Matrimonio Y Sexo Quotes

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Si realmente amas a alguien y quieres construir una relación exitosa con él, sé abierto el uno con el otro, sé real el uno con el otro y date mucho espacio, tiempo y libertad.
Mouloud Benzadi
El sexo en el matrimonio es como los museos de la propia ciudad: puedes ir cuando quieras y por eso no vas nunca. Eso sí, cuando vas de visita a otra ciudad intentas visitar todos los que puedas.
Luis Piedrahita (A mí este siglo se me está haciendo largo (No Ficción) (Spanish Edition))
Puso su mano debajo de mi barbilla y me levantó la cara para que le mirara, estaba sonriendo con su bonita sonrisa. —Puedo esperar tanto tiempo como desees. Realmente estoy loco por ti, no se trata de sexo —dijo con ternura, haciendo que mi corazón comenzase a correr. ¿Hablaba en serio o se trataba de un truco así me rendía antes? —¿Y si te digo que no creo en lel sexo antes del matrimonio? —le pregunté, poniéndolo a prueba. Sus ojos brillaron con diversión, pero mantuvo su rostro serio. —Entonces te diría que nos casáramos tan pronto como fueras mayor de edad. Dieciocho años es la edad legal, ¿verdad? —respondió, guiñándome un ojo.
Kirsty Moseley
Que el matrimonio se trata de amistad. Todo lo que se diga con relación a pasar tiempo y estar juntos toda una vida, tener recuerdos, ser buenos oyentes, envejecer y cuidarse uno al otro, ser sinceros, tener una amplia visión de las cosas, arrepentirse y perdonar, se puede resumir en una palabra: amistad.
Mark Driscoll (Matrimonio real: La verdad acerca del sexo, la amistad y la vida juntos (Spanish Edition))
Esa pareja equilibrada no es una utopía ; existen tales parejas, a veces incluso en el mismo marco del matrimonio pero con más frecuencia fuera de él; unos están unidos por un gran amor sexual, que los deja libres en cuanto a sus amistades y ocupaciones; otros se hallan unidos por una amistad que no entorpece su libertad sexual; más raramente, los hay que son a la vez amantes y amigos, pero sin buscar el uno en el otro la exclusiva razón de vivir. Multitud de matices son posibles en la relación entre un hombre y una mujer: la camaradería, el placer, la confianza, la ternura, la complicidad, el amor, pueden ser el uno para el otro la más fecunda fuente de alegría, de riqueza y de fuerza que pueda ofrecérsele a un ser humano. No son los individuos los responsables del fracaso del matrimonio: es —en contra de lo que pretenden Bonald, Comte, Tolstoi— la institución misma la que está originariamente pervertida.
Simone de Beauvoir
Jueves 31 de Octubre. Tengo unas cuantas cosas que decir sobre el matrimonio, de cómo lo veo. Primero, ¿cuál es el punto? ¿Hay alguna razón para pasar por la tortura ―o para torturar a los de tu alrededor― sólo para decir que estás casada? ¿Dónde está la retribución? Y segundo, si te casas sólo para tener hijos, olvídalo. Ellos lo sabrán y realmente te joderán. Así que, otra vez, ¿cuál es el punto? El sexo no puede ser la razón, porque si me preguntas, tienes mejores oportunidad de echar un polvo si tienes disponible a toda la población de la Tierra para ti, que a UNA sola persona. Y por cierto, ¿qué tan aburrido será tener sexo con la misma persona por cincuenta años? Para mí, el matrimonio parece una institución arcaica que quedó de las eras donde lo importante era la supervivencia de las especies, y la gente no pasaba los treinta y cinco años de vida. Es tiempo que el matrimonio siga el camino del dodo: apenas recordado, peron definitivamente extinto.
Kristin Walker (A Match Made in High School)
La persona que usa el dinero para servir a un ídolo profundo como el del control, a menudo se sentirá superior a las personas que lo usan para alcanzar el poder o la aprobación social. Sin embargo, en todos los casos la idolatría del dinero esclaviza y distorsiona vidas. En cierta ocasión, otro pastor de mi iglesia aconsejó a un matrimonio que había tenido graves conflictos sobre su administración del dinero. La esposa consideraba que su marido era un avaro. Un día, el pastor estaba hablando a solas con el marido, que se quejaba amargamente sobre lo manirrota que era su esposa. “¡Es tan egoísta, gasta tanto dinero en ropa y en su aspecto!” Entendía claramente cómo la necesidad de su esposa de estar atractiva para otros influía en su uso del dinero. Entonces, el pastor le expuso el concepto de ídolos profundos y de superficie. “¿Se da cuenta de que por no gastar o dar nada, al guardar cada céntimo, es igual de egoísta que ella? «Gasta» absolutamente todo en su necesidad de sentirse seguro, protegido, en tener el control”. Afortunadamente para el consejero, el hombre quedó más conmocionado que furioso. “Nunca lo había visto así”, dijo, y las cosas empezaron a cambiar en aquel matrimonio. Por este motivo, los ídolos no se pueden erradicar eliminando sencillamente los de superficie, como el dinero o el sexo. Podemos mirarlos y decir: “Tengo que quitarle importancia a esto en mi vida. No debo permitir que me controle. Lo detendré”. Los ataques directos como ese no funcionarán, porque a los ídolos profundos se los debe atacar en el nivel del corazón. Sólo hay una manera de cambiar en ese nivel, y es por medio de la fe en el evangelio.
Timothy J. Keller (Dioses que fallan)
«Dios comprende que yo soy hombre y que tengo pasiones naturales. La masturbación es lo que Dios ha dispuesto para mí hasta que me case». Algunos de los sicólogos cristianos más renombrados han dicho que la masturbación es una función normal que, a menos que se continúe en el matrimonio, por lo general es inofensiva.* En particular creo que se afirma esto con el fin de aliviar un poco la culpabilidad y la condena con que se asocia. No obstante, no se puede disculpar algo solo porque provoca que la gente se sienta culpable. ¡Puede ser normal que el hombre caído se masturbe, pero eso no lo hace aceptable ante los ojos de un Dios santo! Estas pasiones naturales se llaman «lujurias de la carne». Tal como lo descubriremos más adelante en este libro, el Señor nos ha dado respuestas con generosidad para ayudarnos a vencer estos deseos carnales. Dios no perdona ni nunca perdonará la complacencia carnal y egoísta de la masturbación. Dios creó la sexualidad para que dos personas casadas se expresen amor y disfruten de la satisfacción mutua. El sexo fuera de este contexto se convierte en algo mezquino y sucio. Por ejemplo, ¿en qué piensa una persona cuando se masturba? La masturbación gira en torno a la lujuria y la fantasía, ninguna de las cuales aprueba Dios. Además, es la masturbación la que abre la puerta para favorecer la esclavitud. Intentar justificarla espiritualmente es engañarse a uno mismo.
Zondervan
Alguien que relativizaba a los «padres» y a sus tradiciones e incluso invitaba a las mujeres a unirse a sus discípulos no puede definirse como defensor de un patriarcado tan hostil hacia el sexo femenino. Alguien que ensalzaba el matrimonio y nunca hizo del celibato una condición para sus discípulos, un hombre cuyos primeros seguidores eran casados y siguieron siéndolo (Pablo dice ser una excepción), no puede esgrimirse como autoridad en la defensa del celibato para el clero. Alguien que ha servido a sus discípulos en la mesa y reclamaba que «el más alto debe ser el servidor [en la mesa] de todos» difícilmente puede haber deseado unas estructuras aristocráticas o incluso monárquicas para su comunidad de discípulos.
Anonymous
El factor determinante para que una mujer se sienta satisfecha con el sexo, romance y pasión en su matrimonio es, en un 70 por ciento, la calidad de la amistad con su pareja. Para los hombres, el factor determinante es igualmente, en un 70 por ciento, la calidad de la amistad con su pareja. De modo que a la postre hombres y mujeres parecen venir del mismo planeta.
John M. Gottman (Siete reglas de oro para vivir en pareja)
El matrimonio es una completa necedad. La gente se queda atrapada para siempre y todo está dominado por el sexo. No existe el amor platónico o, quizá, es lo que encubre la amistad. Creo que las personas que se quieren de verdad no deberían casarse en absoluto.
Rutka Laskier (Rutka's Notebook: A Voice from the Holocaust)
Los estereotipos ponen freno a una relación y no permiten que las personas sean auténticas. No existen personas iguales, por lo tanto es injusto encasillar a un individuo en un determinado rol, simplemente en base al sexo.
Miguel Ángel Núñez (111 Sugerencias para novios y recién casados)
El hombre y la mujer amándose mutuamente son verdaderamente dos arpas de milagrosas armonías, un éxtasis de gloria, aquello que no se puede definir porque si se define se desfigura. Eso es amor.
Samael Aun Weor (EL MATRIMONIO PERFECTO: Por Qué el Sexo y la Religión son Inseparables (Spanish Edition))
¿Cuáles son los actos verdaderamente perniciosos a los que se ve tentado un hombre corriente? Las triquiñuelas en los negocios, siempre que no estén prohibidas por la ley, la dureza en el trato a los empleados, la crueldad con la esposa y los hijos, la malevolencia para con los competidores, la ferocidad en los conflictos políticos... estos son los pecados verdaderamente dañinos más comunes entre los ciudadanos respetables y respetados. Por medio de estos pecados, el hombre siembra miseria en su entorno inmediato y pone su parte en la destrucción de la civilización. Sin embargo, no son estas las cosas que, cuando está enfermo, le hacen considerarse un paria que ha perdido todo derecho a la gracia divina. No son estas las cosas que le provocan pesadillas en las que ve visiones de su madre dirigiéndole miradas de reproche. ¿Por qué la moralidad subconsciente está tan divorciada de la razón? Porque la ética en que creían los que le guiaron en su infancia era una tontería; porque no estaba basada en ningún estudio de los deberes del individuo para con la comunidad; porque estaba compuesta por viejos residuos de tabúes irracionales; y porque contenía en sí misma elementos morbosos derivados de la enfermedad espiritual que aquejó al moribundo imperio romano. Nuestra moral oficial ha sido formulada por sacerdotes y por mujeres mentalmente esclavizados. Ya va siendo hora de que los hombres que van a participar normalmente en la vida normal del mundo aprendan a rebelarse contra esta idiotez enfermiza [7]. Ahora bien, ¿cómo es posible distinguir en la conciencia moral entre exigencias sensatas y «viejos residuos de tabúes irracionales»?, ¿cómo separar las prohibiciones razonables de las restricciones superfluas?, ¿cómo cribar todas las supercherías? En la conciencia moral viene siempre todo mezclado sin orden ni concierto: se trata de una gelatina normativa en la que puede ir cristalizado al mismo nivel no mentir y no tocarse las partes pudendas; amar a dios y amar al prójimo; no comer carne los viernes de cuaresma y pagar tus impuestos; «no matarás» y «no consentirás pensamientos ni deseos impuros»; tener sexo solo dentro del matrimonio y tener solo sexo consentido; no practicar sexo con menores de edad y no hacerlo con nadie de tu mismo sexo.
Luis Alegre Saz (Elogio de la homosexualidad)
Aunque en la mayor parte de las sociedades de nivel estatal un varón respetable normal y corriente podía ser infiel en el matrimonio, mantener queridas y visitar prostitutas, las mujeres respetables normales y corrientes se exponían casi universalmente a duras sanciones si manifestaban cualquier tendencia promiscua o poliándrica.
Marvin Harris (Our Kind: Who We Are, Where We Came From, Where We Are Going)
Me contó la historia de cómo ella y su esposo Juan se habían ido apartando poco a poco de Dios. Ambos habían crecido en hogares cristianos. Se conocieron en la escuela bíblica. Él se licenció en teología. Ella, en educación cristiana. Al graduarse, ambos se aseguraron un puesto en una iglesia del medio-oeste. Sus corazones estaban llenos de amor hacia Dios y de esperanza y posibilidad para el futuro. Sin embargo, unos años después, estaban desilusionados por la presión diaria, la rutina de la vida y la política de la iglesia. Decidieron hacer una pausa; dimitieron, encontraron empleos seculares y se mudaron a la costa oriental. Una vez allí, no parecían encontrar una iglesia que les gustara. Acabaron no asistiendo a ninguna. Leer la Biblia y otras disciplinas espirituales quedaron también por el camino. Aunque se consideraban cristianos, rara vez conversaban sobre su fe y tampoco hacían nada por crecer espiritualmente. No había amigos cristianos cerca de ellos. Su círculo de amistades estaba formado por inconversos, conocidos del trabajo y de la comunidad. Un viernes por la noche, un nuevo matrimonio del barrio invitó a Juan y Julia a tomar algo y jugar a las cartas. Ella se sintió algo incómoda con la idea, pero lo razonó y decidió que no era nada malo. Las dos parejas congeniaron y se convirtieron en buenos amigos. Sus juegos de naipes de los viernes por la noche llegaron a ser lo más destacado de la semana. Julia no acertaba a recordar con exactitud cuándo fue, pero en un momento dado sus corazones viraron hacia el póquer que acabó convirtiéndose en strip póquer. Y, entonces, cuando ya se habían acostumbrado a despojarse de toda su ropa, el listón se puso más alto. Apostaban favores y atrevimientos sexuales. Para cuando Julia vino a mí para que orara por ella, los juegos de póquer de los viernes por la noche habían alcanzado tal intensidad que eran verdaderas orgías, y una conducta sexual cada vez más depravada. Ella se había convertido en una adicta al sexo, una esclava de la pornografía y de la perversión sexual. Oré por ella, pero al día de hoy desconozco si llegó a liberarse de aquello.
Mary A. Kassian (Chicas sabias en un mundo salvaje (Spanish Edition))
Esto es lo que Dios nos enseña en su Palabra,  en Salmos 51:5 dice el salmista David: “En maldad he sido formado, pecador me concibió mi madre”;  y debo aclarar que el escritor no está diciendo aquí que la relación sexual que hubo entre su papá y su mamá fue un pecado, porque eso es sagrado, eso es santo a los ojos de Dios, el sexo no es pecaminoso, siempre y cuando se mantenga en el marco del matrimonio, y allí tenemos Cantar de los Cantares para demostrarlo.  Pero David está diciendo: “Mi madre me concibió pecador”;  cuando estaba en los brazos de mi madre, yo era un impío, dice.  Y en Salmos 58:3 dice el mismo David: “Se apartaron los impíos desde la matriz”.  Como veíamos en Efesios 2:3, el Apóstol Pablo dice “…y éramos por naturaleza hijos de ira…” lo mismo que los demás;  no nacemos justificados, no nacemos inocentes;  así que nuestros hijos no tienen que salir de la casa para aprender el mal.
Julio C. Benítez (Cómo moldear el carácter de nuestros niños: La crianza y disciplina de los hijos (Matrimonio y hogar nº 1) (Spanish Edition))
¿qué solemos responder frecuentemente cuando no nos gusta lo que enseña la Iglesia? Nos escondemos detrás de nuestra «conciencia» y nos imaginamos que Dios acepta lo que nosotros queremos. Pero ese es un dios de Dios, es un ídolo.
Christopher West (Buena noticia sobre el sexo y el matrimonio: Profundas y revolucionarias ideas de san Juan Pablo II en su Teología del cuerpo (Spanish Edition))
Quiera Dios que esto no sea dicho de nuestra generación. Que no pequemos mediante el silencio. Que nos demos cuenta de que no hablar es hablar. Finalmente, que se diga de nosotros que no solamente hemos defendido los principios del evangelio, sino que también hablamos claramente con el evangelio sobre los asuntos más apremiantes de nuestro día.
David Platt (Contracultura: Una llamada compasiva a la contracultura en un mundo de pobreza, matrimonios del mismo sexo, racismo, esclavitud sexual, inmigración, persecución, ... huérfanos y pornografía (Spanish Edition))
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre". Es justo lo contrario de lo que ha acontecido en nuestra cultura: el divorcio entre sexo y procreación, entre amor y matrimonio; y finalmente, entre sexo y amor.
José Ignacio Munilla (Dios te quiere feliz (Mundo y cristianismo) (Spanish Edition))
«El sufrimiento puede doblegarnos y quebrarnos. Pero también puede quebrarnos para que nos abramos, para llegar a ser las personas que Dios quiere que seamos. Depende de lo que hagamos con el dolor. Si lo ofrecemos de vuelta a Dios, Él lo usará para hacer grandes cosas en y por medio de nosotros, porque el sufrimiento es fértil[158]».
Christopher West (Buena noticia sobre el sexo y el matrimonio: Profundas y revolucionarias ideas de san Juan Pablo II en su Teología del cuerpo (Spanish Edition))
...las maniobras amorosas del mundo heterosexual son dignas del mismo asombro y desconfianza que percibe en la voz de su hermana cuando está dice: —¿Pero cómo puedes irte a la cama con una persona que apenas conoces? A él le gustaría contraatacar diciendo: «Pues yo nunca podría jurarle fidelidad eterna a una sola persona», pero eso no es verdad. Lo que es verdad es que le aterra la clase de persona en que podría convertirse una vez hubiera pronunciado semejante juramento.
David Leavitt (Family Dancing: Stories)
Es claro que desde un comienzo existen dos sexos, distintos, creados para la comunión. Cada vez que se intenta una designación de derechos discriminatoria de uno y otro sexo se transgrede el verdadero sentido que tiene el mensaje del Génesis, que pone el énfasis en igualdad de derechos y deberes. Tanto a uno como otro sexo se le dio la bendición de ser imagen de Dios y a ambos la responsabilidad de señorear y sojuzgar.
Miguel Ángel Núñez (Amor sin fronteras: La relación del varón y la mujer en su diseño original. Un estudio exegético-teológico a la luz de Génesis 1 y 2 (Teología) (Spanish Edition))
La política es un arte, la guerra una necesidad, el amor una meta, el matrimonio un contrato y el sexo un añadido que nos permite disfrutar de instantes de sublime placer. Así ha sido durante años, hasta que llegó el cristianismo y lo revolvió todo.
Albert Salvadó (El anillo de Atila (La decadencia del Imperio Romano))
para el liberalismo, los Estados no deberían regular los matrimonios en absoluto: es una materia que debería recaer enteramente en la autonomía contractual y en la libertad de asociación entre las partes. Y dado que todas las partes son jurídicamente iguales, el matrimonio entre personas del mismo sexo resulta absolutamente legítimo
Juan Ramón Rallo (Liberalismo: Los 10 principios básicos del orden político liberal (Deusto) (Spanish Edition))
Ni se imagina el lector la cantidad de años que me pasé, durante mis estudios universitarios entre grado y máster, erradicando de mi mente el muy falso mito del 'príncipe azul'. Todavía continúa de sobra extendido en buena parte de la población, aunque desprenda una toxicidad que tanto perjuicio ocasiona en la mente de una chica. Es imposible hacer cambiar para bien a un 'malote' gracias al amor proporcionado por una mujer. Ante la ausencia de unos límites predefinidos que la hagan respetar, lo único que ella obtendrá a cambio serán abusos más constantes y voluminosos por parte del hombre. Y por desgracia, te das cuenta de que el romántico mito del 'príncipe azul' tiene aún más posibilidades de pervivir si el educador de un centro penitenciario se atreve a decirle a un preso, 'de boquilla', que sus ilícitos instintos sexuales desaparecerán solo con la mágica aparición de una esposa. Y con esa magia, me refiero a lo de simplemente ponerle a una mujer por delante, sin un hondo trabajo efectuado anteriormente sobre el sujeto; como tanto he enfatizado en mi idea de la utilización misógina de las mujeres, a las que se les echa encima el enorme peso de reformar a un sacerdote pederasta 'por amor'.
Irene Maciá (La dimensión del celibato)
Es irracional creer —e incluso querer, sin duda— que se puedan tener todas las experiencias de la vida con la misma persona. Somos mucho más complicados y muy capaces de ser leales de por vida a muchas personas distintas de cualquier edad y sexo. ¿Por qué se empeña la sociedad en restringir al hombre y a la mujer a una sola relación de esa clase para siempre? Espero no romper jamás una promesa que haya hecho, pero si en este momento estuviera libre y sin compromiso, nunca volvería a prometer dedicación exclusiva a nadie.
Elizabeth Forsythe Hailey (A Woman of Independent Means)
Lo que pasa es que, cuando llevas un tiempo casado, cada vez te cuesta más perderte en el sexo como antes. Es porque te has vuelto demasiado eficiente, has aprendido lo que funciona y lo que no, por lo que los juegos preliminares, el acto y el orgasmo se pueden condensar en un periodo de cinco a siete minutos. El buen sexo requiere de muchas cosas diferentes, pero en la mayoría de los casos, la eficiencia no es una de ellas.
Jonathan Tropper (This is Where I Leave You)