Nieve Quotes

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Para leer en forma interrogativa Has visto verdaderamente has visto la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa Has tocado de verdad has tocado el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amas Has vivido como un golpe en la frente el instante el jadeo la caída la fuga Has sabido con cada poro de la piel sabido que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón había que tirarlos había que llorarlos había que inventarlos otra vez.
Julio Cortázar
Todo el mundo sabe que una bola de nieve en la cara es el comienzo perfecto de una amistad duradera.
Markus Zusak (The Book Thief)
Una vida sin sueños es un jardín sin flores, pero una vida de sueños imposibles es un jardín de flores falsas...
Alessandro D'Avenia (Blanca como la nieve, roja como la sangre)
—Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada, el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente... Pero una mente necesita de los libros igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. Por eso leo tanto, Jon Nieve.
George R.R. Martin (A Game of Thrones (A Song of Ice and Fire, #1))
Las repuestas importantes están escritas entre líneas de los libros y has de ser capaz de leerlas.
Alessandro D'Avenia (Blanca como la nieve, roja como la sangre)
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: "amor, amor", y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: "¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!". Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: "Cultura". Cultura porque sólo a través de ella se puede resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. Medio pan e un libro. Locución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada)
Federico García Lorca
Ve y coge una estrella fugaz; fecunda a la raíz de mandrágora; dime dónde está el pasado, o quién hendió la pezuña del diablo; enséñame a oír cómo canta la sirena, a apartar el aguijón de la envidia, y descubre cual es el viento que impulsa a una mente honesta. Si has nacido para ver cosas extrañas, cosas invisibles al ojo, cabalga diez mil días y noches hasta que la edad cubra de nieve tus cabellos. Cuando retornes, me contarás las extrañas maravillas que te acontecieron, y jurarás que en ningún lugar vive una mujer justa y constante. Si la encuentras, dímelo, ¡dulce peregrinación sería! Pero no, porque no iría, aunque fuera justo al lado; aunque fiel, al encontrarla, y hasta al escribir la carta, sin embargo, antes que fuera, infiel con dos, o tres, fuera.
John Donne (Howl’s Moving Castle (Howl’s Moving Castle, #1))
... Pero ni los fuertes latidos de mi corazón ni el ruido de la ventisca de nieve impidieron que escuchara con total nitidez la voz cristalina de mi angel. - No te vayas.
Esther Sanz (El bosque de los corazones dormidos (El bosque, #1))
La ignorancia es lo más cómodo que conozco después del sofá del salón de mi casa. - Leo
Alessandro D'Avenia (Blanca como la nieve, roja como la sangre)
en algún lugar al que nunca he viajado, gozosamente más allá de cualquier experiencia, tus ojos tienen su silencio: en tu gesto más frágil hay cosas que me abarcan, o que no puedo tocar porque están demasiado cerca tu mirada más leve me abrirá fácilmente aunque me haya cerrado como dedos, siempre me abres pétalo tras pétalo como la Primavera abre (tocando hábilmente, misteriosamente) su primera rosa o si tu deseo fuera cerrarme, yo y mi vida nos cerraremos muy bellamente, súbitamente, como cuando el corazón de esta flor imagina la nieve cayendo cuidadosa por doquier; nada que hayamos de percibir en este mundo iguala la fuerza de tu intensa fragilidad: cuya textura me domina con el color de sus campos, trayendo muerte y eternidad con cada respiro (yo no sé qué hay en ti que puede cerrar y abrir; apenas algo en mí comprende que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas) nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas
E.E. Cummings
Las huellas de las personas que caminaron juntas nunca, nunca se borran".
Luz Gabás (Palmeras en la nieve)
Friends ask you questions; enemies go around asking others about you looking for the answer they want to believe
Maria Nieves
There comes a moment in life when one must acknowledge that you just can't keep looking back into your past for reasons to keep someone in your present and future. Regardless of how much looking that cruel reality in the eye hurts...memories can't be enough.
Eiry Nieves
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es el texto traducido a más idiomas del mundo. Está en trescientas treinta y siete lenguas, pero muchos aún no lo han entendido.
Nieves Concostrina (Menudas historias de la Historia: Anécdotas, despropósitos, algaradas y mamarrachadas de la humanidad)
Pensar en ti es como lanzar al fuego copos de nieve. Algo así como una forma de felicidad que me da miedo más o menos para siempre.
Mathias Malzieu (Le plus petit baiser jamais recensé)
¿Por qué merezco yo vivir entre flores, cuando todos los demás tienen que contentarse con árboles de ramas peladas y nieve fangosa? No lo sé, pero no sabes cuánto me alegro de que así sea.
Mary Ann Shaffer (The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society)
No hay que tener miedo a las palabras. (...). Hay que llamar a las cosas por su nombre, sin miedo. (...) Yo ya no tengo miedo a las palabras, porque ya no le tengo miedo a la verdad. Cuando tu vida es lo que está en juego, no soportas los rodeos.
Alessandro D'Avenia (Blanca como la nieve, roja como la sangre)
Have you ever noticed how hard it is to find a shadow in the night? I guess that’s why so many people are so obsessed with the idea of bringing things to the light…to the clear, so to speak.
Eiry Nieves (The Shadowlands (Aisha Blackwell's Chronicles))
-¿Y si no amamos nada? -Imposible. ¿Te imaginas la Tierra sin gravedad? ¿O el espacio sin gravedad? Sería un contínuo autochoque. Incluso quien cree que no ama nada, ama algo. (...) Lo importante no es si amamos o no, sino qué amamos.
Alessandro D'Avenia (Blanca como la nieve, roja como la sangre)
Debería estar completamente solo en este mundo, yo, Steiner, sin ninguna otra criatura. Sin sol, sin cultura. Yo, desnudo sobre una gran piedra sin tormentas, sin nieve, sin bancos, sin dinero, sin tiempo y sin respiración. Entonces, por fin, dejaría de tener miedo.
Robert Walser
I need to learn to stay away from those who want to steal my heart and replace it with steel.
Maria Nieves
Era hermoso jinete, y ahora montón de nieve. Corrió ferias y montes y brazos de mujeres. Ahora, musgo de noche le corona la frente
Federico García Lorca (Bodas de sangre)
¿En qué piensas cuando hueles nuestras velas, mi niña? «En Invernalia —le podría haber respondido—. Huelen a nieve, a humo y a agujas de pino. Huelen a los establos. Huelen a las risas de Hodor, y a Jon y a Robb entrenándose juntos en el patio, y a Sansa cantando alguna canción idiota sobre alguna bella dama. Huelen a las criptas donde están sentados los reyes de piedra; huelen a pan caliente en el horno; huelen al bosque de dioses. Huelen a mi loba y huelen a su pelaje; es casi como si la tuviera al lado.»
George R.R. Martin
No tenían ya palabras. Las estrellas empezaban a brillar. ¿Cómo fue que sus labios se encontraron? ¿Cómo es que el pájaro canta, que la nieve se funde, que la rosa se abre? Un beso; eso fue todo. Los dos se estremecieron, y se miraron en la sombra con ojos brillantes. No sentían ni el frío de la noche, ni la frialdad de la piedra,ni la humedad de la tierra, ni la humedad de las hojas; se miraban y tenían el corazón lleno de pensamientos. Se habían cogido de las manos sin saberlo.
Victor Hugo (Les Misérables)
En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas. Es una de esas cosas que no puedes explicar a nadie y, aunque pudieras, nadie te comprendería. Y esa tristeza, sin cambiar de forma, va acumulándose en silencio en tu corazón como la nieve durante una noche sin viento.
Haruki Murakami (Hard-Boiled Wonderland and the End of the World)
The mind can fool the heart, as the heart can fool the mind.
Anthony Liccione
…A veces, las tempestades, las nieblas o la nieve te molestarán. Piensa entonces en todos aquellos que lo han conseguido antes que tú y dite simplemente: lo que otros han conseguido, también yo puedo hacerlo…
Antoine de Saint-Exupéry (Wind, Sand and Stars)
Esta tarde, pensando todo esto frente a una ventana lúgubre, donde cae la nieve, con más de cincuenta años encima, y todavía sin saber muy bien quién soy ni qué carajos hago aquí, tengo la impresión de que el mundo fue igual desde mi nacimiento hasta que los Beatles comenzaron a cantar.
Gabriel García Márquez
No puedes hablar de amor hasta que las cosas vayan mal y consigas superarlas. El amor no son flores y violines. Y tampoco lo es el buen sexo. El amor es lealtad. Es resistir en la batalla, luchar hombro con hombro. La nieve golpeándonos la cara. Los pies envueltos en harapos. La nariz congelada...
Marian Keyes
—Si un fantasma puede prometer —le oyó decir con voz ronca—, yo te prometo que mi amor durará lo que dure la eternidad.
Nieves Hidalgo (Lo que dure la eternidad)
Yo lo recordaba todo. (...) Quizá el olvido, como una bondadosa nieve, los entumeciera y los cubriera. Pero eran parte de mí. Eran m paisaje.
Sylvia Plath (La campana de cristal)
—Eso es todo. Ese día mi abuelo me explicó que nosotros somos distintos de los animales, que solo hacen lo que su naturaleza les dicta. En cambio, nosotros somos libres. Es el mayor don que hemos recibido. Gracias a la libertad podemos convertirnos en algo distinto de lo que somos. La libertad nos permite soñar y los sueños son la sangre de nuestra vida, aunque a veces cuestan algún azote y un largo viaje. «Jamás renuncies a tus sueños. Nunca tengas miedo de soñar, por mucho que los demás se rían de ti», eso me dijo mi abuelo, «pues si lo haces renunciarías a ser tú mismo». Aún recuerdo los ojos brillantes con que subrayó sus palabras.
Alessandro D'Avenia (Blanca como la nieve, roja como la sangre)
Me intriga sobremanera la forma como se repiten en mi vida estas caídas, estas decisiones erróneas desde su inicio, estos callejones sin salida cuya suma vendría a ser la historia de mi existencia
Álvaro Mutis (La nieve del almirante)
life - your gunna meet some two faced people, some bosses that make your soul cringe, some places you wished you'd never walked into... But then you'll grow, you'll learn that your gut instinct isn't nieve, your boss can ' fuck it' because your dreams are more important and the places you walked into unaware of chaos, will bring you to places of perfect peace. Hold on, the struggle won't last forever.
Nikki Rowe
Le pareció que dulcemente una de las dos lloraba. Debía ser ella porque sintió mojadas las mejillas, y el pómulo mismo doliéndole como si tuviera allí un golpe. También el cuello, y de pronto los hombros, agobiados por fatigas incontables. Al abrir los ojos (tal vez gritaba ya) vio que se habían separado. Ahora sí gritó. De frío, porque la nieve le estaba entrando por los zapatos rotos, porque yéndose camino de la plaza iba Alina Reyes lindísima en su sastre gris, el pelo un poco suelto contra el viento, sin dar vuelta la cara y yéndose. (Lejana)
Julio Cortázar (Bestiario)
Ese día de verano, 4 de agosto de 1939, en Burdeos, quedaría para siempre en la memoria de Víctor Dalmau, Roser Bruguera y otros dos mil y tantos españoles que partían a ese país larguirucho de América del Sur, aferrado a las montañas para no caerse al mar, del que nada sabían. Neruda habría de definirlo como un «largo pétalo de mar y vino y nieve…» con una «cinta de espuma blanca y negra
Isabel Allende (Largo pétalo de mar)
I see a lot of people complaining about the things they can fix, and a lot of people being accepting of the things they cannot change. Maybe tragedy really is the catastrophic event, for the way people view their lives. I would rather be wise, than nieve.
Nikki Rowe
Me sorprendió lo distintos que éramos. Se me ocurrió pensar que si Grace y yo hubiéramos sido objetos, ella habrá sido un reloj digital sincronizado con precisión científica, y yo, una bola de cristal rellena de nieve, una pequeña tormenta de recuerdos temblorosos.
Maggie Stiefvater (Shiver (The Wolves of Mercy Falls, #1))
«Me voy.» «Te vas.» «Pero te quedas en mi corazón.» Para siempre.
Luz Gabás (Palmeras en la nieve)
May you live a life as holy and perfect as you pretend it to be in Facebook
Maria Nieves
Un sorbo de café baña los espíritus deprimidos y los eleva más allá de los sueños más sublimes. John Milton, escritor inglés
Nieves García Bautista (El amor huele a café)
Solo en un aspecto podían presumir de aventajarlo la lluvia, nieve, granizada y cellisca más intensas: a menudo «cedían» generosamente, mientras que Scrooge no lo hacía jamás.
Charles Dickens (A Christmas Carol)
Harry siempre estaba dispuesto a darle a la gente una segunda oportunidad de acabar en la lista negra.
Jo Nesbø (El muñeco de nieve (Harry Hole, #7))
Eres mío, igual que yo soy tuya. Si tenemos que morir, moriremos. Todos los hombres mueren, Jon Nieve. Pero antes vamos a vivir.
George R.R. Martin (A Storm of Swords: Steel and Snow (A Song of Ice and Fire, #3.1))
Miramos las mismas estrellas y vemos cosas tan distintas. Jon Nieve
George R.R. Martin (A Storm of Swords (A Song of Ice and Fire, #3))
Pero allí, en la vida real, en esa pequeña calle cubierta de nieve, en una gran ciudad a la que se considera la ciudad del amor, me convirtió en el hombre más feliz de París.
Nicolas Barreau (La sonrisa de las mujeres)
Detrás de la sucesión aparentemente aleatoria o hasta caótica de sucesos que acontecen en la vida y también en el mundo yace oculto el desenvolvimiento de un orden y un propósito superiores. El proverbio Zen lo expresa bellamente: "La nieve cae copo por copo, cada uno en su lugar preciso
Eckhart Tolle (A New Earth: Awakening to Your Life's Purpose)
At the end of the day, when the sun falls a willing prisoner of the night...and humans, males and females alike, become submitted to the mistress of the dark, my mind begins to wander and wonder. Looking upwards at a blank slate of concrete, the psyque expresses freely what my subconscious is afraid to give free rein. And there and then, between the play of reality and dreamland, I find my place. I find myself.
Eiry Nieves
Sus labios revoloteaban como un copo de nieve. El segundo copo de nieve perdido en una playa de verano, y yo que trataba de recuperarlo con mi nevera demasiado grande. A partir de dos copos de ese tipo, puede hablarse de tempestad.
Mathias Malzieu (Le plus petit baiser jamais recensé)
Procrastination does not exist. Only Freedom
Jaali Nieves
Por mucho que madrugues, antes se habrá levantado tu destino" (Proverbio popular africano)
Luz Gabás (Palmeras en la nieve)
La antropología también es un drama, Marcos. Un sistema que se estudia a sí mismo desde dentro del propio sistema. Es un chiste mal contado.
Nieves Delgado (36)
Y había sido un joven tan extraordinario que, desde el mismo instante en que sus ojos, claros y brillantes como un cristal de nieve, se habían cruzado con los de ella, años atrás, la habían condenado a no poder amar jamás a ningún otro hombre.
Laura Gallego
NOTICIARIO DE UN COLEGIAL MELANCÓLICO NOMINATIVO: la nieve GENITIVO: de la nieve DATIVO: a o para la nieve ACUSATIVO: a la nieve VOCATIVO: ¡oh la nieve! ABLATIVO: con la nieve de la nieve en la nieve por la nieve sin la nieve sobre la nieve tras la nieve La luna tras la nieve Y estos pronombres personales extraviados por el río y esta conjugación tristísima perdida entre los árboles BUSTER KEATON
Rafael Alberti (Sobre los ángeles / Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos)
«Aguja era Robb, Bran, Rickon, su madre y su padre, hasta Sansa. Aguja era los muros grises de Invernalia y las risas de sus habitantes. Aguja era las nieves del verano, los cuentos de la Vieja Tata, el árbol corazón con sus hojas rojas y su rostro aterrador, el cálido olor a tierra de los jardines de cristal, el sonido del viento del norte contra los postigos de su habitación. Aguja era la sonrisa de Jon Nieve»
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
Los pájaros se entierran en pleno cielo. Incluso la más elegante de las nubes está repleta de sus cuerpecitos yertos. Se dice que de cada 10.189 gotas de lluvia, 1 sería la lágrima de un pájaro y que de cada 16.474 copos de nieve, 1 el fantasma de un pájaro descolgado de la placenta celeste.
Mathias Malzieu (Métamorphose en bord de ciel)
– Mira, Kilian –dijo Jacobo–, estamos entrando en la bahía de Santa Isabel. ¡No te pierdas ningún detalle! –Un brillo iluminó sus verdes ojos–. Te guste o no tu estancia aquí, te quedes dos o veinte años, odies o ames a la isla..., ¡escucha bien lo que te voy a decir!, jamás podrás borrar de tu mente esta estampa. ¡Jamás!
Luz Gabás (Palmeras en la nieve)
There are many different reasons why I paint, but without intending it I always recreate the same scene over and over again: a group of boys with outstretched arms, standing on the freezing mountain with two helicopters arriving from the valley. I paint them again and again, but what is most curious is that every time I paint them I count the boys, never knowing whether they are greeting the helicopters when they arrive or saying goodbye when they leave. I count them and I count them again, and with tears in my eyes I always discover that there are more than sixteen.
Pablo Vierci (La sociedad de la nieve)
Cuanto riesgo para la integridad física acarrea ser diseñador de moda. Alguna del siglo XVIII vio peligrar su vida por crear más allá de lo socialmente aceptado. El 15 de enero de 1797 un inglés de nombre John Etherington salió a pasear por las calles de Londres con un nuevo diseño en la cabeza: el sombrero de copa. Su paseo vespertino acabó en comisaría y él detenido por extravagante. Algún diseñador contemporáneo que se empeña en que todas tengamos la talla 36 debería correr igual suerte.
Nieves Concostrina (Menudas historias de la Historia: Anécdotas, despropósitos, algaradas y mamarrachadas de la humanidad)
La gente miente. Ellos te utilizan y mienten, a la vez mientras te alimentan con mierda sobre ser leal y nunca dejarte. Nadie puede hacer esa promesa, porque la vida tiene que ver con las estaciones, y las estaciones cambian. No me gusta el cambio. No se puede confiar en ello, sólo puedes confiar en el hecho de que va a suceder. Pero antes de que suceda, y antes de que aprendas, se siente bien acerca de sus estúpidas promesas de mierda. Eliges creer, porque es necesario. Vas a través de un verano cálido, donde todo es hermoso y no hay nubes, sólo calor, calor, calor. Crees en la permanencia de una persona, porque los seres humanos tienen una tendencia a pegarse a ti cuando la vida es buena. Yo los llamo los veranos de miel. He tenido bastantes veranos de miel en la vida para saber que las personas se van cuando llega el invierno. Cuando la vida te congela y estás temblando y te pones capas de protección lo más que puedas para sobrevivir. Ni siquiera lo notas al principio. El frío te pone demasiado aturdido para ver con claridad. Entonces, de repente, miras y la nieve está empezando a derretirse, y te das cuenta que pasaste el invierno sola. Eso me molesta mucho. Tanto como para dejar a la gente antes de que me dejen a mí. Eso es lo que hice con Nick. Eso es lo que traté de hacer con Isaac. Excepto que no se iría. Él se quedó todo el invierno.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
Su piel blanca, que no me digan que el blanco es la falta de color, porque es el color más hermoso y es el color de la pureza, y por supuesto que el blanco no es la falta de color: los profesores de física han descubierto a todo el mundo que en un copo de nieve, alineados en un blanco inmaculado están ocultos sin embargo el violeta de los lirios, o sea la tristeza, la melancolía, pero también está presente el azul que significa la calma de contemplar reflejado en un charco de la calle el cielo que nos espera, porque el azul está al lado del verde que es la límpida esperanza, y después viene el amarillo de las margaritas del campo, que florecen sin que nadie las plante y se presentan sin buscarlas, como buenas noticias cuando menos se las espera, y el color de las naranjas que ya están maduras por el verano se llama muy apropiadamente anaranjado, el azahar dio un fruto que el verano madura a causa del calor, qué goce saber que germinó la semilla, creció la planta que es la adolescencia y se va a entrar en la juventud del fruto que da el goce anaranjado, el fruto jugoso y refrescante de las tardes calurosas. El rojo también está oculto en el blanco, también está en ella, en Carla, que es tan blanca.
Manuel Puig (Betrayed by Rita Hayworth)
No hay dos días iguales, como tampoco hay dos personas iguales
Luz Gabás (Palmeras en la nieve)
Abandono mi pasado, pero no quiero olvidarlo. Por eso apuntaré lo que debo recordar.
Luis López Nieves (El corazón de Voltaire)
-Para volar no hace falta tener alas, Wynd. Solo necesitas a alguien que las tenga y que vuele contigo
Nerea Llanes (Magia de nieve y hielo (Magia de nieve y hielo, #1))
Hay cosas que no deben ser, porque está escrito que otras sucedan.
Maria Martinez (Lo que la nieve susurra al caer)
La familia es como el bosque, si estás fuera de él, solo ves su densidad. Si estás dentro, puedes ver que cada árbol tiene su propia posición." (Proverbio africano)
Luz Gabás (Palmeras en la nieve)
cuando los elefantes luchan es la hierba la que sufre
Luz Gabás
Quiero que quieras quedarte.
Cris Ginsey (Cantando bajo la nieve (Spanish Edition))
Cuervos sobre la llanura sembrada de muertos, como en las viejas baladas.
Ismail Kadare (El cortejo nupcial helado en la nieve)
Dios hace a veces esos chistes: darnos una vocación para la que no tenemos talento.
Marcelo Birmajer (Las nieves del tiempo: El policial (Spanish Edition))
Si queréis que alguien excitante entre en vuestra vida, tirad a la basura lo que ya no os sirva.
Nieves García Bautista (La mensajera de los sueños imposibles (Spanish Edition))
Es increíble lo rápido que avanza el tiempo cuando quieres que no lo haga y lo lento que lo hace cuando necesitas que acelere.
Javier Castillo (La chica de nieve (Miren Triggs, #1))
Mentimos para ocultar la verdad o para no hacer daño, pero también porque esperamos que la mentira sea real.
Javier Castillo (La chica de nieve (Miren Triggs, #1))
Hablar del dolor es un símbolo de fortaleza; y no hacerlo lo es de valentía, porque cuando callas se queda dentro, luchando contra ti.
Javier Castillo (La chica de nieve (Miren Triggs, #1))
Los caminos siguen avanzando, sobre rocas y bajo árboles, por cuevas donde el sol no brilla, por arroyos que el mar no encuentran, sobre las nieves que el invierno siembra, y entre las flores alegres de junio, sobre la hierba y sobre la piedra, bajo los montes a la luz de la luna. Los caminos siguen avanzando bajo las nubes, y las estrellas, pero los pies que han echado a andar regresan por fin al hogar lejano. Los ojos que fuegos y espadas han visto, y horrores en salones de piedra, miran al fin las praderas verdes, colinas y árboles conocidos.
J.R.R. Tolkien (The Hobbit: Or There and Back Again)
- Siempre pienso en la nieve como en uno de esos tiempos entre tiempos. En esas ocasiones hay algo mágico, según nos cuentan las leyendas. La niebla, el amanecer, el crepúsculo...Cuando el mundo no es ni una cosa ni la otra. Eso mismo me parecen a mi la nieve y el hielo, el mundo convertido en un espacio blanco, silencioso y muy bello, formado por cristales y nubes.
Susan King (The Stone Maiden (Celtic Nights, #1))
Ven noche, ven, Romeo, ven tú, día en la noche, descansando en las alas de la noche, más blanco que nieve nueva sobre los lomos de los grajos. Ven, dulce noche, rostro negro de los amores, y tráeme a mi Romeo. Cuando me muera, tómalo y córtalo en estrellas, en fragmentos pequeñitos. Hará tan deliciosa la cara de los cielos que estará el mundo entero prendado de la noche y ya no adorará al sol extravagante.
William Shakespeare (Romeo and Juliet)
Many a person over the years has tried- both successfully and unsuccessfully, to get rid of their inner demons. Those who are successful are deemed artists, those who are not are call dreamers at best and lunatics at worse. But where exactly resides that line on which two worlds collide? Does somebody know? Is somebody fit to tell? Who's to say that those deemed lunatics are not just successes on the making? Who says that those who claim to be just a tad bit crazy are not just as crazy as those that had completely lost it? Maybe, and bear with me here…everyone is as crazy as the one before them and the next one could ever possibly be. Maybe at the end- it's just that some have mastered creating a façade of calmness and collection while others don't bother going through all that trouble anymore, if they ever did. Perhaps we all have demons…it's just that some people have demons far more toxic and difficult to ignore than others.
Eiry Nieves
Que comience el cuento de hadas una mañana de invierno, en tal caso, con una gota recién caída en la nieve marfileña: una gota tan brillante como un rubí bien cortado, roja como una solitaria mancha de clarete en un puño de encaje. Y lo que aquí se sigue, por consiguiente, es que el mal acecha detrás de cada ventana rota, maquinando malicia y encantamiento; mientras que detrás de los postigos cerrados los justos duermen sus sueños a esta temprana hora en la Ribera. Pronto despertarán para ocuparse de sus quehaceres; y uno, tal vez, será tan adorable como el día y estará armado, como lo están los justos, para enfrentarse a un triunfo predestinado...
Ellen Kushner (Swordspoint (Riverside, #1))
I care not for lust or desire. That's too ephemeral a sentiment; throughly incapable of encompassing the depth of that which I seek. Lust and desire, just like hunger and thirst, can be sated...extinguished like a fickle flame. No. What I seek...what I want is passion. And for that, not even all- not even forever will be enough.
Eiry Nieves
¡Oh, cómo me gusta el café azucarado! Es más agradable que mil besos, más dulce que el vino moscatel. Café, café, te necesito, y si alguien quiere confortarme ¡oh, que me sirva café! Aria de Cantata del Café, de Johann Sebastian Bach
Nieves García Bautista (El amor huele a café)
Unas esclavas reciben la orden de recoger las cenizas. Las vierten en la urna dorada donde descanso. ¿Sentiré el roce de sus cenizas cuando caigan sobre las mías? Pienso en los copos de nieve en Pelión, fríos cuando tocaban nuestras mejillas sonrosadas. Mi ansia de Aquiles es como un apetito voraz, me siento hueco. Su alma espera en alguna parte, pero no es un sitio de mi alcance. «Enterradnos y marcad nuestros nombres encima. Liberadnos». Sus cenizas se asientan entre las mías, pero no noto nada.
Madeline Miller (The Song of Achilles)
tenía diecinueve años y me sentía como una anciana cuya vida ya había pasado. Entonces me di cuenta de que uno es joven mientras hace planes para el futuro y ese futuro es un misterio que le atrae, pero al que también teme. Cuando eso deja de ocurrir, es viejo.
Monika Zgustová (Vestidas para un baile en la nieve)
A veces pienso que las personas están en lo cierto sobre todo, la gente del otro lado en Zombilandia. Tal vez sería mejor si no pudiéramos amar. Si no pudiéramos perdernos. Si no pudieran pisotear nuestros corazones, destrozarlos; si no tuviéramos que remendarlo como monstros Frankenstein, todo cosido junto y ligado por no ser que. Si solo pudiéramos flotar, como la nieve. Eso es Zombilandia: frio, calma, silencio. Es el mundo después de una nevada, la paz que viene con ella, el silencio sordo y el sentido de que nada en el mundo se mueve. Es hermoso, a su modo. Tal vez es mejor así. Pero como alguien que ha visto el verano -grandes explosiones de gris y el cielo iluminado como una explosión de electricidad a la puesta del sol, un montón de flores y viento que huele a miel- elegiría la nieve?
Lauren Oliver
Con esta boca, en este mundo... No te pronunciaré jamás, verbo sagrado, aunque me tiña las encías de color azul, aunque ponga debajo de mi lengua una pepita de oro, aunque derrame sobre mi corazón un caldero de estrellas y pase por mi frente la corriente secreta de los grandes ríos. Tal vez hayas huido hacia el costado de la noche del alma, ese al que no es posible llegar desde ninguna lámpara, y no hay sombra que guíe mi vuelo en el umbral, ni memoria que venga de otro cielo para encarnar en esta dura nieve donde sólo se inscribe el roce de la rama y el quejido del viento. Y ni un solo temblor que haga sobresaltar las mudas piedras. Hemos hablado demasiado del silencio, lo hemos condecorado lo mismo que a un vigía en el arco final, como si en él yaciera el esplendor después de la caída, el triunfo del vocablo con la lengua cortada. ¡Ah, no se trata de la canción, tampoco del sollozo! He dicho ya lo amado y lo perdido, trabé con cada sílaba los bienes que más temí perder. A lo largo del corredor suena, resuena la tenaz melodía, retumban, se propagan como el trueno unas pocas monedas caídas de visiones o arrebatadas a la oscuridad. Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía. Hemos ganado. Hemos perdido, porque ¿cómo nombrar con esa boca, cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca? Olga Orozco
Olga Orozco
Te dejarás arrastrar por las nubes durante miles de kilómetros y tomarás tierra en Madrid, donde cogerás un tren a Zaragoza. Luego te subirás a un autobús y, en poco tiempo, te reencontrarás con los tuyos. Todas las horas del viaje te resultarán escasas para despegarte de los últimos años, que habrán sido los mejores de tu vida. Y ese hecho, el reconocer que los mejores años de tu existencia pasaron en tierras lejanas, será un secreto que guardarás en lo más profundo de tu corazón.
Luz Gabás (Palmeras en la nieve)
Tengo las piernas cortas y retorcidas, y me cuesta caminar. Necesito una silla de montar especial para no caerme del caballo. Por cierto, la diseñé yo mismo, ya que hablamos del tema. Tenía que elegir entre eso o ir en poni. Tengo fuerza en los brazos, pero también son cortos. Nunca seré un espadachín. Si hubiera nacido en una familia de campesinos seguramente me habrían abandonado a la intemperie para que muriera, o me habrían vendido como monstruo de feria. Pero soy un Lannister de Roca Casterly, y eso que se perdieron las ferias. Se esperan cosas de mí. Mi padre fué Mano del Rey veinte años. Después resulta que mi hermano mató a ese mismo rey, ironías de la vida. Mi hermana se casó con el nuevo rey, y ese odioso sobrino que tengo será rey tras su muerte. Debo hacer algo por el honor de mi casa, ¿no te parece? Pero, ¿qué? Puede que tenga las piernas cortas en relación con mi cuerpo, pero la cabeza la tengo demasiado grande, aunque prefiero pensar que es del tamaño adecuado para mi mente. Tengo una idea bastante precisa de cuáles son mis puntos fuertes y mis puntos débiles. Mi mejor arma está en mi cerebro. Mi hermano tiene su espada, el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente...Pero una mente necesita de los libros igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo...Por eso leo tanto, Jon Nieves.
George R.R. Martin
Hasta los veinte o treinta años, uno cree que el tiempo es un río infinito, una sustancia extraña que se alimenta de sí misma y nunca se consume. Pero llega un momento en el que el hombre descubre la traición de los años. [...] Llega siempre un momento en el que, de repente, la juventud se acaba y el tiempo se deshiela como un montón de nieve atravesado por un rayo. A partir de ese instante ya nada vuelve a ser igual que antes. A partir de ese instante, los días y los años empiezan a acortarse y el tiempo se convierte en un vapor efímero [...] que envuelve poco a poco el corazón, adormeciéndolo. Y, así, cuando queremos darnos cuenta, es tarde ya para intentar siquiera rebelarse
Julio Llamazares (The Yellow Rain)
—¿Cuándo has visto algo que sea lo que aparenta? —dijo Anna—. Ves un renacuajo y ya es un sapo, te pones un anillo que parece de oro y te deja una marca verde en el dedo. Ahí tienes el caso de mi segundo marido: parecía un tipo agradable y resultó un crápula cualquiera. Mira este cuarto: la chimenea no sirve ni para encender incienso y los espejos sólo sirven para dar la impresión de espacio: mienten. Walter, nada es jamás lo que parece. Los árboles de Navidad son de celofán y la nieve de hojuelas de jabón. Dentro de nosotros revolotea algo llamado «alma»: «morir no es morir, vivir no es vivir», ¿y encima deseas saber si te amo? No seas tonto, Walter, ni siquiera somos amigos...
Truman Capote (The Complete Stories of Truman Capote)
Le damos vueltas y vueltas a lo que sentimos. A cada vuelta que les damos, nuestras emociones crecen. Preguntarnos por qué sentimos lo que sentimos, por qué nos pasan las cosas que nos pasan, o por qué fueron como fueron las situaciones que vivimos no nos lleva a ninguna respuesta. Nos criticamos por sentir o por no sentir, nos insultamos internamente todo el tiempo. Lo que nos decimos por dentro hace crecer exponencialmente nuestras peores sensaciones, y se va formando una bola de nieve que no sabemos parar. Temas para trabajar: Mover estos pensamientos, que nos hacen daño, hacia otros diferentes, que nos ayudan y nos hacen bien, será nuestra tarea fundamental. Veremos esto con más detalle más adelante.
Anabel González (Lo bueno de tener un mal día: Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor (No Ficción) (Spanish Edition))
¿Cuántas maneras hay de suicidarse? ¿Hay unas más dulces, más estéticas, más románticas que otras? Las hay repulsivas, como la del que se ahorca -que no tiene en cuenta al pobre miserable que descubrirá el cadáver-, o torturantes, como la del que se toma un veneno: Lugones, que ingirió whisky y arsénico para morir, tuvo tales convulsiones que el catre en el que yacía se desplazó de un lado a otro de la escueta habitación de hotel donde se alojaba. Las hay también absurdas y dolorosas a la vez, como la del que se autodegüella, o la del que muere dándose cabezazos contra las paredes de la celda. Y orgullosas y rodeadas de rituales, como la de Mishima, que se hizo el harakiri delante de la tropa japonesa. Y hay muertes dulces, según dice, como la del que se hunde en la nieve y muere por congelación, o la del que enciende el motor de su automóvil en un recinto cerrado y muere por asfixia. El más aséptico de los suicidios es tal vez el del que ingiere una cantidad tal de somníferos que se hunde silenciosamente en una oscuridad sin orillas. Y el más estético, aunque no menos atroz, el de aquel que entra en el agua con sus bolsillos llenos de piedras
Piedad Bonnett (Lo que no tiene nombre)
Amantes asesinados por una perdiz —Fue muy sencillo. Se amaban por encima de todos los museos. Mano derecha, con mano izquierda. Mano izquierda, con mano derecha. Pie derecho con pie derecho. Pie izquierdo con nube. Cabello con planta de pie. Planta de pie con mejilla izquierda. ¡Oh mejilla izquierda! ¡Oh, noroeste de barquitos y hormigas de mercurio! Dame el pañuelo, Genoveva; voy a llorar. Voy a llorar hasta que de mis ojos salga una muchedumbre de siemprevivas. Se acostaban. No había otro espectáculo más tierno. ¿Me ha oído usted? ¡Se acostaban! Muslo izquierdo con antebrazo izquierdo. Ojos cerrados con uñas abiertas. Cintura con nuca y con playa. Y las cuatro orejitas eran cuatro ángeles en la choza de la nieve. Se querían. Se amaban. A pesar de la ley de la gravedad. La diferencia que existe entre una espina de rosa y una Start es sencillísima. Cuando descubrieron esto, se fueron al campo. Se amaban. ¡Dios mío! Se amaban ante los ojos de los químicos. Espalda con tierra, tierra con anís. Luna con hombro dormido y las cinturas se entrecruzaban una y otra con un rumor de vidrios. Yo ví temblar sus mejillas cuando los profesores de la Universidad le traían miel y vinagre en una esponja diminuta. Muchas veces tenían que apartar a los perros que gemían por las yedras blanquísimas del lecho. Pero ellos se amaban.
Federico García Lorca (Poeta en Nueva York)
CÁNTICO DE INICIACIÓN DE LA LOGIA DE LOS BUSCADORES Trae, por favor, cosas extrañas. Vuelve, por favor, con cosas nuevas. Deja que lleguen a tus manos cosas muy antiguas. Deja que llegue a tus ojos lo que no conoces. Deja que la arena del desierto endurezca tus pies. Deja que el arco de tu pie sea las montañas. Deja que los surcos de las yemas de tus dedos sean los mapas y que los caminos que recorres sean las líneas de la palma de tus manos. Deja que entre nieve profunda al inspirar y que tu aliento sea el fulgor del hielo. Que tu boca contenga las formas de extrañas palabras. Que tu olfato huela comidas que nunca has probado. Que el manantial de un río extraño sea tu ombligo. Que tu alma esté cómoda donde no hay casas. Camina con cuidado, bienamado, camina alerta, bienamado, camina con valentía, bienamado. Vuelve con nosotros, vuelve a nosotros, sigue el eterno regreso a casa.
Ursula K. Le Guin (Always Coming Home)
I knew her better than herself …and she was beautiful and strong and felt deep. It has always surprised me to see the way she saw herself; how little she thought about her person. It struck me as surprising because every single time I’ve seen her, I’ve thought her larger than life. And that’s why the world feared her. Because they couldn’t compare to her; she raised a new bar for others to be measured by. Because looking at the sun hurts…and she was that to me. My own piece of sky.
Eiry Nieves (The Shadowlands (Aisha Blackwell's Chronicles))
ODE TO A HAGGIS Fair fa’ your honest, sonsie face, Great Chieftan o’ the Puddin-race! Aboon them a’ ye tak your place, Painch, tripe, or thairm: Weel are ye wordy of a grace As lang’s my arm The groaning trencher there ye fill, Your hurdies like a distant hill, You pin wad help to mend a mill In time o’need While thro’ your pores the dews distil Like amber bead His knife see Rustic-labour dight, An’ cut you up wi’ ready slight, Trenching your gushing entrails bright Like onie ditch; And then, O what a glorious sight, Warm-reeking, rich! Then, horn for horn they stretch an’ strive, Deil tak the hindmost, on they drive, Till a’ their weel-swall’d kytes belyve Are bent like drums; Then auld Guidman, maist like to rive Bethankit hums Is there that owre his French ragout, Or olio that wad staw a sow, Or fricassee wad mak her spew Wi’ perfect sconner, Looks down wi’ sneering, scornfu’ view On sic a dinner? Poor devil! see him owre his trash, As feckless as a wither’d rash His spindle-shank a guid whip-lash, His nieve a nit; Thro’ bluidy flood or field to dash, O how unfit! But mark the Rustic, haggis-fed, The trembling earth resounds his tread, Clap in his walie nieve a blade, He’ll mak it whissle; An’ legs, an’ arms an’ heads will sned, Like taps o’ thrissle Ye pow’rs wha mak mankind your care, An’ dish them out their bill o’fare, Auld Scotland wants nae skinking ware That jaups in luggies; But, if ye wish her gratefu’ pray’r, Gie her a Haggis!
Robert Burns
De súbito me vi agarrando la cruz de granito de Cuatro Postes. Apenas me atrevía a darme la vuelta y tender la vista sobre la ciudad nevada. Cuando lo hice, un sentimiento amplio, inconcreto, me resbaló por la espalda. La ciudad, ebria de luna, era un bello producto de contrastes. Brotaba de la tierra dibujada en claroscuros ofensivos. Era un espectáculo fosforescente y pálido, con algo de endeble, de exinanido y de nostálgico. La torre de la Catedral sobresalía al fondo como un capitán de un ejército de piedra. En su derredor las moles, en blanco y negro, de la torre de Velasco, del torreón de los Guzmanes, del Mosén Rubí... Ávila emergía de la nieve mística y escandalosamente blanca, como una monja o una niña vestida de primera comunión. Tenía un sello antiguo, hermético, de maciza solidez patriarcal. La villa, centrada en plena y opulenta civilización, era como una armadura detonando en una reunión de fraques. Imaginé que no otra, en todo el mundo, podía ser la cuna de Santa Teresa. Porque su espíritu impregnaba, una por una, cada una de sus piedras y sus torres.
Miguel Delibes (La sombra del ciprés es alargada)
La voz de Kayen sonó como un látigo a sus oídos, pero asintió con la cabeza, aceptando su destino. —Muy bien. Caminó atravesando la habitación, con Kayen yendo detrás de ella, escoltándola hasta la puerta. —Rura. Se detuvo al oír la voz del que había sido su marido hasta aquel momento, y giró el rostro para mirarlo a los ojos otra vez. Fuera lo que fuese lo que iba a decirle, lo encararía sin demostrar ni un solo sentimiento en su cara. —¿Por qué lo hiciste? —le preguntó el gobernador. Ella lo miró a los ojos durante unos instantes, valorando si debía decirle la verdad o no. —¿El qué? ¿Intentar matarte, o golpear a tu esclava? —preguntó finalmente. —Las dos cosas. —¿De veras te importa? —le preguntó con evidente desprecio en la voz. —Sí. Si no fuese así, no te hubiera preguntado. —Muy bien. —Asintió con la cabeza, la ladeó un poco, y esbozó una sonrisa fría como la nieve—. Porque tu corazón debería haber sido mío, pero se lo entregaste a ella en el mismo momento en que la viste. —Tú nunca quisiste mi corazón. —En eso te equivocas, Kayen. Lo quería… para destrozarlo.
Alaine Scott (La princesa sometida (Cuentos eróticos de Kargul #3))
Al poco tiempo tuvo una hija que era tan blanca como la nieve, tan roja como la sangre y tenía los cabellos tan negros como el ébano, y por eso la llamaron Blancanieves. Y, nada más crecer la niña, murió la reina. Pasado un año, el rey tomó otra esposa. Era una mujer hermosa, pero orgullosa y arrogante, y no podía soportar que alguien la superase en belleza. Tenía un espejo maravilloso y, cuando se situaba frente a él y se miraba, decía: -Espejito, espejito de la pared, la más hermosa de todo el reino, ¿quién es? A lo que el espejo respondía: -Mi reina y señora, en el reino vos sois la más hermosa. Entonces se quedaba satisfecha, pues sabía que el espejo decía la verdad. Pero Blancanieves fue creciendo y fue haciéndose cada vez más bella, y cuando hubo cumplido siete años, era ya tan linda como la luz del día y más hermosa que la propia reina. En una ocasión le preguntó a su espejo: -Espejito, espejito de la pared, la más hermosa de todo el reino, ¿quién es? El espejo respondió: -Mi reina y señora, vos sois aquí la más hermosa, pero Blancanieves es mil veces que vos más preciosa. Entonces la reina se asustó y se puso amarilla y verde de envidia.
Jacob Grimm (Cuentos de los hermanos Grimm)
habiendo algunos fanáticos en el valle de Shah-i-Kot, en la provincia de Paktia. Una vez más la información era inexacta: no eran un puñado, sino centenares. Al ser afganos los talibanes derrotados, tenían a donde ir: sus aldeas y pueblos natales. Allí podían escabullirse sin dejar rastro. Pero los miembros de Al Qaeda eran árabes, uzbekos y, los más feroces de todos, chechenos. No hablaban pastún y la gente del pueblo afgano los odiaba, de manera que solo podían rendirse o morir peleando. Casi todos eligieron esto último. El mando estadounidense reaccionó al chivatazo con un plan a pequeña escala, la operación Anaconda, que fue asignada a los SEAL de la Armada. Tres enormes Chinook repletos de efectivos despegaron rumbo al valle, que se suponía vacío de combatientes. El helicóptero que iba en cabeza se disponía a tomar tierra, con el morro levantado y la cola baja, la rampa abierta por detrás y a solo un par de metros del suelo, cuando los emboscados de Al Qaeda dieron el primer aviso. Un lanzagranadas hizo fuego. Estaba tan cerca que el proyectil atravesó el fuselaje del helicóptero sin explotar. No había tenido tiempo de cargarse, así que lo único que hizo fue entrar por un costado y salir por el otro sin tocar a nadie, dejando un par de boquetes simétricos. Pero lo que sí hizo daño fue el incesante fuego de ametralladora desde el nido situado entre las rocas salpicadas de nieve. Tampoco hirió a nadie de a bordo, pero destrozó los controles del aparato al horadar la cubierta de vuelo. Gracias a la habilidad y la genialidad del piloto, pocos minutos después el moribundo Chinook ganaba altura y recorría cuatro kilómetros hasta encontrar un sitio más seguro donde proceder a un aterrizaje forzoso. Los otros dos helicópteros se retiraron también. Pero un SEAL, el suboficial Neil Roberts, que se había desenganchado de su cable de amarre, resbaló en un charquito de fluido hidráulico y cayó a tierra. Resultó ileso, pero inmediatamente fue rodeado por miembros de Al Qaeda. Los SEAL jamás abandonan a uno de los suyos, esté vivo o muerto. Poco después de aterrizar regresaron en busca de Roberts, al tiempo que pedían refuerzos por radio. Había empezado la batalla de Shah-i-Kot. Duró cuatro días, y se saldó con la muerte del suboficial Neil Roberts y otros seis estadounidenses. Había tres unidades lo bastante cerca como para acudir a la llamada: un pelotón de SBS británicos por un lado y la unidad de la SAD por el otro; pero el grupo más numeroso era un batallón del 75 Regimiento de Rangers. Hacía un frío endemoniado, estaban a muchos grados bajo cero. La nieve, empujada por el viento incesante, se clavaba en los ojos. Nadie entendía cómo los árabes habían podido sobrevivir en aquellas montañas; pero el caso era que allí estaban, y dispuestos a morir hasta el último hombre. Ellos no hacían prisioneros ni esperaban serlo tampoco. Según testigos presenciales, salieron de hendiduras en las rocas, de grutas invisibles y nidos de ametralladoras ocultos. Cualquier veterano puede confirmar que toda batalla degenera rápidamente en un caos, y en Shah-i-Kot eso sucedió más rápido que nunca. Las unidades se separaron de su contingente, los soldados de sus unidades. Kit Carson se encontró de repente a solas en medio de la ventisca. Vio a otro estadounidense (pudo identificarlo por lo que llevaba en la cabeza: casco, no turbante) también solo, a unos cuarenta metros. Un hombre vestido con túnica surgió del suelo y disparó contra el soldado con su lanzagranadas. Esa vez la granada sí estalló; no dio en el blanco sino que explotó a los pies del soldado.
Frederick Forsyth (La lista)
Ya no, ya no, ya no me sirves, zapato negro, en el cual he vivido como un pie durante treinta años, pobre y blanca, sin atreverme apenas a respirar o hacer achís. Papi: he tenido que matarte. Te moriste antes de que me diera tiempo… Pesado como el mármol, bolsa llena de Dios, lívida estatua con un dedo del pie gris, del tamaño de una foca de San Francisco. Y la cabeza en el Atlántico extravagante en que se vierte el verde legumbre sobre el azul en aguas del hermoso Nauset. Solía rezar para recuperarte. Ach, du. En la lengua alemana, en la localidad polaca apisonada por el rodillo de guerras y más guerras. Pero el nombre del pueblo es corriente. Mi amigo polaco dice que hay una o dos docenas. De modo que nunca supe distinguir dónde pusiste tu pie, tus raíces: nunca me pude dirigir a ti. La lengua se me pegaba a la mandíbula. Se me pegaba a un cepo de alambre de púas. Ich, ich, ich, ich, apenas lograba hablar: Creía verte en todos los alemanes. Y el lenguaje obsceno, una locomotora, una locomotora que me apartaba con desdén, como a un judío. Judío que va hacia Dachau, Auschwitz, Belsen. Empecé a hablar como los judíos. Creo que podría ser judía yo misma. Las nieves del Tirol, la clara cerveza de Viena, no son ni muy puras ni muy auténticas. Con mi abuela gitana y mi suerte rara y mis naipes de Tarot, y mis naipes de Tarot, podría ser algo judía. Siempre te tuve miedo, con tu Luftwaffe, tu jerga pomposa y tu recortado bigote y tus ojos arios, azul brillante. Hombre-panzer, hombre-panzer: oh Tú... No Dios, sino un esvástica tan negra, que por ella no hay cielo que se abra paso. Cada mujer adora a un fascista, con la bota en la cara; el bruto, el bruto corazón de un bruto como tú. Estás de pie junto a la pizarra, papi, en el retrato tuyo que tengo, un hoyo en la barbilla en lugar de en el pie, pero no por ello menos diablo, no menos el hombre negro que me partió de un mordisco el bonito corazón en dos. Tenía yo diez años cuando te enterraron. A los veinte traté de morir para volver, volver, volver a ti. Supuse que con los huesos bastaría. Pero me sacaron de la tumba, y me recompusieron con pegamento. Y entonces supe lo que había que hacer. Saqué de ti un modelo, un hombre de negro con aire de Meinkampf, e inclinación al potro y al garrote. Y dije sí quiero, sí quiero. De modo, papi, que por fin he terminado. El teléfono negro está desconectado de raíz, las voces no logran que críe lombrices. Si ya he matado a un hombre, que sean dos: el vampiro que dijo ser tú y me estuvo bebiendo la sangre durante un año, siete años, si quieres saberlo. Ya puedes descansar, papi. Hay una estaca en tu negro y grasiento corazón, y a la gente del pueblo nunca le gustaste. Bailan y patalean encima de ti. Siempre supieron que eras tú. Papi, papi, hijo de puta, estoy acabada.
Sylvia Plath (Ariel)