Empezar De Nuevo Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Empezar De Nuevo. Here they are! All 96 of them:

...nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo...
Julio Cortázar (Hopscotch)
—Nadie puede volver a empezar, por lo menos que yo sepa. Todos decimos que queremos encontrar una manera de empezar la vida de nuevo, pero las cosas no son así.
John Katzenbach (El psicoanalista)
Cómo me gustaría poder retroceder al año pasado y empezar de nuevo. La vida no te permite hacer eso. No es posible borrar el pasado, pero voy a tratar de hacer que otras personas lo olviden.
Simone Elkeles (Leaving Paradise (Leaving Paradise, #1))
Para pasar página, tengo que saber cómo empezar un nuevo capítulo.
Clara Cortés (Al final de la calle 118)
Y si lo tengo que escribir, prefiero hacerlo con lápiz para poder borrarlo todo inmediatamente, suprimiendo por completo esa parte de mi vida para que se disuelva en la nada y yo pueda empezar de nuevo, dibujándome como quiero ser, que es con una sonrisa de libertad y un corazón puro y un nombre que pueda escribir con mayúsculas porque no me dé miedo revelarlo en una carta garrapateada en un cobertizo.
Annabel Pitcher (Ketchup Clouds)
le entristeció pensar que alguien a quien consideraba tan brillante se pasara la vida ocupado en un trabajo tan aburrido, que no era más que el equivalente intelectual de los quehaceres domésticos de limpiar, ordenar, lavar y organizar, para luego pasar a la casa siguiente y empezar de nuevo.
Hanya Yanagihara (Tan poca vida (Spanish Edition))
en este mundo solo se asustan los que tienen algo que perder...
Isabel Keats (Empezar de nuevo (Ganadora Premio Digital))
El sujeto que te gusta siempre tendrá cierta ventaja. Él es el desorden actual de emociones. El que amas es sólo al que cuesta dejar atrás para empezar de nuevo.
Carolina Pineda (El pasillo)
Pero eso es lo maravilloso en el hombre; nunca se descorazona o disgusta tanto como para no empezar de nuevo. Sabe
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
Tus ideas sobre empezar de nuevo. O las de otro. No se empieza de nuevo. Ese es el quid. Cada paso que das es para siempre. No puedes eliminarlo. ¿Entiendes lo que te digo?
Cormac McCarthy (No Country for Old Men)
Cerrar los ojos. Cómo quisiera cerrar los ojos y empezar de nuevo y abrirlos después con la tardía lucidez que traen los años pero con la vitalidad que ya no tengo. Dios da pan al que no tiene dientes, pero antes, mucho antes, le dio hambruna al que los tenía. Linda trampa la de Dios. Después de todo, los refranes populares son algo así como un curriculum divino. Se armó la de Dios es Cristo: virulencia y furia. Dios los cría y ellos se juntan: conspiración y acoso. Dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César: repartija y prorrateo. Como Dios manda: prepotencia e imperio. Dios paso de largo: indiferencia y menosprecio. A Dios rogando y con el mazo dando: parapoliciales, paramilitares, escuadrones de la muerte, etc. Cuando Dios quiera: poder omnímodo. Dios nos libre y nos guarde: neocolonialismo. Dios castiga sin palo ni piedra: tortura subliminal. Vaya con Dios: malas compañías.
Mario Benedetti (Primavera con una esquina rota)
Creo que todos, los que estamos aquí y los que están en tantas otras partes, vivimos un desajuste. Unos más, otros menos, hacemos el esfuerzo por organizarnos, por empezar de nuevo, por poner un poco de orden en nuestros sentimientos, en nuestras relaciones, en nuestras nostalgias. Pero no bien nos descuidamos, reaparece el caos. Y cada recaída en el caos (perdoná la redundancia) es más caótica.
Mario Benedetti (Primavera con una esquina rota (Spanish Edition))
Me pasé la mañana luchando con la sensación de volutas descarriadas de un mundo intentando filtrarse por las grietas de otro. ¿Conocéis la sensación de empezar un libro nuevo antes de que el recuerdo del último haya tenido tiempo de cerrarse detrás de vosotros? Deja uno el libro anterior con ideas y temas —personajes incluso— atrapados en las fibras de la ropa y cuando abre el libro nuevo siguen ahí.
Diane Setterfield (El cuento número trece)
La causa nacional latinoamericana es, ante todo, una causa social: para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que empezar por derribar a sus dueños, país por país. Se abren tiempos de rebelión y de cambio. Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres. Montevideo, fines de 1970.
Eduardo Galeano (Las venas abiertas de América Latina (La creación literaria))
Resistir. Persistir. Todas las cosas, ninguna, nada. Andábamos por ahí como si no existiéramos. Los días se parecían. Y aunque durante toda la semana esperábamos el fin de semana, éste siempre nos decepcionaba y ya era lunes de nuevo; y todo volvía a empezar; y eso era la vida y nada más. Empezamos a entender lo que Pierre Anthon intentaba decirnos. Y también por qué los adultos tenían ese aspecto. Aunque hubiéramos jurado que nunca nos pareceríamos a ellos, había ocurrido. Y ni siquiera habíamos cumplido los quince. Trece. Catorce. Adultos. Muertos. ========== Nada (Janne Teller)
Anonymous
Del mismo modo, un cristiano no es un hombre que no peca nunca, sino un hombre al que se le ha concedido la capacidad de arrepentirse, levantarse del suelo y empezar de nuevo después de cada tropiezo… porque la vida de Cristo está en su interior, reparándolo en todo momento, permitiéndole que repita (hasta cierto punto) la clase de muerte voluntaria que Cristo mismo llevó a cabo. De
C.S. Lewis (Mero cristianismo)
Estoy mirando a sus ojos aterrorizados y, por primera vez desde que nos conocimos... creo que realmente lo entiendo. Todo de él. No reacciona de la manera que lo hace porque hay cinco diferentes lados de su personalidad. Reacciona como lo hace porque sólo hay un lado en Dean Holder. Apasionado. Es un apasionado sobre la vida, sobre el amor, sobre sus palabras, sobre Les. Y seré condenada si no estoy agregada a su lista. La intensidad que transmite no es desconcertante... es hermosa. He pasado tanto tiempo tratando de encontrar maneras de sentirme entumecida en cualquier oportunidad que tenga, pero al ver el entusiasmo detrás de sus ojos ahora mismo... me dan ganas de sentir cada cosa de la vida. Lo bueno, lo malo, lo bello, lo feo, el placer, el dolor. Quiero eso. Quiero empezar a sentir la vida de la misma manera en que él lo hace. Y mi primer paso para hacerlo, se inicia con este muchacho sin esperanza delante de mí, que está vertiendo su corazón, en busca de la palabra perfecta, deseando desesperadamente ayudarme a agregar el sentimiento de nuevo en la vida.
Colleen Hoover (Hopeless (Hopeless, #1))
Las más bellas morales humanas están todas fundadas sobre la idea de que es preciso luchar y sufrir para purificarse, elevarse y perfeccionarse; pero ninguna trata de explicar por qué es necesario empezar de nuevo sin cesar. ¿Dónde va, pues, en qué abismos infinitos se pierde, desde eternidades sin límites, lo que se ha elevado en nosotros y no ha dejado vestigios? ¿Por qué si el Anima Mundi es soberanamente sabia ha querido estas luchas y estos sufrimientos que jamás han llegado y que, por consecuencia, jamás llegarán al fin? ¿Por qué no haber puesto, al primer esfuerzo, todas las cosas al punto de perfección a que nosotros creemos que tienden? ¿Por qué es preciso merecer su dicha? Pero ¿qué méritos pueden tener los que luchan o sufren mejor que sus hermanos, puesto que la fuerza o la virtud que les anima no la tienen más que porque un poder exterior la ha puesto en ellos más propiciamente que en otros?
Maurice Maeterlinck (The Life of the White Ant)
Siempre me asusta escribir las primeras líneas, cruzar el umbral de un nuevo libro. Cuando he recorrido todas las bibliotecas, cuando los cuadernos revientan de notas enfebrecidas, cuando ya no se me ocurren pretextos razonables, ni siquiera insensatos, para seguir esperando, lo retraso aún varios días durante los cuales entiendo en qué consiste ser cobarde. Sencillamente, no me siento capaz. Todo debería estar ahí —el tono, el sentido del humor, la poesía, el ritmo, las promesas—. Los capítulos todavía sin escribir deberían adivinarse ya, pugnando por nacer, en el semillero de las palabras elegidas para empezar. Pero ¿cómo se hace eso? Mi bagaje ahora mismo son las dudas. Con cada libro vuelvo al punto de partida y al corazón agitado de todas las primeras veces".
Irene Vallejo (El infinito en un junco: La invención de los libros en el mundo antiguo)
Podemos empezar partiendo de algo muy pequeño. Abre un documento nuevo o coge una hoja de papel en blanco. Será nuestro lienzo. Recuerda lo que Miguel Ángel dijo sobre que la escultura estaba en el interior de la piedra, que estaba allí desde un buen principio, y que su trabajo consistía en extraerla. Tus palabras también están ahí.
Jennifer Niven (All the Bright Places)
—¿Que si creo en un anciano de barba blanca que vive en las nubes y juzga a los mortales con un código moral de diez mandamientos? ¡Cielo santo, querida Elly, claro que no! Me habría expulsado de esta vida hace años por mi alocada historia. ¿Que si creo en un misterio, en el inexplicable fenómeno que constituye la vida misma? ¿Que si creo en algo más grande que nosotros y que ilumina la inconsecuencia de nuestras vidas? ¿En algo que nos da una razón por la que luchar y la humildad para purificarnos y empezar de nuevo? Entonces sí, sí que creo en él. Es la fuente del arte, de la belleza, del amor, y ofrece la bondad suprema a la humanidad. Esto es Dios para mí. Esto es la vida, y es en esto en lo que creo.
Sarah Winman (When God Was a Rabbit)
Se vieron el sábado siguiente y todos los demás sábados de otoño, con Ferguson desplazándose en autobús desde Nueva Jersey hasta la terminal de Port Authority y cogiendo luego la línea IRT del metro hasta la calle Setenta y dos Oeste, donde se apeaba para luego caminar tres manzanas en dirección norte y otras dos en dirección oeste hasta el piso de los Schneiderman en Riverside Drive esquina con la Setenta y cinco, apartamento 4B, que se había convertido en la dirección más importante de la ciudad de Nueva York. Salidas a diversos sitios, casi siempre los dos solos, de vez en cuando con amigos de Amy, cine extranjero en el Thalia de Broadway esquina con la calle Noventa y cinco, Godard, Kurosawa, Fellini, visitas al Met, al Frick, al Museo de Arte Moderno, los Knicks en el Garden, Bach en el Carnegie Hall, Beckett, Pinter y Ionesco en pequeños teatros del Village, todo muy cerca y a mano, y Amy siempre sabía adónde ir y qué hacer, la princesa guerrera de Manhattan le enseñaba cómo orientarse por la ciudad, que rápidamente llegó a convertirse en su ciudad también. No obstante, pese a todas las cosas que hacían y todo lo que veían, lo mejor de aquellos sábados era sentarse a charlar en las cafeterías, la primera serie de incesantes diálogos que continuarían durante años, conversaciones que a veces se convertían en feroces discusiones cuando sus puntos de vista diferían, la buena o mala película que acababan de ver, la acertada o desacertada idea política que uno de ellos acababa de expresar, pero a Ferguson no le importaba discutir con ella, no le interesaban las chicas facilonas, las pánfilas llenas de mohínes que sólo perseguían imaginarios ritos amorosos, eso era amor de verdad, complejo, hondo y lo bastante flexible para albergar la discordia apasionada, y cómo no podría amar a aquella chica, con su implacable y penetrante mirada y su risa inmensa, retumbante, la excitable e intrépida Amy Schneiderman, que un día iba a ser corresponsal de guerra, revolucionaria o doctora entregada a los pobres. Tenía dieciséis años, casi diecisiete. La pizarra vacía ya no lo estaba tanto, pero aún era lo bastante joven para saber que podía borrar las palabras ya escritas, suprimirlas y empezar de nuevo siempre que su espíritu la impulsara a ello.
Paul Auster (4 3 2 1)
Esta crisis pasará, como pasará y se marchitará la memoria de los hombres: y también se olvidarán de que alguna vez desconfiaron de la ambición de los políticos, el pánico del 37 pasará a la Historia, igual que pasaremos nosotros y, como siempre, detrás de una gran crisis vendrá una gran guerra que servirá para que algunos hagan dinero de la industria de la destrucción, pero… —hizo una pausa, le sonrió con rabia—, no se preocupe, como le decía, porque el fin siempre justifica los medios: llegarán períodos de bonanza que sumirán a la población en un adormecimiento y un relax que los volverá confiados de nuevo, los bancos engordarán demasiado rápido, y la sensación de bienestar será tal, que un día las personas volverán a olvidarse de confirmar si sus monedas de oro y de plata siguen en sus cajas fuertes, y entonces, cuando el país parezca más invencible que nunca, ¡boom! —dio un palmada y Scraugh un brinco—, se desatará otra crisis que revelará que toda esa felicidad era humo, otro pánico, otra depresión y vuelta a empezar, la caída en dominó de todo un sistema que traerá otro. Pero no se preocupe, como le decía, porque la vida no le alcanzará para verlo. Espero haber contestado a su pregunta, señor Scraugh.
Vanessa Montfort (La leyenda de la isla sin voz (Spanish Edition))
Siguiendo el ejemplo de Francia, se podría restringir artificialmente la natalidad y de este modo evitar una superpoblación. La Naturaleza misma suele oponerse al aumento de población en determinados países o en ciertas razas, y esto en épocas de hambre o por condiciones climáticas desfavorables, así como tratándose de la escasa fertilidad del suelo. Por cierto que la Naturaleza obra aquí sabiamente y sin contemplaciones; no anula propiamente la capacidad de procreación, pero sí se opone ala conservación de la prole al someter a ésta a rigurosas pruebas y privaciones tan arduas, que todo el que no es fuerte y sano vuelve al seno de lo desconocido. El que entonces sobrevive, a pesar de los rigores de la lucha por la existencia, resulta mil veces experimentado, fuerte y apto para seguir generando, de tal suerte que el proceso de la selección puede empezar de nuevo. Actuando de ese modo brutal contra el individuo y llamándolo de nuevo momentáneamente a desaparecer, por no ser capaz de resistir la tempestad de la vida, la Naturaleza mantiene la Raza, la propia especie vigorosa y la hace capaz de las mayores realizaciones. La disminución del número implica así la vigorización del individuo y con ello, finalmente, la consolidación de la Raza. Otra cosa es que el hombre, por sí mismo, se empeñe en restringir su descendencia. Aquí es preciso considerar no sólo el factor natural, sino también el humano. El hombre cree saber más que esa cruel Reina de toda la sabiduría, la Naturaleza. Él no limita la conservación del individuo, sino la propia reproducción. Eso le parece a él (que siempre se ve a sí mismo y nunca a la Raza) más humano y más justificado que lo otro. Infelizmente, las consecuencias son también inversas. En cuanto a la Naturaleza, liberando la generación, somete, entre tanto, la conservación de la especie a una prueba de las más severas, escogiendo dentro de un gran número de individuos los que juzga mejores, y sólo a éstos preserva para la perpetuación de la especie; el hombre limita la procreación y se esfuerza denodadamente para que cada ser, una vez nacido, se conserve a cualquier precio. Esta corrección de la voluntad divina le parece ser tan sabia como humana, y él se alegra más de una vez por haber sobrepujado a la Naturaleza y hasta haber demostrado la insuficiencia de la misma. Y el hijo de Adán no quiere ver ni oír hablar que, en realidad, el número es limitado, pero a costa del abatimiento del individuo. Siendo limitada la procreación, por disminución del número de nacimientos, sobreviene, en lugar de la natural lucha por la vida (que sólo deja en pie al más fuerte y al más sano), como lógica consecuencia, el prurito de "salvar" a todo trance también al débil y hasta al enfermo, cimentando el germen de una progenie que irá degenerando progresivamente, mientras persista ese escarnio de la Naturaleza y sus leyes. El resultado final es que un pueblo tal perderá algún día el derecho a la existencia en este mundo, pues el hombre puede, durante un cierto tiempo, desafiarlas leyes eternas de la conservación, pero la venganza vendrá, más tarde o más temprano. Una generación más fuerte expulsará a los débiles, pues el ansia por la vida, en su última forma, siempre romperá todas las corrientes ridículas del llamado espíritu de humanidad individualista. En su lugar aparecerá una Humanidad natural, que destruirá la debilidad para engendrar la fuerza.
Adolf Hitler (Mi Lucha)
—Qué inoportuno eres, E’lir. ¿No ves que desentonas? Vuelve más tarde. —Giró de nuevo la cabeza, ignorándome. Di un resoplido y me incliné sobre el mostrador, estirando el cuello para leer lo que había escrito en la hoja de papel que Ambrose había dejado allí. —¿Que yo desentono? Por favor, pero si este verso tiene trece sílabas. —Di unos golpecitos con el dedo en la hoja—. Y no es verso yámbico. La verdad es que no sé si tiene alguna métrica. Ambrose giró la cabeza y me miró con irritación. —Cuidado con lo que dices, E’lir. El día que te pida ayuda para componer un poema será el día en que… —… será el día en que tengas dos horas libres —le interrumpí—. Dos horas largas, y eso será solo para empezar. «¿Así encuentra también bien el humilde tordo un suyo rumbo?» Mira, no sé por dónde empezar a corregir eso. No se aguanta por ninguna parte. —¿Qué sabrás tú de poesía? —dijo Ambrose sin molestarse en girar la cabeza. —Sé distinguir un verso que cojea cuando lo oigo —contesté—. Pero este ni siquiera cojea. La cojera tiene ritmo. Esto es como alguien cayendo por una escalera. Una escalera de peldaños irregulares. Con un estercolero al final. —Es un ritmo saltarín —me dijo con una voz tensa, ofendido—. Es lógico que no lo entiendas. —¿Saltarín? —Solté una risotada de incredulidad—. Mira, si viera «saltar» así a un caballo, lo sacrificaría por piedad, y luego quemaría su cuerpo para evitar que los perros lo mordisquearan y murieran.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Dayan se despertó sintiendo un cuerpo blando y delicioso pegado a su costado. Erinni. Ella le deslizaba los labios por el cuello y susurró su nombre. Dayan se estremeció. ¿Qué le hacía esta mujer? Cuando estaba con ella perdía el norte. O todavía peor, el corazón. Erinni se puso de rodillas a su lado, apartó la sábana que lo cubría y se colocó encima de él, dejando un camino de besos sobre su pecho. Cuando le deslizó una mano por el abdomen y le rodeó la polla con los dedos, él soltó un grito. –¡Oh! ¡Lo siento! –exclamó ella apartándose rápidamente, pero él la alcanzó y la devolvió al lugar en el que estaba. –Me has sorprendido, eso es todo. –Creí que te había hecho daño. –¿Daño? –La risa reverberó en su pecho–. No, me estaba gustando mucho. Sigue. Ella volvió a rodear la polla con la mano y pasó el pulgar por el glande. Erinni le estaba dando un nuevo significado a la palabra “placer”. Estaba seguro que cada gota de sangre de su cuerpo se estaba acumulando entre sus piernas. La presión era violenta, y cada roce depositaba otra sensación más sobre las que ya tenía. Entonces ella se deslizó hacia abajo. Dayan le enredó los dedos en el pelo y la guio hacia su pene. Con el primer contacto de su boca el deseo se descontroló y apretó los dientes. Levantó la cabeza porque tenía que mirarla, no podía perderse ni un momento mientras sentía su boca sobre él. Ella pestañeó, y sus calientes ojos lo golpearon directamente en el corazón. Aquella dulce boca abierta para él, con unos labios golosos perfectos para introducir su polla. La vio sacar la lengua para lamerlo como si fuera un caramelo. Ella gimió, y él perdió la razón. –Chúpamela –le ordenó–. Métela en la boca y chúpala. Erinni se limitó a arquear una ceja y a lamerle los testículos, deslizando el pulgar de arriba hacia abajo por toda la dura longitud. –No me gusta que me den órdenes. Dayan le dio un suave tirón en el pelo. Erinni se estaba burlando de él y eso era una mala idea. Se tensó y apretó la mandíbula mientras intentaba dominarse, pero ella deslizó la lengua una vez más y le rozó el sensible glande con los dientes. Gimió de placer. Jamás había sentido un deseo tan doloroso y al mismo tiempo tan… ¿perfecto? Se agarró la polla y la guio hacia la boca de Erinni. –Chúpamela ahora mismo –ordenó con voz tensa. No estaba bien, pero ya le pediría perdón después. Ahora mismo necesitaba sentir la húmeda y ardiente boca calentando su polla. En el momento en que ella enroscó la lengua allí, Dayan contuvo el aliento. El deseo lo consumió mientras Erinni movía la cabeza. Lo introdujo hasta el fondo de la garganta antes de empezar a chupar con fuerza. Dayan casi perdió la razón. Después ella le lamió el glande y le clavó las uñas en los muslos. El deseo creció con rapidez y lo llevó hasta los límites de su control. Dayan comenzó a jadear. Le tiró del pelo intentando detenerla. Las sensaciones ardientes y abrasadoras iban en su contra. Por todos los dioses, no iba a durar mucho tiempo. Pero se negó a correrse en su boca. Lo haría en su coño porque aquél se había convertido en su lugar favorito. A pesar de lo mucho que le gustaba su boca, necesitaba estar dentro de su parte más íntima, haciéndola llegar al orgasmo una y otra vez antes de dejarse llevar también por la locura. Pero primero tenía que emborracharse con su sabor, sentir su jugosa miel en los labios y la lengua. La apartó de su polla y ella gimió de frustración. La sorprendió cuando la rodeó con los brazos y la alzó sobre su propio cuerpo, colocando los muslos de Erinni a ambos lados de su cabeza. (Dayan y Erinni. Capítulo 7, parte A.)
Alaine Scott (La hechicera rebelde (Cuentos eróticos de Kargul #2))
Puesto que este bautismo comporta un reconocimiento de la culpa y una petición de perdón para poder empezar de nuevo, este sí a la plena voluntad de Dios encierra también, en un mundo marcado por el pecado, una expresión de solidaridad con los hombres, que se han hecho culpables, pero que tienden a la justicia. Sólo a partir de la cruz y la resurrección se clarifica todo el significado de este acontecimiento.
Pope Benedict XVI (Jesús De Nazaret (Jesus de Nazareth) (Spanish Edition))
Las cosas pueden empezar más de una vez, o de modos distintos. Uno podía creer que estaba comenzando algo nuevo cuando en realidad no hacía más que repetir lo que venía haciendo hasta entonces. Se había enfrentado a sus flaquezas y las había superado, así que el verdadero viaje se iniciaba ahora.
Rachel Joyce (The Unlikely Pilgrimage of Harold Fry (Harold Fry, #1))
Verse obligado a convenir (o a disentir, que para el caso es lo mismo) sobre temas desprovistos de la menor entidad, cuestiones generadas por la gran máquina de aniquilar que envenena a las sociedades actuales, es un asunto de una infamia insuperable, de una cobardía enraizada en la claudicación del espíritu. Jornadas de agotadoras reuniones en las que todos mienten o improvisan tonterías para salvar el pellejo, con vistas a la única divinidad probadamente milagrosa del dinero, aunque sea fino negarla, temblando detrás del espejismo de la seguridad y otras piadosas anestesias. Esos orgullos que se exhiben en los televisores, después de cuarenta años de ejercer esto o aquello, de vilezas comprobables, de cobardías y traiciones y complicidades a la vista de quienes quieran ver (que son tan pocos), mientras los pueblos ignaros, vulgares, malolientes, arrastran sus hambres, sus súplicas, sus furias desdentadas, sus vergonzosas miserias por las mismas pantallas de los mismos televisores, demuestran que vivimos en un medioevo electrónico, en un mundo sin salida para la condición humana. Ese es el juego en el que todos pierden, el juego que jugamos. Abstenerse de él tal vez no sea posible. La salvación individual es una loca fantasía. Y el pañuelo febril de la denuncia tampoco sirve de nada, porque no existe la instancia ante quien denunciar. Porque nada es nada. Porque nadie es nadie. Sólo resta la resignación, esa virtud sin honra del hombre degradado. Parafraseando a Valéry, nosotras las civilizaciones, sabemos ahora que hemos fracasado. Muy poco hemos apostado al ser. Todo ha sido ofrendado dócilmente en el sagrario del estar, en los altares del poder. Y hemos dejado morir al ser de inanición. Hemos llegado al fin. Tal vez tengamos que empezar de nuevo, no ya desde el fuego como elemento de la naturaleza, sino desde el fuego del hombre como elemento del alma, como milagro de Dios o, acaso, de la Nada.
Anonymous
Un pequeño de cinco años, Florencio “Floro” Madero, fue testigo del cómico primer ensayo fotográfico en el Río de la Plata. El hecho tuvo lugar en Montevideo, en junio de 1845, en la casa de su padre, Juan Nepomuceno Madero. En realidad, el experimento se llevó a cabo en el jardín; adonde, por la necesidad de luz, llevaron el sofá y los dos sillones de caoba, tapizados en forro negro de crin de la sala. A cargo del aparato para tomar fotos —el daguerrotipo— estaba Florencio Varela, tío del niño. Entre los modelos que posaron también había otros dos tíos de Floro: Toribio y Jacobo Varela. Completaban el cuadro un hijo y un yerno de Mariquita, Juan Thompson y Juan Antonio Tresserra. Toribio Varela y Juan Madero se ubicaron en los sillones de los costados. Jacobo Varela (en el centro), Juan Thompson (a la derecha) y Juan Tresserra (a la izquierda) ocuparon las tres plazas del sofá. Las mujeres no fueron invitadas a la actividad (tampoco Floro por ser pequeño), pero cuando los señores se mantenían quietos, muy quietos, petrificados, para que no se tomara una imagen movida y se arruinara la placa fotográfica —era necesario permanecer inmóvil durante varios minutos— llegaron las hermanas Artigas. Al cruzar por el patio rumbo al interior de la casa, disimularon la sorpresa que les causaba ver los muebles en el jardín y los hombres inmóviles. Pero, como correspondía, saludaron: —Muy buenas tardes, señores. Las estatuas vivientes, temerosas de arruinar la foto, no respondieron. —Buenas tardes, señores —repitieron las chicas. Tampoco hubo respuesta. Indignada, Rosalía Artigas le clavó la vista al correctísimo hijo de Mariquita y, casi en tono de reprimenda, le lanzó: —¡Buenas tardes, señor Thompson! Y Juan Thompson, atrapado entre el dilema de ser un descortés, por un lado, y de arruinar la foto, por el otro, buscó una solución salomónica: intentó responder como un ventrílocuo. Tan mal le salió, que provocó la carcajada de sus compañeros. La foto se arruinó. Floro recordaría en su adultez de qué manera los caballeros se lanzaron sobre las mujeres para ofrecerles sus sentidas disculpas. Un par de décadas más tarde, Floro —hermano de Eduardo, quien ideó Puerto Madero— se convertiría en uno de los favoritos de las reuniones sociales con las ocurrencias y el ingenio para atrapar a todos. Era muy amigo de Emilio Castro, quien poseía terrenos en Almagro, una zona que comenzaba a poblarse por la llegada del ferrocarril. Antes era descampado, pero la irrupción del medio de transporte permitió que mucha gente se mudara del centro. Ya no hacía falta vivir a pocas cuadras del lugar de trabajo. Era el tiempo ideal para lotear la tierra y venderla. Castro le pidió a Madero que se encargara del remate. Floro inventó un sistema de promoción nunca antes visto. Pactó con panaderías para que, en la semana del remate, quienes desayunaran con pan encontraran adentro del mismo una tarjeta. Sí, una tarjeta adentro del pan que anunciaba: “Gratis, Tranway del señor Lacroze para el gran remate de 200 lotes en el nuevo pueblo de Almagro, el domingo próximo, por Florencio Madero”. La convocatoria fue un éxito, pero el gobernador porteño le dijo que lo multaría “por haber atentado contra la salud del vecindario”. El gobernador era el mismísimo Emilio Castro. En 1867, Daniel María Cazón reunió a los amigos en su quinta del Partido de Tigre (ubicada en la avenida Liniers al 2100) y les ofreció un picnic. ¿Qué se entendía por picnic en aquellos años? Se trataba de una comida ligera, informal y al aire libre. Además, los comensales no eran atendidos por el personal de la casa, sino que cada uno se las arreglaba por su cuenta. ¿Qué celebraba Cazón? Su reciente nombramiento como Venerable Maestro de la Logia Confraternidad Argentina. ¿Quiénes eran los invitados? Floro Madero, por empezar. Vicente Fidel López, bromista como Madero. Bernardo de Irigoyen, playboy y
Anonymous
Una buena receta para todo matrimonio y toda familia: el buen humor; reírse de nuestros defectos y manías y también de las del otro; pedirse perdón y bajar la cabeza, aunque a lo mejor siempre cede el mismo… No importa. Hay que aprender a volver a empezar y ser de nuevo feliz. No podemos ser esclavos de nuestro orgullo, que siempre nos juega malas pasadas.
Rosa Pich-Aguilera Roca (¿Cómo ser feliz con 1, 2, 3... hijos?)
Escribe Murray: “Ser padres de nuevas congregaciones…es el instinto natural de los que han nacido de nuevo por el Espíritu, de los que Él ha reunido en familias locales de cristianos
Joel Comiskey (Plantando Iglesias que Reproducen: Empezar una Red de Iglesias Sencillas (Spanish Edition))
El agravante mayor es que él estuvo ahí. Cierto es que no se acercó a Pinochet para decirle: «General, lo felicito por su golpe». No. Pero estuvo ahí. Después de todo, Frei era el presidente del Senado. Él tenía que representar y defender la institucionalidad chilena. Después del Presidente de la República, el presidente del Senado es la segunda autoridad constitucional del país. Entonces, ¿cómo aceptar que la segunda autoridad del país esté allí legitimando un golpe militar que, para empezar, lo estaba despojando de su alta investidura? Tal vez creyó que la Junta Militar entregaría rápidamente el poder a... el presidente del Senado. O sea, a él. O que llamarían a nuevas elecciones, en cuyo caso su postulación sería de nuevo ganadora. Bueno, cualesquiera fueran las ideas que tenía, lo cierto es que ahí estuvo. Como por si acaso... A la expectativa.
Gabriel Salazar (Conversaciones Con Carlos Altamirano)
Desde aquel día tengo una predilección especial por las amapolas. Su color intenso, su forma de crecer sin ayuda de cultivo previo; su extraordinaria anarquía, las hacen especiales para mí. Creo que si su vida fuese más larga y su tallo más fuerte, serían más preciadas que las rosas. Son como el amor, frágil, desordenado, bello, intenso, pero la mayoría de las veces fugaces, demasiado efímeras. Tal vez ahí resida su encanto, aunque duela.
Antonia J. Corrales (Qué no daría yo por empezar de nuevo (Spanish Edition))
La flor que más se parece al amor: frágil, bella y anárquica como él.
Antonia J. Corrales (Qué no daría yo por empezar de nuevo (Spanish Edition))
La vida pasa demasiado atropellada como para perder un solo minuto en añorar a nadie, en dar explicaciones o en buscarlas. Al menos para mí. Fiel a mis principios,
Antonia J. Corrales (Qué no daría yo por empezar de nuevo (Spanish Edition))
perder
Antonia J. Corrales (Qué no daría yo por empezar de nuevo (Spanish Edition))
explicaciones
Antonia J. Corrales (Qué no daría yo por empezar de nuevo (Spanish Edition))
con
Antonia J. Corrales (Qué no daría yo por empezar de nuevo (Spanish Edition))
Amar no significa dejar de ser uno mismo, sino todo lo contrario.
Antonia J. Corrales (Qué no daría yo por empezar de nuevo (Spanish Edition))
Pasamos décadas huyendo de ella, esquivando los golpes que intentan abatirnos, levantándose una y otra vez para volver a empezar de nuevo. La soledad. Ese monstruo que, con el paso de los años, acabamos transformando en la justificación de nuestros fracasos.
Laura Riñón Sirera (Amapolas en octubre)
Quiero comenzar desde hoy; quiero empezar a estudiar como Stardi, con los puños y los dientes apretados; quiero ponerme a ello con toda la fuerza de mi voluntad y de mi alma; quiero vencer el sueño por la noche, saltar de la cama muy temprano, martillarme el cerebro sin descanso y fustigar sin piedad la pereza; fatigarme, sufrir y hasta enfermar, con tal de no arrastrar más esta vida floja y abandonada que me envilece y llena de tristeza a los demás.¡Ánimo y al trabajo! ¡Al trabajo con toda mi alma y con todas mis fuerzas! ¡Al trabajo, que me dará el reposo dulce, los juegos placenteros, el comer alegre! ¡Al trabajo, que me dará de nuevo la bondadosa sonrisa de mi maestro y el bendito beso de mi padre!
Edmondo de Amicis
Antes de la guerra, había parecido imposible que tales terrores y matanzas, si es que llegaban a empezar, pudieran durar más de unos meses. Después de los dos primeros años era difícil creer que pudieran terminar algún día. Parecíamos separados de la antigua vida por un abismo inconmensurable: la capacidad humana de adaptación nos había habituado a los horrores del nuevo ambiente. A lo lejos brillaba una pálida estrella de paz y hogar, pero en las cercanías rugía la tempestad con furia incesante y más bien creciente. Año tras año todos los optimistas habían quedado desacreditados, las sanas esperanzas desvanecidas y la nación británica se había resignado pacientemente a proseguir su labor sin preguntar cuándo terminaría.
Winston S. Churchill (La crisis mundial 1911-1918: Su historia definitiva de la Primera Guerra Mundial (Spanish Edition))
Esta facultad de vivir en el presente y de empezar de nuevo cada mañana como el primer día, producía una segunda y valiosa aptitud: mister Lloyd George parecía tener en esta época un poder especial de extraer de la desgracia misma los medios de su éxito futuro. De las devastaciones de la guerra submarina sacó el sistema de los convoyes; del desastre de Caporetto sacó el Consejo Supremo de la Guerra, y de la catástrofe del 21 de marzo sacó el mando único y el inmenso refuerzo americano.
Winston S. Churchill (La crisis mundial 1911-1918: Su historia definitiva de la Primera Guerra Mundial (Spanish Edition))
Todo en ella era dulzura y entrega a los demás. Sabía bien lo escasas que eran esas cualidades y era un egoísta: las quería para sí.
Isabel Keats (Empezar de nuevo)
pase lo que pase, estamos vivos. Estamos. Y, mientras estemos, siempre podremos empezar de nuevo y darnos cuenta de que la felicidad no se busca, simplemente se vive... en cada mirada, en cada gesto, en cada sonrisa y en cada momento que la sentimos, aunque sea fugazmente. Ahora mismo no soy feliz, pero sé que este sol que asciende frente a mis ojos me está dando la oportunidad de serlo o, por lo menos, de intentarlo. Y, si no lo consigo, mañana u otro día quizás sí, porque nunca es tarde para cumplir sueños, nunca es tarde para hacer lo que deseas, nunca es tarde para convertirte en lo que quieres ser, nunca es tarde para ser feliz. Nunca es tarde para vivir.
Javier Martínez (Nunca es tarde (Aquí y ahora, #3))
Empezar de nuevo tras una tormenta sólo es posible si cierras los ojos y hueles la tierra mientras destruyes los castillos que construiste con ella.
Patricia Benito (Primero de Poeta)
Sísifo lo tenía más crudo que ninguna de nosotras, o eso me pareció: estaba condenado a empujar día y noche, sin descanso, una pesadísima piedra hasta lo alto de una montaña. La gracia era que, en cuanto llegaba a la cima, la piedra rodaba y aparecía otra vez abajo, de modo que a Sísifo no le quedaba otra que empujarla de nuevo, y vuelta a empezar. Esto duraba toda la eternidad, me explicó mi madre, cerrando el libro. Con la cabeza hundida en la trinchera de mi almohada me quedé esperando una moraleja, un final feliz, una recompensa por tanto esfuerzo. Y debí de decírselo, porque en un momento dado me pasó un mechón de pelo por detrás de la oreja y me explicó que la tarea de Sísifo no tenía más sentido que la de lavar los platos o hacer las camas, actividades que realizábamos una y otra vez hasta que nuestro cuerpo decía basta y la palmábamos.
Mary Karr (The Liars' Club)
Ya he cruzado ese desierto y sé que lo he dejado atrás. Y aunque hay días en los que todavía me sorprende el arrepentimiento, la certeza de que nunca volveré a ser feliz como aquellos días de música interminable y ciudades esplendorosas, días siempre dorados a la luz de infinitas copas de champán y ramos de rosas tan rojas, sé que la oportunidad de empezar de nuevo ha sido lo mejor que podría haberme ocurrido.
Mónica Gutiérrez Artero (Un hotel en ninguna parte)
Ahora estás aquí. Podemos empezar de nuevo. Sabes que eres tú. Siempre has sido tú.
Jessica Love (In Real Life)
Progresa. Solo progresa. Está bien tener reveses y la necesidad de volver a hacerlo. Está bien trazar una línea en la arena y empezar de nuevo… y de nuevo. Solo asegúrate de seguir moviendo la línea hacia delante. Avanza. Da pasitos de bebé, pero al menos da pasos que impidan que te quedes atascada. Entonces vendrá el cambio. Y será bueno.
Lysa TerKeurst (Emociones fuertes---decisiones sabias: El arte de decidir lo mejor cuando sientes lo peor (Spanish Edition))
Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.
Julio Cortázar
–Eso le prometieron al país –dice Vicente, con convicción. –¿Y tú de verdad les crees? –Eso le prometieron al país. –¿Tú les crees a los políticos? –No, pero le creo al movimiento ciudadano. Y a los diputados jóvenes, a los diputados nuevos. –Esos cabros de mierda no saben nada, recién van a empezar en su primera pega.
Alejandro Zambra (Poeta chileno)
Ahora no sabía si se estaba muriendo de amor o era la insoportable, la inconmovible agonía de desandar la vida y empezar a caminar de nuevo.
Aminta Buenaño (Mujeres divinas)
Mi torre no debe parecerse a las demás, ni la comparo con ellas. No se trata de que sea todo lo alta posible. Debe además corresponderse con mi naturaleza.
Anselm Grün (Atrévete a empezar de nuevo)
Cuando abandones el culpabilizar a los demás o intentar entender por qué ocurrió tal o cual cosa, puedes empezar a escribir una nueva historia y comenzar un nuevo capítulo en tu vida. Con amor, desvía tu atención de la culpa y de sentirte una víctima y concédete todas las herramientas y apoyo posibles para sanar y enraizarte en el presente.
HeatherAsh Amara (Tu diosa guerrera interior: Conviértete en la mujer poderosa que llevas dentro (Crecimiento personal) (Spanish Edition))
Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde o, en mi caso, demasiado pronto para ser quien quieres ser. […] Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa. Y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo. F. SCOTT FITZGERALD
Robin S. Sharma (El club de las 5 de la mañana: Controla tus mañanas, impulsa tu vida)
así mismo aquello por lo que te pagan hoy puede no ser lo mismo dentro de cinco o diez años, el mundo evoluciona constantemente y cada día surgen nuevos trabajos y ocupaciones y por último, aquello en lo que eres bueno se adapta a las nuevas habilidades que desarrollas a través del aprendizaje continuo y las nuevas herramientas que surgen en el mercado. Así que no te sientas mal o confundido si crees que el ikigai que estableciste hace uno o dos años no es congruente con las acciones que estás realizando ahora, solo tómate el tiempo de reformularlo y centrar tu energía, tu tiempo y tu esfuerzo en la dirección correcta. Así que si eres un abogado y a los cincuenta años te has dado cuenta que la fotografía es lo que amas, el mundo la necesita, te pagan por hacerlo y eres realmente bueno en ello, ¡está bien! Adelante. Nunca es tarde para hacer lo que realmente amamos. O si estudiaste medicina, por ejemplo, porque tu papá soñaba verte convertido en un gran médico pero sabes que no es lo que realmente amas, el momento es ahora para empezar a estudiar lo que siempre has querido, sin tener que dejar tu trabajo actual, transforma tu futuro y conviértelo en el escenario perfecto para proyectar aquellos sueños que arden en tu corazón,
Andrea Rodríguez (9 hábitos japoneses que cambiarán tu vida)
Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde o, en mi caso, demasiado pronto para ser quien quieres ser. […] Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa. Y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo.
Robin S. Sharma (El club de las 5 de la mañana: Controla tus mañanas, impulsa tu vida)
Nadie puede volver atrás y empezar de nuevo, pero cualquiera puede comenzar hoy y generar un nuevo
Judson Brewer (Deshacer la ansiedad)
La vida es una aventura incierta en un paisaje difuso, de límites en continuo movimiento, donde las fronteras son artificiales; donde todo puede acabar y empezar de nuevo a cada instante, o terminar de golpe, como un hachazo inesperado, para siempre jamás. Donde la única realidad absoluta, compacta, indiscutible y definitiva, es la muerte. Donde sólo somos un pequeño relámpago entre dos noches eternas y donde, princesa, tenemos muy poco tiempo. —
Arturo Pérez-Reverte (La tabla de Flandes)
Nuestro tiempo libre es un bien precioso que merece nuestra atención para dedicarnos a construir nuestros sueños y a avanzar en nuestras metas de vida formando nuevos hábitos positivos que nos acerquen poco a poco a nuestros objetivos
Frank Mullani (MOTIVACION - Como Estar Siempre Motivado: 7 Dias Para Una Transformación Total Positiva - Descubra Como Estar Motivado y Como Empezar Cada Dia con Actitud)
No soy muy buena para hablar con la gente, punto. Y, de todos modos, lo que necesito no es un amigo. No en este momento, cuando prefiero pintar a intentar encajar con los demás. Necesito una mamá que no me mire como si fuera un mueble usado que no combina con el estilo de la casa. Necesito empezar de nuevo. Necesito una vida de verdad.
Akemi Dawn Bowman (Starfish)
Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa. Y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo.
Robin S. Sharma (El club de las 5 de la mañana: Controla tus mañanas, impulsa tu vida)
Esto no pretende disuadir a las personas de empezar su propio negocio. Sin embargo, tienes que conseguir ser bueno en la parte empresarial de tu trabajo.
Allan Dib (El Plan de Marketing de 1-Página: Consigue Nuevos Clientes, Gana Más Dinero, Y Destaca Entre La Multitud)
Hay varias áreas de tu negocio donde puedes empezar a buscar puntos de eficiencia. Puede que intentes mejorar al 50% tus habilidades de negociación. Esto, a su vez, puede que te ayude a renegociar con proveedores clave y conseguir una mejora notable en tu precio de compra.
Allan Dib (El Plan de Marketing de 1-Página: Consigue Nuevos Clientes, Gana Más Dinero, Y Destaca Entre La Multitud)
—Lo mejor de empezar de nuevo —dijo Merk— es que siempre hay un mañana.
Morgan Rice (El despertar de los dragones (Reyes y hechiceros, #1))
De la crisis de hoy, surgirá una Iglesia que habrá perdido mucho. Ya no podrá usar las estructuras que construyó en sus años de prosperidad. La reducción de su número de fieles hará que pierda parte importante de sus privilegios sociales. Se volverá pequeña y prácticamente tendrá que empezar de nuevo. Será una Iglesia espiritual, y no exigirá un mandato político coqueteando con la Derecha un minuto y con la Izquierda al siguiente. Será pobre y será la Iglesia de los pobres.
Papa Benedicto XVI
Pero para ir a cualquier sitio, para empezar de nuevo, hay que dejar algo atrás. Mi familia. Mi casa.
Patricia Engel (It's Not Love, It's Just Paris)
Cuando esté aprendiendo algo nuevo, es buena idea empezar con un sólo método de aprendizaje, tal vez comenzar con su método favorito.
I.C. Robledo (Herramientas Intelectuales de los Genios: 40 Principios que le Harán Más Inteligente y le Enseñarán a Pensar Como un Genio)
Y un día el Viento, cansado de tantas cédulas y pasaportes, de tantos carnets y documentos, de tantos cronicones y títulos heráldicos, de tantas confirmaciones y bautizos, de tantas legalizaciones notariales, de tantos gloriosos epitafios, y de tantos porteros y soldados para guardar tanto epitafio (no hay más que epitafios), un día el Viento, digo, soplará malhumorado y se llevará todos los registros de la Tierra. No quedarán, entonces, ni los nombres. ¡Ni un nombre ni una fecha! ¡Y todos… hospicianos otra vez! ¡Hospicianos!… Hijos legítimos de la cópula oscura de la arcilla y el Viento… Y otra vez, de nuevo… ya empezar desnudos, absolutamente desnudos, como en la primera página del Génesis.
León Felipe
Los concesionarios de automóviles hacen uso del principio del contraste esperando hasta que se ha negociado el precio de un coche nuevo antes de empezar a sugerir un accesorio tras otro. Cuando han llegado a un acuerdo de varios miles de dólares, pagar un par de cientos parece, en comparación, algo insignificante. Lo mismo ocurre con los gastos añadidos de accesorios como lunas tintadas, neumáticos mejores o embellecedores, que el vendedor va sugiriendo después. El truco está en hablarles de las opciones de una en una, de tal modo que su pequeño precio parezca poca cosa en comparación con el mayor precio ya decidido del coche. Como pueden atestiguar los experimentados compradores de coches, en muchos casos resulta un precio final desproporcionadamente alto a partir
Robert B. Cialdini (Influencia. La psicología de la persuasión (Spanish Edition))
Perdonar ¿Por qué no puedo perdonar y odio con frenesí abatido? ¿Por qué no puedo parar de escarbar en heridas antiguas? Es tan difícil seguir cuando se vive en el pasado, el presente es sólo un rato, para el futuro tiempo no hay. Y todos los dolores, y todas las angustias pesan como piedra de un ahogado. ¿Adónde buscar una vida nueva? ¿Y cómo empezar de nuevo? ¿Hay sentido en esto? ¿Hay sentido buscar para mi alma paz si sólo soy una estrella fugaz?...
elena bisserova (Tiempo cerrado)
El mejoramiento ha llevado siglos y nada ha pasado. No necesitamos un mejor hombre, ¡basta de eso! Ahora queremos un hombre totalmente nuevo, discontinuo del pasado. Queremos empezar de nuevo, como si fuéramos Adán y Eva recién expulsados del Edén. Quiero un nuevo principio, porque siempre es más fácil hacer una casa nueva que renovar una vieja. Esta casa vieja ha sido renovada muchas veces, y ustedes siguen renovándola, apuntalándola de este lado y de este otro, y se sigue cayendo. Sigue y sigue, una y otra vez. Y, sin embargo, no se hartan de ella. Quieren seguir viviendo en ella, aun si su vida está en peligro… y así es como es. La humanidad ha llegado a una etapa en la que, si continuamos con los viejos moldes, el hombre está terminado. Sólo hay una esperanza: si comenzamos
Osho (Moral, inmoral y amoral: ¿Qué está bien y qué está mal? (Spanish Edition))
Espero que vivas una vida de la que estés orgulloso. Si descubres que no es así, espero que tengas la fuerza para empezar de nuevo".
F. Scott Fitzgerald
«El que adora se asoma a Dios.» O lo que es lo mismo: el que adora se asoma a la nitzutz. Adorar es descubrir que «viajamos» juntos. Se trata de la máxima expresión de la inteligencia humana. Sólo adoran los sabios; es decir, los que han «despertado», los que no dudan en empezar de nuevo, constantemente. Sólo adoran los que empiezan a saber algo de sí mismos… Y comprendí: yo jamás había adorado a Dios. Confundí al Padre con la religión. Adorar, en realidad, es un simple y bellísimo gesto de gratitud. Es lo menos que se debe ofrecer al que nos ha imaginado. Entonces, al arrodillar el alma, Él te levanta a la altura de sus ojos. Jamás, como criatura humana, podrás estar tan próxima al poder y a la fuerza. Es el instante sagrado que bauticé, acertadamente, como «principio Omega». Al adorar, al abandonarse a la voluntad del Padre, el alma entra en la edad de oro. Y repitió: la creación se enciende a nuestro favor. Ya nada es lo mismo. La primitiva criatura humana se ha declarado amiga del Número Uno. ¿A qué más puede aspirar un Dios?
J.J. Benítez (Jordán. Caballo de Troya 8 (Spanish Edition))
Sísifo está condenado a encaramar una piedra a la punta de un cerro. Cuando lo logra se viene abajo y hay que empezar de nuevo. He vivido en carne propia estas ignominias y, ya que estamos hablando de bomberos, toda esta burocracia e indignidades son motivos más que suficientes para prenderle fuego al edificio de los torturadores.
Eric Golès (Lady Byron: Detective artificial (Spanish Edition))
El monje cerró los ojos un momento. ¡Su maestro lo sabía! Se dio cuenta de que la única manera de poder dejar atrás nuestra antigua vida era eliminando las patéticas dependencias que nos impiden atrevernos con cosas inéditas y emprender nuevas aventuras. Mientras nos aferremos a la seguridad, la vida nos empujará por un precipicio. Cuando una ola del destino nos derriba, es hora de empezar de nuevo. La pérdida y la despedida siempre tienen un sentido. Dios escribe derecho con renglones torcidos.
Shiva Ryu (No pongas un punto donde Dios puso una coma: Historias de sabiduría para momentos de adversidad (Relatos) (Spanish Edition))
—No eres un monstruo —le digo. Al tacto de mi mano, su rostro está frío como el de un cadáver—. Todos estos años, he estado equivocado. Eres un bravucón, y un arrogante, y un imbécil, pero no eres un monstruo. Baz intenta apartar la cara, pero se la sujeto más fuerte. Abre los ojos, que son dos pozos grises y negros de dolor. No lo soporto. Gruño de nuevo. El fuego vuelve a soplar. —Me merezco esto —responde. Niego con la cabeza. —Bueno, pero yo no me lo merezco. —Entonces vete. Veo el fuego titilar en sus ojos, lo cual quiere decir que quizá ya estemos completamente rodeados. —No me voy a ir —respondo—. Nunca te he dado la espalda. No voy a empezar a hacerlo ahora.
Rainbow Rowell (Carry On (Simon Snow, #1))
La mente no es ni más ni menos que un ordenador biológico. El niño nace sin mente; en su interior no hay cháchara. Este mecanismo tarda entre tres y cuatro años en empezar a funcionar. Y se ha observado que las niñas empiezan a hablar antes que los niños, que son más parlanchinas, porque poseen un ordenador biológico de mejor calidad. Hay que introducirle información, y por eso, cuando intentas recordar tu vida te quedas estancado a la edad de cuatro años si eres hombre, o la de tres años si eres mujer. Después hay un vacío. Estabas allí, debieron de ocurrir muchas cosas, pero al parecer ningún recuerdo ha quedado registrado, no recuerdas nada. Sin embargo, sí puedes recordar con claridad hasta los tres o cuatro años de edad. La mente recoge sus datos de los padres, del colegio, de otros niños, de los vecinos, los familiares, la sociedad, las iglesias... Hay multitud de fuentes. Y te habrás dado cuenta de que cuando empiezan a hablar, los niños pequeños repiten la misma palabra muchas veces, por el gozo que les produce que haya empezado a funcionar un nuevo mecanismo.
Osho (El libro del ego)
Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengamos historia, no tengamos doctrina, no tengamos héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como una propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.
Anonymous
Las buenas noticias son éstas: Dios nos sirve la vida en pequeños pedazos llamados horas, días, semanas, meses y años. Cada nuevo día, semana, mes y año trae consigo una oportunidad para empezar de nuevo.   El profeta Isaías nos dice lo que Dios quiere hacer en su vida.
Jorge Cota (Cómo superar el fracaso: Descubre lo nuevo que Dios tiene para ti (Spanish Edition))
Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo
Julio Cortázar
Necesitas una gran voluntad para adoptar los Cuatro Acuerdos, pero si eres capaz de empezar a vivir con ellos, tu vida se transformará de una manera asombrosa. Verás cómo el drama del infierno desaparece delante de tus mismos ojos. En lugar de vivir en el sueño del infierno, crearás un nuevo sueño: tu sueño personal del cielo.
Miguel Ruiz (Los Cuatro Acuerdos: Un libro de la sabiduría tolteca)
Es mucha la podredumbre para arrojar al fondo del mar en el camino de la reconstrucción de América Latina. Los despojados, los humillados, los malditos tienen, ellos sí, en sus manos, la tarea. La causa nacional latinoamericana es, ante todo, una causa social: para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que empezar por derribar a sus dueños, país por país. Se abren tiempos de rebelión y de cambio. Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres.
Eduardo Galeano (Open Veins of Latin America: Five Centuries of the Pillage of a Continent)
No puedes retroceder y empezar de nuevo, pero sí puedes comenzar ahora y construir un final distinto.
Michelle Cohen Corasanti (Como el viento entre los almendros)
¿Si no puedes ser disciplinado en las pequeñas cosas como tender la cama por las mañanas o doblar y colgar tus pantalones por la noche, cómo esperas ser disciplinado para las grandes cosas como empezar esa gran novela, empezar un nuevo negocio o tener el cuerpo de tus sueños?
Jorge Balderas Gálvez (Lucifer, Príncipe en el Exilio (Lucifer Príncipe en el Exilio nº 1) (Spanish Edition))
Tal vez estés trabajando en algo que no te interesa, un trabajo al que accediste en un momento en que no tenías alternativa y necesitabas trabajar sí o sí; quizá cuando quisiste empezar una carrera no se dieron las condiciones para que pudieras hacerlo. Hoy han pasado los años y piensas que ya es tarde, que estas viejo, que estás cansado, que no tienes tiempo. Todo esto son excusas que te impiden ir por mas, por mucho más. Así es como nos acostumbrarnos a sobrevivir sin arriesgarnos a pensar en lo nuevo, en lo mejor y en lo excelente que está a nuestro alcance si nos atrevemos a romper con viejos ritos, costumbres y paradigmas obsoletos. Los seres humanos tendemos a conformarnos y a aferrarnos a lo conocido por miedo a perder lo que ya hemos conseguido. Emprende revisión correctiva para dejar atrás lo absoluto, lo que te detiene, y avanza hacia lo que si te dará nuevos resultados. No fuimos creados para vivir en medio de la insatisfacción y el estrés continuos, ni sumidos en la depresión o la frustración, todo lo contrario: disponemos de potencial, fuerzas y energía para cuestionar los imposibles y meternos en un mundo en el que, para los que tienen fe, nada es imposible.
Bernardo Stamateas
desnudarse de su existencia equivocada y encontrar el punto preciso donde pudiera empezar de nuevo.
Leonardo Padura (Pasado perfecto (Mario Conde, #1))
Ha llegado el momento de un nuevo comienzo, de empezar de cero. Dios no ve las marcas de tu pasado. En cambio, te dice: «Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos» (Isaías 49.16, NTV). Dios ha grabado tu nombre donde puede verlo. Y a fin de cuentas, ese es el único tatuaje que importa.
Max Lucado (Antes del amén: El poder de una oración sencilla (Spanish Edition))
No quiero empezar hasta no estar totalmente seguro’. Esta vaca me daba la tranquilidad de creer que estaba siendo responsable, pero lo que en realidad hizo fue impedirme realizar numerosos proyectos, esperando el momento propicio, o que se dieran todas las condiciones. Ahora me doy cuenta que si espero las circunstancias ideales para hacer las cosas, nunca emprenderé nada nuevo, así que he aprendido a actuar”.
Camilo Cruz (La Vaca - Una historia sobre cómo deshacernos del conformismo y las excusas que nos impiden triunfar)
una vez terminada la vida, ese viaje en coche de caballos en un solo sentido, no puedes volver a empezar de nuevo; pero si tienes un libro entre las manos, por confuso e incomprensible que sea, cuando lo terminas puedes, si quieres, volver al principio para leerlo otra vez y comprender lo incomprensible, para comprender la vida, ¿verdad, Fatma? 1980-1983
Orhan Pamuk (La casa del silencio)
Samuel había perdido el sueño porque su nuevo proyecto estaba fuera de fecha, pero ahora que está utilizando el producto XYZ, ha conseguido ver la luz al final de túnel". 2.Conexión: En este caso, la idea es adoptar un enfoque indirecto para abordar la idea general. En lugar de hacerlo directamente, hablamos sobre algo similar a: "Todos sabemos cómo funciona X, ¿verdad? Bien, Y es muy similar en ese sentido". Estas conexiones ayudan a la audiencia a ver la idea general sin adentrarse en los detalles. La conexión ayuda a entender el concepto: "Samuel empezó a darse cuenta de que XYZ era algo similar a una cadena de montaje para arreglar su producto. Todos los pasos se han automatizado y mantienen el proceso en movimiento". 3.Descripción: En algunas ocasiones, las explicaciones adoptan la forma de presentaciones más tácticas sobre cómo realizar una tarea específica. A menudo es lo más adecuado cuando la audiencia está en el lado correcto de la escala: "Todo lo que Samuel tuvo que hacer fue seguir un proceso sencillo para empezar el trabajo". Por supuesto, puede mezclar y combinar estos elementos según la necesidad. Por ejemplo, podría contar una historia sobre alguien que aprendió a ver una idea a través de una analogía única. Comprensión de la solución, cómo: Ahora que hemos visto la idea en funcionamiento y hemos dado a la audiencia una nueva perspectiva, podemos mostrarle el resultado: cómo cambiará sus vidas o su funcionamiento real: "Ahora Samuel puede dormir todo lo que necesita porque sabe que XYZ está ahí para ayudarle a controlar el proyecto". Llamada a la acción: Por último, envolvemos la explicación con una llamada a la acción. En los vídeos de Common Craft, suele ser una invitación para aprender más. También podría ser ponerse en contacto con alguien, completar un formulario, matricularse en un curso o probar un nuevo producto o servicio. Esto marca el final de la explicación: "Aprender más sobre cómo funciona XYZ puede ayudar a su empresa a estar al día, diríjase a esta página Web".
Lee LeFever (El arte de explicar. Cómo presentar y vender con éxito tus ideas, productos y servicios (SOCIAL MEDIA) (Spanish Edition))
Aunque nadie puede retroceder y empezar de nuevo, todo el mundo puede empezar hoy y escribir un nuevo final
Carl Bard
¿Soy Núremberg? ¿Soy Múnich? Soy todas las casas en las que duermen niños. Soy todas las plazas por las que los pies caminan a pasitos. El asco me hace estallar cuando veo los nuevos instrumentos de tortura, los mejores, los óptimos. Y en cuanto esto haya acabado, vuelta a empezar. Ahora les gusta hacer explotar. Les gusta dar la vuelta al mundo en medio día y exterminar ciudades. Pero ¿qué pasará cuando ya no queden ciudades? ¿Qué explotará entonces? ¿Qué escuelas, qué niños? Los asesinos huirán a la luna, y el sol ya no tendrá que eclipsarse. Ante su mirada caerán las grandes poblaciones lo mismo que los bosques y las montañas. Los ríos se encabritarán en su curso, alcanzados por los rayos de los nuevos ingenios. Ya no existirán los pájaros. Por los campos nevados se habrán esparcido figuras de cera, pero los generales presos no se dignarán ni a mirarlos. El noble sufrirá un temblor nervioso, sus órdenes no se entenderán; desesperadas, aún querrán ser oídas, pero resultará peligroso y, también, solamente les estará permitido temblar. De las barandillas de los balcones colgarán hombres, menos nobles. ¿Quién les cortará la soga? ¿Adónde irán a caer? ¿Cómo resucitarán? Los entierros se celebrarán sólo para los privilegiados, no quedará ya sitio en la Tierra. Quien se resista, será el primero en irse. Quien no se resista, se escupirá a sí mismo a la cara. Ay, muchos serán los que escupirán, y muchos los que se irán primero. A las moscas no se les hará daño, son demasiado pequeñas y no entienden ni una palabra. Pero ya los lactantes son grandes e inteligentes, demasiado grandes e inteligentes para vivir.
Elias Canetti (Il libro contro la morte)
No podemos volver atrás en el tiempo para empezar de nuevo, pero podemos empezar ahora y hacer un final feliz.
F. Scott Fitzgerald