Fotos De Quotes

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La ausencia era eso. Un lugar que uno conoce y recuerda de memoria, como si fuera una foto, donde uno falta.
Ricardo Piglia (La invasión)
Él mira una de las fotos por largo tiempo. Entonces me mira. —Te guardaré aquí. —Se golpea la sien—. A donde no puedas perderte.
Gayle Forman (Just One Day (Just One Day, #1))
La vida no es una foto, en que uno ordena las cosas para que se vean bien y luego fija la imagen para la posteridad; es un proceso sucio, desordenado, rápido, lleno de imprevistos. Lo único seguro es que todo cambia.
Isabel Allende (La suma de los días)
En un mundo donde el horror se vende como arte, donde el arte nace ya con la pretensión de ser fotografiado, donde convivir con las imágenes del sufrimiento no tiene relación con la conciencia ni con la compasión, las fotos de guerra no sirven para nada.
Arturo Pérez-Reverte (El pintor de batallas)
Pero la vida tiene el engañoso ritmo del stop motion. Crees asistir al laborioso paso de los días, tomados foto a foto, cuesta arriba en la producción, y cuando te das cuenta en realidad estaba corriendo la película. Y te ves de pronto leyendo los créditos.
Héctor Torres (Caracas muerde)
¿Qué es una vida de verdad? ¿Cuando vas a la escuela? ¿Cuando tienes trabajo?¿Cuando vas al trabajo y dejas a tus hijos en la escuela? ¿Cuando tienes las suficientes fotos para llenar un álbum? Cuando puede contarla, supongo.
Xavier Velasco (Diablo Guardián)
-Nos hacemos fotos, no con el objeto de recordar, sino para completarlas después con el resto de nuestras vidas. Por eso hay fotos que aciertan y fotos que no. Imágenes que el tiempo pone en su lugar, atribuyendo a unas su auténtico significado, y negando otras que se apagan solas, igual que si los colores se borraran con el tiempo.
Arturo Pérez-Reverte (The Queen of the South)
Tengo, del mismo modo, que confesarte de una manera dulce que te he olvidado, que tus fotos son una caricia del pasado pero en mi mañana ya no te miro, que he aprendido que recordarte no es más que un beso a mi herida para que no se sienta tan sola como yo cuando me la hiciste, que aquí hace tiempo que ya es primavera aunque haya días de tormentas torrenciales pero mírame: he aprendido a bailar -quién lo diría, amor, con esta vida que llevo tan llena de tropiezos-.
Elvira Sastre (Baluarte)
Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días y perfumes que vuelven como los verbos y los adjetivos en el discurso, adelantándose solapados a la cosa en sí, al presente puro, entristeciéndonos o aleccionándonos vicariamente hasta que el propio ser se vuelve vicario, la cara que mira hacia atrás abre grandes los ojos, la verdadera cara se borra poco a poco como en las viejas fotos
Julio Cortázar (Rayuela: 50 Edición conmemorativa)
—Y hay más. Tan pronto no van a cortar tu planta de naranja-lima. Cuando la corten estarás lejos y no sentirás nada. Sollozando me abracé a sus rodillas. —Ya no me interesa, papá. No me interesa… Y mirando su rostro, que también se encontraba lleno de lágrimas, murmuré como un muerto: —Ya la cortaron, papá, hace más de una semana que cortaron mi planta de naranja-lima. Los años pasaron, mi querido Manuel Valadares. Hoy tengo cuarenta y ocho años y, a veces, en mi nostalgia, siento la impresión de que continúo siendo una criatura. Que en cualquier momento vas a aparecer trayéndome fotos de artistas de cine o más bolitas. Tú fuiste quien me enseñó la ternura de la vida, mi Portuga querido. Hoy soy yo el que tiene que distribuir las bolitas y las figuritas, porque la vida sin ternura no vale gran cosa. A veces soy feliz en mi ternura, a veces me engaño, lo que es más común. En aquel tiempo… En el tiempo de nuestro tiempo no sabía que muchos años antes un Príncipe Idiota, arrodillado frente a un altar, preguntaba a los iconos, con los ojos llenos de lágrimas: “¿POR QUÉ LES CUENTAN LAS COSAS A LAS CRIATURITAS?” Y la verdad es, mi querido Portuga, que a mí me contaron las cosas demasiado pronto. ¡Adiós!
José Mauro de Vasconcelos (Mi planta de naranja-lima)
Cuando eres niño, si te sacan los dos ojos tu primera preocupación es cómo se lo vas a decir a tus padres, no cómo vas a llegar a ellos. Y la primera preocupación de tus padres, al enterarse, es cómo vas a salir en las fotos.
Manuel Jabois (Malaherba)
Lo verdaderamente inolvidable no merece ni necesita el auxilio de una foto para ser recordado
Rodrigo Fresán (Mantra (Spanish Edition))
Hoy en día, consideramos estrellas a personas que no hacen nada y que solo se dedican a hacerse fotos a sí mismas o al plato que tienen enfrente. Mientras
Joël Dicker (El libro de los Baltimore)
Mientras algunas historias terminan, otras comienzan. Sin importar que de este lado llueva, siempre les pedir{e a mis amigas que me manden fotos de sus días soleados.
Paola Carola (El mar está lleno de medusas)
Yo guardo, conservo, acopio, registro, saco fotos, retengo lo inmaterial. Arrincono memorias.
Mariana Sández (Una casa llena de gente)
Ninguna definición compleja de lo que es o podrá ser la fotografía atenuará jamás el placer deparado por una foto de un hecho inesperado que capta a mitad de la acción un fotógrafo alerta.
Susan Sontag (Regarding the Pain of Others)
Supongo que los álbumes, o las colecciones de fotos que guardamos en nuestro ordenador, tienden a compensar el trabajo injusto de nuestra memoria, pues ella suele quedarse más bien con lo doloroso, con traumas y frustraciones, con lo que no hemos conseguido, con la situación en la que no reaccionamos como habríamos deseado
José Ovejero (La invención del amor)
Nos pasamos la vida planificando días especiales, el de los cumpleaños, el de Nochevieja y tantos otros que a menudo permanecen menos tiempo en la memoria que los más sencillos, los cotidianos, esos que son tan difíciles de prever que uno nunca sale de casa con la cámara de fotos colgada del cuello para poder capturarlos. Permanecen sólo en nuestra memoria y, cuando llegamos al final del camino, sencillamente se convierten en polvo, en nada.
Alice Kellen (El chico que dibujaba constelaciones)
... las fotografías no son reales. Carecen de contexto, tan solo dan la impresión de estar mostrando una instantánea de la vida, pero la vida no es una sucesión de instantáneas, sino que es fluida. Así que las fotos son fantasías.
V.E. Schwab (The Invisible Life of Addie LaRue)
Toen fotograferen nog iets bijzonders was en een afdruk relatief duur lachte iedereen die op de foto ging. Alsof de foto zo meer waard werd.
J. Bernlef (Hersenschimmen)
Cuando peleábamos, mi padre besaba una foto de mi infancia; sin mirarme decía: "lo quiero a él, no a ti", y era doloroso, también, ponerme celoso de mí mismo.
Giuseppe Caputo (Un mundo huérfano)
—La vida es como barro. La vamos esculpiendo día a día,
Mayte Esteban (La chica de las fotos)
No hay más que los momentos en que estamos con ese otro cuya vida creemos entender, o cuando nos hablan de él, o cuando él nos cuenta lo que le ha pasado o proyecta ante nosotros lo que tiene intención de hacer. Al final queda un álbum de fotos, de instantes fijos: jamás el devenir realizándose ante nosotros, el paso del ayer al hoy, la primera aguja del olvido en el recuerdo.
Julio Cortázar (Rayuela)
—Claro que a lo mejor por eso nos hacemos fotos —continuó Harry—. Para obtener pruebas falsas con las que poder fundamentar la afirmación falsa de que éramos felices. Porque pensar que nunca hemos sido felices se nos hace insoportable. Los adultos obligan a los niños a sonreír cuando les hacen fotos, los incluyen en la mentira; por eso sonreímos, fingimos felicidad. Pero Oleg nunca fue capaz de sonreír si no lo sentía, no era capaz de mentir, no tenía ese don.
Jo Nesbø (Fantasma (Harry Hole #9))
Si alguna vez vamos a parar al infierno, uno de los tormentos más refinados consistirá en encerrar en una habitación al ser humano desnudo con las fotos enmarcadas de su tiempo... tal vez ese infierno no resulte incluso soportable, porque las peores fotos sólo se sueñan, no se hacen y, si se hacen, no se revelan.
Günter Grass (The Tin Drum)
Honor miró por la ventana... y vio la sobrecogedora imagen de un ángel con alas de color azul plateado aterrizando en la zona verde del césped. -Es... -Se quedó sin aliento. Había visto fotos, incluso imágenes de televisión, que mostraban a aquel ángel de alas azules, pero ninguna de ellas le hacía justicia. Nada podría hacérsela. Resultaba mucho más impactante de cerca. No le quitó la vista de encima mientras se reunían con él junto al coche. Tenía los ojos del color del oro veneciano, el cabello negro con matices azules, y un rostro de una belleza tan pura que resultaba casi demasiado hermoso. Casi. Era, sencillamente, la criatura más hermosa que había visto en su vida. -Soy Illium -dijo el ángel mirándola a los ojos. Honor estuvo a punto de esbozar una sonrisa al ver la curiosidad pintada en sus iris dorados. -Yo soy Honor.
Nalini Singh (Archangel's Blade (Guild Hunter, #4))
No se cuenta lo que se siente al hacer fotos. No se trasmite lo que se siente mientras aprietas el disparador. Y no se puede contar porque funciona de manera inversa. Tomas tus fotos cuando ves, cuando sientes. Cuando tu Vida se llena de momentos. Captarlos sólo es una compulsión mefítica y sanadora a partes iguales que te invade si te dejas.
Alberto Fernández de Agirre (rastros de jirafa)
Les persones vivim a base d'anar cremant records. I, a l'hora de mantenir-nos vius, tant és si aquests records són realment importants o no. Els records només són el combustible que cremem. Quan llences papers al foc, tant és que siguin anuncis de diari, llibres de filosofia, fotos de revistes pornogràfiques o bitllets de deu mil iens. Només són papers, oi? Mentre els crema, el foc no va pensant: "Oh, això és Kant", "Això és l'edició vespertina del Yomiuri" o "Renoi, quines tetes". Per al foc, només són retalls de paper. Doncs amb els records passa el mateix. Tant els que són importants, com els que no ho són tant, com els que no ho són gens... només són el combustible que cremem.
Haruki Murakami (After Dark)
Puedes contemplar una imagen durante toda una semana y no volver a pensar en ella de nuevo. Aunque también puedes mirar una foto tan solo un segundo y recordarla toda la vida.
Joan Miró
Las fotos no devuelven un reflejo invertido, sino una imagen que es la que los demás tienen de ti.
Michel Schneider (Marilyn, dernières séances)
La casa, según las fotos, era baja y de fachada blanco sucio. No anunciaba lo que pasaba adentro.
Mariana Enríquez (Los peligros de fumar en la cama)
Cuando la gente pregunta cómo nuestros fotográfos hacen las fotos más estupendas del mundo, ellos podrían encogerse de hombros y decir "f/8 y estar allí". Pero estar allí significa mucho.
Leah Bendavid-Val (National Geographic The Photographs)
No había rastros de humanidad en su rostro, excepto en sus ojos, era una cabeza totalmente canina; y no había rastros de animalidad en su cuerpo excepto por el pelaje y la cola, era un cuerpo casi completamente humano. Como dije, una fusión perfecta y armónica entre ambas criaturas. La única forma en que hubiera podido explicarle a alguien cómo era con exactitud, y lo perfectamente construido que parecía, sólo lo hubiera logrado tomándole una foto. -- Johanna Miller
Melisa S. Ramonda (Rasguños en la puerta (RELP #1))
Se conocieron en un chat. Conversaciones, risas, complicidad, la protección que te brinda la pantalla y que da pie a decir ciertas cosas que no nos atreveríamos a soltar cara a cara, el resto del día pensando en encontrarse otra vez por el chat, la complicidad reciente, algunas fotos y finalmente una cita. Ya en la cita, los nervios de antes, el saludo extraño, la sonrisa algo forzada, el tic de él que ella observa con disgusto, los incómodos silencios que él salva con su ingenio, el físico de ella que no es como las fotos anunciaban, la conversación tirante que se va aflojando poco a poco, algunos temas comunes que los van haciendo sentir cómodos, el que supera todo el resto, ella cada vez más guapa, él cada vez más tierno, la tarde que termina en noche, el vino que también ayuda, la noche cada vez más larga y el deseo que toma el volante y un beso y muchos más y ¿en tu casa o en la mía? y la noche que sigue girando hacia ellos y el sudor y la cama desarmada y la misma pregunta en la cabeza de ambos, ¿me estoy enamorando?, y la misma respuesta en la cabeza de los dos dando título a este poema.
Marwán Abu-Tahoun Recio (Todos mis futuros son contigo)
De ijskoningin van de pose liet zich het liefst van al portretteren in een decor van bloemen of struiken. Ze had ook de eigenaardige tic deze bloemen of struiken te moeten aanraken voor de camera. Heel lullige foto’s levert dat op, een vrouw die stokstijf met een bevroren tandpastareclameglimlach de lens aangaapt en onderwijl in een mimosa knijpt.
Dimitri Verhulst (De laatkomer)
Tiré de Avery hasta detenerse, cuando ella comenzo a regresar al grupo. Ante su mirada inquisitiva, hice un gesto sugerente hacia la cabina de fotos, ahora vacante. Avery se volvió con una sombra de rojo más adorable todavía. —Realmente creo que debemos de volver. —Está bien —suspire tan dramáticamente, que Avery rió—. Pero si yo ganó, entonces tienes que estar de acuerdo para ser mi novia. Avery tomó la mano que le ofrecia y dio una sonrisa como reconocimiento. —Y si ganó entonces tengo que serlo.
Kelly Oram
—. Gracias por la oferta, Ethan, pero no puedo... —... decirte que no —me interrumpió—. Por eso iré a buscarte a la sesión de fotos mañana para ir a cenar. Has reconocido que me debes un favor y te lo estoy pidiendo ahora. Eso es lo que quiero, Brynne.
Raine Miller (Naked (The Blackstone Affair, #1))
Mis recuerdos son demasiado claros, demasiado agudos; las cosas debieran gastarse en los bordes y lo irresoluto debería suavizarse. De ese modo, hay escenas tan cerca de mi corazón como fotos en un marco; sin embargo, son retratos monstruosos que ningún artista ni ninguna cámara jamás lograrán.
Anne Rice (Interview with the Vampire (The Vampire Chronicles, #1))
Sí, perfecto, eres la neta — (...) Cuando los glaciares se rompen debido al aumento de la temperatura, se habla de un “desplome”. Me estoy desplomando—. Tus ojos son etéreos, toda tu cara lo es. Ayer por la noche me pasé horas mirando tus fotos. Me haces estremecer. ¡Y tú me provocas calentamiento global!
Jandy Nelson (I'll Give You the Sun)
tiempo que los otros padres. Y casi sin darme cuenta, allí estaban los dos Max, y Henry y Miles, y Savanna. Luego llegaron Amos y Ximena. Allí estábamos todos apiñados mientras los padres nos hacían fotos como si estuviésemos en la alfombra roja. Luca. Isaiah. Nino. Pablo. Tristan. Ellie. Perdí la cuenta de todos
R.J. Palacio (La lección de August: Wonder)
Casi no queda nada; sí, el amor vergonzoso entrando en los buzones para llorar, o andando solo por las esquinas (pero lo ven igual) guardando sus objetos dulces, sus fotos y leontinas y pañuelitos guardándolos en la región de la vergüenza, la zona de bolsillo donde una pequeña noche murmura entre pelusas y monedas.
Julio Cortázar (Final Exam)
— Depois mando alguns dos looks que pensei.  — Se me enviar mais de 75 fotos de roupa outra vez, eu vou te bloquear — ameaço lembrando de quando ele lotou meu celular com fotos combinando várias camisas, calças, sobretudo e até mesmo chapéus, com a desculpa de que estava indeciso.  — Eu sou tão incompreendido! — reclama.
Enna Souza (Sem Segredos (Nossas Histórias #1))
—Simplemente lanzamos aplicaciones de esas que te cambian la cara, que te ponen gafas o bigote, que te dicen cómo serás de aquí a unos años, y conseguimos millones de fotos sin mover un dedo. Actualmente tenemos almacenado el 70 por ciento de los rostros de la población mundial. Así conseguimos afinar aún más la publicidad.
Eloy Moreno (Tierra (Spanish Edition))
Ich bin gern erlöst von meinem Spiegelbild, von der Frage, wie ich aussehe. Auch ohne Spiegel weiß ich, wie es mir geht, ich brauche diesen Umweg nicht. Es ist mir unangenehm: mich ständig einem Urteil unterwerfen, mit einem Idealbild vergleichen, mit früheren Fotos, mit dem Bild, das andere - wie ich glaube - von mir haben.
Pauline DeBok (Blankow oder Das Verlangen nach Heimat)
Esas fotos nuestras, con la película levantada y unos bordes dentados como los de los sellos, son también testimonios: nuestro cuerpo se interpuso certeramente, en algún momento, entre el sol y la lente de la cámara de fotos, dejando en la película una sombra como la que despliega la luna, durante un eclipse, sobre el disco solar.
Mircea Cărtărescu (Solenoid)
La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años. Pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad. Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña,  detrás de cada línea de llegada,  hay una de partida, detrás de cada logro,  hay otro desafío.   Mientras estés vivo, siéntete vivo,  si extrañas lo bueno que hacías, vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas, sigue aunque todos esperen que abandones.   No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota, cuando no puedas trotar, camina, cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas.
Rocio Hernando Orihuela (Madre Teresa...¡Sobre tus huellas! (Volumen 1))
Si te sacas una foto con flash… ¿Superman se pone celoso?
Berto Pedrosa (1200 Chistes para partirse: La colección de chistes definitiva (Spanish Edition))
¿A dónde iremos a dar más allá de esta foto y del recuerdo? ¿Cuánto artificio hará falta para agujerear las capas de tiempo que sedimentarán este instante?
Nona Fernández (Voyager)
la gente se cree lo que nosotros queremos que crean, al fin y al cabo vivimos de eso, de crear ilusiones y venderlas, de fabricar mentiras…
Mayte Esteban (La chica de las fotos)
La vida es eso, empezar constantemente, solo que algunas veces no apetece.
Mayte Esteban (La chica de las fotos)
Lise vroeg zich af waarom mensen dat deden, terugdenken aan vroeger, en of het ergens tegen hielp. Zij deed het bijna nooit. Misschien omdat vroeger voor haar nog niet zo lang geleden was. Of omdat ze zich zo weinig herinnerde, zelfs de momenten vastgelegd op foto leken haar eigenlijk een ander te zijn overkomen. Of omdat ze toen een kutkind was, dat kon ook.
Griet Op de Beeck (Let op mijn woorden)
Stel dat je in de politiek zit en je hebt van huis uit een idioot kapsel. [...] Cultiveer dat. Probeer zoveel mogelijk op de foto te staan. Draag onopvallende kleding, mijd het gezelschap van mooie vrouwen, focus op dat haar. Mensen zullen naar je gaan luisteren, ze zullen in je gaan geloven. Het zal hun verstand hypnotiseren, het zal lastige vragen doen oplossen in het niets.
Ivo Victoria (Hoe ik nimmer de Ronde van Frankrijk voor min-twaalfjarigen won (en dat het mij spijt))
El acto fotográfico, un modo de certificar la experiencia, es también un modo de rechazarla: cuando se confina a la búsqueda de lo fotogénico, cuando se convierte la experiencia en una imagen, un recuerdo. El viaje se transforma en una estrategia para acumular fotos. La propia actividad fotográfica es tranquilizadora, y mitiga esa desorientación general que se suele agudizar con los viajes.
Susan Sontag (On Photography)
Apenas miré su foto pensé que tenía que ser mía, pero no en la forma que estás pensando, no la quería solo para el sexo, y en consecuencia, mostrarla como trofeo a mis amigos. Ella era más que eso.
Carlos Icaza (Memorias de un Último Beso (Spanish Edition))
aproveito e tiro uma foto de dentro da minha cabeça. daqui um tempo olharei pra ela e ficarei triste por eu ser eu mesma e não haver outra saída possível pra deixar de ser eu e ainda assim seguir vivendo.
Aline Bei (O peso do pássaro morto (Portuguese Edition))
Recuerdo contemplar ese retrato y darme cuenta de que las fotografías no son reales. Carecen de contexto, tan solo dan la impresión de estar mostrando una instantánea de la vida, pero la vida no es una sucesión de instantáneas, sino que es fluida. Así que las fotos son fantasías. Eso es lo que me encantaba de ellas. Todo el mundo cree que la fotografía refleja la verdad, pero no es más que una mentira muy convincent
V.E. Schwab
Una vez cogí la pistola y me la puse en la cabeza. En la mano izquierda llevaba una aguja de hacer jersey con la que tenía que pulsar el botón de la polaroid para que me hiciera una foto apuntándome a la cabeza.
Félix Romeo (Dibujos animados)
Pero a nadie se le había pasado por la cabeza que Willem pudiera morir antes. No habían hecho planes para afrontarlo porque nunca habían contemplado ese imprevisto. De haber sabido que cabía esa posibilidad, de haber sido menos absurda, de haber guardado pruebas. Habría grabado la voz de Willem hablando con él y habría guardado las grabaciones. Habría hecho más fotos. Habría intentado destilar la misma química corporal de Willem.
Hanya Yanagihara (A Little Life)
C' è una foto che Irene ha scattato con gli occhi, un frammento, una di quelle istantanee dov'è condensata tutta la tenerezza per qualcuno che abbiamo amato o amiamo ancora, e che si acquattano nella memoria per la vita.
Diego De Silva (Mancarsi)
La foto del amante escondida en la billetera de una mujer casada, el cartel fotográfico de una estrella de rock fijado sobre la cama de una adolescente, el retrato de propaganda del político prendido a la solapa del votante, las instantáneas de los hijos del taxista en la visera: todos los usos talismánicos de las fotografías expresan una actitud sentimental e implícitamente mágica; son tentativas de alcanzar o apropiarse de otra realidad.
Susan Sontag (On Photography)
Guayaquil es una urbe que vive para los turistas que la observan como curiosidad de circo: los guayaquileñitos que antes vivían en un pueblo que ahora es un parque temático. No es una ciudad, es una corporación. Un receptáculo de franquicias. Una pasarela turística. Es la degeneración urbana: la pérdida del origen, del principio. Puerto partido. Santiago de Guayaquil, no te muevas para que la foto salga bien. Sonríe, la muerte te está apuntando.
Marcelo Báez (El buen ladrón)
Él había dejado de trata de traerla de vuelta. Ella sólo venía cuando se sentía que debía, en sueños, en mentiras y en momentos de déjà vu en los cuales se derrumbaba. (...) cuando se levantaba y todavía estaba oscuro, seguro de que ella estaba esperándolo afuera. Seguro de que ella lo necesitaba. Pero él no podía evocarla. A veces ni siquiera recordaba como lucía, incluso cuando estaba viendo su foto. (Quizás la miraba mucho). Él había dejado de trata de traerla de vuelta.
Rainbow Rowell (Eleanor & Park)
A felicidade. Sempre sentiu medo dessa palavra, que lhe soa arrogante, quando levada a sério; quando usada ao acaso, gastou-se completamente pelo uso e não corresponde mais a coisa alguma, além de um anúncio de tevê ou uma foto de calendário.
Cristovão Tezza
Y todavía lo remueve a uno por dentro y le empaña los ojos ver en las fotos y los viejos documentales de la liberación de París, cuando pasan los carros blindados aliados por las calles, aplaudidos y besados por franceses y francesas, a un montón de fulanos bajitos, morenos y sonrientes, despechugados de uniforme y siempre con un pitillo a medio fumar en la boca, y leer con asombro los nombres que esos tipos indestructibles pintaron sobre el acero para bautizar sus tanques: Guernica, Guadalajara, Brunete, Don Quijote o España Cañí.
Arturo Pérez-Reverte (Una historia de España (Spanish Edition))
Una foto no es mucha cosa, la verdad. Sólo puede capturar un momento entre millones de momentos de la vida de una persona, o de la vida de una casa. Pero estas fotos que tengo delante, las que pretendo describirte..., Tienen cierto valor, creo, aunque sólo sea porque me ayudan a recordar. Son la prueba de que las cosas de las que me acuerdo (o algunas de esas cosas, por lo menos) sucedieron de verdad y no son vagos recuerdos, ni fantasías, ni imaginaciones. ¿Pero qué pasa con los recuerdos de los que no hay fotos, ni prueba, ni confirmación posible? JONATHAN COE en “La lluvia antes de caer”.
Jonathan Coe
O motorista fez uma curva fechada à esquerda, saiu da pista e entrou numa estradinha de terra, no meio de algumas árvores, parando em seguida. Ele nos jogou para fora do carro e ordenou que o seguíssemos. Obedecemos. Tínhamos uma arma apontada para nosso rosto. Não era a casa de papai, era o fim da linha. Aguardava-me uma morte súbita, violenta, matinal - no dia em que pisei na terra dos meus antepassados. Uma morte não de todo dessemelhante à que eu provocara, não fazia muito tempo. Seria justo, certo? Um carma honesto e quase instantâneo. Eu me perguntava se sairíamos nos jornais ingleses, se minha mãe forneceria fotos nossas.
Hanif Kureishi (Something to Tell You)
Cuando amaneció, no sabía ya si la odiaba o la quería. De hecho, llamé a Bárbara y le dije que viniera a recogerla, que no estaba preparado para tener un animal. Pero en realidad no había marcha atrás. Ya había publicado una foto de Mía en mi perfil de Instagram, y ya se sabe que, en el mundo de los gatos, un Instagram es para siempre.
Pedro Zuazua Gil (En mi casa no entra un gato: Diario de un gatuno primerizo)
[Over het schrijverschap] doordat je je hebt ontworsteld aan de geijkte rommannetjes-makerij, die, volgens alle ongetalenteerden, bestaat uit 'een verhaal', met 'een begin', een 'ontwikkeling' en 'een eind', vanzelfsprekend en verrassingloos verlopend van A naar Z. Schrijven verloopt immers niet met behulp van bestaande plattegronden en via van tevoren uitgestippelde routes. Schrijven heeft te maken met de krochten die in jezelf zitten, met het te voorschijn halen van de schatten die zich daarin bevinden: dat te doen zonder zuurstofmasker, zonder bespijkerde schoenen, zonder een koffertje bij je met daarin je tandenborstel, je lunspakket, I schone onderbroek en de foto van je gezinnetje.
Jeroen Brouwers (Kroniek van een karakter (Deel 2, 1982-1986: 'De oude Faust'))
¿Alguna vez has tratado de tomar una foto de algo muy lejano? ¿Y observas a través del lente y la escena entera es una mancha borrosa? Así que te metes con el enfoque; acercando y alejando. Luego la cámara gira y segundos más tarde, boom, claridad instantánea. Todo encaja en su lugar. La imagen es tan clara como el cristal. Eso es lo que es para mí ahora mirando a Kate. De repente, es todo tan obvio. Tan jodidamente claro. Estoy enamorado de ella. Totalmente. Impotentemente. Patéticamente. Enamorado. Kate me posee. Cuerpo y alma. Es todo en lo que pienso. Es todo lo que nunca pensé que quería. No es solo perfecta, es perfecta para mí. Haría cualquier cosa por ella. Lo que sea. La quiero cerca de mí, conmigo. Todo el tiempo. Para siempre
Emma Chase (Tangled (Tangled, #1))
Pues éste es el valle de la muerte, aunque las vacas medren en él. En el jardín de esa mujer, las mentiras estaban desplegando sus sedas húmedas, Y los ojos del asesino moviéndose como babosas, de soslayo, Incapaces de encararse con los dedos, esos malditos egotistas. Los dedos estaban estampando una mujer en una pared, Un cuerpo en una pipa, y el humo elevándose. Este olor es el de los años que arden, aquí en la cocina, Éstos son los engaños, clavados como fotos familiares, Y esto es un hombre, mira su sonrisa, ¿El arma homicida? No, nadie ha muerto. En la casa, no hay ningún cuerpo del delito. Hay un olor a brillo, hay alfombras de felpa. Hay la luz del sol, empuñando sus aceros, Matón aburrido en un cuarto rojo Donde la radio habla sola como un pariente anciano.
Sylvia Plath
Miré a miss Baker, preguntándome qué sería lo que conseguía. Disfrutaba mirándola. Era una chica delgada, de pechos pequeños, que andaba muy derecha, algo que acentuaba echando los hombros hacia atrás como un cadete. Los ojos, grises, irritados por el sol, me correspondieron con igual curiosidad desde una cara triste, simpática, insatisfecha. Entonces me di cuenta de que la había visto antes en alguna parte, en persona o en una foto.
F. Scott Fitzgerald (The Great Gatsby)
Solo en su celda, Joxe Mari, 43 años, diecisiete de ellos en prisión, abandonó ETA. Un día de tantos, antes de acostarse, lanzó una mirada a una foto que le había mandado su hermana y dijo para su coleto: hasta aquí. Así de simple. Nadie se enteró porque a nadie comunicó su decisión. Ni a sus compañeros ni a su familia. A nadie. Y eso, medio año antes del anuncio, por parte de la organización, del cese definitivo de la actividad armada
Fernando Aramburu (Patria)
Maar een trein vergeef je veel. Want de trein is een wonder waarover met grotere gebaren kan worden verteld dan over enig ander voertuig. De naam Stephenson galmde door alle klaslokalen, en misschien galmt hij zelfs in het klasje waar ik achteraan in de klas zat en van mijn stotterende buurman luizen kreeg nog altijd na. Wij hebben heldenverhalen gehoord over de eerste trein en niet over de eerste auto, wij weten dat België het dichtste spoorwegennet ter wereld heeft, dat de eerste Europese passagierslijn tussen Brussel en Mechelen liep en dat de koeien zodanig flipten op het voorbij denderen van die eerste trein dwars door hun ooit zo rustige wei dat de hele bevolking wel drie weken lang zure melk moest drinken waarop een vel lag van zo'n zeven duimen dik. Overdrijf ik? Een beetje, maar toch niet veel. Meester Buyle hief zijn armen ten hemel, zijn hoofd zwol op tot de foto van koning Boudewijn in de schaduw van zijn kaken stond wanneer hij oreerde over een tijd waarin België nog iets betekende op wereldvlak, over vooruitgang, over stationsgebouwen die werden opgetrokken als gotische kathedralen, en dat al die welvaart te maken had met de komst van de trein en de schitterende organisatie van onze spoorwegen. Ik ben er zeker van dat meester Buyle niet de enige leraar was die zich ooit op deze wijze voor het bord heeft aangesteld.
Dimitri Verhulst (Dinsdagland: Schetsen van België)
—¿Acaso piensas que no son más que unos papelitos con una emulsión química en una de sus caras? Si es así, te equivocas. Son mucho más que eso. Atesoran parte de la vida de las personas. Reflejan la futilidad de un instante; la luz, el viento y el aire de un paisaje; la sonrisa y el azoramiento de la persona fotografiada, y el gozo y amor de quien toma la foto por aquello que fotografía. Por eso precisamente hacemos fotografías y por eso deben conservarse.
Yōko Ogawa (The Memory Police)
La infinita superioridad del cuadro sobre la foto. Ésta pincha el punto preciso de un instante en el flujo de la duración y lo deja ahí descuartizado. Los pueblos primitivos no se equivocaban tanto al temer el cliché fotográfico como un robo. El cuadro propone una interpretación histórica de un momento que vivirá largo tiempo bajo el párpado de su contemplador, no interrumpe el curso del tiempo: su producción misma es fluida, se inscribe en un largo intervalo de trabajo.
Sylvain Tesson (Dans les forêts de Sibérie)
Hij had altijd aangenomen dat er als volwassene een ogenblik zou komen, een soort plateau, waarop hij alle kneepjes van de omgang met het eenvoudige bestaan zou hebben geleerd. Alle post en e-mail beantwoord, alle kranten geordend, boeken alfabetisch op de planken, kleren en schoenen netjes onderhouden in de kasten en al zijn spullen waar hij ze kon vinden, met het verleden - waaronder zijn brieven en foto's - in dozen en mappen gesorteerd, het privéleven bestendig en vredig, huisvesting en financiën idem. [...] Maar niet lang na de geboorte van Catriona [...] meende hij het voor het eerst te zien: op de dag van zijn dood zou hij verschillende sokken dragen, zouden er onbeantwoorde e-mails zijn, en waren er in het krot dat hij zijn huis noemde nog altijd overhemden met ontbrekende manchetknopen, een kapot licht in de gang, en onbetaalde rekeningen, onopgeruimde zolders, dode vliegen, vrienden die op een antwoord wachtten en geliefden die hij niet had opgebiecht. Vergetelheid, het laatste woord bij het organiseren, zou zijn enige troost zijn.
Ian McEwan (Solar)
Miré a Claudia Romero Viscasillas intentando saber si era subnormal. A veces me pasa que no los distingo y eso termina creando muchísimos problemas. El curso anterior llegaron dos hermanos nuevos a nuestra clase, y la profesora nos dijo que uno era un poco especial porque tenía “Síndrome de Down”. Yo al acabar la clase le pregunté a una profesora qué era el síndrome de Down. Me enseñó unas fotos, porque la profe Marina nos trataba como a monos enseñándonos imágenes todo el rato, y a mí me parecía más el que no era, Raúl, que el que sí, Antonio. Así que me pasé el curso explicándole a Raúl cómo se abrían y cerraban las persianas y cómo se jugaba a polis y cacos. Él me escuchaba con mucha atención y me hacía siempre caso, y luego me pasaba la mano por el pelo como también hacía con su hermano. Raúl Fernández Calige y Antonio Fernández Calige. Solo estuvieron un año con nosotros, porque su padre era militar y lo destinaron a otra parte, pero en ese curso Raúl y yo fuimos inseparables de la manera en que sólo pueden serlo dos personas que creen que el listo es él.
Manuel Jabois (Malaherba)
—¿Se puede saber por qué cojones tardáis tanto? —interrumpió una voz. Thomas no se sorprendió al verlo entrar, pero lo que le sentó como una patada en los huevos fue ver a Olivia empezar a babear. —¡Ay, Dios mío! ¡No me lo puedo creer! ¡Ay, que me da algo! —Tranquila mujer —murmuró Nicole a su lado. —¡No sabes la ilusión que me hace conocerte! —Me parece muy bien —dijo Max sorprendido ante su efusividad. Olivia, ni corta ni perezosa, le plantó un par de besos. Y después, para sufrimiento del abogado, se acercó, no para situarse junto a él, no, para pedirle con todo el descaro del mundo su móvil ultramoderno y sacarse fotos. —Es una oportunidad única —se justificó sonriente, mientras Nicole hacía las fotos—. Si no es mucho molestar, ¿me puedes firmar un autógrafo? —Joder, ver para creer —masculló Thomas, cada vez más molesto. —Por supuesto —accedió Max, que parecía más que acostumbrado a esas cosas. —Aquí. —Apartó el cuello de su camiseta, dejando libre una considerable porción de piel sobre su pecho izquierdo—. Una firmita aquí, ya verás cuando lo cuente. —Y para mayor enfado de Thomas agarró un rotulador indeleble y se lo dio.
Noe Casado (Treinta noches con Olivia)
Daarmee bedoel ik niet dat ik geen enkel plezier beleefde om daarna te worden voorgesteld, noch dat het in mijn ogen geen plechtig moment was. Wat het plezier betreft, dat ondervond ik natuurlijk pas later op de dag, toen ik terug in het hotel was, en alleen in mijn kamer weer mezelf was geworden. Met genoegens gaat het net als met foto's. Wat je in het bijzijn van de geliefde maakt is maar een negatief, dat je later ontwikkelt als je eenmaal thuis bent en weer beschikt over je innerlijke donkere kamer, waarvan de toegang gebarricadeerd blijft zolang je in gezelschap bent.
Marcel Proust (In the Shadow of Young Girls in Flower)
Esse novo consenso do que passa a valer como legal ou ilegal significa que o batedor de carteiras, o pequeno traficante e o assaltante de rua tornam-se foco da ação policial e legal. O assalto especulativo de fundos de investimento, ao contrário – que eventualmente empobrece países do tamanho da Argentina ou da Malásia e impede o pagamento de aposentadorias, tendo impacto negativo dramático na vida de milhões – não é visto como crime. Por outro lado, o investidor que liderou o ataque é festejado como “gênio financeiro”, e sua foto aparece nas capas festejantes de revistas como The Economist e Time.
Jessé Souza (A Radiografia do Golpe: Entenda Como e Por Que Você Foi Enganado)
Quién se ha subido alguna vez a un tren, a un avión o a un ascensor? Tenemos todas esas cosas gracias a que en su día hubo empollones que lo hicieron posible, personas que con o sin talento se esforzaron por estudiar, por investigar, por aprender, por dar un paso más que los demás... Cuando cogéis una moto, una bici, cuando cruzáis un puente, cuando compráis algo por internet, cuando encendéis una bombilla, cuando utilizáis el GPS para guiaros, cuando jugáis a la consola, cuando os hacéis una foto... todo eso es posible gracias a los que llamamos "empollones", de hecho toda vuestra vida depende de ellos.
Eloy Moreno (Invisible)
Als je leven zó ondraaglijk is, als de pijn in je lichaam of in je geest onhoudbaar is, als je oprecht niet meer weet hoe je de dag door moet komen en als de dood een verlossing is, dan moet je daarvoor kunnen kiezen. En dan moet je daarbij geholpen worden. Want mensen die dood willen, gaan uiteindelijk dood. Of we ze nu helpen of niet. Het rekken van andermans leven omdat jij zijn of haar dood niet kunt accepteren vanwege je ideologie of wat dan ook; dat is egoïstisch. Dat is arrogant. Mensen mogen zelf bepalen of ze een kind maken, ze mogen ook zelf bepalen of ze dood willen. Het leven is geen verplichting.
Marcel Langedijk (Gelukkig hebben we de foto's nog)
Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros. No se trata de estar acechando la mentira como cualquier repórter, y atrapar la estúpida silueta del personajón que sale del número 10 de Downing Street, pero de todas maneras cuando se anda con la cámara hay como el deber de estar atento, de no perder ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra, o la carrera trenzas al aire de un chiquilla que vuelve con un pan o una botella de leche.
Julio Cortázar (Las armas secretas)
Un huaco puede ser cualquier pieza de cerámica prehispánica hecha a mano, de formas y estilos diversos, pintada con delicadeza. Puede ser un elemento decorativo, parte de un ritual u ofrenda en un sepulcro. Los huacos se llaman así porque fueron encontrados en los templos sagrados llamados huacas, enterrados junto a gente importante. Pueden representar animales, armas o alimentos. Pero de todos los huacos, el huaco retrato es el más interesante. Un huaco retrato es la foto carnet prehispánica. La imagen de un rostro indígena tan realista que asomarnos a verlo es para muchos como mirarnos en el espejo roto de los siglos.
Gabriela Wiener (Huaco retrato)
—El día que conocí a tu madre, sabía que estaría en mi vida para siempre. Había algo sobre ella y supe que me estaba enamorando ese primer día. Te hacía querer ser mejor, tratar de ser digno de su amor. Lamentablemente, tu padre pensaba lo mismo, nadie entendía por qué cambió drásticamente, excepto yo. A pesar de que ella estaba conmigo, dejó de beber, dejó de dormir con otras chicas, es como si lo hubiera hecho madurar al instante y convertido en el tipo que finalmente quería ser para que pudiera tener una oportunidad con ella. Siempre tuve miedo de perderla por él algún día, es como si me diera cuenta de que era una cuestión de cuándo, no de sí. Pero tu madre era diferente, yo había salido con muchas chicas, pero realmente no me importaba si estaban allí o no. Eran sólo alguien para tratar de llenar el dolor de perder a mi padre. Así que cuando me reuní con ella y se dio cuenta de mis sentimientos, luché por mantenerla tanto tiempo como pude. No se lo digas a tu mamá, pero Chase y yo constantemente peleábamos por ella cuando no estaba cerca. Infierno, incluso peleábamos por ella cuando estaba cerca. Sabíamos que cualquiera de nosotros podría tener a cualquier chica que quisiéramos, pero sólo queríamos a Harper. Así que, por supuesto, siendo nosotros, las palabras se utilizaron en puños y volaban cuando nos quedábamos solos. No le dije esto, pero ya sabía lo que había pasado con tu padre antes de que ella me lo dijera. Cuando llegué a casa de la rotura, y Chase no me molestó de nuevo, sabía que algo había pasado. Sólo no sabía qué todavía. Pero ¿sabes qué pequeño hombrecito? No puedo ni siquiera estar loco sobre eso más, porque si no hubiera pasado, no estarías aquí ahora. Besó suavemente a nuestro hijo de tres meses quien estaba completamente cautivado en sus historias y señaló la última foto en el libro. —Y él te amaba y a tu mamá, muchísimo. Siempre voy a recordarte eso, pero desearía que hubieras podido reunirte con él.
Molly McAdams (Taking Chances (Taking Chances, #1))
En la familia no hay una sola foto de María Rodríguez. Nunca sabremos cómo era su cara. A la mujer que inicia la estirpe de los Wiener en el Perú, la que llevó un embarazo solitario y amamantó a un semihuérfano, a ella se la ha tragado la tierra. Así como se pierden durante años bajo la arena los rastros de un mundo anterior. Reunir esos materiales dispersos por una geografía, salvar aquello que no ha carcomido el tiempo para tratar de reconstruir una imagen fugaz del pasado es una ciencia. Huaquear, en cambio, es abrir, penetrar, extraer, robar, fugarse, olvidar. En esa brecha, sin embargo, algo quedó dentro de ella, se implantó, germinó fuera del árbol.
Gabriela Wiener (Huaco retrato)
No le fue fácil meter en la maleta el dia en que hicieron su primera cumunión las tres juntas.La vela, el libro y la foto afuera de la iglesia cupieron muy bien, pero no así el sabor de los tamales y del atole que nacha les había preparado y que habían comido después en compañia de sus amigos y familiares. Cupieron los huesitos de chabacano de colores, pero no así las risas cuando jugaban con ellos en el patio de la escuela, ni la maestra Jovita, ni el columpio, ni el olor de su recámara, ni el del chocolate recién batido. Lo bueno es que tampoco cupieron las palizas, los regaños de Mamá Elena, pues Tita cerró muy fuerte la maleta antes de que se fueran a colar.
Laura Esquivel (Like Water for Chocolate)
El rostro que ponemos especial empeño en recordar al principio es muy nítido y omnipresente, pero a medida que pasa el tiempo —y seguramente por ese ahínco, que lo desgasta y lo desvirtúa y deforma— empieza a difuminársenos, y acaba por resultar casi imposible que los ojos de la mente lo convoquen y se lo representen con fidelidad. De pronto nos sorprendemos mirando una fotografía para conseguirlo, y aun así: la foto quieta va suplantando a la cara real, con sus gestos y su movimiento, las facciones se congelan y ya sólo existen las de la instantánea, que de tanto mirarla sustituye a la persona y la borra o la destierra o expulsa, por eso cuesta tanto recordar de veras a los muertos que se nos alejan.
Javier Marías (Berta Isla)
¿SABES QUÉ ES UN "HOT BUTTON"? TEN CUIDADO QUE SABER UTILIZARLOS PUEDE DARTE UN PODER PELIGROSAMENTE PODEROSO... ESTO NO ES FICCIÓN... son generalmente palabras, pero pueden ser también imágenes e incluso aromas o situaciones, que se encuentran asociados con sentimientos y recuerdos muy profundos y fuertes, ya sean buenos o malos. Al activarse el Hot Button, la persona evoca casi involuntariamente estos sentimientos, provocando muchas veces una desestabilización emocional o cambios abruptos de actitud –explicó Augustus mientras Nicolás lo escuchaba atentamente. Todos tenemos en nuestro interior Hot Buttons, algunos evidentes, otros, ocultos en la profundidad de nuestro inconsciente. Al ser “presionados”, disparan automáticamente fuertes emociones. Como dije anteriormente, los Hot Buttons pueden ser a veces positivos y en otras, negativos. Por ejemplo, en el amor solemos encontrar abundantemente de los dos tipos. Un lugar, una foto, un perfume, una canción, una persona, una palabra, un texto, hasta cosas aparentemente insignificantes, a veces te hacen transportar casi inevitablemente a fuertes recuerdos y sensaciones. Uno va caminando por la calle, concentrado en temas laborales y justo escucha sin querer “aquella” canción del primer beso de un GRAN AMOR. Si esta canción te hace acordar a un amor frustrado, posiblemente estemos hablando de un Hot Button negativo; si -en cambio- te recuerda al actual amor, probablemente sea positivo. En ambos casos, es muy probable que a causa del mismo nos cambie el humor del momento, la concentración y hasta incluso actuemos diferente respecto a si no hubiésemos escuchado “esa” canción. Más de uno en estos casos, habrá llegado casi desesperado a su trabajo, y rastreado ese viejo número telefónico que estaba guardado en algún lugar recóndito… Negativos, hay miles también. Muchos se relacionan con complejos y malas experiencias sufridas. El que se quema con leche, ve una vaca y llora, dicen con sabiduría. Los complejos de inferioridad, en todas sus variantes, contienen muchísimos Hot Buttons. Ni que hablar de aquellas personas que tienen problemas con su ego y autoestima. ¡Qué tema el EGO!… Muchas veces, en peleas entre personas cercanas, se suelen decir “verdades” espantosas y crueles, ya que embargadas por su ira, no se contienen, no filtran y no miden entonces sus palabras, ni sus consecuencias. En estas ocasiones, se suele meter el dedo en la llaga y esto suele provocar un aumento estrepitoso de la riña, que muchas veces incluso deriva en secuelas no deseadas… Meter el dedo en la llaga, es sin duda haber apretado un Hot Buttons muy concreto... La cuestión es que si alguien logra identificar tus Hot Buttons, se imaginan lo que pueden provocar en vos si sabe utilizarlos… qué miedo… ¿no?... ¿Vos tenes identificados cuáles son tus Hot Buttons? Contanos… Gonzalo GUMA
Gonzalo Guma (Equinoccio. Susurros del destino)
Als je mij vraagt zijn er drie belangrijke stadia in de geschiedenis van de mens. In het eerste kende hij zijn eigen spiegelbeeld niet, evenmin als een dier dat kent. Laat een kat in een spiegel kijken en hij denkt dat het een raam is waarachter een andere kat staat. Blaast ertegen, loopt er omheen. Op den duur is hij niet meer geïnteresseerd; sommige katten tonen zelfs nooit enige belangstelling voor hun spiegelbeeld. Zo zijn de eerste mensen ook geweest. Honderd procent subjectief. Een ‘ik’ dat zich vragen kon stellen over een 'zelf’ bestond niet. Tweede stadium: Narcissus ontdekt het spiegelbeeld. Niet Prometheus die het vuur ontdekte is de grootste geleerde van de Oudheid, maar Narcissus. Voor het eerst ziet 'ik’ zich 'zelf’. Psychologie was in dit stadium een overbodige wetenschap, want de mens was voor zichzelf wat hij was, namelijk zijn spiegelbeeld. Hij kon ervan houden of niet, maar hij werd niet door zichzelf verraden. Ik en zelf waren symmetrisch, elkaars spiegelbeeld, meer niet. Wij liegen en het spiegelbeeld liegt met ons mee. Pas in het derde stadium hebben wij de genadeslag van de waarheid gekregen. Het derde stadium begint met de uitvinding van de fotografie. Hoe dikwijls gebeurt het dat er een pasfoto van ons gemaakt wordt waarvan wij evenveel houden als van ons spiegelbeeld? Hoogst zelden! Voordien, als iemand zijn portret liet schilderen en het beviel hem niet, kon hij de schuld aan de schilder geven. Maar de camera, weten wij, kan niet liegen. En zo kom je in de loop van de jaren, via talloze foto’s, erachter dat je meestal niet jezelf bent, niet symmetrisch met jezelf, maar dat je het grootste deel van je leven in een aantal vreemde incarnaties bestaat voor welke je alle verantwoordelijkheid van de hand zou wijzen als je kon. De angst dat andere mensen hem zien zoals hij is op die foto’s die hij niet kan endosseren, dat ze hem misschien nooit zien zoals het spiegelbeeld waarvan hij houdt, heeft de menselijke individu versplinterd tot een groep die uit een generaal plus een bende muitende soldaten bestaat. Een Ik dat iets wil zijn - en een aantal schijngestalten die het Ik onophoudelijk afvallen. Dat is het derde stadium: het voordien vrij zeldzame twijfelen aan zichzelf, laait op tot radeloosheid. De psychologie komt tot bloei.
Willem Frederik Hermans (Nooit meer slapen)
Foto's zien is iets anders dan foto's kijken,' zeg ik. 'Iedereen kan foto's kijken maar een foto zien betekent dat je hem kunt lezen. Aan de ene kant heb je mensen en hun culturele voortbrengselen, aan de andere kant heb je de natuur. Bomen, meren, wolkenluchten spreken op foto's een algemene voor iedereen verstaanbare taal. Buiten de tijd om als het ware. Mensen, bouwwerken, wegen en koffiebussen daarentegen kunnen alleen gelezen worden in een bepaalde context, in de tijd, worden gelezen. U kunt dat fotoalbum op tafel voor het grootste deel niet lezen omdat u de noodzakelijke achtergrondinformatie mist. U was er niet bij. U kunt zich er met andere woorden niets bij voorstellen omdat u zich niet herinneren kunt wat eens echt te zien was. Het is uw verleden niet.
J. Bernlef (Hersenschimmen)
–Todos soñamos con volver. Es difícil de explicar. Yo no volvería ni loco. Pero sueño con volver –hice una pausa–. Ustedes también. –¿Nosotros? –Los que nunca estuvieron. ¿Para qué nos buscan, si no? Nos buscan y nos tienen miedo. Suponen que sabemos algo, que no les queremos decir, y que ustedes no quieren saber; nos envidian porque conocemos el camino y temen que se los revelemos. Dejamos un espacio preciso cuando nos fuimos, pero allá cambiamos de forma, y al volver ya no encajábamos, por más vueltas que nos dieran, en el rompecabezas; volvimos diez mil iluminados, locos, profetas malditos, y ahí andamos, sueltos por las cuatro puntas del país, hablando un idioma que nadie entiende, haciendo como que trabajamos, jugamos al fútbol, cogemos, pero nunca del todo, en algún lugar sabiendo siempre que algo nuestro valioso e indefinible quedó enterrado allá. En sueños, al menos, todos volvemos a buscarlo. ¿Entendés? No es el criminal el que vuelve al lugar del crimen. Es la víctima, bajo la tiránica esperanza de cambiar ese resultado injusto que la dañó. Andá a preguntarle a los ingleses. ¿Cuántos te crees que quieren volver? Somos nosotros, los perdedores, los triturados, los que gritamos “volveremos volveremos” cada vez que hay alguien que quiera escuchar. ¿Qué puede interesarle la revancha al ganador? El infierno nos marcó de tal manera que creemos que volviendo lo haremos paraíso, y a la noche nos despertamos llamando papá a los demonios que nos clavaban arpones riendo. ¿Sabés por qué todavía, diez años después, seguimos disfrazándonos de esta manera, reuniéndonos para organizar expediciones imposibles, reconstruyendo hasta el segundo cada uno de aquellos días que lo mejor sería olvidar? Estamos infectados, entendés, las llevamos en la sangre y nos morimos de a poco, como los chagásicos. ¿No las viste, que son iguales a pólipos? Cada año que pasa, se extienden un poco más, como esas manchas en la pared. Trauma de guerra, trauma de guerra, no es tan fácil. Estamos enamorados hasta la médula, y las odiamos. Fetichistas, adoramos una foto, una silueta, una bota vieja. No es verdad que hubo sobrevivientes. En el corazón de cada uno hay dos pedazos arrancados, y cada mordisco tiene la forma exacta de Las Islas. Tratamos de llenarlos con las cosas de acá, pero es como taparlos con estopa. ¿Sabés cuántos de nosotros nos suicidamos por ese amor?
Carlos Gamerro (Las islas)
Carta a James Sandoe, 14 de octubre de 1949. Ahora estoy leyendo “So little time”, de Marquand. Recuerdo, o creo recordar, que fue bastante maltratada cuando apareció, pero a mí me parece llena de ingenio agudo y vivacidad, y en general mucho más satisfactoria que “Point of no return”, que me resultó aburrida en su impacto total, aunque no aburrida mientras se la lee. También empecé “A sea change”, de Nigel Demis, que parece bien. Pero siempre me gustan los libros equivocados. Y las películas equivocadas. Y la gente equivocada. Y tengo la mala costumbre de empezar un libro y leer sólo lo necesario para asegurarme de que quiero leerlo, y ponerlo a un lado mientras rompo el hielo con otros dos. De ese modo, cuando me siento aburrido y deprimido, cosa que pasa con demasiada frecuencia, sé que tengo algo para leer tarde en la noche, que es cuando más leo, y no ese horrendo sentimiento desolador de no tener a nadie con quien hablar o a quien escuchar. ¿Por qué diablos esos idiotas de editores no dejan de poner fotos de escritores en sus sobrecubiertas? Compré un libro perfectamente bueno... estaba dispuesto a que me gustara, había leído sobre él, y entonces le echo una mirada a la foto del tipo y es obviamente un completo imbécil, una basura realmente abrumadora (fotogénicamente hablando) y no puedo leer el maldito libro. El hombre probablemente no tiene nada malo, pero para mí esa foto, esa tan espontánea foto con la corbata chillona desajustada, el tipo sentado en el borde de su escritorio con los pies en la silla (siempre se sienta así, piensa mejor). He pasado por esta comedia de la foto, sé lo que hace con uno.
Raymond Chandler (Selected Letters)
Le había dicho que se paseaba por el patio como si estuviera en una fiesta. Yo no lo habría expresado así, pero entiendo lo que quería decir. Tiene relación con lo que dije de que Andy llevaba su libertad como un abrigo invisible y con lo que dije de que nunca llegó a tener en realidad una mentalidad carcelaria. Nunca llegó a tener esa mirada obtusa. Nunca llegó a caminar como caminan los hombres cuando termina la jornada y han de volver a sus celdas para otra noche interminable... encorvados, aturdidos. Andy caminaba erguido y con paso vivo siempre, como quien se dirige a casa, donde le aguardan una buena cena hogareña y una buena mujer, y no la bazofia insípida de verduras pastosas, puré de patatas grumoso y una o dos tajadas de ese material cartilaginoso y grasiento que casi todos los presos llaman «carne de enigma»... eso y una foto de Raquel Welch en la pared.
Stephen King (Rita Hayworth and Shawshank Redemption)
Maar je ziet het als je oefent. Je contouren die dunner worden, je silhouet dat vervaagt. Je bent nog niet helemaal verdwenen. Dat duurt een hele poos. Jaren. Maar je verdwijnt. Je verdwijnt voor jezelf, wordt een ander, elke dag. Je bent niet wie je ooit was. De microscopisch kleine cellen die je gezicht vormen op de foto die je ouders in de kamer hebben hangen, zijn weg, vervangen door nieuwe. Je bent niet meer wie je was. Maar ik ben er nog wel, de atomen wisselen van plek. Zo is het ook met de mensen van wie je houdt. Met bijna stilstaande snelheid verkruimelen ze in je armen en je zou willen dat je je aan iets bestendigs in hen kon vastklampen, hun skelet, hun tanden kon vastpakken, de hersencellen, maar dat kun je niet, want bijna alles is water en het heeft geen zin dat vast te houden. Alle sporen verdwijnen, stukje bij beetje. En later verdwijnen de sporen die ze hebben achtergelaten, het huis waarin ze woonden, de tekeningen die ze voor je maakten, de woorden die ze op briefjes schreven. De herinneringen waarmee je achterblijft zullen uiteindelijk ook loslaten, als oud behang, en mettertijd zal het niet meer mogelijk zijn om antwoord te geven op de vraag of er op deze planeet aan de rand van dit perifere zonnestelsel ooit leven is geweest.
Johan Harstad (Buzz Aldrin, waar ben je gebleven?)
Entre las cosas más importantes que se van preparando dentro de uno se cuentan los encuentros aplazados. Puede tratarse tanto de lugares como de personas, tanto de cuadros como de libros. Hay ciudades que ansío tanto ver, que es como si estuviese predestinado a pasar en ellas una vida entera, desde el comienzo. Con cien ardides evito ir a esas ciudades, y cada nueva ocasión de visitarlas que dejo pasar acrecienta tanto su importancia en mí, que cabría pensar que estoy en el mundo únicamente en razón de ellas, y que si dichas ciudades, que me siguen aguardando, no existiesen, hace ya mucho tiempo que habría yo perecido. Hay personas sobre las cuales oigo hablar con gusto, y es tanto lo que oigo, y tal la avidez con que lo oigo, que podría pensarse que sé yo más sobre ellas que ellas mismas, pero evito ver alguna foto o cualquier representación visual suya, como si hubiera una prohibición especial y justificada de conocer su rostro. También hay personas con las que durante años me he venido encontrando en un mismo camino, personas sobre las cuales reflexiono, parecidas a enigmas que me hubieran encargado de resolver a mí, y no les dirijo, sin embargo, una sola palabra, paso mudo a su lado como mudas ellas pasan junto a mí, y nos miramos con una mirada que es una pregunta y mantenemos bien cerrados los labios; me imagino nuestra primera conversación, y me emociono al pensar cuántas cosas inesperadas llegaría a conocer. Y hay, finalmente, personas a las que desde hace años vengo amando sin que ellas puedan llegar a barruntarlo; yo me voy haciendo cada vez más viejo, y sin duda tiene que parecer una ilusión absurda el que alguna vez vaya a decirles que las amo, aunque siempre vivo pensando en ese instante magnífico. Sería incapaz de existir sin estos prolijos preparativos de lo futuro; y cuando me examino a mí mismo con detalle, veo que no son para mí menos importantes que las sorpresas súbitas que llegan como si no llegasen de ningún sitio y subyugan en el acto. No me gustaría mencionar los libros para los que todavía me estoy preparando; entre ellos se cuentan algunas de las obras más famosas de la literatura universal, obras de cuya importancia no me permitirá dudar, pues sobre ellas están de acuerdo todos aquellos autores del pasado cuyas opiniones han sido determinantes para mí. Es evidente que, tras haber estado aguardando veinte años, una colisión con esas obras se convierte en algo de enorme importancia; tal vez sólo así resulte posible acceder a esos renacimientos espirituales que nos preserven de las consecuencias de la rutina y la decadencia.
Elias Canetti (Masa y poder (Spanish Edition))
En el muro de Facebook hay una opción que te permite añadir "Me gusta" al comentario o la foto de otro internauta. El pictograma es una mano cerrada con el pulgar hacia arriba. También ofrece la posibilidad, en caso de arrepentimiento, de sustituirlo por un "Ya no me gusta". Eso es todo. La red social de Zuckerberg no admite la alternativa de matizar esa adhesión o ese arrepentimiento con algún estado intermedio, quizá titubeante o más gaseoso. Sólo acepta la rotundidad de un sí o un no, del blanco o el negro, con el pulgar hacia arriba o hacia abajo, sin medias tintas. La duda ha sido expulsada de esta arcadia digital y condenada a vagar por el desierto de territorios más lejanos y lentos, es decir, más literarios [...] Ahora bien, pensar consiste justamente en lo contrario. Pensar implica el compromiso radical de ir un paso más allá del "Me gusta" o "No me gusta", de suspender la fase infantil de la imposición caprichosa de nuestros antojos. Aquí no sirve eso tan socorrido del "Porque lo digo yo" y el puñetazo en la mesa. Hay que razonar, justificar, argumentar con palabras de peso nuestro amor, nuestro rechazo, lo cual es complicado e incómodo, ya que puedes equivocarte o quedar en ridículo. O puedes caer en la paradoja de aquel personaje de Monterroso, un escritor cuya esposa, tras desvelar los hábitos de trabajo de él, concluía: «Cuando no se le ocurre nada escribe pensamientos».
Eloy Tizón (The Art of Fiction)
El dolor, cuando se instala en nuestro cuerpo, no quiere irse. Sobretodo si fue forjado en una relación. Cada foto, cada rincón de la casa, el barrio o la ciudad está impregnada por aquella persona que ya no está a nuestro lado. Y como si fuera a propósito, el recuerdo nos trae a la memoria los momentos más felices, las situaciones más divertidas, la complicidad, las sonrisas compartidas, el dolor soportado juntos. ¿Y ahora qué necesito esa mano? ¿Cómo soporto el dolor? Esa unión que antes alimentaba mi amor, se ha desgarrado, se rompió y ya no hay vínculo que lo reemplace. Como un muñón, ahora debo aprender a vivir sin esa parte de mi, que se ha ido. Una herida infectada es mejor cortarla, limpiarla aunque duela, coserla y esperar a que cicatrice. No hay manera de hacerlo más fácil. No hay trampa posible que le hagamos a nuestro corazón. Pero sanará. Pero sabemos que el dolor a cuenta gotas sería muchísimo peor a la larga, drenaría nuestra vida, nos haría infelices para siempre. Y es mortal. Y cuando reconocemos que hay otras conexiones que salen de nosotros, que tenemos espacio para abrir un nuevo canal, cuando vemos que hay otros que necesitan también sanar sus heridas, entonces aceptamos recorrer un nuevo camino. Solo debemos tener un solo cuidado: el desierto que cruzamos en el dolor nos permite saber quiénes somos, qué queremos, qué hicimos mal, que nos dejamos hacer y no debimos, qué tanto nos rebajamos o que tan inflexibles somos. No es necesario sufrir, pero es imprescindible aprender. En el camino nos habremos recuperado y estaremos caminando hacia otro horizonte.
Leo Batic (Heredera de dragones (El último reino, #2))
En esa reunión, Fidel Castro, el dictador cubano, se haría una foto histórica al lado de David Rockefeller, uno de los símbolos del capitalismo multinacional. La imagen recorrería el planeta, pero era mucho menos sabido que Peggy, la hija de David, había visitado frecuentemente Cuba desde 1985 o que David Rockefeller se reuniría al día siguiente con Castro en el edificio del Consejo de Relaciones Exteriores en Park Avenue.91 Para muchos podía parecer un simple gesto de cortesía social o un acto incomprensible, pero sería el propio David Rockefeller el que explicaría perfectamente su conducta en el año 2002 en sus Memorias. Millonario, filántropo, participante habitual en los círculos más elevados del poder, David Rockefeller realizaría la siguiente confesión: «Algunos creen incluso que nosotros — los Rockefeller — somos parte de una cábala secreta que trabaja contra los mejores intereses de los Estados Unidos, caracterizando a mi familia y a mí como «internacionalistas» que conspiran alrededor del mundo con otros para construir una estructura global política y económica más integrada — un mundo, si se quiere. Si esa es la acusación, me declaro culpable y estoy orgulloso de ello». La afirmación de Rockefeller resultaba de enorme relevancia no solo por su sinceridad, sino por su contundencia. Ante la acusación de que desarrollaba una agenda que no era la de los Estados Unidos y que incluso iba contra los intereses de esta nación, una agenda que manifestaba en su cordialidad ante el dictador cubano Fidel Castro, David Rockefeller se declaraba culpable y además orgulloso de serlo. Ante la acusación de ser un internacionalista que conspiraba con otros en todo el mundo, se declaraba culpable y orgulloso de serlo. Ante la acusación de estar construyendo una estructura política y económica de carácter global que avanzara hacia un solo mundo se declaraba culpable y orgulloso de serlo. A inicios de este siglo, apenas perpetrados los atentados del 11-S, Rockefeller no tenía el menor reparo en reconocer públicamente que sostenía una agenda globalista cuya finalidad era someter al mundo a un nuevo orden que chocaba incluso con los intereses de naciones como los Estados Unidos.
César Vidal (Un Mundo Que Cambia: Patriotismo Frente a Agenda Globalista (Spanish Edition))
Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 de Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek, el cuento del gato con botas, el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier cosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a qué pero llegar, llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en una hora final descubras que caminaste volaste corriste reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y de caspa en vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa saga de ser hombre. No hay discurso del método, hermano, todos los mapas mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste, dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado por la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos despedidos por tarjeta, dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin cáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dónde está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin cenizas de uranio, de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso que en plena noche te sume en la maraña turbia de las pesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muerto o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la traición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantano viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde estaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absoluta para mostrarte el camino, para orientar esa mano que ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante, porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con las rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta la garganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado, punto de partida que es llegada. Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano. Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de Scriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.
Julio Cortázar