallas de piedra, bodegas a la entrada del pueblo, su fuente y, a finales de agosto, el olor del espliego inundando el valle, todo ello daba un carácter especial a Villoviado. También tenía su iglesia, la Iglesia de San Vítores, en una pequeña elevación casi en el centro del pueblo, con su bendito moral. La leyenda dice que lo trajeron desde Cerezo del Río Tirón, donde fue martirizado San Vítores; según los más viejos del lugar, de cada gota que cayó de su cuerpo en el martirio nació un moral. Todas las madres del pueblo, en algún que otro momento, cogían los tallos mas delgaditos del sagrado moral para colgarlos del cuello de sus hijos. Según la costumbre no solo quitaba las lombrices, sino que también protegía a esas criaturas. En aquel momento nadie se imaginaba que esos niños, años después, se sentarían en la valla del cementerio, casi tocando el moral, oteando, avisando de la llegada de los franceses. Aquellas
Reyes Galaz (Cántaras vacías (Spanish Edition))
¿Cómo se diz en uolof la palabra frontera, la palabra patria? ¿Y en soniké? ¿Cómo-y llamáis al desamparu? Si queréis dicir en bereber, por exemplu, “yo tuvi una casa nun arrabal de Rabat” ¿ponéis nesti orde la frase? ¿Cómo se conxuguen en bambara los verbos que lleven al norte, qué axetivos-y cuadren a la palabra mar, a la palabra muerte? Si tenéis que marchar, ¿ye la palabra adiós un sustantivu? ¿Cómo se pronuncia en diakhanké la palabra exiliu? ¿Hai que xuntar los llabios? ¿Duelen? ¿Qué pronomes usáis pal qu’espera na playa, pal que regresa ensin nada? Cuando señaláis p’allá, pa contra casa, qué alverbiu escoyéis? ¿Cómo se diz na vuestra, na nuestra llingua la palabra futuru?
Berta Piñán (Noches de incendio (1985-2002) (Poesía) (Spanish Edition))
Sólo imagínense cómo ve el futuro un joven chiapaneco o jarocho que acaba de salir de la preparatoria o la universidad y se da cuenta de que el gobierno mexicano no puede crear 1,3 millones de empleos anuales para emplearlo a él y a sus compañeros de clase. América Latina es la región más desigual del mundo. Una pésima distribución del ingreso le da al 10 por ciento más rico casi la mitad de todas las ganancias económicas. Por eso Latinoamérica camina simultáneamente por dos caminos: creando a los ricos más ricos y multiplicando a los pobres. América Latina sigue siendo la tierra de los monopolios y oligopolios, de los pocos que se reparten el pastel entre sí. Y mientras la fiesta no se abra para todos, la gente se seguirá yendo al Norte. El
Jorge Ramos (Tierra de todos (Spanish Edition))
Suponiendo que las cosas sigan siendo en general como ahora, el océano Atlántico se expandirá hasta llegar a ser mucho mayor que el Pacífico. Gran parte de California se alejará flotando y se convertirá en una especie de Madagascar del Pacífico. África se desplazará hacia el norte, uniéndose a Europa, borrando de la existencia al Mediterráneo y haciendo elevarse una cadena de montañas de majestuosidad himaláyica, que irá desde París hasta Calcuta. Australia colonizará las islas situadas al norte de ella y se unirá mediante algunos ombligos ístmicos a Asia. Éstos son resultados futuros, pero no acontecimientos futuros. Los acontecimientos están sucediendo ya. Mientras estamos aquí sentados, los continentes andan a la deriva, como hojas en un estanque.
Bill Bryson (A Short History of Nearly Everything)
En su declaración, Reyes dijo no recordar bien qué le dijo a Roberto Izquierdo. De lo que estaba seguro era «que este me dijo que me quedara tranquilo y callado». El Roberto Izquierdo al que se refiere Reyes es Roberto Izquierdo Menéndez, en la actualidad uno de los hombres más ricos de Chile, parte del clan familiar también conocido como Grupo Izquierdo Menéndez, compuesto fundamentalmente por él y sus diez hermanos47. Actualmente, Izquierdo48 se encuentra investigado por el «caso Cascada», debido a que fue parte de las operaciones de la Sociedad Química y Minera (Soquimich), que, tanto la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) como la Fiscalía Centro Norte, han catalogado como «ficticias», debido a que su objetivo fue aumentar las utilidades de la empresa de forma fraudulenta.
Javier Rebolledo (A la sombra de los cuervos: Los cómplices civiles de la dictadura (Spanish Edition))
Cuando el que viaja por el norte de la región central de Massachusetts se equivoca de dirección al llegar al cruce de la carretera de Aylesbury nada más pasar Dean’s Corners, verá que se adentra en una extraña y apenas poblada comarca. El terreno se hace más escarpado y las paredes de piedra cubiertas de maleza van encajonando cada vez más el sinuoso camino de tierra. Los árboles de los bosques son allí de unas dimensiones excesivamente grandes, y la maleza, las zarzas y la hierba alcanzan una frondosidad rara vez vista en las regiones habitadas. Por el contrario, los campos cultivados son muy escasos y áridos, mientras que las pocas casas diseminadas a lo largo del camino presentan un sorprendente aspecto uniforme de decrepitud, suciedad y ruina. Sin saber exactamente por qué, uno no se atreve a preguntar nada a las arrugadas y solitarias figuras que, de cuando en cuando, se ve escrutar desde puertas medio derruidas o desde pendientes y rocosos prados. Esas gentes son tan silenciosas y hurañas que uno tiene la impresión de verse frente a un recóndito enigma del que más vale no intentar averiguar nada. Y ese sentimiento de extraño desasosiego se recrudece cuando, desde un alto del camino, se divisan las montañas que se alzan por encima de los tupidos bosques que cubren la comarca. Las cumbres tienen una forma demasiado ovalada y simétrica como para pensar en una naturaleza apacible y normal, y a veces pueden verse recortados con singular nitidez contra el cielo unos extraños círculos formados por altas columnas de piedra que coronan la mayoría de las cimas montañosas.
H.P. Lovecraft (The Dunwich Horror and Others)
Lo que debes recordar, lo que quiero que recuerdes, es que no importa si vivo de verdad en el Polo Norte y si soy quien te trae los regalos cada Nochebuena. Los chicos como Tanner te dirán que soy falso y luego, cuando crezcas, las personas como Tanner te dirán que otras cosas son falsas. Pero ¿sabes que debes constestarles? Y que. Eso es lo que debes decirles. Porque a fin de cuentas, da igual si la historia es real o no. Lo que importa es la dedicación prestrada. El amor. Si algo es falso significa que alguien se ha tomado el tiempo de crear una historia para que tu la creas. Y crear historias conlleva mucho trabajo. Y, si, llegará un momento en que descubrirás que la historia no es real. Pero ¿ las intenciones detrás de ésta? Son completamente reales ¿ Y el amor tras ella? También es real.
David Levithan (The Twelve Days of Dash & Lily (Dash & Lily, #2))
Hasta donde alcanzaba su vista, todo se le antojaba un páramo rocoso. Ni una sola gota de agua, ni la más pequeña brizna de hierba. Había desaparecido todo color, cualquier cosa semejante a la luz. No había sol, luna ni estrellas. Probablemente ni siquiera hubiese norte ni sur, este ni oeste. Cada cierto tiempo, un enigmático crepúsculo reemplazaba a la oscuridad infinita, pero ésta siempre regresaba. Se hallaba en los últimos confines habitables por cualquier ser humano. Al mismo tiempo, de vez en cuando, también había vida. Durante el crepúsculo, pájaros de picos afilados como cuchillos venían y le desgarraban sin piedad la carne. Cuando las tinieblas cubrían la tierra, las aves se marchaban y los huecos que habían dejado en su carne iban llenándose en silencio de otra materia, un sucedáneo de carne que no era en absoluto carne.
Haruki Murakami (Colorless Tsukuru Tazaki and His Years of Pilgrimage)
In the Norte Chico, in other words, Homo sapiens experienced a phenomenon that at that time had occurred only once before, in Mesopotamia: the emergence, for better or worse, of leaders with enough prestige, influence, and hierarchical position to induce their subjects to perform heavy labor. It was humankind’s second experiment with government. “Where does government come from?” Haas asked. “What makes people decide to surrender some of their personal liberty to it? What did they gain from it? Philosophers have been asking this question for centuries. But archaeology should have something to contribute. In the Norte Chico, we may be able to provide some answers. It’s one of only two places on earth—three, if you count Mesoamerica—where government was an invention. Everywhere else it was inherited or borrowed. People were born into societies with governments or saw their neighbors’ governments and copied the idea. Here, people came up with it themselves.
Charles C. Mann (1491: New Revelations of the Americas Before Columbus)
Comienza por hacerle caso a tu sonrisa”    ...que en tu sonrisa, como en el rayo de un sol que abre los cielos, aguarda el camino que ilumina la felicidad de tu corazón.    Tu mente puede guardar extraños sortilegios para andar, puede incluso dudar de lo dulce y aún creer que dos cuerpos amantes son dos cuerpos y no uno solo, como un solo verbo que es y se promete a la vez.    Tus pasos pueden llevarte lejos, pero tu sonrisa sabe qué nombre murmura por las noches, qué nombre recita en tus sueños y qué reflejos la iluminan en esa otra sonrisa.    El amor tiene forma de dos labios felices, y el amor encontrado, el sabor de dos bocas lado a lado.    Busca en los caminos, busca el amor en la noche más sincera o el día más lejano, pero lleva siempre contigo la brújula de tu sonrisa, y será el faro de tus pasos, pues no hay amor que no se mida en largos de labios.    Comienza por hacerle caso a tu sonrisa,  y al fin hallarás otra que de la tuya sea norte y orilla.
Jacques Pierre (Declaro el estado de poesía permanente)
Obviamente, parte de la respuesta se basa en las diferencias entre las instituciones humanas. La evidencia más clara de este punto de vista procede algunas parejas de países que comparten esencialmente un mismo entorno pero disponen de instituciones muy distintas y, asociado a ello, diferentes cifras de PNB per cápita. Cuatro ejemplos flagrantes de esta realidad son los que se derivan de comparar Corea del Sur con Corea del Norte, la antigua Alemania Occidental con la antigua Alemania Oriental, la República Dominicana con Haití e Israel con sus vecinos árabes. Entre las muchas “instituciones saludables” a las que se suele invocar para explicar la mayor riqueza de los países nombrados en primer lugar de cada una de las parejas anteriores, se encuentran la eficacia del imperio de la Ley, el respeto a los contratos, la protección del derecho a la propiedad privada, la ausencia de corrupción, la baja tasa de criminalidad, la apertura al comercio y los flujos de capital, los incentivos a las inversiones, etc.
jared diamante (Guns, Germs, and Steel: The Fates of Human Societies)
La muerte podía estar en una bolsa de cacahuetes, en un trozo de carne que se te atravesara, en el siguiente paquete de cigarrillos. Siempre te andaba rondando, de guardia en todas las estaciones de control entre lo mortal y lo eterno. Agujas infectadas, insectos venenosos, cables mal aislados, incendios forestales. Patines que lanzaban a intrépidos chiquillos a cruces muy transitados. Cada vez que te metes en la bañera para darte una ducha, Oz te acompaña: ducha para dos. Cada vez que subes a un avión, Oz lleva tu misma tarjeta de embarque. Está en el agua que bebes y en la comida que comes. «¿Quién anda ahí?», gritas en la oscuridad cuando estás solo y asustado, y es él quien te responde: Tranquilo, soy yo. Eh, ¿cómo va eso? Tienes un cáncer en el vientre, qué lata, chico, sí que lo siento. ¡Cólera! ¡Septicemia! ¡Leucemia! ¡Arteriosclerosis! ¡Trombosis coronaria! ¡Encefalitis! ¡Osteomielitis! ¡Ajajá, vamos allá! Un chorizo en un portal, con una navaja en la mano. Una llamada telefónica a medianoche. Sangre que hierve con ácido de la batería en una rampa de salida de una autopista de Carolina del Norte. Puñados de píldoras: anda, traga. Ese tono azulado de las uñas que sigue a la muerte por asfixia; en su último esfuerzo por aferrarse a la vida, el cerebro absorbe todo el oxígeno que queda en el cuerpo, incluso el de las células vivas que están debajo de las uñas. Hola, chicos, me llamo Oz el Ggande y Teggible, pero podéis llamarme Oz a secas. Al fin y al cabo, somos viejos amigos. Pasaba por aquí y he entrado un momento para traerte este pequeño infarto, este derrame cerebral, etcétera; lo siento, no puedo quedarme, tengo un parto con hemorragia y, luego, inhalación de humo tóxico en Omaha. Y la vocecita sigue gritando: «¡Te quiero, Tigger, te quiero! ¡Creo en ti, Tigger! ¡Siempre te querré y creeré en ti, y seguiré siendo niña, y el único Oz que habitará en mi corazón será ese simpático impostor de Nebraska! Te quiero…». Vamos patrullando, mi hijo y yo…, porque lo que importa no es el sexo ni la guerra, sino la noble y terrible batalla sin esperanza contra Oz, el Ggande y Teggible.
Stephen King (Pet Sematary)
Hay ciudades tan descabaladas, tan faltas de sustancia histórica, tan traídas y llevadas por gobernantes arbitrarios, tan caprichosamente edificadas en desiertos, tan parcamente pobladas por una continuidad aprehensible de familias, tan lejanas de un mar o de un río, tan ostentosas en el reparto de su menguada pobreza, tan favorecidas por un cielo espléndido que hace olvidar casi todos sus defectos, tan ingenuamente contentas de sí mismas al modo de las mozas quinceañeras, tan globalmente adquiridas para el prestigio de una dinastía, tan dotadas de tesoros -por otra parte- que puedan ser olvidados los no realizados a su tiempo, tan proyectadas sin pasión pero con concupiscencia hacia el futuro, tan desasidas de una auténtica nobleza, tan pobladas de un pueblo achulapado, tan heroicas en ocasiones sin que se sepa a ciencia cierta por qué sino de un modo elemental y físico como el del campesino joven que de un salto cruza el río, tan abigarradas de sí mismas aunque en verdad el licor de que están ahítas no tenga nada de embriagador, tan insospechadamente en otro tiempo prepotentes sobre capitales extranjeras dotadas de dos catedrales y de varias colegiatas y de varios palacios encantados -un palacio encantado al menos para cada siglo-, tan incapaces para hablar su idioma con la recta entonación llana que le dan los pueblos situados hacia el norte a doscientos kilómetros de ella, tan sorprendidas por la llegada de un oro que puede convertirse en piedra, pero que tal vez se convierta en carrozas y troncos de caballos con gualdrapas doradas sobre fondo negro, tan carentes de una auténtica judería, tan llenas de hombres serios cuando son importantes y simpáticos cuando no son importantes, tan vueltas de espaldas a toda naturaleza -por lo menos hasta que en otro sitio se inventaron el tren eléctrico y la telesilla-, tan agitadas por tribunales eclesiásticos con relajación al brazo secular, tan poco visitadas por individuos auténticos de la raza nórdica, tan abundante de torpes teólogos y faltas de excelentes místicos, tan llenas de tonadilleras y de autores de comedias de costumbres, de comedias de enredo, de comedias de capa y espada, de comedias de café, de comedias de punto de honor, de comedias de linda tapada, de comedias de bajo coturno, de comedias de salón francés, de comedias del café no de comedia dell'arte, tan abufaradas de autobuses de dos pisos que echan humo cuanto más negro mejor sobre aceras donde va la gente con gabardina los días de sol frío, que no tienen catedral.
Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio)
Sin duda (el adolescente) no lo sabe todo, pero es cierto que esa edad ociosa, sin oficio ni beneficio, es una época privilegiada para pensar en el todo. ¿Cuándo se manifiesta esa totalidad en el caso de la vida humana? No hemos de reputar feliz a nadie, dice Solón, mientras viva, sino que debemos esperar al final de su existencia. Al morir, el sujeto entrega su esencia, que es el ejemplo que ha ido cincelando durante todos los años anteriores en la materia del tiempo. Durante todo su habitar sobre la tierra el hombre incuba en su seno la promesa de un ejemplo que va creciendo y solo se detiene y asume su forma definitiva cuando aquel muere. Es difícil que un sujeto conozca de verdad a otro —un padre, un amigo— mientras ambos, el conocedor y el conocido, todavía vivan, ya que no solo la esencia de este es incompleta, sino que además apenas puede percibirse con claridad: el ritmo de las obligaciones ordinarias, la vulgaridad de las situaciones, el norte del egoísmo humano, la inseguridad de las apreciaciones en la experiencia diaria impiden una disposición apta para dicha percepción. Pero, tras la muerte, resplandece ese ejemplo, ya completo “y despojado de sus accidentes. Con frecuencia se ha notado que el término griego para «verdad» —aletheia— significa no-olvido (a-lethos), esto es, recuerdo. Conocer la verdad de un hombre, en sentido estricto, es recordar su ejemplo cuando ya ha dejado de existir, momento en el que adquiere un relieve y una nitidez extraordinarios. De ahí que nos conmovamos hasta la desesperación cuando “desaparece un ser querido: al morir, contemplamos por primera vez su ser verdadero, lo amamos definitivamente y desearíamos por encima de todo poder decírselo, pero entonces ya es demasiado tarde. Todo conocimiento es póstumo.
Javier Gomá Lanzón (Aquiles en el gineceo o Aprender a ser mortal)
Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 de Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek, el cuento del gato con botas, el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier cosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a qué pero llegar, llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en una hora final descubras que caminaste volaste corriste reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y de caspa en vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa saga de ser hombre. No hay discurso del método, hermano, todos los mapas mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste, dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado por la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos despedidos por tarjeta, dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin cáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dónde está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin cenizas de uranio, de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso que en plena noche te sume en la maraña turbia de las pesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muerto o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la traición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantano viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde estaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absoluta para mostrarte el camino, para orientar esa mano que ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante, porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con las rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta la garganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado, punto de partida que es llegada. Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano. Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de Scriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.
Julio Cortázar
Los historiadores buscan comprender el desarrollo de entidades intersubjetivas como los dioses y las naciones, mientras que los biólogos difícilmente reconocen la existencia de tales cosas. Algunos creen que si pudiéramos descifrar el código genético y cartografiar todas y cada una de las neuronas del cerebro, conoceríamos todos los secretos de la humanidad. A fin de cuentas, si los humanos no tienen alma y si los pensamientos, emociones y sensaciones son solo algoritmos bioquímicos, ¿por qué no puede la biología explicar todos los caprichos de las sociedades humanas? Desde esta perspectiva, las cruzadas fueron disputas territoriales modeladas por presiones evolutivas, y los caballeros ingleses que viajaron a Tierra Santa para luchar contra Saladino no eran muy distintos de los lobos que intentan apropiarse del territorio de una jauría vecina. Las humanidades, en cambio, ponen énfasis en la importancia crucial de entidades intersubjetivas, que no pueden reducirse a hormonas y neuronas. Pensar desde el punto de vista histórico significa adscribir poder real a los contenidos de nuestros relatos imaginarios. Evidentemente, los historiadores no obvian los factores objetivos, como los cambios climáticos y las mutaciones genéticas, pero confieren mucha mayor importancia a los relatos que la gente inventa y en los que cree. Corea del Norte y Corea del Sur son tan diferentes entre sí no porque la gente de Pyongyang tenga genes diferentes a los genes de la gente de Seúl o porque el norte sea más frío y más montañoso. Ello se debe a que el norte está dominado por ficciones muy distintas. Quizá algún día los descubrimientos en neurobiología nos permitan explicar el comunismo y las cruzadas en términos estrictamente bioquímicos, pero estamos muy lejos de este momento. Durante el siglo XXI es probable que la frontera entre la historia y la biología se desvanezca, no porque descubramos explicaciones biológicas de los acontecimientos históricos, sino más bien porque las ficciones ideológicas reescriban las cadenas de ADN, los intereses políticos y económicos reescriban el clima, y la geografía de montañas y ríos dé paso al ciberespacio. A medida que las ficciones humanas se traduzcan en códigos genéticos y electrónicos, la realidad intersubjetiva engullirá por completo la realidad objetiva, y la biología se fusionará con la historia. En el siglo XXI, la ficción puede, por lo tanto, convertirse en la fuerza más poderosa de la Tierra, sobrepasando incluso a los asteroides caprichosos y a la selección natural. De ahí que si queremos entender nuestro futuro, en absoluto bastará con descifrar genomas y calcular números. También tenemos que descifrar las ficciones que dan sentido al mundo.
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
A mesma ignorância predominou em relação a muitas criaturas maiores, inclusive um dos mais importantes e menos compreendidos de todos os animais que por vezes se encontram nas casas modernas: o morcego. Quase ninguém gosta dos morcegos, o que é lamentável, porque eles fazem muito mais bem do que mal. Comem grandes quantidades de insetos, beneficiando as plantações e o ser humano. O morcego marrom, a espécie mais comum nos Estados Unidos, consome até seiscentos mosquitos por hora. O pequenino pipistrelo — que não pesa mais que uma pequena moeda — ingere até 3 mil insetos em suas incursões noturnas. Sem os morcegos, haveria muito mais mosquitos na Escócia, larvas no solo na América do Norte e febres nos trópicos. As árvores das florestas seriam mastigadas até serem destruídas. As plantações precisariam de mais agrotóxicos. O mundo natural se tornaria um lugar estressado até a exaustão. Os morcegos também são vitais para o ciclo de vida de muitas plantas silvestres, colaborando na polinização e na dispersão de sementes. Um minúsculo morcego da América do Sul, o Carollia perspicillata, chega a comer 60 mil sementinhas a cada noite. A propagação das sementes feita por uma única colônia — cerca de quatrocentos desses morceguinhos — pode produzir, anualmente, 9 milhões de mudas de árvores frutíferas. Sem os morcegos, essas novas árvores frutíferas não existiriam. Eles também são essenciais para a sobrevivência, na natureza, de madeira balsa, abacates, bananas, frutas-pão, cajus, cravo, tâmaras, figos, goiabas, mangas, pêssegos, cactos saguaro, entre outros. Há muito mais morcegos no mundo do que a maioria das pessoas imagina. Na verdade, eles constituem aproximadamente um quarto de todas as espécies de mamíferos — cerca de 1100. Variam em tamanho desde o morcego-abelha, que realmente não é maior que uma abelha e, portanto, é o menor de todos os mamíferos, até as magníficas raposas-voadoras da Austrália e do sul da Ásia, que podem alcançar quase dois metros de envergadura. No passado já foram feitas tentativas de aproveitar as qualidades especiais dos morcegos. Na Segunda Guerra Mundial, o Exército americano investiu muito tempo e dinheiro em um plano extraordinário para acoplar minúsculas bombas incendiárias a morcegos e lançar de aviões um grande número deles — até 1 milhão de cada vez — sobre o Japão. A ideia era que os morcegos se empoleirariam nos beirais e telhados e suas pequeninas bombas-relógio iriam deflagrar, fazendo com que pegassem fogo e causassem, assim, centenas de milhares de incêndios. Elaborar bombas e timers tão pequenos exigia muita experiência e engenho; mas, finalmente, na primavera de 1943, o trabalho estava adiantado e foi marcada uma experiência em Muroc Lake, na Califórnia. No entanto, as coisas não correram bem como o planejado, para dizer o mínimo. Os morcegos estavam bem armados com suas bombas em miniatura, mas ficou claro que essa não era uma boa ideia. Eles não pousaram em nenhum dos alvos designados, mas destruíram todos os hangares e a maioria dos depósitos no aeroporto de Muroc Lake, bem como o carro de um general do Exército. O relatório do general sobre os acontecimentos do dia deve ter sido uma leitura muito interessante. Seja como for, o programa foi cancelado logo em seguida. Um plano menos maluco, mas não mais bem-sucedido, para utilizar os morcegos foi concebido pelo dr. Charles A. R. Campbell, da Escola de Medicina da Universidade de Tulane. A ideia de Campbell era construir gigantescas “torres de morcegos”, onde estes poderiam se empoleirar, procriar e sair para comer mosquitos. Isso, segundo Campbell, reduziria substancialmente a malária, e também forneceria guano em quantidades comercialmente viáveis. Várias torres foram construídas, e algumas ainda estão de pé, mesmo que precariamente, mas nunca cumpriram sua função. Ao que parece, os morcegos não gostam de receber ordens sobre onde devem morar.
Bill Bryson (At Home: A Short History of Private Life)
«Primero hemos de dejar de lado la vertiente norte, Siberia. Se halla fuera del ámbito de nuestro estudio. Las características del país no le permiten ser un escenario para la cultura histórica ni crear una forma propia en la historia universal» [Hegel, Lecciones sobre filosofía de la historia Universal]. Podemos imaginar el asombro de Dostoyevski cuando leyó estas líneas a la luz de una vela de sebo. Y su desesperación al ver que allá en Europa, por cuyas ideas había sido condenado a muerte y finalmente desterrado, no se prestaba atención alguna a su sufrimiento. Porque él sufría en Siberia, en aquel mundo que no formaba parte de la historia. Por eso, desde la perspectiva europea, tampoco había esperanza de salvación. Dostoyevski podía considerar con toda razón que no sólo había sido desterrado a Siberia, sino expulsado a la no existencia. Únicamente un milagro podía salvarlo, un milagro cuya posibilidad no sólo excluía Hegel, sino también el espíritu europeo de la época. Aquel espíritu proclamaba en voz alta la existencia de Dios, pero rechazaba la idea de que Dios pudiera dar no sólo órdenes generales, sino también singulares, referidas al individuo; aquel espíritu situaba las leyes naturales por encima de todo y negaba lo que Dostoyevski formularía más tarde diciendo que uno puede rebelarse incluso contra el resultado de la multiplicación de dos por dos. (…) Muy posiblemente, justo cuando se enteró de que había sido apartado de la historia por la cual había soportado todas aquellas persecuciones, nació en él la convicción de que la vida tal vez posee ciertas dimensiones que no tienen cabida en la historia, de que la prueba de la propia existencia no puede limitarse a los criterios de la existencia histórica. De que el ser humano, si siente y experimenta realmente el peso de su existencia, se desprende al mismo tiempo de la historia y entonces el peso de cuanto se halla allende la historia cae sobre él del mismo modo en Berlín que en Semipalatinsk. Y de que es preciso apartarse de la historia para poder observar los límites y restricciones de la existencia histórica. Sin embargo, para ello hay que admitir también la posibilidad del milagro, que suprime el carácter excluyente del espacio y del tiempo. Y si el propio Hegel admite que ciertos territorios geográficos se desgajan de la historia, tal cosa también significa que la historia no dispone de la ilimitación divina: la rodea algo que está más allá de la historia. Es decir, lo necesario linda con lo imposible, lo natural con lo sobrenatural, lo legal con lo arbitrario, la política con la teología. Pero lo que se encuentra más allá de las fronteras, también se infiltra en el interior. Sólo se puede excluir aquello que nos ha afectado por dentro. El hecho de haber sido expulsado de la historia debe de haber propiciado la fe de Dostoyevski en los milagros; pero también la experiencia de que la organización moderna del mundo obedece a una ley implacable. La historia manifiesta su esencia a quienes antes ha excluido. Esta idea jamás se le ocurrió a Hegel, y eso que se pasó una década impartiendo clases sobre historia. Dostoyevski, en cambio, no necesitó una década para llegar a esta conclusión. Vivió en carne propia el hecho de que ninguna época rechazaba el sufrimiento tal como hacía la cultura iniciada por la Ilustración, con el resultado de que no suprimía el sufrimiento, sino que únicamente lo tapaba, pues ella misma se basaba en el sufrimiento. El sufrimiento silenciado y ocultado sale a la luz y resulta imposible de esconder cuando los límites del ámbito de influencia se vuelven visibles, concretamente para quienes han salido (o han sido expulsados) de la historia. Bien es cierto que tal percepción —que es una verdadera Ilustración— no suprime el sufrimiento to, pero permite que éste, en vez de consumir al hombre por dentro cuando queda reprimido, conduzca a algo así como la redención, es decir, al equilibrio interno, a la salud.
László F. Földényi (Dostoyevski lee a Hegel en Siberia y rompe a llorar (Satelites))