Mujeres Latinas Quotes

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Abuela de setenta y tres años, inmigrante latina documentada, feminista, chaparrita y sin habilidades domésticas busca un compañero limpio y con buenos modales para ir a restaurantes y al cine.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
[U.Eco habla de la época greco-latina]: No es que no hayan existido mujeres que filosofaran. Es que los filósofos han preferido olvidarlas, tal vez después de haberse apropiado de sus ideas /[U. Eco is talking about the Greco-Latin era]; It is not that there had not been women philosophers. It is that male philosophers have preferred to forget them, perhaps after having appropriated their ideas.
Umberto Eco (De la estupidez a la locura: Crónicas para el futuro que nos espera)
La Hora de la Dolorosa, llamada también El pésame en algunos lugares de América Latina, en la que los fieles, con expresiones de conmovedora devoción, "hacen compañía" a la Madre del Salvador, que se ha quedado sola y sumergida en un profundo dolor, en el cual se concentra el dolor de todo el universo por la muerte del Hijo. Estos ejercicios de piedad no se deben limitar a expresar el sentimiento humano ante una madre desolada, sino que, desde la fe en la Resurrección, deben ayudar a comprender la grandeza del amor redentor de Cristo y la participación en el mismo de su Madre, para aprender de ella a estar junto a las infinitas cruces de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización
Anunció que empezaríamos bailando salsa. Me señaló una silla, se envolvió en los brazos de Willie y esperó el compás exacto de la música para lanzarse a la pista. -El hombre guía -fue su primera lección. -¿Por qué? -le pregunté. -No sé, pero así es -dijo. -¡Ajá! -celebró Willie con aire de triunfo. -No me parece justo -insistí. -¿Qué es lo que no es justo? -preguntó la escandinava. -Creo que nos deberíamos turnar. Una vez manda Willie y otra vez mando yo. -¡El hombre siempre guía! -exclamó esa bruta. Ella y mi marido se deslizaron por la pista al son de la música latina, entre los grandes espejos que multiplicaban hasta el infinito sus cuerpos entrelazados, las largas piernas con medias negras y la sonrisa idiota de Willie, mientras yo refunfuñaba en mi silla. Al salir de la clase, en el auto tuvimos una pelea que por poco acaba apuñetazos. Según Willie, ni siquiera se había fijado en las piernas o las pechugas de la profesora, que eran ideas mías.«¡Jesús! ¡Hay que ver qué tonta es esta mujer!», exclamó.
Isabel Allende (La suma de los días)
El parto de la esclava. La figura de Agar, esclava de Abraham, ilumina esta metáfora. Muchas mujeres en América Latina, marginadas y explotadas, luchan día a día por mantener a sus hijos y sacar adelante a su familia. Muchas mujeres de nuestros países se han organizado, se han agrupado y han dado a luz nuevos amaneceres, gracias a su lucha perseverante en defensa de los derechos humanos y en busca de la justicia. Como nuevas Agar han sufrido la marginación y el olvido, pero gracias a su perseverancia y capacidad organizativa han logrado ser escuchadas y respetadas.
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
El promedio de vida de las mujeres trans en América Latina es 35 años, ¿cómo vivir y luchar desde esa situación de vulnerabilidad? Jessica: Lohana Berkins decía: “Nuestra venganza será llegar a viejas”. Lo decía porque las mujeres trans en Latinoamérica tenemos una expectativa de vida muy corta.
Catalina Ruiz-Navarro (Las mujeres que luchan se encuentran: Manual de feminismo pop latinoamericano)
célebremente la organización Católicas por el Derecho a Decidir, quienes hacen un excelente trabajo en América Latina y el Caribe y que ya han planteado argumentos teológicos a favor, por ejemplo que en la Anunciación el ángel le pregunta a María si quiere llevar en su vientre al hijo de Dios o no, es decir que Dios le da el derecho a decidir.
Catalina Ruiz-Navarro (Las mujeres que luchan se encuentran: Manual de feminismo pop latinoamericano)
Y ya sé, también, porque me enteré, porque yo no sabía. que no estamos peleando solamente por un montón de cosas muy grandes y muy nobles. No es que quiera nada para mi, no. Es mucho más sencillo. Y fijate si sería bruto, digo yo, lo que demoré en enterarme. Años, años sin saber que también se podía estar en esto por la sonrisa triste de una mujer y por la cintura libre de revólver.
Eduardo Galeano
El problema de localizar fotografías confirma la indiferencia ante la presencia de las mujeres en la historia, cosa que se refleja constantemente en los medios, libros, archivos históricos, museos y bibliotecas universitarias. The problem of locating photos often confirms the indifference to women’s presence in history, as reflected in the media, books, historical records, museums, university libraries.
Elizabeth Martínez (500 Years of Chicana Women's History / 500 Años de la Mujer Chicana: Bilingual Edition)
Con los países pobres ocurre lo mismo que ocurre con los pobres de cada país: los medios masivos de comunicación sólo se dignan echarles una ojeada cuando ofrecen alguna desgracia espectacular que puede tener éxito en el mercado. ¿Cuántas personas deben ser destripadas por guerra o terremoto, o ahogadas por inundación, para que algunos países sean noticia y aparezcan por una vez en el mapa del mundo? ¿Cuántos espantos debe acumular un muerto de hambre para que las cámaras lo enfoquen por una vez en la vida? El mundo tiende a convertirse en el escenario de un gigantesco reality show. Los pobres, los desaparecidos de siempre, sólo aparecen en la tele como objeto de burla de la cámara oculta o como actores de sus propias truculencias. El desconocido necesita ser reconocido, el invisible quiere hacerse visible, busca raíz el desarraigado. Lo que no existe en la televisión, ¿existe en la realidad? Sueña el paria con la gloria de la pantalla chica, donde cualquier espantapájaros se transfigura en galán irresistible. Con tal de entrar en el olimpo donde los teledioses moran, algún infeliz ha sido capaz de pegarse un tiro ante las cámaras de un programa de entretenimientos. Últimamente, la llamada telebasura está teniendo, en unos cuantos países de América latina, tanto o más éxito que las telenovelas: la niña violada llora ante el periodista que la interroga como si la violara otra vez; este monstruo es el nuevo hombre elefante, miren, señoras y señores, no se pierdan este fenómeno increíble: la mujer barbuda busca novio; un señor gordo dice estar embarazado. Hace treinta y poco años, en Brasil, ya los concursos del horror convocaban multitudes de candidatos y ganaban enormes teleaudiencias: ¿Quién es el enano más bajito del país? ¿Quién es el narigón de nariz más larga, que la ducha no le moja los pies? ¿Quién es el desgraciado más desgraciado de todos? En los concursos de desgraciados, desfilaba por los estudios la corte de los milagros: la niña sin orejas, comidas por las ratas; el débil mental que había pasado treinta años encadenado a la pata de una cama; la mujer que era hija, cuñada, suegra y esposa del marido borracho que la había dejado inválida. Y cada desgraciado tenía su hinchada, que desde la platea gritaba, a coro: -¡Ya ganó! ¡Ya ganó!
Eduardo Galeano (Upside Down: A Primer for the Looking-Glass World)
En América Latina, todas nuestra culturas son sincréticas, porque son el resultado de mezclas culturales complejas y a menudo contradictorias. Todas las mujeres contemporáneas somos una mezcla de mujeres tradicionales y de mujeres modernas. Por eso, los conflictos que vivimos internamente reflejan los conflictos que hoy se viven en el mundo entre la tradición y la modernidad.
Marcela Lagarde y de los Ríos (Claves feministas para la negociación en el amor)
... los latinoamericanos somos a la vez descendientes de los conquistadores y del pueblo conquistado, de los amos y de los esclavos, de los raptores y de las mujeres violadas. El mito del buen salvaje nos concierne personalmente, es a la vez nuestro orgullo y nuestra vergüenza.
Carlos Rangel (Del buen salvaje al buen revolucionario: Mitos y realidades de América Latina)
La sociedad neofeudal hispanoamericana no es ni guerrera ni inestable. Al contrario: desde la consumación de la conquista hasta las guerras de independencia, en Hispanoamérica va a existir una asombrosa paz, mantenida casi sin tropas [...]. Dentro de este orden, la hacienda es desde luego una institución política a la vez que económica. El hacendado colonial es un factor de producción, y a la vez un agente del orden. La hacienda misma es una molécula del organismo social. Sobre ella reina el hacendado o, en su ausencia, el mayordomo. Los castigos son brutales, y pueden ir hasta la muerte bajo los azotes. También hay paternalismo, benevolencia y, desde luego, relaciones sexuales de los amos y sus hijos legítimos con todas las mujeres de los siervos y esclavos. La institución de la hacienda puede ser hasta defendida, para el momento de su consolidación, como una mejora substantiva con relación a la brutalidad de la "encomienda", donde el indio era una máquina que se usa hasta que se rompe. Pero para el futuro de Hispanoamérica, el costo del a hacienda es alto, el lastre terrible. El molde social se cristaliza. Casi toda la tierra cultivable se concentra en manos de una ínfima minoría. Y esta es la normalidad. Esta situación de todo el poder y toda la riqueza para unos pocos y ningún derecho o propiedad para la mayoría, es considerada justa, y el hacendado, un personaje digno de admiración y hasta de veneración. Sin embargo, la insurrección haitiana y la masacre de los hacendados franceses de esa isla, va a demostrar, a fines del siglo xviii, cómo tales extremos de sumisión pueden, de la noche a la mañana, convertirse en sangrientas explosiones de odio.
Carlos Rangel (Del buen salvaje al buen revolucionario: Mitos y realidades de América Latina)