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Mi amigo Ă“scar es uno de estos prĂncipes sin reino que corren por ahĂ esperando que los beses para transformarse en sapo. Lo entiende todo al revĂ©s y por eso me gusta tanto. La gente que piensa que lo entiende todo a derechas hace las cosas a izquierdas,y eso, viniendo de una zurda,lo dice todo. Me mira y se cree que no lo veo. Imagina que me evaporarĂ© si me toca y que,si no lo hace,se va a evaporar Ă©l. Me tiene en un pedestal tan alto que no sabe cĂłmo subirse. Piensa que mis labios son la puerta del paraĂso,pero no sabe que están envenenados. Yo soy tan cobarde que,por no perderle,no se lo digo. Finjo que no le veo y que sĂ,que me voy a evaporar...
Mi amigo Ă“scar es uno de estos prĂncipes que harĂan bien manteniĂ©ndose alejados de los cuentos y de las princesas que lo habitan. No sabe que es el prĂncipe azul quien tiene que besar a la bella durmiente para que despierte de su sueño eterno,pero eso es porque Ă“scar ignora que todos los cuentos son mentiras,aunque no todas las mentiras son cuentos.Los prĂncipes no son azules y las durmientes, aunque sean bellas, nunca despiertan de su sueño. Es el mejor amigo que nunca he tenido y, si algĂşn dĂa me tropiezo con MerlĂn,le darĂ© las gracias por haberlo cruzado en mi camino.
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