Frente En Alto Quotes

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A la vida hay que contestarle bien alto, dice siempre. Tardé tiempo en aprender que a la vida también había que responderle antes de que te hiciera las preguntas.
Clara Asunción García (Elisa frente al mar)
Posar el tigre tiene algo de total encuentro, de alineación frente a un absoluto; el equilibrio depende de tan poco y lo pagamos a un precio tan alto, que los breves instantes que siguen al posado y que deciden de su perfección nos arrebatan como de nosotros mismos, arrasan con la tigredad y la humanidad en un solo movimiento inmóvil que es vértigo, pausa y arribo.
Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)
Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Manchado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detrimentos y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo. […] El "hijo de la chingada" es el engendro de la violación, del rapto o la burla. SI se compara esta expresión con la española, "hijo de puta", se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el mexicano, es ser fruto de una violación.
Octavio Paz (The Labyrinth of Solitude and Other Writings)
En lo alto no es luminoso, en lo bajo no es oscuro. Es eterno y no puede ser nombrado, retorna al no-ser de las cosas. Es la forma sin forma y la imagen sin imagen. Es lo confuso e inasible. De frente no ves su rostro, por detrás no ves su espalda.
Lao Tzu
Independiente de la ley, hay una manga de infelices que se merecen que les hayan metido cuatro disparos en la cien, otros tantos en los genitales y estén bien muertos. En muchos casos, quien debería estar en la cárcel es el occiso y no el asesino. Decenas de mujeres que han matado al desgraciado de su marido que las ha golpeado toda la vida, y tipos que han disparado en la calle al que intentó violar a su hija o robarle su almacén, deberían caminar hoy libres por la calle y con la frente en alto. En cambio, hoy pagan penas de largos años por hacer lo que la justicia debió haber hecho por ellos mucho antes.
Jaime Atria Rosselot (Jubilé (Spanish Edition))
Hubo una explosión roja frente a mí; de pronto no conseguía respirar con suficiente rapidez, no podía pensar por encima del rugido que me atroanaba la cabeza. En un instante estaba mirando fijamente, en el siguiente, tenía un zapato en la mano. Se lo tiré con todas mis fuerzas. Todas mis fuerzas eran fuerzas considerables, fuerzas de inmortal. Apenas vi la sandalia de seda cuando voló atravesando el aire, rápida como una estrella fugaz, tan rápida que ni un alto lord hubiera podido detectarla... Lo golpeó directamente en la cabeza. Rhys se volvió, tenía una mano en la parte posterior de la cabeza, los ojos muy abiertos. Yo ya tenía el otro zapato en la mano. Los labios de Rhys se despegaron de sus dientes. —A ver si te atreves. —Genio... Debia de tener un día para dejar traslucir así su genio. –Capítulo 5, pág. 56
Sarah J. Maas (A Court of Mist and Fury (A Court of Thorns and Roses, #2))
La casa de mis abuelos, en el barrio Providencia De Santiago, que entonces era residencial y hoy es un laberinto de comercios y oficinas, era grande y fea, una monstruosidad de cemento, habitaciones de techos altos, corrientes de aire, hollín de estufas de queroseno en las paredes, pesados cortinajes de felpa roja, muebles españoles hechos para durar un siglo, retratos horrendos de parientes muestras y pilas de libros polvorientos. El frente de la casa era señorial.
Isabel Allende (The Soul of a Woman)
Cuando el que viaja por el norte de la región central de Massachusetts se equivoca de dirección al llegar al cruce de la carretera de Aylesbury nada más pasar Dean’s Corners, verá que se adentra en una extraña y apenas poblada comarca. El terreno se hace más escarpado y las paredes de piedra cubiertas de maleza van encajonando cada vez más el sinuoso camino de tierra. Los árboles de los bosques son allí de unas dimensiones excesivamente grandes, y la maleza, las zarzas y la hierba alcanzan una frondosidad rara vez vista en las regiones habitadas. Por el contrario, los campos cultivados son muy escasos y áridos, mientras que las pocas casas diseminadas a lo largo del camino presentan un sorprendente aspecto uniforme de decrepitud, suciedad y ruina. Sin saber exactamente por qué, uno no se atreve a preguntar nada a las arrugadas y solitarias figuras que, de cuando en cuando, se ve escrutar desde puertas medio derruidas o desde pendientes y rocosos prados. Esas gentes son tan silenciosas y hurañas que uno tiene la impresión de verse frente a un recóndito enigma del que más vale no intentar averiguar nada. Y ese sentimiento de extraño desasosiego se recrudece cuando, desde un alto del camino, se divisan las montañas que se alzan por encima de los tupidos bosques que cubren la comarca. Las cumbres tienen una forma demasiado ovalada y simétrica como para pensar en una naturaleza apacible y normal, y a veces pueden verse recortados con singular nitidez contra el cielo unos extraños círculos formados por altas columnas de piedra que coronan la mayoría de las cimas montañosas.
H.P. Lovecraft (The Dunwich Horror and Others)
He hecho un alto aquí y otro más adelante; y otro en cualquier parte que me agradara. Las sociedades de nuestro tiempo han eliminado el derecho individual de no tener prisa, pero los inmunes a la ambición, los vagos y los contemplativos formamos la vanguardia del gran frente de resistencia mundial a las imposiciones esclavizantes de los que creen que el tiempo es oro. La idea de que el tiempo es oro está contaminada de ansias de poder, de alimento bélico, de angustia mercantil, de autoritarismo estatal, de irracionalidad de consumidores a ultranza. Y, en verdad, sólo cuando se transita sin prisa por las orillas de las lagunas herederas de los ámbitos en los cuales comenzó la vida humana, uno comprende objetivamente la afirmación filosófica de que el tiempo es la imagen móvil de la eternidad.
Luis Mario Lozzia
La postura rusa con respecto al protocolo desde siempre fue variable; su intención fue obtener los mayore beneficios económicos posibles de su decisión. Los cambios de decisión en el año 2004 de Rusia se ven claramente. El 24 de mayo de 2004 Rusia anuncia que ratificará el Protocolo de Kioto; el 3 de junio el mismo año anuncia que no ratificaría el Protocolo, el 16 de junio retoma su decisión inicial de ratificarlo, y finalmente, el 24 de septiembre de 2004 Rusia toma la decisión de aprobar el Protocolo de Kioto. Una de las principales razones por las cuales Rusia había tenido una posición cambiante frente a la ratificación de Protocolo está fundada en la negativa de EE.UU. a ratificarlo. La situación era la siguiente: en caso de que Rusia ratificara el Protocolo de Kioto tendría un compromiso de estabilización de emisiones de 17.4%, que era su nivel de emisiones para 1940, pero como consecuencia de la crisis económica posterior, sus emisiones estabsan en un nivel muy inferior, de tan solo 7%. Entonces, podría cumplir el tratado y aumentar sus emisiones en una buena cantidad, o vender a otros países con compromisos, su cupo de disponibilidad de emisión de CO2, de manera que todos los otros países que ratificaran el protocolo se convertirían en sus potenciales clientes, incluido EE.UU. que por sus altos niveles de emisiones en caso de ratificar el tratado. (148-149)
Hernán Villa Orrego
Y ahora, en la sombra rodeada de murallas donde no puede una rosa de seda caer sin ruido en un montón de pétalos porque las ratas corren como envenenadas entre los papeles que el viento levanta en el patio y sólo hay silencio, tu casa, las madrugadas frente a los cristales, el olor suave de tu abrazo, la bandera a media asta en una mañana de julio, el Zócalo cubierto de antorchas y banderas, el auditorio de Física donde se reunía el Consejo, el de medicina después, los delegados siempre en los mismos asientos, la mañana de las pláticas, el cuarto de baño, el agua tibia, los ruidos de la calle a las ocho cuando empieza el otoño, los árboles rojizos, el agua de las fuentes, el tapiz, las campanadas, el arco en la bahía, el color de tu pelo, la talla de marfil que conserva la curvatura del colmillo, el rumor de miles y miles de pasos de gente que avanza en silencio, las calles de donde se ha ido la luz, la policía, el ejército, el temor, los reglamentos, y sólo queda el destello breve de la libertad que no conocíamos hasta que vivimos esos días, los regresos irreales por avenidas sin luz, por calles donde no existe el poder, ni la violencia, ni los pistoleros para mantener las cabezas inclinadas, tu imagen lejana, las sombras que cambian sobre un mantel blanco, los progresos constantes en tus conocimientos, la fotografía de la muchacha con su bandera en alto, la gran bandera roja que se turnaban María Elena y Selma, la sensación de estarlo cambiando todo, de colaborar con alemanes, franceses, italianos, checos, argentinos, brasileños, uruguayos, yugoslavos, chilenos, holandeses, japoneses, norteamericanos, polacos, para cambiarlo todo, el octavo piso de la Torre, la alfombra, el olor a madera, el sillón donde dormía, el ruido del mimeógrafo, los números rojos en el elevador, las pláticas con los maestros, la asamblea de las cinco, la autocrítica cuando voté sin conocerlo el manifiesto que Ayax presentó a las cuatro de la mañana, los proyectos sobre una Universidad diferente, las discusiones sobre la posibilidad de realizarla en el seno del Estado actual, las campanadas que siempre me regresaban a ti, al interior del auto esa noche, el color que nunca antes vi igual, el olor a sal, tus manos en mis hombros, la calle recorrida a todas horas, son ya esa cicatriz.
Luis González de Alba (Los días y los años)
«En pocas palabras, las personas con alto nivel de testosterona son peores para detectar pensamientos y sentimientos de otras personas en interacciones sociales; además tienen un mayor interés en recompensas y una menor sensibilidad frente a posibles castigos».
Jeannette Von Wolfersdorff (Capitalismo (Spanish Edition))
Se lo debo a los hinchas de la U que merecen conocer de primera mano cómo fueron los hechos. Tengo como principio ir siempre con la verdad, sin medias tintas y con la frente en alto. Nunca fui de generar conflictos y mucho menos dirimir mediáticamente aspectos que corresponden al ámbito privado. Pero los acontecimientos que se desencadenaron, con trascendidos, versiones y rumores que se filtraban a los medios y nada tenían que ver con la realidad empezaron a enrarecer el clima con el que veníamos dialogando y provocaron algo que nunca busqué pero enfrenté con honestidad y no sin dolor.
Walter Montillo (Gracias a la vida (Spanish Edition))
cuando fomentamos altos niveles de calma y serenidad en nuestra vida tenemos más camino por recorrer antes de volver a sentir ansiedad. En otras palabras: la calma presente nos hace resistentes frente a la ansiedad futura. Teniendo en cuenta estos factores, es posible definir la calma como un estado subjetivo positivo, caracterizado por un bajo nivel de excitación y con una ausencia concomitante de ansiedad.
Chris Bailey (Cómo calmar tu mente: Consigue serenidad y productividad en tiempos de ansiedad)
7Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.»
Anonymous (NVI, Santa Biblia, Letra grande (Spanish Edition))
Tratemos todos de reavivar la antigua enseñanza acerca del pecado en los jardines de infantes, escuelas, colegios y universidades. No olvidemos que “la ley es buena, si uno la usa legítimamente” y que “por medio de la ley es el conocimiento del pecado” (1 Tim. 1:8; Ro. 3:20; 7:7). Pongamos la ley al frente y enfaticémosla de modo que los hombres le presten atención. Hablemos de los Diez Mandamientos e insistamos en ellos demostrando lo largo, ancho, profundo y alto de sus requerimientos. Éste fue el método de nuestro Señor en el Sermón del Monte. No hay nada mejor que podemos hacer que seguir su plan. ¡Podemos depender de él; los hombres nunca acudirán a Jesús, ni se quedarán con Jesús, ni vivirán para Jesús, a menos que realmente sepan por qué deben acudir a él y cuál es la necesidad que tienen! Aquellos
J.C. Ryle (Santidad (Spanish Edition))
En la cabeza de la procesión, los esclavos más fuertes llevaban las plataformas con las estatuas; ocho esclavos por cada dios. Todas esculpidas en mármol de Paros con el pelo y los ojos de oro puro. Afrodita, vestida con recato, y Hera, diosa de las esposas y las madres; Artemis, el afeminado Dionisio, Ares, Apolo, Hefesto y los demás, y Zeus al frente, dos palmos más alto que los otros dioses. Y a su lado, una estatua de Filipo. Se
Christian Cameron (El Dios de la guerra)
Me acuerdo, por ejemplo, cuando nos desnudábamos juntos en la misma caseta de baño. Yo delgaducho y débil; tú, fuerte, alto y de anchas espaldas. Allí mismo sentía vergüenza de mí, no sólo frente a ti, sino ante todo el mundo debido a que tú eras para mí el parámetro ideal de todas las cosas (p. 16)
Franz Kafka (Carta al padre y meditaciones)
Este país va a la democracia como sea. El problema no es si va a llegar la democracia, sino cómo se va a llegar. Nosotros no queremos que nos metan en un frente popular ni ir a unas elecciones plebiscitarias ni para rellenar un hueco en las Cortes. Nosotros vamos con un programa y la voluntad de gobernar. Si el poder elige el terreno de juego, nos está forzando a ir con el puño en alto y «La Internacional», porque no deja hueco para expresarse con normalidad, y entonces se forman bloques, como el que quiere Fraga y su Alianza Impopular, donde se van a juntar todos los que quieren mantener sus privilegios. Y no rechazo eso porque me suponga un peligro electoral: Fraga no resiste la televisión, que va a ser importantísima en las elecciones. Cada minuto de televisión es un millón de votos, y Fraga no resiste un minuto contrapesado con alguien que sepa mantener la sonrisa y la calma.
Sergio del Molino (Un tal González (Spanish Edition))
La sed de matar estatal de los alemanes se ha convertido, por obra y gracia de su nacimiento, en la de los proveedores alemanes. Para cada forma de muerte se encuentra siempre a algunos dispuestos a ejecutarla. No consigue uno desprenderse de la sensación de que son muchos los que se apuntan a este tipo de negocio, y no sólo porque se trata de ir contra los judíos. La primera vez que volví a Viena después de la guerra, estaba en un autobús frente a dos hombres adultos que me miraron de arriba abajo. «G.K.T.», dijo uno, y el otro asintió con la cabeza. Después pregunté a un conocido lo que significaba eso. «¿No lo sabe usted?», preguntó extrañado. «Quiere decir Gaskammer-Tachinierer [‘gandul de las cámaras de gas’] y significa ‘judío de mierda’». Allí preguntan primero a cada cual si desea morir. A quien no quiere, lo mantienen caliente en una incubadora. Al cabo de un tiempo vuelven a formularle la pregunta. No he matado a nadie, soy virgen, como me dijo D. desde lo alto del caballo. Pero ¡cuántos animales he comido! ¿Soy aun así virgen o soy un asesino de lo más vil?
Elias Canetti (Il libro contro la morte)
Comunicación: contexto bajo frente a contexto alto. Evaluación: feedback negativo directo frente a feedback negativo indirecto. Persuasión: privilegiar los principios frente a privilegiar la aplicación. Liderazgo: igualitario frente a jerárquico. Decisión: toma consensuada frente a toma de arriba abajo. Confianza: basada en las tareas frente a basada en las relaciones. Desacuerdos: confrontar frente a eludir la confrontación. Planificación: tiempo lineal frente a tiempo flexible.
Erin Meyer (El mapa cultural: Las 8 escalas de nuestras barreras culturales y cómo sortearlas)
Rafael Celaya Iturgáiz había nacido en Bilbao. Era alto y espigado, de cabello castaño y rebelde, ojos redondos y cejas pobladas. Tenía catorce años y viajaba con su hermano Joaquín, de cuatro. Su padre fue minero y estuvo afiliado a la CNT. Había fallecido seis meses antes luchando en las filas del frente republicano. La mayoría de los vecinos de su barrio habían inscrito a sus hijos para sacarlos fuera de España, y aunque su madre tenía serias dudas sobre si hacer lo mismo con sus dos únicos hijos, Rafael la había animado a hacerlo. Iba a ser una estancia corta, de solo unos meses hasta que terminara la guerra.
Mercedes Guerrero (El baile de las marionetas (Spanish Edition))
Rechinando los dientes, Jasnah se obligó a ponerse en pie y las perlas cayeron de sus ropas. No estaba dispuesta a arrodillarse ante esta criatura, fuera lo que fuese. Se detuvo junto a la estatua de cuentas, advirtiendo por primera vez las extrañas nubes en lo alto. Parecían formar un estrecho tramo de camino, recto y largo, apuntando hacia el horizonte. Soportó la mirada de la figura de aceite, que la observó durante un momento y luego se llevó dos dedos a la frente antes de inclinarse, como en señal de respeto, con una capa ondeando a sus espaldas. Otras figuras se habían congregado detrás y se volvieron unas hacia otras, intercambiando susurros.
Brandon Sanderson (Palabras radiantes (El archivo de las tormentas, #2))
Era alto, enjuto y aparentaba tener unos 30 años. Los rasgos de su rostro moreno eran expresivos: la frente alta y pálida rodeada de mechones negros de pelo, los ojos negros y brillantes, la nariz aguileña y poblada barba que bordeaba sus mejillas hundidas y amarillentas revelaban a un extranjero. Vestía frac negro, con las costuras ya blanquecinas, pantalón de verano (aunque ya estaba muy entrado el otoño); debajo de la corbata negra y gastada, en la pechera amarillenta, brillaba un diamante falso; el sombrero raído claramente había conocido el sol y la lluvia.. En un bosque lo habrían tomado por un bandido, en sociedad, por un conspirador político, y en el vestíbulo de una casa, por un charlatán, vendedor de elixires y arsénico.
Alexander Pushkin
RESFRIADOS Y COMPLICACIONES CON EL CORONAVIRUS Después de un pico de glucosa, tu sistema inmunológico está temporalmente defectuoso.10Si tus niveles de glucosa son crónicamente altos, ya puedes despedirte de las respuestas inmunológicas de lujo ante los invasores. Estarás más expuesto a posibles infecciones,11y resulta que esto es especialmente aplicable en el caso del coronavirus. Una buena salud metabólica (otra manera de describir el buen funcionamiento de nuestras mitocondrias) es uno de los factores principales que predicen si sobreviviríamos o no a una infección de coronavirus;12se ha demostrado que las personas con altos niveles de glucosa se infectan con más facilidad, son más propensas a sufrir complicaciones,13y tienen el doble de posibilidades de morir del virus que quienes presentan niveles glucémicos normales (41 % frente a 16 %).14
Jessie Inchauspé (La revolución de la glucosa: Equilibra tus niveles de glucosa y cambiarás tu salud y tu vida)
No puedo amar a mis enemigos ni tratar bien a los que me maltratan. No puedo ser paciente ante la provocación. No puedo honrar cuando soy deshonrado. No puedo dejarle la venganza al Señor. No puedo gozarme cuando sirvo sacrificialmente ni hablar con amabilidad frente al enojo de otro. No soy amable, compasivo ni perdonador por naturaleza. El estándar es muy alto y el llamado muy grande como para poder cumplirlo. Pero por eso vino Jesús. ¡En Él realmente encontramos todo lo que necesitamos!
Paul David Tripp (Guerra de Palabras: Tratando el corazón de tus problemas con la comunicación (Spanish Edition))
Al frente tenían la montaña. Era un ascenso largo y lento por una carretera en tirabuzón, hecha de curvas tajadas sobre la barranca. Tras mucho maniobrar se avanzaba unos cuantos metros hacia arriba. Al final, con la cabeza embotada por el cambio de presión, se llegaba a un alto helado, perpetuamente cubierto de niebla. La única construcción para celebrarlo era un montallantas con un surtidor de combustible.
Esteban Duperly (Dos aguas)
¡Poto! Dicen que no sé escribir. No sé de ortografía. No todas las palabras tienen letras mudas. Pensaba que la ortografía se escribía con h, pero no, estaba completamente equivocada. La letra h es muda y tonta. Se me tupen los acentos y las comas, pero sobre todo confundo el significado de las palabras. Mi mamá me dice que soy tonto. Generalmente confundo el significado de todas las cosas. No sabía que no saber escribir era tan malo. Cuando mi mamá me pilla jugando con las cosas me pega y me dice que es malo, que hay cosas que son pecado. Es pecado jugar con la comida y quedar como una muñequita japonesa con los labios rojos de tanto comerse las guindas. Es pecado darle besos a la Chuminga. Parece que en el mundo de los grandes todo es pecado. Es pecado no querer jugar con mi hermanos y encaramarme a los árboles con mis amigas; ser tan divertidas como la ésta, que se subió a lo más alto de la higuera y con la cara sucia dijo: “no-venir-ningún-yanqui”. Como si pudiéramos entrar y salir de las películas, meternos en la tele y ocupar el lugar de los actores sin correr el riesgo de chocar de frente con algún viejo enojón que me tire el pelo, o a pelarme las rodillas al pasar por los bordes de la tele, o de que me dé la corriente y morirnos de la risa porque ahí nadie nos puede hablar de pecado. Jugar a ponerse seria para decir cosas divertidas es lo más chistoso que hay. Pero es pecado entender las cosas mal. Al revés. Jugar a estar en otro lugar y no quedarse pegada a la tierra, eso es pecado. No jugar a la pelota con mis hermanos para ir a comer moras, es más pecado todavía. Todavía, dicen que se escribe con v corta porque hay letras mudas, largas y cortas. Es más pecado que llenarse la guata de tanto comer y jugar a refregar las moras por la cara, hasta quedar cholitas y reírnos hasta hacernos pipí. Hacerse pipí y tirarse peos es pecado. Pero cuando como repollo no me puedo aguantar los peos. Aprender a leer y a escribir sirve para saber del pecado… -Claudia Rodríguez
Juan Pablo Sutherland
El encierro claustrofóbico de la Biblioteca Nacional se quebró, años después, con el descubrimiento de la calle Corrientes, que abrió nuevos caminos en mis avatares de lector. Las puertas de sus librerías de viejo, abiertas hasta altas horas de la noche, me atraían con el mismo magnetismo que para otros adolescentes tenía un burdel. La calle Corrientes, entre Talcahuano y Callao, que conocí hacia fines de los años cuarenta, se había convertido en una zona donde circulaba la bohemia artística y literaria. Recalaron en ella las librerías de viejo, que formaban su stock con los remates de bibliotecas privadas vendidas cuando sus dueños cambiaban las grandes mansiones por departamentos. Conocí a los pioneros de estas librerías, al socialista César Moro y a Rafael Palumbo. La librería de este último —cuyo pintoresquismo aprovechó Roberto Arlt en El juguete rabioso— era una cueva oscura y polvorienta, atestada hasta el techo de libros rotos, donde su dueño, ya viejo, envuelto con un chal por sobre una camiseta, vigilaba el local desde el fondo, tomando mate, algunas veces con los pies en una palangana o acompañado por su hija, Rosita Contreras, vedette de teatro de revistas y actriz de cine. También conocí a otros pioneros, más bizarros aún: con el cierre de los prostíbulos en 1936, algunos rufianes y regentas cambiaron insólitamente su anterior profesión por la de libreros de viejo; recuerdo haber visto sorprendido a una mujer madura con aire inocultable de madama retirada frente a la caja registradora. La búsqueda de libros viejos me ocupaba tardes enteras; revolver las mesas o subir a tambaleantes escaleras para alcanzar los estantes altos deparaba la emoción del buscador de tesoros, del cazador furtivo en el bosque: encontrar una presa escondida entre la maleza cuyo valor consistía en ser escasa o difícil de atrapar; descubrir el libro agotado mezclado, en la mesa de ofertas, con fracasadas ediciones de autor, libros de un momento pronto olvidados, saldos de editoriales.
Juan José Sebreli (El tiempo de una vida)
O sea, entendámonos: es el Parlamento el que solicitará el armisticio; no los militares, no Ludendorff y sus mariachis del Alto Estado Mayor. Arrogantes en la victoria, feroces en la guerra, cobardes en la derrota (características que parecen acompañar a la raza superior), dejan que el Parlamento burgués y obrero cargue con la responsabilidad de la rendición. Los militares salvan la cara acatando disciplinadamente la decisión de los políticos. De este modo podrán justificarse ante la historia. Que conste que cuando depusimos las armas estábamos ganando la guerra, puesto que ocupábamos suelo extranjero en todos los frentes.
Juan Eslava Galán (La primera guerra mundial contada para escépticos)
En esto no hay que equivocarse: sin ideas de derecha no hay ni política ni economía de derecha. Así de sencillo. Si se abandona la cultura al predominio de las ideas socialistas nadie puede quejarse después de que el país es cada vez menos libre, que la economía se estanca, que los sindicatos paralizan empresas, que los impuestos son muy altos y suma y sigue. Y aunque parezca difícil de creer, el avance de las ideas socialistas en Chile se debe en parte importante a que no se ha dado como corresponde la batalla por la cultura. No se ha ofrecido una alternativa real y menos un proyecto político con contenido. Y es que al sector encargado de este trabajo no le interesa este tema, peor aún: suele despreciar todo lo que huela a cultura y ese tipo de cosas “inútiles”.
Axel Kaiser (La Fatal Ignorancia: La anorexia cultural de la derecha frente al avance ideológico progresita (Courcelle-Seneuil) (Spanish Edition))
Perdóname esta visión, pero sobre todo que la confiese- es una manera de que podáis verme; de estar en igualdad-tal como estamos- es decir, desarmados. Pero, de nuevo, en este momento, me pregunto ¿qué fruto espero cosechar, qué busco eludir, qué intento ocultar con esta confesión?-¿y esta nueva careta de cristal irrompible por encima del frágil vidrio de mi cara- una careta grande y hueca, que adopta mis rasgos, mi expresión, colgada en lo alto, frente al palacio, en el frontón de la entrada, la única insignia mía, no de la dinastía? A veces creo que todo ocurrió para que yo lo recuerde algún día o, quizá, para que descubra su vanidad inmortal.
Yiannis Ritsos
En México estamos frente a un gobierno que centraliza el poder, y puede desde ahí amenazar a un inversionista o a sectores enteros de la economía. Para colmo, no contiene la inseguridad. Esto tiene un alto costo para las empresas. El principal problema que enfrentan las empresas para llevar a cabo su actividad es la inseguridad:
Carlos Elizondo Mayer-Serra (Y mi palabra es la ley (Spanish Edition))
Fue Alejandro Bustillo quien inauguró el estilo internacional en 1929, cuando construyó la casa para Victoria Ocampo, de simples formas cúbicas, paredes blancas y cuidadosas proporciones; le siguieron el Edificio Kavanagh (1936), de los arquitectos Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos y Luis María de la Torre, que, ubicado frente a Retiro, fue el edificio más alto de Sudamérica en su momento y el primero edificado en hormigón armado y con aire acondicionado central; y el Ministerio de Obras Públicas (1936), ubicado en la avenida 9 de Julio y proyectado por Alberto Belgrano Blanco.
Sylvia Saitta (La cultura. Argentina (1930-1960) (Spanish Edition))
A ORILLAS DEL DUERO Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día. Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía, buscando los recodos de sombra, lentamente. A trechos me paraba para enjugar mi frente y dar algún respiro al pecho jadeante; o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante y hacia la mano diestra vencido y apoyado en un bastón, a guisa de pastoril cayado, trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de altura, hollando las hierbas montaraces de fuerte olor —romero, tomillo, salvia, espliego—. Sobre los agrios campos caía un sol de fuego. (...) El Duero cruza el corazón de roble de Iberia y de Castilla. ¡Oh, tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos y roquedas, de campos sin arados, regatos ni arboledas; decrépitas ciudades, caminos sin mesones, y atónitos palurdos sin danzas ni canciones que aun van, abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar! El Sol va declinando. De la ciudad lejana me llega un armonioso tañido de campana - e irán a su rosario las enlutadas viejas -. De entre las peñas salen dos lindas comadrejas; me miran y se alejan, huyendo, y aparecen de nuevo ¡tan curiosas!... Los campos se obscurecen. hacia el camino blanco está el mesón abierto al campo ensombrecido y al pedregal desierto.
Antonio Machado (Campos de Castilla)
A NARCISO ALONSO CORTÉS, POETA DE CASTILLA Tus versos me han llegado a este rincón manchego, regio presente en arcas de rica taracea, que guardan, entre ramos de castellano espliego, narciso de Citeres y lirios de Judea. En tu árbol viejo anida un canto adolescente, del ruiseñor de antaño la dulce melodía. Poeta, que declaras arrugas en tu frente, tu musa es la más noble: se llama Todavía. Al corazón del hombre con red sutil envuelve el tiempo, como niebla de río una arboleda. ¡No mires; todo pasa; olvida: nada vuelve! Y el corazón del hombre se angustia… ¡Nada queda! El tiempo rompe el hierro y gasta los marfiles. Con limas y barrenas, buriles y tenazas, el tiempo lanza obreros a trabajar febriles, enanos con punzones y cíclopes con mazas. El tiempo lame y roe y pule y mancha y muerde; socava el alto muro, la piedra agujerea; apaga la mejilla y abrasa la hoja verde; sobre las frentes cava los surcos de la idea. Pero el poeta afronta el tiempo inexorable, como David al fiero gigante filisteo; de su armadura busca la pieza vulnerable, y quiere obrar la hazaña a que no osó Teseo. Vencer al tiempo quiere. ¡Al tiempo! ¿Hay un seguro donde afincar la lucha? ¿Quién lanzará el venablo que cace esta alimaña? ¿Se sabe de un conjuro que ahuyente ese enemigo, como la cruz al diablo? El alma. El alma vence —¡la pobre cenicienta, que en este siglo vano, cruel, empedernido, por esos mundos vaga escuálida y hambrienta!— al ángel de la muerte y al agua del olvido. Su fortaleza opone al tiempo, como el puente al ímpetu del río sus pétreos tajamares; bajo ella el tiempo lleva bramando su torrente, sus aguas cenagosas huyendo hacia los mares. Poeta, el alma sólo es ancha en la ribera, dardo cruel y doble escudo adamantino; y en el diciembre helado, rosal de primavera; y sol del caminante y sombra del camino. Poeta, que declaras arrugas en tu frente, tu noble verso sea más joven cada día; que en tu árbol viejo suene el canto adolescente, del ruiseñor eterno la dulce melodía.
Antonio Machado (Campos de Castilla)
El sexo femenino es una aristocracia en la humanidad: la mayor parte de las mujeres no saben ganar dinero. Mientras nosotros, los plebeyos, perseguimos el pan diario con el sudor de nuestra frente, ellas nos esperan, como el alto de la "jornada, como el reposo del séptimo día, y sentimos pagados nuestros afanes con sólo mirar su alegría.
Juan Zorrilla de San Martín (Tabaré : novísima edición corregida por el autor (Spanish Edition))
Diciendo esto besó mi frente y me abrazó como si no quisiera soltarme nunca. Enterré mi cara en su pecho, mientras él inclinaba su cabeza hacia abajo para presionar su mejilla en lo alto de mi cabeza. Mi cuerpo temblaba a horrores, estaba nerviosa, emocionada, sentía frío y sólo deseaba sentir su calor. En ese momento y estando en sus brazos, el ocaso frente al mar me pareció el lugar más romántico del mundo y su ternura, había hecho desaparecer en mí el deseo y la pasión que me estaban quemando y que él mismo había despertado.
Itxamany Bustillo (El Príncipe de Bórdovar 1)