Juego Quotes

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...En la vida aparecen personas de alguna parte que te marcan la existencia. Es un juego del destino que coloca en tu camino a gente que, por arte de magia, o sin ella, influyen en tu comportamiento y hasta te hacen cambiar tu forma de ser. Despliegan tal red sobre ti que quedas atrapado por su esencia, sea cual sea esta...
Blue Jeans (Canciones para Paula (Canciones para Paula, #1))
El mejor juego es aquel en el que no te das cuenta de que estas jugando.
John Katzenbach (The Analyst)
Algunos infinitos son más grandes que otros infinitos, nos enseñó un escritor. Hay días, mucho de ellos, cuando resiento el tamaño de mi juego ilimitado. Quiero más numeros de los que puedo tener, y Dios, quiero mpas números para Augustus Waters que los que ha obtenido.Pero Gus, mi amor,no puedo decir cuando agradecida estoy por nuestro pequeño infinito. No lo cambiaría por el mundo entero. Me diste un por siempre con días enumerados, y estoy agradecida.
John Green (The Fault in Our Stars)
Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero. Cualquiera puede amar algo por algún motivo. Eso es tan fácil como meterse un penique en el bolsillo. Pero amar algo a pesar de algo es otra cosa. Conocer los defectos y amarlos también. Eso es inusual, puro y perfecto.
El Temor de un hombre sabio (pag.73) - Patrick Rothfuss
Cuando se juega al juego de tronos sólo se puede ganar o morir. No hay puntos intermedios. Cersei Lannister
George R.R. Martin (A Game of Thrones (A Song of Ice and Fire, #1))
Ustedes sabrán en qué desperdician el tiempo y el dinero. Yo me quedo leyendo, que la vida es breve.
Carlos Ruiz Zafón (The Angel's Game (The Cemetery of Forgotten Books, #2))
I knew then that I would devote every minute we had left together to making her happy, to repairing the pain I had caused her and returning to her what I never known how to give her. These pages will be our memory until she drows her last breath in my arms and I take her forever and escape at last to a place where neither heaven nor hell will ever be able to find us.
Carlos Ruiz Zafón
Cuando se juega al juego de tronos, solo se puede ganar o morir.
George R.R. Martin (A Game of Thrones (A Song of Ice and Fire, #1))
Es como un juego, repetitivo, incluso algo tedioso después de más de veinte años. Aun así, sé que hay juegos mucho peores.
Suzanne Collins
La realidad es que cada uno es responsable de su propia vida. Nacemos con ciertas cartas del naipe, y con ellas jugamos nuestro juego; a algunos les tocan malas cartas y lo pierden todo, pero otros juegan magistralmente con esas mismas cartas y triunfan.
Isabel Allende (Violeta (Spanish Edition))
Tiene usted mala cara - dictaminó. - Indigestión. - ¿De qué? - De realidad.
Carlos Ruiz Zafón (The Angel's Game (The Cemetery of Forgotten Books, #2))
No te agobies, hombre. Digamos que cada uno de nosotros mata a un estudiante. El juego es como un torneo de todos contra todos. Son cuarenta y dos... no, cuarenta estudiantes, así que si matas a cinco o seis, seguramente serás el vencedor.
Koushun Takami
¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños.
Carlos Ruiz Zafón (The Angel's Game (The Cemetery of Forgotten Books, #2))
La vida es un juego fuerte y alucinante, la vida es lanzarse en paracaídas, es arriesgarse, caer y volver a levantarse, es alpinismo, es querer subir a lo alto de uno mismo, y sentirse insatisfecho y angustiado cuando no se consigue.
Paulo Coelho (Eleven Minutes)
Un mundo sin amor es también un mundo donde no hay nada en juego.
Lauren Oliver (Pandemonium (Delirium, #2))
La Envidia es la Religión de los Mediocres. (Pedro Vidal en "El Juego del Ángel")
Carlos Ruiz Zafón
¿Cuándo dejó el amor de ser un juego entre dos personas para ser una batalla contra los demás?
Chris Pueyo (Aquí dentro siempre llueve)
En fin, los buenos no siempre se libran, y este juego no es una excepción. Puede que sean los irresponsables quienes terminen ganando. Pero yo respeto a cualquiera que actúa de acuerdo con su conciencia, incluso a riesgo de morir y ser repudiado por todo el mundo.
Koushun Takami (Battle Royale)
No hay que tener miedo a las palabras. (...). Hay que llamar a las cosas por su nombre, sin miedo. (...) Yo ya no tengo miedo a las palabras, porque ya no le tengo miedo a la verdad. Cuando tu vida es lo que está en juego, no soportas los rodeos.
Alessandro D'Avenia (Blanca como la nieve, roja como la sangre)
Es mejor no rendirte a ello. Resulta diez veces más difícil recuperarte que hundirte.
Suzanne Collins (Mockingjay (The Hunger Games, #3))
Nunca de fíes de nadie, especialmente de la gente a la que admiras. Ésos son los que te pegarán las peores puñaladas.
Carlos Ruiz Zafón (El juego del ángel (El cementerio de los libros olvidados #2))
Yo te amo tontita, llevo tiempo haciéndolo… El único juego que me apetece jugar contigo es al de la casita.
Lissa D'Angelo (Fijación)
– ¿Un hombre puede ser valiente cuando tiene miedo? - oyó que preguntaba su voz, tenue y lejana. – El el único momento en que puede ser valiente, Bran - le respondió la voz de su padre.
George R.R. Martin (Juego de tronos, Libro 1 (Canción de hielo y fuego, #1))
Ayer de tarde estábamos sentados junto a la mesa. No hacíamos nada, ni siquiera hablábamos. Yo tenía apoyada mi mano sobre un cenicero sin ceniza. Estábamos tristes: eso era lo que estábamos, tristes. Pero era una tristeza dulce, casi una paz. Ella me estaba mirando y de pronto movió los labios para decir dos palabras. Dijo: Te quiero. Entonces me di cuenta de que era la primera vez que me lo decía, más aún, que era la primera vez que lo decía a alguien. Isabel me lo hubiera repetido veinte veces por noche. Para Isabel, repetirlo era como otro beso, era un simple resorte del juego amoroso. Avellaneda, en cambio, lo había dicho una vez, la necesaria. Quizá ya no precise decirlo más, porque no es juego: es una esencia.
Mario Benedetti (La tregua)
Una vez el Septon Supremo me dijo que el sufrimiento es el precio que pagamos por nuestros pecados. Si eso es cierto, decidme, Lord Eddard... ¿por qué son siempre los inocentes los que más sufren cuando vosotros, los grandes señores, jugáis al juego de tronos?
George R.R. Martin (A Game of Thrones (A Song of Ice and Fire, #1))
La felicidad la pueden experimentar en toda su intensidad sólo los que han vivido grandes altibajos, porque es un juego de contrastes. Los que nadan siempre por el espectro medio de las emociones nunca conocerán la esencia de la vida. Esa es la enseñanza del pozo: a veces hay que tocar fondo para entender la grandeza del cielo.
Francesc Miralles (El mejor lugar del mundo es aquí mismo)
La vida no es más que eso, indicó el viejo analista meneando la cabeza. Un juego tras otro . Y la muerte es el mayor juego de todos.
John Katzenbach (The Analyst)
-Bueno, a lo mejor ha llegado la hora de que cambien las reglas del juego.
Laura Gallego (El bestiario de Axlin (Guardianes de la Ciudadela, #1))
- Los finales siempre son de mal gusto. La buena educación consiste en disimular que las cosas se terminan.
Pablo De Santis (El inventor de juegos)
This is the second day now that I do not know the result of the juegos he thought. But I must have confidence and I must be worthy of the great DiMaggio who does all things perfectly even with the pain of the bone spur in his heel.
Ernest Hemingway (The Old Man and the Sea)
Y de repente es cómo si no existiera nadie más en el mundo que estas dos personas que atraviesan el espacio para encontrarse. Chocan, se abrazan, pierden el equilibrio, se dan contra una pared y allí se quedan, convertidos en un solo ser indivisible. Noto una punzada de celos, no por Finnick ni por Annie, sino por su certeza. Viéndolos, nadie dudaría de su amor.
Suzanne Collins (Mockingjay (The Hunger Games, #3))
El hombre que dicta la sentencia debe blandir la espada. Si le vas a quitar la vida a un hombre, tienes un deber para con él, y es mirarlo a los ojos y escuchar sus últimas palabras. Si no soportas eso, quizá es que ese hombre no merece morir".
George R.R. Martin (Juego de tronos (Canción de hielo y fuego, #1))
Se parece a lo que Dostoievski escribió sobre el juego. Es decir, cuando a tu alrededor todo son oportunidades, es muy difícil pasar de largo sin aprovecharlas.
Haruki Murakami
Damas y caballeros, ¡que empiecen los Septuagésimos Cuartos Juegos del Hambre!
Suzanne Collins (The Hunger Games (The Hunger Games, #1))
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro cae mi voz y mi voz que madura y mi voz quemadura y mi bosque madura y mi voz quema dura
Xavier Villaurrutia
Existe una opinión generalizada según la cual la matemática es la ciencia más difícil cuando en realidad es la más simple de todas. La causa de esta paradoja reside en el hecho de que, precisamente por su simplicidad, los razonamientos matemáticos equivocados quedan a la vista. En una compleja cuestión de política o arte, hay tantos factores en juego y tantos desconocidos e inaparentes, que es muy difícil distinguir lo verdadero de lo falso. El resultado es que cualquier tonto se cree en condiciones de discutir sobre política y arte -y en verdad lo hace- mientras que mira la matemática desde una respetuosa distancia.
Ernesto Sabato (Uno y el Universo)
Los niños son la gran esperanza, y aunque todavía haya quienes desacrediten sus fantasías, todo estaría indicando que los únicos capaces de construir un mundo mejor podrían ser tan solo aquellos que hoy están jugando a un mundo mejor.
Maria Cecilia Lopez (La Busqueda de La Espada Magica (Spanish Edition))
—Además, si haces siempre lo que crees que la gente espera de ti, terminaras por dejar de ser tú mismo.
Nut (Juegos de seducción 1)
¿Quieres entender que es un año de vida? Pregúntaselo a un estudiante que acaba de suspender el examen de fin de curso. ¿Un mes de vida? Díselo a una mujer que acaba de traer al mundo a un niño prematuro y espera que salga de la incubadora para estrecharlo entre sus brazos, sano y salvo. ¿Una semana? Que te lo cuente un hombre que trabaja en una fábrica o en una mina para mantener a la familia. ¿Un día? Háblales del asunto a dos que están locamente enamorados uno de otro y esperan el momento de volver a estar juntos. ¿Una hora? Pregúntale a una persona claustrofóbica encerrada en un ascensor averiado. ¿Un segundo? Mira la expresión de un hombre que acaba de salvarse de un accidente de coche. ¿Y una milésima de segundo? Pregúntale al atleta que acaba de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos, en vez de la medalla de oro para la que lleva toda su vida entrenándose.
Marc Levy (If Only It Were True)
Rue,, la niña que, cuando le preguntas por lo que mas ama en el mundo, contesta que la musica, nada mas y nada menos.
Suzanne Collins (The Hunger Games (The Hunger Games, #1))
—¿Y cuando ese amor nunca fue correspondido? —preguntó y esta vez sus párpados se cerraron por completo. —Seguimos adelante —susurró—. Siempre seguimos adelante.
Nut (Confrontación (Juegos de Amor #3))
Nostalgias, cuando uno se deja corromper por esas ausencias que llamamos recuerdos y hay que remendar con palabras y con imágenes tanto hueco insaciable
Julio Cortázar (Final del juego)
En los corazones de los hombres más temerarios hay cuerdas que no se dejan tocar sin emoción. Hasta en los más depravados, en quienes la vida y la muerte son siempre motivo de juego, hay cosas con las que no se puede bromear.
Edgar Allan Poe (La Máscara de la Muerte Roja)
Desearia poder encontrar una forma de...de demostrarle al Capitolio que no les pertenezco, que soy algo mas que una pieza de sus juegos.
Suzanne Collins (The Hunger Games (The Hunger Games, #1))
La esperanza es un juego estúpido.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Un golpe de luz me cegó, o fue mi intuición que falló... Tal vez elegí recorrer el camino más largo, el caso es que fui trás de ti... No supe jugar y perdí.
Dulce María
La vida es una secuencia de apuestas. Vas a ganar algo. Vas a perder algo. Pero eso no significa que no debes participar en el juego.
Nicole Williams (Mischief in Miami (Great Exploitations, #1))
Lo malo era que en el mundo real no tenía opción a más vidas. Tienes una y va que chuta. Si la perdía, se acababa el juego.
Maite Carranza (Magia de una noche de verano)
La lectura es un juego secreto de aproximaciones y distancias. Es también una lotería.
Sergio Pitol (El arte de la fuga)
Ninguna pelea tiene sentido, Justin. Si uno se ve abocado a una pelea, lo mejor que puede hacer es concluirla. Lo del "juego limpio" es asunto del contrario.
Peter Benchley (The Island)
Si no tiene nada que temer, un cobarde no se distingue en nada de un valiente. Y todos cumplimos con nuestro deber cuando no nos cuesta nada.
George R.R. Martin (A Song of Ice and Fire - Premium Limited Edition (A Song of Ice and Fire, #1-5))
Aquello que amamos siepre acaba por destruirnos
George R.R. Martin (Juego de tronos (Canción de hielo y fuego, #1))
El hombre del amor calcinante, de los inventos eróticos, de la risa, las bromas y los juegos entre las sábanas, de la urgencia y la voracidad y la alegría, de las confidencias susurradas en la pausa entre dos abrazos, de los besos interminables y la intimidad más delirante, ese hombre sólo existía para ella.
Isabel Allende (El amante japonés)
Pero siento como si conociera a Rue...La veo en las flores amarillas que crecen en la Pradera junto a mi casa. La veo en los sinsajos que cantan en los arboles. Pero mas que nada, la veo en mi hermana Prim.
Suzanne Collins (Catching Fire (The Hunger Games, #2))
El agua apaga el fuego y al ardor los años, amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño. y cada vez peor y cada vez mas rotos y cada vez mas tu y cada vez mas yo sin rastro de nosotros.
Joaquín Sabina
El pueblo llano, cuando reza, pide lluvia, hijos sanos y un verano que no acabe jamás -replicó Ser Jorah-. No les importa que los grandes señores jueguen a su juego de tronos, mientras a ellos los dejen en paz. Pero nunca los dejan en paz.
George R.R. Martin
-Volaste la comida en pedazos?-susurra. -Hasta el ultimo trocito. -Vas a ganar. -Lo hare. Ahora voy a ganar por las dos
Suzanne Collins (The Hunger Games (The Hunger Games, #1))
¿Puede acaso explicarse que ciertos individuos, que ni siquiera saben nadar, intenten lanzarse desde lo alto de un puente para salvar a alguien que se ahoga? Esos individuos se mueven sencillamente a impulsos de una fuerza mágica; una fuerza los impele antes de que tengan tiempo a darse cuenta de se insensata temeridad; y exactamente así, sin meditarlo, sin una consciente reflexión, seguí yo a aquel desgraciado desde la sala de juego al vestíbulo del Casino, y desde el vestíbulo a la terraza.
Stefan Zweig (Vingt-quatre heures de la vie d'une femme)
Me das risa, pobre. Tus determinaciones trágicas, esa manera de andar golpeando las puertas como una actriz de tournées de provincia, uno se pregunta si realmente crees en tus amenazas, tus chantajes repugnantes, tus inagotables escenas patéticas untadas de lágrimas y adjetivos y recuentos.
Julio Cortázar (Final del juego)
Lo que la gente no parece darse cuenta, sin embargo, es que siempre es peligroso. No es solo con el mundo sobrenatural que tienen que lidiar. Cuando eres mortal, la vida no es más que un interminable juego de Ruleta Rusa. Cada momento es el giro del tambor del revólver, cada decisión apuntando el cañón en tu cabeza. Una y otra vez, repetidas veces, tiras del gatillo, esperando que no sea la última vez en el juego.
J.M. Darhower (Reignite (Extinguish, #2))
Si dejas que se den cuenta de que sus palabras te hacen daño, jamás te librarás de las burlas. Si te ponen un mote, recógelo y transfórmalo en tu nombre.
George R.R. Martin
Las personas grandes aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: «¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas?» En cambio, os preguntan: «¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?» Sólo entonces creen conocerle.
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito)
No hay mayor tragedia que tener la misma intensidad, en una misma alma o en un hombre, del sentimiento intelectual y del sentimiento moral. Para que un hombre pueda ser distintiva y absolutamente moral, tiene que ser un poco estúpido. Para que un hombre pueda ser absolutamente intelectual, tiene que ser un poco inmoral. No sé qué juego o ironía de las cosas condena al hombre a la imposibilidad de que se dé esta dualidad tan grande.
Fernando Pessoa (The Education of the Stoic: The Only Manuscript of the Baron of Teive)
En el caso de la mayoría de los seres, los contactos más ligeros y superficiales bastan para contentar nuestro deseo, y aún para hartarlo. Si insisten, multiplicándose en torno de una criatura única hasta envolverla por entero; si cada parcela de su cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro; si un solo ser, en vez de inspirarnos irritación, placer o hastío, nos hostiga como una música y nos atormenta como un problema; si pasa de la periferia de nuestro universo a su centro, llegando a sernos más indispensables que nuestro propio ser, entonces tiene lugar el asombroso prodigio en el que veo, mas que un simple juego de la carne, una invasión de la carne por el espíritu
Marguerite Yourcenar (Memoirs of Hadrian)
—Señora Graham, ¿le importaría disculparme? Quisiera darme una ducharápida —pidió educadamente. Ella le sonrió con ternura. —¡Claro que sí, cariño! —exclamó—. Las toallas limpias están en el mueble de abajo —le indicó. —No se preocupe, traigo mi propio juego de toallas de rizo y algodón puro, cien por cien natural —sonrió tímidamente—. Es que, ¿sabe?, tengo la pielmuy sensible. Kelsey rió a carcajada limpia y apoyó una mano en el hombro de laseñora Graham, balanceándose ligeramente. —¡Dios, mamá! ¿Dónde encargaste a este engendro?, ¿en eBay?
Silvia Hervás
No importa cuánto sepas, no importa cuánto pienses, no importa cuánto maquines, finjas y planees, no estás por encima del sexo. Es un juego muy arriesgado. Uno no tendría dos tercios de los problemas que tiene si no corriera el albur de la jodienda. El sexo es lo que desordena nuestras vidas normalmente ordenadas.
Philip Roth (The Dying Animal)
A lo largo de los cruces de tu camino te encuentras con otras vidas: conocerlas o no conocerlas, vivirlas a fondo o dejarlas correr es asunto que sólo depende de la elección que efectúas en un instante. Aunque no lo sepas, en pasar de largo o desviarte a menudo está en juego tu existencia, y la de quien está a tu lado.
Susanna Tamaro (Follow Your Heart)
Pregúntate qué sientes y qué te niegas a sentir.
Isabel Allende (Ripper)
Para que haya traición debe haber primero confianza.
Suzanne Collins (The Hunger Games (The Hunger Games, #1))
Pobre mágico, pobre país sumergido en un inexorable hoyo negro.
Daniel Sada (El lenguaje del juego)
No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe… No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma. No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música. No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y vertigue un inmenso horror por las injusticias.Una a la que le gusten los juegos de fútbol y de pelota y no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo. No te enamores de una mujer intensa, lúdica y lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, JAMAS se regresa.
Martha Rivera-Garrido
—Señora Graham, ¿le importaría disculparme? Quisiera darme una ducha rápida —pidió educadamente. Ella le sonrió con ternura. —¡Claro que sí, cariño! —exclamó—. Las toallas limpias están en el mueble de abajo —le indicó. —No se preocupe, traigo mi propio juego de toallas de rizo y algodón puro, cien por cien natural —sonrió tímidamente—. Es que, ¿sabe?, tengo la piel muy sensible. Kelsey rió a carcajada limpia y apoyó una mano en el hombro de la señora Graham, balanceándose ligeramente. —¡Dios, mamá! ¿Dónde encargaste a este engendro?, ¿en eBay?
Silvia Hervás (Besos de murciélago)
Salzman examinó su mano y vio centenares de figuras lejanamente parecidas a los arcanos del Tarot: la Riqueza, el Poder, la Fama, el Amor, la Inteligencia, la Fuerza, el Honor, la Juventud, la Razón, la Salud, la Imaginación, el Arte, la Clarividencia, el Valor, la Fe, la Suerte, la Belleza, la Virilidad, la Inspiración... Sin hacer ningún gesto, dio vuelta las cartas sobre la mesa. —Buen juego —dijo el Tallador—, pero no alcanza. Y jugó el naipe de la Muerte.
Alejandro Dolina (Cartas marcadas)
Pero el amor puede transformar en belleza y dignidad cosas bajas y viles, porque no ve con los ojos, sino con la mente, y por eso pinta ciego a Cupido el alado. Ni tiene en su mente el amor señal alguna de discernimiento; como que las alas y la ceguera son signos de imprudente premura. Y por ella se dice que el amor es niño, siendo tan a menudo engañado en la elección. Y como en sus juegos perjuran los muchachos traviesos, así el rapaz amor es perjurado en todas partes.
William Shakespeare (A Midsummer Night’s Dream)
Me pilló completamente por sorpresa. Después de todo el tiempo que había pasado con Gale, de observar cómo hablaba, se reía, fruncía el ceño, cabría esperar que supiese todo lo que había que saber de sus labios. Sin embargo, no me había imaginado el calor que desprendían al unirse a los míos. Ni que aquellas manos, las manos que podían montar la más intrincada de las trampas también pudiera atraparme a mí con la misma facilidad.
Suzanne Collins (Catching Fire (The Hunger Games, #2))
Pero yo te miro de frente porque no te juzgo. No te mato a ti sino a tus actos, al eco de tus actos, su resonar lejano en las costas griegas. Se habla ya tanto de ti que eres como una vasta nube de palabras, un juego de espejos, una reiteración de fábula inasible. Tal es al menos el lenguaje de mis retóricos.
Julio Cortázar (Los reyes)
Panem et circenses quiere decir «pan y circo». El que lo escribió se refería a que, a cambio de tener la barriga llena y entretenimiento, su gente había renunciado a sus responsabilidades políticas y, por tanto, a su poder.
Suzanne Collins (Sinsajo (Los Juegos del Hambre #3))
una religión viene a ser un código moral que se expresa mediante leyendas, mitos o cualquier tipo de artefacto literario a fin de establecer un sistema de creencias, valores y normas con los que regular una cultura o una sociedad.
Carlos Ruiz Zafón (El juego del ángel (El cementerio de los libros olvidados, #2))
Hasta entonces, todo había sido para él como un gran juego. Se lo había tomado tan en serio como se tomaba cualquier juego y cualquier cuento, sin pensar en las consecuencias. Por primera vez en su vida, una historia continuaba sin él, se hacía independiente, y ni toda la fantasía del mundo podía hacerla dar marcha atrás. Se sentía paralizado.
Michael Ende (Momo)
Lo cojo de la mano con fuerza, preparándome para las cámaras y temiendo el momento en que no me quede más remedio que dejarlo marchar.
Suzanne Collins (Los juegos del hambre)
A los mayores les encantan las cifras. Si les hablas de un nuevo amigo tuyo, nunca te preguntarán por lo esencial. Nunca te dirán: "¿Cuál es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que más le gustan? ¿Colecciona mariposas?" Te preguntarán: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Sólo entonces creerán conocerlo. Si dices a los mayores: "He visto una bonita casa de ladrillos color rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado...", no conseguirán imaginarse esa casa. Hay que decirles: "He visto una casa de cien mil francos". Entonces exclaman: "¡Qué fabuloso!
Antoine de Saint-Exupéry (The Little Prince)
Las pasiones humanas son un misterio, a los niños le pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no puede explicárselas, y los que no las han vivido, no pueden comprenderlas. Hay hombres que se juegan la vida para subir a una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente por qué. Otros se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen a sí mismos por no saber resistir los placeres de la mesa... o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse. Unos cuantos creen que solo serán felices en un lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. Y unos pocos no descansan hasta que consiguen ser poderosos. En resumen: hay tantas pasiones distintas como hombres distintos hay.
Michael Ende (The Neverending Story)
—¿Por qué estás intentando con tanta fuerza el hacerme pensar que eres una mala persona? —pregunté. —Porque sería mejor para ti tener un sano temor hacia mí de modo que no puedas decir que no fuiste advertida. No soy como los chicos de tu escuela. Piensa en la atracción que sientes hacia las drogas. Así me siento respecto al sexo. Oh. —¿Comienzas a comprenderlo ya? Déjame ser aún más claro. —Su voz bajó mientras me guiaba a través de su trabajo—. Puedo entender a alguien en solo cinco minutos de conversación para saber qué tendría que decir o hacer para atraerlas a la cama. Eso te incluye, aunque admito que estaba fuera de juego anoche. Con alguna personas basta con simple adulación y atención. Con otras toma más tiempo y energía. Hago lo que se necesite para quitarles la ropa, y luego intento hacerlo de modo que nunca estén con otra persona sin pensar en mí. Sé secretos del cuerpo humano que la mayoría de las personas ni siquiera sabe de ellos mismos. Y cuando me voy, sé que están arruinadas cuando comienzan a suplicarme que me quede.
Wendy Higgins (Sweet Evil (Sweet, #1))
«Ahora me doy cuenta de que el verdadero encanto de la vida intelectual —la vida consagrada a la erudición, a las investigaciones científicas, a la filosofía, a la estética, a la crítica— es su facilidad. Es la sustitución de las complejidades de la realidad por simples esquemas intelectuales, o de los desconcertantes movimientos de la vida por la muerte formal y tranquila. Es incomparablemente más fácil saber muchas cosas, por ejemplo, acerca de la historia del arte y tener ideas profundas acerca de la metafísica y de la sociología, que saber intuitiva y personalmente algo acerca de nuestros semejantes, y llevar relaciones satisfactorias con nuestros amigos y nuestras amantes, nuestra mujer y nuestros hijos. Vivir es mucho más difícil que el sánscrito, la química o la economía política. La vida intelectual es un juego de niños; lo cual explica el que los intelectuales tiendan a convertirse en niños, y luego en imbéciles, y finalmente, como claramente de muestra la historia política e industrial de los últimos siglos, en lunáticos homicidas y bestias salvajes. Las funciones reprimidas no mueren; se deterioran, degeneran, retrogradan al estado primitivo. Pero, entretanto, es mucho más fácil ser un niño intelectual, o un lunático, o una bestia, que un hombre adulto y armonioso. He ahí por qué, entre otras razones, existe tanta demanda de educación superior. Las gentes se abalanzan hacia los libros y las universidades como hacia los cafés. Quieren ahogar su conciencia de las dificultades que presenta el vivir adecuadamente en este grotesco mundo contemporáneo: quieren olvidar su deplorable insuficiencia en el arte de la vida. Algunos ahogan sus penas en alcohol, mientras que otros, todavía más numerosos, las ahogan en los libros y en el diletantismo artístico; algunos tratan de olvidarse a sí mismos por medio de la fornicación, el baile, el cinematógrafo, la radiotelefonía; otros, por medio de conferencias y ocupaciones científicas. Los libros y las conferencias son mejores para ahogar las penas que la bebida y la fornicación: no dejan dolor de cabeza, ni aquella desesperante sensación del post coitum triste.»
Aldous Huxley (Point Counter Point)
A veces dejamos que nos traten mal porque ansiamos sentirnos amados y aceptados hasta tal punto que estamos dispuesto a hacer cualquier cosa para conseguirlo. Es muy doloroso comprender que por mucho que lo intentes, que lo desees, no te quieren ni te aceptan tal como eres. Cuando por fin lo comprendes, te arrepientes de todo ese tiempo que has pasado complaciendo a los demás y te preguntas qué será eso tan horrible que hay en ti que incluso les impide fingir que te quieren.
Sherrilyn Kenyon (Night Play (Dark-Hunter, #5; Were-Hunter, #1))
Si os he referido estos detalles acerca del asteroide B 612 y si os he confiado su número es por las personas grandes. Las personas grandes aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: '¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas?' En cambio, os preguntan: '¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?' Sólo entonces creen conocerle. Si decís a las personas grandes: 'He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo...', no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles: 'He visto una casa de cien mil fracos'. Entonces exclaman: '¡Qué hermosa es!' Si les decís: 'La prueba de que el principito existió es que era encantador, que reía, y que quería un cordero. Querer un cordero es prueba de que se existe', se encogerán de hombros y os tratarán como se trata a un niño. Pero si les decís: 'El planeta de donde venía es el asteroide B 612', entonces quedarán convencidos y os dejarán tranquilo sin preguntaros más. Son así. Y no hay que reprocharles. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas grandes. Pero, claro está, nosotros que comprendemos la vida, nos burlamos de los números.
Antoine de Saint-Exupéry (The Little Prince)
En lo más profundo del prado, allí, bajo el sauce, hay un lecho de hierba, una almohada verde suave; recuéstate en ella, cierra los ojos sin miedo y, cuando los abras, el sol estará en el cielo. Este sol te protege y te da calor, las margaritas te cuidan y te dan amor, tus sueños son dulces y se harán realidad y mi amor por ti aquí perdurará. En lo más profundo del prado, bien oculta, hay una capa de hojas, un rayo de luna. Olvida tus penas y calma tu alma, pues por la mañana todo estará en calma. Este sol te protege y te da calor, las margaritas te cuidan y te dan amor. Tus sueños son dulces y se harán realidad y mi amor por ti aquí perdurará.
Suzanne Collins
El objetivo de su vida, desde su adolescencia, es el placer con las mujeres, que da y recibe, no con indulgente ligereza sino con el orgulloso poder de un gallo de buen plumaje en un corral de gallinas. De esta satisfecha plenitud derivan todos los cardes secundarios de su vida: amistad con los hombres, humor rudo y directo, amor a la buena mesa y a la buena bebida, al juego, a su coche, a su radio, a todo cuanto posee y lleva por ello la impronta orgulloso del sembrador. Valora las mujeres al primer vistazo, las clasifica sexualmente y les dedica la sonrisa justa.
Tennessee Williams (A Streetcar Named Desire)
Jack y yo somos los dos últimos en ponernos los zapatos. Él suspira y se encoje de hombros. —Ninguno de los dos ha ganado, pero yo bien podría haberlo hecho. Ambos sabemos que he lanzado tácticamente más el juego. Tu estilo es un desastre tremendamente ilógico. —Sí, mi estilo es una mierda. Pero al menos yo no he lanzado la mitad de un una partida con un nacho pegado a mi culo. Sonrió mientras me alejo tranquilamente, dejando que Jack palpe violentamente la parte trasera de sus pantalones vaqueros. Escucho una palabrota y noto que algo afilado golpea ligeramente mi cabeza. El tipo gordo del mostrador eructa. —Uh, ese tipo acaba de lanzarte una patata. —Está enfadado porque yo he ganado, buen señor. —Suspiro feliz—. Y está molesto porque hasta ahora se está dando cuenta de que voy a seguir ganando.
Sara Wolf (Lovely Vicious (Lovely Vicious, #1))
No importa cuánto nos esforcemos en contar. La memoria tiene infinitas puertas y por eso nunca estará completa. Es solo dar cuenta de algo para que se abran cien vacíos, cien preguntas. ¿Qué ocurrió con Muesca-Cinco, el hijo más débil del guerrero? ¿Y cómo continuó la resistencia en las Tierras Antiguas? ¿Nacieron nuevos Brujos de la Tierra? ¿Cómo nació el sagrado juego del yocoy?¿Por cuál de los dos ríos de su sangre se inclinó Yocoya-Tzin, heredero del trono del País del Sol?¿Y la Destrenzada? ¿Y antes? ¿Y el Brujo Halcón en su metamorfosis? La Sombra y Vieja Kush están sentadas a la vera del tiempo, enhebrando un collar sin sentido. Cien respuestas para que se abran cien nuevos vacíos, cien nuevas preguntas. Los relatos son el modo más humano del tiempo. Y solo narrando, de tarde en tarde, de boca en boca, nos hacemos eternos.
Liliana Bodoc (Relatos de los Confines: Oficio de búhos)
Texto extraído de una columna del Diario LA NACIÓN (Argentina): ..."La tecnología avanza, entrometiéndose en todo -dice el escritor rosarino Gonzalo Guma-. Ya casi nada parece imposible ni nos asombra. Sólo es una cuestión de tiempo. La humanidad comienza a sentir que tiene en sus manos una herramienta tan poderosa como para jugar a ser Dios, con algún tipo de éxito. Sin embargo, una y otra vez, esta borrachera de omnipotencia se esfuma ante la misma irrefutable cuestión: la ciencia aún no ha podido responder a ninguno de los interrogantes ancestrales más básicos de nuestra existencia. Es el principal motivo por el cual un cielo estrellado nos inspira tanto a los escritores. Porque desde nuestra insignificancia, escudriñamos embelesados el misterioso firmamento, intentando descubrir ese guiño salvador que le dé algún sentido a nuestras vidas." Guma es autor de varias novelas de ciencia ficción: Índigo, Mentes en juego y Equinoccio, susurros del destino. A su modo, ensaya respuestas."... Para buscar el texto completo pueden dirigirse a la página web del Diario La Nación.
Gonzalo Guma
A Oliveira le gustaba hacer el amor con la Maga porque nada podía ser más importante para ella y al mismo tiempo, de una manera difícilmente comprensible, estaba como por debajo de su placer, se alcanzaba en él un momento y por eso se adhería desesperadamente y lo prolongaba, era como un despertarse y conocer su verdadero nombre, y después recaía en una zona siempre un poco crepuscular que encantaba a Oliveira temeroso de perfecciones, pero que la Maga sufría de verdad cuando regresaba a sus recuerdos y a todo lo que oscuramente necesitaba pensar y no podía pensar, entonces había que besarla profundamente, incitarla a nuevos juegos, y la otra, la reconciliada, crecía debajo de él y lo arrebataba, se daba entonces como una bestia frenética, los ojos perdidos y las manos torcidas hacia adentro, mítica y atroz como una estatua rodando por una montaña, arrancando el tiempo con las uñas.
Julio Cortázar (Hopscotch)
hay muchas personas que tienen talento y ganas, y muchas de ellas nunca llegan a nada. Ése es sólo el principio para hacer cualquier cosa en la vida. El talento natural es como la fuerza de un atleta. Se puede nacer con más o menos facultades, pero nadie llega a ser un atleta sencillamente porque ha nacido alto o fuerte o rápido. Lo que hace al atleta, o al artista, es el trabajo, el oficio y la técnica. La inteligencia con la que naces es simplemente munición. Para llegar a hacer algo con ella es necesario que transformes tu mente en una arma de precisión.
Carlos Ruiz Zafón (El juego del ángel (El cementerio de los libros olvidados, #2))
Ponerse en los “zapatos del otro” Ponerse en los “zapatos del otro”, es un buen sistema para poder leer la mente. A menudo nos cruzamos con personas que no entendemos, y que no podemos llegar a comprender la coherencia de sus palabras, actos y reacciones. ¿No les pasó?… Seguramente pensaron en estos casos: ¡qué ganas de poder leerle la mente para entender por qué actúa de esta forma!!!… Creo que la principal razón por la cual no llegamos a comprender del todo en estos casos, es que tratamos de hacerlo utilizando nuestros propios esquemas mentales; en otras palabras, tratamos de entender a esta persona de acuerdo a nuestra forma de pensar, sentir, actuar y -en definitiva- vivir… Y ese es un error, si es que queremos entender realmente qué le está pasando por su cabeza. Si bien hay esquemas mentales similares y que se repinten, cada ser humano es diferente a otro. Sus vivencias, experiencias, familia, educación, valores, todo, absolutamente todo, influye en cómo actúa alguien, en incluso -a veces- hasta casi lo determina. Probemos entonces ponernos realmente en sus zapatos. Analicen, averigüen, piensen y observen… Traten de colocarse en su pellejo. Esto no significa qué harían ustedes en su lugar (si bien este es también un parámetro valido, a veces confunde en estos casos), sino, tratar de entender cómo funciona su mente, quién es y de dónde viene, cómo es su personalidad, cómo actúo anteriormente en casos similares, qué necesidades tiene, cuáles son sus objetivos, inquietudes e intereses, tiene condicionantes externos que lo están afectando, etc., etc., etc… Sé que suena algo de Perogrullo y sabido, pero les aseguro que un una herramienta ¡I M P R E S I O N A N T E M E N T E PODEROSA! Al fin y al cabo, los mayores secretos para lograr algo con éxito generalmente son sonsos y de conocimiento público, lo difícil es tener la conciencia real de lo importante que son y saber aplicarlos adecuadamente. La importancia de “ponerse en los zapatos del otro” se estudia en el Mundo, hay ejercicios bien concretos que demuestran su potencialidad. De hecho, yo tuve real dimensión de todo esto, con ejercicios que hice en Harvard cuando estudié Negociación. Uno, cuando logra comprender verdaderamente a alguien, se le abre un mundo nuevo de posibilidades respecto de esta persona. Es una herramienta con una potencialidad impresionante, así que úsenla con cuidado y prudencia… ¡Pruebelo y me cuentan! Espero respuestas… Gonzalo GUMA
Gonzalo Guma (Índigo Mentes en Juego)
Pienso cuando maduraban los limones. En el viento de febrero que rompía los tallos de los helechos, antes que el abandono los secara; los limones maduros que llenaban con su olor el viejo patio. El viento bajaba de las montañas en las mañanas de febrero. Y las nubes se quedaban allá arriba en espera de que el tiempo bueno las hiciera bajar al valle; mientras tanto dejaban vacío el cielo azul, dejaban que la luz cayera en el juego del viento haciendo círculos sobre la tierra, removiendo el polvo y batiendo las ramas de los naranjos. Y los gorriones reían; picoteaban las hojas que el aire hacía caer, y reían; dejaban sus plumas entre las espinas de las ramas y perseguían a las mariposas y reían. Era esa época. En febrero, cuando las mañanas estaban llenas de viento, de gorriones y de luz azul. Me acuerdo. Mi madre murió entonces. Que yo debía haber gritado: que mis manos tenían que haberse hecho pedazos estrujando su desesperación. Así hubieras tú querido que fuera. ¿Pero acaso no era alegre aquella mañana? Por la puerta abierta entraba el aire, quebrando las guías de la yedra. En mis piernas comenzaba a crecer el vello entre las venas, y mis manos temblaban tibias al tocar mis senos. Los gorriones jugaban. En las lomas se mecían las espigas. Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines; que cerrara sus ojos a la luz de los días. ¿Pero por qué iba a llorar?
Juan Rulfo (Pedro Páramo)
Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.
Carlos Ruiz Zafón
Uno de los primeros recursos propios del escritor profesional que Isabella había aprendido de mí era el arte y la práctica de procrastinar. Todo veterano del oficio sabe que cualquier ocupación, desde afilar el lápiz hasta catalogar musarañas, tiene prioridad al acto de sentarse a la mesa y exprimir el cerebro. Isabella había absorbido por ósmosis esta lección fundamental y al llegar a casa, en vez de encontrarla en su escritorio, la sorprendí en la cocina afinando los últimos toques a una cena que olía y lucía como si su elaboración hubiera sido cuestión de varias horas.
Carlos Ruiz Zafón (The Angel's Game (The Cemetery of Forgotten Books, #2))
Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas. Hay hombres que se juegan la vida para subir a una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, pueden explicar realmente el por qué. Otros se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen a sí mismos por no saber resistir los placeres de la mesa… o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse. Unos cuantos creen que sólo serán felices en algún lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. y unos pocos no descansan hasta que consiguen ser poderosos. En resumen: Hay tantas pasiones distintas como hombres distintos hay.
Michael Ende (The Neverending Story)
Tengo las piernas cortas y retorcidas, y me cuesta caminar. Necesito una silla de montar especial para no caerme del caballo. Por cierto, la diseñé yo mismo, ya que hablamos del tema. Tenía que elegir entre eso o ir en poni. Tengo fuerza en los brazos, pero también son cortos. Nunca seré un espadachín. Si hubiera nacido en una familia de campesinos seguramente me habrían abandonado a la intemperie para que muriera, o me habrían vendido como monstruo de feria. Pero soy un Lannister de Roca Casterly, y eso que se perdieron las ferias. Se esperan cosas de mí. Mi padre fué Mano del Rey veinte años. Después resulta que mi hermano mató a ese mismo rey, ironías de la vida. Mi hermana se casó con el nuevo rey, y ese odioso sobrino que tengo será rey tras su muerte. Debo hacer algo por el honor de mi casa, ¿no te parece? Pero, ¿qué? Puede que tenga las piernas cortas en relación con mi cuerpo, pero la cabeza la tengo demasiado grande, aunque prefiero pensar que es del tamaño adecuado para mi mente. Tengo una idea bastante precisa de cuáles son mis puntos fuertes y mis puntos débiles. Mi mejor arma está en mi cerebro. Mi hermano tiene su espada, el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente...Pero una mente necesita de los libros igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo...Por eso leo tanto, Jon Nieves.
George R.R. Martin
- Nunca vuelvas a llamarme así - le espeté. - Es mejor que llarmarle <> a alguien, ¿no? - Salió por la puerta - Qué visita tan estimulante. La recordaré mucho tiempo. Aquello ya era suficiente. - ¿Sabes qué? Tienes toda la razón. Mira que llamarte tarado...Esa es una palabra que no te define bien - le dije sonriendo - <> te pega más. - Conque <>, ¿eh? - repitió - Eres un encanto. Levanté el dedo corazón. (pág.20) Eran más de la una, pero parecía que Daemon acabara de levantarse. Llevaba los tejanos arrugados y el pelo enmarañado. Hablaba con alguien por teléfono mientras se pasaba la mano por la mandíbula. - ¿Tu hermano no tiene camisetas o qué? - le pregunté mientras cogía la pala. - Me temo que no. No las lleva ni en invierno. Siempre va por ahí medio desnudo - refunfuñó - Es bastante incómodo tener que verlo así todo el día, enseñando tanta...carne ¡Qué grima! A ella le daría grima, pero a mí...me alteraba bastante. Me puse a cavar hoyos en lugares estratégicos mientras notaba que se me secaba la garganta. Tenia una cara perfecta, un cuerpo de ensueño y una mala leche espectacular. Las tres reglas de oro de cualquier tío macizo, vaya. (pág. 39) - Tienes una cabecita bastante sucia, gatita. Pestañeé. <> - ¿Qué has dicho? - Que tienes la cabeza sucia - repitió en voz baja. Sabía que Dee no podía oírle -, llena de tierra. ¿Qué creías que quería decir? - Nada -...Tener a Daemon tan cerca no me reconfortaba en absoluto - Es normal ensuciarse cuando plantas. Los labios le temblaron un instante. - Hay muchas maneras de ensuciarse. Aunque no tengo la intención de mostrártelas. (pág.46) - Me da a mí que te has mojado tú más que el coche. Nunca pensé que lavar un coche pudiera ser tan complicado pero, después de observarte durante los últimos quince minutos, creo que deberían convertirlo en deporte olímpico. - ¿Estabas observándome? - Qué grima. Y qué morbo. ¡No! de morboso, nada. (pág.51) - Pues sí ¿Y tú siempre te quedas mirando a los tíos cuando llamas a su puerta para preguntar por una dirección? - ¿Siempre abres la puerta medio desnudo? - Pues sí. Y no has respondido a mi pregunta. ¿Siempre pegas esos repasos? Las mejillas me ardían. (pág.53) - Hasta mañana a medio día, gatita. - Te odio - resoplé. - El sentimiento es mutuo - Me miró por encima del hombro - Me juego veinte pavos a que llevas bañador y no biquini. Era insufrible. (Pág. 62) - ¿Que no confía en mi? ¿Y qué tiene que confiarme, tu virtud? Se le escapó otra carcajada y tardó unos momentos en poder contestar. - Pues claro; no le gustan las chicas guapas que están coladitas por mi. - ¿Qué? - ... - Estás de broma, ¿no? - ¿A qué parte te refieres? - preguntó- - ¡A todas! - Venga ya. No me digas que no sabes que eres guapa. ¿No te lo ha dicho ningún chico antes? (pág.90) - Creo que estás condenada a estar conmigo un rato más. - Seguro que parezco un gato remojado. - Estás bien. La lluvia te favorece. Fruncí el ceño. - Ya me estás mintiendo otra vez. Sentí que su cuerpo se movía junto al mío y, sin mediar palabra, me rozó la barbilla con los dedos y me atrajo hacia él. En sus labios se dibujó una sonrisa torcida. - No te miento; te lo dijo en serio. (pág.101) - Bueno...Ya llegó el innombrable. A Dee le dio un ataque de risa que hizo que toda la cafetería nos mirara. - ¡Me parto! Me hundí en la butaca. Desde la mañana en que Dee y él me habían preparado el desayuno, me había evitado y a mí me daba igual. ... Seguramente Daemon era físicamente el hombre más perfecto que jamás había visto - su cara haría las delicias de cualquier retratista -, pero a la vez tenía bastantes papeletas para ser el cretino más grande sobre la faz de la Tierra. (pág.145)
Jennifer L. Armentrout (Obsidian (Lux, #1))