Es Mejor Estar Sola Quotes

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Todas las chicas tienen el corazón roto. Las carreteras están atascadas durante el fin de semana. Todo el mundo quiere estar lejos de donde ha nacido. Al menos el viernes por la noche. Los bares ya no dan dos por una y en esta ciudad tienes que ganar mucho para poder beber en el centro. Los camareros han enterrado sus sonrisas porque es viernes por la noche y la gente coge todo lo que brilla. Con o sin permiso. Las niñas bonitas siempre son las que están más tristes porque saben que hay más tipos dispuestos a hacerles daño. Las niñas feas se dejan ir y bailan toda la noche solas, o unas con otras y no tienen suerte ni atrayendo las desgracias. Los tíos con coche juegan con los dados trucados y los que tienen dinero nos están viendo a todos las cartas. Las madres no duermen en toda la noche porque saben que duele pero también saben que no hay nada mejor y no acaban de decidir qué es lo más peligroso. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos. Sé que no puedo esperar que estés siempre sola, lo único que te pido es que no te lo creas todo. No te fíes de los anillos de oro, ni de las carrozas de plata. Todos mentimos bien los viernes por la noche.
Ray Loriga (Héroes)
—¿Por qué? —Porque el amor no te hace dudar de ti misma. No te obliga a ser alguien que no eres. No es solo sentir mariposas, sino que esos nervios den paso a la calma. Es querer lo mejor para la otra persona. Desear verla triunfando y logrando sus objetivos. Siendo libre. Es escucharla hablar durante horas sin cansarte. Preocuparte por sus intereses. Disfrutar de pasar tiempo a solas, sin hacer nada, en silencio. Es que incluso las cosas más simples adquieran sentido, como una sonrisa. O como una estrella con una inscripción. O como tumbarse a ver el cielo de noche. Es saber que estás completa por ti misma, que no necesitas a nadie y que, aun así, quieres estar a su lado. El amor es pensar en la otra persona cada vez que te ocurre algo bueno. Querer contárselo. Es ser consciente de los riesgos y, aun así, entregarse con los ojos cerrados. Y es que haya canciones que, da igual cuándo las escuche, siempre me recordarán a ti. —El corazón me late a toda velocidad. Vuelvo a clavar mis ojos en los suyos—. Liam, no tengo ni idea de lo que es el amor. Creo que nunca antes lo había sentido. Lo único que tengo claro es que, cada vez que pienso en él, eres tú quien se me viene a la cabeza.
Inma Rubiales (Hasta que nos quedemos sin estrellas)
Es mejor ser fuerte y estar solo que depender de alguien. La gente puede ser feliz estando sola.
Steph Bowe
Lo único que me salvaría sería marcharme, ¿comprendes? Marcharme lejos de aquí, de este matrimonio, de esta casa. Estar sola... sola... ¡Sola de una vez por todas! He dejado de ser yo misma, necesito recuperarme. En el fondo, me gustaría separarme de Éric y hasta de los niños. Estar a solas conmigo misma, mucho tiempo. Creo que después todo iría mejor. Verás, Jeanne, es como si la casa, Éric, los niños estuvieran constantemente junto a mí, frente a mí, detrás de mí, como inmensas paredes de roca que me bloquean el horizonte mire adonde mire. No veo nada. Me tapan el cielo. Necesito volver a ver el cielo, apartar esos muros.
Alice Rivaz (La paz de las colmenas)
Te sorprendes echando una mirada hacia atrás y preguntándote cuándo comenzaste a no permitir que nadie se te acercara, a decidir que en el fondo la gente no te importa nada. Y sorpresa: todo lo que logras recordar es una cadena de pequeños sinsabores. Ningún terremoto, ningún gigantesco acontecimiento traumático, como en las películas, donde un evento significativo explica toda una personalidad. Ningún papá o mamá que se largó de casa, ningún ex marido sorprendido en la cama con tu mejor amiga. Más bien: nimiedades de niños, si acaso. Minucias, algo que casi es motivo de risa. Pequeñísimos movimientos de indiferencia, de deriva continental, que en realidad no te movieron para nada el piso, pero que, milímetro tras milímetro, grabaron en tu interior la certeza de que es mejor no apoyarse nunca totalmente, porque el piso no es estable, y debes estar siempre lista para saltar antes de que se abra una grieta en el suelo. Y sólo ahora que, por una sola noche, te concediste una tregua, te dejaste llevar y te relajaste, sólo ahora que finalmente permitiste que alguien se acercara y -¡Qué increíble!- no sólo no te moriste, sino que te agradó más de lo que podías imaginar, sólo ahora que te das cuenta de que hasta este momento todo fue terriblemente agotador.
Alice Basso (L'imprevedibile piano della scrittrice senza nome)
Éramos la primera generación de seres humanos que jamás podría ver nada por primera vez. Contemplamos las maravillas del mundo con ojos mortecinos, de vuelta de todo. Mona Lisa, las pirámides, el Empire State Building. El ataque de un animal selvático, el colapso de antiquísimos glaciares, las erupciones volcánicas. No consigo recordar ni una sola cosa asombrosa que haya visto en persona que no me recordase de inmediato a una película o a un programa de televisión. A un puto anuncio. ¿Conocen el espantoso sonsonete del indiferente?: Ya lo he viiistooo. Bien, pues yo lo he visto literalmente todo. Y lo peor, lo que de verdad provoca que me entren ganas de saltarme la tapa de los sesos, es que la experiencia de segunda mano siempre es mejor. La imagen es más nítida, la visión más intensa, el ángulo de la cámara y la banda sonora manipulan mis emociones de un modo que ha dejado de estar al alcance de la realidad. No estoy seguro de que, llegados a este punto, sigamos siendo realmente humanos, al menos aquellos de nosotros que somos como la mayoría de nosotros: los que crecimos con la televisión y el cine y ahora internet. Si alguien nos traiciona, sabemos qué palabras decir; cuando muere un ser amado, sabemos qué palabras decir; si queremos hacernos el machote o el listillo o el loco, sabemos qué palabras decir. Todos seguimos el mismo guión manoseado. Es una era muy difícil en la que ser persona. Simplemente una persona real, auténtica, en vez de una colección de rasgos seleccionados a partir de una interminable galería de personajes. Y si todos interpretamos un papel, es imposible que exista nada semejante a un compañero del alma, porque lo que tenemos no son almas de verdad. Había llegado hasta tal extremo que ya nada parecía tener importancia, porque yo no era una persona real y tampoco nadie más lo era. Habría hecho cualquier cosa por volver a sentirme real.
Gillian Flynn (Gone Girl)
Las locas repiten que ni siquiera tenían pagado el plan, y así como así, se les prendía todo los accesos a las redes. Las locas estaban cagadas de la risa. Se acercaban a le chique y se alejaban de le chique, se apagaba y se prendía el sistema, así que así se empezó a correr la voz del caso de le chique. Dicen que todas empezaron a preguntarse cómo, por qué con qué, a le chique le pasaba esto, pero cada vez mejor. Al principio a centímetros de elle, después a metros y después a más distancia. Como que se fue alimentando el poder que tenía porque cada vez la conexión era más fuerte, estable. De a poco entre la comunidad se fue corriendo la voz, de los poderes de le chique. De que había nacido une chique con esta energía, con este poder en su cuerpo. Mis amigas travestis totalmente dislocadas, me cuentan que las locas empezaron a creer que la cosa era como científica, imaginaban que no sé por qué razón, a le niñe se le formaron dentro de la guata de su madre, hilos de electricidad entre los músculos que ahora son capaces de transmitir acceso a las redes sociales, o que tiene en su sangre protones y neutrones, minerales eléctricos, concentraciones de cobre y litio entre el calcio de las células, dicen, algo super posible a esta altura de la vida. Que sus células tienen la capacidad de adaptarse mágicamente al medio ambiente. El cuento es que empezaron a decir que había nacido ese chique con esa capacidad de distribuir cada vez a más gente, wifi y todas las redes sociales. Dicen que de a poco la empezaron a querer, a pesar de ser tan piola. [...] Sí, así, dicen que empezó a ser seguida por un montón de gente. Dicen también, que cuando le preguntan a la gente cómo se llama, cómo es o dónde vive, nadie sabe decir nada, porque la cuidan. No quieren que la pillen las autoridades y la vayan a tomar presa, así que la que sabe, sabe. Pero hay que ser piola, porque dicen que como cada vez más gente está teniendo Facebook, Instagram, y Tinder gratis, lo mas seguro es que las compañías de las telecomunicaciones, empiecen a perseguirla y la acusen de terrorista, de criminal, por hacer que los millonarios de las comunicaciones transnacionales pierdan millones de dólares. —Para no morir tan sola. Escritura en pandemia. Claudia Rodríguez
Claudia Rodríguez
El arrepentimiento es perpetuo Debo recalcar también otra verdad: el arrepentimiento bíblico es perpetuo—el hijo de Dios se arrepentirá hasta que Dios lo lleve a su morada. El arrepentimiento es un modo de pensar permanente, un aborrecimiento continuo del mal. ¡Oh, cuántas almas preciosas han sido condenadas aquí mismo! Parecen arrepentirse por un tiempo. Dejan sus antiguas compañías y dejan los lugares donde cometían sus pecados: el bar, el salón de baile, la casa de la prostituta. Parecen aceptar a Cristo. Aun predican, enseñan y testifican de él. Pero porque son “oidores pedregales” (Mar. 4:5, 6, 16, 17), sólo duran un tiempo. Empiezan a enfriarse, volviendo gradualmente a sus costumbres de antes. Vuelven al pecado, vuelven a aquello a lo que habían renunciado. Uno a uno vuelven a sus antiguos pecados y compañeros, y vuelven al mundo. Eso es porque su arrepentimiento no era perpetuo: no surgió del nuevo nacimiento sino de la carne. La Palabra de Dios los describe: “Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y el Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2Pe. 2:20-22). En muchos casos, ese volver es lento. ¡Pocos vuelven de una sola vez! Primero, anhelan la “libertad”; escudriñan la Palabra de Dios para averiguar cuánta libertad tienen, para poder vivir lo más cerca posible al pecado. Luego, poco a poco vuelven a este pecado y a aquel otro. Por último, ya no tienen un testimonio para Cristo, sino sólo una confesión de fe externa. El pecado ya no los molesta. No lo aborrecen ni están en contra de él. Se dicen a sí mismos que Dios ya no quiere que se arrepientan y aborrezcan al pecado. Piensan que están en el camino de vida, no obstante, ¡el pecado ya no los molesta! Entonces se vuelven a esos pecados de los cuales una vez se habían arrepentido, diciendo: “¡Ahora tenemos libertad para andar en estos caminos!” Pero, ¡oh, mis amigos, esto no es libertad, sino un permiso para hacer lo que siempre has querido hacer, permiso para andar en el pecado sin restricciones! ¡Has jugado con fuego y tu corazón está ahora endurecido por el engaño del pecado! (Heb. 3:12). También te advierto: ¡cuídate del arrepentimiento que no continúa! No es un arrepentimiento bíblico auténtico, tu corazón volverá a estar satisfecho con la basura del mundo: “De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?” (Isa. 44:20). Por lo tanto, nunca lo olvides: el verdadero arrepentimiento es perpetuo. Si te has convertido de verdad, aborrecerás y dejaras tus pecados por el resto de tu vida[7]. Y anhelarás ser santo, ser como Cristo y agradar a Dios. Yo te pregunto: “¿Alguna vez has poseído tú el arrepentimiento bíblico auténtico que Dios ordena de todos los hombres?
L.R. Shelton Jr. (Arrepentimiento Biblico: La necesidad de esta hora (Spanish Edition))
Lo único seguro es que estás existiendo, Dolores, en algún rincón de este día, en algún lugar del mundo, sola o con alguien, pero sin mí. Lo único seguro es que sos mejor que todas tus imágenes, que todas las imágenes que yo tengo de vos. ¿Quise esperar este instante a solas, sin prisa exterior y sin testigos, para decirme, con todas las letras, que estoy enamorado? ¿A los cuarenta y cuatro años? Quizá solo semienamorado. Porque ella dice que no, que no me quiere. Y para estar total, completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena conciencia de que uno también es querido, que uno también inspira amor. De modo que semienamorado.
Mario Benedetti (Gracias por el fuego)
La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que: Tenemos edificios más altos pero temperamentos más cortos, 
autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, 
compramos más, pero gozamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas, 
más conveniencias, pero menos tiempo. Tenemos más grados pero menos sentido, 
más conocimiento, pero menos juicio, 
más expertos, sin embargo más problemas,
más medicina, pero menos bienestar. Bebemos demasiado, fumamos demasiado, gastamos muy imprudentemente, reímos muy poco, 
manejamos demasiado rápido, nos ponemos demasiado irritados, nos estamos hasta muy tarde en la noche, nos levantamos demasiado cansados, 
leemos muy poco, miramos demasiada TV, y rezamos muy rara vez. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos muy rara vez, y odiamos muy a menudo. Hemos aprendido cómo ganarnos la vida, pero no cómo hacer una vida. Hemos adicionado años a la vida pero no vida a los años. Hemos ido todo el camino a la luna y de regreso, pero tenemos problema para cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Hemos conquistado el espacio exterior pero no el espacio interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no mejores cosas. Hemos limpiado el aire, pero contaminado el alma. Hemos conquistado el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más, pero aprendemos menos. Planeamos más, pero logramos menos. Hemos aprendido a ir de prisa, pero no a esperar. Construimos más computadores para tener información, para producir más copias que siempre, pero comunicamos menos y menos. Hay los tiempos de comidas rápidas y de baja digestión, de hombrotes y mujerzotas pero de carácter pequeño, ganancias empinadas y relaciones superficiales. Éstos son los días de dos ingresos pero más divorcios, 
casas más extravagantes, pero hogares rotos. Éstos son los días de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad desechable, 
encuentros amorosos de una sola noche, cuerpos con sobrepeso, y pastillas que hacen de todo, desde animar, a aquietar, a matar. Es un tiempo cuando hay mucho en la vidriera del mostrador y nada en el almacén. Un tiempo cuando la tecnología puede traer esta carta a ustedes, y un tiempo cuando ustedes puede escoger ya sea compartir este entendimiento, o sólo pulsar borrar. Recuerden, gasten algún tiempo con sus seres queridos, porque ellos no van a estar ahí por siempre. Recuerden decir una palabra amable a alguien quien los mira maravillado,
porque esa personita crecerá y dejará de estar a su lado. Recuerden dar un caluroso abrazo a alguien cercano a ustedes, porque es ése el único tesoro que pueden dar con el corazón y no cuesta un centavo. Recuerden decir “te amo” a su pareja y a sus seres queridos, pero principalmente, háganlo con intención. Un beso y un abrazo repararán heridas cuando viene de muy adentro de ustedes. Recuerden cogerse de las manos y compartan el momento porque algún día esa persona no estará allí de nuevo. ¡Dense tiempo para amar, dense tiempo para hablar! Y dense tiempo para compartir los preciosos pensamientos de su mente. Y siempre recuerden: “La vida no es medida por el número de alientos que tomamos, sino por los momentos que nos quitan el aliento.
George Carlin
(...) si escribir me sirve de lenitivo, mientras mejor pueda escribir también es posible que mejore la calidad curativa. Quien se meta en este laberinto, se dará cuenta muy pronto del carácter mágico de la palabra. La confesión de los católicos, el psicoanálisis de Freud son pruebas de que la religión y la ciencia aprovechan las virtudes curativas de las palabras. A esas calidades mágicas, ábrete sésamo, se añade la capacidad de encantamiento que poseen. Estoy hablando de la poesía. Estoy hablando de esa sensación de estar levitando, fuera del tiempo, por la sola lectura de un buen poema.
Darío Jaramillo Agudelo (La misma historia)
cuanto más dependemos del alcohol, las drogas o la comida, más culpa, vergüenza, miedo y odio por nosotras mismas sentimos. Cada vez más solas y aisladas, es posible que nos desesperemos por el consuelo que parece prometer una relación con un hombre. Como nos sentimos pésimamente con nosotras mismas, queremos un hombre que nos haga sentir mejor. Como no podemos queremos, necesitamos que él nos convenza de que somos dignas de ser amadas. Incluso nos decimos que con el hombre adecuado no necesitaremos tanta comida, tanto alcohol o tantas drogas. Utilizamos las relaciones de la misma manera en que utilizamos nuestra sustancia adictiva: para alejar el dolor. Cuando una relación nos falla, recurrimos con mayor frenesí a la sustancia de la que hemos abusado, nuevamente en busca de alivio. Se crea un círculo vicioso cuando la dependencia física con respecto a una sustancia se ve exacerbada por la tensión de una relación dañina, y los sentimientos caóticos engendrados por la adicción física intensifican la dependencia emocional con respecto a una relación. Utilizamos el hecho de estar sin un hombre o de estar con un hombre inapropiado para explicar y excusar nuestra adicción física. A la inversa, nuestro uso continuo de la sustancia adictiva nos permite tolerar nuestra relación dañina insensibilizándonos al dolor y quitándonos la motivación necesaria para cambiar. Culpamos a una por la otra. Utilizamos una para enfrentar la otra y cada vez nos volvemos más dependientes de ambas.
Robin Norwood (Las mujeres que aman demasiado: El best seller que ha ayudado a millones de mujeres (Spanish Edition))
Así, las cabezas de la propaganda soviética esperaban en 1936 que Gide visitara su país para apreciarlo con la misma visión escindida con la que Fischer dice haberlo visto en 1934: ¿Es ya Moscú? Nuestros ojos registran el gris sucio de los descuidados edificios. Y grises son los rostros de los hombres mal vestidos e infelices que nos esperan, en parte delegados de las fábricas, en parte curiosos que han venido a ver a los extranjeros, a los legendarios extranjeros que han luchado en las barricadas por el socialismo. Y grises son también las banderas, grises y no rojas. Así lo registran los ojos. Pero el corazón responde: mentira, las banderas son rojas, los rostros nos iluminan con su esplendor y los edificios no se diferencian en nada de otras casas en alguna otra plaza frente a una estación de tren. Con esa escisión comienza la doble realidad. Las banderas son grises, los ojos no me engañan, pero tienen que ser rojas: quizá los ojos me engañan de alguna manera. Son rojas, aunque algo descoloridas, desgastadas, polvorientas. La Revolución ha hecho estremecer al mundo, ha sacudido el polvo de siglos; éste cae sobre las banderas, sobre los rostros de los hombres agotados. Sería distinto si en Europa no hubiésemos dejado sola a la Revolución. Si nosotros hubiésemos sido distintos, más valientes, más desprendidos, más solidarios. Nosotros somos los culpables. Y en lugar de ver grises las banderas, en lugar de estar desilusionado, de lo cual no tienes ningún derecho, ten presente tu culpa y tu deber de rectificar tus errores. Aprende a ver de otro modo, de un modo mejor, distinto a como se te ha enseñado. En realidad, esas banderas son rojas; el nuevo día brillaría con más intensidad ante ti si hubiese ayudado a provocarlo. Con esa escisión, con esa doble visión vi Moscú desde mi llegada a la estación de Bielorrusia
Alberto Ruy-Sánchez (Tristeza de la verdad: André Gide regresa de Rusia (Spanish Edition))
Dios es vida. Dios es vida en acción. La mejor manera de decir: «Te amo, Dios», es vivir haciendo lo máximo que puedas. La mejor manera de decir: «Gracias, Dios», es dejar ir el pasado y vivir el momento presente, aquí y ahora. Sea lo que sea lo que la vida te arrebate, permite que se vaya. Cuando te entregas y dejas ir el pasado, te permites estar plenamente vivo en el momento presente. Dejar ir el pasado significa disfrutar del sueño que acontece ahora mismo. Si vives en un sueño del pasado, no disfrutas de lo que sucede en el momento presente, porque siempre deseas que sea distinto. No hay tiempo para que te pierdas nada ni a nadie, porque estás vivo. No disfrutar de lo que sucede ahora mismo es vivir en el pasado, es vivir sólo a medias. Esto conduce a la autocompasión, el sufrimiento y las lágrimas. Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de amar, de disfrutar y de compartir tu amor. Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala. No te resistas a que la vida pase por ti, porque es Dios que pasa a través de ti. Tu existencia prueba, por sí sola, la existencia de Dios. Tu existencia prueba la existencia de la vida y la energía. No necesitamos saber ni probar nada. Ser, arriesgarnos a vivir y disfrutar de nuestra vida, es lo único que importa. Di que no cuando quieras decir que no, y di que sí cuando quieras decir que sí. Tienes derecho a ser tú mismo. Y sólo puedes serlo cuando haces lo máximo que puedes. Cuando no lo haces, te niegas el derecho a ser tú mismo. Ésta es una semilla que deberías nutrir en tu mente. No necesitas muchos conocimientos ni grandes conceptos filosóficos. No necesitas que los demás te acepten. Expresas tu propia divinidad mediante tu vida y el amor por ti mismo y por los demás. Decir: «Eh, te amo», es una expresión de Dios.
Miguel Ruiz (Los Cuatro Acuerdos: Un libro de la sabiduría tolteca)
Coméis y habláis, y te gusta estar a solas con ella. Hacéis como que todo es normal. No habláis de la enfermedad que acecha. Te habla del abuelo. "Como la persona con la que haces la vida, no hay nada", te dice. No digieres la frase. La memorizas, te la apuntas, de hecho, pero no la digieres. No dice: No hay nada mejor que la persona con al que haces la vida. Ni tampoco dice: No hay nada mejor que compartir la vida con alguien. Ni ninguna otra cosa.
Marta Jiménez Serrano (Los nombres propios)
Debes estar siempre presente, porque las relaciones se alimentan de presencia. Una persona que está demasiado sola puede descubrir que está mejor sin ti. Así que no te ausentes por mucho tiempo. Es mi consejo.
Ignacio Novo
Por eso a veces es tan difícil estar con otro. Porque cuando estoy sola puedo imaginarme que soy de lo mejor; pero en el contacto íntimo sale lo mejor y también lo peor de mí: mi competencia, mis celos, mi lucha por el poder, mis ganas de controlarte, de manipularte, mi falta de generosidad, etcétera, etcétera, etcétera.
Jorge Bucay (Amarse con los ojos abiertos: El desarrollo personal a través de la pareja (Biblioteca Jorge Bucay) (Spanish Edition))