Florecer Quotes

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No te amo como si fueras rosa de sal, topacio o flecha de claveles que propagan el fuego: te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma. Te amo como la planta que no florece y lleva dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo el apretado aroma que ascendió de la tierra. Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, te amo directamente sin problemas ni orgullo: así te amo porque no sé amar de otra manera, sino así de este modo en que no soy ni eres, tan cerca que tu mano sobre mi pecha es mía, tan cerca que cierran tus ojos con mi sueño.
Pablo Neruda (100 Love Sonnets)
Estás perdido Altazor Solo en medio del universo Solo como una nota que florece en las alturas del vacío No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza ¿En dónde estás Altazor?
Vicente Huidobro (Altazor)
Con finezas tan nimias como libros o flores se plantan semillas de sonrisas que van a florecer entre las sombras.
Emily Dickinson (Morí por la belleza)
Creemos enla valentía. Creemos en tomar acciones. Creemos en la liberarnos del miedo y en la adquisición de habilidades necesarias para obligar a que lo malos salga de nuestro mundo para que el bien pueda prosperar y florecer
Veronica Roth
Addeline ha decidido que prefiere ser un árbol. Si tiene que echar raíces, prefiere florecer en estado salvaje en lugar de ser podada, prefiere quedarse sola y que le permitan crecer bajo el cielo abierto. Mejor eso que acabar convertida en leña y arder en la chimenea de otra persona.
V.E. Schwab (The Invisible Life of Addie LaRue)
De allí somos, de donde florece o da fruto cada palabra.
Claudia Piñeiro (Catedrales)
Siempre he pensado, de hecho, que los seres humanos son 'frágiles' al amor. Sufren antes incluso de disfrutar de él y temen que pueda desaparecer como la flor de la jalapa, que florece y muere justo después, pero el amor no es así. El verdadero amor es sólido como la roca y sobrevive al tiempo y la distancia
Elisabetta Gnone (Capitan Grisam e l'amore)
Quiero vivir en un mundo en el que los seres sean solamente humanos, sin darse en la cabeza con una regla, con una palabr, con una etiqueta... Quiero que la gran mayoría, la única mayoría, todos, puedan hablar, leer, escuchar, florecer. No entendí nunca la lucha sino para que ésta termine.
Pablo Neruda (Confieso que he vivido. Memorias)
El cetro y la corona acaban derrumbándose Y todo se hace igual en la tierra Sólo la memoria de los justos Deja una dulce fragancia en el mundo y florece en el polvo.
Javier Moro (Pasión india)
La vida se trata de florecer sin importar en dónde estemos plantados.
Joshua A. Aguilar
El odio, como el amor, solo florece donde hay algo en común, donde existe un común denominador.
Arthur Koestler (Memorias: Flecha en el azul / La escritura invisible)
No olvides que la belleza está en el exterior porque florece desde el interior, y que quien se mira y se sonríe, encuentra la belleza y la libertad en sí mismo.
Andrea Compton (Y luego ganas tú: 5 historias contra el bullying)
¿Nunca has pensado escribir?, tú hablas en poesía. ¿Lo sabes? A casi todas las locas enamoradas les florece la voz.
Pedro Lemebel (Tengo miedo torero)
Era la verdad más absoluta que yo conocía, igual que el sol sabe que debe salir por la mañana, igual que los capullos de rosa saben que deben florecer en primavera. Estaba en mis venas, en el rincón más oculto de mi corazón y de mi alma. Le amaría hasta la muerte, incluso más allá de la muerte. Más allá del fuego y del infierno. Le querría toda la eternidad.
Laurelin Paige (Forever with You (Fixed, #3))
Cuando me enamoro de mis compañeritos de escuela, rezo para que me vean cómo una nena. Cuando comienzo a florecer, rezo para que las tetas me crezcan durante la noche, para que mis padres me perdonen, para que me nazca una vagina entre las piernas. Pero no. Entre las piernas tengo un cuchillo
Camila Sosa Villada (Las malas)
Vamos por la vida sembrando nuestra presencia; a veces, de ella, florece el olvido; otras, las importantes, los recuerdos.
Serin
la investigación científica solo puede florecer en alianza con alguna religión o ideología.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
El elogio es como la luz del sol para el espíritu humano; no podemos florecer y crecer sin él.
Anonymous
...fruto de mis años, marchitos antes de florecer (a Piotr Aleksandrovich Pletnev)
Alexander Pushkin (Eugene Onegin)
Porque tras la tormenta siempre sale el sol. Y mientras haya sol volveremos a florecer.
Andrea Arroyo del Campo (Mala Hierba (La Flor de Garland #1))
La creatividad florece cuando tenemos una sensación de seguridad y de autoaceptación.
Julia Cameron (El camino del artista)
Todos hablan de ella como si fuera una flor de verano, algo que pueden arrancar de la tierra y meter en un jarrón, como si solamente estuviera destinada a florecer y a pudrirse.
V.E. Schwab (The Invisible Life of Addie LaRue)
Como la sonrisa es contagiosa, la alegría volvió al pueblo y empezó a florecer en el convento.
Juan Muñoz Martín (Fray Perico y su borrico (Fray Perico, #1))
Una escuela sufi nace para florecer y desaparecer, no para dejar vestigios de un ritual mecánico o interesantes restos antropológicos.
Idries Shah (The Sufis)
¡NO MORIRÁS, PUEBLO! ¡Dios está contigo! Te dio corazón - granada, Te dio pecho - granito. Pueblo, florece - fuerte, como piedra sillar, como la granada, ardiente, puro como el cristal.
Marina Tsvetaeva
El paseo a pie pone al pensamiento a dar vueltas, rodeos; y el pensamiento es justamente eso: vueltas,rodeos. A veces,florece el pensamiento como el paisaje que lo rodea. ESCRITURA A PIE
Ignacio Helguera
La forma en que nombramos plantas, flores, frutos, aun usando un mismo idioma, devela nuestro origen tanto o más que cualquier tonada. De allí somos, de donde florece o da fruto cada palabra.
Claudia Piñeiro (Catedrales)
Proust ha explicado admirablemente por que no le interesaba un lugar sino cuando volvía a el; por que no encontraba sabor sino a lo ya visto, a lo ya experimentado, a lo ya vivido; por que, en suma, no comenzaba a gustar de las cosas sino a partir del momento en que recomenzaba. Este análisis se relaciona, a mi parecer,con la esencia misma de toda una clase de seres: aquellos que no han podido curarse de su infancia.Todo lo que en ellos florece tiene sus raíces en su pretérita infancia. Todas las cosas cuya expresión persiguen yacen en el silencio vehemente que la agitó.
Victoria Ocampo (Testimonios (Spanish Edition))
Esa sonrisa que Lily contenía, florece en un instante. Bajo el techo desnudo del Gran Comedor, su expresión se ilumina y cuando se muerde el labio inferior, James avanza, inclina la cabeza, contiene el aliento y prueba un beso suave. Se rozan despacio, los labios juntos y nada más. Los rizos de Lily le hacen cosquillas en la cara y por un momento piensa que está volando y que es el viento el que le hace sentirse así, flotando a varios pies del suelo.
Irati (Marauder Crack (2021))
El amor es planta que arraiga en todos los suelos, que se desarrolla sin miedo a las heladas del otoño o a las nieves del invierno, y que florece siempre, perfumando y bendiciendo así por igual a quienes lo otorgan y a quienes lo reciben.
Louisa May Alcott (Little Men)
¿Por qué te enamora mi faz de tal suerte que no te vuelves hacia el hermoso jardín que florece bajo los rayos de Cristo? Allí están la rosa en que el Verbo divino encarnó; y allí están los lirios por cuyo aroma se descubre el buen camino.
Dante Alighieri (The Divine Comedy, Volume III: Paradiso, Part 2: Commentary)
Cuando un hombre sabe más que los demás se queda solo. Pero la soledad no surge necesariamente en oposición a la comunidad, puesto que nadie siente más la comunidad que el solitario, y la comunidad florece tan sólo allí donde cada individuo rememora su propia singularidad
C.G. Jung
Todo se va y todo vuelve. La rueda de la existencia gira eternamente. Todo muere y todo vuelve a florecer: el año del ser transcurre eternamente. Todo se rompe y todo se recompone. [...] todo se despide y todo vuelve a saludarse; el anillo del ser permanece eternamente fiel a sí mismo. A cada instante comienza el ser.
Friedrich Nietzsche (Así habló Zaratustra/Más allá del bien y el mal/El anticristo/El ocaso de los ídolos)
El hielo es efímero. Se derrite con la primera oleada de luz solar. Nuestro amor no es así. Nuestro amor es como un árbol, de los que crecen en estos bosques. ¿te imaginas que difícil debe ser para las semillas, florecer en un ambiente tal árido y salvaje como este? Diseñado, no para dar vida, si no para aniquilarla y aun así se convierten en frondosos y fuertes troncos, capaces de proveer a otros seres con refugio y madera, para lo que sea que la necesiten. Resisten ventarrones, frío y desalentadores inviernos, de modo grácil y casi inmortal, como el alma de un vampiro. Y siguen ahí por años, a veces, siglos. Eso somos nosotros, árboles de invierno en Alaska. Así es nuestro amor, mi hermosa niña.
Mariela Villegas Rivero
Pensé que sería fácil, acostada en la bañera y viendo el rojo florecer de mis muñecas. Flujo tras flujo, a través del agua clara, hasta que me hundiera para dormirme bajo una superficie llamativa como las amapolas. Pero cuando llegó el momento de hacerlo, la piel de mi muñeca parecía tan blanca e indefensa que no pude. Era como si lo que yo quería matar no estuviera en esa piel ni en el ligero pulso azul que saltaba bajo mi pulgar, sino en alguna parte, más profunda, más secreta y mucho más difícil de alcanzar.
Sylvia Plath (The Bell Jar)
Al establecer la felicidad como un objetivo imperativo y universal pero cambiante, difuso y sin un fin claro, la felicidad se convierte en una meta insaciable e incierta que genera una nueva variedad de «buscadores de la felicidad» y de «hipocondríacos emocionales» constantemente preocupados por cómo ser más felices, continuamente pendientes de sí mismos, ansiosos por corregir sus deficiencias psicológicas, por gestionar sus sentimientos y por encontrar la mejor forma de florecer o crecer personalmente. Eso, a su vez, convierte la felicidad en una mercancía perfecta para un mercado que se nutre de normalizar esta obsesión con uno mismo y con el propio bienestar psicológico.
Edgar Cabanas (Happycracia: Cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas)
EL BALCÓN DE JULIETA" ¡Qué larga es ya mi espera!... En la noche sombría De mi sed infinita, sobre el camino oteo, Por ver si antes que alumbre su luz el nuevo día En mi balcón florece tu escala, mi Romeo. Pero ¡nada!... no llegas, y en mi melancolía Sangrando entre las sombras, tu sombra es lo que veo. ¿Qué Teobaldo te ha herido?... ¿Quién cortó la alegría De tus alas abiertas, amor de mi Romeo? Ya la Luna, la sabia, con su advertencia fría, Me ha dicho compasiva: «¡No esperes a los muertos!»... Pero no he de cerrar mi balcón todavía. Te aguardaré hasta el alba, y ya el alba encendida Buscaré tu cadáver, y entre sus labios yertos con mi boca en tu boca, encenderé tu vida...
Teresa de la Parra (Ifigenia)
En un abrir y cerrar de ojos, los años se deslizan como el agua de un arroyo. Adeline ha cumplido ya los dieciséis, y todos hablan de ella como si fuera una flor de verano, algo que pueden arrancar de la tierra y meter en un jarrón, como si solamente estuviera destinada a florecer y a pudrirse. Igual que Isabelle, quien sueña con una familia en lugar de la libertad, y parece satisfecha con florecer durante un breve instante y después marchitarse. No, Adeline ha decidido que prefiere ser un árbol, igual que Estele. Si tiene que echar raíces, prefiere florecer en estado salvaje en lugar de ser podada, prefiere quedarse sola y que le permitan crecer bajo el cielo abierto. Mejor eso que acabar convertida en leña y arder en la chimenea de otra persona.
V.E. Schwab (The Invisible Life of Addie LaRue)
—Pero ¿no te das cuenta de que la noción de la muerte entre nosotros es muy poca cosa, Claire? —susurró. Mis manos se cerraron contra su pecho. No, no pensaba que fuera poca cosa. —Todo el tiempo, cuando me dejaste después de Culloden, estuve muerto, ¿no es así? —Creí que estabas muerto. Por eso... —Dentro de doscientos años seguro que estaré muerto, Sassenach —dijo sonriendo—. A causa de los indios, los animales salvajes, una plaga, la cuerda de la horca o sólo por la bendición de una edad avanzada, pero estaré muerto. —Sí. —Y mientras tú estabas allí, en tu propio tiempo... yo estaba muerto, ¿no? Asentí sin palabras. Incluso ahora puedo mirar hacia atrás y ver el abismo de desesperación en el que aquella partida me sumió y del que salí trepando penosamente centímetro a centímetro. —«El hombre es como la hierba del campo —citó, frotando mis manos—. Hoy florece; mañana se seca y se tira al horno.» Levantó el penacho verde y se lo llevó a los labios, para luego pasarlo por mi boca. —Estaba muerto, Sassenach, y sin embargo todo ese tiempo te amé. Cerré los ojos sintiendo la leve picazón de la hierba en mis labios. —Yo también te amaba —susurré—. Siempre lo hice. —Mientras mi cuerpo y el tuyo vivan, seremos una sola carne —susurró. Sus dedos me tocaron el pelo, la barbilla, el cuello y los pechos; respiré su aliento y lo sentí en mis manos. —Y cuando mi cuerpo perezca, mi alma todavía será tuya, Claire. Juro por mi esperanza de ganarme el cielo que no seré separado de ti. Nada se pierde, Sassenach; sólo se transforma. —Eso es la primera ley de la termodinámica —dije secándome la nariz. —No —respondió—. Eso es fe.
Diana Gabaldon (Drums of Autumn (Outlander, #4))
La mayoría de las personas son otras personas. Sus pensamientos son las opiniones de otro, su vida un remedo, sus pasiones una cita. Cristo no fue sólo el Individualista supremo, sino el primero de la Historia. Se ha querido hacer de él un vulgar Filántropo, como los espantosos filántropos del siglo diecinueve, o se le ha colocado como Altruista al lado de los acientíficos y los sentimentales. Pero en realidad no fue ni lo uno ni lo otro. Tiene compasión, naturalmente, de los pobres, de los que están encerrados en las cárceles, de los humildes, de los desdichados, pero tiene mucha más compasión de los ricos, de los hedonistas duros, de los que dilapidan su libertad en hacerse esclavos de las cosas, de los que visten telas suaves y viven en las casas de los reyes. La Riqueza y el Placer le parecían tragedias realmente mayores que la Pobreza y el Dolor. Y en cuanto al Altruismo, ¿quién supo mejor que él que es la vocación y no la volición lo que nos determina, y que no se pueden recoger uvas de los espinos ni higos de los cardos? Vivir para los demás como objetivo concreto y deliberado no fue su credo. No fue la base de su credo. Cuando dice: « Perdonad a vuestros enemigos», no lo dice por el bien del enemigo sino por el bien de uno mismo, y porque el Amor es más bello que el Odio. Cuando ruega al joven al que amó con verle: «Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres », no es en el estado de los pobres en lo que está pensando, sino en el alma del joven, el alma gentil que la riqueza estaba desfigurando. En su visión de la vida coincide con el artista que sabe que por la ley inevitable del propio perfeccionamiento el poeta ha de cantar, y el escultor pensar en bronce, y el pintor hacer del mundo espejo de sus estados de ánimo, tan seguro y tan cierto como que el majuelo ha de florecer en primavera, y el trigo llamear de oro al tiempo de la siega, y la Luna en sus ordenadas andanzas cambiar de escudo en hoz y de hoz en escudo.
Oscar Wilde (Obras - Coleccion de Oscar Wilde (Spanish Edition))
Hoy atravesaremos el éter, las transparentes rutas celestes, volando en derechura al occidente, al lejano país, al lejano y ubérrimo país que se extiende allende la Mar Océana, que se extiende y florece y rebosa de oro y plata y metales preciosos, el lejano país donde se alzan altas torres, las más altas de la tierra, altas y puntiagudas, desafiando al cielo, horadándolo soberbias. Torres habitadas por gentes libertinas, desvergonzadas, impías, corrompidas gentes, sin temor alguno del Supremo Hacedor, hordas impúdicas, ruines, que chapotean en su iniquidad, y en placeres pecaminosos se revuelcan, y se burlan de lo santo. Se burlan y ríen al amparo de Satán, escupiendo sus miasmas a la Santa Rusia, a la Santa y Ortodoxa Rusia, pasando entre burlas los Días de la Verdad ofendiendo a la Verdad, ensuciando el nombre divino. (...) Adivinábamos, veíamos en medio de la Mar Océana el enorme buque de seis puentes que navegaba implacable hacia el Este procedente del país infame y felón, cargado de mercancías envilecedoras, cargado de propaganda subversiva, cargado de gente impía, podridas meretrices, palomas sucias. Rezumante de jolgorios demoníacos, rezumante de placeres satánicos, rezumante de perfumes de lupanar.
Vladimir Sorokin (Day of the Oprichnik)
Lo que pienso sobre la meta de la psicología ha cambiado desde que publiqué mi último libro (Authentic Happiness, 2002) y, aún mejor, la psicología misma está cambiando. He pasado la mayor parte de mi vida trabajando en la venerable meta de la psicología de aliviar el sufrimiento y desarraigar las condiciones incapacitantes de la vida. La verdad sea dicha, esto puede ser un fastidio. Tomarse a pecho la psicología de la desdicha, como hay que hacer cuando uno trabaja con casos de depresión, alcoholismo, esquizofrenia, trauma y todo tipo de sufrimientos que componen el material primario de la psicología convencional, puede ser un agobio para el alma. Aunque hacemos todo lo que está a nuestro alcance por aumentar el bienestar de nuestros clientes, la psicología convencional, por lo general, no hace mucho por el bienestar de sus profesionales. Si algo cambia en el profesional es su personalidad que se vuelve más depresiva.
Martin E.P. Seligman (Florecer: La nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar (Para estar bien) (Spanish Edition))
Todo labora en todo. El álgebra se aplica a las nubes; la irradiación del astro se aprovecha la rosa; ningún pensador se atrevería a decir que el perfume del espino albar no les es de utilidad a las constelaciones. ¿Quién puede calcular el trayecto de la molécula? ¿Sabemos acaso si unos granos de arena al caer no determinan la creación de mundos? ¿Quién sabe de los flujos y reflujos recíprocos de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño, ni de la repercusión de las causas en los precipicios del ser, ni de las avalanchas de la creación? Una cresa tiene importancia; lo pequeño es grande, lo grande es pequeño; todo está en equilibrio en la necesidad; visión que alarma a la mente. Hay entre los seres y las cosas relaciones prodigiosas; en este conjunto inagotable que va del sol al pulgón nadie se desprecia; se necesitan todos entre sí. La luz no se lleva hasta el azul del cielo los perfumes terrenales sin saber qué va a hacer con ellos; la noche reparte esencia de estrellas entre las flores dormidas. Todas la aves que vuelan llevan atado a la pata el hilo de lo infinito. Un meteoro que nace y un picotazo de golondrina para romper el huevo se suman a las complicaciones de la germinación, y ésta hace frente al mismo tiempo al nacimiento de una lombriz y a la llegada de Sócrates. Cuando se acaba con el telescopio, empieza el microscopio. ¿Cuál de los dos tiene mejor vista? Escoged. Un moho es una pléyade de flores; una nebulosa es un hormiguero de estrellas. La misma promiscuidad, y aún más inaudita, de las cosas de la inteligencia y los hechos de la sustancia. Los elementos y los principios se mezclan, se combinan, se acoplan, se multiplican entre sí, y hasta tal punto que consiguen que el mundo material y el mundo moral desemboquen en la misma claridad. El fenómeno se repliego continuamente sobre sí. En los enormes intercambios cósmicos, la vida universa va y viene en cantidades desconocidas y lo arrastra y lo revuelve todo en el invisible misterio de los efluvios, dándole uso a todo, no perdiendo ni uno de los sueños de todos los que duermen, sembrando un animálculo acá y desmigajando un astro allá, oscilando y serpenteando, convirtiendo la luz en fuerza y pensamiento en elemento, diseminada e invisible, disolviéndolo todo con la excepción de este punto geométrico, el ego; volviendo a llevarlo todo al alma átomo; haciendo florecer todo en Dios; enredando entre sí, desde la más alta hasta la más baja, todas las actividades en la oscuridad de un mecanismo vertiginoso, relacionando el vuelo de un insecto con el movimiento de la tierra, subordinando, aunque no sea más que mediante la identidad de la ley, ¿quién sabe?, la evolución del cometa en el firmamento y los giros del infusorio en la gota de agua. Máquina cuya materia es el espíritu. Engranaje gigantesco cuyo primer motor es una mosquita y la última rueda es el zodiaco.
Victor Hugo (Les Misérables)
La educación, en el verdadero sentido, capacita al individuo para ser maduro y libre para florecer abundantemente en amor y bondad. En esto, en verdad, debiéramos estar interesados, y no en moldear al niño de acuerdo con una norma idealista.
Anonymous
Escucha, hijo: voy a decirte esto mientras duermes, una manecita metida bajo la mejilla y los rubios rizos pegados a tu frente humedecida. He entrado solo a tu cuarto. Hace unos minutos, mientras leía mi diario en la biblioteca, sentí una ola de remordimiento que me ahogaba. Culpable, vine junto a tu cama. Esto es lo que pensaba, hijo: me enojé contigo. Te regañé cuando te vestías para ir a la escuela, porque apenas te mojaste la cara con una toalla. Te regañé porque no te limpiaste los zapatos. Te grité porque dejaste caer algo al suelo. Durante el desayuno te regañé también. Volcaste las cosas. Tragaste la comida sin cuidado. Pusiste los codos sobre la mesa. Untaste demasiado el pan con mantequilla. Y cuando te ibas a jugar y yo salía a tomar el tren, te volviste y me saludaste con la mano y dijiste: " ¡Adiós, papito!" y yo fruncí el entrecejo y te respondí: "¡Ten erguidos los hombros!" Al caer la tarde todo empezó de nuevo. Al acercarme a casa te vi, de rodillas, jugando en la calle. Tenías agujeros en las medias. Te humillé ante tus amiguitos al hacerte marchar a casa delante de mí. Las medias son caras, y si tuvieras que comprarlas tú, serías más cuidadoso. Pensar, hijo, que un padre diga eso. ¿Recuerdas, más tarde, cuando yo leía en la biblioteca y entraste tímidamente, con una mirada de perseguido? Cuando levanté la vista del diario, impaciente por la interrupción, vacilaste en la puerta. "¿Qué quieres ahora?" te dije bruscamente. Nada respondiste, pero te lanzaste en tempestuosa carrera y me echaste los brazos al cuello y me besaste, y tus bracitos me apretaron con un cariño que Dios había hecho florecer en tu corazón y que ni aun el descuido ajeno puede agotar. Y luego te fuiste a dormir, con breves pasitos ruidosos por la escalera. Bien, hijo; poco después fue cuando se me cayó el diario de las manos y entró en mí un terrible temor. ¿Qué estaba haciendo de mí la costumbre? La costumbre de encontrar defectos, de reprender; esta era mi recompensa a ti por ser un niño. No era que yo no te amara; era que esperaba demasiado de ti. Y medía según la vara de mis años maduros. Y hay tanto de bueno y de bello y de recto en tu carácter. Ese corazoncito tuyo es grande como el sol que nace entre las colinas. Así lo demostraste con tu espontáneo impulso de correr a besarme esta noche. Nada más que eso importa esta noche, hijo. He llegado hasta tu camita en la oscuridad, y me he arrodillado, lleno de vergüenza. Es una pobre explicación; sé que no comprenderías estas cosas si te las dijera cuando estás despierto. Pero mañana seré un verdadero papito. Seré tu compañero, y sufriré cuando sufras, y reiré cuando rías. Me morderé la lengua cuando esté por pronunciar palabras impacientes. No haré más que decirme, como si fuera un ritual: "No es más que un niño, un niño pequeñito". Temo haberte imaginado hombre. Pero al verte ahora, hijo, acurrucado, fatigado en tu camita, veo que eres un bebé todavía. Ayer estabas en los brazos de tu madre, con la cabeza en su hombro. He pedido demasiado, demasiado. ==========
Anonymous
He formado parte del cisma en la psicología que se conoce como psicología positiva, un movimiento científico y profesional. En 1998, como presidente de la American Psychological Association (APA), apremié a la psicología a complementar su venerable meta con un nuevo objetivo: explorar lo que hace que la vida valga la pena y crear las condiciones habilitadoras de una vida digna de ser vivida. La meta de entender el bienestar y crear condiciones habilitadoras para la vida no es de ningún modo idéntica a la meta de entender el sufrimiento y deshacer las condiciones incapacitantes de la vida. En este momento, varios miles de personas en todo el mundo trabajan en este campo y se esfuerzan por promover estas metas.2 Este libro narra su historia, o por lo menos el lado público de esta historia.
Martin E.P. Seligman (Florecer: La nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar (Para estar bien) (Spanish Edition))
historia. El aspecto privado también necesita mostrarse. La psicología positiva hace a la gente más feliz. Enseñar la psicología positiva, investigar la psicología positiva, usar la psicología positiva en la práctica como orientador o terapeuta, poner ejercicios de psicología positiva a niños de secundaria en un aula, educar a niños pequeños con base en la psicología positiva, enseñar a sargentos de adiestramiento a fomentar el crecimiento postraumático, reunirse con otros psicólogos positivos o simplemente leer sobre la psicología positiva hace a la gente más feliz. Quienes trabajan en el campo de la psicología positiva son las personas con mayor bienestar que he conocido en mi vida.
Martin E.P. Seligman (Florecer: La nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar (Para estar bien) (Spanish Edition))
Tales de Mileto pensaba que todo era agua.8 Aristóteles creía que todos los actos del ser humano tenían como fin la consecución de la felicidad.9 Nietzsche pensaba que toda acción humana tenía como propósito alcanzar el poder.10 Freud pensaba que el fin de todos los actos del ser humano era evitar la angustia.11 Todos estos gigantes del pensamiento cayeron en el enorme error del monismo,
Martin E.P. Seligman (Florecer: La nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar (Para estar bien) (Spanish Edition))
Introducción a la psicología positiva” para la clase inaugural del programa de maestría en psicología positiva aplicada en 2005. Senia, de treinta y dos años, graduada con honores en matemáticas por la Universidad de Harvard, habla con soltura ruso y japonés y dirige su propio fondo de cobertura, es el ejemplo emblemático de la psicología positiva. Su sonrisa transmite calidez incluso a las aulas cavernosas de Huntsman Hall, apodado la “Estrella de la muerte” por los estudiantes de administración de la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania que lo consideran su sede. Los estudiantes de este programa de maestría son muy especiales: treinta y cinco adultos exitosos de todas partes del mundo viajan a Filadelfia una vez al mes para participar en un festín de tres días de lo último y más novedoso en psicología positiva y cómo pueden aplicarlo a sus profesiones.
Martin E.P. Seligman (Florecer: La nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar (Para estar bien) (Spanish Edition))
15 A. de Tocqueville, Democracy in America (Nueva York: Perennial Classics, 2000). En La democracia en América, Tocqueville explicó que el concepto de felicidad que tenía Jefferson se relacionaba con el dominio de uno mismo para alcanzar la realización duradera. Por lo tanto, la felicidad según Jefferson se parece mucho más al bienestar perdurable que al placer temporal. D. M. McMahon, Happiness: A History (Nueva York: Atlantic Monthly Press, 2006). La mejor fuente sobre la evolución histórica del concepto de felicidad.
Martin E.P. Seligman (Florecer: La nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar (Para estar bien) (Spanish Edition))
Si te han plantado, tranquila. En breve empezarás a florecer.
Anonymous
Cuando interiormente abracéis vuestros sueños que resultan en limitación y dentro de vuestra alma los hagáis florecer, se harán una realidad delante de vosotros. Lo que se acepta con emoción en el alma, se manifestará.
Anonymous
PAPÁ OLVIDA W. Livingston Larned. Escucha, hijo: voy a decirte esto mientras duermes, una manecita metida bajo la mejilla y los rubios rizos pegados a tu frente humedecida. He entrado solo a tu cuarto. Hace unos minutos, mientras leía mi diario en la biblioteca, sentí una ola de remordimiento que me ahogaba. Culpable, vine junto a tu cama. Esto es lo que pensaba, hijo: me enojé contigo. Te regañé cuando te vestías para ir a la escuela, porque apenas te mojaste la cara con una toalla. Te regañé porque no te limpiaste los zapatos. Te grité porque dejaste caer algo al suelo. Durante el desayuno te regañé también. Volcaste las cosas. Tragaste la comida sin cuidado. Pusiste los codos sobre la mesa. Untaste demasiado el pan con mantequilla. Y cuando te ibas a jugar y yo salía a tomar el tren, te volviste y me saludaste con la mano y dijiste: «¡Adiós, papito!» y yo fruncí el entrecejo y te respondí: «¡Ten erguidos los hombros!» Al caer la tarde todo empezó de nuevo. Al acercarme a casa te vi, de rodillas, jugando en la calle. Tenías agujeros en las medias. Te humillé ante tus amiguitos al hacerte marchar a casa delante de mí. Las medias son caras, y si tuvieras que comprarlas tú, serías más cuidadoso. Pensar, hijo, que un padre diga eso. ¿Recuerdas, más tarde, cuando yo leía en la biblioteca y entraste tímidamente, con una mirada de perseguido? Cuando levanté la vista del diario, impaciente por la interrupción, vacilaste en la puerta. «¿Qué quieres ahora?» te dije bruscamente. Nada respondiste, pero te lanzaste en tempestuosa carrera y me echaste los brazos al cuello y me besaste, y tus bracitos me apretaron con un cariño que Dios había hecho florecer en tu corazón y que ni aun el descuido ajeno puede agotar. Y luego te fuiste a dormir, con breves pasitos ruidosos por la escalera. Bien, hijo; poco después fue cuando se me cayó el diario de las manos y entró en mí un terrible temor. ¿Qué estaba haciendo de mí la costumbre? La costumbre de encontrar defectos, de reprender; esta era mi recompensa a ti por ser un niño. No era que yo no te amara; era que esperaba demasiado de ti. Y medía según la vara de mis años maduros. Y hay tanto de bueno y de bello y de recto en tu carácter. Ese corazoncito tuyo es grande como el sol que nace entre las colinas. Así lo demostraste con tu espontáneo impulso de correr a besarme esta noche. Nada más que eso importa esta noche, hijo. He llegado hasta tu camita en la oscuridad, y me he arrodillado, lleno de vergüenza. Es una pobre explicación; sé que no comprenderías estas cosas si te las dijera cuando estás despierto. Pero mañana seré un verdadero papito. Seré tu compañero, y sufriré cuando sufras, y reiré cuando rías. Me morderé la lengua cuando esté por pronunciar palabras impacientes. No haré más que decirme, como si fuera un ritual: «No es más que un niño, un niño pequeñito». Temo haberte imaginado hombre. Pero al verte ahora, hijo, acurrucado, fatigado en tu camita, veo que eres un bebé todavía. Ayer estabas en los brazos de tu madre, con la cabeza en su hombro.
Anonymous
El hogar, de acuerdo con la Escritura, es el lugar donde la vida florece en plenitud: espiritual, física y socialmente. Es un lugar en el que la vida y la salud físicas se sostienen y donde nuestras relaciones de amor más íntimas se nutren. Es un lugar de descanso, de shalom.
Timothy J. Keller (Iglesia Centrada: Cómo ejercer un ministerio equilibrado y centrado en el evangelio en la ciudad (Center Church) (Spanish Edition))
¿Sufrimiento y dolor innecesario y sin sentido? No creo que te sirva que te diga que así es la vida. El bien sufre, el mal florece, y todo lo que es mortal fenece.
Cassandra Clare (Clockwork Princess (The Infernal Devices, #3))
Ni siquiera las plantas gozaban del derecho a florecer.
Benjamin Lacombe (Madame Butterfly)
El efecto ya florece en la causa”. Buda
Alejandro Llantada (El libro negro de la persuasión)
De las Gray, que más de una flor nace y florece sin ser vista, perfumando pródigamente el aire del desierto.
Jane Austen
La Biblia no hace ninguna promesa color rosa acerca de vivir en una primavera eterna. Lo que hace es señalar hacia la fe que nos ayuda a prepararnos para las estaciones de sequía. Vendrán duros inviernos, seguidos por veranos ardientes. No obstante, si las raíces de la fe adquieren la suficiente profundidad para llegar hasta donde se halla el Agua Viva, podremos sobrevivir a los tiempos de sequía y florecer en los tiempos de abundancia.
Philip Yancey (Alcanzando al Dios invisible: ¿Qué podemos esperar encontrar? (Spanish Edition))
«Donde Dios te ha puesto, allí has de florecer».
Francisco Alcaide (FAST GOOD Management: Píldoras breves, prácticas y de valor sobre desarrollo personal y liderazgo (Spanish Edition))
No solo me doblé para contentarle, sino que me enredé a su alrededor como una planta. Crecí en torno a Mark. Él era un invernadero, y yo una rosa rara que solo podía florecer bajo su luz fluorescente.
Clara Cortés (Clementine)
Porque ya sabemos que mirar nunca es simplemente mirar: es dejarse tocar por las imágenes y florecer con ellas.
Giancarlo Pucci (Flor de madera. Un viaje a la intimidad del árbol. A journey to the intimacy of the tree.)
Además, la exaltación del niño creador delante del cual el adulto no tendría más que maravillarse, la utilización constante de la metáfora hortícola, que presenta al niño como un grano que tiene todo en potencia en su interior y florece de manera natural bajo nuestras miradas extasiadas, ignora las terribles desigualdades sociales derivadas, en particular, de la educación familiar. No es verdad que un niño a quien no se le habla, día a día, sino por onomatopeyas, desarrolle sus capacidades intelectuales –lógicas e imaginativas– del mismo modo que un niño a quien las personas que lo rodean se dirigen con un lenguaje elaborado, estructurado y variado. No es verdad que un niño librado a sí mismo delante de las pantallas podrá ser igualmente creador que su compañero a quien los padres le leen un cuento todas las noches.
Phillipe Meirieu (Recuperar la pedagogía. De lugares comunes a conceptos claves (Voces de la educación) (Spanish Edition))
El método más eficaz para combatir la pereza y la negligencia frente a la oración consiste en la paciencia y la espera para obtener con la ayuda de Dios, la perfección y la dulzura, la estática percepción del amor divino. Con la oración se pueden obtener sin dificultad sensaciones interiores dulces y deseables; una alegría que desborda el mismo corazón, un placentero calor y una luz que resplandece interiormente, un entusiasmo indescriptible, y además alegría, paz interior, serenidad, felicidad plena y amor por la vida. «El gozo es la alegría proveniente de la esperanza que florece en el corazón; y la salud del corazón consiste en la prefiguración de esta esperanza». Y prosigue: «De hecho, todo deseo humano presupone, desde su inicio hasta su conclusión, un cierto método y la esperanza de su cumplimiento... Lo cual estimula la mente para iniciar la acción y continuarla. Esta finalidad refuerza la mente para superar los obstáculos y la conforta para llevar a término cuanto ha proyectado».
Anonymous (The Way of a Pilgrim)
¿Sufrimiento y dolor innecesario y sin sentido? No creo que te sirva de nada que te diga que así es la vida. El bien sufre, el mal florece, y todo lo que es mortal fenece.
Cassandra Clare (Clockwork Princess (The Infernal Devices, #3))
el buen amor nos inclina no sólo a consentir las actividades personales y los gustos de nuestro compañero (aun cuando nos molesten), sino a empujarlo a que los sostenga y los haga florecer (incluso aunque nos desagraden).
Demian Bucay (Manual para estar en pareja (Para estar bien) (Spanish Edition))
El mundo es un infierno en el que florece el moho precario del paraíso, ilusorio como la pelusa de un diente de león.
Cărtărescu Mircea
Resulta difícil mantener a la mente indisciplinada fijada sobre temas provechosos. Pero si no se emplean debidamente los pensamientos, la religión no puede florecer en el alma. La mente debe preocuparse de cosas sagradas y eternas, de lo contrario encontrará gozo en pensamientos superficiales e insignificantes
Ellen Gould White (Eventos de los últimos días (Spanish Edition))
Había más gente como nosotras paseando aquella tarde por el parque despidiéndose del verano y tratando de consolarse con la llegada del otoño. Me pregunté si aquella estación del año no era en realidad la mejor, un tiempo de declive y deterioro que porta dentro de sí la promesa de un nuevo florecer
Dola de Jong (En de akker is de wereld)
Las malas hierbas del desierto siguen con vida, pero la flor de primavera florece y se marchita.
Khaled Hosseini (Cometas en el cielo (novela gráfica) (Spanish Edition))
El bien sufre, el mal florece, y todo lo que es mortal fenece
Cassandra Clare (Clockwork Princess (The Infernal Devices, #3))
Cualquier dejo de verdad que hubiera comenzado a florecer en el corazón de la joven, pronto comenzó a marchitarse
Isha Judd (El diamante negro de Atlantis / The Black Diamond of Atlantis (Spanish Edition))
La cápsula al fin se detuvo, se abrió como un capullo al florecer y arrojó a Nolan a una sala con monitores en las paredes y holomesas que daba vueltas. Ni siquiera se le ocurrió que pudiera ser su vista la que bailaba en un delirio. El agujero abierto en el casco se tragó la atmósfera y con ella a los pobres desgraciados que habían tenido la mala fortuna de encontrarse allí. Nolan activó el campo magnético de sus botas y disparó a los cuerpos que pasaban ante él sin pausa ni juicio. Una cadena de explosiones sangrientas lo llenaron todo de rojo y las llamas se tragaron la sala. Su mente se reinició varias veces sin llegar a razonar el cambio de realidad. La presión que había sentido en su esfínter cesó y el hedor a su propia inmundicia saturó el interior del biotraje. Concéntrate. Apunta. Dispara. El puente de mando. Busca.
Pau Varela (La Cosecha Estelar (El Eterno Retorno, #2))
el orgullo del que se sabe en posesión del mundo verdadero, del que sabe que precisamente la nada, la muerte y la putrefacción, las ruinas y las heces y la mugre, el sufrimiento y las atrocidades son la verdad, que el mundo es un infierno en el que florece el moho precario del paraíso, ilusorio como la pelusa de un diente de león.
Mircea Cărtărescu (Lulu)
CORPUS CHRISTI Oh Dios! Ayer cuando volvia de florecer lei en los ojos de una mujer diferente, que las galaxias se disipan con la rapidez de una serpiente hacia el interior de cada grano de arena. Como puedes permitir eso Dios! Yo solo quería disfrutar en mis largos cabellos de las golondrinas de verano. Y de tus leves fuentes en los cardos… Ahora, cada grano de arena se excita con tu belleza… Ahora, la noticia de la iluminación se extenderá hacia todos los rincones de mi vestido de fiesta! Ahora, quien sino mi madre, podrá sostenerme cuando desfallezca de amor en tu presencia... como una galaxia? DW
Daniel Wamba
Incluso un árbol herido puede florecer de la forma más bella.
James Norbury (Big Panda and Tiny Dragon)
No quiso ser. No conoció el encuentro del hombre y la mujer. El amoroso vello no pudo florecer. Detuvo sus sentidos negándose a saber y descendieron diáfanos ante el amanecer. Vio turbio su mañana y se quedó en su ayer. No quiso ser.
Miguel Hernández (Cancionero y romancero de ausencias)
Los recuerdos vienen y van a su antojo, nunca se sabe lo que florece en el camposanto de mi memoria.
Carmen Mola (La novia gitana (Elena Blanco, #1))
Quizás estando sola, de noche, en tu aposento oirás que alguien te llama sin que tú sepas quién y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento que existen ciertamente, pero que no se ven... Y también es posible que una tarde de hastío como florece un surco, te renazca un afán y aprenderás entonces que hay cosas como el río que se estan yendo siempre, pero que no se van... O al cruzar una calle, tu corazón risueño recordará una pena que no tuviste ayer y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño, cosas que nunca han sido, pero que pueden ser... Por más que tú prefieras ignorar estas cosas sabrás por qué suspiras oyendo una canción y aprenderás entonces que hay cosas como rosas, cosas que son hermosas, sin saber que lo son... Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido y un soplo de ceniza regará tu jardín y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido son las únicas cosas que nunca tienen fin.
José Angel Buesa (Poemario de Buesa)
Estar vivos es lo único y esencial, pero no nos damos cuenta de ello por estar sumidos en nuestros pensamientos, en nuestras ideas acerca de lo que pasó y lo que puede pasar, en lugar de poner nuestra atención en lo que está ocurriendo, aquí y ahora, en este momento. La vida se manifiesta en el momento en el que está ocurriendo. Cuando estás atenta a lo que pasa en cada momento y respondes de manera adecuada a lo que la ocasión, el instante, requiere, dejas de vivir en tu conflicto interior y dejas de llevarlo al exterior y de mezclarlo con todo lo que te rodea.
Santiago Rojas (La segunda primavera: Aprende a vivir tu menopausia y florece en 7 semanas (Spanish Edition))
Como la cosecha, quizás los corazones también necesitaban un período de reposo y otro para florecer.
Claudia Casanova (La dama y el león)
Tomemos un simple símil, y uno que esté completamente en armonía con el lenguaje de los Misterios, a lo largo de todas las edades y en todas las tierras. La vida anterior es como una planta, que completa su crecimiento, y alcanza la madurez. Entra en flor, y toda la esencia de la planta se transforma y glorifica en la flor, con coloración, forma y olor nuevos y espléndidos, todo ausente en la planta, y sin embargo formada por su esencia. Esta floración es la vida en el paraíso donde, bajo el resplandor del sol espiritual, todo lo que era mejor y más vital en el alma se transforma y se expande en una vida gloriosa, y lanza nuevos y espirituales poderes bastante ajenos para el hombre natural, y sin embargo brotando de su ser, o más bien de ese ser y alma que trabaja hacia el interior y que ha llevado al hombre mortal al mundo humano. Pero el asunto no termina con la flor; también están las semillas; y estas semillas a su debido tiempo traerán una segunda planta de naturaleza similar con la primera, y lista a su vez para estallar en una espléndida floración. Las semillas son los gérmenes materiales que descansan dentro del alma en el paraíso, y, cuando termine su momento de florecer, la traerán de vuelta a través de las puertas del nacimiento. Y la hora de sembrar y la hora de la cosecha se sucederán por siempre. También es así con la vida del hombre. Pero, como las plantas anteriores no están presentes excepto en el espíritu, en la nueva planta, así las vidas anteriores no están presentes en forma de recuerdos materiales, que pueden ser recordados tal como los acontecimientos de hace unos días o de unos meses.
Charles Johnston (La Memoria de Nacimientos Pasados (Spanish Edition))
En ese desierto intelectual y político triunfan la «chapa» y el «apanado». Reina el palomilla. En medio de esa tierra baldía, una ocurrencia —una chapa ingeniosa entre otras— florece como una categoría política referencial para el presidente de la República o para nuestros intelectuales. En ese sentido, su éxito es síntoma de un país empachado hasta la inconsciencia del mejunje de fútbol y farándula con el que lo ceban día tras día.
Alberto Vergara (Ciudadanos sin República (Spanish Edition))
Soneto XVII No te amo como si fueras rosa de sal, topacio o flecha de claveles que propagan el fuego: te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma. Te amo como la planta que no florece y lleva dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo el apretado aroma que ascendió de la tierra. Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, te amo directamente sin problemas ni orgullo: así te amo porque no sé amar de otra manera, sino así de este modo en que no soy ni eres, tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
Pablo Neruda
Creo que ya es tiempo y estoy decidida a florecer, por mí, por mi hijo, por mi pareja (cuando llegue la adecuada) y por la huella que desearía dejar en mi fugaz paso por esta Tierra.
Margarita Blanco (Sanación emocional del niño interior (Spanish Edition))
Frente al 'ojalá' tenemos que responder con: 'Hágase tu voluntad'. Hay que saber florecer donde Dios nos ha plantado.
José Ignacio Munilla (Dios te quiere feliz (Mundo y cristianismo) (Spanish Edition))
No hay nada más que nieve en las ramas del abeto. No hay nada que besar con labios cálidos, y todos los labios, con el tiempo, se enfrían. [...] Hay que amar las largas horas de dolor que brinda la vida, los angostos años de anhelo cuanto los cortos instantes en que el desierto florece. - De Nada
Edith Södergran
Lágrimas errantes provocadas por tu ausencia, sin la presencia de tu abrazo que florece, tras las nubes aún llora mi corazón.
Maria Roxana Muñoz (La vida es poesía: Rimas para el alma (Spanish Edition))
Ella era esa artista que con su gracia y pincel tenía el poder de divulgar soles donde solo había nubes y hacer florecer la tierra más infértil. Ella me llevaba de arriba abajo en una montaña rusa de emociones, ella me hacía vivir.
Julia Blanco (Amor en Secreto: Romance Lésbico (Novela de Romance Lésbico y Erótica))
veo que la pérdida tiene voluntad de engañarse y florece vagamente en la barbaridad.
Juan Gelman
¡Quiero ser un jardín carnal que florece y lavaba a la muerte de sus muecas! ... El deseo sobrevive y no quiere tener alma.
Juan Gelman
El anhelo que sentimos de la Mujer Salvaje surge cuando nos tropezamos con alguien que ha conseguido establecer esta relación indómita. El anhelo aparece cuando una se da cuenta de que ha dedicado muy poco tiempo a la hoguera mística o a la ensoñación, y demasiado poco tiempo a la propia vida creativa, a la obra de su vida o a sus verdaderos amores. Y, sin embargo, son estas fugaces experiencias que se producen tanto a través de la belleza como de la pérdida las que nos hacen sentir desnudas, alteradas y ansiosas hasta el extremo de obligarnos a ir en pos de la naturaleza salvaje. Y llegamos al bosque o al desierto o a una extensión nevada y nos ponemos a correr como locas, nuestros ojos escudriñan el suelo, aguzamos el oído, buscando arriba y abajo, buscando una clave, un vestigio, una señal de que ella sigue viva y de que no hemos perdido nuestra oportunidad. Y, cuando descubrimos su huella, lo típico es que las mujeres corramos para darle alcance, dejemos el escritorio, dejemos la relación, vaciemos nuestra mente, pasemos la página, insistamos en hacer una pausa, quebrantemos las normas y detengamos el mundo, pues ya no podemos seguir sin ella. Si las mujeres la han perdido, cuando la vuelvan a encontrar, pugnarán por conservarla para siempre. Una vez que la hayan recuperado, lucharán con todas sus fuerzas para conservarla, pues con ella florece su vida creativa; sus relaciones adquieren significado, profundidad y salud; sus ciclos sexuales, creativos, laborales y lúdicos se restablecen; ya no son el blanco de las depredaciones de los demás, y tienen el mismo derecho a crecer y prosperar según las leyes de la naturaleza.
Clarissa Pinkola Estés (Mujeres que corren con los Lobos / Women Who Run with the Wolves (Spanish Edition))
El alejandrinismo es un período de sabias negaciones, un estilo de inutilidad y de rechazo, un paseo de erudición y sarcasmo a través de la confusión de los valores y las creencias. Una civilización evoluciona de la agricultura a la paradoja. Entre estos dos extremos se desenvuelve el combate entre la barbarie y la neurosis: de aquí resulta el equilibrio inestable de las épocas creadoras. Tal combate se aproxima a su fin: Es ahora cuando toca al individuo desengañado florecer en el vacío y al vampiro intelectual abrevarse en la sangre viciada de las civilizaciones.
CIORAN E.M.
Florece —la flor más extraña del amor propio— entre los venenos de los que extrae su savia y el vigor de todos sus desfallecimientos. Alimentándose de lo que la corrompe, esconde, bajo su nombre melodioso, el Orgullo de la Derrota y el Apiadamiento de sí mismo...
CIORAN E.M.
Donde los prejuicios se reducen, Allí florece la verdad de la vida.
Abhijit Naskar (Poesía Humanitaria: Cien Sonetos Para Mi Familia Mundial (Spanish Edition))
Pero la vida continuó. Aun en mitad de las terribles circunstancias que nos había tocado vivir, de vez en cuando el amor conseguía florecer.
Cixin Liu (The Wandering Earth: Classic Science Fiction Collection)
Las preguntas sobre la felicidad generalmente asumen que sabemos cómo se ve una vida feliz. La felicidad se entiende como tener muchos patos formando una línea -pareja, hijos, propiedad, experiencias eróticas- aunque un milisegundo de reflexión nos hará recordar a mucha gente que tiene todas estas cosas y aun así es miserable. [...] Puede que el problema sea de narrativa: nos dan una única historia sobre lo que es una vida buena, aunque no pocos de los que siguen esa historia tienen vidas malas. Hablamos como si hubiera una única buena trama con un final feliz, mientras la miríada de formas que puede tomar una vida florece -y se marchita- a nuestro alrededor.
Rebecca Solnit (The Mother of All Questions)
«Sembrad en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan. Los años se encargarán de descifrar y de hacerlas florecer en su corazón».
Catherine L´ Ecuyer (Conversaciones con mi maestra: Dudas y certezas sobre la educación)
Es la «chispa» la que te hace fuerte, inexplicablemente. Es del azul del Áhab de donde bebes, y del que consigues la fuerza de voluntad, incluso cuando caminas detrás de ti mismo… Es Ella el tronco del que florece la intuición. Cuanto antes la descubras, más y mejor disfrutarás de la característica humana por excelencia. Cuanto más próximo a la «chispa», más intuitivo. Cuanto más intuitivo, más certero. Cuanto más certero, menos necesitado de la razón. Cuanto más lejos de la razón, más al sur de la mediocridad. Cuanto menos mediocre, más tú…
J.J. Benítez (Jordán. Caballo de Troya 8 (Spanish Edition))
Uno puede florecer durante un tiempo en un entorno tóxico, pero, si no escapa tarde o temprano, corre el riesgo de morirse como todo lo demás.
Inma Rubiales (El arte de ser nosotros)