Lo Amo Quotes

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No puedo resistirme a ti —dijo Alex con suavidad. —¿Lo sabes, no? Y ya me he cansado de fingir lo contrario —adoptó una expresión de profunda preocupación. —Pero no te amo, Daisy, y no puedes hacerte una idea de cuánto lo siento, porque si tuviera que amar a alguien, sería a ti.
Susan Elizabeth Phillips (Kiss an Angel)
¿Qué más? Ella es tan hermosa. No te cansas de verla. Nunca te preocupas si es más inteligente que tú: sabes que lo es. Es graciosa sin querer serlo. La amo. Soy tan afortunado de amarla
John Green (The Fault in Our Stars)
Puedes no ser su primero, su ultimo o su único. Ella amo antes y puede amar de nuevo. Pero si ella te ama ahora, Que otra cosa importa? Ella no es perfecta -tu tampoco lo eres, y los dos podrán nunca ser perfectos juntos, pero si ella te puede hacer reír, hacer que pienses las cosas dos veces, y puede admitir ser humana y cometer errores, Hazla tuya y dale lo mas que puedas. Puede que ella no piense en ti cada segundo del día, pero ella te dará una parte de su cuerpo que sabe es frágil - su corazón. Así que no la lastimes, no la cambies, no la analices y no esperes más de lo que ella pueda dar. Sonríe cuando te haga feliz, déjale saber cuándo te enfurezca y extráñala cuando no esté ahí.
Bob Marley
El corazón de un amo está en una mazmorra muy peligrosa, y solo una princesa con alma de dragón puede reclamarlo. Cuando entregue mi corazón, lo entregaré para siempre.
Lena Valenti (Amos y mazmorras: Primera parte (Amos y mazmorras, #1))
—Pero la amas. Will se lo quedó mirando. —Por supuesto que la amo —dijo finalmente—. Había llegado a pensar que nunca amaría nadie, pero la amo.
Cassandra Clare (Clockwork Prince (The Infernal Devices, #2))
Eres como yo. Dices las cosas que pienso pero nunca digo en voz alta. Lees los libros que leo. Amas la poesía que yo amo. Me haces reír con tus canciones ridículas y la forma en que lo ves todo. Siento como si pudieras mirar dentro de mí y ver todos los lugares en los que soy extraña o inusual y adaptas tu corazón alrededor de ellos porque eres extraño e inusual de la misma forma. Somos lo mismo.
Cassandra Clare (The Infernal Devices: Clockwork Princess (The Infernal Devices: Manga, #3))
—Es decir que tus padres piensan que yo soy tu caso de caridad —dijo elevando ambas cejas. —No. Mis padres piensan que eres lo que más amo en la vida —dijo entre dientes.
Reyna Cariño (¿Jugamos a ser novios? (Jugamos a..., #1))
Sé que estamos jodidos, ¿De acuerdo? Soy impulsivo y tengo mal genio, y te metiste bajo mi piel como nadie más. Actúas como si me odiaras un minuto, y luego como si me necesitaras al siguiente. Nunca acierto en nada, y no te merezco... pero estoy malditamente enamorado de ti, Abby. Te amo más de lo que he querido a nadie ni nada, nunca. Cuando estás cerca, no necesito alcohol, ni dinero, ni lucha, o algo de una sola noche... todo lo que necesito es a ti. Tú eres en todo lo que pienso. Eres todo lo que soñé. Eres todo lo que quiero." - Travis
Jamie McGuire (Beautiful Disaster (Beautiful, #1))
Cada palabra que has escrito. Tú y yo, Tess, somos parecidos. Nosotros vivimos y respiramos palabras. Fueron los libros los que me impidieron quitarme la vida después de que pensé que nunca podría amar a alguien, que nunca sería amado por alguien. Fueron los libros los que me hicieron sentir que, quizás, no estaba completamente solo. Ellos podían ser completamente honestos conmigo y yo con ellos. Leyendo tus palabras, lo que tú escribiste, cómo te sentías sola en ocasiones y temerosa, pero siempre valiente. Por la forma en que veías el mundo, sus colores, texturas y sonidos, sentí… sentí la forma en que tú pensabas, esperabas, sentías, soñabas. Sentí que estaba soñando, pensando y sintiendo contigo. Soñé lo que tú has soñado, quise lo que tú has querido… y entonces me di cuenta de que, lo que realmente quería, eras tú. La chica detrás de las palabras garabateadas. Te amo desde el momento en que las leí. Aún te amo.
Cassandra Clare (Clockwork Prince (The Infernal Devices, #2))
Te amo lo suficiente para nunca hacerte escoger.
Katie McGarry (Pushing the Limits (Pushing the Limits, #1))
Dijiste que me odiabas. - Lo sé. Necesitaba alguien a quien odiar, y eres al que más amo, por lo que eso cayó sobre ti.
Gayle Forman (Where She Went (If I Stay, #2))
«Todo lo que amo tiene tendencia a desaparecer, a que me lo roben.»
Sarah J. Maas (A Court of Thorns and Roses (A Court of Thorns and Roses, #1))
—Vete de aquí, Amelia. No quiero que me veas así. Se me parte el corazón. ¿Por qué?, quiero preguntarle. Él es mío pase lo que pase, sienta lo que sienta. Yo quiero estar a su lado tanto cuando siente que es el amo del mundo como cuando cree que éste lo destrozará para siempre.
M.C. Andrews
Pues amo el suelo que pisa y el aire que respira y todo lo que toca y lo que dice. Me gusta su forma de mirar y de comportarse, me gusta todo él de arriba abajo. ¡Ya está!
Emily Brontë (Wuthering Heights)
—¡Mírame! —exigí. Algo confuso, obedeció. —Mírame como siempre lo hacías mientras buscabas aquello que tanto anhelabas de mí. Él abrió los ojos claramente impactado. Clavó su felina mirada en la mía durante un largo instante en el que dejé brotar todo el amor que me inspiraba. Una chispa encendió el claro verdor de su mirada. Lo había visto. —Sí —confirmé emocionada—, lo has conseguido, maldito. Me has robado el corazón. Te amo tanto que este tiempo sin ti ha sido la tortura más cruel. Y, déjame advertirte algo: si vuelves a tocar a otra mujer, te juro que te arrancaré los genitales y se los daré de comer a los cuervos.
Lola P. Nieva (Los tres nombres del lobo (Lobo, #1))
«¿Preguntas cómo te amo? Déjame que te diga Te amo con la hondura, altura y amplitud que mi espíritu alcanza... Te amo con la risa, el aliento y el llanto de mi vida. Y si Dios lo permite, aún mejor te amaré más allá de la muerte»
Jandy Nelson (I'll Give You the Sun)
Te amo. Lo suficiente como para camuflarte en mi piel. Nunca pares. Nunca olvides.
Colleen Hoover (Never Never: Part Three (Never Never, #3))
yo amo demasiado mi infierno para querer que tu lo visites
Kahlil Gibran
Quiero lo que somos cuando estamos juntos. Amo lo que creo que podríamos llegar a ser.
Nora Roberts (Vision in White (Bride Quartet, #1))
Nunca he estado en el océano, mucho menos lo he respirado, pero en mi mente, el océano huele como Carter. Por lo tanto, amo el océano.
Chelsea Fine (Sophie & Carter)
Lo aprenderás todo sobre este mundo, y puede incluso que te agrade. No lo sabrás hasta que no lo pruebes. Mi misión es conseguir que te guste para que hagas el mejor papel de tu vida en el rol.
Lena Valenti (Amos y mazmorras: Primera parte (Amos y mazmorras, #1))
Con te sarò nuovo. Ti dico queste parole nel periodo migliore della mia vita, nel periodo in cui sto bene, in cui ho capito tante cose. Nel periodo in cui mi sono finalmente ricongiunto con la mia gioia. In questo periodo la mia vita è piena, ho tante cose intorno a me che mi piacciono, che mi affascinano. Sto molto bene da solo, e la mia vita senza di te è meravigliosa. Lo so che detto così suona male, ma non fraintendermi, intendo dire che ti chiedo di stare con me non perché senza di te io sia infelice: sarei egoista, bisognoso e interessato alla mia sola felicità, e così tu saresti la mia salvezza. Io ti chiedo di stare con me perché la mia vita in questo momento è veramente meravigliosa, ma con te lo sarebbe ancora di più. Se senza di te vivessi una vita squallida, vuota, misera non avrebbe alcun valore rinunciarci per te. Che valore avresti se tu fossi l'alternativa al nulla, al vuoto, alla tristezza? Più una persona sta bene da sola, e più acquista valore la persona con cui decide di stare. Spero tu possa capire quello che cerco di dirti. Io sto bene da solo ma quando ti ho incontrato è come se in ogni parola che dico nella mia vita ci fosse una lettera del tuo nome, perché alla fine di ogni discorso compari sempre tu. Ho imparato ad amarmi. E visto che stando insieme a te ti donerò me stesso, cercherò di rendere il mio regalo più bello possibile ogni giorno. Mi costringerai ad essere attento. Degno dell'amore che provo per te. Da questo momento mi tolgo ogni armatura, ogni protezione... non sono solo innamorato di te, io ti amo. Per questo sono sicuro. Nell'amare ci può essere anche una fase di innamoramento, ma non sempre nell'innamoramento c'è vero amore. Io ti amo. Come non ho mai amato nessuno prima...
Fabio Volo (È una vita che ti aspetto)
Pero es él, lo sé. Su verdadera esencia. Y tenía razón: la temo, y una parte de mi la odia. Pero es parte de mi ser. Es parte de la naturaleza del mundo, y por eso también, en cierto modo, la amo
Laura Gallego García (Dos velas para el diablo)
Ningún hombre sabe, hasta que llega el momento, qué profundidades hay en su interior. Para algunos hombres no llega nunca; dejémoslos descansar y demos gracias. Para mí, tú la has traído, tú la has forzado, y el fondo de ese mar embravecido se ha alzado desde entonces... Te amo. Lo que quieren decir otros hombres cuando usan esa expresión no lo sé; lo que quiero decir yo es que estoy bajo la influencia de una atracción terrible, que he resistido en vano y que me domina. Puedes arrastrarme al fuego, puedes arrastrarme a la horca, puedes arrastrarme a la muerte, puedes arrastrarme a todo aquello que siempre he evitado, puedes arrastrarme a cualquier peligro y cualquier desgracia. A eso y a la confusión de mis pensamientos, que es tal que no valgo para nada, es a lo que me refiero cuando digo que eres mi ruina.
Charles Dickens (Letters Of Charles Dickens To Wilkie Collins (1891))
—También te amo —dijo él, retrocediendo después de un momento—. Creo que te he amado desde hace meses. Nunca he creído en el amor a primera vista, pero sí creo en el destino. Cada situación de mierda que has tenido que superar te trajo hasta aquí. Nunca he sentido esto por nadie, y es porque he estado esperando por ti, no lo sabía hasta que llegaste aquí.
Tiffany King (Wishing for Someday Soon)
Si tengo que dejar atrás todo lo que amo, me esforzaré para que valga la pena.
Brent Weeks (The Black Prism (Lightbringer, #1))
- Te Amo - susurró Tristan -. Te he amado desde el primer momento que te vi. Mi amor por ti jamás morirá. Es Eterno. Te lo juro aquí, a medio camino entre el Cielo y la Tierra.
Elizabeth Chandler (Everlasting (Kissed by an Angel, #5))
Pero no te amo, Daisy, y no puedes hacerte una idea de cuánto lo siento, porque si tuviera que amar a alguien, sería a ti.
Susan Elizabeth Phillips (Kiss an Angel)
¡A nacido lo único que amo de lo único que odio! ¡Demasiado temprano te encontré sin conocerte y demasiado tarde te conozco!
William Shakespeare (Romeo and Juliet)
Pude ver un atisbo de cómo ha sido tu vida… y… —Bajo la mirada a mis enredados dedos, lágrimas todavía corriendo por mis mejillas—. Esto es sobre mí no siendo lo suficientemente buena para ti. Fue una comprensión de tu vida, y estoy tan asustada de que te aburrirás de mí, y luego te irás… y terminaré como Leila… una sombra. Porque te amo, Christian, y si me dejas, va a ser como un mundo sin luz. Estaré en la oscuridad. No quiero huir. Solo estoy tan asustada de que me dejes
E.L. James (Fifty Shades Darker (Fifty Shades, #2))
Egli ora sa che io lo amo; lo sa dalla mia bocca. Io non ho più scampo che nella fuga. Ecco dove sono giunta. Quando mi guarda, ha in fondo agli occhi un luccicore singolare che prima non aveva.
Gabriele d'Annunzio
En este momento me doy cuenta que no lo amo, que no lo he hecho por un tiempo. Que tal vez nunca lo hice. Porque él está ahí y es mío si lo quiero, lo podría besar otra vez, podría hacerlo mío. Pero no lo quiero. Quiero a alguien más. Se siente raro haber gastado tanto tiempo deseando algo, a alguien, y luego un día, de repente, solo se detiene.
Jenny Han (To All the Boys I've Loved Before (To All the Boys I've Loved Before, #1))
-Arrête, Matilde -le pidió-. Arrête, s'il te plaît. Me rindo -susurró en francés, con los brazos alzados y la cabeza caída. Su mano se abrió y las fotografías se regaron en torno a él. Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico. -Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte... -Eliah, por favor... -Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí... -¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás. -Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
Florencia Bonelli (Congo)
È perchè vuoi togliermi a Paul, vero? Per questo è così importante che venga con te." "È perchè ti amo, stronza. Non me ne frega un cazzo di Evans. Devo rinunciare a dare la caccia per convincerti? Chiedimelo. Lo farò.
Nina Pennacchi (Capitan Swing)
—Dime que me amas como a nadie en esta vida —le exigió él. —Te amo como a nadie en esta vida. —Dime que nunca has amado a alguien tanto como a mí. —Jamás he amado como te amo a ti. —Dime que ningún hombre te ha hecho temblar como tiemblas conmigo. —Ningún hombre, jamás. —Dime que no sabes estar sola, que necesitas estar conmigo. —Sólo sé estar contigo, te necesito, siempre. —Pídeme lo que quieras. —Sólo te quiero a ti. Para siempre. —Ya me tienes, aquí, vencido a tus pies. Para siempre.
Florencia Bonelli (El cuarto Arcano II. El puerto de las tormentas)
Quiero que seas feliz, y que él sea feliz. Y, aun así, cuando vayas hacia el altar para uniros para siempre, caminarás sobre un sendero invisible formado por los fragmentos de mi corazón, Tessa. Daría mi vida por cualquiera de los dos. Daría mi vida por vuestra felicidad. Creía que tal vez, cuando me dijiste que no me amabas, mis sentimientos irían enfriándose y acabarían por desaparecer, pero no ha sido así. Han seguido creciendo día a día. Te amo más desesperadamente, en este momento, de lo que te he amado antes, y en una hora te amaré aún más.
Cassandra Clare (Clockwork Angel (The Infernal Devices, #1))
—¿Gladdie? -Sollozó Walt-. Duele. —Chist. No te va a doler mucho rato. Doc hará que se te pase. —¿Gladdie? —¿Sí? —Te quiero, Gladdie. Te he amado durante toda mi vida. —Lo sé, Walter. Yo... También te quiero. Ya sabes cuánto te amo.
Stephenie Meyer (The Host (The Host, #1))
Dice que no la amo de verdad. Que digo que la quiero, que creo que la quiero, pero que no. He oído a más de uno decir que no quiere a alguien, ¿pero decidir por otro si ese otro lo ama o no? Con eso todavía no me había encontrado nunca.
Etgar Keret (Missing Kissinger)
—Dímelo otra vez —pidió, insaciable. —¿Qué? —lo provocó. —Ya sabes qué. Dímelo. —Te amo. —Otra vez. Tengo que oírlo una vez más. —Te amo. —¿No te cansarás nunca de que te pida que me lo digas? —No tendrás que pedírmelo. —Ni tú a mí. Te amo.
LaVyrle Spencer (Morning Glory)
Amo todas las versiones de ti que conozco, y amaré todas las versiones de ti que vayan apareciendo a lo largo de nuestra vida.
Ella Valentine (Prohibido soñar con Brooklyn Royal (Royal #2))
È così bella. Non ti stanchi mai di guardarla. Non ti preoccupi se è più intelligente di te: lo sai che lo è. È divertente senza essere mai cattiva. Io la amo.
John Green (The Fault in Our Stars)
Abre sus ojos de nuevo, su expresión es desolada–sincera. –¿No ibas a escapar? –pregunta. –¡No! Cierra sus ojos de nuevo y todo su cuerpo se relaja. Cuando abre sus ojos, puedo ver su dolor y angustia. –Pensé… –Se detiene–. Este soy yo, Ana. Todo yo… y soy todo tuyo. ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta de eso? Hacerte ver que te quiero de cualquier forma en que te pueda obtener. Que te amo. –También te amo, Christian, y verte así… –Me ahogo y mis lágrimas comienzan de nuevo–. Pensé que te había roto. –¿Roto? ¿A mí? Oh no, Ana. Justo lo contrario. –Se estira y toma mi mano–. Eres mi vida, –susurra, y besa mis nudillos antes de presionar mi palma contra la suya.
E.L. James (Fifty Shades Darker (Fifty Shades, #2))
Pienso que te he amado siempre... pero no hablemos de lo pasado. Solamente te digo que te amo hoy y que te amaré mañana. Porque el pasado se ha ido. Los hoy y los mañanas serán todos los días que podrán ser. Y en cada uno de estos días te diré, te amo.
Gary Jennings (Aztec (Aztec, #1))
¿Recuerdas que te amo? -se puso serio de repente y la miro fijamente- Te amo tanto que estoy seguro de que puedes verlo y no quiero perderte porque mi vida es mejor desde el día que te encontré. Estoy agradecido por vivir bajo el mismo cielo que tu, y que me hallas encontrado saliendo de ese callejón, porque a decir verdad, te necesitaba, te sigo necesitando. Siempre voy a necesitarte. Y ya lo se, puedo sentirlo, pero por favor, di que me amas.
Ingrid V. Herrera (Lo que todo gato quiere)
Respecto a los perros, nadie que no haya convivido con ellos conocerá nunca, a fondo, hasta dónde llegan las palabras generosidad, compañía y lealtad. Nadie que no haya sentido en el brazo un hocico húmedo intentando interponerse entre el libro que estás leyendo y tú, en demanda de una caricia, o haya contemplado esa noble cabeza ladeada, esos ojos grandes, oscuros, fieles, mirar en espera de un gesto o una simple palabra, podrá entender del todo lo que me crepitó en la sangre cuando leí aquellas líneas; eso de que en las peleas de perros, el animal, si su amo está con él, lo da todo.
Arturo Pérez-Reverte (Perros e hijos de perra (Spanish Edition))
-Sí, pero, ¿adónde vamos? -Ya os lo he dicho. Donde el aire es puro, donde el ruido adormece, donde por orgulloso que el hombre sea se siente humillado y pequeño; amo estas impresiones, yo, a quien llaman el dueño del mundo como a Augusto. -Pero, ¿adónde vais? -Al mar
Alexandre Dumas (The Count of Monte Cristo)
—¿Te vas a ir? —susurra mientras sus ojos se amplían con miedo. No digo nada mientras intento reunir mis pensamientos. —No puedes —ruega. —Christian… yo… —Lucho por organizar mis pensamientos. ¿Qué estoy tratando de decir? Necesito tiempo, tiempo para procesar esto. Dame tiempo. —No. ¡No! —dice. —Yo… Él mira salvajemente alrededor de la habitación. ¿En busca de inspiración? ¿Intervención divina? No lo sé. —No te puedes ir. ¡Ana, te amo! —También te amo, Christian, es solo… —No… ¡no! —dice con desesperación y pone ambas manos sobre su cabeza. —Christian… —No —susurra, sus ojos amplios por el pánico, y de repente cae sobre sus rodillas frente a mí, la cabeza inclinada, sus manos con dedos largos extendidas sobre sus muslos. Toma una profunda respiración y no se mueve. ¿Qué? —Christian, ¿qué estás haciendo? Continua con su mirada abajo, sin mirarme. —¡Christian! ¿Qué estás haciendo? —Mi voz es aguda. No se mueve—. ¡Christian, mírame! —ordeno con pánico. Su cabeza se levanta sin vacilar, y me observa impasiblemente con su fría mirada gris, está casi sereno… expectante. Mierda… Christian. El sumiso.
E.L. James (Fifty Shades Darker (Fifty Shades, #2))
La fantasía, lo fantástico, lo imaginable que yo amo y con lo cual he tratado de hacer mi propia obra es todo lo que en el fondo sirve para proyectar con más claridad y con más fuerza la realidad que nos rodea.
Julio Cortázar (Clases de Literatura: Berkeley, 1980)
Señor Furia, susúrreme palabras de amor. —Te amo, Rafaela. Te amo de esta manera inefable que es difícil de comprender. Durante estos nueve años, jamás te olvidé. Estabas en mi cabeza en cada maldito minuto de cada maldito día. Tu recuerdo era una maldición. Te confieso que quería deshacerme de él porque estaba volviéndome loco. La noche en que Elisabetta y yo nos comprometimos, tu rostro me perseguía como un fantasma y tu voz me repetía: No me olvide, señor Furia. No me olvide, señor Furia. ¡Rafaela, nunca vuelvas a dejarme! Ya no podría soportarlo. —¡Nunca, amor mío! Prométeme que moriremos juntos. —Lo prometo.
Florencia Bonelli (Me llaman Artemio Furia)
¿No recuerda esto el viejo cuento Muerte en Teherán? Un persa rico y poderoso paseaba un día por el jardín con uno de sus criados. Este estaba compungido porque acababa de ver a la muerte, que lo había amenazado. El criado suplica a su amo que le preste un caballo veloz para huir a Teherán, adonde podía llegar esa misma noche. El amo accede y el sirviente se aleja al galope. Al regresar a casa, el amo se encuentra con la muerte y le pregunta: —¿Por qué has asustado y amenazado tanto a mi criado? —No lo he amenazado. Me ha sorprendido verlo aquí, cuando tengo que encontrarme esta noche con él en Teherán —respondió la muerte.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
Me has hecho entender que es diferente ver que mirar, oír que escuchar, reír que ser feliz, perder que olvidar, atreverse que ser valiente, existir que ser. Y he comprendido que soy el resultado de todo lo que me ha sucedido, lo ganado y lo perdido, pero también de las cosas que no he vivido. Así que no puedo saber quién seré mañana, pasado o dentro de un año. Pero tengo el presentimiento de que, sea lo que sea que decida hacer, lo haré apasionadamente. He decidido que, si voy a llorar, lloraré hasta desahogarme; si río, que sea hasta que me duela la tripa; y si amo, pienso hacerlo apostándolo todo a un número y con el corazón abierto. Somos tiempo. Huesos, carne y tiempo. Y todo lo demás es solo el atrezo de esta obra de teatro llamada vida.
Alice Kellen (El mapa de los anhelos)
Edward & Bella: I suoi occhi dorati mi sfiorarono con uno sguardo dolce. «Hai detto che mi amavi» «Lo sapevi già» dissi, chinando la testa «Però è stato bello sentirlo». Affondai la faccia nella sua spalla. «Ti amo», sussurrai. «Tu sei la mia vita adesso».
Stephenie Meyer (Twilight (The Twilight Saga, #1))
Amigo mío... yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje hecho cuidadosamente, que me protege de tus preguntas, y a ti, de mi negligencia. El "yo" que hay en mí, amigo mío, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido, secreto. No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas en acto. Cuando dices: "El viento sopla hacia el Este", digo: "Sí, siempre sopla hacia el Este"; pues no quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar. No puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a solas en el mar. Cuando es de día para tí, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa que oigas ni que veas lo que pasa en mí; prefiero estar a solas con la noche. Cuando tú subes a tu Cielo yo desciendo a mi Infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo infranqueable que nos separa: " ¡Compañero! ¡Camarada!" Y te contesto: "¡Compañero! ¡Camarada!, porque no quiero que veas mi Infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te ahogaría. Y me gusta mi Infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi Infierno. Tu amas la Verdad, la Belleza y lo Justo, y yo, por complacerte, digo que está bien, y finjo amar estas cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi risa: prefiero reír a solas. Amigo mío, eres bueno, discreto y sensato; es más: eres perfecto. Y yo, a mi vez, hablo contigo con sensatez y discreción, pero... estoy loco. Sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas. Amigo mío, tú no eres mi amigo. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda no es tu senda y, sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano.
Kahlil Gibran (El loco / Lágrimas y sonrisas)
La tragedia de los hombres, decía Shaltiel, no estriba en que los perseguidos y los oprimidos aspiren a liberarse y a hacerse respetar. No. La maldad está en que los oprimidos, en lo más profundo de sus corazones, realmente sueñan en convertirse en opresores de sus opresores. Los perseguidos anhelan ser perseguidores. Los siervos sueñan con ser amos.
Amos Oz (Judas)
Te amo. Amo cada parte de ti, cada pensamiento y cada palabra ... todo el complicado y fascinante manojo de cosas que eres. Te quiero con diez tipos diferentes de necesidad a la vez. Amo todos tus estados, la forma en que eres ahora, la idea de cuánto mas bella serás en las próximas décadas. Te amo por ser la respuesta a cada pregunta que mi corazón pueda formular. Todos los fuegos de infierno podrían arder durante mil años y eso no igualaría lo que siento por ti en un minuto del día. Te amo tanto que no hay ningún placer en ello. Nada más que tormento. Porque si pudiera diluir lo que siento por ti a una millonésima parte, todavía sería lo suficiente como para matarte. E incluso si esto me vuelve loco, preferiría verte vivir en los brazos de ese bastardo frío y sin alma antes que morir en lo míos. Kev Merripen
Lisa Kleypas (Seduce Me at Sunrise (The Hathaways, #2))
—Y lo haces, ¿no? ¿Amarme aunque sea un poco? Porque lo diré otra vez. Justo ahora, en tu cara. La verdad es que yo te amo, Jess Jordan. Lo gritaré si eso ayuda a mi caso. Pero tengo que expresar por lo menos ese punto antes de que transcurra un minuto más. Mi rostro se pone caliente cuando él continúa:—Responde. Por favor. Es importante. Poniendo todo a un lado. ¿Qué hay en tu corazón… qué sientes por mí? Encuentro su mirada. —He estado enamorada de ti desde la primera vez que me hablaste de tu dormitorio de Star Wars. Y ahora te amo tanto que me aterra. ¿Está bien? —¡Sí! Estoy tan feliz justo ahora…
Anne Eliot (Almost)
—Mírame. Le gustó el ascenso agobiado de sus pestañas, lo encandiló el peculiar turquesa de sus ojos, y lo fascinó la adoración con que lo miró, lo hizo sentir poderoso, triunfador. Se inclinó para hablarle sobre los labios. — ¿Eres mía? Dímelo. ¿Sólo yo te importo, verdad? ¿Sólo a mí me amas? —Sí a todo. Sí, soy tuya y de nadie más. Sí, sólo tú me importas. Sí, sólo“te amo a ti, mi dulce y adorado esposo.
Florencia Bonelli (El cuarto Arcano II. El puerto de las tormentas)
Quando il mio cuore trabocca dei suoi ricordi, mi tiro indietro per sussurrare: «Ti amo, Stefano». Gli pianto i palmi sul petto, percependo il suo cuore battere all’impazzata anche attraverso la stoffa del lupetto nero. Levo lo sguardo nel suo e mi calo sul volto un’espressione severa che lo fa irrigidire. «Non seguirmi.»
Chiara Cilli (Radioactive Storm (The MSA Trilogy, #2))
La Biblia usa el término corazón para describir el manojo de deseos, esperanzas, intereses, ambiciones, sueños y afectos que posees, en fin, tus oportunidades. Tu corazón es la fuente de todas tus motivaciones, lo que amas hacer y lo que más cuidas. Aun hoy usamos la palabra de esta manera cuando decimos: «Te amo con todo mi corazón».
Rick Warren (Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra?)
Y aunque se que hace tiempo no te digo lo que siento hoy lo intentaré... Es imposible imaginar mi vida ya sin ti, pues cada día es más hermoso desde que descubrí como sabe en tu boca el amor... Que con tomarte de la mano ya me siento feliz, pero un beso apasionado, no te quiero decir... Y un te amo de tus labios, vale más que el mundo entero para mí.
Dulce María
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, en regiones contrarias, en un mediodía quemante: eras sólo el aroma de los cereales que amo. Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa en Angol, a la luz de la luna de Junio, o eras tú la cintura de aquella guitarra que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido. Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. Pero yo ya sabía cómo era. De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
Pablo Neruda
—Me has condenado a vivir atado a ti. —Christian... —musité con voz rota. —Vayas donde vayas, Lena, llevas una parte muy importante de mí contigo y yo no puedo vivir sin ella. Has cambiado todo mi mundo. Así que si vas a dejarme más vale que sea porque no me amas como yo te amo a ti, porque como sea por protegerme estarás cayendo en el mayor error que podrías cometer. Si te vas, acabarás con mi vida de una forma más cruel y despiadada de lo que podría hacerlo cualquier guardián esta noche.
Anissa B. Damom (Éxodo (Éxodo, #1))
avrei potuto chiedere qualsiasi cosa... e ho chiesto te. — Strinse la presa sulla sua camicia, con le dita bianche per la pressione e per il freddo. — E lo rifarei. Io ti amo, Jace Wayland/Herondale/Lightwood o come cavolo ti vuoi far chiamare. Non m'importa. Ti amo, ti amerò per sempre, e fingere che le cose potrebbero andare diversamente sarebbe soltanto una perdita di tempo.
Cassandra Clare (City of Fallen Angels (The Mortal Instruments, #4))
Erano due anelli d'argento. Non semplici anelli, ma anelli con puntini in rilievo su di essi. Braille. Avevano puntini in Braille disseminati sulla superficie. Ero abbastanza sicuro di quello che dicevano, ma mossi gentilmente il dito sul metallo e lessi le parole Ti amo Isaac si morse il labbro inferiore "Io, uh.. uhm" Lo bacia per farlo tacere "Isaac. È bellissimo" "Dice ti amo" "Lo so
N.R. Walker (Through These Eyes (Blind Faith, #2))
Pero, si yo amo a alguien, y lo amo con todo mi corazón, ¿no es cierto acaso que no puedo vivir sin él? / Y yo siempre contesto: no, la verdad que no. La verdad es que siempre puedo vivir sin el otro, siempre, y hay dos personas que deberían saberlo: yo y el otro. Me parece horrible que alguien piense que yo no puedo vivir sin él y crea que si decide irse me muero... Me aterra la idea de convivir con alguien que crea que soy imprescindible en su vida. Estos pensamientos son siempre de una manipulación y una exigencia siniestras.
Jorge Bucay
-Arrête, Matilde -le pidió-. Arrête, s'il te plaît. Me rindo -susurró en francés, con los brazos alzados y la cabeza caída. Su mano se abrió y las fotografías se regaron en torno a él. Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico. -Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte... -Eliah, por favor... -Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí... -¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás. -Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
Florencia Bonelli
— Perché mi dici che mi ami solo quando sei ubriaco o sogni? — chiese lei. — Ho un tempismo terribile — ammise Simon — ma ciò non significa che non lo pensi sul serio. Ci sono cose che vogliamo, celate sotto ciò che sappiamo e perfino sotto ciò che sentiamo. Ci sono cose che le nostre anime vogliono, e la mia vuole te. La sentì buttare fuori l’aria. — Dillo. Dillo da sobrio. — Ti amo — disse Simon. — Non voglio che lo dica anche tu a meno che non lo pensi davvero, ma ti amo. Isabelle si chinò su di lui e premette i polpastrelli contro i suoi. — Lo penso davvero.
Cassandra Clare (City of Heavenly Fire (The Mortal Instruments, #6))
Aquí mi amo interrumpió diciendo que era una lástima que seres dotados de tan prodigiosas habilidades de entendimiento como estos abogados habían de ser, según el retrato que yo de ellos hacía, no se dedicasen más bien a instruir a los demás en sabiduría y ciencia. En respuesta a lo cual aseguré a su señoría que en todas las materias ajenas a su oficio eran ordinariamente el linaje más ignorante y estúpido; los más despreciables en las conversaciones corrientes, enemigos declarados de la ciencia y el estudio e inducidos a pervertir la razón general de la Humanidad en todos los sujetos de razonamiento, igual que en los que caen dentro de su profesión.
Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver)
Experimenté sumisión y fatalismo, y terminé por aceptar quién era amo y señor y quién, esclava y sierva. Si él hubiera recurrido al poder que ejercía sobre mí, yo habría hecho cualquier cosa en ese momento pues no tenía fuerzas contra él. Me arrastró hasta la orilla donde me poseyó sin furia ni resentimiento, con una dulzura de la que no lo creía capaz. Le consentí hacer cuanto quisiese y me dejé llevar por esa marea de placer que me anegaba la boca y que me atería el cuerpo, puro placer que él me proporcionaba con largueza. Esa mañana, después de haberme permitido tanto gozo, se desataron en mí los nudos gordianos que domeñaban mi naturaleza desde hacía tiempo, nudos hechos de arrojo, fortaleza y orgullo, que me habían protegido de algún modo, pero que también habían lastimado mi índole sensible de mujer al intentar preservar la moral y los principios que no pertenecían al mundo en el que me hallaba. Esa mañana comprendí que Mariano Rosas era mi destino y que yo me había convertido en una india blanca.
Florencia Bonelli (Indias blancas)
—En París, es común reconocer a alguien atractivo. El francés no desvía la mirada como otras culturas lo hacen. ¿No te habías dado cuenta? St. Clair piensa que soy atractiva. Me llamó hermosa. —Créeme, no quieres dormir en mi cama. Me estoy tele transportando a Atlanta. Te estoy recogiendo, e iremos a algún lugar donde nuestras familias no nos encuentren. Nos llevaremos a Seany. Y le dejaremos correr todo lo que quiera hasta que se canse, y luego tú y yo tomaremos una larga caminata. Como Acción de Gracias. ¿Recuerdas? Y hablaremos sobre todo EXCEPTO sobre nuestros padres… O tal vez ni siquiera hablaremos. Simplemente caminaremos. Y seguiremos caminando hasta que el resto del mundo deje de existir. —Anna. —Etienne habla lentamente—. No me hiciste hacer algo que no quería hacer. Mi cara se calienta mientras el conocimiento estalla dentro de mí como dinamita. Le gusto. En verdad le gusto a Etienne. —Si me pides que te bese, lo haré. —Dice. Sus dedos aprietan mis muñecas, y me enciendo en llamas. —Bésame. —Digo. Lo hace. —La engañaba todos los días. En mi mente, pensaba en ti en formas que no podía, una y otra vez. Ella no era nada comparada contigo. Nunca antes me he sentido de esta forma por nadie. —Eres la chica más increíble que he conocido. Eres hermosa e inteligente, y me haces reír como nadie más puede. Y puedo hablar contigo. Y sé que después de todo esto no te merezco, pero lo que estoy tratando de decir es que te amo, Anna. Mucho. —¿Por favor dirías que me amas? Me estoy muriendo aquí.
Stephanie Perkins (Anna and the French Kiss (Anna and the French Kiss, #1))
Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito. ¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.
Julio Cortázar
So che non ci resta molto tempo, perciò dico le ultime due cose che voglio sappia fin dal momento in cui ho capito che era in grado di vedere il mio fantasma. «Io… ti amo e… mi dispiace così tanto». «Lo so. Ti amo anch’io», ripete, la bocca sui miei capelli. «Basta dispiaceri». Si allontana da me, adesso riesco di nuovo a vedergli il volto. «Lo sai che cosa vedo nel fiume?». Esita un istante, poi continua. «Te. Sempre te». Ogni singolo atomo di me esulta. Le mie labbra riescono a formare un’ultima parola, un’ultima promessa. «Sempre».
Bethany Neal (My Last Kiss)
Ven a dormir conmigo, no haremos el amor, él nos hará”* …una tormenta de suspiros y sábanas, un amanecer de besos y calores.    Ven a dormir conmigo, tú que de mis sueños no te quitas, (¿y cómo habrías de hacerlo si eres el sueño de mi vida?), ven a dormir conmigo, tú que conviertes las noches en soles.    Yo no te amo porque eres tú, ni te amo porque seas mía, no te amo por ser tuyo, ni por tus cabellos ni por tus besos de caricia.    Te amo porque es cielo el cielo, te amo porque son ciertas las estrellas,  te amo porque el mar besa la orilla, te amo como la flor que besa al viento, te beso como besa al agua el sediento.    ¿Cómo no he de amarte, amada mía, si es en tu lecho que he conocido la vida?    Nací, como muchos antes, quizás incluso tuve otras vidas errantes, tristes, solitarias, sin ancla, sin vela ni caminos, ¿pero acaso no llega todo fiel a su destino?    El amor nos hará, erigirá en nuestros labios su templo, desandará lo que latía de corazón antes de conocernos, dirá quizá: “¡he sido tan poco de mí, ahora sé lo que es amar!”, o acaso el silencio sea reto y envidia a nuestra manera de besar…    Caminan las estrellas, gira el mundo. Así te amo.    Con toda la fuerza de lo obvio,  con el destino apretado en nuestros labios.    Nosotros haciendo los sueños la realidad del destino, y a cada lado de la cama, el mundo, callado, muy lejano.   *(“Ven a dormir conmigo, no haremos el amor, él nos hará”, Julio Cortázar).
Jacques Pierre (Declaro el estado de poesía permanente)
Che freddo. Sono raffreddato. Del resto lo sapevo. Si è fermata da me per la notte, e ho voluto dormire nudo, perché mettere la maglietta mi sembrava poco macho. Pensare che lo so che se non mi metto la magliettina poi prendo freddo. Ma a volte mi piace fare il figo, mi piace fingere di essere quello che non sono. Faccio il duro a torso nudo e la mattina mi dico: "Babba bia che freddo". Ma mi sa che questa è stata l'ultima volta. Qualcosa è cambiato. Mi sa che l'amo. Mi sa che per la prima volta sono innamorato. Intendo dire innamorato veramente.
Fabio Volo (È una vita che ti aspetto)
-Te equivocas, Enrico, yo amo el amor. La belleza del amor. La libertad del amor. Amo la idea de que nada es obligado, que el amor de los demás, su tiempo, su atención, son regalos que se deben merecer y no sólo pretender. También cuando somos una pareja. Se está juntos por elección, no por obligación. Y sí, me hubiese gustado tener a Elena para siempre. Pero e ha ido. Ha elegido marcharse. Y ahora podría estar incluso con otro. ¿Qué otra cosa puedo hacer sino seguir adelante? ¿Seguir amándola por lo que me dio y me dejó probar y que ahora ya no existe?
Federico Moccia
¿Pero para qué predicar a estos miles de millones de sonámbulos que caminan hacia el caos con igual paso, bajo la batuta de sus seductores espirituales y bajo el garrote de sus amos? Son culpables porque son innumerables, las masas de perdición deben morir para que una restauración del hombre sea posible. Mi prójimo no es un insecto ciego y sordo, mi prójimo no es más un autómata espermático, mi prójimo no será jamás un anónimo presa de ideas oscuras y confusas, éstos son los diversos fracasos del hombre y nosotros los dejaremos confundir en la noche su alegría y su dolor igualmente absurdos. ¿Qué nos importa la nulidad de estos esclavos? Nadie los salva ni de ellos mismos ni de la evidencia, todo se dispone a precipitarlos en las tinieblas, ellos fueron engendrados por el azar de los apareamientos, luego nacieron igual que ladrillos saliendo de su molde y aquí están formando hileras paralelas cuyas pilas se elevan hasta las nubes. ¿Son hombres? No. La masa de perdición no se compone jamás de hombres, pues el hombre no comienza más que a partir del momento en el que la muchedumbre sea la tumba de lo humano.
Albert Caraco (Breviario del caos)
Era hermoso que su tío se abrazara con las nenas y con su exmujer y que Julieta estuviera emocionada: eran como gente perfecta, creía Gaspar. Había siempre un momento en que ponían música para bailar. Y el Negro gritaba un sapucay. Y se volvía una fiesta, se rompían vasos, los hombres transpiraban, las mujeres perdían zapatos y aros y se les corría el maquillaje –a las que se maquillaban, no muchas– y se abrazaban, se decían cuánto se amaban, así, te amo, negro de mierda, y Gaspar sentía que él no podía subir hasta ese escalón. Se lo había dicho a Isabel. Es como si subiéramos juntos una escalera y en un momento yo digo «hasta acá llegué». Y en ese escalón, más arriba, ellos son felices y yo los miro. ¿Habría sido siempre así? No era timidez ni retraimiento ni adolescencia, como pensaban los demás. No se le iba a pasar. Podía bailar solo, podía emocionarse en su habitación con un libro, pero cuando llegaba la fiesta se desconectaba, los demás se convertían en una película que podía ver y en la que no podía participar. Así que se hacía invisible, lo que no era difícil porque estaban todos borrachos. Y retrocedía hasta su pieza. Y sentía el más puro alivio.
Mariana Enríquez (Nuestra parte de noche)
Furia la sorprendió tomándola entre sus brazos y pegándola a su cuerpo. Le suplicó al oído: —Rafaela, no quiero que mañana se arripienta de ser mi mujer. Deténgame aura si mañana sentirá asco de mí. La sonrisa suave de Rafaela lo desarmó. No recordaba haberla visto tan tranquila ni dueña de sí. Lo que ella expresó a continuación, le arrancó lágrimas, a él ,que desde la muerte de sus padres no había vuelto a derramarlas. —Lo amo, señor Furia, así como es usted, mal hablado, pendenciero, con argollas en la oreja, con un genio que hace honor a su apellido y hasta con olor a caballo. Lo amo como nunca amé a nadie porque nunca conocí a nadie con su nobleza, su pasión por el trabajo y su respeto por el prójimo. Lo admiro por su coraje, señor Furia, y por su orgullo sin vanidad. Lo amo porque usted es de las pocas personas que le mostró cariño a Mimita. Pero sobre todo lo amo porque a su lado no tengo miedo. —¡Rafaela! —exclamó, enloquecido, y la abrazó con fiereza, sacudiéndola como si se tratase de una muñeca rellena de estopa en su codicia por conquistar con la boca y las manos cada centímetro de su cuerpo. Ella siguió hablándole, con el aliento entrecortado, con la cabeza echada hacia atrás y el cuello expuesto a los besos, los mordiscos y a la intemperancia del gaucho. —No lo conozco. Poco sé de su vida y de su índole. Sin embargo, confío, confío ciegamente en usted, señor Furia.
Florencia Bonelli (Me llaman Artemio Furia)
¿Podrías decirlo una vez? —suplicó—. Como dicen que hace la gente. El corazón de Eleanor latió con la fuerza de las alas de un águila y la elevó a lo más alto mientras se lo decía: —Te amo, Will Parker. Will sintió una punzada de dolor y bajó la cabeza porque nadie le había preparado para eso, nadie le había dicho: «Cuando ocurra, resucitarás. Dejarás de ser lo que fuiste. Serás lo que no eras.» Se precipitó hacia ella y hundió la cara en su pecho. —Oh, Dios mío… —gimió, abrazado con fuerza a ella—. Oh, Dios mío. Elly le sujetó la cabeza como si fuera un niño que se despertaba de una pesadilla. —Te amo —le susurró en el pelo con lágrimas en los ojos. —Oh, Elly, yo también te amo —dijo con la voz entrecortada—, pero tenía tanto miedo de que nadie pudiera amarme. Creía que tal vez era imposible que alguien lo hiciera.
LaVyrle Spencer (Morning Glory)
Eva una volta mi disse che c’erano solo due cose di cui fosse certa. Una era che nessuno conosce la vera natura di Dio. Nessuno. E l’altra cosa di cui era sicura era che mi amava. Ho scoperto di essermi ridotto alle stesse certezze. Amo Eva. L’amerò per sempre. E in quanto al resto? So solo di non sapere nient’altro. Molti cercheranno di dirmi quale sia la volontà di Dio. Ma nessuno lo sa. Nessuno lo sa veramente. Perché Dio tace. Sempre. Dio tace e la mia angoscia è talmente intensa e assordante che in questo momento posso soltanto seguire la mia volontà e sperare che, in un modo o nell’altro, coincida con la Sua.
Amy Harmon (From Sand and Ash)
La destrucción El Demonio se agita sin cesar a mi lado, flota a mi alrededor como un aire impalpable; lo respiro y siento que quema mis pulmones, llenándolos de un ansia sempiterna y culpable. Sabiendo lo mucho que amo el Arte, toma a veces la forma de la mujer más seductora, y con especiales e hipócritas pretextos acostumbra mis labios a filtros degradantes. Lejos de la vista de Dios, así me lleva, jadeante y deshecho de cansancio, al centro de los llanos del tedio, profundos y desiertos, y arroja ante mis ojos llenos de confusión vestiduras manchadas, heridas entreabiertas, y el sangriento aparato que implica Destrucción.
Charles Baudelaire (Les Fleurs du Mal)
«Non sono qui perché sono a pezzi, sono qui perché mi sento completo. Problematico, probabilmente immeritevole, ma completo. Non ho bisogno di te, ma ti voglio. Ti voglio.» La mia voce si era fatta roca in modo imbarazzante. «Da morire. E…» Un altro respiro, un altro respiro. «Forse ti amo. O potrei amarti. O potrei arrivare ad amarti.» Avvertii un brusco capogiro, come se fossi sul punto di svenire o se stessi perdendo sangue dal naso. «Occhessoio.» «Oh, bambi,» disse Darian sorridendo, «sei un sacco romanico.» Rimasi a fissarlo, stordito e terrorizzato. «Oh, Dio. Allora è vero. Mi sa che ti amo. Ti amo sul serio.» Risi, non senza una punta di isteria. «Ti amo.» «Già.» Darian annuì con espressione saggia. «Io l’avevo pensato che eri innamorato di me. E poi ho pensato di no. E poi ho pensato che non lo eri per niente. E poi ho pensato di nuovo che lo eri. È tutt’apposto, bambi.»
Alexis Hall (Glitterland (Spires, #1))
Haz de cuenta que estoy en la ruleta. No paro de apostar, ni de perder. Apuesto con las ganas de perderlo todo, y cuando estoy a punto de lograrlo se me ocurre algo para hacer más dinero y volver a apostarlo. El día que mis papás tuvieron lana la guardaron, la cuidaron, la agarraron cariño, y ya ves: su hija se las bajó, enterita. Tengo una relación muy rara con el cash. Lo amo y lo desprecio. Puedo atreverme a cualquier cosa por tenerlo, puedo pasarme noches enteras contándolo, y a la primera oportunidad acabo con él. Finalmente, si no se va a quedar conmigo, no voy a darle el gusto de que sea él quien me abandone. El dinero sólo abandona a los jodidos. Y eso sí no lo aguanto. Ya sé que es muy injusta, muy triste la pobreza, pero si me preguntan me siento más a gusto diciendo que ni la conozco, aunque eso sea nada más porque en cuanto la siento que se acerca le volteo la espalda.
Xavier Velasco (Diablo Guardián)
Siamo fuoco che brucia di una nuova passione. Più profonda, più intensa.  Porta con sé il sapore di un sentimento vivo, travolgente, tenuto nascosto per troppo tempo ed esploso fra confessioni e corpi che si vogliono. Siamo io e Jay, un "noi" insperato, ma che invece esiste. Lo sento nella frenesia delle sue mani che mi toccano, nelle nostre bocche che si cercano affamate. Attraverso il ritmo scalpitante dei nostri cuori.   Gli afferro la nuca con una mano e mi spingo ancora di più nella sua bocca, sto impazzendo per lui. Di lui. Per le sue parole, per quello che mi ha dato confessandomi il suo segreto. Per quel Ti amo che sento addosso. Indistruttibile. Incancellabile.
Veronica Scalmazzi (Logan (Destini incrociati, #2))
—Huélame, señor Furia. Sé que es algo de mí que le gusta. Huélame hasta “saciarse. Soy toda suya, señor Furia, con mis aromas y con todo lo que hay en mí. Ante esas palabras, Artemio la tomó por los brazos y la apartó para mirarla con esa expresión inescrutable que le resultaba familiar, aunque turbadora. —¡Dios mío, Rafaela! —exclamó, y Rafaela quedó perpleja porque sabía que él jamás usaba el nombre de Dios en vano, no tanto por respeto como por resentimiento y orgullo—. Usté, Rafaela, es l’único que no me hace perder por completo la fe en este mundo. Por usté sería capá de vivir otra vé tuito lo que he vivió. Por usté, “Rafaela. Sólo por usté, mi Rafaela. —Y yo, por usted, señor Furia, daría mi vida. Lo amo, señor Furia, como jamás he amado a nadie. Como nunca amaré a nadie. Lo sé. Sé que usted está grabado a fuego en mi corazón y que ya nadie podrá borrarlo de allí. —Que naides me borre de su corazón —suplicó él, con feroz ansiedad—. Que naides se atreva a borrarme de su corazón.
Florencia Bonelli (Me llaman Artemio Furia)
«Vorrei che sapeste che amo vostro figlio,» cominciai, racimolando tutto il coraggio che avevo. Non avevo mai incontrato i genitori di nessuno, prima di allora, figuriamoci ammettere di essere innamorato del loro figlio. «Gli ho appena chiesto di venire a vivere con me, e lui ha accettato.» Sia Margaret che mia madre sorrisero e mi fecero le congratulazioni, mentre John mi fissò con gli occhi assottigliati ma non disse nulla. Non l’avevo fatto per loro, né per me. L’avevo fatto per Jay. Si meritava qualcuno che non si ritraesse davanti allo sguardo gelido di suo padre, che riuscisse a guardare i suoi genitori negli occhi e ammettesse che amava loro figlio. Quel giorno, fui quell’uomo, e se Jay me ne avesse dato la possibilità, lo sarei stato per il resto della mia vita.
Teodora Kostova (Cookies (Cookies, #1))
«Io non mi sposo, se mi dici che mi ami e vuoi stare con me» azzardai, con il respiro strozzato in gola e le mani gelide per la tensione. Lui si volse verso di me. «Qui non si tratta di me, Serena» iniziò lui, ed ebbi un brivido di paura: non mi chiamava mai con il mio nome completo. «Non si tratta di Christian o di quello che provo per te. Se ti dicessi che ti amo e tu lo lasciassi e poi tra noi non funzionasse? La colpa sarebbe mia che ti ho portato via da lui.» «Non capisco» tentai di stimolarlo a spiegarsi meglio. «Tu devi lasciarlo perché vuoi farlo, non perché ci sono io di mezzo.» Il silenzio si fece pesante e denso. «Tu vuoi un figlio e vuoi sposarti, io questo non posso farlo» aggiunse lui dopo, distogliendo lo sguardo dal mio che si stava riempiendo di lacrime. «Ho paura di restare sola» bisbigliai. «Tutti abbiamo paura di restare soli, ma non si sposano solo per quel timore.» Pensai che avevo avuto ragione. Nico non sarebbe mai stato mio marito e forse non avremmo avuto dei bei bimbi cicciotti che correvano per casa, ero disposta a rinunciare a quello per lui? «Io sono innamorata di te, anche se non volevo accadesse. Ma tu cosa provi davvero per me?» Nico tornò a fissarmi. Era strano, sembrava assente e lontano, freddo come il ghiaccio e pericoloso come la punta di un coltello, e con quello sguardo mi colpì al cuore, dritto, affondando la lama sino all’impugnatura. «Sei importante per me». Tutto qui? Pensai subito. Solo quello, io ero importante, come poteva esserlo un cane o un animale domestico. Con le lacrime agli occhi guardai le fiamme spietate nei suoi occhi, fiamme che mi stavano divorando l’anima e tutti i sentimenti che avevo dentro. «Anche se provassi qualcosa per te, non te lo direi mai. Io sono così e sarò sempre così» aggiunse lui, poco dopo, scostandosi dal mio contatto, non solo da quello visivo. «Se devi piangere vai a farlo da un’altra parte, per favore» commentò lui, la voce fredda, priva di inflessioni che mi fece così male da farmi sentire i polmoni collassare. Tutto lì. Niente Addio, Serena, niente Chiamami quando starai meglio, niente Scusami, sono un cretino. Mi asciugai le lacrime dal viso, gli girai intorno, raccogliendo i miei vestiti che infilai velocemente e uscii dalla porta come ero entrata: sola.
Eilan Moon (Il mio lieto fine)
Dejar de «estar enamorados» no necesariamente implica dejar de amar. El amor en este otro sentido, el amor como distinto de «estar enamorado», no es meramente un sentimiento. Es una profunda unidad, mantenida por la voluntad y deliberadamente reforzada por el hábito; reforzada por (en los matrimonios cristianos) la gracia que ambos cónyuges piden, y reciben, de Dios. Pueden sentir este amor el uno por el otro incluso en los momentos en que no se gustan, del mismo modo que yo me amo a mí mismo incluso si no me gusto. Pueden retener este amor incluso cuando cada uno podría fácilmente, si se lo permitieran, estar «enamorado» de otra persona. «Estar enamorados» los llevó primero a prometerse fidelidad; este amor más tranquilo les permite guardar esa promesa. Es a base de este amor como funciona el motor del matrimonio: estar enamorados fue la ignición que lo puso en marcha.
C.S. Lewis
«Mi dispiace molto che lei sia divenuto così cinico da non amare più la materia del suo lavoro, ma io nutro ancora una profonda passione per quello che studio e che faccio.» Non si accorse nemmeno di essersi alzata, mentre lo diceva, per difendere le sue opinioni con maggiore fermezza. «E mi intristisce vedere che ormai il mondo dell’istruzione è popolato da persone come lei, così fredde da non riuscire a farsi più trasportare da una riga o da un verso, così impermeabili a qualunque emozione scritta da riuscire ad affondare gli entusiasmi degli studenti. Lo so che ormai va di moda criticare tutto e tutti, cercare il pelo nell’uovo in ogni opera, farsi grandi mostrando di disprezzare tutti gli autori, persino i più importanti, piuttosto che provare allora a raggiungerli con qualcosa di altrettanto bello, perché la verità è che chi è così bravo a criticare non lo è poi a scrivere. Ma io non sono così, e mai lo sarò. Io amo ciò che faccio, e spero di trasmettere il mio amore attraverso ogni mia azione ed ogni mia parola, anche attraverso la mia tesi di Dottorato, e se questo talvolta mi porta ad estraniarmi dalla realtà, è un prezzo che pago più che volentieri.»
Mirya (Di carne e di carta)
«Posso fingere di avere un nome diverso dal mio, ma non nasconderò più ciò che sono e ciò che sento.» Il giovane prese il coraggio a due mani e si buttò: «Io ti amo, Isabeau, voglio che tu lo sappia. Ti amo dal primo giorno che ti ho vista.» In quella miniatura sul libro, pensò, ma invece aggiunse: «Dal giorno in cui ti ho trovata accanto al mio letto al risveglio. Non ho desiderato che te, pur sapendo che non avrei mai potuto averti, e ho sofferto in silenzio ogni volta che ti ho pensata insieme a un altro.» Le strinse le mani forte tra le dita, con emozione. «Io ti desidero più di ogni altra cosa al mondo, ma non voglio che tu sia infelice. Se tu non mi vuoi, rifiuterò il matrimonio, manderò all'aria tutta la commedia se necessario, costi quello che costi, e non mi interessa ciò che dirà o farà il tuo tutore e nemmeno ciò che farà il re. Io voglio che tu sia libera, tutto il resto non conta.»
Cecilia Randall (Hyperversum (Hyperversum, #1))
-Te amo -le dijo Buttercup-. Sé que esto debe resultarte sorprendente, puesto que lo único que he hecho siempre ha sido mofarme de tí, degradarte y provocarte, pero llevo ya varias horas amándote, y cada segundo que pasa te amo más. Hace una hora, creí que te amaba más de lo que ninguna mujer ha amado nunca a un hombre; media hora más tarde, supe que lo que había sentido entonces no era nada comparado con lo que sentí después. Mas al cabo de diez minutos, comprendí que mi amor anterior era un charco comparado con el mar embravecido antes de la tempestad. A eso se parecen tus ojos, ¿lo sabías? Pues sí. ¿Cuántos minutos hace de eso? ¿Veinte? ¿Serían mis sentimientos tan encendidos entonces? No importa. -Buttercup no podía morarlo. El sol comenzó a asomar entonces a sus espaldas y le infundió valor -. Ahora te amo más que hace veinte minutos, tanto que no existe comparación posible. Te amo mucho más en este momento que cuando abriste la puerta de tu choza. En mi cuerpo no hay sitio más que para tí. Mis brazos te aman, mis orejas te adoran, mis rodillas tiemblan de ciego afecto. Mi mente te suplica que le pidas algo para que pueda obedecerte. ¿Quieres que te siga para el resto de tus días? Lo haré. ¿Quieres que me arrastre? Me arrastraré. Por tí me quedaré callada, por tí cantaré, y si tienes hambre, deja que te traiga comida, y si tienes sed y sólo el vino árabe puede saciarla, iré a Arabia, aunque esté en el otro confín del mundo, y te traeré una botella para el almuerzo. Si hay algo que sepa hacer por tí, lo haré; y si hay algo que no sepa, lo aprenderé. Pero recuera, por favor, que ella es vieja y tiene otros intereses, mientras que yo tengo diecisiete años y para mí sólo existes tú. Mi querido Westley... nunca te había llamado por tu nombre, ¿verdad...? Westley, Westley, Westley, Westley... querido Westley, adorado Westley, mi dulce, mi perfecto Westley, dime en un susurro que tendré la oportunidad de ganarme tu amor.
William Goldman (The Princess Bride)
Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)
Alejandra Pizarnik (Diarios (nueva edición de Ana Becciu))
Now, in all that he has done, Amos Tutuola is not sui generis. Is he ungrammatical? Yes. But James Joyce is more ungrammatical than Tutuola. Ezekiel Mphahlele has often said and written that African writers are doing violence to English. Violence? Has Joyce not done more violence to the English Language? Mark Twain's Huckleberry Finn is written in seven dialects, he tells us. It is acknowledged a classic. We accept it, forget that it has no "grammar", and go ahead to learn his "grammar" and what he has to tell us. Let Tutuola write "no grammar" and the hyenas and jackals whine and growl. Let Gabriel Okara write a "no grammar" Okolo. They are mum. Why? Education drives out of the mind superstition, daydreaming, building of castles in the air, cultivation of yarns, and replaces them with a rational practical mind, almost devoid of imagination. Some of these minds having failed to write imaginative stories, turn to that aristocratic type of criticism which magnifies trivialities beyond their real size. They fail to touch other virtues in a work because they do not have the imagination to perceive these mysteries. Art is arbitrary. Anybody can begin his own style. Having begun it arbitrarily, if he persists to produce in that particular mode, he can enlarge and elevate it to something permanent, to something other artists will come to learn and copy, to something the critics will catch up with and appreciate.
Taban Lo Liyong
Cuando mañana comience sin mí Y no esté ahí para ver, Si el sol fuera a salir y encontrara tus ojos Llenos de lágrimas por mí; Deseo tanto que no llores De la manera que lo hiciste hoy, Mientras pensabas en las muchas cosas, Que no llegamos a decir. Sé lo mucho que me amas, Tanto como te amo a ti, Y cada vez que pienses en mí, Sé que también me extrañarás; Pero cuando mañana comience sin mí, Por favor trata de comprender, Que un ángel vino y dijo mi nombre, Y me tomó de la mano, Y me dijo que mi lugar estaba listo, En el cielo allá arriba Y que tendría que dejar atrás A todos los que tanto amaba. Pero mientras daba la vuelta para marcharme, Derramé una lágrima Porque toda la vida, siempre creí, Que no quería morir. Tenía tanto por lo que vivir, Tanto aún por hacer, Parecía casi imposible, Que te estuviera dejando a ti. Pensé en todos los ayeres, Los buenos y los malos, El pensamiento de todo el amor que compartimos, Y todo lo que nos divertimos. Si pudiera revivir el ayer Aunque fuera por un rato, Te diría adiós y te besaría Y quizá te vería sonreír. Pero entonces comprendí en su totalidad Que esto nunca podría ser, Porque el vacío y los recuerdos, Tomarían mi lugar. Y cuando pensé en cosas terrenales Que mañana podría extrañar, Pensé en ti, y cuando lo hice Mi corazón se llenó de pena. Pero al cruzar las puertas del cielo Me sentí tan en casa Cuando Dios me miró y me sonrió, Desde Su gran trono dorado, Dijo: “Esta es la eternidad
Eben Alexander (La prueba del cielo)
Sam gli passò le mani dietro il collo, mormorando: «Ti amo.» Mason si irrigidì. Sapeva di avere un'espressione raggelata, ma non c'era niente, assolutamente niente, che potesse sciogliere la presa di ferro che si sentiva addosso. Sam ritrasse le mani, e forse avrebbe fatto anche un passo indietro, ma Mason la stava ancora abbracciando. «Mason, io... Non dovevo dirlo?» No, non lo doveva dire. Doveva proprio starsene zitta, perché, nel momento in cui quella parolina di tre lettere le era uscita di bocca... «No, è che...» si sentiva rintronato, il cervello che andava a rilento come dopo un placcaggio particolarmente duro a football. «Eravamo là, vicino alla carta igienica. Io ho pensato che un cavaliere, un vero duro, non fa dichiarazioni mentre compra la carta igienica. Adesso siamo vicino ai fazzoletti e vorrei risponderti che anche io ti amo.» Sam sembrava confusa. Faceva saettare lo sguardo dalle confezioni di carta igienica a quelle di fazzoletti, su e giù. Poi gli sorrise e Mason pensò che forse un cavaliere poteva dichiararsi con la carta igienica in mano, se in cambio riceveva un sorriso così dolce, gli occhi che le brillavano. «Vuoi che ci allontaniamo dalla carta igienica?» chiese Sam. L'espressione dolce si stava trasformando in un sorrisino sarcastico, il tipo di smorfia che faceva in continuazione la principessina. «Forse, vicino alle birre, il cavaliere potrà dichiararsi in modo più virile?» «Mi stai prendendo in giro?» «Sì. »
Susan Moretto (Anormale)
Conocí a una chica en un camión de mudanzas. Una chica hermosa Y me enamoré de ella. Me enamoré fuertemente. Por desgracia, a veces la vida se interpone en el camino. La vida definitivamente se interpuso en mi camino. Se interpuso completamente en mi maldito camino, la vida bloqueó la puerta con una pila de 2x4 de madera que está clavada y unida a una pared concreta de quince pulgadas detrás de una fila de barras sólidas de acero, atornilladas a un marco de titanio que por muy fuerte que empuje contra ella— No lograría moverla. A veces la vida no se mueve. Simplemente se interpone completamente en tu maldito camino. Bloqueó mis planes, mis sueños, mis propósitos, mis deseos, mis anhelos, mis necesidades. Bloqueó a esta hermosa chica de la que estaba tan fuertemente enamorado. La vida trata de decirte que es lo mejor para ti Que debería ser más importante para ti Qué debería venir primero O segundo O tercero. He intentado tan duro mantener todo organizado, alfabetizado, apilado en orden cronológico, cada cosa en su espacio perfecto, su lugar perfecto. Pensé que eso era lo que la vida quería que yo hiciera. Esto es lo que la vida necesita que yo haga. ¿Cierto? ¿Mantenerlo todo en secuencia? A veces, la vida se interpone en tu camino. Se interpone completamente en tu maldito camino. Pero no se interpone completamente en tu maldito camino porque quiere que te des por vencido y le dejes tomar el control. La vida se interpone completamente en tu maldito camino, porque sólo quiere que le entregues todo y te dejes llevar. La vida quiere que luches contra ella. Aprendas a hacerte por ti mismo. Quiere que agarres un hacha y cortes a través de la madera. Quiere que consigas un martillo y rompas el hormigón. Quiere que tomes una antorcha y quemes a través del metal y del acero hasta que puedas alcanzarlo y agarrarlo. La vida quiere que agarres todo lo organizado, lo alfabetizado, lo cronológico, lo ordenado. Quiere que juntes todo, lo remuevas, lo mezcles. La vida no quiere que dejes que te digan que tu hermano menor debería ser lo único que va en primer lugar. La vida no quiere que dejes que te digan que tu carrera y tu educación debería ser lo único que queda en segundo lugar. Y definitivamente, la vida no quiere que deje que se me diga que la chica que conocí, La chica hermosa, fuerte, increíble, resistente de la que me enamoré tan fuertemente debería venir en tercer lugar. La vida sabe. La vida está tratando de decirme que la chica que amo, ¿La chica de la que me enamoré tan fuertemente? Hay sitio para ella en primer lugar. La voy a poner en primer lugar
Colleen Hoover (Slammed (Slammed, #1))
«C’è un solo letto!» E all’improvviso, come se qualcuno avesse acceso la luce, Abaddon vide il problema. E la soluzione. Era così semplice che lo fece scoppiare a ridere a crepapelle. «Cosa?» chiese Seth, cercando di liberarsi. «Stai di nuovo ridendo di me.» «No,» lo rassicurò lui, tenendolo stretto, rifiutandosi di lasciarlo andare. Obbligò Seth a guardarlo negli occhi. «Hai ragione, c’è solo un letto, e non voglio che sia il tuo. Voglio che sia il nostro. Ti ci porterei adesso, se pensassi che me lo lasceresti fare. Ma al contrario di quello che pensi, ti rispetto. Posso non condividere la tua fede, ma ti amo anche per quella.» Ma non era sicuro di spiegarsi bene. Seth sembrava ancora confuso. «Posso dirti che in tutti i miei anni all’Inferno, non ho mai incontrato una singola anima che ci fosse finita solo per aver fatto sesso. Ma non voglio che qualcosa fra noi ti faccia dubitare di te stesso, e c’è un solo modo per assicurarsi che quello che succede in quell’unico letto non ti sembri un peccato.» Per un momento Seth rimase completamente immobile, assimilando la cosa. L’imbarazzo sul suo viso iniziò a mutare in speranza. «Dici davvero?» «Certo che sì!» «Non voglio che ti senta obbligato a fare niente.» «Stai scherzando? Ti amo così tanto che riesco appena a sopportarlo. Ma se non hanno autocontrollo, si sposino, perché è meglio sposarsi che ardere di passione,» così dicendo scoppiò a ridere. «Anche se, francamente, non vedo perché non potremmo fare entrambe le cose.» Il sorriso di Seth non era mai stato più luminoso. «Sposarsi e ardere di passione?» «Esattamente. Cosa ne dici?» «Penso che l’idea mi piace»
Marie Sexton (Damned If You Do)
Cinque sono le cose che un uomo rimpiange quando sta per morire. E non sono mai quelle che consideriamo importanti durante la vita. Non saranno i viaggi confinati nelle vetrine delle agenzie che rimpiangeremo, e neanche una macchina nuova, una donna o un uomo da sogno o uno stipendio migliore. No, al momento della morte tutto diventa finalmente reale. E cinque le cose che rimpiangeremo, le uniche reali di una vita. La prima sarà non aver vissuto secondo le nostre inclinazioni ma prigionieri delle aspettative degli altri. Cadrà la maschera di pelle con la quale ci siamo resi amabili, o abbiamo creduto di farlo. [...] Il secondo rimpianto sarà aver lavorato troppo duramente, lasciandoci prendere dalla competizione, dai risultati, dalla rincorsa di qualcosa che non è mai arrivato perché non esisteva se non nella nostra testa, trascurando legami e relazioni. Per terzo rimpiangeremo di non aver trovato il coraggio di dire la verità. Rimpiangeremo di non aver detto abbastanza "ti amo" a chi avevamo accanto, "sono fiero di te" ai figli, "scusa" quando avevamo torto, o anche quando avevamo ragione. Abbiamo preferito alla verità rancori incancreniti e lunghissimi silenzi. Poi rimpiangeremo di non aver trascorso tempo con chi amavamo. Non abbiamo badato a chi era sempre lì, proprio perché era sempre lì. Eppure il dolore a volte ce lo aveva ricordato che nulla resta per sempre, ma noi lo avevamo sottovalutato come se fossimo immortali, rimandando a oltranza, dando la precedenza a ciò che era urgente anziché a ciò che era importante. E come abbiamo fatto a sopportare quella solitudine in vita? L’abbiamo tollerata perché era centellinata, come un veleno che abitua a sopportare dosi letali. E abbiamo soffocato il dolore con piccolissimi e dolcissimi surrogati […]. Per ultimo rimpiangeremo di non essere stati più felici. Eppure sarebbe bastato far fiorire ciò che avevamo dentro e attorno, ma ci siamo lasciati schiacciare dall’abitudine, dall’accidia, dall’egoismo.
Alessandro D'Avenia (Ciò che inferno non è)
A VECES LA MAÑANA AYUDA Hace tiempo que ando escribiendo una crónica que llevaría el título "No siempre la mañana ayuda". Y hasta tenía el comienzo apuntado en un papel por ahí, a toda prisa, sobre la mesa del despacho. Empieza así: "Al salir de la casa y tropezar con el rostro del sol(antiguamente lo representábamos así, con una amplia sonrisa y los ojos alegres, con una cabellera de rayos resplandecientes), deberíamos caer de rodillas, ofrecer cualquier cosa al culto pagano de la luz y sentir después el mundo conquistado. Pero todos tenemos otra cosa que hacer". Y saldría uno por ahí fuera a ahuyentar la melancolía, a justificar el título, en definitiva. Algo me ha impedido continuar. Y sé que hoy no voy a concluir una prosa que me enfrentaría al lector. Y es que, sin esperarlo, se despertó en mi memoria un caso acontecido entre dos hombres, un caso que viene a demostrar que, a veces, la mañana ayuda, sí señor. Vamos, pues, con la historia. Imagine el lector un vagón de tren. Lleno. El día no es ni feo ni bonito: tiene algo de sol, unas nubes que lo cubren, y hay una brisa cortante allá afuera. Los viajeros van callados, hacen todos unos gestos involuntarios al albur del traqueteo. Unos leen periódicos, otros se ausentan hacia un país silencioso y sólo habitado por pensamientos ocultos e indefinidos. Hay una gran indiferencia en la atmósfera, y el sol, al descubrirse, ilumina un escenario de rostros apagados. Entonces, el hombre más(pero muy lejos deser un adolescente), que está sentado junto a la ventanilla, empieza a tararear en sordina una vaga canción. Quizá no tenga motivos especiales de contento, pero, en aquella hora, la necesidad de cantar es irresistible. Todo cuanto acude a su memoria sirve. Y va tan absorto en su pura y gratuita alegría que ni siquiera repara en que el vecino de asiento se muestra ofendido y esboza esos movimientos elocuentes que sustituyen a las palabras cuando no hay valor para pronunciarlas. Frente al hombre que canta, hay un viejo. Éste desde que salió anda rumiando problemas que lo atormentan. Es muy viejo, y está enfermo. Ha dormido mal. Sabe que va a tener un día difícil. Y detrás de él una voz deshilacha canciones, badabádabá, notas de música, de un modo impreciso pero obstinadamente vivo y afirmativo. El sol sique jugando al escondite. Y el mar, que súbitamente aparece se puebla de islas de sombra entre grandes lagos de plata fundida. A lo lejos, la ciudad se diluye en humo y niebla seca. Silenciosa, a aquella distancia, tiene un aire de fatalidad y resignación, como un cuerpo que ha renunciado a vivir y se extingue lentamente. Es grande el peligro de que la melancolía triunfe definitivamente. Pero el hombre insiste. Ya no es posible identificar al que canta. Ahora sale de su boca un flujo de armonía, un lenguaje que ha desistido de la articulación coherente para penetrarse mejor de la sustancia de la música. Esto acabrá sin duda con un grito irreprimible de alegría, con indignación y escandalo de los viajeros. Ocurrió, sin embargo, que la ciudad llegó de repente. Se abrieron las puertas, la gente se precipitó, empujándose, olvidándose unos de otros. El hombre se levanta, murmurando aún algo. Sigue a lo largo del andén, va a lo suyo, con su música. Y, de pronto, alguien lo coge del brazo. El viejo está a su lado, se juraría que tiene los ojos húmedos, y dice: "Gracias. Yo venía preocupado y triste. Cuando lo oí cantar sentí una gran paz, y durante todo el camino vine pidiéndole a Dios que siguiera usted cantando. Muchas gracias". El hombre de las canciones sonrió, primero con embarazo, luego como si fuera el amo del mundo. Se separaron. Y fue cada uno a su trabajo, con la música que era de los dos.
José Saramago (Las maletas del viajero)
Conclusión A lo largo de estas páginas, hemos visto cómo se desarrollan los procesos perversos en algunos contextos, pero es evidente que nuestra lista no es exhaustiva y que estos fenómenos van más allá del mundo de la pareja, de la familia o de la empresa. Los volvemos a encontrar en todos los grupos en donde los individuos pueden establecer rivalidades, especialmente en las escuelas y en las universidades. La imaginación humana no tiene límites cuando pretende aniquilar la buena imagen que el otro tiene de sí mismo; sirve para enmascarar las propias debilidades y para colocarse en una posición de superioridad. La cuestión del poder atañe a toda la sociedad. En todas las épocas ha habido seres carentes de escrúpulos, calculadores y manipuladores, y para los que el fin justifica los medios. Sin embargo, la multiplicación actual de los actos de perversidad en las familias y en las empresas es un indicador del individualismo que domina en nuestra sociedad. En un sistema que funciona según la ley del más fuerte, o del más malicioso, los perversos son los amos. Cuando el éxito es el valor principal, la honradez parece una debilidad y la perversidad adopta un aire de picardía. Con el pretexto de la tolerancia, las sociedades occidentales renuncian poco a poco a sus propias prohibiciones. Pero, al aceptar demasiado, como lo hacen las víctimas de los perversos narcisistas, permiten que se desarrollen en su seno los funcionamientos perversos. Numerosos dirigentes o políticos, que ocupan no obstante una posición de modelo para la juventud, no muestran ninguna preocupación moral a la hora de liquidar a un rival o de mantenerse en el poder. Algunos de ellos abusan de sus prerrogativas y utilizan presiones psicológicas, y razones y secretos de Estado, para proteger su vida privada. Otros se enriquecen gracias a una delincuencia astuta hecha de abusos de bienes sociales, de estafas o de fraudes fiscales. La corrupción se ha convertido en una moneda corriente. Ahora bien, basta con que un grupo, una empresa o un gobierno cuenten con uno o con varios individuos perversos para que todo el sistema se vuelva perverso. Si esta perversión no se denuncia, se extiende subterráneamente mediante la intimidación, el miedo y la manipulación. Efectivamente, para atar psicológicamente a un individuo, basta con inducirlo a la mentira o a ciertos compromisos para convertirlo en cómplice del proceso perverso. Sin ir más lejos, ésta es la base del funcionamiento de la mafia o de los regímenes totalitarios. Tanto en las familias como en las empresas y los Estados, los perversos narcisistas se las arreglan para atribuir a los demás los desastres que provocan, se presentan luego como salvadores y se hacen así con el poder. En lo sucesivo, para mantenerse en él, les basta con no tener escrúpulos. La historia nos ha mostrado hombres que se niegan a reconocer sus propios errores, que no asumen sus responsabilidades, y que falsean las cosas y manipulan la realidad a fin de borrar las huellas de sus fechorías. Más allá del aspecto individual del acoso moral, se nos plantean dilemas más generales. ¿Cómo restablecer el respeto entre los individuos? ¿Qué límites debemos poner a nuestra tolerancia? Si los individuos no pueden detener por sí mismos estos procesos destructivos, la sociedad deberá intervenir y establecer una legislación. Recientemente, se ha presentado un proyecto de ley que proponía instituir un delito de novatada para reprimir cualquier acto degradante y humillante en el ámbito escolar y socioeducativo. Si no queremos que nuestras relaciones humanas acaben completamente reglamentadas por leyes, es esencial prevenir a los niños.
Marie-France Hirigoyen (El acoso moral: El maltrato psicológico en la vida cotidiana)