Hotel Mario Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Hotel Mario. Here they are! All 8 of them:

Remember Luigi, Toaster Toast Toast." - Mario Hotel "Remember Luigi, Where There Fire, There's Burnt Toast." - Mario Hotel "Greetings Young Traveller, I See That You Have Wandered Into My Store. Would You Like To Partake In One Of My Goods Or Services, I Sell Clothes, Rope, Bombs, You Want It I Got It, As Long As You Have Enough Rupees. Oh, I See You Don't Have Enough Ruppees, Come Back When You're A Bit, Umm, Riche." - The Legend Of Zelda
Nintendo
But Zelda was never about plot. Indeed, one's head could explode if all the games were considered one story, since Link is always meeting Zelda and villainous Gannon for the first time. Imagine trying to explain why James Bond has stayed forty years old for forty years, while changing faces and hair color. Better to accept the story as a constant retelling, and don't dwell on continuity matters. Mario has made a cottage industry of jokes about how Bowser had only one playbook—kidnap the princess—and this time it'll work! He's utterly incapable of coming up with any other plan. Aside from that one time he obtained a degree in hotel management.
Jeff Ryan (Super Mario: How Nintendo Conquered America)
No bien se inscribió en el hotel con el nuevo nombre, Samuel se dio cuenta de que al cambiar las palabras que lo definían estaba cambiando también la esencia que hasta entonces lo había constituido. No es lo mismo llamarse Alonso Quijano que llevar consigo un nombre de guerrero: don Quijote de la Mancha. Y no es igual llamarse Aldonza Lorenzo y ser una maritornes robusta y bigotuda, que llevar un nombre de princesa poético y encantador: Dulcinea del Toboso. Las palabras cambian el mundo, lo transforman.
Mario Mendoza (Cobro de sangre)
La voz de Dios no se manifiesta desde el comienzo de manera clara y concluyente. No, no es así. Es como un lento acercamiento, como una palabra temblorosa que al principio habla desde la distancia y que después te habla al oído y te dice: ven, te necesito. Entonces uno sabe que ha sido convocado, que ciertas alegrías de las que disfrutan los otros hombres no son para uno: que no te casarás, que no tendrás unos niños corriendo por la casa, que no ahorrarás pensando en comprar un carro nuevo ni una vivienda mejor; y que tampoco te llamarán la atención los lujos de los hoteles, ni la comida exquisita de restaurantes elegantes ni las mercancías importadas de los grandes almacenes. No, lo tuyo no es la materia, sino el espíritu. Te da igual ponerte una camisa de marca o una de segunda, unos zapatos lustrosos o unos rotos, transportarte en carro, en bus o a pie. Lo tuyo son las batallas del alma. Es entonces cuando te conviertes en un siervo del señor
Mario Mendoza (Akelarre)
La época es muy cruel, Almagro, despiadada, brutal. Se trata de arrinconar a buena parte de la población con salarios de hambre, exiliarlos en favelas, en comunas, en villas miseria, mientras una minoría pasa las vacaciones en hoteles lujosos y casas de veraneo privadas. Eso es lo que hay que entender. Que el capitalismo es defendido por todos nosotros, que el sistema se sostiene porque cada uno de nosotros participa en él. Cuando pensamos que pertenecemos al bando de los buenos ya estamos cometiendo un error. No es así, porque esta porquería funciona con nuestra complicidad. No denunciamos, luchamos, no nos resistimos. ¿Entonces con qué derecho creemos que somos los buenos? -Pero no puede ser que ese sádico sea el bueno de la historia.
Mario Mendoza (Akelarre)
Se aplican ya técnicas de publicidad moderna a los procesos culturales, derivadas en parte de las halladas intuitivamente por algunos pintores (el muralismo como noticia: el escándalo de la frase “Dios no existe” en el mural de Diego Rivera en el Hotel del Prado que es borrada por un grupo derechista y vuelta a instalar; la Virgen de Guadalupe en la gabardina de Mario Moreno Cantinflas en el mural de Rivera en el Teatro de los Insurgentes, imagen borrada para “no ofender los sentimientos religiosos del pueblo mexicano”).
Daniel Cosío Villegas (Historia general de México. Version 2000 (Spanish Edition))
Work in the hotel taught me the true value of sleep, just as being hungry had taught me the true value of food. Sleep had ceased to be a mere physical necessity; it was something voluptuous, a debauch more than a relief. I had no more trouble with the bugs. Mario had told me of a sure remedy for them, namely pepper, strewed thick over the bedclothes. It made me sneeze, but the bugs all hated it, and emigrated to other rooms.
George Orwell (Down & Out in Paris and London)
Cipo had come up with the idea of running a two-lap time trial around the tiny ring road that ran around the outside of our hotel. The rules were quite simple: each of the four neo-pros would do the TT stripped down to his waist, and could only leave the start gate after downing a carafe of wine. The course was two laps of the circuit (to allow us the opportunity to chuck freezing water on the riders after the first lap), and just to make sure the riders were properly motivated Cipo would be following behind each rider in his own car. The sight of the first rider coming around the bend on the first lap on Bäckstedt’s enormous bike, with Mario Cipollini’s Bentley behind him, horn blaring and lights flashing, while Dario Andriotto leant out of the window yelling, ‘Vai, vai, vai, Porco Dio!’ like the most rabid directeur sportif you’ve ever seen, was side-splittingly funny.
Charly Wegelius (Domestique: The Real-life Ups and Downs of a Tour Pro)