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asar unos pollitos tiernos, con
espárragos de azules primaverales y
moscatel rosado (en callampas),
y Juan Carrasco, de Til Til, esos cabritos o esos
chanchitos lechones que se agrandan tanto
con el aullido invernal, acompañándose por
la cebolla clandestinamente brotada
y la aceituna reciente o ausente,
«divinamente» saboreada, «vinosamente»,
saboreada,
cuando el gato de los tejados tocando su rabel
mojado,
acalora a las señoritas en la cama rosada,
las cuales sollozan y suspiran demasiado y
bastante
en acariciándose la propia belleza.
”
”