Fortaleza Quotes

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O sofrimento é como a liberdade: só aos corações de grande fortaleza pode aproveitar, aos outros humilha-os e corrompe-os, e mais nada.
Agustina Bessa-Luís (Contemplação Carinhosa da Angústia)
Heist bajó la mirada por un segundo antes de que sus ojos buscaran los míos. —Ya conozco todas tus debilidades, Leigh,— me dijo, una sonrisa triste curvó un lado de sus labios, —son tus debilidades, no tus fortalezas, lo que me atrae tanto de ti.
Ariana Godoy (Heist (Darks #1))
Se estrecha el círculo. Un nuevo terror nacido de la muerte, una nueva superstición que invade la fortaleza del tiempo. Soy leyenda.
Richard Matheson (I Am Legend)
Que no me vean caida. Muerta por dentro, pero de pie. Como un árbol.
Alejandro Casona (Los árboles mueren de pie)
Hacía falta una fortaleza diferente para persuadir en vez de obligar. Talut se ganaba el respeto respetando a los demás.
Jean M. Auel (The Mammoth Hunters (Earth's Children, #3))
No he sido yo quien ha roto tu corazón, te lo has roto tú misma, y al hacerlo has destrozado, de paso, él mío. Y la peor parte me toca a mí, porque aún tengo fortaleza. ¿Crees que me apetece vivir? ¿Qué clase de vida podrá ser la mía cuando tú...? ¡Oh, Dios mío! ¿Acaso te gustaría a ti vivir si te encerraran el alma en una tumba?
Emily Brontë (Wuthering Heights)
As enxergas rijas fazem as almas fortes.
Eça de Queirós (A Cidade e as Serras)
Antes pensaba que quería ser alguien especial. Ahora me gustaría volver atrás y disponerme a ser alguien aburrido, sin interés, normal. Hace falta mucha fortaleza para estar orgulloso de ti mismo y aceptarte cuando sabes que en ti hay algo fuera de lo corriente. Yo tuve esta fortaleza.
Abigail Tarttelin (Golden Boy)
Su fortaleza nunca la abandonó, ni nunca perdió la cabeza, solo vio demasiada crueldad.
Mary Ann Shaffer (The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society)
Hay personas que saben encajar los golpes, aprender a recibirlos una y otra vez, esa es su fortaleza. Pero no saben huir, la sola idea de un mundo desconocido las paraliza
Eva García Sáenz (El silencio de la ciudad blanca (La ciudad blanca, #1))
La humildad no es negar sus fortalezas. La humildad es ser sincero acerca de sus debilidades”. —Rick Warren
John C. Maxwell (BUENOS LÍDERES HACEN GRANDES PREGUNTAS: Su Fundamento para un Liderazgo Exitoso (Spanish Edition))
¿Por qué escribo? Porque los libros son más fuertes que la vida. Son su mejor revancha. Son testigos de la muralla inexpugnable de nuestra mente, de la impenetrable fortaleza de nuestra memoria. Y
Joël Dicker (El libro de los Baltimore)
De espinhos agressivos, plantei sebes. Deram flores. Juntei às pedras mais rudes muita argamassa de dores. Fui erguendo a fortaleza invencível. Pus em meu céu um sorriso. Mesmo em barrascas de pranto, a escala de sete cores brilha em mim.
Helena Kolody
Es como la elegancia, mi María, que está en el buen gusto, y no en el costo. La elegancia del vestido,-la grande y verdadera,-está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza hecha echa luz.
José Martí (Cartas A María Mantilla)
Opinamos que el hombre fuerte puede permitirse el lujo de ser amable, mientras que el dócil e inseguro de sí mismo tiene que fanfarronear para darse un poco de seguridad.
T. Lobsang Rampa (The Third Eye)
SALMO 28:8 Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
Dave Earley (Las 21 Oraciones Más Efectivas de la Biblia: 21 Most Effective Prayers of the Bible (Spanish Edition))
Triunfa el que elabora una táctica para conseguirlo, aprovecha su oportunidad, acepta sus debilidades y reconoce sus fortalezas.
Sun Tzu (El arte de la guerra)
los libros son más fuertes que la vida. Son su mejor revancha. Son testigos de la muralla inexpugnable de nuestra mente, de la impenetrable fortaleza de nuestra memoria.
Joël Dicker (El libro de los Baltimore)
Convierte su dolor en una fortaleza. Y cuando alguien trate de ofenderla, no le dolerá porque se ha hecho fuerte.
Josu Diamond (Un cóctel en Chueca (En Madrid, #1))
A veces la fortaleza es saber cuándo ocuparse de uno mismo.
Kerri Maniscalco (Becoming the Dark Prince (Stalking Jack the Ripper, #3.5))
Hablar del dolor es un símbolo de fortaleza; y no hacerlo lo es de valentía, porque cuando callas se queda dentro, luchando contra ti.
Javier Castillo (La chica de nieve (Miren Triggs, #1))
Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar, y sabiduría para entender la diferencia.
Massimo Pigliucci (Cómo ser un estoico: Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna)
Ayer rece durante todo el camino colina arriba, no para que te quedaras, no me parecía correcto. Rezaba para tener la fortaleza necesaria para dejar que te fueras. Dije <>, ha sido el momento mas difícil, sassenach.
Diana Gabaldon (Outlander (Outlander, #1))
La felicidad no es una vida sin problemas, sino la fortaleza para superar los problemas que se presenten. No existe tal cosa como una vida libre de problemas; las dificultades son inevitables. Pero la manera en la que
Anonymous
Señor caballero, los caballeros andantes han de acometer las aventuras que prometen esperanza de salir bien dellas, y no aquellas que de en todo la quitan; porque la valentía que entra en la jurisdicción de la temeridad, más tiene de locura que de fortaleza.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha)
Lo que yo deseo, la fuerza que yo busco, no es aquella que te lleva a ganar o a perder. Tampoco quiero una muralla para repeler las fuerzas que lleguen del exterior. Lo que yo deseo es una fuerza que me permita ser capaz de recibir todo cuanto proceda del exterior y resistirlo. Fortaleza para resistir en silencio cosas como la injusticia, el infortunio, la tristeza, los equívocos, las incomprensiones.
Haruki Murakami (Kafka en la orilla)
Experimenté sumisión y fatalismo, y terminé por aceptar quién era amo y señor y quién, esclava y sierva. Si él hubiera recurrido al poder que ejercía sobre mí, yo habría hecho cualquier cosa en ese momento pues no tenía fuerzas contra él. Me arrastró hasta la orilla donde me poseyó sin furia ni resentimiento, con una dulzura de la que no lo creía capaz. Le consentí hacer cuanto quisiese y me dejé llevar por esa marea de placer que me anegaba la boca y que me atería el cuerpo, puro placer que él me proporcionaba con largueza. Esa mañana, después de haberme permitido tanto gozo, se desataron en mí los nudos gordianos que domeñaban mi naturaleza desde hacía tiempo, nudos hechos de arrojo, fortaleza y orgullo, que me habían protegido de algún modo, pero que también habían lastimado mi índole sensible de mujer al intentar preservar la moral y los principios que no pertenecían al mundo en el que me hallaba. Esa mañana comprendí que Mariano Rosas era mi destino y que yo me había convertido en una india blanca.
Florencia Bonelli (Indias blancas)
Un único amigo de verdad sería la prueba de que uno tiene un carácter firme. Schmitt diría: cuanto menos carácter y menos forma se tiene, cuanto más liso y pulido y más escurridizo se es, tantos más friends tiene uno. Facebook es un mercado de la falta de carácter. El orden digital desplaza todos los parámetros del ser. «Propiedad», «vecindad», «clan», «estirpe» y «estamento» se encuadran todos ellos en el orden terreno, en el orden de la tierra. La interconexión digital disuelve el clan, la estirpe y la vecindad. La economía del compartir o del sharing hace que también la «propiedad» se vuelve superflua, reemplazándola por el acceso. El medio digital se asemeja al mar sin carácter, en el que no pueden inscribirse líneas ni marcas fijas. En el mar digital no se pueden edificar fortalezas, ni umbrales, ni muros, ni fosos, ni mojones fronterizos. Se pueden interconectar mal los caracteres firmes. No son capaces de conexión ni de comunicación. En los tiempos de la interconexión, de la globalización y de la comunicación, un carácter firme no es más que un obstáculo y un inconveniente. El orden digital celebra un nuevo ideal. Se llama el hombre sin carácter, la lisura sin carácter.
Byung-Chul Han (La salvación de lo bello)
La gente rota rompe todo, pero también rompen asfaltos.
Joice Peel (Como si nunca me hubiesen roto (Spanish Edition))
Eu me plugo a ti invadindo tua fortaleza sem portas até enfim despetalar-te em chamas carnavalescas, abissais e untadas a mim.
Filipe Russo (Caro Jovem Adulto)
Capítulo XX. Se as fortalezas e muitas outras coisas que a cada dia são feitas pelos príncipes são úteis ou não
Niccolò Machiavelli (O Príncipe)
en los ataques contra la paciencia, la castidad y la fortaleza, lo divertido es hacer que el hombre se rinda justo cuando (si lo hubiese sabido) el alivio estaba casi a la vista.
C.S. Lewis (Cartas del Diablo a Su Sobrino (Spanish Edition))
Se llamaron virtudes cardinales porque cumplen, por así decirlo, la función de un eje o pivote). Estas son: prudencia, templanza, justicia y fortaleza.
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
Los recuerdos se levantan a nuestras espaldas. Los días en los que, creía, no pasaba nada demasiado relevante fueron los que construyeron la fortaleza del pasado.
Carla Quevedo (Cómo me enamoré de Nicolas Cage)
Todos tenemos adentro una insospechada reserva de fortaleza que emerge cuando la vida nos pone a prueba.
Isabel Allende (La isla bajo el mar)
Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
la fortaleza no siempre va de la mano de la fuerza bruta. No tienes por qué dar palizas para ser luchadora. La violencia y la fuerza no son conceptos equivalentes.
Becca Fitzpatrick (Finale (Hush, Hush, #4))
Buscad al SEÑOR, y su fortaleza; buscad su rostro siempre.
Russell M. Stendal (Las Sagradas Escrituras (Jubilee Bible 2000))
Señor, dame valor y fortaleza / para contemplar mi cuerpo y mi corazón sin asco.]
Oscar Wilde (De Profundis)
Ese beso nos proporciona la fortaleza suficiente para afrontar nuestro futuro
Stephanie Perkins (Isla and the Happily Ever After (Anna and the French Kiss, #3))
juridición de la temeridad, más tiene de locura que de fortaleza.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
Las mujeres que elegían a los hombres en parte por su fortaleza y habilidades físicas tenían más posibilidades de sobrevivir y reproducirse.
David M. Buss (The Evolution Of Desire: Strategies of Human Mating)
¿Y tus cicatrices? Son un testamento a tu fortaleza. Son prueba de a lo que sobreviviste. Son preciosas.
Jennifer L. Armentrout (From Blood and Ash (Blood and Ash, #1))
Dios no nos manda sufrimientos sin la fortaleza para soportarlos.
Isabel Allende (Paula)
Atrás quedó el Cuzco, coronado por la fortaleza sagrada de Sacsayhuamán, bajo un cielo azulino.
Isabel Allende (Inés del alma mía)
he aquí a Dite, me dijo, y aquí el lugar donde importa que de fortaleza te armes.
Dante Alighieri (La Divina Comedia)
Cada vez aprenderás algo. Cada vez desarrollarás fortaleza, sabiduría y perspectiva. Cada vez la competencia disminuirá un poco. Hasta que lo único que quede seas tú: la mejor versión de ti.
Ryan Holiday (El obstáculo es el camino: El arte inmemorial de convertir las pruebas en triunfo (Para estar bien) (Spanish Edition))
¿Es ésta la nueva doctrina desconocida? Todo el mundo sabe eso: todo el mundo lo ha escuchado antes. Los cínicos han recomendado la pobreza y la restricción de las necesidades; Sócrates ha prescrito la virtud como una cosa antigua buena; el primer estoico a quien uno encuentra, si bien sea el propio Séneca -que tiene quinientas mesas de madera de limonero-, ensalza la continencia, recomienda la verdad, la paciencia en la adversidades, la fortaleza en el infortunio; y todo eso es como el trigo viejo, que se comen los ratones, pero que la gente rechaza porque huele mal.
Henryk Sienkiewicz (Quo Vadis)
Muchas veces la mejor manera de enfrentarse a las cosas malas —dijo buscando a tientas el lápiz— es darles la vuelta, utilizarlas como fortaleza, negarte a que te caractericen. Luchar contra ellas.
Bonnie Garmus (Lecciones de química)
Todo el sistema está, por así decirlo, calculado para el choque entre los hombres buenos y los hombres malos, y los buenos frutos de fortaleza, paciencia, piedad y perdón, por los cuales al hombre cruel
C.S. Lewis (El Problema del Dolor (Spanish Edition))
Tu mayor fortaleza es también tu mayor debilidad", dijo. "Tu pasión. Tu furia. No estoy diciendo que no deberías haber golpeado a Caín. Lo que estoy diciendo es que no deberías haberte golpeado a ti misma.
Morgan Rice (Deseada (Diario De Un Vampiro #5))
Pero es destino de toda heroína verse en ocasiones despreciada por el mundo, sufrir toda clase de difamaciones y calumnias y aun así conservar el corazón puro y limpio de toda culpa. La fortaleza que revela en esas circunstancias es justamente lo que la dignifica y ennoblece. En tan difíciles momentos, Catherine dió también prueba de su fortaleza de espíritu al no permitir que de sus labios surgiese la más leve queja.
Jane Austen (Northanger Abbey)
Ahora me doy cuenta de lo cruel que has sido conmigo, de lo falsa y cruel que has sido. ¿Por qué me despreciaste? ¿Por qué traicionaste, Cathy, a tu propio corazón? No puedo tener una sola palabra de consuelo para tí; te mereces lo que te pasa. Eres tú quien se ha matado a sí misma. Sí, puedes abrazarme y llorar cuanto quieras, puedes provocar mis lágrimas y mis besos, pero ellos serán tu ruina y tu perdición. Si me amabas, ¿en nombre de qué ley me abandonaste? ¿En nombre de la mezquina ilusión que despertó en ti Linton? Dímelo. Porque tú misma, por voluntad propia, hiciste lo que ni la desgracia, ni el envilecimiento, no la muerte, ni nada de lo que Dios o el Diablo nos pudieran infligir habría logrado en su empeño de separarnos. No he sido yo quien ha roto tu corazón, te lo has roto tú misma, y al hacerlo has destrozado, de paso, el mío. Y la peor parte me toca a mí, porque aún tengo fortaleza. ¿Crees que me apetece vivir? ¿Qué clase de vida podrá ser la mía cuando tú...? ¡Oh, Dios Mío! ¿Acaso te gustaría a ti vivir si te encerraran el alma en una tumba?»
Emily Brontë
Para mí, aprender que solo yo puedo hacer lo que yo puedo hacer de la manera que lo puedo hacer significó derrocar a la triunfadora compulsiva que había en mí, la que siempre buscaba conseguir más y más papeles con la esperanza de afirmar su valía. Y significó aprender a redefinir mi trauma, a ver en mi doloroso pasado una prueba de mi fortaleza, mi talento y mis oportunidades para crecer, en lugar de una confirmación de mi debilidad o mis heridas.
Edith Eger (La bailarina de Auschwitz: Una inspiradora historia de valentía y supervivencia)
la fortaleza de un espíritu se mediría justamente por la cantidad de «verdad» que soportase o, dicho con más claridad, por el grado en que necesitase que la verdad quedase diluida, encubierta, edulcorada, amortiguada, falseada.
Friedrich Nietzsche (Más allá del bien y del mal)
Me iba a costar salir adelante, sentiría ese dolor por mucho tiempo, pero iba a poder pasar página. El siguiente día iba a ser un día nuevo, blanco, puro y sin los manchones del pasado, en tanto tuviese la fortaleza para ir hacia delante
Ann Rodd (La memoria de Daria)
Y comprendo que es el momento decisivo. Cuando conoces a alguien, existe un instante concreto en el que sostienes la puerta entreabierta y tienes que elegir si quieres cerrarla o abrirla. Yo estoy acostumbrada a dar portazos. Los dejo ver algo por una pequeña rendija, pero luego siempre termino girando la llave que descansa en la cerradura antes de que puedan distinguir las entrañas más allá de la piel. Nunca he tenido la sensación de que alguien "lo sepa todo de mí", no he sentido esa complicidad con ningún otro ser humano; ni si quiera con mi hermana, a pesar de lo cerca que estábamos. Y la idea de que nadie pueda ver a la verdadera Grace Peterson resulta asfixiante y reconfortante al mismo tiempo. Hay un vacío, sí, un vacío similar al hueco que permanece cuando un pantano se seca, pero también es la forma más sencilla de vivir segura dentro de la fortaleza que he ido construyendo ladrillo a ladrillo, sin hacer paradas para descansar y tomar aliento.
Alice Kellen (El mapa de los anhelos)
No me asusta morir. Ese tormento ya lo he superado. Dios me da fortaleza y me da valor pata soportar lo peor. Dejo un mundo triste y penoso y si usted me recuerda y piensa que he sido condenada injustamente, me resignaré a la suerte que me espera.
Mary Wollstonecraft Shelley (Frankenstein)
¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué me inspira? ¿Por qué existo? ¿Qué es lo que realmente quiero hacer con mi vida? ¿Cuándo me siento completamente vivo? ¿Qué estoy haciendo cuando el tiempo vuela? ¿Cuáles son mis mayores fortalezas? ¿Qué haría si se garantizara el éxito? ¿Qué haría si tuviera diez millones de dólares, siete casas y hubiera viajado por todo el mundo? No te preocupes. Sin presión. No tienes que apresurarte hacia algo nuevo, pero puedes comenzar a hacer más de las cosas que amas.
Marc Reklau (Quiérete ¡y mucho!: 30 días para aumentar tu autoestima)
Los dioses no suelen caracterizarse por hacer regalos prácticos y funcionales, ¿verdad? Y mucho menos regalos contantes y sonantes. No, últimamente se limitan a cosas como la gracia, la paciencia, la fortaleza y la fuerza interior. Cosas que no se ven.
Terry Pratchett (Cartas en el Asunto (Mundodisco 33) (Spanish Edition))
Ela multiplicava os colchetes e os alfinetes por sítios para onde ninguém se lembraria de olhar. O que é característico do puritanismo é pôr tanto mais guardas quanto a fortaleza está menos ameaçada. (…) O puritanismo é uma meia-virtude e um meio-vício.
Victor Hugo (Les Misérables)
Se desarrolla entonces toda una problemática: la de una arquitectura que ya no está hecha simplemente para ser vista (fausto de los palacios) o para vigilar el espacio exterior (geometría de las fortalezas) sino para permitir un control interior, articulado y detallado (...); en términos generales, la de una arquitectura que habría de ser un operador para la transformación de los individuos: obrar sobre aquellos a quienes abriga, permitir apresar su conducta, conducir hasta ellos los efectos del poder, darlos a conocer, modificarlos.
Michel Foucault (Vigilar y castigar: Nacimiento de la prisión)
El Eros pone en marcha un voluntario desreconocimiento de sí mismo, un voluntario vaciamiento de sí mismo. Una especial debilidad se apodera del sujeto del amor, acompañada, a la vez, por un sentimiento de fortaleza que de todos modos no es la realización propia del uno, sino el don del otro.
Byung-Chul Han (La agonía del Eros (Pensamiento Herder))
En ese sombrío día de diciembre de 1542 en el que nace en el castillo de Linlithgow, su padre, Jacobo V, yace al mismo tiempo en su lecho de muerte en la vecina fortaleza de Falkland, con sólo treinta y un años de edad y sin embargo ya quebrado por la vida, cansado de la corona, cansado de luchar.
Stefan Zweig (María Estuardo)
Lo que recuerdo es que, en ese momento, tu dolor era tan grande como el mío, pero no podíamos caer los dos a la vez, éramos un equipo, así que me viste tropezar y tiraste de mí ignorando tus heridas, que también estaban en carne viva. Me demostraste que la fortaleza tiene mucho que ver con el amor.
Alice Kellen (El chico que dibujaba constelaciones)
Comandante carraspea. Lo hace siempre que quiere comunicarnos que, en su opinión, es hora de dejar de rezar. —Que los ojos del Señor recorran la Tierra a lo largo y a lo ancho, y que su fortaleza proteja a todos aquellos que le entregan su corazón —concluye. Es la frase de despedida. Se levanta. Podemos retirarnos.
Margaret Atwood (El cuento de la criada)
Acuérdate De Tu Grandeza Antes de que naciera, y aún eran demasiado pequeños para el ojo humano, que ganó la carrera por la vida de entre 250 millones de competidores. Y sin embargo, ¿qué tan rápido se ha olvidado de su fortaleza, cuando su propia existencia es la prueba de su grandeza. Usted nació un ganador, un guerrero, quien desafió las probabilidades de sobrevivir a la más sangrienta batalla de todas ellas. Y ahora que es un gigante, ¿por qué usted aún duda de la victoria contra el menor número, y márgenes más amplios? Los únicos muros que existen, son aquellas que se han colocado en su mente. Y cualesquiera que sean los obstáculos que concebir, existen sólo porque ha olvidado lo que ya han logrado.
Suzy Kassem (Rise Up and Salute the Sun: The Writings of Suzy Kassem)
...porque es tu propio interior el que constituye la fuente del dolor y de la alegría.
Knut Hamsun (Pan)
Porque aunque te derrumbes, seras capaz de repararte con la luz de tu alma, aunque todo se nuble y hasta la esperanza dude.
Dulce María
Sé fuerte, sé alegre, sé agradecido y verás que la vida te va destrabando el camino, desliando los nudos y premiando tu impulso.
Ignacio Novo
—¿Quién quiere luchar? —parecía enojado— Ya ha habido bastante lucha. —Todo el mundo está contra nosotros. Tenemos que ayudarnos y hacer planes, mientras podamos.
E.M. Forster (Maurice)
¡Mi destino me llama a voces y vuelve la fibra más tierna de mi cuerpo tan robusta, como los nervios del león de Nemea!...
William Shakespeare (Hamlet)
El peor enemigo es el enemigo cotidiano, el ser amable que te fuerza a repetirte a diario: "No le confíes tus debilidades, su preocupación no es real.
Eva García Sáenz de Urturi
porque el amor, según he oído decir, unas veces vuela y otras anda, con éste corre y con aquél va despacio, a unos entibia y a otros abrasa, a unos hiere y a otros mata, en un mesmo punto comienza la carrera de sus deseos y en aquel mesmo punto la acaba y concluye, por la mañana suele poner el cerco a una fortaleza y a la noche la tiene rendida, porque no hay fuerza que le resista.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)
Para la tradición moralista un buen príncipe desde el punto de vista político debía cumplir con cuatro virtudes centrales para todo hombre (prudencia, fortaleza, justicia y moderación) más una serie de virtudes específicamente principescas (como honestidad, magnanimidad o liberalidad). Se recomendaba además que la práctica política nunca entrara en conflicto con los principios morales.
Niccolò Machiavelli (EL PRÍNCIPE (Clásicos del pensamiento nº 31) (Spanish Edition))
Al norte de la ciudad se alza una espectacular construcción, Sacsayhuamán, la fortaleza sagrada, con sus tres hileras de altas murallas zigzagueantes, el Templo del Sol, su laberinto de calles, torreones, andenes, escaleras, terrazas, sótanos y habitaciones, donde vivían con holgura cincuenta o sesenta mil personas. Su nombre significa «halcón satisfecho», y como un halcón vigila el Cuzco.
Isabel Allende (Inés del alma mía)
—Ayer recé durante todo el camino colina arriba —confesó con voz queda—. No para que te quedaras; no me parecía correcto. Rezaba para tener la fortaleza necesaria para dejarte ir. —Meneó la cabeza mientras contemplaba la colina con expresión distante—. Dije: «Señor, si alguna vez en mi vida he tenido valor, dámelo ahora. Permíteme ser lo bastante valiente para no caer de rodillas y rogarle que se quede.»
Diana Gabaldón
El cuaquerismo reforzaba la fortaleza de las mujeres. Hacía hincapié en la igualdad espiritual e intelectual de los sexos y con ello fomentaba una actitud que estaba en armonía con lo que cada día se demostraba claramente a todos los habitantes de Nantucket: que las mujeres, que allí tendían a ser más instruidas que los hombres, eran tan inteligentes y estaban tan capacitadas como sus compañeros masculinos.
Nathaniel Philbrick (In the Heart of the Sea: The Tragedy of the Whaleship Essex)
No pretendían causar al mundo daño alguno, pero si eran atacados, debían golpear, debían estar sobre aviso y descargar sus golpes con toda fuerza, debían mostrar que cuando dos se unen, las mayorías no triunfan.
E.M. Forster (Maurice)
Aceptemos lo inevitable como signo de equilibrio y de madurez, y no caigamos en un injusto sentimiento de culpa por un pensamiento autorreferencial, pues no todo lo que sucede es responsabilidad nuestra. Rompamos las cadenas del miedo, afrontemos los temores; se puede perder, pero no tirar la toalla. La resiliencia es fortaleza, no invulnerabilidad, no queramos dar una imagen de fortaleza e independencia tal que alejemos a todo el mundo.
Javier Urra (Psicohigiene: El cuidado de uno mismo y de los demás (Spanish Edition))
No me importa que la mayoría de mis compañeras me recomienden a su hojalatero con cierta condescendencia, quiero cobrar mis arrugas caras a los productores para ser efectivamente vieja pero no pobre y espero que cultivando el alma nunca sea fea.
Patricia Reyes Spíndola
Desde la ventana de su habitación podía observar la impresionante arquitectura del palacio principal, las altas columnas suntuosamente construidas a base de mármol y jade, los vestíbulos, corredores y salones, cuyas paredes estaban decoradas con llamativos mosaicos, y la majestuosidad de las murallas y tejados, que convertían el lugar en una fortaleza muy bien edificada. El paisaje natural que rodeaba el palacio era de ensueño, con hermosas colinas y pintorescos árboles que parecían estar siempre en flor.
Gissi Rodríguez (La Flecha de Joseon)
no se camina hacia la virtud cambiando placeres por placeres, tristezas por tristezas, temores por temores, y haciendo lo mismo que los que cambian una moneda en menudo. La sabiduría es la única moneda de buena ley, y por ella es preciso cambiar todas las demás cosas. Con ella se compra todo y se tiene todo: fortaleza, templanza, justicia; en una palabra, la virtud no es verdadera sino con la sabiduría, independientemente de los placeres, de las tristezas, de los temores y de todas las demás pasiones. Mientras
Plato (Fedón [o del alma] (Spanish Edition))
Aquí fue. Ahí estaba. Esos leones de piedra, sin cabeza ahora, la miraron. Esa fortaleza, un día inexpugnable, ahora un montón de piedras, fue lo último que vio. Un enemigo hace tiempo olvidado y los siglos, sol, lluvia y viento, la arrasaron. Inalterado el cielo, un bloque azul intenso, alto, dilatado. Cerca las murallas ciclópeamente ensambladas, hoy como ayer, que marcan su dirección al caminar: hacia la puerta, bajo la cual no mana la sangre. Hacia lo tenebroso. Hacia el matadero. Y sola. Con mi relato voy hacia la muerte.
Christa Wolf
Cuando amar duele Enamorarse es maravilloso; sin embargo, a veces duele. El placer del amor conlleva el dolor de todos los apegos que puedas imaginar. Cuando uno no sabe pararse en su fortaleza, se pierde tanto en el otro que derrocha hasta su corazón, el mismo que se había abierto para llenarse de la otra persona. Cuando alguien ama de más sin ser correspondido y esperando reacciones del otro, cosas que este último no está dispuesto a dar, el enamorado pierde hasta el alma y corre el riesgo de perder lo más sagrado que tiene: ¡la dignidad!
Yohana García (Salvemos al amor (Gaia) (Spanish Edition))
-Y supongo - dije yo, irónica - que la moraleja de la historia es que uno sólo se hace fuerte después de superar todo tipo de pruebas. -Fuerte no. Fuertes ya eran la piedra y el hierro - afirmó ella categórica -. Flexible. Ahí radica la diferencia. No puedes sobrevivir si no lo eres.
Lucía Etxebarria (Beatriz y los cuerpos celestes)
Na primavera de seu vigésimo segundo ano, Sumire apaixonou-se pela primeira vez. Um amor intenso, um verdadeiro tornado que varre planícies — aplanando tudo em seu caminho, lançando coisas para o ar, deixando-as em frangalhos, triturando-as. A intensidade do tornado não abranda nem por um segundo, enquanto sua rajada atravessa o oceano, destruindo Angkor Wat, incinerando a selva indiana, tigres e tudo, transformando-se em uma tempestade de areia no deserto persa, sepultando uma exótica cidade-fortaleza sob um mar de areia. Em resumo, um amor de proporções realmente monumentais.
Haruki Murakami (Sputnik Sweetheart)
Um tempo atrás eu acreditava que falar de seres humanos era como falar de edifícios em colapso, de garotas que creem ser arranha-céus destinados a serem implodidos por um ataque terrorista interior. Mas quando penso em certas existências, só me vêm à mente geopolíticas que não foram atualizadas, antigas versões de WAR empoeiradas, onde houve nações devastadas pela dor, mas nas quais havia também fortalezas impenetráveis, condenadas a resistir, convencidas de que o assédio passaria, até que não restaram somente elas, e o corpo circunstante não se tornou um país no qual eram as únicas ditadoras.
Claudia Durastanti (La straniera)
No se trataba únicamente de un caso de fortaleza o de resignación. Un espíritu sumiso podría mostrarse paciente; un fuerte entendimiento podría otorgarle resolución, pero había algo más; poseía esa elasticidad de la mente, esa disposición para consolarse, esa capacidad de transformar rápidamente lo malo en bueno y de interesarse en todo lo que venía como un don de la naturaleza, hallando ocupaciones que le hicieran olvidarse de sí misma y de sus pesares. Era este el don más sublime del cielo, y Anne vio en su amiga uno de esos maravillosos ejemplos que parecen servir para mitigar cualquier frustración".
Jane Austen (Persuasion)
Ella vigiló, observó, reflexionó y finalmente concluyó que no se trataba nada más que de un caso de fortaleza o resignación. Un espíritu sumiso puede ser paciente; un fuerte entendimiento puede dar resolución, pero aquí había algo más; aquí había ligereza de pensamiento, disposición para consolarse; poder de transformar rápidamente lo malo en bueno y de interesarse en todo lo que venía como un don de la naturaleza, lo que la mantenía olvidada de sí misma y de sus pesares. Era éste el don más escogido del cielo, y Ana vio en su amiga uno de esos maravillosos ejemplos que parecen servir para mitigar cualquier frustración.
Jane Austen (Persuasión (Spanish Edition))
Espero que mi propio sexo me disculpe si trato a las mujeres como criaturas racionales en vez de halagar sus encantos fascinantes y considerarlas como si estuvieran en un estado de eterna infancia, incapaces de valerse por sí mismas. Deseo de veras mostrar en qué consiste la verdadera dignidad y la felicidad humana. Deseo persuadir a las mujeres para que intenten adquirir fortaleza, tanto de mente como de cuerpo, y convencerlas de que las frases suaves, la sensibilidad de corazón, la delicadeza de sentimientos y el gusto refinado son casi sinónimos de epítetos de la debilidad, y que aquellos seres que son sólo objetos de piedad, y de esa clase de amor que ha sido denominada como su hermana, pronto se convertirán en objetos de desprecio. Desechando, pues, esas bellas frases femeninas que los hombres utilizan con condescendencia para dulcificar nuestra dependencia servil, y despreciando esa débil elegancia de mente, esa sensibilidad exquisita y dulce docilidad de conducta que se supone constituyen las características sexuales del recipiente más frágil, deseo mostrar que la elegancia es inferior a la virtud, que el primer objetivo de una loable ambición es adquirir un carácter como ser humano, sin tener en cuenta la distinción de sexo (p. 50-51).
Mary Wollstonecraft (Vindication of the Rights of Women)
à noite, depois do chá, refugiava-me no oratório, como numa fortaleza de santidade, embebia os meus olhos no corpo de ouro de Jesus, pregado na sua linda cruz de pau preto. Mas então o brilho fulvo do metal precioso ia, pouco a pouco, embaciando, tomava uma alva cor de carne, quente e tenra; a magreza de Messias triste, mostrando os ossos, arredondava-se em formas divinamente cheias e belas; por entre a coroa de espinhos, desenrolavam-se lascivos anéis de cabelos crespos e negros; no peito, sobre as duas chagas, levantavam-se, rijos, direitos, dous esplêndidos seios de mulher, com um botãozinho de rosa na ponta; e era ela, a minha Adélia, que assim estava no alto da cruz, nua, soberba, risonha, vitoriosa, profanando o altar, com os braços abertos para mim!
Eça de Queirós (A Relíquia)
El blanco habló de otro país más allá del mar donde una mujer poderosa se sentaba en el trono, mientras los hombres y las mujeres bailaban a la sombra de su autoridad y benevolencia. Ella estaba dispuesta a extender su sombra para cubrir a los agikuyu. Se rieron de este hombre excéntrico, cuya piel estaba tan escaldada que el negro de fuera se había pelado. El agua caliente le debía de haber afectado a la cabeza [...] Más tarde, o eso decían, Waiyaki había sido enterrado vivo en Kibwezi con la cabeza apuntando al centro de la tierra, un aviso viviente para quienes, en años venideros, osaran desafiar la autoridad de la mujer cristiana cuya sombra protectora dominaba ahora tierra y mar. Entonces nadie se dio cuenta: pero mirando hacia atrás pudimos ver que la sangre de Waiyaki contenía una semilla, un grano, que dio origen a un movimiento cuya mayor fortaleza, desde ese día, nacía del vínculo con la tierra.
Ngũgĩ wa Thiong'o (A Grain of Wheat)
Gina de verdad crees que viniste aquí por tu propia voluntad? Estas atraída hacia mi así como yo así a ti. Tu debilidad es mi fortaleza. Imagina la liberación. Gina..." La voz se sereno,... El poder que crece en el lugar del miedo" "Por que escoger un infierno en vida cuando puedo devorar tus miedos y desaparecerlos?" "Su miedo te ha devorado el se quedara aquí para siempre" "Porque si hundes bien la nariz y respiras la vida de una rosa, su carnosidad, terrosidad y belleza hueles la muerte que hay dentro..." "Solsticio significa: sol detenido, el día mas largo del ano, sol alcanza sus extremos mas meridionales, lo contrario es el solsticio de invierno. El solsticio de verano también representa el renacimiento, un despertar" "Solsticio significa: sol detenido, el día mas largo del ano, sol alcanza sus extremos mas meridionales, lo contrario es el solsticio de invierno. El solsticio de verano también representa el renacimiento, un despertar
Simon Holt (Soulstice (The Devouring, #2))
Sin embargo, estaba haciendo algo admirable, probando con qué poco puede vivir el alma. Sin que la alimentara ni el cielo ni la tierra, continuaba hacia delante, lámpara que debería haberse extinguido, proclamando la verdad del materialismo. No tenía Dios, no tenía ningún amante, los dos incentivos usuales de la virtud. Nadie lo contemplaba, ni él se contemplaba a sí mismo, pero las luchas como la suya son los triunfos supremos de la humanidad, sobrepasan cualquier leyenda sobre el Cielo.
E.M. Forster (Maurice)
Separated from everyone, in the fifteenth dungeon, was a small man with fiery brown eyes and wet towels wrapped around his head. For several days his legs had been black, and his gums were bleeding. Fifty-nine years old and exhausted beyond measure, he paced silently up and down, always the same five steps, back and forth. One, two, three, four, five, and turn . . . an interminable shuffle between the wall and door of his cell. He had no work, no books, nothing to write on. And so he walked. One, two, three, four, five, and turn . . . His dungeon was next door to La Fortaleza, the governor’s mansion in Old San Juan, less than two hundred feet away. The governor had been his friend and had even voted for him for the Puerto Rican legislature in 1932. This didn’t help much now. The governor had ordered his arrest. One, two, three, four, five, and turn . . . Life had turned him into a pendulum; it had all been mathematically worked out. This shuttle back and forth in his cell comprised his entire universe. He had no other choice. His transformation into a living corpse suited his captors perfectly. One, two, three, four, five, and turn . . . Fourteen hours of walking: to master this art of endless movement, he’d learned to keep his head down, hands behind his back, stepping neither too fast nor too slow, every stride the same length. He’d also learned to chew tobacco and smear the nicotined saliva on his face and neck to keep the mosquitoes away. One, two, three, four, five, and turn . . . The heat was so stifling, he needed to take off his clothes, but he couldn’t. He wrapped even more towels around his head and looked up as the guard’s shadow hit the wall. He felt like an animal in a pit, watched by the hunter who had just ensnared him. One, two, three, four, five, and turn . . . Far away, he could hear the ocean breaking on the rocks of San Juan’s harbor and the screams of demented inmates as they cried and howled in the quarantine gallery. A tropical rain splashed the iron roof nearly every day. The dungeons dripped with a stifling humidity that saturated everything, and mosquitoes invaded during every rainfall. Green mold crept along the cracks of his cell, and scarab beetles marched single file, along the mold lines, and into his bathroom bucket. The murderer started screaming. The lunatic in dungeon seven had flung his own feces over the ceiling rail. It landed in dungeon five and frightened the Puerto Rico Upland gecko. The murderer, of course, was threatening to kill the lunatic. One, two, three, four, five, and turn . . . The man started walking again. It was his only world. The grass had grown thick over the grave of his youth. He was no longer a human being, no longer a man. Prison had entered him, and he had become the prison. He fought this feeling every day. One, two, three, four, five, and turn . . . He was a lawyer, journalist, chemical engineer, and president of the Nationalist Party. He was the first Puerto Rican to graduate from Harvard College and Harvard Law School and spoke six languages. He had served as a first lieutenant in World War I and led a company of two hundred men. He had served as president of the Cosmopolitan Club at Harvard and helped Éamon de Valera draft the constitution of the Free State of Ireland.5 One, two, three, four, five, and turn . . . He would spend twenty-five years in prison—many of them in this dungeon, in the belly of La Princesa. He walked back and forth for decades, with wet towels wrapped around his head. The guards all laughed, declared him insane, and called him El Rey de las Toallas. The King of the Towels. His name was Pedro Albizu Campos.
Nelson A. Denis (War Against All Puerto Ricans: Revolution and Terror in America's Colony)
quiero que este sea el primer recuerdo de tu padre, fíjate bien, grábalo en tu memoria, prométemelo, el primer recuerdo del salvaje, del poderoso, del terrible, del venturoso, del dichoso, del incondicional amor que te tengo y te tendré siempre porque siempre te amaré, pase lo que pase en tu futuro, seas lo que seas, siempre seré tu padre, siempre estaré dispuesto a darlo todo por ti sin que tú me des nada nunca, porque si tú me dieras algo alguna vez, solo ha de ser un beso diminuto, ni siquiera un beso grande, solo un pequeño beso, porque yo transformaré ese pequeño beso en la fortaleza más grande del universo, superior a las galaxias, superior a millones de estrellas, más grande que el mismo Dios, así te amo yo, Bra, así, no lo olvides nunca, díselo a tus hijos, y que los hijos de tus hijos lo digan a los suyos, así hasta que caiga el sol sobre la raza de los hombres y se extinga la vida, y aun cuando se extinga la vida, yo volveré a ti, te lo juro, volveré a tu sangre porque soy tu padre, y antes que tu padre fui el hijo del hombre más maravilloso de la historia de los hombres, porque mi padre fue el hombre más honesto, más bondadoso, más elegante y limpio de cuantos han existido, ese fue tu abuelo».
Manuel Vilas (Alegría (volumen independiente))
Como eran unas jovencitas muy inteligentes, decidieron seguir el consejo y pronto se sorprendieron al comprobar lo afortunadas que eran. Una descubrió que el dinero no podía evitar la vergüenza y la pena entrasen en una casa, por rica que esta fuese; otra, que se creía pobre, entendido que gracias a su juventud, su buen humor y su salud era más feliz que cierta anciana cascarrabias que no sabía gozar de su posición; una tercera comprendió que, por desagradable que resultase tener que preparar la cena, era mucho peor tener que mendigar para poder cocinarla, y la cuarta comprobó que ser buena valía más que tener una sortija de cornalina.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
EL DESTINO, UN REGALO El talante con el que un hombre acepta su ineludible destino y todo el sufrimiento que le acompaña, la forma en que carga con su cruz, le ofrece una singular oportunidad incluso bajo las circunstancias más adversas para dotar a su vida de un sentido más profundo. Aun en esas situaciones se le permite conservar su valor, su dignidad, su generosidad. En cambio, si se zambulle en la amarga lucha por la supervivencia, es capaz de olvidar su humana dignidad y se comporta poco más allá a como lo haría un animal, igual que nos recuerda la psicología de los internados en un campo de concentración. En esa decisión personal reside la posibilidad de atesorar o despreciar la dignidad moral que cualquier situación difícil ofrece al hombre para su enriquecimiento interior. Y ello determina si es o no merecedor de sus sufrimientos. No piensen que estas consideraciones son ilusorias o muy alejadas de la vida real. Alcanzar metas tan excelsas está reservado a unas cuantas personas. En efecto, sólo unos pocos prisioneros conservaron esa fortaleza de la libertad y aprovecharon los atroces sufrimientos para una madurez interior. Ahora bien, aunque sólo se diese un caso bastaría para demostrar que la libertad interior puede elevar al hombre muy por encima de su destino adverso. Y este tipo de hombres no surge, además, únicamente en los campos de concentración. Cualquier hombre, en toda existencia, se verá cara a cara con su destino y siempre tendrá la oportunidad de conquistar algún valor por vía del sufrimiento, por vía de su propio sacrificio.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. 22 Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 23 Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. 24 Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, 25 y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. 26 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. 27 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. 28 Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. 29 Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda. 30 Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31 Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo. Capítulo 15 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 Cántico de Moisés y de María 1 Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. 2 Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. éste es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. 3 Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre. 4 Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército; Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo. 5 Los abismos los cubrieron; Descendieron a las profundidades como piedra. 6 Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo. 7 Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti. Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca. 8 Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio del mar. 9 El enemigo dijo: Perseguiré, apresaré, repartiré despojos; Mi alma se saciará de ellos; Sacaré mi espada, los destruirá mi mano. 10 Soplaste con tu viento; los cubrió el mar; Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. 11 ¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? 12 Extendiste tu diestra; La tierra los tragó. 13 Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada. 14 Lo oirán los pueblos, y temblarán; Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos. 15 Entonces los caudillos de Edom se turbarán; A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor; Se acobardarán todos los moradores de Canaán. 16 Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste. 17 Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová, En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado. 18 Jehová reinará eternamente y para siempre.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)