El Sur Quotes

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Marcus, ¿sabe cuál es el único modo de medir cuánto se ama a alguien? -No. -Perdiendo a esa persona
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
El arrepentimiento es un concepto que no me gusta: significa que no asumimos lo que hemos sido
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Un sueño roto bien pegado puede volverse aún más bello y sólido. Hasta el punto de hacer añicos los límites de lo real.
Mathias Malzieu (Maintenant qu'il fait tout le temps nuit sur toi)
Para los europeos América del Sur es un hombre de bigotes, con una guitarra y con un revólver.
Gabriel García Márquez (El coronel no tiene quien le escriba)
Con dos ojos puedes verme la cara. Con tres podrías verme el corazón. Con dos puedes ver aquel roble. Con tres podrías ver la bellota de la que nació y el tocón seco en que se convertirá algún día. Con dos no ves más allá de tus paredes. Con tres podrías ver el mar del Verano, al sur, y el norte más allá del Muro
George R.R. Martin (A Clash of Kings (A Song of Ice and Fire, #2))
Ella ya sólo existe en mis recuerdos. Se ha ido de mi lado. Estaba aquí, pero ha desaparecido. Y allí no hay término medio. Donde no hay lugar para el compromiso no puede haber un término medio. Los quizá tal vez existan al sur de la frontera. No al oeste del sol.
Haruki Murakami (South of the Border, West of the Sun)
...y se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante.
Julio Cortázar (Todos los fuegos el fuego)
(sobre la diferencia entre el Sur y el Norte) "La diferencia entre uno y otro no es tanto de carácter como de oportunidades
Juan Goytisolo
El amor es lo único que puede hacer que la vida sea realmente hermosa. El resto es superficial.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Escriba porque es el único medio para usted de hacer de esa minúscula cosa insignificante que llamamos vida una experiencia válida y gratificante.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Usu­al­ly, very ear­ly in the morn­ing. Ger­man la­bor­ers were go­ing to work. They would stop and look at us with­out sur­prise. One day when we had come to a stop, a work­er took a piece of bread out of his bag and threw it in­to a wag­on. There was a stam­pede. Dozens of starv­ing men fought des­per­ate­ly over a few crumbs. The work­er watched the spec­ta­cle with great interest. Years later, I witnessed a sim­ilar spec­ta­cle in Aden. Our ship’s pas­sen­gers amused them­selves by throw­ing coins to the “natives,” who dove to retrieve them. An el­egant Parisian la­dy took great plea­sure in this game. When I no­ticed two chil­dren des­perate­ly fighting in the wa­ter, one try­ing to stran­gle the oth­er, I implored the la­dy: “Please, don’t throw any more coins!” “Why not?” said she. “I like to give char­ity…
Elie Wiesel (Night (The Night Trilogy, #1))
[El placer de comer] es un placer que hay que descubrir a los treinta años. Es la edad en que el ser humano deja de ser un imbécil y a cambio paga el precio de empezar a envejecer.
Manuel Vázquez Montalbán (Los Mares Del Sur)
En ocasiones, cuando se embriagaba, Sikrosio decía cosas extrañas. Señalaba al Norte, y murmuraba: «De la Selva, llega el misterio». Indicaba después hacia el Este: «De la Estepa, la destrucción, el fuego, la muerte...». Luego, volvíase hacia el Sur: «Del otro lado de las Lisias, el sueño, lo imposible..., y la mentira». Por fin, con voz donde latía una misteriosa tristeza, señalaba a Occidente: «Y de más allá de las tundras, el olvido».
Ana María Matute (Olvidado rey Gudú)
El gigante me dijo que los libros eran instrumentos para luchar contra la noche" "Un sueño roto bien pegado puede volverse aún más bello y sólido" "Porque aunque la muerte te quite el tacto y el aparato digestivo entre otras cosas, la memoria permanece intacta. Los muertos se acuerdan muy bien de lo que podían sentir cuando vivían
Mathias Malzieu (Maintenant qu'il fait tout le temps nuit sur toi)
La lealtad y la obediencia a la sabiduría y la justicia están bien; pero es aún mejor desafiar el poder arbitrario ejercido de forma injusta y cruel, no en nuestra propia defensa sino en la de otros más desvalidos.
Elizabeth Gaskell (Norte y Sur)
Ay del escritor ruin y vacío que, buscando únicamente halagar las opiniones de moda, renuncie a la energía que ha recibido de la naturaleza para ofrecernos sólo el incienso que quema complacientemente a los pies del partido que domina.
Marquis de Sade (Idée sur les romans (French Edition))
Como es verdad que, al final de la segunda guerra mundial, los aliados volvieron a traicionar de una manera vergonzosa, por segunda y definitiva vez, a la democracia española en general y, en particular, a las decenas de miles de antifascistas españoles que habían combatido contra los nazis —sobre todo, pero no exclusivamente, en el sur de Francia— y que se encontraron con que su lucha, y su sacrificio, sólo habían servido para afianzar a Francisco Franco en el poder.
Almudena Grandes (El corazón helado)
Escribir dio un sentido a mi vida. Por si no se ha dado cuenta todavía, la vida, en términos generales, no tiene sentido. Salvo si se esfuerza usted en dárselo y lucha cada día que Dios nos da para llegar a ese fin. Tiene usted talento, Marcus: dele sentido a su vida, que el viento de la victoria haga ondear su nombre. Ser escritor es estar vivo. —¿Y si no lo consigo? —Lo conseguirá. Será difícil, pero lo conseguirá. El día en el que escribir dé un sentido a su vida, será un verdadero escritor. Hasta entonces, sobre todo, no tenga miedo de caer.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Vivimos en una sociedad de empleados de oficina resignados y, para salir de esa trampa, hay que luchar a la vez contra uno mismo y contra el mundo entero.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Margaret la Anglicana, su padre el Disidente y Higgins el Infiel se arrodillaron juntos. No les hizo daño.
Elizabeth Gaskell (Norte y Sur)
Hay una acacia, ya sé que solo da espinas y sombras cortantes, pero está viva, tendrás algo vivo a tu lado. Te dará de beber su savia, te escaparás a través de sus raíces y florecerás desplegándote hacia el cielo.
Mathias Malzieu (Maintenant qu'il fait tout le temps nuit sur toi)
Una rosa se despertó en su sangre y ensombreció sus mejillas. Un agitado aliento separó los pétalos de sus labios, que temblaron. Sobre ella sopló algún viento sur de pasión y movió los delicados pliegos de su vestido
Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray)
La democracia es un lujo del norte. Al sur se le permite el espectáculo, que eso no se le niega a nadie. Y a nadie molesta mucho, al fin y al cabo, que la política sea democrática, siempre y cuando la economía no lo sea. Cuando cae el telón, una vez depositados los votos en las urnas, la realidad impone la ley del más fuerte, que es la ley del dinero. Así lo quiere el orden natural de las cosas. En el sur del mundo, enseña el sistema, la violencia y el hambre no pertenecen a la historia, sino a la naturaleza, y la justicia y la libertad han sido condenadas a odiarse entre sí.
Eduardo Galeano
verdad. Como es verdad que, al final de la segunda guerra mundial, los aliados volvieron a traicionar de una manera vergonzosa, por segunda y definitiva vez, a la democracia española en general y, en particular, a las decenas de miles de antifascistas españoles que habían combatido contra los nazis —sobre todo, pero no exclusivamente, en el sur de Francia— y que se encontraron con que su lucha, y su sacrificio, sólo habían servido para afianzar a Francisco Franco en el poder.
Almudena Grandes (El corazón helado)
Madrid es la mas española de todas las ciudades de España.Cuando uno ha podido tener el Prado y al mismo tiempo El Escorial situado a dos horas al norte y Toledo al sur y un hermoso camino a Avila y otro bello camino a Segovia, que no esta lejos de la Granja, se siente dominado por la desesperacion al pensar que un dia habrá de morir y dejar todo aquello.
Ernest Hemingway
... Me producen escalofríos los que se arrodillan y besan el suelo, los que se flajelan, los que se arrastran y se sacrifican por el Señor y veneran a sus santos y sus ángeles.
Laura Restrepo (Hot sur)
.. Me producen escalofríos los que se arrodillan y besan el suelo, los que se flagelan, los que se arrastran y se sacrifican por el Señor y veneran a sus santos y sus ángeles.
Laura Restrepo (Hot sur)
Seremos muy felices, ya verás. El amor, Harry, el amor es lo único que puede hacer que la vida sea realmente hermosa. El resto es superficial.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Esperar que un día vaya mejor: quizás el amor consista en eso. Asentí con la cabeza: —Quizás —dije.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Me levanto pronto, para que el mundo me pertenezca.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Hay dos cosas que dan sentido a la vida: los libros y el amor.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Cleolinda Onjenyu también era recordada en el Sur como la mayor guerrera de su época, pero los inys eso nunca lo aceptarían. Creían que había habido que salvarla.
Samantha Shannon (El priorato del naranjo (The Roots of Chaos, #1))
De El Sur, que es acaso mi mejor cuento, básteme prevenir que es posible leerlo como directa narración de hechos novelescos y también de otro modo.
Jorge Luis Borges (Ficciones (Spanish Edition))
yo sentía que el mundo es un laberinto, del cual era imposible huir, pues todos los caminos, aunque fingieran ir al norte o al sur, iban realmente a Roma,
Jorge Luis Borges (Ficciones (Spanish Edition))
El Sur producía hombres de Estado y soldados, plantadores y doctores, abogados y poetas, pero no ingenieros ni mecánicos. Estas profesiones vulgares eran buenas para los yanquis.
Margaret Mitchell (Lo que el viento se llevó)
La verdad no cambia nada de lo que puede uno sentir por otro. Es el gran drama de los sentimientos.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
He llegado al convencimiento de que las simples instituciones, por mucha sabiduría y mucha reflexión que haya requerido organizarlas y concertarlas, no pueden unir a las clases como debería hacerse, a menos que el desarrollo de dichas instituciones pusiese en contacto personal realmente a individuos de diferentes clases. Esa relación es el auténtico aliento vital.
Elizabeth Gaskell (Norte y Sur)
Porque si la poesía te transporta al cielo, la novela policiaca te introduce en la vida tal como es, te ensucia las manos y tizna el rostro como el carbón al fogonero de los trenes del sur.
Roberto Ampuero (El caso Neruda)
2 km hacia el sur caminaron los osos, haciendo ruidos con sus garras.  Después fueron 2 km hacia el este, luego 2 km hacia el norte,  volviendo así a su posición inicial. ¿De qué color eran los osos?
Vorgan Haze (Matando Elefantes (Spanish Edition))
Aquella noche, Lisio reunió secretamente al grupo de jóvenes del Sur, y les dijo: "Juro por esta espada que vengaré a mi padre y a todos los de nuestra raza, y juro también que aquel de vosotros que reniegue de nuestra consigna, será el más castigado". Los muchachos juraron a su vez. Pero Lisio no se apercibió de la duda que había nacido en todos ellos. Y en breve podría contemplar cuán frágil es la humana naturaleza, cuán frágiles los humanos juramentos y cuán indefensa una espada de niño -aún con tan larga frase como larga hoja-, en soledad contra el egoísmo y la ceguera que cubre la tierra
Ana María Matute (Olvidado rey Gudú)
Luchar contra la muerte no significa ir a verla de cerca. El único modo de matar a la muerte es seguir vivo.(...) La sombra funciona como una especie de vacuna, contiene la muerte, pero tú no debes tocarla
Mathias Malzieu (Maintenant qu'il fait tout le temps nuit sur toi)
«El yo que está ahora aquí ha crecido sin hermanos. Si hubiera tenido alguno, sería distinto a cómo es ahora, así que preguntar al yo que está ahora aquí qué le parecería haber tenido hermanos es antinatural».
Haruki Murakami (Al sur de la frontera, al oeste del Sol)
Su historia con Harry ¡es una historia de amor! —El amor, el amor, ¡siempre el amor! ¡El amor no quiere decir nada, Goldman! ¡El amor es un truco que se inventaron los hombres para no tener que lavarse la ropa!
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
En aquella ciudad, donde a menudo lo ilegal es convención social y forma de vida --es herencia de familia, dice un corrido famoso, trabajar contra la ley--, Teresa Mendoza fue durante algún tiempo una de esas jóvenes, hasta que cierta ranchera Bronco negra se detuvo a su lado, y Raimundo Dávila Parra bajó el cristal tintado de la ventanilla y se la quedo mirando desde el asiento del conductor. (p. 26 en LA REINA DEL SUR)
Arturo Pérez-Reverte
Intenta usted hablarme de amor, Marcus, pero el amor es complicado. El amor es algo muy complicado. Es a la vez la cosa más extraordinaria y la peor que puede pasar. Un día lo descubrirá. El amor puede hacer mucho daño. Así que no debe tener usted miedo de caer, y sobre todo de enamorarse, porque el amor también es muy hermoso, pero, como todo lo que es hermoso, deslumbra y daña los ojos. Por esa razón a menudo se llora después.
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
De tierra adentro todos, llegan de avenidas y callejas, de calles y paseos; del Norte, Este, Sur y Oeste. Pero ahí se unen todos. Decidme ¿les atrae hacia aquí el poder magnético de las agujas de las brújulas de todos estos barcos?
Herman Melville (Moby Dick)
Una palabra canta en mi corazón, susurrante hoja verde sin fin cayendo. En la noche balsámica, cuando la sombra es el crecer desmesurado de los árboles, me besa un largo sueño de viajes prodigiosos y hay en mi corazón una gran luz de sol y maravilla
Aurelio Arturo (Morada al sur y otros poemas)
Mercaderes y charlatanes se hicieron con el control de Europa, llamando a su insidioso evangelio "La Ilustración". El día de la plaga estaba próximo; pero de las cenizas de la humanidad no surgió ningún fénix. El campesino humilde y piadoso, Pedro Labrador, se fue a la ciudad a vender a sus hijos a los señores del Nuevo Sistema para empresas que podemos calificar, en el mejor de los casos, de dudosas. (...) El giroscopio se había ampliado. La Gran Cadena del Sur se había roto como si fuera una serie de clips unidos por algún pobre imbécil; el nuevo destino de Pedro Labrador sería muerte, destrucción, anarquía, progreso, ambición y autosuperación. Iba a ser un destino malévolo: ahora se enfrentaba a la perversión de tener que IR A TRABAJAR.
John Kennedy Toole (A Confederacy of Dunces)
Nos hemos despeñado. Igual que unos alpinistas a los que acabaran de quitar la pared montañosa, el punto de apoyo al que se aferraban para no perder el pie. Aunque te hayas hecho a la idea que va a suceder lo peor, la caída siempre es un brutal golpetazo.
Mathias Malzieu (Maintenant qu'il fait tout le temps nuit sur toi)
«subir exige esfuerzo, pero saber bajar, además, requiere una dosis especial de inteligencia», «yo habito al sur de la razón», «no planifiques más allá de tu sombra», «si descubres que vas a morir, continúa con lo que tienes entre manos», «el tímido pelea doblemente»,
J.J. Benítez (Jordán. Caballo de Troya 8 (Spanish Edition))
En la lectura, la amistad es devuelta de pronto a su pureza primera. Con los libros, no existe amabilidad. Si pasamos la velada con estos amigos, es realmente porque lo deseamos. Al menos a ellos, lamentamos a menudo dejarlos. Y cuando los hemos dejado, ninguno de esos pensamientos que enturbian la amistad: «¿Qué han pensado de nosotros? – ¿Nos ha faltado tacto? – ¿Hemos gustado?», ni el miedo a ser olvidado por algún otro. Todos estos sobresaltos de la amistad expiran en el umbral de esa amistad pura y tranquila que es la lectura.
Marcel Proust (Sur la lecture)
Si me preguntaban mi nacionalidad, debía dar largas explicaciones y dibujar un mapa para demostrar que Chile no quedaba en el centro de Asia, sino en el sur de América. A menudo lo confundían con China, porque el nombre sonaba parecido. Los belgas, acostumbrados a la idea de las colonias en África, solían sorprenderse de que mi marido pareciera inglés y yo no fuera negra; alguna vez me preguntaron por qué no usaba el traje típico, que tal vez imaginaban como los vestidos de Carmen Miranda en las películas de Hollywood: falda a lunares y un canasto con piñas en la cabeza.
Isabel Allende (My Invented Country: A Nostalgic Journey Through Chile)
¡Me encantan las gaviotas! —exclamó Nola—. Son mis pájaros preferidos. Quizás porque me gusta el mar, y allí donde hay gaviotas, hay mar. Es cierto: incluso cuando el horizonte se esconde detrás de los árboles, el vuelo de las gaviotas en el cielo nos recuerda que el mar está justo detrás
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
Se detuvo a medio camino para mirar atrás. De pie y temblando en el agua y no de frío porque no hacía ninguno. No le hables. No la llames. Cuando se acercó, él le tendió la mano y ella la tomó. Era tan pálida en el lago que parecía estar ardiendo. Como una luz fosforescente en un bosque tenebroso. Que ardía sin llama. Como la luna que ardía sin llama. Sus cabellos negros flotaban en el agua alrededor, caían y flotaban en el agua. Ella le rodeó el cuello con su otro brazo y miró hacia la luna en el oeste no le hables no la llames y entonces volvió su rostro hacia él. Más dulce por el hurto de tiempo y carne, más dulce por la traición. Grullas que anidaban y se sostenían sobre una pata entre las cañas de la orilla sur habían sacado sus esbeltos picos de debajo de las alas para vigilar. ¿Me quieres?, preguntó ella. Sí, dijo él. Pronunció su nombre. Dios mío, sí, dijo.
Cormac McCarthy (All the Pretty Horses (The Border Trilogy, #1))
Su expedición a Chile alcanzó hasta el Bío-Bío, el mismo río donde los incas habían retrocedido setenta años antes, cuando pretendieron en vano adueñarse del territorio de los indios del sur, los mapuche. También los incas, como Almagro y sus hombres, fueron detenidos por ese pueblo guerrero.
Isabel Allende (Inés del alma mía (Spanish Edition))
«Me gustaría enseñarle a escribir, Marcus, no para que sepa escribir, sino para convertirle en escritor. Porque escribir libros no es nada: todo el mundo sabe escribir, pero no todo el mundo es escritor. —¿Y cómo sabe uno que es escritor, Harry? —Nadie sabe que es escritor. Son los demás los que se lo dicen».
Joël Dicker (La Vérité sur l'Affaire Harry Quebert (Marcus Goldman, #1))
UNA VISTA AÉREA Desde arriba Insurgentes es sólo una amplia avenida que corta la ciudad de México de Norte a Sur repleta de pequeños autos. Se dice que es la vía más grande del mudo porque de un lado desemboca en Acapulco y del otro en Nuevo Laredo pero, en realidad, si uniéramos en línea recta todas las calles llamadas Insurgentes en todo el país, la avenida continuaría hasta llegar a las costas de Hawaii. Insurgentes está enrollada por todo el país como un laberinto. Todos los años, alguien le pone ese nombre a alguna calle de una ciudad en construcción y se siente original. Ni siquiera la ciudad de México ha evitado esa repetición: entre 1985 y 1995, aparecieron veintitrés calles, bulevares, callejones, privadas, prolongaciones y retornos llamados Insurgentes. En el futuro todas las rutas de México terminarán por llamarse así. Caminaremos sin rumbo, doblando a la izquierda y derecha sobre Insurgentes, preguntándonos ¿Dónde estoy?
Fabrizio Mejía Madrid
Cuentan que hace um siglo el dictador Mariano Melgarejo obligó al embajador de Inglaterra a beber un barril entero de chocolate, en castigo por haber despreciado un vaso de chincha. El embajador fue paseado en burro, montado al revés, por la calle principal de La Paz. Y fue devuelto a Londres. Dicen que entonces la reina Victoria, enfurecida, pidió un mapa de América del Sur, dibujó una cruz de tiza sobre Bolívia y sentenció: "Bolívia no existe". Para el mundo, en efecto, Bolivia no existía ni existió después: el saqueo de la plata y, posteriormente, el despojo del estaño no han sido más que el ejercicio de un derecho natual de los países ricos.
Eduardo Galeano
¿cómo esos niños abandonados a sí mismos y no teniendo más víveres que los existentes en el barco, proveerían a las necesidades de la existencia? Si fuese continente, dado que no podría ser otro que el de la América del Sur, las probabilidades de salvación serían mayores, porque atravesando el territorio de Chile o de Bolivia,
Jules Verne (Dos Años de Vacaciones (Spanish Edition))
Publio, tal y como ya hiciera cuando partieron hacia el sur hacía unos meses, marchaba a pie, al igual que los legionarios, para dar ejemplo y mostrar a sus hombres que compartía con ellos el duro esfuerzo de las eternas jornadas a paso ligero con las que había habituado a sus legionarios a desplazarse por las agrestes tierras hispanas.
Santiago Posteguillo (Las legiones malditas)
Oyó al caballo moverse en sus maniotas y la hierba partirse suavemente en la boca del caballo y la respiración de este o las sacudidas de su cola y muy al sur, más allá de los Hatchet, vio el resplandor de unos relámpagos sobre México y supo que no iban a enterrarlo en ese valle sino en algún remoto lugar entre desconocidos y miró hacia donde la hierba se inclinaba al viento bajo la fría luz de las estrellas como si fuera el planeta mismo corriendo a toda velocidad y antes de dormirse de nuevo dijo en voz baja que lo único que sabía de todas las cosas que supuestamente se conocen era que de ninguna de ellas podía afirmarse que fuera cierta. Y no solo de la proximidad de la guerra. De cualquier cosa.
Cormac McCarthy (En la frontera (Trilogía de la frontera #2))
Por más altibajos que tenga la vida, un verdadero amigo nunca estará lejos
Elizabeth Haran (El brillo de la estrella del sur)
Bogotá era entonces una ciudad de cien mil habitantes, con no más de cinco barrios y un área de quince kilómetros cuadrados. El centro era la joya arquitectónica de la capital y hacia el norte, por las vegas de un pueblo llamado Chapinero, habían sido construidos los barrios de la clase alta. Los pobres, menesterosos y campesinos desplazados vivían en los cerros y en las zonas del sur y el occidente de la capital. Había una Calle Real que comenzaba en la avenida trece y llegaba hasta el ángulo nororiental de la plaza de Bolívar, a lo largo de la cual bullía un activo comercio y se desplegaban elegantes tiendas de telas, vajillas, farmacias yjoyas, la mayoría de las cuales estaban en manos de judíos, libaneses y alemanes.
Ecchehomo Cetina (El hombre que fue un pueblo (Spanish Edition))
Estaba confuso. Se miró las botas con tristeza, él que siempre había ido descalzo. "¿Quién soy yo?", se preguntó. "Yo soy Kimball O'Hara, un blanco, un sahib. No, un sahib, no. Yo soy Kim. Pero, ¿quién es Kim?". Él, Kim, en medio del rugiente torbellino de la India, no era más que un ser insignificante que iba hacia el sur, ignorando lo que el destino iba a depararle.
Rudyard Kipling (Kim)
Y en la antena de la radio flotaba locamente la bandera con la cruz roja, y se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante.
Julio Cortázar (La autopista del sur y otros cuentos)
EL SUR Desde uno de tus patios haber mirado las antiguas estrellas, desde el banco de sombra haber mirado esas luces dispersas, que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar ni a ordenar en constelaciones, haber sentido el círculo del agua en el secreto aljibe, el olor del jazmín y la madreselva, el silencio del pájaro dormido, el arco del zaguán, la humedad –esas cosas, acaso, son el poema.
Jorge Luis Borges (Poesía completa)
Además, quiero verte a ti. Realmente es absurdo, pero no puedo vivir sin ti. ¡Eres tan deseable, tan maravilloso! Pienso en ti durante todo el día y echo de menos tu encanto, tu adolescente belleza, la brillante espada de tu ingenio, la delicada fantasía de tu talento, tan sorprendente siempre en tus repentinos vuelos, cual golondrina, hacia el norte o el sur, hacia el sol o la luna -y sobre todo, a ti mismo.
Oscar Wilde (The Complete Letters of Oscar Wilde)
Dans tes yeux mon enfant j'ai lu l'exil. Toi? qui es né Loin du pays, Tes cheveux ont la couleur de l'olive A laquelle nous n'avons plus Le droit de toucher. Dans l'éclat de tes dents serrées, Mon enfant, Je regarde Des milliers d'étoiles calcinées, Nos terres volées, Nos maisons bombardées, Des bouquets de poings Tombants sous les orangers. Dans le mercure de tes larmes, Mon enfant, J'ai lu l’exil, L'exil d'un peuple.
Mokhtar El Amraoui
Tú eres un granjero, imagínatelo, viviendo solo en la tundra siberiana. Día tras día trabajas la tierra. Hasta donde tus ojos pueden ver, nada. Al norte el horizonte, al sur el horizonte, al este igual, al oeste, más de lo mismo. Cada día cuando el sol sale por el este sales a trabajar la tierra, a medio día descansas y cuando se pone en el otro lado vuelves a casa para dormir. Tu eres un grangero, imagínate. Y un día algo se muere dentro de tí. Día tras día ves el sol salir , atravesar el cielo y meterse en el horizonte y un día algo se rompe y se muere dentro de ti. Tú tirás tu azada y con tu cabeza completamente vacía de pensamientos empiezas a caminar hacia el oeste, hacia la tierra que está detras del sol. Como poseído caminas día y noche sin parar, sin comer ni beber, hasta que exhausto caes derrotado y mueres. Esa esa la Histeria Siberiana.
Haruki Murakami (South of the Border, West of the Sun)
Señor, ya es tiempo. Grande ha sido el verano. Tiende tu sombra sobre los relojes de sol, y desata los vientos por el campo. Haz madurar las frutas más tardías, dales dos días más de sur, fuérzales a acabar, y echa el último dulzor al vino recio. Quien ya no tiene casa, no la construirá. Quien ahora está solo, lo estará mucho tiempo. Velará, leerá, escribirá largas cartas e irá por los paseos, deambulando de un lado a otro, mientras las hojas caen.
Rainer Maria Rilke (The Book of Images)
El motín que acaba por estrangular o destronar al sultán es un acto tan jurídico como aquellos por los cuales el tirano disponía días antes de la vida y de los bienes de los súbditos. Solo la fuerza le sostenía, la fuerza sólo le arroja. Todo acontece según el orden natural, y cualesquiera que sean las consecuencias de esas cortas y frecuentes revoluciones, nadie se queje de la injusticia de otro, sino solamente de su propia imprudencia y de su desgracia.
Jean-Jacques Rousseau (Discours sur l'origine et les fondements de l'inégalité parmi les hommes (French Edition))
–Cuando llegamos a este continente, nuestros enemigos fueron los indios. Después, los ingleses. Cuando nos independizamos buscamos enemigos entre nosotros mismos y nos peleamos con los del sur. Luego, otra guerra contra los indios en el oeste y una contra México. Más tarde, nuestros enemigos pasaron a ser los alemanes y los japoneses. Cuando terminaron las grandes guerras fueron los comunistas. Y ahora estos nuevos enemigos… ¿No seremos nosotros el problema?
Candelaria Zapp (Atrapa Tu Sueño: Una historia real donde se cumple el sueño de todos, y que nos inspira a conquistar el nuestro. (Spanish Edition))
Algún recuerdo limitado y menguante de Herbert Ashe, ingeniero de los ferrocarriles del Sur, persiste en el hotel de Adrogué, entre las efusivas madreselvas y en el fondo ilusorio de los espejos. En vida padeció de irrealidad, como tantos ingleses; muerto, no es siquiera el fantasma que ya era entonces. Era alto y desganado y su cansada barba rectangular había sido roja. Entiendo que era viudo, sin hijos. Cada tantos años iba a Inglaterra: a visitar (juzgo por unas fotografías que nos mostró) un reloj de sol y unos robles. Mi padre había estrechado con él (el verbo es excesivo) una de esas amistades inglesas que empiezan por excluir la confidencia y que muy pronto omiten el diálogo. Solían ejercer un intercambio de libros y de periódicos; solían batirse al ajedrez, taciturnamente... Lo recuerdo en el corredor del hotel, con un libro de matemáticas en la mano, mirando a veces los colores irrecuperables del cielo.
Jorge Luis Borges (Ficciones)
al final de la segunda guerra mundial, los aliados volvieron a traicionar de una manera vergonzosa, por segunda y definitiva vez, a la democracia española en general y, en particular, a las decenas de miles de antifascistas españoles que habían combatido contra los nazis —sobre todo, pero no exclusivamente, en el sur de Francia— y que se encontraron con que su lucha, y su sacrificio, sólo habían servido para afianzar a Francisco Franco en el poder. La Ley de Responsabilidades Políticas
Almudena Grandes (El corazón helado)
Pour avoir, un jour, accompagné sur le terrain, Abdelkhalek Lemjidi, El Mustapha Nami et Ahmed Skounti, poussant avec courage, sous un soleil de plomb, une veillle voiture qui ne manifestait guère d'intérêt pour le libyque, nous n'ignorons pas les difficultés auxquelles cette modeste équipe s'est trouvée confrontée pour nous livrer les résultats de ses recherches. Nos collègues européens seraient étonnés du nombre de miracles qu'il faut accomplir pour mener à bien une journée de recherches.
Malika Hachid (Tirra - Aux origines de l'écriture au Maroc)
Vi a mi vida desarrollar ramas que se extendían ante mí como el árbol de higos del cuento. De la punta de cada rama, como un higo gordo y morado, me llamaba y guiñaba un hermoso futuro. Un higo era un esposo y un hogar feliz con hijos, otro higo era ser una poetisa famosa. Otro higo era ser una brillante profesora. Otro higo era Ee Gee (la maravillosa editora). Otro higo era Europa y África y América del Sur. Otro higo era Constantin y Sócrates y Attila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesiones poco convencionales. Otro higo era un campeonato olímpico y debajo de éste y encima de los otros se extendían más higos que no alcancé a descifrar. Me vi a mí misma sentada al pie del árbol de higo, muerta de hambre porque no podía decidirme por uno de los higos. Los quería todos pero elegir uno significaba perder todos los demás y mientras me sentaba ahí sin poderme decidir, los higos comenzaron a arrugarse y a volverse negros para ir cayendo uno a uno ante mis pies.
Sylvia Plath (La campana de cristal)
Soneto XXX Tienes del archipiélago las hebras del alerce, la carne trabajada por los siglos del tiempo, venas que conocieron el mar de las maderas, sangre verde caída del cielo a la memoria. Nadie recogerá mi corazón perdido entre tantas raíces, en la amarga frescura del sol multiplicado por la furia del agua, allí vive la sombra que no viaja conmigo. Por eso tú saliste del Sur como una isla poblada y coronada por plumas y maderas y yo sentí el aroma de los bosques errantes, hallé la miel oscura que conocí en la selva, y toqué en tus caderas los pétalos sombríos que nacieron conmigo y construyeron mi alma.
Pablo Neruda (Cien Sonetos de Amor)
- Somos suficientes para la torre sur. - Comandante Cale, entiendo cómo se puede sentir, pero debemos asegurarnos de que nadie resulte herido. Me ocuparé adecuadamente de los problemas de hoy ... - No saldrán heridos. - No saldrá lastimado. ¿Por qué? - El Reino de Roan trajo héroes con nosotros. ¿Alguna vez has sentido tanto dolor que quisiste morir? - Que-! - Llamamos 'héroes' a las personas que se sobrepusieron a ese dolor. Las personas detrás de mí son personas que se sobrepusieron a tanto dolor. Son personas en las que puedo confiar para respaldarme. ¿Calificaciones para ser curado? No necesito esas tonterías.
Yoo Ryeo Han (Trash of the Count's Family)
4 Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. 5 Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. 6 El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. 7 Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. 8 Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. 9 ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Vivo en los Estados Unidos y soy chilena, sangre, voluntad y memoria. Al llegar a este país me obligaron a llenar un formulario en el cual había una casilla referente a la raza: la primera alternativa era blanca, la cual iba a automáticamente yo a marcar, cuando leí más abajo la palabra “Hispanic”. Me pareció una enorme incultura por parte de los funcionarios gringos ya que lo hispano no se refiere a una raza, pero abismada comprendí que por primera vez en mi vida me expulsaban de mi propio nicho, de lo que creía mi identidad natural y objetiva, aunque entre una norteamericana y yo no mediase la más mínima diferencia física ( más aún en este caso específico: soy pelirroja, hasta me parezco a ellos ). Ni que decirlo, marqué con saña el segundo cuadrado y cada día transcurrido de estos seis años me he ido apegando más y más a él. Cuando camino por las calles de la ciudad, a veces me da la impresión de que todos mis antepasados están allí, en la pulcra e impersonal boca del metro, con la esperanza de llegar a alguna parte. Todo chicano o salvadoreño despreciable es mi tío, el hondureño que retira la basura es mi novio. Cuando Reina se declara a sí misma una desclasada, sé exactamente a que se refiere. Toda mi vida ha corrido por este lado del mundo. Mi cuna real y ficticia, el lugar donde nací y el otro que fui adquiriendo, lucen oropeles muy americanos ( ¡ no acepto que ese adjetivo se lo atribuyan los del norte! América es tanto la de arriba como la de abajo, norte y sur tan americanos uno como el otro). Trazo los dos puntos del continente para señalar los míos y agrego un tercero, éste. Dos de ellos resultan razonablemente cercanos, y luego, inevitable, la línea larga baja y baja hasta llegar al sur, hasta lo que, a mi pesar, debo reconocer como el fin del mundo. Sólo los hielos eternos más allá de esa tierra. Allí nací. Mapuches o españoles, fluidas, impredecibles, vigorosas, allí están mis raíces.
Marcela Serrano (Lo que está en mi corazón)
Cuando termine este frío tan duro, llegará del sur la carta de siempre. Una carta llena de luz con noticias de primavera. Frágiles ramas que tiemblan en las postrimerías del largo invierno. Dentro albergan la energía de una vida nueva que pronto brotará y abrirá grietas en la corteza. La tierra despertará de su hibernación y los brotes tiernos se erguirán entre las hojas muertas, marchitas de frío. Son hierbas que resisten al viento y a todo lo que las pisotea. Es la hierba que os saludara con timidez, rozándoos suavemente las piernas. Se repliega el invierno. Y de repente, en silencio, ese frío que parecía interminable se aleja en una promesa de primavera.
Keum Suk Gendry-Kim (Grass)
El archipiélago de los Galápagos, situado en el Ecuador, está entre 500 y 600 millas de distancia de las costas de América del Sur. Casi todas las producciones de la tierra y del agua llevan allí el sello inequívoco del continente americano. Hay 26 aves terrestres, de las cuales 21, o quizá 23, son consideradas como especies diferentes; se admitiría ordinariamente que han sido creadas allí, y, sin embargo, la gran afinidad de la mayor parte de estas aves con especies americanas se manifiesta en todos los caracteres, en sus costumbres, gestos y timbre de voz. Lo mismo ocurre con otros animales y con una gran proporción de las plantas, como ha demostrado Hooker en su admirable flora de este archipiélago.
Miguel de Cervantes Saavedra (50 obras maestras que debes leer antes de morir: vol. 1)
Al margen de dicha clase social culta, el gran riesgo que siempre corre la vida en Alemania es y será el vacío y el aburrimiento (tal vez a excepción de ciertas regiones geográficas fronterizas como Baviera o Renania, en las que algo del Sur, de romanticismo y de humor forman parte del paisaje). En las grandes extensiones de la zona norte y este de Alemania, en sus ciudades descoloridas, tras sus negocios y organizaciones gestionadas con tesón, exactitud y sentido del deber acecha y acechará siempre la ignorancia y, al mismo tiempo, el horror vacui y el deseo de «salvación»: una salvación a través del alcohol, de la superstición o, en el mejor de los casos, de un gran estado de embriaguez masiva que lo inunde todo.
Sebastian Haffner (Historia de un alemán (Áncora & Delfín) (Spanish Edition))
Hasta donde alcanzaba su vista, todo se le antojaba un páramo rocoso. Ni una sola gota de agua, ni la más pequeña brizna de hierba. Había desaparecido todo color, cualquier cosa semejante a la luz. No había sol, luna ni estrellas. Probablemente ni siquiera hubiese norte ni sur, este ni oeste. Cada cierto tiempo, un enigmático crepúsculo reemplazaba a la oscuridad infinita, pero ésta siempre regresaba. Se hallaba en los últimos confines habitables por cualquier ser humano. Al mismo tiempo, de vez en cuando, también había vida. Durante el crepúsculo, pájaros de picos afilados como cuchillos venían y le desgarraban sin piedad la carne. Cuando las tinieblas cubrían la tierra, las aves se marchaban y los huecos que habían dejado en su carne iban llenándose en silencio de otra materia, un sucedáneo de carne que no era en absoluto carne.
Haruki Murakami (Colorless Tsukuru Tazaki and His Years of Pilgrimage)
¡Oh, olas del Adriático! ¡Oh Brento! Tal vez no vuelva a veros ni a oír vuestra mágica voz, sagrada para los hijos de Apolo, que me hizo familiar la lira altanera de Albión. En libertad gozaré con indolencia de las noches de la dorada Italia, bogando en una góndola secreta en compañía de una joven veneciana, a veces charlatana, otras silenciosa; con ella mis labios aprenderán el lenguaje de Petrarca y del amor. ¿Llegará la hora de mi libertad? ¡Ya es tiempo, ya es tiempo! La imploro; voy errante por el piélago y la espero; invoco los vientos favorables a la fiera tempestad que empuje mi barco entre las olas por los caminos abiertos del mar. ¿Cuándo empezaré mi libre carrera? Ya es hora de dejar la orilla aburrida; no es hostil el ambiente, y entre las playas del Sur, bajo el cielo de mi África, podré suspirar por la sombría Rusia, en la que sufrí, amé y enterré mi corazón.
Alexander Pushkin (Eugene Onegin)
[...] Un soir nous étions plusieurs ministres à rompre le jeûne au Palais Royal de Fès, en présence de Sa Majesté, tout au début de son règne. A ma gauche Si Mohamed El-Fassi, à ma droite une autre personnalité. Ayant devant moi la soupière, El-Fassi me demanda de le servir. - "Non", lui répondis-je. -"Et pourquoi", dit-il, étonné ? - "Parce que, simplement, tu avais proclamé que la langue Tamazight n'est pas une langue et qu'il n'y avait pas lieu d'avancer son apport sur le plan de notre civilisation". Oui, j'ai dit cela. - "Mais d'abord mon bol , et je raconte!" Écoutons-le : - "A l'époque où j'ai été prisonnier avec d'autres nationalistes, à Aïn-Kardous, j'ai demandé à un fqih berbérisant de m'initier à la langue berbère. Il m'a répondu : "Pourquoi voudrais-tu perdre ton temps pour un jargon méprisé par Dieu lui-même ? Et, continuant : "Le Créateur a donné à chaque peuple une langue mais, à la fin, il a dû se rendre compte que l'un d'entre deux a été oublié. Il trouva la solution en ramassant les restes des langues éparpillées sur le sol, et offrit cette mixture, ne pouvant faire autrement, à ce bon peuple Amazigh". - "On dénonce même Dieu", ai-je rétorqué, furieux. "Mais tu viens de donner la preuve de l'universalité de la langue berbère." - "Universelle!" plaisanta mon autre voisin... "Elle n'est même pas dans les archives". La discussion devient générale, les uns pour, les autres... Sa Majesté, pour mettre fin à toutes nos grandes phrases, posa cette question à El-Fassi : - "Le berbère est-il une langue, oui ou non ?" - "A la réflexion, oui, Majesté; il a ses contes et ses légendes, sa poésie, et ses structures ne peuvent être niées". - "Alors," conclut Sa Majesté, "nous aborderons cette question dans une vingtaine d'années. Contentons-nous, maintenant, de consolider notre unité. (Tifinagh N°1 - Repris de "Le Maroc des potentialités, 1989, p276-280)
Mahjoubi Aherdan (Le Maroc des potentialités)
El farol que la bruja había plantado -sin saberlo- brilló día y noche en el bosque narniano, de modo que el lugar donde creció acabó llamándose el Erial del Farol; y cuando, muchos años más tarde, otra niña de nuestro mundo entró en Narnia, una noche nevada, la pequeña encontró el farol todavía encendido. Y aquella aventura estuvo, en cierto modo, conectada con las que te acabo de contar. La cosa sucedió así. El árbol que surgió del corazón de la manzana que Digory plantó en el jardín trasero, vivió y creció hasta convertirse en un árbol espléndido. Al crecer en el suelo de nuestro mundo, muy lejos del sonido de la voz de Aslan y lejos del aire juvenil de Narnia, no dio manzanas capaces de revivir a una mujer moribunda como había sucedido con la madre de Digory, aunque sí dio las manzanas más hermosas de todo el país, que además eran sumamente saludables, aunque no del todo mágicas. Sin embargo, en su interior, en su misma savia, el árbol -por así decirlo- jamás olvidó aquel otro árbol de Narnia al que pertenecía. En ocasiones se movía de un modo misterioso cuando no soplaba viento: creo que cuando eso sucedía soplaban fuertes vientos en Narnia y el árbol inglés se estremecía porque, en aquel momento, el árbol de Narnia se balanceaba y oscilaba bajo un fuerte vendaval del sudoeste. Fuera como fuese, se demostró más tarde que quedaba aún magia en su madera; pues cuando Digory era ya un hombre de mediana edad -que se había convertido además en famoso erudito, catedrático y gran viajero- y la vieja casa de los Ketterley le pertenecía, estalló una gran tormenta en todo el sur de Inglaterra que derribó el árbol. Como no soportaba la idea de hacer que lo cortaran para convertirlo en leña, pidió que construyeran un armario con parte de la madera, que luego colocó en su enorme casa en el campo. Él no descubrió las propiedades mágicas de aquel armario, pero otra persona sí lo hizo, y así empezaron todas las idas y venidas entre nuestro mundo y el de Narnia, sobre las que puedes leer en otros libros.
C.S. Lewis (The Magician’s Nephew (Chronicles of Narnia, #6))
Obviamente, parte de la respuesta se basa en las diferencias entre las instituciones humanas. La evidencia más clara de este punto de vista procede algunas parejas de países que comparten esencialmente un mismo entorno pero disponen de instituciones muy distintas y, asociado a ello, diferentes cifras de PNB per cápita. Cuatro ejemplos flagrantes de esta realidad son los que se derivan de comparar Corea del Sur con Corea del Norte, la antigua Alemania Occidental con la antigua Alemania Oriental, la República Dominicana con Haití e Israel con sus vecinos árabes. Entre las muchas “instituciones saludables” a las que se suele invocar para explicar la mayor riqueza de los países nombrados en primer lugar de cada una de las parejas anteriores, se encuentran la eficacia del imperio de la Ley, el respeto a los contratos, la protección del derecho a la propiedad privada, la ausencia de corrupción, la baja tasa de criminalidad, la apertura al comercio y los flujos de capital, los incentivos a las inversiones, etc.
jared diamante (Guns, Germs, and Steel: The Fates of Human Societies)
La ambición de los poderosos aprovechó estas circunstancias para perpetuar sus cargos en sus familias; el pueblo, habituado ya a la dependencia, al reposo y a las comodidades de la vida, y lejos así mismo de estar en situación de poder romper sus cadenas, consintió en el aumento de su servidumbre como medio de asegurar su tranquilidad; y así es como los jefes, que llegaron a ser hereditarios, se acostumbraron a mirar su magistratura como un caudal de familia, a considerarse ellos mismos propietarios del Estado, del cual no eran, ciertamente, más que funcionarios; a llamar esclavos a sus conciudadanos; a contarlos, como a rebaños, entre el número de las cosas de su propiedad, y a llamarse a sí mismos iguales a los dioses y reyes de los reyes. Si seguimos el progreso de la desigualdad en estas diferentes evoluciones, hallaremos que su primera causa fue la constitución de la ley y del derecho de propiedad; la institución de la magistratura, la segunda; y la tercera y última, el cambio de poder legítimo en poder arbitrario.
Jean-Jacques Rousseau (Discours sur l'origine et les fondements de l'inégalité parmi les hommes (French Edition))
Tampoco hay que creer que el hombre es el más antiguo o el último de los amos de la tierra, o que esa combinación de vida y sustancia discurre sola por el universo. Los Grandes Antiguos eran, los Grandes Antiguos son, y los Grandes Antiguos serán. No conocemos nada del espacio sino por intermedio de ellos. Caminan serenos y primordiales, sin dimensiones e invisibles para nosotros. Yog-Sothoth es la puerta. Yog-Sothoth es la llave y el guardián de la puerta. Pasado, presente y futuro, todo es uno en Yog-Sothoth. Él sabe por dónde entraron los Grandes Antiguos en el pasado,y por dónde volverán a irrumpir otra vez. Sabe dónde Ellos han hollado los campos de la Tierra, dónde los siguen hollando, y por qué nadie puede contemplarlos mientras lo hacen. A veces el hombre puede saber que están cerca por Su olor, pero ningún hombre puede conocer Su semblante, salvo en los rasgos de los hombres engendrados por Ellos,y los hay de muchos tipos, distinguiéndose en apariencia de la auténtica forma humana hasta la forma sin imagen ni sustancia que es la de Ellos. Caminan invisibles y hediondos en lugares solitarios donde las Palabras han sido pronunciadas y los Ritos han sido aullados en las Estaciones apropiadas. El viento gime con Sus voces, y la tierra murmura con Su voluntad. Abaten los bosques y destruyen ciudades, aunque ningún bosque o ciudad advierte la mano que los aniquila. Kadath, en el páramo helado los ha conocido; pero, ¿qué hombre conoce a Kadath? El desierto helado del Sur y las islas sumergidas del océano conservan piedras donde puede verse Su sello, pero ¿quién ha visto la helada ciudad hundida o la torre sellada engalanada con algas y percebes? El Gran Cthulhu es Su primo, aunque apenas puede entreverlos débilmente.¡Iä! ¡Shub-Niggurath! Por su olor inmundo Los conoceréis. Su mano está en vuestras gargantas, aunque no Los veáis, y Su morada se encuentra en el umbral que custodiáis. Yog-Sothoth es la llave que abre la puerta, el lugar donde se reúnen las esferas. ahora el hombre reina donde Ellos reinaron antes; pronto Ellos reinarán donde el hombre reina ahora. Después del verano viene el invierno; después del invierno, el verano. Ellos esperan pacientes y poderosos, porque volverán a reinar aquí.
H.P. Lovecraft
Il avait lu des masses de livres là-dessus, tout récement celui d'Hannah Arendt sur le procès d'Eichmann à Jérusalem, il savait que le jour où il écrirait sérieusement, ce serait à ce sujet. Le nazisme, tous les habitants de la seconde moitié du XXe siècle doivent se débrouiller avec, vivre avec l'idée que c'est arrivé, comme lui devait vivre avec la mort de sa soeur Jane. On peut ne pas y penser, n'empêche que c'est là, et il faudrait que ce soit aussi dans son livre. Rien de plus éloigné du tao que le nazisme. Les Japonais, pourtant, qui vénèrent le tao, avaient été alliés aux nazis. S'ils l'avaient emporté... Un moment, il laissa miroiter cette idée. On avait déjà fait des livres de ce genre, il en avait lu un d'après lequel le Sud avait gagné la guerre de Sécession. Il se demanda ce que serait un monde issu de la victoire de l'Axe, quinze ans plus tòt. Qui dirigerait le Reich ? Hitler toujours l'un de ses lieutenants ? Est-ce que cela changerait quelque chose que ce soit Bormann, Himmler, Goering ou Baldur von Schirach? Est-ce que cela changerait quelque chose pour lui, habitant de Point Reyes, Marin County ? Et quoi?
Emmanuel Carrère
Vemos aquí que el ganado determina en absoluto la existencia del pino; pero en diferentes regiones del mundo los insectos determinan la existencia del ganado. Quizá el Paraguay ofrece el ejemplo más curioso de esto, pues allí, ni el ganado vacuno, ni los caballos, ni los perros se han hecho nunca cimarrones, a pesar de que al norte y al sur abundan en estado salvaje, y Azara y Rengger han demostrado que esto es debido a ser más numerosa en el Paraguay cierta mosca que pone sus huevos en el ombligo de estos animales cuando acaban de nacer. El aumento de estas moscas, con ser numerosas como lo son, debe de estar habitualmente contenido de varios modos, probablemente por otros insectos parásitos. De aquí que si ciertas aves insectívoras disminuyesen en el Paraguay, los insectos parásitos probablemente aumentarían, y esto haría disminuir el número de las moscas del ombligo; entonces el ganado vacuno y los caballos llegarían a hacerse salvajes, lo cual, sin duda, alteraría mucho la vegetación, como positivamente lo he observado en regiones de América del Sur; esto, además, influiría mucho en los insectos, y esto -como acabamos de ver en Staffordshire- en las aves insectívoras, y así, progresivamente, en círculos de complejidad siempre creciente.
Miguel de Cervantes Saavedra (50 obras maestras que debes leer antes de morir: vol. 1)
Una nueva identidad de España, tal es la tesis que aquí mantenemos, habría comenzado a configurarse a raíz de la incidencia, a partir del año 711, de la impetuosa corriente del Islam sobre la unidad establecida por el Reino visigodo. Esta corriente rompió la unidad de referencia en mil fragmentos; y también rompió la identidad por ella implicada. Comienza aquí una nueva época: la recomposición de los fragmentos de la unidad que la Hispania romana y visigótica había conformado, merced a una nueva identidad, dará lugar a la nueva unidad interna, que llamamos España, en el sentido actual y que, por cierto, no será la unidad de mera recomposición de la Hispania visigótica perdida, sino una unidad de nuevo cuño (que buscará su identidad a través de la alianza con otros Reinos cristianos también enfrentados a los musulmanes). (...) La identidad entre los fragmentos procedentes de la antigua unidad de Hispania tendría que acuñarse, por tanto, en el ámbito de una «concavidad» delimitada por los Pirineos al Norte y por el Islam, disperso al principio por todas partes y concentrado después en el Sur, en Granada. La unidad global interna de los españoles fue estableciéndose a partir de esta «orientación ortogenética» hacia el Sur y hacia el Este; una orientación dirigida a detener al Islam, a arrebatarle sus riquezas, a rebasarlo. (...) Estamos ante una koinonía política, ante una sociedad cuyos diferentes reinos se codeterminaban por una «sinergia histórica» en torno a un eje imperialista.
Gustavo Bueno (España frente a Europa)
Recorría sin descanso la inmensidad del sur con su pequeño ejército, adentrándose en los bosques húmedos y sombríos, bajo la alta cúpula verde tejida por los árboles más nobles y coronada por la soberbia araucaria, que se perfilaba contra el cielo con su dura geometría. Las patas de los caballos pisaban un colchón fragante de humus, mientras los jinetes se abrían camino con las espadas en la espesura, a ratos impenetrable, de los helechos. Cruzaban arroyos de aguas frías, donde los pájaros solían quedar congelados en las orillas, las mismas aguas donde las madres mapuche sumergían a los recién nacidos. Los lagos eran prístinos espejos del azul intenso del cielo, tan quietos, podían contarse las piedrecillas en el fondo. Las arañas tejían sus encajes, perlados de rocío, entre las ramas de robles, arrayanes y avellanos. Las aves del bosque cantaban reunidas, diuca, chincol, jilguero, torcaza, tordo, zorzal, y hasta el pájaro carpintero, marcando el ritmo con su infatigable tac-tac-tac. Al paso de los caballeros se levantaban nubes de mariposas y los venados, curiosos, se acercaban a saludar. La luz se filtraba entre las hojas y dibujaba sombras en el paisaje; la niebla subía del suelo tibio y envolvía el mundo en un hálito de misterio. Lluvia y más lluvia, ríos, lagos, cascadas de aguas blancas y espumosas, un universo líquido. Y al fondo, siempre, las montañas nevadas, los volcanes humeantes, las nubes viajeras. En otoño el paisaje era de oro y sangre, enjoyado, magnífico. A Pedro de Valdivia se le escapaba el alma y se le quedaba enredada entre los esbeltos troncos vestidos de musgo, fino terciopelo. El Jardín del Edén, la tierra prometida, el paraíso. Mudo, mojado de lágrimas, el conquistador conquistado iba descubriendo el lugar donde acaba la tierra, Chile.
Isabel Allende (Inés del alma mía)
Bien du chemin, on le voit, a été parcouru depuis que l’esclave de Tunis trouva à Dougga des pierres « engravées es lettres » qu’il pensait être « puniques, ou carthaginoises, ou bien syriaques ». La famille linguistique à laquelle appartiennent ces vieilles écritures ne fait plus guère de doute aujourd’hui, mais nous sommes encore loin de les avoir déchiffrées. Aussi chimérique qu’elle soit, la perspective d’y parvenir un jour ne doit cesser de nous guider. Elle suppose que nous disposions d’un corpus systématique qui nous permettrait d’établir des séries statistiques comparables à celles qui ont mis Ventris sur la voie du déchiffrement du linéaire B. Il y a déjà longtemps que Lionel Galand a appelé de ses vœux la réalisation d’un tel corpus. La petite équipe qui l’entoure s’y emploie, et le livre de Mohamed Aghali et Jeannine Drouin s’inscrivait précisément dans cet effort collectif. Il faut aussi rassembler des données sur les périodes plus anciennes, et notamment sur ce que Werner Pichler appelle la phase transitionnelle, dont nous n’avons encore qu’une vision très floue. On voit cependant des travaux paraître sur le sujet, l’article de Werner Pichler et Jean-Loïc Le Quellec que j’ai mentionné incidemment étant l’un d’eux. Autre domaine qui demande également qu’on s’y applique : les datations. Werner Pichler nous a fait là-dessus des propositions originales, qui demandent encore à être éprouvées. Il n’est pas le seul, au demeurant, car les travaux d’Abdelaziz El Khayari et d’El Hassan Ezziani sont aussi d’un apport précieux. En tout cas, tous les chercheurs que je cite dans cette conclusion – et il y en aurait encore quelques autres – sont totalement immuns au militantisme dont les effets sur les recherches berbérisantes sont si délétères. C’est là une raison d’espérer dans l’avenir. [Déchiffrages. Quelques réflexions sur l’écriture libyco-berbère]
Dominique Casajus
Qui veut la fin veut les moyens. Selon moi, toutes les populations qui n’acceptent pas nos conditions doivent être rasées, tout doit être pris, saccagé, sans distinction d’âge ni de sexe: l’herbe ne doit plus pousser où l’armée française a mis le pied. Si nos tendres cœurs saignent d’anéantir tout ce qui résiste, entassez hommes, femmes et enfants sur des bâtiments de l’Etat, et expédiez-moi tout cela aux îles Marquises ou ailleurs. Tuez ou exportez ainsi quelques tribus, et je vous réponds que les autres se défendront contre ce fantôme [Abd el-Kader] qui les terrifie. Chaque fois qu’un chef de tribu a trahi ou n’a pas agi avec vigueur, tous les hommes de la tribu doivent être tués, le reste exporté. Les tribus doivent nourrir l’armée lorsqu’elle voyage, et, si les vivres n’arrivent pas à point donné, razzia pour la première fois, mort et exportation en cas de récidive. Si je me laissais aller à ma verve d’extermination, je vous en remplirais quatre pages. Lorsque les peuplades venues d’Arabie inondèrent l’Afrique, elles ne soumirent les Berbères qu’en employant les moyens que je prône. - Agissons donc de même, si nous voulons en finir. [Lettre à Leuglay 24/01/1843 p .334]
Lucien-Francois De Montagnac (Lettres d'Un Soldat: Neuf Années de Campagnes En Afrique (Éd.1885) (Histoire) (French Edition))
Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 de Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek, el cuento del gato con botas, el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier cosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a qué pero llegar, llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en una hora final descubras que caminaste volaste corriste reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y de caspa en vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa saga de ser hombre. No hay discurso del método, hermano, todos los mapas mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste, dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado por la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos despedidos por tarjeta, dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin cáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dónde está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin cenizas de uranio, de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso que en plena noche te sume en la maraña turbia de las pesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muerto o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la traición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantano viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde estaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absoluta para mostrarte el camino, para orientar esa mano que ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante, porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con las rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta la garganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado, punto de partida que es llegada. Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano. Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de Scriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.
Julio Cortázar
Los historiadores buscan comprender el desarrollo de entidades intersubjetivas como los dioses y las naciones, mientras que los biólogos difícilmente reconocen la existencia de tales cosas. Algunos creen que si pudiéramos descifrar el código genético y cartografiar todas y cada una de las neuronas del cerebro, conoceríamos todos los secretos de la humanidad. A fin de cuentas, si los humanos no tienen alma y si los pensamientos, emociones y sensaciones son solo algoritmos bioquímicos, ¿por qué no puede la biología explicar todos los caprichos de las sociedades humanas? Desde esta perspectiva, las cruzadas fueron disputas territoriales modeladas por presiones evolutivas, y los caballeros ingleses que viajaron a Tierra Santa para luchar contra Saladino no eran muy distintos de los lobos que intentan apropiarse del territorio de una jauría vecina. Las humanidades, en cambio, ponen énfasis en la importancia crucial de entidades intersubjetivas, que no pueden reducirse a hormonas y neuronas. Pensar desde el punto de vista histórico significa adscribir poder real a los contenidos de nuestros relatos imaginarios. Evidentemente, los historiadores no obvian los factores objetivos, como los cambios climáticos y las mutaciones genéticas, pero confieren mucha mayor importancia a los relatos que la gente inventa y en los que cree. Corea del Norte y Corea del Sur son tan diferentes entre sí no porque la gente de Pyongyang tenga genes diferentes a los genes de la gente de Seúl o porque el norte sea más frío y más montañoso. Ello se debe a que el norte está dominado por ficciones muy distintas. Quizá algún día los descubrimientos en neurobiología nos permitan explicar el comunismo y las cruzadas en términos estrictamente bioquímicos, pero estamos muy lejos de este momento. Durante el siglo XXI es probable que la frontera entre la historia y la biología se desvanezca, no porque descubramos explicaciones biológicas de los acontecimientos históricos, sino más bien porque las ficciones ideológicas reescriban las cadenas de ADN, los intereses políticos y económicos reescriban el clima, y la geografía de montañas y ríos dé paso al ciberespacio. A medida que las ficciones humanas se traduzcan en códigos genéticos y electrónicos, la realidad intersubjetiva engullirá por completo la realidad objetiva, y la biología se fusionará con la historia. En el siglo XXI, la ficción puede, por lo tanto, convertirse en la fuerza más poderosa de la Tierra, sobrepasando incluso a los asteroides caprichosos y a la selección natural. De ahí que si queremos entender nuestro futuro, en absoluto bastará con descifrar genomas y calcular números. También tenemos que descifrar las ficciones que dan sentido al mundo.
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
Entonces, mira, a veces una muchacha parte en bicicleta, la ves de espaldas alejándose por un camino (¿la Gran Vía, King´s Road, la Avenue de Wagran, un sendero entre álamos, un paso entre colinas?), hermosa y joven la ves de espaldas yéndose, más pequeña ya, resbalando en la tercera dimensión y yéndose, y te preguntas si llegará, si salió para llegar, si salió porque quería llegar, y tienes miedo como siempre has tenido miedo por ti mismo, la ves irse tan frágil y blanca en una bicicleta de humo, te gustaría estar con ella, alcanzarla en algún recodo y apoyar una mano en el /manubrio y decir que también tú has salido, que también tú quieres llegar al sur, y sentirte por fin acompañado porque la estás acompañando, larga será la etapa pero allí en lo alto el aire es limpio y no hay papeles y latas en el suelo, hacia el fondo del valle se dibujará por la mañana el ojo celeste de un lago. Sí, también eso lo sueñas despierto en tu oficina o en la cárcel, mientras te aplauden en un escenario o una cátedra, bruscamente ves el rumbo posible, ves la chica yéndose en su bicicleta o el marinero con su bolsa al hombro, entonces es cierto, entonces hay gente que se va, que parte para llegar, y es como un azote de palomas que te pasa por la cara, por qué no tú, hay tantas bicicletas, tantas bolsas de viaje, las puertas de la ciudad están abiertas todavía, y escondes la cabeza en la almohada, acaso lloras. Porque, son cosas que se saben, la ruta del sur lleva a la muerte, allá, como la vio un poeta, vestida de almirante espera o vestida de sátrapa o de bruja, la muerte coronel o general espera sin apuro, gentil, porque nadie se apura en los aeródromos, no hay cadalsos ni piras, nadie redobla los tambores para anunciar la pena, nadie venda los ojos de los reos ni hay sacerdotes que le den a besar el crucifijo a la mujer atada a la estaca, eso no es ni siquiera Ruán y no es Sing-Sing, no es la Santé, allá la muerte espera disfrazada de nadie, allá nadie es culpable de la muerte, y la violencia es una vacua acusación de subversivos contra la disciplina y la tranquilidad del reino, allá es tierra de paz, de conferencias internacionales, copas de fútbol, ni siquiera los niños revelarán que el rey marcha desnudo en los desfiles, los diarios hablarán de la muerte cuando la sepan lejos, cuando se pueda hablar de quienes mueren a diez mil kilómetros, entonces sí hablarán, los télex y las fotos hablarán sin mordaza, mostrarán cómo el mundo es una morgue /maloliente mientras el trigo y el ganado, mientras la paz del sur, mientras la civilización cristiana. Cosas que acaso sabe la muchacha perdiéndose a lo lejos, ya inasible silueta en el crepúsculo, y quisieras estar y preguntarle, estar con ella, estar seguro de que sabe, pero cómo alcanzarla cuando el horizonte es una sola línea roja ante la noche, cuando en cada encrucijada hay múltiples opciones engañosas y ni siquiera una esfinge para hacerte las preguntas rituales. ¿Habrá llegado al sur? ¿La alcanzarás un día? Nosotros, ¿llegaremos? (Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, una lista de desaparecidos, un viento en el tejado - ) ¿Llegaremos un día? Ella partió en su bicicleta, la viste a la distancia, no volvió la cabeza, no se apartó del rumbo. Acaso entró en el sur, lo vio sucio y golpeado en cuarteles y calles pero sur, esperanza de sur, sur esperanza. ¿Estará sola ahora, estará hablando con gente como ella, mirarán a lo lejos por si otras bicicletas apuntaran filosas? ( - un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek - ) ¿Llegaremos un día?
Julio Cortázar
En ese territorio cerrado del “loquero” —a veces campo de concentración, a veces observatorio de los lunáticos—, en el marco ideológico de la medicina clasificatoria se produjo la distinción de cinco clases fundamentales: melancolía, manía con delirio, manía sin delirio, demencia e idiotismo, propuesta por Philippe Pinel (1745-1826) que publicó en 1801 su Traité médico-philosophique sur l’aliénation mentale.
Néstor A. Braunstein (Clasificar en psiquiatría (Spanish Edition))