Encanto Quotes

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- Apesto a dragón. - Es parte de tu encanto.
Laura Gallego García (Tríada (Memorias de Idhún, #2))
O amor que ainda não se definiu é como uma melodia do desenho incerto. Deixa o coração a um tempo alegre e perturbado e tem o encanto fugidio e misterioso de uma música ao longe…
Erico Verissimo
Quem se desilude, morre por dentro. Dizia: é urgente viver encantado. O encanto é a única cura possível para a inevitável tristeza.
Valter Hugo Mãe (As Mais Belas Coisas do Mundo)
Pero quisiste el cielo. No hay cielo eterno. Ahora tienes que soportar el desfalco de perderlo. Aunque la tierra también tiene sus encantos. Te voy a dar una probadita de alguno.
Ángeles Mastretta (Ninguna eternidad como la mía)
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, quien no halla encanto en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los días los mismos senderos, quien no cambia de rutina, no se arriesga a vestir un nuevo color o no conversa con desconocidos. Muere lentamente quien evita una pasión Y su remolino de emociones, Aquellas que rescatan el brillo en los ojos y los corazones decaidos. Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor, Quien no arriesga lo seguro por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos… ¡Vive hoy! - ¡Haz hoy! ¡Ariesga hoy! ¡No te dejes morir lentamente! ¡No te olvides de ser feliz!
Martha Medeiros
No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos, si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento
Milan Kundera (The Unbearable Lightness of Being)
oh, a medonha coragem dos que vão arrancando de si, dia a dia, a doçura da saudade do que passou, o encanto novo da esperança do que há-de vir, e que serenamente, desdenhosamente, sem saudades nem esperanças, partem um dia sem saber para onde, aventureiros da morte, emigrantes sem eira nem beira, audaciosos esquadrinhadores de abismos mais negros e mais misteriosos que todos os abismos escancarados do mundo
Florbela Espanca (As Máscaras do Destino)
No hay nada en este mundo que desee más. Lo intento desde el primer día que te vi, con todas mis fuerzas. Quiero odiarte, necesito odiarte...
Maria Martinez (El encanto del cuervo)
El corazón humano tiene tesoros ocultos, Mantenidos en secreto, sellados en silencio; Los pensamientos, las esperanzas, los sueños, los placeres, que si se revelaran, sus encantos se romperían.
Charlotte Brontë
De tudo ao meu amor serei atento Antes, e com tal zelo, e sempre, e tanto Que mesmo em face do maior encanto Dele se encante mais meu pensamento. Quero vivê-lo em cada vão momento E em seu louvor hei de espalhar meu canto E rir meu riso e derramar meu pranto Ao seu pesar ou seu contentamento E assim, quando mais tarde me procure Quem sabe a morte, angústia de quem vive Quem sabe a solidão, fim de quem ama Eu possa me dizer do amor (que tive): Que não seja imortal, posto que é chama Mas que seja infinito enquanto dure.
Vinicius de Moraes
Alex es como un arma de destrucción masiva, pero con encanto.
Victoria Vilchez (No me quieres, no te quiero (Quiéreme, #1))
Tienes tanto encanto como una babosa muerta.
Suzanne Collins (The Hunger Games (The Hunger Games, #1))
Escribir tiene su encanto: me asombra ver cómo las letras al unirse forman palabras y salen cosas que no pensábamos decir. Además lo que no se escribe se olvida:
José Emilio Pacheco (El principio del placer)
También es cierto que se dejó encandilar, como tantos otros, por la engañosa armonía de la derrota, por el encanto y el olor de esas flores que se marchitan hermosas en la imaginación pero que se pudren siniestras en las manos
Ray Loriga (Ya sólo habla de amor)
Yo no soy el chico bueno y perfecto de la peli. Lo siento, es lo que hay y creí que lo sabías. Hago apuestas, soy capaz de darle una paliza a un tío si creo que la merece o romperle el brazo al que se atreva a tocarte. No suelo poner la otra mejilla, y quien me la juega lo paga caro. Lo que ves es lo que hay.
Maria Martinez (El encanto del cuervo)
El pasado ofrecía el encanto de lo irrecuperable. Lo perdido se convierte en algo precioso, en algo apenas entrevisto, evocado casi a voluntad, en la esencia más pura del presente.
Elena Garro (Testimonios sobre Mariana)
Considero que este pensamiento es un vicio: lo escribo para fijarle límites, para ver que no tiene encanto, para dejarlo.
Adolfo Bioy Casares (The Invention of Morel)
No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento.
Milan Kundera, ‘La insoportable levedad del ser’
You cannot resist the encanto!
Cassandra Clare (The Shadowhunter's Codex)
Toda la diversidad, la hermosura, el encanto de la vida, se componen de luces y sombras.
Leo Tolstoy (Anna Karenina)
Lara Jean, creo que te medio enamoras de cada persona a la que conoces. Es parte de tu encanto. Estás enamorada del amor.
Jenny Han (P.S. I Still Love You (To All the Boys I've Loved Before, #2))
- O pudor é uma velha virtude que deveis, com tantos encantos, saber dispensar na perfeição, - Mas a decência... - Mais um costume gótico, a que hoje pouco se liga. E tão contrário à natureza!
Marquis de Sade
-Felicidades princesa- susurró en mi oído. Su boca permaneció unos segundos más de lo estrictamente necesario rozándome el lóbulo de la oreja, y aunque creía estar inmunizada frente a sus innumerables encantos, no pude evitar que mi corazón se acelerase.
Victoria Vilchez (Antes de que digas adiós (Antes de, #1))
Vio el mar por primera vez. En la distancia el mar era azul. Incuestionablemente azul. Sintió la felicidad de comprobar. Corrió desnudo por la arena de una playa sin turistas hasta que las olas le salpicaron la cara. Se detuvo, sospechando algo terrible, tomó entre sus manos un poco de mar. Y lo temido ocurrió. En el hueco de sus manos, el mar dejaba de ser azul, era sólo agua transparente. Acortar la distancia para destruir el encanto.
José Sbarra (Plástico cruel)
Abby, cada palabra es cierta y lo sabes, está en tus recuerdos por mucho que intentes ignorarlos, pero al final lo recordarás. Incluso quién eres en realidad. Ojalá estuvieras loca de verdad, al menos eso podría manejarlo.
Maria Martinez (El encanto del cuervo)
Un encanto de tipo. ¿Por qué no se morirá?
Mario Benedetti (La tregua)
Los griegos decían que solo «de las palabras nacen la belleza y el encanto».
Andrea Marcolongo (La lengua de los dioses: Nueve razones para amar el griego (Spanish Edition))
Nem sempre uma linda cara Traduz encanto no mundo Há mil fontes d'água clara Cheias de lodo no fundo.
Joaquim de Barros Ferreira
Todo comienzo tiene su encanto.
Johann Wolfgang von Goethe
Neste momento tens tanto encanto como uma lesma morta.
Suzanne Collins (The Hunger Games (The Hunger Games, #1))
Amor é um misto de bancar a solidão com ter sorte, atravessado por um encanto com um outro que insiste.
Ana Suy (A Gente Mira no Amor e Acerta na Solidão)
Su belleza no era como la de Will, en fieros colores y fuego contenido, pero tenía una singular perfección callada, el encanto de la nieve cayendo contra un cielo plateado
Cassandra Clare (Clockwork Angel (The Infernal Devices, #1))
Hay gente que se enamora de los pájaros. Te enamoras de su canto, de sus alas, de su forma de volar o de cazar. Entonces te lo quedas y lo encierras en una jaula de madera. Lo miras cada mañana, le sonríes, pero el pájaro deja de volar, de cazar, de cantar. Sus alas se marchitan, y un día, sin saber por qué, despiertas y dejas de mirarlo. Ya no te importa si es feliz, si le brillas los ojos; te limitas a alimentarlo, toleras su presencia y te acostumbras a el, pero el pájaro ha perdido sus encantos. cansado del pájaro te enamorarás de otro lobo, con otros encantos...
Jordi Balaguer (La maldición de Gryal (El amante de la luna, #1-2))
Desde criança, sempre me agradava contemplar as formas estranhas da natureza, não como observador que investiga, mas abandonando-me apenas ao seu encanto peculiar, à sua profunda e complexa linguagem.
Hermann Hesse
—¿Sabes? Nunca he usado en serio mi “encanto”. Sé que estás deseando que lo pruebe en ti, Mari. —Vamos, adelante —le provocó—. Al fin perderás tu virginidad feérica gracias a mí, me debes una. (Maddie e Idril)
Valeria González Lozano (Léiriú I: La rebelión (Léiriú, #1))
La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente , la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintorequismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza
Aldous Huxley (Brave New World)
Había necesitado muchos años de sufrimiento y miseria para conquistar los privilegios de la soledad, y no estaba dispuesta a renunciar a ellos a cambio de una vejez perturbada por los falsos encantos de la misericordia.
Gabriel García Márquez (One Hundred Years of Solitude)
No es que la belleza literaria no exista: sólo que es una experiencia tan incomunicable como los encantos de la Dulcinea para quien no es sensible a los mismos. Hay que apasionarse uno mismo o resignarse a no entender nunca nada.
Amélie Nothomb (Biographie de la faim)
E Luiza tinha suspirado, tinha beijado o papel devotamente! Era a primeira vez que lhe escreviam aquelas sentimentalidades, e o seu orgulho dilatava-se ao calor amoroso que saía delas, como um corpo ressequido que estira num banho tépido: sentia um acréscimo de estima por si mesma, e parecia-lhe que entrava enfim numa existência superiormente interessante, onde cada hora tinha o seu encanto diferente, cada passo conduzia a um êxtase, e a alma se cobria de um luxo radioso de sensações!
Eça de Queirós (O Primo Basílio)
Sus pies son hermosos, sus ojos radiantes, sus brazos y sus pechos son el paraìso, su encanto supera todas las maravillas que jamàs hayan deslumbrado al hombre; y, del mismo modo que el imàn arrastra inevitablemente al metal, la mujer arrastra inevitablemente a los hombres.
Jack London
Sólo Dios sabe cuánto me cuesta mirar y remirar tantos encantos, sin atreverme a extender mis manos hacia ella. Apoderarse de lo que se ofrece a nuestra vista y nos embelesa, ¿no es un instinto propio de la humanidad? ¿No se esfuerza el niño por coger cuanto le gusta? Y yo..?
Johann Wolfgang von Goethe (The Sorrows of Young Werther)
Existen lugares que, aun compuestos de materia muerta, destilan el embrujo de lo vivo. Son solo piedras, cemento, madera, pequeños edificios. Sin embargo, parecen llevar consigo una parte de las personas que los visitaron en el pasado. ¿Qué será lo que se posa sobre algunos tejados? ¿Será solo el encanto del desgaste del tiempo? ¿Será que se cuela algo de nosotros mismos entre las rendijas de todo aquello que tocamos, miramos, amamos?
María Oruña (Un lugar a donde ir)
«Ahora me doy cuenta de que el verdadero encanto de la vida intelectual —la vida consagrada a la erudición, a las investigaciones científicas, a la filosofía, a la estética, a la crítica— es su facilidad. Es la sustitución de las complejidades de la realidad por simples esquemas intelectuales, o de los desconcertantes movimientos de la vida por la muerte formal y tranquila. Es incomparablemente más fácil saber muchas cosas, por ejemplo, acerca de la historia del arte y tener ideas profundas acerca de la metafísica y de la sociología, que saber intuitiva y personalmente algo acerca de nuestros semejantes, y llevar relaciones satisfactorias con nuestros amigos y nuestras amantes, nuestra mujer y nuestros hijos. Vivir es mucho más difícil que el sánscrito, la química o la economía política. La vida intelectual es un juego de niños; lo cual explica el que los intelectuales tiendan a convertirse en niños, y luego en imbéciles, y finalmente, como claramente de muestra la historia política e industrial de los últimos siglos, en lunáticos homicidas y bestias salvajes. Las funciones reprimidas no mueren; se deterioran, degeneran, retrogradan al estado primitivo. Pero, entretanto, es mucho más fácil ser un niño intelectual, o un lunático, o una bestia, que un hombre adulto y armonioso. He ahí por qué, entre otras razones, existe tanta demanda de educación superior. Las gentes se abalanzan hacia los libros y las universidades como hacia los cafés. Quieren ahogar su conciencia de las dificultades que presenta el vivir adecuadamente en este grotesco mundo contemporáneo: quieren olvidar su deplorable insuficiencia en el arte de la vida. Algunos ahogan sus penas en alcohol, mientras que otros, todavía más numerosos, las ahogan en los libros y en el diletantismo artístico; algunos tratan de olvidarse a sí mismos por medio de la fornicación, el baile, el cinematógrafo, la radiotelefonía; otros, por medio de conferencias y ocupaciones científicas. Los libros y las conferencias son mejores para ahogar las penas que la bebida y la fornicación: no dejan dolor de cabeza, ni aquella desesperante sensación del post coitum triste.»
Aldous Huxley (Point Counter Point)
Queremos buscar en las cosas, que por eso nos son preciosas, el reflejo que sobre ellas lanza nuestra alma, y es grande nuestra decepción al ver que en la Naturaleza no tienen aquel encanto que en nuestro pensamiento les prestaba la proximidad de ciertas ideas; y muchas veces convertimos todas las fuerzas del alma en destreza y en esplendor, destinados a accionar, sobre unos seres que sentimos perfectamente que están fuera de nosotros y no alcanzaremos nunca.
Marcel Proust (Swann’s Way (In Search of Lost Time, #1))
Não poderia deixar de adorar aquele homem sem ilusões: adorar a franqueza, o escrúpulo, a severidade, o isolamento; admirar a implacável repressão do ego infantil, a insaciável busca de aperfeiçoamento; admirar a teimosia artística e a desconfiança quanto a tudo mais; admirar o encanto oculto, do qual ele acabava de me proporcionar uma rápida visão.
Philip Roth (The Ghost Writer)
we don’t talk about Bruno.
Walt Disney Company (Encanto: A Tale of Three Sisters)
Pero... ¿Habría amor en un mundo semejante, Simón? ¿Existirían la belleza y el encanto, sin nada feo con que compararlos? ¿Qué sería un mundo sin sorpresas?
Tad Williams
Cuanto más se le intenta ocultar algo a un niño, más empeño pone este en encontrarlo, ya sea un dulce o una postal de coristas descocadas dándoles vuelo a sus encantos.
Carlos Ruiz Zafón (El laberinto de los espíritus (El cementerio de los libros olvidados, #4))
Decidme, pues, ¿cómo debería apreciar los encantos que un cielo para mí en un infierno transformaron?
Kerstin Gier (Saphirblau (Edelstein-Trilogie, #2))
A inferioridade intelectual não constituía para elas inconveniente de maior; baseavam as suas esperanças nos seus encantos pessoais.
Charlotte Brontë
-Me encanto lo del asesino disfrazado de payaso. Llámame retorcida, pero lo encontré deliciosa mente escalofriante.
Stephen King (11/22/63)
No carece de encantos un mundo tan terrible, no carece de madrugadas que merecen un despertar.
Wisława Szymborska (View with a Grain of Sand: Selected Poems)
Así aislada, a esa distancia, la visión adquiría un sutilísimo encanto que me hacía precipitar hacia mi solitaria gratificación.
Vladimir Nabokov (Lolita)
Es el encanto de la conversación, de hablar por hablar, del hablar roto a interrumpido
Miguel de Unamuno (Niebla)
Ninguém me vê como tu, ninguém te vê como eu. Há um encanto só nosso que nos faz pairar por cima de todas as coisas sempre que estamos juntos
Margarida Rebelo Pinto (O Dia em que te Esqueci)
Gosto de vagar por aí até algo reter a minha atenção, a qualidade do mesmo se sugeri de acordo com a intensidade e duração do encanto.
Filipe Russo (Caro Jovem Adulto)
Tener encanto es oír que te contestan sí sin haber hecho ninguna pregunta...
Albert Camus
El amor no hace muchas preguntas, porque si empezamos a pensar empezamos a tener miedo. Es un miedo inexplicable, y no vale la pena intentar traducirlo en palabras. »Puede ser el miedo al desprecio, a no ser aceptada, a quebrar el encanto. Parece ridículo, pero es así. Por eso no se pregunta: se actúa. Como tú mismo has dicho tantas veces, se corren los riesgos.
Paulo Coelho (By the River Piedra I Sat Down and Wept)
De mí sé decir que, después que soy caballero andante, soy valiente, comedido, liberal, bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajos, de prisiones, de encantos;
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quixote)
El único encanto del pasado es que es el pasado. Pero las mujeres nunca se enteran de que ha caído el telón. Siempre quieren un sexto acto, y tan pronto como la obra pierde interés, sugieren continuarla.
Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray)
Mi madre es una de esas mujeres que hace enmudecer a una sala cuando entra; es elegante, atractiva pero no hermosa, y proyecta esa luz que tienen aquellos que parecen tocados con la varita mágica al nacer
Laura Riñón Sirera (Amapolas en octubre)
Como as chagas do Senhor dos Passos crucificado. Como as mãos do seu povo. Como as mãos dos antepassados. Mãos que os ajudaram a sobreviver, que forjaram o alimento e encantos ao manejar folhas e movimentá-las pelo corpo necessitado. Mãos que forjaram a defesa e a justiça quando possível. A mão que o curador deixou na cabeça de seus filhos. Com a força de suas mãos dilaceradas você apenas abria um caminho.
Itamar Vieira Junior (Torto Arado)
Eu tenho o direito de partilhar a dor, e aquele que é capaz de olhar para os encantos do mundo, e partilhar a sua dor, e compreender um pouco a maravilha de ambos, está em contacto direto com as coisas divinas (...)
Oscar Wilde (De Profundis)
Me resultaría muy difícil dar detalle de nuestra nueva vida, que consistía en una serie de chiquilladas que a nosotros nos parecían maravillosas, pero que serían insignificantes para las personas a las que se las contara. Tú sabes que es amor cuando los días se hacen cortos y que con una hermosa pereza nos dejamos arrastrar al día siguiente. Tú conoces ese olvidarlo todo que surge del amor impetuoso, confiado y compartido. Todo ser menos el ser amado, nos parece inútil en la creación. Lamentamos haber entregado ya parcelas del corazón a otros, y jamás vislumbramos la posibilidad de apretar otra mano que la que tenemos entre las nuestras. El cerebro no admite ni el trabajo ni el recuerdo, nada que pudiera distraerlo del único pensamiento que no dejamos de ofrecerle. Cada día descubrimos en el ser amado un nuevo encanto, una voluptuosidad que no conocíamos.
Alexandre Dumas fils (La dame aux camélias)
No hizo falta mucho para reducir el castillo de naipes de la civilización. Solo unas pocas ráfagas y pasó, la balanza se inclinó, se rompió el encanto. Los buenos ciudadanos se dieron cuenta de que las líneas que habían dado forma a sus vidas eran imaginarias y se cruzaban con facilidad. Tenían deseos y necesidades y el poder para satisfacerlas, así que lo hicieron. En el momento en que se apagaron las luces, todo el mundo dejó de fingir.
Isaac Marion (Warm Bodies (Warm Bodies, #1))
¿Qué podemos decir que sea cierto, de la poesía? Pues que ahí está. En el acorde de dos notas que hechizan e impiden escuchar el resto de la música, en la imprecisa tensión de dos colores que se tocan, en la línea que contornea una forma, acariciándola; en la sencilla frase leída que captura algo de nosotros, por un instante nos ata y nos deja como cualquier amante; y también en la ternura del sol que cae como un gigante cansado en los ocasos, en la magnificencia de una abeja sobre un pétalo, en la caricia del agua cayendo sobre la piel de un cuerpo amado, en la opacidad de la vieja tetera de la abuela, en el aroma de nuestras vidas depositado en los armarios; o en el leve giro de una mirada que embruja y nos deja a punto de caer en el amor; y en todas las cosas que en amor o en dolor, amargura o gozo, vienen a nosotros tocadas por el encanto de lo que simplemente es bello: la poesía está
Fernando Molano Vargas (Vista desde una acera)
Nossos dias são muito curtos para que tomemos, nos próprios ombros, o peso dos erros de outrem. Cada um vive a própria vida, e paga o preço de vivê-la. Em tudo, a única pena é que, com frequência, temos que pagar um preço alto por uma única falta. E, na verdade, estamos sempre a pagar. No trato com o homem, o Destino jamais encerra as contas.Há momentos, dizem-nos os psicólogos, quando a paixão pelo pecado, ou por aquilo que o mundo chama de pecado, domina de tal maneira uma personalidade, que toda fibra do corpo, e toda célula do cérebro, parece ser instinto com impulsos receosos. Nestes momentos, homens e mulheres perdem a liberdade da vontade. Como autômatos, consciência, morta, ou então, se conseguir viver, vive apenas para dar fascínio à revolta, e encanto a desobediência. Pois todos os pecados, como não se cansam de nos lembrar os teólogos, são pecados da desobediência. Quando, dos céus, cai o espírito maior, a estrela matutina do mal, é como rebelde que cai.
Oscar Wilde
La valoración de la duración expresa sobre todo el deseo de seguridad afectiva, el miedo a la soledad, el temor a ser abandonados. ¿Y cómo no percatarse de que la duración ya no es la prueba de una comunicación interpersonal profunda? Con el tiempo vienen también el tedio, la repetición, la irritación, el cansancio de lo que ya no cambia: ya no se habla porque ha desaparecido el encanto del descubrimiento y la pasión. La duración no me parece un ideal por sí misma, todo depende de la forma como se viva.
Gilles Lipovetsky (La sociedad de la decepción. Entrevista con Bertrand Richard)
Bendita a primavera da vida, breve, Cujo sopro tudo atravessa! A forma desaparece Enquanto o ser parar vida desperta. Gerações se sucedem No esforço de evoluir; Espécie produz espécie, Em tempos que não têm fim; Mundos inteiros se erguem e se declinam! Mergulha nos encantos da vida, ó flor, Na ourela da primavera; Louvando a vontade do Eterno, Aproveita tua curta existência. Acrescenta a ela, criativa, Também o teu óbolo; Breve e hesitante, Sopra o quanto agüentares, A tua parcela de vida ao dia eterno!
Bjørnstjerne Bjørnson
Los días de lluvia -de los que siempre había renegado- adquirieron ahora un encanto, se conviertían en placer, pues acompañaba a la señorita Dina a la parada de su camión, protegiéndola con el paraguas, lo que los obligaba a acercarse mucho el uno a la otra
Sergio Galindo (Los dos angeles)
Não ouças sequer, espera simplesmente. Não esperes, sequer, sê absolutamente solitário, absolutamente silencioso. Então o mundo irá oferecer-se a ti para se fazer desmascarar, não pode agir de outro modo; sob o teu encanto, desenrolará os seus anéis a teus pés.
Franz Kafka (Antologia de Páginas Íntimas)
¿no te das cuenta de que es un privilegio regalar cosas a los demás? -Y lo hacía de un modo muy agradable. No había nada de navideño ni de ostentoso, sino algo casi triste, y en ocasiones sus regalos eran cosas viejas que tenían el encanto de lo útil y lo melancólico.
Jack Kerouac
Consiguió hospedarse en un modesto hotel con encanto, que había descubierto tiempo atrás navegando por internet y se había dejado invadir por la magia de los atardeceres y las noches estrelladas. Tenía decidido que era hora de empezar a dedicar un poco de tiempo para hacer cosas que le llenasen el alma.
J.S. Ortega (La maldición de Cristo)
¡Oh encanto de la gorda pierna de robustez elefantina que en grasa se desborda! ¡Oh majestad divina del muslo rebozado en gelatina! ... Vivan las adiposas adoratrices del esfuerzo nulo, que dejan las odiosas fatigas para el mulo y comen todo lo que agranda el culo. —del Himno a la celulitis, de Enrique Serna
Isabel Allende (Afrodita (Spanish Edition))
Saber seria fatal. Na incerteza é que está o encanto. O nevoeiro dá às coisas aspectos maravilhosos. Mas a gente pode errar o caminho. Todos os caminhos vão dar ao mesmo ponto. Qual é? A desilusão. Foi a minha estreia na vida. (...) O botão do seu florete, você o deixou cair. Resta-me a máscara. Que lhe dá mais beleza aos olhos.
Oscar Wilde
Como é triste falar sobre as coisas, tentar se explicar, tentar se expressar. É só dar nome às coisas que elas morrem. Será que ele entendia? Será que a perdoava? Será que está tudo bem? Ele diz que não perdoa mas entende e está tudo bem, que ela saberá onde encontrá-lo se quiser e que espera que ela seja muito feliz. Não vê nenhum propósito em contar que passou uns dez dias sofrendo como se sua vida tivesse perdido toda e qualquer possibilidade de alegria e encanto, bebendo até apagar e correndo e nadando até sentir câimbras, mas que depois disso tudo voltou ao normal e na verdade ele já não sentia muito sua falta, que seu rosto tinha sumido da sua memória quinze minutos depois de deixá-la dormindo naquela última manhã que acordaram juntos e jamais retornaria a não ser que ela enviasse um retrato, o que ele gostaria muito que ela fizesse, por sinal, e que pra ser sincero já a tinha esquecido no outro sentido também, o sentido que o faria sofrer agora, mas acaba contando de qualquer modo e ela emudece por uns instantes e diz Viu? Tu nem me amava tanto assim.
Daniel Galera (Barba ensopada de sangue)
Como é bom a gente ter tido infância para poder lembrar-se dela. E trazer uma saudade muito esquisita escondida no coração. Como é bom a gente ter deixado a pequena terra em que nasceu E ter fugido para uma cidade maior, para conhecer outras vidas. Com é bom chegar a este ponto de olhar em torno E se sentir maior e mais orgulhoso porque já conhece outras vidas... Como é bom se lembrar da viagem, dos primeiros dias na cidade, Da primeira vez que olhou o mar, da impressão de atordoamento. Como é bom olhar para aquelas bandas e depois comparar. Ver que está tão diferente, e que já sabe tantas novidades... Como é bom ter vindo de tão longe, estar agora caminhando Pensando e respirando no meio de pessoas desconhecidas Como é bom achar o mundo esquisito por isso, muito esquisito mesmo E depois sorrir levemente para ele com os seus mistérios... Que coisa maravilhosa, exclamar. Que mundo maravilhoso, exclamar. Como tudo é tão belo e tão cheio de encantos! Olhar para todos os lados, olhar para as coisas mais pequenas, E descobrir em todas uma razão de beleza.
Manoel de Barros
Pues debería caerle bien. Soy un tipo encantador. La gente convoca asambleas para hablar de lo encantador que soy. Tengo varios premios y una medalla que me concedieron en un pequeño país sudamericano como tributo a mi encanto personal y, en general, a lo increíblemente maravilloso que soy. Pero, lógicamente, no los llevo encima. Guardo esas medallas en el cajón de los calcetines.
Neil Gaiman (Anansi Boys)
No deberías preguntar -respondí- . El amor no hace muchas preguntas, porque si empezamos a pensar empezamos a tener miedo. Es un miedo inexplicable, y no vale la pena intentar traducirlo en palabras. >>Puede ser el miedo al desprecio, a no ser aceptada, a quebrar el encanto. Parece ridículo, pero es así. Por eso no se pregunta: se actúa. Como tú mismo has dicho tantas veces, se corren los riesgos
Paulo Coelho (By the River Piedra I Sat Down and Wept)
O encanto da Londres moderna é ser construída não para durar, é ser construída para passar. Sua fragilidade, sua transparência, seus ornamentos de estuque colorido causam um prazer diferente e atingem um objetivo diferente do desejado e tentado pelos velhos construtores e seus patronos - a nobreza da Inglaterra. Seu orgulho exigiu a ilusão da permanência. O nosso, pelo contrário, parece deleitar-se em provar que podemos tornar a pedra e o tijolo tão transitórios quanto nossos próprios desejos. Não construímos para nossos descendentes, que podem viver nas nuvens ou na terra, mas para nós mesmos e nossas necessidades. Derrubamos e reconstruímos enquanto esperamos ser derrubados e reconstruídos. É um impulso provocador da criação e da fertilidade. A descoberta é estimulada e a invenção fica em alerta.
Virginia Woolf (The London Scene: Six Essays on London Life)
Además, quiero verte a ti. Realmente es absurdo, pero no puedo vivir sin ti. ¡Eres tan deseable, tan maravilloso! Pienso en ti durante todo el día y echo de menos tu encanto, tu adolescente belleza, la brillante espada de tu ingenio, la delicada fantasía de tu talento, tan sorprendente siempre en tus repentinos vuelos, cual golondrina, hacia el norte o el sur, hacia el sol o la luna -y sobre todo, a ti mismo.
Oscar Wilde (The Complete Letters of Oscar Wilde)
O alegre e claro espelho de minha alma era muitas vezes embaçado por uma espécie de melancolia mas, por ora, não havia sido seriamente danificado. Ela aparecia de tempos em tempos, durante um dia ou uma noite, como uma tristeza sonhadora e solitária; desaparecia depois sem deixar traços, voltando após algumas semanas ou meses. Aos poucos fui me habituando a ela, como a uma amiga e confidente, não a recebendo como um tormento, mas como um cansaço inquieto, que não deixava de ter seu encanto. Quando ela me surpreendia de noite eu ficava, em vez de dormir, horas inteiras à janela, olhava o lago mergulhado na escuridão, as silhuetas das montanhas desenhadas no palor do céu e bem no alto, as belas estrelas. Então apossava-se de mim com frequência um sentimento doce e vigoroso, como se eu fosse contemplado por toda aquela formosura da noite, com uma justa censura. Como se estrelas, montanhas e lagos aspirassem por alguém que compreendesse sua beleza e o sofrimento da sua natureza calada e a expressasse, como se eu fosse aquele ser e como se fosse essa a minha verdadeira missão. a de dar, em poesias, uma expressão à natureza muda. De que maneira isso seria possível não sei, jamais pensei nisso, apenas sentia que a bela e severa noite esperava por mim, impaciente, numa ânsia silente. (p. 42)
Hermann Hesse (Peter Camenzind)
Quienes hemos pasado más de tres días en el extranjero conocemos una verdad fundamental y, tristemente, poco estudiada: el correcto funcionamiento del organismo del mexicano depende del suministro, suficiente y de buena calidad, del complejo T. Este conjunto de aminoácidos esenciales, presente en los alimentos que comienzan con esa grafía -tacos, tortas, tamales, tostadas, tlacoyos, tlayudas, totopos- y en otros tantos con una inicial distinta -chalupas, chilaquiles, enchiladas, enfrijoladas, garnachas, gorditas, huaraches, memelas, molletes, pambazos, quesadillas, sopes, etcétera-, parece ser el gran catalizador y desencadenador de nuestras descargas de endorfinas, a cuyo encanto estamos tan habituados que, cuando la distancia -o la dieta- nos privan de él, nos embarga una tristeza profunda, una sensación como de orfandad, de vacío en el alma... y en la tripa.
María del Pilar Montes de Oca Sicilia (Del plato a la boca. Disertaciones sobre la comida (Algarabia / Rejoicing) (Spanish Edition))
Rodolphe ouvira tantas vezes dizer tais coisas que elas nada mais tinham de original para ele. Emma assemelhava-se a todas as suas amantes; e o encanto da novidade, caindo pouco a pouco como uma veste, deixava ver a nu a eterna monotonia da paixão que tem sempre as mesmas formas e a mesma linguagem. Aquele homem tão experiente não distinguia mais a diferença dos sentimentos sob a igualdade das expressões. Porque lábios libertinos ou venais lhe haviam murmurado frases semelhantes, ele mal acreditava em sua candura; era preciso, pensava, descontar suas palavras exageradas, escondendo as afeições medíocres: como se a plenitude da alma não transbordasse algumas vezes nas metáforas mais vazias, já que ninguém pode algum dia exprimir exatamente suas necessidades ou seus conceitos, nem suas dores e já que a palavra humana é como um caldeirão rachado, no qual batemos melodias próprias para fazer danças os ursos quando desejaríamos enternecer as estrelas. Porém, com a superioridade crítica de quem, em qualquer compromisso, se mantém na retaguarda, Rodolphe percebeu naquele amor a possibilidade de explorar outros gozos. Julgou todo pudor como algo incômodo. Tratou-a sem cerimonia. Fez dela algo de maleável e de corrompido. Era uma espécie de afeto idiota cheio de admiração para ele, de volúpia para ela, uma beatitude que a entorpecia; e sua alma afundava naquela embriaguez e nela se afogava, encarquilhada (...)
Gustave Flaubert (Madame Bovary)
Si se considera que lo serio es aquello que se expresa de manera consecuente en las palabras de la vida alerta, entonces la poesía nunca será algo serio. Se halla más allá de lo serio, en aquel recinto, más antiguo, donde habitan el niño, el animal, el salvaje y el vidente, en el campo del sueño, del encanto, de la embriaguez y de la risa. Para comprender la poesía hay que ser capaz de aniñarse el alma, de investirse el alma del niño como una camisa mágica y de preferir su sabiduría a la del adulto.
Johan Huizinga (Homo Ludens: A Study of the Play Element in Culture)
Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire. ¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música. Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana. En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor. En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes. En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco. Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.
Charles Baudelaire (Paris Spleen)
Olhamos novamente para o homem e a natureza — com olhar mais desejoso: lembramo-nos, com sorriso melancólico, que agora sabemos coisas novas e diferentes em relação a eles, que um véu foi retirado — mas nos reanima ver novamente as luzes amortecidas da vida, e sair da claridade sóbria e terrível em que, como sofredores, víamos as coisas e através das coisas. Não nos aborrecemos quando os encantos da saúde recomeçam seu jogo — olhamos como que transformados, abrandados e ainda exaustos. Nesse estado não se pode ouvir música sem chorar.
Friedrich Nietzsche (Daybreak: Thoughts on the Prejudices of Morality)
— Muriérase ella en hora buena cuanto quisiera y como quisiera —respondió Sancho—, y dejárame a mí en mi casa, pues ni yo la enamoré ni la desdeñé en mi vida. Yo no sé ni puedo pensar cómo sea que la salud de Altisidora, doncella más antojadiza que discreta, tenga que ver, como otra vez he dicho, con los martirios de Sancho Panza. Agora sí que vengo a conocer clara y distintamente que hay encantadores y encantos en el mundo, de quien Dios me libre, pues yo no me sé librar; con todo esto, suplico a vuestra merced me deje dormir y no me pregunte más, si no quiere que me arroje por una ventana abajo.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
Espero que mi propio sexo me disculpe si trato a las mujeres como criaturas racionales en vez de halagar sus encantos fascinantes y considerarlas como si estuvieran en un estado de eterna infancia, incapaces de valerse por sí mismas. Deseo de veras mostrar en qué consiste la verdadera dignidad y la felicidad humana. Deseo persuadir a las mujeres para que intenten adquirir fortaleza, tanto de mente como de cuerpo, y convencerlas de que las frases suaves, la sensibilidad de corazón, la delicadeza de sentimientos y el gusto refinado son casi sinónimos de epítetos de la debilidad, y que aquellos seres que son sólo objetos de piedad, y de esa clase de amor que ha sido denominada como su hermana, pronto se convertirán en objetos de desprecio. Desechando, pues, esas bellas frases femeninas que los hombres utilizan con condescendencia para dulcificar nuestra dependencia servil, y despreciando esa débil elegancia de mente, esa sensibilidad exquisita y dulce docilidad de conducta que se supone constituyen las características sexuales del recipiente más frágil, deseo mostrar que la elegancia es inferior a la virtud, que el primer objetivo de una loable ambición es adquirir un carácter como ser humano, sin tener en cuenta la distinción de sexo (p. 50-51).
Mary Wollstonecraft (Vindication of the Rights of Women)
Viví con poco sufrimiento los tres años de Segunda. No porque quisiera distanciarme de un equipo fracasado; de hecho, iba a Anoeta siempre que podía y mastiqué por la tele un montón de partidos tóxicos sin pestañear. En el fondo le veía cierto encanto: mientras las radios y las teles nos metían por un embudo el Barça y el Madrid y Schuster y Guardiola y los partidos del siglo a todas horas, nosotros jugábamos en otro universo menos histriónico contra el Racing de Ferrol, el Huesca o el Girona. Disfruté de una alegría de esas que en el momento no se pueden confesar a nadie: en diciembre de 2008 me escapé de dos amigas navarras en Nueva York con alguna excusa, entré a un locutorio para mirar los resultados en internet y me enteré de que la Real había ganado 1-0 al líder Salamanca con un cabezazo de Ansotegi en el minuto 92. Salí a la calle, correteé por las aceras nevadas, di algún saltito y algún remate de cabeza en el aire y luego caminé normal para reunirme otra vez con mis amigas. Ellas no hubieran entendido nada así que me callé. Seguimos andando los tres y yo pensé que era la única persona de todo el barrio de Harlem, quizá de todo Nueva York, que en ese momento caminaba contento por un gol de Ansotegi. Fue un momento de felicidad intensa y secreta.
Ander Izagirre (Mi abuela y diez más)
Durante a rápida estação em que a mulher permanece em flor, os caracteres da sua beleza servem admiravelmente bem à dissimulação à qual a sua fraqueza natural e as leis sociais a condenam. Sob o rico colorido do seu viçoso rosto, sob o fogo dos seus olhos, sob a fina textura das suas feições tão delicadas, com tantas linhas curvas ou retas, mas puras e perfeitamente determinadas, todas as suas comoções podem permanecer secretas: o rubor então nada revela, aumentando ainda mais cores já tão vivas; todos os focos interiores concordam tão bem com a luz desses olhos brilhantes de vida que a fugaz chama de um sofrimento aparece apenas como um encanto a mais. Por isso, na da há mais discreto do que um rosto juvenil, porque também não há nada mais imóvel. A fisionomia de uma jovem tem a serenidade, o polido, o frescor da superfície de um lago; a das mulheres só se revela aos trinta anos. Até essa idade, o pintor só lhes acha no rosto róseos e brancos sorrisos e expressões que repetem um mesmo pensamento, pensamento de mocidade e de amor, pensamento uniforme e sem profundidade; mas, na velhice, tudo na mulher fala, as paixões incrustaram-se-lhe no rosto; foi amante, esposa, mãe; as mais violentas expressões de alegria e de dor acabaram por alterar-lhe, torturar-lhe o rosto, formando aí mil rugas, tendo todas uma linguagem; e uma fronte de mulher torna-se, então, sublime pelo horror, bela pela melancolia, ou magnífica pela serenidade; se se permite desenvolver esta estranha metáfora, o lago seco deixa então ver todos os traços das torrentes que o produzi ram; uma fronte de mulher velha já então não pertence nem ao mundo, que, frívolo, se assusta de ver a destruição de todas as idéias de elegância a que está habituado, nem aos artistas vulgares, que nada descobrem por aí; mas, sim, aos verdadeiros poetas, àqueles que possuem o sentimento de uma beleza independente de todas as convenções sobre as quais repousam tantos preconceitos sobre a arte e a formosura.
Honoré de Balzac (A Woman Of Thirty)
Já reparou que a esta hora da noite e a este nível do álcool o corpo se começa a emancipar de nós, a recusar-se a acender o cigarro, a segurar o copo numa incerteza tateante, a vaguear dentro da roupa oscilações de gelatina? O encanto dos bares, não é?, consiste em, a partir das duas da manhã, não ser a alma a libertar-se do seu invólucro terreste e a seguir verticalmente para o céu no esvoaçar místico de cortinas brancas das mortes do missal, mas a carne que se livra, um pouco espantada, do espírito, e inicia uma dança pastosa de estátua de cera que se funde até terminar nas lágrimas de remorso da aurora, quando a primeira luz oblíqua nos revela, com implacabilidade radioscópica, o triste esqueleto da solidão sem remédio.
António Lobo Antunes (Os Cus de Judas)
- Nunca vuelvas a llamarme así - le espeté. - Es mejor que llarmarle <> a alguien, ¿no? - Salió por la puerta - Qué visita tan estimulante. La recordaré mucho tiempo. Aquello ya era suficiente. - ¿Sabes qué? Tienes toda la razón. Mira que llamarte tarado...Esa es una palabra que no te define bien - le dije sonriendo - <> te pega más. - Conque <>, ¿eh? - repitió - Eres un encanto. Levanté el dedo corazón. (pág.20) Eran más de la una, pero parecía que Daemon acabara de levantarse. Llevaba los tejanos arrugados y el pelo enmarañado. Hablaba con alguien por teléfono mientras se pasaba la mano por la mandíbula. - ¿Tu hermano no tiene camisetas o qué? - le pregunté mientras cogía la pala. - Me temo que no. No las lleva ni en invierno. Siempre va por ahí medio desnudo - refunfuñó - Es bastante incómodo tener que verlo así todo el día, enseñando tanta...carne ¡Qué grima! A ella le daría grima, pero a mí...me alteraba bastante. Me puse a cavar hoyos en lugares estratégicos mientras notaba que se me secaba la garganta. Tenia una cara perfecta, un cuerpo de ensueño y una mala leche espectacular. Las tres reglas de oro de cualquier tío macizo, vaya. (pág. 39) - Tienes una cabecita bastante sucia, gatita. Pestañeé. <> - ¿Qué has dicho? - Que tienes la cabeza sucia - repitió en voz baja. Sabía que Dee no podía oírle -, llena de tierra. ¿Qué creías que quería decir? - Nada -...Tener a Daemon tan cerca no me reconfortaba en absoluto - Es normal ensuciarse cuando plantas. Los labios le temblaron un instante. - Hay muchas maneras de ensuciarse. Aunque no tengo la intención de mostrártelas. (pág.46) - Me da a mí que te has mojado tú más que el coche. Nunca pensé que lavar un coche pudiera ser tan complicado pero, después de observarte durante los últimos quince minutos, creo que deberían convertirlo en deporte olímpico. - ¿Estabas observándome? - Qué grima. Y qué morbo. ¡No! de morboso, nada. (pág.51) - Pues sí ¿Y tú siempre te quedas mirando a los tíos cuando llamas a su puerta para preguntar por una dirección? - ¿Siempre abres la puerta medio desnudo? - Pues sí. Y no has respondido a mi pregunta. ¿Siempre pegas esos repasos? Las mejillas me ardían. (pág.53) - Hasta mañana a medio día, gatita. - Te odio - resoplé. - El sentimiento es mutuo - Me miró por encima del hombro - Me juego veinte pavos a que llevas bañador y no biquini. Era insufrible. (Pág. 62) - ¿Que no confía en mi? ¿Y qué tiene que confiarme, tu virtud? Se le escapó otra carcajada y tardó unos momentos en poder contestar. - Pues claro; no le gustan las chicas guapas que están coladitas por mi. - ¿Qué? - ... - Estás de broma, ¿no? - ¿A qué parte te refieres? - preguntó- - ¡A todas! - Venga ya. No me digas que no sabes que eres guapa. ¿No te lo ha dicho ningún chico antes? (pág.90) - Creo que estás condenada a estar conmigo un rato más. - Seguro que parezco un gato remojado. - Estás bien. La lluvia te favorece. Fruncí el ceño. - Ya me estás mintiendo otra vez. Sentí que su cuerpo se movía junto al mío y, sin mediar palabra, me rozó la barbilla con los dedos y me atrajo hacia él. En sus labios se dibujó una sonrisa torcida. - No te miento; te lo dijo en serio. (pág.101) - Bueno...Ya llegó el innombrable. A Dee le dio un ataque de risa que hizo que toda la cafetería nos mirara. - ¡Me parto! Me hundí en la butaca. Desde la mañana en que Dee y él me habían preparado el desayuno, me había evitado y a mí me daba igual. ... Seguramente Daemon era físicamente el hombre más perfecto que jamás había visto - su cara haría las delicias de cualquier retratista -, pero a la vez tenía bastantes papeletas para ser el cretino más grande sobre la faz de la Tierra. (pág.145)
Jennifer L. Armentrout (Obsidian (Lux, #1))
Llegó la tarde, partiéronse de aquel lugar, y a obra de media legua se apartaban dos caminos diferentes, el uno que guiaba a la aldea de don Quijote, y el otro el que había de llevar don Álvaro. En este poco espacio le contó don Quijote la desgracia de su vencimiento y el encanto y el remedio de Dulcinea, que todo puso en nueva admiración a don Álvaro, el cual, abrazando a don Quijote y a Sancho, siguió su camino, y don Quijote el suyo, que aquella noche la pasó entre otros árboles, por dar lugar a Sancho de cumplir su penitencia, que la cumplió del mismo modo que la pasada noche, a costa de las cortezas de las hayas, harto más que de sus espaldas, que las guardó tanto, que no pudieran quitar los azotes una mosca, aunque la tuviera encima.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
Sin embargo, no por ello pienso vivir eternamente, y cuando, con mi último suspiro, todo haya acabado acá abajo para Wanda Dunaiew, ¿qué ventaja sacaré de que mi espíritu cante en un coro de ángeles o de que mis cenizas tomen una nueva existencia? De uno u otro modo, yo no renaceré tal como soy, de modo que he de renunciar a aquella consideración. ¿Pertenecer a un hombre a quien no amo, sólo por la razón de que le amé alguna vez? No, no renunciaré; amo a quien me place y le hago dichoso. ¿Acaso es repugnante esto? No; por lo menos es mucho más hermoso que si me regocijara del tormento cruel que provocan mis encantos, y me desviara, virtuosa, del desgraciado que se consume por mí. Soy joven, rica y bella, y vivo sólo para el goce y el placer.
Leopold von Sacher-Masoch
Algo. En estos días, tienes que ser "algo" con alguien si no quieres ser "nada" con alguien. Por lo mismo, nuestra "relación", si es que puede llamársele "relación" a lo que teníamos, bueh, podía decirse que era clandestina. Poco nos importaba, sin embargo, lo que dijeran los demás. Porque nos teníamos. Nos teníamos y no nos íbamos a dejar ir (...) El consenso entre las diferentes voces que opinaban en mi cabeza había sido atribuir su conducta a las hormonas, pero yo le concedía todas las razones a la voluntad. Veloe era quien era porque así quería ser. Lo que comenzó como una inocente comida de vengan-a-conocer-a-mi-nuevo-novio, se transformó en un "cándido afecto" que, con el paso de los meses, se convirtió en un "frondoso encanto", el cual terminaría en una "loca infatuación". Un año después de subirme a aquel elevador, Veloe y yo nos amábamos hasta las lágrimas. Dicen que a las mujeres no hay que entenderlas sino amarlas, y en verdad que su amable y atento servidor no podría estar en desacuerdo con esa sagrada afirmación; pero yo no sólo amaba a Veloe, sino que la leía. Aprendí a leer a Veloe como a nadie; podía leerla con la tibia luz de la lámpara de la mesa de noche o con el sol quemante de las playas de Oaxaca, tirado en un camastro, cavando surcos en la arena con los pies. Podía leerla en el tren subterráneo, rodeado de parroquianos, o en la paz de la santa capilla, tirado en la alfombra, de pie o sentado, de cabeza o sobre las puntas de los dedos, exhausto o recién levantado, en ayunas, después de una pesada comida, lejos, en braille o con letra script. Entendí que es cosa complicada aprender a leer a una mujer, y que es tarea que puede extenderse por años. Por vidas enteras. Algunas mujeres son libros pequeños, de bolsillo, fácilmente manejables. Otras son pesados, de pasta dura, con el gramaje grueso y poco amable con los dedos. Algunas tienen prólogo y otras epílogo, y unas cuantas ambos. Algunas carecen de forros o están deshojadas. Nadie puede leer a todas las mujeres del mundo así como nadie puede leer todos los libros del mundo. Y del mismo modo que, dicen los románticos, ciertos libros nos escogen, algunas mujeres nos eligen, en silencio, y esperan a que las leamos... -Pixie (3) de Ruy Xoconostle W. (fragmento)
Ruy Xoconostle W. (Pixie 3)
Here there was a cheerful boy At least he created tales and lived in joy. Nursery rhymes his grandmother told, Songs and tales emerged gladly in gold. Caring heart, affection spoke loud as brighter, He made the decision: he would be a writer! Rising laughters, crying tears, many feelings, Inserted everything and nothing was in vain. So he transformed the ugly into beautiful, Tales to amuse and make everyone sane, In there he went, without daydreams or zeal. As such it was born the icon of literature still. No one denied he was exceedingly bountiful. A ballerina loves the soldier in his world, Nothing gets involved in his fairy tales, Dancing from a poor weak boy to a king, Eccentric prince of charm in winged corners! Rare star of sweet tenderness, Sensible and masterful in tenderness, Emchanted kingdom of dreams and candor, Now a divine fire of a soul he shines. Havia um menino alegre porem so Ao menos criava contos e deles vivia Nas historias que contava sua avo, Seus contos surgiam pois ele os via. Carinho nao faltava em seu coracao ator, Havia tomado a decisao: seria escritor! Risos, lagrimas, sentimentos saos, Inseria tudo e nada era em vao. Transformava ate o feio em belo, Inadvertia e divertia com seu elo, Adiante ia, sem devaneios e zelo. Nascia assim o icone da literatura. A bailarina ama o soldado em seu mundo, Nada se interpunha em seus contos de fadas, De pobre menino fraco e cogitabundo, Era principe de encantos em cantos alados! Rara estrela de doce brandura, Sensata e magistral em ternura, Em seu reino de sonhos e candura, No fogo divino de sua alma fulgura.
Ana Claudia Antunes (ACross Tic)
Quando brilhou a aurora, dissolveram-se Entre a luz as florestas encantadas Arvoredos azuis e sombras verdes, Como os astros da noite embranqueceram Através da verdade da manhã. E encontrei um país de areia e sol, Plano, deserto, nu e sem caminhos. Aí, ante a manhã, quebrado o encanto, Não fui sol nem céu nem areal, Fui só o meu olhar e o meu desejo. Tinha a alma a cantar e os membros leves E ouvia no silêncio os meus passos. Caminhei na manhã eternamente. O sol encheu o céu, foi meio-dia, Branco a pique, sobre as coisas mortas. Mais adiante encontrei a tarde líquida, A tarde leve, cheia de distâncias, Escorrendo de céus azuis e fundos Onde as nuvens se vão pra outros mundos. Um ponto apareceu no horizonte, Verde nos areais como um sinal. Era um lago entre calmos arvoredos Não bebi a sua água nem beijei O homem que dormia junto às margens. E ao encontro da noite caminhei.
Sophia de Mello Breyner Andresen (Poesia)
He aquí algo sobre el honor de los poetas. Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba, pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil, ésas son las claves para llegar a donde uno se proponga. Disciplina: escribir cada mañana no menos de seis horas. Escribir cada mañana y corregir por las tardes y leer como un poseso por las noches. Encanto, o encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarlos en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber en qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que no uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. Los amigos del maestro son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es preceptivo abominar y despacharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí). Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. Si es por esto último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?
Roberto Bolaño (The Savage Detectives)
Não, não há escapatória. Não existe céu com um pouco de inferno nele – não tentemos reter isso ou aquilo do mal em nossos corações ou em nossos bolsos. Satanás deve sair, cada fiapo, cada fio de cabelo.” (George MacDonald) O poeta inglês William Blake (1757-1827) escreveu 'O Casamento do Céu e do Inferno'. Se escrevo sobre o Divórcio, não é porque me julgue à altura para antagonizar com tão grande gênio, nem porque tenha pleno conhecimento do que ele queria dizer. No entanto, em um sentido ou outro, é constante a tentativa de fazer tal casamento. Essa tentativa baseia-se na crença de que a realidade nunca se apresenta a nós como uma escolha inevitável entre 'isso ou aquilo'; de que, com habilidade, paciência e (sobretudo) tempo suficiente, seria possível encontrar uma maneira de acomodar as duas alternativas; e de que a simples evolução, adaptação ou refinamento conseguirá, de algum jeito, transformar o mal em bem, sem que sejamos interpelados a rejeitar, de modo definitivo e integral, aquilo que desejamos conservar. Essa crença é, a meu juízo, um erro desastroso. Você não pode levar toda a bagagem consigo em todas as viagens; em alguma jornada, sua mão e seu olho direitos podem estar entre as coisas que você terá de deixar para trás. Não vivemos num mundo onde todos os caminhos são como raios de um círculo, que, se suficientemente percorridos, gradualmente se aproximariam um do outro e, ao fim, convergiriam no centro; vivemos, sim, num mundo onde cada caminho, depois de alguns quilômetros, se bifurca e onde cada uma das duas ramificações, por sua vez, se biparte novamente; e, em cada encruzilhada, você precisa tomar uma decisão. Mesmo no nível biológico, a vida não é como um rio, e sim como uma árvore. A vida não flui no sentido da unidade, mas, ao contrário, afasta-se dela, e as criaturas se diferenciam entre si à medida que se aprimoram. O bem, quando amadurece, distingue-se não apenas do mal, mas também de outro bem. Não creio que todos aqueles que optam por caminhos equivocados pereçam, mas seu resgate consiste em serem colocados de volta na estrada certa. Uma operação de adição pode ser corrigida: mas isso só pode ser feito retornando até encontrar o erro e refazendo o cálculo a partir dali; nunca simplesmente prosseguindo. O mal pode ser desfeito, mas não pode 'evoluir' para o bem. O tempo não o cura. O feitiço deve ser revertido, aos poucos, 'com sussurros de trás para frente, de poder disjuntivo' (peça ‘Comus’, do poeta inglês John Milton – 1608-1674) – ou, então, o encanto não cessará. É 'uma coisa ou outra'. Se insistirmos em preservar o Inferno (ou mesmo a Terra), não veremos o Céu: se aceitarmos o Céu, não poderemos guardar sequer o menor e o mais íntimo 'suvenir' do Inferno. Acredito, com efeito, que toda pessoa que alcançar o Céu descobrirá que o que abandonou (mesmo que seja arrancando seu olho direito) na verdade não era nada: que o cerne daquilo que estava ansiosamente procurando, mesmo em seus desejos mais pervertidos, estará lá, além das expectativas, aguardando por ela nos 'Países Altos'. Nesse sentido, os que tiverem completado a jornada (e somente estes) poderão verdadeiramente dizer que o bem está em tudo, e o Céu, em todo lugar. Entretanto, deste lado da estrada, não devemos tentar antecipar essa observação retrospectiva. Se o fizermos, provavelmente estaremos abraçando o falso e desastroso avesso e fantasia de que tudo é bom e de que todo lugar é o Céu. Mas e a terra? – você perguntará. Imagino que, no fim, ninguém a achará um lugar muito diferente. Penso que, se escolhida em prejuízo do Céu, a terra acabará se revelando uma mera região no Inferno e, se colocada em segundo lugar, depois do Céu, se mostrará desde o início como uma parte do próprio Céu.
C.S. Lewis (The Great Divorce)