Gozo Quotes

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y el gozo que le produjo esa mujer, le había permitido entender por que los hombres tenían miedo a la muerte" CIEN AÑOS DE SOLEDAD
Gabriel García Márquez
No sé adonde voy, pero sé con quién voy. No sé dónde estoy, pero sé que estoy en mi. No sé qué es Dios, pero Dios sabe lo que soy. No sé lo que es el mundo, pero sé que es mio. No sé lo que valgo, pero sé no compararme. No sé lo que es el amor, pero sé que gozo tu existencia. No puedo evitar los golpes, pero sé como resistirlos. No puedo negar la violencia, pero puedo negar la crueldad. No puedo cambiar al mundo, pero puedo cambiarme a mi mismo. No sé lo que hago, pero sé que lo que hago me hace. No sé quién soy, pero sé que soy el que no sabe.
Alejandro Jodorowsky (La danza de la realidad)
El amor significa...encontrar a una persona que llene tu corazón de gozo.
Holly-Jane Rahlens (Everlasting. Der Mann, der aus der Zeit fiel)
arte es en sí mismo y un gozo hacerlo. Los logros, los aplausos ayudan. Son la cereza en el pastel, no el pastel. El pastel es el trabajo diario.
Guillermo Arriaga (Salvar el fuego)
Y sin darle tiempo al pánico se liberó de la materia turbia que le impedía vivir. Le confesó que no tenía un instante sin pensar en ella, que cuanto comía y bebía tenía el sabor de ella, que la vida era ella a toda hora y en todas partes, como sólo Dios tenía el derecho y el poder de serlo, y que el gozo supremo de su corazón sería morirse con ella.
Gabriel García Márquez (Of Love and Other Demons)
Se conocían demasiado para gozar de aquellos embelesos de la pasión que centuplican su gozo. Ella estaba tan hastiada de él como él cansado de ella. Emma volvía a encontrar en el adulterio todas las soserías del matrimonio
Gustave Flaubert (Madame Bovary)
…durante su niñez Tita no diferenciaba bien las lágrimas de la risa de las del llanto. Para ella reír era una manera de llorar. De igual forma confundía el gozo del vivir con el de comer. No era fácil para una persona que conoció la vida a través de la cocina entender el mundo exterior.
Laura Esquivel (Like Water for Chocolate)
«Karma es el principio del conocimiento. Después, está la paciencia. La paciencia es muy importante. Los pacientes son fuertes, Anjín-san. Paciencia significa dominar nuestra inclinación hacia las siete emociones: odio, adoración, gozo, ansiedad, irritación, dolor y miedo. Si las resistes, eres paciente, y pronto comprenderás todas las cosas y estarás en armonía con la Eternidad.»
James Clavell (Shōgun (Asian Saga, #1))
Lo que cuentan no son los actos, sino los motivos, no las palabras, sino los sentimientos.
Gonzalo Torrente Ballester (El señor llega (Los gozos y las sombras, #1))
Aun cuando mi destino externo se haya desenvuelto como sucede para todos, inevitablemente y según lo decretado por los dioses, mi vida íntima es obra propiamente mía, con sus gozos y amarguras, y soy yo, en lo personal, el responsable de la misma.
Hermann Hesse (Gertrude)
El gozo violento tiene un fin violento y muere en su éxtasis como fuego y pólvora, que, al unirse, estallan.
William Shakespeare (Romeo y Julieta)
Gozo remained an utterly private place, an island in petto - within the breast - and lucky the man who could find the key, turn the lock, and vanish inside.
Nicholas Monserrat
Ainda que esse instante de gozo supremo pudesse durar-vos a vida inteira, nunca os dois que sois poderíeis chegar a ser um só.
José Saramago (Blindness)
Fogoso gozo fogo.
Filipe Russo (Caro Jovem Adulto)
Frank grabbed a tourist brochure stuck under the napkin dispenser. He began to read it. Piper patted Leo’s arm, like she couldn’t believe he was really here. Nico stood at the edge of the group, eyeing the passing pedestrians as if they might be enemies. Coach Hedge munched on the salt and pepper shakers. Despite the happy reunion, everybody seemed more subdued than usual—like they were picking up on Leo’s mood. Jason had never really considered how important Leo’s sense of humor was to the group. Even when things were super serious, they could always depend on Leo to lighten things up. Now, it felt like the whole team had dropped anchor. “So then Jason harnessed the venti,” Hazel finished. “And here we are.” Leo whistled. “Hot-air horses? Dang, Jason. So basically, you held a bunch of gas together all the way to Malta, and then you let it loose.” Jason frowned. “You know, it doesn’t sound so heroic when you put it that way.” “Yeah, well. I’m an expert on hot air. I’m still wondering, why Malta? I just kind of ended up here on the raft, but was that a random thing, or—” “Maybe because of this.” Frank tapped his brochure. “Says here Malta was where Calypso lived.” A pint of blood drained from Leo’s face. “W-what now?” Frank shrugged. “According to this, her original home was an island called Gozo just north of here. Calypso’s a Greek myth thingie, right?” “Ah, a Greek myth thingie!” Coach Hedge rubbed his hands together. “Maybe we get to fight her! Do we get to fight her? ’Cause I’m ready.” “No,” Leo murmured. “No, we don’t have to fight her, Coach.” Piper frowned. “Leo, what’s wrong? You look—” “Nothing’s wrong!” Leo shot to his feet. “Hey, we should get going. We’ve got work to do!” “But…where did you go?” Hazel asked. “Where did you get those clothes? How—” “Jeez, ladies!” Leo said. “I appreciate the concern, but I don’t need two extra moms!” Piper smiled uncertainly. “Okay, but—” “Ships to fix!” Leo said. “Festus to check! Earth goddesses to punch in the face! What are we waiting for? Leo’s back!” He spread his arms and grinned. He was making a brave attempt, but Jason could see the sadness lingering in his eyes. Something had happened to him…something to do with Calypso.
Rick Riordan (The House of Hades (Heroes of Olympus, #4))
Retórica dos namorados, dá-me uma comparação exata e poética para dizer o que foram aqueles olhos de Capitu. Não me acode imagem capaz de dizer, sem quebra da dignidade do estilo, o que eles foram e me fizeram. Olhos de ressaca? Vá, de ressaca. É o que me dá ideia daquela feição nova. Traziam não sei que fluido misterioso e enérgico, uma força que arrastava para dentro, como a vaga que se retira da praia, nos dias de ressaca. Para não ser arrastado, agarrei-me às outras partes vizinhas, às orelhas, aos braços, aos cabelos espalhados pelos ombros, mas tão depressa buscava as pupilas, a onda que saía delas vinha crescendo, cava e escura, ameaçando envolver-me, puxar-me e tragar-me. Quantos minutos gastamos naquele jogo? Só os relógios do céu terão marcado esse tempo infinito e breve. A eternidade tem as suas pêndulas; nem por não acabar nunca deixa de querer saber a duração das felicidades e dos suplícios. Há de dobrar o gozo aos bem-aventurados do céu conhecer a soma dos tormentos que já terão padecido no inferno os seus inimigos; assim também a quantidade das delícias que terão gozado no céu os seus desafetos aumentará as dores aos condenados do inferno. Este outro suplício escapou ao divino Dante; mas eu não estou aqui para emendar poetas. Estou para contar que, ao cabo de um tempo não marcado, agarrei-me definitivamente aos cabelos de Capitou, mas então com as mãos, e disse-lhe, – para dizer alguma cousa, – que era capaz de os pentear, se quisesse. – Você? – Eu mesmo. – Vai embaraçar-me o cabelo todo, isso sim. – Se embaraçar, você desembaraça depois. – Vamos ver.
Machado de Assis (Dom Casmurro)
O homem seduzido pela ilusão da vida individual, escravo do egoísmo, só vê as coisas que o tocam pessoalmente, e encontra aí motivos incessantemente renovados para desejar e querer; pelo contrário, aquele que penetra a essência das coisas, que domina o conjunto, chega ao repouso de todo o desejo e de todo o querer. Daí em diante a sua vontade desvia-se da vida, repele com susto os gozos que a perpetuam. O homem chega então ao estado da renúncia voluntária, da resignação, da tranqüilidade verdadeira, e da ausência absoluta de vontade.
Arthur Schopenhauer
Motivo Eu canto porque o instante existe e a minha vida está completa. Não sou alegre nem sou triste: sou poeta. Irmão das coisas fugidias, não sinto gozo nem tormento. Atravesso noites e dias no vento. Se desmorono ou se edifico, se permaneço ou me desfaço, — não sei, não sei. Não sei se fico ou passo. Sei que canto. E a canção é tudo. Tem sangue eterno a asa ritmada. E um dia sei que estarei mudo: — mais nada.” — Cecília Meireles
Cecília Meireles (Flor de poemas)
Experimenté sumisión y fatalismo, y terminé por aceptar quién era amo y señor y quién, esclava y sierva. Si él hubiera recurrido al poder que ejercía sobre mí, yo habría hecho cualquier cosa en ese momento pues no tenía fuerzas contra él. Me arrastró hasta la orilla donde me poseyó sin furia ni resentimiento, con una dulzura de la que no lo creía capaz. Le consentí hacer cuanto quisiese y me dejé llevar por esa marea de placer que me anegaba la boca y que me atería el cuerpo, puro placer que él me proporcionaba con largueza. Esa mañana, después de haberme permitido tanto gozo, se desataron en mí los nudos gordianos que domeñaban mi naturaleza desde hacía tiempo, nudos hechos de arrojo, fortaleza y orgullo, que me habían protegido de algún modo, pero que también habían lastimado mi índole sensible de mujer al intentar preservar la moral y los principios que no pertenecían al mundo en el que me hallaba. Esa mañana comprendí que Mariano Rosas era mi destino y que yo me había convertido en una india blanca.
Florencia Bonelli (Indias blancas)
22 También, pues, vosotros ahora ciertamente tenéis tristeza; mas otra vez os veré, y se gozará vuestro corazón, y nadie quitará de vosotros vuestro gozo.
Russell M. Stendal (Las Sagradas Escrituras (Biblia Del Jubileo 2000))
Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Só o gozo justifica a obscenidade inerente a tudo.
Filipe Russo (Caro Jovem Adulto)
Por entre você sibilo sinuoso, nu e feito de gozo.
Filipe Russo (Caro Jovem Adulto)
pero la velocidad era poder, y la velocidad era gozo y la velocidad era era pura belleza
Richard Bach
Parecíamos dioses en el alba del mundo y nuestro gozo era tan deslumbrante que no éramos capaces de ver otra cosa que el uno al otro.
Madeline Miller (The Song of Achilles)
La paz, el gozo, la prosperidad, la sanación y todas las demás bendiciones del universo no se generan al vencer algo; por el contrario, se crean al aceptarlo todo.
Robert Schwartz (El don de tu alma)
una libélula de médula una oruga lúbrica desnuda sólo nutrida de frotes un chupochupo súcubo molusco que gota a gota agota boca a boca la mucho mucho gozo la muy total sofoco
Oliverio Girondo (En la masmédula)
No hay día que no recuerde con gozo y ternura aquel único y breve tiempo de mi vida en que fui plenamente yo, sin mezcla y sin traba, y en que puedo realmente decir que he vivido.
Jean-Jacques Rousseau (Reveries of the Solitary Walker)
Le gustaba ejecutar sus capacidades intelectuales, así como la idea de saber que existía aún una infinita cantidad de cosas que ignoraba, porque aprender era un gran gozo para ella.
Elizabeth Gaskell (Ruth)
Necesariamente aquel cuyo imperio es el deseo, y el placer su esclavitud, hará que el amado le proporcione el mayor gozo. A un enfermo le gusta todo lo que no le contraría; pero le es desagradable lo que es igual o superior a él. El que ama, pues, no soportará de buen grado que su amado le sea mejor o igual, sino que se esforzará siempre en que le sea inferior o más débil.
Plato (Phaedrus (Hackett Classics))
Pero hay otra clase de felicidad, la que todos hemos estado anhelando y buscando. Esta segunda clase de felicidad es paz y gozo internos y duraderos que sobreviven a cualquier circunstancia.
Billy Graham (El secreto de la paz personal)
E dizem que saudades que matam! Saudades dão vida; são a salvação de muita coisa que, em seu pleno gozo e posse pacífica, pereceria de inanição ou morreria da opressora moléstia da saciedade.
Almeida Garrett (Viagens na Minha Terra)
Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Anonymous (Reina Valera 1960)
O amor, presidindo a ação, insinuava o prazer e o gozo. E confesso, de bom grado, que me persuadi sem dificuldade de que, sem amor, o prazer, por maior e mais perfeito que seja, fica vulgar, sejamos rei ou vagabundo.
John Cleland (Fanny Hill, or Memoirs of a Woman of Pleasure)
Y sin darle tiempo al pánico se liberó de la materia turbia que le impedía vivir. Le confesó que no tenía un instante sin pensar en ella, que cuanto comía y bebía tenía el sabor a ella, que la vida era ella a toda hora y en todas partes, como sólo Dios tenía el derecho y el poder de serlo, y que el gozo supremo de su corazón sería morirse con ella. Siguió hablándole sin mirarla, con la misma fluidez y el calor con que recitaba, hasta que tuvo la impresión de que Sierva María se había dormido. Pero estaba despierta, fijos en él sus ojos de cierva azorada. Apenas se atrevió a preguntar: "¿Y ahora?" "Ahora nada", dijo él. "Me basta con que lo sepas.
Gabriel García Márquez (Del amor y otros demonios)
¿Qué podemos decir que sea cierto, de la poesía? Pues que ahí está. En el acorde de dos notas que hechizan e impiden escuchar el resto de la música, en la imprecisa tensión de dos colores que se tocan, en la línea que contornea una forma, acariciándola; en la sencilla frase leída que captura algo de nosotros, por un instante nos ata y nos deja como cualquier amante; y también en la ternura del sol que cae como un gigante cansado en los ocasos, en la magnificencia de una abeja sobre un pétalo, en la caricia del agua cayendo sobre la piel de un cuerpo amado, en la opacidad de la vieja tetera de la abuela, en el aroma de nuestras vidas depositado en los armarios; o en el leve giro de una mirada que embruja y nos deja a punto de caer en el amor; y en todas las cosas que en amor o en dolor, amargura o gozo, vienen a nosotros tocadas por el encanto de lo que simplemente es bello: la poesía está
Fernando Molano Vargas (Vista desde una acera)
el gozo para los corazones que han sufrido mucho tiempo es lo que el rocío para las tierras abrasadas por los ardores del sol; corazones y tierra absorben aquella lluvia bienhechora que cae sobre ellos y no se pierde una gota.
Alexandre Dumas (El Conde de Montecristo)
Esta es una revolución que ningún poder logrará controlar porque biopoder y comunismo, cooperación y revolución, permanecen juntos, en amor, simplicidad y también inocencia. Esta es la irreprimible alegría y gozo de ser comunistas.
Antonio Negri; Michael Hardt
─Por si sirve de algo, pienso que la felicidad es una condición efímera, no un maldito permanente estado mental. He aprendido que, si vas tras momentos de gozo aquí y allá, a veces esos momentos te sostendrán a través de la mierda. ─Él pausó para recoger un pedazo de tabaco fuera de su lengua.─Personalmente, no me gusta la gente inherentemente feliz. No confío en ellas. Creo que hay algo seriamente mal con cualquiera que no está al menos un poquito defraudada por el mundo.
Tiffanie DeBartolo (How to Kill a Rock Star)
Su primo era tan absurdo como había creído, y lo escuchaba con perverso gozo, no sin conservar la más absoluta compostura, y salvo alguna mirada a Lizzy de vez en cuando para hacerle saber que no quería que interrumpiese tan grato entretenimiento.
Jane Austen (Orgullo y prejuicio)
Mirad, porque a fe mía es cosa curiosa. Allí tenéis un hombre que estaba resignado a su suerte, que marchaba al patíbulo, que iba a morir como un cobarde, es verdad, pero, después de todo, iba a morir sin blasfemar y sin resistirse, ¿y sabéis lo que le daba alguna fuerza? ¿Sabéis lo que le consolaba? ¿Sabéis lo que le hacía sufrir el suplicio con resignación…?, el que otro participaba de su angustia, que otro iba a morir como él, que otro iba a morir antes que él. Llevad dos carneros o dos bueyes al matadero, y haced comprender a uno de ellos que su compañero no morirá. El carnero balará de gozo y el buey mugirá de placer. Pero el hombre, el hombre que Dios ha creado a su imagen, el hombre a quien Dios impuso por primera, por única, por suprema ley, el amor al prójimo, el hombre a quien ha dado una voz para expresar su pensamiento, ¿cuál será su primer grito al saber que su compañero se ha salvado? Una blasfemia. ¡Oh!, ¡honor al hombre, a esa obra maestra de la naturaleza, a ese rey de la creación!
Alexandre Dumas (The Count of Monte Cristo)
Por muitos que sejam os gozos fáceis que uma vida de prazeres sensuais imediatos lhes oferece, estes jamais poderão ser comparados, em duração, intensidade, qualidade e pureza, aos que essa dedicação serena, eficiente e regular ao aprendizado cultural pode proporcionar.
Emilio Mira y López (Como estudar e como aprender)
Atención porque cambiar de opinión debido a una nueva comprensión, y más si llega con gozo intelectual incluido, no es una muestra de debilidad ni supone una merma en la credibilidad del intelectual sino, más bien, lo contrario, una muestra de fuerza y una garantía de de credibilidad.
Jorge Wagensberg (El Gozo Intelectual: Teoria Y Practica Sobre La Inteligibilidad Y La Belleza)
¿Cuántos creyentes conoce usted que experimentan el gozo y la libertad de ser personas llenas de vida, exuberantes de entusiasmo, que disfrutan viviendo con espontaneidad, en oposición a los cientos de miles que se basan en las pautas fijadas por los legalistas y viven de acuerdo con ellas?
Charles R. Swindoll (EL despertar de la gracia: Crecer en la gracia es una cosa. Viviarla es otra.)
¿Será verdad, como dice la religiòn que resucitaremos de entre los muertos, que volveremos a vernos los unos a los otros, que veremos a todos?. Resucitaremos sin falta, nos veremos sin falta y con gozo y alegría nos contaremos los unos a los otros todo lo que nos haya sucedido. ¡Oh, qué hermoso será".
Fyodor Dostoevsky (The Brothers Karamazov)
Podía decirse que lo adoraba. Nadie sabía lo mucho que lo quería, salvo, tal vez, Ellen, su madre, que todo lo veía. Lo quería porque la había devuelto a la vida. Hasta entonces había sido como una larva, y Jack la había sacado de su capullo mostrándole que era una mariposa. Habría pasado toda su vida ajena a los gozos y sufrimientos del amor, si él no hubiera compartido con ella sus historias y no la hubiera besado con tanta suavidad, despertando luego, lenta y cariñosamente, el amor que yacía dormido en su corazón. Había sido tan impaciente y tolerante pese a su juventud… Sólo por eso lo amaría siempre.
Ken Follett (Los pilares de la Tierra)
No hay nada en la vida confortable de la clase media urbana que se acerque a la excitación salvaje y al gozo absoluto que experimentaba una banda de cazadores- recolectores durante una caza exitosa de mamuts. Con cada nuevo invento ponemos otro kilómetro más de distancia entre nosotros y el jardín del Edén.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
(…) vivir así, alegre y feliz, instante tras instante, siempre en virtud del absurdo; ver constantemente pender la espada sobre la cabeza de la persona amada, y sin embargo no encontrar reposo en el dolor de la resignación sino gozo en virtud del absurdo. Quien es capaz de obrar así es grande de verdad, un hombre sin par (…)
Søren Kierkegaard (Temor y temblor)
Zweig fue toda su vida un apasionado coleccionista. Le gustaba poseer y contemplar primeras ediciones de obras de Goethe o Schiller, partituras escritas por Mozart o Beethoven. Las contemplaba sabiendo que ahí mismo, delante de él, en aquellos papeles, estaba el sufrimiento y el gozo, el tormento y el éxtasis del acto grande.
Stefan Zweig (Momentos estelares de la humanidad (Opera Magna) (Spanish Edition))
Por las mañanas Mi pequeñuelo Me despertaba Con un gran beso. Puesto a horcajadas Sobre mi pecho, Bridas forjaba Con mis cabellos. Ebrio él de gozo, De gozo yo ebrio, Me espoleaba Mi caballero: ¡Qué suave espuela Sus dos pies frescos! ¡Cómo reía Mi jinetuelo! Y yo besaba Sus pies pequeños, ¡Dos pies que caben En solo un beso!
José Martí (Poesía De Amor)
Ó virtude da minha alma, entrai nela, adaptai-a a Vós, para a terdes e possuirdes sem mancha nem ruga. É esta a esperança com que falo, a esperança em que me alegro quando gozo de uma alegria sã. Os outros bens dessa vida, tanto menos se deveriam chorar, quanto mais os choramos; e tanto mais se deveria chorar, quanto menos os choramos.
Augustine of Hippo
Cuando muera, quiero estar completamente agotado. Pues cuanto más duramente trabajo, más vivo. Gozo de la vida por la vida misma. Para mí la vida no es una pequeña vela. Es una especie de antorcha espléndida que por el momento sostengo, con fuerza, y quiero que arda con el mayor brillo posible antes de entregarla a las futuras generaciones.
George Bernard Shaw
No cejé. Lo último que se le puede pedir a un creador es que se rinda. Quienes no se dedican al arte, contadores o empresarios, creen que puede medirse en términos de éxitos o fracasos. Ignoran por completo la razón de ser del arte. El arte es en sí mismo y un gozo hacerlo. Los logros, los aplausos ayudan. Son la cereza en el pastel, no el pastel. El pastel es el trabajo diario. La alegría de poder subsistir de la actividad que nos apasiona y no estar sentados ocho horas en una oficina, llegar a casa, cenar, hablar cinco minutos con la pareja, ver televisión, dormir y despertar al día siguiente a las siete para volver a lo mismo. Con o sin éxito, crear se convierte en una adicción.
Guillermo Arriaga (Salvar el fuego)
Hablar sinceramente de ciertos temas serios implica el tono humorístico como único modo de evitar la solemne ridiculez.
Fernando Savater (Figuraciones mías: Sobre el gozo de leer y el riesgo de pensar)
¿Hay algo más cristiano que la mosca? La mosca es constante, persistente, zumbona. A la mosca le gusta andar en las llagas, en el pus, en la basura, como a los verdaderos cristianos.
Fernando Savater (Figuraciones mías: Sobre el gozo de leer y el riesgo de pensar)
O espírito íntimo e o sentido da vida verdadeira e pura do claustro e do ascetismo em geral, é sentirmo-nos dignos e capazes de uma existência melhor do que a nossa, e querermos fortificar e manter esta convicção pelo desprezo de todos os vãos gozos deste mundo. Espera-se com segurança e calma o fim desta vida, livre das ilusões enganadoras, para saudar um dia a hora da morte como a da libertação.
Arthur Schopenhauer (On the Suffering of the World)
El arte es vida potenciada. Procura un goce más intenso, pero consume más deprisa. Imprime en el rostro de sus servidores las huellas de aventuras espirituales e imaginarias y, a la larga, engendra en el artista, por más que éste viva exteriormente inmerso en una paz conventual, cierta hipersensibilidad refinada un cansancio y una curiosidad nerviosa que una vida colmada de gozos y pasiones turbulentas apenas conseguiría despertar.
Thomas Mann (La muerte en Venecia / Mario y el mago)
- Sim, é talvez tudo uma ilusão... E a Cidade a maior ilusão! Tão facilmente vitorioso redobrei de facúndia. Certamente, meu Príncipe, uma ilusão! E a mais amarga, porque o Homem pensa ter na Cidade a base de toda a sua grandeza e só nela tem a fonte de toda a sua miséria. (...) Na Cidade perdeu ele a força e beleza harmoniosa do corpo, e se tornou esse ser ressequido e escanifrado ou obeso e afogado em unto, de ossos moles como trapos, de nervos trémulos como arames, com cangalhas, com chinós, com dentaduras de chumbo, sem sangue, sem febra, sem viço, torto, corcunda - esse ser em que Deus, espantado, mal pode reconhecer o seu esbelto e rijo e nobre Adão! Na Cidade findou a sua liberdade moral: cada manhã ela lhe impõe uma necessidade, e cada necessidade o arremessa para uma dependência: pobre e subalterno, a sua vida é um constante solicitar, adular, vergar, rastejar, aturar; e rico e superior como um Jacinto, a Sociedade logo o enreda em tradições, preceitos, etiquetas, cerimónias, praxes, ritos, serviços mais disciplinares que os de um cárcere ou de um quartel... A sua tranquilidade (bem tão alto que Deus com ela recompensa os santos ) onde está, meu Jacinto? Sumida para sempre, nessa batalha desesperada pelo pão, ou pela fama, ou pelo poder, ou pelo gozo, ou pela fugidia rodela de ouro! Alegria como a haverá na Cidade para esses milhões de seres que tumultuam na arquejante ocupação de desejar - e que, nunca fartando o desejo, incessantemente padecem de desilusão, desesperança ou derrota? Os sentimentos mais genuinamente humanos logo na Cidade se desumanizam! Vê, meu Jacinto! São como luzes que o áspero vento do viver social não deixa arder com serenidade e limpidez; e aqui abala e faz tremer; e além brutamente apaga; e adiante obriga a flamejar com desnaturada violência. As amizades nunca passam de alianças que o interesse, na hora inquieta da defesa ou na hora sôfrega do assalto, ata apressadamente com um cordel apressado, e que estalam ao menor embate da rivalidade ou do orgulho. E o Amor, na Cidade, meu gentil Jacinto? Considera esses vastos armazéns com espelhos, onde a nobre carne de Eva se vende, tarifada ao arratel, como a de vaca! Contempla esse velho Deus do Himeneu, que circula trazendo em vez do ondeante facho da Paixão a apertada carteira do Dote! Espreita essa turba que foge dos largos caminhos assoalhados em que os Faunos amam as Ninfas na boa lei natural, e busca tristemente os recantos lôbregos de Sodoma ou de Lesbos!... Mas o que a cidade mais deteriora no homem é a Inteligência, porque ou lha arregimenta dentro da banalidade ou lha empurra para a extravagância. Nesta densa e pairante camada de Idéias e Fórmulas que constitui a atmosfera mental das Cidades, o homem que a respira, nela envolto, só pensa todos os pensamentos já pensados, só exprime todas as expressões já exprimidas: - ou então, para se destacar na pardacenta e chata rotina e trepar ao frágil andaime da gloríola, inventa num gemente esforço, inchando o crânio, uma novidade disforme que espante e que detenha a multidão como um monstrengo numa feira. Todos, intelectualmente, são carneiros, trilhando o mesmo trilho, balando o mesmo balido, com o focinho pendido para a poeira onde pisam, em fila, as pegadas pisadas; - e alguns são macacos, saltando no topo de mastros vistosos, com esgares e cabriolas. Assim, meu Jacinto, na Cidade, nesta criação tão antinatural onde o solo é de pau e feltro e alcatrão, e o carvão tapa o céu, e a gente vive acamada nos prédios como o paninho nas lojas, e a claridade vem pelos canos, e as mentiras se murmuram através de arames - o homem aparece como uma criatura anti-humana, sem beleza, sem força, sem liberdade, sem riso, sem sentimento, e trazendo em si um espírito que é passivo como um escravo ou impudente como um Histrião... E aqui tem o belo Jacinto o que é a bela Cidade! (...) -Sim, com efeito, a Cidade... É talvez uma ilusão perversa!
Eça de Queirós (A Cidade e as Serras)
Muchos dicen: «Si yo tuviera . . ., sería tal», «Si yo viviera ahí, sería diferente»; si después de hacerte estas preguntas concluyes que realmente lo necesitas, entonces el siguiente paso es saber cuándo y para qué lo vas a usar. Cuando tengas esas respuestas digeridas, y por escrito, vienen las preguntas decisivas: •​¿Esto que haré me traerá paz y gozo? •​¿Esto me acerca a mi propósito de vida? •​¿Esto que tanto deseo sirve a los demás?
Daniel Habif (Inquebrantables (Unbreakable))
—¿Acaso piensas que no son más que unos papelitos con una emulsión química en una de sus caras? Si es así, te equivocas. Son mucho más que eso. Atesoran parte de la vida de las personas. Reflejan la futilidad de un instante; la luz, el viento y el aire de un paisaje; la sonrisa y el azoramiento de la persona fotografiada, y el gozo y amor de quien toma la foto por aquello que fotografía. Por eso precisamente hacemos fotografías y por eso deben conservarse.
Yōko Ogawa (The Memory Police)
Después de su confesión y perdón, fue desatada la elocuencia que Dios le había dado a David. Lea las urgentes palabras de su oración. Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Anúnciame gozo y alegría; infunde gozo en estos huesos que has quebrantado. Aparta
Dave Earley (Las 21 Oraciones Más Efectivas de la Biblia: 21 Most Effective Prayers of the Bible (Spanish Edition))
Rodolphe ouvira tantas vezes dizer tais coisas que elas nada mais tinham de original para ele. Emma assemelhava-se a todas as suas amantes; e o encanto da novidade, caindo pouco a pouco como uma veste, deixava ver a nu a eterna monotonia da paixão que tem sempre as mesmas formas e a mesma linguagem. Aquele homem tão experiente não distinguia mais a diferença dos sentimentos sob a igualdade das expressões. Porque lábios libertinos ou venais lhe haviam murmurado frases semelhantes, ele mal acreditava em sua candura; era preciso, pensava, descontar suas palavras exageradas, escondendo as afeições medíocres: como se a plenitude da alma não transbordasse algumas vezes nas metáforas mais vazias, já que ninguém pode algum dia exprimir exatamente suas necessidades ou seus conceitos, nem suas dores e já que a palavra humana é como um caldeirão rachado, no qual batemos melodias próprias para fazer danças os ursos quando desejaríamos enternecer as estrelas. Porém, com a superioridade crítica de quem, em qualquer compromisso, se mantém na retaguarda, Rodolphe percebeu naquele amor a possibilidade de explorar outros gozos. Julgou todo pudor como algo incômodo. Tratou-a sem cerimonia. Fez dela algo de maleável e de corrompido. Era uma espécie de afeto idiota cheio de admiração para ele, de volúpia para ela, uma beatitude que a entorpecia; e sua alma afundava naquela embriaguez e nela se afogava, encarquilhada (...)
Gustave Flaubert (Madame Bovary)
Mirad, porque a fe mía es cosa curiosa. Allí tenéis un hombre que estaba resignado a su suerte, que marchaba al patíbulo, que iba a morir como un cobarde, es verdad, pero, después de todo, iba a morir sin blasfemar y sin resistirse, ¿y sabéis lo que le daba alguna fuerza? ¿Sabéis lo que le consolaba? ¿Sabéis lo que le hacía sufrir el suplicio con resignación… ?, el que otro participaba de su angustia, que otro iba a morir como él, que otro iba a morir antes que él. Llevad dos carneros o dos bueyes al matadero, y haced comprender a uno de ellos que su compañero no morirá. El carnero balará de gozo y el buey mugirá de placer. Pero el hombre, el hombre que Dios ha creado a su imagen, el hombre a quien Dios impuso por primera, por única, por suprema ley, el amor al prójimo, el hombre a quien ha dado una voz para expresar su pensamiento, ¿cuál será su primer grito al saber que su compañero se ha salvado? Una blasfemia. ¡Oh!, ¡honor al hombre, a esa obra maestra de la naturaleza, a ese rey de la creación!
Alexandre Dumas (El conde de Montecristo: Ilustrado (Spanish Edition))
-Si me quito la corona y el cartucho, la cruz egipcia del brazo y el sello de la cintura, y los coloco sobre el césped, ¿me besarás Senmut? Giró la cabeza para mirarla y al ver sus ojos, brillantes por las lágrimas, que no se apartaban de los suyos, y el imperceptible temblor de sus labios, tomó ese rostro tan amado entre sus manos y comenzó a acariciarle las tersas mejillas con increíble gozo. -No -le susurró-. No, Poderosa señora. Os besaré tal cual estáis, mi Divina reina, alegría de mi corazón, hermana mía. No habrá engaños.
Pauline Gedge (Child of the Morning)
São terríveis os Vossos Juízos, Senhor, pois a Vossa Verdade não é minha nem de qualquer outro, mas de todos nós, a quem manifestadamente convidais a participar dela. Vós nos admoestais reverissimamente a quem não queiramos tê-la como bem privado, para que não nos privemos dela. Efetivamente, quem revindica só para si próprio aquilo que ofereceis para o gozo de todos, querendo como particular o que é de todos, é repelido desses bens comuns para os seus, isto é, da verdade para a mentira. 'Com efeito, quem fala de si próprio mente'.
Augustine of Hippo (Confessions)
Abre tu corazón para recibir el mejor regalo imaginable: Jesús se ha dado a Sí mismo por ti, muriendo y sirviéndote, para estar contigo por toda la eternidad. Recibe esto. Aléjate de tu pecado y de tu propia justicia. Hazte como un niño. Confía en Él. Confía en Él. Confía en Él con tu vida.
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)
—Vi a mi madre en su ataúd—dijo por fin—. Las mujeres le habían trenzado el pelo para que tuviera un aspecto decoroso, pero mi padre no lo permitió. Quería verla por última vez tal como era para él. Fue personalmente al ataúd, le deshizo las trenzas y extendió la cabellera con las manos, cubriendo la almohada. Hizo una pausa; su pulgar quedó inmóvil. —Yo estaba allí, quieto en el rincón. Cuando todos salieron para recibir al cura me acerqué sigilosamente. Era la primera vez que veía a una persona muerta.—Dejé que mis dedos se cerraran sobre su antebrazo.— Una mañana mi madre me dio un beso en la frente; luego volvió a colocarme la horquilla que se me había desprendido de mi pelo ensortijado y salió. Jamás volví a verla. La velaron con el ataúd cerrado. —¿Era…ella? —No.—Contemplaba el fuego con los ojos entornados—. No del todo. Se le parecía, pero nada más. Como si alguien la hubiera tallado en madera de abedul. Pero su pelo… eso aún tenía vida. Eso todavía era…ella. Lo oí tragar saliva y carraspear un poco. —La cabellera le cruzaba el pecho, cubriendo al niño que yacía con ella. Pensé que a él no le gustaría sofocarse de ese modo. Y retiré las guedejas rojas para dejarlo a la vista. Mi hermanito, acurrucado en sus brazos, con la cabeza en su seno, abrigado y en sombras bajo la cortina de pelo. Y enseguida pensé que no, que estaría más contento si lo dejaba así. Y volví a alisar la cabellera de mi madre para cubrirle la cabeza. Su pecho se elevó bajo mi mejilla. Deslizó lentamente las manos por mi pelo. —No tenía una sola cana, Sassenach. Ni una. Ellen Fraser había muerto de parto a los treinta y ocho años. Mi madre, a los treinta y dos. Y yo… yo tenía la riqueza de todos esos años largos que ellas habían perdido. Y más aún. —Para mí es un gozo ver cómo te tocan los años, Sassenach—susurró—, pues significa que vives.
Diana Gabaldon (The Fiery Cross (Outlander, #5))
É uma chatice mas a verdade é que as coisas boas só nos acontecem se formos bons. Bons? É mais se formos honestos, não uma honestidade de cumprir a lei... - eu cá era capaz de profanar uma campa e de roubar os dois olhos de um morto se achasse que isso me dava gozo por um dia -, mas uma honestidade para connosco. Tudo menos ser-se cobarde, fingido, um bandido emocional, uma puta: preferia ter cancro a um coração falso. O que não tem nada de beato, é uma questão muito prática. O cancro pode matar, mas a alternativa de certeza que mata. Oh, que se lixe, passa-me a guitarra que eu canto-te um fado num português impecável.
Truman Capote
Si queréis calentaros debéis poneros cerca del fuego; si queréis mojaros debéis meteros en el agua. Si queréis gozo, poder, paz, vida eterna, debéis acercaros, o incluso introduciros, en aquello que los tiene. Estas cosas no son una especie de premio que Dios podría, si quisiera, entregar a cualquiera. Son una gran fuente de energía y belleza que mana desde el centro mismo de la realidad. Si estáis cerca de esa fuente, su salpicadura os mojará; si no lo estáis, permaneceréis secos. Una vez que un hombre está unido a Dios, ¿cómo no iba a vivir para siempre? Una vez que un hombre está separado de Dios, ¿cómo no va a marchitarse y morir?
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
No les preocupaba lo que pensaran los demás, ya que para ellos había llegado ese momento de felicidad que sólo se conoce una vez en la vida. Un instante mágico que proporciona juventud al viejo, belleza a la persona corriente, riqueza al pobre, y que da al corazón humano una muestra de lo que se siente estar en el cielo.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
Si queréis calentaros debéis poneros cerca del fuego; si queréis mojaros debéis meteros en el agua. Si queréis gozo, poder, paz, vida eterna, debéis acercaros, o incluso introduciros, en aquello que los tiene. Estas cosas no son una especie de premio que Dios podría, si quisiera, entregar a cualquiera. Son una gran fuente de energía y belleza que mana desde el centro mismo de la realidad. Si estáis cerca de esa fuente, su salpicadura os mojará; si no lo estáis, permaneceréis secos. Una vez que un hombre está unido a Dios, ¿cómo no iba a vivir para siempre? Una vez que un hombre está separado de Dios, ¿cómo no va a marchitarse y morir? ¿
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
EL MAL Mientras que los gargajos rojos de la metralla silban surcando el cielo azul, día tras día, y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe se hunden batallones que el fuego incendia en masa; mientras que una locura desenfrenada aplasta y convierte en mantillo humeante a mil hombres; ¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba, en tu gozo, Natura, que santa los creaste, existe un Dios que ríe en los adamascados del altar, al incienso, a los cálices de oro, que acunado en Hosannas dulcemente se duerme. Pero se sobresalta, cuando madres uncidas a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.
Arthur Rimbaud
Vivo entre dos mundos. La mitad del tiempo me gusta hacer las labores domésticas, me importa mucho mi aspecto, me interesan mucho los hombres y coqueteo maravillosamente (quiero decir que realmente les admiro, aunque me moriría antes de tomar la iniciativa; eso es cosa de hombres), nunca defiendo mi opinión en las conversaciones, y me gusta cocinar. Me gusta hacer cosas por los demás, sobre todo por los hombres. Duermo bien, me despierto a la hora en punto y no sueño. Solamente tengo un defecto: Soy frígida. En mi otra encarnación vivo tal cúmulo de conflictos que te parecería imposible que sobreviva, pero sí sobrevivo; me despierto enfurecida, me acuesto paralizada por el desánimo, me enfrento con lo nue sé perfectamente que es condescendencia y desprecio abstracto, me peleo, grito, me enojo con personas que ni siquiera conozco, vivo como si fuera la única mujer del mundo que está intentando conseguirlo todo, trabajo como una loca, lleno todo mi apartamento de notas, artículos, manuscritos y libros, me cabreo, no me importa, me pongo estridentemente pendenciera, a veces río y lloro en el espacio de cinco minutos de pura frustración. Tardo dos horas en dormirme y una en despertarme. Sueño ante mi mesa de despacho. Sueño en todos sitios. Voy muy mal vestida. Pero ¡oh, cómo gozo la comida! Y ¡oh, cómo jodo!
Joanna Russ (The Female Man)
«[…] Apropiarse de la tristeza, tragándosela sorbo a sorbo, inhalándola, aprisionándola dentro de usté, dejándola entrar hasta el último rincón del cuerpo, hasta que nada de ella quede fuera. ¿En ese momento qué la va a rodear si ya dejó entrar toda la tristeza?» —¿Qué? —preguntó Azucena. «—¡Pues la felicidad! Por eso no hay que temerle a la tristeza, al dolor. Hay que saberlos gozar, aceptar. "Lo que resistes persiste." Si uno resiste el sufrimiento, éste siempre nos va a estar rodeando. Si uno lo acepta como parte de la vida, del todo, y lo deja entrar hasta agotarlo, quedará rodeado de alegría, de felicidad. ¡Adelante, mucha suerte, niña, y a darle vuelo al gozo! […]» (P. 144)
Laura Esquivel (The Law of Love)
Ver a tu amante dormida, risueña en su sueño apacible bajo tu protección, amándote hasta en sueños, en el momento en que la criatura parece dejar de ser, y ofreciéndote todavía una boca muda que en el sueño te habla del último beso; ver una mujer confiada, medio desnuda, aunque envuelta en su amor como en un manto, y casta en el seno del desorden; admirar sus vestidos esparcidos, una media de seda, quitada rápidamente la noche anterior para complacerte, un ceñidor desabrochado que te confiesa una fe infinita, ¿no es un gozo sin nombre? Ese ceñidor es un poema entero, la mujer a la que defendía ya no existe, es tuya, se ha hecho tú. Si le eres infiel en lo sucesivo, te hieres a ti mismo.
Honoré de Balzac (The Wild Ass's Skin)
Cuando eres discípulo de Jesús no te conviertes en Su ayudador. Él se convierte en tu Ayudador. No te conviertes en Su benefactor. Él se convierte en tu Benefactor. No te conviertes en Su siervo. Él se convierte en tu Siervo. Jesús no necesita tu ayuda; Él demanda tu obediencia y te ofrece Su ayuda. La Navidad significa que Jesús vino a servir, no a ser servido. Vino a ayudarnos a hacer todo lo que nos manda a hacer.
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)
E se ao menos essa ilusão da Cidade tornasse feliz a totalidade dos seres que a mantêm... Mas não! Só uma estreita e reluzente casta goza na Cidade os gozos especiais que ela cria. O resto, a escura, imensa plebe, só nela sofre, e com sofrimentos especiais que só nela existem! Deste terraço, junto a esta rica Basílica consagrada ao Coração que amou o Pobre e por ele sangrou, bem avistamos nós o lôbrego casario onde a plebe se curva sob esse antigo opróbrio de que nem Religiões, nem Filosofias, nem Morais, nem a sua própria força brutal a poderão jamais libertar! Aí jaz, espalhada pela Cidade, como esterco vil que fecunda a Cidade. Os séculos rolam; e sempre imutáveis farrapos lhe cobrem o corpo, e sempre debaixo deles, através do longo dia, os homens labutarão e as mulheres chorarão. E com este labor e este pranto dos pobres, meu Príncipe, se edifica a abundância da Cidade! Ei-la agora coberta de muradas em que eles se não abrigam; armazenada de estofos, com que eles se não agasalham; abarrotada de alimentos, com que eles se não saciam! Para eles só a neve, quando a neve cai, e entorpece e sepulta as criancinhas aninhadas pelos bancos das praças ou sob os arcos das pontes de Paris... A neve cai, muda e branca na treva; as criancinhas gelam nos seus trapos; e a polícia, em torno, ronda atenta para que não seja perturbado o tépido sono daqueles que amam a neve, para patinar nos lagos do Bosque de Bolonha com peliças de três mil francos. Mas quê, meu Jacinto! A tua Civilização reclama insaciavelmente regalos e pompas, que só obterá, nesta amarga desarmonia social, se o Capital der ao Trabalho, por cada arquejante esforço, uma migalha ratinhada. Irremediável, é, pois, que incessantemente a plebe sirva, a plebe pene! A sua esfalfada miséria é a condição do “esplendor sereno da Cidade. Se nas suas tigelas fumegasse a justa ração de caldo – não poderia aparecer nas baixelas de prata a luxuosa porção de foie gras e túbaras que são o orgulho da Civilização. Há andrajos em trapeiras – para que as belas Madames d’Oriol, resplandecentes de sedas e rendas, subam, em doce ondulação, a escadaria da Ópera. Há mãos regeladas que se estendem, e beiços sumidos que agradecem o dom magnânimo de um sou – para que os Efrains tenham dez milhões no Banco de França, se aqueçam à chama rica da lenha aromática, e surtam de colares de safiras as suas concubinas, netas dos duques de Atenas. E um povo chora de fome, e da fome dos seus pequeninos – para que os Jacintos, em janeiro, debiquem, bocejando, sobre pratos de Saxe, morangos gelados em champanhe e avivados de um fio de éter! – E eu comi dos teus morangos, Jacinto! Miseráveis, tu e eu! Ele murmurou, desolado: – É horrível, comemos desses morangos...
Eça de Queirós (A Cidade e as Serras)
A Historia me chupa inteiro, a lingua porejando sangue goza filhinho, sim dona Historia, vou indo, estou cheio de ideias, tenho duvidas, tenho gozo rapidos e agudos, vou te apalpando agora, o povo me olha, o povo quer muito de mim, gosto do povo, devo ser o povo, devo ser um unico e harmonico povo-ovo, devo morrer pelo povo, adentrado nele, devo rugir e ser um so com o povo, Axelrod-povo, Axelroad-coesao, virulência, Axelroad-filho do povo, HISTORIA-POVO, janto com meus pais, sopa de proletariado, paezinhos mencheviques, engulo o monopolio, emocionado bebo a revoluçao, lendo vou dirigindo o intelecto, mas estou faminto, estarei sempre faminto, cago o capitalismo, o lucro, a bolsa de titulos, e ainda estou faminto, ô meu deus, eu me quero a mim, o ossudo seco, eu. Aos vinte temos muitas certezas e depois so duvidas, certeza de nada eu tenho exceçao. Aos vinte pontifiquei, tinha orgulho danado, um visual pretensamento sabio como?
Hilda Hilst
Todo lo que experimentamos –gozo o dolor, interés o aburrimiento– se representa en la mente como información. Si somos capaces de controlar esta información, podremos decidir cómo será nuestra vida. El estado óptimo de experiencia interna es cuando hay orden en la conciencia. Esto sucede cuando la energía psíquica (o atención) se utiliza para obtener metas realistas y cuando las habilidades encajan con las oportunidades para actuar. La búsqueda de un objetivo trae orden a la conciencia porque una persona debe concentrar su atención en la tarea que está llevando a cabo y olvidarse momentáneamente de todo lo demás. Estos períodos de lucha para superar desafíos son lo que la gente define como los mejores momentos de su vida (capítulo 3). Una persona que ha conseguido controlar la energía psíquica y la ha utilizado conscientemente para obtener una meta no puede más que desarrollarse y convertirse en un ser más complejo. Al adiestrar nuestras habilidades, al enfrentarnos a desafíos superiores, tal persona se convierte, cada vez más, en un individuo extraordinario.
Mihály Csíkszentmihályi (Fluir (Flow): Una psicologia de la felicidad)
Eran tres hermanos Tres almas pequeñas. Una tuvo hogar Y vida serena. Al otro tocó La mejor parcela: Vivir con Jesús Dentro de su hacienda. Pero el más pequeño Tenía una reserva; Se construyó un muro De cal y de piedra. Con cuatro paredes, Y una sola puerta. Los dos varias veces Quisimos que se abriera. La dejó cerrada Por nuestra torpeza. Cuando nos herían (Un niño es de cera, De plumas de alondra Y nubes ligeras) Yo gritaba fuerte Mi dolor y afrenta Quedando después Vacía y contenta. Mi hermano callaba Lleno de prudencia; Pero el pequeñito Se escondía afuera Mojando su llanto El muro de piedra. Los años pasaron Y el gozo y la pena Me enseñaron cosas Muy sabias y ciertas. Un hombre sensible De alma de poeta No quiere herir nunca, Ni que a él lo hieran. No volví a tratar De tocar la puerta. Pero con los años Se ha abierto una grieta Muy chiquititita Como una lenteja. Yo me asomé un día Llena de impaciencia, Pensando ver sólo Lo gris de la piedra. Por el agujero Vi una bella huerta. Hay árboles grandes Que dan sombra fresca Una bugambilia Da flores bermejas Y en la fuente clara El agua gorjea. Pero lo más bello Es ver que la piedra Triste y gris del muro Una huerta encierra Con flores y frutos Con agua y con siembra.
Juan Villoro (La figura del mundo)
Fue en la lado moral y en mi propia persona donde aprendía reconocer la absoluta y primitiva dualidad del hombre. Entonces vi que las dos naturalezas que contendían en el campo de mi conciencia, si podía decirse con razón que cualquiera de ellas era la mía, es porque lo eran esencialmente las dos; así pues, desde fecha muy temprana, ya antes de que en el proceso de mis descubrimientos científicos se vislumbrase la más vaga posibilidad de tal milagro, me había acostumbrado a acariciar con delectación, como un dulce ensueño, la idea de la separación de esos elementos. Si cada uno de ellos -me decía- pudiera ser alojado en una personalidad distinta, la humanidad se vería aliviada de una insoportable pesadumbre. El injusto seguiría su camino, libre de las aspiraciones y de los remordimientos de su inflexible hermano gemelo, y el justo podría caminar firme y seguro, por su senda ascendente, practicando las buenas acciones en que encuentra su gozo y sin estar ya nunca expuesto a deshonras y penitencias por culpa de una maldad que no era suya. Era la maldición de la humanidad que estuviesen atadas juntas en un solo haz esas dos cosas antagónicas, y que en la dolorida entraña, en la conciencia, los dos gemelos irreconocibles mantuvieran una lucha sin tregua.
Robert Louis Stevenson (El extrano caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde/ The Strange Case of Dr. Jekeyll and Mr. Hyde (Clasicos Juveniles/ Juvenile Classics) (Spanish Edition))
El júbilo de ver de nuevo su rostro, de volver a abrazarla, de escuchar su risa, de verla comer, de mirar sus manos otra vez, la dicha de contemplar su cuerpo desnudo, de besar su cuerpo desnudo, de ver cómo frunce el ceño, cómo se cepilla el pelo, se pinta las uñas, la alegría de estar otra vez con ella en la ducha, de hablar de libros con ella otra vez, de ver cómo se le llenan los ojos de lágrimas, de ver cómo camina, de oír cómo insulta a Ángela, el regocijo de leerle en voz alta, de oírla eructar, de ver cómo se cepilla los dientes, el gozo de desnudarla de nuevo, de juntar otra vez la boca con la suya, de mirarle la nuca, el placer de andar por la calle con ella, de ponerle el brazo sobre los hombros, de lamerle los pechos de nuevo, de penetrar en su cuerpo, de volver a despertarse a su lado, de hablar de matemáticas con ella, de comprarle ropa, de darle y recibir masajes en la espalda, de volver a hablar de su porvenir, la alegría de vivir otra vez con ella en el presente, de oírla decir que lo quiere, de decirle que la quiere, de volver a sentir la mirada de sus intensos ojos negros, y luego la tortura de verla abordar el autobús en la terminal de Port Authority en la tarde del 3 de enero con la plena conciencia de que hasta abril, dentro de más de tres meses, no tendrá ocasión de volver a estar con ella.
Paul Auster (Sunset Park)
¿Quién soy yo y qué clase de persona? ¿Qué no hubo de maldad… o en mis hechos o, si no en mis hechos, en mis dichos o, si no en mis dichos, en mi voluntad? Tú, en cambio, Señor, has sido bueno y misericorde4, que con tu diestra volvías la mirada a la profundidad de mi mente y evacuabas del fondo de mi corazón un abismo de corrupción. Y esto consistía en que no quisiera yo todo lo que quería y quisiera lo que Tú querías5. Pero ¿dónde estaba a lo largo de tantos años…? ¡Y de qué bajo y profundo escondrijo en un instante se hizo salir mi libre decisión, la de entregarte mi cerviz a tu grato yugo y mis hombros a tu ligera carga6, Cristo Jesús, protector mío y redentor mío7! ¡Cuán deleitoso me resultó de pronto carecer de los deleites de tantas bobadas, esas que había temido desaprovechar y era ya un gozo despachar. La verdad era que de mí las expulsabas Tú, verdadero y sumo deleite, y entrabas en su lugar, más dulce que todo placer —pero no para la carne y la sangre8—, más brillante que toda luz —pero más íntimo que todo secreto—, más sobresaliente que todo honor —pero no para los que sobresalen en sus personas—. Ya estaba mi espíritu libre de las devoradoras preocupaciones de ambicionar, y de adquirir, y de revolcarme, y de raspar la sarna de las pasiones. Y charlaba contigo, luminosidad mía, y riqueza mía, y salvación mía, Señor Dios mío.
Augustine of Hippo (Confesiones)
Ao relacionar-se com o mundo objetivo, por intermédio de suas faculdades, o mundo exterior torna-se real para o homem, e de fato é só o “amor” que faz o homem verdadeiramente crer na realidade do mundo objetivo a ele extrínseco. Sujeito e objeto não podem ser separados . “O olho transformou-se em olho humano quando seu objeto se converteu em um objeto humano, social, criado pelo homem e a este destinado... Eles [os sentidos] se relacionam com a coisa devido a esta, mas a coisa em si mesma é uma relação humana objetiva para si própria e para o homem, e vice-versa. A necessidade e o gozo perderam, assim, seu caráter egoísta, e a natureza perdeu sua mera utilidade pelo fato de sua utilização ter-se transformado em utilização humana. (Com efeito, só posso relacionar-me de maneira humana com uma coisa quando esta se relaciona de maneira humana com o homem)” Esta última afirmação é quase exatamente a mesma feita no pensamento do budismo Zen, assim como por Goethe. De fato o pensamento de Goethe, Hegel e Marx se acha intimamente ligado ao do Zen. O que há de comum neles é a ideia do homem superar a cisão entre sujeito e objeto; o objeto é um objeto, mas no entanto cessa de ser objeto , e nesta nova abordagem o homeme se funde com o objeto, conquanto ele e o objeto continuem a ser dois. O homem ao relacionar-se humanamente com o mundo objetivo, supera a alienação de si mesmo.
Erich Fromm (Marx's Concept of Man)
Dizia-me: vale a pena viver para morrer? Gozar para quê ? O trabalho é mais vão que a poeira alevantada por um cavalo a galope! Amigo, morrerás! Este morrerás revestia no meu espírito a significação exacta dum prazo. Não era a noção vaga «morrer», mas antes o juízo determinado «não viver». Não viver podia alongar-se no tempo e, todavia, não era amanhã, era já hoje. Nele se me sentenciava à vida a ablação, por inútil, de tudo o que ela representava, no espaço, de gozo, de posse, de sentimento de mim mesmo - via-me a entrar para a antecâmara do meu próprio celário. Mas se este pensamento se encarniçava particularmente na esfera do eu, às vezes batia asas para abranger o universo em suas finalidades. E proclamava: tu; os outros; todos; esta cidade; o reino; a terra. Daqui a cem anos terão passado, em matéria, os que te amam e cercam; mais uns séculos e a memória deles será mais fugaz que a mente dum recém-nascido. Conta mais uns séculos, e onde estará o teu país ? E se teu entendimento pode apreender no relógio do tempo o ponteiro salvar os milénios, este planeta, em que ensaiais edificar o imortal, não será mais que cinza semeada no oceano sidéreo. Vale a pena existir? Da Vénus de Milo, a jucunda e gloriosa, não ficará uma sombra, nem da Bíblia sapiente um eco; da ciência não se salvará uma lei. Tudo o que saiu da boca do infinito acaba na boca do infinito, sem que ele caduque, o monstro! Mors de mor sus.
Aquilino Ribeiro (A Via Sinuosa)
Instintivamente acaricia o velo de cedro penumbroso, bosque arruivado a ensombrar-lhe o cimo das coxas; curva-se de novo e, admirada, vai tão longe quanto pode na abordagem tímida dos lábios de anil da molhada boca do seu ventre. A separá-los: penetrando, afagando-os, a sentir os dedos numa humidade lenta, um orvalho dolente, uma resina turva. Ali, onde há sucos e gosto sem ferida. Ali, onde há fenda, há céu, há mar. Mato de se perder na busca da vertigem no assombro da ousadia do acto; gosto e travo a rosa insatisfeita, odor de chuva, de cardo, de almíscar. Perfume de nardo a desatar-lhe os nervos, enquanto persegue o improvável mapa do delírio: mais acima a mina, e logo abaixo o poço. Modorra de papoila a florescer no alto, a entumescer ao tacto. Prazer diverso e gozo que a muda, e ela transgride, voa, cresce. E tanto no clítoris como na vulva, o bordado a cheio vai-se enredando, matizando, demorando nas caprochosas cores, nos desenhos, nas misteriosas linhas de agulha onde se enleia. Veia que o fogo entorna, toma e incendeia. Na procura do êxtase. E Leonor ondeia. Rola enovelada em cima do leito onde se distende, roda e cede a galgar o parapeito de si própria, deixando a razão apagada à cabeceira. Rodopia. Resvala. Mãos descendo e subindo, indo e vindo, na descoberta dos desvãos, do topo, dos secretos recantos de segredo, em todos os lugares e tempos que o orgasmo guarda. Entorna. Derrama. Grita e explode. Gemendo sob o pulso que lhe amordaça a fala pelo próprio avesso. Assim leve, assim solta, assim livre. Leonor corre, voa, nada, desvenda. E finalmente foge. Consigo mesma.
Maria Teresa Horta (As Luzes de Leonor)
Lo había conocido años atrás cuando asistió a una de mis cruzadas, donde lloró arrepentido y oró pidiendo ser salvo. Aquella noche salió de la sala de oración con verdadero gozo en su corazón. Pero ahora se veía completamente desolado; nunca en mi vida había visto un rostro joven tan triste. Me dijo: —Señor Wilkerson, no sé hacia dónde encaminarme. No tengo gozo, y Dios parece estar muy lejos. Me siento tentado, y temo que voy a caer en el pecado y perder mi contacto con Dios. ¡No siento nada más que temor y temblor! Le puse la mano en el hombro y le dije: — Hijo, esta es tu hora de prueba. Dios te está probando para ver qué hay en tu corazón. ¿Estás dispuesto a arrepentirte, aceptar su perdón y seguir acercándote a la Luz? Dios no te ha abandonado. De repente empezaron a correrle lágrimas por las mejillas: — ¿Quiere decir que en realidad Dios no está enojado conmigo? — No — respondí. — Y este desasosiego y desesperanza que tengo, ¿será resultado de algún hábito terrible en mi vida? — me preguntó. Le dije que eso sólo él podía contestarlo. — Pues no, no lo creo — replicó él. Entonces, de pronto, comenzó a ver la luz: ¡después de todo no era culpa de Dios! Era su descuido de la oración y del hambre por la Palabra, durante su temporada de sufrimiento, lo que le había hecho temer y tropezar. En ese momento el Espíritu del Señor comenzó a dispensarle esperanza; levantó sus manos y alabó al Señor: “Ayúdame a salir de esto, Señor. ¡Restaura mi fe!” Cuando me despedí de él, le estaba dando gracias a Dios por hacerlo retornar a un compromiso sólido. El Espíritu Santo estaba comenzando a resplandecer de nuevo en él.
David Wilkerson (Tenemos hambre de Cristo: Experimentando su presciencia en tiempos difíciles)
Instintivamente nos sentimos inclinados a amar lo que nos causa placer y ¿hay algo que más gozo pueda proporcionarnos que un rostro hermoso, por lo menos cuando no sabemos nada en desdoro de su poseedor? Una niña ama a su pajarito... ¿Por qué? Porque vive y siente; porque es tan incapaz de defenderse como de causar daño. Sin embargo, el sapo también vive y siente, y es igualmente indefenso e inofensivo, pero, aunque ella no se sienta inclinada a causar al animal ningún mal, tampoco lo ama como al pájaro, de graciosa figura, suave plumaje y ojos brillantes y parlanchines. La mujer amable y bella es elogiada por ambas cualidades, pero en especial por la segunda; si, por el contrario, es desagradable de rostro y carácter, su fealdad será considerada poco menos que un crimen, ya que para el observador común esta es la peor ofensa, mientras que si es de aspecto vulgar y bondadoso corazón, nadie se entera de estas cualidades, excepto los que la tratan íntimamente. Otros, en cambio, se formarán encontradas opiniones sobre su ineligencia y su carácter, aunque sea tan solo por disculpar la instintiva repulsión que experimentan por quien tan poco tiene que agradecer a la naturaleza, sucediendo el caso opuesto cuando el exterior hermoso oculta un corazón perverso, pues la así dotada consigue que se le toleren defectos y flaquezas que a otra no se le consentirían. Las que poseen belleza, que se sientan agradecidas de tal don y hagan buen uso de él, como si se tratara de una cualidad intelectual; las que no la poseen, que se consuelen y hagan cuanto puedan sin ella. La belleza, aunque susceptible de ser sobrevalorada, es un don divino, que no debe despreciarse. Esto lo comprenderán bien todos aquellos que han experimentado la sensación de amar y cuyos corazones les dicen que son dignos de ser amados nuevamente; mientras que la falta de esta o cualquier otra condición superficial, puede hacerlos absolutamente incapaces de dar y recibir esa felicidad que parecen destinados a sentir y comunicar a los demás. Mal obraría la humilde luciérnaga despreciando esa facultad de producir luz sin la cual la mosca pasaría volando un y mil veces por su lado, sin detenerse jamás a descansar junto a ella. La luciérnaga oiría el rumor de las alas de la mosca, por encima, a su alrededor, y en vano trataría de dar a conocer su presencia, careciendo de los medios para que aquella fuese advertida, sin voz para llamarla, sin alas para perseguirla... Y finalmente, cansada de aletear, la mosca buscaría otro compañero, dejando a la luciérnaga vivir y morir sola.
Anne Brontë (Agnes Grey)
Recuerdo haber leído una cita de C. S. Lewis que dice: «Al parecer, nuestro Señor no cree que nuestros deseos sean demasiado fuertes, sino más bien lo contrario. Somos criaturas tibias, que nos entretenemos con la bebida, el sexo y la ambición, cuando se nos ofrece el gozo infinito, como un niño ignorante que quiere seguir haciendo pasteles de barro en un barrio pobre, porque no imagina lo que supone la oferta de unas vacaciones en el mar. Nos contentamos con demasiada facilidad».
Bob Goff (El amor hace: Descubre una vida secretamente increíble en un mundo ordinario (Spanish Edition))
¡Qué el deleite infinito y eterno de Dios en el mismo Dios pueda ahora fluir en nosotros a través del Espíritu Santo! Ésa es nuestra gloria y nuestro gozo.
John Piper (Los deleites de Dios: Meditaciones acerca del placer que siente Dios por ser Dios)
En otras palabras, cuando el escritor de la carta a los Hebreos dice que el acercarnos a Dios es lo que nos califica para la obra salvífica y eterna de nuestro Sumo Sacerdote, no quiere decir que Él nos deja solos en nuestros propios esfuerzos pecaminosos como si pudiéramos acercarnos a Dios por nuestra cuenta. Al contrario, nuestro Sumo Sacerdote intercede por nosotros y le pide al Padre que haga lo que Hebreos 13:21 dice que hará —obrar en nosotros aquello que le place— “por medio de Jesucristo”.
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)
Existe un bello cuento sufí. Un gran emperador iba al pueblo todos los días en su caballo, en la mañana, cuando estaba saliendo el sol. Era un hermoso ejercicio para él y también una manera de constatar cuánto había crecido su ciudad, cuán bella se estaba volviendo su capital. Había soñado con convertirla en el lugar más bello de la Tierra. Pero algo lo dejaba perplejo… detenía su caballo y observaba a un anciano, que debía tener unos ciento veinte años. El anciano siempre estaba trabajando en su jardín, sembrando semillas, regando los árboles, árboles que durarían cientos de años en llegar a la juventud, árboles que vivirían cuatro mil años. El emperador se sentía perplejo, pensaba: «Este hombre ya casi está en la tumba; ¿para quién está sembrando esas semillas? Nunca verá las flores ni los frutos. Es imposible que el hombre llegue a ver los resultados de su labor». Un día no pudo resistir la tentación. Se bajó de su caballo y se dirigió al anciano: —He estado pasando por aquí todos los días y la misma pregunta me surge cada vez. Pero ahora se me ha hecho imposible no interrumpir su trabajo por sólo un momento. Quiero saber: ¿para quién está sembrando esas semillas? Los árboles madurarán cuando usted ya no se encuentre aquí. El anciano miró al emperador y se rio. Dijo: —Si ésa hubiera sido la lógica de mis ancestros, yo no hubiera podido disfrutar las flores y los frutos de este bello jardín. Yo soy jardinero por tradición, mi padre y mi abuelo sembraban semillas y yo he comido los frutos. ¿Y qué de mis hijos? ¿Y qué de los hijos de mis hijos? Si mi padre y mi abuelo hubieran pensado como usted, no existiría este jardín. La gente viene desde muy lejos a ver este lugar porque tengo árboles que tienen miles de años. Simplemente hago lo que puedo por agradecimiento. Y en cuanto a sembrar semillas… ver brotar las hojas verdes al llegar la primavera es un gozo tal que se me olvida completamente cuántos años tengo. Estoy más joven que nunca. He permanecido joven porque he seguido siendo creativo. La muerte se lleva a las personas que se han vuelto inútiles. Tal vez por eso he vivido tanto tiempo y sigo siendo joven. La muerte es compasiva conmigo porque sigo el ritmo de la vida. La existencia me extrañará; la existencia no es capaz de reemplazar a nadie. Tal vez es por eso que sigo vivo. Pero tú eres joven y haces las preguntas de un hombre que se está muriendo. Y la razón es que no eres creativo. La única manera de amar la vida es creando más vida, volviendo la vida más hermosa, más fructífera, más jugosa. No abandones esta Tierra hasta que no la hayas dejado un poquito mejor que de lo que era cuando naciste. Ésa es la única religión que yo conozco. Todas las otras religiones son falsas.
Osho (Háblanos del amor. Reflexiones sobre la poesía de Kahlil Gibran: El Profeta)
En esta época del año nos enfocamos en el significado de la venida del Hijo de Dios al mundo. Y la intención de nuestra celebración debería ser la misma intención por la que Él vino, la cual está resumida en Lucas 19:10: “El Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)
Prepara tu corazón para recibir a Cristo ¿Cómo va a ser posible que ustedes crean si unos a otros se rinden gloria, pero no buscan la gloria que viene del Dios único? – Juan 5:44
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)
Soy un niño o una niña de la Dicha y la Paz Inmortal. En el fuego de mi Mente Iluminada, todo karma está siendo quemado. La fuente del gozo está brotando desde dentro mío para desbordar mi cuerpo y mi mente y derramarse en el mundo. Estoy en perfecta celebración con toda la Creación y en paz con la Madre Naturaleza.
Shuddhaanandaa Brahmachari (Mi Mente, Mi Mejor Amistad: 30 prácticas de Consciencia Plena para una vida pacífica y feliz)
Estoy bendecido con esta bella mañana, que es fresca y nueva. Llego al momento presente solo para gratificar su frescura en mi cuerpo y mi mente. Estoy agradecido con la Madre Naturaleza por sanarme, por renovarme y por liberar mientras duermo todo lo que es viejo en mi mente y mi cuerpo. Estoy saludable. Anclado en el gozo de mi espíritu, sé que el éxito me gratificara conforme paso de un momento a otro a lo largo del curso del día. El gozo dentro de mi espíritu, tocará a todas las personas que hoy me encuentre, sumándose al amor y la paz en sus vidas. Siento paz en mi cuerpo, en mi mente y en todo alrededor mío. Todo está bien.
Shuddhaanandaa Brahmachari (Mi Mente, Mi Mejor Amistad: 30 prácticas de Consciencia Plena para una vida pacífica y feliz)
La venida del eterno Hijo de Dios al mundo como el Dios-hombre, Jesucristo, es un hecho histórico. Aun así, miles de personas dicen que creen este hecho, pero viven como todos los demás. Tienen las mismas ansiedades y las mismas frustraciones que el resto de la gente.
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)
Señor Jesús, Tú eres el Mesías, el Rey de Israel. Las naciones se postran ante Ti. Dios lleva al mundo a reconocer que eres digno de adoración. Por tanto, ante cualquier oposición que encuentre, con gozo te atribuyo autoridad y dignidad, y traigo estos regalos para decirte que solo Tú puedes satisfacer mi corazón.
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)
La fe salvífica está basada en una visión espiritual de Jesús como lo que realmente es, el Hijo glorioso de Dios. Y esta visión espiritual nos es dada mediante la Verdad inspirada, las Escrituras. Así, los ojos de nuestros corazones son abiertos para reconocerlo y recibirlo, no por medio de la sabiduría humana, sino por medio de la obra reveladora de Su Padre celestial.
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)
¡Qué gran regalo sería! Deja que todas tus frustraciones en este mundo te empujen hacia la Palabra de Dios. Será algo dulce —como entrar al paraíso.
John Piper (El Gozo Verdadero de la Navidad: Lecturas diarias para el mes de diciembre)