Mal Padre Quotes

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un escritor es alguien que escribe, bien o mal pero escribe, poco o mucho pero escribe, así como un asesino es alguien que mata, a uno o a varios, a un desconocido o a su padre, pero mata.
Alejandro Zambra (Mis Documentos)
Haz lo que tu corazón te diga que es lo correcto porque de todas formas te van a criticar. Mal si lo haces y mal si no lo haces.
Robert T. Kiyosaki (Padre rico. Padre pobre (Nueva edición actualizada). Qué les enseñan los ricos a sus hijos acerca del dinero, ¡que los pobres y la clase media no!)
Todas teníamos algo en común: padres que no tenían ni la paciencia ni el tiempo para educarnos, y cuyo dinero pagaba a todos aquellos que ofrecieran quitarles el “problema” de encima.
Antonio Ortiz (MalEducada)
Si quieres lastimar a tus padres, y no tienes el valor de ser gay, lo menos que puedes hacer es convertirte en artista. No estoy bromeando. Las artes no son una manera de ganarse la vida. Son una forma muy humana de hacer la vida más soportable. Practicar un arte, no importa cuan bien o mal, es una forma de hacer crecer el alma. Cantar en la ducha. Bailar con la radio. Contar historias. Escribir un poema, aún un poema malo. Hazlo tan bien como puedas. Obtendrás una enorme recompensa. Habrás creado algo.
Kurt Vonnegut Jr. (A Man Without a Country)
Ser padre es muy distinto a la maternidad. A las mujeres les crece dentro el hijo, las antoja, les duele, les da náuseas, los patea por dentro. En cambio, ser padre es que los demás digan: 'este es tu hijo'. Es si acaso, una patada por fuera. Es una palabra. Es algo a lo que se puede uno acostumbrar o rechazar. Esa lejanía, esa posibilidad de tomar distancia. La madre no puede hacer eso. Es lo cercano, lo que envuelve, lo que cuida. El padre puede desatenderse, evadir, quedarse callado. Ser hijo de un padre es mucho más complejo que serlo de una madre. Al padre se le idealiza cuando está ausente, y cuando no, se le perdona tras una visita, una caricia tosca en el cabello, una palmada mal dada. Ser hijo es una tarea de abandono
Fabrizio Mejía Madrid (Nación TV. La novela de Televisa)
Es duro cuando las personas tienen puestas ciertas esperanzas en ti, pero los problemas parecen seguirte y te convences de que eres un caso perdido, de que son ciertas todas esas afirmaciones que te hacen los profesores, los psicólogos, tus padres, tu familia y todo aquel que pierde la fe en ti.
Antonio Ortiz (MalEducada)
La relación entre el padre y el hijo es curiosa. El coronel, eso se nota de inmediato, ama a su hijo por encima de sus deberes como militar, un amor que naturalmente no es correspondido, aún le falta mucho al hijo para comprender al padre, para comprender la soledad, el triste destino al que todos los seres están abocados.
Roberto Bolaño (El secreto del mal)
Quiere a tu maestro, porque pertenece a la gran familia de cincuenta mil docentes primarios, esparcidos por toda la geografía de Italia, y que son como los padres intelectuales de los millones de chicos que crecen contigo, unos trabajadores no conceptuados merecidamente y mal pagados, que preparan para nuestra patria una generación mejor, más próspera y desarrollada que la presente. No me satisfará el cariño que me tienes si no lo profesas también a todos los que te hacen algún bien y entre ellos ha de ocupar el primer lugar tu maestro, después de tus padres. Quiérele como querrías a un hermano mío; quiérele cuando te complace y cuando te regaña, cuando a tu parecer, obra con injusticia y cuando creas que es injusto; quiérele cuando se muestre afable y de buen humor, pero más todavía cuando lo veas triste. Quiérele siempre. Pronuncia en todo momento con respeto el nombre de maestro que, después del de padre,es el más noble y dulce que un hombre puede dar a otro.
Edmondo de Amicis (Cuore)
Me acordé del consejo de mi padre:"¿Has obrado mal? Pues pide perdón
Edmondo de Amicis (Cuore)
la culpa era de su ceguera de progenitor, la misma, (...) que nos impide ver que nuestros hijos, al fin y al cabo, son tan buenos o tan malos como los demás
José Saramago (Caim)
Mi padre señaló que nadie tiene la culpa de estar en la miseria, y antes de juzgar mal a alguien debía pensar si tuvo las mismas oportunidades que yo.
José Emilio Pacheco (Las batallas en el desierto)
¿Están las cosas tan mal como parece? ¿O me he vuelto viejo, como mi padre, y a todo le encuentro un sabor amargo comparado con cuando era niño?
Patrick Rothfuss (The Wise Man’s Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))
Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada — dijo el padre—. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.
Gabriel García Márquez (Strange Pilgrims: Twelve Stories)
No se pueden fabricar coches sin acero; y no se pueden crear tragedias sin inestabilidad social. Actualmente el mundo es estable. La gente es feliz; tiene lo que desea, y nunca desea lo que no puede obtener. Está a gusto; está a salvo; nunca está enferma; no teme la muerte; ignora la pasión y la vejez; no hay padres ni madres que estorben; no hay esposas, ni hijos, ni amores excesivamente fuertes. Nuestros hombres están condicionados de modo que apenas pueden obrar de otro modo que como deben obrar. Y si algo marcha mal, siempre queda el soma.
Aldous Huxley (Brave New World)
- Pois eu tenho estudado muito o nosso amigo Gonçalo Mendes. E sabem vocês, sabe o Sr. Padre Soeiro quem ele me lembra? - Quem? - Talvez se riam. Mas eu sustento a semelhança. Aquele todo de Gonçalo, a franqueza, a doçura, a bondade, a imensa bondade, que notou o Sr. Padre Soeiro... Os fogachos e entusiasmos, que acabam logo em fumo, e juntamente muita persistência, muito aferro quando se fila à sua ideia... A generosidade, o desleixo, a constante trapalhada nos negócios, e sentimentos de muita honra, uns escrúpulos, quase pueris, não é verdade?...A imaginação que o leva smepre a exagerar até à mentira, e ao mesmo tempo um espírito prático, sempre atento à realidade útil. A viveza, a facilidade em compreender, em apanhar... A esperança constante nalgum milagres, no velho milagre de Ourique, que sanará todas as dificuldades... A vaidade, o gosto de se arrebicar, de luzir, e uma simplicidade tão grande, que dá na rua o braço a um mendigo... Um fundo de melancolia, apesar de tão palrador, tão sociável. A desconfiança terrível de si mesmo, que acobarda, o encolher, até que um dia se decide, e aparece herói, que tudo arrasa... Até aquela antiguidade de raça, aqui pegada à valha Torre, há mil anos... Até agora aquele arranque para a África... Assim todo completo, com o bem, com o mal, sabem vocês quem ele me lembra? - Quem? - Portugal.
Eça de Queirós
Furia la sorprendió tomándola entre sus brazos y pegándola a su cuerpo. Le suplicó al oído: —Rafaela, no quiero que mañana se arripienta de ser mi mujer. Deténgame aura si mañana sentirá asco de mí. La sonrisa suave de Rafaela lo desarmó. No recordaba haberla visto tan tranquila ni dueña de sí. Lo que ella expresó a continuación, le arrancó lágrimas, a él ,que desde la muerte de sus padres no había vuelto a derramarlas. —Lo amo, señor Furia, así como es usted, mal hablado, pendenciero, con argollas en la oreja, con un genio que hace honor a su apellido y hasta con olor a caballo. Lo amo como nunca amé a nadie porque nunca conocí a nadie con su nobleza, su pasión por el trabajo y su respeto por el prójimo. Lo admiro por su coraje, señor Furia, y por su orgullo sin vanidad. Lo amo porque usted es de las pocas personas que le mostró cariño a Mimita. Pero sobre todo lo amo porque a su lado no tengo miedo. —¡Rafaela! —exclamó, enloquecido, y la abrazó con fiereza, sacudiéndola como si se tratase de una muñeca rellena de estopa en su codicia por conquistar con la boca y las manos cada centímetro de su cuerpo. Ella siguió hablándole, con el aliento entrecortado, con la cabeza echada hacia atrás y el cuello expuesto a los besos, los mordiscos y a la intemperancia del gaucho. —No lo conozco. Poco sé de su vida y de su índole. Sin embargo, confío, confío ciegamente en usted, señor Furia.
Florencia Bonelli (Me llaman Artemio Furia)
sin importar lo que una madre decida, siempre habrá algo que esté haciendo mal, siempre habrá algo que pueda hacer mejor. Lo paradójico es que este juicio de valor no recae sobre los padres de la misma manera.
Ana Acosta Rodriguez (La metamorfosis de una madre: Criar en una sociedad patriarcal y adultocéntrica (Spanish Edition))
Por mal que estés al lado de tu familia, de tu padre y tu madre no serán nunca para ti enemigos, extraños. Te demostrarán su cariño por lo menos una vez al año. Ocurra lo que ocurra, sabes que estás en tu casa.
Fyodor Dostoevsky (Memorias del subsuelo)
A veces imagino las relaciones humanas como algo blando, agua o arena, y que al verterlas en un recipiente concreto les damos forma. Así, la relación entre una madre y su hija se vierte en un recipiente etiquetado como 'madre e hija' y adquiere los contornos del envase, y ahí dentro se queda, para bien o para mal. Puede que unas amigas enemistadas hubiesen sido perfectamente felices como hermanas, o algunas parejas casadas como padres e hijos, quién sabe. Pero ¿cómo sería forjar una relación sin ninguna clave de forma preestablecida? Verter el agua y dejar que caiga, ya está. Supongo que no adoptaría ninguna forma, que se escurriría en todas direcciones.
Sally Rooney (Beautiful World, Where Are You)
―¿Sabes? Mi padre no le era fiel a mi madre. A ella le sabía muy mal, pero ahora ya está bien. ―No es lo mismo en una mujer. Es su sino y la naturaleza las ha hecho para aguantarlo, pero la naturaleza del hombre es distinta.
Mary Renault (The Charioteer)
—El Amor no necesita de templos o legiones. Un hombre saca el bien o el mal de su propio corazón. Un solo mandamiento os he dado y tú sabes cuál es… El día que mis discípulos hagan saber a toda la humanidad que el Padre existe, su misión habrá concluido.
J.J. Benítez (Jerusalén (Caballo de Troya, #1))
Nada está bien, nada está mal para él; ahoga el débil grito de su conciencia, se burla de las creencias del género humano. Es casi más fuerte en su perversidad que Carlos en su extravío. Asesina a su padre, aplasta y tortura a sus vasallos, roba la herencia paterna, no retrocede ante ninguna traición, ante ninguna crueldad; cuando la muerte se acerca es asaltado por visiones supersticiosas y por cobardes temores; mas no por eso se convierte. Escapa de sus enemigos por el suicidio. Es la sociedad pervertida y maldita que se precipita al abismo y muere entre sus propias manos. (Sobre Los Bandidos, de Schiller; favorita de Dostoyevski y otros autores rusos)
George Sand (Historia de mi vida)
Preguntó Isaac, Padre, qué mal te he hecho para que quisieras matarme, a mí que soy tú único hijo, Mal no me has hecho, Isaac, Entonces por qué quisiste cortarme el cuello como si fuese un borrego, preguntó el chiquillo, si no hubiera aparecido ese hombre, a quien el señor cubra de bendiciones, para sujetarte el brazo, estarías ahora llevando un cadáver a casa, La idea fue del señor, que quería la prueba, La de qué, De mi fe, de mi obediencia, Y qué señor es ese que ordena a un padre que mate a su propio hijo, Es el señor que tenemos, el señor de nuestros antepasados, el señor que estaba aquí cuando nacimos, Y si ese señor tuviera un hijo, también lo mandaría matar, preguntó Isaac, El futuro lo dirá, Entonces el señor es capaz de todo, de lo bueno, de lo malo y de lo peor, Así es, Si tú hubieras desobedecido la orden, qué habría sucedido, Lo que el señor suele hacer es mandar la ruina o una enfermedad a quien le falla, Entonces el señor es rencoroso, Creo que sí, respondió Abraham en voz baja.
José Saramago (Caim)
¡Ah, reverendo padre! (me dicen), explícanos cómo el mal inunda toda la tierra." Mi ignorancia es igual a la de los que me formulan esta pregunta; a veces les digo que en el mundo todo va del mejor modo posible; pero los que se han arruinado o han sido mutilados en la guerra no me creen, y yo tampoco me lo creo; me retiro a mi casa abrumado por mi curiosidad y mi ignorancia. Leo nuestros antiguos libros y ellos espesan todavía más mis tinieblas. Hablo con mis compañeros: los unos me responden que hay que gozar de la vida y burlarse de los hombres; los otros creen saber algo y se pierden en ideas extravagantes; todo aumenta el sentimiento doloroso que experimento. A veces estoy a punto de caer en la desesperación cuando pienso que, después de tanto estudiar, no sé ni de dónde vengo, ni lo que soy, ni adónde iré, ni lo que será de mí." El estado de este buen hombre me causó verdadera pena: nadie era más razonable ni más sincero que él. Comprendí que cuantos más conocimientos tenía en su cabeza y más sensibilidad en su corazón, más desgraciado era.
Voltaire
Pedro Tercero tuvo que renunciar a sus paseos al pueblo, porque su padre lo requería a su lado. Lo secundaba de mal humor, haciéndole notar que se partían el lomo por volver a poner en pie la riqueza del patrón, pero que ellos seguían siendo tan pobres como antes. —Siempre ha sido así, hijo. Usted no puede cambiar la ley de Dios —le replicaba su padre.
Isabel Allende (La casa de los espíritus)
2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Bueno lo del matrimonio no está mal...Pero lo de hacer de padre es más duro. "Papi ¿puedo beberme un zumo?" "¿Qué tal un poco de agua, cielo?" "¿Papi?" "¿Sí?" "¿Puedo beberme un zumo?" "¿Qué tal un poco de agua, cielo?" "¿Papi, puedo beberme un zumo?" "Vale cielo, ¿Quieres un zumo?" "No, da igual, beberé un poco de agua." Es como si estuviéramos todo el rato ensayando una puta obra de Beckett
Bret Easton Ellis (Lunar Park)
[...] un mantra del mundo poliamoroso dice que «hay que aprender a estar sola». Yo no quiero aprender a estar sola, quiero aprender a vivir en relación, en relaciones. Estar sola no significa vivir sin pareja: estar sola es ser esa niña que espera aterrorizada la llegada de su padre, consciente de que, si tiene un mal día, nadie la salvará. Estar sola es enfrentar la certeza de que tu padre te va a matar mientras el entorno mira hacia otro lado, mientras murmura que dos no se pelean si uno no quiere. Esa indefensión es estar sola. Y esa yo ya la aprendí. Por eso sigo viva, porque aprendí a vivir con ella y a salvarme. No quiero aprenderla más: quiero desaprenderla, quiero quitármela de encima, quiero arrancarme a jirones la piel impregnada de esa soledad. Creo que toda mi vida poliamorosa ha girado alrededor de eso: de crear un mundo en el que ya no estoy indefensa ni amenazada, de saber que ni el deseo hacia otra persona me dejará en la soledad de las palizas, rodeada de gente que no sabe ni quiere pararlas. Y saber que incluso si alguien no quiere seguir a mi lado, no me traicionará. Me dejará queriéndome con la misma ternura que sentía por mí el día anterior a dejarme. Pero claro, crear el mundo imaginario no basta. El mundo hay que habitar y una de sus habitantes soy yo y son todas las demás. Y todas somos esas grietas también.
Brigitte Vasallo (Pensamiento monógamo, terror poliamoroso)
Durante el último conflicto, cuando las tropas de tu padre estrechaban su cerco sobre nosotros, todos los ciudadanos se hallaban ocupados en reforzar las murallas y corrían de aquí para allá atareados. De pronto Diógenes se puso a empujar su tinaja pendiente arriba, para luego hacerla rodar hacia abajo y volverla a empujar nuevamente hacia arriba. «Pero ¿por qué haces eso?», le preguntaron. Y él respondió: «Por ningún motivo especial. Pero veo a los demás tan atareados que me parece mal estar de brazos cruzados».
Valerio Massimo Manfredi (Trilogía de Aléxandros)
—Lo siento —dije. Alex abrió la boca para hablar y yo negué con la cabeza para detenerlo—. Alex, sólo escúchame. Necesito que entiendas. Cuando pensé que mi madre estaba muerta… su funeral… y los días posteriores, sólo conseguí lograrlo gracias a ti, porque estuviste justo a mi lado cuidándome. Y cuando mi padre me llevó a Londres, lo único que conseguía sacarme de la cama en la mañana, y a través de cada día en esa maldita escuela, era el pensamiento de que un día llegaría a verte de nuevo. Sólo saber que estabas por ahí, era suficiente. Así que, incluso antes de esto, incluso antes de que realmente comenzaras a rescatarme de los hombres malos con armas grandes, te necesitaba. He sido impulsiva y loca y aprovechado oportunidades toda mi vida porque siempre he sabido que estarías allí cuando las cosas fueran mal. Lo que pasa. Mucho.¿Recuerdas el lago? ¿El incidente del trineo? ¿El árbol en el patio trasero? Y ni siquiera hemos llegado a casi ser capturada por La Unidad en un Seven Eleven o recibir un disparo en Joshua Tree. Y en cada uno de esos momentos me has rescatado. Cada vez has estado allí. Eres como mi red de seguridad.
Sarah Alderson (Losing Lila (Lila, #2))
No quiero que te sientas mal por tus posibles reacciones a los sentimientos de tu hijo en el pasado, pero sí quiero hacer hincapié en lo importantísimo que es reconocerlos, tomárselos en serio y validarlos. La causa más común de depresión entre adultos no es lo que les ocurre en el presente, sino que en su infancia, en la relación con sus padres, no aprendieron a consolarse. Si en lugar de recibir comprensión y consuelo, al niño se le decía que no debía sentir, o lloraba hasta quedarse dormido, o le dejaban solo con su rabia, su capacidad de tolerar emociones desagradables o dolorosas será cada vez menor a medida que se acumulen las faltas de conexión emocional. Su
Philippa Perry (El libro que ojalá tus padres hubieran leído: (y que a tus hijos les encantará que leas))
-Jude, mi pobre Jude -susurra Harold-. Cariño. Y al oír esa palabra él se echa a llorar […].  -Cariño -dice de nuevo Harold, y él quiere que pare y no pare nunca-. Hijo mío. Y él llora, llora por todo lo que ha sido, por lo que podría haber sido, por todas las viejas heridas, por las viejas dichas, llora por la vergüenza y la alegría de acabar siendo un niño, con todos los caprichos, las necesidades y las inseguridades de un niño, por el privilegio de portarse tan mal y ser perdonado, por el lujo de recibir ternura, de recibir afecto, de que le sirvan una comida y le obliguen a comérsela, por ser capaz, ¡por fin!, de creer en las palabras de consuelo de su padre, de creer que es especial para alguien, pese a todos sus errores y su odio, por culpa de todos sus errores y su odio.
Hanya Yanagihara (A Little Life)
Otro día [el padre Valverde] nos habló del Limbo, que es un sitio muy aburrido, lleno de niños sentados en fila, sin moverse, porque no están bautizados. Y luego del Purgatorio, que también es feo y hace mucho calor, y un barullo terrible, porque todos hablan a un tiempo... Al fin nos contó cómo era el cielo. Fue el último día. ¡Qué bonito debe de ser! Nos dijo que había que subir primero siete escalones de plata... Y allí en el descansillo están las almas que van a entrar, vestidas de blanco, esperando que las llamen. Luego hay que subir otros siete escalones de oro y otros siete de diamantes, y siete rayos de luna y siete rayos de sol..., y no sé, porque es tan bonito, que lo confundo con el palacio de Aladino y tengo miedo de contarlo mal. Allí arriba hay coros de ángeles cantando, y santos (...) Y, claro, he decidido irme al cielo, porque me gusta más que el colegio
Elena Fortún (Celia en el colegio (Celia, #2))
Porque si una lleva una falda o un escote de un tiempo a esta parte lo lleva para sí misma o en nombre del em­­poderamiento, una de dos, y que no me mire nadie porque machete al machote y madre mía qué fuerte e inde­­pen­­diente con mi falda, que era a lo que me reducían antes, a ser dos piernas y poca tela y me quejaba y con razón y ahora como por arte de magia resulta que eso es signo de empoderamiento, pero no puede mirarlo nadie. Nos he­­mos encerrado tanto en nosotros mismos, nos hemos individuado tanto y hemos hecho tantos esfuerzos por acabar con lo de las dinámicas de poder —y, nos guste o no, la belleza siempre ha implicado y siempre implicará poder— que hemos terminado creyendo que no pro­­vocamos ningún efecto, ninguna reacción en el otro y que lo contrario sería inaceptable, aunque las mujeres nos lo hemos creído a medias, como todas las mentiras que nos contamos a nosotras mismas. Por eso rara vez nos ponemos escote y los labios rojos para estar solas en casa, de la misma forma que el pavo real no desplegaría su cola si no hubiera una pava a la vista, porque gilipollas no es y por lo del ahorro energético, y negar que un escote bonito es enseñado de cuando en cuando para ser visto, solo cuando quiere ser visto, cuando quiere ser mirado, además de ridículo niega parte de nuestro poder como mujeres, un poder que no se reduce a lo bello y a lo sexual pero del que lo bello y lo sexual forman parte y no pasa nada y por eso toda mujer ama a un fascista: porque todo el que mira nuestros escotes lo es, a no ser que sea un trapero en un videoclip, entonces es un trapero al uso, entonces se le permite. Y porque mal que bien y según el nuevo canon, nuestros abuelos lo fueron y nuestros padres lo son. No solo porque se les fueran los ojos con las mujeres bonitas que cruzaban los pasos de cebra cuando pensaban, inocentes, que no nos dábamos cuenta.
Ana Iris Simón (Feria)
No, según el credo de Garric, eso era tener demasiada confianza en la naturaleza de los seres humanos Era darle explicación a por qué alguien elige ser un villano. Puede que nadie elija eso, puede que se nazca siendo un lobo para el hombre, sin más, que cada uno es vil por el acto de ser, y no hay otra puerta, una salida de emergencia. Ante esa realidad tan oscura, lo único que te hace seguir respirando es imponer un falso orden entre el caos, creer que la gente se vuelve malvada por una razón y que no siempre fue así, porque de lo contrario, ¿qué esperanza habría? Ninguna. Para el bienpensado, el mal necesita razones, no puede venir de la nada, porque entonces nadie dormiría al ser consciente de que en medio de ese océano que es la vida, una ola o un tiburón (que pueden ser cualquier otro) podían devorarlos para siempre. Era así como el hijo de Odell se engañaba a sí mismo, flotando en la nada, creyendo que su padre no siempre fue lo que era ahora. Servía, ¿no?
Carlos J. Eguren (Hollow Hallows)
«¡Oh Padre nuestro que estás en los cielos, aunque no circunscripto a ellos, sino por el mayor amor que arriba sientes hacia los primeros efectos! Alabados sean tu nombre y tu poder por todas las criaturas, así como se deben dar gracias a todas las emanaciones de tu bondad. Venga a nos la paz de tu reino, a la que no podemos llegar por nosotros mismos, a pesar de toda nuestra inteligencia, si ella no se dirige hacia nosotros. Así como los ángeles te sacrifican su voluntad entonando “¡Hosanna!”, deben sacrificarte la suya los hombres. Dadnos hoy el pan cotidiano, sin el cual retrocede por este áspero desierto aquel que más se afana por avanzar. Y así como nosotros perdonamos a cada cual el mal que nos ha hecho padecer, perdónanos tú, benigno, sin mirar a nuestros méritos. No pongas a prueba nuestra virtud, sino líbranos de quien la instiga de tantos modos. No hacemos, ¡oh Señor amado!, esta última súplica por nosotros, pues ya no tenemos necesidad de ella, sino por los que tras de nosotros quedan».
Dante Alighieri (Divina Comedia)
Ele se divertia silenciosamente com a reação indignada das pessoas diante das poucas linhas de um poema. Como é pequena a alma humana. Então não percebem que Maldoror , como ele nasceu perverso? Chocam-se com à maldade circunscrita à imaginação de um poeta obscuro, no entanto não se comovem com a crueldade que veem estampada na cidade quando passeiam, alegres, pelas ruelas imundas. O que dirão se souberem que estão na mesma sala com um ser muito mais cruel que qualquer criação dos livros? provavelmente se recusarão a acreditar desviando os olhos como fazem ao tropeçar nos negros e mendigos sujos que encontram no caminho. Se a paisagem é terrível fecha-se a janela, para ele é diferente, ele se alimenta dessa miséria cotidiana: a desgraça alheia é sempre um bálsamo espesso para sua solidão. O inferno alheio é o seu paraíso. Ele acha graça nos sermões dos padres que sempre sobrepõem o bem ao mal, como se ambos não fossem as duas faces da mesma pataca. Para ele o bem é o mal a crueldade afinal não passa de um ponto de vista.
Jô Soares (O Xangô de Baker Street)
15 de agosto de 1343 Misa solemne de campaña El ejercito entero, concentrado en la playa, rendia culto a la Virgen de la Mar. Pedro III habia cedido a las presiones del Santo Padre y pactado una tregua con Jaime de Mallorca. El rumor corrio entre el ejercito. Arnau no escuchaba al sacerdote; pocos lo hacian, la mayoria tenia el rostro contrito. La Virgen no consolaba a Arnau. Habia matado. Habia talado arboles. Habia arrasado vinas y campos de cultivo ante los asustados ojos de los campesinos y de sus hijos. Habia destruido villas enteras y con ellas los hogares de gentes de bien. El rey Jaime habia conseguido su tregua y el rey Pedro habia cedido.Arnau recordo las arengas de Santa Maria de la Mar: "Cataluna os necesita! El rey Pedro os necesita! Partid a la guerra!". Que guerra? Solo habian sido matanzas. Escaramuzas en las que los unicos que perdieron fueron las gentes humildes, los soldados leales… y los ninos, que pasarian hambre el proximo invierno por falta de grano. Que guerra? La que habian librado obispos y cardenales, correveidiles de reyes arteros? El sacerdote proseguia con su homilia pero Arnau no escuchaba sus palabras. Para que habia tenido que matar? De que servian sus muertos? La misa finalizo. Los soldados se disolvieron formando pequenos grupos. - Y el botin prometido? - Perpiñan es rica, muy rica -oyo Arnau. - Como pagara el rey a sus soldados si ya antes no podia hacerlo? Arnau deambulaba entre los grupos de soldados. Que le importaba a el el botin? Era la mirada de los niños lo que le importaba; la de aquel pequeño que, agarrado a la mano de su hermana, presencio como Arnau y un grupo de soldados arrasaban su huerto y esparcian el grano que debia sustentarles durante el invierno. Por que?, le preguntaron sus ojos inocentes. Que mal os hemos hecho nosotros? Probablemente los niños fueran los encargados del huerto, y permanecieron alli, con las lagrimas cayendo por sus mejillas, hasta que el gran ejercito catalan termino de destruir sus escasas posesiones. Cuando terminaron, Arnau ni siquiera fue capaz de volver la mirada hacia ellos.
Ildefonso Falcones (La catedral del mar (La catedral del mar, #1))
¡Ay, ser un buen hombre no tiene marca fija, y el desconcierto rige la humana progenie! ¡Cuántas veces he visto a un hombre que engendró un noble padre, pero él se muestra como criatura vil! Y vi, también, nacidos de padres sin valor ni estimación, hijos que llegan a mostrar su nobleza. Mil veces vi prudencia y sabiduría muy grande en un miserable y pobre cuerpo. ¿Para juzgar a un hombre qué base escogería uno? ¿La riqueza? ¡Es un pésimo juez! ¿La pobreza? Tampoco. Es falaz y fuente de necesidad que induce al hombre al mal. ¿Las armas son criterio? ¿Qué, basta ver a alguno con su lanza para afirmar que es valiente? ¡En confusión tan grande, es preferible dejar a la ventura y a lo imprevisto el juicio! Veis a este hombre. No era un grande en Argos. No se gloriaba de una bella mansión y alta alcurnia, y entre tantos, se descubre que es todo un noble. No tenéis discreción los que a la turba engañáis con argucias y falacias. Debéis juzgar a un hombre por la noble rectitud de sus costumbres. Gentes así edifican las ciudades y los hogares. ¿Un robusto y gallardo cuerpo? ¡Cuántas veces está vacío de seso y no es sino una estatua en medio de la plaza? Y para resistir a la lanza, es igual brazo fuerte que brazo débil, con tal que haya en el pecho un ánimo esforzado: todo lo hace la bien dispuesta mente y un natural bien constituido.
Euripides (Euripides V: Electra / The Phoenician Women / The Bacchae)
Yo no busco en las personas ni la bondad ni la buena educación siqiera... aunqe creo qe esto último es imprescindible para vivir con ellas. Me gustan las gentes qe ven la vida con ojos distintos qe los demás, qe consideran las cosas de otro modo qe la mayoría... Qizá me ocurra esto pqe he vivido siempre con seres demasiado normales y satisfechos de ellos mismos...Estoy segura de qe mis hermanos o mi padre tienen la certeza de su utilidad indiscutible en este mundo, qe saben en todo momento lo qe qieren, lo qe les parece mal y lo qe les parece bien… Y qe hansufrido muy poca angustia ante ningún hecho. (…) Toda mi vida he estado huyendo de mis simples y respetables parientes… Simples pero inteligentes a la vez en su género, qe es lo qe les hace tan insoportables… Me gusta la gente con ese átomo de locura qe hace qe la existencia no sea monótona, aunqe sean personas desgraciadas y estén siempre en las nubes, como tú… Personas qe, según mi familia, son calamidades indeseables… (…) ¿qé crees qe dirían mi padre o mi abuelo de ti misma si supieran tu modo real de ser? Si supieran, como yo sé, qe te qedas sin comer y qe no te compras la ropa qe necesitas por el placer de tener con tus amigos delicadezas de millonaria durante tres días… Si supieran qe te gusta vagabundear sola por la noche. Qe nunca has sabido lo qe qieres y qe siempre estás qeriendo algo…
Carmen Laforet (Nada)
Las letanías de Satán Oh, tú, el más sabio y bello de los ángeles, Dios traicionado por el destino y de alabanzas privado, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Oh, Príncipe del exilio, a quien se ha agraviado, y que, vencido, siempre más poderoso vuelves a levantarte, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que todo lo sabes, gran Rey de las cosas subterráneas, tú, familiar sanador de las angustias humanas, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que, hasta a los leprosos y los parias malditos, enseñas mediante el amor el sabor del Paraíso, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Oh tú que de la Muerte, esa amante vieja y poderosa, engendras la Esperanza, esa adorable loca, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que das al condenado esa mirada en torno al cadalso que, arrogante y serena, a todo un pueblo condena, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que sabes en qué rincón de las tierras ansiosas el celosos Dios ocultó sus piedras preciosas, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú cuya clara mirada conoce los profundos arsenales en donde duerme amortajado el pueblo de los metales, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú cuya extendida mano oculta los precipicios al sonámbulo que vaga al borde de los edificios, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que, mágicamente, haces flexibles los viejos huesos del borracho rezagado al que los caballos atropellaron, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que, para consolar al frágil que sufre, nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que pones tu marca, oh cómplice sutil, en la frente del Creso despiadado y vil, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Tú que pones en el corazón de las muchachas el culto a las heridas y el amor a los harapos, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Báculo del desterrado, lámpara del inventor, confesor del ahorcado y del conspirador, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Padre adoptivo de aquellos a quienes, en su negra cólera, Dios padre del Paraíso terrenal expulsó, ¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria! Oración ¡Gloria y alabanza a ti, Satán, en las alturas del Cielo, donde reinas, y en las profundidades del Infierno, donde, vencido, en silencio sueñas! ¡Haz que mi alma un día, bajo el árbol de la Ciencia, cerca de ti descanse, en la hora en que sobre tu frente como un Templo nuevo sus ramas se extiendan!
Charles Baudelaire (Les Fleurs du Mal)
¿Los conventos son, pues, tan esenciales para la constitución de un Estado? ¿Instituyó Cristo a los monjes y a los religiosos? ¿La Iglesia no puede, acaso, prescindir de ellos en absoluto? ¿Qué necesidad tiene el Estado de tantas vírgenes enloquecidas, y la especie humana de tantas víctimas? ¿No se percibirá nunca la necesidad de reducir la abertura de estas simas donde van a perderse futuras generaciones? ¿Todas las oraciones rutinarias que allí se hacen, valen acaso lo que una limosna que la conmiseración da a un pobre? Dios, que creó sociable al hombre, ¿aprueba que se le encierre? Dios, que lo creó tan inconstante y frágil, ¿puede autorizar la inseguridad de sus votos? Estos votos, contrarios a la inclinación general de la naturaleza, ¿pueden nunca ser cumplidamente observados excepto por algunas criaturas mal constituidas en las que los gérmenes de las pasiones están marchitos, y que con razón serían consideradas como monstruos si nuestras luces nos permitieran conocer tan fácilmente y tan bien la estructura interior del hombre como su forma exterior? ¿Todas estas ceremonias lúgubres que se observan en la toma de hábito y en la profesión de éstos, al consagrar un hombre o una mujer a la vida monástica y a la desgracia, suspenden acaso las funciones fisiológicas? Al contrario, ¿no se despiertan éstas en el silencio, la sujeción y la ociosidad con una violencia desconocida a la gente del mundo ocupada en una multitud de distracciones? ¿Dónde se ven mentes obsesionadas por espectros impuros que las siguen y las perturban? ¿Dónde este profundo fastidio, esa palidez, ese enflaquecer, todos los síntomas de la naturaleza que languidece y se consume? ¿Dónde las noches son turbadas por los gemidos, los días empapados de lágrimas derramadas sin motivo, precedidas de una melancolía que nadie sabe a qué atribuir? ¿Dónde la naturaleza, sublevada por una sujeción para la que no está hecha, rompe los obstáculos que se le oponen, tórnase furiosa y lanza la economía animal a un desorden que no tiene ya remedio? ¿En qué sitio la tristeza y el mal humor han aniquilado todas las cualidades sociales? ¿Dónde no existe padre, ni hermano, ni hermana, ni amigo? ¿Dónde el hombre, al considerarse sólo como ser de un instante fugaz, trata las relaciones más dulces de este mundo como un viajero los objetos que encuentra, sin afección? ¿Dónde está la sede del odio, del hastío y de los enervantes? ¿Dónde el lugar de la servitud y del despotismo? ¿Dónde los odios que nunca se extinguen? ¿Dónde las pasiones encubiertas en el silencio? ¿Dónde la morada de la crueldad y de la curiosidad? Nadie conoce la historia de estos asilos, decía a continuación el señor Manouri en su defensa; nadie la conoce. Añadía en otro lugar: «Hacer voto de pobreza es comprometerse mediante juramento a ser perezoso y ladrón; hacer voto de castidad equivale a prometer a Dios la infracción constante de la más sabia y más importante de sus leyes; hacer voto de obediencia es renunciar a la prerrogativa inalienable del hombre: la libertad. Si uno observa estos votos es un criminal; si no los observa, perjuro. La vida claustral es propia de un fanático o de un hipócrita.
Denis Diderot (La Religieuse (French Edition))
Caminaban un día de verano un pobre hombre, ya de buena edad, y una mujer con un muchacho de pocos años. Llevaban delante consigo un jumentillo, que servía de llevarles un poco de ropa que tenían: carga tan moderada y poca, que podía ir bien a la ligera. Acertó a pasar cerca dellos un caminante, y mirando a los tres que iban por el camino y el jumento desembarazado, algo enojado les dijo: «¿Hay tan poco saber de personas, que lleven ahí una bestia holgando y sin carga, y que una mujer, de su natural para poco, delicada y flaca, vaya a pie? Tened juicio, buen viejo, que yo os ayudaré; y suba en ese jumento esa buena mujer; que mejor irá en él que no reventando por las asperezas deste monte». Pareciole bien al casado lo que el pasajero le había dicho, y llegándose a una peña, hizo que su mujer fuese caballera, y los dos siguiéndola iban a pie. Poco anduvieron, cuando otro que venía por el mismo camino les salió al encuentro, y saludándoles, les dijo: «Harto mejor fuera, padre honrado, que un hombre como vos, de tantos días, que es milagro poderos tener en pie, fuera caballero y ocupara aquel animal, y no la mujer que llevais en él, pues las de su género de suyo son inclinadas a pasearse, y esta era ocasión en que pudiera sacar los pies de mal año, habiéndosela ofrecido de caminar a pie, y como buen bailador menearlos apriesa. Bajad, hermana, y suba ese buen viejo; que sus años y canas están pidiendo lo que yo os digo». A tan buenas razones obedeció la casada: apeose y subió su marido en el jumento, prosiguiendo su viaje, adonde de allí a poco rato encontraron unos caminantes, que, mirando al hombre caballero y a la mujer y mozuelo en seguimiento suyo, con muy grandes risadas empezaron a hacer burla dél, diciendo: «¡Salvaje! Apeaos y tened vergüenza: ¿no veis que va ese niño despeado, sin aliento y con tan grande calor, y que vos, tan grande como vuestro abuelo, sin reparar en nada, vais hecho una bestia, pudiendo andar harto mejor y con más descanso que ese pobrecito que os sigue?». Confuso el padre, bajó de su jumento, poniendo en él al hijuelo, y siguiéndole los dos casados, hasta que, viniendo nueva gente, le dijeron: «Subid en esa bestia con ese muchacho; que poca carga será, y la que lleva ahora es casi nada, y a ratos iréis mudando de personas, y no reventando en seguimiento de quien camina tan sin pesadumbre por verse holgado y con tan poco peso». Cuadrole al anciano el consejo que le daban, y poniendo al muchacho delante, subió el atrás, con ánimo que de allí a un rato bajaría él y podría ir caballera su mujer, y así, con algún descanso, mudándose, acabar su jornada. Mas durole poco su sosiego, porque, como viniesen otros pasajeros y viesen al padre y al hijuelo sobre el jumento, comenzaron a darles matraca, diciendo: «¡Buen año! ¿No veis? Dos van caballeros, y ¡con qué conciencia! Alquilado debe de ser el asnillo, pues a ser propio no lo hicieran con él de la suerte que vemos ni tan mal le trataran. ¡Hideputa, buen hombre, qué buen alma tiene! ¡Buena llegará la bestia a la posada! Apostaré que del gran cansancio no puede comer bocado. Bajad enhorabuena o en la otra, que buenos cuartos tenéis y cerca está el pueblo, y no quitéis la vida a ese jumento, siquiera porque es vuestro prójimo». Estas razones le dijeron al labrador, y conociendo entonces bien a la clara los varios pareceres y natural condición que guardan los hombres en materia de su gusto y opinión, vuelto a su mujer y al hijuelo, los dijo: «No hay que reparar en lo que pueden decir de nosotros; que el qué dirán de las gentes es bobería, si no es locura. Cada uno se acomode como pudiere y alargue el pie conforme a la sabana; que, si a mí me falta, el que dice o mormura ni lo da ni lo presta, y él se queda con su dicho y yo con lo que tengo entonces o me falta. Vase él a su casa dejándome a mí en la mía. Vámonos como pudiéremos con nuestro jumento, y diga lo que le agradare cada uno».
Jeronimo de Alcalá (El Donado Hablador: Alonso, Mozo De Muchos Amos (Spanish Edition))
Algunas veces te levantas de la cama y ya no sabes porqué estás luchando. ¿Estás luchando el día a día para que retrocedan tus alergias y tu riesgo de cáncer? ¿Pagas un carísimo seguro médico con el dinero que te dan por dejarte la salud trabajando? ¿Haces más horas que el reloj para pagar la tele de plasma y así no puedes ver la tele de plasma porque haces más horas que el reloj? ¿Trabajas para pagar el coche que te compraste para ir a trabajar? ¿Estás luchando por los tuyos cada vez que los metes en un asilo o en una guardería, pagas para que a tus seres queridos los cuiden los demás mientras tú ganas dinero cuidando de otros demás, a los que no soportas? ¿Pierdes el tiempo con los amigos o pierdes a los amigos con el tiempo? ¿Conseguirás con tu trabajo que tus hijos vivan en un mundo mejor que el que tus padres te dejaron a ti? ¿Quién crees que pagará tu pensión y tu asilo cuando te jubiles?
Emilio Bueso (Cenital)
Porém uma tarde em que estava o padre e estava o João de Adão, o doqueiro disse que a culpa (p. 102) era da sociedade mal organizada, era dos ricos... Que enquanto tudo não mudasse, os meninos não poderiam ser homens de bem.
Anonymous
Alguien te lo ha prohibido, No puedo decir que me lo hayan prohibido expresamente, pero a buen entendedor media palabra basta, Quién ha dicho esa media palabra, Mi señor, Tendrás para arrepentirte amargamente si no respondes sin más ni más a la pregunta, Fue un padre de la basílica, Explícate mejor, Me dijo que necesitaban un milagro y que ese milagro lo podría hacer solimán, Y tú, qué dijiste, Que solimán no estaba habituado a hacer milagros y que el intento podía ir mal, Y el padre, Me amenazó que tendría fuertes motivos para arrepentirme si no le obedecía, casi las mismas palabras que vuestra alteza acaba de usar,
José Saramago (Ensayo sobre la ceguera / El viaje del elefante / Caín y el primer capítulo inédito del libro perdido Claraboya: Biblioteca Saramago (Pack 3 ebooks))
Es un error de los padres que, sin reflexionar, hagan temer a los niños los relámpagos, los sitios oscuros, o contarles cosas terroríficas para provocar sus lloros. Más aún, si un niño es reñido severamente se volverá tímido. No debe tolerarse que se formen malos hábitos. Después que se ha formado un mal hábito, aunque se reprenda al niño, ya no mejorará. Para cosas tales como el hablar correctamente o tener un buen comportamiento hay que volver gradualmente al niño consciente de ello. No dejéis que el niño conozca la avaricia. Otra cosa más, si tiene una naturaleza normal, se desarrollará siguiendo el camino que se le marque. Otro punto más a tener en cuenta es que si los padres tienen una mala relación, el niño no tendrá sentimientos filiales. Esto es natural. Incluso los pájaros y las bestias se sienten afectados por lo que ven en el momento de nacer. Por lo tanto, las relaciones entre padre e hijo se pueden deteriorar debido a la inconsciencia de la madre. Una madre quiere a su hijo por encima de todas las cosas y será imparcial con él cuando es corregido por el padre. Si se vuelve una aliada del niño, tal cosa sembrará la discordia entre el padre y el hijo. Debido a la estrechez de su mente, una mujer ve a su hijo como el sostén de su vejez
Anonymous
Él todavía estaba en condiciones de decidir, pero como solamente tenía 11 años, era su padre quien decidía por él. ¿Por qué, Señor, por qué el mundo se organizaba tan rematadamente mal?
Miguel Delibes
Cuando un maestre se ponía su collar, renunciaba a tener hijos, pero Cressen se había sentido padre de todos modos. Robert, Stannis, Renly... tres hijos a los que había criado después de que la furia del mar se cobrara la vida de Lord Steffon. ¿Lo había hecho tan mal como para que uno de ellos acabara matando a otro? No podía permitirlo. No iba a permitirlo.
Anonymous
Pronto supo Ti Noel que esto duraba ya desde hacía más de doce años y que toda la población del Norte había sido movilizada por la fuerza para trabajar en aquella obra inverosímil. Todos los intentos de protesta habían sido acallados en sangre. Andando, andando, de arriba abajo y de abajo arriba, el negro comenzó a pensar que las orquestas de cámara de Sans-Souci, el fausto de los uniformes y las estatuas de blancas desnudas que se calentaban al sol sobre sus zócalos de almocárabes entre los bojes tallados de los canteros, se debían a una esclavitud tan abominable como la que había conocido en la hacienda Monsieur Lenormand de Mezy. Peor aún, puesto que había una infinita miseria en lo de verse apaleado por un negro, tan negro como uno, tan belfudo y pelicrespo, tan narizñato como uno; tan igual, tan mal nacido, tan marcado a hierro, posiblemente, como uno. Era como si en una misma casa los hijos pegaran a los padres, el nieto a la abuela, las nueras a la madre que cocinaba.
Alejo Carpentier (The Kingdom of This World)
—[...] ¿Están las cosas tan mal como parece? ¿O me he vuelto viejo, como mi padre, y a todo le encuentro un sabor amargo comparado con cuando era niño? Kote se entretuvo frotando la barra, como si se resistiera a hablar. —Creo que las cosas siempre van mal de un modo u otro —declaró—. Quizá sea que solo nosotros, los mayores, nos damos cuenta. Graham fue a asentir, pero frunció el entrecejo. —Pero tú no eres mayor, ¿no? Siempre se me olvida. —Miró de arriba abajo al pelirrojo—. Es decir, te mueves como un viejo y hablas como un viejo, pero no lo eres, ¿verdad? Calculo que tendrás la mitad de mis años. —Lo miró entornando los ojos—. ¿Qué edad tienes, por cierto? —La suficiente para sentirme viejo —contestó el posadero con una sonrisa que denotaba cansancio.
Patrick Rothfuss (The Wise Man’s Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))
a veces no hay varita mágica. Haces lo que puedes, y el niño sigue alterado. Y no por esto vas a ser un mal padre.
Daniel Siegel (Disciplina sin lágrimas: Una guía imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo)
Por lo demás hablarle al prójimo en una lengua que no puede entender puede ser un mal vicio de algunos revolucionarios, pero no es para nada un instrumento revolucionario: es, por el contrario, un antiguo artificio represivo, que todas las iglesias conocen, vicio típico de nuestra clase política, y fundamento de todos los imperios coloniales. Es una forma sutil de imponer el propio rango: cuando el padre Cristóforo dice “Omnia munda mundis” a fray Fazio, que no sabe latín, entonces este último, “al oír esas palabras llenas de un sentido misterioso, y proferidas con tanta seguridad...le pareció que en ellas debía estar contenida la solución de todas sus dudas. Se calmó, y dijo:—¡Basta! Usted sabe mucho más que yo.
Primo Levy
Es tan fácil preocuparnos, angustiarnos y desesperarnos. De esta manera dejamos que entre el temor, la angustia y todos esos demonios para atormentarnos cuando algo sale mal. En vez de eso deberíamos revisar nuestra actitud y preguntarnos: “¿qué querrá el Señor enseñarme con esto?” Te recuerdo que Dios es luz y no sólo eso, sino que tiene un plan eterno para cada uno de nosotros. El Señor siempre va a hacer que su luz brille en medio de tus tinieblas, el Señor siempre va a hacer que esa luz brille y se propague, porque cuando enciendes la luz las tinieblas desaparecen.
Editorial Imagen (Dios Contigo: Tu Padre quiere hablarte y tiene un mensaje para ti (Spanish Edition))
Un pequeño de cinco años, Florencio “Floro” Madero, fue testigo del cómico primer ensayo fotográfico en el Río de la Plata. El hecho tuvo lugar en Montevideo, en junio de 1845, en la casa de su padre, Juan Nepomuceno Madero. En realidad, el experimento se llevó a cabo en el jardín; adonde, por la necesidad de luz, llevaron el sofá y los dos sillones de caoba, tapizados en forro negro de crin de la sala. A cargo del aparato para tomar fotos —el daguerrotipo— estaba Florencio Varela, tío del niño. Entre los modelos que posaron también había otros dos tíos de Floro: Toribio y Jacobo Varela. Completaban el cuadro un hijo y un yerno de Mariquita, Juan Thompson y Juan Antonio Tresserra. Toribio Varela y Juan Madero se ubicaron en los sillones de los costados. Jacobo Varela (en el centro), Juan Thompson (a la derecha) y Juan Tresserra (a la izquierda) ocuparon las tres plazas del sofá. Las mujeres no fueron invitadas a la actividad (tampoco Floro por ser pequeño), pero cuando los señores se mantenían quietos, muy quietos, petrificados, para que no se tomara una imagen movida y se arruinara la placa fotográfica —era necesario permanecer inmóvil durante varios minutos— llegaron las hermanas Artigas. Al cruzar por el patio rumbo al interior de la casa, disimularon la sorpresa que les causaba ver los muebles en el jardín y los hombres inmóviles. Pero, como correspondía, saludaron: —Muy buenas tardes, señores. Las estatuas vivientes, temerosas de arruinar la foto, no respondieron. —Buenas tardes, señores —repitieron las chicas. Tampoco hubo respuesta. Indignada, Rosalía Artigas le clavó la vista al correctísimo hijo de Mariquita y, casi en tono de reprimenda, le lanzó: —¡Buenas tardes, señor Thompson! Y Juan Thompson, atrapado entre el dilema de ser un descortés, por un lado, y de arruinar la foto, por el otro, buscó una solución salomónica: intentó responder como un ventrílocuo. Tan mal le salió, que provocó la carcajada de sus compañeros. La foto se arruinó. Floro recordaría en su adultez de qué manera los caballeros se lanzaron sobre las mujeres para ofrecerles sus sentidas disculpas. Un par de décadas más tarde, Floro —hermano de Eduardo, quien ideó Puerto Madero— se convertiría en uno de los favoritos de las reuniones sociales con las ocurrencias y el ingenio para atrapar a todos. Era muy amigo de Emilio Castro, quien poseía terrenos en Almagro, una zona que comenzaba a poblarse por la llegada del ferrocarril. Antes era descampado, pero la irrupción del medio de transporte permitió que mucha gente se mudara del centro. Ya no hacía falta vivir a pocas cuadras del lugar de trabajo. Era el tiempo ideal para lotear la tierra y venderla. Castro le pidió a Madero que se encargara del remate. Floro inventó un sistema de promoción nunca antes visto. Pactó con panaderías para que, en la semana del remate, quienes desayunaran con pan encontraran adentro del mismo una tarjeta. Sí, una tarjeta adentro del pan que anunciaba: “Gratis, Tranway del señor Lacroze para el gran remate de 200 lotes en el nuevo pueblo de Almagro, el domingo próximo, por Florencio Madero”. La convocatoria fue un éxito, pero el gobernador porteño le dijo que lo multaría “por haber atentado contra la salud del vecindario”. El gobernador era el mismísimo Emilio Castro. En 1867, Daniel María Cazón reunió a los amigos en su quinta del Partido de Tigre (ubicada en la avenida Liniers al 2100) y les ofreció un picnic. ¿Qué se entendía por picnic en aquellos años? Se trataba de una comida ligera, informal y al aire libre. Además, los comensales no eran atendidos por el personal de la casa, sino que cada uno se las arreglaba por su cuenta. ¿Qué celebraba Cazón? Su reciente nombramiento como Venerable Maestro de la Logia Confraternidad Argentina. ¿Quiénes eran los invitados? Floro Madero, por empezar. Vicente Fidel López, bromista como Madero. Bernardo de Irigoyen, playboy y
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mejor mamá que usted puede ser. Posiblemente, yo nunca seré el mejor pastor del mundo. Quizá no seré el mejor esposo ni el mejor padre, pero he decidido ser lo mejor que yo puedo ser y no me sentiré mal conmigo. Si otra persona puede hacer lo que hago mejor que yo, que bueno, yo no estoy en una competencia ni me estoy comparando con nadie. A mi manera de pensar, ¡yo soy el mejor! Y sé que estoy haciendo lo mejor que puedo. Eso es lo que nos enseña la Escritura. Dice: “Así que, cada uno someta a prueba su propia obra…”.
Joel Osteen (Su mejor vida ahora: Siete pasos para vivir a su máximo potencial)
Les tengo buenas noticias: Usted no se tiene que mantener a la par de nadie. Usted puede correr su propia carrera y ser un individuo. Dios le ha dado la gracia para hacer lo que Él le ha llamado a hacer y no le ha dado la gracia para hacer lo que todos los demás están haciendo. Usted no tiene que ser la mejor mamá del mundo, sólo sea la mejor mamá que usted puede ser. Posiblemente, yo nunca seré el mejor pastor del mundo. Quizá no seré el mejor esposo ni el mejor padre, pero he decidido ser lo mejor que yo puedo ser y no me sentiré mal conmigo. Si otra persona puede hacer lo que hago mejor que yo, que bueno, yo no estoy en una competencia ni me estoy comparando con nadie. A mi manera de pensar, ¡yo soy el mejor! Y sé que estoy haciendo lo mejor que puedo. Eso es lo que nos enseña la Escritura. Dice: “Así que, cada uno someta a prueba su propia obra…”.1
Joel Osteen (Su mejor vida ahora: Siete pasos para vivir a su máximo potencial)
No hace mucho una madre, preocupada, me preguntaba cuándo dejaría su hija de año y medio de ser tan egoísta; cuándo aprendería a compartir. ¿Por qué el aprender a compartir obsesiona tanto a algunos padres y educado- res? ¿De qué les va a servir a los niños aprender una cosa así? Los adultos no compartimos casi nada. Un ejemplo. Isabel, no llega a dos añitos, juega en el parque con su cubo, su palita y su pelota, bajo la atenta y cariñosa mirada de mamá. Claro, como le faltan manos, en ese momento solo la pala está bajo su posesión directa, y el cubo y la pelota yacen a cierta distancia. Se acerca un niño desconocido, más o menos del mismo tamaño, se sienta al lado de Isabel y sin mediar palabra agarra la pelota. Isabel llevaba diez minutos sin hacer ningún caso de la pelota, y en un principio sigue tan tranquila dando golpes en el suelo con su pala. ¿Tan tranquila? Un observador atento habrá notado que los golpes son un poco más fuertes, y que Isabel vigila la pelota por el rabillo del ojo. El recién llegado, por su parte, parece plenamente consciente de que pisa terreno resbaladizo; apar- ta la pelota, observa el efecto, la vuelve a acercar... Para que no haya lugar a malentendidos, Isabel advierte: «¡É mía!»; y al poco se cree obligada a especi- ficar: «¡Pelota é mía!». El intruso, que aparentemente todavía no domina las frases de tres palabras (o tal vez, simplemente, prefiere no comprometerse), se limita a repetir: «¡Pelota, peloooota, pota!». Temerosa sin duda de que estas palabras equivalgan a una reclamación de propiedad, Isabel decide recuperar la plena posesión de su pelotita verde. El intruso no ofrece demasiada resis- tencia, pero en un descuido logra hacerse con el cubo. Isabel juega unos minu- tos, satisfecha con la pelota recién recuperada, pero de pronto parece inquieta. ¿Y el cubo? ¡Pero adónde vamos a llegar! Y así podemos pasar media tarde. Unas veces, Isabel cederá de buen grado, durante unos minutos, el disfrute de alguna de sus posesiones. Otras veces lo tolerará de mal grado. Otras no lo tolerará en absoluto. En ocasiones, ella misma ofrecerá al otro niño su propia pala a cambio de su propio cubo. Puede haber algunos llantos y gritos por ambas partes; pero, en todo caso, es proba- ble que su nuevo «amigo» consiga bastantes minutos de juego relativamente pacífico. Es muy posible también que ambas madres intervengan. Y aquí se produce un hecho que nunca deja de sorprenderme: en vez de defender como una leona a su cría, cada madre se pone de parte del otro niño. «Venga, Isabel, déjale la pala a este niño.» «Vamos, Pedrito, devuélvele a esta niña su pala.» En el me- jor de los casos, la cosa quedará en suaves exhortaciones; pero no pocas ve- ces las madres compiten en una loca carrera de generosidad (¡qué fácil es ser generoso con la pala de otro!): «¡Ya está bien, Isabel, si te vas a portar así, mamá se enfada!». «¡Pedrito, pide perdón ahora mismo, o nos vamos!» «¡Dé- jelo, señora, que juegue, que juegue con la pala! Es que esta niña es una egoísta...» «¡Huy, pues el mío es tremendo! Tengo que estar todo el día detrás, porque siempre está chinchando a otros niños y quitándoles las cosas...» Y así acaban los dos castigados, como pequeños países en conflicto que podrían haber llegado fácilmente a un acuerdo amistoso si no hubieran intervenido las dos superpotencias. Escenas como esta, mil veces repetidas, hacen que a veces consideremos egoístas a nuestros hijos. Nosotros compartiríamos sin dudarlo una pala de plástico y una pelota de goma. Pero ¿realmente somos más generosos que ellos, o es que los juguetes nos traen sin cuidado? Es preciso poner las cosas en perspectiva. Imagine que es usted la que está sentada en un banco del parque escuchando música. A su lado, sobre el ban- co, su bolso sobre un periódico doblado. En esto se acerca un desconocido, se sienta a su lado y sin mediar palabra se pone a
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Vestia marfim e trazia o mundo no olhar.Mal me lembro das palavras do padre,nem dos rostos perdidos de esperança dos convidados que enchiam a igreja naquela manhã de Março.Permanece apenas em mim o roçagar dos seus lábios e,ao entreabrir os olhos,o juramento secreto que trazia na pele e que recordaria todos os dias da minha vida.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
El médico lo examinó con esa atención profesional que está visiblemente buscando la causa del mal, en las enfermedades de los padres. Después
Horacio Quiroga (Cuentos de amor de locura y de muerte)
Con frecuencia, los padres podemos encontrarnos con situaciones que no nos gustan. Un hermano que pega a otro hermano, un niño que muerde a sus compañeros de clase o, simplemente, uno que no quiere vestirse cuando se lo pedimos. En este punto voy a darte un consejo que vale el peso de tu hijo en oro: no esperes que la conducta sea la adecuada. Recompensa al niño cuando haga las cosas un poquito mejor o un poquito menos mal que el día anterior.
Álvaro Bilbao (El cerebro del niño explicado a los padres)
—Porque a algunas personas les asusta el conocimiento. Tu padre es un hombre instruido, sabe cosas que los demás no pueden entender. Por tanto, esas cosas deben ser oscuras y misteriosas. —No les dan miedo los mercaderes de suerte y las glifoguardas. —Pero esas cosas pueden comprenderlas —dijo su madre tranquilamente—. Quemas una glifoguarda delante de tu casa, y espantará el mal. Tu padre no le dará a nadie una guarda para curarlos. Insistirá en que se queden en cama, bebiendo agua y tomando alguna medicina apestosa, y limpiando sus heridas cada día. Es duro. Prefieren dejarlo todo en manos del destino. Kal reflexionó al respecto. —Creo que lo odian porque falla demasiado a menudo. —Eso también. Si una glifoguarda falla, puedes echar la culpa a la voluntad del Todopoderoso. Si tu padre falla, es culpa suya. O esa es la percepción. Su madre continuó trabajando, mientras los copos de piedra caían a su alrededor. —Nunca odiarán de verdad a tu padre: es demasiado útil. Pero nunca será uno de ellos. Es el precio de ser cirujano. Tener poder sobre las vidas de los hombres es una responsabilidad incómoda. El camino de los reyes Brandon Sanderson
Brandon Sanderson
Mi padre se daba maña con los arreglos de la casa, estaba orgulloso de su destreza en ese ámbito, así como estaba orgulloso del trabajo manual en general. Dedicaba la mayor parte de su tiempo libre a esa actividad que lo hacía dichoso y disfrutaba de un trabajo bien hecho. Cuando yo estaba en el liceo, en segundo o primero,4 me construyó un escritorio a partir de una vieja mesa. Instalaba placares, reparaba todo lo que empezaba a funcionar mal en el departamento. Yo no sabía hacer nada con las manos. Y, por supuesto, cargaba, en esta incapacidad deseada —¿no podría haberme decidido a aprender algo de él?—, todo mi deseo de no parecerme a él, de convertirme en alguien socialmente diferente a él. Más adelante, descubriría que algunos intelectuales adoran ocuparse de los arreglos de sus casas y que uno puede amar los libros —leerlos y escribirlos— y, a la vez, dedicarse con placer a realizar actividades prácticas y manuales. Ese descubrimiento me hundiría en un abismo de perplejidad: como si toda mi personalidad estuviera puesta en duda por la desestabilización de lo que había percibido y vivido por mucho tiempo como un binarismo fundamental, constitutivo (aunque en realidad sólo era constitutivo de mí mismo).
Didier Eribon (Regreso a Reims (Spanish Edition))
La vida es una oportunidad, aprovéchala La vida es belleza, admírala La vida es beatitud, saboréala La vida es un sueño, hazlo realidad La vida es un reto, afróntalo La vida es un deber, cúmplelo La vida es un juego, juégalo La vida es preciosa, cuídala La vida es riqueza, consérvala La vida es amor, gózala La vida es misterio, desvélalo La vida es promesa, cúmplela La vida es tristeza, supérala La vida es himno, cántalo La vida es un combate, acéptalo La vida es una tragedia, domínala La vida es una aventura, enfréntala La vida es felicidad, merécela La vida es la vida, defiéndela El día más bello: hoy La cosa más fácil: equivocarse El obstáculo más grande: el miedo El error mayor: bajar los brazos La raíz de todos los males: el egoísmo La distracción más bella: el trabajo La peor derrota: el desaliento Los mejores profesores: los niños La primera necesidad: comunicarse Lo que hace más feliz: ser útil a los demás El misterio más grande: la muerte El peor defecto: el mal humor La persona más peligrosa: la mentirosa El sentimiento más ruin: el rencor El regalo más bello: el perdón Lo más imprescindible: el hogar La ruta más rápida: el camino correcto La sensación más grata: la paz interior El resguardo más eficaz: la sonrisa El mejor remedio: el optimismo La mayor satisfacción: el deber cumplido La fuerza más potente del mundo: la fe Las personas más necesarias: los padres La cosa más bella de todas: el amor
Javier Fernandez Aguado (2000 años liderando equipos: Enseñanzas del management más exitoso (Spanish Edition))
Tu abuelo es todo patriotismo y no sabe salir de ese tema. Pero si una esclava hace mal una costura, se pone furioso. Tu padre no piensa más que en Dios; pero si un manjar no está bien cocido lo aparta de su lado con disgusto. Una diría que tan grandes pensadores deberían estar por encima de esas pequeñeces mundanas. Pero a los hombres les gusta vivir cómodamente y se ofenden si no se les atiende bien. Si las mujeres se convirtieran en filosofas, científicas o artistas y descuidaran el telar y las sartenes, ¿quienes serían los que más se quejarían, aunque admiraran el talento de las mujeres? los hombres.
Taylor Caldwell (A Pillar of Iron)
Oh, Señor mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David, para reinar sobre tu pueblo. Hay muchos como para contarlos, y yo todavía soy joven. No sé cómo ser su rey, así que, por favor, dame sabiduría para saber cómo liderarlos, y ayúdame a conocer la diferencia entre el bien y el mal”.
Champ Thornton (El amor de Dios: Un libro de historias bíblicas)
Casi siempre oí opinar sobre el caso de matrimonios mal venidos en el sentido de que, si el marido falla, la mujer debe, pesar de todo, tolerarlo, sufrir y callar con tal de mantener la vida conyugal" (. ..) "yo vengo de una familia mal avenida; siempre creí que mi madre tenía que haber ahorrado los sufrimientos que le dio mi padre y haber salvado algo de felicidad para su vida
Gabriela Mistral (Bendita mi lengua sea. Diario íntimo)
Imaginemos a un hombre que no ha ido a la universidad, un autodidacta, un hombre que trata mal a su mujer, a la que fuerza hasta en cinco ocasiones a abandonar los hijos que tienen en común en un hospicio según nacen. Y que luego dedica un libro entero a cómo organizar la educación de los mismos niños a los que desprecia, llegando a escribir que la única y más antigua de todas las sociedades es la familia, que los hijos deben permanecer unidos al padre el tiempo que necesitan de él para conservarse o que en la familia el amor del padre por sus hijos le remuneran de los cuidados que les presta (1965, pp. 16 y 17). ¿Qué pensarían si incluso hubiera sido capaz de acusar a una inocente criada de un robo que él había cometido? ¿Qué pensaría si esa persona fuese además detestada por Voltaire y Diderot? Sin duda los improperios llegarían hasta nuestros días sobre todo… si esa persona fuese un español del siglo xviii: ¡detestable!, ¡machista!, ¡bruto!, ¡desalmado!, ¡hipócrita!, ¡analfabeto!, ¡fascista!… ¿Podría haber sido considerado precursor de la sociología (Durkheim), fundador de las ciencias humanas y padre de la etnología (Lévi-Strauss) por sus propios compatriotas? ¡Nunca! ¡Jamás! ¡Ah!, pero cambia un pequeño detalle, era francés (bueno en realidad suizo), y se llamaba Jean Jacques Rousseau (1712-1778). ¡Qué pronto cambia el cuento! ¡Cómo se le perdonan todos sus errores! ¡Ahora todo se ve desde otro prisma! ¡Que se fastidien sus hijos y sus mujeres! ¡Que sus fechorías queden ocultadas bajo toneladas de papel! ¡Arriba la revolución
Alberto Gil Ibáñez (La leyenda negra: Historia del odio a España (Spanish Edition))
Es normal que los niños rechacen alimentos amargos o de color verde como la mayoría de las verduras porque, a nivel instintivo, el cerebro sabe que muchos alimentos se oscurecen y adquieren un sabor amargo cuando están putrefactos o en mal estado.
Álvaro Bilbao (El cerebro del niño explicado a los padres)
llegado donde ha llegado la tecnología nos es dado presumir que la ciencia se encuentra bajo el servicio del mercadeo. No me mal interprete. Por supuesto que siempre está Julio Verne, el padre de todo, y poniendo de lado la notable escuela rusa que, con su cosmismo, daría escandalosamente demasiado poco de que hablar, hay tantos clásicos: Aldous Huxley, George Orwell, Ray Bradbury; no obstante, todos ellos son del «mundo feliz» o del «mundo desarrollado».
Erik Del Bufalo (Polifemo (Spanish Edition))
¡No, no, no más, hombre, por Dios! ¿Por qué hacerme usted escribir faltando a mi resolución? Vamos, ¿qué adelanta usted sino hacerme pasar por el dolor de decir a usted mil veces no? Señor, usted es excelente, es inimitable; jamás diré otra cosa sino lo que es usted. Pero, mi amigo, dejar a usted por el general Bolívar es algo; dejar a otro marido sin las cualidades de usted sería nada. ¿Y usted cree que yo, después de ser la predilecta de este general por siete años y con la seguridad de poseer su corazón, prefiera ser la mujer del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, o de la Santísima Trinidad? Si algo siento, es que no haya sido usted mejor para haberlo dejado. Yo sé muy bien que nada puede unirme a él bajo los auspicios de lo que usted llama honor. ¿Me cree usted más honrada por ser él mi amante y no mi esposo? ¡Ah! Yo no vivo de las preocupaciones sociales, inventadas para atormentarse mutuamente. Déjeme usted, mi querido inglés. Hagamos otra cosa: en el cielo nos volveremos a casar, pero no en la tierra. ¿Cree usted malo este convenio? Entonces diría yo a usted que era muy descontento. En la patria celestial pasaremos una vida angelical y toda espiritual (pues, como hombre, usted es pesado); allá todo será a la inglesa, porque la vida monótona está reservada a su nación (en amores digo; pues en lo demás, ¿quiénes más hábiles para el comercio y la marina?). El amor les acomoda sin placeres; la conversación, sin gracia, y el caminar, despacio; el saludar, con reverencia; el levantarse y sentarse, con cuidado; la chanza, sin risa; éstas son formalidades divinas; pero yo, miserable mortal que me río de mí misma, de usted y de otras seriedades inglesas, etc., ¡qué mal me iría en el cielo! Tan malo como si fuera a vivir en Inglaterra o Constantinopla, pues los ingleses me deben el concepto de tiranos con las mujeres, aunque no lo fuese usted conmigo, pero sí más celoso que un portugués. Eso no lo quiero yo. ¿No tengo buen gusto? Basta de chanzas. Formalmente y sin reírme, con toda la seriedad, verdad y pureza de una inglesa digo "que no me juntaré más con usted". Usted anglicano y yo atea, es el más fuerte impedimento religioso; el que estoy amando a otro es mayor y más fuerte. ¿No ve usted con qué formalidad pienso? Su invariable amiga, Manuela.
Alfonso Rumazo González (Simón Bolívar (Spanish Edition))
Gran parte de la evidencia científica muestra que el comportamiento no deseado que se elimina temporalmente con un correctivo, por lo general, vuelve a darse al mismo ritmo unas horas o días después. El castigo sirvió para eliminar el comportamiento por un momento, lo cual no está mal, pero es posible que sintieras que habías conseguido algo más. Cuando el niño se adapta al castigo, la conducta no deseada tiende a volver más rápidamente. Si el efecto instantáneo de eliminación duró dos horas, pronto se convierten en noventa minutos, luego en una hora, y así sucesivamente.
Alan Kazdin (El Metodo Kazdin para Padres de Niños Desobedientes: Sin Píldoras, Ni Terapias, Ni Enfrentamiento)
Estoy casi seguro de que en algunos casos se le presentó a Torrijos a solas y le dijo: Mire, fuimos a investigar a fulano de tal y se puso muy violento y para controlarlo desgraciadamente le dimos un mal golpe y murió ... Torrijos entró en cierta tolerancia y este tipo comenzó a interpretar eso como una semilicencia para proceder con esos manejos ... faltó firmeza para sancionarlo cuando se evidenciaron los primeros excesos, como en el caso [del padre Héctor] Gallegos”,
La Prensa Panamá (Treinta Historias de Una Invasión: 1989-2019 Panamá (Spanish Edition))
La Conciencia, desde los primeros instantes de su individuación en el feto, padece este conflicto entre crear o imitar. Cuando el niño, al nacer, presenta pocos trazos psicológicos calcados de sus progenitores, podemos pensar que es la Conciencia quien fue capaz de vencer la influencia de los modelos que deseaban embutirle las generaciones precedentes de la familia. Si por el contrario el niño se convierte en la copia de sus padres o abuelos, la Conciencia fue derrotada. Las almas creadoras son escasas, las almas imitadoras forman legiones. Las primeras deben aprender a comunicar y sembrar sus valores, las segundas deben liberarse de sus moldes y aprender a crear, es decir, a llegar a ser ellas mismas y no lo que la familia, la sociedad y la cultura quieren que sean. El clan actúa como un organismo. Cuando uno de sus miembros experimenta un cambio todo el conjunto reacciona, positiva o negativamente. Un árbol hermoso que da frutos ponzoñosos, es un mal árbol. Un árbol retorcido que da frutos saludables, es un buen árbol. El hecho de que un individuo expanda su Conciencia, al convertirse en el buen fruto, otorga a su árbol un nuevo significado. Los sufrimientos de los antepasados (heridas narcisistas, humillaciones, sentimientos de vergüenza o culpabilidad) adquieren una razón de ser. Cuando la familia reacciona, también reacciona la sociedad en la cual ella se desarrolla. Los árboles pertenecen a un bosque. Cada uno de ellos tiene dos principales deberes: cumplir sus necesidades biológicas (procreación de niños, cuidados que necesitan, etc.) e integrarse en el grupo social, obedeciendo a sus leyes.
Alejandro Jodorowsky (Metagenealogía: El árbol genealógico como arte, terapia y búsqueda del Yo esencial (El Ojo del Tiempo nº 58) (Spanish Edition))
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. JUAN 15.19 La persecución es inevitable para los justos. Pablo advirtió a Timoteo: «Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» (2 Timoteo 3.12). El verdadero creyente se aparta del mundo porque ha sido santificado mediante su identificación con Jesucristo. Él vive con rectitud y no pertenece al sistema. Debido a que un cristiano genuino representa a Dios y a Cristo, Satanás utiliza el sistema del mundo para atacarlo. Es por eso que Jesús oró por la protección del Padre de sus seguidores: «No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal» (Juan 17.15). Nuestras vidas deben ser un sermón al mundo de pecado. Efesios 5.11 dice: «Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas». Si usted no está experimentando el rechazo del mundo, su vida no puede ser una amonestación para el mundo. Para tener un impacto por Cristo en este mundo hostil y perverso, se debe evitar el pecado y ser «irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo» (Filipenses 2.15). Usted se destaca del mundo porque Cristo le ha elegido para eso. En Juan 15.19 dice: «Yo os elegí del mundo». Jesús está diciendo literalmente: «Yo te elegí para mí mismo». Él le ha elegido para ser diferente. Así que sea el sermón viviente para el resto del mundo que Cristo le ha llamado a ser.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
9 Vean pues cómo han de orar: Padre nuestro, que estás en los cielos; santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos dejes caer en la tentación. Mas libranos del mal. Amén.
Félix Torres Amat (La Sagrada Biblia (Spanish Edition))
Luego Dios le dio al pueblo las siguientes instrucciones:* 2 «Yo soy el SEÑOR tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo. 3 »No tengas ningún otro dios aparte de mí. 4 »No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. 5 No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación. 6 Pero derramo amor inagotable por mil generaciones sobre los* que me aman y obedecen mis mandatos. 7 »No hagas mal uso del nombre del SEÑOR tu Dios. El SEÑOR no te dejará sin castigo si usas mal su nombre. 8 »Acuérdate de guardar el día de descanso al mantenerlo santo. 9 Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, 10 pero el séptimo día es un día de descanso y está dedicado al SEÑOR tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, a tus siervos y siervas, a tus animales y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes. 11 Pues en seis días el SEÑOR hizo los cielos, la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellos; pero el séptimo día descansó. Por eso el SEÑOR bendijo el día de descanso y lo apartó como un día santo. 12 »Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. 13 »No cometas asesinato. 14 »No cometas adulterio. 15 »No robes. 16 »No des falso testimonio contra tu prójimo. 17 »No codicies la casa de tu prójimo. No codicies la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca».
Anonymous (La Biblia en un año NTV (Spanish Edition))
Asimismo, el carácter del bullying tiene diferentes manifestaciones: • Físico: empujones, “picar la cola”, poner el pie, patadas, puñetazos, “zapes”, coscorrones, agresiones con objetos, pellizcos, jaloneo del pelo. • Verbal: insultos, apodos; ridiculizar, imitar, esparcir rumores, difamar. • Ciberbullying. En lugar de producirse cara a cara, ocurre a través del teléfono o de internet. El problema fundamental de este tipo de acoso es que ocurre incluso en el hogar, y la víctima no tiene dónde esconderse, mientras que el acosador puede mantener cierto anonimato. Una de sus modalidades es más grave: cuando se graba un video vejatorio y se sube a internet. • Psicológico. El componente psicológico está presente en todas las formas de abuso, y consiste en todas aquellas acciones encaminadas a destruir la seguridad y la autoconfianza de un individuo. Por ejemplo, excluir a un compañero del grupo en forma rotunda y severa, humillarlo o avergonzarlo públicamente. Hoy es necesario entender que el acoso escolar o bullying es un problema en el que, sin lugar a dudas, se ponen en juego muchas variables que vienen de fuera, pero cuyas manifestaciones se dan en el corazón de la escuela, ahí donde se construye la seguridad y la confianza, la convivencia cotidiana. Por ello, es ahí donde, como diría la sevillana Rosario Ortega, tenemos que llevar el bálsamo de la reparación, la acción preventiva y la intervención educativa. Algunos signos de que un estudiante está siendo acosado en la escuela: • Empieza a inventar enfermedades que le permitan faltar a la escuela: dolores de estómago, dolores de cabeza, de muela... • Somatización. En este caso no inventa una dolencia; realmente ponen el dolor emocional en el cuerpo a través de náuseas, mareos, vómito, malestar de estómago o de cabeza, como respuesta al estrés y a la angustia. • Bajo desempeño escolar. • Pesadillas o insomnio. • Apatía. • Cansancio por las mañanas. • Conducta autodestructiva. • Fatiga crónica. • Pierden sus pertenencias y aparentemente pierden dinero. • Pobre concentración. • Irritabilidad. • Ideación suicida. Consejos • Apoyar y contener emocionalmente a su hijo y decirle que lo ayudarán a superar el problema. • Dejarle claro que no es su culpa y que cualquier persona que vive experiencias de bullying se siente igual de mal. • Informar por escrito a la escuela. • Solicitar una reunión con las autoridades escolares y exponer el problema para trabajar en colaboración. • No reaccionar con violencia, ni irrumpir en el colegio ocasionando un escándalo con los profesores o los padres del agresor. • No instigar a su hijo a que se defienda violentamente. • No hablar ni amenazar al agresor. • No sobreprotegerlo. • Investigar si se trata de algo recurrente o permanente; si su hijo tiene problemas de socialización en otros espacios, si tiene dificultades para defenderse. En caso de ser así, pida ayuda y orientación psicológica. En estos casos, una psicoterapia de grupo de corte psicodinámico puede ser muy útil. AGRESIÓN Y VIOLENCIA En el adolescente la agresión tiene dos significados: por un lado, es directa o indirectamente una reacción ante la frustración; por el otro, es una de las dos fuentes principales de energía que posee el chico. La agresión surge desde que el bebé está en el vientre materno. Los golpes tempranos e incluso los
Alexis Schreck Schuler (Misión imposible: cómo comunicarnos con los adolescentes (Spanish Edition))
Los padres tienden a prestar mayor atención a sus hijos cuando tienen un mal comportamiento que cuando hacen las cosas de manera correcta. En general, los niños están mucho más sujetos a las críticas que a los elogios y esto quizá tenga un efecto negativo sobre su autoimagen y seguridad propia. Los niños necesitan más reforzamiento positivo.
Gerald Newmark (Como Criar Niños Emocionalmente Sanos: Satisfaciendo Sus Cinco Necesidades Vitales Y También Las de los Padres! Edición Actualizada (Spanish Edition))
de pequeño tamaño. La ventaja de estos aparatos es que su manejo es muy sencillo: los tocas y sucede algo. Son muy intuitivos y atractivos y los niños aprenden con rapidez a hacer buen uso de ellos. Para muchos padres y profesionales el problema empieza a ser el propio éxito de esos aparatos. Uno no sabe por dónde empezar cuando existen miles de esas pequeñas aplicaciones disponibles. Evidentemente hay algunas que están muy bien, otras muy mal y todos los niveles entre medias. Entre las características que deben tener las mejores aplicaciones están: • Que sean divertidas • Que fomenten el aprendizaje • Que sean sencillas de usar • Que estén diseñadas con flexibilidad pero dirigidas a una única función • Que tengan un interfaz claramente distinguible
José Ramón Alonso Peña (INVESTIGACIONES RECIENTES SOBRE AUTISMO (Spanish Edition))
Entre tanto, te suplico fervientemente que no pierdas el tiempo pensando en el pasado. Si fue bien empleado, demos gloria a Dios; si mal, detestémoslo y confiemos en la bondad del Padre celestial. Más aún, te exhorto a poner tu corazón en la paz de este consolador pensamiento: vuestra vida, en aquello en que no haya sido bien empleada, ya ha sido perdonada por nuestro dulcísimo Dios.
Gianluigi Pasquale (365 días con el Padre Pío)
«Tranquilo, camarada, está todo en orden, no vas más que a una comida, te sienta bien el traje. Tus padres están muertos. Tú parece que estás vivo. Tienes un coche que no está nada mal, y aún pareces joven. Qué te puede importar una comida más o una comida menos en tu vida».
Manuel Vilas (Ordesa)
Se despertó sobresaltada. Volvía a ser una niña pequeña y su padre dormía en la habitación de al lado. Era verano y las ventanas estaban abiertas; había empezado a llover, el viento entraba a bocanadas en la habitación, levantaba las cortinas en un baile frenético y traía consigo una fina llovizna. Pero no era eso lo que la había despertado. Había algo en el aire, una sensación de la que no podía librarse. Algo iba muy mal. Charlie se bajó de la cama con cuidado. El unicornio Stanley estaba junto a ella, paciente y desactivado, mirándola con ojos inertes. Le dio una palmadita en el hocico, como si consolarlo a él la tranquilizara también a ella. Se deslizó silenciosamente por su lado y salió al pasillo, sin saber muy bien qué la movía. Recorrió el pasillo a hurtadillas,
Scott Cawthon (Five nights at Freddy's. Los ojos de plata)
Quiero vivir entregando el futuro cada día. Sé que es el camino. Es el poder en blanco que le entrego a María confiando en que todo será para mi bien. Es la actitud de la inscriptio, cuando le pido a Jesús que me inscriba en su corazón herido tal como soy. Para sentir como Él siente. Para mirar la vida como Él la mira. Quiero vivir confiado sin angustiarme ante los días que aún no conozco. Vivir en presente, cada día, hasta mi muerte. Sin pensar que algo puede salir mal. ¿Cuál es mi incertidumbre, mi miedo al futuro, mi temor ante lo que desconozco? Ante el futuro quiero vivir con libertad plena. Eso sólo sucede en mí como una gracia de Dios. Como un don divino. Nunca es fruto de mi esfuerzo. Pero sé que vivir así implica madurez en la fe que todavía no tengo. Me gustaría vivir siempre así. Confiando en el hoy. Sin miedo al mañana. Abrazado a Dios que siempre va conmigo y me sostiene. Me acompaña en el paso de hoy y me acompañará en el de mañana. Hoy quiero poner en las manos de Dios ese futuro que no controlo. Como Pedro esa noche que temía lo que desconocía. Como Jesús en el huerto que puso su vida en las manos de su Padre.
P. Carlos Padilla (Del miedo a la confianza: El proceso en el corazón del padre Kentenich (Spanish Edition))
Así era, y de momento, para bien o para mal, me funcionaba. Por lo tanto, no tenía ninguna intención de desahogarme con mis padres. Nunca lo había hecho y eso no iba a cambiar a estas alturas. Tenía ya casi treinta años, ¿qué pretendían? Sin embargo, con mi abuela habría sido distinto. A mi abuela podía contarle cualquier cosa, por ridícula que fuera, porque ella me entendía.
Elvira Sastre (Días sin ti)
Mi hermana suspiró y dijo: -Nosotros no vivimos. -¿No? ¿Pues qué hacemos? Hablar. Nosotros hablamos y los otros viven. ¿Se refería a los acróbatas? ¿Qué tenía que ver la acrobacia con la vida? A veces, según la dirección de la luz, un ala de pa loma se proyectaba en proporciones enormes sobre la lona. Parecía que en lugar de palomas fueran aves enormes. O ángeles. Por fin, uno de los acróbatas se lanzó con su trapecio sin ver al otro que estaba separado por un gran bastidor circular de papel. Éste rompió el papel con la cabeza y cogió con sus manos las del compañero que en aquel momento llegaba. Para poder sincronizar los movimientos, el que se lanzaba sobre bastidor tenía que guiarse solamente por la voz del otro. La cosa era diabólicamente alarmante, sobre todo sin red, y cuando se encontraron y se cogieron las manos en el vacío, el público lanzó un ¡ah!, de alivio. Mi hermana aplaudía. Yo también. Los acróbatas ya en la pista saludaban juntos. Uno de ellos nos sonreía. Luego entraron corriendo pero volvieron a salir veces más a agradecer los aplausos. Se levantó mi hermana un poco angustiada: -Vámonos. Yo quer resto del programa, pero ella insistía: -Vámonos ahora mismo. -¿Qué más te da? Espera un poco. Ella se irritaba y dijo sentándose: Está bien, pero yo te juro que si ese hombre viene aquí ahora, me iré con él por el mundo a hacer volatines. Era muy capaz. Me levanté y salimos.Ya en la puerta, ella me dijo sonriente: -¿Qué pasaría si yo me fuera con los Smart Brothers? -Pues que te traería la Policía. -¿Por qué? Eso no es un crimen. Ah, porque soy menor de edad. Es una lata ser menor de edad. ¿No te parece? Me di cuenta aquel día que la atracción del hombre y la mujer está gobernada por leyes muy extrañas. Mi hermana y yo ibamos del brazo-yo llevaba pantalones largos-y ella me hablaba: -¿Sabes qué digo? Que tú eres un hombre listo. -¿Por qué? -Hombre, ya tienes tu novia. Ya sabes con quién te has de casar. ¿Que no? ¿Es que tú puedes casarte con otra sino con Valentina? ¿Y para ella no es una gloria tener ya su marido, es decir, su novio? La verdad es que hacéis buena pareja. ¿No sabes? Ella ha crecido también. Está espigadita, con una cintura como un mimbre. Y casi tan alta como tú. Suponía yo que su padre se opondría cuando llegara el mo mento. Mi hermana no podía imaginarlo. ¿Por qué iba a oponerse? Yo le dije: -¿No has visto que su padre es cada día más rico? -Bien, ¿y qué? -Pues que nosotros seremos cada día más pobres. Ella no se asustaba, ni mucho menos. Le dije que había oído a mi padre hablando en su oficina con un des decia: «Estoy arruinado. Entre unos y otros va robarme hasta la camisa. ¿Es que no queda buena fé en el mundo?». Mi hermana decia que no entendía cómo l o perdía dinero. Yo le expliqué -aunque sólo por conjeturas- que todos los negocios de mi padre iban mal. Parece que no tenía condiciones de hombre de negocios, que le faltaba doblez. estábamos viviendo del magro sueldo de la compañía de seguros. Concha se quedaba un momento pensativa. De pronto decía: Pues cuanto antes. Que venga cuanto antes la ruina y entonces me casaré con el Smart Brother. Lo decía en serio. En cambio, si yo era pobre y no podía hacer una carrera brillante nunca me casaría con Valentina, al menos mientras viviera su padre don Arturo. Esa era la diferencia. Sin embargo, lo mismo que Concha, yo me veía a mí solo, pobre y sin carrera ni fortuna, con cierta romántica admiración. Todavía me quedarían muchos caminos. Y pensaba en Juan, el de la «Quinta Julieta». Me parecía que no tener nada en el mundo más que la noche y el día -y una pistola en el bolsillo- y vivir en la «Quinta Julieta» era igual que ser millonario. Yo no era ambicioso. Me bastaba con lo indispensable, es decir, con lo que tenía entonces: un lecho, una mesa donde comer, un traje. La pistola era sólo para darme a mí mismo sensación de seguridad. Sería como ser dueño del mundo.
Ramón J. Sender (Crónica del alba, 1)
Wrap up del Bingo Mortifagos para Ravenclaw Lord Voldemort: Nature of Witches de Rachel Griffin - 2* Clara tiene el poder más grande que cualquier bruja ha tenido en décadas, pero está muy asustada de usarlo porque ha ocasionado no sola la muerte de sus padres sino también de su mejor amiga. El libro nos cuenta como Clara, con bastante ayuda, logra superar sus miedos para poder ayudar al mundo con su magia. Regulus Black: Six of Crows de Leigh Bardugo - 4* Una familia rara es la familia que se elige, como pasó con los Dreggs y la banda que conforma Kaz para hacer el atraco más ambicioso que han ejecutado hasta ahora. Al final del libro, los lazos que los unen son mucho más fuertes que la amistad. Barty Crouch Jr: Berserk de Kentaro Miura - 3* El manga más oscuro que he leído. Es un poco spoiler, pero Guts el protagonista busca la venganza de la secta de La Mano de Dios. Tratos con seres de la oscuridad que dejan villanos inhumanos y repugnantes que nuestro protagonista masacra uno a uno. Fenrir Greyback: Magic Bites de Ilona Andrews - 4* Una mercenaria re badass intentando resolver un crimen casi queda en medio de una batalla entre necromancers y shapeshifters de todo tipo, incluyendo hombres lobos. Bellatrix Lestrange: Tabú, el juego prohibido de Nicolás Manzur - 3* Un profesor y un alumno terminan enamorados, pero la historia hacia ese final feliz es una colección de drama y las actitudes más tóxicas que se puedan ver. Draco Malfoy: El hobbit de JRRTolkien - 5* Si alguien ha abandonado una causa con buena razón fue Bilbo en la Montaña Solitaria cuando los enanos parecían no entrar en razón. Y aún así no le falló a sus amigos, sino que fue el acto más sensato y valiente que podría haber hecho. Lucius Malfoy: Parachutes de Kelly Yang - 3* Los chinos ricos que tienen mucho dinero mandan a sus hijos a estudiar al extranjero, esos son los Parachutes. Pero claro un adolescente viviendo casi solo con muchísimo dinero a su disposición y en un cultura completamente extraña… muchas cosas pueden salir mal. Peter Pettigrew: Animal Farm de George Orwell - 5* Una rebelión protagonizada por animales de granja. Pareciera gracioso pero es una alegoría demasiado real y dolorosa de lo que pasa en muchos gobiernos aún hoy después de muchos años de publicada. Severus Snape: El castillo ambulante de Diana Wynne Jones - 4* Howl tiene muchísimos secretos. Uno de los primeros que conocemos es las múltiples personalidades que mantiene en distintos pueblos y para distintas personas (incluido el rey). Otro del que nos enteramos recién al final termina siendo confirmando que es un dulce y merecedor del amor de Sophie.
Rachel Griffin
ayudar a los niños a sentirse 1) seguros: se sienten protegidos y libres de todo mal; 2) vistos: saben que les importas y les prestas atención; 3) consolados: saben que estarás a su lado en los malos momentos; y 4) a salvo: basándose en las otras condiciones, confían en que, previsiblemente, los ayudes a sentirse «a gusto» en el mundo, y después aprenden a ayudarse a sí mismos a sentirse seguros, vistos y consolados.
Daniel J. Siegel (El poder de la presencia: Cómo la presencia de los padres moldea el cerebro de los hijos y configura las personas que llegarán a ser (Psicología) (Spanish Edition))
Que ser era esse, pois, que através de toda a teologia ora era colocada sobre o altar como a Rainha da Graça, ora amaldiçoada com apóstrofes bárbaras? Que poder era o seu, que a legião dos santos ora se arremessa ao seu encontro, numa paixão extática, dando-lhe por aclamação o profundo reino dos Céus, — ora vai fugindo diante dela como do Universal Inimigo, com soluços de terror e gritos de ódio, e escondendo-se, para a não ver, nas tebaidas e nos claustros, vai ali morrendo do mal de a ter amado?
Eça de Queirós (O Crime do Padre Amaro)
[..]me pregunto si ser un mal padre era eso: encontrar siempre un motivo para no estar, un motivo que, sin importar lo virtuoso o brillante que sea a ojos de un niño, parecerá vacío y falso en los recuerdos del hombre en el que pronto se convertirá.
Pierce Brown (Iron Gold (Red Rising Saga, #4))
También en este punto el modelo procedía de arriba: las parejas dirigentes vivían frecuentemente separadas155. Estaba mal visto que una madre dedicase demasiado tiempo a su hijo, incluso pequeño. Se anuló la autoridad de los maridos sobre sus mujeres y de los padres sobre su descendencia. Uno podía ser ejecutado por haber abofeteado a la esposa, ser denunciado por los hijos por haberles pegado,
Stéphane Courtois (El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión (Spanish Edition))
Lo cierto es que nos sobran, por mucho, los motivos para llorar, apasionadamente. No hay cuerpo que resista tanta absorción del mal que nos envuelve sin dar de sí. Habría que politizar la práctica cultural de las lloronas en los funerales, convirtiéndolas en manifestaciones que retomen el espacio público. Habría que refutar la abyección y feminización (entendida como subordinación) del llanto y reivindicarlo como una práctica política en oposición al régimen del Padre, de la raíz, de la tierra, de la posesión, de la frontera. Habría que echarse a llorar colectivamente y hacer circular el mar primigenio de la humanidad, a ver si echamos a andar entonces, desde el pensamiento de las vísceras, mejores maneras de habitar este planeta Agua, que no Tierra.
Beatriz Llenín Figueroa (PUERTO ISLAS : CRÓNICAS, CRISIS, AMOR)
¿Entonces si lo hacemos juntos ya no sería un delito? —pregunta el Caio, masajeándose la parte del culo donde recibió la patada más grande. —Exacto... Ahí ya vendría a ser un negocio, que es un delito en el que todos están de acuerdo —dice el padre—. Y los negocios no están ni bien ni mal, mientras no se mate a nadie en el medio.
Hernán Casciari (Más respeto que soy tu madre (Spanish Edition))
Uno de los resultados más viles del abuso sexual es que engaña y confunde a sus víctimas, así como a los perpetradores o testigos silenciosos. Amortigua la habilidad de discernir el bien del mal. Confunde la mente de modo que la verdad y la mentira se mezclan. Los tentáculos de sus mentiras se extienden a través de generaciones. Las Escrituras nos dicen que Dios nos llamó a la verdad. Él es verdad y nosotros debemos buscar la verdad. A todos nos han enseñado, en forma directa o indirecta, cosas que han estado entrelazadas con mentiras. Vivimos nuestras vidas basados en esas mentiras hasta que Dios usa algún medio para exponerlas y enseñarnos su verdad. Si ha crecido en un hogar o en un sistema familiar lleno de mentiras y engaño, es probable que el impacto fuera profundo. La Biblia también nos dice que Dios es luz. El resultado de su luz en nuestras vidas es bondad, justicia y verdad (Efesios 5:8-9). Cualquier cosa, no importa dónde la encontremos, que no lleve tal fruto, no es de Dios. Más importante aun, las mentiras, el engaño y el mal no nos llegan de personas que «no lo pudieron evitar», o «no sabían la diferencia», o «no nos quisieron herir», o «estaban un poco ebrias», o cualquier otra cosa que decidamos llamarlo. Jesús nos dice que las mentiras, el engaño y el mal nos llegan del enemigo de nuestras almas, el padre de mentiras.
Diane Langberg (En el umbral de la esperanza: Una puerta abierta hacia la sanidad de los sobrevivientes de abusos sexuales (Spanish Edition))
Lo que no puedo negar es que existía en la universidad ése no sé qué, esa remota concurrencia de voces insalvables, ese aire epifánico: juventudes incompletas muertas en bolsas plásticas a la orilla de una carretera. Tal vez allí se justificaba esa mediatez sombría, todo se había derrumbado. Los años 70 no habían pasado en la plaza de los Mártires: los que eran/fueron/existieron. Los estudiantes que seguramente se plantaron de frente a sus padres, esposas, hijos y les dijeron: «El sistema no funciona, me voy a la montaña». No podía entenderlo, todavía no puedo, todo eso se materializa aún dentro de mi cabeza y me embarga una recóndita vergüenza. ¿Hubiese preferido vivir y morir en ese entonces y con todos ellos? Todo pasado que nos es ajeno merece ser negado. Sólo quedan rastros y camisetas de Guevara: rojas, _kitsch_, espantosas, con poemas cursis de Otto René Castillo; consignas mesiánicas e inaudibles; viñetas de circo; óperas rock de mal gusto; árboles que se deshojan sobre los carros y los charcos. El país, el trabajo, la universidad, el peor de los mundos posibles; Álvaro de Campos/Pessoa en transfer: la felicidad no existe, sólo el consuelo. Algunos se consuelan con una memoria limpia; otros con lo que pueden inventar; otros no sabemos cómo. Qué enorme hastío sentarse en un punto inmóvil y ver para verse, rociarse de gasolina e incendiarse frente a la vieja metáfora del mundo: estar vivo.
Javier Payeras (Ruido De Fondo)
Los grandes maestros comprenden que nuestro origen afecta a nuestro destino y que lo que queda por resolver de nuestro pasado influye sobre nuestro presente. Saben que nuestros padres tienen importancia, con independencia de si saben ser buenos padres o no. Es innegable: la historia de nuestra familia es nuestra historia. Reside en nosotros, nos guste o no. No podemos deshacernos de nuestros padres ni suprimirlos, sea cual sea la historia que tengamos con ellos. Ellos están en nosotros y nosotros formamos parte de ellos, aunque ni siquiera hayamos llegado a conocerlos. Si los rechazamos, solo conseguimos distanciarnos más de nosotros mismos y crear más sufrimiento. Aquellos dos maestros habían sido capaces de verlo. Yo no. Mi ceguera era literal y metafórica al mismo tiempo. Ahora empezaba a despertar, sobre todo al hecho de que había dejado en mi casa un lío enorme. Llevaba años juzgando a mis padres con severidad. Me figuraba que yo estaba más capacitado, que era mucho más sensible y humano que ellos. Les culpaba de todas las cosas que yo creía que estaban mal en mi vida. Ahora, tenía que volver con ellos para reponer lo que me faltaba en mi propio ser, a saber, mi vulnerabilidad.
Mark Wolynn (Este dolor no es mío (Spanish Edition))
Nuestra actitud como pastores es aprender a confiar en esta realidad eclesial y a reverenciar y reconocer que en un pueblo sencillo, que confiesa su fe en Jesucristo, ama a la Virgen, se gana la vida con el trabajo, (tantas veces mal pagado), bautiza a sus hijos y entierra a sus muertos; en ese pueblo fiel que se sabe pecador pero no se cansa de pedir perdón porque cree en la misericordia del Padre, en ese pueblo fiel y silencioso reside el sistema inmunitario de la Iglesia.
Pope Francis (Las cartas de la tribulación)
- Sou uma vítima, Senhor Doutor! - Fazes mal. Não deve haver vítimas, quando não seja senão para impedir que haja tiranos - disse o doutor, pondo o seu largo chapéu desabado.
Eça de Queirós (O Crime Do Padre Amaro)
Sin embargo, una de las mejores maneras para afrontar el mal comportamiento es centrándote en los aspectos positivos de lo que están haciendo tus hijos. Por ejemplo, pensemos en esta pesadilla de la existencia parental: los lloriqueos. Todos hemos acabado hartos de oír ese tono quejumbroso, esa cantinela que nos hace apretar los dientes y taparnos las orejas. Los padres suelen responder diciendo algo como: «¡Basta de gimoteos!» O acaso sean más creativos y digan: «Baja el volumen» o «¿Qué es esto? No hables en plan quejica. Conmigo usa otro idioma».
Daniel J. Siegel (Disciplina sin lágrimas: Una guía imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo)
La avaricia es buena.” Padre rico lo articuló de otra manera: “La culpa es peor que la avaricia porque la culpa le roba el alma al cuerpo.” Pero creo que Eleanor Roosevelt lo expresó aún mejor: “Haz lo que tu corazón te diga que es lo correcto porque de todas formas te van a criticar. Mal si lo haces y mal si no lo haces.
Robert T. Kiyosaki (Padre rico. Padre pobre (Nueva edición actualizada). Qué les enseñan los ricos a sus hijos acerca del dinero, ¡que los pobres y la clase media no!)